LA IMPORTANCIA Y LOS RETOS DEL EMPRESARIO COLOMBIANO

LA IMPORTANCIA Y LOS RETOS DEL EMPRESARIO COLOMBIANO Por: Rafael España González Profesor Pontificia Universidad Javeriana El objeto de estas notas ...
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LA IMPORTANCIA Y LOS RETOS DEL EMPRESARIO COLOMBIANO

Por: Rafael España González Profesor Pontificia Universidad Javeriana

El objeto de estas notas es desarrollar algunas ideas en torno al papel del empresario en la sociedad ya la importancia de la creación de empresas. El análisis se centra en el caso colombiano pero tiene validez en el área latinoamericana. La verdad es que crear una empresa constituye un reto fascinante y difícil. Según los datos del Censo Económico de Colombia de 1990 operaban en este país más de un millón de unidades económicas. De dicho total, el mayor número corresponde a los establecimientos de comercio al por mayor y al detal, que aportan el 56% del universo empresarial colombiano. Le siguen las actividades distinguidas con el nombre de servicios, que incluyen restaurantes, hoteles, consultorios médicos, instituciones de enseñanza y entidades financieras. Aquí viene la primera sorpresa: la mayoría de las empresas colombianas son de propiedad individual que no alcanzan a ocupar más de dos personas en promedio. En el cuadro se muestra algunos indicadores al respecto, basados en el Censo Económico del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE. NUMERO DE EMPRESAS COLOMBIANAS SEGUN TIPO DE ORGANIZACIÓN JURÍDICA

FUENTE: DANE, 1990

El 48% de las empresas colombianas no emplea sino una persona y, en forma

acumulativa, las que tienen menos de cuatro trabajadores representan el 850¡0 del total. La figura de la sociedad anónima, que tanta atención ha merecido entre los analistas, tan sólo representa el 1.4%. Otra característica interesante de la estructura productiva colombiana es que la mayoría de las empresas tiene una vida efímera. En efecto, el 43% tiene de constituida menos de dos años y solamente el 24% tiene más de diez años de existencia. La esperanza de vida de las unidades empresariales en Colombia es muy baja: a lo sumo unos cuatro años. Parece confirmar este dato la presunción inicial: crear empresas con futuro, que crezcan y que se consoliden en el mercado es asunto verdaderamente serio y difícil. Casi todas las aventuras empresariales terminan en el fracaso y esto es válido tanto en ciudades capitales, como en pueblos de 15.000 habitantes. En Bogotá, inclusive, la proporción de empresas con menos de dos años de vida es mayor que para el nivel nacional. La mayoría terminan quebrando, otras serán cerradas voluntariamente dejándole a sus propietarios lecciones aprendidas y un suspiro por haber dejado escapar la ilusión de convertirse en empresarios. Y unas pocas tendrán un final feliz cuando el dueño venda su empresa a otra o cuando comience a expandirse y conquistar nichos en el mercado. Pero por fortuna para la sociedad, con mayor rapidez de la que mueren unas, nacen otras, En Colombia el número de empresas crece anualmente, salvo unos cortos interregnos como el período recesivo de los años 82 y 83. El número de nacimientos de empresas, siempre ha superado al de fallecimientos. La Apertura Económica, contrario a lo que algunos podrían suponer, ha significado mayores posibilidades de creación de empresas. Varios hechos explican esta sugestiva situación. Por ejemplo, los municipios todos han disminuido sensiblemente los trámites administrativos a que se ven sometidos los empresarios para poder operar legalmente, En Bogotá hace 10 años, se necesitaban 48 pasos para abrir un negocio cualquiera: desde el permiso de los bomberos hasta el registro mercantil, pasando por innumerable cantidad de sellos a cargo de los burócratas de las Secretarías de Higiene, Hacienda, Gobierno, el Catastro, las empresas de servicios públicos y la Policía. Actualmente el número de pasos para constituir una empresa, como gran hazaña, se han reducido a unos 8.

Pero también la liberación del comercio exterior y la eliminación de las siempre arbitranas licencias de importación, la apertura del sistema financiero, la desregulación de la inversión extranjera, y la flexibilización de las normas laborales, contribuyen a explicar el dinamismo de la creación de empresas en los

últimos años. Las empresas están invirtiendo y eso se refleja en el apreciable aumento de la inversión privada que reportan las Cuentas Nacionales, y que ha impulsado el crecimiento de toda la economía. Al revisar la composición del empleo por posición ocupacional, hay también una sorpresa agradable: ha aumentado la proporción de patrones 1. Una evidencia más de que la creación de empresas sigue su marcha y que son más las que nacen que las que mueren en el intento.

EL MUNDO DE LAS MICROEMPRESAS De acuerdo con los resultados del Censo Económico Multisectorial, más de la mitad de los establecimientos industriales y de servicios se catalogan como informales. En el comercio por ejemplo, esa proporción de informalidad es del 67% yen la industria del 56%. El DANE define al sector informal como un conjunto de unidades de producción constituidas por personas naturales y sociedades de hecho que no están registradas institucionalmente y con un tamaño de hasta 10 trabajadores, incluyendo al patrono. Independientemente de los problemas metodológicos que tenga esa definición, lo cierto es que predominan ampliamente los negocios informales sobre los formales. (Ver cuadro). CONCENTRACION SECTORIAL EN LA INDUSTRIA, COMERCIO y SERVICIOS

FUENTE: DANE * Se calcula corro una relación entre el número de los establecimientos informales y los formales.

El papel que desempeñan estas empresas "infinitesimales" no puede desdeñarse, entre otras cosas porque en ellas encuentra ocupación el 52% de la fuerza laboral colombiana. En el país existen más de 200.000 tiendas de barrio, unas 12.000 droguerías y más de 30.000 bares, tabernas y griles y similares, cuyos propietarios intentan ganarse la vida. En total, había en 1990 unas 600.000 microempresas que venden en promedio, no más de un millón y medio de pesos mensuales cada una a valores de 1996. (US$ 1.500). Y son más pocas las microempresas que tienen verdadero éxito. La mayoría de ellas no reportan a sus dueños mucho más de lo que éstos podrían ganar con

menos esfuerzos y riesgo trabajando como empleados de otra empresa. Al respecto conviene mencionar que un estudio efectuado sobre las tiendas de barrio en Colombia demostró que las utilidades que estos negocios le proporcionan a sus dueños, son tan exiguas que escasamente les alcanza para sobrevivir 2, Pero en muchos casos, especialmente en ciudades pequeñas, el volumen de las ventas no es suficiente para que el tendero obtenga por su esfuerzo siquiera una cuantía similar a la del salario mínimo, con el agravante de que no tiene acceso a la seguridad social, ni al subsidio familiar, ni del transporte, ni a vacaciones, y que su jornada laboral va de domingo a domingo durante más de '2 horas diarias. Aún así, los individuos siempre querrán empezar un negocio propio, crear empresa. Puede que su propia aventura sea la que tenga éxito. Pero aquí viene la parte más hermosa del asunto: aún cuando los informales nunca consigan ganar más de tres millones de pesos al año, (US$3.OOO) tiene un atractivo enorme poder hacer sus propios planes, acariciar ilusiones y realizar las variadas tareas que le exige a su propietario una pequeña empresa. Y ese espíritu empresarial debe cultivarse. Además, nada agrada al hombre como la creación de su propia obra.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE LA CREACION DE EMPRESAS ¿Qué ventajas tiene el establecer una empresa? A cambio de la oportunidad de tener una empresa propia, se sacrifican los beneficios que los empleados dan por hechos: un trabajo y un sueldo fijo, días de descanso obligatorios, vacaciones pagadas e incapacidades, algunos auxilios, seguridad social y la facultad de abandonar el trabajo al final del día. Igualmente, el hecho de que cada año se inicien empresas significa que se considera que tener un negocio ofrece ciertas ventajas que recuperan su inversión no solo en términos económicos o monetarios sino en satisfacción. Algunas de estas ventajas son: Control. Se tiene la autoridad para tomar decisiones. Como dueño se tiene el poder de dirigir todas las actividades de la empresa. Libertad Creadora. Las ideas y talento pueden expresarse con libertad sin las restricciones impuestas por políticas fijas y la necesidad de seguir los canales. Beneficios. Mientras más éxito tenga la empresa, se obtiene más dinero. Así como los salarios de los empleados dependen por lo general de la aceptación de presupuestos y aumentos en el costo de la vida, el del empresario depende directamente del desempeño. Seguridad del Trabajo. El dueño de la empresa no puede ser despedido, destituido u obligado a retirarse. Orgullo. La satisfacción de saber que se ha hecho una empresa exitosa a

través de los propios esfuerzos. El ser dueño tiene sus desventajas. Entre las mencionadas con más frecuencia están: Riesgo de la Inversión. Si la empresa fracasa se puede perder toda la inversión. Además, se pueden arriesgar los bienes personales. Jornadas Largas. El mantener en operación una empresa rara vez toma de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., en especial en un principio. Hay que estar preparados para trabajar 1 2 horas al día o más para hacerla funcionar. Fluctuación de Ingresos. En lugar de tener un sueldo fijo, los ingresos están sujetos a las altas y bajas de la empresa. Responsabilidad. La libertad de tomar decisiones implica el deber de respaldar. Uno es responsable de cualquier cosa que salga mal. Presión. La obligatoriedad de satisfacer a los clientes, pagar la nómina y satisfacer las demandas de los acreedores siempre existe. Reglamentos. Se tienen que cumplir las normas legales, así como satisfacer las estipulaciones impuestas. por las compañías de seguros.

¿Qué tiene más peso, las ventajas o las desventajas? Esto sólo lo puede determinar cada quien, Algunas personas sólo pueden ser felices cuando trabajan para ellos mismos, otros prefieren trabajar para un patrón, En todo caso, el potencial empresario debe pensar qué empresa disfrutaría administrando, porque no solamente se trata de hacer dinero sino divertirse en el proceso, El Nobel colombiano Gabriel García Márquez, al hacer entrega del informe de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo en julio de 1994, expresó una formidable oración: "La realidad no termina donde dicen los textos, ... La vida sería más larga y feliz si cada quien pudiera trabajar en lo que le gusta, y sólo en eso".

APTITUDES DE UN EMPRESARIO ¿Se tiene la capacidad de tener y operar una empresa propia? No es cuestión de qué tan inteligente se es; tiene más que ver con la personalidad y comportamiento. Se han hecho investigaciones que demuestran que los individuos que poseen ciertas características tienen más posibilidades de tener éxito como propietarios de empresas que los que no la tienen. Estos atributos son:

Motivación. Es el empuje (mental y físico) para tener éxito, para cumplir con las tareas elegidas en los términos de cada quien. Confianza. Es la fe en las capacidades de cada quien y sus oportunidades de éxito. Disponibilidad a tomar riesgos. Es la disposición a sacrificar, en caso de

que sea necesario. la misma segundad propia para alcanzar las metas. Habilidad para tomar decisiones. Es el talento para analizar situaciones complejas y obtener las conclusiones que dan lugar a que la empresa tenga éxito. Relaciones Humanas. Es la habilidad para interactuar con otros. de inspirar cooperación, confianza y lealtad. Comunicación. Es la habilidad de expresarse y comprender a otros, para poder compartir ideas. Habilidad Técnica. Es la experiencia para producir los bienes y servicios de la empresa. De un primer análisis de casos exitosos de la gerencia de medianas, pequeñas y microempresas que se ha efectuado en el Departamento de Administración de la Universidad Javeriana de Bogotá, puede establecerse que los empresarios manifiestan una gran capacidad de enfrentar riesgos, donde se combinan audacia, intuición y racionalidad. Ninguno de los agentes analizados tenía asegurado el éxito financiero antes de iniciar sus negocios, pero pudo más el espíritu empresarial que la comodidad de permanecer en calidad de asalariados. Observamos igualmente que no se aplica un proceso formal de planteamiento de las empresas. En su lugar, se diseñan algunas estrategias, colocando eso sí un especial cuidado en las de carácter financiero. En cuanto a los factores no controlables que afectan a la empresa, Como la situación económica, la estructura del mercado, las decisiones que toman el gobierno y el Congreso, la inseguridad, una manera de tratarlos es estar al tanto de lo que pasa en cada área. Algunos propietarios de empresas, aún de mediano tamaño, muchas veces viven tan absortos en sus problemas que olvidan mantenerse informados medianamente de los eventos que pueden influir de modo directo en sus operaciones. Hay que leer prensa, ver noticieros de televisión, escuchar a la gente, intercambiar opiniones con otros colegas. Un grupo grande de estudiantes universitarios, especialmente de Economía y Administración, no valoran la importancia de la información. En el mundo existen dos clases de opinión: la opinión pública y la opinión informada. Hay que esforzarse para estar en el segundo grupo. Y si éste fenómeno de la desinformación se palpa a nivel de universitarios y recién egresados, ya puede el lector suponer en qué estado se encuentran los microempresarios y los informales, cuando la absoluta mayoría no pudo cursar el ciclo básico de la educación y ve muy distante la posibilidad de matricularse en un centro de formación técnica.

EL VITALISMO EMPRESARIAL

No son muy frecuentes las alusiones favorables a los empresarios. Es más, en algunos círculos se sostiene que el empresario es un mal necesario. Si nos remitimos al pensamiento de los grandes economistas sobre el tema, encontramos en general un concepto negativo o por lo menos peyorativo. Adam Smith los califica de egoístas, avaros y desconfiables, afirmando que nunca podríamos esperar mucho de su condición humana; otros clásicos y neoclásicos no consideran la figura del empresario con nombre propio dentro del conjunto de ecuaciones que solucionan el problema económico, y nunca lo vieron como solución a las crisis del capitalismo, pasando por alto que ha sido él, con sus innovaciones tecnológicas, la savia del progreso. Muchos empresarios habrán tenido ya la ocasión de percibir el tratamiento injusto que algunos sectores de la opinión pública, más no de la informada, le dan al hombre de empresa. Si no lo consideran un patrón tirano y explotador, que se apropia sin ningún rubor de una plusvalía, en todo caso lo miran como un sujeto que hay que soportar. No son todos, claro está, los pensadores que tratan peyorativamente al hombre de empresa. Por ejemplo Keynes, Schumpeter y más recientemente Michael Porter, destacan la insustituible función del empresario y señalan que su creatividad y espíritu aventurero constituyen el motor del sistema económico capitalista. Keynes, el célebre Lord inglés, cuando analiza los factores determinantes de la inversión destaca la tasa de interés y la rentabilidad esperada, pero sostiene que más importante que estos elementos, está el espíritu animal que acompaña a los empresarios, que los hace asumir riesgos, invertir y hacer negocios, aún cuando una evaluación del respectivo proyecto les sugiere que la inversión planeada no será muy rentable, Pueden más las corazonadas, la fe y la esperanza de que las cosas pueden salir bien y no se perderá el esfuerzo invertido -bien sea tiempo, trabajo o dinero-, que el resultado frío de una sofisticada operación presupuestal aunque arroje sombrías perspectivas. Vale la pena referenciar textualmente las observaciones de Keynes en torno a los incentivos para invertir, y valga el comentario, pienso que esta es la mejor parte de su obra cumbre, la Teoría General de la Ocupación el interés y el Dinero. "Gran parte de nuestras actividades positivas dependen más del optimismo espontáneo que de una expectativa matemática, Nuestras decisiones son el resultado de la fogosidad, de un resorte espontáneo que impulsa a la acción, de preferencia a la quietud, y no como consecuencia de un promedio ponderado de los beneficios cuantitativos multiplicados por las probabilidades cuantitativas. Si la fogosidad se enfría y el optimismo espontáneo vacila dejando como única base de

sustentación la previsión matemática, la empresa se marchita y muere. La prosperidad económica depende del ambiente político y social que agrada al tipo medio del hombre de negocios". Y prosigue Keynes: "No tiene sentido crear una nueva empresa incurriendo en un gasto mayor que aquel a que se puede comprar otra igual ya existente. Los resultados efectivos de una inversión a largo plazo, rara vez coinciden con las expectativas originales. El mercado está sujeto a oleadas de sentimientos optimistas o pesimistas, que son intuitivos, y sin embargo legítimos en cierto sentido, pues hay pocas bases sólidas para un cálculo razonable". Hasta aquí la cita. Eso es bien cierto. De lo contrario no podría explicarse que en Colombia, y en el mundo entero, aparezcan todos los días empresas que tienen corta vida. La intuición y los sentimientos no podrán ser derrotados por la razón. De manera que si alguien quiere y tiene los medios para crear una empresa, lo más probable es que inicie su aventura fascinante sin tomar muy en cuenta el raciocinio de la matemática financiera. Porque si los empresarios soportaran todas sus decisiones con base en la estadística, la evaluación de proyectos y la tasa interna de retorno, nunca invertirían. No deja de sorprender que estas ideas parecen chocar con la ciencia y con los conocimientos que se adquieren en' las carreras de administración. Pero existe ya cierta evidencia de que las decisiones de los hombres de empresa no necesariamente corresponden a las que enseñan los textos de administración y de gerencia, y a pesar de todas las cosas marchan, más bien que mal.

EL TRIUNFO y EL FRACASO DE LAS EMPRESAS: NUEVOS ENFOQUES. Si a un economista se le preguntara por qué triunfan o fracasan las empresas, respondería que si existe un mercado Libre, acceso a capital y trabajo y un sistema de precios libre la economía funciona. Un Administrador de Empresas diría que buena parte del triunfo o del fracaso de la empresa dependerá del manejo que sus dueños o administradores le den y que si aplican acertados criterios gerencia les las cosas podrán salir bien. Pero así como se encuentran estas explicaciones tradicionales, hay también versiones alternativas. Precisamente, el Premio Nobel de Economía 1993, Douglass North, piensa que las economías y las empresas más saludables son más el producto de conceptos confusos como las creencias. "La gente, dice North, tiene sus propios modelos subjetivos y actúa sobre la base de ideologías y puntos de vista religiosos" .Sostiene que los procesos químicos cerebrales, la psicología, la filosofía y la economía interactúan para producir lo que aparentemente son decisiones irracionales.

Estas ideas, heterodoxas, compatibilizan muy bien con el pensamiento keynesiano descrito anteriormente. Las decisiones empresariales tienen mucho más de intuición de lo que los economistas o administradores convencionales creen. Eso también se pudo observar en el análisis sobre casos exitosos de gerencia de pequeñas empresas adelantado en el Departamento de Administración de la Universidad Javeriana. Constituye un axioma que la administración es el arte de planificar, organizar, coordinar y controlar una empresa, pero estudios más bien recientes desmitifican estos conceptos. Se dice que el directivo es un planificador reflexivo y sistemático, que la dirección es una ciencia o una profesión, y muchas cosas más. Pero la realidad es bien distinta. Una observación rápida de cualquier empresario pulveriza la noción de que los directivos practican una ciencia. Una ciencia implica la promulgación de unos procedimientos o programas sistemáticos analíticamente determinados. Las acciones propias de los empresarios como la programación de su tiempo, procesar información, tomar decisiones, etc. permanecen profundamente encerradas en sus cerebros. Para describir esos programas de los directivos dependemos de palabras como juicio o intuición. Y en cuanto a que los directivos son planificadores y reflexivos, la evidencia ha demostrado reiteradamente, que los directivos trabajan a un ritmo incesante, que sus actividades se caracterizan por la brevedad, variedad y discontinuidad, que están frecuentemente orientados hacia la acción y que no les gustan las actividades reflexivas. El empresario está sobrecargado de obligaciones, pero aún así no puede delegar fácilmente sus tareas. En consecuencia, aseguran los heterodoxos y "nuevos herejes" de la administración, se ve obligado a trabajar demasiado ya realizar demasiadas tareas superficialmente. La brevedad, fragmentación y la comunicación oral caracterizan el trabajo. Personajes como Fayol, Tay1or, Ford y otros tantos, probablemente estarían perplejos de ver cómo sus enseñanzas que se han transmitido de generación en generación a través de sus libros, y que siguen siendo motivo de inspiración de los autores de los textos administrativos de hoy, no guardan una estrecha correspondencia con las realidades de la gerencia y con la maneras de actuar de los empresarios. Varios directivos de las facultades o carreras de administración de las universidades colombianas no han estado ajenos a estos nuevos enfoques. Por ello es que se observa un saludable y constante trabajo por actualizar y reacomodar los diferentes programas académicos, privilegiando asignaturas propias de las humanidades, de la cultura general, de la comunicación, la redacción, de las matemáticas, pero concebidas estas últimas como un lenguaje y un modo de interpretar hechos. También se aprecian en numerosas facultades de administración de empresas

esfuerzos por dictar seminarios de habilidades gerenciales, de entorno empresarial, de técnicas de negociación, de gerencia integral y en fin, de acciones tendientes a integrar en un cuerpo global áreas que pareciera fueran compartimentos estancos como las finanzas, las organizaciones y el mercadeo. El mayor contacto del estudiante con las realidades de Colombia, a través de prácticas dirigidas o de semestres de trabajo con organizaciones de toda índole, son igualmente señales positivas de que el reacomodo a las complejas realidades del mundo empresarial de hoy está llegando a la universidad.

CREACION DE EMPRESAS Y DE EMPRESARIOS Recientemente se divulgó el informe realizado por la compañía norteamericana Monitor, dirigida por el profesor Porter, sobre las posibilidades de crear ventajas competitivas en Colombia. Su contenido ha creado gran controversia porque dice cosas bastante irreverentes sobre las empresas colombianas. Su enfoque, en general, es pesimista y crítico. Una de las numerosas recomendaciones que hace Monitor es la formación de nuevas empresas. Explica el informe que para mejorar la fortaleza de los sectores de la industria colombiana es fundamental realizar esfuerzos concertados que incentiven la formación de nuevas empresas, especialmente en las áreas de exportación de maquinaria, diseño y servicios como la consultoría técnica administrativa y la publicidad. Pero independientemente de que Monitor haya dicho que urge la formación de nuevas empresas, lo cierto es que siempre será necesario e importante que se creen empresas, que Son las que llevan a cabo el proceso productivo. No debe pasarse por lo alto que esta es una economía de libre empresa, lo que significa que el que quiera montar una empresa lo puede hacer. El empresario colombiano Hernán Echavarría Ológaza, en su obra más reciente, sostiene que el principal obstáculo para el desarrollo de una nación es que no tenga espíritu empresarial. Ese espíritu empresarial se ha convertido en el mundo moderno en uno de los principales factores de producción. Puede haber muchas otras cosas que impidan que se creen empresas pero es más grave aún que no haya muchas personas que quieran tomarse el trabajo de ser empresario. Sin embargo, es bueno preguntar hasta donde es conveniente forzar a las personas a que se conviertan en empresarios, es decir que los hombres de negocios se hagan por decreto. Ellos mismos escogen serio o no serio. Son las personas quienes deben tomar la decisión de ser asalariados o de convertirse en empresarios. Pero a través del apoyo y de la misma capacitación, puede ayudarse a la gente que quiera a que forje o a que descubra habilidades y espíritu

empresariales.

ANTE UN MUNDO CAMBIANTE, NUEVAS ESTRATEGIAS EMPRESARIALES

El aumento de la competencia entraña replanteamientos de gran parte de las actitudes de los empresarios en materia de precios, calidad, servicio, que caracterizaron las formas de operar en unas economías cerradas. En el pasado, las empresas latinoamericanas basaron su crecimiento y rentabilidad en el desarrollo y la protección del mercado interno en un ambiente benévolo que les daba seguridad y buenos resultados sin grandes dificultades. Pero ahora el escenario es otro y los consumidores son cada vez más selectivos ya que tienen un mayor acceso a la información gracias a la magia de las telecomunicaciones. Lo anterior exige desarrollar empresas más competitivas, capaces de crear y capitalizar oportunidades para satisfacer las necesidades de los mercados nacionales y de exportación. La empresa privada es hoy el propulsor de una economía de mercado que tiende a imponerse en el ámbito mundial. Ya no es posible considerar que los factores de producción identificados por los economistas se limitan a los recursos naturales, la mano de obra y el capital. En el umbral del siglo XXI la capacidad gerencia' se ha convertido en un recurso precioso y crítico para el avance de toda sociedad. El pensamiento de la administración ha evolucionado apreciable y rápidamente. Se percibe una nueva corriente de ingeniería de procesos organizacionales y empresariales que plantea profundos cambios de gestión productiva: la antropología corporativa, la inteligencia empresaria!, la gerencia de talentos, la gestión de la innovación tecnológica. la logística comercial internacional, el manejo ambiental, son todos campos en los que se deben mover los gerentes líderes. La arquitectura organizacional, la competitividad basada en el tiempo, el empoderamiento y otros tantos, son conceptos complejos que se están abriendo paso en el ambiente empresarial y administrativo en el mundo desarrollado. Las nuevas realidades gerenciales de la subregión deben contemplar también estos asuntos. Será preciso que nuestras empresas trabajen, ya no con un enfoque esencialmente nacional o parroquial, sino con una visión de alcance global. Esta idea pareciera por momentos irrealista para la empresa latinoamericana, luchando como está por resolver problemas de la coyuntura y por encontrar financiamiento para hacerle frente a sus necesidades operativas actuales. Pero es bueno recordar que muchas empresas, particularmente de Japón y Corea, que han

alcanzado posiciones de incuestionable liderazgo mundial, como por ejemplo Samsung, Canon y Gold Star, comenzaron también con ambiciones superiores a los recursos y capacidades que tenían. No hay pues razón para creer que en Colombia y en Latinoamérica, no se puedan concebir y hacer realidad visiones estratégicas semejantes. Lo importante en toda estrategia de globalización es tener presente que nuestro afán de hacer cosas afuera no nos lleve a descuidar nuestra competencia doméstica. Con mucha razón el Profesor Michael Porter, de Harvard Business School, señala que la base nacional de una empresa es absolutamente crucial para su triunfo en el exterior. Es difícil pensar que una empresa que no haya logrado competitividad en su propio país, frente a otros productos nacionales e importados, pueda establecer negocios viables en el extranjero. El reto de la globalización empieza en casa, En la medida en que se encuentra el éxito en las operaciones nacionales, sería más expedito extender el horizonte empresarial al mundo entero.

OJALA QUE HAYA MÁS Y MÁS BUENOS EMPRESARIOS

Para terminar, transcribimos las palabras que digiera hace unos años a sus afiliados, un importante dirigente gremial mexicano. Yo no conozco promotor industrial que viva tranquilo; no conozco un empresario promotor que tenga buen dormir; no conozco un empresario con su industria en crecimiento que lleve una vida plácida y feliz. El manejo de las empresas es un arte difícil, muy duro y para hombres muy hombres; Porque al empresario se le reprocha dentro de sus consejos; Se le reprocha en el esfuerzo social para que cumpla con normas y estándares de calidad; Se le reprocha en el forcejeo en las negociaciones obrero-patronales; Se le reprocha para que baje precios; Se le reprocha para que no agote su paciencia y fuerza de resistencia y no venda a un competidor extranjero; Se le reprocha que no vaya al paso de la tecnología; Se le reprocha que tenga dinero y se le reprocha que no tenga suficiente capital como para ser el mejor empresario del mundo; Se le reprocha que no pague suficientes impuestos;

Se le reprocha que regatee salarios; Se le reprocha que no crezca al ritmo de la imaginación de la gente Que no sabe de las industrias ni de empresas. Al empresario generalmente se le reprocha hasta que se le destruye, He visto a empresarios retirarse en sesiones de consejo de administración, después de muchos años de servir a sus empresas, casi con conciencia de culpa por no haber satisfecho las exigencias, especialmente de los recién llegados. Hacerse empresario es escoger una profesión difícil e ingrata. ¿Seremos capaces de reconocer su valor y cuánto lo necesitamos? Colombia necesita empresarios. Necesitamos muy buenos empresarios. Requerimos muy buenos empresarios. El gobierno colombiano tiene que ayudar a formarlos, a defenderlos, a mejorarlos ya hacerlos triunfar, porque los empresarios son indispensables en la creación de centros de trabajo y de producción. Los empresarios son el mejor instrumento para hacer justicia social y las empresas son la mejor garantía también para que los países progresen y se desarrollen equilibrada y democráticamente, cordialmente entre sus habitantes. Cada proyecto es una angustia, cada empresa es un centro de conflicto. Pero cada proyecto es un reto y cada empresa es una responsabilidad. Ojalá haya en Latinoamérica más y más buenos empresarios.