El color como creador de significados

El color como creador de significados Natalia González Zaragoza [email protected] telf.:600745169 DNI: 48395126-K INTRODUCCIÓN Con este artículo,...
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El color como creador de significados

Natalia González Zaragoza [email protected] telf.:600745169 DNI: 48395126-K

INTRODUCCIÓN Con este artículo, pretendo presentar al color como un valor generador de significados en el arte de la pintura, siendo éste además, un elemento visual imprescindible en otros medios visuales fundamentales, como la publicidad o el diseño. El color ha sido un elemento de la sintaxis visual utilizado en todos los tiempos; no existe pueblo o civilización humana que no lo relacione con la belleza ni con propiedades y actitudes psicológicas y simbólicas. El color es un mero transmisor de ideas, sentimientos y emociones y, el ser humano, se ve constantemente afectado por su potencia y su fuerza simbólica. En este artículo se pretende mostrar al color como un valor capaz de expresar significados por sí mismo, pero también pretende definirlo como un elemento complejo de percibir, debido a su relatividad en el medio. Es por ello, que los medios visuales como la pintura y las artes gráficas en general inventan el color del mundo para los humanos, para transmitirles una objetividad más latente y precisa de su significado y su relación los demás colores. EL COLOR COMO CREADOR DE SIGNIFICADOS El color es la sensación visual más relativa de cuantas recibimos al percibir visualmente nuestro entorno. El color es una sensación que depende de la naturaleza, de la luz que ilumina al objeto y de las propiedades físicas y químicas del mismo, así como de las condiciones de nuestro órgano receptor, el ojo. Estamos acostumbrados a percibir multitud de colores, cuando en realidad éstos son tan reducidos en número que podrían contarse con los dedos de las manos. Lo que si existe es una amplia variación de valores y grados de saturación. Los seis tonos fundamentales son los primarios amarillo, magenta y cian, junto a los secundarios rojo, verde y violeta. Si a estos seis colores añadimos el blanco y el negro, tenemos la base de partida de toda la cromaticidad, que existe en el universo. Combinándolos conseguimos el archiconocido círculo cromático, en el que los colores funcionan por afinidad o por contraste, dependiendo de su posición en el círculo. Durante la percepción visual casi nunca se ve el color como es en realidad, como es físicamente; existe una discrepancia entre el hecho físico y el psíquico...Todo nombre de color abarca una gama de matices posibles ,como por ejemplo el color rojo, rojo-anaranjado, rojo-amarillento…; con lo cual la comunicación verbal se torna muy imprecisa. Esto hace que el color sea uno de los medios más relativos que emplea el arte. De hecho cada cultura nombra a los colores de una manera distinta, por lo que se demuestra que los colores son engañosos.

Quizá por este motivo algunos filósofos han increpado a los colores, como Brusatin: - Todos los sabios dotados de talento filosófico han observado los colores con una mirada desconfiada porque encarnan las leyes de la mutación, de la novedad, de la seducción, lo imprevisto del fenómeno contrariante y del destino efímero-. Es cierto, que los colores a nuestro alrededor se nos presentan cambiantes, en un flujo continuo, constantemente relacionados con los colores contiguos, que juegan un papel primordial en el proceso de captación de los tonos. El color por lo general lo asociamos mentalmente a elementos de nuestro entorno y a la naturaleza, pero estos son imaginados o recordados de manera distinta en cada persona. Por ejemplo, una persona de raza árabe debe de imaginar al color amarillo de manera muy distinta a cuando se le nombra este color a un inglés. Por otro lado, los esquimales reconocen en el color blanco tonalidades que no imaginan los españoles, ni por asomo, cuando se nombra el color blanco. El color de un objeto depende de la propiedad física que tiene éste, de absorber y rechazar unas determinadas cantidades de ondas de luz, por lo que hablamos que el color es luz. Cuando este hecho físico el hombre lo adopta como medio de su expresividad artística, surge el color como materia, que pertenece al universo de las formas artísticas. Las teorías del color en la pintura son muchas y variadas pero casi todas giran en torno a la relatividad de este elemento de la sintaxis visual. John Ruskin escribía en su manual de pintura en el s. XIX: -Cada uno de los matices presentes en tu obra quedará alterado por cada toque que añadas en otros lugares; de modo que lo que hace un momento era cálido se torna frío cuando pones un color caliente en otro lugar y, lo que estaba en armonía cuando lo dejaste se torna discordante al ponerle otros colores al lado. Por lo tanto, podemos decir que un mismo color no se percibe con el mismo tono colocado en dos contextos diferentes: su percepción es relativa. La identidad de un color se establece por la relación que entabla con el resto de los colores en una composición. Por otro lado el tratamiento del color en la pintura obedece a la psicología y estado anímico del artista. Los colores dispuestos en los lienzos tratan de mostrarnos nuevas formas de percibir la realidad y de entender el mundo que nos rodea a través de las sensaciones. En el libro de Félix de Azúa, Diccionario de las artes, dice:

-Muchos pintores creen que pintan lo que está ahí fuera, lo cual es imposible porque no está ahí fuera, ni a la hora de pintar, ni antes. De hecho ahí fuera no hay absolutamente nada, un caos insondable de campos energéticos y turbulencias atómicas. El fluido sin forma ni sentido que tornasolea sobre la piel del mundo y que sin duda es gris para todo bicho viviente menos para el humano y algún insecto como la mosca. -Sólo el arte de la pintura inventa el color del mundo para nosotros. No sabemos si el verdirrojo que aparece en la naturaleza muerta de Cezánne es el mismo para todo el mundo, probablemente no, pero la pintura hace con el color lo que la música con el sonido: convertirlos en significado. Luego si observamos el color en la pintura a lo largo de la historia del arte vemos que no hay un solo artista que no haya tratado al color con una nueva mirada. Desde el barroco al renacimiento y desde el romanticismo a las vanguardias, no hay artista que no haya dejado un análisis cromático cargado de significados, reflejo de un mundo cambiante. En el impresionismo se buscaba captar la atmósfera y el efecto cambiante de la luz en el entorno, por lo que son conocidas las salidas al aire libre de los pintores, para captar estas impresiones de forma directa. Estaban influenciados por los estudios del teórico del color elaboradas por Chevreul, sobre sus investigaciones del contraste de colores y los efectos y influencias de estos bajo los principios de la mezcla óptica y el contraste simultáneo. Es por ello que para lograr efectos visuales de movimiento, luz y color aplicaban pequeñas pinceladas de colores, sobre todo complementarios. Atrás quedaron las masas oscuras, los contrastes de luz y color de movimientos tan característicos en el romanticismo o el tenebrismo. Los colores presentan importantes cualidades ópticas y, éstas fueron estudiadas y patentadas por el físico y óptico Chevreul, como he dicho antes, y sus teorías afectaron a los artistas del momento, que trataron de poner en práctica tales adelantos; pero antes que el propio Chevreul, Goethe en su Teoría del color, ya extrajo conclusiones sobre los poderes del color al ser percibidos individualmente y, sus efectos en la mirada, siendo estos colores los primarios y los secundarios, los cuales se complementan: amarillo-violeta, magenta-verde, azul-naranja. Veamos un extracto de sus estudios y observaciones: -Los colores aislados nos afectan, por así decirlo patológicamente, arrastrándonos a particulares sentimientos. Vívidamente afanosos o blandamente anhelantes, nos sentimos elevados hacia lo noble o rebajados hacia lo vulgar. Sin embargo, la necesidad de totalidad inherente en nuestro órgano nos conduce más allá de esta limitación. Se libera produciendo los contrarios de los particulares que le son impuestos por la fuerza, y al hacerlo acarrea un completamiento satisfactorio.

Efectivamente, si contemplamos a un color por un tiempo, comprobaremos que al dirigir la mirada a un espacio en blanco, vemos su tendencia cromática complementaria. Los impresionistas trabajaron con estos contrastes y comprobaron que la proximidad de los colores complementarios permitía resaltar sus tonalidades o valores. Desde la antigüedad a las tendencias figurativas artísticas actuales, el color se ha encontrado ligado siempre a las formas de la naturaleza. Quizás, el giro más radical del tratamiento del color en la historia del arte lo muestra el arte abstracto, donde el color queda totalmente desvinculado de la realidad. Con este movimiento, los efectos psicológicos del color son más directos, pues el color se muestra puro e independizado de la línea y la forma que determinan a contornos y volúmenes. Con las vanguardias, el color cada vez va teniendo menos importancia, un ejemplo es el cubismo, centrado más en las formas que en los valores cromáticos. Aunque, a lo largo de la historia del arte ha habido momentos en los que el color ya había sido desbancado por la forma y la línea. Los defensores del color defendían a la pasión, frente a los que defendían a la línea, que se acercaban más a la idea, a la concepción intelectual. Un ejemplo claro son los pintores del s. XVIII, Ingres y Delacroix. El primero destaca por su dibujo preciso, propio de los primeros artistas renacentistas, como Rafael; y el segundo destaca por utilizar a grandes masas de color que distribuía en el lienzo. El arte moderno no deja lugar apenas para el color y su predominancia, lo demuestran las ferias de arte como Arco, donde el mundo de las instalaciones, el video y en definitiva las nuevas tecnologías, pertenecen a un mundo sin color. El camino del arte va prescindiendo cada vez más de los elementos de la sintaxis visual, para dejar paso a un mundo de ideas que se muestran cada vez más cercanas a la revolución de los mass- media y los nuevos soportes visuales. El titulo de este artículo hace referencia a los significados del color, estos significados están ligados generalmente a su poder térmico, pues es sabido que el color es capaz de transmitir sensaciones de color o frío; pero también expresa propiedades simbólicas y psicológicas aceptadas generalmente por sociedades de diferentes culturas. Por ejemplo, el rojo es interpretado en todas las culturas como un símbolo de fuerza y vitalidad; asociado a la pasión, el amor y la guerra. Es un color muy valorado, de hecho es el color que más aparece representado en las banderas que identifican a los países.; pero al mismo tiempo, también es un color que es interpretado de diferentes maneras en distintas culturas. En China, se identifica con las bodas y representa buena suerte. Por otra parte se trata de un color muy utilizado en varios ámbitos comerciales, pues hace destacar a los perfiles, atrae a la mirada y crea pensamientos positivos acerca de un producto.

También el rojo es el color que se ha identificado durante siglos con la guerra, un ejemplo claro es que al planeta Marte se le llama también planeta rojo, por su asociación directa al dios de la guerra. El color también se relaciona con los hábitos culturales y sociales que afectan a la actitud del individuo que lo utiliza, bajo influencias relacionadas por el medio en el que se mueve, su educación, temperamento etc. En los pueblos primitivos y en los niños, existe una marcada preferencia por los colores puros. Las gentes de pueblos poco desarrollados económicamente visten en sus fiestas con colores vivos y brillantes. Por el contrario, en las sociedades más desarrolladas económicamente, prefieren los colores de gamas más apagadas, que tienden más a la sobriedad y la sofisticación. Como vemos el color es no solo un elemento vital en la historia del arte, sino también un instrumento de identificación social, un valor fundamental en el lenguaje gráfico y un elemento, en definitiva, ligado a la naturaleza humana, pues su sola presencia desencadena sentimientos y valores estéticos, psicológicos y emotivos.

Bibliografía: Diccionario de las artes, Félix de Azúa. Editorial Planeta. Curso práctico de diseño gráfico, Milko A. García Torres. Ediciones Génesis S.A, Madrid. Arte y percepción visual, Rudolf Arhheim. Editorial Alianza Forma. La interacción del color. J.Albers. Editorial Alianza. Tratado de pintura de Leonardo da Vinci. Teoría y uso del color. Degrandis. Editorial Cátedra.