EL ROL DE LOS ABUELOS

EL ROL DE LOS ABUELOS Esteban: Pocos de los que escuchan esta producción llamada Tierra Firme conocen parte de nuestra vida. Salvador, no es un chico ...
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EL ROL DE LOS ABUELOS Esteban: Pocos de los que escuchan esta producción llamada Tierra Firme conocen parte de nuestra vida. Salvador, no es un chico de 30 años como le han dicho en alguna conferencia, esperaban en Salvador encontrar cuando lo iban a escuchar en alguna conferencia que había sido anunciado como orador de la noche. Salvador: Si algunos dicen que la voz radial sale demasiada fresca para la edad que tengo. Esteban: Claro y no saben que sos un abuelo. Salvador: Si, tengo 61 años y a esta edad tengo un nieto de dos años. Su nombre es Felipe, que marcó de alguna manera la última etapa que tiene la vida que incluye el ser abuelo. Este programa, hace ya dos años cuenta con un abuelo aunque nadie se haya percatado de ello. Esteban: ¿Cómo te ha marcado esta nueva etapa que has cumplido, que has iniciado, que es el ser abuelo? Salvador: Bueno, yo creo que todas las etapas de la vida son sorprendentes. La vida es como una caja de sorpresas que va presentando siempre alternativas que de algún modo son inesperadas e inexplicables. ¿Cómo le explicamos al joven soltero lo que significa ser padre? Es muy difícil, porque es una sensación que solamente habiéndola experimentado se da cuenta de la dimensión que tiene. Entrar a una maternidad y encontrarse por primera vez con el hijo, verlo crecer, son experiencias únicas, son de esas maravillas que tiene la vida. En el caso del abuelo también: ¿quién puede explicar qué es lo que significa? Yo recuerdo todavía cuando Ezequiel (mi hijo) y Verónica (la mamá) me avisaron que ya había nacido. Antes de dar a luz no sabíamos que iba a ser, pero fue varón y eligieron el nombre Felipe. Allí hubo una especie de choque, yo no podía decir nada, pero a mí el nombre no me caía muy bien. Pero me dijeron: si es varón se llamará Felipe y si es mujer Catarina. Y aunque no me gustaban, lo sorprendente es que al tiempo a uno le empieza a gustar el nombre, empieza a tener una significación especial que a uno lo termina cambiando. Recuerdo que le dije que Felipe significaba etimológicamente: “el que ama los caballos” y por otro lado Felipe fue el primer gran evangelista de la obra cristiana el cual aparece en el libro de los Hechos de los apóstoles previamente al apóstol San Pablo. Nosotros tenemos en la Argentina un término para definir a quienes apuestan a las carreras de caballos; les decimos “burreros”, entonces yo le dije será o burrero o evangelista, o un santo o un pecador. Pero, el primer día que yo lo tuve en mis brazos, al ver a alguien tan pequeño y frágil, uno recupera la sensación que tiene por el hijo, la recupera en una forma totalmente diferente. Yo fui al hospital a cumplir dos funciones. Una paterna y otra pastoral.

Se juntaron estas dos cosas, tener por un lado al bebé en los brazos y por el otro orar por ellos en ese lugar y creo que fue una sensación bien linda y de las más maravillosas que yo viví en mi vida. Después uno entra en esa nueva experiencia que es el ser abuelo. A mí me cuesta comunicarme con los bebés yo reconozco que como hombre tengo ciertas inhibiciones para comunicarme, por tanto me resultaba más difícil esto los primeros meses. No obstante estaba pendiente de todo cuanto le pasaba en su crecimiento pero con una sensación distinta a la que uno tiene con los hijos. Uno entiende que ya no tiene tantas responsabilidades como tenía antes, pero sí tiene todos los placeres que da el nieto. Esteban: Entonces es un rol diferenciado… Salvador: Sí yo creo que esa es una de las cosas que uno tiene que tener bien claras, yo siempre he tenido una gran lucha para que se diferenciaran los roles en la familia, entender que cuando se forma una familia es otra familia. Respetar los límites, el hijo tiene su hogar y yo me llevo muy bien con mi hijo y con Verónica su esposa que es una nuera maravillosa. Ella tiene un gran sentido del humor, es una gran mujer y madre y yo me siento muy feliz con ella y Ezequiel y toda la familia. Creo que para mantener la buena relación uno tiene que saber cuál es el lugar que le corresponde. A mí me corresponde el lugar de suegro, el de abuelo y el de padre de un hijo ya casado que es muy diferente, él tiene que manejar su propia vida su propio hogar y yo debo estar del otro lado. Esteban: Eso es importante entenderlo, no mezclar los roles en esos momentos, es difícil, sobre todo para quien es abuelo en esos momentos. Salvador: Claro, yo creo que es un ejercicio de saber cuáles son los límites, pero también tener conciencia que cuando uno no respeta los límites eso trae problemas y que hay muchas familias que sufren por justamente hay alguien que es invasor, que no se da cuenta de que sus límites se han acabado. Yo jamás voy a la casa de Ezequiel y Verónica de improviso, yo los llamo y les digo que quiero ir para estar un rato con Felipe y les pregunto si tienen algo que hacer, porque no quiero interferir en sus planes y creo que forma parte del respeto que hay que tener por el otro. Indudablemente Felipe nos cambió la vida porque va creciendo y ya no es solamente la sonrisa sino que ahora es todo lo que Felipe hace. Yo cuando nació Felipe les comuniqué a todos mis amigos, vía correo electrónico de que era abuelo. Mandé una foto de Celia y yo con Felipe en los brazos y agregué en el correo que todos los abuelos creen que tienen un nieto excepcional, pero todos los niños son iguales, sin embargo les mando esta foto para que vean que este si es excepcional. Felipe forma una parte fundamental en nuestras vidas, cuando el está en nuestra casa se produce una revolución en todo sentido. Yo soy muy disciplinado en mi trabajo en mi trabajo, entonces me pongo en mi computadora, Celia entonces lo atiende, entonces él viene y en su media lengua él viene y me

dice “¡abuelo vení!” y me tengo que levantar e ir, se acabó la disciplina, entonces uno se queda hasta más tarde para cubrir lo que no cubrió, pero el nieto tiene una atracción muy especial. Por el otro lado también se que no tengo ciertas responsabilidades; esto también es muy interesante porque cuando uno lee en la Biblia cuáles son las obligaciones que tenemos que afrontar delante de Dios, uno entiende que hay obligaciones para las personas en su calidad de: esposo/a, padre/madre o como hijo, pero no aparecen mandamientos para los abuelos. Pero de todas formas se entiende cuáles son las funciones que debe cumplir. Uno ya no tiene las responsabilidades de antes que son de los padres y uno no tiene que invadir esas responsabilidades, pero tiene el placer y el privilegio de poder estar con los nietos. Entonces, para mí es una etapa de mucha plenitud y alegría disfrutar de la vida con Felipe al lado; aunque a veces nos revoluciona demasiado, mucho más de lo que uno espera. Pero de todas formas es una etapa muy feliz. Esteban: Estamos charlando sobre lo que significa ser abuelo en esta época que estamos viviendo con Salvador desde su propia experiencia. Ya venimos aquí en Tierra Firme. Pausa… Esteban: ¿Qué lugar deben ocupar los abuelos? Lo vemos desde la propia experiencia de Salvador con relación a su nieto Felipe y a su hijo Ezequiel con su esposa Verónica, que están tratando de lleva r adelante esta relación. Una de las cosas que se plantea en la actualidad es que muchas veces los padres por la presión que hay socialmente, deben de salir a trabajar ambos y se recurre cada vez más a los abuelos como “elementos de contención” y a veces hasta de transmitir y educar al pequeño, mientras los dos padres salen a “luchar” por encontrar el salario o sostén diario. Salvador: En mi caso se da el hecho de que tanto Ezequiel como Verónica trabajan, ellos encontraron una solución. Los horarios de Felipe hacen que sólo esté sin ver a la mamá dos horas, porque han organizado su forma de dormir en forma tal que Verónica salga a trabajar muy temprano (ella es docente y trabaja justamente con infantes) entonces está todo organizado de tal forma que solamente Felipe está dos horas sin su mamá con una persona de mucha confianza, que forma parte de prácticamente nuestra familia que hace ese trabajo de cuidar niños. Yo no creo que de ninguna manera que tienen que ser los abuelos quienes eduquen, salvo que se presente una situación de fuerza mayor y que se necesite de los abuelos con estos fines, pero creo que los abuelos ya no estamos en edad de educar. Felipe viene los sábados a nuestra casa mientras los padres hacen un trabajo con los jóvenes de la Iglesia a la que asisten. Esas horas que pasa con nosotros nos damos cuenta de que ya no estamos como para tenerlo todos los días, que el muchachito tiene una vitalidad y una demanda a la cual uno no podría cubrir permanentemente. Por otro lado cuando viene uno trata de darle todos los gustos, entonces él conoce todos los rincones y lugares de nuestra casa, revuelve y busca, quiere que juguemos con él y se sienta y juega. Tiene una pasión, que a mí me asombra, que es la pasión por la batería. Él ha visto a los jóvenes tocar la batería y está desesperado por la percusión, tiene un gran

sentido del ritmo. Él tuvo una batería de juguete pero ya se rompió de tanto que practicó con ella, ahora el arma su propia batería con tarros y toca permanentemente y quiere que todos canten las canciones que él conoce y son sus predilectas. Entonces tenemos que cantar con él y ejecutar junto a él al ritmo de la batería con la cual el comanda todas las cosas. Como se junta con muchas personas, pues nosotros somos personas muy sociables en ese sentido, tiene una gran capacidad de adaptación para relacionarse, por lo tanto está muy bien. Esteban: Una de las cosas que me decía una madre, es que justamente lo que se le prohíbe en la casa, el niño se da cuenta que con los abuelos lo puede hacer y hay una puja allí, y muchas veces los padres no quieren dejar ir a los chicos a la casa de los abuelos porque lo dejan hacer aquello que los padres no le dejan hacer. Salvador: Nosotros tratamos de saber cuáles son las cosas que les prohíben sus padres y nosotros le mantenemos la prohibición, estamos “alineados” detrás de la educación de los padres, en ese sentido el tiene los mismos límites que tiene en una casa en la otra. Si quizás tenga una mayor atención pues está muy pocas horas y uno está detrás de él. Pero yo aprendí algo muy interesante de un pedagogo, profesor y filósofo argentino que se llama Jaime Barilco, él cuenta en uno de sus libros una anécdota de él como abuelo que a mí me llamo la atención y que creo que uno la debe de tener siempre presente, dice que un día salió con su nietito y fue a un supermercado. Él era rector de una Universidad muy importante en Bs. As. como lo es la de Maimónides y por lo tanto alguien que no tenía problemas económicos. El niño le empezó a pedir cosas, vio una pelota y se la pidió al abuelo, entonces él la colocó en el carrito, luego vio un video y se lo pidió, entonces Barilco quien podía comprarle todo eso y más, se dio cuenta de que era demasiado y que debía entender que no todo lo que se quiere se puede y que tenía que saber elegir y le dice “tenés que elegir entre la pelota o el video”, en ese momento le estaba dando una lección de que en la vida no se puede tener todo, hay que saber elegir y hay que conformarse con lo que se eligió. A mí me llamó mucho la atención esa anécdota tanto que la utilicé para compartirla aquí, muchas veces pensamos que la función del abuelo es darle todo lo que quiere al nieto y no se dan cuenta de cuánto se lo perjudica, hay que saber ponerle límites. Por supuesto que los niños tienen que tener su espacio, pero deben de tener también sus límites. Esto es algo que nos hemos propuesto Celia y yo, aceptar la disciplina que los padres le impongan al chico y si ellos le ponen un límite nosotros también porque es una forma de amarlos, buscar el bien del chico. Esto ha sido una de las cosas más interesantes, la compatibilidad que tenemos en cuanto a las normas educativas. Esteban: También otro problema que he visto que se está dando por el sacar a los ancianos del ambiente familiar, la proliferación por todo el mundo de las casas de salud, es ver el poco contacto que hay de chiquilines adolescentes sobre todo tienen con los abuelos, los ven de vez en cuando en alguna fiesta o cumpleaños y no tienen un contacto más fluido en cuanto a la transmisión de valores,

pasando por la generación de los padres hasta la de los niños, qué importancia tiene la figura de los abuelos en ese sentido. Salvador: Todos necesitamos la figura del abuelo, la figura de mi abuelo fue muy importante para mí, yo creo que no hay que sacarlos, pues es una manera de contactarse con la vejez. A pesar de que yo no me considero una persona “vieja”, hay una gran distancia entre mi edad y la de Felipe. Yo tuve hasta hace pocos días vivo a mi padre, que es el bisabuelo, él se relacionaba también con su bisabuelo y sabía que con él tenía que estar muy tranquilo porque era una persona de mucha edad y problemas físicos. Que había que acercarse con mucho cuidado, entonces se acercaba y le acariciaba al bisabuelo la mano con mucho cuidado. Y vi que tenía muchas formas de relacionarse con él, cuando se acercaba al bisabuelo lo hacía con mucho más cuidado y le sonreía, porque esa era su forma de comunicarse con él. Es muy importante que los chicos estén en contacto con las personas mayores porque eso los va formando. Por otro lado en nuestra casa está nuestro hijo Ariel que es soltero y es el tío, con el cual tiene otro tipo de relación. Ariel es veterinario entonces sabe Felipe que cuando él está van a ir a ver juntos los acuarios, van a ir a darle de comer a los perros, mirar a los pájaros y darles comida, pues ese es el mundo del tío. Uno de los primeros nombres que dijo fue Ariel. Recuerdo que una noche llamaron por teléfono y mi hijo Ezequiel me pidió por favor que pusiera a Ariel en el auricular, se lo dimos y del otro lado estaba Felipe diciendo Tío Ariel, y estábamos todos contentos porque había hablado. Con el tío tiene una relación mucho más abierta que con nosotros, el tío está más cerca en edad y es más el reflejo del padre. El chico cambió la vida de la familia, su presencia le dio otra dinámica, cuando mi padre y mi madre estaban pasando momentos difíciles yo llevaba a Felipe a la casa, iba con Ezequiel y Verónica, Felipe iba con nosotros y visitaba a sus bisabuelos, llegaba el bisnieto y automáticamente cambiaba el clima, porque eso es lo que tienen, su llegada era una fiesta y se olvidaban de todos los problemas y dolores pues estaba con ellos el bisnieto y debían dedicarse a él. En alguna forma la presencia de los nietos nos abren una nueva etapa, siempre tenemos que tener presente que los nietos nos miran, y una de las funciones del abuelo es ser el ejemplo viviente, no ese que lo está corrigiendo permanentemente, pero creo que el modelo no se debe perder y que cada uno de nosotros como abuelos tiene que predicar silenciosamente lo que el hombre debe ser así como lo hemos hecho con nuestros hijos lo tenemos que hacer con nuestros nietos. Son una bendición de Dios y un regalo de su parte muy especial, es el premio último de la vida que se nos da en esta etapa.

LOS GRANDES MÚSICOS EN TIERRA FIRME… Esteban: Y ustedes ¿cómo ven el rol de los abuelos? Su función, su lugar en la familia del siglo XXI. Nos gustaría escuchar de su experiencia de su interpretación tanto como nietos, hijos, padre o madre o abuelo, cómo se relaciona y cómo debería ser, nos gustaría saber su punto de vista al respecto. Escríbanos por ejemplo al correo electrónico: [email protected] O por correo tradicional a Tierra Firme, casilla de correo 5051, Montevideo-Uruguay. Nos vamos despidiendo hasta la próxima edición cuando presentemos una vez más Tierra Firme.

http://www.tierrafirmertm.org