El arte rupestre y su posteridad

El arte rupestre y su posteridad Ana María Rocchietti1 Resumen La Sierra de Comechingones (Provincia de Córdoba, Argentina) es rica en sitios rupestre...
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El arte rupestre y su posteridad Ana María Rocchietti1 Resumen La Sierra de Comechingones (Provincia de Córdoba, Argentina) es rica en sitios rupestres, no demasiado conocidos a nivel regional y nacional. Su

estudio conlleva

decisiones sobre la planificación de su posteridad, algo que empieza en el trabajo de investigación, pasa al ámbito de la jurisdicción política y configura –finalmente- un ámbito de indeterminación práctica y moral. Porque se trata de dar cuenta de que los métodos de preservación no han alcanzado todavía consenso convencido y su difusión implica el principio de su destrucción. Esta presentación examina los puntos principales de los acuerdos expertos y las consecuencias verificadas y posibles del acceso abierto a su disfrute. Introducción La Sierra de Comechingones es un vasto cordón de montañas en las Sierras Pampeanas Orientales que sirve de límite a las provincias de Córdoba y San Luis en la República Argentina (Figura 1). En ella se verifican numerosos sitios rupestres de cuyo universo hemos estudiado dos secciones en sección meridional, en el Departamento de Río Cuarto.

Figura 1. Departamento de Río Cuarto en la Argentina: región de referencia

1

Universidad Nacional de Río Cuarto - PROTRI y Programa Achiras Histórica SECYT - Universidad Nacional de Río Cuarto. Córdoba. Argentina.

Numerosos arroyos riegan un territorio feraz en el que distinguimos dos zonas arqueológicas singulares: el Distrito geológico Cerro Áspero y el batolito Intihuasi. El primero está constituido por rocas de esquistos y gneises (Mutti y Chiozza, 2005)y el segundo por granitoides (Otamendi

et al.). Difieren extremadamente en las

manifestaciones rupestres porque aquél es un ambiente litológico que alberga una bella concentración de petroglifos y éste de pinturas. Las tablas 1 y 2, al finalizar el trabajo, muestran las obras. En esta oportunidad deseamos exponer las cuestiones de la protección de su posteridad. El arte Los sitios están insertos en el ámbito del bosque xérico climáxico conocido como Espinal. El uso agrario del suelo lo ha reducido a relictos y a su reemplazo por especies exóticas (Figura 2).

Figura 2. Paisaje rupestre en Sierra de Comechingones

La Sierra de Comechingones toma su nombre a partir del Cerro Champaquí ya que es prolongación de la Sierra Grande. Desaparece en la llanura pampeana a partir de Villa Mercedes (San Luis) Está formada por montañas antiguas, de edad precámbrica y paleozoica, sobre-elevadas por la orogenia que dio origen a los Andes. Tienen contornos suaves y sobresalen en medio de un ambiente sedimentario llano por el este y por el sur mientras su cuesta occidental es abrupta, hacia el valle de Conlara, hacia la provincia puntana vecina. Los ambientes litológicos que hemos mencionado se esquematizan en la figura 3.

Figura 3. Ubicación de Cerro Áspero e Intihuasi

En Córdoba existen localidades con concentración de sitios rupestres y una multitud de sitios dispersos en las sierras, de cuya existencia da cuenta un número escaso de publicaciones breves. Los sitios publicados ofrecen un marco compilativo del contenido de temas y técnicas rupestres de desigual envergadura y proceso de documentación. Territorialmente, muestran la desigual densidad de investigación, relevamiento y publicación( Brackebusch, 1875; Pedersen, 1951; Gay, 1957; González, 1940, 1980;Pérez Gollán, 1968; Romero et al, 1973, Cocilovo y Marcellino, 1975; Agüero de Dorsch, 1983; Schobinger y Gradin, 1985; Hernández Llosas, 2001; Recalde, 2005; Recalde y Bareberián, 2005; Rocchietti, 1987,1990, 1991, a, b;, 1992, 1993, 1994, 1995, 1997, 1999, a, b, 2000, a, b, 2001,; 2002, 2003; 2004, a, b, 2005, 2008, 2010; Rocchietti y Gili, 1995; Rocchietti, Bolle y Gili, 1999). Los sitios rupestres tienen dos tipos de emplazamiento: concentrado y aislado, esto es, aglutinados a poca distancia unos de otros o, por el contrario, solitarios. La aglutinación indica la importancia que debió tener la topografía social y sagrada del paraje que los contiene. Son tres los emplazamientos aglutinados (de este a oeste partiendo desde Río Cuarto): Cerro Intihuasi, La Barranquita y Cerro Negro. El Cerro Intihuasi es el que posee la envergadura mayor en cuanto a la concentración de arte. Por otra parte, en el río Piedras Blancas –cabecera serrana del río Cuarto- hemos encontrado un singular conjunto de petroglifos que se presentan singularizados a la vera del cauce y asociados a

morteros de distinto tamaño y concentración. Estimamos que la ideología que dio lugar a las pinturas debió durar por 2800 años por lo menos atendiendo a los fechados radiocarbónicos de depósitos contenidos en los sitios rupestres. No tenemos estimación de antigüedad para los petroglifos todavía pero los consideramos “formativos”. Uso del territorio De acuerdo con Digiovanni y Blarasin (2005: 14-16) se pueden identificar los siguientes usos en el Departamento de Río Cuarto: 1. urbano: centros poblacionales 2. minero: rocas de aplicación en el sector serrano y extracción de áridos en el río Cuarto 3. forestal: plantaciones de pinos en el sector serrano para obtención de madera y de resina. 4. turístico-recreativo en las localidades serranas y pesca. 5. hortícola: aledaño a la ciudad de Río Cuarto 6. agrícola con ganadería subordinada: en suelos bien desarrollados, drenados y climáticamente húmedos, con trigo-soja y ganadería mínima o ausente. 7. mixto con dominio agrícola: la actividad ganadera se equilibra con la agricultura de maíz, girasol y soja y parte de la superficie dedicada a forraje. 8. dominio ganadero: producción de bovinos en suelos más heterogéneos. 9. mixto con actividad tambera: Cuenca láctea de Villa María. 10. ganadero con agricultura subordinada: depresiones principales

y zonas

medanosas del sudoeste provincial. 11. ganadero extensivo: sector serrano, humedales y área sudoccidental medanos con pastoreo de hierbas naturales, continuo desmonte y plantaciones de soja.

En la sección comarcal que presentamos los centros poblacionales más destacados son Las Albahacas, Chaján, Achiras, La Barranquita, Sampacho, Suco y Chaján, además de la ciudad de Río Cuarto. La extracción minera no es importante en la sección pero existen restos mineros en Las Lajas, en El Pantanillo y en el cerro Blanco. Las extracciones estaban dirigidas a la explotación de marmolina y granito. Casi no se verifican bosques industriales (es decir, los destinados a la explotación de madera para carpintería, mueblería, etc.) pero sí uso intensivo de espinillo para leña lo que depreda en sotobosque relictual.

La atracción turística de la comarca es muy alta. El balneario de Achiras recibe gran cantidad de visitantes los fines de semana y en el período vacacional de verano. Hasta hace poco tiempo había un emprendimiento turístico en Las Lajas, el cual se interrumpió. La laguna de Suco atrae a los pescadores y es esperable que lo mismo sucederá con el lago artificial de la represa Achiras. En la actualidad predomina la agricultura de soja y ha disminuido en gran medida la economía ganadera. Previsión de la posteridad Generalmente se valoran los sitios rupestres por su existencia en el presente, destacando la importancia de su descubrimiento y la positividad de su documentación para desenvolver el conocimiento de una región arqueológica o para reconstruir la historia de sus pobladores ancestrales. Las acciones respecto a ellos se suele caracterizar como registrar, proteger, administrar. El registro es una tarea multidimensional que inicia el proceso de saber y de protección. No existe total acuerdo sobre cómo proceder a la protección sin daño (especialmente el visual y escenográfico que comporta todo sitio rupestre). Éste es un problema epistemológico y práctico. La posteridad del arte puede ser desagregada en varios componentes: sus herederos, su destino físico-químico-biótico, sus públicos, sus administradores. Los herederos no poseen una caracterización clara; frecuentemente se adscriben a esta categoría los propietarios de los predios en los que se encuentran, el Estado si la tierra es fiscal, los expertos de distinta clase que se encargarán de su preservación, desarrollo, divulgación y museificación. No necesariamente sus relaciones son armónicas ni van en la misma dirección operativa y cultural. Su destino material puede predecirse: los sitios rupestres avanzan hacia el deterioro y el empobrecimiento por factores

de

transformación geomórfica, biológica y vandalismo. Los públicos están formados por consumidores de turismo y cultura, no siempre preparados o concientizados para lo que van a contemplar. El derecho a la contemplación y su disfrute parece estar o debiera estar garantizada y a ello converge la acción administradora. En el seno de esta posteridad la avaricia es casi interminable. Cuantos más sitios se localicen, mayor será la oferta de insumos para visitar. Es una tendencia mundial y se profundiza en el marco de las demandas del mercado no regulado.

En la Argentina comienzan a aparecer otros herederos: los pueblos originarios, pero concentrados todavía en el reclamo de los enterratorios. Voluntariamente o no se verifica una violencia concreta sobre el arte rupestre que proviene de las intervenciones expertas: rejas, museos de sitio, plataformas, caminos engomados, señalizaciones, etc. Ella consiste en la perturbación del paisaje social devenido de las ceremonias que en su tiempo fueron sagradas y en el actual turistificadas. El desafío es, entonces, la protección sin violación. Los públicos solicitan subliminarmente “mirar” obras auténticas aplicando por extensión el criterio museístico de que todo debiera ser percibido en sus lugares “reales”, legítimos y acondicionados para el desplazamiento. Este interés se contrapone con la sacralidad y la consubstanciación del arte con ambientes naturales no transitados. Protección sin violación Lograr resguardar sin violar es el desafío de esta época, particularmente porque en un futuro cercano es posible que los sitios rupestres deban ser entregados a su verdadera posteridad, los pueblos originarios. Debiera ser hecho en el mayor nivel de integridad posible tanto en la obra como en sus entornos naturales. Una posibilidad es dar cobertura legal a su protección a través del Estado declarando intangibles

zonas

rupestres,

zonas

de

protección

arqueológica

y

zonas

de

amortiguamiento en relación con documentos rupestres como los que presentamos en esta exposición; otra es poner obstáculos psicológicos al frecuentamiento de los sitios y finalmente otra que consista en presentar públicamente estos dilemas: •

conocer para “ver”



“ver” para disfrutar en situaciones vicariales “fuera de sitio”



Legislar para conocer y disfrutar sin violentar

Los imperativos del desarrollo económico afectan los territorios con una intensidad antes desconocida (por ejemplo, en el nuestro, la sojización; ella ha alterado profundamente el paisaje tornando campos con bosque en campos de hierba hasta la base misma de los cerros, alterando la fauna y la flora de una manera destructiva. Esta “desnudez” irreversible torna impredecible el destino final de los sitios. Devolverlos intactos será, a la brevedad, imposible.

Abstenerse de intervenir con recursos de visibiliización y frecuentamiento por públicos se produciría en un contexto de transformación ambiental devastadora y requiere una firme decisión y compromiso estatal de preservación estatal tomando medidas que quiten a los sitios de la presión del mercado. Conclusiones La amalgama arte rupestre-ambiente no debiera en ningún caso ser perturbada y se debiera prever la existencia de nuevos actores sociales que reclamen su posteridad: los pueblos ancestrales. La prudencia debiera presidir las sistematizaciones territoriales existentes y las del porvenir; el respeto al sitio, a su entorno y a su paisaje ritual debiera ser la prioridad del administrador. actores, consecuencias

La posteridad es una yuxtaposición de

de efectos pretéritos y actuales, de apropiaciones

y

enajenaciones, de batallas culturales. Dado el valioso conjunto presentado, sostenemos la urgencia de una zonificación protectora y amortiguadora, sin violentar los sitios con agregados o intervenciones de conservación artificial y promovemos una curadoría no invasiva actuando sobre el ambiente rupestre en forma de atesoramiento de la posteridad. Referencias bibliográficas AGÜERO DE DORSCH, E. 1983. Investigaciones arqueológicas en el Departamento de Punilla. Comechingonia, Año 1, número 1: 41 – 60. BRAKEBUSCH, L. 1875. Informe sobre un viaje geológico hecho en el verano de 1875 por los aleros de Córdoba y San Luis. Boletín de la Academia Nacional de Ciencias Exactas. Tomo II. Córdoba: 117 – 216. COCILOVO, J. A. y A. J. MARCELLINO. 1975. Dos nuevos grupos pictográficos de la Provincia de Córdoba. En Actas y Trabajos del Primer Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc”. Buenos Aires: 271- 285. DEGIOVANNI, S. y M. BLARASIN. 2005. Características generales de la región, uso del territorio y del agua. En M. Blarasin, S. Digiovanni, A. Cabrera y M. Villegas (compiladoras) Aguas superficiales y subterráneas en el sur de Córdoba: una perspectiva geoambiental. Editora de la Universidad Nacional de Río Cuarto: 13 – 18. GAY, H. D. 1957 Las pictografías del Cerro Intihuasi. Revista de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Universidad Nacional de Córdoba, Año XIX, nº 3 – 4, Julio – Diciembre. Córdoba.

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Tabla 1. Pinturas. Batolito Intihuasi SITIO RUPESTRE

Cº Intihuasi Alero del Norte

PANELES PINTADOS

Cº Intihuasi – Alero de la Coral

Cº Intihuasi – Alero 1 del Abra Chica

Cº Intihuasi – Alero 2 del Abra Chica

Cº Intihuasi – 1 Cáliz

Cº Intihuasi – Alero 2 Cº Intihuasi – Alero 3

Cº Intihuasi – Alero 4

Cº Intihuasi – Alero 5 Casa Pintada

Cº Intihuasi – Alero Mayor

Cº Intihuasi – Alero de las Marcas Cº Intihuasi – Alero de los Ñandúes Cº Intihuasi – Alero de la Máscara

La Barranquita – El Zaino 1

La Barranquita – El Zaino 2

La Barranquita – El Zaino 3

La Barranquita – El Zaino 4

Chorro de Borja

El Ojito

Piedra del Águila 8

Alero Irusta

Piedra Redonda del Aº El Pantanillo

Sierra Grande 1

Sierra Grande 2

Sierra Grande 3

Cerro Negro Alero del Abra

Campo Toledo

Tabla 2. Petroglifos. Distrito Cerro Áspero SITIO

El Chacay – Balneario 1

San Antonio – Cantera

Cantera petroglifo 1

San Antonio – Cantera – Cantera petroglifo - 2

VISTA

REPRODUCCIÓN

San Antonio – Cantera Petroglifo 3

San Antonio – Cantera cantera petroglifo -1

San Antonio – Cantera 4

San Antonio – Donzelli - 1

San Antonio – Donzelli 2

Cerro Suco

Cerro Negro