INFORME del DIRECTOR EJECUTIVO

Terry P. Townsend

a la 69a Reunión Plenaria del

COMITE CONSULTIVO INTERNACIONAL DEL ALGODON Lubbock, Texas, EE.UU.

20 al 25 de septiembre, 2010

Una Perspectiva Equilibrada sobre el Algodón: Respondiendo a Problemas Válidos, Desafiando Críticas Irresponsables

Sr. Presidente, distinguidos delegados, observadores e invitados, gracias por la oportunidad de dirigirme a la 69a Reunión Plenaria del CCIA que se viene celebrando desde 1939. Las industrias algodoneras y de textiles de algodón son fundamentales para el crecimiento económico de los países desarrollados y en desarrollo, y contribuyen al desarrollo sostenible y socialmente responsable. El algodón se cultiva en más de 100 países en casi 33 millones de hectáreas, es decir el 2,5% de la tierra cultivable del mundo, convirtiéndose en uno de los cultivos más importantes en términos de uso de la tierra después de los cereales y la soja1. El algodón también es un producto básico agrícola que se comercia ampliamente con casi todos los países involucrados en la exportación y la importación de fibra de algodón. Más de 100 millones de unidades familiares participan directamente en la producción de algodón2. Cuando se toman en cuenta la mano de obra familiar, la mano de obra contratada en la explotación y los trabajadores en los servicios auxiliares tales como transporte, desmote, enfardado y almacenamiento, la participación total en el sector algodonero se estima en más de 250 millones de personas 3. El algodón también proporciona empleo a millones más en industrias afines como las de insumos, maquinarias y equipos agrícolas, trituración de semillas de algodón y fabricación de textiles. El cultivo del algodón contribuye a la seguridad alimentaria y eleva las expectativas de vida en las zonas rurales de los países en desarrollo de Africa, Asia y Latinoamérica4. El algodón desempeñó un papel significativo en el desarrollo industrial a partir del siglo XVIII, y hoy en día sigue desempeñando un papel importante en el mundo en desarrollo como una fuente importante de ingresos. El valor de 22 millones de toneladas de la producción algodonera mundial en 2009/10 a un precio promedio mundial de $0,78 por libra de fibra, o $1,72 por kilogramo, ascendió a $37 mil millones aproximadamente. Críticas A pesar de los impactos positivos del algodón y los beneficios a los consumidores, el algodón está siendo severamente criticado por tener impactos negativos sobre el medio ambiente y por abusos sociales. Para citar varios ejemplos, una tienda de ropa distribuye información sobre las prendas de vestir en el punto de venta que dice: “El algodón es uno de los cultivos más tóxicos del planeta,” y prosigue exponiendo falsamente el uso de productos químicos en la producción de algodón, empleando términos como “insecticidas”, “plaguicidas” y “químicos sintéticos” de manera intercambiable y a equiparar los cultivos biotec con “riesgoso”5. Esta misma empresa elogia las virtudes del poliéster reciclado y las fibras orgánicas. Una organización no gubernamental publica informes específicos sobre el algodón indicando que, “El algodón cultivado de manera convencional utiliza más insecticidas que cualquier otro cultivo y compendia los peores efectos de la agricultura químico-dependiente. Esta ONG agrega que “Los productores algodoneros suelen utilizar muchos de los plaguicidas más peligrosos en el mercado incluyendo aldicarb, forato, metamidofos y endosulfán. Los plaguicidas para el algodón son a menudo organofosfatos de amplio espectro –plaguicidas desarrollados originalmente como 1

El trigo se cultiva en más de 200 millones de hectáreas; el arroz y el maíz en casi 150 millones de hectáreas, y la soja en casi 90 millones de hectáreas. FAOSTAT. 2 Paola Fortucci, Director, Commodities and Trade Division, FAO, 2002 3 Estimado de la Secretaría del CCIA, 2009. 4 a Actas de la 68 Reunión Plenaria del CCIA, Ciudad del Cabo, Sudáfrica, septiembre 2009. 5 Etiqueta colgante en el punto de venta distribuida en la ropa en una tienda de Patagonia en Washington, D.C.

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agentes nerviosos tóxicos durante la Segunda Guerra Mundial- y carbamatos. Los plaguicidas que se usan en el algodón, incluso cuando se aplican conforme a las instrucciones, causan daños a los seres humanos, la vida silvestre y el medio ambiente. Estos plaguicidas pueden envenenar a los trabajadores agrícolas, ser arrastrados hacia las comunidades vecinas, contaminar el agua freática y superficial y matar insectos benéficos y microorganismos del suelo”6. Otra organización tiene un proyecto específico sobre el algodón y en su sitio web comenta, “La producción algodonera mundial, valorada en más de $32 mil millones cada año, debe estar mejorando vidas. Sin embargo, muy frecuentemente este “oro blanco” trae miseria”7. El proyecto del algodón de esta organización está completo con películas, fotografías y el apoyo de personas famosas. La crítica a la industria algodonera y la producción algodonera no siempre proviene de intereses comerciales que buscan ventaja competitiva o de las ONG fuera del sector algodonero. Algunas publicaciones gubernamentales alegan el uso de trabajo infantil y trabajo forzoso en la producción de algodón en países miembros del CCIA8. Adicionalmente, una ONG que trabaja dentro del sector algodonero y cuyos representantes han sido invitados a hacer uso de la palabra en reuniones plenarias anteriores del CCIA, afirma en su página web que, “Más del 99% del algodón utilizado para hacer estos productos es cultivado de manera convencional, lo cual significa que se produjo utilizando productos químicos tóxicos que son sumamente perjudiciales para el medio ambiente, la salud de los productores y las comunidades vecinas. El algodón orgánico es una alternativa más saludable y viable que se cultiva sin el uso de productos químicos tóxicos y las prácticas de manejo orgánico fortalecen las comunidades agrícolas”9. Existen muchos ejemplos de información negativa sobre la industria algodonera mundial que difunden distintos grupos de interés. Las quejas más comunes son que el algodón requiere cantidades excesivas de plaguicidas y fertilizantes, que los productos químicos agrícolas más tóxicos son utilizados en el algodón, que el uso de plaguicidas en el algodón es cada vez mayor, que los residuos químicos perjudican la salud de los productores algodoneros, los trabajadores agrícolas y los vecinos en las zonas agrícolas algodoneras, que los residuos de plaguicidas de la semilla de algodón se transmiten a los consumidores en productos cárnicos y lácteos, que el algodón utiliza una cantidad excesiva de agua, que el algodón emplea trabajo infantil y trabajo forzoso, que la producción de algodón es ambientalmente devastadora, y que en algunos países la industria algodonera contribuye a la represión política y la pobreza. Respuesta tridimensional Las respuestas a este tipo de información por parte de personas conocedoras de la industria algodonera son previsibles: negación, rechazo, resentimiento o ira. Sin embargo, estas respuestas no son constructivas, y a pesar de la gran cantidad de evidencia empírica que refuta o pone en contexto cada uno de los argumentos, las quejas contra el algodón no van a desaparecer. El peligro para la industria es que el algodón depende de la preferencia de los consumidores para mantener la demanda. El poliéster puede ser más largo, más fuerte, más fino, más uniforme, sin contaminación y más estable en precio que el algodón, y los hilanderos cambiarían al poliéster si los consumidores compraran dichos productos. Por lo tanto, los 6

Red de Acción de Plaguicidas de América del Norte, www.panna.org, “PANNA”: Problema con la producción de algodón convencional. 7 Fundación para la Justicia Medioambiental, www.ejfoundation.org. 8 Gobierno de los EE.UU., Ministerio de Trabajo, Lista de Productos Derivados del Trabajo Infantil o por Trabajo Forzoso del Ministerio de Trabajo, 2009 9 Organic Exchange, HealthyCotton.org

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argumentos que potencialmente debilitan la confianza de los consumidores en el algodón, y que los motiva a elegir fibras alternativas, son una grave amenaza para la sostenibilidad de la industria y el medio de vida de más de 250 millones de personas. En consecuencia, debe haber una respuesta tridimensional que estriba en: 1) escuchar los argumentos y evaluar estrategias acordes en respuesta a inquietudes válidas, 2) elevar el rendimiento del algodón a través de la integración de mejores prácticas, y 3) hacerle frente a las campañas notorias de desinformación y pedir cuentas a aquéllos que saben, o deben saber, que esos argumentos son exagerados o erróneos. La misión del CCIA es ayudar a los gobiernos en la facilitación de una economía algodonera mundial saludable mediante la concienciación sobre los temas relativos al algodón, la entrega de información necesaria para la toma de decisiones y la facilitación de la cooperación entre los segmentos de la industria y los gobiernos sobre asuntos de inquietud internacional compartida. El propósito de una reunión plenaria consiste en avanzar mediante acuerdos de cooperación y mediante la identificación de mejores prácticas apropiadas para que sean adoptadas por cada nación. Lubbock, Texas, EE.UU., es una sede excelente para una discusión sobre el desempeño social, ambiental y económico de la producción algodonera. La existencia misma de Lubbock, una comunidad próspera en artes, educación, negocios y familias, donde el algodón se cultiva dentro de la red de carreteras que circunda la ciudad y por cientos de millas en todas direcciones, es una viva refutación de los argumentos contra el algodón. El tema de esta reunión, con un énfasis en la "unidad", está concebido para poner de relieve los intereses comunes de todas las partes interesadas en la cadena de valor del algodón. Por décadas la industria algodonera mundial ha escuchado y ha sido receptiva a las críticas válidas. Ya en el decenio de 1970, la industria algodonera era líder en la aplicación de estrategias de manejo integrado de insectos y manejo de la resistencia para reducir la dependencia de los insecticidas. Las industrias algodoneras en muchos países han trabajado por décadas en el mejoramiento de la sostenibilidad de los sistemas de producción mediante la minimización del uso de recursos y la insistencia en métodos seguros de aplicación para todos los productos químicos. La Sección de Información Técnica del CCIA ha escrito extensamente sobre todos los aspectos de los sistemas de producción sostenible. La industria algodonera ha adoptado la biotecnología con entusiasmo, en buena parte como una herramienta para poder reducir el uso de insecticidas mientras protege los rendimientos, preservando así la sostenibilidad. El temario de esta reunión está lleno de oportunidades para el intercambio de información y discusión de las mejores prácticas. Habrá una Discusión de Mesa Redonda sobre la eficiencia del uso del agua, Sesiones Abiertas sobre las limitaciones de recursos, los nuevos desarrollos en tecnologías y el impacto de las normas sociales y ambientales en la industria algodonera, y habrá una reunión paralela sobre la elevación de la eficiencia. Es evidente que la industria algodonera está comprometida en un proceso de evaluación de las estrategias apropiadas para responder a inquietudes válidas y en la integración de mejores prácticas para mejorar la sostenibilidad social, ambiental y económica en todo el mundo. Poniendo las cosas en su lugar Los defensores del algodón también deben ser agresivos en poner las cosas en su lugar respuesta a los argumentos sobre desperdicios, daños y lesiones. Por ejemplo, en vez consumir el 25% de todos los plaguicidas utilizados en el mundo, como comúnmente argumenta, el algodón representó el 6,2% de las ventas mundiales de plaguicidas en 2009, 3

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porcentaje inferior al 11% obtenido en 198810. Dentro de la categoría de plaguicidas, existen herbicidas, insecticidas, fungicidas y otros productos químicos fitosanitarios. La producción algodonera representó el 14,1% de las ventas de insecticidas en todo el mundo en 2009, un porcentaje inferior al 18,9% obtenido en 2000, el primer año para el cual se dispone de datos comparables 11. Como informará el Presidente del Panel de Expertos sobre el Desempeño Social, Ambiental y Económico de la Producción Algodonera (SEEP, por sus siglas en inglés), las aplicaciones típicas de insecticidas por hectárea de algodón son aproximadamente un kilogramo de ingrediente activo por hectárea en la mayoría de las zonas productoras, aunque en algunos países las aplicaciones son más elevadas. En otros cultivos, incluyendo frutas y verduras, cereales y soja, se usan más plaguicidas que en el algodón, aunque el uso por hectárea es menor en cereales y oleaginosas comparado con el algodón. Se argumenta que el algodón es un cultivo que consume gran cantidad agua. Sin embargo, el algodón consume entre el 2% y 3% del uso agrícola del agua en el mundo, proporcional a la superficie algodonera12. Algo común en muchos de los argumentos sobre desperdicios, daños y lesiones dirigidos contra el algodón es el uso de adjetivos sugerentes y subjetivos como "tóxico", "nocivo", "peligroso", "sintético", "venenoso", "perjudicial" y "riesgoso”. Estos adjetivos son difíciles de refutar porque no son objetivos, y porque los críticos tampoco discriminan entre peligro, exposición y riesgo. (Una sustancia o maquinaria puede ser peligrosa, pero si la exposición es limitada mediante prácticas seguras, el riesgo es pequeño). Sin embargo, el uso de ese lenguaje sugerente debilita paulatinamente las percepciones del consumidor sobre la seguridad del algodón. Además, los detractores del algodón comúnmente protegen sus declaraciones con modificadores tales como "puede", "podría", o "tanto como." Esto permite a los críticos insinuar que ocurrencias individuales o situaciones de casos peores son comunes a la industria algodonera sin tener que documentar las fuentes. Una frustración particular es el uso entremezclado de los términos, "productos químicos agrícolas", "plaguicidas", "fertilizantes" e "insecticidas", como si todos fuesen equivalentes. Esto permite a los detractores difamar contra la industria algodonera argumentando la aplicación de cientos de kilogramos de "productos químicos peligrosos" por hectárea de producción de algodón, cuando las aplicaciones de productos químicos fitosanitarios equivalen a unos cuantos kilogramos por hectárea como máximo, y hasta estos se aplican de una manera segura casi siempre. La exageración, aunada a la presunción de superioridad moral, es común en las críticas del algodón. Los argumentos negativos, no importa cuán inverosímiles sean, se toman al pie de la letra y los activistas los repiten dándole así credibilidad a la exageración y la falsedad, mientras que los esfuerzos por explicar, por dar una perspectiva o refutar son descartados como egoístas o ignorados como poco dignos porque debilitan una causa moral. Los informes sobre el trabajo infantil en la recolección del algodón muestran fotografías de niños trabajando, a menudo con la argumentación, sin pruebas o explicación alguna, de que los gobiernos, a sabiendas, permiten o hasta obligan a ese trabajo. El trabajo infantil, distinto del trabajo de los niños, sí tiene lugar en la industria algodonera y es un abuso. Sin embargo, el trabajo de los niños es actualmente tan poco común en los países desarrollados que cualquier ejemplo se considera una prueba prima facia de explotación. Si el trabajo infantil fuese tan común como se argumenta, los críticos no necesitarían distorsionar o ignorar las explicaciones. Asimismo, si el desperdicio de agua y el daño ambiental asociados con la producción algodonera fuesen tan notorios como se afirma, los críticos no necesitarían utilizar ejemplos de casos peores como si fueran representativos, ni tampoco tendrían que hacer uso de ejemplos de décadas pasadas como si representaran la práctica actual. 10

Cropnosis. Cropnosis. 12 Hoekstra, A.Y. and A.K. Chapagain, 2007, Water Resource Manage, 21:35-48. 11

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Esto no es para afirmar o insinuar que no existen problemas con la producción algodonera o que todos los argumentos son falsos o exagerados. Desde hace mucho tiempo la industria algodonera y el CCIA han estado reconociendo la necesidad de mejorar, de trabajar para desarrollar enfoques pragmáticos y fomentar la adopción de mejores prácticas. Es grato señalar que activistas responsables que luchan por mejoras en la producción algodonera, incluyendo el representante de la Iniciativa para un Mejor Algodón y la Red de Algodón Responsable, están participando en la 69a Reunión Plenaria del CCIA para involucrarse de una manera objetiva y avanzar pragmáticamente. La participación de críticos responsables ayuda al Comité en sus objetivos de concienciar, proporcionar información y avanzar mediante acuerdos de cooperación. Aquéllos que estén dispuestos a trabajar de una manera pragmática con la industria algodonera siempre son bienvenidos a las reuniones del CCIA. El algodón seguirá escuchando los argumentos, así como identificando problemas sin instigación, considerando estrategias adecuadas en respuesta a inquietudes válidas, y mejorando el rendimiento del algodón mediante la integración de mejores prácticas. Los líderes de la industria y los funcionarios gubernamentales responsables de la regulación de la producción algodonera también deben estar activos para hacer frente a las campañas notorias de desinformación y pedir cuentas a los que saben que esos argumentos son exagerados o erróneos. Los detractores de la industria deberían ser retados a utilizar datos, no mitos respaldados por citas fuera de contexto; a utilizar ejemplos actuales, no información de décadas pasadas; a usar ejemplos representativos de la industria algodonera en su conjunto, no casos peores aislados; y a utilizar ejemplos que son característicos del algodón, no los sistemas de gestión imperfectos impuestos en circunstancias individuales. Además de las inquietudes sobre la sostenibilidad social, ambiental y económica de la producción algodonera, existen otros desafíos a los cuales se enfrenta la industria algodonera. Estos abarcan garantizar la rentabilidad de las pequeñas explotaciones, reducir los costos de producción, tratar las distorsiones a la producción algodonera y el comercio causadas por los subsidios y las barreras comerciales, y fortalecer la demanda de algodón entre los consumidores. El temario de la 69ª Reunión Plenaria ofrece amplias oportunidades para explorar estos temas y discutir las posibilidades de aunar esfuerzos para lograr mejoras.

Reconocimiento a las muchas facetas del CCIA Paneles de Expertos y Grupos de Trabajo La creación del Panel Consultivo del Sector Privado (PSAP, por sus siglas en inglés) en 1999 amplió el círculo de participación en las reuniones del CCIA, extendió los conocimientos especializados disponibles a los gobiernos miembros y la industria algodonera, y ayudó a garantizar que el trabajo del CCIA fuera pertinente y pragmático. El PSAP se reunió en Bremen, Alemania, en marzo 2010 y llevó a cabo conferencias telefónicas en abril, mayo, junio y septiembre. El PSAP ha sido firme en la defensa de los conceptos de las Buenas Prácticas Comerciales y el fomento de la normalización de la industria. Deseo agradecer a todos los miembros del PSAP, incluyendo el Sr. Ahmed El-Bosaty y el Sr. Dhiren Sheth, Presidente y Vicepresidente del PSAP, respectivamente, por su liderazgo este año. Neal Gillen se desempeña como representante de la Secretaría del CCIA ante la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI). Todos los miembros del sector privado dedican su propio tiempo y recursos a la prestación de sus servicios. Apreciamos en gran medida sus contribuciones.

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El Comité Permanente creó el Grupo Operativo sobre la Normalización Comercial de Pruebas Instrumentales del Algodón (CSITC, por sus siglas en inglés) en 2003 tras una decisión tomada por la 62a Reunión Plenaria celebrada en Gdynia, Polonia. Las rondas de ensayos del CSITC se realizan entre los laboratorios de pruebas de todo el mundo para garantizar la normalización de los resultados de las pruebas, y la información que se derive de esas rondas podrá utilizarse para establecer tolerancias comerciales en las pruebas del algodón. Las rondas de ensayo también proporcionan datos sobre nuevos parámetros para su posible inclusión futura en los sistemas normalizados de pruebas instrumentales rápidas. El CSITC está proporcionando apoyo preciso a la industria algodonera mediante la elevación de la eficiencia en la evaluación de la calidad del algodón. Deseo agradecer al Presidente del CSITC, el Sr. Andrew Macdonald, y al Relator, el Sr. Zbigniew Rostwitalski, y a todos los miembros del Grupo Operativo por su trabajo. Se insta a todos los países a garantizar la participación de los centros de pruebas que prestan servicio a sus productores e industrias textiles en las rondas de ensayos. El Panel de Expertos sobre el Desempeño Social, Ambiental y Económico de la Producción de Algodón (SEEP, por sus siglas en inglés) fue creado tras una decisión tomada por la 65a Reunión Plenaria celebrada en Goiania, Brasil en 2006. El SEEP se concentró el año pasado en la aprobación del estudio de un consultor sobre el uso de insecticidas en el algodón y en la aprobación de un resumen interpretativo del informe. Como se señaló anteriormente, la industria algodonera es difamada de manera rutinaria por el uso de productos químicos sobre la base de información no actualizada, situaciones de casos peores o casos aislados de manejo deficiente. Sin embargo, el algodón también es justamente criticado por usar a menudo sistemas de producción dependientes del control químico de insectos. Un problema que enfrenta la industria para responder a las críticas y mejorar las prácticas es que la información sobre el uso de productos químicos se refiere a menudo a la agricultura en su conjunto, y el estudio aprobado por el SEEP proporciona información específica de la producción algodonera en cinco países. El Presidente del SEEP resumirá el informe en la Primera Sesión Abierta de la reunión plenaria. Los miembros del SEEP llevaron a cabo siete conferencias telefónicas y se reunieron en Bremen, Alemania, en marzo de este año. El trabajo del SEEP es esencial para los esfuerzos de la industria algodonera por fomentar la adopción de prácticas de producción más sostenibles, y apreciamos mucho el trabajo de todos sus miembros, incluyendo el Sr. Allan Williams y la Sra. Francesca Mancini. Fondo Común para los Productos Básicos y la Unión Europea El CCIA sirve de Organismo Internacional de Producto Básico para el Algodón y los Textiles de Algodón del Fondo Común para los Productos Básicos (FCPB). Desde que el Fondo inició sus operaciones a comienzos de los años 90, se han apoyado 22 proyectos algodoneros valorados en $70 millones. El FCPB ha proporcionado $5,7 millones en financiación de préstamos y más de $25 millones en financiación de las concesiones para los proyectos. La cofinanciación ha totalizado $16.3 millones y las contribuciones de la contraparte a los costos totales de proyectos representan más de $20 millones. Además, la Unión Europea, bajo su programa para los países del Africa, el Caribe y del Pacífico (APC, por sus siglas en inglés), proporciona un apoyo sustancial para el sector algodonero. El apoyo de la Unión Europea está canalizado a través del Fondo Común para Productos Básicos, para así asegurar de forma coherente, las entregas y la eficiencia en la supervisión. Apreciamos en gran medida la labor de la Secretaría del FCPB bajo la dirección de su Director Gerente, S.E el Embajador Ali Mchumo, y el trabajo de todas aquellas personas que participan en la implementación del consorcio Africa-Europa en la Unión Europea.

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Foro Internacional para la Promoción del Algodón El trabajo del Foro Internacional para la Promoción del Algodón (IFCP, por sus siglas en inglés) facilita los esfuerzos nacionales para mejorar la demanda de algodón entre los minoristas llevando información positiva sobre el algodón a los consumidores. El IFCP es una organización del sector privado integrada por asociaciones miembros de todo el mundo y sirve de centro canalizador de las técnicas de probada eficacia para el fomento de la demanda de algodón. El IFCP opera bajo la dirección de su Director Ejecutivo, Sr. Jeff Silberman, y el Presidente, Sr. Zbigniew Roskwitalski, el Vicepresidente, Sr. Nayan Mirani y el Tesorero, Sr. Jan Wellman. Comité Permanente Azmat Ali Ranjha de Pakistán, Patrick Packnett de EE.UU., y Lily Munanka de Tanzania sirvieron como funcionarios del Comité Permanente desde la celebración de la 68a Reunión Plenaria el año pasado. Los funcionarios se ocuparon de que los temarios de las reuniones fueran pertinentes y que las reuniones del Comité Permanente se realizaran con eficiencia. En abril, el Comité Permanente se desplazó a la ciudad de Nueva York, y en julio a Virginia para adquirir un mayor entendimiento del trabajo de la Cotton Incorporated en los EE.UU. y visitar explotaciones algodoneras bien manejadas. El Comité Permanente discutió una propuesta de la Secretaría para crear un Centro Internacional de Investigación sobre el Algodón, y la discusión franca ha sido útil para el entendimiento de la Secretaría de las opiniones de los gobiernos. La Sra. Benashri Bose-Harrison de India, y el Sr. James Johnson de EE.UU., prestaron sus servicios como Presidenta y Vicepresidente del Subcomité de Presupuesto. Este Subcomité es necesario ya que brinda la supervisión idónea y la participación de los gobiernos en la gestión de la Secretaría. Comité Organizador de la Reunión Plenaria El Gobierno de los EE.UU. se ofreció voluntariamente para acoger la 69a Reunión Plenaria después que fue retirada la invitación de otro país. En consecuencia, se acortó el periodo usualmente necesario para preparar una reunión exitosa. Estados Unidos dio un paso al frente en un momento cuando las perspectivas económicas para el mundo y el sector algodonero aún eran dudosas. Ha sido un gran placer trabajar con el Gobierno de los Estados Unidos y el sector privado en la preparación de la 69a Reunión Plenaria. Obviamente, la logística de la Secretaría se simplificó en gran medida este año, pero los desafíos que enfrenta el Comité Organizador son tan grandes como para cualquier otra reunión plenaria. Estados Unidos fue miembro fundador del CCIA en 1939, y ésta es la 17a Reunión Plenaria del CCIA que se celebra en este país. Apreciamos en gran medida el firme apoyo que el gobierno y el sector privado de los Estados Unidos ha brindado al CCIA. Argentina ha extendido una invitación específica al Comité para acoger la reunión plenaria en 2011. China (Taiwán), Colombia, Kenia y Mali han manifestado su interés por acoger las reuniones futuras. Sin embargo, no se ha recibido una invitación específica para el año 2012 y la Secretaría estará trabajando para obtener invitaciones para las reuniones futuras lo antes posible. Deseo agradecer a los países miembros por el privilegio de servir como Director Ejecutivo, y espero que esta 69a Reunión Plenaria sea todo un éxito.

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