EL NACIONALISMO IRLANDES Maria Eugenia Cruset



Desde ha relativamente pocos años los investigadores en Ciencias Sociales comenzaron a estudiar nuevamente el tema del Nacionalismo. Los grandes procesos de integración, en particular el de la Unión Europea, hacían pensar que fenómenos tan particularistas habían quedado en el olvido. Sin embargo, la tragedia que significó la Guerra de los Balcanes, a las puertas mismas de esa civilizada y unida Europa, mostraron que era prematuro e insensato olvidar las reivindicaciones nacionales. Y, muchos, comenzaron a estudiar nuevamente el Nacionalismo como vía para entender esta clase de realidades. Los Nacionalismos pueden ser clasificados en base al criterio de su formación. Si su construcción viene desde arriba, a partir de políticas estatales de unificación e igualación, hablamos de “Nacionalismos Civilistas”. Cuando, por el contrario, la construcción es de abajo hacia arriba, cuando las nacionalidades buscan un Estadonación como hogar nacional, hablamos de “Nacionalismos identitarios”. El Nacionalismo irlandés puede catalogarse dentro de lo que se denomina “identitario” o “genealógico”1 y que tiene sus raíces ideológicas en el Romanticismo. Este movimiento de intelectuales surge en Europa en la década de 1830 y sirve como marco para la unificación de Italia y Alemania, entre otros Estados. Justamente es en este último donde el fenómeno se transforma en el Idealismo Romántico de filósofos como Hegel y Kant. El Idealismo Romántico debe su nombre a la combinación de la teoría romántica con la concepción idealista del universo, el hombre carece de importancia si no forma parte de un grupo social. Por lo tanto, se debía procurar el bien del grupo primero y así el individuo podría alcanzar también beneficios. La sociedad y el Estado son organismos sociales, producto de la evolución natural. Surge de la idea herderiana de Volksgeist o “espíritu del pueblo” que concibe a la nación como una entidad objetiva independiente de la voluntad de sus miembros. El Estado y su voluntad están por encima de los individuos. El genio nacional suprime al individuo y a la humanidad, la negación del individuo engendra un poder sin límites. Y así la idea del Volksgeist se transforma en el explosivo de los tiempos modernos. Irlanda fue uno de los países pequeños, - tanto por su territorio como por su población-, que logran su independencia luego de la Primer guerra Mundial. Y, hay que decirlo, mucho tuvo que ver en esto el actuar de la “Diáspora” irlandesa, particularmente en EEUU, la cual no solo aportó en su momento dinero, hombres y armas, sino incluso manejo de influencias. Analizando este proceso vamos a estudiar el papel desempeñado por las poblaciones emigradas en el apoyo a la independencia. Pero para entender este proceso comencemos entendiendo al objeto de estudio: Irlanda. Lic. en Historia. Univ. Nacional de La Plata. Magíster en Relaciones Internacionales y miembro del IRI (Instituto de Relaciones Internacionales) de la UNLP. [email protected] 1PALTI, Elías. La nación como problema. Op.Cit. ∗

Breve Historia de Irlanda. Antes de continuar nos parece apropiado hacer una pequeña introducción sobre la historia de Irlanda. No pretende agotar el tema y entendemos que no es exhaustiva. Tampoco pretende serlo. La idea es introducirnos en el marco histórico-cultural que estamos estudiando. La proximidad geográfica de Gran Bretaña ha marcado en gran medida la historia de Irlanda.Cazadores, agricultores, y luego tribus que trabajaban cerámica y metales, habitaron la isla desde aproximadamente el año 4.000 a. de C. Alrededor del siglo VI a. de C., empezaron a llegar oleadas de invasores celtas desde la Europa continental.Fue la última de estas sucesivas olas de invasiones la de los “Gael”, gaélicos, que llegó a Irlanda probablemente antes del nacimiento de Cristo. Su lengua fue la lengua de la mayoría del pueblo irlandés desde entonces hasta mediados del siglo XIX. En la Edad Media, en el siglo V, Irlanda fue cristianizada por San Patricio y otros monjes, y como resultado florecieron el arte y la cultura irlandesa a la que ya se ha hecho referencia más arriba. En los siglos IX y X, Irlanda fue invadida por los vikingos, que eran comerciantes y que hicieron progresar a Dublín y a otras ciudades. Brian Boru, Gran Rey de Irlanda, los venció en Clontarf en el año 1014.En el siglo XII llegaron los normandos, que antes se habían establecido en Gran Bretaña, e Irlanda quedó bajo el poder del rey de Inglaterra. Pero con el tiempo los normandos se hicieron "más irlandeses que los irlandeses", adoptando su lengua, el gaélico irlandés, y sus costumbres. Por eso en el siglo XVI, Enrique VIII y luego su hija Isabel I, enviaron a Irlanda pobladores de Gran Bretaña (las llamadas "plantations"), pues temían que su influencia allí estuviera al borde del colapso. Esto se llevó a cabo de la forma más tiránica y cruel posible: despojaban a los irlandeses de sus tierras productivas, para poner en ellas a los escoceses o ingleses, y los irlandeses eran enviados a tierras pobres, debiendo pagar más impuestos por ellas. Para empeorar la situación, se sumó a todo ello la diferencia religiosa, pues con Enrique VIII Inglaterra se había convertido al protestantismo. Finalmente y después de muchas revueltas, el último reducto gaélico, el Ulster, cayó en manos de la corona. El clima de violencia se incrementó más aún con la llegada de Oliver Cromwell, quien siguió con la política de despojo de tierras a los hacendados irlandeses o ingleses católicos. Los protestantes ingleses monopolizaron así el poder político y la propiedad de la tierra, llegando a considerarse a sí mismos como "la nación irlandesa" y al comenzar el siglo XVIII dictaron las llamadas "Penal Laws" (Leyes Penales) que prohibían a un católico tener un puesto oficial, integrar el parlamento, votar, servir en el ejército o la marina, ejercer la profesión de abogado y comprar tierra. Tampoco podía un católico, por ley, rentar tierra por más de 31 años, ni dejar en herencia de acuerdo con su voluntad, lo que él poseyera; una vez fallecido su tierra debía ser entregada a su primogénito varón, a menos que uno de ellos se hubiese convertido al protestantismo, en cuyo caso heredaba todo. Por ello, comenzó en esa época una sostenida emigración de irlandeses mayormente católicos, especialmente al nuevo mundo. Sin embargo, hubo en este siglo un gran

desarrollo económico, el ganado vacuno y la lana irlandeses eran los mejores de Europa. Los industriales ingleses lograron obtener del parlamento inglés leyes que prohibieron la exportación de lana manufacturada de Irlanda y que sólo permitían que su lana virgen se exportara únicamente a Inglaterra, pagando altísimos impuestos aduaneros. De esta manera la floreciente industria irlandesa fue arruinada, en detrimento incluso de los intereses de algunos protestantes, que integraban el Parlamento Inglés y que también apoyaron las ideas que propiciaban la independencia de Inglaterra. La revolución norteamericana, y luego la francesa, ayudaron a crear en Irlanda el clima necesario para buscar la independencia, lo que desembocó en la formación de la "Sociedad de Irlandeses Unidos". En 1798 los United Irishmen (Irlandeses Unidos) protagonizaron una insurrección en Irlanda, con el objeto de establecer una república irlandesa independiente. La rebelión fue sofocada y el gobierno británico reaccionó con gran severidad. Dictó el "Acta de Unión" de 1800, y se disolvió el parlamento irlandés. Los miembros de este parlamento oriundos de Irlanda, debieron ir a Westminster para integrar el parlamento en Gran Bretaña. Con el tiempo, fueron dejándose a un lado las severas restricciones contra los católicos. Es entonces cuando surge la figura más popular en el país, Daniel O´Connell, abogado católico de Kerry, llamado "The Liberator" (El Libertador) porque liberó a la masa irlandesa de la irrelevancia política, gracias a su talento en la oratoria, su gran inteligencia y su prudente conducción. Ganó finalmente un asiento en el Parlamento de Westminster, convirtiendo por primera vez a la opinión popular irlandesa en una fuerza dentro de la política británica. En el siglo XIX, mientras Gran Bretaña se industrializaba y se urbanizaba creciendo económicamente, Irlanda (excluyendo al Ulster que era ya un reducto inglés protestante), se fue empobreciendo por la desindustrialización obligada, quedando en especial su población rural, cada vez más numerosa y pobre, sin otro alimento que la papa. A partir de 1840, como resultado del fracaso sucesivo de varias cosechas por un hongo, tuvo lugar en Irlanda una terrible hambruna, conocida como “The Great Famine” que produjo que casi un millón de personas muriera y otro millón emigrara. En diez años, de 1846 a 1856, la población disminuyó de ocho a seis millones y siguió disminuyendo posteriormente ya que no se aportó solución alguna desde Gran Bretaña, de la que Irlanda dependía absolutamente. Para esa época, y en concordancia con lo que se estaba dando en el resto de Europa, se creó en 1848 la Liga de la Joven Irlanda y en 1861 la de los fenianos, partidarios de la acción violenta para lograr la separación de Irlanda del Reino Unido. A principios del siglo XX surgieron el partido político "Sinn Féin", nombre gaélico que significa "nosotros mismos", y el “Irish Citizen Army” (Ejército de Ciudadanos Irlandeses) que era socialista y separatista. En 1912 se trató otra vez de conseguir el "Home Rule" en Westminster, y en consecuencia los del Ulster, acérrimos unionistas protestantes, formaron el grupo armado “Ulster Volunteers” (Voluntarios del Ulster). Ambos grupos se preparaban en una atmósfera militarizada. Sólo el estallido de la primera guerra mundial demoró las hostilidades. Pero en la Pascua de 1916, un grupo creado en respuesta a la formación de los “Ulster Volunteers”, los “The Irish Volunteers” (Voluntarios Irlandeses) liderados por Patrick Pearse, poeta, y el “Irish Citizen Army”, proclamaron una república en Dublín, tomaron el Correo Central y provocaron una insurrección armada que fue aplastada. Sus líderes fueron ejecutados tiempo después.

Esto exaltó los ánimos del pueblo, que en 1918 votó por los candidatos del "Sinn Féin" para el Parlamento Británico. Estos decidieron, bajo el liderazgo de Éamon de Valera, constituirse en Dublín como el primer "Dail Eireann" (gaélico irlandés que significa "Parlamento Irlandés", y que aún hoy se usa para designar esa institución). La respuesta británica para tratar de aplastar al "Sinn Féin", fue la “Guerra de Independencia” de 1919-21. Michael Collins dirigió las fuerzas irlandesas. En diciembre de 1921 se firmó un tratado por el cual veintiséis condados formarían el "Estado Libre Irlandés". En 1920, ya se les había concedido a seis condados del Ulster su propio parlamento en Belfast, y habían quedado entonces como parte del Reino Unido. El establecimiento del “Estado Libre Irlandés” originó una guerra civil entre el nuevo gobierno y los que no aceptaron el tratado. De Valera fue uno de ellos, y por lo tanto fue Collins quien viajó a Gran Bretaña para firmarlo. A pesar de su lucha y sus desvelos, Collins fue muerto por otro irlandés en una emboscada. El primer gobierno del nuevo estado fue encabezado por Cosgrave, pero aún Irlanda no era libre. El partido "Fianna Fáil" fundado por de Valera dominó la política entre los años 30 y 70. Entre 1932 y 1938 tuvo lugar la denominada "guerra económica", originada en las disputas causadas por los continuos pagos sobre la tierra exigidos por Gran Bretaña, que no podía resignarse a "perder" los beneficios económicos. En 1937, a instancias de de Valera, se aprobó una nueva Constitución, que declaraba a Irlanda estado soberano, independiente y democrático. Irlanda se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial. Pero recién en 1948, el "Acta de la República de Irlanda" cortó definitivamente las últimas ataduras constitucionales con Gran Bretaña. Irlanda fue admitida en las Naciones Unidas en 1955 y en la Unión Europea en 1973, año en que de Valera dejó la presidencia. El discurso predominante de la política irlandesa ha sido preconizar la unión con Irlanda del Norte, a pesar de la rígida postura inglesa. A principios de diciembre de 1999, merced a lo acordado entre la República de Irlanda, Irlanda del Norte y Gran Bretaña, entró en funcionamiento en Belfast el primer gobierno independiente de Irlanda del Norte, poniendo fin al poder británico en la isla. Se iniciaron además tratativas tendientes a lograr una paz definitiva, a través del desarme de los grupos guerrilleros pertenecientes a Irlanda del Norte y a la República de Irlanda. El artículo 4 de la Constitución, estableció que el nombre del país es Eire, en gaélico, o Ireland en inglés. La bandera nacional es tricolor: verde, blanco y naranja. La primera vez que se la usó fue como emblema del movimiento de la Joven Irlanda, en 1848. El verde representa los antiguos elementos gaélicos y Anglo-normandos, el naranja a los protestantes llevados por Guillermo de Orange2 . El blanco busca unir a los dos fuertes grupos (católicos y protestantes) en uno. Esta bandera recién toma connotaciones de símbolo nacional cuando se izó en el edificio del Correo en Dublín durante la sublevación de Pascua de 1916. La ley básica del nuevo estado es su constitución adoptada por referéndum en 1937. Es la sucesora de la Constitution of Dáil Eireann (1919) y la Constitución del Irish Free State 2

Hijo de Guillermo de Orange-Nassau y de María, hija a su vez de Carlos I de Inglaterra.14 de noviembre de 1650 nació en La Haya, Holanda. En 1689, después de destronar a Jacobo II en la llamada “Revolución gloriosa”, fue coronado rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Esto gracias al apoya de los protestantes. Orange significa naranja.

(1922). La autoridad de los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) deriva de Dios hacia el pueblo. Establece los derechos básicos de los ciudadanos: personales, familiares, a la educación, a la propiedad privada y religiosos. En cuanto a la educación, el estado reconoce la primacía de la familia en este campo. El estado sólo ayuda a las familias en esto. Se garantiza la libertad de conciencia y de practicar cualquier culto mientras no esté reñido con el orden y la moral. En cuanto a su organización política Irlanda es una democracia parlamentaria. El Parlamento Nacional (Oireachtas) está integrado por un Presidente y dos cámaras: la Cámara de Representantes y el Senado. Este último se compone de sesenta miembros: once designados por el Primer Ministro, seis electos por dos universidades. Según la Constitución, el Presidente de Irlanda es elegido por voto directo de los ciudadanos. Cualquier persona mayor a treinta y cinco años es elegible para el cargo. Su cargo dura siete años y puede ser re-elegido sólo una vez. Es cabeza del estado pero no tiene funciones ejecutivas. No existe la figura del vice-presidente. El poder ejecutivo está representado por el Consejo de Estado no debe tener menos de siete miembros y no más de quince. El Taoiseach o Primer Ministro es designado por el presidente por indicación del Parlamento. Por lo general es el líder del partido político con mayor número de escaños. Dentro de estos ministerios el que más nos interesa, por razones obvias, es el de Relaciones Internacionales. Su función primaria es la de promover y proteger los intereses irlandeses en el extranjero. Es, además, el canal de comunicación entre el Gobierno y los gobernantes de otras naciones. Es el responsable por la representación diplomática en el exterior. Los partidos políticos más importantes son: el Fianna Fáil, Fine Gael, Laborista, Demócratas Progresistas, Partido Verde, Socialismo y Sinn Féin. Todos estos tienen representación en el Parlamento. El Fianna Fáil, partido Republicano, fue fundado por Eamon de Valera en 1926. Su objetivo era asegurar la paz y conseguir la unidad e independencia de Irlanda. Desarrollar la vida nacional de acuerdo con las tradiciones y el lenguaje autóctono. Este partido contribuyó a consolidar la independencia del país, promulgó la constitución de 1937, mantuvo la neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial, asentó las bases de la industria, creó programas de asistencia social, estableció la educación secundaria gratuita y negoció la participación en el Mercado Común Europeo. El Sinn Féin es el Partido Republicano Irlandés fundado en 1905. Sus objetivos son la reunificación del país, independencia política y soberanía nacional. El líder del partido es Gerry Adams. La Diáspora Los grupos de inmigrantes y sus descendientes, tratan de mantener sus costumbres, lengua, religión en los países de acogida. Para esto son importantes las redes institucionales que crean y que dan un marco de contención y facilitan estos objetivos. Su

función es mantener los lazos existentes con su lugar de origen y lo logran de modo más eficiente que lo que puede hacerlo el simple individuo. Al mismo tiempo se logra una relación de beneficios mutuos entre los líderes de estos grupos y los sectores no emigrados. Los primeros logran prestigio dentro de su comunidad por la cercanía a los grupos nacionales y estos últimos logran apoyo para su causa de un modo como no podrían obtener en su país. Estas diásporas no-estatales y sus agentes pueden actuar como terceras partes en los conflictos entre sus nacionalidades y sus gobiernos centrales. Y son más efectivas cuanto mayor éxito tengan en involucrar a su favor a los estados que las contienen. Cuanto más numerosa, rica, poderosa e influyente sea este grupo mayor va a ser la posibilidad de lograr esto. El concepto de diáspora está profundamente unido al del nacionalismo de corte romántico y al modelo de política exterior que se genera a partir de él. Toda la retórica discursiva del gobierno comienza a centrarse en conceptos tales como madre patria, donde la raza es más importante y va más allá del Estado. El apoyo de las comunidades en el extranjero al proceso de independencia de Irlanda. Ya hemos mencionado que Irlanda fue mayormente una nación expulsora de población tanto libre como forzada. Motivos económicos, políticos o religiosos motivaron el éxodo de grandes cantidades de personas. La Gran Hambruna significó un acelerador de enormes proporciones a este proceso. En cuanto a la emigración forzada nos referimos específicamente a los convictos,- muchas veces sólo por crímenes menores- enviados a los penales en Australia y a los enviados en régimen de servidumbre a las plantaciones en el Caribe. Esto significó el nacimiento de una “nación de diáspora” unida profundamente al suelo natal y que no perdió mayormente esos vínculos. Dentro de estos grupos nos vamos a referir a dos como casos testigos: los Hiberno-argentinos y los Irlando-americanos. a. Los Hiberno-argentinos: La inmigración de irlandeses al país pasó por varias etapas. Ya desde la época colonial hubo familias que se instalaron en el Río de la Plata. Asimismo, las invasiones inglesas dejaron en nuestro territorio prisioneros de este origen que, con el tiempo, se fueron integrando casándose y formando sus propias familias. Después de la Independencia esta inmigración continuó. La mayor cantidad de inmigrantes de Irlanda estuvo relacionada a cadenas migratorias por relaciones de familiares, amigos y vecinos. Estas cadenas comenzaron principalmente con ex prisioneros y desertores de las invasiones inglesas 1806-07 (en el caso de Westmeath, Longford y Offaly), y por el asentamiento de comerciantes en Buenos Aires (en el caso de Wexford y Dublin). Korol y Sabato3 consideran que había muchas desventajas en la elección de la Argentina como país para emigrar: Por una parte, una lengua diferente, costumbres 3

KOROL, Juan & SABATO, Hilda. Cómo fue la inmigración Irlandesa en Argentina. Buenos Aires: Plus Ultra 1981.

desconocidas, y una cultura totalmente ajena a la propia aparecen como problemas adicionales a los que el traslado y el desarraigo imponen de hecho al que decide emigrar. Por otra parte, la distancia que separa a Irlanda de nuestro país se convierte en obstáculo insalvable para los sectores más pobres, que generalmente no pueden llegar más allá de Inglaterra, o con mucha suerte consiguen un pasaje para América del Norte. Finalmente, la infraestructura que se crea para fomentar y facilitar la emigración desde Irlanda hacia países de raíz anglosajona no puede compararse con la precaria organización que promueve el traslado de irlandeses hacia el Plata. En general –explican- es la relación más o menos casual del futuro migrante con el núcleo de irlandeses que reside en Buenos Aires uno de los factores determinantes en su decisión de trasladarse al Plata. Esa relación se denomina "cadena migratoria" y –según John Mc Donald- se la puede definir "como el movimiento por el cual los migrantes futuros, toman conocimiento de las oportunidades laborales existentes, reciben los medios para trasladarse y resuelven su alojamiento y su empleo inicial, por medio de sus relaciones sociales primarias con migrantes anteriores"4. El total de inmigrantes a la Argentina puede estimarse en unos 40 o 45 mil.5 De estos casi la mitad regresó a Irlanda o se dirigió a otros destinos como Estados Unidos. La mayoría de la información que tenemos a este respecto se la debemos al trabajo de investigación realizado por Coghlan. Su trabajo se basa en aquellos que dejaron descendencia para desarrollar un catálogo genealógico. De 1919 a 1923, Irlanda mantuvo una presencia diplomática en América Latina. Particularmente en Argentina y Chile. Estas personas enviadas por el Sinn Féin, no tenían una acreditación oficial ante sus gobiernos pero sí ante las comunidades irlandesas en sus respectivos países. Estos representantes fueron Eamon Bulfin para el primero y Frank Eagan para el segundo. Esto muestra el temprano interés por mantener contacto con las diásporas de estos países. Durante las negociaciones llevadas a cabo entre Eamon DeValera y el Primer Ministro Británico Lloyd George, se convocó el primer congreso internacional irlandés como una forma de demostrar al mundo lo que estaba aconteciendo en el país. El mismo sería en Paris en 1922 y su organizador e ideólogo principal fue Thomas Hughes Kelly de Nueva York.6 Para poder prepararlo y con la finalidad de unificar estrategias es que fue necesario como paso previo organizar las comunidades irlandesas en los distintos países donde se encontraban. Por esta razón el gobierno envió durante 1921 misiones especiales a América del Sur, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, Rusia y Estados Unidos. En este contexto es que llega a Buenos Aires Laurence Ginnell como representante de la República de Irlanda para cooperar con Eamon Bulfin quien ya estaba trabajando en el tema.7 4

MAC DONALD, John: citado por Nélida Boulgourdjian-Toufeksian, en: Los armenios en Buenos Aires. La reconstrucción de la identidad (1900-1950). Buenos Aires, Centro Armenio, 1997. 5 Según cifras de MCKENNA, Patrick. Nineteenth Century of the Irish in Argentina. En: MURRAY, Edmundo. Devenir Irlandés. Buenos Aires, EUDEBA, 2004. 6 BARRY, Carolina. La Primera Convención de la Raza Irlandesa en Sudamérica. En: 'The Southern Cross' Vol. 129, 5883 (January 2004), p. 3. 7 Otra misión importante que tenía era lanzar el “Bono Irlandés”. Ginnell y varios en Irlanda tenían grandes expectativas de los irlandeses de Argentina, porque tenían fama de ricos hacendados con mucho capital disponible y muy generosos con las distintas causas irlandesas. Esta "fama" era totalmente

Finalmente, el 29 de noviembre de 1921, se llevó a cabo en Buenos Aires el primer congreso de la raza irlandesa. Más de 50 organizaciones mandaron sus representantes y fundaron una nueva Federación. El número no es un dato menor. Marca la gran cantidad de inmigrantes irlandeses, su dispersión y también, en cierta forma, su fragmentación organizativa.8 Allí se eligieron cinco delegados para ir a la reunión en Francia. Para ilustrar lo dicho nos gustaría traer a colación a un hiberno-argentino quien hizo ondear la bandera tricolor sobre el edificio del correo en el alzamiento de Pascua de 1916, él es Eamon Bulfin. Eamon Bulfin nació en Buenos Aires en 1892, hijo de William Bulfin, quien emigró a la Argentina a la edad de 20 años. En el país se convirtió en escritor, periodista, editor y dueño del “The Southern Cross”. Desde su periódico ayudó propagandisticamente y económicamente con la causa republicana. Regresa a Irlanda en 1909 junto a su familia y fallece allí un año después. En 1916 Eamon participa activamente en el levantamiento y fue él en persona quien colocó la bandera en el techo del correo. Finalizada la rebelión fue sentenciado a muerte por una corte marcial inglesa, sin embargo el hecho de ser ciudadano argentino le salvó la vida. Fue deportado a Argentina y, años más tarde, fue nombrado por Eamon de Valera cónsul en 1919. Su labor consistió en buscar apoyo dentro de la colectividad irlandesa y la opinión pública argentina juntando fondos y armamento para la causa. Finalmente en 1922 pudo regresar a Irlanda donde se estableció y falleció en 1968. Analizado con frialdad se puede decir que la experiencia en Argentina no fue tan exitosa como la de Estados unidos. Los motivos son varios: la distancia sumado a las enormes dificultades para mantener una comunicación fluida, también las divisiones dentro de la comunidad irlandesa en el país. b. Los irlando-americanos: La inmigración irlandesa a los Estados Unidos fue siempre un grupo fuerte y numeroso con un liderazgo marcado con fuertes tendencias nacionalistas. A este grupo se lo conoció paulatinamente como “Irish-American”9. El nacionalismo irlandés en Estados Unidos pasó por tres etapas: 1. Se basó fundamentalmente en el factor étnico como “nación en el exilio” o “nación de diáspora”. Continuaron manteniendo las características básicas tanto políticas, como culturales o religiosas. Incluso sus líderes seguían siendo los mismos que habían encabezado los movimientos anti-británicos en Irlanda. El

equivocada (la gran mayoría eran peones, capataces y empleados administrativos y sólo una minúscula minoría era propietaria de grandes estancias). 8 Simplemente como dato ilustrativo y para entender este fenómeno, existe un refrán irlandés que dice:”Dos irlandeses tres opiniones”. Aunque no representa un estudio científico acabado, nadie puede dudar de lo gráficos que pueden ser los dichos populares. 9 Norteamericanos de ascendencia irlandesa.

trabajo en función de apoyar y sostener las reivindicaciones nacionalistas fueron fuertes y constantes. 2. Este período se caracterizó por la paulatina nacionalización de los inmigrantes y su conversión en ciudadanos americanos. Es el comienzo de los “irlandoamericanos”. El nacionalismo tiende a ir perdiendo fuerza a medida que se van integrando a la sociedad de acogida con su nueva problemática. 3. El nacionalismo dentro de la colectividad irlando-americana es cada vez menor y cada vez más marginal. Llegando a convertirse en una especie de sentimiento nostálgico que se manifiesta en fechas especiales como puede ser el Día de San Patricio. Mucho de esta fase tiene que ver con la presidencia de J.F. Kennedy y el prestigio que llegaron a tener por este motivo,- mayormente,- en la sociedad civil estadounidense. En relación a los grupos y asociaciones que formaron hay que decir que los de la primera etapa fueron los más concientemente defensores de la independencia irlandesa. Sus miembros eran mayormente inmigrados de primera generación y asilados políticos. Estos últimos responsables de las actividades más violentas contra el gobierno de Londres. Es necesario aclarar que durante el siglo XVIII y comienzos del XIX la llegada de irlandeses no fue muy significativa. Sólo era un pequeño y escasamente influyente sector. Según los datos estadísticos para 1790 sólo había un poco más de 40.000 católicos irlandeses en las ex colonias. Las asociaciones de esta primera época eran de socorros mutuos con características principalmente religiosas. La primera de ellas fue la “Sociedad Irlandesa de Caridad” fundada en Boston en 1737. Finalizando el siglo las asociaciones tendieron a unirse alrededor del factor nacional apelando a la tradición celta y comenzaron a denominarse “Hibernian”.10 La segunda etapa quedó marcada por los rasgos de la “Hermandad Feniana” creada en 1858, también conocida como “Hermandad Revolucionaria irlandesa”, y la más radical “Clan na Gael” en 1867. Las agrupaciones se basaban en las características étnicas de los “irlando-americanos” y acentuaban el nacionalismo americano. Por ejemplo: la “Asociación Americana para el reconocimiento de la República de Irlanda”, “Los amigos de la neutralidad irlandesa en América”, el “Comité americano para los estudios irlandeses”. Como dijimos anteriormente la variable religiosa fue importante en el desarrollo del nacionalismo irlandés en Estados Unidos. La inmigración constituyó un pequeño grupo católico distinto y diferenciado del núcleo anglo-sajón protestante que habitó el país desde sus orígenes. Estos primeros núcleos católicos se establecieron en principio cerca de Baltimore y Nueva York y, posteriormente, en Boston y Filadelfia. Pronto los católicos eran en su gran mayoría irlandeses aunque también existían grupos menores de alemanes o polacos. Hay que decir que la religión jugó un papel importante uniendo a la colectividad diferenciándola del resto y ayudando a la buena aceptación del nacionalismo.

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Los Scot-Irish, son irlandeses presbiterianos llegados a Estados Unidos desde muy temprano. Con el tiempo se constituyeron en una fuerza política importante. El Senador Joseph R. McCarthy y el Presidente Ronald Reagan, son dos buenos ejemplos de ello en el siglo XX.

El número de católicos antes de la Guerra de Independencia era mínimo. Tanto es así que de todos los irlandeses que firmaron la Declaración de Independencia eran protestantes salvo uno. Estos católicos venían de sectores agrícolas pobres de Irlanda y no contaban con muchas influencias. Sin embargo, pudieron desarrollar sus instituciones de forma temprana y sin demasiados inconvenientes. Hay registros que documentan la celebración de San Patricio en 1762 en Nueva York y en 1779 el primer desfile. Es decir, ya en épocas muy tempranas desenvolvieron sus actividades religiosas sin problemas. Aunque hay que destacar que la inmigración también incluía a Presbiterianos, Bautistas y Metodistas. El nacionalismo tuvo un desarrollo paralelo en Irlanda misma y en la comunidad de emigrados en Estados Unidos. El país se convirtió en lugar de asilo para muchos miembros y líderes de los movimientos nacionalistas. En especial esto ocurrió después del fallido intento de los “Jóvenes irlandeses” en 1848. A partir de allí los emigrados por motivos políticos crecieron enormemente. Estos grupos pronto comenzaron a actuar y tuvieron una acogida favorable ya que existía una comunidad numerosa que se sentía diferente por lo racial y religioso. En 1858 se fundó en Dublín la “Hermandad irlandesa republicana” por la iniciativa de los inmigrantes estadounidenses. Y pronto se formó una asociación hermana de esta y con el mismo nombre en Nueva York. Este manojo de grupos con orientación feniana pronto tendieron a radicalizarse. Algunos, incluso llegaron a ser ilegales. Por esta razón y para eludir la proscripción es que se fundó en 1867 el “Clan na Gael”. Estos grupos radicales controlaban el diario “Irish Nation” y “United Irishman”. El nacionalismo moderado publicaba el “Pilot” en Boston y el “Irish World” en Nueva York. Recapitulando, hay que remarcar el papel importantísimo que jugó la colectividad irlandesa y la posición privilegiada de que gozaba en la mente de los principales dirigentes en Irlanda. Para tener una idea de la dimensión de este fenómeno hay que recordar que desde junio de 1919 a diciembre de 1920, el presidente del Dáil Ëireann, Eamon de Valera, encabezó una gira por Estados Unidos para juntar fondos, concientizar y afianzar vínculos con la poderosa comunidad irlandesa en América y para difundir su posición en la opinión pública en general y en la de los políticos en particular. Con la idea de evitar las divisiones internas fundó la “Asociación para el reconocimiento de la República de Irlanda”. Y durante 1922 se enviaron delegados de primer nivel con la misma finalidad. Además, la primera legación diplomática fue la de Estados Unidos en 1924. Conclusión A modo de conclusión algunas ideas. El Nacionalismo como fuerza constructora de Estados-nación hasta hace relativamente poco tiempo se lo veía como anticuado y archivado frente a las nuevas estructuras supranacionales modernas (U.E., NAFTA, etc.). Sin embargo, parece que hubiera explotado en la cara de varios, en situaciones traumáticas como la Guerra de los Balcanes, por solo mencionar algunas. Las diásporas no son realidades nuevas. Todavía se asocia la diáspora con la tradición hebrea, donde se la ve como exilio o expulsión de la “Tierra Prometida” por ser infieles y no cumplir con el mandato divino. Sin embargo, el término es griego, significa

“sembrar extensamente” y se utilizaba con connotaciones positivas. Su uso se relacionaba con la expansión colonial, cultural y militar. Lo que sí es nuevo el enorme poder que han adquirido en la nueva sociedad global. Aquí comenzamos a estudiarlas en el caso concreto de la nación irlandesa y la fundación del Estado irlandés. Pero muchas de sus características pueden ser extrapoladas a otras situaciones. Lo que está claro es que cuanto más rica., poderosa e incluso mimetizada con la sociedad local, sea una comunidad extranjera más logros va a obtener. Asimismo, el grado de alineamiento que tenga con las comunidades de origen marcará una exitosa retroalimentación de ayudas mutuas que redundarán en el logro de los objetivos comunes. Esto vemos en este trabajo al comparar, brevemente, la diáspora irlandesa en Argentina y en EEUU. Evidentemente la segunda más exitosa que la primera. Y esto no es casual cuando vemos que es más numerosa, inserta mejor en la sociedad local (el mismo idioma no es un tema menor) y muy comprometida con la política de los dirigentes nacionalistas en Irlanda. En los próximos años vamos a ver que este fenómeno se irá incrementando. Hoy vemos que ni la tecnología más poderosa permite resguardar adecuadamente las fronteras de los Estados y que por más muros que se construyan, fenómenos como la inmigración o el terrorismo, irán creciendo. Estudiar fenómenos similares del pasado nos ayudará a tener pautas de reflexión para entender el mundo que se viene. Para eso sirve la historia.