Domingo, 18 de Septiembre de Queridos amigos de Karibu sana!,

Domingo, 18 de Septiembre de 2016 Queridos amigos de Karibu sana!, He dejado pasar un tiempo desde mi anterior carta porque suponía que estaríais ma...
Author: Hugo Vega Vera
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Domingo, 18 de Septiembre de 2016

Queridos amigos de Karibu sana!,

He dejado pasar un tiempo desde mi anterior carta porque suponía que estaríais mayoritariamente disfrutando del descanso. Y tampoco quería presentarme ante vosotros justo a la vuelta de septiembre, en la que se mezclaban calor y trabajo. Además es que no he parado, y a veces la combinación de hacer cosas con contarlas es imposible, porque siempre tienes algo o alguien esperando. Yo no he tenido vacaciones. Llegarán, espero, en diciembre, cuando vuelva a España. Agosto ha sido un mes de docencia intensa, lo mismo que el presente. El récord lo batió una semana en la que se me juntaron las clases ordinarias con las de un máster, y estuve ¡28 horas! hablando (y todas de filosofía...). Ahora mismo tengo tres cursos en marcha, con un total de 240 alumnos a los que tendré que evaluar..., y la verdad es que se nota el peso del trabajo y que llevo desde enero sin parar (la excepción fue el viaje a España en abril, que tampoco fue muy tranquilo...). ¿Qué hemos hecho en este mes y medio? Lo primero, asombrarnos y dar gracias a Dios por la generosidad de todos vosotros y de varios espontáneos que se han apuntado a ayudarnos con sus medios económicos. Yo me encuentro desbordado por tanta disponibilidad, y eso me hace muy feliz. Respecto a tareas, empiezo por las más grandes. Logramos hacer llegar a los dos colegios de Kibera nuestro donativo de 4.000€ (cada uno). Me deja impresionado lo que estiran el dinero. En Desert Stream han comprado libros para todo el colegio (1.000€) y los estaban forrando el viernes, cuando fui a visitarles. Eso es un tesoro para los 200 niños que forman la escuela. También han levantado una nueva escalera hacia el primer piso. Ahí tienen clases la mitad de los alumnos, y la escalera que tenían era muy pequeña, con el peligro de inseguridad en caso de incendio (muy frecuentes en el slum). Este año ha sido muy frío en Nairobi (de verdad, lo ha sido) y los más pequeños tenían las clases bajo una techumbre al aire libre. Están construyendo un nuevo edificio para evitar eso, de modo que encuentren solaz. No les dará con nuestro dinero, pero les ha servido para animarse. El otro colegio, Transform School, ha rehecho los suelos de las aulas, y ha cambiado por completo el terreno en el que tenían los recreos (además de aumentarlo comprando una pequeña parcela adjunta). Cada mes devolvemos 265€ al banco que nos prestó estos ocho mil, así durante tres años. Respecto a Kwetu, ya han recibido los 12.500€ que les hemos donado (gracias a la aportación de un particular) y los 4.000€ que hemos gestionado desde una Fundación de Madrid, que está dispuesta a seguir ayudando en años sucesivos. Les hemos animado a preparar con eso un buen plan de inversión, de manera que saquen rendimiento a ese dinero y se hagan sostenibles. Para eso van a reforzar la granja que tienen. Además compramos calzoncillos, zapatos y mochilas para el grupo que dejó el centro de rehabilitación para ir a la casa principal y empezar el colegio (24 niños). A día de hoy, entre sus dos casas, cuidan de 116 chicos. En otro orden de cosas, tanto a Kwetu como a Desert les he presentado personas que podrían seguir ayudándoles. También ha terminado nuestra donación a Refaco. No es propiamente con Karibu, pero como soy yo quien lo ha movido, y me parecen proyectos hermanos, lo incluyo. Les hemos entregado 10.000€, de los que 6.000 son en préstamo sin intereses, y con eso han comprado una nueva sede para su colegio, más decente que la chatarra que tenían antes, y que les va a ahorrar pagar

alquileres. Refaco es un colegio que está en otro slum, con 240 niños y niñas, todos completamente desfavorecidos. Respecto a los negocios para las familias. Es lo que más tiempo y dolores de cabeza me ha ocasionado. Las razones son varias. Primero, quería convencerme de que realmente usábamos bien el dinero, que no era un 'dar por dar'. Eso supone asegurarse que realmente estas familias tenían proyectos, que se formaban un poco para gestionar sus tiendas, etc. Segundo, me he encontrado con la terrible burocracia, esta vez en la Universidad de Strathmore. Les hemos enviado a ellos varias partidas de dinero, que quedan a nombre de 'Karibu sana Initiative' por evidentes razones: que no llegara a mi cuenta dinero que no puedo justificar ante la autoridad keniana, que tuviéramos una vía para continuar cuando yo me marche, que no tuviera yo acceso en solitario al dinero no se me fuera a ir la cabeza y me fuera de Safari o me lo gastara en mí mismo. Ellos aceptaron pero lo que no sabía es que entre las personas de finanzas y contabilidad adaptarse ante lo nuevo no se contempla. Por motivos de seguridad fáciles de entender en un país en el que la corrupción está cronificada, la universidad tiene fuertes medidas de seguridad antes de entregar dinero a nadie. Encima lo que yo les proponía les era completamente nuevo (ellos no hacen préstamos, pagan ante facturas, etc.) y, por último, en Kenya toda gestión (aunque sea para informarte de que eso que pides no lo saben hacer) toma siempre más de una semana. Total, que yo queriendo desde mayo poner en marcha esos negocios, y sin conseguirlo. La cosa se agrava cuando cada semana de espera significa que alguna familia sigue sin pagar el alquiler o sin traer comida a la mesa. Al final hemos encontrado un camino. Estos préstamos (sin interés, y que son préstamos conscientes del riesgo de que no los puedan devolver, pero es muy importante no regalar nada para no hacerles dependientes o irresponsables) los gestionará Moses Muthaka, experto en micro finanzas y economía no reglada, persona de total confianza que trabaja en Eastlands College of Technology, obra educativa del Opus Dei dirigida a los más desfavorecidos. Por fin la pasada semana llegó el dinero de Strathmore a la Fundación de Eastlands, y esta misma semana empezamos a repartir dinero y a empujar a Patrick, Jane, Mary, Nancy, Alice, Rose, Njoroge, Jane, Lydiah, Bilha, Violet, Tabitha y Winnie con la esperanza de que puedan tener una mejor fuente de ingresos (todas estas personas ganan en torno a los 50/60 euros al mes para sostener familias entre tres y ocho personas..., calculad a cuantos puede favorecer el efecto de esta acción). También he pagado el último semestre de los colegios. 56 niños y niñas. No todo son victorias. Desde el director de un colegio que trató de engañarme con falsas facturas médicas, hasta dos niños que no estaban yendo por desidia de la madre, pasando por otros dos que justo antes de reincorporarse se han escapado de casa y la madre les busca para que retomen las clases. A esta hay que añadir la estolidez y la falta de humanidad de muchas de estas escuelas. Si el niño no ha pagado, le echan sin contemplaciones. Y si, como es el caso, ya ha pagado pero ellos son tan paquetes que no saben leer sus cuentas bancarias, les echan también. He tenido varias broncas interesantes por teléfono con estos inútiles. Varios me tienen más miedo que respeto. Pero se merecen mis palabras, más teniendo en cuenta que se trata de niños, y de niños que no tienen dinero ni para pagar dos euros de transporte. He añadido un buen grupo a nuestros beneficiarios. Con los nuevos pagamos matrícula, uniforme, zapatos, mochila, cuadernos..., los que hayáis pasado estos días por un septiembre con hijos entenderéis el desembolso que supone. La primera es la familia de Winnie, con un niño encantador (Jomba) que conozco hace meses, que me presentó a su madre. Él, de 11, se une a 3º de primaria con su hermano de 13, cuando es un curso para los de 9. Otros dos hermanos se han incorporado al colegio también. Otra familia es la de Tabitha. Una niña de 8 años que pasaba los días junto a su madre en un puente mientras la madre mendigaba (no puede trabajar por enfermedad). Con Tabitha se suman sus tres sobrinos (de su misma edad), todos ellos unos ángeles que vivían sin formación y con una sola comida al día. Lo hemos pagado todo.

Y la otra es la de Benedeta. 16 años, cabeza de familia de otros tres hermanos, huérfanos por SIDA (el hermano de 11 es portador de la enfermedad). La he animado a reunir a todos en su casa. Los dos pequeños viven en el campo con el abuelo, que es alcohólico. Ella lo hace en Kibera, con el segundo. Perdió un año de colegio por falta de dinero, y trabajó como criada de una señora cuando tenía 13 años. Ahora le queda un curso para acabar la secundaria y, después de clase, trabaja lavando ropa para poder pagar alquiler y comida. A menudo le ayudan los vecinos: la solidaridad en la pobreza es muy hermosa (si regalo caramelos a los niños de una familia tardan segundos en repartirlos entre los niños vecinos). Ayer estuve en su casa (1,5 x 3 metros) y no tienen electricidad porque cuesta 3€ al mes. Estudian a la luz de las velas. Os recuerdo que en Kenia, ecuatorial, la noche dura 12 horas todo el año. Le hemos comprado una litera con sus colchones (dormían en el suelo), les he recomendado cambiar a una casa un poco mejor y con un acceso menos sucio y siniestro (callejones estrechos con las aguas sucias al aire). Les vamos a pagar el alquiler de ahora en adelante hasta que ella termine los estudios (la universidad, por supuesto), les vamos a pagar el colegio a los tres chicos (ella tienen una beca donada por su escuela secundaria, Juan Pablo II de Kibera), les vamos a dar un poco de ese confort y calor de padres que no han tenido en años. ¡No sabéis cómo lloraba ayer cuando se lo contaba! Y muchas más cosas, las que publico cotidianamente en Facebook. Pero al menos estos pequeños apuntes os servirán para ser conscientes de que es verdad que con poco dinero y con algo de trabajo se puede ayudar a mucha gente, a personas que viven en la espalda del mundo y que, a los pocos segundos de tratarlas, se descubren cómo gente maravillosa, de una generosidad deslumbrante, y que sobreviven en unas condiciones de miseria que no nos es posible imaginar. Muchas gracias de nuevo por todo, y seguid ayudando. Este próximo mes mi tarea es, principalmente, acabar de perfilar los negocios, y gestionar con la universidad un método ágil para ayudar a nuestra gente cuando yo me marche. Un fuerte abrazo

Javier Aranguren PD. En diciembre vuelvo a España, aterrizando en Bilbao, pero con la intención de preparar mis cosas para un eminente traslado a Madrid, mi siguiente meta volante en esta vida (vuelvo tras la friolera de 29 años 'en provincias’...).

Con Benedeta; parte de la familia Mwange (faltan dos niños y un primo)

Tabitha, de naranja, con su sobrino Brian (al fondo, su hermana Gladys, de 25). De azul un niño de Kwetu que llegó hace una semana medio muerto por sobredosis de pegamento; con 13 años, acaba de comenzar con seis meses de retraso 3º de primaria; dos niños de Kwetu disfrutando.

Ejemplo de algunos gastos. Los 5 primeros son puntuales; los siguientes serán lo habitual. Es decir, para cumplir con nuestra ayuda a la escolarización necesitaremos unos 2.000€ mensuales, cifra que ahora mismo conseguimos. Aunque sería ideal poder seguir ayudando a Kwetu y a los colegios, y habrá que seguir apoyando a las familias:

Concepto Kwetu Home of Peace Colegio Desert Streams (crédito a amortizar en 3 años) Transform School (crédito a amortizar en 3 años) Refaco School (con Zabalketa ONG) Préstamos (previsto, ya tenemos el dinero y los haremos en estas próximas semanas) Matrículas 3er trimestre Préstamos para vivir a estudiantes mayores de 18, gasto cada mes Ayudas urgentes gastos básicos septiembre

Entregado € 17.500 4.000 4.000 10.000 12.000 4.400 350 600