Educando para la sustentabilidad

Educando para la sustentabilidad Sergio Romero-Servin*, Jesús Raúl Lugo Martínez, Daniel López Cabrera, Luis Armado Ibarra Manzano, José Juan Carreón ...
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Educando para la sustentabilidad Sergio Romero-Servin*, Jesús Raúl Lugo Martínez, Daniel López Cabrera, Luis Armado Ibarra Manzano, José Juan Carreón Barrientos Universidad de Guanajuato. Lascuraín de Retana no. 5, colonia Centro CP 36000. Guanajuato, México. Teléfono (+52) 473 7320006. *correo: [email protected]

Resumen El individuo actual visto como presa de la modernidad, deambula como una sombra solitaria transitando bajo la luz de un mundo economicista. La complejidad ambiental, emanada de una inminente crisis civilizatoria, nos conduce hacia la construcción de una Educación Ambiental para la sustentabilidad. La Universidad, vista como una institución, aparece como aquella cuya consigna es la de generar un conocimiento significativo que impulse modelos científicos, sociales y humanistas que sean capaces de contraponerse a los desafíos presentes y futuros. Derivado de esto, el presente trabajo permea los principios de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) en vías de una aplicación significativa de los contenidos temáticos de la electrodinámica. Los resultados muestran un cambio en el paradigma del ahorro energético y la sustentabilidad, basado en la compresión de los factores que contribuyen a este. La investigación, desarrollada en tres fases: utilización del conocimiento, transversalidad y aplicación; permite al estudiante no solo comprender el contenido curricular sino llevarlo a la práctica y difundirlo entre la sociedad generando un clima de conciencia ambiental. Al respecto, las dimensiones de la RSU a través de la formación por competencias conducen a un aprendizaje significativo de los contenidos temáticos que provee un sentido de importancia y trascendencia.

Palabras clave: Crisis Civilizatoria, Educación Ambiental, Responsabilidad Social Universitaria, aprendizaje significativo, formación por competencias.

Abstract The current individual seen as prey of modernity, wanders a lonely shadow passing under the light of a purely economic world. Environmental complexity, emanating from an impending crisis of civilization, leads us to building an environmental education for sustainability. University, seen as an institution, appears as one whose slogan is to generate significant knowledge that promotes scientific, social and humanistic models that are able to be opposed to the current and future challenges. Derived from this, the present work permeates the principles of the University Social Responsibility (RSU) on the way to a meaningful implementation of the thematic content of electrodynamics. The results show a change in the paradigm of energy saving and sustainability, based on the understanding of the factors contributing to this. The research, developed in three phases: the use of knowledge, mainstreaming and implementation; It allows students not only understand the curricular content but putting it into practice and spread between the company generating a climate of environmental awareness. In this regard, the different dimensions of RSU through a skills training leading to a significant learning of the topics that provides a sense of importance and transcendence.

Keywords: Crisis of civilization, Envirmomental Educación, University Social Responsibility, significant learning, skills training. 1. Introducción El inminente crecimiento económico y los nuevos enfoques de una racionalidad modernista han incitado una crisis ambiental que ha irrumpido en el mundo a manera de crítica desde los últimos 40 años. Ante esta situación, algunos autores han abordado una serie de estrategias discursivas en torno al desarrollo sostenible desde un enfoque meramente económico dejando de lado aspectos fundamentales como lo son la ética ecológica y la racionalidad ambiental. El sujeto actual, derivado de la esquizofrenia de una cultura consumista, tiende a convertirse en una sombra solitaria vagando sin destino por un efímero recinto economicista cuya principal vertiente es la obsolescencia programada. No obstante, desde los recovecos de este mundo economizado la ciencia clásica, desde una perspectiva puramente ontológica, convoca a una construcción de sociedades sustentables. Esta premisa inicia al situarse en la realidad ecológica actual con la finalidad de potencializar un conocimiento cierto, propiciar una reflexión y evocar acciones que permitan construir redes que logren trasminar hacia una racionalidad ambiental entre sus integrantes. La metodología que permite alcanzar estos objetivos se basa en el cambio del paradigma del quehacer pedagógico-social y ambiental de manera que, se cree una nueva forma de leer al mundo y a su realidad, generando con esto intenciones que emerjan en acciones de tipo local–global. Lo anterior antepone los argumentos necesarios para conseguir un diálogo en torno a una iniciativa cívica que cohesione el sentido y la sensibilidad en un mismo proyecto. Precisamente aquí, la responsabilidad social y la sustentabilidad comparten un mismo significado aunque con una dimensión diferente. Bajo este contexto y como aporte

personal, la responsabilidad social deberá ser el primer paso para crear una racionalidad ambiental que permita, a partir de aquí, pensar en alcanzar los albores de la sustentabilidad mediante una convergencia de aspectos sociales, económicos, culturales y ambientales. El principal aporte derivado de este nuevo enfoque en las prácticas educativas recae en la reflexión que como docentes hagamos sobre estos temas con nuestros alumnos; planteando, en todo momento, un cambio positivo que derive en una consciencia y un convencimiento de los principios básicos de la sustentabilidad. A este respecto, la articulación entre saber científico y acción social no siempre es sencilla, y se produce en las instituciones educativas con diversos grados de intencionalidad y de eficacia. En la realidad no siempre es fácil diferenciar las prácticas de aprendizaje servicio en sentido estricto de otras prácticas de intervención comunitaria desarrolladas en ámbitos educativos. En este sentido, la fusión entre la utilización significativa del conocimiento de índole científico y la aplicación directa en beneficio de un cierto sector social ha permanecido marginada. Bajo esta perspectiva se pueden considerar cuatro tipos de experiencias educativas: • Salidas a la comunidad con intención prioritariamente académica. Aquí se agrupan los trabajos de campo, el servicio social universitario, los programas de Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), y demás actividades que involucren a los estudiantes con la realidad de su comunidad, pero considerada exclusivamente como objeto de estudio. Son actividades que permiten aplicar y desarrollar conocimientos y habilidades en contextos reales, que apuntan al conocimiento de la realidad, pero no se proponen necesariamente transformarla, ni establecer vínculos solidarios con la comunidad implicada. El principal destinatario del

proyecto es el estudiante, el énfasis está puesto en la adquisición de aprendizajes, y el contacto con la realidad comunitaria es puramente instrumental. • Iniciativas solidarias asistemáticas. Definidas por su intencionalidad solidaria, y por su poca o ninguna articulación con el aprendizaje formal. Algunas de las más típicas iniciativas solidarias asistemáticas incluyen las «campañas de recolección» (de ropa, alimentos, etc.) y los festivales y otras actividades «a beneficio», cuando son organizadas en forma ocasional y no articulada con los aprendizajes. Son «asistemáticas» porque surgen como actividades ocasionales (una inundación, una demanda puntual de una asociación local…), porque atienden por lapsos de tiempo acotados a una necesidad puntual, y porque suelen surgir espontáneamente de la iniciativa de uno o más docentes o estudiantes, o del Centro de Estudiantes, pero no son planificadas institucionalmente. El principal destinatario del proyecto es la comunidad destinataria aun cuando puede no darse un contacto directo con ésta, y el énfasis está puesto en atender una necesidad, y no en generar intencionadamente una experiencia educativa. En este tipo de campañas puede suceder que los estudiantes tengan ocasión de formarse en valores y actitudes auténticamente solidarios, pero también pueden conformarse con un asistencialismo improvisado y superficial, más emotivo que efectivo. • Extensión, voluntariado y servicio comunitario institucional. Organizadas o sostenidas por la propia universidad, están orientadas a promover actividades solidarias, de compromiso social y participación ciudadana de los estudiantes como una expresión de la misión institucional, y se caracterizan por desarrollarse en paralelo o poco articuladas con las actividades académicas. Aquí ubicamos a aquellas actividades de extensión, y los programas de Responsabilidad Social Universitaria y de voluntariado estudiantil sin

vinculaciones intencionadas con el currículum académico. Justamente por consistir en acciones sostenidas institucionalmente en el tiempo, en general este tipo de experiencias puede ofrecer un servicio a la comunidad de mayor continuidad y calidad. En lo que se refiere al aprendizaje, si bien el servicio comunitario resulta una estrategia efectiva de formación en valores, de desarrollo de actitudes en pro de la sociedad y de formación para la ciudadanía, no siempre, ni necesariamente, ese aprendizaje se integra con los aprendizajes disciplinares. • Aprendizaje servicio. Experiencias, prácticas y programas que ofrecen simultáneamente una alta calidad de servicio solidario y un alto grado de integración con los aprendizajes formales se ubican aquí. Identificados como aprendizaje servicio cuando la misma actividad tiene simultáneamente objetivos sociales y objetivos de aprendizajes evaluables. Los destinatarios del proyecto son a la vez la población atendida y los estudiantes, ya que ambos se benefician con el proyecto. El énfasis está puesto simultáneamente en la adquisición de aprendizajes y en el mejoramiento de las condiciones de vida de una comunidad concreta. De los ejemplos anteriores resulta claro que las actividades sociales pueden ser simultáneamente excelentes ámbitos de aprendizaje y aplicación de contenidos curriculares así como de desarrollo de valores y actitudes de responsabilidad y compromiso ciudadano. Cuando los jóvenes se involucran en actividades de servicio a la comunidad, esencialmente pueden pasar tres cosas: pueden aprender algo acerca de sí mismos y de su comunidad. Finalmente, es importante recalcar que un proyecto de aprendizaje–servicio bien planificado permite aprender contenidos curriculares, y también desarrollar competencias y

formar actitudes y compromisos ciudadanos que figuran en las misiones institucionales y que no siempre se concretan en las aulas. 2. Desarrollo y discusiones En el programa del Bachillerato General que oferta la Universidad de Guanajuato, se implementan en el bloque 3 los conceptos de Electrostática y Electrodinámica. En base a estos conceptos es posible movilizar de manera significativa los conceptos aprendidos en el aula vinculándolos con su realidad social. Nuestra propuesta consiste en la investigación por parte de los estudiantes sobre la electricidad, en particular sobre la potencia eléctrica, y sus aplicaciones en los equipos electrónicos, eléctricos, electrodomésticos y de Línea Blanca más utilizados en su hogar y en las casas de sus parientes. Una vez delimitada la investigación se realiza un análisis de la potencia eléctrica requerida durante el funcionamiento típico y habitual de los equipos investigados. Posterior a este análisis teórico se procede a determinar el nivel de consumo eléctrico al realizar mediciones reales utilizando un voltímetro. El enfoque de la responsabilidad social a través de un servicio social universitario de carácter civil radica en el alineamiento y la vinculación del conocimiento adquirido en el aula con una aplicación directa en el ámbito social pues determinaran el consumo directo de cada aparato, el consumo global y su conversión a Kilowatt hora así como su reflejo económico. Adicionalmente, se les pide a los alumnos que determinen el consumo de los focos y lámparas que tengan en su casa, con la finalidad de comparar el desempeño de un foco ahorrador y compararlo con una lámpara incandescente. Una vez realizado el estudio entenderán como este consumo impacta directamente en su economía y se les pide que

diseñen estrategias de ahorro de energía, en primer lugar para contribuir a un ahorro energético y posteriormente para coadyuvar a una cultura ecológica. La última fase del proyecto radica en la aplicación de algunas estrategias directamente en la comunidad en la que residen concientizando a la población de la necesidad de ser socialmente sustentable con el ambiente para el beneficio de las generaciones futuras. A través de la interacción y retroalimentación a los miembros de su comunidad es posible crear una nueva actitud con un pensamiento lógico y basado en principios científicos. Los resultados obtenidos, después de la aplicación de la primera fase, hasta el momento muestran una conciencia hacia el ahorro de energía. La gráfica 1 muestra el comparativo de un grupo de 40 alumnos de los recibos de luz en los últimos 4 bimestres. La metodología planteada en la propuesta para la gráfica 1 muestra una disminución paulatina en el consumo eléctrico que se refleja en el pago por bimestre. Se puede observar durante los primeros dos bimestres una disminución muy pobre en el pago; esto es producto del proceso de conciencia ecológica en casa que se ve reflejado en los bimestres 3 y 4. El programa sigue vigente y se espera concientizar aún a la población de padres de familia y hermanos mediante un ahorro tangible y una capacitación sobre prácticas sustentables. 3. Conclusiones Las dimensiones de la responsabilidad social contribuyen a una correcta alineación entre los conocimientos adquiridos en el aula y su correspondencia para generar un aprendizaje significativo capaz de transferirlo a los miembros de su comunidad. Mediante la delimitación del consumo eléctrico y la implementación de estrategias es posible impactar en la economía personal de manera positiva y, en base a esto, darle un sentido de

importancia y trascendencia a los contenidos temáticos del curso pues e visible y palpable la aplicación directa de los mismos. 4. Referencias Enrique Leff E. (2008). Discursos sustentables. Siglo XXI Editores. México DF Nava N. (2014). Modelo Educativo de la Universidad de Guanajuato, Universidad de Guanajuato. Recuperado en: www.ugto.mx Vallaeys F. ( “’¿Qué es la responsabilidad social universitaria?”. Recuperado en: http://www.iigov.org/dhial/?p=46_05 Aranguren L. (1997). Ser solidario, más que una moda. Suplemento de Cáritas, núm. 231. Madrid España. Batchelder, T. H. y Root, S. (1994). Effects of an undergraduate program to integrate academic learning and service: Cognitive, prosocial cognitive, and identity outcomes. Journal of Adolescence, 17(4), 341-355. Brown, D. M. (2001). Pulling it Together: A Method for Developing Service-Learning and Community Partnerships Based in Critical Pedagogy, National Service Fellow Research. Recuperado en: www.nationalserviceresources.org/filemanager/download/720/brown.pdf. Cairn, R. W. Kielsmeier, J. (1995). Growing Hope. A sourcebook on integrating Youth

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Figura 1. Pago por concepto de consumo energético por bimestre. El valor representa el promedio de una población de 40 alumnos.