El deseo del hombre es el infierno. Abordar el tema del deseo inconsciente implica aproximarse y

El deseo del hombre es el infierno Collins, María Fernanda Abordar el tema del deseo inconsciente implica aproximarse y ahondar en ese ovillo de pens...
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El deseo del hombre es el infierno Collins, María Fernanda

Abordar el tema del deseo inconsciente implica aproximarse y ahondar en ese ovillo de pensamientos imposible de desanudar, donde Freud ubica “el ombligo del sueño”. En este sentido, resulta pertinente tomar la pregunta que Marcel Ritter formula a Lacan en 1975, leída en la Publicación interna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires (1980).

Marcel Ritter toma lo “Unerkannte”, lo no reconocido, ese concepto del que Freud habla en la “Interpretación de los sueños” para referirlo a la función del ombligo del sueño. Entonces le pregunta a Lacan si este real es lo real pulsional, tal como podría desprenderse del análisis que él realiza del sueño de Irma por los años 55’, y cual sería la articulación de este real con el deseo, en tanto Freud ubica en el ombligo el lugar en el que el deseo surge como un hongo.

Para ello, cabe refrescar las palabras de Freud:

Aun en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una

2 madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco, han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. Los pensamientos oníricos con que nos topamos a raíz de la interpretación tienen que permanecer sin clausura alguna y desbordar en todas las direcciones dentro de la enmarañada red de nuestro mundo de pensamientos. Y desde un lugar más espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio. (Freud, S 1900/1992)

A esta pregunta, Lacan va a responder que lo Unerkannte no es lo real pulsional , puesto que lo real de la pulsión tiene función de agujero en tanto la pulsión está ligada a los orificios corporales. La pulsión se satisface en el recorrido del borde de un agujero, manteniendo una fuerza constante, poniendo en juego un elemento de lo real.

Pero Lacan dice, una cosa es lo que pasa en el cuerpo y otra lo que pasa en el inconsciente. En el inconsciente algo se significa de manera análoga a lo que se significa en el cuerpo en tanto algo se especifica de no poder ser dicho en ningún caso sea cual sea la aproximación, por eso Lacan va a ubicar en el “Unerkannte”, vale decir, lo no reconocido, a la

3 “Uverdrangt”, o sea, a la represión primordial. Situar la represión primordial implica intentar situar el origen del deseo, del inconsciente, de esa anterioridad lógica que da cuenta de un origen perdido a partir de la irrupción de las marcas del lenguaje en el cuerpo, desde el momento en que nos encontramos suspendidos a una placenta por un cordón umbilical. Ombligo del sueño nombra Freud a esa imposibilidad de seguir asociando. Marcas del lenguaje imposibles de reconocer que aparecerán también en el sueño y que harán del cachorro humano “un parlaitre”. Marcas que harán agujero y entrada a la simbolización. Agujero a toda asociación en tanto algo se ha cerrado. Y en tanto algo se ha cerrado es que Lacan habla de “cicatriz que hace nudo en el cuerpo”.

Es justamente el punto de donde sale el hilo, pero este punto es tan cerrado como cerrado es el hecho que él nació en este vientre y no en otra parte, que hay en el sueño mismo el estigma puesto que el ombligo es un estigma. Es un estigma por donde, es el único punto, hay alguna cosa en común con todo lo que ha sido parido bajo este modo vivíparo, pero con esto de más, que se trata de un ser palcentario, conserva una traza que se confirma ahí al nivel mismo de la simbolización.

4 Es cierto que solo el parlaitre, el ser parlante puede llegar a la noción de la que partí para lo que es del inconsciente. Hay algo que no es por nada que se resume en una cicatriz, en un lugar del cuerpo que hace nudo y que este nudo es puntuable, no más en su lugar será seguramente, ya que hay ahí el mismo desplazamiento que está ligado a la función y al campo de la palabra.

En el campo de la palabra hay algo imposible de reconcer.[…]

El “Un” designa con propiedad, la imposibilidad, el límite. […] Cuando hablamos de Unerkannte, esto quiere decir lo imposible de reconocer. (Lacan, J,1975 citado en publicación interna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, Número Uno,1980, p134)

Lo imposible de reconocer en tanto represión primordial abre la puerta al inconsciente, pero, ¿todo se escribe en e inconsciente?

En el “ Proyecto de una psicología para neurólogos”(Freud, S,1950/1973) y en la carta 52 que escribe a Fliess, Freud habla de inscripciones y traducciones, del valor del significante y no de la significación, pues se trata de una escritura fonemática(Freud, S 1950/1992). En El block maravilloso

5 Freud opone el sistema percepción consciencia con el inconsciente tomando para su ejemplificación una pizarra mágica. De un lado estará la hoja de celuloide siempre dispuesta a recibir nuevas inscripciones y del otro la pizarra de cera que guarda indefinidamente todas las huellas escritas, vale decir

las

huellas

mnémicas:

atemporalidad

del

inconsciente

e

indestructibilidad del deseo. (Freud, S, 1925/1973).

Entonces el significante es primero, significante que marca el cuerpo, agujereándolo, luego será la escritura en el inconsciente, aquello pasible de ser leído. Vale decir, el inconsciente, lee, haciendo uso de leyes propias y el analista autorizado también podrá leer y jugar con el sinsentido si lo escrito resulta fonetizado. Pero, ¿todo se escribe?

En la Rta a Marcel Ritter Lacan va a ubicar el sentido del Unercannte en tanto que Urverdrang como lo que no deja de no escribirse, negación redoblada, empleo radical de la negación.

“Pero el “no dejar de no escribirse”, está ahí lo que me parece el sentido del Unercannt en tanto Urverdrang. Ahí no hay nada más para extraer. Es lo que Freud designa hablando del ombligo del sueño”. ( Lacan, J, citado en publicación interna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, Número Uno,1980, p129)

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Y lo que no deja de no escribirse es que no hay complementariedad entre los sexos, por lo que lo infranqueable será la imposibilidad de conocer lo que concierne al sexo. Por el hecho de que somos seres parlantes, es que se instaura la relación al falo. La función fálica introduce en la relación entre los sexos un tercero irreductible que da cuenta de la no complementariedad sexual.

2.3. Conclusiones:

Discontinuidad y atemporalidad del inconsciente: vivencias infantiles, vivencias del pasado, imágenes terroríficas que se muestran veladamente en los sueños y que podrán despertar al soñante, si éste, no desaparece en su sueño como lo hizo Freud en el sueño de la inyección de Irma.

Insistencia repetitiva y fuerza pulsional que habla de las tendencias masoquistas del yo.

Pero también, imposibilidad lógica que habla de ese punto de falta de lo que no puede ser dicho.

7 Unnerkante: represión primordial que denota un origen perdido por las marcas del lenguaje, que dará entrada a la simbolización desde el momento en que nos encontramos suspendidos a la placenta por un cordón umbilical.

Origen del deseo, origen del inconsciente, origen del infierno.