EL CATEQUISTA, LA CATEQUESIS Y EL KERIGMA. A LA LUZ DE LA EVANGELII GAUDIUM

EL CATEQUISTA, LA CATEQUESIS Y EL KERIGMA. A LA LUZ DE LA EVANGELII GAUDIUM EL ANUNCIO DEL KERIGMA 1 En una reunión de artistas, un declamador muy...
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EL CATEQUISTA, LA CATEQUESIS Y EL KERIGMA. A LA LUZ DE LA EVANGELII GAUDIUM

EL ANUNCIO DEL KERIGMA

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En una reunión de artistas, un declamador muy famoso deleitaba a los demás recitando trozos de poetas y dramaturgos maravillosos, empezando por Pablo Neruda, Shakespeare y otros. Un sacerdote estaba allí y en un momento de descanso le preguntó si podía declamar el salmo 23 sobre el pastor. El declamador le respondió: Claro que puedo y lo voy a declamar pero, como condición, después de que yo lo declame también usted lo declamará. El sacerdote, extrañado por la propuesta, aceptó. La declamación del artista fue preciosa, entusiasta. Una lluvia de aplausos cerró su presentación. Luego fue el turno del sacerdote. Declamó el mismo salmo 23 sobre el pastor. Al terminar, no hubo aplausos, sólo un silencio muy grande, un silencio especial, diríamos espiritual. Tal vez de algún ojo se escapó una lágrima. Pasados unos instantes el declamador se levantó y dijo: "Ustedes acaban de presenciar algo muy grande". Yo declamé el salmo sobre el pastor porque conocía muy bien las palabras, pero él conocía al Pastor. (Comisión de Pastoral Misionera - Arquidiócesis de México) Investigando sobre el Kerigma, la teoría y las enseñanzas de la Iglesia con respecto al mismo, este breve cuento del comienzo me llena de humildad al corazón. Realizar este trabajo me hizo poner en tela de juicio mis prácticas catequísticas y revisarlas a la luz de este nuevo espíritu que me guía. Muchas veces por el hecho de “hacer” nos olvidamos el “ser” y el querer modernizar las enseñanzas y hasta a la Iglesia misma, nos tapa y sofoc en el interior, rozando el olvido el primer anuncio de Jesús que tuvimos. Entonces vuelvo a empezar y recordar que “Hablar, proclamar, gritar lo que está en nuestro corazón, es el movimiento de amor que se llama Misión. De ahí la importancia de comprender, vivir y anunciar el kerigma SE LUZ DE DIOS EN TU CIUDAD”. (Comisión de Pastoral Misionera - Arquidiócesis de México). Y estos hombres, esta ciudad a la que estoy llamada a evangelizar, me golpean de lleno la cara y me exige parar y enfrentarme a la cruda realidad que hay en mi ciudad, en el mundo. El Evangelio nos presenta a Jesucristo haciendo el bien y amando a todos sin distinción (he.10, 38) y eso me hace preguntar ¿podré yo? Y más que nada ¿cómo hacerlo? Me he sentado con mis asesores y sacerdotes para analizar primero cual es la realidad que nos toca. Primero la teoría que nos enseñan los libros de la Iglesia: “Nos preocupan las angustias de todos los miembros del pueblo cualquiera sea su condición social: su soledad, sus problemas familiares, en no pocos, la carencia del sentido de la vida… más especialmente queremos compartir hoy las que brotan de su pobreza (Puebla 27) Rostros de jóvenes, desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad Rostro de subemplados y desempleados, despedidos por al duras exigencias de crisis económicas Rostros de marginados y hacinados urbanos, con el doble impacto de la carencia de bienes materiales, frente a la ostentación de la riqueza de otros sectores sociales (Puebla 33 y ss) Presentar a los jóvenes el Cristo vivo, como único Salvador, para que, evangelizados, evangelicen y contribuyan, con una respuesta de amor a Cristo, a liberación integral del hombre y de la sociedad, llevando una vida de comunión y participación (Puebla 1166) No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento con una Persona, que da nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. (Aparecida 243)

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En el mundo urbano, acontecen complejas transformaciones socioeconómicas, culturales, políticas y religiosas que hacen impacto en todas las dimensiones de la vida. Está compuesto de ciudades satélites y de barrios periféricos. 511 En la ciudad, conviven diferentes categorías sociales tales como élites económicas, sociales y políticas; la clase media con diferentes niveles y la gran multitud de los pobres. 512 (…) pero se notan actitudes de miedo a la pastoral urbana; tendencias a encerrarse en los métodos antiguos y de tomar una actitud de defensa ante la nueva cultura, de sentimientos de impotencia ante las grandes dificultades de las ciudades 513 La fe nos enseña que Dios vive en la ciudad, en medio de sus alegrías, anhelos y esperanzas, como también en sus dolores y sufrimientos. Las sombras que marcan lo cotidiano de las ciudades, como por ejemplo, violencia, pobreza, individualismo y exclusión, no pueden impedirnos que busquemos y contemplemos al Dios de la vida también en los ambientes urbanos. Las ciudades son lugares de libertad y oportunidad. En ellas, las personas tienen la posibilidad de conocer a más personas, interactúa y convivir con ellas. En las ciudades es posible experimentar vínculos de fraternidad, solidaridad y universalidad. En ellas el ser humano es llamado constantemente a caminar más al encuentro del otro, convivir con el diferente, aceptarlo y ser aceptado por él. 514 La expresión "primer anuncio" resuena en los oídos de un cristiano con espíritu misionero como gran ideal, como un programa de Vida, como una vivencia, pues anuncio es comunicación de la fe. "En la compleja realidad de la misión, el primer anuncio kerigmático tiene una función central e insustituible, porque introduce en el misterio del amor de Dios, quien lo llama a iniciar una comunicación personal con él en Cristo y abre la vía para la conversión" (RMi, 441) El primer anuncio no se puede hacer sin romper los muros. Ante todo el muro del encerramiento en la propia realidad. Lo realizó Jesús quien "siendo Dios... se despojó tomando la condición de servidor" [Flp 2, 6-7]. Tuvo que hacer una especie de éxodo de la divinidad hacia la humanidad. Primer anuncio del evangelio o predicación misional por medio del kerigma para suscitar la fe. CT18 El kerigma evangélico -primer anuncio lleno de ardor que un día transformó al hombre y lo llevó a la decisión de entregarse a Jesucristo por la fe-. CT25 En la compleja realidad de la misión, el primer anuncio tiene una función central e insustituible, porque introduce "en el misterio del amor de Dios, quien lo llama a iniciar una comunicación personal con él en Cristo" y abre la vía para la conversión. RM44 Revelar a Jesucristo y su Evangelio a los que no lo conocen: he ahí el programa fundamental que la Iglesia, desde la mañana de Pentecostés, ha asumido, como recibido de su Fundador. EN51” Y la pregunta siguió siendo ¿y ahora qué? Y más importante ¿Cómo?. En los lugares donde comparto mis procesos catequísticos: catequesis sacramental en la parroquia, inicio de catequesis en un merendero de un barrio carenciado cerca de la parroquia (llamado comúnmente villa) y en el grupo scout en el que soy dirigente de niños de 1 a 14 años, las realidades son parecidas pero diferentes; asi también como el anuncio del Dios vivo. En la catequesis parroquial, donde mis niños me piden la clase de catequesis con los banco s y el pizarrón; en esta estructura mezclo incansablemente la catequesis “áulica” por así decirlo, y la catequesis de “vida” aquella en la que Dios habla y toca el corazón, aquella que me hizo recordar mi Kerigma, la que me hace

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poner en juego todas las armas pedagógicas que me da mi profesión para hacerles vivir a ellos este amor de Dios. Donde les hablo del amor y del perdón, de las oraciones, de los Sacramentos, de las acciones diarias, de sus vidas y si encuentro personal con Jesús. Con ellos, que tienen acceso a la Biblia, a documentos y libros, la enseñanza es más prolija y completa, si me permite este término. Sin embargo me di cuenta que lo más importante es este Dios Vivo que se trasmite de boca a boca, de corazón a corazón. Y les hablo y les comparto mi vida en Dios, mi primer encuentro, mi llamado personal. En scout, la espiritualidad está dentro de varias áreas de desarrollo, está implícita pero pocas veces es un punto y aparte de nuestra vida scout. Sin embargo, la vida de los chicos de esa edad nos pide frecuentemente respuestas a las preguntas esenciales que ellos se realizan, a iluminar con valores cristianos y repetirles contantemente que Dios los ama y que los espera siempre. Pero son pre adolescentes y tienen esa apatía características de la edad. Les cuesta encontrar a Dios en la playstation, el celular, el Facebook, los primeros bailes, todas las actividades que realizan diariamente y que no les da tiempo al encuentro con Jesús. Entonces no entienden como Jesús puede escucharlos, sanar los corazones y mucho menos como murió y resucito para salvarnos. El abrir el corazón y mostrar los sentimientos no es una característica de estos tiempos y los preadolescentes solo lo hacen con algunos de sus amigos, ni hablar de adultos, sean padres o dirigentes. La Biblia para jóvenes es una buena opción pero ellos me dicen: “No leo, Gaby y menos una Biblia” “Si ya se todo lo que nos explicaron en catequesis... pero Jesús ya fue, ya murió y listo, se acabó lo que se daba” “Jesús es un lindo cuentito pero no me lo creo”. Y allí, esta realidad tan compleja: “El mundo del adolescente se extiende mucho más allá de los límites de la familia. Otras muchas fuentes reclaman su atención e interés, ya que él se encuentra inmerso en un proceso de descubrimiento del mundo que lo rodea, como son los amigos, la escuela, el trabajo, el grupo de jóvenes de la iglesia, algún equipo deportivo al que pertenece, y los medios de comunicación masiva. De manera que, su fe debe proveer coherencia y significado a todas esas nuevas experiencias. Dicho de otro modo, el adolescente deberá enfrentarse al proceso de tener que encajar la fe que ha heredado de su familia con las nuevas realidades que va descubriendo en su entorno. La afirmación «fe de síntesis» significa que el adolescente va moldeando sus creencias por sus relaciones interpersonales con otros individuos y su propio entorno. El proceso en que se halla lo obliga a encontrar un equilibrio entre sus propias creencias y las de las otras personas, que pueden, perfectamente, ser diferentes e incluso incompatibles con su propia fe. Esta búsqueda de equilibrio le genera mucha tensión y, ante esta última, algunos adolescentes ceden a la tentación de adoptar una actitud conformista y adolecer de creencias, evaluaciones y percepciones autónomas e independientes, para así sostenerse y aferrarse a las de personas de su entorno que son significativas para ellos. Esto sucede por dos razones. El adolescente está dispuesto a renunciar a las propias para no ser rechazado o entrar en conflicto con el grupo. La primera se relaciona con su 4

sensibilidad a las opiniones, juicios y expectativas de las personas con las que ellos quieren congraciarse. En esta edad, el grupo de amigos es altamente significativo, y por tanto, sus opiniones también. El adolescente está dispuesto a renunciar a las propias para no ser rechazado o entrar en conflicto con el grupo. La segunda razón tiene que ver con su identidad, esta todavía no está suficientemente moldeada, está en construcción, por lo cual, es posible, que las creencias y convicciones propias estén en fase de maduración. A la vez se trata de una fe convencional, en el sentido de que el adolescente la moldea por las actitudes de la gente con que se relaciona en un momento determinado. Por eso el gran peligro de esta etapa es que ellos se acomoden a una fe de segunda mano, que no sea propia ni personal, simplemente la aceptan de la familia o de otros adultos sin apropiarse de ella tras pasarla por un periodo de prueba y reflexión” La crisis de fe en la adolescencia, PARTE II Por eso, el desafío es hablarles de Jesús amigo, comprometido con ellos. Ese es el Jesús que trato de mostrarles: amable, pero firme, compañero pero crítico, que es capaz de iluminar la realidad que les toca vivir. Y en el barrio carenciado la realidad es otra, completamente otra. ¿Por qué ir allí?, las siguientes palabras lo ilustran: “En el hoy de nuestro continente latinoamericana, se levanta la misma pregunta llena de expectativa: ‘Maestro, ¿dónde vives?’ (Jn 1,38)” Y allí esta, en el dolor, la pobreza, la marginalidad, la discriminación y porque no en la delincuencia, la droga… en todos ellos se encuentran los rostros de Cristo, del Cristo roto y entonces ¿Por qué no acercarnos? Es difícil la tarea. Al comienzo la desconfianza abunda, se palpa. Los chicos nos miran con ojos hambrientos. La pobreza se hace sentir. El olor se impregna en nuestras narices. Nos encontramos en el merendero. En ese entorno hay que hablarles de Jesús. Entonces toda la teoría se desvanece y solos surgen las palabras del corazón. Y entre las boquitas llenas de alguna galletita o pancito devorado rápidamente, el té un poco aguado caliente que los quema pero los reconforta, las caritas sucias, los “mocos colgando”, la ropa rota… allí aparece Jesús recordándome nuestro primer encuentro y allí es donde surge su imagen de Amor y Redención. Y allí, sin libro, ni pizarrón, ni cuaderno, es en donde el Verbo se hace carne y les llega a lo más hondo de sus almas. Se “Ubica en la existencia del otro” y se muestra. Un ejemplo extraído de Alfa y Omega de España: Las cámaras del director de cine argentino Pablo Trapero intentaron reflejar, en la película Elefante Blanco, la labor de la Iglesia en una de las villas miserias más conocidas de Argentina, Villa Lugano. Pero hay otra, llamada Villa Azul, en la que la arquidiócesis de Buenos Aires y el Camino Neocatecumenal realizan, desde hace años, una importante labor de evangelización. Hasta allí acudieron Pedro y Pilar con sus siete hijos. «Después de 20 años de experimentar cómo Dios había actuado en nuestras vidas, sentimos la llamada de ponernos al servicio de la Iglesia, dejándolo todo». Hace algunos años que regresaron, pero no olvidan la «pobreza humana y espiritual marcada por la violencia, el alcoholismo y las drogas». Y explica: «Fueron los mejores años de nuestra vida, viendo cómo aquella gente empezaba a vivir con dignidad por el simple hecho de anunciarles el amor de Dios». El anuncio del kerigma cambió sus vidas «y esto nos sirvió también a nosotros: nos mostró cómo Dios nos amaba en medio de tanta pobreza».

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Por otro lado, Óscar, de Colombia y diácono en la diócesis francesa de Dijon, también pasó allí un año de su formación. A pesar de la dureza, guarda simpáticos recuerdos, como «la generosidad de los más pobres, que me daban lo poco que tenían». Recuerda cómo «invitábamos a los niños a Catecismo y, poco a poco, la pequeña capilla se fue llenando», a pesar de que «los adultos tenían sus casas llenas de imágenes de santos, pero no iban a Misa». Algo que le marcó fue la pastoral de enfermos: «Recuerdo a un hombre postrado en una cama con cuatro o cinco gatos a sus pies, en una casa hecha de latas y ladrillos y con un hedor que lo inundaba todo». En esa situación, «me encontré con Jesucristo. Ese hombre, sin saberlo, me enseñaba que siendo pobre y viviendo en la miseria era posible dar gracias a Dios y estar alegre por la visita de un párroco y de un joven seminarista».

Cuando uno comprende esto todo se hace más fácil, el Kerigma se hace fácil (en verdad con los niños todo siempre es más fácil). Y en esa realidad tan compleja, las palabras de Jesús fluyen, la salvación se palpa. En el medio de la miseria, la droga y la muerte, Jesús hace pie y se levanta Poderoso y Salvador. Y la Oración se hace fundamental. Y la de ellos, la de los niños y excluidos se vuelve indispensable. Ese encuentro íntimo y personal los hace más felices y la sonrisa se instala. Se hacen la Señal de la Cruz que a veces es un cuadrado, otras un círculo pero tiene el mismo valor. No saben el Padrenuestro, o el Ave María pero piden y agradecen, cuesta llamarlos al silencio en medio del ruido de las tazas que se chocan, pero aparece. Lo más difícil y que todavía me cuesta es que sigan el camino. Muchas veces los invitamos a que se acerquen a la parroquia que está a 4 cuadras, pero no…Sí salen de sus casas cuando la procesión con la Virgen pasa por sus calles… pero ellos no se acercan a nosotros…. El próximo fin de semana los iremos a buscar para que compartan con nosotros el festejo de Día del niño… veremos qué pasa. Eso quedará para el próximo encuentro.

Gabriela Chilo

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