PSIQUIATRÍA DE LA INFANCIA Y DE LA ADOLESCENCIA 1. Bases históricas de la psiquiatría de niños y adolescentes. Coordinador: F. Cabaleiro Fabeiro, Madrid Factores etiológicos. Manifestaciones psicopatológicas según el período del desarrollo. Clasificación. Prevalencia Bases históricas de la psiqiatría de niños y adolescentes Factores etiológicos Manifestaciones psicopatológicas según el periodo del desarrollo Clasificación Lista de las categorías Prevalencia 2. Valoración clínica en psiquiatría del niño y del adolescente. Coordinadores: J.R. Gutiérrez Casares y F.J. Bustos, Badajoz Objetivos de la conslta. Contenidos básicos Objetivos de la conslta y principios generales Contenidos básicos de la valoración 诲眜맟眠 眢 眢
3. Examen psicomotor. Examen del lenguaje. Examen mediante técnicas psicométricas. Formulación diagnóstica Coordinador: L. Goenechea Alclá-Zamora, Toledo
Examen psicomotor Interrogatorio Exploración Examen del lengaje Interrogatorio Exploración Exploración mediante técnicas psicométricas Escalas de nivel Test de personalidad Escalas sindrómicas Escalas globales Formlación diagnóstica
4. Trastornos de la conducta alimentaria. Trastornos del sueño. Coordinador: J. Toro Trallero, Barcelona
Trastornos del control de esfínteres y de la eliminación. Trastornos de la identidad sexal Trastornos de la condcta alimentaria Obesidad Retraso ntricional benigno del crecimiento Retraso psicosocial del crecimiento Qiebra del desarrollo Rmiación (mericismo, vómitos psicógenos) Pica Trastornos del control de los esfínteres y de la eliminación Desarrollo del control de esfínteres Enresis (enresis fncional, micción involntaria noctrna infantil) Encopresis (incontinencia fecal, megacolon psicógeno) Trastornos del seño Fisiología del seño en niños y adolescentes Evolción a lo largo de la infancia y adolescencia Epidemiología Esqema general de evalación Dificltades para iniciar y mantener el seño Somnolencia excesiva dirna Cantidad inadecada de seño Seño noctrno alterado Trastornos asociados con n amento de las necesidades de seño Trastornos del ritmo circadiano seño-vigilia Síndrome de fase de seño retrasada Parasomnias: scesos inhabitales drante el seño Pesadillas Trastornos por movimientos rítmicos Brxismo Convlsiones drante el seño Cambios en el seño asociados con trastornos psiqiátricos Depresión en la infancia y adolescencia Trastorno por déficit de atención Síndrome de Torette Atismo, retraso mental y disfnción cerebral Trastornos de la identidad sexal (TIS) Desarrollo psico-socio-sexal hmano Alteraciones de la identidad sexal hmana Explicaciones etiopatogénicas Diagnóstico diferencial Transvestismo Transexalismo Sitaciones ddosas Estados intersexales Tratamiento
5. Trastornos del desarrollo motor. Trastornos del lenguaje.
Coordinador: J. Sola Muñoz, Granada Trastornos del aprendizaje Trastornos del desarrollo motor Hiperqinesia y trastorno de la atención Historia y definición Epidemiología Clínica Perspectiva evoltiva. Pronóstico Etiopatogenia Diagnóstico diferencial Tratamiento Inhibición psicomotriz Torpeza psicomotora Trastornos de la lateralización Debilidad motriz Dispraxias infantiles Los tics Concepto Epidemiología Clínica Etiopatogenia Diagnóstico Diagnóstico diferencial Tratamiento Pronóstico Enfermedad de los tics", "síndrome de los tics", "síndrome de Gilles de la Torette" o "trastorno de la Torette" Trastornos del lengaje Disartrias Disartrias fncionales Disfemias Tartamdez o Espasmofemia Tartajofemia Disfasia y afasia del desarrollo Trastornos del aprendizaje Dislexia Disgrafia Disortografía Discalclia Retraso escolar. Fracaso escolar Fobia escolar Trastornos del comportamiento en la escela 6. Trastornos de conducta en la infancia y la adolescencia.
Coordinadores: A. Agüeró y M.A. Catalá, Valencia
Condcta normal y patológica. Etiología y epidemiología. Valoración clínica y sintomatología. Diagnóstico diferencial. Crso y pronóstico. Tratamiento Condcta normal y anormal Prevalencia Etiología y patogenia Factores individales Factores familiares Factores sociales Clínica Diagnóstico diferencial Enfermedades psiqiátricas Enfermedades de tipo nerológico Transtornos del aprendizaje y retraso mental Crso y pronóstico Tratamiento Terapia comnitaria Entrenamiento de los padres Terapia de familia Entrenamiento en habilidades sociales y resolción de problemas Tratamiento farmacológico Conclsión
7. Uso y abuso de alcohol y sustancias psicotropas. Circunstancias clínicas especiales: urgencias, suicidio, el niño maltratado, divorcio, embarazo Coordinador: I. Avellanosa Caro, Madrid Uso y abso de alcohol y sstancias psicotropas Circnstancias clínicas especiales 8. Psicosis infantil. Autismo infantil precoz. Trastorno autista. Esquizofrenia. Trastornos del humor. Trastornos de ansiedad por separación. Fobias. Trastorno obsesivo-compulsivo. Trastorno de conversión. Hipocondria. Síndrome postraumático Coordinador: C. Ballesteros Alcalde, Valladolid
Evolción histórica del concepto de esqizofrenia y psicosis infantil Características clínicas Atismo y trastornos generalizados del desarrollo Síndrome de Rett Síndrome de Asperger Trastorno desintegrativo
Trastorno del hmor Trastorno por ansiedad de separación Fobias Trastorno obsesivo-complsivo Trastorno de conversión Síntomas nerológicos Características asociadas Hipocondria Trastorno por estrés postramático
9. Deficiencia mental Coordinador: J. Rodríguez Sacristán, Sevilla
Definición Evolción histórica del concepto de deficiencia mental Prevalencia Etiología Factores prenatales Alteraciones cromosómicas Errores congénitos del metabolismo Alteraciones congénitas del SNC Factores ambientales Factores perinatales Factores postnatales Factores socio-cltrales Clasificación Deficiencia mental ligera Deficiencia mental moderada Deficiencia mental grave Deficiencia mental profnda Clínica Trastornos psiqiátricos y de condcta Evalación y diagnóstico Exploración física Evalación psicológica Diagnóstico precoz Tratamiento de los trastornos psiqiátricos y de condcta Tratamiento psicológico Tratamiento psicofarmacológico Abordaje social de la deficiencia mental Labor asistencial Labor edcativa Labor profesional Labor social
10. Pronóstico y prevención. Estrategias preventivas con los niños y la familia. La relación terapéutica. Terapia por el juego. Terapia conductual. Psicoterapia individual. Terapia familiar. Terapia de grupo. Psicofármacos. Institucionalización. Modelosde servicios asistenciales Coordinadores: J.R. Gutiérrez Casares y F.J. Bustos, Badajoz
Estrategias preventivas con los niños y la familia La relación terapética Tipos de tratamiento Institcionalización
1. BASES HISTÓRICAS DE LA PSIQUIATRÍA DE NIÑOS Y ADOLESCENTES. FACTORES ETIOLÓGICOS. MANIFESTACIONES PSICOPATOLÓGICAS SEGÚN EL PERIODO DEL DESARROLLO. CLASIFICACIÓN. PREVALENCIA Coordinador: F.Cabaleiro Fabeiro, Madrid.
BASES HISTÓRICAS DE LA PSIQUIATRÍA DE NIÑOS Y ADOLESCENTES La historia de la Psiqiatría en niños y adolescentes pede ser tan antiga como la famosa pintra rpestre del spesto hechicero (Francia), o tan reciente como expresa qizás demasiado rotndamente Leo Kanner (l), cando dice qe al iniciarse el siglo XX no había nada qe pdiera ser considerado como Psiqiatría infantil. Cando se investiga el srgimiento de la qintaesencia de n saber o de na ciencia, con frecencia se pede retroceder hasta n pasado lejanísimo, pero a medida qe retrocedemos en el tiempo lo habital es qe se pierda especificidad y qe esta qintaesencia se encentre mezclada o confndida con otros elementos distintos. En la antiga Medicina, en las prácticas mágicoreligiosas ancestrales, sin dda se abordarían algnos problemas de niños y adolescentes de la misma natraleza de los qe hoy nos encontramos en la clínica cotidiana. Pero serían los saberes y los procedimientos de la magia, la religión, la hechicería o la medicina primitiva, los qe se aplicarían, my lejos todo ello de na delimitación del campo y de los contenidos de la moderna Psiqiatría de niños y adolescentes, y, por spesto, my lejos también de la identidad del psiqiatra infantil. Por ello y teniendo en centa el contexto de este capítlo vamos a procrar no adentrarnos apenas en los tiempos brmosos, en los qe la inespecificidad de la Psiqiatría de niños y adolescentes, es casi completa y en los qe el destilar s qintaesencia sería n proceso largo y complejo. Pero sí es importante reseñar qe la Psiqiatría de niños y adolescentes es no de los resltados actales de la historia de la comprensión del mndo psíqico de los niños y adolescentes. Esta historia forma n todo con la evolción de la comprensión de las dimensiones biológica y social de la infancia y adolescencia. La historia de la Psiqiatría infantil va de la mano de la historia de la atención y consideración qe a lo largo de los siglos se ha venido dando a los niños. En la hmanidad en general, casi todo ha girado, y gira, en torno al
adlto: el niño y el anciano son a mendo dos grandes marginados. La historia de la infancia está aún por hacer y no parece tarea sencilla. Existen enormes lagnas docmentales de datos, hellas o indicios y, por otro lado, no ha sido n tema de gran interés para los historiadores, qe ya hace sin embargo mcho tiempo, hbieran podido darnos para ello había datos sficientes na versión de la historia de la infancia desgraciadamente bastante llena de crdeza. Creo qe a los historiadores, lo mismo qe a n profesional de la infancia hoy ante na sitación de maltrato infantil, les reslta difícil ser ecánimes y es qe con frecencia se tiende a negar como algo inconcebible la creldad de los padres, ya qe maternidad y paternidad son fnciones my idealizadas socialmente (2). Nadie dda qe siempre ha habido padres qe qerían, cidaban, protegían y comprendían a ss hijos y qe ha habido cltras y momentos históricos más favorables para ello. Pero ahí están el monte Taigeto en Esparta y la roca Tarpeya en Roma, como lgares siniestros en qe griegos y romanos hacían na crel prevención despeñando a los bebés qe tenían algún defecto físico o algún otro problema de sald. El infanticidio, el abandono y la explotación laboral los niños en la Edad Antiga y Media, según nmerosos historiadores (3,4), no han sido fenómenos excepcionales (ni tampoco lo son actalmente en algnos países). Con la revolción indstrial se prodjeron importantes cambios en las relaciones padres-hijos y la concepción de la familia. En la sociedad medieval occidental, por ejemplo, la "escela" para la mayor parte de la infancia tenía lgar a través de n contacto extrafamiliar y social con los adltos, lo qe tenía n valor afectivo considerable (5). La escela, en sentido propio, como forma de aprendizaje generalizado, y posteriormente obligatorio, es n fenómeno mcho más tardío qe se prodce al mismo tiempo qe la sociedad indstrial se afirma y qe los vínclos familiares y parentofiliales adqieren n valor cada vez mayor en significaciones afectivas. El siglo XVIII con la Ilstración y la difsión de las concepciones edcativas de Rossea sponen n giro copernicano en la consideración del niño (del niño, lgar de las ferzas del mal, a la inociencia infantil y preparan el siglo XIX en el qe srge na mayor sensibilidad social ya no sólo familiar con respecto a la infancia, ampliándose considerablemente la responsabilidad pública con respecto a los hijos ajenos (6). A partir de la Revolción francesa empezó a considerarse responsable de todos los cidadanos como el Gran Padre o la Gran Madre ("Allons enfants de la patrie"). Se crearon así gran número de orfelinatos en toda Eropa, qe acogían ya no solo a hérfanos de gerra sino a hijos ilegítimos y abandonados (qe sólo en Francia en 1825 parece ser qe ascendían a 117.000). En 1881 el Ministro de Instrcción Pública francesa proclama la gratidad y el carácter laico y obligatorio de la enseñanza primaria para todos los ninos, a lo qe hasta entonces sólo tenían acceso na minoría social (4). El siglo XX spone n enorme progreso en la consideración y el respeto al niño. Así vemos aparecer:
· en 1923, la "Magna Charta pro Jventte Mndi", propesta por la Unión Internacional de Socorro a los Niños y adoptada en 1924 por la Sociedad de Naciones (Declaracion de Ginebra de los derechos del niño). · en 1959, la Declaración Universal de los derechos del niño, proclamada por la ONU. En ella se reconoce la enseñanza obligatoria entre otros mchos derechos. Hoy las Constitciones de nmerosas naciones del mndo inclyen y desarrollan estos principios. Sin embargo, estamos aún my lejos de qe estos derechos del niño, pese a ser reconocidos, dejen de hecho de ser conclcados. Podemos decir qe el campo empieza a abonarse para el srgimiento de la Psiqiatría infantil, cando la locra empieza a ser considerada como n fenómeno hmano, y no ya como algo demoniaco. También cando los pedagogos empiezan a confrontarse con la edcación de niños deficientes creando sistemas edcativos qe ahondan en la comprensión infantil (sordomdez, deficiencia mental). Y también cando el joven delincente empieza a ser comprendido y no solo castigado. En 1409, Jan Gilaberto Jofré (más conocido por el padre Jofré), perteneciente a la orden de los Hermanos de la Merced, tras haber presenciado el linchamiento de n enfermo mental en na calle de Valencia, crea con el apoyo del rey Martin I de Aragón, llamado el Hmano, el primer establecimiento dedicado exclsivamente a los enfermos mentales (7). Los monjes de la Merced tenían por misión principal el rescate de cristianos cativos de los mslmanes, lo qe les daba probablemente la ocasión de ver cómo se trataba a los alienados en el mndo islámico (8). En la Granada mslmana había ya n hospital, casi de atención exclsiva a los dementes. La creación del manicomio de Valencia inició n importante movimiento de proliferación de establecimientos asistenciales para enfermos mentales drante los siglos XV y XVI. Todo esto significaba na ferte apesta por na neva comprensión de la locra, cando en Centroeropa, y también en España, todavía se qemaban y qemarían posesos y brjos (9), gran número de ellos enfermos mentales persegidos con el manal de Hexenhammer (Martillo de hechiceros), o por la Inqisición. Es my posible qe algnos niños y sobre todo adolescentes, cyos problemas psíqicos feron asimilados a los del adlto, se beneficiasen desde comienzos del siglo XV de esta neva comprensión de la locra, iniciada por el padre Jofré y los siete médicos qe con él desarrollaban esta labor pionera en el Hospital de los Santos Mártires Inocentes de Valencia. En los comienzos de la enseñanza especializada destacó otro español, el monje benedictino Pedro Ponce de León (1520-1584), qe creó n método de lengaje gestal para sordomdos, del qe sabemos a través de otro pedagogo español, Jan Pablo Bonet, qe pblica n importante tratado sobre este método en 1620 (4).
Ya en el siglo XVIII, nos encontramos a J.J. Rossea (1712-1778), qe con s obra "Emile o de l'Edcation" va a inflenciar poderosamente la pedagogía y las costmbres de s siglo y de los venideros. El niño es n ser beno por natraleza y hay qe protegerlo de la civilización contaminante. Centa D.-J. Dché cómo estas ideas llegarán hasta la experiencia de A. Neill, dos siglos despés, en Smmerhill y cómo Rossea inflyó en los hábitos de crianza de s época, promocionando la lactancia materna y preconizando el "régimen libre"de amamantamiento del bebé. En estas ideas le precedió s coetáneo Bffon (1707-1788), qien habla de ellas en el capítlo sobre la infancia de s "Histoire Natrelle", pero no logró difndirlas del mismo modo qe Rossea. Parece ser qe en esta época de la Ilstración empieza a verse damas dando de mamar en los palcos de la ópera o en los salones de la corte. Un contemporáneo, valorado tanto por Rossea como por Bffon, fe Pereire, qe en realidad era Jacob Rodrígez Pereira (1715-1780), jdío de origen portgés, nacido en la Extremadra española, qe se refgió en Francia por las persecciones de la Inqisición realizando allí ss estdios de Medicina. Es considerado el primer edcador de sordomdos en Francia y s metodología anaba diferentes sistemas: lectra de labios, dactilología, contacto vibratorio táctil, etc. El Abad Ch. M. L'Epée (1712-1789), coetáneo de Pereire, tilizaba n sistema gestal "metódico" qe los sordomdos aprendían rápidamente para comnicarse entre sí, pero les aislaba del resto del mndo. La dispta entre ambas escelas draría dos siglos (4), con mayor éxito del método del abad, qe condjo al encapslamiento institcional de los sordomdos. Llegamos ahora a la interesante época de la Revolción Francesa y primeros tiempos del siglo XIX. En ella nos encontramos al sizo Pestalozzi (1746-1827) qe había hecho estdios de teología, qe era n apasionado apologista de las teorías de Rossea y qe realizó na labor edcativa con niños hérfanos y abandonados, mchos con problemas de comportamiento. De ellos se ocpaba con gran dedicación a través de n método edcativo en el qe la "continidad de cidados" era fndamental (4). En Yverdon fnda n Institto al qe, entre otras personas relevantes, acde Froebel (1782-1852) permaneciendo dos años y realizando lego na labor similar en Alemania. Allí creará también na escela para niños de 3 a 9 años a la qe dará el nombre de "Kindergarten" (jardín de niños). Finales del XVIII y primeros tiempos del XIX es también la época de Ph. Pinel (1745-1826), el considerado fndador de la Psiqiatría, en Francia, qien a parte de qitar las cadenas a los alienados, de establecer na clasificación de las enfermedades mentales y de poner de relieve la importancia del medio en la génesis y en la terapia del enfermo mental, establece "el tratamiento moral" como importante recrso terapético.
Es en 1800 cando la sociedad francesa se hace cargo, tras varias idas y venidas de los bosqes a los peblos limítrofes, de Victor, el niño salvaje de Aveyron, qe entonces tiene nos 12 años. Va a ser J.M. Itard, pedagogo y médico, el encargado de s edcación en la Institción Nacional de Sordomdos donde ejerce como médico. Itard va a tilizar ss técnicas reedcativas para sordomdos, y aplicar el "tratamiento moral" (10) de s admirado maestro Pinel, qien sin embargo le disadía de intentarlo por considerar qe Victor era únicamente n retrasado mental, n idiota. Pero Itard drante años intenta qe este niño, qe no habla y qe parece inicialmente qe no oye, hable y se socialice. No es na casalidad qe todo n rico debate en torno al tema haya tenido lgar en la Francia de entonces en torno a Victor y qe el debate se prolongase hasta nestros días. Los misterios de la interacción entre lo constitcional y hereditario, y el entorno hmano, sigen siendo aún hoy de difícil acceso. Victor podía ser "la natraleza hmana sin entorno hmano" y en el intento de socialización podrían desvelarse grandes secretos. Victor apenas progresó. J.E. Esqirol (1772-1840), condiscíplo y amigo de Itard, apoyó las tesis de s maestro Pinel. Itard interrmpe s intento terapético conclyéndose qe Victor es n idiota abandonado. Hoy son nmerosas las opiniones de psicoanalistas (10) qe consideran qe fe n niño atista librado a s propia serte a la edad de 5 años aproximadamente. Los dos informes minciosos de Itard sobre ss intentos terapéticos de este grave trastorno psíqico infantil a lo largo de catro años, son considerados como docmentos históricos de na tarea ya propiamente psiqiátrica infantil. Con Itard y Esqirol e inspirado en las concepciones de Rossea y Pereire, comenzó s formación O. Ségin (1812-1880). Edcador y médico, es considerado el primer terapeta de niños retrasados mentales (11): Trabajó en hospicios y creó n centro de enseñanza para niños idiotas en París. Tras haber participado en la Revolción de 1848 con repblicanos y socialistas, emigró a EE.UU. donde aydó a la organización de escelas especiales en mchos estados. S obra "Traitement moral, hygiène et édcation des idiots et atres enfants arriérés", pblicada en 1846 en París, se distancia de las concepciones sensalistas de Itard y del tratamiento moral de Pinel (4), adqiriendo s propia originalidad. Sin embargo s optimismo era excesivo al pensar qe el retrasado mental podía crarse completamente al no tratarse más qe de na infancia prolongada (12). No fe profeta en s tierra y ss métodos feron mejor conocidos en otros países y retilizados, ya en nestro siglo, por la médico y pedagoga italiana María Montessori (1870-1952). Dice J. Martín (11): "No dejó de sostener qe la idiocia, calqiera qe hayan sido ss casas o sean ss complicaciones orgánicas, era ante todo na sitación de aislamiento moral y qiso aydar al idiota a salir de esta relegación tanto de sí mismo como de los demás". J.E. Esqirol (1772-1840) había realizado na clasificación más sintética qe la de s maestro Pinel de las enfermedades mentales y, en ss dos volúmenes sobre el tema, había establecido diferencias entre psicosis y demencia en el
niño. Sin embargo, son algo despés Griesinger (1817-1868) en Alemania y Madsley (1835-1918) en Inglaterra, qienes dedican na mayor atención en ss respectivos tratados de psiqiatría a la patología mental infantil. Pese a todo, al ocparse de la patología infantil y establecer clasificaciones, lo hacen con los mismos criterios y denominaciones qe tilizan para las enfermedades psiqiátricas del adlto. Parece estar fera de toda dda qe es H. Emminghas (1845-1904) qien pblica en 1887 en Tbinga (Alemania) el primer libro sobre los Trastornos psíqicos del niño (4) (12), qe da na visión de conjnto de la Psiqiatría Infantil y qe rompe con la tradicional concepción adltocéntrica. Es E. Harms, en s artíclo pblicado en 1960 en el "American Jornal of Orthopsychiatry", titlado "En la cna de la Psiqiatría del niño", qien se extraña y deplora qe no se concozca a este valioso pionero (4). Dice Harms qe Emminghas sgiere establecer na clara separación a los campos de la edad adlta o de la infancia (12). Emminghas distinge dos categorías de enfermedades mentales infantiles: las de casa orgánica cerebral y aqellas ocasionadas por factores psicológicos como la angstia o el miedo excesivos. Al delincente jvenil lo inclía dentro de la patología psíqica reclamando para él comprensión y ayda. Lamentablemente las concepciones de Emminghas cayeron en el olvido y más tarde, Kraepelin y Bleler dicen Alexander y Selecnick (12) omitieron toda referencia a las enfermedades mentales infantiles como entidades separadas. Sin embargo, en los años qe sigen a la pblicación de la obra de Emminghas, se pblican otros tres tratados de Psiqiatría infantil importantes: En 1888, "La locra en los niños" pblicado en Francia por Pal Morea de Tors, (1844-1908) qe completa algnas lagnas de s obra con trabajos posteriores y qe rompe con la concepción rossoniana del niño beno por natraleza. En 1898, "Las afecciones mentales en los niños" pblicado en Filadelfia por W.W. Ireland, qe dedica na bena parte de la obra a las deficiencias mentales. En 1899, "Los trastornos mentales de la infancia" pblicado en París por N. Manheimer. L. Kanner (1), pese a la especificidad de estas obras sobre la edad infantil, considera qe lo qe de la infancia no cabe en las clasificaciones de los adltos, no es en general abordado en estos tratados de Psiqiatría de niños y adolescentes. A fines del siglo XIX nmerosos psicólogos se interesan por el fncionamiento psíqico del niño. El propio Ch. Darwin con ss teorías evolcionistas y ss
reflexiones sobre el embrión, promeve la idea de qe el niño a lo largo de s desarrollo podría recorrer n camino similar al de la hmanidad a través de ss etapas de civilización. El estdio del niño pasa de este modo a tener n interés splementario. La obra de Darwin "A Biographical sketeh of an infant" (1876) y la de Millicent-Shinn "Notes on the development of a child" (1893), qe describe la evolción de n recién nacido día a día, se inscriben en esta neva perspectiva del niño (4). De esta época es también el libro de James Sclly "The Stdies in Childhodd" en el qe destaca el jego como revelador de los procesos mentales del niño. Acercándonos al siglo XX nos encontramos con tres grandes psiqiatras, my contemporáneos y además bastante longevos, qe cabalgan sobre los dos siglos: E. Kraepelin (1856-1926) en Mnich, E. Bleler (1857-1940) en Zrich y S. Fred (1856-1939) en Viena. Kraepelin recoge el saber psiqiátrico del siglo XIX, desarrolla con mcho rigor na importante nosografía, crea el concepto nitario de "demencia precoz" y, dentro de él, na forma delirante qe llamó "paranoide". Las otras dos formas qe inclyo en la "demencia precoz" feron la catatonía y la hebefrenia. Esta última es la qe tiene mayor interés para la Psiqiatría de Niños y Adolescentes, pesto qe s comienzo tiene lgar en la pbertad. En realidad feron K. Khalbam (1828-1899) y s discíplo y colaborador E. Hecker, qienes aislaron y describieron esta importante descompensación psicótica del adolescente. E. Bleler, crea el concepto de "esqizofrenia" (no nitario, sino como conjnto de afecciones) e, inflido por S. Fred de qien fe amigo, da n caracter dinámico a s concepción de las psicosis (8). Pero las obras de Kraepelin y Bleler, de inflencia tan grande, no se hicieron eco de las ideas de Emminghas, no refiriéndose en absolto a las enfermedades mentales infantiles como entidades espec ficas (12). Así de nevo se da paso al adltomorfismo y Sante de Sanctis (1862-1935), como remedo del concepto Kraepeliniano, describirá la "demencia precocísima" y Heller la "dementia infantilis" (1908) qe hoy es descartada como explica S. Lebovici (13), por tratarse de casos de encefalitis con oligofrenia o de psicosis asociadas a deficiencia mental. Es Fred qien va a concebir con s teoría psicoanalítica na neva manera de entender los trastornos psíqicos del niño. A través de los tratamientos psicoanalíticos spo encontrar al niño qe cada adlto había sido y poner de manifiesto los antigos problemas qe se actalizaban en s patología adlta. Para ser más exactos y circnscritos, describió la reconstrcción de la nerosis infantil en la nerosis de transferencia. Pero además obtvo importantes conclsiones a partir de la observación de niños y de algún tratamiento psicoanalítico infantil, como el conocido caso de Janito. Fred también abrió las perspectivas familiares a la hora de valorar los trastornos psíqicos del niño, al hacer depender como señala Lebovici (13) al menos en parte, las
imagos qe los niños elaboran de ss padres de la dinámica y conflictalidad familiar. Aparte de la elaboración de n sistema coherente de comprensión del fncionamiento psíqico hmano y de n abordaje terapético de la patología en consonancia con dicha comprensión, la trascendencia de las teorías de Fred para la Psiqiatría infantil hay qe verla en la importancia qe dió al niño para comprender al adlto. Era necesario desarrollar la comprensión del mndo psíqico infantil y ss problemas, y esto fe decisivo para qe, desde entonces, mchos psicoanalistas se dedicasen a trabajar con niños y adolescentes en my diversas circnstancias y aportasen así a la Psiqiatría infantil y a mendo desde la propia Psiqiatría infantil n instrmento de comprensión y terapético de valor incalclable en la actalidad. H. Von Hg-Hellmth (1871-1924), filógoga vienesa, parece haber sido a todas lces la primera psicoanalista de niños (S. Fred había realizado sólo observaciones infantiles y tratado a Janito a través del padre del niño). Desde 1912 expso y pblicó importantes trabajos qe ya planteaban cestiones importantes del fncionamiento psíqico del niño y de la técnica del psicoanálisis infantil. El encadre, el proceso, la transferencia negativa y la positiva, la interpretación, las resistencias, el problema de los padres, feron cestiones abordadas como señalan (14) en s exposición "Sobre la técnica del análisis de niños", a la qe asistieron tanto Ana Fred como M. Klein en el Congreso Internacional de la Haya en 1920. En ella abordaba la importancia del jego del niño y s interpretación drante la qe dará el valor de na "explicación". Hg Hellmth distinge entre la aplicación del psicoanálisis a la edcación infantil, y el componente pedagógico, qe ella apreciaba mcho, en el psicoanálisis de niños. Fe pionera en el trabajo con los qe hoy llamaríamos "agentes de sald" (padres, profesores, edcadores, médicos escolares, cidadores de garderías y asistentes sociales), realizando con ellos na tarea preventiva primaria. En estos años en qe el psicoanálisis infantil se está forjando en Viena, hay qe recordar a Agst Aichorn (1878-1949), pedagogo y lego psicoanalista, vienés qe dirigió institciones para chicos agresivos o delincentes. Se le considera fndador de la terapia institcional de orientación psicoanalítica (12). Se dio centa de cómo estos mchachos tenían importantes dificltades con la imagen del padre y de ahí qe tratase de consegir, a través de na relación de confianza, qe se identificasen al edcador. Era my consciente de qe se trataba de chicos no ssceptibles inicialmente de n trabajo psicoanalítico individal, pero, precisamente, consideraba qe el trabajo institcional podía en ocasiones hacérselo accesible. En la Viena de estos años, srgen las dos psicoanalistas de niños en canto a la comprensión del mndo psíqico del niño y s desarrollo, así como al abordaje terapético de ss problemas. Se trata de Melanie Klein (1882-1960) y de Ana Fred (1895-1982), qe en los años 30 pasarán a vivir en Londres y cyas concepciones, a mendo encontradas, generarán na interesante anqe no siempre polémica, qe adqiere s acmé a mediados de siglo. Ana
Fred sitaba la edad del complejo de Edipo a partir de los tres años (allí donde la había sitado S. Fred), mientras qe M. Klein concibe n complejo de Edipo mcho más precoz. Esta confía plenamente en las posibilidades transferenciales del niño hacia el psicoanalista y considera qe es fndamentalmente a partir de esta sitación cómo se peden generar los cambios terapéticos. M. Klein trabajó mcho con niños de corta edad y aportó valiosas nociones para la comprensión de las psicosis. Ana Fred sin embargo, ve al niño como n ser my dependiente de la relación con ss padres y ello le hace pensar qe ss posibilidades de transferencia no peden ser las del adlto. El trabajo con los padres tiene n mayor valor para ella y considera qe el tratamiento psicoanalítico con el niño no pede ignorar na natral actitd pedagógica. Ana Fred bsca la alianza terapética con el niño, mientras qe M. Klein está especialmente atenta a la transferencia negativa y a s interpretación. Ana Fred desarrolló mcho el trabajo preventivo e institcional y describió las llamadas "líneas de desarrollo". A A. Fred y M. Klein sigieron otros psicoanalistas de gran interés qe han ido añadiendo nevos elementos de comprensión del niño, s psicopatología y s tratamiento. Desarrollar ss aportaciones escapa a las pretensiones del capítlo. Mencionaremos simplemente al citarlos algo representativo de ellos: R. Spitz (1887-1974), médico vienés qe se instaló en EE.UU, describe los tres "organizadores" del desarrollo (la aparición de la sonrisa, la angstia del octavo mes y la aparición del "no") y describe la depresión anaclítica y el hospitalismo. D.W. Winnicott (1896-1971), pediatra británico, estdia y describe los diferentes grados de dependencia del bebé y niño de corta edad. Valora como algo esencial la fnción materna (el "holding" y el "handling") y los objetos y fenómenos transicionales qe el niño necesita para apoyarse en s camino hacia na mayor atonomía. Son de interés ss nociones de verdadero "self" y falso "self" en relación con las capacidades de la madre para permitir al bebé la expresión de s plsionalidad o con qe el bebé tenga qe adaptarse inadecadamente a la madre. John Bowlby (1907), psiqiatra británico, centra s interés en el estdio de las separaciones precoces madre-bebé y de la constitción y natraleza del vínclo afectivo qe ne a ambos. Se basa en la teoría psicoanalítica de Fred de qien disiente en canto a la teoría del apoyo libidinal y en las concepciones etológicas de Lorenz. Jacqes Lacan (1901-1963) y el estadio del espejo, Margaret Mahler (1900- ), ss fases de desarrollo y el concepto de psicosis simbiótica, Frances Tstin, W. Bion, D. Meltzer, B. Bettelheim, S. Lebovici, R. Diatkine, hacen parte de na ntrida lista de atores psicoanalíticos qe han hecho importantes aportaciones a la Psiqiatría del niño y del adolescente en este siglo XX.
Hasta aqí hemos llegado partiendo de finales del siglo XIX con S. Fred y sigiendo el hilo condctor de las aportaciones de psicoanalistas a la Psiqiatría infantil. Retrocedemos ahora para recordar algnas otras importantes aportaciones, progresos o acontecimientos de la Psiqiatría de niños y adolescentes a lo largo del siglo XX. Empecemos por citar a A. Binet (1857-1911), psicólogo, y T. Simon (18731961), médico, qe tienen el mérito de haber estado en los orígenes de las prebas psicométricas infantiles, creando "na escala métrica de la inteligencia". Las inflencias del positivismo de A. Comte en el siglo XIX y la reciente experiencia de na enseñanza gratita y obligatoria en Francia, llevan a A. Binet, a instancias economicistas del Ministerio de Instrcción Pública, a poner en marcha esta metodología en los primerísimos años del siglo XX. Ello les permitió clasificar a los niños "débiles mentales" en aqellos qe eran considerados ssceptibles de n tratamiento médicopedagógico en "clases de perfeccionamiento" y aqellos otros, más graves, qe se destinaban a internados más medicalizados bscando na cierta capacitación laboral. Esta corriente psicométrica desbanca a experiencias algo anteriores, o contemporáneas, más abiertas en el abordaje de los problemas de la deficiencia mental, como la de D. Borneville (1840-1909) en Francia, qe fe my criticado por Binet. Las prebas psicométricas adqieren age y se desarrollan en nestro continente y en EE.UU. (Stern y s medición de la edad mental, Zazzo, Goddard y Terman, qe adaptan, desarrollan o hacen innovaciones a la escala de Binet). Drante na bena parte del siglo XX la medida del cociente intelectal constitirá el no va más de la psiqiatría del niño y decidirá la serte de éste. (4) Afortnadamente esta corriente redccionista y en la qe los dispositivo con niños, ssceptibles de ayda psiqiátrica, fera del ámbito sanitario propiamente psiqiátrico, fe también criticada. Entre los detractores del age psicométrico figran: W. Kohler, no de los fndadores de la psicología de la forma; el pedagogo y filósofo americano, J. Dewey; María Montessori, de formación médica pero centrada en la pedagogía; etc. Experiencias como la de Claparede y el doctor Bovet en Ginebra, qe crean el Institto Jean-Jacqes Rossea, modelo de los ftros Centros médico-pedagógicos, se alejan de las concepciones de Binet y, por spesto como hemos visto, la comprensión psicoanalítica desborda el encasillamiento al qe estaba condciendo y a veces aún condce el excesivo valor adjdicado a las escalas de inteligencia frente a la compleja problemática, psicopedagógica y psicopatológica, de los llamados fracasos escolares. Mencionaremos ahora a Leo Kanner qe, anqe nació en Astria, es reconocido generalmente como el fndador de la Psiqiatría infantil en los países de lenga inglesa (4), desarrollando s labor en EE.UU. Es casi de obligada tradición citar s síntesis de las catro primeras décadas del siglo XX, en las qe sitúa los comienzos de la psiqiatría infantil hasta adqirir s madrez (1):
Primera década: se piensa en los niños. Aparecen tendencias cltrales qe propician la consideración psiqiátrica de los niños (psicometría, psiqiatría dinámica, jzgados de menores, movimiento de higiene mental). Segnda década: se hace algo en favor de los niños. La comnidad atiende mejor a los niños-problema (clases especiales, alternativa jdicial de la ttela, hogares sstittos). Tercera década: se hace algo por los niños. Las clínicas de orientación infantil se interesan más por el trabajo con padres y maestros. Carta década: se trabaja con los niños. La atención se centra más sobre el niño mismo. Los psiqiatras de niños tilizan el jego orientados por Ana Fred para qe el niño peda revelar y elaborar s insegridad, ansiedad hostilidad. Esta panorámica de las primeras décadas del siglo XX tiene el interés de conceptalizar etapas, qizás obligadas, del desarrollo de la Psiqiatría de niños y adolescentes, pero parece evidente qe Kanner se está refiriendo a EE.UU., Inglaterra, Francia y a algnos pocos países más. No se pede hablar de Kanner sin mencionar el síndrome del atismo infantil precoz, qe describió con toda precisión en s trabajo de 1943 sobre 11 niños qe lo presentaban. George Heyer (1884-1977) es considerado el pionero de la psiqiatría infantil en Francia. Tres fechas clave señala D. J. Dché (4) para indicar la importancia y significación de s labor: En 1925 se hace cargo de la Clínica aneja de Neropsiqiatría, lo qe Dché considera firmar oficialmente el acta de nacimiento de la Psiqiatría infantil en Francia. En 1937 organiza en París la "Conference internationale de Psychiatrie de l'Enfant", qe Ajriagerra considera el primer congreso internacional de Psiqiatría infantil (15). En 1948 pasa a ser titlar de la primera cátedra de Psiqiatría infantil de Francia. G. Heyer se mantvo bajo el signo del eclecticismo, caracterizándose por s gran apertra de espírit y siendo maestro de los maestros de la Psiqiatría infantil francesa de nestros tiempos. Mencionaremos también aqí las teorías del comportamiento desarrolladas a partir de los planteamientos de Palov (1849-1936) sobre los reflejos condicionados. Son Skinner y Lindsley qienes introdcen en 1954 el término de "behavior therapy". Se trata de tratamientos qe, como resme Lebovici (4) "apoyándose sobre las leyes y los principios bien conocidos del condicionamiento y del aprendizaje, tienen por objeto modificar los comportamientos inadaptados del individo: los hábitos inadaptados se amortigan y eliminan, mientras qe los hábitos adaptados son establecidos y reforzados". No es este el momento de hacer na valoración crítica, qe desde
nestras perspectivas psicoanalíticas procede. Nos limitaremos a señalar qe es na extendida orientación terapética qe parece no considerar la existencia de n mndo psíqico interno con ss dinámicas y reglaciones complejas. Una simplificación del fncionamiento mental hmano nos parece evidente, anqe es comprensible qe, ante la simplicidad de ss propestas, se bsqen estas alternativas terapéticas qe, en algnos casos, peden resltar de tilidad e inclso estar indicadas desde perspectivas de comprensión psicológica my diferentes. Otra enriqecedora aportación a la Psiqiatría del niño es la realizada por el sizo Jean Piaget (1896-1980), qe estdió Ciencias de la Natraleza inicialmente, pero qe fe profesor de Psicología, de Sociología, de Filosofía de las Ciencias y de Historia del Pensamiento Científico en las niversidades de Nechatel y Ginebra, y enseñó Psicología genética en la Sorbona. Piaget estdió el desarrollo cognitivo del niño y del adolescente. Para él, la inteligencia no es más qe na forma concreta de adaptación biológica. De la misma manera qe el organismo asimila el medio y se transforma bajo la presión de éste, la inteligencia por n proceso de "asimilación", incorpora los datos de la experiencia a ss propios esqemas y, a través de n proceso de "acomodación", modifica esos esqemas ante los nevos datos de la experiencia. Así la adaptación intelectal se lleva a cabo a través de n progresivo eqilibrio entre asimilación y acomodación. Piaget ha descrito el desarrollo intelectal desde el nacimiento hasta finalizar la adolescencia, estableciendo diferentes estadios qe se caracterizan por na estrctra de conjnto bien determinada. Define tres grandes períodos: el período sensoriomotor (0-2 años), el período del pensamiento preoperatorio (2-7 años) y el período operatorio (operaciones concretas de 7-12 años y operaciones formales a partir de los 12 años). Siendo de n valor inestimable para la Psiqiatría infantil ss rigrosos estdios sobre el desarrollo cognitivo, no deja de sorprender el poco interés qe dedicó a la vida afectiva del niño. Para Piaget la afectividad es simplemente el motor y la energía necesaria para el desarrollo. Otro gran investigador del desarrollo psíqico del niño más integrador qe Piaget y qe ha hecho incrsiones en el campo de la psicopatología ha sido el francés H. Wallon (1879-1962). Por último, mencionaremos n psiqiatra infantil vasco-español de talla internacional, fallecido en 1993, Jlián de Ajriagerra, qe ha trabajado en París y en Ginebra, y realizado también valiosas aportaciones a s país de origen. Entre las contribciones al campo de la Psiqiatría infantil están ss investigaciones sobre la escritra y otros aspectos del lengaje, s Manal de Psiqiatría infantil inestimable obra de síntesis y de expresión de ss propios enfoqes y ss estdios en el terreno de la Neropsicología del desarrollo (16). No se pede dejar de señalar el interés del abordaje terapético familiar, basado en la idea de la familia como nidad social y emocional, qe es pesto de relieve en 1937 por n psiqiatra infantil, N. Ackerman en EE.UU. Tanto desde la orientación psicoanalítica, qe estvo en ss orígenes, como desde
otras perspectivas de conflencia (Teoría de la comnicación, Cibernética, Teoría general de sistemas, etc.), el trabajo y la pecliaridad del abordaje familiar adqieren na importancia mcho mayor en estos últimos 25 años. Pes bien, hoy son innmerables los libros, revistas, asociaciones científicas de ámbito nacional e internacional qe se ocpan del campo de la psiqiatría infantil y del adolescente. Ya sea en Eropa o en América, la Psiqiatría de niños y adolescentes adqiere cada vez más relevancia, tanto en canto a la envergadra de la red asistencial específica como a las exigencias formativas del especialista. En la casi totalidad de los países de la Unión Eropea y de la E.F.T.A. la especialidad está reconocida con carácter oficial y atónomo. En España, lamentablemente, todavía en 1997 no existe na formación con carácter de especialidad. La Unión Eropea de Médicos Especialistas ha reconocido la especialidad como atónoma, creando el 22 de agosto de 1993, en Copenhage, la Sección Monoespecializada de Psiqiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente, lo qe nos hace agrar progresos formativos y asistenciales qe se extiendan a nestro país.
FACTORES ETIOLÓGICOS En los tratados de Psiqiatría de niños y adolescentes (Ajriagerra, Lebovici y otros, Mazet y Hozel o L. Kanner) no se aborda de manera monográfica o explícita el tema de los factores etiológicos o de la etiología de la psicopatología de niños y adolescentes en s conjnto. Sin embargo, todos alden a lo largo y a lo ancho, a dichos factores y de manera más precisa los indican al tratar de los posibles orígenes de cada trastorno psíqico infantil. Sí selen abordarse nociones como madración, desarrollo, "neotenia", filogénesis, ontogénesis o epigénesis, pero todo ello en tanto qe factores fndamentales del desarrollo psíqico del ser hmano. Y es qe tratar de la psicopatología de los niños prespone hablar del origen y desarrollo del mndo psíqico y de los factores de los qe depende, factores qe en la medida en qe son o se hacen problemáticos, van a propiciar los fncionamientos patológicos y los trastornos psíqicos. J. Bergeret (17), qe ha estdiado y definido my a fondo las nociones de estrctra y organizaciones psicopatológicas, dice, sin embargo, cando se refiere a la infancia: "Una estrctra no aparece nnca en el niño como n "cristal", sino como n "plasma falsamente isotrópico", o n líqido con consistencia de gel (al qe n cristal exterior calqiera pede hacer tomar forma) o n sincitio (es decir, n tejido poco diferenciado donde aparecen sólamente "núcleos", pero no membranas)". De esta manera Bergeret pone de manifiesto la enorme plasticidad y facilidad con la qe el niño es inflenciado por el entorno y, al mismo tiempo, al decir qe es n plasma "falsamente" isotrópico o qe tiene "núcleos", está señalando qe tampoco se trata de n ser indiferenciado, sino qe ya desde el comienzo existen en él proyectos en germen, esbozos de diseños ftros y na cierta organización. S alsión al
cristal exterior se refiere al medio, a n entorno, mejor o peor, pero con forma o con estrctra y capacidad de modelar. Si pensamos en el bebé o niño de corta edad y s madre el símil se clarifica permitiéndonos comprender mejor los factores etiológicos en s conjnto. A ello nos limitaremos necesariamente. El bebé pertenece a la especie hmana y por tanto trae n programa, nas perspectivas madrativas y nas expectativas hacia el entorno qe peden compararse o aproximarse a las de otras especies, pero qe le diferencian de ellas. Y en este sentido, todo lo qe conozcamos, comparemos y distingamos de esas características, es decir, canto más sepamos del bebé etológico, mejor sabremos cidarlo, hacer prevención, y comprender el impacto probablemente patógeno de algnos factores. Por ejemplo, cando evitamos largas separaciones del bebé con s madre entre los 4-6 meses y los 9-12 meses estamos haciendo prevención, eliminando n factor de riesgo (18) para ese bebé etológico. Y cando lo vemos con n cadro depresivo anaclítico, o simplemente con trastornos fncionales de la alimentación o del seño, y estamos al corriente de qe ha sido separado de s madre, sabremos qe esa separación, al no estar prevista para nestra especie, pede constitirse en n factor patógeno. También sabemos qe cando el bebé extraña en esta época, está respondiendo a ss condicionamientos filogenéticos y qe si no extraña, algo está pertrbando ss reacciones normales filogenéticas. Pes bien, a parte del bebé etológico o filogénico, existe el bebé ontogénico. Hay recién nacidos inconsolables en s llanto, otros fácilmente consolables y otros qe casi no lloran. Los tres tipos de bebés tienen n fncionamiento normal, pero apntan potencialidades de base diferentes en ss formas de ser iniciales ("consolabilidad", "eqipamiento de base", "vlnerabilidad" y "competencia" son nociones a aplicar aqí) (19). Pero, además el bebé ontogénico pede tener alteraciones genéticas de my diverso tipo, como los bebés con n Síndrome de Down o con ciertas metabolopatías, qe comprometen seriamente s fncionamiento psíqico. Son factores etiológicos genéticos con frecencia claros, demostrables, y ssceptibles en mchos casos de prevención y, cando no, reqiriendo cidados especiales. Este bebé con ss características filogenéticas y ontogénicas se va a confrontar con otro bebé, el bebé fantasmático, qe nace ya, antes de nacer, en las fantasías, anhelos y expectativas de los ftros padres. El bebé del mndo interno psíqico de la madre nos referimos aqí sólo a ella para simplificar la exposición se confronta e interactúa con el bebé real. ¿Pero qién es el bebé fantasmático de la madre?. ¿Cómo se gesta y desde cando?. Sin dda, desde hace más tiempo qe el bebé qe acaba de nacer. El bebé fantasmático srge cando la madre siendo niña se siente cidada por s madre, se identifica con ella y jega a ser como s madre. Esa madre-niña tenía entonces n pensamiento mágico infantil, en el qe las cosas imposibles podían dejar de serlo (ser ella la madre y s madre ella, por ejemplo), y entre deseos realizados en ss jegos, seños, y fantasías y, por otro lado, ss clpas, envidias y conflictos, na larga historia ha ido entretejiéndose hasta el
momento de ser madre de verdad. Para entonces ya se había forjado en s mndo interno na profnda escenificación relacional madre-bebé, pdiendo ser apenas conflictiva o ciertamente problemática. Es esta escenificación o escena interna la qe se reaviva con el embarazo miedos del embarazo (20) y despés del parto inqietdes y estados depresivos (21) y la qe engloba al bebé fantasmático. Esa madre con ese bebé de ss profndas fantasías es la qe ha de responder a las expectativas del bebé real (el bebé filo y ontogénico), con mayor o menor éxito tras múltiples negociaciones relacionales. Con esto qeremos recordar cál es el entorno habital del bebé: na madre con n mndo psíqico interno qe remite a ss propios padres, es decir, a los abelos del niño y a la historia relacional sya con ellos. Los terapetas de familia sistémicos conocen bien el importante papel de las generaciones. Nosotros desde na óptica psicoanalítica consideramos sobre todo cando trabajamos en Psiqiatría infantil, qe los personajes en jego pertenecen, al menos, a tres generaciones implicadas en el mndo interno del niño o de la madre. El bebé, o niño peqeño, qe nos ha sido a mendo englobado o atrapado por la dinámica reprodctora de aqellas escenas fantasmáticas infantiles, más o menos remodeladas, de la madre, es decir, por los conflictos de ella. El bebé, como diría B. Cramer, está con frecencia "parasitado" por las proyecciones patógenas de la madre. Y así, por ejemplo, vemos a mendo cómo na determinada madre qe está dando de mamar a s bebé cada tres horas, qe ha de interrmpir s seño noctrno, qe es reclamada na y otra vez por el llanto infantil, proyecta sobre s bebé na imagen exigente y conflictiva de s madre. La reprodcción del antigo conflicto es la qe late, por ejemplo, detrás de nos intensos cólicos del primer trimestre o de problemas de alimentación o insomnio del bebé. En fin, la patología del fncionamiento mental de la madre constitye n importante factor de riesgo y todavía mayor si existe na descompensación. Hasta aqí, de forma artificiosa, hemos qerido referirnos sólo a la madre, pero ella no está habitalmente sola. Está el padre, con s propio mndo psíqico y s propia historia, más o menos conflictiva como la madre, y está también la relación entre ambos, trianglarizada además con el bebé. El padre pede ver reactalizados ss celos infantiles hacia n hermano en s propio hijo y pede reaccionar de my diversas formas, generando preocpación en s mjer y reperctiendo esto en el niño qe nos traen a conslta. Pede también no existir, por diferentes motivos, na figra paterna, lo qe constitye n factor de riesgo. Pero además el bebé pede nacer en na familia my nmerosa, o ser el gemelo de otro, o estar inclido en na compleja y conflictiva dinámica familiar. En fin, en algnos casos pede tratarse de factores de riesgo menores y, en otros, de factores patógenos claros. Aparte del entorno familiar, pede haber personajes cidadores sstittivos maternos mientras la madre trabaja, o, más adelante, edcadores, médicos, amigitos, qe completan con ss propias dinámicas relacionales con el niño y con los padres, el entorno hmano infantil capaz de generar desarrollo y
organización psíqica en el niño o riesgo y patología. Pero a todos estos factores de riesgo más relacionados con las características y fncionamientos psíqicos de los personajes del entorno hmano infantil, se añaden los "factores de riesgo accidentales" generadores de las llamadas "crisis accidentales por Erikson y Caplan (22), como peden ser: la merte de no de los padres o de n hermano, los cambios brscos de ambiente, n abso sexal, na enfermedad o n accidente graves, etc. El impacto de estos factores depende mcho, además de los recrsos y deficiencias psíqicas o psicobiológicas ("competencia" y "vlnerabilidad" del bebé, "ferza o debilidad del yo" en el niño), de la edad, del período evoltivo del desarrollo y de ss vicisitdes individales. Una experiencia de pérdida significativa, por ejemplo, el niño la tolera peor en los tres primeros años de vida. Finalmente, el nivel socioeconómico y cltral, cando es bajo, inflye como veremos más adelante constityendo n importante factor de riesgo psíqico. Por tanto, la conflencia de factores de riesgo, la falta de "competencia" del niño o del entorno, la mayor "vlnerabilidad" psíqica infantil y las coyntras evoltivas desfavorables son los elementos qe de forma conjnta e interactiva se encentran en los orígenes de la psicopatología del niño y del adolescente. El aislar cada no de estos elementos, ni en la teoría ni en los cadros clínicos, es del todo posible. Consideramos de gran valor e interés la noción de "series complementarias" con la qe Fred en s 22ª Conferencia de Introdcción al Psicoanálisis (23) explicaba la etiología de las nerosis, anqe s aplicación pede abarcar la psicopatología en s conjnto. Factores exógenos y endógenos fncionan de forma complementaria y en proporción inversa, generando patología del fncionamiento mental. En la etiología de los problemas psíqicos infantiles, lo exógeno adqiere n valor my relevante, como apntaba en e1 símil qe hemos tilizado, J. Bergeret.
MANIFESTACIONES PSICOPATOLOGICAS SEGUN EL PERIODO DEL DESARROLLO La edad qe tiene n niño o n chico qe viene a conslta entre cero y dieciocho años es n dato de smo interés para el psiqiatra de niños y adolescentes. Lo qe a na edad se considera n fncionamiento adecado, a otra no lo es. Con el niño presente, en general nos orientamos bien, pero no siempre es así y entonces es cando la confrontación con la edad real convierte nestra primera impresión en significativa. Un niño adltomorfo o parentificado pede darnos na impresión de mayor edad, y n niño con actitdes regresivas nos pede parecer más peqeño. Ya no digamos si el chico no está presente y son los padres qienes, por ejemplo, toman contacto con nosotros por teléfono. Recordamos na ocasión en qe nos llamó na madre diciendo, inqieta y atropelladamente, qe s hijo tenía n comportamiento desafiante, qe no podía hacer nada beno de él, qe hacía lo
qe le venía en gana y qe ella estaba asstada pensando qe podría acabar en la cárcel o siendo n delincente. Creímos qe nos estaba hablando de n chico de 14 a 18 años y, en realidad, se estaba refiriendo a n niño de dos añitos. La experiencia nos mestra qe algnas madres qe acden a conslta con niños entre año y medio y tres años tienen a veces na impresión similar de ss hijos, lo qe no es demasiado extraño cando sabemos qe la adolescencia y estas edades tienen elementos en común. Otra cestión a considerar es qe el trastorno o la alteración psicopatológica, pede prodcirse en n período, manifestarse en otro y ser detectado todavía más adelante en s plena dimensión. Es decir, la patología por la qe viene a conslta n niño en n período concreto de s desarrollo, es a mendo generada en n período anterior y el actal no aporta más qe las condiciones para s descompensación. Otras veces las alteraciones no sólo se habían prodcido ya, sino manifestado, pero el entorno no las había percibido como anómalas o no podía admitir qe lo feran, o no había consltado por actitdes híbridas de banalización, negligencia o falta de información. En otras ocasiones nos consltan por aparentes trastornos de n determinado período de desarrollo, cando en realidad son el signo de qe, al fin, el niño o el chico empieza a ir mejor y siempre había ido mal, pero de forma sintónica con el entorno. Son sitaciones hiperadaptativas o de psedo-self (24), qe, ridosamente (poblemas escolares, rebeldía) empiezan a dejar de serlo. Debemos mencionar también aqí los "síntomas evoltivos" tan frecentes en los qe reslta clave no iniciar n tratamiento al confndirlos con verdadera patología y, clave también, no tomar n verdadero trastorno por n síntoma evoltivo. Finalmente, es importante recordar qe na dificltad significativa srgida en n determinado período del desarrollo pede provocar na reactivación hegemónica de sistemas organizativos y fncionales de períodos anteriores, prodciéndose así na regresión patológica, qe se tradcirá en manifestaciones problemáticas y anacrónicas. Qeda así en evidencia la complejidad del tema de las manifestaciones patológicas según el período de desarrollo y, por tanto, lo qe significaría n abordaje en condiciones del tema. Sintetizaremos, omitiremos mchas cestiones y matices, y ello en favor de na rápida visión de conjnto. El lactante, o bebé de 0 a 4-6 meses vive la época más plástica de s vida en canto a ss capacidades adaptativas siempre qe se le permita segir ejerciendo de bebé. Corresponde este período a las nociones de "atismo normal" (primeras semanas) y de "simbiosis" (1-5 meses) establecidas por M. Mhaler (25). Corresponde también a la "posición esqizo-paranoide" de M. Klein (26) y al momento bisagra con la llamada también por ella "posición depresiva". Es el período de "dependencia absolta" para Winnicott (24) y de
transición al "período de dependencia relativa". Y corresponde también a los períodos "no objetal" y "precrsor de objeto" de Spitz (27). Pongamos todo esto en otras palabras: las primeras semanas anqe el bebé está abierto, por momentos, al entorno materno, se encentra la mayor parte del tiempo smido en las procelosas agas de ss sensaciones propioceptivas y cenestésicas, al parecer bastante a gsto. Gracias a la invitación qe s madre le hace con ss cidados y a ss propias necesidades, abandona esa ferza centrípeta y se abre, se entrega, se confnde con s mamá. La madre allá fera, se ha preparado para este momento a lo largo de neve meses de embarazo y, drante varias semanas atrás, se ha esforzado llena de emociones e incertidmbres en "cogerle el aire" a s bebé. Madre y bebé han consegido na sincronización extraordinaria. La madre adivina todo y eso es lo qe le hace perder al bebé ss recelos y abandonar s escondite propioceptivo y cenestésico. El bebé se siente omnipotente y las velas de ss "competencias" se inflan con la ferza del viento materno para poder realizar na larga travesía en el período sigiente. Pes bien, la patología en este período srge cando algo no scede de esta forma. Entre las manifestaciones psicopatológicas o signos más precoces qe alertan en canto a posibles fncionamientos o evolciones psicóticas entre las qe se encentra el atismo precoz de Kanner, nos encontramos con el rechazo absolto del pecho o los graves insomnios persistentes, las inadecaciones tonicas del bebé a los brazos de s madre, la desviación activa de la mirada, la no aparición de la sonrisa ni de los fenómenos de extrañeza de Spitz, entre otros signos qe han sido investigados y valorados por A. Lasa Zleta (28). Algo impide qe el niño salga de esa sensorialidad inicial o de esa fase esqizo-paranoide, o algo hace qe velva a ella tras na experiencia relacional insatisfactoria (fracaso de la simbiosis). Factores orgánicos con afectación nerológica peden estar algnas veces en s origen, los factores relacionales se mestran frecentemente de forma clara (problemas de fncionamiento mental materno de origen diverso qe afectan seriamente los investimientos sobre el hijo) y la predisposición biológica, no pede demostrarse, ni negarse. Sin embargo los trastornos fncionales de la esfera oral-digestiva y del seño son los más frecentes en esta época, así como los estrictamente psicosomáticos. Todo pasa por el cerpo, y es qe en el bebé el fncionamiento mental está constityéndose y, por tanto no tiene ese grado de atonomía qe le concedemos al fncionamiento mental del niño mayor o del adlto. No debe extrañarnos pes qe ss frstraciones se tradzcan ensegida en alteraciones fncionales o en trastornos psicosomáticos. Son típicos de este período la anorexia primaria del recién nacido (rara pero sele ser grave), los cólicos del primer trimestre, los trastornos del seño del primer semestre (el insomnio) y las afecciones dermatológicas. Es la época por excelencia de la díada madre-bebé y no hay nada qe le sceda a no de ss miembros qe no repercta en el otro. No hay qe olvidar
qe este período es el momento de la confrontación de algnas madres con s bebé con malformaciones, con problemas genéticos, con discapacidades en general, con problemas qe comprometen la ftra sald del niño y, por tanto, es para ellas n período difícil y crcial de elaboración del delo de n bebé sano, qe les permita aceptar a ellas y por spesto también a los padres adecadamente las limitaciones de s hijo. El niño en constrcción es n término qe tilizamos aqí para referirnos al niño de la fase del proceso de separación-individación de M. Mhaler (29), es decir, desde qe la simbiosis ha alcanzado s acmé, en torno al 5.º mes, hasta los 3 años. Con el término de "niño en constrcción" qeremos mostrar como n todo esas dos líneas de desarrollo: la separación y la individación avanzando a la par (constrcción de límites configración de na atonomía con respecto a la madre y constrcción de estrctras y capacidades internas, es decir, percepción, memoria, cognición, lengaje y demás capacidades yoicas). Y todo ello, entre otras razones, porqe la madre, tras la llamada por Winnicott "preocpación maternal primaria" (30), ha empezado a tranqilizarse despés de haber constatado qe podía confiar en ss capacidades, en las del bebé y en las de ambos para entenderse. Esto genera na no tan inmediata disponibilidad de la madre, lo qe el bebé va advirtiendo. Va desilsionándose de la fantasía simbiótica de na madre prolongación de sí mismo y enteramente a s servicio y dándose centa qe no le pertenece, qe ella tiene intereses y vida propia (interés por el padre por ejemplo). Empieza, eso sí, a ilsionarse con s atonomía motora, (gatear, andar) o con s control y posesión de todo (por spesto el control de ss esfínteres sobre los qe es él, y no s madre, qien ejerce dominio) y avanza en la constrcción progresiva de s mndo interno, mágico y simbólico, qe distinge cada vez mejor del externo (y qe controla también mejor y le protege ante las frstraciones externas). Se diría qe es entonces cando la filogenia, anqe no expone oportnamente algo al servicio del bebé, tiene n valor discriminativo y genera "la angstia del 8.º mes" (2.º organizaro de Spitz, qe en realidad con frecencia se ve aparecer ya en el 5.º mes). El niño se assta ante el rostro de personas qe no pertenecen a s entorno habital, cando algún tiempo antes les hbiera sonreído ("sonrisa social") confndiéndolas con los seres familiares. Ahora se assta ante la asencia de esa familiaridad. Poco a poco va discriminando y observando con perspectiva a s madre, fera de él entre los otros qe no son s madre. Inicia entonces la larga tarea de constrir na imagen interna estable de s madre. Tarea arda y penosa pesto qe la estabilidad es difícil de consegir cando ha de anar y compatibilizar en los afectos amorosos y agresivos hacia s madre (posición depresiva de M. Klein). Ha de echar mano, para sobrellevar y avanzar en s tarea, de esos objetos como el osito de pelche considerado en parte él y en parte s madre (objetos transicionales de Winnicott (30), y así poder ir empezando a tolerar el triste reconocimiento de s madre externa, total y atónoma. La conqista de estos escenarios internos, ya con carácter estable y cada vez más simbólico, y en los
qe el lengaje ocpa n decisivo lgar, significan el final de este proceso de separación-individación. El niño se ha constrido para él n mndo psíqico interno del qe hace parte simbólicamente s madre, y eso le permite bastante tranqilamente admitir qe ella y él son seres diferentes. A lo largo de este proceso es sin dda algna la angstia de separación la qe está en el centro de la escena, organizando o desorganizando el fncionamiento mental y el desarrollo. La psicopatología infantil qe se organiza en este período tiene qe ver con importantes movilizaciones de este tipo de angstia, qe es la depresiva y frente a la qe srge, diferentes mecanismos defensivos qe configran distintos cadros psicopatológicos. Las personalidades límite son a mendo "niños a medio constrir" qe se originan en este período. Pero cando nosotros vemos a n niño qe está en apros en esta época, aparte de tratar de serle útiles ya, lo qe inqieta es s pronóstico. ¿Es n niño qe no va a acabar de constrirse? ¿Es n niño qe ha detenido s constrcción? ¿O es n niño qe está en derribo?. Esta es la cestión en la qe el psiqiatra infantil debe aplicarse. Las formas de expresión psicopatológica peden ser my diferentes según el proceso descrito se pertrbe en no otro momento y la importancia, intensidad, constancia y, sobre todo, la significación qe adqiera el factor pertrbante. Algnas de las manifestaciones psicopatológicas de este período son: La depresión anaclítica, la anorexia del 2.º semestre, el mericismo o rmiación (de aparición habital a los 6-8 meses), los espasmos del sollozo (qe habitalmente aparecen a los 6 meses y es poco frecente qe continúen pasados los 3 años), los problemas de retraso en la aparición del lengaje y la sintomatología expresiva, frecentemente, de psicosis como es la asencia de angstia del 8.º mes (el niño qe se va con calqiera drante estos años). El niño peqeño (de 3-7 años). El niño en esta época, si todo ha ido bien, ha zanjado na etapa qe le permite sentirse na peqeña personita con atosficiencia motriz, lingüística y sobre todo con n mndo interno con escenarios, representaciones y símbolos qe van adqiriendo mayor consistencia en la medida en qe jega y seña, despierto o dormido. Está eqipado mcho mejor frente a las adversidades. Ha adqirido na especie de giñol interno y haciendo representaciones desdramatiza la realidad. Por eso ahora se siente en bena forma para afrontar cestiones ya esbozadas en s mente, pero qe venía eldiendo. Prefería pensar hasta entonces qe el mndo se componía de grandes y peqeños, pero ahora se decide a tomar en serio qe a parte de esta clasificación, existe la de los sexos. "¿Por qé a mamá le llamo mamá y a papá, papá?" "¿Por qé yo soy n niño y ese otro niño es na niña?" "¿Por qé hay niños con colita y otros no?" "¿Por qé dice la niña mamá tiene pechos y yo no?" "¿Qién da, qita, pone, los pechos, atribtos específicos?". El niño piensa mágicamente como en los centos de hadas por eso le interesan, en los qe todo es posible. Hay na cestión qe le inqieta y le fascina: la relación entre ss padres. Cando ss padres se miran, se acercan, se hacen n arrmaco, él corre a meterse por medio o, cando
menos, a controlar la sitación. Se le enciende la lz roja de alarma, porqe no qiere sentirse exclido. Los dos jntos son n peligro. ¿Qé es lo qe pasa entre ellos?, ¿Por qé se hacen caso el no al otro de esa forma? (el niño intye la natraleza erótico-afectiva). Por qé él no consige qe s madre o s padre le hagan el mismo caso a él, qe se hacen entre sí? ¿Qé tienen ellos qe no tenga él?, ¿qién da o qita lo qe hay qe tener (problemática de sedcción y castración)?. Todas estas pregntas, y mchas más qe le hacen estar pregntando constantemente "por qé", ocpan estos interesantes años de s vida qe giran en torno a la pareja de ss padres con qienes rivaliza alternándolos (complejo de Edipo positivo y negativo), pero habitalmente a la niña le tirará más el padre y al niño la madre y qerrán ser como el padre del mismo sexo. Es así como van adqiriendo ss identidades secndarias, las sexales. El proceso es diferente en varios aspectos para el niño y la niña. En todo caso ésta tendrá qe cambiar de objeto de amor (de s madre a s padre y al hombre), mientras qe el niño segirá con s inicial interés por s madre y lego, por la mjer. Las angstias en este período giran en torno a tener o no tener los atribtos de natraleza sexal (angstia de castración) qe le permitiría el trinfo. El castigo de los padres, si no se aceptan ss normas, en el fondo es referido por el niño a este tipo de angstias, detrás de las qe sbyace la angstia de separación del período anterior. Así va introyectando esas normas como na especie de código moral, interno (Speryó) y configrando exigencias ideales de fncionamiento basados en s admiración a los padres y a antigas imágenes satisfactorias de sí mismo (Ideal del yo). El niño en este período despliega, como vemos, toda na neva y compleja escenografía interna, ensayando mecanismos de defensa como la proyección, el desplazamiento, somatización con tintes conversivos, represión, etc., y organizando algnos síntomas evoltivos, para, de esta forma, hacer frente dignamente a esta apasionante lcha desigal en la qe ha de encontrar alternativas satisfactorias a ss desventras. Este tipo de fncionamiento nerótico evoltivo es el qe logra el niño normal en este período. Por tanto, presentará manifestaciones sintomatológicas qe hemos de sitar en la norma. Será la pecliaridad, la intensidad y la persistencia del síntoma,y sobre todo la valoración del fncionamiento mental global del niño, lo qe nos va a alertar sobre la significación patológica. Algnos comportamientos obsesivos y sobre todo las fobias son frecentes y peden tener n simple valor evoltivo, o problemáticamente nerótico, o inclso psicótico. Hay qe tener también presente qe en el 4.º y 5.º años, y a veces más tarde, se diagnostican atismos y otras formas de psicosis como las simbióticas descritas por M. Mahler (29). Atendemos además mchos problemas qe se han organizado en el período anterior my vinclados por tanto a la angstia de separación, como son na gran parte de los problemas de lengaje, de psicomotricidad, y en general instrmentales, qe son qizás los más nmerosos al ser detectados a partir de los 3 años con el comienzo de la vida escolar. Las inadaptaciones escolares, con diferentes comportamientos y actitdes, son también manifestaciones psicopatológicas de este período. A medida qe vamos avanzando en el desarrollo de la edad evoltiva las
manifestaciones psicopatológicas tienen cada vez más qe ver con las dificltades qe se arrastran de antes y la mayor complejidad de las nevas etapas evoltivas. El niño latente (de 7 a 12 años). La edad de la latencia es sin dda na sabia alternativa infantil a las conclsiones del período precedente. Es decir, qe el niño se da centa de qe s intromisión en la pareja de los padres es inviable. No le es posible desentrañar ss misterios, ni controlar la relación entre ellos, ni el desalojo de s pesto del padre del mismo sexo. Sólo le cabe conclir, tras varios años de fallidos intentos, qe na retirada a tiempo es na victoria, qe además de peligroso es fatigante el empeño de sbvertir el orden, y qe aceptar la sitación, bscando na rendición honrosa, o cando menos na trega, es empezar a entrar en razón. De esta rendición, o trega "sine die", va a depender la definición de los vectores qe organizan y dan entidad a la edad de la latencia: Los misterios de la pareja sólo podrá desentrañarlos cando sea mayor, ahora no está en condiciones (interés por crecer). Qizás entonces peda, como s madre o como s padre, tener como pareja a algien como el padre del otro sexo. Ha de dedicarse por tanto a ser como el padre de s mismo sexo (reafirmación de la identidad sexal psicológica). Ha de dejar, pes, de estar obsesionado con la pareja de ss padres y la relación entre ellos. Es necesario olvidar y, efectivamente, apenas qedarán recerdos de los años precedentes (intensos fenómenos de represión, los cimientos de la simbolización). Pero no le es posible vivir la realidad sin algún apasionamiento... el profesor(a), compañero(a), cantante de T.V., etc. (desplazamientos, desarrollo de la simbolización). Al menos na parte de s enorme criosidad por los misterios de la vida íntima de los padres va a ser desviada hacia n deseo de n saber más general y socializado (deseos de conocer la realidad y las normas qe la rigen, época dorada de la escolaridad). Paso del pensamiento mágico al pensamiento realista (deseos de aprender, socialización, sblimación, estadio de las operaciones concretas de Piaget). En fin, como vemos, entrar en la latencia spone n delo particlar, n desinvestimiento de la relación apasionada e impregnada de erotismo hacia los padres. Esta desexalización trae como contrapartida la emergencia de actitdes afectosas y tiernas hacia ellos. Pese a estos cambios en relación con los padres, la sexalidad infantil sige estando bien presente en el niño latente anqe no con la efervescencia del período precedente ni la del qe le va a sceder. Es na época de consolidación de identidades y de instancias psíqicas en la qe tiene lgar n gran desarrollo yoico (qe D. Brgin sitúa en
na 2.ª fase entre los 8-12 años) (31), y la pesta a pnto de todos los mecanismos de defensa. El trinfo del principio de realidad sobre el principio de placer y del pensamiento realista y racional sobre el pensamiento mágico confirma a esta época el merecido títlo de "la edad del so de razón". La represión como defensa y la sblimación como alternativa proporcionan al niño n excelente eqilibrio. Mecanismos y rasgos de tipo obsesivo, como la racionalización, las necesidades de control, ciertos ritales, la repetición más o menos complsiva, están presentes en mchos de ss jegos convencionales, en s escolaridad y en ss comportamientos (coleccionismo, jego de la cerda o de la goma en las niñas, caminar sin pisar la raya, perfeccionismo en tareas escolares, etc.). Todos estos fenómenos de latencialización qe sponen n importante avance en el desarrollo psíqico del niño, tienen lgar cando todo marcha bien. Pero con no poca frecencia existe n fracaso, mayor o menor, de la latencialización y es entonces cando asistimos a las manifestaciones psicopatológicas de esta edad. Son los niños qe sigen sin poder desinvestir la problemática edípica o los qe a mendo presentan fobias escolares o dificltades de socialización. Con frecencia los padres tienen qe ver en estas fobias y en estas dificltades de latencialización. (18) Pero las fobias escolares peden ser en algnas otras ocasiones, el exponente de fracasos del desarrollo anteriores a la época edípica (qe tampoco se la han podido plantear en ss propios términos). Fobias escolares graves, prepsicosis o las impropiamente llamadas "psicosis de la latencia" selen tener raices en la época del niño lactante o en el proceso de separación-individación. Los llamados "fracasos escolares" o los problemas escolares de extrema frecencia, en los qe el entorno familiar y escolar jegan n papel importante, son a mendo disarmonías evoltivas (32) con n trasfondo nerótico o prepsicótico y manifestaciones disléxicas, discalcúlicas, o con calqier otro tipo de trastorno instrmental. Las psicosis qe se detectan en esta edad se mestran con frecencia a través de n repliege, na inhibición, n mtismo qe esconde ideas sobrevaloradas o claramente delirantes sin qe, en general, se llege a desarrollar n delirio estrctrado o sistematizado como en el adlto. Las alcinaciones, sin ser frecentes, no están exclidas. Y, en fin, las actaciones a través de comportamientos psicopáticos, o de las predisposiciones psicosomáticas, no son infrecentes. El adolescente (12 a 18-20 años). La última etapa de la edad evoltiva es la llamada crisis de la adolescencia, qe se inicia con la pbertad y qe va a promover cambios importantes qe dejarán prácticamente conformada de manera definitiva la personalidad del adlto. De nevo na gran plasticidad. Evolciones problemáticas previas peden solventar ss conflictos y otras evolciones satisfactorias peden, en cambio, verse comprometidas. Sin embargo, esto no es lo habital y los fncionamientos mentales qe arrastran serias dificltades, selen conflictalizarse o desorganizarse todavía más en este período, mientras qe nos benos antecedentes de fncionamiento mental son n inestimable bagaje para encarar la adolescencia.
Nos contentaremos con dar aqí sólo, algnas pinceladas sobre lo qe vive el o la adolescente. La historia sele iniciarse (antes en la chica qe en el chico) con cambios hormonales qe van a generar, por n lado, el crecimiento corporal con gran incremento de la talla y, por otro lado, n desarrollo corporal sexal (crecimiento de genitales, desarrollo mamario en las niñas y aparición de caracteres sexales secndarios correspondientes a cada sexo). El desarrollo sexal conlleva la menarqia en las chicas y las eyaclaciones en los chicos y, en ambos, n intenso incremento de la plsionalidad sexal. Todo ello, lleno de profndas significaciones y siendo objeto de reacciones del entorno familiar y social. El o la adolescente han de despedirse, de hacer el delo, de s cerpo infantil, a partir del cal habían constitido s identidad y al qe ya estaban acostmbrados. (33) El cambiante y novedoso cerpo, y la aparición de ss caracteres sexales confrontan al adolescente con na ferza qe srge de lo más profndo de s ser y qe tiene la impresión de no controlar. Ss nevas características corporales con frecencia el crecimiento corporal es disarmónico inicialmente le sorprenden, le disgstan, o le agradan, en el fondo, pero le cesta asmirlas cara al exterior. Por ello, el o la adolescente, no dejan de mirarse en el espejo. Necesitan segirse la pista a sí mismos día a día y no les reslta fácil hacerse con na representación estable de sí mismos cando s cerpo está cambiando. El ser ya mayor, el tener los atribtos sexales como el padre, o como la madre, y la ferte plsionalidad sexal, reabren la problemática edípica a la qe el niño, para poder latenciarse, había dado na trega, entre otras razones como hemos visto, por encontrarse en inferioridad de condiciones. La sitación ha cambiado y el adolescente, tras a mendo merodear en ss fantasías eróticas con los personajes de s entorno familiar próximo, siente miedo, clpa, vergüenza y corre en bsca de la pandilla ("el mercadillo del amor") donde, de forma más o menos progresiva, irá dando salida a s plsionalidad sexal, a ss afectos y a ss confidencias. Esto no tiene siempre lgar de forma sencilla y, con algna frecencia, tratando de apntalar s narcisismo y paradójicamente s identidad sexal, tiene lgar algna experiencia de tipo homosexal qe no tendrá relevancia en s estable orientación heterosexal ftra. Todo implsa al adolescente hacia na ineldible atonomía y atoconstrcción definitivas, y, por tanto, se remeve el antigo proceso de separaciónindividación. Por otro lado, con la reactivación de la problemática edípica, esta vez ha de encontrar s alternativa, ya no en na especie de trega de los investimientos parentales como el niño latente, sino en n adiós a las fijaciones eróticas hacia los padres. El adolescente ha de despedirse de las imagos arcaicas (33) de nos padres protectores, idealizados, eróticos, adivinadores de deseos, grandiosos o todavía con tintes simbióticos, al modo qe el niño latente se despide de los Reyes Magos. Tanto canto más apego exista hacia estas imagos de los padres, tanto más trabajo va a costarle al
adolescente sperar esta crisis, elaborar el delo de esta separación. Al adolescente es esto lo qe le escece en s mndo interno. En na imagen gráfica podríamos imaginárnoslo sentado en la plaza pública con na pancarta en cada mano. Una diría: "Bsco a mis padres-Reyes Magos" y otra: "Los padres-Reyes Magos no existen". Pero esta escena no podría tener lgar más qe en na plaza pública interna, porqe el adolescente no pede reconocer s dependencia cando se está jgando s narcisismo en sperarla. El entorno no deja de percibir esta ambivalencia inconfesable del adolescente y lo encentra contradictorio entre ss actitdes dependientes y ss proclamas de independencia. Otro aspecto desconcertante para los padres, también con algo inconfesable en relación con la reactivación edípica, es la actitd rechazante qe sobre todo el adolescente púber mestra hacia el padre del sexo opesto, qeriendo dejar bien sentado, ante sí mismo y los demás qe nada erótico existe en esta relación. Pero además el adolescente provoca de forma habital, en mayor o menor grado, a ss padres, con objeto de encontrar en la reacción de ellos n cierto apoyo para el distanciamiento qe ha de prodcirse. S toma de conciencia de qe ss padres no están a la altra de ss idealizaciones infantiles sele serle útil para increparlos y generar cierta trblencia qe le facilite na atonomización, externa e interna, menos dolorosa al soslayar así la clpa y propiciar las racionalizaciones. Los padres representan na fnción importante en la adolescencia de ss hijos. Mchos de ellos, acostmbrados a ser idealizados por ss hijos, toleran mal la desidealización irreverente del adolescente y s atonomización. Han de elaborar n delo en paralelo a ss hijos. Ambas elaboraciones interactúan positiva o negativamente entre sí. El o la adolescente, tras haber recrrido en estos años, en mayor o menor medida, a la mastrbación, haber tenido progresivas y diferentes experiencias erótico-afectivas y haber realizado elecciones e identificaciones diversas, pede volver con el ánimo más sereno hacia ss padres. Podrá reconocer ss defectos y virtdes y relacionarse de manera más libre, menos conflictiva, y adlta con ellos en n clima de afecto y mta comprensión. Es prácticamente imposible, ser adlto si, tras los avatares de la adolescencia, no se prodce na especie de reencentro conciliatorio con los padres. Resmiendo, crecimiento y sexalización del cerpo, amento de la plsionalidad, oscilación entre tendencias regresivas a estadios edípicos y preedípicos, y tendencias progresivas hacia la asnción del cerpo sexado y la atonomía, delo del cerpo infantil y de las imagos protectoras y erotizadas de los padres, cestionamiento de identidades con inqietdes narcisistas, nevas identificaciones y elecciones de pareja, y despliege de mecanismos de defensa para sobrellevar toda esta tarea (represión, regresión, identificación, etc.), son las líneas de ferza esenciales de la adolescencia, en las qe el entorno familiar y social tienen inddable importancia.
Es fácil imaginar qe, ante tal conmoción psicológica, qe remeve los cimientos mismos de la personalidad, pedan prodcirse descompensaciones psíqicas de estrctras o de organizaciones frágiles o na mayor conflictalización de problemáticas no reseltas. La aparición de episodios psicóticos agdos, o el inicio de psicosis de tipo esqizofrénico, son fácilmente comprensibles tras haber señalado el cestionamiento, al qe el adolescente ha de hacer frente, de ss identificaciones primarias y secndarias, y la ferza de s movimiento plsional. El proceso primario, descrito por Fred, irrmpe con violencia en las zonas más conscientes del Yo desorganizándolo pasajera o definitivamente. Pensemos en las personalidades "psedo-self" de Winnicott o en los prepsicóticos latenciales, qe peden tomar estos derroteros. Las psicosis depresivas peden adqirir en la adolescencia formas similares a las del adlto. La anorexia mental y la blimia son manifestaciones psicopatológicas my vincladas a la adolescencia y ponen de relieve cómo la antiga problemática, no reselta, del proceso de separación-individación pede llegar a extremos graves cando es reactivada en la adolescencia. La anorética y la blímica lchan denodadamente por no depender y se refgian en n cerpo infantil qe denncia s angstia ante el cerpo sexado. La patología del "acting" ocpa también n lgar importante en la psicopatología adolescente, tanto en s vertiente psicosomática como comportamental. Sin embargo conviene precisar qe n cierto nivel de actación no como signo de na incapacidad de mentalización es considerado necesario en na adecada evolción de la adolescencia. Finalmente, hay qe mencionar la frecencia de las dismorfofobias en esta época en qe el cerpo cambia tanto y constitye fácilmente el lgar de proyección de inqietdes, qe peden tener n valor nerótico poco importante o constitir el comienzo de n episodio psicótico. CLASIFICACION Al abordar las bases históricas de la Psiqiatría infantil hemos visto como ya Emminghas en 1887 daba na visión de conjnto de las diferentes enfermedades mentales qe eran objeto específico de la Psiqiatría infantil y, desde entonces hasta hoy han sido nmerosos los esferzos y propestas nosográficas. Antes de Emminghas y my a mendo todavía despés las nosografías psiqiátricas infantiles hacían parte de los adltos y no sólo constitían n mero apéndice sino qe eran nosografías enanas (en el sentido adlto mórfico del niño), más qe infantiles. ¿Merece la pena tener n instrmento clasificador de los problemas, trastornos, enfermedades psíqicas de los niños y adolescentes?. A lo largo del tiempo se han esgrimido argmentos a favor y en contra. Los argmentos en contra peden resmirse así: No hay enfermedades, sino enfermos.
Un excesivo interés nosográfico pede ir en detrimento del interés clínicoterapético. El establecimiento de n diagnóstico pede fijar y encerrar demasiado las impresiones clínicas del psiqiatra, menos receptivo así a cambios y evolciones del paciente. Riesgo de redccionismo de problemáticas más complejas y abiertas. Qe la dimensión pronóstica del diagnóstico se indzca o qe se establezca n diagnóstico definitivo. Los psiqiatras de niños sabemos efectivamente qé es lo qe scede cando el entorno familiar o social considera a n niño "débil", "rebelde", "mentiroso", "tonto", "genial", etc. Un diagnóstico trasmitido de na determinada manera, en n momento crítico y por n personaje valorado, tiene ss tradcciones en el mndo de las fantasías de los niños y de ss padres. La imagen qe n niño recibe de s entorno sociofamiliar, sobre todo canto más peqeño y dependiente es, va a marcar posiblemente s forma de ser. Dar n diagnóstico, trasmitir a n colega "n niño diagnosticado", no es siempre inoco y por ello el diagnóstico ha de merecer la pena por ciertas razones y ha de ser manejado siempre de forma cidadosa. Sin embargo, na actitd antinosográfica a ltranza no es razonable. Todo es distinto y todo se parece, y en base a esos parecidos reagrpamos los conceptos, las cosas, los seres vivos en general y también las personas: ss calidades y ss problemas. La capacidad de conceptalización y de clasificación es inherente al ser hmano. Difícilmente se podrían intercambiar ideas, opiniones, experiencias clínicas entre profesionales y del interés de ello nadie dda si no pdiésemos referirnos a problemáticas psíqicas comnes a mchos niños sficientemente bien identificadas. Y por spesto, mchas posibilidades de progreso hmano y de investigación qedarían coartadas. Los riesgos comienzan cando n niño o n adolescente no es más qe n diagnóstico, o el diagnóstico es n fin en sí mismo, o no se perciben sficientemente ss flagrantes limitaciones. L. Kanner recerda en s tratado el mito de Procsto qe estiraba a ss héspedes o les cortaba las extremidades para qe se ajstasen exactamente a la cama qe les ofrecía y lo traía a colación para mostrar cómo se venía haciendo con los problemas del niño y del adolescente al acostarlos en la "cama nosológica" del adlto. Lo mismo se pede decir al pretender qe los problemas complejos y reales de n niño se ajsten, o se redzcan, a n diagnóstico por my adecado qe éste sea. Cita S. Lebovici (37) las sencillas medidas propestas por Shepherd y colaboradores a tener en centa para establecer na clasificación:
· Evitar sbcategorías excesivamente nmerosas, contentándose con las grandes sbclases generalmente admitidas. · Tratar de introdcir pero esto es especialmente difícil en psiqiatría la referencia a factores etiopatogénicos reconocidos. · Establecer cidadosamente las instrcciones y glosarios necesarios para tilizar la clasificación propesta. Es decir, adoptar categorías diagnósticas amplias y poco nmerosas, establecer factores etiopatogénicos y facilitar la comprensión y manejo de la clasificación. Pero todavía se plantean otras exigencias como la de no controvertir de manera importante los criterios de las diferentes orientaciones teóricas para qe se peda generalizar y obtener, por ejemplo, datos de mayor valor epidemiológico. También es cierto qe peden establecerse, además, clasificaciones de mayor coherencia con na cierta orientación, y de hecho existen y se tilizan. Tal es el caso de las concepciones clasificatorias operativas de las psicosis de J. Manzano y F. Palacio, qe desde prespestos psicoanalíticos enriqecen abordajes clínicos más amplios con perpectivas comprensivas y pronósticas (35). O también los recientes planteamientos de diagnósticos dinámico-estrctrales discriminando estrctras intermedias entre las neróticas y los estados límites (36). Finalmente, otra cestión de orden general planteada es la de precisar mcho los criterios para obtener na selección diagnóstica qe evitaría los llamados "falsos positivos", o bien establecer criterios más amplios qe evitarían los "falsos negativos". En el primer caso la investigación adqiriría mayores cotas de rigor y en el segndo sería la clínica misma y el desarrollo de las capacidades y de las adqisiciones formativas del clínico qienes saldrían beneficiadas. Si ya es difícil na clasificación en Medicina, en Psiqiatría lo es todavía más y más aún en Psiqiatría de niños y adolescentes. Nos encontramos en primer lgar, con seres en constante evolción, qe están madrando, desarrollándose y constryendo s mndo interno, s estrctra psíqica, s fncionamiento mental. ¿Qé significa en ellos n síntoma, n cadro sindrómico, n diagnóstico de estrctra?. ¿Una visicitd del desarrollo, n estancamiento, na configración definitiva para s estrctra psíqica de adlto?. Con los niños, como señala Lebovici (37) no basta con diferenciar los débiles de los caracteriales, es necesario preveer. El diagnóstico en niños y adolescentes ha de tener n sentido pronóstico desde esta perspectiva de edad evoltiva, y eso es na dificltad específica para establecer na clasificación. Pero además el adolescente anqe a mendo no lo parezca y el niño son my dependientes de s entorno, y ya no digamos el bebé lactante. ¿El diagnóstico, por tanto, ha de hacerse del entorno, del niño, de la relación entre ambos, o
inclso definiendo n conflicto entre diferentes elementos del entorno (por ej.: conflicto edcadores-padres)?. Dificltades diagnósticas similares se plantean también en adltos gravemente dependientes. Pero con los niños esta dificltad es casi constante y na valoración de conjnto del fncionamiento mental del niño es esencial para hacer na estimación pronóstica y terapética. No sirve de nada na clasificación sintomática. "El niño se ha velto agresivo", pede ser n ejemplo de motivo de conslta de mchos padres. ¿Es n niño normal de 2 años qe arranca con ferza en s fase de oposición? ¿Es el primer síntoma de na psicosis simbiótica? ¿Se trata de n niño de 11 años en el qe afloran tendencias caracteriales? ¿Es n niño de 5 años qe acaba de tener n hermanito y pega a los otros niños en la gardería?. Variación de la norma, psicosis, tendencias caracteriales o psicopáticas, crisis reactiva sin patología mental o en n niño boderline abando nico... "comportamiento agresivo" no sirve de gran cosa si no va acompañado de n diagnóstico global del tipo de fncionamiento men tal. Los pronósticos y las medidas terapéticas, sólo en base al síntoma, no son posibles y el interés de disctir entre profesionales o de investigar sobre tal concepto sintomático a secas, pierde casi todo interés para la clínica. El anar en el diagnóstico n elemento discriminativo del fncionamiento mental y otro ambiental y/o etiológico, pede, entonces sí, añadir, en cierta medida, la necesaria connotación pronóstica qe el diagnóstico psiqiátrico de niños y adolescentes debe tener. No describiremos aqí las diferentes clasificaciones de los trastornos mentales del niño y del adolescente y, mcho menos haremos historia de ellas. El capítlo V (F) de la CIE-10 y la DSM-IV, debido a s amplia difsión selen ser clasificaciones bien conocidas por estdiantes y profesionales de la psiqiatría. Vamos por ello, y por otras mchas razones, a transcribir aqí la "Lista de categorías diagnósticas de la Clasificación Francesa de los Trastornos Mentales del Niño y del Adolescente" (38) (C.F.T.M.E.A., en siglas francesas y C.F.T.M.N.A. en siglas castellanas). Esta clasificación tiene las sigientes características: Es específica de la Psiqiatría de niños y adolescentes. Por ello, además, no es necesario localizar items compartidos con categorias de adltos en apartados clasificatorios distintos. Está concebida para ser tilizada por el especialista. Trata de "asegrar", como indican R. Mises y Ph. Jeammet (39), los disgnósticos esenciales en n campo en el cal peda realizarse n acerdo mínimo entre psiqiatras de orientaciones diferentes". Estos atores dejan, sin embargo, bien claro, qe no existe ningna clasificación netral (38). Una colaboración entre el grpo francés y responsables de la O.M.S. permitió establecer eqivalencias entre la C.F.T.M.E.A. y la CIE-10, de forma qe la clasificación francesa no sea n obstáclo para la comnicación a escala internacional.
Utiliza n sistema biaxial, distingiendo así entre dos momentos: no prioritario, en bsca de na categoría clínica de base (eje I), y otro consagrado a elcidar los factores anteriores o asociados, eventalmente etiológicos (eje II). El segndo eje está sbdividido en dos ejes: no para los factores orgánicos y otro para los factores y condiciones del medio. Inclye n glosario (qe aqí no reprodcimos), proponiendo las definiciones de las diferentes categorías y sbcategorías con criterios de inclsión y exclsión. Además se precisan en la clasificación motivos y opciones tenidas en centa para s elaboración y las diferencias con otras clasificaciones existentes. Tiene en centa pecliaridades diagnósticas tales como las de la díada madrebebé items del eje II como: disfncionamiento de las interacciones precoces o depresión materna drante el período post-natal) o las pecliaridades de la patología tan plástica como la del adolescente, en el qe las apreciaciones pronósticas son clave (Items 2.00 a 2.04). Una encesta realizada en 1988 en la totalidad de los Servicios públicos de Psiqiatría de niños y adolescentes en Francia conclye qe la clasificación francesa ha podido ser tilizada sin mayores dificltades en 55.054 niños y adolescentes (40) (39). Transcribimos pes aqí la Lista de Categorías Diagnósticas de la Clasificación Francesa (C.F.T.M.N.A.) recogida y tradcida al castellano en el artíclo de R. Mises y A. Rojas de la Revista Colombiana de Psiqiatría (39). Remitimos también al lector al artíclo del Profesor Misés del número 10 de la Revista de la Sociedad Española de Psiqiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (40) qe inclye, además de la lista y el modo de tilización, el Glosario y la Tabla de eqivalencias con la CIE-10. Señalaremos na precisión qe, entre otras qe hacen los atores de la Clasificación, nos parece imprescindible señalar aqí: las categorías 1, 2, 3 y 4 responden a organizaciones exclyentes la na de la otra y deben ser precisadas prioritariamente. Se acde a las categorías 5, 6, 7 y 8 como categorías principales únicamente cando los trastornos no peden se inscritos en las categorías 1, 2, 3 y 4. LISTA DE LAS CATEGORIAS Eje I: Categorías clínicas de base 1. Psicosis 1.00 Atismo infantil precoz tipo Kanner 1.01 Otras formas de atismo infantil 1.02 Psicosis precoces deficitarias 1.03 Disarmonías psicóticas 1.04 Psicosis de tipo esqizofrénico qe se manifiestan en la infancia 1.05 Psicosis esqizofrénica qe se manifiestan drante la adolescencia
1.06 1.07 1.08 1.09
Psicosis distímicas Picosis agdas Otras No precisada
2. Trastornos neuróticos (Es posible asociar dos síndromes individalizados en las sb-categorías 2.00 a 2.03; en tal caso, se debe seleccionar solamente la 2.ª cifra de la nmeración de cada sb-categoría. Por ejemplo: los trastornos neróticos de dominancia fóbico-obsesiva serán codificados 2.23). 2.00 Trastornos neróticos evoltivos de dominancia ansiosa 2.01 Trastornos neróticos evoltivos de dominancia histérica 2.02 Trastornos neróticos evoltivos de dominancia fóbica 2.03 Trastornos neróticos evoltivos de dominancia obsesiva 2.04 Trastornos neróticos evoltivos con predominancia de las inhibiciones 2.05 Depresión nerótica 2.06 Caracteres neróticos, patología neróticas de la personalidad 2.07 Trastornos neróticos con pertrbaciones predominantes de las fncionanes instrmentales 2.08 Otros 2.09 No precisados 3. Patologías de la personalidad (exceptuadas las neurosis y las psicosis) 3.00 Trastornos de la personalidad y/o del comportamiento inscritos en na disarmonía evoltiva 3.01 Patología narcisística y/o anaclítica, depresiones crónicas, abandonismo 3.02 Organizaciones de tipo psicopático 3.03 Organizaciones de tipo perverso 3.04 Trastornos de la identidad sexal 3.08 Otras 3.09 No precisadas 4. Trastornos reactivos Se clasifican en esta categoría los trastornos definidos por la aparición reciente, el vínclo con na casa precisa, la integridad de la personalidad, el efecto rápido de la terapia. 4.00 Depresión reactiva 4.01 Manifestaciones reactivas diversas (sea cal fere el modo de expresión: mental, compartamental, escolar, social) 4.02 No precisados 5. Deficiencias mentales (retardos, debilidades mentales, demencias)
Se clasifican aqí como categoría principal solamente las formas en la cales el déficit mental constitye el elemento central. Las otras formas deben ser clasificadas prioritariamente en 1, 2 ó 3 en fnción de la patología dominante, caso en el cal la deficiencia mental es considerada como categoría complementaria. Se deben indicar a la vez la categoría de la deficiencia y el nivel mental (según los tipos de C.I. tilizados por la O.M.S.). Una deficiencia armónica con n coeficiente intelectal de 40 será codificada 5.15. Coeficiente intelectual 5.0x 5.1x 5.2x 5.3x 5.4x
50 69 35 49 20 34 Inf. a 20 No precisado
Categoría 5.x5 5.x6 5.x7 5.x8 5.x9
Deficiencia armónica Deficiencia disarmónica Deficiencia con polihandicap sensorial y/o motor Demencia No precisada
6. Trastornos de las funciones instrumentales Se clasifican aqí, como categorías principal, solamente los trastornos de las fnciones instrmentales qe no se inscriben en na patología qe deba ser clasificada prioritariamente en los rbros 1 a 5. En los otros casos, los trastornos instrmentales deben figrar solamente como categoría complementaria. 6.00 6.01 6.02 6.03 6.04 6.05 6.06 6.07 6.08 6.09 6.10 6.11 6.12
Retardo simple del lengaje Trastornos aislados de la articlación Trastornos complejos del lengaje oral Trastornos lexicográficos Discalclia Trastornos del razonamiento Tartamdeo Mtismo electivo Hiperqinesia, inestabilidades psicomotoras Hiperqinesia asociada a movimientos estereotipados Retardo psicomotor Otros trastornos psicomotores Tics aislados
6.13 6.14 6.15 6.19
Enfermedad de Gilles de la Torette Intrincación de trastornos psicomotores y del lengaje Otros No precisados
7. Trastornos relacionados con el uso de drogas y de alcohol Se clasifican aqí, como categoría principal, solamente las formas en las cales la condcta de adición se sitúa en el primer plano, sea cal fere la patología sbyacente. Las otras formas deben ser clasificadas prioritariamente en 1, 2, 3 ó 4, según el tipo de patología dominante, caso en el cal la condcta adictiva figrará solamente como categoríaa complementaria. Se debe identificar a la vez el so y el prodcto tilizado. El so ocasional de cocaína será codificado 7.16. Uso 7.0x 7.1x 7.2x 7.3x 7.9x
Contino Ocasional En remisión En crso de deshabitación No precisado
Prodcto tilizado 7.x0 Alcohol 7.x1 Tabaco 7.x2 Hipnóticos y tranqilizantes 7.x3 Morfínicos 7.x4 Marihana 7.x5 Alcinógenos 7.x6 Psicoestimlantes tales como anfetaminas, cocaína, cafeína 7.x7 Solventes 7.x8 Utilización de varios prodctos 7.x9 Otros prodctos y no precisados 8. Trastornos de expresión somática y/o comportamental Se clasifican aqí, como categoría principal, solamente los trastornos de expresión somática y/o comportamental qe no se inscriben en na patología qe deba ser clasificada prioritariamente en los rbros 1 a 5. En los otros casos, los trastornos de expresión somática y/o comportamental deben figrar como categoría complementaria. 8.00 Enfermedades psicosomáticas 8.01 Trastornos psicofncionales 8.02 Anorexia mental
8.03 8.04 8.05 8.06 8.07 8.08 8.09 8.10 8.11 8.12 8.19
Blimia sin obesidad Blimia con obesidad Otros trastornos de las condctas alimentarias Enresis Encopresis Trastornos del seño Intento de sicicio Trastornos aislados del comportamiento Retardo psicógeno del crecimiento Otros No precisados
9. Variaciones de la normalidad 9.00 9.01 9.02 9.03 9.04 9.05 9.06 9.08 9.09
Angstias, ritales, miedos Momentos depresivos Condctas de oposición Condctas de aislamiento Dificltades escolares no clasificables en las categorías anteriores Retardos o regresiones transitorias Aspectos originales de la personalidad Otras No precisadas
Eje II: Factores asociados o anteriores eventualmente etiológicos 1. Factores orgánicos (En caso de necesidad, se deben seleccionar varios números de códigos) 10 Asencia de factores orgánicos reconocidos 11 Factores ante-natales de origen materno 11.0 Daño infeccioso o parasitario (rbeola, herpes, toxoplasmosis, listeriosis, sífilis, etc.) 11.1 Daño tóxico (medicamentos, alcohol, drogas, irradiación) 11.2 Daño relacionado con na enfermedad materna (diabetes, nefropatía, malformación cardíaca, malntrición severa, etc.) 11.3 Otros 12 Factores perinatales 12.0 Prematridad, inmadrez 12.1 Sfrimiento cerebral perinatal 12.2 Incompatibilidad sangínea feto-materna 12.3 Otros
13 Daños cerebrales post-natales 13.0 Daño cerebral post-natal de origen infeccioso o parasitario 13.1 Daño cerebral post-natal de origen tóxico 13.2 Daño relacionado con n trama cerebral 13.3 Tmores cerebrales 13.4 Otros 14 Enfermedades de origen genético y congénitas 14.0 Trisomía 21 (Síndrome de Down) 14.1 Otra enfermedad relacionada con n anomalía cromosómica atosómica 14.2 Enfermedad relacionada con na anomalía cromosómicas gonosómica (síndrome del cromosoma X frágil, disgenesias gonodales, etc.) 14.3 Fenilcetonria 14.4 Otras enfermedades metabólicas 14.6 Nero-eotodermosis congénitas (esclerosis tbrosa de Borneville, etc.) 14.7 Malformaciones cerebrales congénitas (micro o macrocefalia, enfalocele, hidrocefalia) 14.8 Otras 15 Enfermedades somáticas invalidantes 15.0 Déficit sensoriales 15.1 Daño motor de origen cerebral (parálisis cerebral) 15.2 Daño nerológico de origen no cerebral 15.3 Enfermedades msclares (miopatía, etc.) 15.4 Malformaciones congénitas no cerebrales (espina bífida, psedohermafroditismo) 15.5 Secelas de accidente físico sin daño cerebral 15.6 Déficit inmnitario congénito o adqirido (SIDA, por ejemplo) 15.7 Hemofilia 15.8 Enfermedad somática crónica (hemopatía crónica diferente de la hemofilia, cáncer, diabetes, mcoviscidosis, enfermedad renal, metabólica o endocrina) 15.9 Otras 16 Convlsiones y epilepsias 16.0 Epilepsia idiopática 16.1 Encefalopatía epiléptica evoltiva y epilepsias severas (Síndrome de West, Síndrome de Lennox-Gastat) 16.2 Otras epilepsias sintomáticas 16.3 Manifestaciones convlsivas no epilépticas 16.4 Otras 18 Otros 19 Respesta imposible por falta de información 2. Factores y condiciones del medio
(En caso de necesidad, se deben seleccionar varios números de código) 20 No hay factores del medio considerados como determinantes 21 Trastornos mentales o pertrbaciones psicológicas en la familia 21.0 Psicosis perperal 21.1 Depresión materna drante el período post-natal 21.2 Disfncionamiento de las interacciones precoces 21.3 Discontinidad de los procesos de cidados maternos drante el primer año 21.4 Otro trastorno de las relaciones precoces 21.5 Patología mental de no o de ambos padres (diferentes de las clasificables en 21.0 o 21.1 21.6 Patología mental de otro miembro de la familia 21.7 Alcoholismo o drogadicción de los padres 21.8 Pertrbaciones psicológicas severas y actalmente presentes en el grpo familiar 21.9 Otros 22 Carencias afectivas, edcativas, sociales, cltrales 22.0 Carencias afectivas precoces 22.1 Carencias afectivas lteriores 22.2 Carencias socio-edcativas 22.3 Otras 23 Maltrato y negligencias graves 23.0 Violencias físicas otras 21.1 Negligencias graves 23.2 Abso sexal 23.3 Otros 24 Eventos qe acarrean la rptra de lazos afectivos 24.0 Hospitalización o estadía institcional prolongada o repetida del niño 24.1 Rptra iterativa de las formas de cidado 24.2 Hospitalización o estadía institcional prolongada o repetida de no o ambos padres 24.3 Deceso de no o de ambos padres 24.4 Deceso de no o de varios abelos 24.5 Deceso de no o de varios hermanos 24.6 Abandono por no o ambos padres 24.7 Otros 25 Contexto socio-familiar particlar 25.0 Gemelos 25.1 Niño actalmente internado en na institción (o en cstodia) 25.2 Niño adoptado 25.3 Niño de padres divorciados
25.4 25.5 25.6 25.7 25.8 15.9
Niño edcado por los abelos Familia mono-parental Familia de migrantes Enfermedad orgánica grave de no de los padres Medio socio-familiar my desfavorecido Otro
26 Niño nacido por procreación artificial 28 Otros 29 Respesta imposible por falta de información (De la tradcción al castellano de la C.F.T.M.E.A., realizada por A. Rojas) PREVALENCIA R. Sadon citado por Chevallier (41) define la prevalencia como "el número de casos de na enfermedad existentes en n momento dado, o a lo largo de n periodo dado, en na población determinada". La prevalencia y otros conceptos estadístico-epidemiológicos, tienen na importancia cada vez mayor en Psiqiatría de niños y adolescentes. No está my lejos el momento en qe la investigación epidemiológica en este campo, se planifiqe a nivel internacional, anando esferzos hmanos, económicos y científicos para salir del desorden en el qe tan a mendo se encentra. La investigación debiera estar promovida desde la clínica y regresar a ella, porqe en definitiva de lo qe se de prevenir ss trastornos mentales, o cando ya están ahí, proporcionarle alternativas terapéticas satisfactorias. Cando no es así, con cierta frecencia el clínico se mestra desinteresado por la investigación epidemiológica o, al contrario, en na actitd excesivamente dependiente. El porvenir de la epidemiología psiqiátrica está en los trabajos comparativos realizados con la misma población en la infancia, en la adolescencia y en la edad adlta (estdios de prevalencia y de población qe conslta). Estos trabajos son escasos y todavía my difíciles de realizar. Y por spesto, será de n enorme interés la investigación epidemiológica realizada desde los primeros tiempos del embarazo hasta los 3 años. Pero lo qe realmente da interés a los datos epidemiológicos, es la posibilidad de articlarlos con las investigaciones clínico-terapéticas en profndidad, y esta articlación se hace casi inviable cando los estdios epidemiológicos no están basados en clasificaciones nosográficas con referencia a estrctras psíqicas o a fncionamientos mentales, sino en clasificaciones qe desarrollen n coleccionismo sintomatológico sin mayor sentido. Acaso, tras manejar infinitas variables en el ordenador por no hacer na hipótesis, se llege al descbrimiento de qe existe algo así como n programa, na estrctra, na organización mental. Se habrá entonces perdido ya mcho tiempo.
Las dificltades para investigar en epidemiología psiqiátrica con niños y adolescentes, además de las de carácter general (como la nosográfica mencionada), son esenciamente las sigientes: El encontrarnos con sjetos en permanente evolción cyas manifestaciones psicopatológicas cambian constantemente. Esto desconcierta más aún cando se trabaja nosográficamente sin nociones de estrctra, o de organización psíqica. La importancia tan grande de los fenómenos reactivos debidos a la enorme dependencia infantil y adolescente del entorno sociofamiliar, teniendo qe contar con la opinión de padres y edcadores y debiendo valorar también la interacción de ellos con el niño. La dificltad para captar con criterios precisos determinadas configraciones del fncionamiento de los niños menores de 3 años. En ellos además se agrandan las dos dificltades anteriores. Daremos ahora datos de prevalencia, y en general epidemiológicos, referidos a la Psiqiatría de niños y adolescentes con objeto de poderse hacer na peqeña composición de lgar sobre el estado del tema. Mazet y Hozel (42) entresacan los sigientes datos de la pblicación de la O.M.S. de 1977, "Sald mental y desarrollo psicosocial del niño". · Del 5% al 15% de los niños de 3 a 15 años padecen trastornos psíqicos qe jstifican na acción especializada. · Los trastornos de la palabra y del lengaje se observan en el 1 a 5% de los niños. · La enresis, en el 3% de niños de menos de 10 años. · La dislexia en el 3 a 10% de niños de inteligencia normal. · La debilidad mental profnda, en el 0,4% de los niños. · La debilidad mental ligera, en el 3% de los niños. · El atismo infantil, en el 0,03 a 0,04% de los niños. · Antes de los 4 años n 1 por mil de los niños son maltratados. En n interesante capítlo M. Solé y F. Sirol (43) mencionan: · Tres estdios epidemiológicos (pblicados entre 1973 y 1981) realizados en París en el distrito XIII (C. Chiland) y XIV (F. Sirol) (43) y en la Gironde (A.
Serise). Los tres coinciden en señalar la inflencia del nivel social, económico y cltral de la familia sobre los diagnósticos. El estdio de Sirol sobre población consltante, mestra qe el 73% de los diagnósticos de trastornos graves de la personalidad se establecen despés de los 15 años y antes de los 3 años (el 24% antes de los 3 años) y mestra también na relación importante entre profesión del padre (nivel social) y diagnósticos. · Tres estdios pblicados entre l976 y 1978 en Francia por Casadebaig y Chevalier, Albernhe y Trnin, y Tiret, qe tienen en común la búsqeda de las características sociodemográficas de la población consltante, qe es comparada con la población del censo, y qe aportan los sigientes datos: · El señalamiento escolar por razones de inadaptación del niño es el qe condce a la demanda de conslta. · Los niños consltados selen pertenecer a n nivel social medio o desfavorecido y s entorno familiar presenta ciertas particlaridades (padres separados o divorciados, viviendo en concbinato, madre soltera). · Los niños están sobrerrepresentados (60%) con respecto a las niñas. · El nivel socioeconómico de la familia está determinado por la profesión del padre. La repercsión de la calificación profesional de la madre es menor y refleja la del padre. · Las familias son más nmerosas canto más bajo es el nivel social y en ellas amenta el número de madres qe trabajan. Ph. Chevalier en n extenso y laborioso artíclo (41), bsca comparar los datos sociodemográficos de la población consltante con los datos sociodemográficos de la población señalada por los estdios de prevalencia. Para ello toma 25 estdios epidemiológicos de prevalencia en s mayoría anglosajones y escandinavos y los pone en relación con 18 estdios franceses sobre población consltante. Mencionaremos algún dato de interés qe tiliza y algna conclsión: · La conclsión general más importante es la qe confirma el conocido dicho "no son todos los qe son". No es coincidente el perfil sociodemográfico de la población qe conslta con el perfil sociodemográfico de la población designada por los estdios de prevalencia. Si bien se conclye qe la mayor parte de las variables sociodemográficas son discriminantes en psiqiatría infantil, no lo son de na manera constante para la prevalencia y para la conslta. El ator con ben sentido precisa además, qe la coincidencia significativa entre n factor sociodemográfico y n determinado estado de sald, no permite conclir de manera atomática qe se ha hecho el hallazgo de n factor de riesgo. Sí nos permite, en cambio, hacernos la pregnta sigiente:
¿La mala percepción de los problemas psíqicos de niños y adolescestes tiene qe ver con las características sociodemográficas de ellos?. · Una cestión metodológica qe sale a colación es qe de forma my frecente se tilizan en los trabajos epidemiológicos de niños y adolescentes, las encestas a padres y a profesores y, tras haber hecho na selección de este modo de sitaciones spestamente problemáticas, se pasa a la entrevista o, preferiblemente, al examen clínico del niño. Estos diferentes procedimientos tienen distintas posibilidades y todo ello según cada patología. Así Chevallier dice qe la valoración clínica del niño es más acorde con los cestionarios de los padres qe con los de los profesores. Un estdio reciente mencionado por I. Jalenqes y otros (44), y realizado recientemente por Stavrakaki y cols., mestra qe los niños deprimidos sbestiman ss síntomas mientras qe los niños ansiosos los sobrevaloran. · En canto a la variable "edad", n dato significativo es qe los 25 estdios citados de prevalencia, dirigidos a na población total de 25.032 niños, abarcan edades comprendidas entre 3 y 18 años. Es decir, qe las dificltades para abordar las edades más importantes de 0 a 3 años parecen evidentes. · Las mestras francesas de consltantes indican qe las demandas tienen lgar esencialmente drante las edades medias de la infancia. De 0 a 4 años costityen el 12,9% de las nevas consltas y sólo n escaso 6% a partir de los 15 años. · En canto al sexo, en los 18 estdios franceses y en otros realizados en Gran Bretaña, Canadá, Bélgica, Siza, Estados Unidos existe na evidente sobrerrepresentación masclina en la población consltada, qe se sitúa en na media de 64,1%, o sea na proporción niños/niñas de 1,78. Sobrerrepresentación qe reslta más o menos similar como media de los 25 estdios de prevalencia. · En fin, qe la mayor parte de las características sociodemográficas (sexo, tipo de familia, edad, nacionalidad, categoría social, número de hermanos) tanto en estdios de prevalencia, como de población consltante, constityen variables discriminantes anqe no constantes en los dos campos. Sólo la nacionalidad parece no inflir ni en la demanda, ni en la frecencia de los trastornos. Señalaremos ahora algnas tasas de prevalencia indicadas en la DSM-III-R (45): · Retraso mental, 1% (proporción niño/niña = 1.5:1). · Trastornos generalizados del desarrollo, 10-15 niños cada 10.000 habitantes (proporción niño/niña = 2:1 a 5:1)
· Trastorno a la de DSM-III-R), 4-5 niños cada 10.000 habitantes (proporción niño/niña = 3:1 a 4:1). · Trastorno del desarrollo en la articlación de la palabra, 10% de los niños menores de 8 años y 5% de los niños mayores de 8 años. · Trastorno del desarrollo en el lengaje, 3% el de tipo expresivo y 3% también el de tipo receptivo, ambos porcentajes en niños de edad escolar. · Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, 3% de los niños (entre 6 y 9 veces más frecentes en niños en niñas). · Trastorno de condcta, 9% de los varones y 2% de las jóvenes menores de 18 años. · Anorexia nerviosa, oscila entre l cada 800 y l cada 100 jóvenes entre 12 y 18 años (este trastorno predomina en las jóvenes, 95%). · Blimia nerviosa, 4,5% de las jóvenes y 0,4% de los varones, en estdiantes de bachillerato. · Trastorno de la Torette, 0,5 por 1.000. Finalmente, n mincioso y completo estdio epidemiológico realizado en España a partir de na mestra aleatoria de 6.432 niños de 4.º de EGB (crso 1985-86) dirigido por E. Doménech y A. Polaino-Lorente (46) para conocer la prevalencia de la depresión en los niños de nestro país, conclye entre my nmerosos resltados qe la tasa de prevalencia de la depresión mayor es del 1,8% de la población estdiada, mientras qe la tasa de prevalencia para el trastorno distímico es del 6,4% de esta misma población. Otros datos de prevalencia y, en general, epidemiológicos, como peden ser los referentes al sicidio e intentos de sicidio, podrán verse cando se aborden en otros capítlos las problemáticas y patologías.
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BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
LIBROS 1. Alexander F. y Selesnick S. Historia de la Psiqiatría. Barcelona, ed. esp. Editorial Espaxs, 1970. (Excelente historia de la Psiqiatría qe dedica n capítlo extenso, interesante y bien docmentado a la Psiqiatría Infantil). 2. Mahler M. y otros. El nacimiento psicológico del infante hmano. Benos Aires. Marymar Ediciones, 1975. (Estdio de la vida psíqica de los primeros años del niño. De gran importancia para la comprensión psicopatológica derivada del fncionamiento de estos períodos). 3. Ajriagerra y Ochandiano J. de. Manal de Psiqiatría Infantil. Barcelona, ed. esp. Toray-Masson S.A., 1976. (Manal enciclopédico de concepción integradora, my tilizado y reconocido, sobre todo en Eropa). 4. Mazet PH. y Hozel D. Psiqiatría del Niño y del Adolescente. Barcelona. Edit. Médica y Técnica S.A.. 2 volúmenes. 1981. (Tratado francés eminentemente clínico y didáctico de orientación psicodinámica). 5. Lebovici S, Diatkiner R. y Solé. Tratado de Psiqiatría del Niño y del Adolescente. 7 Tomos. Edit. Biblioteca Neva. Madrid, 1988. (El tratado más completo y actal de Psiqiatría de Niños y Adolescentes. Compendio del pensamiento francés sobre esta materia).
ARTICULOS 1. Bürgin D. Latencia: ¿Consolidación o desarrollo?. Cadernos de Psiqiatría y Psicoterapia Infantil (Revista de SEPYPNA), n.º 9, Madrid, 1990. (Además de compendiar el fncionamiento mental del niño de esta edad, plantea cestiones de interés psicopatológico y evoltivo con ilstración clínica). 2. Diatkine R. Preadolescencia, adolescencia y pbertad. Cadernos de Psiqiatría y Psicoterapia Infantil (Revista de SEPYPNA), n.º 3, Madrid, 1987. (Reflexiones de interés sobre el tema de no de los maestros de la psiqiatría infantil y del psicoanalisis francés). 3. Misès R. Clasificación Francesa de los problemas mentales del niño y adolescente (CFTMEA). En: Cadernos de Psiqiatría y Psicoterapia Infantil (Revista de SEPYPNA) n.º 10. Madrid, 1990.
(Presentación y comentarios con tradcción al castellano de la Lista de Categorías, Glosario yTabla de Eqivalencias con la CIE-10). 4. Misès R. Jeammet Ph. y otros. Classification franc,aise des trobles mentax de l'enfant et de l'adolescent. En "La Psychiatrie de l'enfant". París, vol. XXXI1/1988. (Presentación, versión y comentarios de la versión original francesa). 5. Chevalier Ph. Prevalence et facters sociodémographiqes. En: "La psychiatrie de l'enfant". París, vol XXXII-2/1989. (Extenso y valioso artíclo, comentado ya en el texto (epidemiología psiqiátrica de niños y adolescentes).
2. VALORACION CLINICA EN PSIQUIATRIA DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE. OBJETIVOS DE LA CONSULTA. CONTENIDOS BÁSICOS Autores: A.P.González González, P. Calderón López, T.Martínez Rey y M. Bolívar Perálvarez Coordinador: J.R. Gutiérrez Casares y F.J. Bustos, Badajoz
Todo
esferzo realizado en la valoración psiqiátrica de n niño o n adolescente y encaminado a lograr n tratamiento psiqiátrico adecado debe tener en centa la gran dificltad qe esta tarea conlleva y el gran volmen de datos involcrados en ella. No abndan los estdios qe definan la indicaciones específicas de cada na de las modalidades terapéticas en psiqiatría infantil, por lo qe se acepta qe, con algnas excepciones, todos los tratamientos sados en adltos peden ser tilizados en niños y adolescentes. Un diagnóstico basado en el DSM-IV o en la CIE-10 no es sficiente para la estrctración de n tratamiento en la mayoría de las sitaciones clínicas. Los psiqiatras infantiles necesitamos más datos con los cales planificar las intervenciones clínicas. Estos datos se obtienen mediante na variedad de procedimientos clínicos qe, colectivamente, se llaman evalación psiqiátrica (5). En la sitación clínica cotidiana, el psiqiatra de niños y adolescentes realiza na historia clínica, qe es el docmento qe recoge todos los datos médicos referentes a n niño o adolescente enfermo. Habitalmente contiene la anamnesis (interrogatorio), exploración física, examen nerológico, examen mental, estdios psicológicos, exploraciones complementarias, elaboraciones y discsiones del psiqiatra o del eqipo terapético, así como el diagnóstico y la prescripción de n determinado tratamiento (4). Si bien la fente esencial de la historia clínica es el diálogo entre el médico y el enfermo (diálogo en el qe Von Weizsaecker destacaba como nota esencial el contacto personal entre ellos), es el médico qien imprime a este diálogo la orientación más conveniente para conocer (entender y comprender) al enfermo (1). En el caso de la psiqiatría infantil el diálogo entre el médico y el niño está condicionado, además, por la presencia de padres, ttores o institciones públicas.
Toda historia clínica es na estrctra intrínsecamente nitaria y longitdinal, en la qe se articlan tres momentos temporales: anamnesis, exploración y catamnesis (1). La anamnesis es el recerdo sbjetivo, narrado por el niño (o, en la mayoría de los casos, comnicado por familiares) de sitaciones patológicas previas a la enfermedad actal, completado con datos acerca de la familia (Tabla 1). Es la parte de la evalación psiqiátrica qe reúne todos los datos personales y familiares del enfermo anteriores a la enfermedad actal (1). La exploración hace referencia al momento actal de la enfermedad y la catamnesis es la descripción crítica de n caso clínico, realizada tras la evolción de la enfermedad actal, así como la valoración del posible pronóstico (4). Tabla 1. CONTENIDOS DE ANAMNESIS Datos personales Historia del cerpo como organismo (Biológica) Historia vital interna (Psicológica) Historia vital externa (Social) Datos familiares Antecedentes de enfermedades físicas (Biológica) Historia vital interna la familia (Psicológica) Historia vital externa (Social) Además de la anamnesis, el psiqiatra lleva a cabo n examen mental, basado en la sitación psicopatológica actal, así como na exploración física y, si es necesario, nerológica. Algnas veces peden solicitarse estdios especiales (análisis de laboratorio o exploraciones complementarias: psicometrías, estdios electroencefalográficos, etc.). El conjnto de todos los datos representa el Bloqe 1 o bloqe de recogida de datos qe, como ya hemos visto, se denomina evalación psiqiátrica (Figra 1). La evalación psiqiátrica pede estar inflenciada por factores tales como las fentes de referencia, las qejas de los padres, la incertidmbre del evalador y s estilo evalativo y el conocimiento de las posibilidades terapéticas. La fente de referencia pede inflir en la valoración psiqiátrica a través de la "etiqeta" de la derivación. Así, por ejemplo, los niños enviados desde las escelas selen llegarnos bajo la etiqeta de "trastornos del aprendizaje" y los niños qe se hallan bajo la protección de la administración con la de "mal comportamiento", "alteraciones de condcta" o "delincencia".
1EVALUACION PSIQUIATRICA Anamnesis
Estdios fisiológicos
Examen físico - Examen nerológico - Examen Estdios mental Complementarios
2FORMULACION CLINICA Formlación Diagnóstica
Formlación Etiopatogénica
Formlación Personal- compensiva
4FORMULACION Y PLANIFICACIÓN TERAPEUTICA Hallazgos de efectividad para cada grpo o para cada diagnóstico específico
Hallazgos efectividad para etiopatogenia
Hallazgos de efectividad para de cada característica personal cada
Biológica Aprendizaje General Cognitiva DSM-IV Psicodinámica CIE-10 Familiar Otras clasificaciones Socio-Ambientales
Estado físico Fncionamiento general Relaciones familiares Relaciones con pares Sitación escolar Nivel cltral Nivel socio-económico Otras
Planificación del tratamiento adecado
2APLICACION TERAPEUTICA Tratamientos disponibles Tratamiento aplicado
Las qejas de los padres peden reflejar ss preocpaciones, así como las propias filias y fobias en relación con la familia. Toda sitación exploratoria conlleva determinada incertidmbre para el evalador. El conocimiento, control y manejo de esta variable por parte del psiqiatra infantil condiciona la estrctra, dración e intensidad de las actividades dirigidas a la recogida de datos, y marca el "límite de interminabilidad" propio de cada historia clínica. Los clínicos tienden a desarrollar estilos característicos de evalación (estilos evalativos) los cales vienen a reflejar dos dimensiones básicas: na de ellas se relaciona con el grado de estrctración dado a la entrevista, la otra con el tipo de pensamiento sado por el clínico, qe oscila desde la casi completa dependencia de la lógica a na mayor dependencia del pensamiento intitivo. El conocimiento por parte del psiqiatra de las posibilidades terapéticas condiciona la evalación, pes inflyen en los datos qe emergen de la sitación clínica, ya qe no se selen hacer esferzos para bscar datos qe no van a poder ser tilizados en el tratamiento.
Dado qe la condcta del niño depende en gran medida del contexto, se deben tilizar métodos específicos para evalar el comportamiento del niño en el hogar (por los padres), en la escela (por los maestros) y en la sitación clínica (mediante la comnicación con el niño y/o mediante la tilización de escalas clínicas específicas) (8). En la actalidad disponemos de métodos normalizados para valorar la inflencia de factores tales como la discrepancia conygal, la atoestima o la sensibilidad de n progenitor hacia los hijos. Fnciones tales como el progreso escolar, el número y el tipo de amigos qe hace y la atonomía general del niño o adolescente peden ser evalados de manera adecada por los maestros, los compañeros o las personas qe cidan del niño o adolescente (8).
OBJETIVOS DE CONSULTA Y PRINCIPIOS GENERALES Una vez recogidos todos los datos y realizada la evalación psiqiátrica, el psiqiatra debe realizar na formlación clínica (bloqe 2 de la Figra 1). Dentro de ella, en psiqiatría del niño y del adolescente, conviene distingir tres tipos de formlación: la diagnóstica (principalmente psicopatológica), la etiopatogénica y la personal-comprensiva. La formlación diagnóstica (a la qe solemos referirnos sando el término general de diagnóstico) está centrada en la valoración de los síntomas y signos qe el paciente compartiría con otros niños/adolescentes a los qe también se les diagnosticara con la misma etiqeta. La formlación diagnóstica se realiza en base a clasificaciones psicopatológicas generales (Tabla 2) o a clasificaciones con criterios estrctrados y qe son internacionalmente aceptadas: DSM-IV (Tabla 3) o CIE-10 (Tabla 4). Tabla 2. Categorías sintomatológicas generales en niños y adolescentes [Lewis M, Volkmar FR 1990: Clinical aspects of child and adolescent development. Lea & Febiger, Philadelphia 1990] 1.Trastornos del desarrollo 2.Trastornos mentales orgánicos 3.Trastornos del pensamiento 4.Trastornos afectivos, ansiedad y conflictos o síntomas neróticos. 5.Trastornos psicofisiológicos 6.Reacciones a n ambiente no favorable Tabla 3. DSM-IV. Categorías mayores [American Psychiatric Association (1994): Diagnostic criteria from DSM-IVTM. APA, Washington]
Trastornos qe salmente tienen s primer diagnóstico en la infancia niñez o adolescencia Retraso mental Trastornos del aprendizaje Trastornos de las habilidades motoras Trastornos de la comnicación Trastornos profndos del desarrollo Trastornos de déficit de atención y condctas alteradas Trastornos de la alimentación y de la condcta alimentaria de la infancia o niñez precoz Trastornos de tics Trastornos de la eliminación Otros trastornos de la infancia, niñez o adolescencia Delirim, demencia, amnesia y otros trastornos cognitivos Trastonos mentales debidos a condición médica general no clasificados en otro lgar Trastornos relacionados con el abso de sbstancias Esqizofrenia y otros trastornos psicóticos Trastornos del hmor Trastornos de ansiedad Trastornos somatoformes Trastornos ficticios Trastornos disociativos Trastornos de la identidad sexal y del género Trastornos de la condcta alimentaria Trastornos del seño Trastornos del control de los implsos no clasificados en otro lgar Trastornos del ajste Trastornos de la personalidad Otras condiciones qe peden ser foco de atención clínica Códigos adicionales Una vez evalado el cadro clínico y diagnosticado el paciente, debemos realizar na formlación personal-comprensiva, la cal pede ser entendida como aqella actividad clínica dirigida a comprender y definir las condctas particlares de n niño o adolescente y a diferenciar las características específicamente personales qe no comparte con otros niños, ni siqiera con aqellos qe tienen s mismo diagnóstico. Tabla 4. CIE-10. Categorías mayores [OMS (1992): The ICD-10 Classification of mental and behavioral disorders: Clinical desscriptions and diagnostic gidelines. OMS, Ginebra 1992. (Adaptación española: Meditor, Madrid, 1992)] F00-F09 Trastornos mentales orgánicos, inclidos los sintomáticos F20-F29 Esqizofrenia, trastorno esqizotípico y trastornos de ideas delirantes
F30-F39 Trastornos del hmor (afectivos) F40-F49 Trastornos neróticos, secndarios a sitaciones estresantes y somatomorfos F50-F59 Trastornos del comportamiento asociados a disfnciones fisiológicas y factores somáticos F70-F79 Retraso mental F80-F89 Trastornos del desarrollo psicológico Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje Trastornos específicos del desarrollo del aprendizaje escolar Trastornos específicos del desarrollo psicomotor Trastorno específico del desarrollo mixto Trastorno generalizado del desarrollo Otras trastornos del desarrollo psicológico Trastorno del desarrollo psicológico sin especificación F90-F98 Trastornos del comportamiento y de las emociones de comienzo habitual en la infancia y adolescencia Trastorno hipercinético Trastornos disociales Trastornos disociales y de las emociones mixtos Trastornos de las emociones de comienzo habitual en la infancia Trastornos del comportamiento social de comienzo habitual en la infancia y adolescencia Trastornos de tics Otros trastornos de las emociones y del comportamiento de comienzo habitual en la infancia y adolescencia F99 Trastorno mental sin especificación
El tercer jicio clínico, la formlación etiopatogénica, es la valoración de las posibles etiopatogenias implicadas en n caso particlar, qe eqivale a relacionar la posibles casas y motivos generales pero adaptados a n niño particlar, y elaborar las cadenas etiopatogénicas más adecadas para explicar las relaciones entre la formlación diagnóstica y la personal-comprensiva (7). A modo de resmen, podemos decir qe la evalación psiqiátrica es el primer bloqe (Figra 1) de la valoración clínica de n niño o adolescente, donde se realiza la recogida (en forma libre o estrctrada) de todos los datos necesarios para poder elaborar, con n mínimo grado de incertidmbre, el papel de los múltiples factores etiológicos en la prodcción del síndrome psiqiátrico específico de n niño o adolescente, y qe obtiene como resltado la constrcción, por parte del psiqiatra, de n modelo clínico del paciente llamado formlación clínica. Este modelo no es sino na representación, desde el pnto de vista del psiqiatra, de la complejidad del niño o del adolescente con patología psiqiátrica y, por ello, debe estar abierto a continas revisiones,
realizadas a partir de los datos aportados en el crso de la actividad clínica y terapética. La formlación clínica es na estrctra teórica y sbjetiva, pero totalmente necesaria para la elaboración posterior de la formlación y planificación terapética (bloqe 3 de la Figra 1), qe tiene como finalidad la formlación, otra vez teórica, de las necesidades terapéticas qe mejor reselvan los síntomas, los conflictos y los problemas asociados a la formlación clínica previa. Una vez formlada la estrctra terapética ideal, se realiza la planificación o elección, entre n amplio abanico de posibilidades, de los tratamientos adecados. La formlación y planificación terapética pede definirse como el proceso qe ocrre entre la formlación clínica y la aplicación terapética final (5). La formlación y planificación terapética es n modelo teórico realizado por el psiqiatra qe posteriormente se concretiza cando se aplica a na sitación socio-familiar determinada. Definimos la aplicación terapética (bloqe 4 de la Figra 1) como aqella parte de la formlación terapética qe pede ser aplicada a n paciente determinado, con n medio familiar determinado y en na realidad asistencial determinada. La formlación clínico-terapética (FCT) (bloqes 2 y 3 de la Figra 1) se caracteriza por s capacidad de integración de los datos disponibles. Todos los datos extraídos desde distintas y variadas fentes clínicas (niño, padres, hermanos, administración, tribnales de jsticie, etc...) y por métodos diferenciados (entrevistas estrctradas, tests, electroencefalogramas, etc...) deben agrparse en na estrctra nitaria qe nos permita tener n modelo teórico, tanto del paciente como de las actaciones implicadas en el tratamiento de s trastorno psiqiátrico. La FCT debe adaptarse, en primer lgar, a la sitación clínica actal y a los diferentes diagnósticos (no olvidemos qe en los niños es my frecente la comorbilidad diagnóstica). Los componentes esenciales de na FCT se basan en los datos derivados del diagnóstico, de la comorbilidad y de la evolción y estabilidad. El diagnóstico es la descripción nosológico-sistemática de n cadro clínico, qe en la práctica es la sma de conocimientos sobre los qe se basa n tratamiento. (4) Es probable qe pacientes con diferentes diagnósticos respondan a diferentes tratamientos. Para ello, el psiqiatra infantil bscará tanto en s propia experiencia clínica como en las pblicaciones científicas toda aqella información qe correlacione n diagnóstico determinado con na bena respesta a n tratamiento específico. Algnos tratamientos peden ser más efectivos qe otros para el mismo diagnóstico, según el momento en qe lo apliqemos. Una vez realizada la formlación diagnóstica, el sigiente paso debe ser la búsqeda de informaciones qe relacionen dicho diagnóstico con algún conocimiento científico qe haya sido efectivo en el tratamiento de otros pacientes con ese mismo diagnóstico. Se sabe qe algnas intervenciones
terapéticas tienen na clara eficacia en el tratamiento de algnos diagnósticos específicos (p.e. el so de metilfenidato en los trastornos por déficit de atención o de imipramina en la enresis noctrna), anqe en otras ocasiones pede sceder qe no esté tan claro el tratamiento de elección. En estos casos el clínico debe bscar similitdes entre el paciente actal y algún otro paciente tratado anteriormente y tilizar aqellas intervenciones qe tvieron éxito en circnstancias similares. En segndo lgar, la FCT debe adaptarse a la búsqeda de métodos terapéticos qe se hayan demostrado útiles en el tratamiento de conflictos o problemas asociados con las mismas características personales del paciente. En tercer lgar se debe tener en centa la tilización de técnicas terapéticas dirigidas a la rptra de la cadena etiopatogénica qe predispone, desencadena o mantiene el trastorno psiqiátrico. Según las etiopatogenias de los distintos trastornos vayan siendo descbiertas, las posibilidades terapéticas serán más específicas y definidas. Cando n clínico realiza hipótesis sobre las distintas variables etiopatogénicas es necesario qe investige la actación y la importancia de estas variables, como factores predisponentes, desencadenantes o mantenedores de la psicopatología actal. Un estdio etiopatogénico adecado debe considerar cinco tipos de hipótesis (Tabla 5). Tabla 5. Hipótesis etiopatogEnicas 1.2.3.4.5.-
Hipótesis Hipótesis Hipótesis Hipótesis Hipótesis
biológicas de aprendizaje cognitivas o apercitivas psicodinámicas ambientales
Las circnstancias individales más importantes se corresponden con los ejes III (enfermedad física concomitante o complicaciones), IV (grado de estrés qe se prodce al comienzo de la sintomatología) y V (Nivel adaptativo máximo previo) de la DSM-IV, y podrían ser los sigientes: estado físico, fncionamiento individal general, relaciones familiares, relaciones con otros niños, escela y actividades extraescolares jnto con datos socio-económicos y cltrales. Cando los tratamientos óptimos, por el motivo qe sea, no están disponibles, el psiqiatra infantil debe contemplar la adecación de la FCT a los recrsos terapéticos disponibles y a otras variables qe peden inflir en el tratamiento (Tabla 6). El terapeta debe ser consciente de las intervenciones disponibles. Esto implica el conocimiento de las evidencias empíricas de la
tilidad de los distintos recrsos terapéticos, de la manera en qe los tratamientos actúan y la posesión de n grado aceptable de experiencia en s so. Además el terapeta debe tener n conocimiento claro de los posibles efectos secndarios de cada na de la modalidades terapéticas. Una vez qe el clínico ha determinado si existen problemas en algna de las categorías psicopatológicas mayores, debe decidir si los problemas encontrados reqieren algún tipo de intervención: "El paciente debe recibir tantos tipos diferentes de intervenciones como sean necesarias, pero no más de las necesarias" (3). Tabla 6. Otras variables que intervienen en la formulación clínicoterapEutica 1. Capacidad para comnicarse verbalmente 2. Aceptación o rechazo del tratamiento 3. Edad y fase del desarrollo del niño 4. Previsible cmplimiento del tratamiento 5. Factores cltrales 6. Estats familiar actal: Rol del niño en la familia Estrctra familiar, cercana y familiares más lejanos Estats marital 7. Peligro para él mismo y para otros 8. Grado y calidad de la motivación 9. Historia del desarrollo precoz 10. Edcación 11. Sitación económica 12. Historia familiar/genética 13. Factores geográficos 14. Historia de tendencias antisociales 14. Segros médicos (Segridad Social, Compañías privadas...) 15. Inteligencia 16. Actividades e interés por las mismas 17. Sitación legal 18. Ocpación o estats escolar 19. Episodios previos de la enfermedad 20. Experiencias de tratamientos pasados 21. Presencia y natraleza de algún trastorno del aprendizaje 22. Fortaleza o debilidad psicológica (capacidad de llevar a cabo determinado tipo de tratamiento) 23. Calidad de las relaciones objetales 24. Raza y etnia 25. Factores religiosos 26. Severidad de estrés previo a la presentación de los síntomas 27. Desarrollo sexal. Rol e identidad sexal 28. Estado de la enfermedad
En algna ocasión los problemas encontrados van a necesitar n tratamiento estrctrado. Afortnadamente en Psiqiatría infanto-jvenil es posible realizar na intervención terapética en n área determinada y, si la intervención es adecada, lograr na mejoría importante en otras áreas o en el fncionamiento general del niño o del adolescente. Si despés de na adecada valoración aparecieran varias áreas deficitarias, se debe valorar el orden en qe van a ser abordadas o la necesidad de abordar varias de ellas simltáneamente. Si existiera n problema amenazante para la vida o la sald física del paciente, este debe ser tratado en primer lgar. Una regla general es la actación sobre los pntos de máxima inflencia, qe son los pntos en los qe es mayor la capacidad de alianza de las personas implicadas y aqellos cya resolción conlleva mayor beneficio para todos los afectados. Otra circnstancia a tener en centa cando se planifican prioridades en el tratamiento de niños o adolescentes con problemas múltiples es la presencia de resistencias qe interrmpan o dificlten el tratamiento. También deben observarse los rasgos indicadores de na mayor motivación para el cambio y las actaciones qe han sido tilizadas por la familia para consegir progresar adecadamente. La planificación terapética diferencial consiste en la selección, en orden de prioridad, de na actación crativa, correctora o paliativa en el niño o adolescente, s familia y, si fera necesario, s medio ambiente (5). A la hora de aplicar los principios generales de la PCT a la psiqiatría del niño y del adolescente hay qe tener en centa el rápido crecimiento y los grandes cambios qe sceden drante los años de la infancia y la adolescencia. Estos cambios se prodcen tanto en los aspectos físicos como en los mentales, sociales y relacionales. Estos cambios madrativos no se prodcen de na manera niforme ni con n ritmo constante, sino qe se peden apreciar aceleraciones y regresiones brscas, en las qe todos ellos están íntimamente relacionados.
CONTENIDOS BASICOS DE VALORACION La entrevista clínica destinada a la valoración psicopatológica de n niño tiene algnas características qe la diferencian de las qe se realizan con n paciente adlto. En el niño existe mcha variedad en las sitaciones clínicas, en las personas cercanas, en las relaciones familiares y académicas y en la presentación de circnstancias imprevistas, lo qe dan a estas entrevistas na dificltad añadida.
Como ya hemos dicho, el trabajo es complejo y mltidimensional. Se deben analizar las condctas problema y ver el significado de las mismas en la historia del niño y s familia, la organización psicopatológica del niño, el sistema de interacción familiar y valorar el desarrollo evoltivo. Uno de los aspectos más complicados es el establecimiento de na comnicación con el niño qe sea eficaz, afectiva y qe no se limite a n diálogo (¡y mcho menos a n monólogo!) imbido en na actitd defensiva o excesivamente medicalizada. Para ello debemos conocer las diversas formas de comnicación del niño con los adltos. Diálogo cara a cara. Similar al tilizado con el paciente adlto. Básicamente es la forma qe se tiliza en niños mayores de 11 años, anqe se pede sar en niños más peqeños jnto con algno de los otros medios de comnicación. El lengaje del psiqiatra debe ser accesible al niño, teniendo en centa s edad y nivel intelectivo. Además se debe prestar atención a otras formas de lengaje no verbal, a las qe los niños son especialmente sensibles (tono de voz, gestos...). Dibujos. Una forma eficaz de comnicarnos con el niño, principalmente en menores de 11 años, pede ser el dibjo libre, consistente simplemente en presentarle al niño n folio en blanco y nos lápices e invitarle a qe dibje lo qe qiera. Si el primer dibjo es demasiado convencional (na casa...) pede ser útil proponer n tema para n segndo dibjo (p.e. na familia). Si el niño se inhibe ante na hoja en blanco se pede proponer n tema inicial o tilizar la técnica del garabato de Winnicott, esbozando na forma a partir de la cal se va imaginando na figra. Juegos. Jegos con coches, mñecas otros drante los cales el niño va escenificando ss imaginaciones, dominando s angstia e identificándose con las personas de s entorno. Diálogo imaginario. Jnto con el jego es na técnica my útil en los niños más peqeños (sobre todo en edad preescolar). Algnas formas pede ser na historia inventada o el jego con marionetas. La tilización de no otro modo de comnicación depende de las circnstancias personales del niño (psicopatología, edad, nivel de desarrollo) y del dominio por parte del psiqiatra de na otra técnica. Al igal qe en psiqiatría de adltos, a la hora de registrar la información en la historia clínica de n niño o de n adolescente es conveniente tilizar n formato específico en el qe consten, de forma clara, todos los datos qe obtenemos, tanto del paciente como de familiares, edcadores o de otras personas cercanas. Un ejemplo de formato de historia clínica pede ser el sigiente (Apéndice 1):
Apéndice 1. Modelo de historia clínica en psiquiatría del niño y del adolescente 1. DATOS DE FILIACION Hª Nº: Apellidos: Nombre: Sexo: Nombre y Dirección de los Padres: Residencia del Niño: Fecha de Nacimiento: ______/______/_______ Edad: ___ años y ____ meses Lgar de Nacimiento: Tiempo de residencia en la población actal: Profesión de los Padres: Varios (religión, raza, lgar de procedencia en caso de transeúnte o emigrante): 2. INGRESO EN LA RED ASISTENCIAL 2.1. Consulta actual Fecha: _____/_____/_____ Edad del niño: ____ años y ____ meses Responsable del Envío Motivo adcido Tipo de derivación e intervalo entre la decisión de consltar y la conslta Aceptación del niño Aceptación del padre Aceptación de la madre Familiares o acompañantes (Qienes vienen?, Por qé vienen?, Por qé no vienen otros?) 2.2. Primera consulta Fecha:____/____/_____ con ___ años y ___ meses Motivos para iniciar la conslta con n médico (persona qe decidió consltar, motivo por el qe lo decidió, reacciones de otros miembros de la familia, mecanismos por los qe encontraron la solción final) 3. ANALISIS BIOGRAFICO 3.1. Historia connatal Número gestaciones previas Abortos previos o posteriores Planificación del embarazo ¿Cómo fe s embarazo? Edad de la madre en el parto: ______ años Edad del padre:______ años ¿Ingirió medicamentos o sstancias tóxicas drante el embarazo? ¿Ingirió algún medicamento? Drante el embarazo No Sí presentó ....?: Ns/Nc
Vómitos Accidentes/tramatismos Bocio Diabetes Infecciones Hipertensión Radiografías Enfermedades médicas ¿Tvo toxemia o eclampsia? ¿Tvo incompatibilidad Rh? Dración del embarazo: _____ meses ¿Canto dró el parto?: ______ horas ¿Recibió algna medicación para facilitar el parto? ¿Existió sfrimiento fetal drante el parto? El parto fe Normal Difícil Problemático Patológico Ventosa Forceps Indción Farmacológica Cesárea Cianosis Sí No NS/NC Ictericia: Sí No NS/NC ¿Cánto pesó al nacer?: ______ kilos y __________ gramos ¿Hbo complicaciones despés de nacer? Incbadora: NS/NC No Sí: _____ días Lámpara/fototerapia: No Sí NS/NC 3.2 Lactancia Materna: _______ meses. Especificar motivo de sspensión: Artificial drante: _________ meses Scción: Problemas al destete 3.3. Desarrollo psicomotor y de la condcta Valoración general Mantvo la cabeza a los: _____ meses Sonrió a los: ______meses Primeros pasos: ______ meses Se sentó solo a los: _____ meses Gateó a los: ______ meses Primeras palabras (papá/mamá) a los: ______ meses Dos o más palabras jntas a los: ______ meses Habló con soltra a los: ______ meses ¿Dejó de hacerse caca por el día?: ______ meses No dejó ¿Dejó de hacerse pipí por el día?: ______ meses No dejó ¿Dejó de hacerse pipí por la noche?: ______ meses No dejó ¿En canto tiempo controló totalmente el pis y la caca desde qe comenzó? ¿Tvo algún problema congénito? ¿Tvo algún problema de sald drante la infancia? ¿Tvo problemas de alimentación en la primera infancia? ¿Tvo dolores de barriga con frecencia?
¿Tvo dolores de cabeza con frecencia? ¿Tvo dificltades con el de seño? ¿Tvo problemas para despertarse? ¿Fe llorón de peqeño? ¿Sigió na evolción y n progreso adecados? ¿En general, fe n bebé..? Fácil Normal Difícil My difícil ¿Fe sociable con otras personas? ¿Cando qería algo, como era de insistente? Nivel del actividad en la primera infancia/primeros pasos 3.4. Historia médico-qirúrgica Vacnación: Adecada No adecada NS/NC Enfermedades qe ha padecido. Secelas prodcidas ¿Le han operado algna vez? No NS/NC Sí Total operaciones: ___________ ¿Draron?: ___________días . Describirlas: ¿Cómo describiría el estado general de sald de s hijo? ¿Cómo es s oído? ¿Cómo es s vista? ¿Coordinación motora grosera? ¿Coordinación motora fina? ¿Cómo es s pronnciación? ¿Tiene algún problema para dormir? ¿Se orina en la cama por la noche? No Sí ¿Se hace caca en la cama por la noche? No Sí:_____días/sem ¿Se hace caca en la ropa drante el día? No Sí:_____días/sem ¿Tiene problemas con el control del apetito? Pica Onicofagia Scción del plgar ¿Tiene algún problema crónico (>2 años) de sald? Especificar ¿Ha tenido algún accidente? Total de accidentes: _____ ¿Hay sospecha de consmo de tóxicos? ¿Antecedentes de malos tratos o de absos físicos?. Especificar: Historia de tratamientos ¿Ha recibido tratamientos con fármacos? Especificar: ¿Ha recibido tratamientos psicológico? Especificar: Desarrollo psicosexal Menarqia No Sí a los ______ años Menstración 3.5. Definición general del carácter del niño Referida por Principal preocpación o problemas ¿Qé estrategias han sido realizadas para corregir estos problemas? Indicar cales han tenido éxito En general ¿qe porcentaje de veces s hijo termina lo qe empieza? En general ¿qe porcentaje de veces s hijo cmple con lo qe se le manda? ¿Con qé frecencia coinciden los padres en la estrategia de disciplina? ¿En la vida del niño, hbo algún acontecimiento estresante? No Sí Divorcio/separación padres Accidentes/enfermedades familia
Problemas conygales Pérdida de trabajo de los padres Cambio frecente de colegio Mdanzas frecentes Problemas económicos ¿Presenta el niño algna característica o síntomas qe merezca reseñarse? Describirla: 4. ESTRUCTURA FAMILIAR 4.1. Aspectos sincrónicos/actuales (Estructura familiar, árbol genealógico) ¿Estado civil de los padres? Casados UConsensada Separados Divorciados Vidos El EC actal es desde hace ______ años ¿Cómo de estable ha sido s matrimonio? Descripción general de la familia (edad, profesión y rasgos esenciales). Arbol genealógico Casa donde viven ¿Habitación individal para el niño/a? Descripción global de las características sociales de la familia (Cómo pasan n día de diario y n domingo, navidades, cmpleaños y vacaciones estivales) 4.2. Aspectos diacrónicos Viajes y mdanzas familiares (estancias con otros miembros de la familia; motivos y valoraciones) Reacción de los hermanos al nacimiento del paciente Relaciones familiares (con los padres, con los hermanos) Otras circnstancias reseñables (especificar para cada na la edad del niño en ese momento y como creen qe inflyeron en él, así como qién lo centa). Adopción (motivo, edad, conoció a ss padres, vivió en institciones o centros de ttela) 4.3. Antecedentes familiares Antecedentes familiares psiqiátricos. Describir: Problema/Trastorno médico 5. ESCUELA Y AMIGOS 5.1. Situación académico/escolar previa Gardería Básica Bachillerato Rendimientos generales Relación con amigos. Especificar: Relación con maestros. Especificar: ¿Ha recibido algún programa de edcación especial?. Especificar: Ha sspendido algna vez? Ha sido explsado colegio? Ha repetido crsos?
¿Ha recibido tratamiento adicional para corregir los problemas anteriores?. Especificar: 5.2. Situación académico/escolar actual Colegio actal Crso Repite crso: No Si Rendimientos actales Relación con maestros ¿Facilidad para hacer amigos (comparado con otros niño)? Relación con amigos ¿En término medio cánto le dran las amistades? Psicopatología relacionada con la escela Drante este crso, ... Ha sspendido algna asignatra No Sí nº:___ Ha sido explsado algna vez No Sí nº:___ ¿Tiene algna instrcción adicional para corregir los problemas actales? 6. ENFERMEDAD ACTUAL 6.1. Anamnesis Motivo de conslta (para la madre, para el niño) Inicio, evolción, estado clínico actal 6.2. Cambios vitales 6.3. Examen mental Conciencia Orientación Nivel de atención Memoria Capacidad Intelectiva (CIVerbal/CIManiplativo/CITotal) Afectividad Pensamiento y lengaje Sensopercepción Seño Ntrición y condcta alimentaria Sexalidad Agresividad Psicomotricidad: mímica y motórica Presentación Higiene Biotipo Reacción al examen Fiabilidad y sitaciones ligadas al entrvistador Resaltar y resmir los datos más importantes del EM 6.3. Condicionantes recientes de la enfermedad actual Psicológicos Familiares Ambientales Biológicos
Médicos 7. EXPLORACIONES (físico-nerológica, psicológicas y complementarias) 8. FORMULACION DIAGNOSTICA DSM-IV: Eje I: Eje II: Eje III: Eje IV: Eje V: CIE-10-1: CIE-10-2: CIE-10-3: CIE-10-4: CIE-10-5: 9. FORMULACION CLINICO-TERAPEUTICA 10. EVOLUCION y PRONOSTICO (CATAMNESIS) Datos de filiación. Se inclirá el nombre completo, número de historia, edad, sexo, fecha de nacimiento, dirección, origen étnico y pecliaridades cltralesreligiosas. Ingreso en la red asisitencial y motivo de la consulta. Se debe hacer constar, lo más literalmente posible, el motivo por el qe bsca ayda. Si el niño es demasiado peqeño o no es capaz de verbalizarlo, indicaremos lo qe dice na tercera persona (padre, acompañante, edcador...). Además se debe anotar el nombre de s pediatra o médico general y el número de teléfono de los parientes más cercanos y de donde reside (caso de colegios o institciones) Análisis biográfico. Se registra información sobre la biografía, tanto normal como patológica del niño. Los datos se ordenarán cronológicamente. Con relación al desarrollo prenatal debemos registrar si el embarazo era deseado, la sitación familiar drante el embarazo y la sald de la madre, haciendo hincapié en el posible so de medicamentos o consmo de tóxicos y el padecimiento de enfermedades infecciosas. También es conveniente informar sobre el rol del padre drante el embarazo y las expectativas de la familia (si qerían qe fera niño o niña, nombres qe le bscaron) y si reemplazó a algún hermano por aborto o merte. Se indicará cómo fe el parto, si precisó cesárea o algún tipo de ayda y calqier complicación o defecto drante el nacimiento. Se especificarán los meses de lactancia materna y artificial y si hbo problemas con el destete. Respecto a las primeras etapas de la vida,
indicaremos calqier problema qe srja en el seño o la alimentación, edad a la qe se prodce la primera sonrisa, sentarse, ponerse en pie, primeros pasos. Se describirá la relación temprana madre-niño, jnto con posibles enfermedades de los cidadores y cómo han podido afectar al bebé. También se describirá a cada hermano y las relaciones tempranas con ellos (aspectos de afecto y de rivalidad). Se especificarán, con el mayor detalle posibles, la presencia de condctas anormales (balanceo, gritar, golpearse, rabietas, chparse el dedo, mal control de esfínteres, morderse las ñas), retrasos en el desarrollo motor, del habla y de la socialización (actividades de jego, independencia, búsqeda de interacciones sociales). Estructura familiar. Sele sarse el diagrama, árbol genealógico, donde se hacen constar los nombres y edades de los parientes vivos y la edad y momento de la merte de los desaparecidos. Se hará constar los familiares qe sfrieron problemas psicológicos y, si es posible el diagnóstico de los mismos. Es conveniente señalar qiénes y cómo son las personas más cercanas al paciente y cómo inflyen en s edcación y modo de vida. Investigaremos las personas qe se relacionan con la disciplina del niño, qé personas se la imponen y qé tipo de castigos, con el efecto de los mismos en la condcta del niño. También se deben inclir otro tipo de acontecimientos (merte de algún familiar, separación de los padres, segndas npcias) y el impacto qe ha prodcido en el niño. Según la edad del niño, se bscarán detalles sobre la pbertad, cambios biológicos prodcidos y s cronología, jnto con la inflencia de los mismos en el desarrollo psicológico y social. Se examinarán los posibles desencadenantes de estrés psicológico: relación con las figras de atoridad, con los familiares y compañeros. También se detallará la vida en la escela, experiencias en la gardería y cómo se adaptaba a las sitaciones sociales. Reacciones del niño la primera vez qe salió de casa y fe a la escela. Además es importante el desarrollo intelectal. Asignatras favoritas, en cáles ha destacado y en cáles ha casado problemas, y si ha repetido algún crso indicar las razones. Se explorará también si el niño ha sido enfermizo en esta época o con propensión a los accidentes. Escuela y amigos. Descripción de la sitación escolar tanto la previa como la actal. También se detallará la vida en la escela, experiencias en la gardería y cómo se adaptaba a las sitaciones sociales. Reacciones del niño la primera vez qe salió de casa y fe a la escela. Además es importante la valoración del desarrollo académico y de las asignatras favoritas, en cáles ha destacado y en cáles ha casado problemas, y si ha repetido algún crso indicar las razones.
Enfermedad actual. Se hará constar cronológicamente (inicio/ evolción/estado) el desarrollo de los hechos scedidos desde el inicio de los síntomas hasta el momento de la entrevista, inclyendo la alteración en el fncionamiento general del paciente, tanto en la esfera psicológica como biológica y social. Se deben hacer constar todos los síntomas relevantes, jnto con los estresores precipitantes y mantenedores. Se debe realizar na descripción de todas las áreas de fncionamiento del niño o adolescente. Anqe la exploración psicopatológica se pede realizar de diferentes formas, conviene segir n formato estrctrado para anotar lo qe hallemos (Tabla 7). Tabla 7. Formato para la realización de un examen mental I. Funciones neuropsicológicas Conciencia Orientación Atención Memoria II. Capacidad intelectiva III. Afectividad Tristeza/manía/ansiedad IV. Pensamiento y lenguaje Crso/Contenido V. Sensopercepción VI. Comportamiento instintivo Seño Condcta alimentaria Sexalidad Agresividad VII.Psicomotricidad Mímica/Motórica VIII.Descripción general y respuesta a la entrevista IX. Fiabilidad y Situaciones ligadas al entrevistador I. Funciones neuropsicológicas. Describiremos el nivel de conciencia, el nivel de orientación temporal (día, semana, mes, año) y espacial (dónde está, cidad, nombre del lgar) y personal (qién es él, las personas de s alrededor, ss familiares). También constará el nivel de atención y memoria, cómo se halla la capacidad de registro, retención y recperación de datos, jnto con la memoria inmediata, reciente y remota. II. Capacidad intelectiva. Se debe valorar el nivel de inteligencia según los logros consegidos por el niño respecto a s edad y ambiente. En caso de qe se peda presponer anormalidades en el nivel intelectivo peden tilizarse los tests específicos.
III. Afectividad/estado de ánimo. En los niños tiene mcha importancia la inferencia qe hace el psiqiatra respecto del estado de ánimo del niño, tanto como lo qe él o los padres nos refieran. Observar si el niño se ve deprimido, exaltado, irritable, ansioso, con miedo, clpable, atodepreciativo. Oscilaciones en el estado de ánimo, profndidad de las flctaciones (labilidad afectiva). Se debe anotar la expresión predominante (afecto aplanado, expansivo, deprimido, lábil, ansioso, temeroso..) y si la expresión emocional es adecada o inadecada a la cltra, contenido ideativo y el contexto. IV. Pensamiento y lenguaje. Se valorará tanto el crso como el contenido del pensamiento. Dentro del crso, se evalará cómo formla, organiza y expresa los sentimientos. En la prodctividad (fljo del pensamiento) se evalúa la escasez/sobreabndancia de ideas, si hay fga de ideas, pensamiento rápido/lento, si habla de forma espontánea o sólo responde a pregntas. En la continidad del pensamiento valoramos si las respestas son relevantes/irrelevantes, las asociaciones libres, afirmaciones lógicas o tangenciales, circnstanciales, evasivas o perseverantes. Además valoraremos si se prodce bloqeo o distraibilidad. También se anotarán posibles alteraciones qe se manifiesten en el lengaje: habla incoherente, asociaciones por el sonido, neologismos, ecolalia. Con relación al contenido del pensamiento, valoraremos las alteraciones del mismo (sistema delirante, tema de los delirios, grado de organización y cómo afectan a la vida del niño). Se debe hacer referencia al tipo de delirio (somático, de referencia e inflencia, congrencia con el estado de ánimo, etc.). Se explorarán las preocpaciones del niño: pensamientos, obsesiones, complsiones, fobias, ideas hipocondríacas. Para valorar el pensamiento abstracto es fndamental la edad del niño o adolescente, ya qe éste se forma en las fases más avanzadas del desarrollo del pensamiento. La concretización (incapacidad de abstracción) es reflejo de etapas más precoces del desarrollo del pensamiento en la niñez, y se pede valorar pregntando por similitdes o diferencias, y especificando la idoneidad de las respestas. Hay qe valorar la capacidad el niño para centrarse en na tarea y mantener s atención así como la distraibilidad a estímlos externos. El niño con déficit de concentración no esccha lo qe se le dice y cambia de actividad sin centrarse en ningna. Se debe investigar si en el colegio termina las tareas. La falta de atención se manifiesta más en sitaciones de abrrimiento y fatigabilidad. V. Sensopercepción. En el niño son más frecentes las alcinaciones aditivas qe visales. Voces qe hablan sobre él, voces qe hablan entre sí, voces imperativas, ridos o sonidos. Las alcinaciones visales selen relacionarse con el cadro general. Conviene anotar con detalle las características de las
alcinaciones. Las alcinaciones visales, olfativas o gstativas sgieren n posible trastorno mental orgánico, sobre todo si se presentan en asencia de alcinaciones aditivas. Peden aparecer sensaciones de cambio personal o percepción de qe se deforma, engorda o adelgaza algna parte de s cerpo. VI. Comportamiento instintivo. Registramos cómo el niño o adolescente es capaz de controlar ss implsos hostiles, agresivos, afectivos o sexales. VII. Psicomotricidad. Se anotará la condcta motora del niño (marcha, agilidad de movimientos, movimientos involntarios o anormales) y el ritmo de movimiento (tamborilear con los dedos, inqietd, hiperactividad, etc.). VIII. Descripción general y respuesta a la entrevista. Se valorará el aspecto general del niño (características faciales, higiene, altra, peso, edad aparente/cronológica, aspecto feminizado o masclinizado según s sexo, aspecto saldable o enfermizo) y la actitd hacia el psiqiatra: cooperativo, amigable, defensivo, hostil, evitativo. Oscilaciones a lo largo de la entrevista. Registraremos el grado de conciencia o comprensión qe tiene el niño/ adolescente de sfrir n problema o enfermedad, así como la capacidad de revisar las casas y llegar a na solción. IX. Fiabilidad. Registraremos la fiabilidad de la información obtenida, tanto del paciente como de las demás personas qe nos la han aportado. La fiabilidad depende tanto de la capacidad intelectal y patología psíqica de los informantes, como de la motivación de los mismos. Exploraciones. En toda historia clínica psiqiátrica, pero particlarmente en psiqiatría infantil, debe realizarse na exploración física general para descartar o confirmar posibles enfermedades físicas. Dentro de la exploración física se debe prestar especial atención a la realización de na detallada exploración nerológica y de los estdios complementarios necesarios. Hoy en día se tilizan diversos tipos de exploraciones médicas tales como estdios de marcadores biológicos (determinación de aminas, precrsores y metabolitos, estdios de actividad enzimática, estdios de receptores, prebas neroendocrinas y prebas farmacológicas), estdios nerofisiológicos, registro poligráfico del seño y exploraciones por neroimagen tales como la tomografía axial compterizada (TAC), resonancia magnética nclear (RMN) o, en el ftro, tomografía por emisión de positrones (TEP). Dentro de la evalación clínica, las exploraciones psicológicas son n método de ayda y de aporte de datos para qe podamos llegar a la comprensión integral del niño o adolescente. Los tests psicológicos son prebas estandarizadas y contrastadas qe permiten comparar los resltados obtenidos por n niño con n grpo control.
De na forma general, se peden clasificar los tests en tests de nivel intelectivo y tests de personalidad, qe a s vez peden ser tests proyectivos o cestionarios de personalidad. Existe na gran cantidad de tests qe se tilizan según las características particlares de cada niño, fndamentalmente la edad. El hecho de qe hasta los 3-4 años no exista n lengaje sficientemente desarrollado marca el límite: antes de esta edad se tilizan los tests preverbales, despés ya se tilizan tests en los qe interviene el lengaje fndamentalmente. Los tests intelectivos se tilizan para medir la inteligencia del niño y valoran el éxito o el fracaso, frente a na serie de tareas, ya estandarizadas. Los resltados globales se expresan en cocientes de desarrollo o cocientes intelectales qe gardan mcha relación con la edad. Los tests preverbales se tilizan en niños menores de 5 años y, según las respestas obtenidas, valoran los resltados mediante n cociente de desarrollo (cociente de desarrollo = edad de desarrollo/edad cronológica) el cal sele tener algna relación con coeficiente de inteligencia (CI) qe ese niño tendrá en la adolescencia. Algnos de estos tests son el Test de Gessel, Test de Brnet-Lézine o el Test de Casati-Lézine. Test entre 4 y 10 años se tilizan tests como el de Binet-Simon y ss derivados, Test de Terman-Merrill y la Neva escala métrica de inteligencia (NEMI). Estos tests no tienen en centa las fnciones intelectales individales qe entran en jego en la valoración de la capacidad intelectiva. Los resltados se dan con referencia a la edad y expresan el grado de dispersión respecto a na media de edad. Determina el Cociente Intelectal (CI= Edad mental/edad cronológica) y s principal problema de estos tests es qe los resltados están my inflenciados por las adqisiciones. Weschler Intelligence Scale for Children (WISC, WISC-R) y WPPSI (en s versión preescolar). Estas prebas son derivadas del WAIS (Weschler-Belleve Adlt Intelligence Scale) el cal sólo pede ser tilizado a partir de los 12-15 años. El WISC se sa desde los 6 años y el WPPSI en niños de 4-6 años. El WISC comprende 6 sbtests verbales y 6 no verbales. Se obtiene na nota verbal y otra maniplativa, qe combinadas dan na nota global (CI) la cal es n resltado estadístico (n CI de 100 corresponde al percentil 50). Es n CI estándar, a diferencia del CI de edad del test de Binet-Simon. Tests intrmentales. Tienen como fin la exploración de aspectos determinados de las fnciones cognitivas (lengaje, organización espacial, esqema corporal...). Los más importantes son el Test de imitación de gestos de Berges-Lézine (explora el conocimiento del esqema corporal), Test de Bender (explora la organización grafoceptiva), Test de la figra de Rey (explora la organización espacial, la atención y la memoria inmediata), Test de Benton (evalúa la organización visomotriz y la memoria diferida).
Tests para la exploración del lengaje son el Borel-Maisonn y Test de lexicometría (de l'Aloette) Los tests de personalidad no dan como resltado na pntación, sino na valoración calitativa de los componentes afectivos de la personalidad. Todas las respestas emitidas son válidas y significativas. Se peden dividir en dos grpos: cestionarios y tests proyectivos. Los cestionarios de personalidad son cestionarios atoaplicados, basados en el MMPI. (Minnesota Mltiphasic Personality Inventory). Este tipo de cestionarios no se peden aplicar antes de los 16-18 años. Otros cestionarios de este tipo son : 16PF (cestionario factorial de personalidad), EPI (cestionario factorial de personalidad), EPQ (cestionario de personalidad), CAQ (cestionario de análisis clínicos). Los tests proyectivos se basan en la aceptación de qe toda la proyección pede ser interpretada. Se expone al sjeto a n estímlo sficientemente ambigo para qe proyecte s problemática interna. Las condiciones en qe se realiza el examen deben ser favorables. Estos tests son my útiles en psiqiatría infantil. A continación vamos a referirnos a los de más frecente so en clínica diaria. El Test de Rorschach se compone de 10 láminas compestas por manchas con simetría axial. Se interpretan los datos obtenidos a distintos niveles. Se considera el modo formal de las respestas y ss contenidos. El TAT (Test de apercepción temática) está formado por 30 láminas qe representan escenas con personajes y sobre las qe se debe contar na historia inventada, acorde a lo qe sgiere el material. En el CAT los personajes hmanos han sido sstitidos por animales y está destinado a niños peqeños. El test Pata negra consiste en na serie de dibjos en los qe hay na familia de cerditos, en la qe no de ellos tiene na pata negra, qe se encentra en sitaciones qe exploran los diversos conflictos infantiles. Otros tests de este grpo peden ser el Test de Rosenweig (evalúa la tolerancia a la frstración), el Test de Bonnet Stein (frases qe hay qe completar) y el Test de las fáblas de Düss. Los tests de la familia, de la figra hmana y el del árbol son variantes del dibjo infantil qe sólo precisa n material simple (na hoja y n lápiz) y en ellos intervienen tanto las calidades prácticas y cognitivas del niño como las proyectivas. Formlación diagnóstica
Formlación Clínico-terapética Evolción y pronóstico (catamnesis) Tabla 8. Clasificación de los tests según la edad de aplicación Menores de 5 años: Gessel Brnet-Lézine Casati-Lézine 2-6 años: Sceno-test de Von Staabs 3-11 años: Berges-Lézine CAT Pata Negra 4-7 años: Bender WPPSI 4-10 años: Binet -Simon Mayor de 4 años: Terman-Merrill 5-12 años: Zazzo 6-15 años: WISC 8-11 años: Mises Perron-Borelli Mayor de 8 años: Benton Mayor de 11 años: TAT Mayor de 15 años: WAIS Mayor de 17 años: MMPI A todas las edades: Rorschach
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3.EXAMEN PSICOMOTOR.EXAMEN DEL LENGUAJE. EXAMEN MEDIANTE TECNICAS PSICOMETRICAS. FORMULACION DIAGNOSTICA Autor: R. García- Pardo Sagarna Coordinador: L. Goenechea Alcalá- Zamora, Toledo
EXAMEN PSICOMOTOR Se ha profndizado drante este siglo (Gesell, Stamback, McGrew, Ajriagerra...) en el estdio de la madración comportamental. Ello nos ha llevado a n mejor conocimiento del fncionalismo del sistema nervioso desde na perspectiva onto y filogenética, a enfatizar la necesidad del diagnóstico precoz de anomalías y a na definición de los contenidos de la evalación de la psicomotricidad. Los déficits, en particlar en las esferas sensorial, motórica o mental, peden empañar y alterar el desarrollo madrativo normal. Es en este sentido, qe el examen psicomotor adqiere importante relevancia en paidopsiqiatría. Las prebas qe se exponen en esta sección se refieren principalmente a la exploración del niño. En el adolescente, objeto de modificaciones corporales intensas, la imagen del cerpo y el esqema corporal son pntos capitales de exploración.
INTERROGATORIO Segirá las patas de la historia clínica, núcleo fndamental de na orientación diagnóstica correcta. Habrá qe precisar con claridad el cadro clínico. Será preciso renir todos los datos personales y familiares del niño o adolescente. Nos centraremos ahora en algnos aspectos generales de la anamnesis y del desarrollo neropsicológico: Embarazo e incidencias. Motor y psicológico: reflejos arcaicos, postra, dominancia lateral, coordinación y eqilibrio, actividades perceptivas. Intelectivo: diferenciación específica a partir de los 6 años, prelógico, concreto; qehaceres habitales, jegos y relajación. Hábitos higiénicos: control de esfínteres. Lenguaje: expresión y comprensión. Historia médica.
Desarrollo emocional.
EXPLORACION Distingiremos dos niveles prácticos, la Motricidad gresa y la Motricidad fina: Motricidad gruesa Tono msclar. Desarrollo postral. Coordinación. Esqema corporal. Mociones perceptivas. Motricidad fina Prensión y maniplación. Coordinación visomotriz y visoespacial. Tono muscular Todo movimiento es el resltado de la actividad neral de mchas fentes qe actúan sobre neronas motoras primarias, las qe a s vez reciben aferencias del nervio periférico, de la nión neromsclar y fibras msclares. El tono es no de los resltados finales de este complejo sistema. Por otra parte, se ha enfatizado sobre el papel qe jega el tono msclar en lo qe se ha denominado el "diálogo corporal" o expresión corporal de afectos, emociones y experiencias o procesos cognitivos de natraleza compleja y difícil determinación en elementos aislados (Bcher, citado por Márqez Sánchez MO) (1). De esta acepción se ha derivado la de hábito tónico, na forma de habitar la propia corporeidad y de encontrarse en el mndo. Al evalar la tonicidad, hay qe recordar qe el recién nacido normal es hipertónico (predominio en el tono flexor de ss extremidades), debido al infljo de las estrctras sbcorticales, mientras el desarrollo cortical no inhiba este efecto, hecho qe acontecerá gradalmente drante el primer año. En la sistematización de Bcher para exploración de la tonicidad (1), se evalúan tres aspectos fndamentales: extensibilidad, pasividad y relajación. La extensibilidad se estima por: a) presión para flexionar brazo, antebrazo y mñeca; b) flexión de pierna sobre mslo y mslo sobre tronco. Las observaciones inclyen: hiperlaxia, variaciones brscas del tono, anclajes de la contracción y recperación correcta. La pasividad por movilización activa de miembros speriores e inferiores; las observaciones son: no resistencia, no contracción, balanceo y tensión correcta.
La relajación se evalúa en decúbito spino; las observaciones: ansiedad, rigidez, reticencia y satisfacción. Desarrollo postural y locomoción Como ya expsimos, la hipertonía propia del recién nacido disminye a la vez qe se incrementa el tono axial, propiciándose la postra erecta, lo qe ocrrirá entre 6 meses y 1 año. Con carácter orientativo: Reptación entre 2 y 3 meses. Control de la cabeza sentado hacia los 3 meses. Posición erecta del cerpo con ayda alrededor de los 8 meses. Se sostiene y camina sjeto hacia los 9 meses. Camina sin ayda desde los 10 meses. Deamblación bien establecida entre 15 y 18 meses. Corre, sbe y baja escaleras a los 2 años. Coordinación Esta fnción, básicamente cerebelosa, se explora observando al niño en actividades como el vestirse, correr, sortear obstáclos... Prebas más específicas son: talon-rodilla, dedo-nariz, entre otras. Esquema corporal Es la representación qe cada no se hace de s propio cerpo. Actalmente se entiende qe s adqisición se realiza a los 12 años. Los estdios conclyen en qe es na fnción parietal. Entre las alteraciones del esqema corporal se describen las somatoagnosias. La atopognosia es la incapacidad para reconocer partes del propio cerpo, del cerpo de otros o de figras y también de señalarlas y denominarlas (no confndir con afasia). En la agnosia digital no se distingen entre si los propios dedos, en la agnosia derecha-izqierda, está afectada la diferenciación entre ambos lados. Existen varias maniobras para explorar el esqema corporal: Partes del cerpo. Pedir al niño qe identifiqe partes de s cerpo qe el examinador va señalando. A los dos años el niño tiliza el lengaje y sabe qe algnas partes de s cerpo tienen nombre. Diferenciación derecha-izqierda. Un niño de 6 años sabe cál es s derecha y s izqierda. Benton ha diseñado prebas de dificltad creciente para evalar esta fnción (2). Agnosia digital. Antes de los 2 años, los niños saben qe tienen dedos en manos y pies, anqe desconocen s número, el conocimiento de los números
1 al 5 y 5 al 10 evolciona con el conocimiento de los dedos. Despés de los 4 años, los dedos se tilizan para contar, smar y restar. Nociones perceptivas Existen mchas prebas para explorar la orientación espacial del niño. El tablero de Terman y Merril consta de tres figras: triánglo, círclo y cadrado, qe deben ser encajados en ss contornos respectivos, registrándose el tiempo empleado y la colocación correcta. Las figras de Gesell peden ser my útiles al respecto. Prensión y manipulación Como patas generales sobre la prensión: a los 4 meses es palmar, a los 10, digital con el índice extendido y hacia los 12 meses hay correcta aposición del plgar. a los 15, la liberación prensil es correcta, de los 15 a los 18 meses la prensión de lápiz y cchara es más bien palmar y a los 3 años se adqiere la correcta prensión (1). En lo referente a la maniplación; a los 4 meses es capaz de alcanzar objetos; a los 6 mestra movimientos bimanales y simétricos; a los 10 manifiesta ser nidiestro; a los 12 es capaz de pasar las hojas de n libro; a los 15, de pie o sentado, tira, arrastra y traslada objetos, come algnas cosas por sí solo, coopera al vestirlo y hace torres con 6 cbos; a los 3 años hace torres con 9 cbos e inicia actividades por si mismo como lavarse, secarse las manos, intenta ponerse los zapatos (1). Coordinación visoespacial y visomotriz La incapacidad para analizar complejas constelaciones de estímlos o para tradcir percepciones en acciones motoras adecadas, es propia de la enfermedad cerebral. La capacidad del nivel visoperceptivo se explora por medio de test qe exijan el reconocimiento de figras fragmentadas o escondidas. La capacidad visoconstrctiva por medio de la constrcción de figras tridimensionales. El Test gestáltico visomotor de Bender aporta valiosa información acerca del fncionamiento de dicho nivel (3). EXAMEN DEL LENGUAJE El lengaje ha sido definido como "el resltado de na actividad nerviosa compleja qe permite la comnicación interindividal de estados psíqicos a través de la materialización de signos mltimodales qe simbolizan estos estados de acerdo con na convención propia de na comnidad lingüística" (Lecors, citado por Peña Casanova J.) (4). Así como en el adlto el lengaje es na sitación claramente estrctrada, en el niño la sitación es bien distinta, toda exploración debe sitarse en el contexto del desarrollo evoltivo. Con Ajriagerra (5) señalaremos tres etapas en el desarrollo ontogénico del lengaje: prelengaje, peqeño lengaje y lengaje.
Prelenguaje (hasta 12-13 meses). Partiendo de los gritos qe expresan malestar fisiológico, se constitirán las formas de comnicación entre el niño y el medio. Por medio de los primeros sonidos expresará toda na gama de sensaciones qe van desde cólera a placer. Hacia el primer mes aparecerá el balbceo, na serie de sonidos no especificados en respesta a nos estímlos también inespecíficos. Entre 6 y 8 meses, aparece el período de ecolalia, el bebé responde a la palabra del adlto mediante na especie de melopea homogénea y contína. Pequeño lenguaje (hasta los 3 años). Aparecerán (10-13 meses) las primeras secencias dotadas de sentido, generalmente en n contexto de ecolalia; serán sonidos de pobre rendimiento, pero de fácil comprensión ("mamá", "papá"...). A los 12 meses n niño pede haber adqirido n vocablario de 5-10 palabras, a los 2 años el vocablario pede ser de hasta 200 palabras. Con la adqisición de nevas palabras, el vocablario se modifica como sistema activo en elaboración; las adqisiciones en el campo del vocablario originan cambios en el campo de la frase. Hacia el año y medio, el niño tilizará las mismas palabras para diversas sitaciones y, a la inversa, mchas palabras de varios significados para la misma sitación. Por entonces el niño comenzará a realizar el empleo diferenciado de los elementos de la frase; tilizará palabras-frase antes de nir las palabras en la relación sjeto-predicado, practicando na rdimentaria sintaxis. Lenguaje (a partir de los 3 años). Se caracteriza por n enriqecimiento cantitativo (gran amento del vocablario) y calitativo (abandono de las estrctras del lengaje infantil sstityéndolo por constrcciones similares a las del lengaje del adlto). La introdcción del "yo", es na primera etapa en este contexto. A los 4 ó 5 años, con na organización semiótica my compleja, el niño podrá prescindir del soporte no verbal para comnicarse; pasa así del lengaje implícito (precisa información extralingüística) al lengaje explícito (se basta a sí mismo). A los 5-6 años se posee n bagaje verbal bastante amplio, para algnos atores sólo sería necesario incrementar el vocablario. De todos modos, aún falta n ben trecho hasta qe el lengaje se convierta en n aténtico instrmento del pensamiento, llegando a la plena conceptalización (6). INTERROGATORIO Sigiendo el método clínico se precisarà claramente la enfermedad actal y se realizará na ananmesis global, de la qe entresacamos algnos apartados por s relevancia: Antecedentes patológicos del lengaje familiar. Enfermedades específicas (trastornos aditivos...). Lenga o lengas diferentes entre padres-hijos. Escolaridad (adaptación, crso actal, lenga...).
Medicaciones potencialmente tóxicas. Lengaje y comnicación: · expresión: grito, balbceo, imitaciones, onomatopeyas, primeras palabras, palabras-frase, frases simples y complejas. · comprensión: nla, reacciones a sonidos familiares, frases interrogativas, órdenes y abstracción. EXPLORACION La mestra del lengaje obtenida en la conversación con el niño, proporciona información my útil sobre las habilidades qe ha adqirido en el manejo del lengaje, s vocablario, s actitd para asmir las reglas de la sintaxis y sobre la flidez del habla. Los sigientes pntos merecen especial consideración (7): Número de palabras diferentes utilizadas. Observar la forma del vocablario: amplio, promedio, escaso. Tipo de respuestas. El so de frases my breves (de na sola palabra) en n niño de tres años o más, indica retraso en la adqisición de las estrctras del lengaje. Integridad y complejidad de las respuestas. Canto mayor sea el niño, más avanzada será s sintaxis. Hay qe estar alerta para reconocer: mal so de pronombres (no tilizar correctamente el "yo", "mi" y el "mio"), inadecación de los tiempos de los verbos, confsiones en el so de nombres en plral, secencias erróneas de palabras al formar frases y dificltades para formar frases negativas e interrogativas. Flidez del habla. Una peqeña falta de flidez qe acontece en escolares cando están insegros de lo qe van a decir, cando compiten o están algo ansiosos, es aceptable y se considera normal. Otro problema es la disfemia, en la qe se prodcen gran cantidad de repeticiones desordenadas, formladas con dificltad y atropelladamente. Entre las alteraciones del lengaje describiremos brevemente las sigientes: Disartria. Trastorno de la articlación del lengaje por alteración del control msclar de los mecanismos del habla. Es n trastorno motor del habla de origen nerológico, casado por lesión del sistema nervioso central o periférico. Disglosia. Trastorno de la expresión del lengaje por alteraciones anatómicas de los órganos fonatorios (4).
Dislalia. Trastorno en la prodcción fonológica, generalmente por dificltad en el aprendizaje de los rasgos distintivos de los fonemas (4). Peden ser aisladas o asociadas a retrasos evoltivos del habla. Disfonía. Alteración de las características acústicas de la voz. S grado extremo es la afonía. Retraso del lengaje. Falta del desarrollo del lengaje a la edad qe normalmente se presenta. Estos trastornos abarcan n espectro qe va desde la dislalia hasta la afasia congénita. Dislexia. Dificltad en la adqisición de la lectra en la edad promedio habital, en asencia de déficit sensorial. Afasia. Trastorno adqirido del lengaje por lesión cerebral. Generalmente no ocasiona en el niño la devastadora clínica qe origina en el adlto, merced a las posibilidades brindadas por nmerosas vías spletorias. EXPLORACION MEDIANTE TECNICAS PSICOMETRICAS En los albores del pesamiento del presente siglo, Alfred Binet, psicólogo, y Theodor Simon, médico, elaboraron na escala de inteligencia standarizada para so en centros edcativos. Desde entonces, la noción de medida en psicopatología, así como la necesidad de someter la evalación clínica a las nevas exigencias metodológicas, han favorecido la creación de n gran número de prebas psicométricas. Las escalas de evalación en Psiqiatría infanto-jvenil, peden ser clasificadas según algnas características: Forma de la medida Atoevalación. Heteroevalación. La atoevalación reslta realista cando la formlación es adecada al nivel de desarrollo del niño y asiste n acompañante qe pede cerciorarse de la clara comprensión. La heteroevalación reúne información de diversas fentes (eqipo médico o entorno del niño), adapta la entrevista la nivel del niño y evita calqier referencia al nivel de lectra. Naturaleza de la medida Escalas de nivel. Escalas de personalidad. Escalas sindrómicas. Escalas globales.
ESCALAS DE NIVEL Inclímos bajo este epígrafe, las escalas de madración psicopedagógica e inteligencia. "Baby test".-Test de Gesell, Brnet-Lézine. Evalúan na serie de comportamientos baremados para cada edad, estdiando parámetros relacionados con condcta verbal, motriz, personal-social y adaptativa. Se aplican al lactante y al niño peqeño. Obtienen na edad de desarrollo (ED) y n coeficiente de desarrollo (CD), qe relaciona la edad del desarrollo con la edad real (8). Binet-Simon, Terman Merrill, NEMI. Se aplican en la segnda infancia. Parten del original de Binet. Son escalas de edad qe tradcen para cada niño el adelanto o retraso de desarrollo intelectal, definiendo na edad mental (EM). Han sido criticados por conceder excesiva importancia a las adqisiciones escolares (8). Escalas de maduración neuropsicológica. Test de Bender (organización perceptiva), escalas de estdio de la lateralidad, de la coordinación y escalas madrativas (Otzeretzky, Picq-Vayer). Escalas de Inteligencia. El Wechler Preschool and Primary Scale of Intelligence, para niños entre 4 y 6 años y ss versiones para niños mayores, distingen las prebas del lengaje de las no-verbales. El WISC comprende 5 sbtests verbales (información, comprensión, semejanzas, vocablario, aritmética) más no splementario (dígitos) y cinco sbtests maniplativos (figras incompletas, historietas, cbos, claves, rompecabezas) más no splementario (laberintos); combinando el conjnto de los sbtests de cada na de las escalas se obtiene na pntación verbal y na maniplativa, cya combinación da na nota global (CI). Se trata de notas estadísticas baremadas sobre na media de 100 y na desviación estándar de 15; por lo cal la normalidad estará entre 85 y 100. El CI debe ser valorado, ante todo, en n contexto clínico, qe tenga en centa cales han sido las condiciones al realizar la preba. Por otra parte, la fiabilidad test-retest en niños es menor qe la qe se observa en adltos; variabilidad qe pede abarcar la desviación estándar y en algnos casos más pntos (8). Escalas de evaluación psicopedagógica. Entre ellas, mencionar: la Preba de Comprensión Lectora (CL) de A. Lázaro Martínez, Dos Prebas de Comprensión Lectora (CLT) de A. Sárez Yáñez y P. Moncra (9) y el Test de Análisis de la Lectoescritra (TALE) de J. Toro y M. Cervera (10). TEST DE PERSONALIDAD
Estdian los componentes afectivos de la personalidad, realizando na evalación cantitativa de los procesos psíqicos qe participan en la organización de la personalidad. Dos tipos: cestionarios y tests proyectivos. Cuestionarios. C. de personalidad infantil de Cattell. Diseñado para ser respondido por niños de 6 a 12 años, pntúa refiriéndose a 12 rasgos de personalidad analítico-factoriales. No ha sido tilizado de modo generalizado (2). Tests Proyectivos. Basados en el concepto de proyección. La interpretación de n estímlo reside en la problemática interna del sjeto. Comentaremos tres: Test de Rorschach. Se pede aplicar al niño sin más limitación qe las posibilidades de expresión verbal. Consiste en 10 manchas de tinta: cinco en blanco y negro, las restantes policromadas, qe se presentan en cartlinas nmeradas (I a X). La técnica de interpretación se basa en prespestos psicodinámicos (procesos primario y secndario, nivel de organización libidinal, mecanismos de defensa del yo...). En n primer nivel se analiza: respestas globales en relación a los detalles, importancia de los detalles blancos, calidad de los determinantes formales, respestas cinestésicas y de color (definen la resonancia íntima: extrovertido, introvertido, ambigüo o coartado), respestas totales por lámina...En el segndo nivel: la natraleza de los procesos psíqicos qe articlan el nivel perceptivo con el imaginativo (11). Test de Apercepción Temática (TAT). Compesto por 30 láminas qe presentan escenas con personajes en sitación ambigüa, excepto la última qe es blanca. El paciente debe contar na historia inventada de acerdo con el material qe se le ha presentado. Pede aplicarse a partir de 11-12 años. "Lápiz y papel". Qe precisa n material my redcido y es na variante del dibjo infantil. La observación de cómo manipla el niño el lápiz y el papel, proporciona información valiosa. El dibjo de la figra hmana, del árbol, de la familia, son instrmentos axiliares en la exploración.
ESCALAS SINDROMICAS Hiperactividad Escala de Conners (12). S objetivo es evalar la condcta en casos de T. hipercinético. La escala para padres consta de 93 items qe estiman la gravedad sintomática y las circnstancias de aparición de la sintomatología. El cestionario para maestros consta de 39 items, qe exploran la participación grpal, las relaciones con la atoridad y la condcta general. Existe na forma abreviada, con los 10 items más sobresalientes, y pede ser realizada por padres, maestros o calqier otro observador en los protocolos de tratamiento. Por análisis factorial se perfilan catro factores: trastornos de condcta, distraibilidad-pasividad, hiperactividad y tensión-ansiedad.
Otras escalas: "Diagnostic Interview for Children and Adolescent (Loney, 1.987), " Hiperkinetic Rating Scale (Davis) y el Inventario para Maestros de Qay y Peterson. Depresión "Children Depressive Rating Scale-Revised", (CDRS-R) (Escala de pntación de la depresión en la infancia- revisada) (13). Inspirada en la escala de depresión del adlto de Hamilton. Consta de 17 items, 14 precisados sobre el discrso del niño, 3 referidos al plano no verbal. Cada item se pntúa de 1 a 7; significando 1 n comportamiento normal, 3 na patología leve y 5 o más na psicopatología severa. Algnos items como los referidos a seño, alimentación y los aspectos verbales pntúan de 1 a 5. Una pntación final de 40 a 60 caracteriza n estado depresivo moderado o ligero; sperior a 60 estima n estado depresivo severo. "Children Depression Inventory" (CDI) (Cestionario de depresión para niños) (14). Es na adaptación del cestionario de Beck de la depresión (BDI). Consta de 27 items, a cada no de los cales corresponden tres frases, nmeradas de 0 a 2. El niño debe escoger la qe mejor se adecúe a s estado afectivo en los últimos días. Se aplica a niños y adolescentes de 7 a 17 años. Otras escalas y cestionarios estrctrados son: "Schedle for Affective Disorders and Schizophrenia", (K-SADS) (Cestionario infantil para los trastornos afectivos y la esqizofrenia) (15), y el "Diagnostic Interview for Children and Adolescent", (DICA) (Entrevista diagnóstica para niños y adolescentes) (16). Trastorno obsesivo compulsivo "Leyton Obsessive-complsive Inventory-Children Version", (LOI-CV) (Inventario de obsesiones de Leyton) (17). Es na adaptación de la versión del adlto. Consta de 44 items, qe se responden entre sí o no, según estén presentes o asentes. Se valora también la interferencia qe en el fncionamiento del niño ocasionan las obsesiones y ritales y la capacidad del niño de resistir las complsiones. Se aplica a niños y adolescentes de 8 a 18 años. Es na escala de atoevalación. El LOI-CV diferencia significativamente a los niños obsesivos de los controles. "Yale-Brown Obsessive Complsive Scale for Children" (YBOCS-C) (Escala obsesivo complsiva Yale-Brown) (18). Adaptación de la escala de Goodman para los adltos. Valora: obsesiones y rasgos de personalidad obsesiva. Es na escala de heteroevalación. Ansiedad "Revised Children's Manifest Anxiety Scale", (CMAS-R) (Escala Revisada de ansiedad manifiesta para niños) (19). Evalúa el estado general de ansiedad en
el niño. Compesta por 53 items, de los qe 42 corresponden a ansiedad, siendo el resto items "falsos". Es atoaplicada y de fácil respesta (sí o no). "State-Trait Anxiety Inventory for Children", (STAIC) (Cestionario de ansiedad rasgo-estado para niños) (20). Consta de dos sbescalas de 20 items cada na. Miden: ansiedad transitoria y generalizada. Autismo "Childhood atism Rating Scale", (CARS) (Escala de pntación del atismo en la infancia) (21). Se considera na escala con elevado poder discriminativo. Está formada por 15 items, qe pntúan de 1 a 4. Se clasifica a los niños según la intensidad de los síntomas: no atista (15-29,5), atismo moderado (30-36,5) y atismo severo (37-60). "Behavior Rating Instrment for Atistic and Atipical Children", (BRIAAC) (Instrmento de pntación de niños atistas y atípicos) (22). Explora algnas áreas de la condcta del niño: relación con los adltos, vocalización, lengaje, comnicación, respesta social...Los resltados reflejan desde la normalidad a la afectación más severa. Otros: "Behavior Observational Scale for Atism", (BOS) (Escala de observación de la condcta para el atismo) (23); ECA, (Escala de comportamientos atísticos) (24); ABC, (Listado de condctas para el atismo) (25). ESCALAS GLOBALES "Child Behavior Check-list", (CBCL) (Listado de comprobación de la condcta del niño) (26). Estdia el comportamiento de los niños de 4 a 16 años. Obtiene información acerca de trastornos emocionales, comportamentales y sociales. Evalúa: competencia del niño en las tareas habitales de la vida cotidiana, las relaciones sociales y los rendimientos escolares. La CBCL parece ser n instrmento fiable para distingir niños con psicopatología de población general. Posee na sensibilidad del 67% y na especificidad del 74% (27). "Child Psichiatric Rating Scale" (28). Evalúa el campo de la psicopatología infantil por medio de 63 items. Estdia los sigientes perfiles psicopatológicos: I síntomas psicóticos, II hostilidad, III hiperactividad, IV ansiedad, V trastornos del pensamiento, VI sintomatología nerótica, VII depresión, VIII excitabilidad afectiva, IX retraimiento, X antisocialidad, XI sintomatología orgánica, XII trastornos del lengaje, XIII trastornos del seño, XIV alimentación y XV enresis. "Children Global Assessment Scale", (C-GAS) (29). Evalúa globalmente los trastornos mentales del niño. Condce a na pntación entre 1 y 100. Se hace referencia al nivel de fncionamiento por tramos de 10 pntos (nivel 1 a
10, nivel 11 a 20...nivel 91 a 100). Las pntaciones speriores a 70 indican n ben nivel de fncionamiento; las inferiores a 50 señalan a niños con necesidad de intervención terapética. Esta escala deriva de otra anterior, la GAS. Los atores del DSM-III-R (APA, 1987) se inspiraron en la GAS y en la CGAS para desarrollar el eje V (Evalación Global del Fncionamiento).
FORMULACION DIAGNOSTICA La elaboración diagnóstica en Psiqiatría infanto-jvenil es compleja. La psicopatología del niño y adolescente presenta na serie de mediadores, qe la hacen diferente a la psicopatología general (del adlto). Intentar na definición de la formlación diagnòstica en el total de los trastornos psicopatológicos es impensable en el contexto de esta peqeña sección. La evolción, el desarrollo, condiciona totalmente la psicopatología. Por na parte, hay síntomas qe peden considerarse normales o patológicos a tenor del desarrollo. La emisión espontánea de orina noctrna se considera anormal y se diagnostica como enresis en n niño de 6 años; pero no en no de 3. Los ritales obsesivos o complsivos, vivenciados lúdicamente, se peden considerar normales en n niño de 9 años, por ejemplo; pero no a otras edades. Por otra parte, existen trastornos específicos para algnas edades, pensemos en los trastornos generalizados del desarrollo; por contra, nadie pretendería diagnosticar n trastorno de personalidad en n niño de 2 años. El énfasis se debe poner en el niño o adolescente como n ser en desarrollo; el conocimiento de las etapas del desarrollo es fndamental en psicopatología infantil. El clínico debe observar el comportamiento habital del niño o adolescente y compararlo con el esperado para la etapa del desarrollo. La familia es esencial en el desarrollo emocional, cognitivo y social de niños y adolescentes. Constitye el primer y más importante agente de socialización. Desde esta perspectiva, calqier fenómeno qe altere de modo importante el fncionamiento familiar, tiende a alterar e interferir en el desarrollo y condcta del niño o adolescente. En algnas ocasiones es preciso n análisis formal de la dinámica familiar antes de elaborar conclsiones diagnósticas. Factores importantes a valorar son: el grado de tolerancia de los padres ante el comportamiento de los hijos, el qe frecentemente se impliqen en la psicopatología (colaboración en ritales del TOC, patas inadecadas en leves trastornos...) y la posible existencia de psicopatología en ellos mismos. Anqe los padres sean los principales sministradores de información, no deben ser los únicos; otras fentes deben ser consltadas. La información debe ser diversificada, han de esccharse las opiniones de otras personas del entorno (maestros, otros familiares...). Generalmente, los niños y adolescentes son traídos a conslta por ss padres; los niños desconociendo los motivos, los adolescentes en claro desacerdo. El
papel del jego es esencial en la aproximación, exploración y obtención de na bena relación con el niño; las dificltades ante el adolescente son enormes, la imagen de adlto del terapeta ante aqél. Como vemos, la sitación es my diferente al caso del adlto qe acde a na entrevista relativamente consciente de s trastorno o sfrimientos. Los antigos temores exagerados a las contractitdes ocasionadas por los diagnósticos, deben ser, en cierto modo, abandonados. Si bien, es cierto qe no se debe "rotrar" a los niños o adolescentes con diagnósticos de trastornos qe se sperarán con el tiempo y qe pedan interferir con el desarrollo posterior. Tras na entrevista clínica, con s historia y s exploración psicopatológica, se impone n diagnóstico, base de la opción terapética. Es importante comentar las variaciones y diferencias en las clasificaciones nosológicas internacionales más actales. Ejemplificaremos este tema con la ansiedad infantil. En la DSM-III-R (30), los trastornos por ansiedad en la infancia y adolescencia son: Trastorno por angstia de separación, evitación y ansiedad excesiva; cando en la CIE-10 se contemplan en este contexto cinco categorías: trastorno por ansiedad de separación, ansiedad fóbica, hipersensibilidad social, rivalidad entre hermanos, otros trastornos y el trastorno sin especificación. Parece qe las concepciones acerca de la ansiedad infantil son my diferentes de na clasificación a otra. El solapamiento entre trastornos es frecente. Pensemos: trastorno hipercinético-trastorno de condcta, depresión-trastorno de condcta, ansiedad de separación-fobia escolar, sólo por citar algnos ejemplos. Respecto al último, actalmente se piensa qe son trastornos diferentes; así en la ansiedad de separación, la angstia del niño se manifiesta siempre qe se separa de la madre o persona significativa, mostrando el niño temores y miedos irracionales sobre posibles daños qe pedan acontecer a aqellas personas; mientras qe en la fobia escolar el miedo está centrado en el colegio. El rechazo escolar será en nos casos na fobia estricta, en otros na respesta fóbica en n trastorno por ansiedad de separación. El diagnóstico diferencial pede ser complicado. El trastorno de condcta o disocial, debe ser evalado en profndidad, descartando otros trastornos psicopatológicos (esqizofrenia,trastornos del estado de ánimo, trastorno hipercinético). En ocasiones será la evolción y el pronóstico, tan diferente en no otro caso, qienes contribirán a n diagnóstico definitivo. BIBLIOGRAFIA 1. Márqez Sánchez MO. Evalación del desarrollo psicomotriz. Ed. Pirámide. Fernández Ballesteros R. Segnda edición. Madrid, 1993. pp 284-314. 2. Benton AL. Tests psicológicos infantiles. Ed. Salvat. Kaplan JI, sadock BJ. Segnda edición. Barcelona, 1989, pp 1619-1628. 3. Benton AL. Tests psicológicos para lesiones cerebrales. Edi. Salvat. Kaplan JI, Sadock BJ. Segnda edición. Barcelona, 1989, pp529-537.
4. Peña Casanova J. Introdcción a la patología y terapética del lengaje. Masson S.A. Ed. Segnda edición. Barcelona, 1994, pp 1-16. 5. Ajriagerra J, Marceli D. Psicopatología del lengaje. Masson S.A. Segnda Edición. Barcelona, 1987, pp 101-106. 6. Ajriagerra J. Organización y desorganización del lengaje infantil. Editorial Toray Masson. Primera edición. Barcelona, 1972, pp 320-345. 7. Ahlskoy JE, Aksamit J. Exploración del recién nacido y del niño. Ed. JIMS. Primera edición. Barcelona, 1992, pp 320-345. 8. Ajriagerra J, Marceli D. Psicopatología de las fnciones cognitivas. Ed. Masson. Segnda edición. Barcelona, 1987,140-165. 9. Rome y Bes J. Trastornos Psicológicos en Pediatría. Ed. Doyma. Primera edición. Barcelona, 1990, pp 77-118. 10. Toro J, Cervera M. TALE. Test de análisis de lectoescritra. Visor Distribciones S.A. 1990. 11. Ajriagerra J, Marceli D. La exploración del niño. Ed. Masson. Barcelona, 1987, pp 60-71. 12. Conners CK, Barckley RA. Rating Scales and Checklist for Child Psychopharmacology Bll. 1985. 21:809-851. 13. Posmansky EO, Freeman LN, Mokros HB. Children`s depression rating scale-revised (september 1984). Psychopharm. Bll. 1985. 21,4: 979-989. 14. Kovacs M, Beck AT. An empirical clinical approach toward definition of childhood depression. In: Schlterbradt JG, Raskin A Eds. Depression in childhood: diagnosis, treatment and conceptal models. Raven Press. New York. 1977, pp 1-25. 15. Cahambers WJ, Pig-Antig JG, Hirsh M et al. The assessment of affective disorders in children and adolescents by Semi-Strctred Interviw: Testretest reability of K-SADS. Arc Gen Psychiatry, 1985, 42:692-702. 16. Herjainc B, Reich W. Development of a strctred interview for children: Agreement between child and parent on individal symptoms. J Abnom Psychol. 1982, 10: 307-324. 17. Berg C, Rapoport JL, Flament M et al. The Leyton obsessional inventorychild version. J Sm Acad Chid Adolesc Psychiat. 1986, 25:84-91. 18. Berg C. Behavorial assessment tecniqes for childhood obsessivecomplsive disorder in children and adolescents. American Psychiatric press. Washington. Dc. 1989. 19. Reynolds CR, Richmond BO. Revised children's manifiest anxiety scale. Western Psychological Services. Los Angeles. 1984. 20. Spielberg CD. Manal for state-anxiety Inventory for Children. Conslting Psychologist Press. Palo Alto (California). 1973. 21. Schoper E, Reichler RJ, Devellis RF, et al. Toward objetive classification of childhood atism: childhood atism rating scale (CARS). J Atism Development Disorder. 1980, 10:91-103. 22. Rttemberg BA, Kalish BI, Wear C, et al. Behavior Rating Instrment for Atistic and other Atipical Children. Philadelphia. Developmental Center for Atistic Children. 1977.
23. Freeman BJ, Schoroth P, Ritvo E, et al. The behavior observation scale for atism (BOS) : Initial reslst of factor analises. J Atism Develop Disorder. 1980, 10: 343-346. 24. Lelord G, Barthelemy C. Echelle des comportements atistiqes (ECA). Version francaise. Difftion EAP. Issy les Molineax. 1988. 25. Krg DA, Arick JR, Almond PJ. Behavior checklist for identifying severily handicaped individals whith high levels of atistic behavior. J Child Psycol Psychiatric. 1980, 21:221-229. 26. Achembach TM. The child behavior in boys aged 6-11 as. J Clin Psychol. 1978, 46:478-488. 27. Dgas M, Bovard MP, et Waller Perrote D. Echelle d evalation en psychiatrie de l'enfant. Ed. Techniqes. Ency Med Chir. Paris. 37-200-E-50, 1994, 8p. 28. Fish B. Methodology in child psychopharmacology. In: Efron DH, Cole JO, Jevine J, Witermbron JR, Eds. Psychopharmacology, a review of progress 1957-1967, PHS pblication. N 1836. U.S. Goverment Printing Office. Washinton DC. 1968, pp 989-1001. 29. Shaffer D, Gold MS, Brasic J, Ambrosini P, Bird H, Alwalhia S. A children's global assessment scales (C-GAS). Arc Gen Psychiatry. 1983, pp 1228-1231. 30. DSM-III-R. American Psychiatric Association. Washington. 1987. 31. CIE-10. Classification of Mental and Behavorial Disorders: clinical descriptions and diagnosis gideline. OMS, 1992. BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 1. Ajriagerra J. Marceli D. La exploración del niño. Ed. Masson. Barcelona, 1987. 2. Benton AL. Tests psicológicos infantiles. Ed. Salvat. Kaplan JI. sadock BJ. Segnda edición. Barcelona, 1989, pp 1619-1628. 3. Dgas M, Bovard MP, et Waller Perrote D. Echelle d evalation en psychiatrie de l'enfant. Ed. Techniqes. Ency Med Chir. Paris. 37-200-E-50, 1994, 8p. 4. Márqez Sánchez MO. Evalación del desarrollo psicomotriz. Ed. Pirámide. Fernández Ballesteros R. Segnda edición. Madrid, 1993. 5. Peña Casanova J. Introdcción a la patología y terapética del lengaje. Masson S.A. Ed. Segnda edición. Barcelona, 1994.
4.TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA.TRASTORNOS DEL SUEÑO. TRASTORNOS DEL CONTROL DE ESFINTERES Y DE LA ELIMINACION. TRASTORNOS DE LA IDENTIDAD SEXUAL Autor: T.J.Cantó Díez Coordinador: J.Toro Trallero,Barcelona
TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA Drante el primer año de vida la dependencia del niño de s persona nodriza es completa. En este periodo los problemas alimentarios selen derivar de trastornos físicos qe interfieren con la amamantación, en ocasiones se relacionan con alteraciones maternas emocionales o sociales, y a veces simplemente con inexperiencia (1). Al conclir el primer año de vida el niño bien alimentado sele haber triplicado s peso e incrementado s talla n 50% respecto al nacimiento (2). Drante el segndo y tercer año de vida el apetito desciende en la medida en qe las velocidades de crecimiento y peso se desaceleran y estabilizan en nos 5-7,5 cm/año y 2-2,5 kg/año, qe se mantienen hasta alcanzar la pbertad (2). Los padres peden preocparse por la caprichosa alimentación de s hijo, sobre todo cando aparece el negativismo propio de estas edades con intensas preferencias y rechazos por determinados alimentos. Esta fase oposicionista sele ser transitoria y transcrrir sin problemas si se les permite segir ss apetitos. Drante los años preescolares y los primeros escolares la mayoría de los niños tienen n apetito saldable, y los trastornos de la condcta alimentaria son insales; es entonces, sin embargo, cando algnos niños aprenden a tilizar la alimentación como n arma con la qe manejar a ss padres (1). La adolescencia es el último periodo de gran crecimiento. En presencia de na alimentación adecada se alcanza la estatra adlta, la madración sexal y la fnción reprodctiva. El criterio más adecado para la valoración de la adolescencia no es la edad cronológica sino la biológica (edad ósea) y s estadio físico de madración sexal (2). Al llegar la adolescencia irrmpen los dos principales problemas alimentarios: la anorexia y blimia nerviosas, con ss múltiples repercsiones en el desarrollo físico, emocional, condctal y social. No existe ningna clasificación de los Trastornos de la Condcta Alimentaria de la Infancia y la Adolescencia (TCA-IA) globalmente aceptada. El acerdo general no se extiende más allá de la pica, la rmiación, la anorexia y la blimia. Las denominaciones tilizadas se centan por decenas, y mchas de
ellas corresponden a los mismos trastornos. Ello ha dado lgar a qe cada escela orientación haya generado explicaciones etiopatogénicas particlares, generalmente redccionistas, nicasales y lineales. Los TCA-IA tienen n origen mlticasal e implican la interacción de my diversos fenómenos biológicos, psicológicos y sociales. Los TCA-IA son alteraciones sociopsicobiológicas en sentido estricto (3). Desde n pnto de vista clínico y asistencial reslta importante diferenciar los trastornos de inicio en la infancia de los de comienzo en la adolescencia. Los dos principales TCA de la Adolescencia (anorexia y blimia nerviosas) han adqirido tal entidad (incidencia cercana al 1% de la población) qe se han creado tres sociedades internacionales básicamente dedicadas a s estdio y se pblican, además de múltiples monografías (4-9), tres revistas científicas internacionales y nmerosos artíclos en revistas de psiqiatría general y de otras áreas de la medicina (10-15). Los rasgos básicos de estas entidades se describen profsamente en los apartados correspondientes de la Décima Edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades o CIE-10, y de la Carta Edición del Manal Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiqiatría o DSM-IV, y peden ser consltados en otra parte de esta obra. Sólo recordaremos aqí qe, sin variar esencialmente en ss rasgos psicopatológicos, s edad de aparición está abandonando la adolescencia para entrar de lleno en la infancia (se encentran niñas anoréxicas de 8 años de edad o inclso menos), con la lógica magnificación de las repercsiones físicas. Un rasgo básico de los Trastornos de la Condcta Alimentaria de la Infancia (TCA-I) (inclyendo la anorexia nerviosa llamada "infantil") es el retraso en el crecimiento derivado de la ntrición inadecada. Este dato es tan constante qe en la inmensa mayoría de los casos no debiera hablarse de TCA-I propiamente dichos si no existe malntrición (3). Recérdese qe na baja estatra para la edad pede ser genética, endocrina o ntricional, pero qe n bajo peso para la altra siempre refleja malntrición primaria o secndaria (16). En las sigientes páginas trataremos de la obesidad, el retraso ntricional benigno del crecimiento, la qiebra del desarrollo, la rmiación y la pica. OBESIDAD Peso corporal sperior al 20% de lo normal. La obesidad no se considera n trastorno psicopatológico. Se inclye aqí por motivos históricos. Pede codificarse como E66 (CIE-10) o 278.0 (CIE-9). Epidemiología Está presente en el 15-25% de los niños USA dependiendo de los criterios tilizados (1). En mjeres es neve veces más frecente en clases trabajadoras qe en familias de clases media o alta (2). De forma clásica se afirma qe la mayoría de los niños obesos lo feron cando eran lactantes, y
qe entre el 60-80% lo serán de adltos (1). Sin embargo, existen algnas ddas sobre este alto poder predictor (2). Factores relacionados Hasta la fecha los escasos estdios sobre obesidad de inicio en la infancia, no han encontrado n perfil psicológico definido, y de hecho la obesidad no está considerada n trastorno psicopatológico. La mayoría de los casos parecen relacionados tanto con patrones condctales interpersonales de alimentación (si n esposo es obeso s pareja también lo es en n 30% de los casos) como con na predisposición genética (concordancias speriores entre gemelos monocigotos qe dicigotos). En la práctica si n niño es obeso la posibilidad de qe n hermano también lo sea es del 40%; cando son dos los hermanos obesos la probabilidad del tercero amenta al 80% (2). Peden darse episodios de sobreingesta en respesta a sitaciones de estrés, de abrrimiento o de depresión leve (1). La obesidad, qe pede ser consecencia de na hiperfagia complsiva (3), también está considerada como n factor de riesgo para la anorexia y para la blimia nerviosas (1). La obesidad secndaria a otras enfermedades, obesidad endógena, es rara. Ocrre en síndromes genéticos, endocrinológicos o nerológicos como los de Prader-Willi, Klinefelter, Frölich, Lawrence Mood Biedl, Kleine-Levin o Mariac. En general, los niños con obesidad endógena tienen n peso por debajo del percentil 25 para s altra y na edad ósea retrasada; aqellos con obesidad exógena, por el contrario, tienen n peso por encima del percentil 50 y s edad ósea está adelantada (2). Tratamiento No ha habido estdios extensos de resltados a largo plazo comparando los efectos de las distintas orientaciones en el tratamiento de la obesidad infantil. Las revisiones de la amplia literatra sobre la cestión tienden a favorecer, por ss resltados alentadores, los enfoqes condctales (17). Además de la dieta, los seis elementos del tratamiento (17) qe parecen más importantes son: Implicación activa de los padres Cando los padres se hallan estrechamente implicados en el tratamiento, el apoyo qe prestan a ss hijos en ss esferzos para controlar el peso es mayor. La cooperación de padres e hijos pede rentabilizar los esferzos y disminir el cansancio qe se genera en todo tratamiento a largo plazo. Incremento del ejercicio Las evidencias mestran qe el incremento de ejercicio pede prevenir na adaptación metabólica a la dieta qe interfiera con na pérdida sostenida de peso. El ejercicio pede, inclso, disminir el apetito. Es importante recomendar el empleo de na planificación deportiva específica y relativamente distanciada (semanal y no diaria).
Tratamiento intenso y prolongado Es deseable qe los encentros con los pacientes obesos sea al menos na vez por semana drante 8 a 12 meses, o por más tiempo si es necesario. Este abordaje probablemente ayda a los pacientes a mantener s atorregistro de consmo alimentario, la cantidad de ejercicio y s peso, y facilita el so continado de estrategias de atorreglación. Modificación del estilo de alimentación El elemento clave en la modificación de los estilos de alimentación es, probablemente, el atorregistro de la ingesta alimentaria. Uso de contratos conductuales Es más beneficioso qe los contratos incidan en objetivos de cambio de hábitos qe sobre objetivos de pérdida de peso. Es recomendable qe los pacientes redacten s propio contrato cada semana (consltando al terapeta) y qe inclyan objetivos estimlantes, y a la vez aseqibles, así como planes moderadamente especificados. Los contratos deben inclir las consecencias de la consección o no de los objetivos. En los niños obesos los referzos positivos podrían inclir peqeñas smas de dinero (las grandes smas no son más efectivas) o hechos y acontecimientos sociales. Características del terapeuta Qizá la característica más importante del terapeta sea s "talante democrático" (poco "atoritario"), de forma qe peda aydar a ss pacientes a comprender qe son ellos qienes contínamente deciden s comida y ejercicio.
RETRASO NUTRICIONAL BENIGNO DEL CRECIMIENTO (2) En el retraso ntricional benigno del crecimiento existe na desaceleración (de casa desconocida) del amento de peso esperado para la edad, drante al menos n año, qe pede conllevar na desaceleración del crecimiento, y por tanto na relación peso/talla dentro de lo tolerable. Debe qedar claro qe no existe pérdida de peso o alteraciones de la imagen corporal (lo qe lo diferencia de la anorexia nerviosa), ni alteraciones psicopatológicas (lo qe lo diferencia de la qiebra del desarrollo y del retraso psicosocial del crecimiento). Se trata de na entidad típica de escolares y púberes qe sele resolverse mediante el simple incremento de la ingesta alimentaria.
RETRASO PSICOSOCIAL DEL CRECIMIENTO (Enanismo por deprivación, privación emocional, privación materna, baja estatra psicosocial, enanismo psicosomático) (2). Tres características definen el retraso psicosocial del crecimiento. Primero na desaceleración del crecimiento lineal (sin desaceleración del amento del
peso), segndo la presencia de trastornos del seño (insomnio de conciliación y despertares con correteo noctrno) y tercero la existencia de hábitos alimentarios extravagantes (polifagia, polidipsia qe inclye el aga de la taza del WC o de lavar los platos, vómitos, robos y almacenaje de alimentos, ingesta de basras y comida de animales, etc.). Es n trastorno raro qe sele iniciarse entre los 18 meses y los catro años. Con frecencia existe maltrato del niño y psicopatología de los padres (qe selen ser ocltadores y poco colaboradores). Desde el pnto de vista biológico se han hallado anomalías hormonales e hipotalámicas, qe se han atribído a na vlnerabilidad genética y/o la privación psicosocial. En general las alteraciones bioqímicas, condctales y de crecimiento selen revertir con el cambio de ambiente psicosocial.
QUIEBRA DEL DESARROLLO (Hospitalismo, institcionalismo, depresión anaclítica, retrato ambiental, síndrome de privación materna, enanismo por privación social, qiebra ambiental del desarrollo, síndrome de qiebra no orgánica del desarrollo) (2). Concepto Se trata de n TCA-I de inicio antes de los tres años de vida, caracterizado por: 1) desaceleración marcada del amento de peso y 2) enlentecimiento o interrpción del proceso de desarrollo emocional, condctal y social. Adicionalmente pede aparecer n retraso lineal del crecimiento. Hoy en dia se considera qe, independientemente de s asociación o no a na enfermedad física, el primer rasgo es consecencia de na ingesta inadecada, mientras qe el segndo depende de n estado de privación emocional y socioeconómica. Se diferencia del retraso ntricional benigno por la afectación emocional y social, y del retraso psicosocial por la alteración del peso. Epidemiología Representa del no al cinco por ciento de los ingresos en hospitales pediátricos, y pede presentarse hasta en el 10-15% de la población amblatoria. Factores relacionados En el desarrollo de este trastorno interactúan na plétora de factores, mchos de ellos mal caracterizados: Factores genéticos: no han podido identificarse fidedignamente Factores orgánicos: nmerosas entidades coexisten con la qiebra del desarrollo, desde aqellas qe realmente casan malntrición (por ej. malabsorción) hasta aqellas qe son consecencia de ésta (como la imnnospresión)
Los factores temperamentales y psicogénicos resltan difíciles de evalar, pesto qe la mayoría de las alteraciones emocionales qe exhiben los lactantes y niños peqeños pede depender de s estadio de desarrollo y qe éstas peden interferir en s ingesta calórica y por tanto en s desarrollo. Factores sociales y familiares: se sabe qe este trastorno es más frecente en hijos de madres drogodependientes o enfermas, y en ambientes con disfnción familiar o incompetencia edcativa paterna, en los cales sele darse el abso físico, el abandono edcativo, el aislamiento social y la inasistencia médica Embarazo: sele asociarse a prematridad o retraso del crecimiento intraterino (dos entidades qe también son más frecentes en ambientes familiares y sociales como los descritos). Tratamiento Debe abordarse desde na concepción mltidisciplinaria, en la qe además de los splementos ntricionales (para reemprender el crecimiento mchos niños reqieren 1,5 a 2 veces más calorías qe las recomendadas para s edad), debe existir na estimlación emocional. El grado y cronicidad tanto de la malntrición como del retraso del desarrollo, la gravedad y dración de la disfnción en la relación niño-cidador (madre) y, por spesto, la gravedad del trastorno médico principal modificarán el pronóstico.
RUMIACION (MERICISMO, VOMITOS PSICOGENOS) Trastorno caracterizado por la regrgitación de alimentos previamente ingeridos, qe se velven a masticar y deglten de nevo parcialmente. Para criterios diagnósticos ver F98.2 [CIE-10] o 307.53 [DSM-IV]. La regrgitación pede ser espontánea o segir a la inserción de los dedos en la boca (1). Como ya hemos comentado, la pérdida sistemática de alimento implica frecentemente malntrición. En ocasiones se prodcen aspiraciones alimentarias, malntrición grave, detención del crecimiento, retraso del desarrollo e inclso la merte. Para algnos atores depende de na interacción madre-hijo alterada. Otros proponen la secencia: 1) alteración en la capacidad del niño para reglar s estado de satisfacción interno; 2) propensión física para regrgitar, y 3) asociación aprendida (en la qe la regrgitación y la atención social a ésta alivia el malestar interno). Generalmente se inicia entre los 3 y los 12 meses de vida, anqe pede ocrrir en adolescentes. Genera na mortalidad del 25% (1). Se ha asociado con retraso mental (generalmente los casos más graves) y con alteraciones esofágicas (hernia de hiato, refljo, disfnción de la motilidad). En adolescentes también se ha relacionado con anorexia y blimia nerviosas. Sele resolverse espontáneamente; en los casos en qe no es así se aconseja n tratamiento integral (orgánico, dinámico, condctal).
PICA (2) Concepto Ingestión persistente de sstancias no ntritivas (yeso, tierra, grasa, excrementos, etc.). Para criterios ver F98.3 [CIE-10] o 307.52 [DSM-IV]. Se considera normal hasta los 18 meses de vida. Pese a qe se postla qe podría deberse a na deficiencia ntricional (hierro, zinc) y/o a na falta de spervisión y estimlación, no existe ningna explicación clara para este trastorno. Epidemiología Es n trastorno más frecente en 1) pacientes con trastornos psicóticos o retraso mental (son los casos más atípicos, inclyendo la ingesta de heces); 2) adolescentes y jóvenes embarazadas (la ingesta sele ser volntaria y es más prevalente en determinados grpos cltrales como na forma aceptada de condcta); 3) niños y adltos sin patología en momentos de ansiedad (lápices, goma de borrar, ñas) y 4) niños hasta los seis años de vida. Tratamiento La evalación y tratamiento de la pica depende de la población específica en la qe ocrre. Es necesario el establecimiento de n ambiente segro y la instaración de patas de condcta específicas.
TRASTORNOS DEL CONTROL DE LOS ESFINTERES Y DE LA ELIMINACION Los trastornos de la eliminación han sido inclidos tradicionalmente dentro de los trastornos psiqiátricos de los niños, pero en realidad se encentran en n terreno fronterizo y limítrofe en el qe la psiqiatría y la pediatría se sperponen. La enresis y la encopresis peden darse como fenómenos aislados, conjntos o formando parte de otros trastornos psiqiátricos (12). La inmensa mayoría de los niños enréticos no presenta alteraciones emocionales o condctales significativas (18), y algo similar pede decirse respecto a los encopréticos. En calqier caso como paso previo al tratamiento, siempre debe descartarse y/o tratarse calqier alteración psicopatológica comórbida. Estas entidades inicialmente peden ser bien aceptadas por las familias, pero al persistir selen alterar las interrelaciones familiares, ocasionar sentimientos de clpa en padres y niños, y de generar n alto nivel de tensión ambiental. La ansiedad amenta la desesperación, qe a s vez amenta la ansiedad, generándose así n circlo vicioso en el qe "no se ve la salida". La resolción del trastorno cada vez se velve más dificil. Es razonable, por tanto, iniciar el abordaje "sosegando" a los padres, explicándoles la natraleza de los
trastornos, y desclpabilizándoles. El niño, también desclpabilizado, debe estar motivado para el esferzo. Las técnicas pnitivas deben evitarse a toda costa. DESARROLLO DEL CONTROL DE ESFINTERES La secencia cronológica por la qe habitalmente se adqiere el control de las fnciones intestinales y vesicales es la sigiente: 1) continencia fecal notrna; 2) continencia fecal dirna; 3) control vesical dirno y 4) control vesical noctrno 19. El control esfinteriano sele ser plenamente fncional hacia los 3 años de edad (anqe pede retrasarse hasta los 4 ó 5 años), y depende tanto de la madración neromsclar y cognitiva, como de la motivación (19). En la actalidad mchos padres comienzan el entrenamiento entre los 20 y 24 meses de edad (20).
ENURESIS (ENURESIS FUNCIONAL, MICCION INVOLUNTARIA NOCTURNA INFANTIL) Concepto Incapacidad para el control de la emisión de orina, anormal para la edad mental del paciente (a partir de los cinco años de edad) y sin casa orgánica qe la jstifiqe. Para criterios ver F98.0 [CIE-10] o 307.6 [DSM-IV]. Epidemiología La prevalencia de la enresis desciende con la edad. Está presente de forma no patológica en el 82% de los niños de 2 años, en el 49% de 3 años, en el 26% de 4 años y en alrededor del 7% de los de 5 años 19. A partir de esta edad se considera patológica y s prevalencia se indica en la Tabla 1. Tabla 1. INCIDENCIA DE ENURESIS EN NIÑOS Y NIÑAS SEGUN EDADES (DSM-IV) SEXO/EDAD 5 años 10 años 18 años VARONES 7% 3% 1% MUJERES 3% 2%