Don quijote de la Mancha

Biografía Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares en 1547 y murió en Madrid en el 1616. Su padre era cirujano y se llamaba Rodrigo de Cervantes y su madre se llamaba Leonor de Cortinas. En el año 1570 fue soldado y debido a las heridas de la batalla de Lepanto, su mano izquierda quedó anquilosada. En 1572 Miguel de Cervantes y su hermano más pequeño fueron capturados por los Turcos y llevados a Alger. El 1605 él publicó la primera parte de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, este libro le otorgó un gran prestigio literario. A causa del éxito pudo publicar otras obras escritas años atrás y otras nuevas como novelas ejemplares en el año 1613 Viaje al Parnaso en el 1614, la segunda parte del Quijote en el 1615. Ciertas páginas expresadas a veces humorísticamente explican el amargor de su vida. Cervantes adquirió la dimensión de figura literaria ya en edad madura cuando tenía 58 años, cuando apareció la primera parte del Quijote. Sus obras teatrales estrenadas en 1582 y el 1587, no habían tenido ningún éxito a causa de la aparición de Lope de Vega, quien consiguió el entusiasmo popular. El teatro de Cervantes apareció impresa en 1615: ocho comedias y ocho entremeses nuevos que nunca fueron representados. La última gran obra de Cervantes fue “Los Trabajos de Persiles y Segismunda” en el año 1617, fue una novela bizantina, género de moda en el siglo XVI.

Nacimiento de la novela Novela

“La cárcel del amor”, Diego de Sampedro el amado no ve

sentimental

correspondido su amor

Novela

Reflejo de una realidad; protagonista: ser humano que goza de gran

caballeresca

popularidad. Reúne muchos elementos de la biografía de personajes del siglo XV “Tirante el Blanco”, Martorell

Libros

de

Modelo un ser literario

caballería “Amadís de Gaula” Novela bizantina Llenas de imaginación, intrigas y sentimientos; relatos de viaje Modelo: novela griega “Libro de Apolonio”, “Persiles” Novela pastoril Paisajes idílicos; los pastores, llenos de emoción exponen sus amores, penas,... Elementos mitológicos “Los siete libros de la Diana”, “La Galatea” Novela morisca Basada en romances fronterizos: contenido: pugna cristianos – moros. Novela

Personajes marginales.: pícaro, un antihéroe, crítica social, no

picaresca

aparece el tema del amor

Novela corta y Se cuentos

imita

el

estilo

de

Bocaccio

(“El

Decamerón”)

“El Patrañuelo”, “Novelas Ejemplares”

Narrador La multiplicidad de narradores en el Quijote confiere a la obra un mayor perspectivismo y facilita el conocimiento de los pensamientos de los personajes. En el Quijote intervienen como narradores: Cide Hamete Benengeli. El traductor morisco. El autor implícito. Los propios personajes como narradores de sus historias. El autor implícito no es omnisciente, ya que solo conoce lo que se encuentra en el manuscrito de Cide Hamete Benengeli. Pese a su aparente objetividad, valora subjetivamente la acción e incluso interviene como personaje cuando, después de la aventura del vizcaíno cuenta una historia propia. En general se distinguen cuatro tipos de narradores: narrador omnisciente en tercera persona narrador testigo (puede no participar o participar de forma secundaria) narrador protagonista en primera persona narrador en primera persona (aunque este un caso bastante infrecuente).

Lenguaje y registros idiomáticos I.- El registro caballeresco Cervantes emplea este registro con la función principal de parodiar el lenguaje empleado por los caballeros en los libros de caballerías. Por este motivo, se tiende a la exageración en el uso del mismo. Es el registro del que se sirve sobre todo Don Quijote

II.- El registro vulgar o coloquial Por contraposición a Don Quijote, el protagonista que más recurre al registro coloquial o vulgar es su escudero Sancho. El lenguaje empleado por este se caracteriza por el empleo repetido de refranes, sobre todo en capítulos avanzados. En cualquier caso hay que destacar la paulatina "quijotización" del registro de Sancho a lo largo de la obra.

III.- El registro culto El registro culto es el que emplea Don Quijote en sus discursos. Su función ya no es la de parodiar los libros de caballerías y resalta la cordura de Don Quijote y su razonamiento normal, cuando no está tratando con algo relacionado con el mundo de los caballeros andantes.

Lenguaje y diálogos Los diálogos en el Quijote de pueden clasificar desde distintos puntos de vista:

En cuanto a los personajes En cuanto a los personajes, destaca por su importancia el diálogo central entre don Quijote y Sancho, que forma el eje argumental de la novela. Su característica fundamental es la naturalidad, la serenidad de tono, el lenguaje fluido y el estilo coloquial. Este diálogo entre don Quijote y Sancho cumple varias funciones dentro de la obra. En primer lugar desempeña una clara función narrativa ,pues sustituye al narrador en muchas descripciones y en el desarrollo del argumento. También sirve a los protagonistas para intercambiar opiniones (sobre todo acerca de los que atañe a la caballería andante) y para hacer comentarios acerca de otros

sucesos. Además es un importante instrumento para la caracterización de los personajes (por autodefinición, por los comentarios que hacen acerca de otros sucesos, por lo que dicen el uno del otro) y también informa acerca de la evolución psicológica de los mismos (lenta metamorfosis de "loco" en "cuerdo" y de "sandio" en "discreto"). Tampoco se puede olvidar la importancia del diálogo central como elemento estructurador de la novela (las aventuras perderían gran parte de su valor sin los diálogos precedentes y subsiguientes). Finalmente, todos ellos tienen un claro valor humorístico, que recae fundamentalmente sobre el personaje de Sancho. El resto de los diálogos entre terceros personajes, sobre todo en ausencia de don Quijote y Sancho, son menos importantes y suele tener una función puntual en el desarrollo de la obra.

En cuanto al tema En cuanto al tema, los que más abundan son los diálogos de tipo caballeresco. Hay dos: Don Quijote alecciona a Sancho en estilo coloquial acerca de todo lo relativo a la caballería andante. Como Sancho lo desconoce todo, al principio acepta las explicaciones de su amo. Pero con el paso del tiempo chocan cada vez más ambos puntos de vista. Don Quijote representa la perspectiva idealcaballeresca y Sancho una perspectiva basada en el conocimiento y observación de la realidad y en su experiencia. La parodia surge de presentar fuera de contexto los elementos relativos a los caballeros y degradar el paradigma caballeresco refieriéndolo a la vida cotidiana. Se crean situaciones análogas a las de los libros de caballerías y se habla como en ellos. Se imita tanto el contenido como el estilo de los libros de caballerías. En este punto radica la parodia. A partir de los tópicos caballerescos se crean situaciones paródicas. Se utiliza un lenguaje grandilocuente y altisonante, que es utilizado por don Quijote en las aventuras andantes y por otros personajes en las aventuras fingidas. Siguiendo con la clasificación temática, encontramos también unos diálogos, en los que don Quijote u otros personajes ofrecen su visión del mundo sobre

temas de alcance social, de contenido literario, político. Estos diálogos no aportan nada a la progresión argumental de la obra

Estructura de la primera parte 1ª parte (cap. I-V): tiempo previo a la 1ª salida salida (solo) primer regreso (vuelve engañado) 2ª parte (cap. VI-LII) tiempo previo a la 2ª salida salida (con Sancho Panza) segundo regreso (vuelve encantado)

Personajes de la primera parte

Principales Don Quijote Don Quijote es un hidalgo que tiene unos 50 años, como leía tantos libros de caballería se vuelve loco y se transforma en el caballero Don Quijote. Este personaje no sabrá distinguir entre la vida y la ficción. En la segunda parte su fe empieza a agrietarse y va dando pasos de engaño. Salvo alguna excepción, él ya no transforma la realidad como antes.

Sancho Panza Sancho es lo contrario que su amo, tanto en lo moral como en lo físico: es cobarde, egoísta, glotón, escéptico y realista. Su buen sentido se ve cuando gobierna la ínsula en la segunda parte. Sancho al principio piensa en volver a su casa; más tarde irá entrando en el juego de su amo y termina por engañarlo como en el caso del encantamiento de Dulcinea. Finalmente se contagia del estilo elevado de su señor y también Don Quijote se contagia de los refranes que dice.

Dulcinea del Toboso Para Don Quijote, otro de los elementos para su aliento heroico y aventurero era el tener la imagen de una bella dama. Una musa motivadora de entusiasmos y de sus proezas inmortales, y para ello eligió a Aldonza Lorenzo una campesina humilde, con un olor de ajos y comisionada de la limpieza del corral de los cerdos de su padre. Don Quijote reemplazó su nombre con el de Dulcinea del Toboso, ya que lo consideraba melodioso, peregrino y significativo.

Rocinante Caballo de Don Quijote, flaco, pando, de aspecto burlesco para ser el caballo de un caballero.

Rucio Asno acompañante de Sancho Panza, muy querido por este.

Personajes secundarios

-El cura del pueblo de Don Quijote, licenciado Pedro Pérez. Hombre docto, graduado en Sigüenza. -El ama de llaves, que pasaba de los cuarenta. -El mozo de campo. Vivían en la casa de Don Quijote. -La sobrina, Antoni Quijano, que no llegaba a los veinte. -Un ventero (Sr. Castellano) y dos "doncellas" (Doña Tolosa y Doña Molinera) que les dijeron a Don Quijote les servirían de por vida. -Un labrador, Juan Haldudo, y su criado Andrés. -Pedro Alonso, labrador vecino, que lo rescata de su primera aventura y accidente. -Maese Nicolás, el barbero del pueblo. -El Sabio Frestón, que le robó los libros y el aposento a Don Quijote. También, para su desgracia, tornó los "gigantes" en molinos. -Sancho sale sin despedirse de su mujer, Juana Panza (también llamada Teresa), e hijos (Sanchica, una hija nombrada en la obra).

-Una señora vizcaína en un carruaje dirigiéndose a Sevilla. La acompañaban dos frailes de San Benito y varios escuderos. -Seis cabreros. Antonio, "un mozo de hasta veinte y dos años, de muy buena gracia" que sabía de música y les cantó un romance. -Dos mozos dan cuenta a Don Quijote de la muerte de aquella "mañana del famoso pastor estudiante llamado Grisóstomo, y se murmura que ha muerto de amores de aquella endiablada moza de Marcela, la hija de Guillermo el rico, aquélla que se anda en hábito de pastora por esos andurriales". Los pastores, -Pedro, Sarra y Ambrosio explican la desdicha de Grisóstomo. -Seis pastores vestidos de negros y con coronas de guirnaldas en las cabezas. Dos gentiles hombres a caballo y otros tres mozos de a pie, que se dirigían al entierro de Grisóstomo. Vivaldo y otros pastores hablaban con Don Quijote, entre otras cosas, sobre las poesías del difunto Grisóstomo que ellos habían salvado de las llamas. -"Más de 20" arrieros yangüeses. -Un ventero, su mujer e hija. La asturiana Maritornes. Un arriero y un cuadrillero de la Santa Hermandad. -Hombres "fantasmas", entre ellos Pedro Martínez y Tenorio Hernández que mantearon a Sancho en la venta. -Pastores que cuidaban "dos ejércitos" de ovejas y carneros. -20 encamisados y 6 enlutados hasta los pies, que trasportaban un féretro. Se dirigían de Baeza a Segovia. Uno de ellos se le presenta a Don Quijote como el cura Alonso López. -Un barbero que llevaba una bacía dorada por "yelmo". -Unos galeotes y sus guardias. Ginés de Pasamonte, atrevido ladrón y bellaco. -Cardenio, un desdichado que por mal de amores vagaba errante por Sierra Morena. -Luscinda, enamorada de Cardenio. -Dorotea, una hermosa joven que se hace pasar por la princesa Micomicona. -Don Fernando, joven que trata de casarse con Luscinda, finalmente se queda con Dorotea. -Anselmo (personaje de la novela leída por el cura “El curioso impertinente”) un hombre que al dudar que se mujer le es fiel, le pide a su amigo que intente cortejarla.

-Lotario amigo de Anselmo, se enamora de la esposa de su amigo llamada Camila. -Ruy Pérez, el cautivo que llega a la venta. -Zoraida o María, la novia del Cautivo. -Juan Pérez de Viedma, Hermano del cautivo. -Clara de Viedma, hija de Juan Pérez de Viedma. -Don Luis, enamorado de Clara de Viedma.

Temporalidad Unidad de tiempo: para considerar la función del tiempo es necesario distinguir al menos cuatro “tiempos”: a) el tiempo o duración real de la lectura, correspondiente a la longitud de la obra. b) El tiempo imaginario inherente a la historia que se cuenta el que va desde la gestación de la locura de don Quijote hasta su muerte. Tiempo que, por norma, se supone continuo, unilineal, unidireccional, irreversible, irrepetible, regular. C) el tiempo imaginario del acto de narrar (o escribir) la historia. d) Finalmente, el tiempo estético-fenoménico con que se actualizan, tanto la historia como el acto de narrar, en la lectura: las duraciones presentadas y vividas en la experiencia del mundo poético. De lo primero, y más simple, el tiempo real de la lectura, cabe hacer la observación, aparentemente trivial, de que el Quijote es una obra muy extensa, cuya lectura no puede consumarse sino en una serie discontinua de sesiones. Evidentemente, la integridad de obras de esta magnitud sufre ya durante su actualización inmediata, en la lectura, por el proceso inevitable del olvidar. El carácter predominantemente episódico de esta obra, excluye, por otro lado, una tensión dramática opuesta a la fragmentación, que pudiese fortalecer el hilo de la memoria a través de horas distantes. El tiempo imaginario de la historia, por su parte, presenta otras dificultades a la unificación de la obra. Es cierto que la duración de los hechos de la historia central es de gran continuidad y de relativa brevedad (factores obvios de aglutinación): don Quijote decide salir como caballero andante cierto verano, y ese mismo verano se llevan a cabo sus tres salidas y sobreviene su muerte. No hay vacíos en esta historia, esto es, lapsos determinados por hechos indiferentes o ajenos al proceso de locura, caballería y muerte. Pero lo que hay,

más marginalmente, es una gran cantidad de tiempo que no cabe en este marco unitario y lo desarticula de modo irreparable. Si se cuentan los días de la vida de don Quijote que, sin elipsis narrativas, aunque con ciertas imprecisiones, nos presenta Cervantes se suman jornadas que pueden caber en un extenso verano. Sin embargo, don quijote sale por primera vez un día “de los calurosos del mes de julio” (I, II) y, hacia el final de su tercera salida, llega a la playa de Barcelona “la víspera de San Juan en la noche” (II, LXI). Como parece contrasentido salir en julio y, luego de varias semanas de idas y vueltas, encontrarse de viaje en el mes anterior al de la salida, Rodríguez Marín entiende que la fiesta de San Juan a que se hace referencia es la de la decapitación, del 29 de agosto, y no la del 24 de junio. Esto salvaría del absurdo cronológico, pero no de la incongruencia cronológica, pues entre comienzos de julio y fines de agosto no caben todas las semanas presentadas en la narración. Y, si consideramos otras determinaciones que se dan en la obra, parece tanto más apropiada la abierta paradoja temporal que la interpretación más aceptable cronológica. A pocas semanas de iniciadas sus andanzas caballerescas, que habría que considerar, por un lado, anteriores a 1605, la expulsión de los moriscos, de 1609 y 1611, es cosa consumada, y la carta de Sancho a Teresa Panza lleva fecha de 1614. El pasado -la vida de don Quijote- resulta futuro, pues este vive después de terminado el libro (la Primera Parte, de 1605), y el futuro -la expulsión de los moriscos, etc.- resulta pasado, pues ha tenido lugar a pocas semanas de un día de verano de 1605. Esta cronología laberíntica no contribuye a una organización unitaria de la arquitectura de la obra. Como se ve, el acto de narrar del intrínseco, ficticio narrador (o narradores) no es menos paradójico que el inherente a la historia, y la relación de distancia y prelación entre ambos que supone el uso del pretérito narrativo, queda invertida y confundida.

Técnica y estilo Atendiendo soo a aspectos generales y muy someramente, cabe señalar los siguientes recursos estilísticos: La parodia (imitación, generalmente burlesca, de una obra, género, autor,... exagerando o ridiculizando sus rasgos más característicos) está presente, de

forma constante, en todo el libro. La misma concepción de la novela y, por tanto, la estructuración de la mayoría de las aventuras es, como se ha dicho, una parodia de los libros de caballerías. Pero esta se manifiesta también continuamente en recursos técnicos y estilísticos más concretos: en el recurso del apócrifo, en el lenguaje altisonante y arcaizante, en el uso y abuso de la hipérbole. La ironía , resultado en muchos casos de la parodia, es el recurso tal vez más utilizado en El Quijote ; tan es así, que apenas hay frase que no lleve un doble sentido. La vemos ya en el encabezamiento de los capítulos con sus títulos hiperbólicos, en el desajuste constante entre actitudes y situaciones, en muchísimas expresiones de don Quijote y Sancho. Tanto la parodia como la ironía son ríos que desembocan en el inagotable humor del Quijote. Pero el humorismo sobrepasa dichos recursos: lo encontramos también en los graciosísimos diálogos entre Sancho y don Quijote, en la creación de nombres propios, en la invención de expresiones (como "escuderil vápulo", "académico argamasillesco", médico insulano", "gobernadoresco",...) en los trastrueques idiomáticos en la boca de Sancho, en los juegos de palabras, etc. Aunque la verdad es que parodia, ironía y humor se aúnan en una misma realidad literaria y no siempre admiten diferenciaciones claras. Cabe resaltar también como otra consecución técnico-stilística del Quijote la perfección del diálogo. Es, en primer lugar, el medio por el que los personajes, sobre todo don Quijote y Sancho, descubren sus intimidades en un proceso dialéctico que los define como seres independientes y vivos, a la vez que los conforma progresivamente. Pero, además, es un elemento estructural de primera magnitud que dinamiza la novela: las aventuras perderían gran parte de su valor sin los diálogos precedentes y subsiguientes. Excepcional recurso del Quijote es su perspectivismo . Se entiende por tal el hecho de que la variedad de perspectivas que confluyen sobre una realidad son las que se definen. En la novela, el juego de perspectivas es muy complicado. Por una parte, está la combinación de los tres "autores": el narrador cristiano (que no es el Cervantes real), el traductor aljamiado y el historiador moro (Cide Hamete). El entrecruzamiento de las perspectivas de los tres enriquece la visión de lo narrado. Por otra, está la multitud de visiones

vertidas por los personajes, con lo que se consigue ir definiendo una realidad indeterminada y huidiza. En este aspecto, si es de destacar el continuo y primer diálogo entre don Quijote y Sancho, no se puede olvidar el enriquecedor cúmulo de visiones de todos y cada uno de los personajes de la novela. Este perspectivismo es el que permite a Cervantes definir la verdad "cervantina", es decir, la ver dad "vital" o "existencial". Uno de los hechos que más llama la atención durante la lectura de El Quijote es el grado de realismo y de vida independiente que Cervantes consigue plasmar en sus personajes, muy en especial en don Quijote y Sancho. En efecto, en la conciencia del lector de la obra y en la conciencia de la colectividad, se ha ido conformando una sensación de personajes reales, escapados de la novela. Los saberes y secretos técnicos con los que Cervantes ha conseguido esto son numerosos y, en muchos casos, sutiles. Baste aquí para indicar algunos de los más patentes: Las vacilaciones o equivocaciones, atribuidas en ocasiones a descuido, dan un gran sentido de realidad : la variedad de nombres de don Quijote y la mujer de Sancho; el desconocimiento del lugar de nacimiento y ascendencia de don Quijote; las malas cuentas que hace del niño azotado, etc. En algunos casos la razón de ello está en la falta de documentos históricos (luego la historia no es una invención sino una realidad documentada); en otros, parece que la causa es que don Quijote, caballero de altos pensamientos, no puede entretenerse en bagatelas o cosas pragmáticas (realismo vital o existencial). El realismo nacido de la referencia a los documentos queda reforzado, además, por los frecuentes entredichos que el narrador" pone al historiador y al traductor. La perfección del diálogo , verdadero encuentro del "yo" y del "tú" como en la vida, a la vez que conformador de la evolución de los personajes. Es de especial interés, en este sentido el diálogo entre Sansón Carrasco y los protagonistas cuando aquél les comunica que ha leído su historia. El hecho de que don Quijote y Sancho enjuicien la verdad o perfección de la misma historia de sus vidas, les lanza fuera de la novela como personajes reales. En idéntica dirección están las consideraciones sobre el Quijote de Avellaneda y el hecho de que, a lo largo de la segunda parte, don Quijote se encuentra con personajes que ya han leído su historia y le reconocen sin necesidad de presentaciones.

Importante característica barroca de El Quijote es su dinamismo . éste afecta tanto a la estructura como al estilo. En efecto, dinámico es el movimiento de los personajes, la ininterrumpida sucesión de aventuras, el inagotable diálogo entre personajes, la técnica narrativa de capítulos abiertos y de la anticipación y el rápido ritmo de la sintaxis. Por último es necesario mencionar la perfección y riqueza lingüísticas . Un dato nos puede llevar a intuir hasta qué punto esto es cierto en todos los aspectos: el número de palabras distintas usadas en la novela es de más de doce mil hoy, una persona culta conoce seis o siete mil.

Algunas formas de intertextualidad en el Quijote Uno de los principales rasgos que permiten considerar a Las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha como el inicio de la novela tal como se conoce en la actualidad, es el uso de la intertextualidad como recurso narrativo. Ya sea citando a obras o autores reales y ficticios, parodiando pasajes de los libros de caballerías y romances más famosos o intercalando locuciones y refranes populares en los diálogos, Cervantes construye una basta red de referencias que cumplen diversas funciones en el texto. En primer lugar se encuentran las citas literarias propiamente dichas. Basta recordar el escrutinio de la librería, donde el cura y el barbero se ocupan de salvar o condenar a la hoguera los libros del buen Alonso Quijano. En este capitulo desfilan desde los libros de caballerías más importantes (la serie de los Amadís de Gaula a la cabeza, seguidos de los Palmerines, el Belianis, etc.) hasta textos de autores contemporáneos a Cervantes (Quevedo, Lope de Vega, el Lazarillo e inclusive un libro suyo, La Galatea, que si bien es criticado termina por ser salvado del fuego). Abundan a lo largo de la novela referencias a poetas y filósofos clásicos (Homero, Virgilio, Ovidio, Aristóteles), así como también a escritores medievales españoles (Garcilazo y Juan de Mena , entre otros) e italianos, en particular al Orlando furioso de Ariosto. En segundo lugar, la conversación narrada entre Cervantes y su amigo en el prólogo, aporta una importante clave de lectura respecto a las citas y referencias de carácter ficticio que aparecen a lo largo del texto. En ella,

Cervantes plantea su preocupación acerca de cómo seleccionar para su libro, los sonetos y epigramas que aparecen, a modo de elogio, al principio de las novelas de caballería. Su amigo (que aparece innombrado) le aconseja que no pierda su tiempo y sin más, invente algunos, así como a sus autores. Cervantes toma el consejo y pone en boca de conocidos personajes del género caballeresco, versos dedicados a Don Quijote , Sancho y hasta a Rocinante. A partir de la mitad de la primera parte, en particular en el capitulo de la aventura de los rebaños, los personajes citados son fantásticos, deformaciones de los nombres de personajes del género parodiado ( Frestón por Fristón del Belianis de Grecia, Pentapolin del arremangado brazo, Alfinfaron de la Trapobana). Otro ejemplo de este tipo de intertextualidad se encuentra al final de la primera parte, en los versos que los ficticios académicos de Argamasilla redactan como epitafio a los personajes del libro. En tercer lugar, se encuentran las referencias a pasajes de obras literarias (en especial de novelas de caballería), que Cervantes toma como modelo directo para su parodia, generando situaciones argumentales en la trama del Quijote. Ejemplo de este tipo de referencias implícitas en el texto son: El “manuscrito encontrado” por Cervantes en el que continua la historia, la parodia de “la búsqueda”, en el capitulo dedicado al yelmo encantado, el retiro en soledad de Don Quijote a Sierra Morena, todos tópicos frecuentes en las novelas de caballería. Además, cabe resaltar que en la segunda parte de la novela (1615) tanto el Quijote como Sancho, al ser protagonistas del la primera (1605), se convierten en referencias para varios de los nuevos personajes (Sansón carrasco, los Duques, etc.), ya que estos han leído de sus aventuras. Este juego de espejos refuerza la verosimilitud del texto, creando a su vez nuevos episodios en la trama (las intervenciones del Bachiller disfrazado de caballero, la broma gastada por los duques). Por último, otra de las formas intertextuales que aparecen en la obra consiste en la deformación de los refranes y locuciones del saber popular, presentes en las líneas de Sancho (Érase que se era, la deformación de la cita latina de la Pág. 242 ) así como también las frases y sentencias inventadas por

Don Quijote, imitando el estilo popular (hacer el bien a villanos es echar agua en el mar). En cuanto a las multiples funciones que este enorme caudal de referencias cumple en el texto, es posible señalar: los guiños al lector (demostracion de erudición, manifestación de los gustos literarios de Cervantes, crítica y censura irónica de obras y autores); la caracterización de los personajes ( tal como Don Quijote, que se reafirma tomando como modelo al Amadis, Sancho lo hace deformando el refranero y uno de los Galeotes citando al Lazarillo,etc.); refuerzo de la verosimilitud ( las fuentes de la historia, las menciones a la impresión de la primera parte y el Quijote apócrifo de Avellaneda) y como motor para la producción de nuevos episodios en la trama. Por estos motivos es posible afirmar que es en el Quijote donde la referencia a obras literarias se convierte en un recurso, lo que permite considerar a Cervantes como el precursor de la literatura moderna y hace que su lectura, aún hoy, sorprenda por la originalidad de su técnica narrativa.

Código apreciativo Cervantes manifiesta varia veces a lo largo del libro su intención de ridiculizar los libros de caballería, Lo que parece evidente es que Cervantes escribió un libro divertido de humor. Es verdad que afirmó en diversos lugares que su primera intención era mostrar al mundo una parodia de los disparates de los libros de caballería. Don Quijote es también un modelo de aspiración a un estilo de vida. Se hace caballero andante para defender la justicia en el mundo y desde el principio aspira a ser un personaje literario.

Espacios -Social: La Nobleza: se somete a la autoridad del rey. Aunque con problemas financieros, sigue gozando de prestigio y poder, basado en la posesión de tierras. Destaca la figura del cortesano (hombre de letras y de guerra). El Clero: mantiene su poder. Debido a problemas internos y a las divergencias en el seno de la Iglesia, surgen los problemas que inician la Reforma protestante de Lutero y la Contrarreforma.

La Burguesía: está en auge debido al creciente poder de las ciudades, el comercio y la industria. El Pueblo: muy pobre. Compuesto principalmente por campesinos y artesanos, inicia el conocido éxodo rural hacia las ciudades en busca de una oportunidad. Allí, aparecerán numerosos vagabundos y mendigos. Aparece la figura del pícaro. -Físico: La novela muestra la situación de algunos lugares de España, en especial el de Castilla, porque era de donde procedía Don Quijote. También se mencionan ciudades dignas como lo son Barcelona, Zaragoza... entre otras y otros lugares también importantes como Sierra Morena. -Económico: Por supuesto, en varias oportunidades se mencionan los impuestos y contribuciones como la alcabala (el IVA de la época), el pecho (impuesto actual sobre la renta y patrimonio), el impuesto de barlovento (una especie de arancel de aduanas) y otros de estirpe muy hispana como el chapín de la Reina, la moneda forera, el fortazgo y la barca, el impuesto de la lana, el servicio y montazgo. Don Quijote participa del carácter fiscal privilegiado de los hidalgos y caballeros, especialmente en los impuestos directos. En los tributos indirectos gozaba de exención teórica que se aplicaba cuando se podía. -Cultural: El Renacimiento, movimiento europeo, surgido en Italia, que, a lo largo del siglo XVI aplica los ideales humanísticos a todas las actividades culturales e incluso políticas. -Religioso: Durante el reinado de Carlos I, España acoge el Erasmismo, es decir, una relación más sincera e intimista con Dios. La Reforma iniciada por Lutero, que provoca una escisión en el seno de la Iglesia. Nace el protestantismo. Para solucionar este problema, se convoca el Concilio de Trento (1545-1563), en el que se fijan los nuevos caminos de la doctrina ortodoxa católica. España se suma a esta tendencia llamada la Contrarreforma Católica. A ello obedece la fundación de la Compañía de Jesús, la Reforma de los Carmelitas.La inquietud religiosa es enorme y por ello, brotan numerosas herejías, de orientación protestante o no, que fueron perseguidas duramente por la Inquisición. También se practicó una fuerte limpieza de sangre (antisemitismo). -Judicial: Don Quijote no acepta el sistema judicial de su época. Por eso libera a los galeotes, condenados “de por fuerza, y no de su voluntad”. Frente a la

justicia legal, él opone su propia concepción de una justicia natural, no escrita, basada en el amor, que se diferencia de aquella por carecer, tanto de un código concreto de penas y delitos, como de un aparato represivo que imponga su acatamiento por la fuerza. Defensor del mundo mítico de la Edad de Oro en la barroca Edad de Hierro en que le tocó vivir, don Quijote aboga por una sociedad ideal, fraternal, igualitaria y placentera, en la que no exista propiedad privada, ni necesidad de trabajar, donde la naturaleza dé por sí misma sustento a todos los seres humanos, y en la que, en consecuencia, no haya necesidad de jueces ni de justicia