1 DE ENERO DE 2014

¿ACABA TODO AL MORIR?

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Vol. 135, No. 1

Tirada media: 45.944.000 EN 212 IDIOMAS

JANUARY 1, 2014

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Semimonthly SPANISH

LA ATALAYA es una revista que tiene ´ ´ como proposito honrar a Jehova, el Dios Soberano del universo. Consuela a la gente anunciando que el Reino de Dios —un gobierno que se halla en los cielos— pronto ´ acabara con la maldad y transfor´ ´ mara la Tierra en un paraıso. ´ Ademas, promueve la fe en el Rey reinante de dicho gobierno, ´ Jesucristo, quien murio para ´ que pudieramos alcanzar la vida ´ eterna. Esta publicacion, editada ´ sin interrupcion desde 1879, ´ es polıticamente neutral y reconoce ´ la Biblia como maxima autoridad.

TEMA DE PORTADA

¿Acaba todo al morir?

PÁGINAS 3 A 7

El poder de la muerte 3 La batalla del hombre contra la muerte 4 ¡La muerte no es el fin! 6 ․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․

Y TAMBIÉN Conversaciones con un testigo de Jehová: ¿Por qué permite Dios el sufrimiento? 8 ¿Lo sabía? 11

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La Biblia les cambió la vida 12 Una esperanza para los muertos: la resurrección 14 Preguntas sobre la Biblia 16

Visite www.jw.org/es o escriba a una de las direcciones indicadas abajo. ESTADOS UNIDOS: ´ Testigos de Jehova 25 Columbia Heights Brooklyn, NY 11201-2483 ´ CANADA: ´ Testigos de Jehova PO Box 4100 Georgetown, ON L7G 4Y4 ´ Encontrara la lista completa de direcciones en www.jw.org/es/datos-de-contacto. ˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙

MÁS INFORMACIÓN EN LÍNEA | www.jw.org/es OTRAS PREGUNTAS SOBRE LA BIBLIA ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí? (Haga clic en la sección ENSEÑANZAS BÍBLICAS > PREGUNTAS SOBRE LA BIBLIA)

´ Esta publicacion se distribuye como parte de una ´ ´ obra mundial de educacion bıblica que se sostiene con donativos. Prohibida su venta. A menos ´ que se indique lo contrario, las citas bıblicas se ´ han tomado de la version en lenguaje moderno ´ Traduccion del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias). The Watchtower (ISSN 0043-1087) is published semimonthly by Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.; L. Weaver, Jr., President; G. F. Simonis, Secretary-Treasurer; 25 Columbia Heights, Brooklyn, NY 11201-2483, and by Watch Tower Bible and Tract Society of Canada, PO Box 4100, Georgetown, ON L7G 4Y4. Periodicals Postage Paid at Brooklyn, NY, and at additional mailing offices. POSTMASTER: Send address changes to Watchtower, 1000 Red Mills Road, Wallkill, NY 12589-3299. 5 2014 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. Printed in Canada.

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¿ACABA TODO AL MORIR?

TEMA DE PORTADA

El poder de la muerte A casi nadie le gusta hablar de la muerte; duele demasiado. Sin embargo, tarde o temprano, todos tenemos que enfrentarnos a ella. No hay nada que pueda prepararnos para la muerte de un padre, un esposo o un hijo. Esta puede llegar de golpe o lentamente. Pero en todos los casos, el dolor que produce es inevitable y sus efectos son devastadores. Antonio perdió a su padre en un accidente de tránsito. Él explica: “Es como si alguien sellara tu casa y te quitara las llaves. Jamás volverás a entrar. Solo te quedan los recuerdos. Esa es tu nueva realidad. Es tan injusta que te niegas a aceptarla, pero no hay nada que hacer”. Dorothy, quien era anglicana y maestra de escuela dominical, tenía 47 años cuando perdió a su esposo. Aunque nunca creyó que la muerte fuera el final de todo, no estaba segura y quiso hallar respuestas a sus preguntas. “¿Qué nos sucede al morir?”, le preguntó a su pastor. “Nadie lo sabe —respondió él—. Tendremos que esperar para verlo.” ¿Es eso cierto? ¿Tenemos que esperar, o hay alguna forma de averiguar si la muerte en realidad es el fin de todo?

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Mural egipcio: © Erich Lessing/Art Resource, NY

EL FARAÓN KEOPS

EL EMPERADOR QIN SHI HUANG

La batalla del hombre contra la muerte La muerte es un enemigo terrible al que todos tratamos de vencer. Cuando golpea a un ser querido, quizás nos neguemos a aceptarlo. Y si somos jóvenes, tal vez pensemos que nunca nos llegará; esta es una fantasía a la que muchos se aferran con uñas y dientes. Pocas personas han pensado más sobre la muerte que los faraones egipcios. Ellos invertían gran parte de sus vidas —y las de miles y miles de obreros— en un intento por burlar a la muerte. Las pirámides son testigos mudos de su lucha... y de su fracaso. Los emperadores chinos soñaban también con alcanzar la inmortalidad, aunque por otros medios: descubriendo el mítico elixir de la vida. El emperador Qin Shi Huang les exigió a sus alquimistas que encontraran una poción mágica que mantuviera a raya a la muerte. Pero muchos de aquellos brebajes contenían mercurio. Al parecer, una de esas pócimas tóxicas le quitó la vida.

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Según algunos informes, Juan Ponce de León, explorador español del siglo XVI, recorrió el Caribe en busca de la fuente de la eterna juventud. En el proceso descubrió la actual Florida (Estados Unidos), pero murió tan solo unos años después en un enfrentamiento con indígenas americanos y sin haber encontrado la legendaria fuente. Faraones, emperadores y exploradores por igual trataron de vencer a la muerte. Y aunque no estemos de acuerdo con sus métodos, entendemos que lo hayan intentado, pues en el fondo prácticamente todo ser humano quiere seguir viviendo. ¿SE PUEDE VENCER A LA MUERTE?

¿Por qué se niegan los seres humanos a morir? La Biblia lo explica al decir lo siguiente sobre nuestro Creador, Jehová: “Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido [o la eternidad] ha puesto en el corazón de ellos” (Ecle-

EL EXPLORADOR PONCE DE LEÓN

siastés 3:11). Por eso es que deseamos vivir en nuestro hermoso planeta para siempre, no tan solo por ochenta años (Salmo 90:10). Eso es lo que anhela nuestro corazón. ¿Por qué puso Dios la eternidad en nuestros corazones? ¿Para frustrarnos? No, eso es impensable. Dios ha prometido que la muerte será derrotada. La Biblia habla vez tras vez sobre la desaparición de la muerte y la promesa de Dios de darnos vida eterna. (Vea el recuadro “Victoria sobre la muerte”.) Jesucristo mismo dijo claramente: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). De modo que la batalla contra la muerte no terminará en derrota. Pero, como lo confirma Jesús, necesitamos a Dios para ganarla. La Biblia dice que Dios se llama Jehová.

Victoria sobre la muerte “Él realmente se tragará a la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro.” (Isaías 25:8.)

“Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna.” (Juan 6:40.) “Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada.” (1 Corintios 15:26.) “Sobre la base de una esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración.” (Tito 1:2.) “[Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más.” (Revelación [Apocalipsis] 21:4.)

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¡La muerte no es el fin! Betania era un pueblecito ubicado a tres kilómetros (dos millas) de Jerusalén (Juan 11:18). Allí tuvo lugar un hecho lamentable unas semanas antes de la muerte de Jesús. Lázaro, amigo íntimo del Maestro, enfermó repentinamente y falleció. Cuando Jesús se enteró de la noticia, les dijo a sus discípulos que Lázaro estaba dormido y que iba a ir a despertarlo (Juan 11:11). Pero al ver que no le habían entendido, les dijo directamente: “Lázaro ha muerto” (Juan 11:14). Cuatro días después del entierro, Jesús llegó a Betania y buscó a Marta, la hermana del difunto, para consolarla. “Si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto”, le dijo ella (Juan 11: 17, 21). “Yo soy la resurrección y la vida —respondió Jesús—. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir.” (Juan 11:25.) A fin de probar que no estaba prometiendo un imposible, Jesús se acercó a la tumba y gritó: “¡Lázaro, sal!” (Juan 11:43). Entonces, para el asombro de los presentes, Lázaro salió del sepulcro. Ya antes, Jesús había resucitado por lo menos a dos personas. Una de ellas fue la hija de Jairo, y también en esa ocasión dijo que la niña estaba dormida (Lucas 8:52). “¡Lázaro, sal!”

Es curioso que en ambos casos Jesús dijo que el difunto estaba durmiendo, y la comparación es muy apropiada. ¿Por qué? Porque el sueño es un estado de inconsciencia que transmite muy bien la idea de descansar del dolor y el sufrimiento (Eclesiastés 9:5; vea el recuadro “La muerte es como un sueño profundo”). Los primeros discípulos de Jesús comprendían muy bien el verdadero estado de los muertos. “Para [ellos], la muerte no era más que un sueño, y la tumba, un lugar

La muerte es como un sueño profundo “Haz brillar mis ojos, sí, para que no me duerma en la muerte.” (Salmo 13:3.) “‘Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño’. Por lo tanto los discípulos le dijeron: ‘Señor, si está descansando, recobrará la salud’. Sin embargo, Jesús había hablado de la muerte de aquel.” (Juan 11:11-13.) “David, por una parte, sirvió según la voluntad expresa de Dios en su propia generación, y se durmió en la muerte.” (Hechos 13:36.) “Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido en la muerte.” (1 Corintios 15:20.) “No queremos que estén en ignorancia respecto a los que están durmiendo en la muerte; para que no se apesadumbren ustedes como lo hacen también los demás que no tienen esperanza.” (1 Tesalonicenses 4:13.)

Los muertos resucitarán de descanso [...] para quienes habían muerto fieles”, señala la Encyclopedia of Religion and Ethics. Nos consuela saber que los muertos no están sufriendo; están dormidos en su tumba. Vista así, la muerte pierde todo su misterio y no tiene ya por qué aterrorizarnos.

“[Los] muertos vivirán [...,] se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente!” (Isaías 26:19.)

“SI UN HOMBRE [...] MUERE, ¿PUEDE VOLVER A VIVIR?” Aunque a todos nos agrada tener una buena noche de descanso, ¿quién querría dormir para siempre? ¿Hay esperanza de que los muertos que duermen en sus tumbas vuelvan a vivir tal como Lázaro y la hija de Jairo? El patriarca Job hizo la siguiente pregunta cuando se sintió cerca de la muerte: “Si un hombre [...] muere, ¿puede volver a vivir?” (Job 14:14). Dirigiéndose al Todopoderoso, Job respondió su propia pregunta: “Tú me llamarás, y yo te responderé; desearás ver la obra de tus manos” (Job 14:15, Nueva Versión Internacional). Este hombre fiel estaba seguro de que Jehová deseaba traerlo de vuelta a la vida. ¿Se estaría engañando? No, en absoluto.

“Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29.)

Las resurrecciones realizadas por Jesús son prueba clara de que Dios le ha dado poder sobre la muerte. De hecho, la Biblia afirma que Jesús tiene en la mano “las llaves de la muerte” (Revelación 1:18). Con ellas abrirá las puertas del sepulcro, tal como ordenó que se removiera la roca que cerraba la tumba de Lázaro. La Biblia menciona vez tras vez la promesa de la resurrección. Por ejemplo, un ángel le aseguró al profeta Daniel: “Descansarás, pero te pondrás de pie para tu porción al fin de los días” (Daniel 12:13). Jesús les dijo lo siguiente a los saduceos, líderes religiosos que no creían en la resurrección: “Están equivocados, porque no conocen ni las EsDe hecho, la palabra cementerio proviene de una palabra griega que significa “lugar de descanso”.

“Habrá muchos de los que están dormidos en el suelo de polvo que despertarán.” (Daniel 12:2.)

crituras ni el poder de Dios” (Mateo 22:23, 29). Y el apóstol Pablo afirmó: “Tengo esperanza en cuanto a Dios [...] de que va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15). ¿CUÁNDO DESPERTARÁN LOS MUERTOS? ¿Cuándo tendrá lugar esta resurrección de justos y de injustos? “Al fin de los días”, como le dijo el ángel a Daniel. Eso es lo que creía Marta: que su hermano se levantaría “en el último día” (Juan 11:24). La Biblia relaciona este “último día” con el reinado de Jesús. Pablo escribió: “[Cristo] tiene que reinar hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada” (1 Corintios 15:25, 26). Esta es una poderosa razón para pedirle a Dios que venga su Reino y se haga su voluntad en la Tierra. Como bien sabía Job, Dios quiere resucitar a los muertos. Cuando llegue ese día, la muerte realmente desaparecerá, y nunca, nunca nadie más tendrá que preguntarse: “¿Acaba todo al morir?”. Para más información sobre el Reino de Dios, vea el capítulo 8 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado por los testigos de Jehová. También disponible en www.jw.org/es.

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CONVERSACIONES CON UN TESTIGO DE JEHOVÁ

¿Por qué permite Dios el sufrimiento? Para ver el desarrollo de una típica conversación con un testigo de Jehová, imaginémonos que una Testigo de nombre Michelle visita a una señora llamada Sofía.

¿CÓMO SE SIENTE DIOS AL VERNOS SUFRIR?

Michelle: Hola, Sofía. Qué bueno que la encontré en casa. Sofía: Sí, también a mí me da gusto verla. Michelle: La última vez que vine hablamos de cómo se siente Dios al vernos sufrir. Usted me dijo que lleva mucho tiempo haciéndose esa pregunta, sobre todo después del accidente de su mamá. Por cierto, ¿cómo está ella? Sofía: Tiene sus días buenos y sus días malos, pero hoy está bien. Michelle: Me alegro. Debe ser difícil mantener el buen ánimo en situaciones como la suya. Sofía: Sí, a veces me pregunto cuánto más tendremos que sufrir. Michelle: Es lógico que piense de esa manera. Tal vez recuerde que al final de mi visita pasada le pregunté por qué permite Dios que continúe el sufrimiento si tiene el poder para acabar con él. Sofía: Sí, lo recuerdo. Michelle: Antes de ver la respuesta que da la Biblia, quisiera repasar algunos puntos de los que hablamos la vez anterior. Sofía: Está bien. Michelle: Para empezar, aprendimos que un hombre fiel de tiempos bíblicos se preguntó por Vea el artículo “Conversaciones con un testigo de Jehová” del 1 de julio de 2013. También disponible en www.jw.org/es.

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qué permite Dios el sufrimiento, y Dios no lo regañó ni le dijo que le hiciera falta fe. Sofía: Sí, eso no lo sabía. Michelle: También aprendimos que Jehová detesta vernos sufrir. La Biblia dice que, en el pasado, cuando su pueblo tenía problemas, “la angustia de ellos le fue [angustiosa] a él”. ¿No es consolador saber que Dios sufre con nosotros? Sofía: Pues sí. Michelle: Y al final concordamos en que, siendo tan poderoso, Dios debe tener los medios para intervenir en cualquier momento y acabar con el sufrimiento. Sofía: Eso es lo que no entiendo. ¿Por qué sigue permitiendo tantas cosas malas si tiene el poder para eliminarlas? ¿QUIÉN ESTABA DICIENDO LA VERDAD?

Michelle: Empecemos por ver el primer libro de la Biblia, Génesis. ¿Conoce el relato de Adán y Eva y el fruto prohibido? Sofía: Sí, me lo enseñaron en el catecismo. Dios les dijo que no comieran de un árbol, pero ellos no le hicieron caso. Michelle: Muy bien. Pero veamos lo que sucedió antes de eso, pues está muy relacionado con el tema del sufrimiento humano. ¿Quiere leer Génesis, capítulo 3, versículos 1 al 5? Vea Isaías 63:9.

Sofía: Claro, dice: “Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: ‘¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?’. Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: ‘Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: “No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran”’. Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: ‘Positivamente no morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo’”. Michelle: Gracias. Analicemos estos versículos. Primero dice que una serpiente le habló a Eva. En otra parte de la Biblia se dice que en realidad fue el Diablo, Satanás, el que habló por medio de la serpiente. Él le preguntó a Eva algo sobre el mandamiento que les había dado Dios de no comer de cierto árbol. ¿Qué les dijo Dios a Adán y Eva que les pasaría si lo desobedecían? Sofía: Que morirían. Michelle: Así es. Después de eso, el Diablo lanzó una acusación gravísima en contra de Dios. Mire lo que dijo: “Positivamente no morirán”. ¡Estaba llamando mentiroso a Dios! Sofía: Esa parte de la historia nunca la había escuchado. Michelle: Y al llamarlo mentiroso, Satanás hizo surgir una pregunta que tardaría mucho tiempo en responderse. ¿Sabe por qué? Sofía: Mmm... Pues la verdad, no. Michelle: Vamos a ilustrarlo de esta manera. Digamos que un buen día yo vengo y le digo que soy más fuerte que usted. ¿Cómo demostraría que estoy equivocada? Vea Revelación (Apocalipsis) 12:9.

Sofía: Tal vez con alguna prueba de fuerza. Michelle: Exacto. Podríamos buscar un objeto pesado y ver cuál de las dos es capaz de levantarlo. Eso es fácil de demostrar. Sofía: Entiendo. Michelle: Pero ¿y si en vez de eso la acuso de ser deshonesta? Eso ya es distinto, ¿no? Sofía: Claro. Michelle: La honestidad no es algo que se pueda demostrar con una simple prueba de fuerza. Sofía: Es cierto. Michelle: En realidad, la única manera de probar que usted es honrada sería dejando pasar tiempo para que los demás observaran su conducta. Sofía: Suena lógico. Michelle: Vamos a ver de nuevo el relato de Génesis. ¿Dijo el Diablo que él fuera más fuerte que Dios? Sofía: No. Michelle: Para Dios hubiera sido muy fácil demostrar lo contrario. Lo que Satanás afirmó fue que Dios era deshonesto. En otras palabras, le dijo a Eva: “Él te está mintiendo; yo te estoy diciendo la verdad”. Sofía: Qué interesante. Michelle: Dios es sabio y comprendía que la mejor manera de responder a la acusación del Diablo era dejando pasar tiempo. Entonces se podría ver claramente cuál de los dos había mentido. UNA CUESTIÓN IMPORTANTE

Sofía: Pero cuando murió Eva, se demostró que Dios estaba diciendo la verdad, ¿no? Michelle: En cierto sentido, sí. Sin embargo, el desafío de Satanás abarcaba más. Mire de nuevo el versículo 5. ¿Qué otra cosa le dijo el Diablo a Eva? Sofía: Que si comía del fruto se le abrirían los ojos. 1 DE ENERO DE 2014

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Michelle: Exacto, y que si comía llegaría a “ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. De modo que también estaba acusando a Dios de privar a los seres humanos de algo bueno. Sofía: Ya veo. Michelle: Y esa también fue una grave acusación. Sofía: ¿Cómo? No entiendo. Michelle: Mire, el Diablo le dio a entender a Eva —y por extensión a todos los seres humanos— que estaría mejor sin la guía de Dios. Jehová sabía que también en este caso lo mejor era darle tiempo al Diablo para que tratara de probar su acusación. Así que le permitió gobernar la Tierra por un tiempo. Por eso hay tanto sufrimiento a nuestro alrededor: porque el verdadero gobernante de este mundo es el Diablo, no Dios. Pero le tengo buenas noticias. Sofía: ¿Buenas noticias? Michelle: Sí, la Biblia enseña algo muy hermoso acerca de Dios. Dice que Jehová está cerca de nosotros cuando sufrimos. Por ejemplo, Vea Juan 12:31 y 1 Juan 5:19.

veamos lo que escribió el rey David en Salmo 31:7. Él sufrió mucho durante su vida, pero note lo que le dijo a Dios. ¿Querría leer usted el versículo? Sofía: Sí, dice: “Ciertamente estaré gozoso y me regocijaré en tu bondad amorosa, puesto que has visto mi aflicción; has sabido acerca de las angustias de mi alma”. Michelle: De modo que, aunque sufrió mucho, David sentía alivio al pensar que Jehová veía todo lo que le estaba pasando. Y a usted, ¿le consuela pensar que Jehová lo ve todo, incluso las emociones que tanto nos lastiman y que otras personas no pueden entender? Sofía: Sí, mucho. Michelle: Además, la Biblia dice que él no permitirá que sigamos sufriendo para siempre. También enseña que él pronto acabará con el malvado gobierno de Satanás y que reparará todo el daño que este ha causado. Incluso las cosas que han sufrido su madre y usted. ¿Me permite volver la semana siguiente? Quisiera mostrarle por qué podemos estar tan seguros de que falta muy poco para que Dios elimine el sufrimiento. Sofía: Sí, me parece bien. Para más información, vea el capítulo 9 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado por los testigos de Jehová. También disponible en www.jw.org/es.

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¿Tiene alguna duda sobre un tema bíblico? ¿Le llama la atención determinada práctica o creencia de los Testigos? Si así es, ¿por qué no les plantea el asunto la próxima vez que los vea? A ellos les encantaría conversar con usted.

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¿LO SABÍA?

¿Cómo se hacían las contribuciones del templo en los días de Jesús? La tesorería del templo estaba ubicada en el atrio de las mujeres. El libro El templo: Su ministerio y servicios en tiempos de Jesucristo señala: “Todo alrededor del atrio había una columnata simple, y dentro de ella, contra la pared, estaban los trece [cofres] o ‘trompetas’ donde se depositaban las contribuciones”. A los cofres se les llamaba trompetas porque tenían cuello estrecho y base ancha. Cada uno tenía un rótulo con un tipo específico de ofrenda, y los fondos se destinaban a diversos usos. Jesús estaba en el atrio de las mujeres cuando vio a una viuda entre la gente que depositaba sus contribuciones (Lucas 21:1, 2). Los cofres 1 y 2 eran para el impuesto del templo del año corriente y el del anterior. Los cofres 3 a 7 eran para cubrir el costo de las tórtolas, las palomas, la leña, el incienso y los vasos de oro, respectivamente. Si a alguien le sobraba dinero después de haber costeado su sacrificio, lo depositaba en uno de los cofres restantes. Los cofres 8 a 12 eran para el sobrante de las ofrendas por el pecado, las ofrendas por la culpa, las ofrendas de aves, las de los nazareos y las de los leprosos que se habían curado, respectivamente. El cofre 13 era para ofrendas voluntarias.

¿Fue el escritor bíblico Lucas un historiador confiable? Lucas escribió dos libros bíblicos: el Evangelio de Lucas y Hechos de los Apóstoles. Él dijo que había “investigado todas las cosas desde el comienzo con exactitud”, pero algunos estudiosos dudan de la veracidad de sus relatos (Lucas 1:3). ¿Quién tiene la razón? Lucas habla de hechos comprobables. Por ejemplo, menciona a oficiales civiles romanos como los pretores (magistrados civiles) de Filipo; los politarcas (gobernantes de la ciudad) de Tesalónica, y los asiarcas (comisionados de fiestas y juegos) de Éfeso (Hechos 16:20, Kingdom Interlinear; 17:6; 19:31). También llama tetrarca (gobernante de distrito) a Herodes Antipas y procónsul de Chipre a Sergio Paulo (Hechos 13:1, 7). Cabe destacar que Lucas usó estos títulos de forma correcta, pues cambiaban cada vez que cambiaba el estatus de los territorios romanos. El biblista Bruce Metzger dijo: “Una y otra vez se observa que los títulos empleados en el libro de Hechos corresponden al tiempo y lugar referidos”. Y el arqueólogo William Ramsay llama a Lucas “un historiador de primerísimo nivel”. 1 DE ENERO DE 2014

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LA BIBLIA LES CAMBIÓ LA VIDA

“Jehová no se había olvidado de mí” MI PASADO: Nací en un barrio de clase media de la ciudad

RELATADO POR SUSANA PLASÍN UDÍAS

AÑO DE NACIMIENTO

1922 PAÍS

ESPAÑA OTROS DATOS

EXCATEQUISTA

de Bilbao, en el norte de España; soy la segunda de cuatro hijas. En casa éramos católicos devotos y asistíamos a misa todos los días. A los 23 años me hice profesora. Esa era mi vocación y me dediqué a ella por cuarenta años. Entre otras materias, daba clases de Religión, lo cual me hacía sentir muy orgullosa. Además, por las tardes era catequista y ayudaba a las niñas a prepararse para su primera comunión. Después de doce años de feliz matrimonio, quedé viuda y tuve que hacerme cargo de nuestras cuatro hijas. Tenía apenas 33 años. Aunque intenté encontrar consuelo en mi religión, no encontraba respuestas a mis preguntas: ¿Por qué seguimos muriendo si Jesús nos libró de la muerte? ¿Por qué le pedimos a Dios que venga su Reino si los buenos van al cielo? Y, sobre todo, si Dios nos juzga cuando morimos, ¿por qué tenemos que salir del cielo, del purgatorio o del infierno para el juicio final? Les hice estas preguntas a varios sacerdotes. Uno de ellos me contestó: “No lo sé. Pregúntale al obispo. Además, ¡qué más te da! Tú crees en Dios, ¿no? Pues ya está”. Seguía buscando respuestas, así que asistí a conferencias de jesuitas, pentecostales y gnósticos, pero ninguna de sus respuestas me satisfacía. LA BIBLIA ME CAMBIÓ LA VIDA: Ya tenía yo más de 60 años

cuando una de mis alumnas, de tan solo siete, me invitó a una reunión de los testigos de Jehová. Aunque me gustó lo que vi y oí, tenía una vida muy ocupada, así que no volví a contactar con ellos. Dos años después, una pareja de Testigos llamados Juan y Maite llamaron a mi puerta. Estuvieron tres meses contestando mis preguntas, hasta que por fin empezamos a estudiar la Biblia. ¡Cuánto deseaba que llegaran los Testigos a darme clases! Investigaba todo con cuidado usando tres traducciones de la Biblia para asegurarme de que era verdad lo que

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me enseñaban. No tardé en darme cuenta del error en que viví tantos y tantos años. Me sorprendió la gran diferencia que había entre lo que yo creía y lo que decía la Biblia. Pero estaba abrumada; sentía como si mis creencias fueran un gran árbol que estuvieran arrancando de raíz. Entonces, mi segundo esposo enfermó de gravedad y murió. Por esa época me jubilé y me fui de Bilbao durante una temporada. Juan y Maite también se mudaron. Lamentablemente, dejé de estudiar la Biblia, pero muy dentro de mí sabía que había encontrado un tesoro y nunca me olvidé de él.

Sabía que había encontrado un tesoro Veinte años después, cuando tenía 82 años, Juan y Maite regresaron a Bilbao y me visitaron. ¡Qué contenta me puse! Me di cuenta de que Jehová no se había olvidado de mí, así que retomé el curso bíblico. Juan y Maite fueron muy pacientes conmigo, pues siempre les hacía las mismas preguntas. Necesitaba oír una y otra vez los argumentos de la Biblia para poder romper los lazos emocionales que me ataban a mis anteriores creencias. Además, quería saber cómo explicarles la verdad a mi familia y amigos. Por fin, a los 87 años, me bauticé en una asamblea de los testigos de Jehová. Fue el día más feliz de mi vida. Todos los que íbamos a bautizarnos escuchamos una hermosa conferencia. Las

palabras del orador me conmovieron hasta las lágrimas. Era como si Jehová me estuviera hablando directamente a mí. Tras el bautismo, muchos Testigos vinieron a felicitarme, a pesar de que la mayoría ni me conocía. QUÉ BENEFICIOS HE OBTENIDO:Siempre he

sabido que Jesús es “el camino” (Juan 14:6). Pero estudiar la Biblia me permitió conocer mejor a Jehová, aquel a quien Jesús nos dirige. Ahora puedo orarle como mi amado Padre y Amigo. Leer el libro Acerquémonos a Jehová ha marcado un antes y un después en mi vida. La primera vez lo leí en una sola noche. Me conmovió muchísimo aprender lo misericordioso que es él. Cuando pienso en mi larga búsqueda de la verdad, recuerdo las palabras de Cristo: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá” (Mateo 7:7). Ahora que he encontrado las respuestas que tanto deseaba, las comparto con otros y eso me hace feliz. Aunque ya tengo 90 años, en sentido espiritual me siento una jovencita. Cada vez que voy al Salón del Reino es una ocasión especial: aprendo cosas valiosas y disfruto de estar con mis queridos hermanos. Deseo volver a ser maestra en el Paraíso terrestre que Dios ha prometido (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). Y sobre todo ansío volver a ver a mis seres queridos que han fallecido (Hechos 24:15). A ellos también podré enseñarles la verdad y contarles sobre el hermoso regalo que Jehová me dio en mi vejez. Publicado por los testigos de Jehová.

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UNA ESPERANZA PARA LOS MUERTOS

LA RESURRECCIÓN ¿Cree usted en la promesa bíblica de la resurrección? La idea de volver a ver a nuestros seres queridos que han fallecido es muy atrayente, pero ¿es realista? A fin de responder esta pregunta, analicemos el ejemplo de los apóstoles de Jesús. Los apóstoles creían firmemente en la resurrección. ¿Por qué? Al menos por dos razones. Primero, su esperanza se basaba principalmente en el hecho de que su Maestro mismo había sido levantado de entre los muertos. Ellos y luego “más de quinientos hermanos” que estaban en grupo lo vieron resucitado (1 Corintios 15:6). Además, la resurrección de Jesús está bien documentada y era de amplia aceptación, como lo demuestran los cuatro Evangelios (Mateo 27:62–28:20; Marcos 16: 1-8; Lucas 24:1-53; Juan 20:1–21:25). En segundo lugar, los apóstoles habían visto a su Maestro realizar por lo menos tres resurrecciones: una en Naín, una en Capernaum y una en Betania (Lucas 7:11-17; 8:49-56; Juan 11:1-44). La última de ellas, mencionada al inicio de esta revista, fue la de un miembro de una familia muy Vea el artículo “¡La muerte no es el fin!” en la página 6 de esta revista.

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cercana a Jesús. Veamos con más detenimiento qué sucedió. “YO SOY LA RESURRECCIÓN”

“Tu hermano se levantará.” Jesús le dirigió estas palabras a Marta, cuyo hermano, Lázaro, llevaba cuatro días muerto. Al principio, ella no entendió lo que quiso decirle Jesús. “Yo sé que se levantará”, respondió, pero pensando que sería en el futuro lejano. Jesús le aseguró: “Yo soy la resurrección y la vida”, y enseguida resucitó a Lázaro. ¡Imagínese la sorpresa de Marta! (Juan 11: 23-25.) ¿Dónde estuvo Lázaro durante los cuatro días que estuvo muerto? Él no dijo ni dio a entender que había estado vivo en algún lugar. No, Lázaro no tenía un alma inmortal que hubiera ido al cielo y estuviera disfrutando en la presencia de Dios. Ni Jesús lo sacó a la fuerza de allí para traerlo a la Tierra. Entonces, ¿dónde estaba? Dormido en su tumba (Eclesiastés 9:5, 10). Recordemos que Jesús comparó la muerte a un sueño del que uno despierta al ser resucitado. Según el relato, dijo: “‘Nuestro amigo

“El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir.” (Juan 11:25) Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño’. Por lo tanto los discípulos le dijeron: ‘Señor, si está descansando, recobrará la salud’. Sin embargo, Jesús había hablado de la muerte de aquel. Pero ellos se imaginaban que él estaba hablando de descansar en el sueño. Entonces, por lo tanto, Jesús les dijo francamente: ‘Lázaro ha muerto’” (Juan 11:1114). Jesús le devolvió la vida a Lázaro y lo entregó a su familia. ¡Qué incomparable obsequio les hizo! Las resurrecciones que realizó Jesús cuando estuvo en la Tierra fueron un anticipo de lo que hará cuando sea Rey del Reino de Dios. Durante su gobierno celestial sobre la Tierra, les devolverá la vida a los seres humanos que estén dormidos en la “sepultura” de la humanidad, un lugar simbólico. Por eso fue que dijo: “Yo soy la resurrección”. Piense en lo feliz que seremos cuando volvamos a ver a nuestros seres queridos Para más información sobre la promesa bíblica de la resurrección, vea el capítulo 7 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado por los testigos de Jehová. También disponible en www.jw.org/es.

y en lo felices que se sentirán quienes resuciten (Lucas 8:56). FE QUE RESULTA EN VIDA ETERNA

Jesús le dijo a Marta: “El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás” (Juan 11:25, 26). Aquellos a quienes Jesús resucite durante su Reinado de Mil Años tendrán la posibilidad de vivir eternamente, siempre y cuando pongan fe en él. Después de hacer tan notables comentarios sobre la resurrección, Jesús le hizo a Marta una pregunta que puso a prueba su fe: “¿Crees tú esto?”, a lo que ella respondió: “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Juan 11:26, 27). ¿Qué hay de usted? ¿Le gustaría tener la misma fe que Marta en la resurrección? Entonces, el primer paso es conocer el propósito que Dios tiene para la humanidad (Juan 17:3; 1 Timoteo 2:4). Ese conocimiento le dará fe. ¿Por qué no les pide a los testigos de Jehová que le muestren lo que dice la Biblia sobre este tema? Con mucho gusto le explicarán la maravillosa esperanza de la resurrección.

Piense en lo feliz que será cuando vuelva a ver a sus seres queridos

PREGUNTAS SOBRE LA BIBLIA

¿Cómo es Dios? Dios es un espíritu invisible. Él creó los cielos, la Tierra y todos los seres vivos. A él nadie lo creó; no tuvo principio (Salmo 90:2). Dios quiere que la gente lo busque y conozca la verdad sobre él. (Lea Hechos 17:24-27.) Dios tiene nombre, y podemos conocer algunas de sus cualidades observando las cosas que ha creado (Romanos 1:20). Pero para conocerlo mejor, tenemos que estudiar su Palabra, la Biblia. Así sabremos cómo es su hermosa personalidad. (Lea Salmo 103:7-10.)

¿Qué siente Dios cuando ve injusticias?

´ ˜ ¿QUE ENSENA realmente LA BIBLIA?

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Si desea más información, consulte el capítulo 1 de este libro, publicado por los testigos de Jehová También disponible en www.jw.org/es

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Jehová odia la injusticia y ha creado al ser humano para que refleje sus cualidades (Deuteronomio 25:16). Por eso, la mayoría de nosotros también odia las injusticias que vemos a nuestro alrededor. Dios no es el culpable de que ocurran. Él le ha dado al hombre la libertad de tomar decisiones y, por desgracia, muchos usan mal esa libertad y hacen cosas indebidas. Jehová siente mucho dolor cuando eso sucede. (Lea Génesis 6: 5, 6 y Deuteronomio 32:4, 5.) Jehová ama la justicia; por eso no tolerará la maldad para siempre (Salmo 37:28, 29). La Biblia promete que dentro de poco acabará con las injusticias. (Lea 2 Pedro 3:7-9, 13.)