El Anticristo El Mesías del mal, totalmente opuesto a Cristo mejor conocido como “el anticristo” ha tenido un lugar prominente en el pensamiento cristiano.

Los evangelios ofrecen una narración de las preguntas que los discípulos hicieron a Jesús concerniente a las señales de su venida y el fin del siglo. Jesús les previno acerca de falsos cristos y falsos profetas, los cuales los llevarían por camino errado. “Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo” (Mat. 24.5), En el mismo contexto habló de grandes catástrofes: guerras y rumores de guerras, hambres, terremotos, sufrimientos, tribulación y la profanación del lugar santo. Los falsos cristos y los acompañantes falsos profetas mostrarían grandes señales y maravillas para ganar seguidores. La maldad sería multiplicada y el amor del hombre por Cristo se extinguiría. La seguridad de los discípulos dependería de la prevención hecha, su constante fidelidad, y su preparación para la venida del Señor. Aunque los hombres no pueden predecir su venida, ésta ocurrirá sin demora. Prevenciones de Pablo En la segunda carta a la iglesia de Tesalónica, Pablo da prevenciones acerca del “hombre de pecado” y el “hijo de perdición”, declarando que el tal se revelaría en contra de

Jesucristo proclamándose a sí mismo Dios. Pablo les recuerda a los tesalonicenses que él ya les había prevenido acerca de este inicuo. Les había enseñado del poder del anticristo para engañar con señales mentirosas. “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Tesalonicenses 2.7-9). Pablo confortó a estos cristianos con la promesa de que el hombre de pecado tendría poder solamente sobre aquellos que no aman la verdad y que hallan placer en la injusticia. Prevenciones de Juan El único escritor del Nuevo Testamento que usa la palabra “anticristo” es Juan. En su primera y su segunda cartas les recordó a sus lectores que las prevenciones concernientes al anticristo eran parte de la enseñanza oral que ellos habían recibido: “Oísteis que el anticristo viene”. Juan afirmó que muchos anticristos ya habían venido, identificándolos con aquellos que se habían apartado, alejándose de los auténticos creyentes y seguidores del Altísimo En otro lugar Juan identificó al anticristo como uno que había negado a Jesús como el Cristo, así como también cualquiera que negara al Padre y al Hijo (capítulo 4). En su segunda carta, verso 7, Juan identificó como engañadores a aquellos que negaran que Cristo ha venido en carne. Por lo tanto, la seguridad que el cristiano tiene depende en su fe en el Hijo de Dios y en su verdad. En Apocalipsis 12 leemos del “gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero”. En el capítulo 13 hay una mención de la bestia del mar, la cual blasfemaba contra Dios y hacía guerra contra los santos. También aparece la bestia de la tierra engañando a

los hombres con grandes señales, dirigiéndolos a adorar a la primera bestia cuyo número es seiscientos sesenta y seis. También leemos (cap. 17) de la gran amera vistiéndose de escarlata y sentada sobre una bestia roja. Aparece embriagada con la sangre de los santos y los mártires de Jesús. En el capítulo 19, la bestia y el falso profeta y todos sus seguidores son finalmente derrotados por el Fiel y Verdadero, por la Palabra de Dios, siendo lanzados en el lago de fuego. La revelación continúa pintando las bendiciones de aquellos que resisten al mal y los que son fieles al Señor Jesús. Intentos de identificación Muchos estudiosos de la Biblia encuentran antecedentes del anticristo en el Antiguo Testamento, tales como en las profetas de Ezequiel acerca de Gog y Magog (cap. 38) y en las referencias de Daniel en cuanto a las bestias y el rey del norte (cap. 7 y 11). Los judíos pensaron que el enemigo mortal de Dios era Antíoco Epífanes, el destructor de su nación y también así consideraron a Pompeyo; ambos profanadores del templo. Más tarde creyeron que Herodes el Grande era el que cumplía esta profecía, y luego Calígula, el emperador romano que quería ver su estatua erigida en el templo. Hay eruditos cristianos que han asociado el anticristo con personajes históricos tales como Nerón, Domiciano, Decio y Mahoma. Durante la Edad Media , Joaquín de Floris trató de identificar al anticristo con un seudo papa. En el siglo trece el papa Gregorio IX nombró el emperador Federico II como la bestia. El emperador respondió que el papa era el dragón que engañaba al mundo. Los reformadores estaban seguros de que el papa era el anticristo, mientras que el papa señaló a Lutero como el anticristo. En los tiempos modernos algunos han tratados de identificar al anticristo con Hitler, Stalin o el Comunismo. Los cristianos deben ser prudentes en cuanto a estos numerosos intentos de identificar específicamente al anticristo. Con

todo deben tomar en cuenta las manifestaciones del anticristo en formas de falsa doctrina y de vida pecaminosa. Deben prepararse para encontrar más maldad, la cual ocurriría antes de la venida del Señor, y deben proponerse de corazón ser fieles a Cristo, no importa a qué costo. Los cristianos deben recordar que su seguridad reside en su amor y su fe en Cristo, en su completa devoción a la verdad y la justicia. A éstos Dios ha prometido una victoria. – La Voz Eterna –

¿De dónde vino la mujer de Caín? Estuve recientemente en una reunión de artistas e intelectuales. Platicaba con un conocido escritor, autor de varios libros. El tema de nuestra charla: la Biblia. El, incrédulo. Yo, cristiano. La Biblia, para él, un libro mitológico hebreo, lleno de fantásticas, aunque muy bellas leyendas. La Biblia, para mí, la Palabra de Dios revelada a los hombres por el Espíritu Santo. El Libro de los libros, las Sagradas Escrituras. El, según confesó, jamás la había leído (!!). Yo, con toda humildad, pero con verdad, pude asegurarle que la leía, la estudiaba, y trataba de practicarla todos los días. Y de esta charla surgió una discusión muy provechosa, fruto de la cual es este corto artículo.

Como todos los críticos superficiales de la Biblia, a la que por supuesto desconocen, este escritor me hizo burlonamente la ya conocida pregunta que, jubilosamente señalan algunos como evidente prueba de que la Biblia se contradice y se equivoca: “¿De donde tomó mujer Caín?” Por supuesto piensan que es una pregunta a la que no puede dársele respuesta, y triunfalmente se le quedan viendo a uno con aires de vencedores. Sin embargo pronto va cambiando de expresión su semblante a medida que van escuchando la respuesta que ustedes, amables lectores, encontrarán en las siguientes líneas. He aquí la respuesta. Caín fue, sin lugar a dudas, el primer hijo de Adán y Eva. Dice Génesis 4.1, “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón”. Luego el versículo 2 dice: “Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra”. Por la lectura de estos dos versículos muchos eruditos han afirmado que Caín y Abel fueron gemelos. Como no está expresado de modo preciso, bien pudo haber sido así pero de todos modos vemos claramente que Caín nació primero que Abel. Fue, pues, el hijo mayor de Adán y Eva. En los versículos 3 y 4 ya encontramos a ambos hermanos siendo hombres y ofrendando los dos a Jehová. No se nos dice su edad, pero lógicamente ya eran personas mayores aptas para el trabajo. Génesis 4.3 dice: “aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová” y en versículo 4: “Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y su ofrenda”. Caín trabajaba, pues, la tierra, y Abel cuidaba sus ovejas. ¿Sería ilógico pensar que no tenían otros muchos hermanos y hermanas?, no, eso sería muy lógico. Y ya en el versículo 8 tenemos el primer homicidio: “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató”. Caín mata a Abel. Luego vienen los versículos 16 y 17, y con ellos lo que tanto intriga a los

enemigos de la Biblia. Leamos v. 16: “Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en la tierra de Nod, al oriente de Edén” y v. 17: “conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc”. Entre paréntesis: Nod no era el nombre de ninguna persona. Significa “errante”, y se le dio tal nombre a ese lugar por haber llegado a él Caín en ese estado o condición. Los que jubilosamente señalan estos pasajes como una evidente incongruencia de la Biblia, suponen que Caín era entonces el único ser humano en la tierra, aparte de Adán y Eva. Una suposición sin base, naturalmente. En ninguna parte de la Biblia se nos dice que en el momento del homicidio eran Caín y Abel los dos únicos hijos de Adán y Eva. Por el contrario, la lógica nos dice que seguramente ya entonces había un regular número de hermanos, primos, sobrinos, hijos y nietos. Dice Génesis 5.4: “Y fueron todos los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas”. Esto es, contando después de la muerte de Abel, pues Set les fue dado a Adán y Eva en sustitución de éste. Génesis 4.25: “Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella), me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín”. Tomar nota que no dice aquí que Set haya sido el tercer hijo de Adán y Eva sino “otro hijo en lugar de Abel”. Luego nos dice Génesis 5.5: “Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió”. Es decir que cuando nació Set, Adán contaba con ciento treinta años. ¿Podríamos imaginarnos cuántos hijos pudo haber engendrado Adán durante ese tiempo? Recordemos la primera parte de Génesis 1.28: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos: llenad la tierra y sojuzgadla…” Claramente vemos aquí a Dios dirigiéndose al primer hombre y a la primera mujer recién creados y creados ya adultos, no lo olvidemos, y dándoles su primer mandamiento y ese primer

mandamiento, indudablemente, tuvo que ser obedecido y cumplido. Tan es así que no sólo la fecundidad, sino la longevidad eran la regla general de aquellos días, pues vemos que la facultad de procreación no se veía disminuida con el aumento de edad. Recordemos que Noé engendró a Sem, Cam y Jafet, a los quinientos años de edad (Génesis 5.32). Poniendo un ejemplo actual, para hacer comparaciones, podría contarles de una pareja de viejecitos que yo personalmente conozco. El tiene setenta y cinco años y ella setenta. Hace cincuenta se casaron y tuvieron seis hijos: cuatro mujeres y dos varones. Actualmente esos seis hijos son padres de treinta y ocho hijos, en conjunto. De estos, nueve ya están casados y tienen trece hijos a su vez. Sumemos estas cantidades y tendremos que aquellas dos personas que se casaron hace cincuenta años se han reproducido en cincuenta y nueve en la actualidad. Y esto es en estos tiempos en que tener seis hijos es ya batir un récord. ¡Ahora en el principio cuando la tierra comenzó a ser poblada! Dice el Dr. Henry M. Morris en su libro, La Biblia y la Ciencia Moderna, “Si aceptamos la afirmación bíblica de que los hombres vivían cientos de años y continuaban engendrando hijos y hijas hasta casi el final de sus vidas, y aceptamos promedios de matrimonio y nacimiento muy conservadores en relación a los actuales, pueden calcularse fácilmente en veinte millones los habitantes de la tierra a la muerte de Adán”. Consecuentemente Caín pudo tomar esposa entre sus hermanas y tuvo tiempo suficiente para edificar muchas ciudades. Sería bueno, para evitar suspicacias, que mis amables lectores recordaran que en esa época primitiva aún no existían las enfermedades, ni los males hereditarios, como ocurre ahora. Es por eso que no sólo Caín, sino también los otros hijos de Adán pudieron contraer matrimonio con sus hermanas. Luego tuvo que haber uniones entre primos, tíos y sobrinos, etc., pues dice Pablo en Hechos 17.26: “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de

la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación”. Vemos, pues, que la Biblia ni se equivoca, ni se contradice, ni es inconsecuente consigo misma en este asunto de la esposa de Caín, ni en ningún otro. Son los ignorantes y, cosa absurda e increíble, los desconocedores de la Biblia, los que jamás la han estudiado ni leído, son ellos los que más la atacan y calumnian, movidos única y exclusivamente por su egolatría, soberbia, orgullo y altivez, y para darse aires de sabihondos y superinteligentes. Respecto a ellos nos dice la Palabra de Dios claramente: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Corintios 1.18-21). Los cristianos sabemos que la Biblia no se equivoca, ni se contradice y permanece para siempre. 2 Timoteo 3.16,17 nos dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Y la prueba más fehaciente nos la da, paradójicamente, la ciencia moderna, la cual en vez de probar lo contrario, cada día que pasa, y mientras más avanza, nos confirma la veracidad eterna de la Palabra de Dios. “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”, dijo el Señor en Marcos 13.31. Por: Conrado Urrutia

La Oración Por: Sonia Luna

Según los diccionarios “comunicación” es la acción de comunicar, es el trato entre dos personas o más. Hace muchos años, mi esposo, el Pastor Cash, me dijo: Sonia, no hables en taquigrafía. Omites palabras, das la idea incompleta y después crees que te entiendo. Y en realidad es así, en ciertos momentos no termino de decir las cosas y creo que me entienden. Creo que aprender a comunicarnos es muy importante como los seres humanos que somos. Necesitamos tener una buena comunicación y relación con nuestra pareja y nuestros hijos. También necesitamos aprender a tener comunicación con Dios. Él siempre ha anhelado poder comunicarse con nosotros, y nosotros según nuestro estado de ánimo deseamos hacerlo o no. Pero el Señor quiere que esa comunicación sea con libertad en los dos lados Cuando estábamos en las masivas el Señor me hizo ver que los años de gloria no empezaron con Casa de Dios, sino que habían empezado antes. La primera vez que Dios me habló tenía nueve años. En esa ocasión el Señor me dijo: Sonia, quiero que pidas por un novio. Y yo le dije: ¿Cómo puedo pedir un novio si ni siquiera sé qué es? Y me respondió: Pide un novio que esté

interesado 100% en mí, y que te vea linda y te quiera. Eso fue tremendo porque me puse a platicar con Él y me contestó. De hecho, así fue, El Señor me concedió un esposo que está muy interesado en Él. El Señor se volvió a comunicar conmigo cuando fui a un retiro en Estados Unidos y le abrí mi corazón, y le dije: Si Señor, aquí estoy. Soy tu sierva y estoy para servirte. Perdóname. Lo impresionante del amor de Dios, es que también me habló cuando Ana Gabriela, mi hija se estaba muriendo. Ella sufrió una convulsión y Dios me dijo: No que es mía, ¿Si yo te la di, no te la puedo quitar? Y cuando oí Su voz cambió el ambiente, no pude seguir llorando y le dije: Si Señor, es cierto. Es tuya. En ese momento ella reaccionó como si no hubiera pasado nada. Después los doctores me dijeron que le hiciera exámenes, pero gracias a Dios ella está muy Sana. Entonces, el Señor me empezó a inquietar acerca de la comunicación y me dijo: Tienes que aprender a comunicarte conmigo. Muchos podemos decir que Dios nos ha hablado, pero sería mejor que fuera en doble vía, del lado nuestro hacia Dios. Necesitamos comunicarnos mejor. La comunicación es uno de los problemas más agudizados en los matrimonios, porque uno debe aprender a conocer a su esposo y comunicarse con él. De hecho, uno de los factores de divorcio más común, es la falta de comprensión. Para poder compartir este tema con ustedes me documente con cinco libros, uno de ellos se titula: “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” Cuando comienzas a practicar otro idioma, lo conoces y aprendes más, cuando lo practicas más. Lo mismo es con el esposo o la esposa, hablan otro idioma y nosotros tenemos que aprenderlo para poder comunicarnos con ellos. Debes aprender a conocer como habla tu pareja. En uno de los libros que leí dice que el hombre habla como un waffle y la mujer como un fideo. El waffle está lleno de cuadritos con divisiones, y cuando le echas miel a esos cuadritos hasta que no se llena

uno, no puedes pasar al siguiente. Así son los hombres cuando hablan, primero deben terminar un tema para pasar a otro. No que las mujeres, empezamos un tema, nos pasamos al siguiente, volvemos al primero. Hablamos de diferente forma. Es muy importante saber cómo nos comunicamos. En una ocasión, Ana Gabriela le estaba entregando un regalito a una amiga de nosotros. Cuando ella lo abrió se dio cuenta que estaba roto y con mucha pena se acercó a decirme. No sé qué cara hice, pero ella me dijo: Mamá yo no lo rompí, venía roto. Seguramente el gesto que le hice fue de incredulidad. Hay muchas formas en que nos podemos comunicar, y necesitamos aprender a hacerlo de la manera correcta por bienestar nuestro. En la Biblia el Señor también nos enseña que debemos aprender a comunicarnos con nuestros hijos. En Malaquías 4:6 dice: Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres... Hay buenos libros para poder aprender a hacerlo correctamente, uno de ellos se llama: “Ayúdame, Soy padre”. Para tener una buena comunicación con nuestros hijos debemos ponernos en el lugar de ellos y en la edad que ellos están. Eso también es parte del evangelio, somos los primeros en compartir lo que es Dios. Una cosa en la que el Señor me mostró que debía esforzarme en la comunicación es el modelo de Jesús. Dios empezó a mostrarle al Pastor Cash que debía formar líderes, y cuando empezó a enseñar el modelo de Jesús nos dijo que debíamos hacer lo que Jesucristo hacía. Y Él intervenía en las familias, sanaba sus corazones y sus heridas, los ministraba y liberaba. El modelo de Jesús implantó un desafía nuevo en mi vida porque uno no puede decir que va ser cristiano en su sala y en su casa. Tampoco puede decir que va a ser cristiano sólo con dos ovejitas, sino ¿A quién le vamos a compartir esa Palabra? ¿De qué me sirve tener guardadas tantas bendiciones de Dios sino se las voy a decir a nadie? Si nosotros tenemos temor u orgullo no podemos enseñarle a alguien más.

Al mismo tiempo que empezó el Modelo de Jesús, empezaron los programas de televisión. En ellos debía hablar delante de las cámaras y me costaba mucho. Nuestro director de televisión me refirió con una locutora, ella decía que uno debe aprender a ser expresivo, y agarrar aire para hablar. Me dio un montón de consejos y me enseño ejercicios para que estuviera relajada. Con eso también me di cuenta que era muy importante la forma en que uno transmite las cosas. LA ORACIÓN: Ya hablé de la importancia de la comunicación, cómo hablar entre esposos y cómo se debe hablar con los hijos, ya puse mi ejemplo de cómo Dios se comunicó conmigo; pero ahora les quiero hacerte una pregunta: ¿De qué forma nos podemos comunicar con Dios? La respuesta es orando. Si no nos podemos comunicar adecuadamente con quien tenemos al lado y podemos ver, ¿Cómo sabemos si nos estamos comunicando bien con Dios? En Mateo 26:36-41 dice: Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y6 orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Quiere decir que si en este momento de crisis no pudieron tomar el tiempo para velar y orar, ¿será que lo hacían antes? Puedes cerrar la puerta, pero a los cinco minutos te quedas dormido o no sabes que hablar con Dios. Necesitamos velar y orar constantemente delante del Señor porque es ahí donde tenemos las bendiciones.

Hace poco me recordé de un estudio que hicieron acerca del Padre Nuestro en la iglesia que servía hace algunos años Dan Thompson. Habemos muchos que sabemos de memoria la oración del Padre Nuestro, pero también hay algunos no lo saben. El Padre Nuestro dice: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tú voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. (Mateo 6:9-13) El Padre nuestro es muy lindo y puede desglosarse en muchas formas, pero hoy voy a desarrollar una de la siguiente manera: Padre Nuestro: Esto nos da su paternidad y quiere decir que Dios es nuestro Padre y podemos acercarnos y tener confianza con Él. Santificado sea tu nombre: Nuestro Señor tiene muchos nombres en la Biblia y debemos entrar Su presencia de esa forma. Vénganos tu reino: el reino de Dios es servirle, es estar dispuesto a hacer algo por las personas. Hágase tú voluntad: ¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida? Si no conoces cuál es la voluntad de Dios para ti va ser muy difícil que la hagas. La Biblia nos habla claramente de la voluntad de Dios para nosotros. El pan de cada día: La Biblia nos dice que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. El pan de cada día es la porción de Palabra que necesitas, ahí puedes pedir lo que necesitas; por ejemplo, si te va mal en el negocio puedes decirle a Dios que quieres la bendición material. En los momentos que estás a solas con Él, Dios sabe que palabra necesitas y te va a ministrar y hacer cariño como su hijo que eres.

Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores: Tenemos que saber perdonar. En esta parte está el perdón y el carácter de Jesucristo. Si deseas imitar a Jesús debes perdonar porque Él nos ha perdonado por todos nuestros pecados. Debemos aprender a perdonar, Jesucristo que nos dio ese gran ejemplo. Líbranos de tentación: Esto es algo que constantemente tenemos que estar peleando y luchando delante de Dios. Ahí puedes decirla a Dios que te libre de la tentación, que te aparte del hombre malo y la mujer mala, que te ayúdame a no hacer negocios malos. El reino, el poder y la gloria: Ahí hay tantas cosas que podemos hablar con Dios en un cuarto y cuando uno se da cuenta ya pasó como media hora. En Lucas 4:1-3 dice: Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mi Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás. ¡Mira lo tremendo que es el contexto entre Jesucristo y Satanás! Él estaba lleno de poder y de unción, y en esos momentos el diablo lo quiso tentar con la Palabra. Jesucristo siendo el hijo de Dios y estando en ayuno y oración no se quedó meditando nada más en lo que Satanás le había dicho, y sabiendo el poder y la unción que tenia sobre Él no lo ignoró, tampoco se quedó callado; actuó inmediatamente.

Posiblemente el Señor te ha avisado en las noches de un ataque del diablo y no te has levando a orar. Jesús sabía que tenía el poder y la autoridad, con mayor razón lo podía ignorar pero lo que hizo la diferencia fue que actuó, tuvo valor, lo reprendió, y uso la Palabra. Hay que tener valor para comunicarse. Es importante que usemos la boca porque en ella esta el poder de la vida y la muerte. Usémosla para hablar con nuestro creador, para expresarle nuestras necesidades, para obtener victoria y bendecir a la gente. Dios quiere hacer grandes cosas contigo, y tú no puedes seguir con esa conformidad, estando con las manos estiradas, esperando siempre que alguien haga algo por ti. Debemos actuar. Si no nos esforzamos en tener buena comunicación con los que vemos ¿qué nos va asegurará que vamos a tener una buena comunicación con Dios? Jesucristo actuó y eso es lo que debemos hacer nosotros también hoy. Es muy importante que le dediques tiempo a la oración, métete a solas con el Señor porque cuando vengan los momentos de prueba, Él no va a permitir que te quedes indiferente. No te vas a quedar esperando que alguien haga algo por ti, sino que tú te vas a levantar a hacerlo. Pide al Señor que te ayude y guíe para poder comunicarte con Él.

¿Cómo sacar provecho de las pruebas?

Fil 1:12 Y quiero, hermanos, que sepáis que las cosas que me han sucedido, han redundado más en provecho del evangelio; Notables palabras las de apóstol Pablo, conociendo su situación de presoencadenado por causa del testimonio de Jesucristo. Este probado siervo de Dios, podía testificar con toda seguridad “que todo lo que le sucedía” era de provecho para el evangelio. A veces el creyente comete la equivocación de separar en dos lo que considera: A) La vida personal. (el trabajo, la familia, las finanzas, etc) B) La vida eclesial. (actividades en la iglesia, predicación del evangelio, testimonio etc.) Cuando uno les pregunta

a estas personas: -Como estás?

Contestan: Las cosas del Señor van bien… pero ahora las personales, van mal, realmente las cosas no salen como quiero… y eso me deprime. Cuando consideramos que la vida personal o familiar es ajena a las cosas del Señor y viceversa, encontramos un desequilibrio como quién camina con una pierna mas corta. Y es así “que empezamos a cojear” porque la pierna de mi vida personal, es mas corta que la otra que destino al evangelio. Esto se solucionaría si llevásemos nuestra mente y corazón a un sencillo razonamiento bíblico: Fil 1:21: Porque para mí el vivir es Cristo. Esto involucra TODA MI VIDA y no existe tal división de “mis cosas” y “las cosas del Señor” porque “todo” tendría que que ser de EL. Los dos pies puestos en el evangelio. SALIDA A NUESTRAS PRUEBAS Quien puede testificar sin avergonzarse: TODO LO QUE ME HA

SUCEDIDO HA SIDO PARA PROVECHO DEL EVANGELIO! Alguien dirá: Hay cosas que suceden que no son para ningún provecho… Es verdad, todas aquellas cosas “productos del pecado y la desobediencia” no son de provecho para nosotros ni para quienes nos rodean. Lo que se plantea son “aquellas cosas” que no son productos del pecado, sino que vienen como prueba de nuestra fe. Aún así, si nuestros “ojos espirituales” no están abiertos, no podremos ver ningún bien, nuestra mente carnal no puede ver “la salida de la prueba” porque la llave está en manos de Aquel que junto con la tentación da también la solución. 1Cor:10:13: No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podeís llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar. Si no rendimos incondicionalmente nuestra vida al Señor, sino estamos con Cristo “juntamente crucificados” no habrá salida a nuestra dificultades. PROVECHO PARA EL EVANGELIO Notemos que el apóstol dice que las cosas que le sucedieron, no fueron para provecho personal… sino para “el evangelio”. Si bien trabajamos, nos movemos, atendemos nuestras necesidades personales o familiares, nuestra vida salvada por Cristo tiene como propósito en esta tierra la de “llevar el evangelio”. Si fuimos ganados por el Salvador, no podemos pensar que “predicar a otros”, asistir a nuestro hermano, consolar al afligido, ayudar al necesitado, edificar el pueblo de Dios, promover el amor fraterno… etc, sean tareas secundarias! El evangelio es predicar a Cristo crucificado, es llevar la buenas nuevas por donde quiera nos encontremos. Si nuestra vida depende “del éxito” de las cosas terrenales, en ves de poner nuestra mirada en las las cosas celestiales, tarde o temprano tropezaremos en la vida espiritual.

La pregunta es somos “espirituales” o “somos carnales”, y esto queda evidenciado cuando sufrimos la prueba. El “creyente carnal” se deprime, se angustia, y tiende a abandonar su comunión con Dios (que ya venía decayendo) y tiende a abandonar todo lo concerniente a la obra del Señor, y a la comunión del pueblo de Dios. El “creyente espiritual” en cambio, de todo los “percances que le sucedan” redundarán en provecho. No decaerá si que se afirmará mas en el evangelio, y cobrará nuevas fuerzas, porque su fe ha sido purificada como el oro cuando se funde en el crisol. Cuando el “creyente soporta la prueba” queda manifiesto a los ojos del mundo que hay en esa persona “una naturaleza superior” que posee algo especial, y como sabemos, eso es que Dios nos dió su Espíritu Santo en nosotros… solo hay que dejarle actuar. Si las iglesias se “poblaran” de este tipo de creyentes otros serían los resultados y otros los éxitos. Si el todo el pueblo de Dios aprendiera que toda prueba cuanto le suceda, podría redundar en un “mayor provecho para el evangelio”… cuantas almas se ganarían!. La única solución es “cruz” y amar y confiar en el Señor por encima de todas las dificultades. Rom:8:28: Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados. por Alejandro D. Riff