EL SALVADOR: RETRATO DE UNA PARROQUIA [Una version en castellano de “El Salvador: Portrait of a Parish”. Al lector, pido que me informe de los errores gramáticos y sintácticos que debo de corregir. Me encantería estar en contacto con alguien que conozca el pueblo o la parroquia de Dulce Nombre de María. Gracias. M.T.]

PROLOGO A partir del año 1984 he hecho visitas frecuentes a El Salvador. En 1990, me dijo uno de los sacerdotes de la archidiócesis de St. Andrews y Edimburgo, el cual trabajaba en la diócesis de Chalatenango (en el norte de El Salvador, cerca de la frontera con Honduras) que querría aprovechar la oportunidad de unos meses de permiso al año siguiente, si un sacerdote de Escocia podría encargarse de su puesto interinamente, mientras que él estuviese fuera. Muy afortunadamente, las circunstancias me permitieron arreglar las cosas de manera que yo mismo pude pasar dos meses y medio actuando de párroco en la parroquia salvadoreña de Dulce Nombre de María a partir de finales de junio hasta principios de septiembre de 1991. Así es, por consiguiente, cómo "Retrato de una parroquia" llegó a escribirse a mi regreso a Escocia.

Introducción Si los nombres de lugares exprimen algo, El Salvador debe de ser el país más sagrado del mundo. "El Salvador” significa a Jesucristo. La ciudad capital es San Salvador y las dos ciudades sucesivamente más grandes son Santa Ana y San Miguel. Pero el país tiene una fama sombría y El Salvador es casi sinónimo de violencia. Aún según las normas muy bajas de Centroamérica , El Salvador posee notoriedad por la injusticia institucionalizada, la corrupción y los escuadrones de la muerte. [NOTA POSTERIOR A pesar de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, el país sigue luchando con graves problemas.] El Salvador es un país pequeño con una costa que linda con el Océano Pacífico y que se extiende aproximadamente de este a oeste (no norte-sur). El país mide 250 kilómetros (160 millas) de este a oeste y sólo 100 kilómetros (60 millas) de norte a sur, es decir, desde las montañas hasta la costa. Con una población de más de cinco millones, El Salvador es, a la vez, la más pequeña y la más densamente poblada nación de América Central. Los habitantes tienen fama de ser inteligentes, energéticos, ingeniosos - ¡y combativos! Este último elemento de su character es cierto. El Salvador es el hogar de la guerrilla muy efectiva cuyo nombre es

Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). A la otra extremidad política hay los asesinos llamados los escuadrones de la muerte. El Arzobispo Oscar Romero fue martirazado el 24 de marzo de 1980, y los seis jesuitas de la Universidad Centroamericana, asesinados en las primeras horas del 16 de noviembre de1989, son sólamente los más celebreé de los setenta mil personas matados en la violencia desde el año 1980. El sacerdote, a quien iba a substituir, el P. Basilio Postlethwaite, me recibió en el aeropuerto y, después de pernoctar en San Salvador, nos dirigimos en el carro parroquial a Dulce Nombre de María. A unos treinta kilómetros al norte de la capital, llegamos al puente estratégico de Colima sobre el río Lempa. Hay aquí un puesto de control militar muy estricto y bien guardado. Tuvimos que bajar del carro – hacía aguacero fuerte - para comprobar nuestra identidad. Esto fue fácil para el Padre Basilio ya que es bastante bien conocido y tiene una tarjeta de identidad expedida por la diócesis. El obispo se había acordado, afortunadamente, de informar la sede militar local que yo iba a presentarme y a pedir entrada a la zona controlada. El soldado a cargo del puesto de control poseía una nota en ese sentido. Después de copiar laboriosa e imprecisamente varios detalles de mi pasaporte y efectuar una llamada telefónica al cuartel general para confirmar aún más, nos permitió proceder. "¡Bienvenido a Chaletenango!" dijo el P. Basilio al cruzar el puente. Fue muy emocionante – y con alguna sensación de miedo - entrar en la diócesis que ha sufrido tanta violencia y tantas víctimas durante los años recientes. Después de una visita de cortesía al Monseñor Eduardo Alas, obispo de la diócesis, a su oficina en la ciudad de Chalatenango, abondamos la carretera pavimentada y fuimos hacia el norte a lo largo de una pista amplia, pero quebrada y difícil, por unos siete kilómetros hasta llegar por fin al pueblo de Dulce Nombre de María a las seis de la tarde, justo al anochecer. Dulce Nombre de María - ¡de nuevo, los nombres religiosos! - es un pueblo de unos seis mil personas. Está situado a 72 kilómetros de San Salvador y al pie de la sierra llamada la Cordillera Alotepeque Matapán, montañas que forman el límite norteño de El Salvador. El pueblo se divide en cuatro barrios o zonas: San José, El Carmen, Concepción y El Calvario. La iglesia y la casa del sacerdote están en el centro del pueblo, donde los cuatro barrios hacen encuentro entre sí. La casa es bastante grande, cómoda y bien amueblada. Hay un patio o jardín, alrededor del cual se construyen las habitaciones. Debido al calor, gran parte del día (leyendo, comiendo, descansando, rezando) se realiza en el corredor o galería abierta a lo largo de un lado del patio. Hay incluso un refrigerador que funciona cuando hay electricidad, y un televisor primitivo (blanco y negro), de modo que el nivel de vida en la casa es bueno ¡mejor que yo, pesimista, había previsto!

La Bienvenida La mañana siguiente de mi llegada, el P. Basilio me explicó que la gente no sabía que yo estuve ya en Dulce Nombre y él no quería estropear la ceremonia de bienvenida que se había

preparado. Así que me llevaron en carro, a través de callejuelas y a la manera más discreta posible, a las afueras del pueblo. A una hora predeterminada y exacta (8.30) avanzamos unos cientos de metros hasta el comienzo de las casas del pueblo donde una muchedumbre se había reunido, esperando mi llegada. Bajé del carro y fue recibido formalmente por el P. Basilio y el presidente del consejo parroquial, así como otros líderes del pueblo y de la parroquia. Procurando asumir un aspecto el más feliz possible, dada la situación algo desconcertante, traté de manifestar mi satisfacción genuína por estar a Dulce Nombre de María. La gente era muy amable y cortés por cierto y muchos de ellos se acercaron para estrecharme la mano. Me regalaron un ramo de flores y luego se formaron a caminar en una procesion por la calle principal hasta la iglesia, por lo menos a un kilómetro de distancia. A medida que avanzábamos, muchos cohetes fueron lanzados, cada uno con un "zumbido" y luego una explosión tremenda, ya que se estalló a un centenar de metros en el aire. (A mí siempre parece irónico que, en un país que ha sufrido tanto por armas de fuego, el ruido del estallido de los cohetes debe de formar elemento tan importante del júbilo popular). Una banda de música, cuyos miembros habían sido contratados de cerca y de lejos, nos acompañó. La selección musical incluyó una interpretacióden animada de la marcha "Viejos Camaradas". Durante las pausas de la música, hubo gritos de "¡Viva el obispo Maurice Taylor", "Padre Basilio Viva", "Viva la parroquia de Dulce Nombre de María” y “Vivan todas las comunidades que están aquí hoy ". La calle estaba adornada de banderas y pancartas y muchas personas llevaron y agitaron pequeñas banderas amarillas y blancas de papel. Llegados a la iglesia, celebramos uns Misa con la asistencia de una congregación numerosa. Después del Evangelio, la mayoría de las comunidades presentes, de los cantones o aldeas distintas que, con el pueblo de Dulce Nombre de María, forman la parroquia, llevaron a mí sus regalos - frutas, verduras, huevos, dinero, una bolsa de viaje y una hamaca. Me sentí muy bien acogido entre una gente tan afectuosa y simpática.

Misas Dominicales Al día siguiente, el P.Basilio me enseñó la rutina de los domingos. La primera Misa se celebra a Santa Rita, un pueblo a unos pocos kilómetros al sur de Dulce Nombre. Viajamos allí por una ancha pista sin pavimentación pero que no presenta problemas al carro parroquial de cuatro ruedas (Toyota Landcruiser). Hay que cruzar dos arroyos que no tienen puentes. Un viaje de uince minutos en carro nos llevó a Santa Rita (aparte de Dulce Nombre, el único pueblo de la parroquia; los otros lugares son o cantones o caseríos). Las confesiones a Santa Rita se celebran a las siete y cuarto y, pidiendo perdón a ellos que esperen aún en la cola deseando confesarse, la Misa comienza bastante puntualmente a las siete y media - la puntualidad es una de las Innovaciones del P.Basilio - y dura aproximadamente una hora. El canto, que incluye algunos elementos del rito, así como unos himnos, se dirige, como en todas las iglesias de la parroquia, por un coro de muchachas locales acompañadas, por lo general, de algunos instrumentos. Santa Rita está muy bien

nutrida de instrumentos, ya que hay tres guitarras, un bajo y un teclado electrónico. Además, cada iglesia de la parroquia tiene un grupo de mujeres vestidas de blanco y con velos amarillos a la cabeza. Estas son la Guardia del Santísimo y se ocupan de varios quehaceres de la iglesia - limpieza, flores, lino de altar, etc. Se regresa a Dulce Nombre para celebrar la Misa de las diez horas, precedido a confesiones La Misa es similar a la de Santa Rita, pero a una escala mucho más grande porque el pueblo y la iglesia son a la vez bastante mayores. De hecho, la iglesia de Dulce Nombre resulta llenísima. En Dulce Nombre, el P Basilio ha trasladado el altar fuera del presbiterio (donde el tabernáculo se queda) por lo que ahora está el altar más al centro de la iglesia, a lo largo de la pared lateral. Los bancos se colocan por lo tanto en plan de semicírculo o en forma de abanico. Se trata de un arreglo conveniente, no sólo porque separa el altar y el tabernáculo, sino porque, dado el gran tamaño de la iglesia, permite a la congregación que se pongan más cerca del altar y facilita a los ministros que estén más visibles y audibles. En la pared lateral, detrás del altar, hay un cuadro nuevo y muy grande de madera y pintado según el estilo “primitivo” tipicamente salvadoreño Los colores brillan y casi vivan, con Cristo Redentor al centro y, en torno a él, sin perspectiva o escala correcta, un extenso paisaje con escenas de la vida cotidiana y la actividad rural. Es una pieza muy interesante e impresionante, pintada en 1990 por Roberto Burgos y sus alumnos en su taller en La Palma, al noroeste de Dulce Nombre. Un número bastante grande de los parroquianos se enojaron cuando el altar fue sacado de su lugar "correcto". Sin embargo, me dijeron que las quejas han ya disminuido, aunque todavía se oye el suspiro de nostalgia para la restitución de las cosas como que solían estar. La tercera y última Misa del domingo empieza a las cuatro de la tarde en la iglesia de Piedras Gordas. Este cantón se encuentra al sur de Dulce Nombre y a unos kilómetros más allá de Santa Rita. (Es la misma pista sin pavimentación que, por fin, alcanza la carretera entre Chalatenango y San Salvador.) Una vez más, la iglesia fue llena y los fieles allí, aunque carecen de cualquier instrumento musical para acompañar su canto, están entusiastas y animados. Una de las ventajas de Piedras Gordas es que las damas de la Guardia del Santísimo ofrecen un vaso de jugo de naranja fresco al sacerdote – un regalito muy aceptable en el calor de la tarde. Tres Misas dominicales no constituen una tarea excesivamente agotadora pero, al fin de la tercera, me sentía muy cansado y agotado. El calor era responsable de esto y, además, los ornamentos (vestidos litúrgicos) me causaban sudar profusamente por lo que a menudo tenía que buscar ayuda para desvestirme del alba, a mí."pegada" por sudor a los brazos y la espalda. Además, existe el esfuerzo de las confesiones y la predicación en idioma extranjero y, para alcanzar al colmo, la gente tiene la costumbre de llegar a la sacristÍa al punto de comenzar la Misa o tan pronto como haya terminado, para pedir el anuncio de varias intenciones de la Misa u otros avisos o recordatorios, para dar o pedir consejos o informaciónes, o simplemente

para discutir sus problemas. Después de las tres Misas del domingo, yo necesitaba o buscaba "espacio" para relajarme y descansarme, pero los ayudantes especiales del párroco de Dulce Nombre solían estar muy ansiosos de asegurarse que no me sentía solo o desatendido. Sin embargo, yo no me quejaba de tales atenciones un poco innecesarias, porque ¡sí, es bueno sentirse querido!

Consejo Parroquial Dulce Nombre tiene un consejo parroquial. La entidad fue creada a la Pascua de 1991 y sigue procurando averiguar el camino más efectivo. Su cupo alcanza hasta cuarenta o cincuenta miembros, tres de cada cantón o lugar donde se celebra la Misa (hay doce de estos) y tres de cada uno de los barrios o zonas en que Dulce Nombre está dividido (El Calvario, Concepción, El Carmen y San José). Se reúne el consejo el último sábado de cada mes, desde las nueve de la mañana hasta mediodía, y muchos de los miembros tienen que caminar varias horas para estar presentes. Los representantes son elegidos por su propia comunidad - tal vez "escogidos" podría ser la palabra más exacta, porque a menudo se "emergen" de las comunidades, puesto que ya manifiestan algún tipo de liderazgo, por ejemplo, como catequistas. La mayoría de los miembros del consejo parroquial son hombres, pero diez son mujeres. La mayor parte de los asuntos, después de una oración de apertura y una reflexión sobre el evangelio a cargo del párroco, abarca los informes de las diversas comunidades y luego los anuncios sobre planes y proyectos, proseguidos de un debate al respecto y preguntas. Los informes, por ejemplo, se centran sobre las clases de doctrina para los niños (todas las escuelas son seglares o laicas y la educación religiosa no se dan en ellas) o sobre la reparación de las iglesias en los cantones o sobre los esfuerzos para inaugurar grupos que se dedicasen a la oración diaria del rosario. Los anuncios y las preguntas en el consejo fueron por lo general acerca de mi programa de visitas a los distintos cantones durante el mes próximo y sobre los arreglos para el sacramento de la confirmación que el obispo de la diócesis me autorizó a conferir mientras estaba en la parroquia. ¿A qué edad los candidatos? ¿Como inscribirse para ser un candidato? ¿Quién iba a dar las charlas (es decir, la catequesis y las instrucciones previas) para con los candidatos, sus padres y sus padrinos en los cantones? ¿Qué texto se utilizará para las charlas? ¿Podría recibir la confirmación a pesar de no haber recibido la primera comunión? ¿Los padrinos tienen que ser el mismo sexo como los candidatos, varón para un niño y hembra para una niña? Un elemento que se discutió en cada reunion que atendí del consejo parroquial y que a mí me desconcertó algo fue los gastos de mi bienvenida ceremonial (1250 colones, aproximadamente unos US$200). Una quinta parte de esa suma se debía todavía a otros fondos que habían prestado el dinero y querían que se recuparase. Este asunto ocasionó unas quejas y discrepancias.

Los miembros del consejo parroquial bien saben que tienen que servir a la comunidad que representan y por lo tanto han de manifestar el liderazgo requisito, ayudando a las personas de su comunidad a trabajar juntos; además han de mantenerles bien informadas sobre lo que está sucediendo en la parroquia. La labor del consejo está aún a un nivel bastante sencillo y la calidad del liderazgo conseguida por los miembros varía mucho. Algunos se quedan muy tímidos y dan la impresión de creer que su papel implica poco más que portadores de anuncios del párroco. Pero merece nuestro elogio que un consejo parroquial se haya iniciado en una parroquia tan extendida y pobre y que cada comunidad haya designado a sus representantes y que estos hayan aceptado la responsibilidad conferida (aunque no todos saben leer o escribir). La seriedad con que el orden del día de la reunión se lleva a cabo y el deseo de que el consejo sea un instrumento valioso del crecimiento pastoral son signos muy impresionantes y muy prometedoros para el porvenir de la parroquia.

Otras Participaciones de los Fieless En el pueblo de Dulce Nombre, donde el párroco tiene su casa y se encuentra normalmente, había una participación considerable de los fieles en la liturgia, es decir de lectores, músicos, coro, acólitos, pero aún no de ministros extraordinarios de la Eucaristía. De hecho, el número de comulgantes en proporción a la asistencia a la Misa dominical o de los días laborables fue sorprendentemente bajo; tal vez alrededor de unos 15-20% de la congregación los domingos y los 30% durante la semana. Casi nadie recibió en la mano y la Sagrada Comunión no se ofreció bajo las dos especies – quizá porque el precio de vino es alto. En los cantones (donde. con excepción de Piedras Gordas, no hay Misa dominical) por lo general había, los domingos, una liturgia de la palabra, pero en un solo cantón se distribuía la Comunión también. Sin embargo, muchas de las aldeas tienen el Santísimo Sacramento reservado en el sagrario de sus iglesias, y les gusta a muchos de los fieles hacer visitas a las mismas Iglesias. Cada cantón (y cada barrio de Dulce Nombre) tiene sus catequistas, tanto los que dan clases de doctrina a los niños y a las personas cuyo trabajo es enseñar la preparación presacramental para el bautismo, la confirmación, la primera comunión, y el matrimonio. La asistencia a estas charlas es obligatoria y más o menos se da por hecho. Hay un buen número de grupos que se reúnen por las tardes, ya sea o en sus domicilios o en la iglesia local, a rezar el rosario, junto con una cantidad de plegarias de adorno. Traté yo de animar a tales grupos que no se limiten a rezar oraciones, sino que utilizen las Escrituras para discutir su relevancia y su empleo en sus propias vidas y así llegar a compartir su fe entre sí mismos. Unos grupos de la Renovación Carismática y otros del Encuentro Matrimonial también se reunen en varios de los lugares. Las relaciones entre carismáticos y otros feligreses resultan a menudo tensas. La razón de esto se explica, en parte, porque mucha gente no considera a aquellos suficientemente involucrados en la área de nuestra religión que se preocupa por la justicia social y, en parte, creo, que los que no son carismáticos se

sientan amenazados por nuevas formas de oración y dones como el hablar en lenguas y la oración curadora. Tal sospecha es comprensible en un país donde las sectas pentecostalistas y fundamentalistas, a quienes la Renovación Carismática Católica tiene una cierta semejanza superficial, están haciendo avances de consideraciøn entre la gente.. A mí me parece que falte mucho todavía antes de que todos los fieles lo vean como su vocación cristiana la participación activa de la construcción del Reino. Sin embargo, ¿no es esto cierto en Escocia también? Se trata de la cuestión delicada de conseguir el liderazgo sacerdotal en su enfoque correcto para que las personas laicas se vean a sí mismos como llamados a compartir la responsabilidad con el sacerdote en el iglesia local, sin disminuir de ningun modo la importancia del ministerio del clero. Otros dos puntos se pueden mencionar. Aparte de los grupos del rosario y de los grupos de oración carismática, no he visto muchos indicios de que las personas se reunan para formar comunidades cristianas de base, cuyo objeto es la reflexión sobre la realidad de sus vidas a la luz de los valores del Evangelio. Algo de esto sin duda tiene lugar en las reuniones mensuales del consejo parroquial; por lo tanto, eso quizá ofrecerá un modelo para un futuro desarrollo. En varios lugares de El Salvador, las comunidades cristianas de base han sido vistas como subversivas de parte de las autoridades civiles y militares y los miembros han sido víctimas de escuadrones de la muerte. Así que la precaución y la discreción quedan muy necesarias. En segundo lugar, aunque las iglesias suelen estar llenas y hasta apretadas cuando se celebra la Misa, la realidad es que, en el pueblo de Dulce Nombre, tal vez un millar de personas asisten a la Misa dominical (de una población de seis mil o más), mientras que a las Misas en los cantones (una o dos veces cada mes), los números de los asistentes, a pesar de su aspecto impresionante, también son bastante modestos en relación al número total de habitantes. No es que las sectas tienen muchos miembros en Dulce Nombre. pero tal vez la Misa no se considera como una piedra de toque para distinguir un “Católico practicante” (como es, o era, en algunos lugares), Un domingo, por ejemplo, durante la Misa no pude ver a un "pilar de la iglesia"; ella es miembra del consejo parroquial y, cuando pueda, asiste diariamente a la Misa.. "¿Está enferma?" le pregunté a su yerno. "Oh, no", me dijo, "Posee un pequeño negocio de ropaje en su casa y está haciendo unas visitas a sus clientes esta mañana”

La Vida Cotidiana La iglesia es el edificio más grande y más importante en Dulce Nombre. Se encuentra en el mismo centro del pueblo, a un lado del parque (la plaza principal), donde hay algunos árboles y bancos. Las calles principales del pueblo están empedradas de guijarro, a veces lisamente y a veces muy desigualmente. Otras calles son de tierra o grava, a menudo con grandes piedras y rocas penetrando por la superficie.. Las casas son de una sola planta y en su mayoría de adobe (tierra). Como consecuencia, las paredes son gruesas, siendo esto una gran ventaja cuando las balas se disparen. Me

sorprendió el tamaño grande de muchas casas, algunas de ellas con patios interiores. Hay casas que tienen cuartos con pisos de azulejos y paredes blancas de yeso, pero muchas de las casas más humildes tienen pisos de barro y las paredes interiores son de adobe descubierto. La mayoría de los hogares poseen algunos muebles - una mesa, sillas, una máquina de coser, una cómoda de cajones, una estatua o dos estampas a las paredes y, en muchos, un televisor y aún un refrigerador. La distinción entre el salón y el dormitorio no es tan marcado como en Europa y es corriente hallar varias camas en la sala principal, a veces separadas por cortinas pero, en los hogares más pobres, sin ninguna separación. Las camas son sencillas y básicas y a menudo viejas, mientras que la ropa de cama es mínima - no hace frío por la noche. Calefacción central y fuegos son desconocidos e innecesarios. Las casas de Dulce Nombre se glorian de agua corriente, aunque disponible sólo a horas limitadas e impredecibles del día; además el agua está contaminada. Los vecinos la beben, ya que, siendo acostumbrados, probablemente han adquirido inmunidad. Sin embargo, cuando yo estaba allí, se recomendó que, debido al peligro de infección y, especialmente, de cólera, toda el agua se debe hervir antes de beberla. Así como con fregaderos o pilas, casi todas las casas cuentan con duchas básicas, pero nunca con agua caliente corriente. Hay luz eléctrica en los hogares y algunas lamparas de alumbrado público, excepto cuando el suministro eléctrico haya sido dinamitado por la guerrilla. Comparado con la custumbre vigente en Escocia, la gente se viste a la ligera y, supongo, a menudo pobremente. No hay trajes típicos de uso diario en El Salvador (como lo hay en Guatemala) porque no hay una distinta población indígena. Así, aunque mucha gente tiene la piel de color oscuro y/o evidentemente lleva una proporción elevada de sangre indígena en las venas, todos se visten del estilo "occidental". El arroz, los frijoles rojos y las tortillas de maíz son los alimentos básicos y comunes. El pollo asado es un plato especial porque muchas familias crían aves de corral y una gallina o un pollo tiene a menudo que "cumplir con su destino" cuando hay invitados o un día de fiesta. Me sorprendió descubrir que la mayoría de la gente utiliza café instantáneo - desde luego, Dulce Nombre no pertenece a una zona donde se cultiva el café. Las zonas del cultivo anterior del café están, en muchos casos, abandonadas ahora como consecuencia de la violencia. Algunas personas comen pan y hay tres pequeñas panaderías en Dulce Nombre que producen lo que se llama localmente como "pan francés" o lo que podríamos llamar panecillos. Para mí, el pan era preferible a tortillas, que me parecían pesadas y secas. Cuando expresé mi sorpresa que la gente podía comer tantas tortillas a una comida, me explicaron la razón era que ellos trabajaban ardua y robustamente y así tenían mucha hambre. ¡Me sentí debidamente castigado! Dulce Nombre tiene un buen número de tiendas. Ellas no tienen escaparates pero son en realidad la parte delantera de los hogares donde los alimentos o la ropa o los "artículos en general", Coca-Cola y cerveza inclusas, pueden comprarse.

Aunque las personas son pobres y viven una vida muy sencilla, yo no tenía la impresión de que la suya sea una pobreza igual a la que he visto, por ejemplo, en las tierras altas mayas de Guatemala. Allá, siquiera una cucharita puede ser un lujo, hay pocos muebles, no hay ni electricidad ni agua corriente, y se cocina a fuego de leña y no con una estufa de gas, como en muchos hogares de Dulce Nombre. Hay un servicio de autobús sorprendentemente bueno entre Dulce Nombre y San Salvador, una distancia de unos setenta kilómetros por caminos muy desiguales. Los autobuses de Dulce Nombre salen del pueblo con una frecuencia notable por la madrugada, con salidas cada treinta minutos hasta las ocho. El primer autobús del día sale a las cuatro menos diez de la madrugada y, durante la media hora anterior, toca trompetazos frecuentes de la bocina a fin de atraer a los clientes. La terminal de autobuses está justo fuera de la casa paroquial, así que conviene acostarse bastante pronto, ya que el sueño se perturba de las tres y cuarto en adelante. Sin embargo, es notable cómo uno se hace más o menos acostumbrado al estrépito y puede volver a dormir de nuevo después de cada autobús se haya ido. Los autobuses tienen nombres: "Regalo de Dios", "Reinita del Norte" (un vehículo pequeño y extremadamente oxidado). Todos están pintados de colores relucientes y llamativos en el estilo tipicamente salvadoreño y llevan motes como “¡Confiamos en Dios y vamos adelante!” Indudablemente, Dulce Nombre pertenece al “Tercer Mundo”. Estoy seguro de que todo lo que hay, sean las casas, los televisores, la ropa o la maquinaria, lleva una vida útil más larga de la que llevaría en un país del mundo desarrollado. A menudo me sentía que existía una semejanza entre Dulce Nombre y ciudades pequeñas o pueblos de la décadas de 1950 y 1960 en España. Aparte de la iglesia, Dulce Nombre tiene sólo unos pocos edificios públicos, entre ellos una escuela primaria y una escuela secundaria. Hay una "Casa Comunal" donde se celebran banquetes matrimoniales y, de vez en cuando, bailes; además, existe la "Casa de la Cultura" que se utiliza, entre otras cosas, para las clases de la alfabetización de adultos. El pueblo posee un solo teléfono – ubicado en la oficina de Telefónica Nacional de El Salvador. Por consiguiente, las llamadas, tanto de entrada como de salida, resultan bastante públicas y difíciles. Una de las características de la oficina telefónica es que sus paredes exteriores están acribilladas con cientos de agujeros de bala - y este detalle nos lleva al tema que ha hecho El Salvador notorio en los años recientes.

La Guerra En el momento cuando escribí este relato, El Salvador significó, para muchas personas, los guerrilleros de la FMLN y los escuadrones de la muerte. La historia del país es una historia de la injusticia arraigada y su mantenimiento por la represión y el terror. El problema básico es la distribución totalmente desequilibrada de la riqueza y de la tierra productiva. Los ricos, que son relativamente pocos en El Salvador, son muy ricos y

cada vez se hacen más ricos, mientras que la gran mayoría vive en condiciones miserables y insalubres, cerca de, o debajo de, la línea de la pobreza y sin perspectivas de avance. Las masas pobres han comenzado a expresar su descontento, a menudo con la ayuda de sacerdotes, líderes religiosos y laicos, influenciados por el Concilio Vaticano Segundo y las reuniones de los obispos de América Latina a Puebla y Medellín y sus declaraciones allí. La consecuencia ha sido que los poderosos del país se han vuelto más despiadados en sus medidas represivas. Tales medios han incluido asesinatos, torturas, desapariciones y amenazas de muerte, así como actos de puro terror y nueva legislación aprobada para conseguir la represión más fácil y "legalmente". A partir de 1980, la represión ha sido muy violenta. El ejército ha hecho guerra (NOTA POSTERIOR: hasta el cese del fuego en enero de 1992) contra la guerrilla, el FMLN, que se alzó en armas de una manera organizada en octubre de 1980. La guerra civil dio lugar a muchas más muertes, por supuesto, y se calcula que, desde el año de 1980. setenta mil personas han sido matadas en El Salvador. Los enfrentamientos y escaramuzas entre el ejército y el FMLN podían ocurrir y en efecto ocurrían por todo El Salvador. En la capital, los guerrilleros urbanos sabotearon el suministro de electricidad, atacaron instalaciones militares y policiacos, etc. Fuera de San Salvador y las grandes ciudades, el FMLN funciona como un ejército auténtico, con uniformes y armas, y en grupos organizados bajo el mando de sus oficiales. Con frecuencia, en Dulce Nombre podíamos oír los disparos de armas de fuego en la sierra, ya sean o los estallidos de rifles o las detonaciones de armas más pesadas. El ejército entraría a menudo a Dulce Nombre y se quedaría, o unas horas o un día o dos, antes de continuar sus patrullas por otros lugares. Una cierta tensión se apoderaba del pueblo cuando llegó el ejército - soldados jovenes, de aspecto aparentemente amemazador y cuya presencia entre nosotros no era de ningun modo agradable. Muchos de ellos solían rezagarse en el parque junto a la iglesia y por las calles, todos fuertemente armados y dando una impresión siniestra. En su favor, uno debe recordar que los soldados eran reclutas, alistados simplemente por estar "agarrados" a la calle o en un autobús y llevados a estar capacitados. Como resultado, a menudo eran soldados desinclinados y reluctantes, lejos de sus familias y sus distritos de origen, confrontando a una gente hostil, y experimentando aprensión y recelo a sus propios oficiales, así como un gran miedo para con "el enemigo". Aún así, los vecinos del pueblo daban un suspiro de alivio cuando el ejército se iba. Una tarde, durante la Misa, un acólito se me acercó cuando el abrazo de paz, pero, en lugar de las palabras de costumbre, susurró "Los muchachos están aquí". Inicialmente no entendí lo que significaron sus palabras y el joven tuvo que explicar, agitadamente, que la guerrilla había llegado. Entraron a Dulce Nombre discretamente. Algunos estuvieron en el parque, charlando con los vecinos, mientras otros anduvieron con cautela por las calles. Debo decir que me hice sentir algun miedo al ser informado, en esa ocasión algunos días después de mi llegada, que el FMLN se encontraba en Dulce Nombre; pero poco a poco commencé a aceptar sus visitas

ocasionales como algo normal y rutinario. Los guerrilleros se visten de uniformes de color verde oscuro o de oliva y llevan armas de fuego. Su aspecto parece menos amenazador y más amigable que él del ejército. De hecho, cuando el acólito me avisó de la presencia de la guerrilla y habló de la llegada de "los muchachos", la palabra manifestaba no temor sino casi un sentido de bienvenida a amigos. Esa primera noche, el oficial a cargo congregó alrededor de sí mismo a un grupo de jóvenes del pueblo, charlando y bromeando con ellos. Uno de los guerrilleros pintó, con letras grandes en la pared exterior de la casa parroquial, un lema burlándose del ejército: "Si quieren nuestras armas, que ganen la guerra. FMLN”. Algunos de los guerrilleros eran muy jóvenes - tal vez teniendo sólo doce o trece años - pero aún estos niños estaban armados hasta los dientes. Era notable también que había un buen número de muchachas y mujeres jóvenes entre los guerrilleros, tal vez un diez por ciento. Ocurrían escaramuzas frecuentes en las zonas rurales porque los guerrilleros en su mayoría viven a las montañas y regiones densamente arboladas y sus patrullas son muy móviles y rápidos. El peligro para un pueblo como Dulce Nombre ocurre cuando uno u otro (ejárcito o guerrilla) esté "en residencia" y pueda atacarse mientras esté allí. El miércoles 17 de julio llegó una compañía bastante numerosa del ejército y todavía se quedaban allí dos días después, cuando el FMLN se acercó al pueblo. Los guerrilleros sabían que el ejército estaba en Dulce Nombre, y habían traído refuerzos para rodear el pueblo y luego tratar de entrar y atacar. Precisamente a las 13.50 horas de la tarde y de repente, a una señal convenida, los guerrilleroa salieron de entre los árbustos y de las milpas de maíz donde se habían escondido al borde del pueblo, irrumpieron por los jardines y los otros espacios y aún por algunas casas mismas para library batalla con los militares. Estos fueron sorprendidos algunos de los soldados estaban comiendo el almuerzo, otros estaban descansando. El fuego de las ametralladoras, los rifles y los morteros fue muy intenso y la batalla se continuaba por las calles hasta las 16:00. Varios de los combatientes resultaron matados, pero no hubo víctimas entre la población civil – solamente les afectó el terror, sobre todo entre los niños. Las personas se permanecen en los interiores de sus hogares durante tales "enfrentamientos" y, si es posible, por detrás de muros de adobe. El 19 de Julio, muchas casas del pueblo fueron pegadas por las balas y la lucha fue particularmente violenta en la calle entre la iglesia y la casa del sacerdote - no tanto la mano a mano, sino los disparos desde el interior de unas casas interinamente ocupadas o desde detrás de paredes o por unos individuos asomándose a la esquina de un edificio. Las paredes de la iglesia y la casa parroquial recibieron varios impactos de bala y una bala atravesó una ventana de la casa y rompió un tubo de luz fluorescente. El ejército se quedó superado en estrategia aquel día - y quizás en número también. La consecuencia fue que a las 16:00 los militares se retiraron hacia el sur, hacia sus cuarteles a unos diez kilómetros de distancia. Para muchos de los soldados, el retiro se hizo una derrota, ya que tiraron sus mochilas y armas, y hasta sus uniformes, y se escaparon, solos o en

parejas, a los bosques. Mientras todo esto sucedía, yo no estuve en casa, sino tuve que esperar alrededor de un kilómetro y medio fuera del pueblo, de regreso de una visita de noche a la mañana a San Salvador para renovar mi permiso de residencia. Nos habíamos enterado en San Rafaél, un pueblo cerca de Dulce Nombre, sobre la lucha que hubo allí. Así que no tuvimos más remedio que parar el carro y esperar, escuchando los fusiles y ametralladoras en Dulce Nombre. Por fin, unos veinte soldados nos acercaron por el camino de grava que sale de Dulce Nombre y nos avisaron que se pudo seguir sin peligro. No avanzamos mucho, tal vez menos de un kilómetro, cuando nos encontramos con grupos nutridos de los guerrilleros, persiguiendo y buscando a los militares vencidos. Pasamos un momento de miedo al acercarse a los “muchachos” pero nos permitieron a pasar, un oficial deteniéndose un momento para preguntar si habíamos tropezado con algunos soldados, dónde estaban y qué hacían Fue las cuatro y nedia cuando llegamos a la casa parroquial. La vida comenzaba a conseguir la normalidad, la gente saliendo de sus casas para charlar de los acontecimientos de la tarde y para preguntar acerca de víctimas. En el jardín de la casa parroquial, una niña se encontró, sufriendo del gran susto y del shock debido a la proximidad de la lucha a la escuela primaria donde los niños se encontraron en sus clases. Una granada había sido arrojada y se estalló cerca de ella. La niña se recuperó pronto, las campanas sonaron para anunciar la Misa vespertina, que comenzó a las 5.10, a sólo diez minutos de retraso, y con una gran congregación, agradecida de que las víctimas entre los vecinos habían sido tan pocas.

Las Repercusiones de la Guerra sobre los Vecinos Cuando el P. Basilio se marchó a sus vacaciones dos días después de mi llegada a Dulce Nombre, me sentí nervioso por estar allí aislado y sin recurso a su sabiduría y experiencia. Estos sentimientos deben haberse manifestado porque algunos de los acólitos me informaron de que, además de sus funciones litúrgicas, ¡habían decidido constituirse como mi guardaespaldas personal! Entonces, casi todas las noches dos o tres de ellos dormían en un cuarto libre en la casa. Tengo que admitir que su presencia me hizo sentir más seguro - a pesar de que habían ellos sólo diez o doce años. (¡Y, al leventarme a las cinco y media de la madrugada, les encontraría a ellos, con cubo y cepillos, fregando las baldosas de los suelos!) Uno de ellos me habló una noche de sus recuerdos de la guerra en Dulce Nombre. Unos meses antes de mi llegada, me contó, los cuerpos de dos soldados habían sido dejados en la calle frente a la casa del sacerdote hasta que el P.Basilio los llevaron al cuartel. El acólito me describió en detalle como las balas habían penetrado y salido de las cabezas y cuerpos. Aún más gráficamente, se acordó de una batalla callejera en 1989, que duró desde la medianoche hasta las tres de la madrugada. Muchos guerrilleros del FMLN entraron a Dulce Nombre y mi joven informante me contó que persiguieron a los soldados, encontrando a algunos escondidos en las casas e incluso a otros tratando de ocultarse en el portaequipajes del tejadillo de uno de los autobuses. "Fue horrible", dijo el acólito, "todo el mundo debajo de las camas y las mujeres

temblando de miedo". Las preguntas surgen naturalmente. Tales episodios violentos - y la guerra que se suelta por las calles – ¿cómo han afectado a los Salvadoreños en general? ¿Cómo han repercutido en su vida y, sobre todo, en. la vida de los niños? Es muy difícil responder a estas preguntas con confianza o seguridad. Se dice que la guerra ha provocado muchos y grandes problemas psicológicos y emocionales. ¿Hay, sin embargo, unas cifras que demuestran que estos casos están más extendidos o más numerosos que en los países donde hay paz? E incluso, si lo hay, ¿son efectos de la guerra o de otros factores? A veces me daba cuenta de algunas personas borrachas por las calles, a veces incluso a uno u otro tendido en la calle. Dulce Nombre tiene una entidad de Alcohólicos Anónimos. No cuesta mucho para emborracharse, licor barato de fabricación local es fácilmente disponible. El primer día después de la salida del P. Basilio y cuando me encontré solo en la parroquia, un joven de unos treinta años falleció. Él era alcohólico y, debido a su depresión, hizo lo que varios alcohólicos habían hecho anteriormente en Dulve Nombre - que bibió un trago de pesticida. Parece también que falte atención o cuidado comunal para con "personas con necesidades especiales" (la invalidez física o mental). Cada pueblo tiene aparentemente a una o dos o más individuos con tales desventajas, que deambulan por las calles. El más célebre de Dulce Nombre es Adilio que, excepto cuando haya sucumbido a su "debilidad" y se emborrache, es un hombre amable, que se presenta diariamente a la casa del sacerdote para pedir alimentos, agua y veinte centavos (tres o cuatro centavos de los EEUU) por un cigarro. De vez en vez, cuando los vecinos no pueden dejar de estar conscientes de la necesidad, lo convencen a bañarse. A la llegada de un autobús proveniente de San Salvador, Adilio está siempre disponible para gritar instrucciones al conductor para que consiga a dar la vuelta del vehículo. Luego, a menudo gana un colón (alrededor de quince centavos EEUU) al limpiar el interior del autobús, (aunque, dada su sencillez mental, la "limpieza" debe considerarse un eufemismo). Asimismo, para aquellos que tienen discapacidades físicas, la ayuda que se ofrece es minima. Una señora me informó acerca de su hijo. Él es mudo, aunque puede escuchar y entender; sin embargo, no ha ido nunca a la escuela porque "los otros niños se reían de él y tiraron piedras". Tal negligencia y la falta de atención social fomentan problemas en las familias, pero apenas pueden atribuirse a la guerra. Lo que es cierto, sin embargo, es que muchas, de hecho la mayoría, de las familias de Dulce Nombre han tenido un familiar - y a menudo más de uno asesinado por escuadrones de la muerte o matado en combate. Yo escuchaba constantemente relatos de un esposo, un hermano o un hijo que sufrió una muerte violenta (por lo general cerca mediados de la década de 1980). A veces yo cogía la impresión de que la gente adopte una actitud casi fatalistica frente a estas muertes y que las haya aceptada y, casi, las haya dejada atrás. No lo sé.

Otros que han vivido y trabajado en El Salvador, y por lo tanto poseen más experiencia que yo, me han opinado de que, aun sin la guerra reciente y actual, El Salvador sería un país violento y casi ingobernable. Muchos alvadoreños tienen perjuicios y daños reales o imaginarios que quieren resolver: disputas familiares, los agravios a largo plazo etc. Me dijeron que tales personas son muy susceptibles a tratar de vengarse o de arreglar los asuntos a su proprio cargo. Estas cosas son imponderables. Me siento incapaz de sacar conclusiones o emitir cualquier juicio acerca de las causas y los efectos. Todo lo que sé es que, paradojicamente, la muerte ha sido y sigue siendo una parte muy evidente de la vida en El Salvador. La gente parece tener un aguante extraordinario, rebotando a una normalidad aparente después de sufrir una tragedia, y esto tan rápidamente como la luz solar puede seguir una tormenta. Uno de los aspectos del FMLN que recibe poca publicidad es su recaudación de fondos en los pueblos. De vez en cuando, los vecinos más ricos reciben una solicitud de, digamos, cinco mil colones que deben dejar en un lugar designado en el bosque - o de lo contrario, si no cumplen.. A veces los guerrilleros compran alimentos o ropa en un pueblo, pero, en otras ocasiones, simplemente "confiscan" sus necesidades. Por ejemplo, varios vestidos, lavados y colgados a secarse el 19 de julio en Dulce Nombre, fueron robados después de la batalla.

Los Cantones de los Alrededores Si, en las zonas rurales de El Salvador, el sacerdote vive en un pueblo, entonces, con toda probabilidad, habrá de servir una serie de cantones o aldeas de los alrededores que pertenecen a la parroquia. Dulce Nombre no es una excepción. Además de las Misas semanales cada domingo en el otro pueblo de Santa Rita y en el cantón grande de Piedras Gordas, el párroco celebra la Misa con regularidad, generalmente una vez al mes, en otros diez cantones. Todos ellos están dentro de un radio de quince o dieciseis kilometros de Dulce Nombre y el carro parroquial (Toyota Landcruiser) llega bien a todos, menos dos de ellos. Muchos de los caminos a los cantones son meramente unos vericuetos, estrechos, desiguales, con rocas protuberantes, hondonadas a negociar y arroyos a cruzar. En la temporada de lluvias las pistas pueden hacerse muy resbaladizas. Conducir (o manejar el carro) a lo largo de estos caminos no es nunca fácil, a veces es peligroso. Toda la zona alrededor de Dulce Nombre es montañosa y densamente arbolada, aunque florecen varios cultivos, sobre todo "la milpa", es decir, campos de maíz, A primera vista, el paisaje parece una selva impenetrable, dada la fertilidad de la tierra. En efecto, sin embargo, los terrenos están divididos en parcelas, principalmente de maíz y de frijoles Los mismos cantones a menudo se ocultan porque las casas suelen estar separadas entre sí por una distancia considerable y casi escondidas por la vegetación abundante. Las casas de los cantones son más primitivas que las de Dulce Nombre - paredes de adobe, tejados de tejas, pisos interiores de tierra y mobiliario muy básico. Las hamacas son de uso frecuente en lugar de camas, siendo más baratas y ocupando menos espacio. Cada casa está rodeada por un

patio o jardín y casi siempre habrá aves de corral y de vez en cuando unos cerdos y un perro ¡este último sólo como un animal de compañía y de guardia, por supuesto! Me sorprendió bastante el número de cantones o aldeas que poseían luz eléctrica, aunque las casas normalmente no tienen agua corriente. Agua para lavar, beber y cocinar se obtiene de una fuente o un pozo y, a menudo, la ropa se lava en un arroyo cercano. Todos menos tres de los cantones de la parroquia poseen su propia iglesia y esta estaba normalmente llena hasta las puertas cuando se celebraba la Misa mensual Muchos cantones tienen el Santísimo Sacramento reservado en el sagrario; sin embargo, sólamente en uno hay una persona que distribuye la Sagrada Comunión. En los demás, la gente hace visitas de adoración, etc. y, por supuesto, celebran sus liturgias dominicales de la Palabra en la presencia del Santísimo Sacramento. Las Misas mensuales suelen ser bastante animadas y alegres, con cantar abundante - partes de la Misa y cantos - a veces con alguién que toca la guitarra. Las visitas del sacerdote reciben un buen aprecio de los Católicos activos de estas comunidades, pero hace falta tener en cuenta que la proporción de vecinos que asisten a estas Misas es, en efecto, baja. Algunos cantones tienen una presencia notable de las sectas. Esto conduce a una disminución de un verdadero espíritu de la unidad y de la comunidad en tales lugares y, si un cantón ha sufrido mucho debido a la violencia, puede existir una actitud de desmoralización. Esto es especialmente notorio en uno o dos de los cantones - la violencia, la pobreza y la división religiosa significan que, de alguna manera u otra, los Católicos suelen quedarse desalentados y desorganizados. Sin embargo, en la mayoría de los cantones hay un ambiente auténtico de fe viva y de esperanza gozosa, una creencia implícita en la presencia de Dios y una confianza sencilla en su providencia.

La Procesión del “Corpus” Uno de los acontecimientos destacados de cada comunidad es "El Corpus", en otras palabras, la procession anual de Corpus Christi del Santísimo Sacramento por las calles y los distritos del pueblo o canton. Puesto que hay muchas comunidades en la parroquia y un solo sacerdote, se celebra el Corpus a cualquier día idóneo durante el año. Después de una Misa llena y alegre, la procesión emerge de la iglesia - hombres y mujeres, con las damas de "La Guardia del Santísimo", en sus vestidos blancos y velos amarillos, cantidades de niños y niñas, los acólitos con velas y incensario, el sacerdote llevando el Santísimo en la custodia y debajo de un palio, más o menos bien sostenido por cuatro portadores. La procesión procede de "altar" a "altar", estos ubicados a varios puntos alrededor de la aldea. Los "altares" son pequeños santuarios construidos de mesas, bancos, cajas y sillas para formar una estructura sobre la cual se ponen manteles blancos, flores y cirios. El sacerdote coloca la custodia sobre un "trono" a la parte superior de la estructura. Esta acción puede producir un momento peligroso y desconcertante ya que un paso en falso o un tropiezo

pudiera causar hundirse y arruinarse al suelo la construcción entera. A cada “altar”, se hace una parada y los participantes se agrupan para escuchar una lectura bíblica y una reflexión y luego rezan una oración; se intonan himnos entre las paradas. A veces, para añadir a la grandeza de un “altar”, dos o tres niñas, ataviadas de vestidos blancos y largos, con alas que brotan de las espaldas y sosteniendo en las manos una gavilla de trigo o un pan o un racimo de uvas de plástico, están de pie, caras solemnes y ellas como fueran estatuas, flanqueando la custodia. Cuatro o cinco “altares” es el número normal, pero en un cantón había ocho. Me sentí muy agotado - y santo - al final de esa procesión. Pero el entusiasmo de la gente no tenía limite. Se preguntó si el Santísimo Sacramento podría permanecer expuesto en su iglesia durante toda la noche - o por lo menos hasta medianoche.

Bodas Durante mi estancia en Dulce Nombre, presidí tres bodas. Había una formalidad incongruente, sobre todo en la forma en que los novios y las novias estában vestidos que, debido al calor, parecía muy incómoda. En una ocasión hubo cierto pánico: me acercaron con una solicitud preocupada a unos treinta minutes antes de la hora ya eligida del comienzo de la ceremonia. ¿Pudimos retrasar la Misa una hora para esperar la llegada de un pariente que vivía en San Salvador - él iba a llegar tarde y traía el traje del novio? Las Misas nupciales de allí se asemejan a las nuestras, salvo que la pareja puede tener padrinos de la boda, además de dos testigos oficiales. A una boda en Dulce Nombre - el novio era el presidente del consejo de la parroquia - la pareja elegió a hacer las lecturas ellos mismos, el novio y luego la novia. Cuando le llegó a ella a leer su texto, hizo falta de llevar el leccionario y el micrófono a ella, ya que su vestido estaba tan amplio y rigido y con joyas incrustado que apenas se podía mover. A menudo asisten unos pajes y niñas de las flores, así como damas de honor. Pero están ahí a fin de aumentar la solemnidad y la fausta de la ocasión, no para actuar de testigos oficiales. Los fotógrafos están muy evidentes, con muchas combinaciones diferentes de los novios y sus familias. Incluso durante la ceremonia, una intrusion demasiado atrevida puede resultar muy molesta a los momentos solemnes con el fin de, por ejemplo, retratar a la novia al momento de recibir la Santa Comunión. Terminada la Misa de una de las bodas, la recepción y el banquete nupcial se celebraron, no muy lejos de la iglesia, en la Casa Comunal. Esta se halla situada junto a las oficinas del consejo local, demolidas hace tiempo por una bomba del FMLN. Fuera de la Casa Comunal, había una muchedumbre bulliciosa de los jovenes y los adultos, todos sin invitaciones, pero tratando, sin embargo y por fuerza mayor, de entrar a la recepción. Un hombre a la entrada se dedicaba a la tarea casi imposible de mantener fuera a los no-invitados y, a la vez, de dejar

entrar a los invitados. Hubo caos de buen humor, pero finalmente, aplastado y apretado, logré entrar. Dentro de la Casa Comunal hay una sala bastante grande, con mesas por tres lados, las luces tenues, música ensordecedora de disco a través de amplificadores, y uno de aquellos globos rotativos de plata con muchas facetas, las cuales cuelgan del techo para que el efecto sea de un faro hecho loco. Me condujeron a la mesa para la comida sencilla de pollo, arroz, ensalada, tortillas y un refresco dulce de una botella con la etiqueta "Tropical". No hubo ni discurso ni charla. Cualquier conversación normal resultaba casi imposible, debido all fragor. Tan pronto como terminamos de comer, se nos pidió que nos alejesemos para permitir una segunda sesión (los aspirantes a estar intrusos, posiblemente). Me quedé un rato, tratando en vano de escuchar lo que la gente me decía. Luego después, decidí que, entre las luces intermitentes, la semi-oscuridad, la música ensordecedora y el baile que estaba en marcha, no iba a echarme de menos. Yo creo que la fiesta terminó a las dos y media de la madrugada. Otras bodas son asuntos más modestos - menos damas de honor etc., menos cámaras y una recepción sencilla en una casa. La música no es tan ruidosa que rinda la conversación imposible y el ambiente resulta muy relajado y agradable. A una boda en uno de los cantones, la novia había leído la lectura de la Misa pero, cuando llegó el momento de firmar el registro, el novio me dijo que era analfabeto y ni siquiera sabía escribir su nombre.

Comidas y Bebidas En Dulce Nombre muchos hogares poseen estufas de cocina que funcionan con gas envasado. Pero la gente más pobre del pueblo, así como todos aquellos de los cantones, cocinan solamente con leña en un rincón de la galería abierta que tiene la mayoría de las casas. La alimentación básica es de tortillas de harina de maíz, junto con frijoles rojos, ya sean enteros o amasados en puré, arroz hervido a veces con sabor a cebolla, zanahoria, etc, huevos a veces, y caf‟é Un pollo o una gallina provee un manjar en ocasiones especiales cuando una de las aves que vagan alrededor de la casa está matada. Carne, papas y pan de trigo son alimentos inusuales, y jamás en caso de los más pobres. La fruta es muy abundante - naranjas, plátanos, piñas y varias frutas tropicales esponjosas - pero sólo a sus épocas propias.. La mayoría de las familias, especialmente en el campo, mantienen una cierta cantidad de ganado. Los relativamente ricos pueden ser dueños de un par de vacas. Otros tienen, por lo general, un gallo, gallinas, pollos, uno o dos cerdos husmeando al exterior de la casa, de vez en cuando algunos patos y pavos. Muchas familias tienen su perro doméstico que sirve además de guardia de la casa. Normalmente, una señora me preparaba una comida y la llevaba a la casa parroquial sobre

mediodía. Ella se acordaba mi fastidio del primer mundo y, por lo general, había una taza grande de sopa de verduras y luego, quizás, un poco de pollo o carne, incluso con arroz hervido con sabor, tal vez una verdura como remolacha o una yuca o un güisquil (verduras de la zona) y, para terminar, una gelatina o una raja de sandía. De vez en cuando, y ofrecido como regalo especial, la taza de sopa contenía un pescado cocido, cabeza hacia abajo. íYo no me atrevia ni a objetar ni o disuadir! Al desayuno y por la noche yo me acostumbraba a tomar pan y margarina con queso o miel o mermelada y, para beber, o café o té - bolsitas de té pueden comprarse en San Salvador. El calor constante parecía asegurar que no haya tenido casi nunca mucho hambre, pero si a menudo mucha sed, apagada con té, café, cola, cerveza o agua embotellada (de San Salvador). Anhelaba a veces la comida de Escocia - la variedad, así como la libertad de no estar preocupado sobre los posibles efectos desagradables en el estómago. Curiosamente, avena (Avena Quaker) se puede comprar en paquetes en San Salvador. Se llama "mosh" o "Cuaquer" y, cuando expliqué que en Escocia se utiliza mucho al desayuno, me regalaron un paquete. Así que a veces me obsequiaba a mí mismo un plato de avena y leche (leche en polvo, mezclada de agua) para inaugurar las tareas del día.

Salud e Higiene Los vecinos beben el agua ordinaria, ya sea de un grifo en sus casas si viven en el pueblo o sea de un grifo comunal si viven al campo. El agua es susceptible de estar contaminada pero, después de años de haberla consumido, la gente ha adquirido un cierto grado de inmunidad contra la infección. Un día me invitaron a asistir a una reunión, junto con el médico (que acude a Dulce Nombre dos veces por semana), la enfermera, el inspector de sanidad del distrito y el director del escuela primaria. Fuimos a discutir con el alcalde y los cuatro consejales sobre la contaminación del suministro de agua de Dulce Nombre y las precauciones que se deben tomar en vista de la cólera que se extendío en América del Sur y que ahora empieza a brotarse en América Central. Algunos vecinos representativos de las cuatro zonas del pueblo también estuvieron presentes a la reunión. El alcalde y los consejales habían recibido críticas, acusados una falta de interés en el problema del agua. Previmos una reunion algo tempestuosa,, especialmente en lo que los cinco hombres del ayuntamiento nos hicieron esperar durante media hora y, cuando por fin llegaron, aparacieron truculentos y nerviosos. En efecto, la reunión resultó amistosa y constructiva. Estuvimos de acuerdo que había un descuido generalizado sobre la basura. Muchas personas no son conscientes del peligro de las enfermedades que se propaguen por las moscas, las manos sucias, etc Nos dijeron que el suministro de agua faltaba cloro y que los canales por donde fluye el agua al pueblo se hallaban abiertos al ganado. Las esperanzas se expresaron que "algo se haría", especialmente por encerrar los canales de agua y levantar cercos para impedir el acceso del ganado. Se habló

de una campaña de educación y la formación de un comité de acción. Nos declaramos todos genuinamente inquietos y interesados; en particular, el médico subrayó la urgencia del asunto. La adquisición de un camión para recoger basuras se planteó pero, debido a la escasez de fondos, se decidió, en vez de un camion, alquilar un carro de bueyes el cual podría circular por las calles cada semana realizando la recogida de basuras. Cada cabeza de familia pagaría un colón (US$0.15) semanalmente por este servicio. Espero que, de hecho, "se haga algo". Debo mencionar aquí que, durante mi temporada en la parroquia, mi salud continuaba excelente, salvo los oídos doloridos cuya condición hice empeorar por echar en ellos un poco de aceite. Lo hice debido a la sugerencia de una enfermera jubilada. El problema era que el aceite que me dio ella era "tres-en-1”. A partir de entonces el oído se convirtió en peor y tuve que acudir al centro de salud donde me encontré sentado con las demás clientes, todas ellas mujeres embarazadas. Cuando les expliqué mi presencia en la clínica, el médico y la enfermera se divertieron mucho por el tratamiento que me había dado a mí mismo: "¡Eso es para bisagras de las puertas y máquinas de coser!” Me dieron gratis unos antibióticos, que produjeron un resultado rápido y mucho más efectivo.

Niños Mi primera impresión fue ¡que había tantos niños por todas partes! Los miembros de muchas familias siguen siendo bastante numerosos, especialmente en las zonas rurales. Se celebró en Dulce Nombre un día diocesano de parejas que participan al “Encuentro Matrimonial”, y allí un marido y su mujer se pusieron de pie con orgullo para agradecer los aplausos de todos los asistentes, ofrecidos porqué son padres de quince hijos. Cifras de dos dígitos quedan fuera de lo común, pero familias de siete u ocho son bastante frecuentes. Las madres amamanten a sus bebés muy abiertamente y es un remedio infalible para con los niños díscolos a la Misa o durante su bautismo. Algunos de los niños del pueblo van a una guardería, pero la asistencia a una escuela primaria es obligatoria y comienza a la edad de siete años. La mayoría de los lugares de cualquier tamaño razonable, incluidos los cantones, posee una escuela, pero a veces hay sólamente tres o cuatro grados y, si se quiere que continúen, los niños tienen que caminar a un lugar con una escuela más grande. Dentro de la educación primaria completa hay nueve grados, pero el avance no es automático y se puede encontrar, por ejemplo, a un niño de doce años en el tercer grado. Por lo tanto, muchos de los niños abandonan su educación a un nivel bastante básico, mientras que otros pueden tener dieciséis o diecisiete años en el momento de graduarse del noveno grado. En Dulce Nombre, como en otros muchos lugares, la escuela primaria tiene dos turnos debido al número de los alumnos; el primero a partir de las 7.30 hasta las 11.30 y el segundo de la 1.00 hasta las 4.30. Algunos maestros trabajan sólo por la mañana o el turno de la tarde, pero hay otros pocos que aguantan la doble jornada - y reciben un salario mayor, por supuesto. Las

aulas son bastante pobres y privadas de muchos pertrechos escolares. En cada clase, se puede hallarse unos cuarenta niños. El uniforme escolar (blusa y falda, camisa y pantalones) es habitual en los pueblos, pero no en los cantones, donde la gente está generalmente muy pobre. En un cantón remoto de la parroquia, un nuevo maestro acababa de llegar. Tres años habían transcurrido desde que el profesor anterior se había marchado y a los niños les faltaban las clases durante esos años.. Es difícil, debido a los peligros de la guerra y la lejanía, persuadir a maestros que vayan a tales lugares - y aún más difícil conseguir que se queden. Además de la soledad y las condiciones muy básicas, el profesor podría hallarse amenazado porque es empleado del gobierno. [NOTA POSTERIOR A una visita en 2004 me encontré con que el profesor, que había llegado en 1991, sigue ahí, pero ¡ahora ee el director, con un personal de otros dos o tres maestros!] Los pueblos grandes, tal como Dulce Nombre, tiene un "Instituto" (escuela secundaria) para que los jóvenes que terminan la escuela primaria pueden continuar su progreso. La duración del curso es de tres años, pero, en Dulce Nombre por lo menos, los niveles alcanzados no parecen estar altos. Sólo hay cuatro o cinco profesores que, entre ellos, enseñan todas las asignaturas, incluso el Inglés. Recibí varias visitas de uno de los alumnos que había copiado la historia de Caperucita Roja y me pidió que escuchara yo mientras que el la leese. Si no hubiera yo estado mirando el texto a la vez, estoy seguro de que no habria podido descifrar lo que decía. Al igual que en las escuelas primarias, me reunía con los alumnos mayores durante unas visitas al Instituto, Tienen hasta diecinueve o veinte años y (como los niños de la escuela primaria) a mí me parecían abiertos, amables y locuaces. Son ingenuos y sencillos y, claramente, no dan la impresión de la apatía o del cinismo, como puede suceder en Escocia. A los niños del pueblo, les gusta mucho la television. “Las tortugas heróicas mutantes” era el programa favorito. En otro lugar donde no existía la televisión, pareció que los niños se divertían y hacían pasar las horas simplemente por dar caza uno a otro. Dado que las armas de fuego han tenido un efecto tan funesto en El Salvador, fue triste ver a un niño de cuatro años blandiendo un trozo de madera como si fuera una arma y simulando que iba disparar contra nos. Me hizo gracia tener en cuenta que las canicas sean un juego quizá mundial, y al parecer, con reglas de acuerdo con las mismas que recuerdo de mi juventud en Escocia.

El Clima Yo estaba en El Salvador durante los meses de julio, agosto y parte de septiembre, el invierno, no porque hace frío, sino porque es la temporada de lluvias. En realidad, las lluvias se concentran en algunos días y ocurren casi siempre por la tarde o de noche. A algunos pregunté porqué esto era así - ¿porqué la lluvia no cae casi nunca por la mañana? -

y me contestaron que, en caso de lluvia por la mañana, los hombres no podrían trabajar en el campo, ya que, cuando llueve, el agua cae a cántaros, a menudo acompañada de truenos y relámpagos. Perseguí con mis preguntas - ¿el fenómeno tal vez se debe a las variaciones de la presión atmosférica por la tarde o la noche que trajeron las nubes y la lluvia? "Tal vez", me dijeron, "o tal vez y simplemente que Dios en su providencia dispone las cosas de esa manera". A pesar de ser la temporada de lluvias, había semi-sequía mientras estaba yo en Dulce Nombre. El suministro de agua fue cortado con frecuencia por horas o incluso por días y, más grave, la falta de agua ocasionó daños graves a las cosechas, especialmente a la milpa. Por el invierno el termómetro registraba más de treinta grados cada día y no bajaba a menos de veinte grados por la noche, de modo que apenas hacía falta una sábana. El período más fresco del año, aún muy caliente según mis normas escocesas, ocurre cerca de Navidad y el más caluroso cae durante la Cuaresma - ni llueve durante meses. Todo esto, claro, determina las épocas cuando los varios cultivos se siembran y cosechan. Mientras yo estaba allí, el maíz y el frijol fueron cosechados, pero las diversas frutas maduran a meses diferentes. La calefacción central y los abrigos son desconocidos y, si la iglesia o la escuela tiene ventanas, siempre están abiertos. En general me pareció el clima demasiado caluroso, especialmente cuando se celebraba la Misa y entonces con mucha frecuencia yo quedaba empapado de sudor. íSin embargo y al fin de cuentas, creo que es preferible el clima salvadoreño que él de Escocia!

Repoblaciones y Otros Lugares (i) Por supuesto, la mayor parte de mi estancia en El Salvador se pasaba en la parroquia de Dulce Nombre, pero también tuve la oportunidad de visitar algunos otros lugares. Es evidente que San Salvador, la capital nacional, fue uno de estos .Construida sobre terreno ondulado y con vistas a los volcanes, la ciudad ha experimentado terremotos, así como los estragos de los escuadrones de la muerte, las escaramuzas entre el ejército y el FMLN, y la "ofensiva" por éste en los primeros meses de 1989. Durante esa ofensiva, el FMLN se hizo muy visible en los barrios obreros de la ciudad, y también causó consternación al hacerse cargo de las distintas zonas de San Salvador donde los ricos tienen sus hermosas casas y lindos jardines, detrás de muros altos y las entradas muy bien guardadas. Fue en San Salvador que el Arzobispo Oscar Romero fue asesinado mientras celebraba una Misa vespertina en la capilla del hospital de la Divina Providencia el 24 de marzo de 1980. No muy lejos del centro de la ciudad está ubicada la Universidad de Centroamérica (UCA), donde seis sacerdotes jesuitas, junto con su ama de llaves y su hija, fueron asesinados en las primeras horas del 16 de noviembre de 1989. Aparte de las ciudades y pueblos ordinarios donde las habitantes han sufrido de modos o mayores o menores, también hay "repoblaciones" (pueblos repoblados), especialmente en el

departamento de Chalatenango y otras zonas del norte. Lo que pasa es que, al peor de la barbarie del ejército en la década de 1980 a 1990, muchos miles de personas huyeron a Honduras. Allí, se detenían forzosamente en campamentos de refugiados; el mayor de eetos, Mesa Grande, alojaba a diez mil salvadoreños. Hace dos o tres años, los refugiados comenzaron a regresar a El Salvador bajo la protección de las Naciones Unidas. Algunos se fueron a vivir en aldeas y pueblos ya existentes, pero la mayoría estableció unas "repoblaciones", es decir, comunidades nuevas o, en otros casos, en medio de las ruinas de aldeas o pueblos abandonados. Visité una de aquellas "repoblaciones". En algunos casos, las casas que se abandonaron hace años quedaron reparables y, por lo tanto, habitables de nuevo, pero a menudo el empeoramiento se había avanzado demasiado. El ejército había prendido fuego a las casas y los elementos habían puesto el último toque al arruinamiento, dando un efecto como fuera otro Pompeii. Así que la mayoría de las viviendas son de construcción reciente: con paredes de adobe y tejados con láminas de zinc corrugado (y no de las tejas rojizas tradicionales). Los fondos requisitos provinieron de organizaciones caritativas de paises del “mundo desarrollado”. Cada vecino podia contar un relato horroroso de su familia - o incluso de pueblos enteros - de asesinados, después de torturas inhumanas, y entonces la decisión de la comunidad entera para tratar de cruzar por las montañas de la sierra y por el río Sumpul para entrar a Honduras. Ahora estos pobres están de vuelta en su propio país, tal vez no en sus lugares de origen, sino a donde han sido asignados. Están sometidos a graves actos de hostigamiento de parte de los militares salvadoreños y todavía tienen mucho miedo para con el ejército. En consecuencia de la presencia por lodos lados del FMLN (y a veces en las mismas repoblaciones), la gente de allí vive bajo la sospecha constante de ser subversivos o de ayudar a aquellos a quienes el ejército llama "los terroristas". A pesar de su historia trágica y las privaciones continuas, he encontrado en la repoblación a personas muy resistentes y decididas a establecer una vida nueva para sí mismas y sus familias. Demuestran unas iniciativas de mucho mérito, por ejemplo, poniendo en marcha unos talleres pequeños dedicados a bordar manteles y servilletas o confeccionar las imágenes de madera, pintados de colores brillantes en el estilo primitivo que es característico de El Salvador. Ahora están tratando, a través de los buenos oficios de varios contactos, con el fin de buscar salidas rentables, sobre todo en los Estados Unidos, para la venta de sus productos. Lo que es particularmente impresionante es la fe viva y activa de estas personas, a pesar de todo lo que tienen que aguantar. En las "repoblaciones" el edificio de la iglesia a veces, sobrevivió y pudo ser reparado, si no, un nuevo se construyó. La gente lo aprecia mucho cuando el sacerdote puede acudir a celebrar la Misa. Parecía poco o ningún resentimiento contra Dios por lo que había sufrido la comunidad, sino una profunda confianza en la protección de la divina providencia. A menudo, las "repoblaciones" funcionan como cooperativas, con las personas que trabajan al campo o en los talleres etc. entregando sus productos o sus ingresos al consejo, cuyos miembros se eligieron por la comunidad. Mientras que tal sistema pueda funcionar, (es decir, mientras que los vecinos tengan confianza unos a otros), un verdadero espíritu de apoyo mutuo

y de amistad reina entre los vecinos. Hasta inicios de1992, por supuesto, la gente existía a la sombra de la guerra, y ni el ejército ni la guerrilla se hallaban lejos. Un día viajé a un pequeño pueblo llamado El Poy, donde la carretera cruza por la frontera de Honduras .Había uno o dos puestos o barracas de recuerdos turísticos, pero muy pocas personas cruzaban por la frontera – solamente un camión infrecuente, una o dos personas empujando carros de mano y el raro turista extranjero y intrépido. En el camino de regreso a Dulce Nombre por la tarde, nos detuvimos un rato para recoger algunas hojas de propaganda del FMLN, muy mal fotocopiadas, que habían sido esparcidas a lo largo de la carretera. En otra ocasión, en la misma carretera, el carro de la parroquia fue detenido por la guerrilla y a la persona que manejaba el vehículo le mandó que colocara el carro en ángulo recto a través de la carretera, con el fin de bloquearla. A la protesta que se trataba de un carro propiedad de la iglesia y que fue cumpliendo con un asunto urgente, el FMLN lo permitió a escaper y hizo parar el vehículo atrás, un camión, y lo utilizó en su lugar. Varias veces durante mi estancia en Dulce Nombre, el camino entre nosotros y San Salvador fue escenario de enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla. Cuando eso ocurrió, el tráfico se detuvo por lo general y por razones de seguridad; pero los guerrilleros, para prohibir que se escaparan y con el fin de evitar que los militates pudiesen circular por la carretera, los guerrilleros solían detener unos buses, colocarlos en ángulo recto a través de la carretera y luego, tomando una precaución adicional, dispararon algunas balas en cada uno de los neumáticos.

Repoblaciones y Otros Lugares (ii) Un día, acompañado de un parroquiano, que a menudo manejaba en lugar de mí, fuimos a un lugar llamado Carrizal, al nordeste de Dulce Nombre y muy cerca de la frontera con Honduras. La parroquia está remota y extensa y, cuando hicimos la visita, había tres sacerdotes que trabajaban allí - dos franciscanos irlandeses (quienes habian vivido y trabajado muchos años en América Latina) y un diocesano de Edimburgo. Hasta Chalatenango, el viaje está bastante fácil; a partir de esa ciudad, la pista está en malas condiciones y el viaje se convierte a estar difícil y fatigoso. (Un detalle curioso: el autobus diario de Carrizal a Chalatenango tarda dos horas y media y, para dificultar el viaje ¡sale a las tres de la madrugada!) En el camino con rumbo a Carrizal se halla el pueblo de La Laguna, muy bien situado al lado de una cima, pero con la presencia permanente de un destacamiento nutrido de militares. En el pasado, La Laguna tenía fama de ayudar a la guerrilla y por lo tanto, hace algunos años, el ejército se hizo cargo del pueblo y ha estado allí desde entonces. Los soldados parecían más numerosos que los habitantes del pueblo. Estaban por todas partes y han excavado muchas trincheras y refugios subterráneos entre las casas, a las esquinas, etc La presencia del ejército

ha provocado innumerables ataques de los guerrilleros y estos enfrentamientos han significado inevitablemente que unos vecinos resultaron matados y muchas propiedades quedaron demolidas. La Laguna parecía víctima de un bombardeo muy fuerte y los vecinos habían sufrido mucho. Además de la violencia frecuente, la gente de La Laguna tenía también que aguantar la presencia constante de los soldados - y esto trajo cualquier tipo de problemas. Por ejemplo, me llevaron a una casa donde un niño demacrado estaba acostado en una hamaca. Un hombre nos dijo que el niño tenía trece meses de edad y era el hijo más reciente de su esposa, que es alcohólica; más tarde la vimos a ella, tambaleándose por la calle. El hombre pareció aceptar, de una manera resignada y fatalista, la promiscuidad de su mujer. Me dijeron que había muchos niños como ese en La Laguna, así como muchos casos de las mujeres y las niñas habiendo estado violadas. A unos quince kilómetros al norte de La Laguna y muy claramente dentro del territorio controlado por la guerrilla, se encuentran las localidades de Carrizal, y más allá, de Ojos de Agua. Las condiciones primitivas de vida de los tres sacerdotes allí son evidentes, así como de todos los demás habitantes. Ha ocurrido mucha violencia y, claro, también los sufrimientos consecuentes. El límite norte de la parroquia es el río Sumpul (que forma la frontera entre El Salvador y Honduras) y fue en las orillas de este río que una de las atrocidades más notorias del conflicto se llevó a cabo. En 1984, varias familias que habían tratado de ocupar y cultivar tierras en desuso fueron atacadas por el ejército. Intentaron huir a través del río a Honduras, pero las tropas hondureñas les obligaron a retroceder por atrás y hasta mil campesinos fueron masacrados por el ejército salvadoreño. Carrizal y Ojos de Agua, ambos pueblos quedaban en silencio, incluso en una somnolencia, el día cuando estuvimos allí. También visitamos una aldea pequeña entre los dos lugares y retengo tres recuerdos de esa. El primero es la escuelita de adobe que, debido a la guerra, no había tenido maestro durante tres años. El segundo, nos encontramos con un grupo de seis hombres que regresaban de Chalatenango. Habían participado en una manifestación de campesinos sobre los suministros de agua y quedaron muy satisfechos a pesar de que los militares habían utilizado las sirenas en un intento de ahogar las voces de los oradores y habían disparado sobre las cabezas de la multitud para aterrorizarlos. El tercero, recuerdo a una mujer de unos cincuenta años a quien le restaba sólo una pequeña parte de la mano derecha, la mayor parte se amputó unos meses antes al tratar en vano de proteger a su marido contra un hombre armado de un machete. El marido fue uno de los tres asesinatos que la pequeña aldea había experimentado durante los doce meses pasados, todos ellos siendo las consecuencias de venganzas y disputas familiares. La violencia en El Salvador no se limita al ejército o la guerrilla. Como alguien me dijo, "muchos salvadoreños ni siquiera saben el significado de la palabra „perdonar”‟”.

Recreación y Deporte

Los mayores están por ahí charando y los jóvenes juegan en la calle - y con una seguridad total porque el tráfico es mínimo: sólo el bus de vez en cuando, una camioneta aún más raramente, un jinete solitario. No hay mucho peligro de resultar derribado o atropellado A las gallinas y a sus crías les encanta andary vagar por la calle. Poseen un instinto irrefrenable de corretear a través de la calle justamente en frente de las ruedas de cualquier vehículo que se acerca. La televisión es popular en Dulce Nombre y hay alrededor de ocho canales. Todos los programas exhiben un carácter algo frívolo, a menudo siendo producciones de los EE.UU., dobladas al español y frecuentemente interrumpidas por anuncios publicitarios. No hay cine en Dulce Nombre, pero se pueden comprar videos en Chalatenango. Dulce Nombre tiene dos equipos de fútbol, ambos participando en las ligas del departamento. Los miembros del equipo "grande" reciben una miseria si juegan y una pequeña bonificación si ganan. Ese equipo lograba a ganar varios partidos mientras yo estaba allí y parecía que iba a ser promovido a una liga nacional, hasta que se confrontó a uno de sus rivales principales, Citalá. Al comienzo de la temporada, Dulce Nombre había perdido en Citalá, a un partido marcado por la violencia. Uno de los jugadores de Dulce Nombre fue pegado por una piedra de la honda de un espectador, un partidario de Dulce Nombre fue golpeado con un machete, mientras que un aficionado de Citalá produjo una pistola y disparó al aire. Por lo que el partido de vuelta en Dulce Nombre se esperaba con una mezcla de ansiedad y deseo de vengarse. La primera mitad del partido se jugó bajo un aguacero torrencial y, a pesar de la lluvia habiendo terminado anteriormente al descanso, el terreno de juego quedaba empapado y parcialmente inundado. La multitud estaba viva, ruidosa y entusiasta. Con el fin de poner en marcha la segunda mitad, el árbitro tuvo una tarea difícil, tratando de conseguir que los aficionados saliesen fuera de la cancha donde se pude ver a los espectadores dando un paseo, a los niños pequeños disfrutando de la oportunidad de marcar goles, y a un heladero con su carretilla. Triste para admitirlo, Citalá marcó el único gol del juego casi al final del partido, calamidad que más o menos destruyó el sueño casero de promoción. Los partidos caseros de Dulce Nombre comenzaron a la una de la tarde los domingos (en lugar de la hora más normal de las once en otros pueblos) debido a la Misa parroquial a las diez. ¿Cómo podían los jugadores aguantar el calor tórrido de las horas primeras de la tarde? Una respuesta me escapa. . El equipo juvenil es aún más consciente de la observancia religiosa. Cada sábado por la noche se reúnen los jugadores al portal de la casa parroquial para una charla sobre las tácticas de juego del día siguiente, seguido por una hora de reflexión bíblica y de conversación sobre la fe. Un fin de semana durante mi estancia, el equipo se salvó providencialmente de un acontecimiento desastroso, Viajando a un partido fuera de casa, el autobús de los jugadores pasaba por un cuartel del ejército, cuando fue detenido y abordado por los militares. Todos los jóvenes tuvieron que bajar y se encontraron encerrados en el cuartel e informados de que estaban siendo reclutados y redactados inmediatamente, como es la costumbre centro-

americana. Tras una discusión de cuatro horas, su entrenador logró a conseguir su liberación por considerar que la mayoría de ellos eran estudiantes y así, por el momento, exentos del servicio militar. ¡Un desastre enorme afortunadanente evitado! El club de madres jóvenes inauguraron un equipo de pelota-blanda y, habiendo oído que la embajada británica había proporcionado máquinas de coser para la escuela primaria, me preguntaron si su majestad la Reina Isabel se les suministrarían bates, pelotas y guantes. Me pidieron que hiciera las gestiones necesarias y así lo hice, pero - tengo que admitir - de forma un tanto tímida. La embajada fue muy amable, pero creía que era poco probable que pudiese ayudarnos. Por otro lado, ¡si las madres jóvenes habrían solicitado los requisitos para inaugurar un equipo de cricquet…! Un acontecimiento anual en Dulce Nombre, como en otros pueblos del país, es La Fiesta del Maíz En realidad, es un asunto para ganar ingresos y, en 1991, las ganancias se dividieron entre la parroquia y el equipo de fútbol. La festividad se puso en marcha el sábado por la noche con un baile ruidoso y apiñado al que fue elegida la Reina del Maíz. Esto se hace mediante un proceso descaradamente comercial. Algunas jóvenes de diez a veinte años tratan de obtener el patrocinio de tantas personas como puedan, las más generosas lo mejor, y la chica que consiga ganar el importe más grande de dinero es la reina. Las demás finalistas se declaran las damas de honor de la reina. En 1991 había once candidatas, de las cuales sólo ocho se presentaron al baile; es de suponer que las otras tres hubieron decidido que no tenían ninguna posibilidad de hacerse la reina. Al día siguiente, después de la Misa, las candidatas desfilan por el pueblo, cada una de pie en una carreta adornada por plantas de maíz y tirada por dos bueyes. A su llegada a la parte delantera de la iglesia, desmontan y se incorporan al grupo presidencial para los discursos, los anuncios, los votos de gracias, etc Entonces, la Reina es coronada por la reina del año anterior y el cetro real se le entrega a ella. El párroco - o, en el año de 1991, su substituto interino - se invita entonces a colocar la faja de la reina a su nueva majestad. Durante la ceremonia de coronación, botellas de “fresco” (Coca-Cola etc.) se sirven a las candidatas, a las autoridades y al sacerdote, (a quien solo se le ofreció un vaso con su refresco). Había un aire festivo en el pueblo aquel día y puestos de venta de helados, refrescos y aperitivos hicieron un buen negocio. Afortunadamente, la ocasión no se vio afectado por ninguna actividad militar, violenta o no.

Dos Lugares Especiales Cada uno de los cantones pertenecientes a la parroquia de Dulce Nombre tiene su atractivo pero, mientras estaba yo en la parroquia, sentía un interés especial en ayudar a los dos cantones más alejados del pueblo: El Cóbano, en el extremo sur de la parroquia y El Ocotal, al extremo norte. Ambos sufren de su aislamiento y merecen una atención particular.

El COBANO es un cantón de poca elevación y muy esparcido por diez o doce kilometros al sur de Dulce Nombre; está muy cerca del gran lago formado por la presa del río Lempa. De alguna manera u otra -, porque no es realmente remoto - la gente de allí no parece de haberse integrado en la comunidad parroquial, e incluso ni de haberse enterado tampoco de lo que sucede en ella. Cuando llegué a celebrar la Misa mensual, nadie había sido informado acerca de mi llegada y faltaba cualquier preparación. Sin embargo, los preparativos apresurados para la Misa en el "jardín" de alguien reflejaron bien la entraga de un gropo de los vecinos – y ¡las gallinas, los perros y los cerdos moviendose alrededor de y entre nosotros no nos ocasionaron ninguna molestia! Existen problemas serios entre los católicos de El Cóbano y se nota un ambiente desmoralizado, en parte debido al incremento considerable de las sectas (grupos religiosos fundamentalistas de una orientación muy derechista, a menudo con sus bases en los Estados Unidos y financiados generosamente desde allí). Un día les pregunté a los católicos de El Cóbano si tenían representantes en el consejo parroquial y la respuesta fue "No siquiera sabíamos que existíera un consejo de la parroquia". Por lo tanto, con el presidente del consejo y uno o dos más, organizamos una reunión con los vecinos de El Cóbano, la cual se celebró unos días después en la escuela del cantón. Unos cuarenta vecinos se presenciaron y les explicamos lo que es el consejo parroquial y lo que trata de conseguir. A continuación, les invitamos hacer un voto para elegir a sus tres representantes y, con gran alegría, cinco candidatos se ofrecieron y la asamblea eligió por votación a tres de ellos para ser sus representantes. Aparte del hecho de que no hay iglesia - uno de los muy pocos cantones de la parroquia en los cuales faltan iglesias - y aunque hay un deseo de corregir esto, había otro problema grave a El Cóbano. Muy pocos de los vecinos están debidamente casados. Algunos se casaron solamente de una ceremonia civil, que es un preliminar legalmente requisito que precede la ceremonia de la iglesia, pero muchos simplemente viven juntos. El resultado es que no sólo los adultos no reciben los sacramentos, sino muchos de los niños ni siquiera son bautizados. Hemos abordado el asunto y había acuerdo general en que sería una buena idea conseguir la rectificación del problema. Pero luego comenzaron las preguntas. ¿Cuánto habrá que pagar? ¿Tienes que comprar un vestido blanco? Y, aun cuando estos problemas recibieron respuestas y asi fueron solucionados, quedó un obstáculo serio para esta gente pobre. Antes de una boda “por la iglesia”, hay que celebrar un matrimonio civil y el precio de este es de 25 colones (US$4), además de la necesidad de obtener un certificado válido de nacimiento (más dinero) de su lugar de nacimiento, que importa un viaje a menudo bastante largo, y consecuentemente más gastos. Antes de marcharme de la parroquia, nos informamos que hay un arreglo que se llama "boda colectiva civil". Cuando muchas parejas desean regularizar sus uniones maritales y el costo es un obstáculo, pueden pedir que un funcionario se traslade al lugar y lleve a cabo una boda civil multiple a un costo nominal. Esa posibilidad parecía una oportunidad muy atractiva a los fieles

de El Cóbano

Cogí un afecto y cariño para con El Cóbano, principalmente porque parecía haber perdido en mucho, tanto espiritual como materialmente. Unos días antes de salir de la parroquia, hice otra visita para celebrar la Misa en la escuela de El Cóbano. Fuí acompañado de veinte miembros del coro de Dulce Nombre. El aula estaba repleta de personas - más de un centenar atestados en el interior – y, afuera, los demás de pie a las ventanas abiertas, mirando hacia adentro. Había unos veinticinco comulgantes y dos bautizados: una niña de tres años y un niño de ocho meses de edad. El niño retrasó un poco el procedimiento porque, al llamarle para bautizarse, se encontró desnudo y tuvimos que esperar un rato hasta que su mamá le vistiese para estar decoroso a los asistentes. Fue una buena fiesta disfrutada por todos y espero que logró a animar a la gente de El Cóbano e incitarles a involucrarse más en la vida de la parroquia. [NOTA POSTERIOR: Algunos años después de este relato, El Cóbano fue trasladado a otra parroquia.]

EL OCOTAL está, sin duda, entre las montañas. La "carretera" hacia allí es quebrada y escabrosa, un rastro tortuoso a través de valles y al borde de precipicios. La distancia de Dulce Nombre es de sólo once o doce kilómetros, pero se tarda una hora en el carro (que por lo tanto, significa una velocidad excepcionalmente lenta). A causa del estado de la carretera y debido a la actividad de la guerrilla, no hay servicio de autobús a Ocotal y los vecinos, si quieren ir al pueblo, tienen que caminar a pie. Andan por senderos y veredas aún más escarpados y se tarda el viaje cuesta abajo unos noventa minutos, pero tardará mucho más en el camino cuesta arriba de regreso. Ellos son grandes personas en Ocotal a pesar de su aislamiento y la cantidad de sufrimiento que han soportado en la década pasada. Me informaron que ellos estaban viviendo con el temor constante de las minas terrestres. La gente declara que los animales han muerto y algunos niños han sido mutilados al pisotear una mina. Y la gente tenía miedo de moverse o ir a trabajar al campo, debido al peligro. Una persona me dijo que, cuando se quejó a la guerrilla, se le dijo que la solución era simplemente quedarse en casa. La creencia era que las minas estaban allí no sólo para disuadir al ejército sino también a perturbar la vida cotidiana y el trabajo. Hay una pequeña iglesia en Ocotal y una escuela que, mientras yo actuaba de párroco interino, dio la bienvenida a su primer maestro desde hacía tres años. El cantón se llenó de alegría - de los padres por lo menos, pero creo de los niños también - que por fin los jóvenes recibirían algunas lecciones. Sin embargo, un solo profesor tratando de enseñar a algunas docenas de niños de varias edades y que no habían estado en la escuela durante tres años - no quedaba claro cuánto se aprendería. [NOTA POSTERIOR: En la sección "Niños" de arriba, una nota añadida después de mi visita de 2004 demuestra que el miedo expresado fue innecesario.]

Más allá de Ocotal hay unas aldeas o caseríos - Los Encuentros, Chorro Blanco - que tienen acceso solamente a pie o a caballo. P. Basilio hace visitas a estos lugares, pero tuve que admitir mi falta de capacidad, pedir perdón a sus vecinos y tratarles con atención especialmente cuando llegaron a Ocotal. Me sentí muy honrado cuando las ancianas y los niños hicieron el viaje de una hora o más, subiendo y bajando barrancos y por sendas duras y fragosas. Les conté a algunos que la distancia entre la ciudad donde vivo yo en la diócesis de Galloway (Escocia) y la parroquia más lejana logra a 160 kilómetros. La gente quedó impresionado; pero no me quejo nunca más de un viaje tan largo con la comodidad de un carro y sobre las carreteras de Escocia que, inclusos sus tramos peores, parecen autopistas según las normas salvadoreñas. El viernes 30 de agosto celebramos el sacramento de la confirmación en Ocotal probablemente por primera vez en el cantón. En ocasiones anteriores, la gente tuvo que caminar de pie a Dulce Nombre. Yo creía que, estando Ocotsl tan remoto y tan oprimido, sus fieles merecían la oportunidad de celebrar la confirmación en su pequeña iglesia propia. Llegué, acompañado de unos colaboradores, a las ocho horas de la mañana, dos horas antes de la Misa. De acuerdo con una decisión anterior sacamos todos los escaños de la iglesia con el fin de conseguir más espacio. A medida que la gente comenzó a llegar, empecé a escuchar a las personas que deseaban confesarse y esto se continuó a lo de antes de las nueve hasta 10,55, una hora después de que la Misa se debía de comenzar. Aun así, logré para terminar las confesiones solamente a fuerza de acortar el rito al mínimo y de hacer anuncios muy justos casi a suplicar: "sólo aquellos en pecado mortal, por favor". En lugar de los veinte candidatos anticipados para el sacramento de la confirmación, había cuarenta y nueve. La ceremonia fue alegre y evocadora de la fe y de la oración. Cinco músicos tocaron sus instrumentos con un entusiasmo ejemplar Hacía mucho calor y, como colofón después de la Misa, hubo dos bautismos. En el camino de regreso a Dulce Nombre llevamos en el carro a una mujer y su hija pequeña. La señora me informó que su esposo y tres de sus hijos habían perdido la vida durante los años desde 1980, su esposo de ser uno de treinta guardias civiles atrapados y matados por el FMLN y sus hijos habían desaparecido desde hace años, presumiblemente muertos en la guerra. Lo que dijo la madre tocante a su hijo menor fue muy conmovedor. De diez años, él fue "reclutado” por el FMLN y, cuando llegó de permiso a su hogar, ella quería retenerlo porque estaba llorando mucho, pero los guerrilleros le mandaron a ella que lo enviase de vuelta a menos que ella quería "echsr tierra encima de sus otros hijos". Al autorizarme a celebrar la confirmación en la parroquia de Dulce Nombre, el obispo de la diócesis había estipulado que ninguna persona menor de doce años debe recibir el sacramento. Yo me ponía muy insistente en que la instrucción epicopal se observara. Sin embargo, unos días después de la confirmación de Ocotal, me enteré de que la comunidad allí, ansiosa de que los niños más jóvenes recibiesen alguna instrucción religiosa junto con los candidatos, había organizado un concurso para ellos, con el incentivo de que el muchacho más

listo y la muchacha más inteligente se incorpoarían a los candidatos de modo clandestino y sin mi conocimiento. ¡El mismo cantón de Ocotal merecía un premio por una iniciativa muy pastoral y.muy imaginativa!

Las Sectas Casi todo el mundo sabe que en América Latina las "sectas" han estado muy activas durante los años recientes. La palabra “sectas” no quiere decir las iglesias protestantes tradicionales, como son los luteranos, los presbiterianos, los episcopales y los menonitas, sino organizaciones más pequeñas y muy activas, a menudo fundadas en los Estados Unidos y financiadas de allí. Las sectas mantienen una hostilidad para con la Iglesia Católica. Como resultado, ha sido, y sigue siendo, un gran esfuerzo "para ganar a América Latina por Cristo", es decir, para que los habitantes se unan a las sectas. En general, la campaña ha tenido un éxito considerable y, por desgracia, un gran número de católicos se han alistado a las sectas. Las causas de tales traslados son sociológicas y pastorales. Las sectas ofrecen un estilo de religión y culto que se basa en las Escrituras, aunque de una manera muy fundamentalista y selectiva. Su modo de oración es pentecostalista y su liturgia es simple, alegre y poco profunda. Su predicación ofrece una garantía de salvación segura después de la muerte para con aquellos que son "convertidos". Las sectas tienen poco o nada que decir sobre la justicia social o la construcción del Reino de Dios en la tierra. En consecuencia, no representan una amenaza a los regímenes donde la injusticia, la violencia y la violación de los derechos humanos constituyen el sistema gubernamental. De hecho, estos regímenes favorecen las sectas, porque estas enseñan que debemos aceptar lo que Dios (y, por supuesto, el gobierno) quiere hacer a nosotros en esta vida sin protestar, de manera que recibiremos la recompensa eterna en el cielo. Esta actitud puede ser muy atractiva a las personas que viven terrorizadas por el peligro del asesinato si existe alguna sospecha de ser subversivas o simpatizantes del FMLN. Por otra parte, aquellos que se unen a las sectas experimentan a menudo un sentimiento de comunidad que no han tenido jamás como Católicos. Además, la enseñanza de las Escrituras parece dirigirse a ellos, aunque de forma selectiva, sobre la certeza de su salvación personal y del consuelo que esa confiere. En Dulce Nombre hay tres sectas, cada una con su propio templo: los Testigos de Jehová, la Asamblea de Dios, y los Gnósticos. Sus números no son grandes, aunque algunos de los cantones de la parroquia tienen un porcentaje mayor de miembros de las sectas que hay en Dulce Nombre. Pocos o muchos, son muy activos por visitas puerta a puerta. Tanto es así que algunos católicos tienen una tarjeta fijada a sus puertas con las palabras "Somos Católicos. No insista", junto a una imagen del Sagrado Corazón o de la Virgen María. Por una semana, teníamos visitas diarias de un evangelista itinerante que llegaba cada día, aproximadamente a las tres y media o las cuatro de la tarde, establecía su altavoz en el parque

y justamente enfrente de la iglesia y, durante las dos horas y media siguientes, nos sometía a una mezcla de himnos y de la predicación (sobre todo, esta). Cada uno de sus sermones se prolongó más de una hora y, en gran medida, consistió de ataques y acusaciones a la Iglesia Católica, sus doctrinas y sus sacerdotes. Por lo general, le acompañaban a él unas docenas de seguidores de otros varios pueblos, los cuales proporcionaban el apoyo y los aplausos requisitos. Algunos vecinos de Dulce Nombre se reunían al grupo de oyentes - probablemente miembros de la secta local, pero otros allí escucharon, motivados simplemente por curiosidad. El disturbio creaba una gran molestia, especialmente cuando se celebraba la Misa cotidiana a las cinco y hemos tenido que competir con el ruido exterior. Los feligreses se indignaron y quejamos al alcalde. El se declaró de acuerdo con nosotros porque, aunque había libertad y el derecho de predicar las religiones diferentes, la actuación callejera constituía una violación de la paz y una provocación cuando se celebraba la Misa. Pero no sucedió nada, excepto que el predicador afirmó que nadie podía prohibirle mientras estaba cumpliendo su misión dada por Dios a proclamar la verdad. He oído que a veces, cuando las sectas trataron de sostener reuniones al aire libre en otros pueblos, los Católicos estuvieron más activos que los de Dulce Nombre. En una ocasión, por ejemplo, los feligreses llevaron una imagen de la Virgen fuera de la iglesia y procesaron alrededor del evangelista, rezando el rosario. Otra táctica fue que un grupo de los fieles escaló el campanario para tocar continuamente las campanas de la iglesia hasta que el predicador, frustrado y vencido, lió el hato y se marchó.

Confirmación Unos pocos días después de mi llegada a Dulce Nombre, los feligreses empezaron a preguntarse si podríamos celebrar el sacramento de la confirmación mientras estaba yo en la parroquia. Monseñor Eduardo Alas, obispo de Chalatenango, había estado en Dulce Nombre para celebrar confirmación hacía uno o dos años, pero era evidente que había jóvenes númerosos que debían recibir el sacramento. Le pidé al obispo si podría autorizarme a conferir el sacramento durante mi estancia en la parroquia y él aceptó muy amablemente, pero con la condición: que normalmente sólo los mayores de quinceaños o más, y tal vez los de doce hacia arriba, "si son maduros". Esa frase "si son maduros", nos ocasionó varias dificultades, aunque en la práctica, yo decidía remitir la decisión - y su comunicación a los interesados - a los catequistas locales. Ya que los números iban a ser grandes, decidimos que deberíamos celebrar la confirmación no sólo en Dulce Nombre, sino también en Santa Rita y, porque la gente de Ocotal quedaba tan lejos, aún allí. Durante días, y aún semanas, de antemano, los candidatos tenían que ser identificados e inscritos, los padrinos investigados (si casados, se suponía que eran propiamente casados), y "charlas" (un curso de tres o cuatro discursos preparatorios informales) presentadas en los tres lugares. Además de tratar de garantizar que la inscripción y las charlas procedían con una normalidad efectiva, hacía falta asegurarnos que una

preparación de las liturgias especiales se adelantaban. Yo también tenía que establecer oportunidades para el sacramento de la reconciliación a los candidatos, a sus padres y a sus padrinos. Calculo que, para cumplir con est a última responsibilidad, he pasado quince horas en los confesionarios, con sesiones que duraban, cada una, de una a tres horas. Domingo el 25 de agosto fue el día de la confirmación en Dulce Nombre, a la Misa de las diez. Los candidatos, sus padres y sus padrinos habían estado en la iglesia desde las ocho horas, y sus nombres se comprobaron con las listas que se habían preparado. Debido al número considerable, los 130 candidatos y sus padrinos se alineaban a los bancos colocados a lo largo de tres paredes de la iglesia grande y se agruparon de acuerdo con sus barrios distintos de Dulce Nombre y con sus cantones de origen. La Misa comenzó puntualmente, (cosa que era algo excepcional para celebraciones especiales en El Salvador y fue el resultado de una planificación cuidadosa y la cooperación de todos). Después de una celebración muy alegre y hermosa, la Misa terminó a las 11.40. Una posdata a la confirmación de Dulce Nombre. Se me informó el día anterior, que varios de los mejores jugadores del equipo de fútbol había sido elegido como padrinos, pero que hubo un partido importante fuera de casa a partir de las once del domingo. Así ¿podría yo "hacer" sus candidatos en primer lugar para permitir que los padrinos afactados saliesen corriendo al partido? y, aunque este habría comenzado, ¿por lo menos algunos de los padrinos-jugadores podrían meterse como sustitutos? Yo no creí que dicho plan fue idóneo y propuse la representación por apoderados a la confirmación. En efecto, los jugadores invitados a actuar de padrinos se quedaron a Dulce Nombre y llevaron a cabo sus deberes en la iglesia. Sería bueno poder informar de que la Divina Providencia recompensó su sacrificio, pero, por desgracia, el equipo debilitado de Dulce Nombre cayó 6-0 al partido, y así perdió la última oportunidad de ascenso a la liga nacional. El pueblo de Santa Rita celebró sus confirmaciones el domingo día primero de septiembre. La Misa comienza a las siete horas y media de la mañana, pero cuando llegué allí, justo después de las seis y media, muy poca gente estuvo presente, a pesar de mis instancias anteriores, y la planificación, por ejemplo como poner en orden los asientos y bancos, no se había aún iniciado. Así que tuvimos que dedicarnos a unos preparativos frenéticos e intensos, sobre todo comprobar los nombres de las listas con los candidatos y arreglar que la gente se agrupara de acuerdo a sus cantones de origen. A pesar de mi frustración por la tardanza de planificación, todo salió bien. Celebramos una fiesta buena y alegre, con un centenar de candidatos. Antes de irme corriendo a la próxima Misa en Dulce Nombre, muchas personas me rodearon con cámaras, deseando tomar fotos de los candidatos y sus familias conmigo.. La confirmación en Ocotal, una de mis "lugares especiales", el viernes treinta de agosto, fue (según opinaron los vecinos) la primera jamás celebrada en la pequeña iglesia. He contado el acontecimiento en la sección llamada "Dos Lugares Especiales”. Yo me sentía feliz y contento de haber puesto bien el último toque de las celebraciones de la confirmación. Las tres se consideraban generalmente como unos éxitos rotundos. Ningún

elogio es demasiado generoso para con los varios miembros del consejo parroquial, los catequistas, etc, cuya colaboración, a pesar de su inexperiencia, fue excelente y abnegada. Erasmo, el presidente del consejo parroquial, fue particularmente digno de reconocimiento, sobre todo porque, después de las confirmaciones, asumió personalmente la responsibilidad de copiar todos los detalles requisitos de los candidatos en el registro de la parroquia y en los formularios, uno para cada candidato, los cuales tuvimos que mandar a la oficina diocesana en Chalatenango.

Nacimientos y Fallecimientos En El Salvador los nacimientos y los fallecimientos suceden con tanta frecuencia que casi se dan por hecho. Durante mi tiempo en la parroquia, por lo menos dos jóvenes se quitaron la vida por tragar pesticida. Una tarde, poco después de mi llegada a Dulce Nombre, me invitaron a una conmemoración combinada de una muerte y un cumpleaños. Fue el quinto cumpleaños de una niña Normita y también el quinto aniversario de la muerte de su mamá (a los diecisiete años de edad). El evento fue una mezcla extraña de alegría y de duelo. Nos reunimos en torno a un templete provisional, erigido en la casa de la abuela y de la niña - bancos de flores, luces de colores, una fotografía de la muchacha muerta, una imagen de Dios Padre y Dios Hijo y, por encima de todo, una estatua de Nuestra Señora. Dirigido por una señora mayor incansable e indomable, que rezaba, y sin parar durante cuarenta y cinco minutos, una gran variedad de Padre Nuestros, Dios te salve, letanías, invocaciones, oraciones para cada una de las cinco llagas de Nuestro Señor, etc, etc Seguía las plegarias torrencialmente sin fin y con una especie de urgencia inexordable, hasta que, finalmente, las oraciónes más o menos se derrumbaron cuando los asistentes se hicieron distraídos por la aparición y distribución de pedazos de pastel de cumpleaños y botellas de Coca Cola. Ocurrieron algunos fallecimientos por causas naturales mientras estaba en Dulce Nombre, y un número considerablemente mayor de nacimientos. La ilegitimidad no es rara, ni parece ser juzgado como un estigma. Varias personas me han informado que sus hijos nacieron ilegítimos. Un feligrés que desempeña un papel importante en la parroquia me dijo, sin ningún tipo de vergüenza, que había sido criado con mucha pobreza por sus abuelos maternos. Una vez, teniendo catorce años, ambriento y casi desesperado, fue a ver a su padre para pedir ayuda financiera. Su padre no lo reconoció y le negó la ayuda. Él (mi informante) declaró que su padre era un mujeriego notorio que había tenido unos cuarenta niños por todo el país de El Salvador. En mis once semanas en la parroquia, he bautizado a veintiún niños, diez de los cuales eran ilegítimos. Las páginas del registro de bautismos tienen una columna para observar si el niño ha nacido dentro del matrimonio o no, y un día, por curiosidad, examiné los datos y apunté algunas estadísticas. En 1959, hubo 316 bautismos, 76 se señalaron como ilegítimos. En 1969, las cifras comparativas fueron 372 y 133; en 1979, 364 y 85; en 1985, 210 y 87; en 1989, 120 y 52; y en 1990, 178 y 49. Sin embargo, es evidente que, en los años recientes, muchos sacerdotes han dejado de señalar la ilegitimidad en el registro de bautismos, por lo que la

segunda cifra que he notado de cada par es probablemente inferior a la realidad. Los nombres que los niños reciben de sus padres en la actualidad en El Salvador no son por lo general los tradicionales Juan, Santiago, José, María, etc. Entre ellos que he bautizado, había Melvin, Yobani (= Giovanni), Neftalí, Ulises, Osmin, William, Jairo, Yaneth, Evelín, Xiomara, Lucimar, Florinda y, me complace decir, Mauricio. Otras apuntaciones que he visto en el libro de bautismos demonstraron que nombres “extranjeros” se hacían de moda, por ejemplo, Yasmin, Glendy, Lesley, Hazell (= avellana), Gisel y Deisi (= daisy = margarrita)..

Despedida Llegué a Dulce Nombre timidamente, pero me despedí verdaderamente trists. El proceso de salida se elaboró a largo mientras me despedía de cada comunidad a mi última visita al cantón. Conforme pasaban los días y el día nueve de septiembre se acercaba, el proceso se hacía cada vez más difícil. Había fiestas y canciones y regalos de los maestros, de los acólitos, del coro, de las personas que me cuidaron durante mi estancia. Hubo visitas de personas de los cantones, así como grupos de vecinos de Dulce Nombre - y una multitud de regalos, conmovedores por su sencillez: una toalla, unas monedas, cinco naranjas, huevos, un pollo, una bolsa de frijoles, un poco de maíz, gafas de sol y, de uno de los acólitos, su propia baraja de naipes, muy usada y gastada, porque le encantaba jugar y divertirsa con ella. Vacilé un momento antes de aceptar este regalo, porque fue un gran sacrificio para el muchacho, pero creí que rechazarlo sería insultante y nocivo y podía estimarse un gesto de menosprecio. Domingo el ocho de septiembre comenzó con la llegada, fuera de la ventana de mi dormitorio, del coro de la parroquia - instrumentos y voces - a las cinco y media de la madrugada. A mí y para mí cantaron y tocaron al aire fresco hasta las seis y cuarto. Luego me llevaron a desayunar a una casa donde unas veinticinco personas se habían reunido. El plato principal era arroz con leche y con pasas, y hubo regalos discursos y fotografías. Tuve que marcharme aprisa a Santa Rita para la Misa de las siete y media. La Misa se convirtió en un acontecimiento muy emocionante y, a su terminación, había discursos, fotos y regalos mientras comimos pasteles y bebimos refrescos. Luego de regreso a Dulce Nombre y la Misa en la iglesia llena de personas, muchas de ellas estando de pie. Una vez más, fue muy emocionante. Las circunstancias me entristecieron mucho. Después del almuerzo con los feligreses que habían estado muy cerca de mí y después de otras visitas de varias amistades, entre ellas una mujer y sus dos hijos que habían caminado de Ocotal a decir adiós, me sentí física y emocionalmente rendido y agotado. Traté de arreglar el equipaje - que no fue fácil debido al número, cada rato mayor, de regalos que se me trajeron a mí - antes de ir a Piedras Gordas para la Misa de las cuatro - mi última Misa en la parroquia. A mi regreso de Piedras Gordas, las cosas se hicieron aún más agitadas mientras trataba yo de hacer las maletas y la gente siguía presentándose para decir adiós y ofrecerme regalos.

Algunas de esas tuve que dejar a Dulce Nombre, incluso un cojín grande y una imagen, hecha de yeso, de una auriga triunfante en su carro, con caballos enganchados. Habiendo cenado, también con una docena de colaboradores de la parroquia, salí al parque (que está en frente de la iglesia) donde se había agrupado una muchedumbre de vecinos para asistir a un concierto de despedda. El coro parroquial interpretó unas canciones y había cantos a solo, sainetes, danzas y dos discursos (del presidente del consejo parroquial y de mí) y finalmente muchas fotos y muchos abrazos. Por fin, me acosté, muy cansado, a las diez y media, bastante tarde en Dulce Nombre y muy tarde esa noche porque iba a levantarme a las tres de la madrugada. Sin embargo, el sueño me abandonó – en las circunstancias comprensible, creo yo. Con una rapidez excesiva, mi estancia a Dulce Nombre se terminó. En el relato de mis once semanas allí, he tratado de describir cual es la vida de los vecinos y cual era para mí. Han sufrido muchísimo los habitantes de Dulce Nombre, igual como ellos de otros pueblos y ciudades de El Salvador. Sin embargo, la vida cotidiana posee también su aspecto más alegre y menos serio, y esto he procurado pintar. Gracias a Dios, un cesefuego se firmó y entró en vigor en enro de 1992 La guerra visible entre el ejército y la guerrilla salvadoreña se ha terminado. Muchas personas sobrevivirán ahora que, por otra parte, habrían perdido la vida. Muchas familias no tendrán que estar de luto, lamentándose el fallecemiento de un padre, un marido, un hermano. A pesar de esto, no puede existir la paz verdadera y duradera sin la justicia, una condición muy deseable que parece todavía lejana en cuanto, por ejemplo, a la reforma de la propiedad de la tierra, la igualdad de oportunidades, y la terminación de la corrupción. De parte de los feligreses de la parroquia de Dulce Nombre, recibí aceptación, amistad, gratitud y cariño siempre y en abundancia. La experiencia era, para mí, maravillosa e inolvidable. Recibí de ellos mucho más que jamás yo podía ofrecerles a ellos. ¡Qué Jesús el Salvador les cuide y les guarde y les otorgue a ellos y a todod los salvadoreños el don de la paz!

POSDATA Tuve la gran satisfacción de viajar de vuelta a Dulce Nombre de María en octubre de 2004 y en enero de 2008. Las visitas eran breves, solamente dos días en 2004 y de un día al siguiente en 2008. Sin embargo, fueron oportunidades bien acogidas a saludar de nuevo tantas amistades y a encontrarme en su presencia. Dadas las circunstancias, solo unas observaciones e impresiones superficiales resultaron factibles. En general, las condiciones materiales de los vecinos se han mejorado y demuestran posibilidades de alcanzar a un nivel más alto de la vida. Hay cambios. El párroco es salvadoreño, en la iglesia de Dulce Nombre, el altar ha estado restaurado a su sitio primitivo en el presbiterio, la fachada es totalmente nueva y la cúpola, que

se hundió de repente en un montón de escombros hace unos años, está reemplazada por otra menos imponente. Muchas calles del pueblo ya están pavimentadas, las carreteras hacia el sur y la ciudad de San Salvador están notablemente mejoradas, la construcción de nuevos puentes ha obviado la necesiddad de cruzar los cauces de arroyos. Aún el camino a Ocotal está suficientemente reparado para permitir un servicio limitado pero regular de buses. El Salvador de la postguerra sufre, como Guatemala, de una ola extensa y esparcida de violencia y, igual como en varias naciones, las drogas y el narcotráfico ejercen una influencia maligna que afecta a muchas personas y de varios modos. Sería imprudente tratar de profetizar lo que puede ser el porvenir de El Salvador.Todo depende de tantos desconocidos, no solamente dentro del país sino en el extranjero también. No obstante y de mi parte personal, quiero declarar que, mientras viva yo, guardaré cariñosamente mis recuerdos de Dulce Nombre de María. Era una experiencia profunda estar con unas personas qoe son entre las mejores que jamás he conocido y amado.

Otras tierras, otras personas © 2011 Maurice Taylor 24 septiembre 2011