EL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL NORTE-SUR. LAS EXPERIENCIAS EUROPEA Y AMERICANA

EL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL NORTE-SUR. LAS EXPERIENCIAS EUROPEA Y AMERICANA. Gonzalo Escribano y Aurora Trigo, Departamento de Economía Aplicada, UNE...
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EL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL NORTE-SUR. LAS EXPERIENCIAS EUROPEA Y AMERICANA.

Gonzalo Escribano y Aurora Trigo, Departamento de Economía Aplicada, UNED.

SINOPSIS: El comercio intraindustrial, considerado habitualmente relevante sólo para los intercambios entre países industriales, representa sin embargo porcentajes crecientes de los flujos que aquéllos mantienen con los países en vías de desarrollo. El objetivo de nuestro trabajo estriba en cuantificar la magnitud del comercio intraindustrial europeo y estadounidense con sus respectivas áreas de influencia dentro del Mundo en desarrollo. Los resultados preliminares de nuestro estudio apuntan a una mayor integración económica para el caso americano que para el euromediterráneo, reflejada en un Índice de Comercio Intraindustrial más elevado en el primer caso que en el segundo.

1

INTRODUCCIÓN

Los conceptos de regionalización y globalización han pasado, en los últimos años, de ser monopolio del acervo conceptual de los economistas a convertirse en factores determinantes

de

las

relaciones

internacionales.

Ambos

procesos

se

basan,

fundamentalmente, en la integración de las economías nacionales en el sistema económico internacional mediante el comercio de bienes y servicios y el movimiento de capitales. Los países en desarrollo, que en las décadas de 1960 y 1970 se habían resistido a sumarse al progresivo grado de internacionalización experimentado por las economías avanzadas, comienzan en los años ochenta y, sobre todo, en la década de 1990, a considerar la inserción en la economía mundial como un requisito imprescindible para el progreso material y la modernización económica de sus sociedades.

El reto de la integración en los mercados mundiales plantea para los países en desarrollo, de entrada, un dilema de política comercial: (i) inserción basada en la multilateralidad proporcionada por los acuerdos de la reciente Ronda Uruguay del GATT y sancionada por la OMC, (ii) adscripción a alguno de los grandes bloques regionales formados en torno a EEUU, la UE y Japón o, por último, (iii) una estrategia que combine ambas posibilidades en proporción variable1 . Dicho dilema queda solventado, en parte, por consideraciones geográficas: los PED’s próximos a alguno de los grandes bloques comerciales tenderán a integrarse en él.

La irrupción de la economía internacional en la arena de la “alta política” -high politics-, ha supuesto el empleo sistemático de las relaciones económicas internacionales como herramienta destacada de las políticas exteriores y de seguridad2 . En nuestro trabajo, el fenómeno que venimos de describir queda ejemplificado por la Asociación EuroMediterránea de Libre Comercio y los intentos por estrechar las relaciones económicas con

1

Una cuarta posibilidad es que los PED’s alcancen acuerdos de integración comercial entre ellos, caso del Mercosur o la Unión del Magreb Árabe, entre otros. No obstante, esta integración intra -PED es incapaz de sustituir el peso de las grandes potencias económicas, por lo que, a nuestro modo de ver, se supedita de facto a los flujos entre los PED’s y los PD’s. Sobre las limitaciones de la integración Sur-Sur puede consultarse Meier (1995, p. 507 y ss.). 2

Vease Fukuyama (1992), para una conocida elaboración de esta tesis; una perspectiva europea se puede consultar en Tsoukalis (1997); los trabajos estadounidenses al respecto son mucho más numerosos, pero entre los más recientes podemos citar los de Huntington (1997) y Garten (1997).

1

2

América Latina, en lo que respecta a la UE, y por el NAFTA y la Iniciativa para las Américas, del lado estadounidense (Krugman, 1993). Sin embargo, la aproximación tradicional al novedoso fenómeno de integración económica vertical (Norte-Sur) no ha recibido la atención deparada a la integración horizontal (Norte-Norte o, incluso, Sur-Sur). Este hecho explica, a nuestro juicio, que las herramientas de que dispone el análisis económico para aprehender la nueva realidad, representada por dicha integración vertical, no estén siendo aplicadas. En nuestro trabajo pretendemos aplicar el concepto de comercio intraindustrial como indicador del grado de integración de la UE y los EEUU con sus respectivas

áreas

de

influencia

(o

periferias,

para

utilizar

un

concepto

que,

intencionadamente desprovisto de sus connotaciones dependentistas, consideramos útil para nuestros propósitos) y, más concretamente, con el Mediterráneo en Desarrollo (MED) y América Latina (AL).

La hipótesis que buscamos contrastar es que la UE no está aprovechando las ventajas comparativas que proporciona una periferia abundante en mano de obra en la misma medida que sus competidores, en este caso EEUU, para deslocalizar procesos productivos intensivos en trabajo y mejorar así la competitividad de su oferta. Transcendiendo el ámbito económico, y en la línea de lo apuntado en un párrafo anterior, podríamos añadir por tanto, en su caso, que la UE no está obteniendo tampoco el partido potencial que le brindan el comercio internacional y la inversión extranjera para alcanzar sus objetivos geopolíticos en el Mediterráneo (estabilización, pacificación y erradicación de las denominadas “amenazas blandas” -o soft threats: inmigración ilegal, terrorismo, narcotráfico y conflicto cultural, entre otras).

A nuestro entender, la única forma de superar la confrontación con la frontera Sur de la UE, profetizada sutilmente por Huntington (1993), estriba en cooperar, dialogar y comerciar con ella. No está de más insistir, aunque sea un lugar común, en que los intereses geoestratégicos españoles se centran actualmente en el Norte de África, lo que pone de manifiesto la relevancia de esta cuestión para nuestro país (Lorca y Escribano, 1998). En consecuencia, el trabajo enfoca el objeto de estudio desde una perspectiva europea y española, utilizando el caso estadounidense como referencia para efectuar un análisis comparativo.

2

3

La estructura del artículo es la siguiente: en primer término, se plantean brevemente algunas de las dificultades que entraña el concepto de comercio intraindustrial aplicado a los flujos Norte-Sur; en segundo término, se expone la metodología utilizada para estimar la magnitud del comercio intraindustrial; en tercer término, se presentan los resultados obtenidos empleando la metodología descrita en el apartado anterior; por último, las reflexiones finales inspiradas por los resultados mencionados se recogen en las conclusiones.

EL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL NORTE-SUR.

El objeto de este epígrafe se limita a exponer, brevemente, algunas de las dificultades que presenta el concepto de comercio intraindustrial en su aplicación al comercio Norte-Sur. No constituye, por tanto, una revisión de la literatura que ha tratado el tema ni incorpora ningún tipo de desarrollo teórico3 . La finalidad es más modesta: sentar el marco conceptual de nuestro análisis, mostrando sus carencias y sus limitaciones, pero también los puntos en que puede sernos de utilidad.

La primera de las limitaciones es de orden teórico. El comercio interindustrial se explica, básicamente, por los distintos enfoques de la ventaja comparativa, ya sean las diferencias tecnológicas de Ricardo, la dotación factorial de Heckscher-Ohlin o el neoricardiano ciclo del producto de Vernon. Este tipo de flujos interindustriales es el que se espera de los intercambios Norte-Sur, caracterizados por confrontar aparatos productivos dotados con diferentes tecnologías y dotaciones de factores; el comercio intraindustrial, por el contrario, es propio de intercambios entre países con estructuras productivas similares y parejo nivel de desarrollo (Krugman, 1988), fruto, esencialmente, de la especialización aleatoria generada por el juego de las economías de escala 4 (que, a su vez, determinan la existencia de competencia imperfecta). De hecho, el concepto surge para explicar el crecimiento del denominado “comercio de dos vías” (two-way trade) entre PD’s, especialmente entre aquellos inmersos en procesos de integración. En principio, por tanto, el comercio intraindustrial Norte-Sur presenta una incómoda orfandad teórica. Y, sin 3

Para una buena revisión de la literatura sobre comercio intraindustrial, en general, se puede consultar Fariñas (1989), entre otros. 4

A modo de ejmplo, el estudio de Fariñas (1989) estimó, para 1981, el comercio intraindustrial español con la OCDE en el 49,7% del total, mientras que con el resto del mundo (categoría asimilable a la de PED’s) suponía sólo el 10,9%.

3

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embargo, en los últimos años está ganando en importancia, aunque sea lentamente, como intentaremos demostrar en los epígrafes que siguen.

Además de las carencias conceptuales referentes al intercambio Norte-Sur, el concepto de comercio intraindustrial presenta serias dificultades en lo que respecta al tratamiento de los datos necesarios para elaborar los distintos índices propuestos por la literatura. El principal problema, único que mencionaremos aquí, es el de la agregación de los datos. Cuanto más se desagregan, menor es el comercio intraindustrial, hasta llegar a ser irrelevante, pues los flujos en el seno de la misma categoría de productos son más reducidos conforme éstos incluyen un menor número de productos. A niveles de agregación elevados llegamos al absurdo opuesto: todo es comercio intraindustrial.

Un problema añadido es la distribución asimétrica del comercio intraindustrial por categorías de productos5 . En principio, se espera que conforme avanzamos en la escala de elaboración y sofisticación de los productos, el comercio intraindustrial crezca a expensas del interindustrial. Por el contrario, las categorías de productos de menor elaboración presentarían índices de comercio intraindustrial reducidos. En consecuencia, un índice global de comercio intraindustrial inferior a, digamos, el 10% del total, puede enmascarar flujos intraindustriales importantes en determinadas categorías de productos, generalmente en aquellas de elevado valor añadido y/o importante contenido tecnológico. El corolario no es otro que la necesidad de completar los datos globales con los sectoriales si queremos analizar el fenómeno de forma apropiada.

Para concluir con los obstáculos, quisiéramos apuntar la dificultad que entraña comparar la magnitud del comercio intraindustrial entre grupos de países que, vis a vis, se encuentran en etapas distintas del proceso de desarrollo económico, pues a mayor desarrollo económico e industrial, más comercio intraindustrial se establece. Algo semejante se puede apuntar respecto al talante de las políticas económicas: a mayor liberalización comercial, menos obstáculos para el comercio intraindustrial. América Latina está más industrializada que el MED y ha experimentado procesos de liberalización comercial más ambiciosos, por lo que comparar los flujos intraindustriales UE-MED y 5

Véase Requeijo (1989, p. 115 y ss.), para una aplicación al caso español, y Krugman y Obstfeld (1994, tabla 6-3, p. 159) referente al comercio intraindustrial estadounidense. También Alonso (1989, p. 319 y ss.) plantea algunas cuestiones de interés relativas al comercio intraindustrial español. Un estudio reciente sobre el fenómeno en España es el de Carrera (1997).

4

5

EEUU-AL puede inducir a engaño. Para paliar dicho sesgo, se han calculado índices cruzados

de

comercio

intraindustrial

UE-AL

y

EEUU-MED,

que

permiten

una

aproximación adicional al fenómeno, como tendremos ocasión de explicar en un epígrafe posterior.

Los párrafos anteriores exponen sucintamente algunos de los límites que presenta la herramienta elegida para analizar el grado de integración económica entre el Norte y el Sur en presencia de acuerdos regionales. Consideramos que ha llegado el momento de reivindicar nuestra elección en base a tres argumentos. En primer lugar, índices elevados de comercio intraindustrial en los flujos Norte-Sur pueden reflejar la existencia de regímenes de perfeccionamiento activo y/o pasivo, muy importantes en países como Méjico (maquila), Marruecos o Túnez (admision temporaire), entre otros, y que constituyen instrumentos de integración económica y comercial que ayudan a sortear las barreras comerciales. En segundo lugar, el comercio intraindustrial puede recoger parte del fenómeno de deslocalización industrial, tan pregonado y temido por los lobbies proteccionistas, en tanto las inversiones realizadas por empresas europeas o estadounidenses en sus respectivas áreas de influencia rara vez abarcan procesos productivos completos. En tercer y último lugar, la geografía es tozuda y los procesos de liberalización comercial contribuyen a crear economías regionales transfronterizas e, incluso, y de mayor interés para nuestro estudio, transperiféricas (i.e.: Mediterráneo o Centroeuropa)6 . Por todo ello, consideramos que la magnitud del tráfico intraindustrial Norte-Sur puede indicar, a modo de aproximación, el alcance de la integración económica entre ambos grupos de países.

CUESTIONES METODOLÓGICAS.

Nos referiremos en este epígrafe al tipo de índice escogido, a la desagregación adoptada y al problema de las fuentes estadísticas. En lo concerniente al indicador seleccionado, nos hemos decantado por el índice Grubel-Lloyd, siguiendo los argumentos de Fariñas (1989), Requeijo (1989) y Alonso

6

Véase al respecto Lorca y Escribano (1997), donde se calcula un índice de intensidad relativa de los intercambios que arroja resultados tan significativos como el que la intensidad relativa del comercio español con África del Norte sea muy superior al que presenta con gran parte de los miembros septentrionales de la UE. Esta realidad puede ser explicada por modelos gravitacionales de comercio, quizás el soporte más útil para explicar la existencia de flujos intraindustriales Norte-Sur cuando hay cierta proximidad geográfica.

5

6

(1989). Según Grubel y Lloyd, todo flujo de exportación dentro de un mismo sector que se vea compensado por un movimiento de importación de igual valor, constituye una modalidad de comercio que se ha venido a denominar comercio intraindustrial. El comercio total en un sector estará formado entonces por dos componentes, de los cuales uno -el llamado comercio intraindustrial- será precisamente el valor de las exportaciones cubierto por un valor equivalente de las importaciones del mismo bien. El otro -comercio interindustrial- se puede identificar con el valor absoluto del saldo comercial. A partir de esta definición Grubel y Lloyd proponen un índice de comercio intraindustrial (ICI) que expresa éste como un porcentaje del comercio total del sector:

Bi =

( X i + Mi ) − X i − Mi

X i + Mi 0 ≤ Bi ≤ 100

* 100 ,

i = 1,...,n

Si se consideran conjuntamente las n industrias, el índice que proponen estos autores es el siguiente:

n

Bi =

n

∑ ( X i + Mi ) − ∑ X i − M i

i =1

i =1

* 100 ,

n

∑ ( X i + Mi )

i = 1,...,n

i =1

0 ≤ Bi ≤ 100

Respecto a la desagregación elegida, ésta ha venido constreñida por la accesibilidad de los datos. Los estudios tradicionales se efectúan con una desagregación de tres o cuatro dígitos de la nomenclatura CUCI. El problema es que, a ese nivel de desagregación, no es fácil encontrar datos de comercio internacional por áreas geográficas o países concretos. En consecuencia, se ha optado por utilizar los datos contenidos en la base de datos CHELEMCEPII, seleccionando una desagregación por sectores que aporta un número de 71 grupos de productos, por los 233 y 786 que proporcionan las desagregaciones a tres y cuatro dígitos de la CUCI, respectivamente. Somos conscientes de la limitación que esto introduce en los resultados (como vimos en el apartado anterior, a mayor agregación, más comercio intraindustrial), pero consideramos que el análisis comparativo puede paliar en buena medida tal carencia, en tanto nuestro objetivo es indagar en la importancia del comercio

6

7

intraindustrial de la UE y EEUU con sus correspondientes áreas de influencia, como aproximación al grado de integración que mantienen con ellas7 . La razón que nos ha conducido a trabajar con los datos de CHELEM estriba en que, a nuestro modo de ver, sus limitaciones en materia de desagregación por productos son compensados por sus virtudes en materia de desagregación por países y grupos de países8 .

ANÁLISIS COMPARADO DEL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL UEMED Y EEUU-AL.

El Cuadro 1 recoge los resultados globales del estudio. De su análisis podemos extraer las siguientes conclusiones: En primer lugar, se aprecia una progresión importante en la magnitud del comercio intraindustrial de la EU y los EEUU, tanto a escala mundial como con AL y el MED. En consecuencia, podemos afirmar que la integración comercial ha avanzado sustancialmente, tanto a nivel mundial como con las zonas geográficas de referencia. La explicación puede reposar en dos procesos sinérgicos: (i) la liberalización comercial experimentada por todos los países y grupos de países aquí contemplados entre 1986 y 1994, parte de la cual obedece a procesos de regionalización, y (ii) el desarrollo económico y consiguiente modernización productiva registrado entre esos mismos años, sobre todo en AL y el MED, lo que por sí mismo implica un crecimiento automático de los flujos intraindustriales.

Cuadro 1: Índice Grubel-Lloyd de Comercio Intraindustrial para los flujos de la UE-15 y los EEUU con el Mundo, América Latina y el Mediterráneo en desarrollo, 1986 y 1994.

1986

1994

Mundo

AL

MED

Mundo

AL

MED

UE-15

70,98

22,06

22,11

87,31

27,6

38,89

EEUU

56,33

38,07

22,47

68,41

57,98

32,02

Fuente: elaboración propia en base a datos de CHELEM-CEPII.

En segundo lugar, el cuadro refleja el mayor peso del comercio intraindustrial en los intercambios EEUU-AL (38% en 1986 y 58% en 1994) que en los intercambios UE-MED (22% en 1986 y 39% en 1994), 7

No buscamos cuantificar, mediante una especie de número aúreo, el comercio intraindustrial de la UE con el MED, sino contrastar la hipótesis de que éste es menor que el que mantiene EEUU con AL. 8

Otro mo tivo importante consiste en dar continuidad y comparabilidad a toda una serie de trabajos, algunos en curso, otros ya realizados, en los que se ha utilizado dicha fuente, de forma que puedan componer un todo coherente.

7

8

pese al importante incremento observable para los flujos intraindustriales UE-MED, indicativos de un relevante fenómeno de integración industrial entre las riberas sur y norte del Mediterráneo. Este diferente nivel de integración presente en los flujos UE-MED y EEUU-AL se explica por tres factores: (i) el mayor desarrollo económico y grado de industrialización de AL, lo que supone mayores oportunidades para el tráfico intraindustrial en esta región que en el MED, zona que disfruta de un menor potencial industrial; (ii) las distintas políticas comerciales seguidas por América Latina y los países del MED, las primeras considerablemente más librecambistas que las segundas; (iii) EEUU aprovecha en mayor medida que la UE las oportunidades que le brinda su periferia (ventajas comparativas) para deslocalizar actividades productivas y obtener, de este modo, ganancias de competitividad.

Cuando analizamos el tráfico intraindustrial cruzado (UE-AL y EEUU-MED), la relevancia del punto (i) queda, a nuestro modo de ver, matizada: en 1986, la proporción del comercio intraindustrial UE-MED y EEUU-MED era la misma (un 22%), pese al factor diferencial que supone la proximidad geográfica de la UE y el MED; en 1994, el porcentaje del comercio intraindustrial UE-MED era superior al de EEUU-MED, pero en apenas 7 puntos porcentuales, mientras que esa diferencia era de más de 30 puntos para las proporciones alcanzadas en los flujos intraindustriales UE-AL y EEUU-AL. Si estas diferencias se deben a grados de desarrollo e industrialización distintos, entonces no se podría explicar el relativamente elevado porcentaje de comercio intraindustrial EEUUMED.

En tercer lugar, resulta interesante observar que, pese al sesgo pro-comercio intraindustrial que debiera suponer el mayor desarrollo industrial de AL, el tráfico intraindustrial UE-AL (22% en 1986 y 27,6% en 1994) es menor que el que presentan los intercambios EEUU-MED (22,5% en 1986 y 32% en 1994). Es decir, interpretándolo en términos geoeconómicos, EEUU es más eficaz, no sólo preservando la integración industrial con su área de influencia, sino también en su penetración económica de la periferia sur de la UE. Los resultados globales precedentes han de ser matizados por los índices sectoriales que se exponen a continuación (cuadros 2 y 3): 1) existe comercio intraindustrial significativo en todos los sectores, tanto entre EEUU y AL, como entre la UE y el MED y en los “comercios cruzados”. Estos índices, en general, son mayores en los productos semielaborados y elaborados que en los productos agrícolas y alimenticios.

8

9

2) el comercio intraindustrial en cada uno de los sectores analizados, y en los cuatro flujos comerciales (UE-MED, UE-AL, EEUU-MED y EEUU-AL), es casi siempre menor que el que mantienen EEUU y UE con el mundo. Como excepciones señalaremos que para EEUU el ICI es mayor con AL y el MED en los sectores siderometalúrgico y textil en 1986 y en 1994, y también en el energético en 1994. Este resultado se debe a que estamos analizando flujos de comercio de productos diferenciados (no perfectamente homogéneos) entre países desarrollados y países en vías de desarrollo. Sin embargo, esto no significa que el comercio intraindustrial sea un fenómeno que se produzca entre países con rentas elevadas y similares entre sí, sino que el ICI es mucho más significativo de lo que esperábamos en un principio en los grupos de países analizados.

3) Al analizar los productos individualmente (desagregados en 71 categorías), observamos que: (a) los ICI entre EEUU y AL están por debajo del diez por ciento tan sólo en navíos, material aeronáutico, petróleo bruto, gas natural y distribución de gas en 1994, (b) para el mismo año, los ICI entre la UE y el MED están por debajo del diez por ciento en un número mayor de productos (maquinas herramientas, maquinaria de construcción y extracción, automóviles particulares, otros vehículos, pinturas, carbón, petróleo bruto, gas natural, distribución de gas y cereales); (c) para los flujos EEUU-AL observamos lo siguiente: de los 71 sectores analizados, el ICI superaba el 50 por ciento en 31 casos en el año 1986, y en 42 casos en 1994. (d) para los flujos EEUU-MED, las cifras correspondientes son 24 y 36; (e) siempre para 1986 y 1994, en los flujos UE-MED obtenemos un total de tan sólo 10 y 17 productos, respectivamente, cuyo ICI supere el 50 por ciento; (f) por último, para los flujos UEAL, en 20 de los 71 productos el ICI superaba el 50 por ciento en 1986, mientras que para el año 1994 esta cifra desciende a 16 bienes. (g) de (c), (d) y (e) podemos deducir que el comercio intraindustrial entre países desarrollados (EEUU y la UE) y países en vías de desarrollo (AL y MED) se ha ampliado a nuevos grupos de productos donde inicialmente predominaba un intercambio interindustrial.

4) El comercio intraindustrial EEUU-AL alcanza porcentajes elevados del total en casi todos los grupos de productos, especialmente en material de construcción, siderometalurgia, textil-cuero, madera-papel y maquinaria-electrónica. Los flujos intraindustriales UE-AL se concentran en textil-cuero y madera-papel, siendo de menor entidad en los restantes grupos de productos.

5) El comercio intraindustrial UE-MED se concentra en sectores como el material de construcción, la siderometalurgia, textil-cuero, química, agricultura y productos alimenticios, experimentando un crecimiento porcentual importante en la química y los productos alimenticios. Para los intercambios EEUU-AL, los flujos intraindustriales más relevantes se dan en el material de construcción, siderometalurgia, maquinariaelectrónica y química.

6) Desagregando dentro de los grupos de productos (cuadro 3), encontramos que los principales flujos intraindustriales UE-MED se dan en los siguientes productos: cemento, cerámica, cristal-vidrio, metales no ferrosos, hilos-tejidos, alfombras, cueros, manufacturas de madera, muebles, artículos de ferretería, relojería, componentes electrónicos, electrónica de consumo, material de telecomunicaciones, informática, mobiliario eléctrico, química mineral, fosfatos, química orgánica, plásticos, caucho, productos del refino del petróleo, productos agrícolas no cerealeros, aceites y grasas, carnes, conservas vegetales, bebidas y joyas.

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7) Esa misma desagregación para los flujos EEUU-AL refleja una mayor incidencia del comercio intraindustrial en productos como cerámica, cristal-vidrio, productos transformados del hierro, metales no ferrosos, hilos-tejidos, confección, alfombras, manufacturas de madera, muebles, artículos de ferretería, motores, armamento, instrumentos de medida, relojería, aparatos ópticos, componentes electrónicos, material de telecomunicaciones e informático, electrodomésticos, material eléctrico, mobiliario eléctrico, elementos de vehículos, automóviles, otros vehículos, química mineral, caucho, mineral de hierro, carbón, gas natural, productos del refino del petróleo, productos agrícolas no comestibles, carnes, conservas y bebidas.

8) Al nivel de desagregación empleado en los apartados precedentes (6 y 7), se corrobora el mayor desarrollo del comercio intraindustrial en los flujos EEUU-AL. De hecho, si limitásemos el análisis a las manufacturas, los índices calculados aún mostrarían una mayor divergencia entre los casos europeo y estadounidense. Así, en el grupo de productos que abarca la maquinaria y los artículos eléctricos y electrónicos, EEUU mantiene un porcentaje de comercio intraindustrial con el MED muy superior al de la UE.

A modo de síntesis, podemos afirmar que el análisis de los datos recogidos en los cuadros 1 a 3 refleja un nivel de integración industrial entre EEUU y AL mayor que el observado entre la UE y el MED. Hemos visto en epígrafes anteriores que esa diferencia no puede explicarse únicamente por los distintos niveles de desarrollo ni por políticas comerciales divergentes en AL y el MED, pues los flujos comerciales cruzados (UE-AL y EEUU-MED) también presentan un peso relativo mayor del comercio intraindustrial efectuado con EEUU.

En consecuencia, debemos recurrir a otras variables que expliquen la mayor eficacia estadounidense para integrar económicamente a su periferia y para adentrarse en la de la UE. Una variable importante, a nuestro modo de ver, estriba en las políticas de EEUU y la UE respecto a sus áreas de influencia. EEUU viene aplicando desde hace tiempo una diplomacia comercial que la UE se ha visto incapaz de emular: el carácter nacional de las políticas exteriores europeas inhibe la aparición de este fenómeno. Además, hay que reconocer que el MED presenta dificultades mayores para su integración que AL. La inestabilidad política de la región es mayor (aunque en 1986 la situación no era tan distinta y los resultados en materia de comercio intraindustrial eran semejantes), el conflicto cultural está más presente y las sucesivas ampliaciones de la UE han tenido un papel importante, en el sentido de integrar progresivamente países nuevos en la Unión Aduanera, proceso que no se ha dado en EEUU, salvo con Méjico.

CONCLUSIONES Las conclusiones derivadas del análisis precedente confirman lo apuntado en la introducción respecto al mayor aprovechamiento por parte de EEUU de su periferia como factor de competitividad, a través de la integración industrial, frente a una postura más pasiva de la UE. Este resultado no debe ocultar los progresos experimentados por el comercio intraindustrial UE-MED entre 1986 y 1994, proceso que la Asociación Euro-

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Mediterránea de Libre Comercio debería potenciar. No obstante, en base a los resultados obtenidos en el epígrafe anterior para el caso de EEUU, podemos concluir que el comercio intraindustrial de la UE con los PED’s presenta un potencial importante, tanto con el MED (objeto de nuestro interés en este artículo) como con AL. El primer paso a emprender sería, en consecuencia, profundizar las relaciones con el MED desarrollando y acelerando el Área de Libre Comercio Euro-Mediterránea.

Desde un punto de vista estrictamente económico, y a nuestro juicio, la UE debe asimilar que en un escenario caracterizado por la globalización cum regionalización, el éxito consiste en salvaguardar los intercambios con su área de influencia (el MED, pero también la Europa del Este y el África subsahariana) e incrementar la presencia en las periferias de los otros dos grandes actores económicos internacionales (AL, pero también Oriente Medio y Asia). Un segundo paso, por tanto, consistiría en intensificar las relaciones con, por ejemplo, el Mercosur, Méjico, Chile o el Grupo Andino.

Pero el cuadro esbozado en el epígrafe anterior no quedaría completo si nos limitásemos a un economicismo que, en este caso, no sería sinónimo de rigor, sino de ceguera intelectual. El Sur (el MED, de forma más concreta) no es sólo comercio exterior e inversiones extranjeras, sino que nos afecta en otros ámbitos, a nuestro entender y para el caso del MED, más importantes. Nos referimos a la geopolítica, inextricablemente ligada a lo que hemos denominado geoeconomía, si se aceptan los argumentos al respecto expuestos en la introducción. Si las relaciones económicas internacionales constituyen, tras la caída del muro de Berlín y el subsiguiente colapso del socialismo real, un instrumento de poder más efectivo que antaño, la política exterior de la UE debe obtener de ellas los beneficios potenciales que ofrecen. Somos conscientes de las limitaciones y las inconsistencias de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la UE, pero no nos resignamos ante ellas. Si se nos permite una analogía fisiológica, y siempre desde el punto de vista de las relaciones internacionales, el poderoso músculo económico de la UE no tiene ninguna utilidad cuando lo rige un cerebro, la PESC, jibarizado y con preocupantes síntomas de esquizofrenia y parálisis. Integrar a su periferia y adentrarse en las ajenas, en lo político y en lo económico; en eso consiste el reto, en opinión de estos autores, que plantean los procesos de globalización y regionalización a la política exterior de la UE.

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Cuadro 2: Índices de Comercio Intraindustrial de EEUU y la UE con sus áreas de influencia, por grupos de productos (1986 y 1994). INDICES 1986 UE

MUNDO AM. LATINA

INDICES 1986 EEUU

MED

MUNDO AM. LATINA

INDICES 1994 UE

MED

MUNDO AM. LATINA

INDICES 1994 EEUU

MED

MUNDO AM. LATINA

MED

1. MAT.CONSTR.

65.0

19.2

14.4

59.7

71.8

64.3

86.8

23.5

53.3

70

91.1

47

2. SIDER.META.

79.1

40.5

19.4

28.1

32.2

81.2

88.3

38.4

35.4

51.2

64.8

45.1

3. TEXT. CUERO

81.4

69.4

52.6

32.6

56.9

49.8

89.3

63.6

38.3

37.8

62.7

19.4

4. MADERA-PAPEL

78.4

51.3

22.1

69.7

60.5

28.8

94.3

62.6

26.5

83.8

57.4

26

5. MAQ. ELECT.

70.0

16.4

8.5

66

58.7

34.59

87.9

19.3

28.8

73.2

68.1

43.2

6. QUÍMICA

74.0

27.4

34.6

72.4

48.7

61.2

91.3

30.0

39.1

80.9

40.8

79.8

7. MINERALES

68.3

8.8

28.7

86.11

46.4

36.3

78.2

7.1

27.2

88.3

44.8

7.6

8. ENERGÍA

46.4

8.9

6.1

12.7

9.7

0.8

62.1

29.1

12.9

18.7

24.0

8.9

9. AGRICULTURA

82.0

7.8

64.5

71

31.2

28.3

82.9

13.4

48.6

75.7

44.6

28

10. PROD.ALIM.

78.6

41.5

39.5

51

26.1

10.7

89.0

36.1

53.0

67.5

54.3

19.2

11. OTROS

73.7

33.0

36.0

62.3

80

26.6

82.6

53.7

47.5

76

78.8

4.3

Total (*)

71.0

22.1

22.1

56,3

38,0

22,4

87.3

27.6

33.9

68.4

58.0

32.0

Fuente: elaboración propia con datos de CHELEM-CEPII. (*) Indices totales de comercio intraindustrial, calculados para los bienes agregados en 71 categorías.

Cuadro 3: Índices de Comercio Intraindustrial de los EEUU y la UE con sus áreas de influencia, por productos (1986 y 1994). INDICES 1986 UE MUNDO AM. LATINA 1. MAT.CONSTR.

65.0

INDICES 1986 EEUU MED

MUNDO AM. LATINA

INDICES 1994 UE MED

MUNDO AM. LATINA

INDICES 1994 EEUU MED

MUNDO AM. LATINA

19.2

14.4

59.7

71.8

64.3

86.8

23.5

53.3

70

91.1

MED 47

Cemento

53.4

4.9

1.2

20.9

17.3

23.3

82.2

15.8

55.9

28.7

39.4

4.0

Cerámica

66.1

10.5

7.0

51.9

85.0

59.8

85.5

26.2

42.4

61.2

99.9

72.4

Vidrio

68.4

34.6

40.5

87.4

97.4

74.3

90.4

21.4

68.5

90.3

96.9

59.8

2. SIDER.META.

79.1

40.5

19.4

28.1

32.2

81.2

88.3

38.4

35.4

51.2

64.8

45.1

Hierro-acero

72.3

58.1

6.9

16.8

32.0

97.0

90.2

66.9

22.0

30.5

54.1

24.0

P.trans.hierro

57.0

12.7

0.6

32.1

58.9

76.4

81.9

16.7

22.8

77.9

68.6

59.0

Metal.no fer.

97.5

29.9

57.7

37.1

26.7

69.2

87.9

22.2

68.0

62.2

73.9

77.2

3. TEXT. CUERO

81.4

69.4

52.6

32.6

56.9

49.8

89.3

63.6

38.3

37.8

62.7

19.4

Hilos-tejidos

78.1

80.9

85.7

85.8

70.6

93.4

93.0

64.5

62.6

87.0

51.2

59.0

Confección

89.1

49.8

17.2

12.3

79.3

5.3

78.4

44.9

17.8

25.7

68.7

5.2

Otros art. de conf

83.2

80.1

22.3

15.7

85.6

4.4

81.5

92.1

16.0

32.8

68.1

2.4

Alfombras-tapices

85.4

87.2

40.6

50.2

86.1

15.5

92.5

97.8

47.2

60.2

96.5

23.7

Cueros

77.8

54.4

52.8

20.9

24.3

45.1

98.6

53.6

82.3

23.0

42.4

52.7

4. MADERA-PAPEL

78.4

51.3

22.1

69.7

60.5

28.8

94.3

62.6

26.5

83.8

57.4

26

Art. Madera

86.6

76.6

57.3

59.0

67.4

6.0

92.3

42.7

41.4

66.2

86.7

17.9

Muebles

65.3

7.8

11.2

37.1

93.3

65.7

93.7

74.9

42.0

58.5

83.5

97.5

Papel

81.3

97.0

12.5

79.2

43.4

6.6

95.9

93.6

16.7

99.3

25.3

2.6

Impresión

66.5

8.8

35.9

69.9

32.3

66.1

85.6

8.8

23.0

64.1

36.0

52.2

Otros art. manuf.

83.0

15.3

25.7

69.9

76.8

65.6

96.1

40.7

31.0

87.8

70.9

25.9

5. MAQ. ELECT.

70.0

16.4

8.5

66

58.7

34.59

87.9

19.3

28.8

73.2

68.1

43.2

Art. Metal

56.1

4.6

2.4

90.9

49.4

14.3

84.9

15.1

25.7

73.0

34.2

36.4

Quincalla

67.4

7.0

9.7

81.6

54.9

83.7

90.7

19.9

39.6

78.1

73.3

92.3

Motores

60.7

24.3

6.2

82.1

73.4

26.0

85.6

43.3

20.0

88.3

89.5

24.1

Mat. agrícola

70.6

0.2

1.3

92.9

16.9

20.1

83.4

1.5

11.7

91.8

27.8

64.7

Maq. Herram.

54.3

7.4

3.7

96.0

7.8

35.2

77.5

6.2

9.0

86.3

21.2

54.4

1

Mat.BTP

57.0

6.9

2.9

75.3

12.6

1.7

78.2

9.2

7.4

84.2

25.8

2.8

Maq. especiales

53.2

3.4

2.8

90.6

20.8

30.9

Armamento

77.8

4.4

1.4

33.1

7.2

0.6

69.1

4.3

14.5

98.1

15.6

88.3

93.2

20.2

22.0

34.0

76.3

3.0

Instr. medida

70.2

5.5

22.0

63.9

42.6

Relojería

83.8

8.9

23.4

15.1

63.5

94.5

91.6

12.2

31.6

74.5

84.9

57.7

11.4

67.3

24.8

50.9

19.4

73.1

95.0

Ap. ópticos

91.1

4.0

35.1

62.7

22.2

95.9

92.3

46.3

20.8

58.0

56.6

66.4

Componentes electr.

99.2

81.7

21.4

89.5

85.6

5.7

95.8

54.1

51.2

87.8

56.6

93.6

Electr consumo

98.3

73.8

7.5

14.3

55.5

9.0

80.6

71.0

73.7

21.7

34.5

67.7

Mat. telecom.

68.9

4.7

13.6

69.0

98.3

46.5

92.3

5.8

59.2

87.1

79.2

94.3

Mat. inform.

93.6

63.2

22.4

79.2

40.9

31.4

87.1

49.5

34.6

77.4

60.1

73.9

Electrodomésticos

71.0

4.5

3.7

49.0

98.7

46.6

91.6

13.7

50.0

71.9

92.3

60.5

Mat. eléctrico.

63.7

7.0

10.9

85.7

89.4

51.0

86.6

10.8

33.8

87.6

99.5

44.8

Mobil. eléctrico

69.9

9.7

12.2

98.8

97.3

57.4

95.3

24.0

44.7

86.6

91.8

64.8

Elem. vehículos

65.3

8.5

4.2

88.1

53.8

16.4

92.3

15.3

19.4

97.8

71.7

41.5

Automóviles part.

63.3

53.1

1.2

34.9

48.9

0.6

90.7

9.9

1.9

40.9

58.2

0.5

Otros vehículos

60.8

40.3

0.9

59.4

32.9

0.9

87.6

45.4

8.9

70.4

92.1

3.5

Navíos

79.1

18.2

2.2

57.7

34.3

1.2

66.3

25.7

24.9

99.3

6.9

0.2

Aeronáutica.

84.4

21.3

36.0

39.7

7.8

23.9

91.4

17.9

44.1

53.5

9.6

10.3

6. QUÍMICA

74.0

27.4

34.6

72.4

48.7

61.2

91.3

30.0

39.1

80.9

40.8

79.8

Quím. min. base

78.9

54.6

90.0

98.6

97.3

81.9

98.7

66.6

82.8

98.1

93.7

90.5

Fosfatos

85.0

4.7

98.4

60.4

9.7

78.5

96.1

12.2

48.3

57.4

16.6

95.0

Quím. org. base

80.0

36.4

30.1

83.0

63.9

37.9

93.3

47.9

44.0

92.8

52.2

97.4

Pinturas

63.4

26.5

1.4

57.0

17.1

1.2

85.6

27.2

5.7

68.5

20.6

22.0

Prod. aseo

69.0

26.1

17.3

58.8

52.1

70.3

84.8

19.5

29.7

64.8

32.4

82.6

Prod. Farmacia

63.6

15.0

2.5

63.8

35.6

34.2

85.1

14.0

11.9

87.6

18.0

63.6

Plásticos

76.9

35.7

37.0

65.4

32.7

7.0

92.2

43.7

16.6

74.3

46.4

24.1

Art. plástico.

73.6

16.8

20.3

64.8

30.8

98.3

94.3

19.5

42.3

77.2

27.0

94.6

Art. Caucho

69.6

19.5

33.6

61.3

69.1

69.6

95.9

39.4

88.9

79.1

71.0

60.6

7. MINERALES

68.3

8.8

28.7

86.11

46.4

36.3

78.2

7.1

27.2

88.3

44.8

7.6

Min. hierro

61.5

6.4

98.4

66.0

99.3

0.0

77.8

2.9

11.9

67.1

66.4

0.0

Min. No fer.

55.4

2.6

24.1

94.3

22.1

62.2

68.9

5.3

13.4

99.8

29.3

53.8

Otros minerales

90.1

72.0

23.7

87.1

72.6

71.9

90.0

32.2

49.6

84.5

60.0

16.4

1

2

8. ENERGÍA

46.4

8.9

6.1

12.7

9.7

0.8

62.1

29.1

12.9

18.7

24.0

8.9

Carbón

43.6

70.7

77.2

5.4

7.2

0.0

27.7

1.3

1.2

24.1

70.1

0.0

Petróleo bruto

23.9

5.5

0.1

1.0

0.0

0.0

33.9

8.8

0.0

0.3

0.0

0.0

Gas natural

45.6

98.1

2.5

20.7

76.6

0.1

45.9

76.9

3.9

15.1

85.9

0.1

Coke

91.0

31.1

6.7

62.6

26.9

0.0

64.4

15.1

40.8

48.7

0.0

0.8

Pr. ref. petr.

75.1

17.5

24.8

31.8

17.0

1.3

98.3

89.1

44.9

62.8

63.4

12.7

Gas distrib.

79.2

0.0

0.0

1.2

0.0

0.0

91.4

0.0

0.0

6.6

0.0

0.0

9. AGRICULTURA

82.0

7.8

64.5

71

31.2

28.3

82.9

13.4

48.6

75.7

44.6

28

Cereales

89.0

27.2

13.0

3.8

2.4

0.0

92.4

89.5

3.5

16.1

2.7

0.1

Otros prod. Agrí.

75.8

3.7

45.8

87.3

29.8

88.4

79.2

5.8

46.3

91.8

44.8

89.0

Prod. agr. no com.

87.2

24.7

92.7

91.7

97.2

49.5

85.5

29.3

78.1

91.0

86.0

53.4

10. PROD.ALIM.

78.6

41.5

39.5

51

26.1

10.7

89.0

36.1

53.0

67.5

54.3

19.2

Prod. Cerealeros

58.6

5.3

4.6

74.3

45.9

5.9

81.1

2.1

9.1

92.5

48.0

60.1

Aceites y grasas

84.5

59.4

15.7

84.8

19.5

9.9

92.7

31.2

69.0

84.0

27.8

9.0

Carnes

87.0

57.2

68.1

74.5

30.1

5.0

93.5

17.5

88.9

96.3

61.9

9.0

Conser. anim.

93.1

45.4

64.6

41.9

19.7

70.0

90.1

42.7

22.7

73.7

69.0

53.4

Conser. veget.

76.7

95.5

95.9

97.7

86.2

47.8

95.1

98.1

54.6

71.2

86.4

77.2

Azúcar

80.1

30.9

14.3

26.3

9.8

78.7

91.6

25.9

22.4

58.3

46.5

60.2

Alim. Animales

75.2

2.7

21.6

10.1

17.4

0.0

76.0

3.3

21.5

22.2

15.5

0.0

Bebidas

60.3

92.0

37.8

21.2

10.8

61.6

79.4

97.8

68.8

57.8

55.5

52.5

Tabacos manuf.

77.8

75.3

5.5

13.0

66.7

0.0

93.4

88.5

26.2

6.7

40.4

1.1

11. OTROS

73.7

33.0

36.0

62.3

80

26.6

82.6

53.7

47.5

76

78.8

4.3

Joyas

61.8

32.0

42.5

38.9

36.0

23.0

79.5

66.7

56.0

27.6

29.9

1.5

Otros

83.3

33.6

22.0

84.6

88.7

55.1

84.9

40.9

8.2

99.9

87.7

26.3

Total (*)

71.0

22.1

22.1

56,3

38,0

22,4

87.3

27.6

33.9

68.4

58.0

32.0

Fuente: elaboración propia con datos de CHELEM-CEPII. (*) Indices totales de comercio intraindustrial, calculados para los bienes agregados en 71 categorías.

2

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intraindustrial

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España:

determinantes

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