El bosque protector Castaño: bosque y madera

El bosque protector Castaño: bosque y madera En el pasado, el castaño estuvo mucho más extendido que actualmente sin embargo factores socioeconóm...
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El bosque protector Castaño: bosque y madera



En el pasado, el castaño estuvo mucho más extendido que actualmente sin embargo factores socioeconómicos y naturales se han combinado para hacer retroceder la superficie ocupada por este magnífico árbol. A pesar de que hoy es considerado como un alimentos secundario, su fruto fue una parte importante de la dieta de los europeos y su madera materia prima de numerosos objetos de la vida cotidiana

La llegada en el siglo XVI de la patata y el maíz propiciaron el declive de la castaña como alimento humano y por tanto la extensión ocupada por este árbol.

Por otra parte, enfermedades como la tinta y posteriormente el chancro han mermado su extensión a nivel mundial.

© El bosque protector

Aunque actualmente esta frondosa sigue ocupando su propio papel en la industria alimentaria, donde realmente reside su valor es en la gran calidad de su madera.

En este capítulo nos adentramos en los castañares españoles y conocemos su problemática y también su aportación a la economía del sigo XXI.

El castaño es un árbol de gran porte que puede llegar a los 35 metros de altura. La copa, frondosa y elegante, se abre en abanico proporcionando una amplia sombra.

Se trata de uno de los árboles más longevos sobre la faz de la Tierra. Se calcula que puede llegar a vivir más de dos mil años.

Si las condiciones son las apropiadas el castaño no detiene su crecimiento, por lo que los ejemplares más ancianos pueden alcanzar dimensiones ciclópeas.

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Sus gruesos y viejos troncos, cubiertos de musgo y líquenes, son un lienzo que refleja el paso de los siglos.

La utilidad de este árbol ha hecho que se extienda de manera artificial, por lo que es difícil precisar su lugar de origen. Sus diferentes variedades se distribuyen por casi todo el mundo. La principal especie americana, la Castanea dentata, fue diezmada por el chancro a principios del siglo XX.

En Asia, el principal representante del género, es la Castanea mollisima mientras que en Japón se desarrolla la Castanea crenata.

El castaño europeo, conocido con el nombre de castanea sativa, se expande desde Alemania a Marruecos, y desde la Península Ibérica hasta el Mar Caspio.

Aunque existen castañares en casi todas las provincias españolas destacan los grandes núcleos del Valle del Baztan-Miño, León y Zamora, Cáceres- Gredos, Huelva, Granada y Málaga.

A pesar de las limitaciones de humedad, es una especie plástica que puede prosperar en una gran variedad de condiciones edáficas.

Es un árbol que prefiere los suelos ácidos formando bosques abiertos que le permiten saciarse de luz.

Los viejos castaños trasmochados, cuyas ramas han sido cortadas y

regeneradas en multitud de ocasiones, adoptan formas muy singulares.

Además de su gran longevidad, una de las propiedades más significativas del castaño es su asombrosa capacidad de rebrote, que le permite regenerar una y otra vez las partes dañadas o cortadas.

El inexorable paso de las estaciones provoca a su vez transformaciones en la naturaleza. A medida que el verano va muriendo, el verde va siendo remplazado por las flamígeras tonalidades otoñales.

A la par que los árboles van adoptando su nuevo aspecto, se va produciendo la maduración de las castañas, que protegidas por su particular armadura, el erizo, primero verde y después amarillento, espera el momento en el que se debe desprender del árbol.

Uno a uno, se van esparciendo por el suelo, uniéndose al espeso tapiz ocre formado por las ramas y hojas caídas.

Al abrirse, expondrán su fruto que si no es devorado por la fauna, podrá dar lugar a un nuevo ejemplar.

Las castañas son capaces de germinar a partir de los 2 grados centígrados y pueden conservar esta capacidad hasta unos tres años si se encuentran debidamente protegidas.

La castaña es un alimento muy rico en hidratos de carbono y vitaminas, tal es así que 100 gramos de castañas

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frescas, proporcionan unas 200 calorías y cerca de 400 si están secas.

Su alto valor energético y el hecho de que el fruto esté listo justo antes del invierno, da lugar a que el castañar actúe tanto para animales, como para los hombres del pasado, a modo de despensa ante los rigores del invierno.

La fiesta del magosto en Galicia o amagostu en Asturias, constituye un buen testimonio de la importancia pretérita de la castaña en la alimentación humana.

En Galicia, era frecuente que en las zonas rurales las familias poseyesen un pequeño castañar, conocido como xouto, que proporcionaba madera para la construcción y alimento para ellos y para el propio ganado.

Hoy, muchos de estos xoutos se encuentran abandonados, pero algunos se están rehabilitando para volver a aprovechar sus frutos.

Las castañas se aspiran del suelo mediante máquinas especialmente diseñadas y después son llevadas a la fábrica donde serán procesadas.

El primer paso es desprender la piel , operación que se lleva a cabo mediante un golpe térmico que destruye la cubierta sin dañar la castaña.

Las manos de las trabajadoras criban la producción eliminando las piezas defectuosas.

El intenso frío del nitrógeno líquido congela las castañas al instante, dejándolas listas para ser empaquetadas.

La mayoría de ellas serán exportadas a países como Japón o Rusia donde son muy apreciadas como ingrediente de muchos platos.

España es el sexto país productor de castaña de la UE, con una producción de unas 26.000 toneladas anuales.

Con la castaña se elaboran purés y harinas destinados a la elaboración de salsas y productos de repostería como almíbares y sobre todo el famoso marrón glacé.

A pesar de que la castaña siga teniendo un uso industrial sin duda la madera es su don más valioso.

El castaño tiene un crecimiento más rápido de los que se creía tradicionalmente, pudiendo llegar a producir entre 10 y 18 metros cúbicos de madera por ha y año.

Estos castaños llevan varias décadas creciendo en el monte pero ya ha llegado el día en que deben ser derribados.

Mientras las motosierras emiten su característico ronroneo mecánico, los operarios van apeando cada uno de los árboles de la finca.

Posteriormente, las trozas serán recogidas por un auto-cargador y transportadas hasta la fábrica.

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Cuando el trabajo ha cesado, los tocones quedan en el suelo. Pronto volverán a brotar y darán lugar a nuevos castaños.

En la fábrica, las trozas se almacenan en el parque donde esperan a perder parte de su humedad.

En la serrería, la destreza del oficial de la sierra principal aprovecha al máximo las dimensiones y forma de la troza.

Después, pasan a los secaderos, donde se controla periódicamente la cantidad de humedad que posee la madera. Cuando ésta alcanza el nivel

deseado se llevan a la línea de procesado.

La máquina hace llegar los tablones hasta el trabajador. Mediante un sistema de posicionado, el operario comunica al ordenador que controla la sierra, las dimensiones del corte que debe realizar. El canteado trasforma los tablones bastos en piezas de arista viva.

Después el pre-cepillado se encarga de hacer una primera eliminación de las impurezas que cubren la madera.En el optimizado, el trabajador marca las partes sobrantes para que la máquina se encargue de eliminarlas.

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Una vez alcanza su forma final, el sistema clasifica los listones según su tamaño. Finalmente, la madera procesada se empaqueta y se almacena, quedando como resultado un producto de gran calidad listo para ser comercializado.

La enfermedad atacó los castañares españoles en los años cuarenta, siendo detectado por primera vez en 1947.

Desde principios del siglo pasado, la comunidad científica ha luchado por combatir las patologías que afectan a este árbol.

Contra al chancro, la hibridación con variedades asiáticas mucho más resistentes a la enfermedad y la propagación de variedades hipo-virulentas del hongo, han sido los métodos de lucha más efectivos.

La tinta se ha combatido con fungicidas y la selección y propagación de ejemplares resistentes.

A partir de los años cincuenta se pone en marcha el Plan de Mejora y Regeneración del Castaño que se centró en la lucha contra la tinta.

De 1952 a 1961 se inocularon unos 260.000 castaños con diferentes variedades de citofora dando lugar a 12.000 ejemplares resistentes que fueron cultivados en el Centro Forestal de Lourizán en Galicia.

Desde entonces se viene creando una colección de castaños resistentes a la enfermedad.

Hoy, estas instalaciones siguen abiertas y continúan investigando sobre la biología y patología de la especie.

La expansión de estos ejemplares contribuye a asegurar el futuro de los castañares españoles.

Esperemos que mediante la investigación científica se pueda detener la devastación causada por las enfermedades y de este modo conservar uno de los más bellos y valiosos recursos forestales de los bosques españoles.

Durante cientos de años el castaño ha proporcionado alimento y una excelente madera para carpintería y ebanistería de alta calidad, entre otros usos.

Actualmente, su lugar en la producción forestal podría y debería ser más destacado sustituyendo a especies tropicales importadas por nuestro país.

Esperemos que la ciencia, en su lucha contra la tinta y el chancro, nos permita recuperar la superficie de los castañares españoles, y que la técnica consiga optimizar aún más si cabe su selvicultura, haciendo compatible la obtención de madera de calidad y la grandiosidad de estos majestuosos bosques.

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