Tres historias de vida, tres mujeres empoderadas. El Salvador, 2008

Tres historias de vida, tres mujeres empoderadas El Salvador, 2008 Doña Ana Ligia Mixco Sol de Saca Presidenta de la Junta Directiva del ISDEMU Lic...
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Tres historias de vida, tres mujeres empoderadas El Salvador, 2008

Doña Ana Ligia Mixco Sol de Saca Presidenta de la Junta Directiva del ISDEMU Licda. Zoila de Innocenti Directora Ejecutiva del ISDEMU Unidad de Investigación Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer ISDEMU 2

Presentación

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l empoderamiento de las mujeres es un reto alcanzable, un desafío que implica eliminar la discriminación de género y la desigualdad, desarrollando acciones concretas en beneficio de las mujeres salvadoreñas jefas de hogar. Y para cumplir con este mandato, los Centros de Formación y Producción de la Mujer se constituyen en auténticos espacios para lograrlo. Doña Ana Ligia Mixco Sol de Saca, presidenta de la Junta Directiva del ISDEMU y Secretaria Nacional de la Familia, está convencida que no existe mejor estrategia para lograr el desarrollo que invertir en las mujeres. Cuando se les facilitan los canales de participación, ellas los ocupan plenamente, notándose de forma inmediata su integración a la vida económica del país. Trabajar por las mujeres para asegurarles sus derechos y dotarlas de los conocimientos técnicos precisos para su inserción productiva, es una tarea que el ISDEMU y los gobiernos locales han hecho suya. Las mujeres con capacidad de decisión y con autonomía económica, pueden lograr todo lo que se proponen y cuando lo hacen, los beneficios de sus esfuerzos se destinan completos a sus hijas e hijos y además, se reflejan en sus comunidades. Muchas mujeres han logrado cambios en sus vidas a partir del aprendizaje técnico. Y ese cambio no es sólo individual, sino también familiar y comunitario, iniciando un proceso de empoderamiento. Este proceso implica un cúmulo de experiencias de aprendizaje y sentimientos, que pueden servir de inspiración de cambio para otras mujeres. Es por ello, que el ISDEMU ha recopilado la historia de tres mujeres dotadas de conocimientos y habilidades prácticas en los Centros de

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Formación y Producción de la Mujer, tres experiencias de vida en camino al empoderamiento. Compartir con Ustedes estas vivencias es posible gracias al apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Esperamos que la lectura de estas experiencias, motive a más mujeres salvadoreñas a formar parte de los esfuerzos por acceder al conocimiento y por ende, a su empoderamiento.

Licda. Zoila de Innocenti Directora Ejecutiva

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Índice Presentación ......................................................................................................3 I. Introducción ................................................................................................7 II. Objetivos, variables de análisis y diseño metodológico ..................................11 1. Objetivos 1.1. Objetivo general ...............................................................................11 1.2 Objetivos Específicos .........................................................................11 2. Variables de Análisis .................................................................................12 3. Diseño metodológico ..............................................................................12 3.1. Fuentes de información ....................................................................13 3.2. Población .........................................................................................13 3.3. Criterios de inclusión ........................................................................13 3.4. Definición de indicadores, métodos y técnicas ..................................13 III. Historia de vida No. 1 Leonor ......................................................................15 A. Inserción productiva ................................................................................17 - Capacitándome en corte y confección .....................................................17 - Las habilidades que gané al capacitarme .................................................20 - Acceso a los recursos económicos y control de los beneficios ...................22 B. Situación de género .................................................................................26 - Conciliación del trabajo doméstico, las relaciones familiares y el tiempo dedicado a la capacitación ....................................................26 - Una historia de inmigración y desintegración familiar ..............................28 - El trabajo doméstico ................................................................................32 - Los efectos de la migración ......................................................................34 - El regreso al hogar y la difícil reunificación familiar ..................................37 IV. Historia de vida No.2 Rosa ...........................................................................41 A. Inserción productiva .................................................................................43 - Una mujer emprendedora .......................................................................43 - El acceso a la información y al conocimiento ...........................................44 - Una forma de generar ingresos ................................................................46 - El acceso a los recursos económicos y control de los beneficios ...............47 B. Situación de género .................................................................................50 - Mis potencialidades .................................................................................50

- Las jornadas de sensibilización y la autoestima de las mujeres ..................52 - Conciliación del trabajo productivo y reproductivo ..................................56 - La separación familiar ..............................................................................58 V.

Historial de vida No. 3 Silvia Lorena .............................................................61 A. Inserción productiva ................................................................................63 - Lo que me motivó para capacitarme .......................................................63 - Lo que aprendí en el Centro de Formación y Producción de la Mujer .........................................................................65 - Una forma de generar ingresos ................................................................66 - El acceso a los recursos y el control de los beneficios ...............................68 B. Situación de género .................................................................................70 - La construcción de género ......................................................................70 - La autoestima de las mujeres ...................................................................74

VI. Conclusión ..................................................................................................77 VII. Bibliografía ..................................................................................................79 VIII. Anexos ........................................................................................................81

I. Introducción

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egún la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2006 (DIGESTYCMINEC), la tercera parte de los hogares salvadoreños cuentan con una mujer como jefa de hogar, lo que indica que son ellas las únicas proveedoras y responsables de su familia. A continuación se presentan algunos indicadores estadísticos sobre la situación de las mujeres jefas de hogar1: Sus edades se concentran entre los 30 y 54 años. Baja escolaridad: el 28.79% de las jefas de hogar no tiene ningún grado de estudios y solamente el 40.51% finalizó la escuela primaria (primero y sexto grado). La jefatura de hogar por mujeres es un fenómeno urbano: el 34.01% se concentra en el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS)2. Las principales ocupaciones de las mujeres3 se concentran en los sectores de comercio, hoteles y restaurantes (42.79%), en la industria manufacturera (18.4%) y, en el servicio doméstico (10.6%). La tasa promedio de hijas e hijos del total de mujeres para el período del 2000-2005 era de 2.88 y según proyecciones, para el período 2005-2010 disminuirá a 2.63. Datos obtenidos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2006. Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) del Ministerio de Economía. 2 AMSS: está formada por los siguientes municipios: San Salvador, Soyapango, Mejicanos, Apopa, Santa Tecla, Ciudad Delgado, Ilopango, San Martín, Cuscatancingo, San Marcos, Antiguo Cuscatlán, Ayuxtutepeque, Tonacatepeque y Nejapa. 3 Este dato indica la población total de mujeres, no sólo las jefas de hogar. 1

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Las mujeres jefas de hogar constituyen a menudo la única persona adulta activa económicamente en la familia, lo que las obliga a asumir la generación de ingresos económicos así como el cuidado y la crianza de los hijos e hijas, personas adultas mayores y de otras tareas propias del ámbito doméstico, con la consiguiente sobrecarga de trabajo. Todos los esfuerzos tendientes a fortalecer el acceso de la mujer a la capacitación técnica, al acceso de recursos económicos, a la autonomía y al empoderamiento, deben partir del reconocimiento de estas necesidades. Es por ello que el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), junto a los gobiernos locales está propiciando la formación técnica de las mujeres a través de los Centros de Formación y Producción de la Mujer, que surgen como una acción afirmativa hacia la población femenina. El objetivo de los Centros de Formación y Producción de la Mujer es “promover el desarrollo integral y la inserción productiva de las mujeres, generando aporte económico a su familia y a sí mismas”. Desde el 2002 a la fecha, se han instalado nueve centros en los siguientes municipios: Aguilares, San Salvador Tejutla, Chalatenango Victoria, Cabañas Chalatenango, Chalatenango Atiquizaya, Ahuachapán El Carmen, Cuscatlán San José Guayabal, Cuscatlán San Pedro Nonualco, La Paz Santo Tomás, San Salvador Las áreas de especialización de los Centros de Formación y Producción de la Mujer son las siguientes: Corte y confección Panadería y pastelería Cosmetología

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Informática Manualidades (Bordado, bisutería, piñatería, repujado, tarjetas españolas, filigrana, etc.) Cocina criolla e internacional Es importante mencionar que algunos de estos centros cuentan con la modalidad de talleres itinerantes, con la finalidad de que los cantones del municipio tengan la oportunidad de recibir los beneficios que brinda el Centro de Formación y Producción de la Mujer. Las mujeres al dedicar espacio para la capacitación, están trabajando por su empoderamiento. Conscientes que ellas no pueden renunciar a las tareas propias del sostenimiento de sus familias, se ha trabajado en la adecuación de horarios con los tiempos que ellas disponen para asistir a los cursos y talleres. Además, se les proporciona la facilidad de llevar a sus hijos e hijas al centro de desarrollo infantil (guardería) ubicado en el mismo lugar, esto les brinda la tranquilidad que se encuentran en un lugar cercano y seguro. Los Centros de Formación y Producción de la Mujer han sido concebidos como espacios de formación integral, ya que se forma a las mujeres en el desarrollo de habilidades técnicas y se les sensibiliza en la adquisición de conocimientos en diversas temáticas como: Teoría de género, Conservación del medio ambiente, Prevención del VIH/SIDA, Participación ciudadana, Derechos Humanos, Prevención de la violencia intrafamiliar, Autoestima y salud mental, Autocuidado, etc. Algunos de los Centros de Formación y Producción de la Mujer han hecho alianzas estratégicas con instituciones interesadas en el trabajo de las mujeres, estas alianzas han concluido en contratos para la elaboración de manualidades, uniformes, mantelería, etc., productos diseñados especialmente para empresas extranjeras. También el ISDEMU ha realizado esfuerzos para gestionar la contratación de las mujeres graduadas de los centros, para trabajar en maquilas, panaderías, etc. Muchas de ellas han logrado insertarse productivamente -asociándose entre ellas o con sus familias o solicitando créditos a instituciones financieras- abriendo salas de belleza, panaderías, talleres de costura,

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pequeños negocios de elaboración de piñatas, etc. Otras han optado por trabajar en empresas privadas, como asalariadas. En la vida de las mujeres la realización de estas nuevas actividades, tiene muchas repercusiones en su vida personal y familiar. Para el ISDEMU, además de conocer del proceso de formación técnica de las mujeres en los Centros de Formación y Producción, también es de suma importancia saber cómo están poniendo en práctica lo aprendido y cómo ha cambiado su situación de vida. Por lo anterior, cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿Cómo ha sido el antes y después de estas mujeres? ¿Cómo ha variado su situación económica y de género? ¿Qué cambios ha implicado para ellas el aprendizaje de nuevas habilidades en los Centros de Formación y Producción de la Mujer? Para conocer las respuestas a estas preguntas, se han realizado contactos con mujeres graduadas de los Centros de Formación y Producción de la Mujer que se han iniciado como microempresarias para escuchar el relato de sus experiencias y vivencias utilizando para ello, la técnica cualitativa de HISTORIAS DE VIDA4.

4 Esta técnica cualitativa es utilizada para referirse a la narración de la vida de una persona realizada por ella misma; la ‘historia de vida’ se construye sobre el propio relato de la persona y permite generar información para analizar el proceso de vida en su relación con el proceso social en el que se desenvuelve.

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II. Objetivos, variables de análisis y diseño metodológico 1. Objetivos 1.1. Objetivo general Conocer la inserción productiva y la situación de género de las mujeres que han sido capacitadas en los Centros de Formación y Producción de la Mujer, a través de sus historias de vida.

1.2. Objetivos Específicos Describir las experiencias de inserción productiva de mujeres beneficiarias de los Centros de Formación y Producción de la Mujer de Aguilares (San Salvador), Tejutla (Chalatenango) y Atiquizaya (Ahuachapán). Examinar la situación de género de las mujeres beneficiarias de los Centros de Formación y Producción de la Mujer de Aguilares (San Salvador), Tejutla (Chalatenango) y Atiquizaya (Ahuachapán).

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2. Variables de análisis Variables

Indicadores Influencia de la capacitación técnica recibida

Inserción productiva

Actividades productivas Acceso a los recursos y control de los beneficios Actividades reproductivas

Situación de género

Condición Posición Autoestima Jefatura hogar Estado civil Edad Número de hijas e hijos

Sociodemográficas

Nivel educativo Número de miembros de la familia que dependen económicamente de ella Municipio donde vive (urbano-rural)

3. Diseño metodológico La técnica cualitativa de las historias de vida se utiliza cuando se quiere obtener información del proceso de vida de las personas en un contexto social determinado. Las historias de vida abarcan “un tiempo mayor en el devenir histórico del individuo, lo que nos posibilitará conocer en forma más precisa datos o hechos importantes o inéditos que vivió el entrevistado o que conoció de cerca, por lo mismo su testimonio resulta relevante para el análisis de los mismos”5. A través de esta técnica las mujeres pueden regresar a sus memorias, relatarlas con su propio lenguaje e ilustrar los hechos que ya vivieron y las emociones que estos les provocaron. Uno de los objetivos para utilizar esta técnica es justamente ese: obtener una narración desde las experiencias de vida de las mujeres en su propio contexto familiar y presentarla de tal manera, que sirva para motivar a otras mujeres a tomar acciones concretas para iniciar su empoderamiento. 5

Rojas Soriano, R. “Guía para realizar investigaciones sociales”. 2005.

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La guía de preguntas diseñada sirvió para orientar la conversación sostenida pero sin parecer un interrogatorio, por este motivo las mujeres entrevistadas no se ciñeron a ella de manera estricta. 3.1 Fuentes de Información Primarias: Entrevistas biográficas: para explorar y ampliar directamente con las mujeres sus percepciones sobre la temática en estudio. Secundarias: Libros de texto, folletos, sitios Web, etc. 3.2 Población Tres mujeres de los municipios de: Aguilares (San Salvador), Tejutla (Chalatenango) y Atiquizaya (Ahuachapán). 3.3 Criterios de inclusión Capacitada en los Centros de Formación y Producción de la Mujer en cualquiera de las áreas que imparten. Haber concluido con éxito su proceso de capacitación técnica y estar insertada productivamente. 3.4 Definición de indicadores, métodos y técnicas: Indicadores

Método

Inserción productiva Situación de las mujeres

Muestreo selectivo

Técnicas

Instrumentos

Entrevista a profundidad

Guía de preguntas

Historias de vida Análisis de contenido

Sociodemográficas

Tabla de categorías de análisis Ficha sociodemográfica

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III. Historia de vida No. 1

Yo antes sentía el deseo de aprender y no había tenido la oportunidad. Y ya que se dio la oportunidad aquí, entonces yo dije: ¡la aprovecho! […] Ya es algo más en la vida, ya no se siente uno lo mismo poder algo como no saber nada.

Leonor

Graduada del Centro de Formación y Producción de la Mujer Taller de Corte y Confección Tejutla, Chalatenango

A. Inserción productiva Capacitándome en corte y confección Leonor vive en el municipio de Tejutla, departamento de Chalatenango. Acaba de cumplir 41 años de edad y hace exactamente dos años, se graduó del Centro de Formación y Producción de la Mujer que el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) y el gobierno local de su municipio instalaron en el 2004. Ella se dio cuenta de los talleres que se estaban impartiendo, gracias a la promoción que hizo el sacerdote de la parroquia donde ella asiste a misa. Con los conocimientos y habilidades que obtuvo, actualmente se desempeña como costurera en su casa de habitación, ubicada en el caserío Los Vásquez del municipio de Tejutla. Esta mujer de tez blanca y madre de tres hijos (dos niños y una niña), se matriculó en el taller de corte y confección para aprender a coser. Leonor, evoca su infancia y su primer día de clase, cuando comenta qué la motivó a capacitarse en el Centro de Formación y Producción de la Mujer. Pues sí, es que como eso es como uno ya tiene aquello. Yo desde niña, me gustaba eso ¿verdad? y decía yo: ¡Ha de ser bonito coser! y entonces ya cuando viene la oportunidad, entonces uno hace todo lo posible por ir. Yo pienso que eso de aprender un oficio es así: que vaya uno poco a poco desenvolviéndose y poco a poco y poco a poco, entonces uno a medida que va trabajando en aquello, siente que va aprendiendo más […] Porque uno va con aquella buena intención de querer aprender lo más pronto posible ¿verdad? pero a veces les cuesta un poco a algunos, la cabeza en veces no le funciona muy bien a uno [riéndose]….pero poco a poco uno va a agarrando el hilo. Como ya uno tiene aquella iniciativa, se siente bien. O sea uno se siente así un poco raro (el primer día de asistencia), dice uno: ¡a ver cómo me va! a ver si logro obtener lo que yo quiero. Luego, luego me sentí contenta, porque uno ahí se siente como en familia.

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Yo no tenía este proyecto porque no me daba cuenta, entonces el día domingo cuando el padre [sacerdote de la parroquia de Tejutla] dijo que estaba ese Centro de Formación de la Mujer y que fuera la que quisiera ir a aprender, entonces yo ahí mismo dije: ¡Bueno está esa posibilidad! y me fui pues, el siguiente día y pregunté que si todavía había cupo y me dijeron que sí. Parece que ya había pasado un mes cuando yo llegué.

Muchas mujeres piensan en “aprender un oficio” –como expresa Leonorpero no todas logran pasar del deseo a la acción, como hizo ella. Las tareas del hogar y la crianza de las hijas e hijos (labores reproductivas), la falta de apoyo económico y familiar, la violencia intrafamiliar (en algunos casos), son factores reales que limitan los anhelos de algunas mujeres. Leonor destaca que la toma de decisiones fue fundamental para apoyar su motivación y no quedarse solamente con las esperanzas de hacer algo por sí misma. Pues mire que yo como soy así que a veces tomo decisiones así casi sin contar con nadie [riéndose] Y bueno yo dije, bueno está la oportunidad y parece que ya habían comenzado, yo llegué ya después ¿verdad?, entonces cuando yo oí la noticia dije entonces yo mañana mismo me voy. Siempre y cuando esté consciente uno que aquello le va a servir en un futuro, porque si uno digamos, toma una decisión y sabe que aquella decisión le va a producir, yo pienso que hasta las personas que lo rodean tienen que comprender ¿verdad?

Sin embargo, en su capacidad para tomar la decisión de capacitarse, influyó una condición especial, que Leonor comenta a continuación: Bueno en ese tiempo (en el que asistió al taller del Centro de Formación y Producción de la Mujer) él (su esposo) no estaba aquí, en Estados Unidos estaba. Pero bueno, cuando yo a él le dije yo ya estaba yendo y le dije: -Mire estoy yendo a un Centro de Formación a aprender a coser y él me dijo: ¡Ah! vaya está bueno.

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Bueno yo pienso que si él hubiera estado aquí hubiera sido más diferente, por que ellos trabajan ¿verdad? y van y vienen y quieren que por fuerza este uno ahí esperándolos a ellos para servirles la comida… y tienen razón porque vienen cansados y que vengan y no lo encuentren a uno… Ahí es de tomar un acuerdo y que ellos se pongan de parte de uno para poder salir adelante, porque si ellos se ponen todos negativos y que no, entonces ahí se queda uno. Uno también tiene que hablarles y hacerles ver las cosas ¿verdad? Yo pienso que siempre hubiera hecho todo el esfuerzo (por capacitarse), todo lo más posible por seguir siempre, aunque pienso yo que me hubiera costado más, porque ya cuando ellos están (en el hogar) ya es diferente. Yo siento que no me hubiera dicho que no (negarle el permiso para asistir al taller), pero….hay que atenderlos más a ellos.

Es interesante destacar toda la construcción de género que se encuentra inmersa en las palabras de Leonor: el trabajo que el hombre realiza es el que cansa, las mujeres deben esperarlos en la casa para atenderlos, si el hombre no da su consentimiento “allí se queda uno”. En nuestra sociedad es común encontrar estos estereotipos para cada uno de lo sexos. Las características que establecen se basan en los roles e identidades que social y culturalmente han sido asignados a los hombres y a las mujeres. Estos estereotipos se “naturalizan”, es decir se asumen como verdades absolutas respecto a cómo son los hombres y cómo son las mujeres, olvidándose cuestionarlos y no haciendo nada para cambiarlos. La contradicción más clara que generan los estereotipos de género es el sexismo, el cual declara lo masculino como superior frente a lo femenino, creando relaciones de subordinación y discriminación entre los hombres y las mujeres. No es de extrañarse entonces, que las mujeres deban someterse a la voluntad de su compañero de vida, es él quien debe tener la última palabra. La unión matrimonial o de hecho, concede culturalmente a los hombres todos los derechos sobre su compañera, sin embargo, Leonor dice que “aunque él hubiera estado con ella” hubiera hecho lo posible por convencerlo. La construcción de género también genera ambigüedades. Para Leonor el permiso que otorga su compañero de vida es relevante para tomar 19

decisiones propias, pero piensa que las mujeres deben exigir sus derechos, siempre y cuando “no anden haciendo cosas que no deben”, ella lo expresa de la siguiente manera: Mire, como entre los hombres hay de diferentes criterios. Hay hombres que quieren tener a la mujer sumergida bajo sus plantas y que la mujer esté ahí bajo lo que él les dice y yo pienso que en ese aspecto, uno desde el principio no se tiene que dejar manipular de ese modo. Fíjese que hay una clase de hombres que son de una condición: para ellos estar tranquilos uno debe estar solo en la casa. Bueno, pero uno también tiene que hablar de sus derechos y decir: este yo no estoy atada aquí y yo tengo derecho a salir siempre y cuando no ande haciendo cosas que no debe. Porque a veces ellos se vuelven bien impulsivos o sea posesivos y quieren que uno ahí esté y no, eso no tiene que existir.

Las mujeres tienen derechos pero ejercidos de manera limitada: ellas pueden salir de sus hogares pero no dar lugar a que se ponga en duda su honorabilidad, porque de lo contrario pueden enfrentarse a la violencia ejercida por su pareja, la familia o la misma comunidad. Demás está decir, que esta situación sería completamente distinta si se tratara de un hombre. Las habilidades que gané al capacitarme Muchas de las mujeres que se matriculan en los talleres de los Centros de Formación y Producción de la Mujer, tienen ya definidos sus intereses de aprendizaje. Sin embargo, la poca confianza en sí mismas puede influir directamente en su capacidad de aprendizaje y en el desarrollo de habilidades emprendedoras. Leonor vivió esas dudas y temores en su aprendizaje, pero enfrentó el miedo inicial que le provocaba la poca confianza en sus habilidades y ¡logró vencerlo! como relata a continuación: Yo tenía una maquinita por ahí que de vez en cuando la usaba, pero no es que yo tenía una idea de decir como confeccionar un vestido, sino que yo me ponía a hacer algunos remiendos o costuras rectas así [haciendo gesto de coser], pero no, de tener un conocimiento de cómo cortar una falda o cortar un vestido, eso no lo tenía yo. Y fíjese 20

que a medida uno va cosiendo, uno va adquiriendo más práctica y más práctica. Uno siente que las primeras costuras ¡cómo le cuestan! hasta para cortar uno esta ahí que ¡mide por un lado, mide por otro! con aquel miedo […] pero ya después uno va agarrando práctica y ya se le va quitando el miedo. […] Y otros me decían: -Bueno ¿y cómo es allí? algunas me decían ¿y cuesta aprender? y les decía yo: -Bueno ahí lo que cuenta es la capacidad de cada quien y la inteligencia ¿verdad?, porque habemos de más y de menos [rápido y lento aprendizaje]. Habemos personas que estamos más aptas para aprender más rápido y habemos otras que no. Es así, la memoria es así.

¿De qué son capaces las mujeres cuando reciben el conocimiento y los instrumentos para realizarlo? Esa pregunta la responde Leonor al describir cómo cosió su primer vestido después de ir superando las primeras etapas de su aprendizaje. Pues si porque cuando uno está yendo a aprender le dan el formulario o como le puedo decir yo, el patrón, el diseño del vestido y también la teoría. Entonces ahí uno por medio de eso, puede dirigirse. Lo primero que hice me recuerdo yo que fue una falda básica. Se la presenté a ella [a la instructora] para que la revisara y me puso 9 me parece, [riéndose] Luego entramos a los vestidos y le hice un vestido a la niña [su hija]. Le hice un vestidito verde de tirantes, fruncidito del pecho con revuelitos, como acampanadito el vestido. Pues yo me puse contenta, todavía ella [la instructora] me preguntó: -¿Usted lo hizo? …. [Riéndose] entonces le digo yo: -¡Sí yo lo hice! o sea que yo allá lo corté [en el taller del Centro de Formación y Producción de la Mujer] y aquí en la casa lo costuré. Bueno, yo puse todo el empeño por hacerlo lo mejor posible. Bueno cuando uno tiene poca práctica todo siente que es bien forzado, pero a medida que uno va cosiendo uno va sintiendo que se va haciendo más fácil.

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Leonor es ejemplo que un número cada vez mayor de mujeres han tenido acceso a la capacitación y que desean utilizar sus competencias y experiencia no sólo como empleadas en una fábrica - en donde tropiezan con grandes dificultades para conciliar sus múltiples funciones: productiva, reproductiva -, sino también como trabajadoras por cuenta propia y como micro-empresarias. Ella explica que es necesario “salir adelante y superar el miedo”, pensamiento que le permitió lanzarse a realizar sus primeras costuras. Bueno la práctica es más importante […] fíjese que uno puede saber de teoría bastante pero si no tiene la práctica… no le funciona verdad. Porque fíjese que cuando uno va [al taller del Centro de Formación y Producción de la mujer] cose en papel, entonces uno está acostumbrado a coser en papel y cuando uno corta tela se siente bien diferente y ya no es lo mismo, porque ya la tela se sabe pues que es delicada. Entonces, al principio es normal que uno diga: ¿bueno y si arruino esta tela? La habilidad que aprendí, fue aprender a trazar las medidas y a cortar, porque uno cuando nunca ha ido a la capacitación si es posible no puede ni agarrar la tijera, la agarra al revés [riéndose]….entonces uno aprende verdad. Entonces aprendí a trazar las medidas, a cortar y a coser. Porque yo así digo, para que se le quite el miedo a uno así tiene que decir: ¡no es cosa del otro mundo si arruino esta tela yo la compro y ya! Si todo tiene remedio, pero si uno se complica, uno solo se va creando aquel miedo y ese miedo no lo deja a uno salir adelante, porque si nunca se decide uno ¡no sale adelante! […]

Acceso a los recursos económicos y control de los beneficios La necesidad de generar ingresos es un factor que empuja a las mujeres a capacitarse técnicamente con la esperanza de conseguir algún empleo, instalar una microempresa, comercializar productos, etc. Leonor a partir de los conocimientos adquiridos, se ha dedicado en su hogar a la confección de ropa. En su comunidad no existían mujeres dedicadas a esta actividad, por lo que ella ha llenado una necesidad existente y que a

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la vez, le permite generar algunos ingresos para el hogar. Muy orgullosa de su actividad comenta: Uno siente el cambio y dice: -Bueno por lo menos verdad, ayudo un poco a lo económico en el hogar y ya se siente uno como más realizado pues. Yo hago mis costuras pues y sé que obtengo no la gran cantidad, pero al menos uno siente que se ayuda bastante fíjese. Uno se siente satisfecho pues, se siente un poco realizado y dice: ¡Al menos para algo sirvo! [Riéndose]… uno se siente que es alguien en la vida pues y que no está solo dependiendo de alguien, sino que aunque sea poco pero uno siente que es una ayuda. Al principio cuando me venían costuras yo algo afligida me ponía. Me decía la gente: -¿Verdad que usted puede coser?, algo con miedo les decía yo - ¡a ver! [Que le entregaran la tela] les decía. Bueno, pero después se me fue quitando ese miedo y agarré las primeras costuras y dije yo: bueno si arruino una tela, ¡yo la pago! Y así se le quita el miedo a uno de lo contrario no y gracias a Dios ¡nunca he arruinado yo una tela! [...] . Bueno, uno se siente contenta porque yo pienso que cuando la gente le dice a uno: ¡galán que puede coser! es porque la persona que uno le ha hecho aquella prenda se siente satisfecha […] porque de no ser así nadie le va a decir a uno: ¡usted aprendió! Porque vaya, alguien viene y le dice: Mire quiero que me haga esta falda y, usted no la hace bien, entonces la persona en vez de decir ¡galán que usted aprendió! va a decir bueno ¡ésta no puede!

La generación de ingresos permite que las mujeres logren también mejorar su autoestima y hagan crecer la confianza que tienen en sus habilidades. Leonor siente alegría porque producto de su trabajo recibe dinero y puede comprarse de vez en cuando algo para sí misma, aunque la construcción social de género por la que están influenciados sus hijos les haga ver raro que compre algo para ella, como se menciona a continuación:

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Pues sí en que entra un ingreso más a la casa aunque sea poco […] siente una ayuda y se siente satisfecho cuando uno administra aquello y sabe que a uno le cuesta […] uno siente que le cae un buen provecho cuando se come lo que propiamente le ha costado ¿verdad? y cuando le dan [dinero] dice uno, bueno me dieron esto, lo gasto y ya, pero cuando es de uno propio hasta más con cuidado lo tiene por allí. Ya no tiene uno que pedirlos y decirle al compañero de vida: mire a mí me hace falta esto déme, sino que uno se lo compra y ya lo tiene ahí pues y sabe que es de uno. Puedo comprarme una tela y hacerme ropa para mí. […] uno se siente bien y dice bueno me compro eso porque a mi me cuesta y nadie me va a decir: ¡mira eso a mi me cuesta yo te lo compré!, sino que uno verdad. Pues si como uno de mujer tiene varias necesidades. A veces uno tal vez algún cosmético y los bichos6 como son curiosos le dicen a uno: -Mi mami ahí compra para ella, Entonces les digo yo: -Bueno pero yo lo compro ¡porque yo trabajo! les digo yo […]

Como la mayor parte de las mujeres que generan ingresos producto de su trabajo, Leonor los dedica a la satisfacción de las necesidades básicas del hogar (Según el Banco Mundial para la Mujer (WWB por sus siglas en inglés), por cada dólar que entra a una microempresaria, US $0.99 es invertido en su familia, en contraste con los hombres quienes solo destinan el US $ 0.40)7. Como dice Leonor ese dinerito extra que ella produce con su trabajo, sirve para “cocer los frijoles” y también para pagar algunas facturas de la casa: […] uno se siente bien y dice bueno me compro eso porque a mi me cuesta y nadie me va a decir: ¡mira eso a mi me cuesta yo te lo compré!, sino que uno verdad.

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Salvadoreñismo usado para niño, muchacho. La Prensa Gráfica, 4 de octubre de 2007. Ver también: Banco Mundial para la Mujer (WWB) en www.bancomujer.org

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[Cuando recibe el dinero] se siente uno contenta porque dice: ¡ya voy a ir a comprar los frijoles para cocer! A veces aunque el hombre quiera darle todo a uno no puede, entonces si uno les da una ayudadita por allí hasta ellos se sienten más desahogados. Vaya por ejemplo, digamos cuando viene el recibo de la luz, el teléfono, bueno a veces uno lo va a pagar así, porque a veces uno se aburre también de estar ¡que mire que déme esto! ¡Qué mire que lo otro! y ellos en algún momento, se sienten un poco enfadados porque tal vez las ganancias no son tan prósperas como para solventar tanta cosa en un hogar. Bueno ahí creo que ellos deben de sentir un alivio, que uno les dice: ¡sí ya fui a pagar! o cualquier cosa que uno compre en la casa ya sea para la comida, ya uno ya les sirve el almuerzo y dicen: -Bueno ¿y usted ha comprado esto? y sin hacer tanta bulla uno ya les sirve su almuerzo a ellos. Uno procura lo más importante en el hogar y que no falte lo más necesario ¿verdad?, así cualquier cosa. El hombre ayuda pero como le repito, ahora el dinero no se ve en que se invierte y en unas pocas cosas uno gasta el dinero.

Leonor para dedicarse a esta actividad, también tiene que conciliar el tiempo productivo con el reproductivo. Ella comenta a continuación como realiza ambas tareas. Uno que es ama de casa, usted sabe que es el mismo “son” (la misma actividad) de todos los días: que limpiando la casa, que lavando y bueno fíjese, que cuando uno ya tiene un compromiso dice uno: bueno tengo este compromiso de costuras y ahora voy a madrugar, voy a hacer esto y lo otro y luego digo: hoy corto (la tela) y por ratitos voy a ir sacando las cosas y así, ya cuando uno siente ya ha hecho las costuras […] […] la costura es de dedicarle tiempo y uno como mujer en la casa no tiene todo el tiempo disponible para dedicar todo el día. Porque al menos que tenga uno quien le haga el oficio, sino no hay modo, verdad. Si no hay quien lo haga tiene que hacerlo usted, hay que conciliar los dos tiempos.

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Las mujeres que se dedican al trabajo productivo y reproductivo deben asignar tiempo a ambas actividades, situación que puede limitar la conciliación de ambos. Muchas mujeres enfrentan esta realidad y logran resolverla, como cuenta Leonor en el siguiente apartado.

B. Situación de género Conciliación del trabajo doméstico, las relaciones familiares y el tiempo dedicado a la capacitación Para ninguna persona es desconocido que las mujeres deben enfrentar muchos “sacrificios” si desean hacer algo distinto a las tareas domésticas. Cuando ellas se deciden a salir adelante –como dice Leonor- deben conciliar el trabajo doméstico de sus hogares con las nuevas tareas que implica, en este caso, la capacitación técnica. Leonor cuenta como fue su experiencia. Pues si, como usted sabe que para todo hay que hacer un sacrificio ¿verdad?, porque si uno no se sacrifica nunca obtiene nada. Entonces, vaya por ejemplo, si uno tiene un proyecto de hacer algo, tiene que sacrificarse lo más posible para poder lograr obtener lo que se desea. Porque por ejemplo, uno de mujer como está aquí en la casa, al oficio [tareas reproductivas] ¡no se le da fin! entonces hay que madrugar para dejar los oficios ya bien encaminados, la comida, la lavada y todo. Entonces uno siente que se esforza [esfuerza] más de lo debido ¿verdad? porque ya uno siente que es doble el trabajo. Yo madrugaba a hacer el oficio, por lo menos a lavar, que la ropa sucia nunca falta, a echar las tortillas, ya para cuando uno se vaya deja algo listo [...] […] Fíjese que cuando uno realiza cualquier trabajo extra sabe que obtiene cualquier ganancia y cuando se dedica uno sólo al trabajo de la casa cuando viene a ser la tarde ¡uno está rendido y no ha obtenido sueldo! de nada [riéndose]….Porque el oficio de la casa es cansado y uno no obtiene un ingreso diario o que le van a decir: Tenga aquí está su pago por este día ¿verdad? [riéndose]…más trabajo sí.

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Sin saberlo, Leonor utiliza uno de los conceptos de la Teoría de Género: la doble jornada y el trabajo invisible. La creciente incorporación de las mujeres al trabajo remunerado implica una doble jornada, ya que el trabajo doméstico o reproductivo (asear, lavar, planchar, cocinar, cuidar hijos/as, etc.) no desaparece: las espera en casa al terminar la jornada laboral. La mayoría de estas actividades ni siquiera son consideradas como trabajo (¡Uno está rendido y no ha obtenido sueldo! como dice Leonor); sin embargo, no por invisibles son inexistentes o más fáciles de realizar. Conciliar el tiempo para su aprendizaje también implicó negociar o imponer su voluntad a sus hijos varones (la niña la acompañaba al Centro de Formación y Producción de la Mujer), para lograr su derecho a disponer de tiempo para capacitarse. No siempre logró que esta negociación fuera exitosa para ella y sus relaciones familiares, situación que describe a continuación: Los cipotes8 habían veces que me decían: -Usted mami sólo se va y nos deja a nosotros cuidando, ¡yo no estoy cuidando! -me decía a veces el más grande- porque tengo que ir al campo o a hacer algún deber. ¡Ah! -le decía yo- cerrás [cierras] y te vas y venís lo más pronto que podás [puedas], pero yo ¡ya me voy! y me iba. Yo siempre me iba y les decía: -¡Ah cuiden! porque si no cuidan, ahí está lo que se van a comer y nos van a robar el maíz y las gallinas -les decía yo- entonces ustedes tienen que cuidar porque yo ya me voy. -¡Ah mi mami! decían ¡quizás ni va a aprender nada!, ¡Ah ustedes déjenme a mí! - les decía - ¡yo tengo que ver si aprendo o qué!

Las actitudes de la familia pueden favorecer o entorpecer las motivaciones hacia el aprendizaje. Cada familia tiene sus propios significados sobre diversas situaciones y con base a ellos, establece sus relaciones. En las interacciones familiares, es posible que se expresen acuerdos, desacuerdos y que estos vayan en relación con patrones culturales tan arraigados que se los considera “naturales”. Para los hijos de Leonor, la idea de una 8

Salvadoreñismo utilizado para niños, jóvenes.

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madre fuera de la casa en tareas no domésticas, chocaba con toda la construcción social que han aprendido –incluso de su misma madreacerca de las tareas femeninas. El rol como “ama de casa” otorga solo el poder de decisión en lo referente al ámbito doméstico siempre y cuando se someta a las órdenes masculinas, en este caso asumidas por sus hijos varones en la ausencia del padre, de ahí que ellos no compartieran con ella sus deseos de superación. Esta situación fue revalorada después por ellos mismos, cuando apreciaron las habilidades en la costura que su madre adquirió en el tiempo que les fue “robado” a ellos. Leonor comenta sobre eso a continuación: Ya hoy así en alguna cosa, les digo yo [a sus hijos]: - Vaya ustedes me decían que de por gusto yo iba [al Centro de Formación y Producción de la Mujer] y ahora que me miran cosiendo me dicen: - ¡Mi mami se siente orgullosa porque puede coser!, - ¡Ah ya ven! y ustedes me decían que de por gusto iba yo. Y los bichos9 ¡cómo son tremendos! verdad….

Leonor no solamente expresó sus vivencias en cuanto a la formación técnica recibida y a su trabajo como microempresaria, también relató otra parte de su vida, en la que tomó la faceta de inmigrante en un lugar lejano y con una cultura completamente distinta a la nuestra. A continuación narra esa experiencia.

Una historia de inmigración y desintegración familiar Una cultura distinta Leonor sabe qué es estar separada de su familia. En 1997 partió para Italia, quedándose en ese lugar dos años, al final de los cuales regresó a El Salvador y luego partió de nuevo, permaneciendo esta vez tres años en ese país. Una hermana suya que se encuentra en Italia, hizo los contactos precisos y le facilitó las redes sociales necesarias para que al llegar al país europeo, pudiera encontrar trabajo y un lugar en donde alojarse. Leonor 9

Ibíd.

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buscó la inmigración, al igual que muchos salvadoreños y salvadoreñas, para solucionar los problemas económicos que aquejaban a su familia y brindar la posibilidad de un mejor futuro a sus hijos e hija. Ella lo comenta a continuación. Yo estuve en diferentes lugares […] estuve en Milano y en Firenze que está lejos como a cuatro horas de Milano, se va uno en tren a tres horas y luego agarra [aborda] un bus para llegar. Esa es la única parte que estuve más lejos. Después estuve algo cerca en otros pueblos verdad […] allá estuve y viví muchas experiencias ahí.

Los dos primeros años que vivió en Italia, tuvo oportunidad para conocer la geografía de ese país y divertirse un poco (espacios que no siempre las mujeres dedican a sí mismas), como comenta a continuación. En el tiempo que hace frío habían ocasiones que fuimos [con una de sus patronas] a la montaña donde están las pistas de ¿cómo le dicen cuando juegan con la nieve?….esquiar, una vez me llevó ella. Para subir a la mera cima de la montaña se sube en unos carritos casi como era el teleférico10 antes, entonces así por medio de unos cables el carrito lo lleva a uno a donde está la pista de los que juegan y la señora jugaba y tenía todo el equipo. ¡Ay yo no jugaba eso! pues si como quizás eso es aprendido […] además hay que tener el equipo también […]. Allá en la mera cima de las montañas hay hoteles ¡y bien bonito! y se miraba toda la montaña bien cubierta como de sal o sea bien chelito [color blanco] se ve todo el panorama bien bonito, como que una tela blanca le han puesto así a todo. Pues en la vida uno tiene experiencias bonitas y otras menos bonitas y así es ¿verdad?

Leonor, como la mayoría de personas que emigran a otros países, vivió muchos cambios en su vida personal y familiar. A nivel personal, vivió un encuentro con una nueva cultura y un idioma distinto, los que tuvo que afrontar para acoplarse a esa nueva realidad. El proceso de socialización en el que crecemos va enseñando cómo interpretar, afrontar y resolver problemas cotidianos, pero una persona recién llegada a otra cultura no sabe qué hacer ni, generalmente, cómo interpretar lo que ve y peor aún, En El Salvador existió un parque de diversiones llamado el Teleférico de San Jacinto (en San Salvador) que utilizaba ese sistema para subir a las personas a la cima del cerro del mismo nombre. 10

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lo que escucha en otro idioma, está a la deriva en un mar de datos y para interpretarlos proyecta sobre ellos sus propias experiencias. Leonor comenta a continuación ese nuevo encuentro cultural. Yo cuando llegué mi primer trabajo era de cuidar a una señora que estaba quebrada de una canilla [hueso de la pierna], bueno yo contenta verdad, vaya dije yo ¡ya encontré trabajo! y mi hermana me dijo: - Dicen que te presentes ahora, y fui a la entrevista y la señora rápido dijo: - Si yo me sentiría bien que ella trabajara aquí y me quedé a trabajar. Pero ¡Dios mío no entendía nada! la nuera era la que se encargaba de las cosas de la señora que iba a cuidar y ella me decía: - Mire va hacer esto y me explicaba y yo ¡me quedaba en la luna! [No entendía el lenguaje] ¿Dios mío y como será? decía yo, ella me decía todo lo que tenía que hacer ¡y yo no le entendía! Ya en la mañana como todo ser humano, me levantaba, iba a la cocina a ver que había, le preparé [a la señora a quien cuidaba] la leche y ya le di cereal, bueno yo le di el desayuno y ya la nuera llega al rato y hablándome en italiano […] y le iba a preguntar a la señora que si yo le había dado comida y la señora le decía que sí y ya se iba contenta. [Después] me decía que iba a hacer de almuerzo, mira esto y esto lo vas a hacer así y asa, yo no le entendía y yo decía: ¡Aja! [Diciendo sí], pero ya cuando ella se iba decía yo: ¡ella saber que me dijo! yo voy a ver que hallo aquí y voy a preparar las cosas a mi modo, decía yo [riéndose]… y ya decía yo a abrir la refri [la refrigeradora] a ver si había carne, la sacaba y la ponía a descongelar o cualquier otra cosa [...] Ella me preguntaba en italiano si le había entendido, yo no le entendía nada y yo le decía: sí está bien. Ni ella me entendía ni yo le entendía, porque yo le hablaba español. Pero ya poquito a poco uno va entendiendo y ya por medio de una palabra que entiende ya va entendiendo las demás y así, total que allí me estuve como siete meses y ya cuando salí de allí yo ya podía [hablar el idioma].

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Aplicar sus experiencias pasadas para interpretar las nuevas, fue la solución que encontró Leonor “yo voy a ver que hallo aquí y voy a preparar las cosas a mi modo” dice divertida. De igual manera, interpretar nuevos valores, normas sociales y una construcción de género opuesta a la aprendida en El Salvador, causó impactó en su vida. A continuación comenta la impresión que le causó las relaciones de noviazgo, tan diferentes a las de su lugar de origen. Yo pienso que es distinta nuestra sociedad ¿verdad? porque aquí [en El Salvador] yo pienso que la mayoría de hombres son más machistas, porque ellos dicen ¡yo soy hombre y yo puedo salir y vos te quedás en la casa! y la mayor parte de hombres yo creo que son así, tal vez habrán algunos que le dan libertad a la mujer, pero son pocos, verdad. Allá como le repito esta generación está diferente, porque allá las muchachas ellas a las nueve de la noche van de parranda, si pueden llegan en la noche sino hasta el siguiente día y sólo dicen: -Mamá me quedé a dormir donde tal amiga ¡y ya! y la mamá tranquila: - No mi hija anda por la playa con el novio hasta quince días, ocho días, pero son novios. La niña tiene novio, y así la gente, o sea no…. las mamás no se mortifican la vida como a veces uno aquí que si ya una hija se va dice uno: -¿Bueno y vos? que no sé qué ¿y qué andas haciendo con ese hombre?. Allá no, hay más libertad, porque allá esa señora donde yo trabajaba tenía una muchacha y un varón [...] La muchacha tenía 30 años y tenía 5 años de tener novio, pero ella se iba a pasar las vacaciones con los amigos, con el novio y la mamá bien serena. Yo pienso que para uno es extraño y no está acostumbrado y uno dice ¿cómo es posible que ésta se va con el novio todos estos días y son novios? Fíjese [riéndose] […] o sea novio le nombran allá, pero ya verdad todo lo contrario es bien distinto. Por ejemplo, aquí fíjese que una muchacha que tenga unos 30 años dicen: -¡Púchica11, esa ya se hizo vieja y no se casó!, allá la mayoría de muchachas de

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Interjección usada en El Salvador para expresar sorpresa, admiración, enfado o miedo.

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30 años todavía andan con su novio y no se casan porque no es tiempo y para tener un hijo lo piensan un montón […] no es como aquí ¿verdad? que ligerito [tienen hijos/as] las niñas si se fueran con el novio para la playa de allá vinieran embarazadas verdad [Riéndose]…y allá no, por eso siguen siendo ¡la misma niña12 para la mamá! [Riéndose].

La construcción de género queda evidenciada en el párrafo anterior: Leonor no concibe la libertad que se otorga a las mujeres ni el hecho de postergar por tanto tiempo la función de ser madre, lo que obviamente no sucede en El Salvador, especialmente en un municipio rural como en el que fue socializada. El trabajo doméstico Los trabajos que realizó en Italia, fueron una extensión de los trabajos domésticos que realizaba en su hogar y que generalmente desempeñan las mujeres inmigrantes. Durante el espacio de dos años que vivió en Italia, realizó diversas tareas domésticas: cuido de niños y personas adultas mayores con problemas neurológicos y psicológicos, que nadie de la familia deseaba o podía atender, por ejemplo: brindar atención -sin tener conocimientos previos- a una señora enferma de Alzheimer, a una anciana con trastorno bipolar, a una señora deprimida por la muerte de su pareja, etc. A continuación comenta experiencias vividas –unas alegres y otras tristes- en algunos de los empleos que tuvo durante su permanencia en Italia. La señora tenía 72 años y se miraba bien entera [de apariencia joven], pero ¡qué bárbara ella en su modo! Se levantaba a las 10 o a las 11 de la mañana. Se levantaba a comer, se bañaba y se sentaba a ver televisión. Bueno al principio ella quería que yo estuviera allí, o sea ella me decía: -¡Yo te pago para que vos me hagas compañía!, y yo al principio verdad yo le hacia caso y me iba a sentar a la par de ella, ya al momentito que me miraba a la par me decía: 12

En El Salvador el concepto “niña” se aplica también para designar a una mujer que aún es virgen.

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-Bueno ¿y yo te pago a vos para que estés sentada a la par de mí?, como es eso que voy a estar teniendo gente aquí en mí casa para ¡que venga a estar sentada!, entonces yo me iba a la cocina tal vez a terminar lo que yo estaba haciendo y va de gritarme mire: -¡Qué te hiciste!, vení [ven]... Había veces que se oían los gritos hasta la casa que vivía a la par. Yo me conseguí otro trabajo, pero lastimosamente esa señora era enferma mental. Ella tenía esa enfermedad que la persona pierde todo el conocimiento, Alzheimer, ¡ay Dios mío! pero esa señora pobrecita pues si era por su enfermedad […] me decían los hijos: -Mira que pensar que mi madre era una santa madre y ahora que nosotros la vemos así -me decían- nos da una gran tristeza. La verdad es que ella no comprendía nada, porque ese mal es triste ¿verdad? Ella actuaba sin darse cuenta de cómo actuaba, porque habían veces que se hacía sus necesidades así […] hubo un tiempo que me dijo el hijo: -Mira hay que ponerle daiper [pañal desechable] y le ponía, pero eso ¡me costaba! -Bueno -me decía- ¿y vos quién sos para que me estés tocando? ¿Qué es lo que me quieres hacer? -No señora -le decía- yo mire quiero vestirla le decía […] a mi me tocaba bañarla, ¡viera cuando la tenía que bañar! me tenía que pelear con ella y mire se me salía del baño […] […] Pero después de ese trabajo me conseguí otro que era una señora que hacía años se le había muerto el marido, ¡ay Dios mío bendito! y la señora sólo eso me repetía a cada momento: -Y mirá -me decía- ¿y por qué se murió mi marido? quizás la señora ya estaba perdiendo un poco el sentido [la razón] - Mira yo creo que Dios no existe -me decía ellaSeñora le decía yo, no diga así porque eso es pecado, -¿pero por qué se murió mi marido? […] si Dios fuera justo y existiera de verdad mi esposo no se hubiera muerto […] Cuando salíamos en carro la señora manejaba y ¡volaba! [Aceleraba]

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por todo aquello y a mí hasta miedo me daba […] ella se adelantaba de los demás, bien loca para manejar era. ¡Tenga cuidado! le decía yo, -¡Ay es que hay veces que no le tengo amor a la vida!, me decía, -¡Ay Dios mío! ¡Esta señora nos va a ir a matar más ligero! decía yo […]

La necesidad de enviar dinero a sus hijos e hija, hizo que soportara los desequilibrios de algunas de sus patronas, pero poco a poco estas situaciones fueron haciendo mella en su salud mental. Vaya es que uno lo hace por amor a trabajar, porque ya ve usted en otro país a uno a veces le toca hacer lo que en su vida jamás ha hecho. Porque uno aquí no está acostumbrado a limpiar a una persona y todo eso ¿verdad?. Y uno por trabajar se somete a cosas, bien difícil. Pero de todo eso es que viene la depresión también porque los nervios fallan ¿verdad?… es que no es fácil estar lidiando con una persona así, parece fácil pero no es fácil porque uno sufre de todo, humillaciones y ellas no recapacitan […] uno tiene que soportar todo aquello […]

Los efectos de la migración Leonor tuvo que enfrentar una de las mayores pruebas que su viaje le dio: separarse de sus hijos e hija, a quienes tuvo que dejar en manos de su compañero de vida y su suegra. Como ella cuenta a continuación, la necesidad económica era mucha, con la obligada separación familiar logró solventarla pero a costa de pagar un precio alto. Bueno es como le repito, que cuando uno ve la situación tan tremenda es por eso que toma esas decisiones y uno dice, bueno en realidad es necesario porque de otra manera no se pueden solventar tantas necesidades que uno tiene […] yo lo que le quiero decir es que cuando uno se va, uno va decepcionado de la situación de aquí, uno no piensa en que se va y deja a la familia, sino que el propósito de uno es me voy a ir, ¡primero Dios voy a trabajar! y así vamos a poder salir adelante, bueno va con esa idea uno. Ya cuando llega

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allá ¡Dios mío! -dice uno- estoy aquí en estas tierras tan extrañas y cuando uno llega que ni entiende el idioma y uno se siente todo confundido […] Mandaba dinero para mis hijos, pero fíjese que el dinero es cierto que es bien importante pero cuando uno deja a sus hijos no es feliz, aunque esté el dinero uno no se siente satisfecho del todo […] Yo pienso que el dinero es bien importante, pero es más importante el calor de la familia. Cuando uno se encuentra lejos uno extraña todo y siente aquel vacío que nada se lo llena y ya cuando está con la familia uno […] ni siente el tiempo, pasa un mes, pasa otro y uno dice: ¡Dios mío este tiempo si va virado [rápido]! y mire, cuando uno está lejos siente que el tiempo nunca pasa. -¡Ay para que pase un mes! -decía yo- ¡Dios mío bendito! y de ahí que pase un mes y después el otro y de ahí que pase un año. Entonces uno mismo se va acomplejando y por eso es que se desnivela [desequilibra] todo uno del sistema nervioso.

Como producto de la segunda separación, Leonor cayó en una profunda depresión, probablemente porque percibía que su hogar estaba quebrantándose y este segundo viaje afectaría más esas condiciones. Ella comenta que nada le alegraba, y fue acumulando secuelas negativas en su salud física y mental. No sé quizás por mi situación, para mí no era gusto nada, yo andaba caminando pero yo habían momentos que sentía como si no era yo y me decía mi hermana: -¿Bueno y a vos qué te pasa?, ¡Ay! -le decía yo- ¿y vos no sentís una cosa bien fea como aflicción?, yo no me decía ella - Y vos -me decía- ¡que tanto que te afligís de por gusto!, - ¡Ay! le decía yo si no es porque yo quiera […] Si no es que uno quiera sentirse así, sino que le agarra aquella cosa fea […] Mire que allá es bonito pero yo como le vuelvo a repetir, quizás por

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la situación depresiva en que yo me encontraba no le encontraba solución a nada, yo miraba las cosas así y mi hermana me decía: ¡vamos a pasear a tal parte! ¡Ah no! - le decía yo - para andar así como ando aburrida mejor no, prefiero quedarme. La depresión es tremenda, hay momentos en los que uno quiere estar solo y entonces cuando está solo se siente peor y o sea, uno no quisiera ver la gente y como allá hay bastante gente de aquí fíjese, uno de repente se encuentra con las conocidas y todo y yo mire me puse bien pechita [delgada] -¡Bueno! me decían ¿y a usted qué le pasa? y ¿por qué esta tan pechita? - ¡Ay! a saber - le dije - si yo no sé que tengo pero yo ¡ni duermo ni como! En esa época cuidaba a un niño y yo si hallaba duro estar cuidando aquel niño porque decía yo: -¡Ay Dios mío! si el niño no tiene culpa que yo me sienta así Bueno y la señora me notaba y me decía: - ¿Y tú qué es lo que tienes? porque te veo así toda extraña, toda rara. - No -le decía yo- nada, Porque el niño -me decía ella- necesita de alguien alegre que le platique, que juegue con él y yo pues si habían momentos que fingía sentirme bien por hacer sentir bien al niño y jugaba con él, pero yo no era yo […]

Leonor cuenta que su misma patrona al verla sumergida en tan grande depresión, la llevó donde un médico. A continuación comenta el diagnóstico que recibió. Fuimos donde el médico y yo le expliqué como me sentía y él me dijo: - Te comprendo tu situación y te entiendo como te podés sentir tú aquí y tu familia tan lejos -me dijo- y entonces lo que te conviene es que te vayas para tu país […] y él me decía: - ¿mira y de dónde sos?, ¡ah! de El Salvador, vaya entonces -me

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decía- tu medicina allá está, si querés curarte ándate para allá porque a ti no te pertenece aquí y puede ser que el clima que te desconoce y te cae mal. -¿mira y tú tienes hijos?, si le decía, entonces me decía: - ¿Cómo querés sentirte bien vos aquí y tus hijos allá? claro -me decía- es normal que te sientas así, no todas las personas -me decíatiene las mismas capacidades y hay de varios modos. Y yo le decía: - Déme aunque sea algún calmante o algo le decía yo, porque yo siento que ya no tengo vida. Pues él me daba cosas para tranquilizarme y en un momento me sentía bien y después me agarraba lo mismo, bien feo. Sí bien feo, a mí no me gustó para nada fíjese allá.

Producto de su situación Leonor decidió regresar a su hogar, aún a sabiendas que perdería la legalización de su estatus migratorio. […] me encontré una señora que me dijo que si trabajaba con ella me hacía los documentos [legalización de su estatus migratorio] otra vez, y me los hizo, hizo ella todos los trámites. Mire ya cuando ya empezaban a dar los primeros permisos, me va agarrando desesperación por venirme y ¡me vengo! y así quedó y no esperé el trámite ya estaba todo hecho, lo que esperaba es que a uno le dieran los papeles. Pero me agarró mucha desesperación y me vine y la señora me decía: -Anda siquiera por unos tres meses y luego regresas, -¡Ay señora! -le decía yo- a usted no le puedo decir por como me sentía. […] Entonces le dije yo a la señora, yo creo que si yo continuo aquí no se que me va a pasar, quizás me voy a enloquecer o me voy a morir. Si viera que feo me había agarrado y por eso fue que me vine, no porque allá estuviera todavía […]

El regreso al hogar y la difícil reunificación familiar Para las mujeres migrantes el costo social de la separación familiar es más elevado que para los hombres, además, las experiencias que ellas viven 37

son diferentes. Para ellas el impacto emocional y psicológico es más alto que en el caso del hombre, quienes en muchas ocasiones terminan estableciendo otro hogar que les llene sus carencias afectivas. Leonor es un ejemplo de esta situación: el impacto emotivo y psicológico que sufrió al separarse de sus hijos e hija le provocó una profunda depresión que la obligó a regresar al país para encontrarse con que su familia estaba “toda dispersa”. A continuación narra esa experiencia. Cuando regresé ¡Ah todos dispersos! porque fíjese que esta niña [su hija] se me había ido para donde una sobrina mía al Salitre [cantón de Tejutla], el otro más grande se había ido para donde una hermana mía que vive aquí, este otro niño se había quedado con la abuela. Entonces yo, cuando me contaron la situación dije: ¡Dios mío como es posible que mis niños anden ambulantes!. Mire que al no estar uno de mamá es un solo descontraste tremendo, ¡ay Dios mío! decía yo, eso fue peor para mí y más me atacaban los nervios. No dije yo por cuanto más valgo yo ¡me voy! Bueno dije yo ¡Dios mío bendito! y ya me fui primero fui a traer a esta niña y después el otro niño. Él no se quería venir conmigo, no se quería venir y yo le decía: -Mirá vamonos, -No -me decía- yo aquí me quiero estar […] es que yo ya me acostumbré aquí. Fíjese que en los hijos hay unos que pueden tener quizás un poquito de amor a uno y hay otros que no, son bien desamorados pienso yo. Pues si porque hay niños que ¡Dios guarde la mamá! [La quieren mucho] y hay niños que no y viera con este niño como me costó y no se quería venir.

Para Leonor esa situación fue traumática y le acumuló mucha culpa, sintiéndose ella como la única responsable de los sentimientos confusos de su hijo. Tuve que rogarlo y mi hermana le decía: -Mire hijo usted tiene que irse con su mamá -le decía- porque es su mamá, ella se había ido a trabajar pero ya vino y entonces usted tiene que irse con ella.

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- No tía es que yo aquí me quiero estar y yo no me quiero ir. Y yo ya estaba algo afligida, yo decía: ¡ay Dios mío! y si yo por andar así por allá…pues si a lo que quiero llegar yo, es que a veces uno por querer ganar de un modo pierde de otro ¿verdad? porque vaya, según la mentalidad de uno, uno se va para ver si a ellos [los hijos] les puede dar un futuro mejor, pero como ellos están pequeños no comprenden todavía, no son capaces de comprender la situación y entonces, comprenden de otro modo y dicen: quizás mi mamá ya no me quiere o saber que será lo que piensan los niños, es un trauma que ellos sufren ¿verdad?. Fíjese y para uno de mamá eso es lo más tremendo que puede existir que un hijo se le niegue a uno y que uno lo quiera ver y ellos mejor escapan. Entonces Dios mío decía yo: por andar por allá se me había descompuesto todo. ¡Ah! yo sentía una cosa horrible, uno se siente como despreciado, que no vale nada cuando un hijo lo rechaza, verdad. A uno cuando un hijo lo rechaza dice: ¡Dios mío! ¡y qué sentido tiene la vida! pues si se pierde la armonía en el hogar y yo a él [a su compañero de vida] le echaba la culpa y decía yo… bueno también yo me sentía culpable, yo soy culpable también por haberme ido. Pero a él no. A él no le reclamaban nada.

Los patrones androcéntricos en los que se ha sido socializado permiten todas las libertades de acción a los hombres pero limitan las de las mujeres. En el caso de una mujer migrante, como Leonor, ella debió enfrentar el peso social de haber abandonado a sus hijos e hija, de ser una “mala madre” que prefirió irse y dejarlos (aunque haya sido con su propio padre). Además de enfrentar el despecho de su hijo, debió enfrentar la infidelidad de su compañero de vida, situación que comenta a continuación: Fíjese de que uno los hijos son por encima de todo, al compañero de vida uno lo puede querer y todo pero esos son amores bien diferentes, son amores diferentes no es igual. Entonces uno, yo me di cuenta que él andaba por ahí “enfiestado” [siendo infiel], bueno pero yo eso […] si se siente pero no es tan así como para uno decir que la vida no sigue, sino que dice: bueno él lo decidió así, él ya es adulto y ya sabe lo que hace, pero los hijos si.

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Bueno:- ¡Dios mío! -decía yo- ¿y si este niño no se viene conmigo? y venía aquella zozobra mire ¡ay que barbaridad! Así que vino y yo le dije a él: - Mire usted es un irresponsable y estos niños deberían de estar con usted y tendría que tenerlos aquí pero por A o B motivo los niños no están aquí […] y usted -le dije yo- por andar por ahí haciendo cosas que no le convenían hacer ¡mire lo que ha sucedido! Es una cosa bien fea, porque uno cuando se va de la casa se tiene que ir decidido a todo mire, hasta a perder a la familia y para ellos [los hombres] es bien fácil. Vaya decía yo, me voy a ir unos dos o tres años decía yo y uno piensa que al regresarse uno va a encontrar todo igual y no, todo es diferente, todo un desastre. Pero vaya es distinto, cuando alguien se va y regresa y haya el nidito siempre lo mismo, pero cuando están todos dispersos mire que se encuentra uno en una situación como un callejón sin salida, ¡que no haya uno el camino! Vaya, cuando me fui él me dijo: -No usted váyase, yo me voy a quedar aquí me dijo y voy a ser responsable de hijos y todo. Pero como ya ve que la debilidad del hombre es tan grande ¿verdad? y a veces por una aventura, ellos se van yendo pues y entonces cuando uno viene a percatarse de las cosas, ya los problemas son serios porque yo tuve esa experiencia bastante fea.

Al final logró que sus hijos e hijas y su compañero de vida, regresaran al hogar. Leonor reflexionando concluye lo siguiente: Pues si, ya después todo fue normal, porque vaya él se formalizó que ya no anduvo con cosas [siendo infiel], los niños ya estaban en la casa y ya poco a poco se va integrando de nuevo. No es normal irse uno y dejar la familia, no es correcto.

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IV. Historia de vida No. 2

Bueno, yo siento que cuando uno aprende algo, algo cambia en la vida… más si es para bien. Yo siento que sí, mi vida ha cambiado. Siento que ya aprendiendo a hacer algo uno se sale adelante. Antes yo cómo decía - Voy a ir a buscar trabajo en una panadería, si antes ¡yo no sabía pero ni siquiera tocar una harina! y ahora si, gracias a Dios.

Rosa

Beneficiaria del Centro de Formación y Producción de la Mujer Municipio de Aguilares, San Salvador

A. Inserción productiva Una mujer emprendedora Rosa es una mujer de 33 años de carácter tranquilo y decidido, es residente del municipio de Aguilares en San Salvador. Ella forma parte del 33.80%13 de hogares que en El Salvador son manejados por mujeres. Sola se encarga de la satisfacción de las necesidades básicas de sus dos hijos, con los ingresos que le generan la elaboración y posterior comercialización de pan. Como la mayor parte de las mujeres salvadoreñas bajo esta condición, Rosa ha tenido que enfrentar muchas dificultades en el largo camino para criar a sus dos hijos – un varón de 17 años y una niña de 13 - entre estas, la necesidad de garantizarles alimentación, educación, salud y un techo para vivir. Para que tanto ella como su familia pudieran sobrevivir, Rosa ha venido realizando diversos trabajos en el sector informal desde que era una niña, tal como expresa a continuación: “Bueno yo siempre he trabajado ¿verdad?… yo siempre he hecho pupusas, pasteles ¡qué le digo! hemos hecho montón de cosas y siempre pues, gracias a Dios, hemos salido adelante con eso. Antes de aprender a hacer pan yo le digo, he vendido fresco, gaseosas, pupusas, pasteles con mi mamá, ¡Ay que no hemos hecho nosotras! y gracias a Dios hemos salido adelante. Si mire es la historia mía y de mis hermanos, por decirlo así, desde que estábamos bien pequeñitos siempre hemos sido así: que una cosa que otra, porque si viéndolo bien, desde que estaba bien pequeñita salíamos a vender verduras mis hermanos varones y yo. Un día me tocaba ir con uno, otro día con el otro, otro día ellos dos juntos y así, íbamos a vender verduras, naranjas, camote en miel, a vender ropa, gallinas ¡Ay Dios mío! si horchata, torrejas, nuégados, todo eso hemos hecho”.

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Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2006. DIGESTYC-MINEC.

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Dentro de las familias dirigidas por mujeres -y la de Rosa no es la excepciónla incorporación al trabajo remunerado presenta muchas dificultades. Por ejemplo: emplearse en lugares lejanos del hogar y durante horarios extensos, madrugar más para atender las tareas domésticas, buscar quien cuide a las niñas y niños pequeños, etc. Esta combinación de actividades suele ser más complicada en los medios urbanos - en El Salvador el área urbana tiene el mayor porcentaje de jefas de hogar con el 34.01%14pues las redes sociales y familiares para la crianza tienden a reducirse, lo que obliga a las mujeres a restringir sus aspiraciones ocupacionales (y en consecuencia, los ingresos) y optar por trabajar en: una tienda dentro de la casa, vender en el mercado o realizar trabajos a domicilio (lavar/planchar/limpiar ajeno), entre otras actividades. La inclusión de las mujeres en estos sectores informales de la economía es una estrategia de corto plazo para generar ingresos, pero muchas veces a costa de una mayor carga de trabajo y sin la tecnificación necesaria que brinde la posibilidad de realizar otras actividades. El acceso a la información y al conocimiento Dentro de la experiencia técnica adquirida por Rosa, se encuentra una capacitación en uso de máquinas planas impartida por el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP), aprendiendo lo básico de la confección pero sin dedicarse a ejercerla. Fue en el año 2006 cuando conoció el Centro de Formación y Producción de la Mujer de Aguilares, inscribiéndose en el curso de Panadería, actividad que siempre quiso aprender. El acceso de las mujeres a la información es muy importante, ya que o no tienen la oportunidad de informarse a través de los medios tradicionales o estos son muy costosos para que algunas instituciones hagan la divulgación de sus actividades. ¿Cómo se dan cuenta entonces las mujeres que existen lugares para capacitarse? Rosa se enteró de los cursos del Centro de Formación y Producción de la Mujer a través de una amiga, así fue como ella pudo capacitarse, adquiriendo después acceso al conocimiento.

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Ídem.

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“Referente a la panadería, eso lo aprendí el año pasado que yo fui y pregunté (en el Centro de Formación y Producción de la Mujer de Aguilares) - porque una amiga mía me dijo que en tal tiempo van a haber talleres de panadería y yo ¡qué siempre eso lo quise aprender desde hace mucho!, pero ese día que fui me dijo la señora (la administradora) que el 16 de octubre de 2006 iban a empezar los talleres. Bueno y me alegré mucho porque era lo que yo más quería aprender… ¡Sí a mí me gusta bastante lo de panadería! siempre me gustó y lo he seguido practicando desde el día que lo aprendí, y si hubiera sido antes yo creo que hubiera sido mejor para mí.

Y después de informarse e inscribirse, Rosa adquirió el conocimiento preciso para aprender a hacer el pan, como comenta a continuación: Antes no sabía nada de panadería, hasta que fui al Centro de Formación de la Mujer, allí aprendí y como le digo, siempre lo he seguido [practicando], porque yo todos los días hago eso. Allí nos enseñaron 25 recetas, variedad de pan dulce y pan francés, pero el pan francés ese si no lo hago, ¡de ahí todo!

En el Centro, no solamente se aprende lo técnico, las mujeres pueden abrirse a conocer y compartir un mundo de nuevas experiencias, a fijar objetivos para sus actividades futuras, a encontrar amigas e intercambiar ideas para su desarrollo y el de sus familias. Mire allí es bien bonito, porque la señora que nos estaba enseñando panadería (la instructora), se lleva bien con todas y ella siempre está tratando de incentivarlo a uno para que no vaya a retirarse, pues. Ella le dice a uno que siga adelante y siempre lo aconseja que esto le va a servir en un futuro y en realidad es cierto eso, porque si uno va a estas cosas es porque quiere salir adelante ¿verdad? y gracias a Dios allí lo tratan bien a uno de entrada, entonces por esa parte es bonito, se siente uno bien estar compartiendo con otras personas… En el grupo de nosotras cuando yo estuve allí éramos 16… me decían que yo ¡era la más mayor! porque sí, yo era la más mayor de ahí solo muchachas […] pero nos llevábamos bien. A veces,

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acuérdese que cuando son cipotas15 ellas van solamente por fregar [a molestar] o sea no le ponen el entusiasmo a las cosas. Tenía unas compañeras que ellas a platicar iban, casi no ponían atención y les decía la señora que nos estaba enseñando: - Miren aprendan de ella, miren ella si quiere aprender. A mí me daba pena y les decía: -Ya van a ver que después les va a servir de algo (el aprender a hacer pan). La señora del curso siempre nos recalcaba: - Miren cuando ustedes aprendan a hacer pan, acuérdense que todo tiene que ir bien medido y siempre igual –decía- porque ese es el mal de las panaderías fuertes, que ya cuando tienen aquella clientela ya le van quitando y cuando vienen a sentir ¡ya el pan ya no sirve!, entonces eso tienen que tenerlo ustedes en mente. Ya ustedes con su clientela -decía ella- ustedes están seguras de que lo que están haciendo lo venden y digo yo es cierto, así tiene que ser en toda cosa, tiene que empezar uno con poquito para que la gente sepa lo que uno hace.

Una forma de generar ingresos Rosa, ha logrado montar una microempresa en su hogar. Estadísticas del Ministerio de Economía señalan que el 51.3% de quienes trabajan en las micro, pequeñas y medianas empresas son mujeres16. Sus condiciones de vida como mujeres y madres, con tareas domésticas y de responsabilidades en cuanto a la educación y el cuidado de los hijos/as limitan su tiempo, recargan su jornada laboral y restringen sus posibilidades de movilización. Por lo tanto, muchas mujeres prefieren ajustar la generación de ingresos con las tareas domésticas, decisión que también tomó Rosa, como comenta a continuación: Bueno, yo pensaba y ahora lo he comprobado, que aprender un oficio es una forma de salir adelante uno. Con su negocio ya cambia 15 16

Salvadoreñismo utilizado para designar a niñas, niños y jóvenes. La Prensa Gráfica, jueves 4 de octubre de 2007.

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la vida porque ya uno se defiende más y bueno pues, yo de ahí les ayudo a mis hijos también, yo soy una mujer sola y eso me ha ayudado bastante. Me ha servido como un ingreso más para la familia. Es bonito aprender a hacer sus cosas y uno tiene una entradita económicamente y aunque sea poquito, pero ahí va entrando dinero para ayudarle a la familia. Vaya yo hago el pan, salimos a vender, solamente que uno no venda lo que hace ahí si no gano, pero gracias a Dios nosotros lo poquito que hacemos lo vendemos, a veces traemos un poquito por ahí pero siempre en la casa hay que comer pan uno […] sé hacer como de diez clases de pan y mire me salen quizás como unos 60 o 70 dólares, digamos que sea mitad ganancia y la otra mitad de gastos, pero sería mentira que yo le dijera que con lo que se saca del pan es para todo [los gastos de la casa], eso no lo puedo decir. Yo pienso que ahora tengo como más oportunidades, en el aspecto que si yo no lo hago aquí en la casa [el pan] sé que puedo ir a buscar un trabajo y me lo dan, un trabajo a base de lo que yo aprendí ¿verdad? Si voy a una panadería y me ponen a prueba, pues yo siento que me dan ese trabajo porque me siento capaz de hacerlo, me siento capaz de realizarme en esa área porque lo he aprendido y yo sé que salgo adelante y con la ayuda de Dios todo sale bien.

Las habilidades ganadas le han dado la oportunidad para atreverse a buscar trabajo – de ser necesario - en una panadería. “Sentirse capaces” para las mujeres, implica descubrir y practicar sus propias capacidades y habilidades. El aprendizaje abre a las mujeres la posibilidad de descubrirse a sí mismas como personas importantes, dueñas de un conocimiento que les brinda seguridad, mayor autoestima, deseos de superación e ingresos económicos. El acceso a los recursos económicos y control de los beneficios Para las mujeres que quieren acceder a la inserción productiva, hay barreras reales que obstaculizan ese paso, por ejemplo, las limitaciones económicas, el tiempo a dedicar al aprendizaje, la violencia intrafamiliar,

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las tareas domésticas, entre otras. Rosa pudo capacitarse ya que los cursos que se estaban impartiendo en el Centro de Formación y Producción de la Mujer eran gratuitos, como ella comenta a continuación. Fíjese que gracias a Dios cuando yo fui (al Centro de Formación y Producción de la Mujer) no se pagaba nada, estaba gratis. Si hay que pagar es poco, o sea no se paga sino que se colabora así en grupo. Uno dice: -Bueno mañana vamos a hacer tal cosa (de pan), pongamos por ejemplo, hoy yo voy a traer la harina y lo otro ¿verdad? para que no se sienta el gasto. El año pasado cuando yo aprendí todo estaba allí, porque habían unas instituciones que estaban apoyando y todito estaba allí desde harina, los trastes y todo, solo era nomás echarle ganas. Todo lo que aprendimos no gastamos ni un cinco en todo el curso.

Además, Rosa manifiesta que también le gustaría agrandar su negocio de panadería, pero no quiere arriesgarse a solicitar un préstamo. Para ella un préstamo es un compromiso muy grande, aunque reconoce que podría ayudarle en sus proyecciones, manejar dinero ajeno le atemoriza porque los vaivenes del negocio pueden afectarle en su capacidad de pago. Este…..bueno si digamos que esto yo lo llegara como a hacer más grande, pues probablemente es mejor ¿verdad? y fueran más ingresos, pero así como estamos ahorita como le digo es poco, ¿verdad?, es poco lo que se hace. Ya para hacer eso ya sería un gasto bastante grande verdad, no porque si fuera bonito, tendría que comprar un horno…son bastantes cosas que faltarían para eso. Poco a poco. Fíjese que de parte de una institución que estaban apoyando al Centro de Formación me prestaban dinero, pero no me he decidido porque, mire hay un montón de problemas que hemos tenido y para mí que eso es como una obligación más grande ¿verdad? Sí, yo tengo esa proyección de ampliar el negocio y en un futuro salir adelante con todo eso, pero como le digo yo ahorita una cosa así como una obligación no quiero.

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[…] por lo menos yo aquí así ahorita, digamos que mañana no pueda hacer pan no hago, porque tengo que hacer otras cosas y no tengo obligaciones de aquella aflicción que tengo que pagar. Por eso es que yo no me he animado, no porque, sí ya me han dado la oportunidad. Y a veces también por enfermedades pues, y como usted sabe que uno puede hacer sus cosas pero si vienen enfermedades hay que tratarlas primero y como le digo, ya con una cosa así (con un préstamo) se tiene que estar diariamente haciendo pan.

Probablemente este sea uno de los obstáculos que Rosa identifica para no ampliar su negocio, piensa mucho en hacerlo pero se reconoce muy frágil todavía para aventurarse con un micro crédito. Según Mary Iskenderian, presidenta del Banco Mundial de la Mujer (WWB por sus siglas en inglés)17 “las microfinanzas elevan la calidad de vida de las mujeres”, pero ellas necesitan cierto nivel de “educación en finanzas y un mayor entendimiento de los negocios, ya que lo común es que los hombres conozcan más de estos temas” 18. Rosa siente temor a optar por un micro crédito para ampliar sus herramientas de trabajo y los insumos que utiliza, reconoce que es necesario diversificar la producción pero no tiene las herramientas suficientes para lograrlo, como comenta a continuación: Ahorita lo que nos están pidiendo es tortas y eso si se vende pero mala suerte que mire ¡qué las dos batidoras se me fundieron ya! [Riéndose] así que hemos parado de hacer eso ahorita porque que mala suerte que las dos se arruinaron de una sola vez […] Se oye que trabaja bien la papalota [el motor] pero las cositas [las aspas] no dan vuelta, entonces la voy a llevar a que me la arreglen porque la necesitamos para hacer la torta alemana y varias cosas que se baten. Fíjese que antes que yo fuera allí [al Centro de Formación y Producción de la Mujer] ya teníamos nosotras latas para hacer el pan ¡si es que un montón! si nosotras tenemos latas que ¡qué barbaridad! pues si le digo si nosotros sí que hemos comprado de todo tamaño. El Banco Mundial de las Mujeres es una red de instituciones microfinancieras y bancos que dan créditos, préstamos y asesoría financiera a mujeres microempresarias de bajos ingresos alrededor del mundo, desde 1975. 18 La Prensa Gráfica, 4 de octubre de 2007. 17

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Algunas mujeres tienen los deseos de crecer como microempresarias, sin embargo, tienen miedo a arriesgarse con el pago de un micro crédito. Rosa con sus primeros pasos como propietaria de una panadería, siente el temor natural de endeudarse, pero no cierra sus posibilidades de “en un futuro salir adelante con todo eso”. El desarrollo de nuevas habilidades también ha generado cambios a la vida de Rosa, no solo a nivel de la generación de ingresos, sino también en su situación de género. A continuación se presenta su experiencia en este campo.

B. Situación de género Mis potencialidades Antes de entrar al Centro de Formación y Producción de la Mujer, Rosa junto a su madre - una señora con más de setenta años de vida y una energía envidiables, pilar fundamental en la vida familiar y de trabajo de su hija - ya realizaba algunos intentos -no tan exitosos- en la elaboración de pan: “Fíjese que yo le decía a mi mamá antes que yo fuera a aprender al Centro de Formación de la Mujer: ¡Si yo aprendiera a hacer pan! - le decía yo - lo hiciéramos nosotras, mi mamá vendió pan donde una señora durante 28 años. Pues mire en esas de aprender, nosotras le preguntábamos a la gente que hacía pan ¿Y mire cómo se hacen las quesadillas? y nos daban una receta, nos daban otra ¡y no servían!, le preguntábamos a otra gente y así… mire nosotras perdimos tanto en intentar hacer las quesadillas ¡que no tiene idea! [Riéndose] Y de ahí le digo yo: -mire mamá hay que hacerlo así (una idea pequeñita teníamos) y primero Dios que nos van a salir bien, ya no le preguntemos a nadie… Eso fue antes y ya hacía quesadillas para salir a vender, pero otra clase de pan no. Intentamos hacer otra clase de pan con la idea de

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nosotras y ¡no nos salió ni una!… [Riéndose] hasta que fui allí (al Centro de Formación y Producción de la Mujer). Ahora a las quesadillas le ponemos el requesón, el queso, la crema, la harina, el azúcar y todo lo que se le pone […] y si como le digo es poca la ganancia pero es algo. Como le decía, mi mamá vendía pan pero lo sacaba de una panadería, ella vendió pan como 28 años, pero desde que yo aprendí a hacer el pan de ahí para acá salimos a venderlo, sale mejor y se gana un poquito más. Hoy ya tengo dos días de estar haciendo semita de piña porque se vende bastante también. Yo hago pastelitos de piña, semita alta, enrejado19 […]

La animosidad de Rosa al intentar una y otra vez hasta dar con el punto exacto en la hechura del pan, es un claro ejemplo de su disposición al aprendizaje. El empeño puesto y el acceso a la información y las herramientas claves, le han permitido “animarse” a elaborar otra clase de pan que inclusive, sin ella esperarlo, ha llegado hasta los Estados Unidos. Hoy ya tenemos nuestra clientela fíjese, gracias a Dios. Incluso ya hicimos pan para mandar para Estados Unidos. ¡Sí! la gente nos dice: - Mire hágame tal cosa que quiero mandar para allá. Hasta unas compañeras que yo tuve en el Centro de Formación, hasta ellas me han encargado para mandar para allá (a Estados Unidos)... Sí, le comentaba que un señor nos encontró vendiendo y nos dijo: - A buscarlas iba, quiero siete quesadillas para mandárselas a mi hija […] aquel día que les compré tres y se las mandé a ella ¡y si le gustaron! dijo, así que siete nos compró de una vez […] el domingo fuimos a dejar un encargo de salpores20 que también era para mandarlos para allá [a Estados Unidos].

Y esas habilidades también generan expectativas en otras personas. Ante la comunidad Rosa demuestra que cuando se quiere se puede…

Pan elaborado con harina de trigo conocida como “masa de arroz”, sin levadura, relleno de jalea de piña y adornado con tiras que semejan una reja, de allí su nombre. 20 Especie de pan hecha a base de harina de arroz. 19

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Bastante gente cuando salimos a vender, me preguntan si yo ya sabía algo (hacer pan), No -les digo yo- luego les cuento donde aprendí y me dicen: -¡Hay me avisa cuando hayan talleres así! […] ¡Si hay bastante gente que quiere aprender estas cosas! Nada menos el sábado me dice una señora: -¿De cuál pan lleva? - De este de este y este -le dice mi mamá- ¡Ay! pero quizás es del mismo que vendía antes -le dijo ella- No -le dijo mi mamá- si ahora nosotras lo hacemos, - ¿De verdad? a mí me habían contado que ustedes lo hacían pero nunca la había podido ver para comprarle. Pues si me gusta, les voy a seguir comprando. […] bastantes personas me dicen: -¿Y es cierto que usted hace el pan? sí les digo yo, -¡Qué rico le queda!, un día voy a ir para que me dé la receta.

Cuando se colocan las herramientas precisas, los recursos y la información pertinentes, las mujeres son capaces de llegar hasta donde ellas mismas jamás se imaginaron. Las jornadas de sensibilización y la autoestima de las mujeres Las mujeres que asisten a los Centros de Formación y Producción reciben la oportunidad de fortalecer su autoestima a través de jornadas de sensibilización, que permiten a las usuarias asimilar no sólo conocimientos técnicos, sino el reconocimiento de sí mismas y de las demás, en igualdad de condiciones con los hombres. Como dice Rosa, gracias al desarrollo de esos temas ella ha comprendido la importancia del diálogo y la necesidad de resolver los problemas familiares. “Sí, es bien importante (recibir talleres de sensibilización) y he aprendido bastante, porque allí también le enseñan a uno como debe tratar a sus hijos y todo eso y a mí me ha servido bastante, porque a veces uno tiene tantos problemas y lo primero que hace es enfrentar (pelear) a los hijos y es cosa que no tiene que ser así ¿verdad? porque en este medio que vivimos, habemos mujeres

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que estamos pasando por muchos problemas familiares y todo eso (los talleres de sensibilización) le enseñan a uno a superarlo y es bonito. Más que todo para la violencia contra las mujeres y cosas así, que puede hacer uno en caso que uno tenga problemas en el hogar y fuera del hogar también, todavía asisto a esas reuniones”.

Luego de seis meses que duró el curso de panadería y de escuchar las jornadas de sensibilización, Rosa descubrió en ella misma otras habilidades que no tenían que ver solo directamente con la elaboración de pan… “Pues mire, allí se aprende bastante. Yo siento que lo que más me gustó de lo que aprendí allí, aparte de que aprendí a hacer pan y todo, es que aprendí a relacionarme con las personas. Es bien bonito relacionarse uno con las demás personas, porque mire yo era una gente tan penosa que ¡Ay Dios mío! si platicar así con alguien ¡para mí era duro! pero allí todo eso se va aprendiendo, porque también allí llegan personas que le dan charlas a uno de cómo relacionarse con las demás personas y todo eso pues, es una experiencia bien bonita”.

En cuanto a la autoestima, el modo de sentir con respecto a sí mismas afecta de forma decisiva todos los aspectos de las experiencias vividas (trabajo, amor, actuar con la familia, las posibilidades de progresar en la vida, vivir sin violencia, etc.). La mayor parte de las mujeres salvadoreñas están influenciadas por patrones androcéntricos que les enseñan desde niñas a limitar sus deseos e intereses y a verlos como imposibles de cumplir o innecesarios “para uno de mujer”. Es la familia, en mayor grado, quien le define a las mujeres su proyecto de vida para el futuro inmediato, lo que le demarcará las oportunidades para un desarrollo futuro: si ingresa a la escuela, si conviene mantenerla en el sistema educativo, si trabaja por un salario, si se une o se casa, si se capacita. Al respecto, Rosa comprendió que su importancia como mujer nace desde muy adentro, aún a pesar de la forma en que fue socializada.

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“Pues quizás la forma en como a uno lo han criado los papás en la vida… No sé pero antes, yo me sentía un poco más apagada de cómo me siento ahora y a pesar de tantos problemas que tengo, yo me siento bien. Como le digo, a parte de haber aprendido a hacer pan, las charlas que he escuchado me han ayudado a sentirme segura de mí misma… como le dije al principio, yo antes me sentía o sea, como poca cosa, pues así le voy a decir, yo antes me sentía que no podía ni hablar con las demás personas, entonces el haber asistido a ese centro de formación para mí ha sido una gran cosa porque he aprendido hasta eso pues…a valorarme yo misma. He oído bastantes mujeres que dicen ¡Ah no es que yo si soy fea! y como dice una señora que nos da charlas ¡Ah no! -dice la señora- ustedes véanse en el espejo, levántense en la mañana y digan: ¡pero qué bonita me veo ahora! Aunque ustedes piensen que no, ¡pero dense ese valor ustedes mismas!, ¡hoy si me siento bien! Entonces por eso le digo, eso si me ha ayudado bastante a mí”.

En la medida de cuánto se apruebe el concepto de sí mismas, es más alta o baja la estimación que tenemos. Que las mujeres redescubran su verdadero papel, exploren su identidad, hagan conciencia de sus decisiones y rebasen patrones y estereotipos socioculturales inculcados por la familia, instituciones y personas influyentes que en algunas ocasiones desvalorizan, es todo un proceso en el que otras personas tienen influencias. Las opiniones de la familia (padres, madres e hijos/ as) afectan el auto-concepto que cada persona tiene sobre sí mismo/a. ¿Qué tan trascendentales son las opiniones de las demás personas para la autoestima? la familia de Rosa ha jugado un papel importante en este proceso: “Pues mire mis hijos siempre me han apoyado en eso (ir al Centro de Formación y Producción de la Mujer). Me decían: - ¡Vaya mami y aprenda! Le digo yo a mi hijo más que todo: -Mirá dicen que nos van a enseñar a hacer pizza y él me decía:

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-¡Sí vaya mami! para que aprenda y así ¡usted nos va a hacer las pizzas! así que siempre me han apoyado. Al respecto su mamá expresó: “Desde la primerita vez que hizo pan, yo me sentía agradecida con Dios que ¡cómo se había metido tantas cosas en esa mente! y desde la primera semita, pachita, ¡no’mbre21 si así (Chasqueando los dedos, para mostrar rapidez) la vendíamos!

Con el apoyo de su familia y una autoestima fortalecida, se siente con los ánimos para iniciar otros estudios. Junto a su hija a asistido a clases de informática – no en el Centro de Formación y Producción de la Mujercomo cuenta a continuación. He ido también a computación, porque eso me gusta también […] pero por lo económico ya no pudimos ir, porque iba yo y la niña mía y dejamos de ir por eso, pero quiero ir allí al centro de formación. Sí a mí me gusta eso y un mes nomás fuimos las dos, pero se pagaban 35 dólares al mes y ya las dos […] y entonces ella [su hija] me decía: -Si no va usted no voy yo, me decía y ya no quiso ir ella tampoco. Pero aquí en el Centro de Formación es menos lo que se paga [...] Sí quiero seguir aprendiendo más. Mire uno a veces no aprende más de lo que uno puede por lo económico, porque vaya por lo menos aquí en San Salvador hay partes donde enseñan cosas que quizás uno quiere aprender, pero por lo económico uno no sale de lo mismo ¿verdad? Yo sé de partes donde dan muchas cosas [clases], pero si uno no tiene cómo pagar esas cosas hasta ahí llega y sólo nomás el pensar de uno [con eso se queda].

La oportunidad que les brinda a las mujeres el acceso a becas –como el caso de Rosa- para capacitarse es fundamental si se quiere potenciarlas aún más, especialmente a aquellas que como Rosa, no lograron tener una preparación educativa más elevada (ella logró estudiar hasta noveno grado) que les permitiera aspirar a obtener trabajos de mejor remuneración económica. Ella comenta a continuación: 21

Contracción de la expresión salvadoreña: ¡No hombre!

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Sí, sería una buena idea de dar becas pero no sólo a las mujeres de aquí en Aguilares sino en todo el país ¿verdad? Sería una buena opción para bastantes mujeres, porque en este medio que vivimos habemos tantas mujeres solas que nos quedamos estancadas ahí por no saber hacer nada. No hay oportunidades para uno de mujer si uno no es bachiller no hay oportunidades de otro trabajo, solo hacer pupusas, trabajar en comedores y cosas así. No le dan nada a uno si no tiene un su título ni nada ¿verdad? si hubieran oportunidades para mujeres que no tuviéramos ni títulos ni nada sería una buena idea […] acuérdese que la mayoría de personas que asistimos ahí (al Centro de Formación y Producción de la Mujer) somos de bajos recursos, eso las detiene pues a poder aprender las cosas […] ¡Yo sería la primera en ir (a otro taller) si me dan otra beca! [Riéndose]

Conciliación del trabajo productivo y reproductivo Para las mujeres una de las mayores dificultades en el acceso al campo productivo es la conciliación entre las tareas del hogar y la generación de ingresos económicos. El acceso de las mujeres a la capacitación, está relacionada con la disponibilidad de tiempo real para que ellas puedan dedicarlo a la adquisición de nuevos conocimientos. Como Rosa dice, el tiempo para aprender es importante para las mujeres. Asistir al Centro de Formación fue difícil pero no siempre, a veces sí porque el tiempo se siente corto con lo que uno tiene que hacer. A veces se sale bien con el horario, porque eso es lo mejor de ahí (del Centro de Formación y Producción de la Mujer) que le preguntan a uno a qué hora puede asistir, por lo menos cuando yo fui a aprender panadería, la mayoría dijimos que a esa hora verdad y a la hora que nosotras podíamos a esa se hacía. Íbamos por la tarde de 2: p.m. a 4 p.m., ya dejaba todo arreglado (en su casa, refiriéndose a las tareas domésticas).

Otra de las necesidades prácticas más sentidas en las mujeres para disponer de tiempo para capacitarse es el cuido de sus hijas/os. Rosa no necesitó hacer uso de estos servicios, pues su hija e hijo son adolescentes 56

pero si reconoció la importancia que éstas tienen para las mujeres, como comenta en el siguiente párrafo. No usé la guardería porque mis hijos ya están grandes, el mayor tiene 17 años y la niña tiene 13, pero hay bastantes mujeres que si ocuparon la guardería y en lo que estaban en los talleres, los niños estaban allí. Eso es bueno, ayuda porque a veces bastantes madres no tienen donde dejar a sus hijos y quieren aprender las cosas que enseñan en el centro de formación […] es una gran ayuda porque están allí los niños y está más tranquila la madre de familia porque están cerca de ella. En cambio si los deja en la casa, cualquier cosa les puede pasar y tal vez, por eso no ponen mucha atención en lo que están queriendo aprender ¿verdad? Entonces (las mujeres) dicen: - Bueno si en ese lugar donde voy a estar van a estar mis hijos, con mucho gusto yo voy.

En este sentido, la atención de una necesidad práctica de las mujeres, puede facilitar el acceso a la satisfacción de una estratégica: la capacitación. En otro punto no menos importante, la conciliación entre trabajo productivo y reproductivo representa una dificultad para las mujeres. No es extraño entonces que algunas opten por iniciar una microempresa familiar (para el año 2003 la participación femenina en el sector informal era del 54.79%)22 y orienten su actividad comercial hacia personas de la misma comunidad, facilitando así la atención simultánea de las tareas reproductivas y las productivas, como hace Rosa. Por lo menos ahora con eso de hacer pan, uno esta aquí en la casa y está pendiente de los de la casa23 […] no tengo que estar saliendo siempre. Solamente cuando vamos a vender todos los días, nos hemos quedado sólo en las mañanas y salíamos al mediodía, pero dejamos de salir porque me cansaba mucho yo y mi mamá, porque lo hacíamos (el pan) en la madrugada y después salíamos a Julia Evelyn Martínez (2006):” Perfil de género de la economía salvadoreña”. Producto de un derrame cerebral, Rosa tiene a su padre en una silla de ruedas. Esta situación le demanda tiempo, dinero y esfuerzo para su cuido. 22 23

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venderlo y era bien cansado, pues lo hacíamos en la mañana y ya a las dos de la tarde salíamos a vender hasta las cuatro y ese sol tan caliente ¡viera que tremendo! A las 2: AM ó 2:30 AM en la mañana nos levantamos y ya a las 6: AM salimos con las quesadillas. Todo trabajo tiene su sacrificio ¿verdad? Y si es algo que le va a ayudar a uno, yo creo que hay que hacerlo […] hay que hacer un poquito de sacrificio uno pues, y echarle ganas porque de otra forma no se puede.

El adquirir habilidades para generar ingresos, implica también una mayor carga de trabajo e inversión de tiempo para las mujeres, situación que en el caso de Rosa, es compartida entre todas las mujeres de la casa. Cuando la niña va a la escuela los días de semana, digamos todo eso (los oficios domésticos) los hacemos entre mi mamá, mi tía y yo. Ya el sábado y el domingo, ya ella se encarga de eso… como nosotras andamos vendiendo ella se queda haciendo la limpieza y así […] el día de semana cuando venimos de vender (el pan) ya nosotras nos quedamos y mi mamá se va al mercado a traer lo del pan y yo me quedo haciendo otras cosas aquí verdad.

El hijo de Rosa trabajaba fuera de la casa, ya que la necesidad de generar más ingresos económicos para el hogar era imperiosa. Sin embargo, y con mucha tristeza aún, Rosa comenta la separación que ha sufrido su familia. La separación familiar La familia de Rosa ha debido enfrentar la separación. Su hijo de 17 años, emigró en abril de 2007 hacia los Estados Unidos. La precaria situación económica, el asedio de las maras24 y el empeño de construirse un futuro mejor, llevó a su hijo a emprender un peligroso y difícil viaje hacia el país del norte. Él colaboraba bastante en la casa verdad [...] pero hace dos meses que se me fue para Estados Unidos. 24

Pandillas de delincuentes

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Se fue porque primero, la situación es bien dura aquí en este Aguilares, mucha delincuencia y económicamente también pues y mejor decidió irse y mis hermanos le ayudaron a irse, eso le venía comentando que dos meses tiene que se fue. Fíjese aquí hay muchos muchachos que andan en maras y eso, y había un muchacho ¡qué mire qué tan parecido a mi hijo!, pero parecido como que eran hermanos y en dos ocasiones lo paró el policía confundido y ya cuando él les enseñaba su documento le decían: -Pero quizás vos sos [eres] hermano de él […] todavía viendo los documentos decían que era hermano de él y que si adonde estaba. Entonces decía yo: - ¡Dios mío! ¿Y si los de la otra mara lo confunden diciendo que es él o que son hermanos?, mire todo eso me mantenía pero bien angustiada y más que todo, por eso le dijimos a mi hermano que viera como hacía para llevárselo. Él me decía: -Mami yo me quiero ir para Estados Unidos. A él le dieron una beca, trabajó tres años y medio y el señor [patrón] nunca le aumentó el sueldo y siempre le pagaba bien poquito y él ya podía bien el trabajo y nunca le quiso aumentar. –No mami, me decía, ¿qué estoy haciendo yo ahí? si él nunca le quiso aumentar. Y todo eso pues lo desesperó a él y ya que mi hermano le daba la ayuda pues decidió irse.

Aunque el viaje no representó más peligro para el muchacho, al llegar a los Estados Unidos tuvo que enfrentar las leyes de inmigración. Como cayó preso él, ya allá lo agarraron, entonces hace como 22 días que salió de la casa de menores ¿verdad? como él es menor de edad y allá lo tuvieron y él ha salido a estudiar porque así le dijeron a él, que tenía que salir pero a estudiar por ser menor de edad. Así que dice que en septiembre empiezan las clases y va a empezar a estudiar. Las leyes amparan a los menores de edad mientras no anden haciendo cosas fuera de la ley ¿verdad? Así es que yo le digo: -Pórtese bien hijo, porque eso cuenta mucho para que usted este ahí. 59

Es triste porque le digo yo a ella (a su mamá) que es una gran angustia pero primero Dios que él va a estar mejor. Por lo menos esa angustia ya le pasa a uno que ya está allá y que primero Dios ya esté bien ¿verdad? porque cuando van en el camino ¡es horrible! ¡Dios guarde! ¡Yo sólo llorar era mi vida en los primero días! y pensaba tantas cosas. O sea todos lo sentimos verdad, pues aquí se siente el gran vacío […] pero era necesario y ahora le digo a él: Yo no más tenga la oportunidad ¡yo me voy con todo y la niña! ¡Yo me voy! porque son las dos cosas que tengo ¿verdad? aparte de mi mamá, mis dos hijos y fuera algo bonito que yo pudiera estar con él allá.

Aún a pesar del endurecimiento de las leyes estatales en contra de las y los inmigrantes, la constante amenaza de la deportación, el desempleo y los peligros reales de las grandes ciudades, las personas siguen pensando que irse a los Estados Unidos es la solución a los problemas. Para mientras se cumple el “sueño americano” la familia debe aprender a vivir con el recuerdo del ser querido y enfrentarse a un destino incierto.

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V. Historia de vida No. 3 Antes de darme cuenta que en el Centro habían talleres donde aprender, yo estaba aquí en mi casa con los brazos cruzados y sólo con el pensamiento de ¿Adónde aprendiera? entonces gracias a Dios que nos dimos cuenta que estaba el Centro de Formación y habían talleres y oportunidades para nosotras las mujeres ¡fue una alegría para nosotras! Me sentí alegre de poder estar ahí porque a mí desde pequeña me ha gustado aprender cosas y esa ha sido mi inspiración, o sea que lo que me enseñen me gusta aprenderlo y al tener la oportunidad me gustó y yo me sentí contenta y yo en mi mente dije: -De aquí no voy a salir ¡hasta que me saquen! (riéndose)…entonces ese es mi pensamiento ahorita que voy a seguir aprendiendo mientras tenga oportunidad.

Silvia Lorena

Graduada del Centro de Formación y Producción de la Mujer Área de panadería Atiquizaya, Ahuachapán

A. Inserción productiva Silvia Lorena es una joven mujer del cantón Izcaquilillo del municipio de Atiquizaya, en el occidental departamento de Ahuachapán. Tiene 29 años de edad, es madre de una niña y dos niños y se capacitó en el Centro de Formación y Producción de la Mujer en el área de Panadería, durante el año 2006. A partir de su graduación y de los conocimientos que adquirió, junto a su hermana decidieron iniciarse como microempresarias, abriendo una panadería en su comunidad. A continuación se presentan las vivencias de Silvia Lorena en esta etapa de su vida. Lo que me motivó para capacitarme Para transformar la calidad de vida de las mujeres la capacitación es uno de los instrumentos que pueden allanar el camino al logro de sus objetivos, tomando en cuenta sus necesidades y promoviendo sus habilidades o mejorando las capacidades que ya poseen. Silvia Lorena inició su proceso de capacitación en el área de panadería y cuenta a continuación, cómo se enteró de esta oportunidad para realizar los deseos que siempre tuvo de aprender y trabajar.

Yo me di cuenta por mi hermana [del Centro de Formación y Producción de la Mujer] ella me vino a contar que la directora del colegio de Atiquizaya, le dijo de ese centro y de que iban a haber talleres y que a ella le iban a buscar allí para que aprendiera y entonces me dijo que si había un lugar [en la matrícula] me iba a decir a mí y gracias a Dios así fue como fuimos. Lo que me motivó es que en primer lugar […] digo yo uno es pobre y la alegría de uno es poder aprender algo para trabajar en un lugar, pensando en sus hijos. Tengo el ejemplo de la señorita instructora de panadería, ella nos cuenta su historia y a mí me motiva pues, digo yo es cierto son mujeres luchadoras y así hay que ser uno para salir adelante y luchar como se pueda, siempre con la mira de darle uno a sus hijos lo que alguna vez uno no tuvo. Desde que yo tengo conocimiento, yo me acuerdo de mi mamá con un canasto en la

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cabeza, así vendiendo melocotones, manzanas, o sea si le admiraba yo un montón y si me acuerdo yo que cuando estábamos así más pequeños, vivíamos en Atiquizaya y ella nos mandaba con un canastillo a vender a las colonias, moras, chipilines, cosas así, ella siempre trabajaba. O sea a nosotras el trabajo no nos avergüenza, nosotras media vez sea trabajo, trabajamos.

Su motivación hacia el aprendizaje es muy grande, Silvia Lorena piensa que las mujeres no deben de desaprovechar las oportunidades para acceder al conocimiento, solamente se necesita de mucha voluntad y perseverancia, como expresa a continuación: […] Yo le voy a decir cuesta, porque hay momentos que uno no tiene ni un cinco y aunque sea de algo uno bien se gana unos sus dos dólares. Entonces yo digo que se debe de poder. Como dicen más tiene que ser la voluntad de la persona y si usted tiene voluntad de hacer algo, usted se preocupa y se sacrifica. Entonces yo digo que la mujer que no quiso ir a aprender o no quiere ir es porque no tiene voluntad o tal vez no les parece o así quieren vivir. Porque teniendo esas oportunidades grandes que si uno de mujer no logra esas oportunidades no sé que más queremos, porque estas sí son oportunidades grandes y que uno no está pagando ni gastando gran dineral para aprender esos oficios y son oficios útiles.

Para Silvia Lorena, la oportunidad que representó el acceso a la capacitación en un área de formación de su interés resultó una experiencia relevante porque llenó sus expectativas no sólo de conocimientos, sino de trabajo en equipo, compañerismo entre mujeres, entre otras. A continuación señala su vivencia al respecto: O sea desde que llegamos uno empieza a conocerse, pero rápido agarra confianza y por la gracia del Señor, que todas han sido bien amigas. Es bien bonito porque, o sea nos reímos también porque cuando nos queda algo pandito [el pan] gozamos ¿verdad? [Riéndose] cuando nos queda un poquito simple o ¡se nos pasó de dulce! […] ya tenemos en que entretenernos también. Mis hijos también van a aprender a hacer pan porque les gusta ¡ahí se ponen a estar amasando los bollitos! [Riéndose]

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Los ingredientes los comprábamos entre todas, una llevaba el material y ya entre todas cuando terminábamos de hacer el pan, todas juntábamos cuanto habíamos gastado y ya reuníamos la cantidad.

Lo que aprendí en el Centro de Formación y Producción de la Mujer Silvia Lorena y su hermana aprendieron a elaborar pan. Sus clases se impartían por las tardes y representaban para ellas la oportunidad de aprender, sin importar la prolongación de la jornada, como comenta a continuación: Bueno, la habilidad más importante es que uno tiene algo que aprender, algo que pueda […] la mira es tener un oficio donde uno pueda desarrollarse y poder salir adelante, porque ese es el objetivo ¿verdad? para que el día de mañana o en cualquier momento uno tiene una herramienta donde poder trabajar para salir adelante. [El centro de formación y producción de la mujer] es una gran bendición, yo estoy contenta. Yo me alegro y cuando voy ahí a veces que me agarra la tarde y digo yo ¡qué no se termine esto! […] Ahí aprendimos a hacer manoplas25, quesadillas, aprendimos a hacer las cinco clases de tortas de pasteles, el pan de piña, pan de leche, budín, etc. bastante variedad o sea casi la mayoría de todo pan aprendimos a hacer.

La primera vez que Silvia Lorena hizo pan y le quedó bien, compartió su alegría con sus vecinas y vecinos, pero principalmente con su compañero de vida y su familia. Sus emociones las describe a continuación: Contenta venía por toda la calle enseñándoles a la gente el pan que había hecho y lo que más me gustaba era que cuando yo venía, [llegaba a su casa] me gustaba traer pan para en la tarde ya a mi esposo le ponía el café y le ponía el pan, ese era mi gusto. Entonces él se me quedaba viendo y me decía: -¿Este es el pan que aprendiste a hacer hoy? Manopla o manota: pan hecho a base de harina fuerte, levadura, azúcar, sal, manteca y agua; que se rellena con jamón y queso (o cualquier otro relleno) y se la da forma de mano con cuatro o cinco dedos. De allí su nombre. 25

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-Sí -le decía yo-¡Ah ya va pudiendo! me decía. ¡Ay vieja! ya podés [puedes] hacer pan, púchica26 -me dijo- [Riéndose] entonces yo me sentí así: grande […] sí, es una felicidad grande. Entonces esas son satisfacciones y alegrías […] o sea se siente uno útil y distinto pues que ya uno aprende a hacer algo, ya no es lo mismo como antes. No hay palabras que puedan expresar lo que uno siente y es un cambio […] un cambio total para uno. Yo me siento con orgullo, o sea cuesta decir las palabras para uno poder expresar como se siente, porque sí le cambia la vida bastante a uno […] uno cuando no sabe hacer nada si hay un momento que se siente inútil y pasar siempre en el hogar… y lo mismo: no pasar del oficio hogareño. No es como hoy, que yo ya sé hacer pan y ya me siento distinta […] si yo tengo ganas de comerme alguna clase de pan solo compro la harina, lo hago y ya estamos comiendo, y en una fiesta o cualquier situación que uno pueda necesitar ya uno va y nos sentimos con fuerza porque nosotras mismas lo hacemos y hasta le podemos decir a otras personas: si querés yo te lo hago y o sea es bien distinto, bastante le cambia a uno la vida. El pan que hemos hecho es especial, porque lo que nos gusta a nosotras es que la gente pruebe lo especial ¿vea?27, hacemos el budín de piña, la quesadilla especial, el pan de leche, ya hemos hecho relámpagos y cositas así […] vamos cambiando. Un día hacemos relámpagos, otro día hacemos pan de leche y por lo menos sábado y domingo hacemos quesadilla en la mañana, siempre variamos.

Una forma de generar ingresos Para Silvia Lorena el acceso a la generación de ingresos fue también uno de los factores que la impulsaron a capacitarse en el Centro de Formación y Producción de la Mujer. Una vez que adquirió las habilidades para hacer pan decidió junto a su hermana, montar una panadería – con horno y los utensilios básicos – con sus ahorros. A continuación comenta esta nueva experiencia como microempresaria y sus expectativas económicas. 26 27

Salvadoreñismo utilizado para expresar sorpresa, admiración, enfado o miedo. Contracción de la palabra “verdad”.

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El primer día que hicimos pan -todavía no nos habíamos graduadohicimos quesadillas con mi hermana. ¡Bien contenta las dos! y le digo yo a él [su esposo]: -Mirá tanto nos quedó de ganancia […] y que tal que después ponen una panadería -me dijo- y mire ahora ¡ya la tenemos! O sea que ya empezábamos a hacer pan y gracias a Dios con el horno es más favoritismo [favorable] porque antes lo hacíamos en cocina y nos costaba, porque no queda igual que hacerlo en el propio horno y hoy que está solo se hornea y se hace hasta más pan. Teniendo uno lo propio uno mismo compra el material y si le queda por mayor le queda más ganancia y si lo hace usted misma, también le queda más ganancia […] si yo voy a trabajar a otro lado, solo me van a pagar lo que yo gane y si lo hago yo misma, me queda la ganancia del material, de mi trabajo y más la ganancia de lo que salgo a vender. Cuando nosotros tenemos ganancias así por lo del pan, lo que hacemos es que cuando miramos instrumentos que sabemos que nos va a servir los compramos para ir avanzando, eso hacemos.

Poco a poco Silvia Lorena y su hermana han invertido en su microempresa, misma que les ha permitido tomar decisiones y asumir la responsabilidad de administrarla y hacer crecer el capital. Además, para ella ha sido importante la oportunidad de generar sus propios ingresos, que son el producto de su esfuerzo y de las habilidades que obtuvo en la capacitación. Silvia Lorena explica esta nueva situación. Contenta me siento, porque ya no sólo es de estar alargando la mano y estar uno: - qué mirá, qué dame esto… Entonces, ya teniendo su sueldo o algo que a uno le entre de dinero si uno necesita algo sólo lo toma ¡y ya!, es una gran ventaja. Es ventaja también porque uno cubre las necesidades que tiene.

Una de las ventajas que se obtienen al capacitar productivamente a las mujeres, es la oportunidad de abrirlas al conocimiento de sus capacidades y potencialidades. Como cuenta Silvia Lorena, el recibir y administrar dinero le ha cambiado la vida, pues ya no depende solamente de los aportes que su esposo haga al hogar, ella puede ya crearlos y disponer de ellos libremente. 67

El acceso a los recursos y el control de los beneficios Luego del aprendizaje, la disponibilidad de acceso a los recursos económicos es el próximo paso a lograr. Para muchas mujeres este es uno de los principales obstáculos a superar, antes de lanzarse a realizar una actividad económica propia. Para Silvia Lorena, la situación fue diferente, ya que contaba con ciertas ventajas para montar su microempresa, mismas que ella cuenta a continuación. Pues mire, mi esposo y yo andábamos buscando donde comprar un horno […] entonces él andaba a la par de nosotras [con su hermana] buscando el horno pero como son caros. Pero como al mes mi hermana dice que le pedía en oración al Señor que pudiéramos tener el horno, pero eso no lo sabía yo, solo ella me dice ahora, pero gracias a Dios que nos avisaron de ese horno ¡y estaba barato! Entonces teníamos la posibilidad de comprarlo y lo compramos [...] No necesitamos crédito, por la gracia de Dios que no [...] Teníamos un ahorrito. O sea lo compré yo, pero mi hermana me va a dar una parte para que quede como que entre las dos lo hemos comprado, para que no me cueste solo a mí. Cuando fuimos a comprar el horno, el señor [el vendedor] tenía varias latas ¿verdad? y ahí mismo hicimos el negocio y se las compramos y lo demás ya lo hemos ido comprando poquito a poquito, como hemos ido pudiendo.

Interesante es destacar que el acceso al crédito no es una de las opciones que Silvia Lorena y su hermana tienen en mente para ir agrandando su microempresa. Como ella misma dice han ido comprando “poquito a poquito” y aunque los utensilios de trabajo les pertenecen y desean en el futuro ampliar la panadería, no ven en el crédito una opción para seguir creciendo, a continuación comenta sus razones. [No pediría un crédito] porque cuesta, o sea que nosotras antes en el hogar que teníamos con mi mamá, ella hacia créditos y si le costaba [pagarlo]. O sea que casi la ganancia se va en intereses y todo así, que cuando uno viene a sentir en lugar de ir para arriba va para abajo y hay veces que solo se trabaja para pagar y así no siento yo que sea bueno. O sea la mentalidad que tenemos ahorita le digo yo a mi hermana, es de procurar hacer más pan, o sea sacrificarnos y trabajar más 68

[…] para ver como nos va poco, a poco. Porque así empieza todo mundo con poquito y sube ¿verdad? entonces nosotras ese es el pensamiento, empezar a trabajar como nosotras podamos y después vamos a ver cómo nos va.

Para Silvia Lorena es importante el ahorro pero no el acceso a un crédito, para ella es preferible “sacrificarse” con lo propio y no con lo ajeno. En esta situación la experiencia previa sufrida por su madre, le ha construido la idea de que es mejor no arriesgarse con dinero ajeno porque “sólo se trabaja para pagar”. Probablemente su madre trabajaba con dinero proporcionado por prestamistas o usureros/as que cobran a diario los intereses y es por eso, que la persona que ha hecho el préstamo se siente asfixiada. Aunque los bancos tienen un trato diferente, la madre de Silvia Lorena como muchas mujeres que venden en el mercado o en la calle, no tienen el hábito de solicitarlo ahí por múltiples razones. Generalmente, los hombres tienen mayor capacidad de endeudamiento que las mujeres, pues se arriesgan más y tienen posesiones a su nombre. Por lo mismo, los negocios de las mujeres habitualmente son más pequeños ya que tienen menos tiempo para el negocio, menos posesiones, menos libertad de movilización, entre otras, para hacerlo crecer más, salvo raras excepciones, donde el esposo o compañero de vida solidariamente invierte en el negocio, como es el caso de Silvia Lorena. Según Mary Iskenderian, representante del Banco Mundial de las Mujeres28, por cada dólar que las mujeres microempresarias obtienen con su negocio invierten US $0.99 en su familia y en su comunidad, mientras que los hombres invierten US $ 0.60 en consumo y los otros US $ 0.40 lo reparten entre su familia y recursos para el negocio. Esta situación para las mujeres puede ser un arma de doble filo: beneficia a la familia pero no siempre al crecimiento del negocio. Siendo las mujeres las que en mayor proporción se encuentran en el sector de la microempresa (Estadísticas del Ministerio de Economía señalan que el 51.3% de quienes trabajan en las micro, pequeñas y medianas empresas son mujeres29) el paso de la micro a la pequeña 28 Mary Ellen Iskenderian, es Presidenta y Gerente de Operaciones de Women’s World Banking (WWB) el Banco Mundial de las Mujeres. La Sra. Iskenderian tiene un MBA de la Escuela de Administración de Yale, y un bachillerato en Economía Internacional de la Universidad de Georgetown (USA). 29 La Prensa Gráfica, jueves 4 de octubre de 2007.

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empresa, puede implicar la necesidad de acceder a un crédito y obtener capacitación empresarial básica que le proporcione el conocimiento que le permita no “sólo trabajar para pagar”, sino la utilización de recursos financieros para el crecimiento de su negocio. Silvia Lorena y su hermana forman parte de este círculo de inversión, que no sólo es económico sino también de empoderamiento.

B. Situación de género La construcción de género En nuestro proceso de socialización, la construcción cultural aprendida asigna pautas para que las mujeres giren en torno al mundo de los hombres (androcentrismo). Este modo de socialización, enseña a las mujeres a “organizar el mundo y todas las cosas en función del hombre y de lo masculino”30. Lo que las mujeres sienten, piensan y aspiran no siempre es tomado en cuenta, ya que debe contar antes con la aprobación o no del “hombre” de la familia. Silvia Lorena cuenta a continuación como manejó su asistencia al Centro de Formación y Producción de la Mujer con su esposo. Este pues fíjese que siempre Dios hace las cosas, porque mi esposo no mucho le gusta que yo ande así [fuera de la casa] ¿verdad? pero por la gracia de Dios cuando yo le dije que iba a ir a aprender panadería al centro, no se molestó sino que me motivó y gracias a Dios me ha dado el apoyo. […] aún le digo yo hace poco a él [su esposo] que por el tiempo me va a costar ir a aprender cocina y me dice él: -No, vos vas a ir, me dice, porque así no vas a decir que yo no te he apoyado, -¡Ah! bueno le digo yo, y así mejor para mí, así yo voy a seguir adelante.

30

Palabras nuevas para un mundo nuevo. Pág. 31. UNESCO.

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La disposición de las mujeres para capacitarse, a veces depende del consentimiento o no de la pareja y no de una decisión que libremente pueden elegir ellas. No, gracias a Dios él nunca me ha reclamado, porque mi esposo está contento y o sea él está feliz porque le gusta el pan [Riéndose] viera como le gusta el pan. Si cuando antes que yo pudiera hacer pan a él todas las noches lo veía que traía una bolsada de pan del pueblo. Entonces hoy que ya yo hago pan, está contento y me dice: - ¿Y cuándo vas a hacer quesadilla? porque le encanta la quesadilla, - ¡Ah espérate! le digo yo. Entonces él está contento también y si me apoyó y me sigue apoyando porque me quiere seguir mandando a las capacitaciones [Riéndose].

De igual manera la pareja es importante en el momento de tomar decisiones que afectan a la familia. Sin embargo ¿hasta dónde pueden decidir las mujeres? Silvia Lorena cuenta su propia experiencia al respecto. En ciertas cosas tomo mis propias decisiones, pero cuando son cosas ya importantes sí pido consentimiento. Bueno por lo menos así de ir a aprender sí y en cierta parte yo tomo mis decisiones, gracias a Dios que él si me apoya, pero ya en cosas de negocios o trámites cosas así, si tengo que pedir consentimiento porque no son cosas fáciles.

El proceso de desarrollo de la autonomía es un proceso lento. Aunque Silvia Lorena todavía depende de la opinión -que ella considera más acertada- de su esposo, lo positivo es que ella negocia las decisiones a tomar. Conciliación del trabajo reproductivo y productivo En el trabajo doméstico y el productivo, convergen distintas situaciones para que las mujeres puedan conciliar ambos: • •

Las redes familiares, entre las que sobresalen las abuelas o tías, Establecimiento de un negocio dentro del hogar, 71



Uso de centros de bienestar infantil (guarderías) para el cuido de las hijas e hijos.

En el caso de Silvia Lorena las tres situaciones han contado para que ella pudiera dedicarse al aprendizaje técnico y al trabajo propio de la casa y de la panadería. Ella comenta a continuación como lo hizo. Mi mamá también me ha apoyado, porque cuando me ha tocado que ella me cuide a los niños, me los cuida para que yo pueda ir a aprender, entonces si me han dado apoyo. A mi hermana también, ella cuando a veces no tiene lugar le han ido a dejar a los niños a la escuela y en cualquier evento siempre tenemos el apoyo. Gracias a Dios somos unidas y esa es una bendición grande, porque mi mamá cualquier favor que uno le vaya a pedir: que mire cuídeme a los niños, que mire mamá tal cosa o si solo los pasó la calle y le digo que: para allá van [sus nietos/as], ellos se van o sea que no tengo problemas […] hay personas que hasta le han hecho burla que dicen que la guardería es ahí, porque como tiene trece nietos y hay veces que todos están ahí, entonces le dicen que ahí está la guardería, […] es una gran ventaja para nosotras porque tenemos el apoyo para aprender algo y aún ¡hasta ella nos motiva!. A veces que no han ido a la escuela los niños me los he llevado [a la guardería del Centro de Formación y Producción de la Mujer] y gracias a las personas que están allí también, porque a ellos les gusta ir y cuando hemos ido me dicen: ¿aquí nos vamos a quedar? y hay veces que hasta lloran que no se quieren ir conmigo, les gusta. Es un favoritismo [favorable] para las mujeres, porque la mayoría de mujeres son madres solteras o no tenemos quien nos cuide a los hijos y es una gran bendición que esté allí la guardería, porque sí la necesitamos y es necesaria.

Sin embargo y pese a contar con alguna ayuda en el cuido de las y los hijos, Silvia Lorena debe enfrentar el trabajo de la casa que nadie más que ella asume. En la conciliación de ambos trabajos (uno de los cuales no genera ingresos económicos) debe hacer “maravillas” con su tiempo e intentar organizarse para realizar ambos, como comenta a continuación.

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Uno trata de ver como salir, porque si yo sé que voy a estar haciendo pan en las tardes, lo que hago es levantarme más temprano y procurar hacer lo que más me interesa lo más pronto posible. Con los niños no hay problema porque ya están grandecitos y no molestan. Con el trabajo que tengo, busco el tiempo adecuado para poderlo hacer y me voy organizando y gracias a Dios salgo adelante. Hay veces que si se siente la recarga de trabajo y hay veces que me aflijo que ¡no hallo cómo hacer!, pero como le digo el tiempo uno trata de administrarlo y ver como sale para poder hacer las cosas, porque así tiene que ser todo quiere trabajo. Pues hay veces que uno se frustra por el trabajo cansado, porque hay veces que si me he frustrado y digo: ¡Ay señor! o sea ¡ya no hallo qué hacer! Pero pensando en uno y en sus hijos que se tiene que salir y como sea se sale adelante y eso mismo lo motiva a uno a levantar el ánimo y siempre seguir adelante y así seguimos y primero Dios nunca se nos pase el ánimo y sigamos adelante.

La conciliación de ambas actividades representa muchas veces una recarga de trabajo para las mujeres, quienes deben apoyarse en otras personas para lograr salir adelante, en el caso de Silvia Lorena –y como el de muchas mujeres más- es su madre quien la apoya no solamente en el cuido de las hijas y los hijos. Silvia explica el apoyo que recibe de su madre así: Sí, ella nos motiva y nos dice que: - Si van a aprender algo que se vea –dice- no sólo van a ir a aprender algo y se queden con los brazos cruzados porque entonces de nada sirve -nos dice-. Entonces ella si nos apoya bastante, porque a veces cuando hemos hecho pan y nos hemos levantado como a las cuatro de la mañana, ella a las cinco [de la mañana] solo tiene que cruzarse la calle y aquí está. Viene con su pañalito en la cabeza por el “hielo” [el frío del sereno31] y ahí viene a darnos una mano y uno se siente contento por el apoyo también.

31

Humedad que hay en la atmósfera durante la noche.

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La autoestima de las mujeres La idea que cada mujer tiene de sí misma es importante para decidirse a capacitarse. Si una mujer está bien consigo misma, se considera importante e invierte su tiempo para adquirir conocimientos, aún y cuando se recargue de más trabajo. Para Silvia Lorena el haber obtenido conocimientos prácticos y poder aplicarlos, le ha mostrado que es valiosa como mujer ante ella misma, su familia y la comunidad, como explica a continuación. […] Eso estábamos platicando con mi mamá ayer, y le digo yo: - Mire mamá cómo va a creer usted que va a ser igual que uno antes llegaba donde las personas y entonces uno sentado, sin saludar a nadie y sin que a uno nadie lo conozca […] pero fíjese ahora fui a la Alcaldía a hacerle un favor a la Licenciada Ana Luisa [alcaldesa de Atiquizaya] y cuando entré aunque no conozco a las personas que estaban ahí, me dicen: -¡Hola qué tal y ¿cuándo nos va a hacer pan? Entonces le digo yo a ella [su mamá] ¿cómo cree usted que uno se siente? uno se siente distinto […] ya tengo quien me conozca y me salude, o sea uno se siente distinto, no es lo mismo, ya se siente otra persona uno. Con la familia el trato es el mismo porque siempre hemos sido unida, solo que ahora que ya sabemos hacer pan son otros tratos los que tenemos, porque platicamos de otras cosas y ya tenemos otro pensamiento, o sea ya tenemos algo en que invertir ¿verdad? tenemos otros pensamientos de ¿cómo le dijera?... uno mira de cómo podemos salir adelante, cómo proyectarse uno y ellos nos dan consejos y nosotros le platicamos algo que no sabemos que hacer y ya ellos nos alumbran la mente, para saber que hacer y así vamos. A veces nos dicen [las y los vecinos]: - ¡Hasta aquí se nos llega el olor a pan! [Riéndose] - Pasen -les digo yo- para que vean. Otras personas nos dicen: -Bueno ¿y qué es cierto que hay panadería en la casa de ustedes?,

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-¡Ah si! les digo y cuando quieran pan ya saben, o sea ya es distinto. Yo me siento contenta. Como famoso se siente uno [Riéndose] que la gente lo reconoce.

Gracias al interés que Silvia Lorena tiene hacia el aprendizaje y al descubrimiento de sus capacidades, se ha inscrito en otros talleres en el Centro de Formación y Producción de la Mujer.

Bueno ahorita me he inscrito en cocina y manualidad. Me siento contenta porque a mí me gusta bastante la manualidad. Yo donde miro esos adornos me encanta, entonces yo solo miro un adornito así y me le quedo viendo y me dan ganas de hacerlo. Entonces cuando iba a ir a aprender cocina y me contaron que iba a haber manualidad: ¡ay! -dije yo vea- me dan ganas de ir pero me interesaba también cocina, pero gracias a Dios me va a favorecer los días que va a haber manualidad y los días que va a haber cocina, entonces fui a recibir los dos cursos. Porque estaba pensando yo, sólo le pido a Dios la vida y que me tenga sana y entonces lo que me gustaría después es aprender corte y confección, porque hay veces que he entrado a los almacenes y he visto unos vestidos tan lindos para mi niña, que yo digo tengo que aprender a hacer esos vestiditos [Riéndose] yo no he aprendido ni he ido a ningún lado y hay veces que he hecho unas camisitas así sport y las he vendido a dos coras [cincuenta centavos de dólar], o sea a pura imaginación me pongo a hacerlo ¡y me salen! y donde he visto yo de esa ropita digo yo no es tan costoso y ¡tengo que aprender! [Riéndose].

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VI. Conclusión

L

a implementación de los Centros de Formación y Producción de la Mujer son un claro ejemplo de estrategias efectivas y buenas prácticas en el marco del desarrollo económico y social local, brinda a las mujeres la oportunidad de fortalecer su autoestima, descubrir nuevas habilidades, desarrollar liderazgo y confianza en sí mismas. Cuando las mujeres deciden iniciarse como microempresarias o asalariadas, dinamizan no sólo la economía de sus familias sino también las de sus comunidades. Este proceso implica también un cambio en las relaciones familiares y de pareja, si beneficia a las mujeres ocurre igual en los hombres, porque si ellas acceden a los recursos materiales – como microempresarias - en beneficio de la familia, se generan también nuevas experiencias para los hombres y esto puede ir produciendo un cambio intergeneracional hacia la transformación de las inequidades de género. La incorporación de las mujeres al ámbito productivo local, también beneficia el desarrollo comunitario e incentiva la inversión económica y de proyectos productivos. Facilitar el aprendizaje de habilidades técnicas para las mujeres, es abrirles espacios al reconocimiento de sus potencialidades y el camino hacia la equidad e igualdad de género.

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VII. Bibliografía Balán, J. et. al.: Las historias de vida en ciencias sociales. Teoría y técnica. Argentina: Ediciones Nueva Visión. 1974. Cuadernos Metodológicos: El método biográfico: El uso de las historias de vida en ciencias sociales. España: Centro de Investigaciones Sociológicas, 1992. DIGESTYC. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2006. Hernández Sampieri, R.: Collado, C.; Lucio Batista, P. Metodología de la investigación. México: Mc Graw Hill, 2003 La Prensa Gráfica (4 de octubre de 2007). Microfinanzas son un negocio más rentable, pág. 3-4. Rojas Soriano, R: Guía para realizar investigaciones sociales. México: Plaza y Valdés. 2005. UNESCO. Palabras nuevas para un mundo nuevo. El Salvador, 2002

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VIII. Anexos Ficha sociodemográfica

§

Centro de Formación y Producción de la Mujer municipio de: Datos de la mujer beneficiaria Departamento:

Municipio:

Cantón: Área de la capacitación recibida:

Año de graduación

Otras capacitaciones recibidas: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Edad: años Jefa de hogar a) Sí b) No Estado civil: Número de hijas: Número de hijos: Nivel educativo: Número de familiares/personas que dependen económicamente de sus ingresos: Parentesco: Tenencia de la vivienda: a) Propia b) Alquilada c) propiedad a plazo d) Colonato e) Otro

8. Actividad económica que realiza: 81

9. Promedio de ingreso mensual:

(individual)

Acceso a servicios básicos a)

Electricidad

Otros:

b) Servicio sanitario

Otros:

c) Agua de cañería

Otros:

d) Servicios de salud

Otros:

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(familiar)

Guía de entrevista a profundidad (Recordar hacer énfasis en el antes y después)

Inserción productiva Aspectos a abordar: a) Influencia de la capacitación recibida (Preguntas de conocimiento, experiencia/conducta y sensoriales) 1) ¿Tuvo acceso a becas para recibir la capacitación? ¿Cómo le ayudó contar con becas de financiamiento? 2) ¿Qué habilidades ganó con la capacitación recibida? (destrezas, nuevos conocimientos y su aplicación, autoestima) 3) ¿Qué la motivó a capacitarse? ¿Cómo se mira a Ud. misma antes y ahora? ¿Cómo era el ambiente/compañerismo/ instructora en el centro de formación? ¿Le ayudó el servicio de guardería? b) Actividades productivas. (Preguntas de conocimiento, opinión/ valor y de experiencia/conducta) 1) ¿Cómo será mejor generar ingresos económicos para su hogar: siendo microempresaria/independiente o siendo asalariada? ¿Por qué cree eso? 2) ¿Le gusta la actividad económica que realiza? ¿Diría que “se siente realizada” haciendo eso? ¿Por qué? c) Acceso y control de los recursos y beneficios (Preguntas de conocimiento, opinión/valor y de experiencia/conducta) 1) ¿Tiene Ud. algún crédito? ¿Qué opina sobre los créditos? ¿Cree que ayudan a las personas? ¿Cree que hay diferencias entre mujeres y hombres con respecto a solicitar/pagar créditos? ¿Qué piensa? 2) ¿Quién decide el uso que se le dará al dinero producto del crédito, a las ganancias o al sueldo que obtiene Ud.? ¿Por qué? 3) ¿Tiene Ud. herramientas/maquinaria/utensilios de trabajo que le pertenecen? ¿Quién decidió comprarlas? ¿Por qué? 83

Situación de género Aspectos a tomar en cuenta: a) Actividades reproductivas (Preguntas de conocimiento, opinión/ valor y de experiencia/conducta) 1) ¿Cómo concilia el trabajo doméstico y el productivo (distribución de las tareas del hogar, quién realiza las actividades que no alcanza a hacer, quién cuida las hijas e hijos pequeños)? 2) ¿Siente recarga de trabajo en su casa? ¿Cómo puede solucionarlo? ¿Qué siente al respecto? b)

Condición 1) ¿Cómo influye la satisfacción de las necesidades básicas (agua, luz, salud, educación, etc.) en Ud. y su familia?

c)

Posición 1) ¿Cree Ud. que ahora recibe más reconocimiento de su familia y de la comunidad? ¿Por qué? 2) ¿Toma Ud. sus propias decisiones? ¿Cómo las toma? 3) ¿Se siente una mujer lideresa en su comunidad? 4) Ha continuado en la educación no formal/educación formal

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Esta edición consta de 500 ejemplares que se imprimieron en octubre de 2008, en Imprenta Criterio. Tel.: 2298-6660