Cuaresma 2016 LA ESCALADA DE LA CUARESMA

Esta cuaresma proponemos una escalada hacia la cumbre de la misericordia, culmen del amor hasta el extremo, la pasión, cruz y resurrección de Jesucristo. Los hombres y las mujeres estamos llamados a encontrarnos con Dios, el creador de todo, y en el fondo de nuestro corazón no descansaremos hasta encontrarnos con Él. La aceptación de su voluntad implica la renuncia a lo que somos, para dejarnos inundar de su amor, y ser en la tierra un instrumento de su misericordia. En Jesús podemos ver esta entrega hasta el extremo. Cada año la cuaresma nos invita a buscar la auténtica realidad de nuestra felicidad, nuestro anhelo más profundo es gozar de la presencia de Dios, y actuar según Él ha pensado para cada uno de nosotros. La Cuaresma es un tiempo de paso, de esperanza, de camino, hacia un punto culminante, Jesucristo. Para ello, se propone una travesía interior, la “escalada cuaresmal”, que, como toda escalada, necesita que vayamos ligeros de equipaje, bien calzados. Con las herramientas propias de la actividad que vamos a desarrollar: ayuno, limosna y oración; y junto a toda la Iglesia unida. Similar a la actividad deportiva a la que hace referencia, necesitaremos coordinar nuestro cuerpo, mente y corazón para conseguir cumplir los objetivos, alcanzar la cima, descubrir el misterio de la cruz. Además de este camino hacia la cruz, iremos profundizando en la experiencia de la misericordia, como manifestación infinita del amor divino hacia los que nos quedamos sin aliento en el camino, y la que debemos propagar para hacer cumplir su voluntad como Padre bueno. NOS HAS LLAMADO AL DESIERTO, SEÑOR DE LA LIBERTAD, Y ESTÁ EL CORAZÓN ABIERTO A LA LUZ DE TU VERDAD. SUBIMOS CON ESPERANZA LA ESCALADA CUARESMAL. EL PUEBLO DE DIOS AGUARDA HASTA LA CUMBRE PASCUAL (ANTONIO ALCALDE)

El vídeo con la canción lo puedes encontrar en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=fG87IwJBEkE

o pinchando aquí

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Cuaresma. Subamos a la cumbre de la Misericordia

Semana 1. “Renuncia al ‘MI’” Lc 4,1-13

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.» Jesús le contestó: «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre".» Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mi, todo será tuyo.» Jesús le contestó: «Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".» Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".» Jesús le contestó: «Está mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios".» Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión. Palabra del Señor

Introducción Comenzamos nuestro caminar con un pequeño juego de palabras: Renuncio a los “mi” para encontrar a mi auténtico “yo”. A medida que vamos renunciando a nuestras posesiones y egoísmos, vamos dejando que cale la acción del Espíritu Santo en nosotros. En este despojo de nuestros “mis” (mi fuerza, mi poder, mi tener) y en la escucha y aceptación de la voluntad de Dios es donde radica la esencia de la auténtica conversión. El desierto es el lugar bíblico donde están todos los caminos, o ninguno. Lo utilizamos cuando nos encontramos perdidos (“vivo en el desierto”), o cuando nuestra vida es asfixiante, aburrida, monótona, vacía. El desierto puede ser un estado de nuestra alma de soledad, de sequía, de no sentir nada… pero también puede ser un lugar propicio para el encuentro.

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En el desierto podemos definir una nueva dirección a nuestra vida, podemos configurar de nuevo nuestra persona en base a lo verdaderamente auténtico. Allí hacemos una tienda en intimidad para hablar con Dios. Nos desapegamos de lo que no nos sirve y recuperamos la autenticidad de los niños. Descubrimos en la esencia de la vida, que nos hemos dejado llevar por la indiferencia, la comodidad, … que nos hemos hecho esclavos del consumismo. Jesús fue guiado hacia el desierto. En su camino fue tentado por el diablo. En todas las respuestas de Jesús aparece una misma clave: “Está escrito, está mandado”. La Palabra de Dios ya ha sido revelada para nosotros, y en ella está escrita la voluntad del Padre. Hay que abrir el corazón y convertirlo para escuchar su voz y no sucumbir a las tentaciones. Jesús contrarrestó el egoísmo, la vanidad y la ambición con la solidez de la Palabra de Dios, sin embargo, nosotros apenas conseguimos superar nuestras faltas con palabras que se lleva el viento. Dejémonos de promesas y comencemos a actuar, es tiempo de cambiar. Jesús es el pan de vida que viene a salvarnos, a librarnos de las ataduras del pecado. Sigámosle.

Dinámica 1 Mis “mi” en el desierto Necesitaremos: una hoja de papel y bolígrafo Desarrollo: Les pedimos a los participantes que en un cuadrado de papel, o tamaño cuartilla, dibujen cómo ven ellos el desierto. Luego se les pide que escriban en él todas las cosas que le distraen de estar con Dios, o con los que lo necesitan. Pueden dibujar carteles como los del dibujo de arriba. Comienzan todas estas cosas por la palabra “mi” o “mis” por ejemplo: mi tele, mi pereza, mi egoísmo, mi ‘play’, mi ratito en el sofá, mi control del mando, mi prepotencia, … Cada uno puede explicar de qué manera le influyen estas cosas en evitar ser mejores personas. 

¿En qué tenemos que transformar cada uno de estos “mis” para poder acercarme más a Dios y a mis hermanos?

El catequista reunirá todos los papeles dibujados y los arrugará para significar la intención de comenzar un camino nuevo de conversión.

Dinámica 2 Es tiempo de cambiar Necesitaremos: móvil con internet, canción de Juanes “Es tiempo de cambiar”, letra de la canción. Desarrollo: Escuchamos la canción. Cada uno puede decir una frase con lo que le haya llamado más la atención y por qué. 

¿Cómo podemos relacionar esta canción con la cuaresma?

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Cuaresma. Subamos a la cumbre de la Misericordia Es tiempo de cambiar Trabajamos como dos locomotoras a todo vapor y olvidamos que el amor es mas fuerte que el dolor que envenena la razón. Somos victimas así de nuestra propia tonta creación y olvidamos que el amor es mas fuerte que el dolor que una llaga en tu interior. Los hermanos ya no se deben pelear es momento de recapacitar es tiempo de cambiar es tiempo de saber pedir perdón es tiempo de cambiar en la mente de todos el odio por amor. es tiempo de cambiar… Si te pones a pensar la libertad no tiene propiedad quiero estar contigo amor. Si aprendemos a escuchar quizás podamos juntos caminar de la mano hasta el final yo aquí y tu allá de la mano hasta el final

Lectura del Evangelio Hacemos eco de la Palabra de Dios.     

¿Por qué se retira Jesús al desierto? ¿Qué le propone el diablo a Jesús? ¿Qué contesta Jesús? ¿Cuándo nos sentimos nosotros tentados? ¿Cuál es nuestra respuesta a esta tentación? ¿Qué necesitamos para vencer la tentación?

El ayuno, es un ejercicio muy importante en estos días porque es ahí donde descubrimos los “mis” que nos esclavizan y los cambiamos por parcelas de aceptación de la voluntad del Padre.

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Dinámica 3 – Compromisos. La escalada Necesitaremos: Papel, lápices o rotuladores. Desarrollo: Vamos a dibujar en media hoja de papel el perfil de una gran montaña. En el pico una cruz. 

¿Qué vamos a necesitar para el camino?

Dibujamos una ruta por la montaña hasta la cruz, con varios puntos en el camino. En cada punto escribimos un compromiso para esta cuaresma, sin olvidar intensificar nuestra oración individual, nuestro ayuno particular y nuestra limosna. Ayuno, limosna y oración nos ayudan a descubrir quiénes somos, dónde encontramos a Dios, cómo podemos escucharle, cómo practicamos la misericordia.

Oración Para la oración final podemos leer Is 58, 6-11 En el Padrenuestro insistimos en “no nos dejes caer en la tentación” mediante un gesto.

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Semana 2. “Silencio y Escuha” Lc 9, 28b-36

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí!». Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor

Introducción Jesús sube a lo alto del monte para encontrarse con el Padre. Cuántas veces nos vemos envuelto en nuestras propios afanes diarios, pensamientos, preocupaciones, ruido, luchas, justificaciones de nuestra pereza, ect. En estos momentos, siempre nos vendría bien subir una montaña, y contemplar la ciudad desde lo alto, escuchar de lejos el murmullo, dejar los problemas ahí abajo, y contemplar. Desde la montaña saboreamos el encuentro con Dios Padre Creador de todas las cosas. Ahí es donde realmente sentimos nuestra pequeñez en comparación con el resto de la creación, y donde descubrimos que pese a ello, Dios nos ama con grandeza. En el pasaje de hoy, es Jesús el que busca el encuentro con el Padre. Su figura se transforma en radiante: el efecto del Espíritu Santo sobre él. Sus amigos se quedan atónitos, sorprendidos. Ellos, desde su ingenuidad, saben que algo grande está sucediendo, sus corazones están encendidos. Descubren el fuego del amor en su interior, y desean que ese

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sentimiento nunca decaiga. En ese momento Dios les revela la identidad de Jesús y les da un mandato: “Escuchadle”. Solo una orden, necesaria y suficiente, porque es en Jesús donde se encuentran todas las preguntas y todas las respuestas. La transfiguración es una anticipación al monte Calvario, Moisés y Elías hablan con Jesús del éxodo definitivo: el camino de liberación del pecado, la salvación de los hombres y las mujeres por la entrega total de amor del Hijo de Dios. Nosotros somos ahora los discípulos que acompañamos a Jesús a orar, y con toda probabilidad, sucumbimos al sueño, la pereza o desidia. Por eso es necesario que busquemos momentos de retiro, subamos a la montaña, a orar con Jesús al Padre, para que podamos contemplar su rostro glorioso y sepamos reconocerle. Para esto necesitamos actitudes claves: silencio y escucha. Silencio para acallar nuestras preocupaciones, distracciones, evasiones, … y escucha a la Palabra de Dios, que es Jesucristo mismo. Escucha a los pobres y oprimidos, que son Jesucristo. Escucha a los que sufren y a los enfermos, que son Jesucristo. Escucha a los cautivos, que son Jesucristo. Estemos atentos a su voz, porque Él nos ha elegido, no podemos pasar de largo.

Revisión de los compromisos de la semana anterior Dinámica 1 Prueba de silencio Desarrollo: Vamos a realizar una prueba de silencio. La prueba consiste en hacer una medición del nivel de silencio durante 30 segundos, o hasta 4 minutos según el nivel del grupo. A la de 3, todo el grupo permanecerá quieto y en silencio. Con un leve sonido, chasquido, roce, el /la catequista detendrá la prueba y comenzará de nuevo. (Los sonidos externos también se pueden tener en cuenta). La idea es la de tomar conciencia que es enormemente difícil hacer silencio total, (por eso detenemos la prueba al menor indicio). Se puede repetir varias veces, hasta conseguirlo, o bien, hasta notar que es casi imposible. Hacer silencio exterior es muy complicado, pero hacer silencio interior lo es también, quizás más. Porque tenemos que procurar no pensar, liberarnos de distracciones, solo sentir, y dejarnos acariciar por el susurro del Espíritu Santo, esto es un tipo de oración.  

¿Qué hemos sentido o pensado durante el tiempo de silencio? ¿Es incómodo el silencio?

Hay un momento de incomodidad en el silencio que no sabemos lo que hacer, una vez superado somos capaces de saborearlo y disfrutarlo, ahí es donde empieza nuestra oración contemplativa.

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Si la prueba no ha salido exitosa, podemos poner un compromiso individual de búsqueda de momentos de silencio para nuestra casa (sin contar el tiempo que dormimos).

Dinámica 2 Prueba de escucha. El teléfono. Necesitaremos: Grupo sentado en círculo Desarrollo: Vamos a comprobar cómo tenemos de desarrollado el sentido de escucha. Se trata del juego del teléfono, pero con alguna variante. Se le enseña una frase en secreto a un participante. Éste lo tendrá que transmitir al que tenga a su lado al oído. La variante es que los demás tendrán que hablar mientras, sin moverse de sus sitio, para distraer la atención de los que se transmiten el mensaje, además de dificultar la escucha. Cada transmisión del mensaje al compañero se podrá hacer una sola vez, sin repetir. Así va pasando la frase por todos los participantes hasta el último, que dirá en voz alta lo que ha interpretado. El grupo puntuará 1 punto por cada palabra correcta. Después de 3 rondas, se contarán los puntos. Estan pueden ser las frases a elegir (se pueden cambiar según edad):

Jesús rechaza decididamente todas las tentaciones Negar que el dolor tenga la última palabra La misericordia nos pide ser puentes para los cautivos Prójimo es el que practica la misericordia Compartir para socorrer al hermano en su necesidad

Si son muchas las palabras acertadas está claro que nuestra capacidad de escucha es muy elevada, muy por encima del nivel de distracciones. Por eso hay que estar muy atentos a los que Dios quiere de cada uno de nosotros porque nos lo va revelando en la Palabra, en misa, en quienes nos rodean. Si son muy pocas las palabras acertadas, tenemos que poner un especial interés en desarrollar nuestro oido y nuestra escucha activa. Hay que concentrarse en enfocar muy bien aquello que Dios nos dice, intentando eliminar todas nuestras distracciones.   

¿Dónde hemos encontrado más problema para transmitir nuestro mensaje? ¿Cómo hemos visto a los que nos disraian en el momento de transmitir el mensaje? ¿Quién puede acordarse de lo que decían los mensajes?

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Lectura del Evangelio (Nos preparamos especialmente para hacer poner en práctica lo aprendido, Silencio y Escucha. Así podemos estar atentos a la Palabra de Dios. Él nos va a decir algo a cada uno de nosotros). Hacemos eco de la Palabra.     

¿Con quién se fue Jesús a orar a la montaña? ¿Qué les pasaba a los discípulos cuando rezaban? ¿A qué otra escena nos recuerda esto? ¿Quiénes aparecieron hablando con Jesús? ¿Cuáles fueron los sentimientos de los discípulos de Jesús a lo largo del pasaje? ¿Cuándo nos sentimos nosotros así? ¿Qué les dice Dios a los discípulos? ¿Qué quiere decirles?

Dios nos dice que no pongamos las tiendas, sino que salgamos ayudar a los que lo necesitan, que vayamos a anunciar a Jesús para que todos lo escuchen 

¿Qué tenemos que hacer nosotros?

Dinámica 3 Qué bien se está aquí Necesitaremos: Reproducción de la canción “Qué bien se está aquí” de Carlos Seoane Desarrollo: Podemos repruducir desde un móvil la canción : https://www.youtube.com/watch?v=TgDLxUp0pjs

Que bien se está aquí, Señor no hay otro lugar donde estar mejor. Tu mano nos guía, tu amor nos protege, confiamos en ti (bis) Seremos tus manos para construir un mundo nuevo, seremos tu boca para no callar la verdad, seremos tus ojos para mirarnos con ternura y tu misericordia para escuchar sin juzgar      

¿En qué lugares nos gusta estar? ¿Dónde nos sentimos en paz? ¿Cómo descubro a Dios en ese sitio? ¿Qué acciones podemos hacer para construir un mundo nuevo? ¿Cuándo nos callamos la verdad, en qué situaciones? ¿Miramos a los demás con ternura? ¿Qué necesitamos para mirar a los demás con ternura? ¿Juzgamos o criticamos con facilidad a los demás? ¿Cómo podemos evitar juzgar a los demás?

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Compromiso Vamos a dibujar una margarita de siete pétalos (que representarán cada uno de los días de la semana). En cada pétalo escribiremos nuestro compromiso de silencio y oración para cada día. También dibujaremos una hoja en el tallo de la flor, donde escribiremos nuestro compromiso o compromisos para acercarnos mejor a los demás.

Oración Rezamos o cantamos juntos el salmo 26, “El Señor es mi luz y mi salvación” Sal 26,1.7-8a.8b-9abc.13-14 R/. El Señor es mi luz y mi salvación El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/. Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme. Oigo en mí corazón: «Buscad mi rostro.» R/. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio. R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/.

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Semana 3. “Reconcilia Incondicionalmente” Lc 13, 1-9

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.» Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»

Palabra del Señor

Introducción ¿Cuántas veces nos hemos desesperado cuando algo no funciona? ¿o alguien no nos hace caso? ¿o tenemos que tratar con alguna persona muy pesada?. ¿Cómo nos sentimos cuando vemos nuestra propia limitación, cuando nos consideramos inútiles o incapaces para determinadas tareas?. Esto nos causa frustración, desengaño, malestar, depresión, o alguna reacción adversa en nuestro corazón. En otras palabras, nos sentimos mal. Nuestro límite de paciencia, con los demás y con nosotros mismos, alcanza un determinado umbral. Un punto de “no retorno”. Muchas veces tenemos que experimentar estas situaciones para comprender la esencia del misterio de la misericordia de Dios. Donde se pierde la esperanza, donde parece que no podemos sacar nada bueno, donde se ahogan nuestras aspiraciones, donde se acaban nuestros planes, donde se rinde nuestra constancia, donde se agota nuestra paciencia … justo ahí, es donde Dios nos tiende su mano de padre y nos dice: “todo saldrá bien porque yo estoy

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contigo”, porque Él nos Repara Incansablemente, nos Redime Inmerecidamente y nos Reconcilia Incondicionalmente. Nos mira con amor infinito, que supera todo nuestro ser y nuestra limitación. Aquí es donde nos tenemos que volver a sus brazos y dejarnos abrazar por Él. A Dios no le gusta la injusticia, ni la opresión, por eso llama a Moisés a liberar al pueblo de Israel. Ahora nos llama a nosotros para que nos deshagamos de lo que nos oprime el corazón, de lo que nos impide acercarnos para amar, y por medio de su hijo Jesucristo, nos libera del pecado y junto con él y la acción del Espíritu Santo podamos decir ABBA, “papaíto”. Is 42, 1-3 He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo, mi escogido, en quien mi alma se complace. He puesto mi Espíritu sobre El; El traerá justicia a las naciones. No clamará ni alzará su voz, ni hará oír su voz en la calle. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo mortecino; con fidelidad traerá justicia. Jesús nos dice reiteradamente en el evangelio: “Convertíos”. La conversión es una acción que requiere de una apuesta decidida, y es un proceso continuo y permanente. Implica nuestra voluntad y nuestra entrega incondicional. Pero también supone quitar de nuestra vida aquello que no nos deja crecer, igual que la viña que no da fruto. Nuestra conversión está encaminada a una poda de lo malo de nuestras vidas, de los lastres. Esto requiere arrepentimiento y reconciliación. Por otra parte, necesitamos de tierra buena para crecer con fuerza, necesitamos arraigarnos fuertes en Jesús, escuchando su Palabra. Es una semana propicia para poner en práctica el Sacramento de la Reconciliación. Las obras de misericordia nos ayudan a cambiar nuestra tierra mala por abono, tierra fértil donde poder enraizar y producir frutos de amor. Jesús es el modelo. Is 42, 6-7 Yo soy el SEÑOR, en justicia te he llamado; te sostendré por la mano y por ti velaré, y te pondré como pacto para el pueblo, como luz para las naciones, para que abras los ojos a los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en tinieblas.

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OBRAS DE MISERICORDIA

Corporales Visitar a los enfermos

Muchos hermanos viven con tristeza y desconsuelo el momento de su enfermedad. Necesitan una palabra de aliento o un rato de compañía.

Dar de comer al hambriento

Muchas personas, por distintos motivos, tienen necesidad de alimentos. No nos corresponde juzgarlos sino ayudarlos.

Dar de beber al sediento

Calmar la sed de nuestros hermanos: sed física, sed de Dios…

Dar posada al peregrino

Ayudar a que todos podamos tener un techo digno, y colaborar para el que no lo tiene pueda ser acogido y ayudado.

Vestir al desnudo

Esto no es dar lo que me sobra, sino compartir de lo que tengo.

Visitar a los encarcelados

No convertirnos en otros jueces para ellos sino en hermanos que les tienden su mano para ayudarles a reorientar sus vidas.

Enterrar a los muertos

Esto no significa olvidarlos, sino todo lo contrario, esta obra de misericordia nos lleva a otra en la que se nos invita a rezar por los vivos y los muertos.

Espirituales Enseñar al que no sabe

Dar buen consejo al que lo necesita

Además de asistirlos debemos enseñarles a realizar por ellos mismos aquellos que no saben. Enseñemos también a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir, etc. Esto no es simplemente dar una palabra de aliento, sino hablar desde lo que el

Corregir al que se equivoca

Evitar la burla y ayudarlo con amor fraternal para que no le vuelva a ocurrir.

Perdonar al que nos ofende

Una de las más difíciles, tanto, que Jesús ha hecho que lo pidamos cada vez que rezamos el Padre nuestro: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros…”

Consolar al triste

Dios es consuelo para el triste, pero ha querido valerse de nosotros para consolar a los demás.

Sufrir con paciencia los defectos de los demás

Pero cuando estos causan más daño que bien, con mucha caridad, debe hacerse la corrección fraterna.

Orar por los vivos y difuntos

Cada oración que hacemos por alguien es una intercesión, una manera de acercar al otro a Dios

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Revisión de los compromisos de la semana anterior Dinámica 1 ¿Por qué se podan los árboles? Necesitaremos: Hoja de papel, lápices de colores, rotulador rojo Desarrollo: Los participantes realizarán un dibujo similar al del árbol de abajo. En cada rama irán escribiendo rasgos de su personalidad o acciones cotidianas que hacen bien y acciones cotidianas o rasgos que no son tan buenos, de tal manera que están salteados. Cada participante explica su árbol con lo que ha escrito.  

¿Hasta dónde afecta lo que hacemos bien o mal? ¿Cuáles son las consecuencias de nuestros actos? Podemos repasar algunos de los rasgos positivos y negativos. ¿Por qué se podan los árboles?

Nosotros también tenemos que hacer una poda, porque las ramas de nuestro árbol que están podridas o estropeadas debilitan nuestro árbol, que tiene que crecer fuerte y sano. En el sacramento de la reconciliación reconocemos nuestras ramas inútiles, las que nos impiden amar más a los demás y le pedimos a Dios que sea Él quien nos quite esos obstáculos. Reconocemos nuestras ramas débiles marcándolas de rojo, o rodeándolas de ese color.  

¿Duele o nos fastidia renunciar a algunas cosas que hacemos mal? ¿por qué? ¿Cómo nos sentimos cuando nos confesamos con un sacerdote? Seguro que más ligeros. Así se siente nuestro arbol después de la poda.

Confesarse representa hacer una poda. Y también representa el abrazo del Padre Bueno ayudándote a mejorar cada día.

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Dinámica 2 Convertimos nuestros nombres Necesitaremos: Hoja de papel cortada en cuadraditos de 3 cm aproximadamente. Desarrollo: Cada uno de los participantes tomará tantos cuadraditos de papel como letras tiene su nombre y un apellido. A continuación escribirá su nombre y apellidos letra por letra en cada uno de los cuadraditos. Se juntan todos los cuadrados de papel, se mezclan y se reparten a partes iguales entre todos. (El catequista se queda con los excedentes). Cada participante deberá formar una palabra positiva de actitud, pensamiento, deseo o acción. Gana el que consiga la palabra de mayor número de letras. Puede haber empates. Se repite la ronda dos o tres veces. Los nombres de cada uno siguen estando en la mesa, aunque desordenados, y mezclados junto con otros nombres. Probablemente falten algunas letras.  

¿Cuántas palabras distintas hemos hecho entre todos? ¿Cuántas palabras podríamos haber hecho con nuestro nombre y apellido solo?

Conversión significa entregarse, como se entregan nuestros nombres para formar buenas palabras. En la dinámica que acabamos de hacer podemos ver claramente lo que queremos que Dios haga con nosotros, que nos convierta en cosas buenas, pero para ello tenemos que aceptar nuestra entrega, nuestra participación. Tenemos que aceptar que Dios mueva lo mejor de cada uno para ser causa de bien junto con otros; y que elimine lo malo de nuestra vida que no podemos emplear para hacer el bien. Además, nos damos cuenta de que no podemos solos, necesitamos a los demás para avanzar.  

¿Con quién cuento en mi vida que me ayude a la conversión? ¿A quién puedo yo ayudar a descubrir cómo encontrar la amistad con Jesús?

Lectura del Evangelio (Nos preparamos especialmente para hacer poner en práctica lo aprendido, Conversión. Así podemos estar atentos a la Palabra de Dios. Él nos va a decir algo a cada uno de nosotros). Hacemos eco de la Palabra.     

¿Qué le pasaba a la vid? ¿Cuánto tiempo llevaba así? ¿Qué querían hacer con ella? ¿Qué sucedió al final? ¿Por qué insiste tanto Jesús en nuestra conversión? ¿Qué relación tiene la vid conmigo? ¿Qué he de hacer?

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Jesús nos recuerda que la vida no merece la pena vivirla si no es fruto de una auténtica conversión. Dios espera con amor que nos demos cuenta de nuestros fallos para que nos volvamos a Él y comencemos a dar fruto.

Dinámica 3. Obras de misericordia Necesitaremos: La tabla de obras de misericordia, recortadas y separadas cada nombre de su explicación. Desarrollo: Se mezclan todas las obras de misericordia y sus explicaciones, y se reparten al azar entre los participantes. Tendrán que buscar por la sala, sin hablar, solo con gestos, la parte que falta de su obra de misericordia. Una vez encontrada las parejas, cada uno irá leyendo la obra de misericordia que le ha tocado y su explicación correspondiente. Las obras de misericordia nos ayudan a parecernos un poquito más a Dios, a pensar más en los demás, a aliviar la carga de los que nos rodean, a hacer un mundo más feliz. Entre todos se intentarán en establecer más o menos un orden de dificultad de las obras de misericordia. 

¿Cómo puedo realizar alguna de estas obras de misericordia en mi colegio, en casa, con mis amigos, etc.?

Dinámica 4. Te necesito Necesitaremos: Canción “Te necesito”, del album Teselas de luz y barro de Ixcís. http://www.ixcis.org/index.php/component/k2/item/64-teselas-de-luz-y-barro-2013 TE NECESITO Te necesito como el agua que llega a los ríos. Te necesito como el fuego que ahuyenta el frío. Para sentirme vivo te necesito. Te necesito (4). Te necesito para soñar nuevos caminos Te necesito con tu corazón pegado al mío. Para sembrarme contigo te necesito. Te necesito, otro mundo es posible contigo. Te necesito, en un poco de pan y vino. Con tu mirada de niño,te necesito.

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Desarrollo: Escuchamos la canción y señalamos aquellas frases que nos llaman más la atención y por qué. Le decimos a Jesús que lo necesitamos más que nunca, para llevar a cabo la auténtica conversión. Para transformar nuestro corazón y el de los que nos rodean.

Compromiso Nuestro compromiso para esta semana está encaminado hacia la conversión y las obras de misericordia. Por un lado, es buen momento para participar del sacramento de la Reconciliación, y por otro poner en práctica alguna obra de misericordia, sin perder de vista nuestra oración.

Oración Podemos repetir varias veces con los ojos cerrados y en calma: “Jesús, confío en ti. Te necesito” Rezamos la oración del Padrenuestro, poniendo especial intención en las peticiones de conversión: “venga a nosotros tu Reino”, “hágase tu voluntad”, “Perdónanos”, “No nos dejes caer”, “líbranos del mal”

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Semana 4. “Dios nos ama con todo su corazón” Lc 15, 1-3. 11-32

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna". El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros". Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo". Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado". Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud". Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado". Él le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado"»

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Con el evangelio de este domingo descubrimos una de las catequesis que mejor resume el misterio de la misericordia de Dios. Jesús nos habla de su padre en términos que podemos comprender. Cualquier elemento de esta escena puede ser una representación de nosotros mismos, nuestros anhelos y deseos, nuestras pretensiones más profundas. Sobre la historia que nos narra Jesús encontramos los distintos matices de nuestra relación con el mundo y con Dios. El hijo que, frente a su padre, considera que se le debe algo más que su propia existencia. El que siente ansiedad por disfrutar de la vida. El que necesita de una libertad mal entendida. El que antepone su superflua felicidad a una relación de amor hijo-padre. Por otra parte, está el criador de cerdos, al margen de la historia, interviene como alternativa a la vida junto al padre; espectador, agente pasivo, distante, alimentando otras necesidades. También tenemos los distantes personajes con los que el hijo menor malgastaba su dinero, las tentaciones del mundo, satisfacciones de la sociedad de consumo, búsqueda de placer. En otro lugar el hermano mayor; orgulloso, cuestionador, cree estar en posesión de la justicia, pide cuentas de lo que sucede. Los criados y siervos, al servicio atento y constante de su Señor, también espectadores de la vida. Y el Padre, paciente, constante, vigilante ante el amor de su hijo. Profundamente misericordioso. Todos tenemos mezclado estos ingredientes en nuestro ser, algunas veces queremos más independencia, otras condenamos con severidad, otras veces servimos sin cuesionar, muchas veces, también, nos sentimos pecadores, solos, desamparados. Pero, para toda nuestra miseria y debilidad tenemos el abrazo tierno del padre, el que nos acerca de nuevo al calor del hogar, porque su misericordia y perdón va mucho más allá que nuestras limitaciones y faltas. Quizá tenemos que tropezar para descubrir lo poco que somos, o a lo mejor necesitamos pasar hambre para darnos cuenta que no estamos alimentando debidamente nuestro corazón. El primer paso es tomar conciencia de que hay cosas en nuestra vida que no hacemos bien, y que necesitamos del abrazo del Padre Dios. Tanto si nos identificamos con un hijo u otro, tenemos que aprender a disfrutar del Amor de Dios, el que ya tenemos pero del que aún no tomamos conciencia. Disfrutemos del gozo de estar en la casa del Padre, en su regazo de amor. Esta semana, tenemos por objeto descubrir el corazón de la cuaresma: el abrazo del Padre es la catequesis central de nuestra vida. Para esto se nos llama, para que anunciemos al mundo que “Dios nos ama con locura”. El corazón de Dios es tan grande que cabemos todos, hasta con nuestras cargas y dificultades, y cuanto antes nos demos cuenta de ello, antes podremos contagiar nuestra fe. El corazón simboliza la vida, pero también es la señal del amor, de la entrega de uno hacia el otro. Todos los mensajes que nos envía Dios están en clave de amor, nos pide que perdonemos, con amor, que sirvamos al que lo necesita, con amor, que demos de comer al hambriento, de beber al sediento, de consolar, visitar, dar consejo, … todo con amor. Y todo aquel que se siente profundamente amado por Dios, no tiene más que experimentar el gozo de su misericordia para darse cuenta que en esto consiste la verdadera felicidad, en que Él se vale de nosotros mismos para amar a los que lo necesitan. Seamos cauce, pues, de su amor.

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El evangelio no nos narra si el hermano mayor entró o no en la fiesta, ésta posiblemente sea nuestra misión, terminar la historia, hacer de hermano mayor. Tomar conciencia de que todos son mis hermanos ante un mismo padre Dios, que nos quiere incondicionalmente.

Revisión de los compromisos de la semana anterior Dinámica 1 ¿Me das un abrazo? Desarrollo: El grupo se dispone en círculo sentado. Comienza un participante y le pregunta al de la derecha “¿Tú sabes qué es un abrazo?”, a lo que el de la derecha responde “si, verás” se ponen de pie y le da un abrazo. A continuación le pregunta al primero “¿lo has entendido?”. De nuevo el primer participante responde “No me queda claro”. Así que el segundo le vuelve a dar un abrazo y le pregunta “¿Y ahora?”. El primero responde, “Si, gracias”, y se sienta. El segundo participante vuelve a repetir esto con el tercero y así sucesivamente hasta que todos completen el círculo    

¿Qué me ha parecido esta experiencia? ¿Cómo me he sentido cuando yo enseñaba el abrazo? ¿Y cuando me lo han enseñado? ¿Qué significado tiene el abrazo? ¿Qué efectos produce en las personas? ¿Cuándo damos abrazos?

Abrazar algo significa acogerlo en su plenitud, al completo. Acercarlo al corazón. Es una manifestación voluntaria de amor   

¿Hemos necesitado alguna vez que alguien nos abrazara? ¿Cuándo nos abraza Dios? ¿Qué podemos decirles a otros sobre el abrazo de Dios?

Dinámica 2. En el lugar del otro I (Esta dinámica tiene dos partes, debido a que se realiza conjuntamente con la lectura del evangelio, que se lee entre ambas. Se trata de ver en nuetra vida los aspectos que nos impiden tomar conciencia del amor de Dios, juzgar a la luz del evangelio y actuar consecuentemente). Necesitamos: Fichas adjuntas de características de personajes Desarrollo: Se colocan las fichas de personajes sobre la mesa. Cada participante irá visualizando las fichas y escogerá una según las frases que en ella aparecen. Pueden coincidir varios participantes. Con un lápiz o boli deberán marcar la frase que le llame la atención o le sugiera algo. Se realiza una ronda de preguntas:

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Cuaresma. Subamos a la cumbre de la Misericordia      

¿Por qué he elegido esta hoja? ¿Con qué frase me siento más identificado? ¿Por qué? ¿Con el resto de las frases también me siento identificado? ¿Conozco a alguien que cumpla todas las frases? ¿Cómo siento que esto me aleja/acerca de Dios? ¿Qué puedo hacer para acercarme más a Dios y a mi prójimo?

A continuación, si vamos bien de tiempo, se puede realizar otra ronda, elegir otra hoja con distintas características, y otra frase con la que nos sintamos identificados. Después se realiza una nueva tanda de preguntas.

Lectura del Evangelio Hacemos eco de la Palabra de Dios.        

¿Qué le pasó al hijo menor? ¿Por qué quiere irse? ¿Cómo crees que se fue de casa? ¿Feliz con su padre o enfadado? ¿Qué le sucedió después? ¿Cuándo se dio cuenta de lo que había perdido? ¿Cuál fue la reacción del Padre? ¿Cuál fue la reacción del hermano mayor? ¿Cómo reaccionaríamos nosotros si fuéramos el padre de la parábola? ¿Cuándo nos hemos sentido como alguno de los hijos?

Dinámica 3 En el lugar del otro II Necesitamos: Fichas adjuntas de características de personajes de la dinámica 2. Etiquetas de papel o post-it. Bolígrafo o lápiz. Desarrollo: Vamos a identificar cuántos personajes aparecen en la parábola. Le pedimos a algún participante que los vaya apuntando en una tarjetita de papel cada uno. (Si encuentran mucha dificultad se les ayuda: hijo menor o hijo pródigo, hijo mayor, padre bueno, criador de cerdos, criados-jornaleros) 

¿Cómo eran cada uno de estos personajes?

A continuación intentamos relacionar cada hoja de características de la dinámica anterior con uno de los personajes de la parábola, colocando la tarjetita del personaje sobre su hoja correspondiente. (Las hojas de características son un reflejo de las actitudes que vemos en las personas que nos rodean y en nosotros mismos, están mezcladas buenas y malas, pero en general responden a una figura del pasaje del hijo pródigo). Preguntamos por qué creen que esos personajes deberían estar con esas características.

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Cuaresma. Subamos a la cumbre de la Misericordia Solución:     

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Hijo menor -> “Amo la libertad” Hijo mayor-> “Eso no es justo” Padre -> “La esperanza es lo último que se pierde” Criador de cerdos -> “Desde lejos se ve mejor” Jornaleros-criados- > “Siempre atentos”

¿A qué personaje me he acercado más? ¿Qué es lo que me dice la parábola que hemos leído? ¿ Qué tengo que hacer? ¿Cuáles son las actitudes de cada ficha de personaje que tenemos que potenciar y cuales las que tenemos que alejar?

Se puede leer de nuevo la parábola, para buscar cuáles son los verbos o acciones que aparecen respecto a la actitud del padre.  

¿Qué hacía el padre bueno? ¿Qué podemos hacer para parecernos más a ese padre bueno?

Conclusión: "Dios nos busca, nos espera a pesar de nuestros pecados y faltas. Para él es mucho más importante que lo miremos y le tendamos nuestra mano. Su amor al extremo hacia nosotros es lo que llamamos Misericordia, porque entrega su corazón por nuestra salvación".

Dinámica 4 El corazón de lo inmerecido Necesitamos: Papel, bolígrafos. Una bolsa o caja. Una Cartulina roja. Tijeras. Rotuladores. Desarrollo: Primera parte. Cada participante va a escribir en trozos de papel 5 cosas que estén mal, pecados, faltas leves o graves, faltas de amor, etc.. Luego lo irán volcando en secreto en una bolsa. El animador irá sacando alguno de estos papeles y leerá en voz alta y lanza la siguiente pregunta: ¿Vosotros perdonaríais esta falta? ¿Creéis que Dios será capaz de perdonar a alguien que ha cometido esta falta?, así varias veces con distintos papeles. A continuación sigue formulando lo siguiente: “Dios perdona a todos, por muy mal que haya hecho. Y los quiere a todos, pero también sufre mucho cuando las cosas no se hacen bien. El secreto para su perdón es nuestro arrepentimiento verdadero”. Segunda parte. En el corazón de Dios cabemos todos, con nuestras cosas, nuestras limitaciones, nuestro pequeño mundo. El nos quiere por encima de todo. Así que vamos a escribir en un corazón de cartulina nuestro nombre y aquello que queramos añadir de nuestra vida para que sea también amado por Dios, familia, estudios, amigos, etc… de esta manera simbolizamos que Él nos envuelve y que para Él todos somos sus hijos, y por lo tanto iguales.

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También podemos recortar un corazón más pequeño por participante, para que escriban o dibujen ahí cada uno su nombre y algo a destacar de su vida, para formar entre todos un gran corazón que simbolice el amor de Dios.

Compromiso Para esta semana, nuestro compromiso puede estar encaminado a promover en nuestra vida actitudes del padre bueno, el perdón, la espera, el amor por encima de todo. También podemos comprometernos a esforzarnos para disfrutar del hogar, fomentando un ambiente de paz y alegría, obedeciendo a los padre y tratando con paciencia a los hermanos. Sería un buen momento para comprometernos en abrazar a nuestros padres y abuelos, si es que no lo hacemos.

Oración Podemos rezar con ayuda del salmo 33 “Gustad y ved qué bueno es el Señor” Sal 33 Bajo la protección divina Bendigo al Señor en todo momento, | su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: | que los humildes lo escuchen y se alegren. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, | ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, | me libró de todas mis ansias. Contempladlo, y quedaréis radiantes, | vuestro rostro no se avergonzará. El afligido invocó al Señor, | él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen | y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, | dichoso el que se acoge a él. Todos sus santos, temed al Señor, | porque nada les falta a los que lo temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, | los que buscan al Señor no carecen de nada. Venid, hijos, escuchadme: | os instruiré en el temor del Señor. ¿Hay alguien que ame la vida | y desee días de prosperidad? Guarda tu lengua del mal, | tus labios de la falsedad; apártate del mal, obra el bien, | busca la paz y corre tras ella.

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FICHAS DE PERSONAJES AMO LA LIBERTAD Sé perfectamente lo que quiero en la vida Nunca me equivoco Tengo edad para vivir intensamente Mis amigos me limitan muchas veces Mi casa se queda pequeña No necesito que nadie me diga qué y cómo tengo que hacer las cosas ESO NO ES JUSTO Me gusta que todos seamos tratados igual Me fijo mucho en lo que hacen los demás Soy responsable y trabajador Soy intransigente con los fallos de otros Me suelo quejar ante mis padres o superiores Nunca estoy plenamente feliz en las cosas que hago DESDE LEJOS SE VE MEJOR Cumplo con mis obligaciones Vivo ajeno a lo que pasa a mi alrededor Mi vida está encauzada, encaminada No me complico más de la cuenta No tengo ningún problema para trabajar con cualquier persona La responsabilidad es lo primero SIEMPRE ATENTOS Cumplo fielmente con mis responsabilidades No suelo quejarme mucho Mi vida es sencilla Soy obediente Prefiero no pensar, que me digan lo que tengo que hacer Soy una persona discreta. LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE Pocas veces tiro la toalla Soy capaz de perdonar cuando alguien me la juega profundamente Me alegro con los éxitos de los demás La generosidad es habitual en mi Pongo la amistad por delante de los fallos y dificultades Entrego todo mi corazón a pesar de saber que me la pueden jugar

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Semana 5. “Día de tu liberación. Déjate querer por Jesús” Jn 8, 1-11

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?». Ella contestó: «Ninguno, Señor». Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más». Palabra de Dios

Es muy fácil condenar a una persona. Cada vez que criticamos a alguien lo estamos condenando a una carga en la opinión de los demás, y puede que de manera infundada. Y cuánto daño se hace así. Atentamos contra la dignidad de las personas, su intimidad y en cierta manera, nos sitúa un poco por encima de ellos por visualizar sus defectos por encima del hombro, soberbia. Pero Jesús nos deja muy clara esta lección, ¿quiénes somos cada uno de nosotros para criticar o condenar a alguien?. Él sabe que somos pecadores, y cada uno tiene sus propias limitaciones, pero eso no nos debe impedir el tratar a los demás con la dignidad que se merecen por ser hijos de Dios.

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En esto está el poder de Dios, aquí se nos revela su tierna misericordia. En vez de condenar, Jesús perdona y anima a la conversión. La mujer adúltera experimentó un “volver a nacer”, como le dijo Jesús a Nicodemo. Desde ese instante ha cancelado su pecado y comienza una vida nueva, feliz. Se nos presenta una bella escena de perdón por encima de la ley. La ley está para cumplirla, y Jesús no viene para abolirla, sino para darle plenitud, sin perjuicio de la dignidad humana. Mientras que la ley está escrita en piedra, simbolo de inalterabilidad y rigidez , Jesús escribe sobre arena, que se la lleva el viento. Probablemente escribe sobre ella los nombres de los que cometieron pecado, o los pecados que cada uno llevaba en su cuenta personal. Y lanzó el arma que vence a todas las armas: el amor. Con su mirada misericordiosa desafió a los que acusaban y les dijo “El que esté sin pecado que tire la primera piedra”. Tanto conoce Jesús el corazón humano que sabe que nadie es capaz de superar esta prueba por sus propios medios. Solo el perdón de Dios es más grande que nuestros pecados. ¿Hasta dónde somos capaces nosotros de perdonar? Por otra parte, cuando nos sentimos perseguidos, acosados, o agobiados por el pecado, ¿acudimos a Jesús? Él es nuestro salvador, nuestra esperanza. El transforma nuestro pecado en gozo y profunda felicidad. Subamos con Él a la cumbre más allá de la cruz.

Revisión de los compromisos de la semana anterior Dinámica 1 Palabras escritas Desarrollo: Se colocan en parejas sentados enfrentados. Uno de cada pareja se da la vuelta. El compañero deberá escribir con su dedo en la espalda una palabra para que la adivine. Luego se cambian los roles, o las parejas y se repite con otra palabra. Las palabras pueden ser: Paz, amor, perdón, amistad, Dios, misericordia.    

¿Qué dificultades hemos encontrado? ¿Cuántas palabras hemos adivinado? ¿Qué otra palabra podríamos haber escrito? ¿Cuál de estas palabras sería la que Jesús escribiría en nuestro corazón?

Dinámica 2 Los jueces Desarrollo: Se lee en el grupo la siguiente historia: “Una joven llamada Julia fue a visitar a su amigo Pedro para que la acompañara a jugar en el parque. Pedro le dijo que estaba jugando una partida muy importante en su Xbox y no podía ir con ella. Así que Julia se fue triste a la casa de su amiga Ana, que vivía al otro lado del río. Ana no le quiso abrir la puerta y se hizo pasar por dormida, aunque Julia supiera que estaba en casa. Como Julia no recibía respuesta, se fue a su casa. Pero al pasar por el estrecho puente vio un loco con una pistola en la mano en el otro extemo del puente.

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Ella corre hacia un hombre que se dedica a pasar gente con una barca, se monta, pero el barquero le pide el dinero del pasaje. La pobre no tiene nada y por más que pide y suplica, el barquero se niega a pasarla si no paga de antemano. Entonces vuelve a casa de su amiga Ana para pedirle dinero, pero Ana se sigue haciendo la dormida y no le abre. Intenta de nuevo ir al barquero, pero en vano. Entonces, desesperada, decide cruzar el puente. El loco la mata.” La pregunta es la siguiente: de estos personajes (Julia, Pedro, Ana, loco, barquero) ¿cuál consideras que es más culpable de la muerte de la mujer? Ordénalos del 1 al 5.   

¿A cuál podríamos perdonar con mayor facilidad? ¿Y Dios? ¿A cuál perdonaría más? ¿Habrá alguno al que Dios no ame?

El perdón de Dios no tiene límites. Nosotros no podemos juzgar a nadie, pero sí podemos condenar las malas acciones, y ayudar a los que nos rodean a convertirse.

Lectura del Evangelio Hacemos eco de la Palabra de Dios.           

¿Por qué persegían a la mujer? ¿Por qué se la presentaron a Jesús? ¿Qué hacía Jesús mientras acusaban a la mujer? ¿Qué dijo Jesús? ¿Qué sucedió luego? ¿Dónde estaba escribiendo Jesús? ¿Qué le dijo a la mujer? ¿Cuándo me he sentido yo acusador? ¿Cuándo me he sentido acusado? ¿Cuándo me he acercado a Jesús? ¿Por qué no debo criticar?

Dinámica 3 El saco de carbón Desarrollo: Se cuenta esta historia (hoy es el día de los cuentos) Un día, Pedro entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto. Su padre, lo llamó. Pedro, lo siguió, diciendo en forma irritada: - Papá, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Alberto no debió hacer lo que hizo conmigo. Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarlo! Su padre, un hombre simple, pero lleno de sabiduría, escuchaba con calma al hijo quien continuaba diciendo: - Imagínate que el tonto de Alberto me humilló frente a mis amigos. ¡No acepto eso! Me gustaría que él enfermara para que no pudiera ir más al colegio.

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Cuaresma. Subamos a la cumbre de la Misericordia El padre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de donde tomó un saco lleno de carbón el cual llevó hasta el final del jardín y le propuso: - ¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es Alberto y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo regreso para ver como quedó. El niño lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones pero como el tendedero estaba lejos, pocos de ellos acertaron la camisa. Cuando, el padre regresó, le preguntó: - Hijo ¿Qué tal te sientes? - Cansado pero alegre. Acerté algunos pedazos de carbón a la camisa. El padre tomó al niño de la mano y le dijo: -Ven conmigo quiero mostrarte algo. Lo colocó frente a un espejo que le permite ver todo su cuerpo.... ¡Qué susto! Estaba todo negro y sólo se le veían los dientes y los ojos. En ese momento el padre dijo: - Hijo, como pudiste observar, la camisa quedó un poco sucia pero no es comparable a lo sucio que quedaste tú. El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros. Por más que queremos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos y la suciedad siempre queda en nosotros mismos.

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Resumen del texto ¿Personajes? ¿Sentimientos? ¿Transformaciones de personajes o situaciones? etc... ¿Qué valores aparecen? ¿Hemos visto algo parecido? ¿Y qué sucedió? ¿Cómo podemo evitar situaciones similares?

REFLEXIÓN     

Ten mucho cuidado con tus pensamientos porque se transformarán en palabras. Ten mucho cuidado con tus palabras porque se transformarán en acciones. Ten mucho cuidado con tus acciones porque se transformarán en hábitos. Ten mucho cuidado con tus hábitos porque ellos moldean tu carácter. Y ten mucho cuidado con tu carácter porque de él dependerá tu destino.

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Dinámica 4 Las piedras del amor Necesitaremos: Bolas de papel. Hojas de papel. Bolígrafos o rotuladores. Desarrollo: Sobre unos folios de papel vamos a escribir los pecados y males que se nos ocurran, podemos poner nuestras propias faltas. Estas hojas se reservan. En otras hojas de papel escribimos palabras de amor, reconciliación, perdón y misericordia. Pueden repetirse tanto como se desee. Luego se hacen bolas con ellas. Se divide el grupo en dos, mientras unos sostienen en alto los papeles estirados con los pecados, el otro grupo se sitúa al otro lado de la sala y tendrá que lanzar las bolas del amor para alcanzar los folios del pecado. Al contrario que el cuento de la dinámica anterior. Si se reservan bolas y hojas suficientes, se pueden cambiar los grupos y repetir. (No nos podemos olvidar de completar nuestra buena acción recogiendo los papeles del suelo).  

¿Cómo nos hemos sentido en ambos grupos? ¿Qué conclusiones podemos sacar de esta experiencia?

El amor triunfa sobre el pecado, siempre. Jesucristo es el triunfo definitivo del amor sobre el pecado. Compromiso Este es nuestro compromiso final para esta cuaresma. Debe ir enfocada en dos direcciones, por un lado, cómo vamos a vivir el último escalón de la pasión de Jesucristo, por otro lado, qué compromiso estamos dispuesto a asumir para todo el caminar de nuestra vida. Sería bueno también terminar con un resumen que recopile todo lo que hemos visto y aprendido.

Oración Rezamos juntos la oración del padrenuestro, poniendo especial énfasis en las últimas peticiones: “perdona nuestras ofensas”, “no nos dejes caer en tentación”, “Líbranos del mal” También podemos ayudar a la oración con el salmo 50, Miserere.

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Salmo 51 (50)* «Miserere» Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad en tu presencia. En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente. Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. O con esta canción del grupo Ixcís: Me siento perdonado http://www.ixcis.org/index.php/component/k2/item/64-teselas-de-luz-y-barro-2013 Gracias, Señor, me siento perdonado. Gracias, Señor, por tu perdón. Has cambiado mi luto en danza. Ha salido de nuevo el sol. Gracias, Señor. Y yo creía que no podría de este pozo nunca salir y Tú lo has hecho por mí. Y yo creía que no podría volver a tener ilusión. Ahora me basta tu amor.