EL CIELO, EL AIRE Y LAS COSAS

EL CIELO, EL AIRE Y LAS COSAS La pintura holandesa de los siglos XVI y XVII dio mucha importancia a los bodegones y los paisajes. No eran cuadros muy ...
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EL CIELO, EL AIRE Y LAS COSAS La pintura holandesa de los siglos XVI y XVII dio mucha importancia a los bodegones y los paisajes. No eran cuadros muy grandes, porque iban destinados a los hogares de las familias burguesas, y no a los grandes palacios de los gobernantes o a las iglesias. En los bodegones, el cuadro del pintor competía con su modelo. Si pintaba flores, las suyas tenían que parecer tan suaves y brillantes como las naturales. Además, las pintadas siempre durarían más, y este era uno de los motivos para comprarse su cuadro. Si pintaba cacharros, debía imitar perfectamente el brillo del metal o la transparencia del cristal. Con los paisajes, los pintores holandeses enseñaron a sus clientes a disfrutar de las bellezas naturales del país. Era un país llano, en el que el comercio marítimo era la fuente principal de riqueza. Son muy importantes las marinas, en las que el cielo ocupa la mayor parte de la composición. En el agua, las velas de los barcos y los juegos de luz y sombra de las nubes sobre el mar se utilizan para dar sensación de profundidad. Si los paisajes son del campo, el cielo sigue ocupando un espacio muy importante, porque se pinta un país llano, sin grandes montañas.

Las técnicas artísticas / Libro de alumno II.2

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JAN BRUEGHEL DE VELOURS Cristo en la tempestad del mar de Galilea, 1596 Óleo sobre cobre, 26,6 x 35 cm.

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La Biblia, en el Nuevo Testamento, cuenta que un día Jesús y sus discípulos se subieron en una barca para cruzar el mar de Galilea. A medio camino, Jesús se quedó dormido y empezó una gran tormenta. Los apóstoles se asustaron y le despertaron. Entonces él pidió al mar y al viento que se calmaran, y todo volvió a estar tranquilo. Y riñó a sus discípulos por no creer en él. Ellos se quedaron muy impresionados al ver que hasta el mar le obedecía. El pintor ha representado el principio de la tormenta, aún no llueve, pero el cielo se ha llenado de nubes negras que dan sombra sobre el mar, y ha empezado a soplar el viento, levantando olas en el agua. La barca de los apóstoles está en primer término del cuadro, y atrae mucho nuestra mirada porque es la que tiene más colorido. También nos fijamos en las caras de miedo de los tripulantes, y en la figura de Jesús, que duerme apoyado en un borde. Esta barca es un repussoir, consigue dar el efecto de que todo los que pasa detrás de ella está mucho más lejos, nos parece que vemos un paisaje con mucha profundidad. Más lejos están las otras barcas, que son más pequeñas y no nos dejan ver con tanto detalle a sus tripulantes. También más lejos está la orilla, donde las figuras parecen ya miniaturas, y hay que acercarse mucho al cuadro para ver lo que están haciendo. El pintor Jan Brueghel el Viejo –para distinguirle de su hijo, que también se llamaba Jan y fue pintor-, nació en Flandes, que a finales del siglo XVI pertenecía a la corona española. Viajó por Italia para completar su formación, y seguramente allí pintó este cuadro para el arzobispo de Milán, Federico Borromeo, que fue su protector. En 1596, el año en que está fechado el cuadro, regresó a su ciudad natal de Amberes y se estableció definitivamente en ella. Llegaría a ser pintor de corte del Archiduque Alberto, que fue el gobernador español de Flandes. Este cuadro está pintado al óleo sobre una lámina fina de cobre. El cobre se empezó a utilizar como soporte para el óleo en la segunda mitad del siglo XVI, en Italia y los Países Bajos. Presentaba una superficie muy lisa, que permitía a los artistas hacer pequeñas escenas y detalles minuciosos, como las escenas de la costa que vemos aquí. Jan Brueghel divide el cuadro para conseguir la profundidad utilizando una técnica que era tradicional en Flandes. Se dejaba en la oscuridad el primer término, como aquí la mancha de sombra en el mar a la derecha de la barca de los apóstoles. Después, venía una zona verdosa, y al fondo, predominaban los colores azulados. Así se sugería el espacio hacia dentro del cuadro. Beatriz Fernández.

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SALOMON JACOBSZ VAN RUYSDAEL Un río con pescadores, 1645 Óleo sobre tabla, 51,5 x 83,6 cm.

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Es un tranquilo paisaje fluvial, donde una orilla oscura nos lleva en diagonal hacia dentro, siguiendo el curso del río y la navegación de los veleros hacia un pueblo lejano, del que distinguimos el pequeño campanario vertical de una iglesia. Ese campanario parece por su forma y su color pálido una vela más. Dos terceras partes del cuadro están ocupadas por un cielo tranquilo, más claro en el horizonte, donde la luz une el cielo, el pueblo y el agua. Salomon van Ruysdael (1600/1603-1670) fue uno de los grandes paisajistas holandeses del siglo XVII, época en que Holanda se independizó de la corona española y logró gran fama a través de su pintura de paisaje. Fue especialmente importante la escuela de Haarlem, ciudad en la que desarrolló su carrera artística Ruysdael. Es un cuadro de pequeño tamaño porque la pintura de paisaje se hacía para las casas de la burguesía holandesa. Hubo muchos paisajistas trabajando en este siglo, y sus cuadros no alcanzaron precios muy caros. En general, se especializaban en algún tema que podían vender bien, entre los favoritos de Ruysdael estaba el paisaje fluvial. Ese mismo año hizo doce cuadros con un río o un canal, y aunque no fueran iguales, le sirvieron para conocer muy bien lo que estaba pintando. La costumbre era que los pintores hubieran dibujado antes del natural, con tiza o lápices, lo que querían pintar en su estudio. Sabemos que Ruysdael empezó a pintar sobre la tabla preparada, sin hacer ni siquiera un dibujo encima. Pudo hacer eso porque llevaba tiempo estudiando la composición y ya sabía muy bien lo que quería. Fue poniendo una base de color directamente con los pinceles, y encima: las nubes; los árboles y arbustos de la orilla; los barcos, y al final los pequeños personajes. Ruysdael es uno de los principales representantes del paisaje monocromo o tonal dentro de la escuela holandesa. Éste es un paisaje pintado utilizando pocos colores, aquí por ejemplo, hay una entonación general verde grisácea. Las distintas partes del cuadro y el color se subordinan a la tonalidad de conjunto. Las figuras humanas no tienen un papel destacado en la composición. Las pinceladas son muy importantes. Ruysdael solía comenzar sus cuadros atravesando el horizonte con una pincelada ancha y horizontal, que creaba un efecto de movimiento en el aire. Esa pincelada ancha contrasta con el trazo de un pincel fino que podemos ver en los azules del cielo. Dibujan el perfil de las nubes y sus tonos oscuros. También son pinceladas finas las que pintan el

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movimiento general y la luz de las hojas de los árboles y de los arbustos, sin preocuparse de dibujar con cuidado el detalle de cada hoja. Beatriz Fernández

ACTIVIDADES Dibujar un árbol o un arbusto con muchas hojas Fíjate en cómo hace Ruysdael la vegetación de la orilla del río. Estudia el grupo más alto de árboles. Aunque tiene varios troncos, parece que las hojas forman una sola copa, porque todas las ramas y las hojas contribuyen al efecto general. El pintor no ha intentado dibujar con detalle cada hoja, sino situar las partes más oscuras de las hojas y las ramas, y también las zonas más luminosas, donde hay menos hojas y podemos ver el cielo. Intenta dibujar un árbol haciendo el esfuerzo de verlo como una serie de partes que crean un conjunto único. Las distintas ramas y sus hojas, dibujan entre todas la forma de la copa. Tienes que fijarte en la forma general del árbol contra el cielo, y ver sus hojas como una masa, con unas luces y sombras en grandes manchas, olvidando el dibujo de cada hoja. Puedes hacer tu dibujo con un lápiz negro muy blando (6B), tienes que afilar bien la punta antes de empezar. Dibuja con líneas finas, sin apretar mucho, el tronco y las ramas, también la forma general de la copa contra el cielo. Después, haciendo rayas diagonales paralelas entre sí, intenta reflejar las luces y las sombras en la copa. Las líneas tendrán que estar más juntas entre sí en las partes más oscuras, y separarse más para hacer las más claras. Al final el dibujo tiene que ir desde el gris más claro (líneas muy suaves y más separadas entre sí) hasta los tonos más oscuros (líneas más juntas trazadas apretando más el lápiz). Conviene que trabajes poco a poco, empezando por los grises, y que dejes las zonas más oscuras para hacerlas al final, cuando sepas muy bien donde están. Puedes usar una goma de borrar para hacer las zonas más luminosas, borrando las rayas grises que habrás trazado para hacer la forma general de la copa.

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WILLEM KALF Bodegón con cuenco chino con tapa, copa nautilo y copa de cristal, 1662 Óleo sobre lienzo. 79,4 x 67,3 cm.

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JEAN BAPTISTE SIMEON CHARDIN Bodegón con cántaro y caldero de cobre, c. 1728-1730 Óleo sobre lienzo, 32,4 x 39,2 cm.

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Willem Kalf nació en Amsterdam en 1619, vivió unos años en París y, tal vez, en la localidad de Hoorn; murió en su ciudad natal en 1693. Se especializó en la pintura de escenas de interiores y bodegones, con los que fue uno de los creadores de la moda de los bodegones suntuosos. Jean Baptiste Simeon Chardin (1699-1779) nació y vivió toda su vida en París y como el holandés destacó en los mismos géneros de pintura. Hoy se le considera el renovador de la naturaleza muerta en la Francia dieciochesca. Tanto Kalf como Chardin son dos artistas extraordinarios, dos virtuosos, si bien el francés pueda parecerlo menos ante una mirada superficial, ya que habitualmente se asocia ese calificativo a la manifestación expresa de la habilidad técnica para conseguir el parecido con el modelo y en la minuciosidad de los detalles. La pintura de Kalf, considerada en términos de imitación, es mucho más realista que la de Chardin, como corresponde a las características de la pintura holandesa del siglo XVII, pero se trata de un realismo que -sobra decirlo- nunca se limita a la representación fiel de los objetos reales. Además, Chardin está más cerca de la sensibilidad actual. Las diferencias entre estos bodegones son mayores que las similitudes. El contraste más evidente es el lujo de lo representado por Kalf frente a la sobriedad de lo pintado por Chardin. Ambos fueron ejecutados sin dibujar previamente los objetos sobre la tela, su composición es equilibrada y en los dos la luz es protagonista. Las figuras destacan sobre un fondo oscuro, si bien el claroscuro del barroco holandés es mucho mayor. La gama cromática del francés es más reducida que la del holandés, con predominio de los colores cálidos. La pincelada del cuadro de Kalf es mucho más pequeña y liviana, casi invisible; mientras que la de Chardin, aunque también pequeña, es mayor, y sobre todo más espesa. Ángel Llorente ACTIVIDADES Naturalezas muertas y bodegones en el Museo Thyssen-Bornemisza La siguiente actividad te permitirá descubrir las pinturas de naturalezas muertas que exhibe el museo, apreciar la variedad de este género de pintura, y aprender las principales características del mismo en función de los estilos y épocas a las que pertenecen. Una vez que hayas hecho en el Las técnicas artísticas / Libro de alumno II.2

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museo lo indicado debes completar la información obtenida directamente con la contemplación de las obras consultando libros de texto y la bibliografía recomendada. 1º. Localiza las naturalezas muertas expuestas en las salas del museo. 2º.Elige dos de «maestros antiguos», una con soporte de tabla o cobre y otra de lienzo, excepto las pinturas de Willem Kalf y Jean Baptiste Simeon Chardin. 3º.Elige dos de «maestros modernos», una de técnica mixta y otra de lienzo. 4º.Haz una ficha –según las indicaciones de tu profesor- para cada una de las pinturas seleccionadas, que, lógicamente, deberán ser de artistas diferentes, y preferentemente con características distintas, según este modelo u otro parecido.

5º.Haz un croquis de los cuadros elegidos y explica la composición de cada uno de ellos. Para finalizar, una vez acabada la visita al museo, busca información sobre los autores seleccionados y explica las características de sus estilos personales, así como las del estilo artístico, escuela, movimiento o corriente en que se clasifican en la historia del arte.

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