EL ROMANTICISMO Y EL REALISMO. EL IMPRESIONISMO

EL ROMANTICISMO Y EL REALISMO. EL IMPRESIONISMO 1.- EL ROMANTICISMO Y EL REALISMO. Con la derrota de Napoleón y el triunfo de la Restauración absolut...
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EL ROMANTICISMO Y EL REALISMO. EL IMPRESIONISMO

1.- EL ROMANTICISMO Y EL REALISMO. Con la derrota de Napoleón y el triunfo de la Restauración absolutista en Europa se produce una reacción en contra de los principios del arte neoclásico, vinculado a la Revolución francesa. El ROMANTICISMO será el primero que rompa con el Neoclasicismo. Este estilo surge a partir de 1814, tras el fin de la Revolución Francesa, en parte como un intento de mantener los principios revolucionarios a través del arte, pero con unas formas muy diferentes a las neoclásicas. Así, el Arte se convierte en instrumento de lucha y transformación, exaltando las ideas de libertad tanto individual como de las naciones sometidas a otros Estados. Todos estos caracteres hacen que sea difícil caracterizar al Romanticismo como un estilo articulado, sobre todo comparado con el Neoclasicismo. Por ello, actualmente se considera al Romanticismo como un movimiento de límites imprecisos, tanto en sus caracteres como desde el punto de vista cronológico, pues ya había habido precedentes del mismo, como vimos en Goya. La pintura será el arte donde mejor se manifiesten los caracteres del Romanticismo:  Temática muy diversa: temas medievales, revoluciones, temas orientales o exóticos, la lucha entre el Hombre y la Naturaleza…  Exaltación de la fantasía, los sentimientos y lo irracional, frente al predominio de la razón del Neoclasicismo. Se valora más el tratamiento subjetivo del tema que la verdad de los mismos.  Predominio del color sobre el dibujo, al contrario que el Neoclasicismo. El color es aplicado a base de grandes manchas.  Composiciones desequilibradas y complejas, semejantes a las del Barroco, a diferencia del equilibrio y el orden de las composiciones del Neoclasicismo.  Cambia la función social del pintor. Este se rebela contra su sometimiento ante el poder (político o religioso) y reivindica su libertad para representar los temas según su visión particular. El Romanticismo pictórico se va a difundir por toda Europa desde Inglaterra hasta Alemania. No obstante, sus principales representantes son franceses:  Theodore GERICAULT (1791-1824). Gericault viajó a Roma, donde conoció la pintura de Miguel Angel, pero también estuvo en Inglaterra, donde entró en contacto con la pintura paisajista inglesa. Por ello, aunque es contemporáneo del neoclásico David, su estilo es totalmente diferente. Su obra más conocida es La balsa de la Medusa (1818), para la que se documentó cuidadosamente y de la que realizó diversos estudios previos. El cuadro representa un hecho histórico: el naufragio de la fragata francesa Medusa, ocurrido dos años antes por la ineptitud de su capitán, de familia noble, quien, además, abandonó a parte de la tripulación en una balsa. El acontecimiento fue considerado como una muestra de la ineficacia de la restaurada monarquía absoluta. La escena se presenta desordenada, con una gama de colores muy reducida. Los personajes muestran diferentes actitudes ante la muerte, desde la esperanza de la salvación hasta la desesperación. La composición es muy dinámica, casi barroca, con el predominio de una línea diagonal que nos lleva desde la desesperación del padre junto a su hijo muerto hasta la figura que se alza agitando una tela blanca para atraer la atención de sus salvadores. Se trata de representar sentimientos dramáticos y exaltados: miedo, muerte, desesperación, esperanza, desastre...  Eugene DELACROIX (1798-1863). Es un pintor con una gran formación tanto intelectual como pictórica, basada en el conocimiento de la pintura de Rubens, Veronés y Velázquez. Su obra más conocida es La libertad guiando al pueblo (1830), pintada para conmemorar la Revolución de julio de 1830 en París, que puso fin a la Restauración borbónica y la sustituyó por la monarquía burguesa de Luis Felipe de Orleans. En ella se representan sentimientos exaltados, en este caso la lucha por la libertad, incluso a costa de la propia vida, con una figura femenina semidesnuda, símbolo de Francia, llevando detrás de la bandera a ciudadanos de todas las edades y clases sociales. Y todo ello en un ambiente de desorden, de confusión y caos, lleno de energía. Curso 2017-2018.

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La composición es semejante a la anterior, con una línea diagonal que va desde el personaje muerto en el ángulo inferior izquierdo a la bandera victoriosa en la parte superior. La pintura es suelta, a base de grandes manchas. A partir de mediados de siglo el Romanticismo es sustituido por el REALISMO, debido a que:  En 1848 tienen lugar dos acontecimientos significativos: Marx publica su Manifiesto Comunista y en Francia tiene lugar la Revolución de 1848. Ambos acontecimentos suponen la definitiva separación entre la Burguesía, que ha conseguido acceder al poder político, y las clases populares, que siguen marginadas y en malas condiciones de vida y trabajo y que mantienen las reivindicaciones revolucionarias. A partir de ahora la Burguesía, bien situada económica y políticamente, olvida los temas políticos y revolucionarios.  Las terribles consecuencias sociales de la industrialización (trabajo de niños y mujeres, viviendas antihigiénicas, miseria...) conmueven la conciencia de los pintores y estos temas comienzan a ser recogidos en la pintura para ser denunciados.  Por otra parte, el desarrollo científico y tecnológico que acompaña a la Revolución Industrial favorece la confianza en la capacidad de dominio del hombre sobre la naturaleza, que ahora es analizada de forma científica. El REALISMO se desarrolla durante los años 50 y 60 del siglo XIX. Su interés se centra en plasmar la realidad concreta, por lo que su temática se compone de escenas populares tratadas con sencillez y sin idealización, abandonando los temas exóticos y revolucionarios del Romanticismo. En Francia el Realismo adquiere un amplio desarrollo, con pintores como Gustave Courbet o Honoré Daumier. Sin embargo, el más representativo es François MILLET (1814-1875). Procedente de una familia campesina modesta, conseguirá estudiar pintura en la Escuela de Bellas Artes de París, donde se instala posteriormente. En 1849 abandona París y se instala en Barbizon, una zona rural, donde ya se habían asentado otros pintores, alejándose del modo de vida urbano derivado de la Revolución Industrial. Allí Millet se dedicará a la pintura, actividad que combina con el trabajo en el campo, consiguiendo un gran éxito al final de su vida. Sus principales obras son Las espigadoras (1857) y El Ángelus (1858-59). En ambos el tema se centra en el ser humano realizando un trabajo que le vincula con la naturaleza y la religión tradicional, como el de los campesinos. Las escenas son sencillas y con pocos personajes, de las clases bajas, representados de forma anónima, no como personajes concretos. En sus obras, Millet, presenta una imagen positiva e inocente de estos trabajadores, sin resaltar su pobleza o explotación. Es una imagen idealizada del campesino, en un ambiente de calma, de fraternidad humana, vinculado a la tierra y alejado de cualquier intención revolucionaria, a diferencia del trabajador degradado de la sociedad urbana liberal (representado, por ejemplo, por H. Daumier). Por todo ello, estas obras fueron valoradas positivamente por una parte de la sociedad burguesa. Pero también despertaron el rechazo de la sociedad más conservadora, que veía en ellos una peligrosa dignificación del campesino trabajador frente al modelo de vida urbana burguesa. 2.- EL IMPRESIONISMO. CARACTERÍSTICAS GENERALES. Al Realismo le sucede el IMPRESIONISMO, si bien el punto de enlace de éste no es el Realismo sino la Pintura Romántica, por su interés en el paisaje y la naturaleza, y la Pintura de paisaje inglesa de John Constable o William Turner. Además hay que señalar también la pintura veneciana del Renacimiento, con su interés por el color. Sobre esta tradición paisajista y colorista influyen ahora una serie de novedades: el positivismo filosófico, que defiende un interés científico por la realidad; la fotografía, que permite un realismo científico en la captación del paisaje; y, por último, los grabados japoneses, de los que toma el uso de colores planos, puntos de vista descentrados y desinterés por la perspectiva. Los principales caracteres del Impresionismo son:

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 Su intención realista. Las investigaciones de Newton, en el siglo XVII, y de los físicos Chevreul y Maxwell, en el XIX, pusieron de manifiesto que la luz es una combinación de colores puros. Ello lleva a los pintores a darse cuenta de que tanto las formas de los objetos como los colores que éstos nos muestran no existen realmente, sino que dependen de la cantidad de luz que los ilumine y de su calidad, determinada por el aire que rodea al objeto. Sólo hay, pues, dos cosas reales: la Luz y el Aire, y esos serán los temas de la pintura impresionista, especialmente en los cuadros de Monet (Impresión, sol naciente) o Renoir (El molino de la Galette).  La desvalorización del "Tema" La aparición y desarrollo de la fotografía liberó a la pintura de su función de imitar la realidad o recoger los momentos históricos. A partir de ahora, la pintura se podrá dedicar con total libertad al estudio de los dos únicos temas reales: la luz y el aire. Por ello, los temas más representados son los paisajes al aire libre, marinas, vistas fluviales... A partir de ahora los pintores abandonan el taller para pintar sobre el caballete en el exterior, pues sólo al aire libre la luz es pura. Este deseo se va a ver favorecido por la posibilidad de adquirir los colores al óleo ya preparados industrialmente y de una calidad estandarizada, gracias a los avances de la industria química. Por otra parte, como la luz es cambiante, un mismo tema es representado en horas del día o estaciones del año diferentes, como hace Monet con sus series sobre los nenúfares de un estanque, la Catedral de Rouen o la Estación de ferrocarril de S. Lazaro. El cuadro no es más que un efecto de la luz en un momento determinado. Esta desvalorización será llevada a su extremo por Monet, quien en sus últimas obras se acerca ya casi a la pintura abastracta, al no ser casi reconocibles los objetos, como se aprecia en sus cuadros de Nenúfares.  Técnica suelta y rápida. Predomina el color sobre el dibujo, con lo que los contornos son difusos. El color es aplicado de forma abundante, a base de pinceladas yuxtapuestas, usando los colores primarios (amarillo, rojo, azul) y sus complementarios (violeta, verde y naranja), eliminándose en cambio el negro, que es la negación de la luz. Los colores no se mezclan en la paleta del pintor, sino que mediante la aplicación de pinceladas sobre el lienzo, debe conseguir que el espectador reconstruya en su retina la luz del objeto, en un proceso inverso a la descomposición de la luz. El resultado de todo ello fue una pintura que fue muy rechazada en sus inicios, hasta el extremo de que el término IMPRESIONISMO, acuñado por un crítico de arte a partir de la exposición pública del cuadro Impresión: sol naciente, de Monet, en 1874, fue utilizado en sentido despectivo. Posteriormente adquirió un gran prestigio y los integrantes de este movimiento se revalorizaron considerablemente. Su influencia se extendió por toda Europa y EE.UU. En España podemos destacar como figura principal al pintor Joaquín Sorolla (1863-1923). Actualmente se considera al Impresionismo como uno de los primeros movimientos artísticos contemporáneos, pues marca el camino hacia la pintura de vanguardia del siglo XX. Así, el Impresionismo es el primer estilo que, en vez de modernizar el tema de los cuadros, como habían hecho el Neoclasicismo, el Romanticismo o el Realismo, lo que hace es modernizar la forma de pintar: a partir de ahora el cuadro deja de ser una “ventana ilusoria” y no puede ser visto en función de su contenido o su tema, sino sólo por sus cualidades pictóricas (color, luz, composición…). No obstante todo esto, El IMPRESIONISMO no es un estilo único, sino que experimenta una evolución en la que se pueden distinguir tres épocas sucesivas, que nos llevan desde la década de los años 70 del siglo XIX a los inicios de la pintura de las Vanguardias de comienzos del siglo XX:  La 1ª generación impresionista (= Impresionismo). Desarrollada en la década de 1870, a partir de la primera exposición impresionista, realizada en 1874 en el estudio del fotógrafo parisino Nadar, que dio inicio a este movimiento. Esta generación está integrada por Manet, Monet, Renoir y Degas. Curso 2017-2018.

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Manet, con su obra El desayuno sobre la hierba, será el precursor del Impresionismo, todavía a medio camino entre la pintura realista y los caracteres de lo que será el Impresionismo. En cambio, Monet, Renoir y Degas son ya pintores plenamente impresionistas, si bien para Renoir y Degas el Impresionismo fue sólo una etapa en su evolución pictórica; tan sólo Monet se mantuvo siempre fiel a sus principios pictóricos.  Neoimpresionismo (también llamado Puntillismo). Desarrollado en la década de los 80, está representado por Signac y, sobre todo, Seurat. El Neoimpresionismo no es una simple continuación del Impresionismo, pues plantea algunas contradicciones con éste. Así, considera que la forma de pintar de la primera generación no es lo suficientemente científica. Por ello, el neoimpresionismo recurre sólo a colores puros, aplicados en pequeños toques, por lo que una obra exige meses de trabajo. Y también, frente a los contornos difusos de los cuadros de la primera generación, ahora se recuperan los contornos más nítidos de las formas. Como principal ejemplo tenemos Una tarde de domingo en la Grande Jatte (1886), de Seurat, que supone la aplicación práctica de la teoría del color de Chevreul.  Postimpresionismo. Es el último periodo del Impresionismo, a finales del siglo XIX, y supone ya la transición hacia la pintura del siglo XX. En él se incluye a Van Gogh, Gauguin, Toulouse-Lautrec y Cézanne. Son pintores con caracteres muy distintos, que buscan nuevas formas de expresión y que rompen con los caracteres de la primera generación impresionista, que habían terminado por hacer irreconocibles las formas de los objetos, y también con la forma de pintar de la segunda generación, que había acabado por convertirse en un método mecánico y repetitivo. Ahora se vuelve al predominio del dibujo, resaltando las formas de los objetos, y a la importancia del tema o contenido del mismo. Aunque con Cézanne la pintura llegará a un nivel de simplificación y geometrización que se convertirá en un precedente inmediato para el Cubismo. 3.- EVOLUCIÓN DEL IMPRESIONISMO. 3.1.- IMPRESIONISMO (PRIMERA GENERACIÓN).  Edouard MANET. 1832-1883. Es el primero en romper con la pintura anterior, por lo que se le considera como un precursor del Impresionismo. Esta ruptura se inicia con su obra El desayuno sobre la hierba (Le dejeuner sur l´herbe) (1863). El tema se inspira en la pintura del Renacimiento (un cuadro de Rafael), pero fue rechazado en la Exposición oficial de París de 1863 y expuesto, junto con muchos otros, en el llamado Salón de los Rechazados. Las críticas del Jurado de la Exposición se centraron en que la obra rompía con las normas tradicionales de la pintura:  Carencia de unidad: los diferentes elementos (bodegón, desnudo, hombres, figura del fondo...) no están relacionados por un sistema de perspectiva, y el cuadro parece plano.  La figura del fondo es muy grande en proporción a la barca de la derecha.  La luz es fotográfica, ilumina por igual toda la escena, sin claroscuros.  La inclusión de un desnudo en una escena real, sin justificación mitológica.  Y el hecho de que la mujer mirase hacia el espectador, sin muestra de pudor, fue considerado una vulgaridad inadmisible en una obra para ser expuesta.  Claude MONET. 1840-1926. Es la figura más representativa de la 1ª generación, por su fidelidad a los principios impresionistas. Le va a interesar mucho el estudio de cómo los objetos cambian según la luz, por lo que hace series de cuadros sobre un mismo tema pintados en diferentes momentos del día. Su obra más representativa es Impresión, sol naciente (1872), cuyo título dio origen al término "impresionismo", usado en un principio por los críticos con intención despectiva. En él podemos ver los caracteres de este pintor: interés exclusivo por la luz y el color; desinterés por la figura humana; desaparición de las formas de los objetos, que sólo aparecen sugeridos. No hay Curso 2017-2018.

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apariencia realista, debido al uso arbitrario del color: reflejos naranjas del sol; tono violáceo del agua en el horizonte... La escena parece el recuerdo de un parpadeo visual: una “impresión”.  Auguste RENOIR. 1841-1919. Su evolución es constante y sólo sus cuadros de los años 70-80 son impresionistas. De estos, destaca El molino de la Galette (1876). Se centra en el estudio de la luz, pero, al contrario que Monet, sí le interesa la figura humana: aquí es una multitud, aunque no hay un centro de interés, pues el único es el estudio de la luz, cómo se filtra a través de las hojas e incide sobre los objetos. Representa una escena del popular barrio de Montmartre, de un modo inocente, en el que todo es felicidad y placer, lo que pobablemente no corresponde a la realidad del momento y el lugar.  Edgar DEGAS. 1834-1917. Se forma como pintor clasicista, e incluso estuvo en Italia, donde estudió a Rafael, pero a partir de 1862 entra en contacto con los Impresionistas. No obstante, su consideración como pintor impresionista es dudosa, pues no se interesa por los temas al aire libre, sino por los de interior, con luz artificial, aunque llega a unos resultados semejantes a los impresionistas: la disolución de las formas. Por ello se le considera como un pintor de transición hacia el Impresionismo. Entre sus obras podemos destacar El descanso (1877), una de las muchas dedicadas al tema de las bailarinas: su temática principal es la figura humana, captada en movimientos fugaces y con encuadres muy originales y que parecen casuales. 3.2.- NEOIMPRESIONISMO O PUNTILLISMO (SEGUNDA GENERACIÓN). Es un estilo que se desarrolla en la década de los años 80. Su creador es el francés Georges SEURAT (1859-1891), cuya intención es conseguir un estudio más científico del color, basado en las ideas del físico Chevreul sobre la división de la luz. Como ejemplo tenemos su obra Una tarde de domingo en la Grande Jatte (1886). En ella Seurat descompone la luz en sus elementos primarios, colocándolos en el lienzo como puntos diminutos (de ahí el nombre de PUNTILLISMO), para que la retina del espectador los mezcle, para así conseguir un arte mucho más realista. No obstante, en la práctica se convierte en un sistema mecánico, ajeno a la realidad. 3.3.- POSTIMPRESIONISMO (TERCERA GENERACIÓN). Se incluyen aquí un grupo de pintores que, partiendo en sus inicios del Impresionismo, evolucionan hacia estilos muy personales, con los que pretenden expresar su forma de entender el mundo, anticipando algunas de las denominadas vanguardias del siglo XX. Los principales son Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Gauguin y Cézanne:  Vincent VAN GOGH. 1853-1890. Su vocación por la Pintura es tardía, a partir de 1880, pero intensa, por lo que su evolución es rápida y su producción muy abundante, aunque ampliamente rechadaza, antes de su suicidio en 1890. La intención de su pintura es expresar los sentimientos que le produce el mundo, para lo que recurre a un uso arbitrario del color y de las formas. Sus primeros cuadros son de temas naturalistas, impresionado por su experiencia como pastor de los mineros de una zona pobre, como vemos en su Comedores de patatas. Posteriormente se traslada a vivir a Arles, en el sur de Francia, donde colabora con Gauguin. Aquí el colorido de sus cuadros se aclara y muestra su alegría de vivir. De esta época tenemos La siesta. En 1888 sufre un ataque de locura. Sus obras ahora son diferentes, como vemos en La noche estrellada (1889), que muestra, modificado, el paisaje visto desde su habitación en el sanatorio en que se encontraba. Las pinceladas son amplias y sinuosas, no rectas como antes. Es un paisaje inquietante, en el que la Luna y las estrellas parecen sometidas a una intensa agitación, representativa de la interioridad del artista. El árbol del primer plano parece unas llamas surgiendo de la Tierra. Todo ello convierte a Van Gogh en antecedente del expresionismo del siglo XX.  Henry TOULOUSE-LAUTREC. 1864-1901. Su principal interés es la figura humana, como Renoir, y no el paisaje. También, como Degas, se centra en los temas de la vida nocturna, en este caso de los ambientes nocturnos de París. En su obra destaca, además de la pintura, el grabado de carteles, siendo considerado el iniciador del Curso 2017-2018.

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cartel moderno. Como ejemplo tenemos el Baile en el Moulin Rouge. Es una obra caracterizada por el uso de colores puros, como ocurría en los Impresionistas; por la simplificación de la composición, para comunicar el mensaje de un vistazo; y el dibujo nervioso, casi caricaturesco.  Paul GAUGUIN (1848-1903). Se inicia como pintor impresionista muy tardíamente, pues su primer cuadro es de 1876. A partir de 1888 abandona el Impresionismo y comienza su época más original, especialmente cuando en 1891 se traslada a Tahití, donde morirá finalmente. Aquí desarrolla sus principales obras. Una de ellas es Arearea (1892), que, como todas las de este periodo, pretende llegar a una nueva idea de la Pintura, utilizando la primitiva cultura mahorí como modelo estético y ético. Estético por su renuncia a la perspectiva, al claroscuro y al modelado de las figuras y por su uso arbitrario de los colores, sin relación con la realidad, pues pretende transmitir las sensaciones que le produce la escena. Y ético por su representación de un mundo ideal, de costumbres y leyendas del Pacífico, que para él es semejante al paraíso terrenal, cuando la civilización no había corrompido al individuo.  Paul CEZANNE. 1839-1906. Comienza como pintor impresionista en París, pero no tienen éxito y rompe con este estilo en 1879, marchándose a Aix en Provence. Rechaza el pretendido "realismo" de los impresionistas, pues éstos caen en una pintura "subjetiva", que presenta las cosas como aparecen ante los sentidos. Pero éstos no siempre dan una imagen fiel de la realidad: la Pintura, pues, no puede representar lo que nos ofrecen los sentidos, sino la realidad que no cambia, que está por debajo de la imagen aparente y que es independiente del espectador que la contempla. Uno de sus cuadros más representativos es Los jugadores de cartas (1890-95), en el que son visibles sus diferencias con el Impresionismo:  El color no debe "diluir" los objetos, sino reafirmarlos. De ahí la sencillez y uniformidad del color, en tonos apagados, pero que realza las formas.  La luz no debe influir sobre el objeto: no hay un foco de luz, sino que ésta se distribuye de modo uniforme sobre el cuadro.  Reducción a formas geométricas esenciales (para Cezanne “Todo en la Naturaleza se modela a partir de la esfera, el cono y el cilindro”). Estos caracteres dan a su pintura una gran simplificación y geometrización, lo que constituye un precedente del Cubismo.

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