Cuaderno detemas de formación de Juveniles Curso 2º PROGRAMA DE JUVENILES 2º Curso

Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º PROGRAMA DE JUVENILES 2º Curso 1. Jesús, Pan de Vida. 2. El Sacramento de la Penitencia. 3. La Sag...
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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º PROGRAMA DE JUVENILES 2º Curso 1. Jesús, Pan de Vida. 2. El Sacramento de la Penitencia. 3. La Sagrada Biblia (I): Introducción. 4. La Sagrada Biblia (II): El Antiguo Testamento. 5. La Sagrada Biblia (y III): El Nuevo Testamento. 6. El Adviento. 7. Dios envía a su Hijo para salvarnos (la Navidad). 8. La Iglesia y el Papa. 9. El Sacramento del Bautismo. 10. El Sacramento de la Confirmación. 11. El Sacramento de la Unción de los Enfermos. 12. Y después de la muerte ¿qué? 13. La Cuaresma. 14. El Sacramento del Matrimonio. 15. El Sacramento del Orden Sacerdotal. 16. Jesús se entrega a la muerte para salvar a los hombres (la Semana Santa). 17. El Sepulcro vacío (La Resurrección). 18. La Santísima Trinidad. 19. «Hijo, ahí tienes a tu Madre». 20. Educación en valores (criterios para ver la TV, etc). 21. Las Virtudes Teologales (Fe, Esperanza y Caridad). 22. La Infancia Espiritual (Predilección de Jesús por los niños). 23. También en vacaciones somos testigos de Jesús. 24. (Película).

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1. Jesús, Pan de Vida Objetivo: Este tema es complemento del tema “La Santa Misa” del Curso 1º. No se trata de volver a dar otra vez el mismo tema, sino de recordar brevemente aquel tema, haciendo preguntas a los niños, y luego completarlo con lo que se pone a continuación. El objetivo es, pues, enseñar a los niños que el Sacramento de la Eucaristía no es sólo la Misa, sino que Jesús está presente también en el Sagrario. Esquema: Jesús en una ocasión habló a los que le seguían diciendo: “Yo soy el Pan de Vida... Soy el pan viviente bajado del Cielo. Quien coma de él no morirá, vivirá para siempre y el pan que os daré es mi Carne para la vida del mundo... En verdad os digo: si no coméis la Carne del Hijo del Hombre y no bebéis su Sangre no tenéis vida. Quien come mi Carne y bebe mi Sangre tiene vida eterna y Yo la resucitaré en el último día. Porque mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en Mí y Yo en él” (Jn 6, 26-59). Jesús se presenta como el nuevo y verdadero Pan de Vida, que es alimento necesario para tener vida eterna, resucitar en el último día y permanecer en Cristo. Ese Pan de Vida, que es Jesús mismo, es la Eucaristía. Y porque la Eucaristía es el mismo Jesús que ha querido quedarse con nosotros, por eso merece todo nuestro respeto y nuestro amor. En la Eucaristía (es decir en las formas consagradas por le sacerdote en la Misa) está Dios, está Jesús con todo su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad. Y esto lo sabemos porque Él mismo lo dijo: “Esto es mi Cuerpo...Ésta es mi Sangre”. Por eso, aunque nosotros no veamos con los ojos de la cara a Jesús presente en la Eucaristía, debemos creerlo porque Jesús siempre decía la verdad. Y porque Jesús está ahí, en la Eucaristía, nos ponemos de rodillas cuando estamos delante de Ella. ¿No os habéis fijado cuándo nos ponemos de rodillas en la Misa? Nos ponemos de rodillas cuando Jesús se va a hacer presente en la Eucaristía (consagración), y cuando le tenemos dentro de nosotros (comunión). Pero Jesús no está en la Eucaristía sólo durante la Misa, sino que permanece “encerrado” por amor a nosotros en el Sagrario. ¿Quién sabe lo que es el Sagrario? Es el cofre de metal o madera donde se guarda la Eucaristía, y Jesús permanece allí siempre. Por eso, al entrar en la Iglesia lo primero que debemos hacer es saludar al Señor haciendo una genuflexión, y quedarnos unos momentos de rodillas delante de Él hablándole de nuestras cosas. A veces, el sacerdote expone la Eucaristía en la custodia encima del altar. La custodia es un objeto de metal alto, que tiene en el centro un cristal detrás del cual se pone a Jesús para que nosotros le podamos adorar. Cuando hacemos un rato de oración es como si estuviéramos hablando con Dios por teléfono; pero aquí, durante la exposición (y también durante la comunión) no hace falta teléfono, porque a Jesús lo tienes cara a cara. Así que debemos sacar el propósito de ir un rato antes de que empiece la Misa, para hacer una visita al Santísimo, a Jesús, y hablar con Él cara a cara. (Se puede acabar contando algún ejemplo, como la historia de san Antonio de Padua y el burro; o alguno de los milagros eucarísticos).

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2. El Sacramento de la Penitencia Objetivo: Que los niños aprendan en qué consiste el Sacramento de la Penitencia, por qué es necesario, por qué tiene que ser con un sacerdote, etc. Primero hay que hacerles recordar lo que se dio en el Curso 1º, sobre todo cuáles son los elementos para una buena confesión. Esquema: El Sacramento de la Penitencia fue instituido por Jesús cuando dio a los Apóstoles y sus sucesores el poder de perdonar los pecados (mirar Jn 20, 23). Dios dio este poder sólo a los sacerdotes, y a nadie más, y por eso el modo ordinario de perdonarse los pecados es la confesión con un sacerdote. ¿Por qué decimos que la confesión es un sacramento? Porque es un gesto sensible, instituido por el Señor, para comunicar o restituir la gracia perdida. Sabéis que el sacerdote tiene que guardar el sigilo sacramental, es decir, que no puede decir nada de lo que ha oído en la confesión. Esto ha llevado a muchos sacerdotes a realizar actos heroicos por guardar el secreto de confesión, incluso hasta dar la vida. Juan Nepomuceno era un sacerdote que estaba en la corte del rey español hace varios siglos. Él era el confesor de la reina. El rey, que era muy celoso, sospechaba que su mujer, la reina, le era infiel, así que para asegurarse de ello le preguntó a Juan Nepomuceno si la reina se había confesado alguna vez de serle infiel. Juan le dijo que él no podía decir nada de lo que oía en la confesión. El rey le amenazó, porque quería enterarse; pero él siguió callado. El rey le torturó y le torturó muchísimo, hasta matarle, pero nunca consiguió que Juan Nepomuceno dijera nada acerca de las confesiones de la reina. Por eso Juan Nepomuceno murió mártir, por guardar el secreto de la confesión; y por eso, si alguna vez veis una estampa de San Juan Nepomuceno, veréis que se le representa con un candado en la boca, porque permaneció callado. Otro caso parecido le ocurrió al Padre Einaldi. Él era un sacerdote que estaba de misionero en la China comunista. En China se persigue a los católicos (hace poco se ha canonizado a más de 100 mártires chinos, muertos por la fe). El gobierno comunista tenía mucho odio a los católicos y quería acabar con todos ellos, así que idearon un plan: “cazarían” a un sacerdote católico y amenazándole les diría quiénes son los demás católicos y qué crímenes (pecados) habían cometido cada uno, y así podrían detener a todos los católicos y meterles en la cárcel. Así consiguieron apresar al Padre Einaldi, y le metieron en la cárcel pensando que les diría todo lo que querían; pero el Padre Einaldi, como veía que corría el peligro de revelar el secreto de confesión, con una valentía heroica se cortó la lengua él mismo, y así ya no podía decir nada de nada. Con el tiempo, el Padre Einaldi fue liberado, consiguió salir de China y escribió un libro titulado “Por qué me corté la lengua”. Estos dos casos que hemos visto son sólo un ejemplo de lo que puede llegar a hacer un sacerdote. Todos los sacerdotes harían lo mismo en esas circunstancias. Por eso no tenemos que tener vergüenza a la hora de confesar, porque el sacerdote no lo contará a nadie, y porque además, seguro que no eres tú el primero que viene con esos pecados. Además el sacerdote, después de la confesión olvida lo que ha escuchado, de modo que no puede hacer uso para nada de lo que ha oído en el confesionario. Y la razón por la que debe ser la confesión con un sacerdote es que así lo quiso el Señor (que es quien pone las condiciones para el perdón), y porque además así es mejor:

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º Los judíos “se confiesan” poniéndose delante de un muro (el “muro de las lamentaciones”, que son las ruinas del antiguo Templo de Jerusalén, del tiempo de Jesús) y diciéndole sus pecados al muro; pero el muro está muerto, no les oye, no les habla, no les aconseja, no les consuela, no les ayuda, no les perdona. Sin embargo un sacerdote no sólo escucha, sino que aconseja, anima, ayuda, y sobre todo, perdona. Los protestantes dicen que “se confiesan” directamente con Dios, que no les hace falta decirle los pecados a un sacerdote. Pero esto va en contra de lo que dijo Jesús. Si ellos fueran de verdad cristianos, harían caso de lo que dijo Cristo, y Cristo dijo que los que podían perdonar los pecados eran sólo los apóstoles y sus sucesores. Lo que ellos hacen es como pretender hablar por teléfono, pero sin teléfono; o escribir pero sin lápiz ni papel; porque el que perdona los pecados es Dios, pero el instrumento que Él ha tiene son los sacerdotes.

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3. La Sagrada Biblia (I): Introducción Objetivo: Que los niños sepan qué es la Biblia, por qué es importante, por qué se lee en la Misa, quién la escribió,... y sobre todo que tengan un gran amor a la Historia Sagrada (historia del Pueblo de Dios), y que sepan manejar una Biblia. Esquema: Para nosotros, los cristianos, la Biblia es un libro Sagrado, está inspirado por Dios y contiene su palabra y mensaje; es un libro Divino. Pero también es un libro humano, porque Dios se sirvió de hombres, a quienes inspiraba, para que fueran los instrumentos a través de los cuales Él se iba a dar a conocer. La Biblia no es un solo libro, es un conjunto de 73 libros. “Biblia” es un palabra griega que significa “libros”, no “libro”. La escribieron muchos autores diferentes, inspirados por Dios, a lo largo de más de mil años y tiene una gran variedad de temas como historia,, poesía,... Tiene dos grandes partes: el Antiguo Testamento, con los escritos antes de Cristo, y el Nuevo Testamento, con los escritos después de Cristo. La Biblia, se podría decir que es una larga carta que Dios nos escribe a nosotros, los hombres; por eso la leemos todos los días en la Misa. Cuando una familia tiene un hijo que está lejos, y el hijo escribe a la familia, nada más recibir su carta, la familia se reúne y el padre lee en voz alta la carta, muy emocionado. Cuando ese padre lee la carta de su hijo, está toda la familia alrededor de él, porque es un hecho importante, a todos les importa lo que va a leer. De modo semejante ocurre en la Biblia, donde no es un hijo el que nos escribe, sino el Padre, Dios, nuestro Señor y Creador, y por eso toda la familia cristiana nos reunimos en la Iglesia para oír esa carta de Dios y celebrar la Eucaristía. Alguno podría pensar que no tenga sentido leerla actualmente, pues es tan antigua que lo que en ella se lee no se refiere a nosotros, sino a los hombres de la época en que se escribiera. Pero esto no es así. La Biblia, como ya hemos dicho, es palabra de Dios, y la palabra de Dios tiene una característica que la palabra humana no tiene, y es que la palabra de Dios es siempre eficaz, es decir, es siempre actual. Cuando un hombre dice algo, su palabra tiene valor, está claro, pero puede llegar un momento en que ya no sirva para nada lo que ha dicho (por ejemplo, si yo digo “hoy es sábado 28 de Octubre”, eso tiene su valor, pero mañana ya no es útil, ya no me dice nada) sin embargo, todo lo que Dios ha dicho es como si lo acabara de decir en este mismo instante, y por eso tiene una perenne actualidad, por eso nunca es anticuado. Por todo esto vemos que la Biblia es muy importante para la vida del cristiano. Por eso todo cristiano debería tener una Biblia en su casa, en su habitación, en su mesa. Y no debería tenerla como adorno o como pisa-papeles, sino que debería leerla un poco todos los días. En los próximos días veremos qué contiene cada parte de la Biblia. Pero sí habría que decir que la Biblia contiene la Historia de Israel (el Pueblo que Dios se escogió como medio para darse a conocer al mundo entero) y sobre todo, y más importante, las palabras y los hechos de Jesús, así como los primeros años de la Iglesia. Vamos a ver en un momento cómo se utiliza la Biblia. Cuando se quiere leer un trozo de la Biblia que nos han recomendado, hay una manera de “citar” ese pasaje, es decir, unas pistas par que podamos encontrar fácilmente ese pasaje entre tantas páginas. Cuando se cita un pasaje para que lo busquemos en la Biblia, primero se indica el Libro al que pertenece ese pasaje. Cada libro de la Biblia tiene una abreviatura, por

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º ejemplo el Evangelio según san Marcos se abrevia poniendo sólo “Mc”, el libro del Génesis, poniendo sólo “Gn”, y así con todos los libros. Después de indicar en qué libro se encuentra el pasaje que estamos buscando, se indica el Capítulo, lo cual se hace con un número. Y después del capítulo, se indican los versículos que abarca ese pasaje; y se indican con dos números separados por un guión (“-“). Vamos a ver un ejemplo: Nos piden que busquemos el pasaje en que Jesús cuenta la Parábola del Hijo Pródigo, y nos dan la siguiente cita:

Lc 15, 11-32 El pasaje está en el En el Libro llamado “Evan- Capítulo 15 gelio según san Lucas”

En los versículos del 11 al 32 inclusive

(Se pueden poner varios ejemplos para que los niños vayan ejercitándose en el manejo de la Biblia. Se podría hacer de varias maneras, una de ellas es la siguiente: dividir el grupo en dos “bandos” de igual número de niños. Se coge al primer niño de cada “bando” y se les da una cita facilita para que la busquen. El niño que primero la encuentre gana un punto para su equipo. Luego los dos siguientes, y luego otros dos, y así con todos. Ganará el equipo que hay sido más rápido el mayor número de veces. Esto conviene hacerlo, sobre todo si no son demasiados niños, para que no se alargue mucho; si son muchos niños, se puede hacer cogiendo sólo a algunos niños.)

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4. La Sagrada Biblia (II): El Antiguo Testamento Objetivo: Conocer a grandes rasgos la historia del Pueblo de Israel elegido por Dios para revelarse a todos los pueblos. Presentar a algunos de los personajes más importantes de la Biblia, por ejemplo Adán y Eva, Abraham, Moisés, el rey David,..., pero muy brevemente, destacando sus virtudes, etc... Material: Para explicar la historia del Pueblo de Israel, se puede dibujar en la pizarra un mapa de la zona de Egipto, Palestina y Babilonia, e ir marcando con flechas los distintos momentos para que sea más amena la reunión. Esquema: Como ya dijimos en el tema anterior, la Biblia tiene dos grandes partes: el Antiguo y el Nuevo Testamento. Vamos a hablar hoy del Antiguo Testamento, que contiene los libros que se escribieron antes de Jesucristo, y que cuentan, con diversos estilos, la historia del Pueblo de Israel, empezando desde la Creación del Mundo hasta la época inmediatamente anterior a Jesús. El A.T. está compuesto por 46 libros. En estos 46 libros hay algunos que son libros históricos (por ejemplo, el Génesis, el Éxodo o los Macabeos), libros sapienciales (los Salmos, Sabiduría, Proverbios,...), libros de leyes (como los Números o el Levítico), etc. Pero todos estos libros tienen en común que son la historia de nuestra salvación, la preparación de la venida de Jesucristo. Todos estos libros, como los libros del N.T., son inspirados por Dios, es decir, que los hombres que los escribieron, pusieron por escrito aquellas y sólo aquellas cosas que Dios quería darnos a conocer. Por tanto, podemos decir con verdad que es el mismo Dios el que nos está hablando; y si es Dios el que nos habla, no puede equivocarse, es decir, que todo lo que leemos en la Biblia es cierto. Conozcamos ahora un poco de la Historia del Pueblo de Israel (se puede hablar un poco de la historia de Adán y Eva, pero sin extenderse, porque el tema de la creación va en otro capítulo, y aquí interesa más la historia de Israel). Todo comenzó con un hombre escogido por Dios para fundar un Pueblo: el hombre es Abraham, “nuestro padre en la Fe”. Dios le llamó y le hizo salir de su tierra (Ur) para guiarle a una nueva tierra, la Tierra Prometida, donde se establecería él con toda su familia, y le prometió una gran descendencia. Él, fiándose de la Palabra del Señor, se puso en camino sin saber aún donde estaba esa “tierra prometida”. Hizo así un verdadero acto de fe. Dios probó su fe poniéndole pruebas que sólo la fe podría vencer. Llegó por fin a la Tierra Prometida y se asentó allí con toda su familia. Sus descendientes son los llamados “Patriarcas”, como por ejemplo su hijo Isaac y el hijo de éste, Jacob. Jacob se llamaría después Israel (fue el mismo Dios el que le cambió el nombre). Jacob tuvo 12 hijos que formaron 12 tribus, las “tribus de Israel”. Los doce hijos de Jacob bajaron a Egipto, pues estaban sufriendo una tremenda época de hambre. Allí vivió 400 años el Pueblo de Israel, y los israelitas fueron esclavizados por el Faraón. Como los israelitas se estaban multiplicando mucho, y podía revelarse contra el Faraón, éste mandó matar a todos los niños varones israelitas que fueran naciendo. Murieron así muchísimos niños, pero uno de ellos se salvó de la matanza y fue recogido por la hija del Faraón. Este niño se llamará Moisés y será el hombre que Dios escogió para liberar al pueblo esclavizado. Gracias a las acciones poderosas que Dios hacía por

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º medio de Moisés, el pueblo fue liberado y anduvo 40 años caminando en busca de la Tierra Prometida (aquella a la que había llegado al principio Abraham). Durante este camino tiene lugar la Alianza que Dios sellaría con su pueblo; Alianza que Dios entregó a Moisés grabada en unas tablas de piedra: la Tablas de la Ley. (Si no se ha visto, se recomienda muy vivamente ver la película de dibujos animados titulado “El Príncipe de Egipto”, que cuenta la historia de Moisés hasta la Alianza en el Sinaí). Después de esos 40 años llegaron a aquella tierra, y allí fueron gobernados por jueces, luego por reyes. El segundo de esos reyes será el Rey David; estamos en el año 1000 antes de Cristo. Este rey era un hombre de estatura pequeña pero de gran corazón que amaba a Dios con todo el alma. El dirigió el gobierno del Pueblo de Israel con sabiduría y justicia, y aunque también tuvo errores y cometió graves pecados (como el asesinato de su mejor general, Urías, para quedarse con su mujer), llegó a ser un gran santo pues era muy humilde y tenía un corazón sincero que le llevó al arrepentimiento de sus faltas. El hijo de David será Salomón, un rey de gran sabiduría, pero que con el tiempo se irá detrás de otros dioses, siendo infiel al Señor. Con su muerte se acabará la unidad del Pueblo de Israel, y así, se dividirá el Pueblo en dos reinos, que estarán en lucha muchos años, y serán invadidos por varias civilizaciones que impondrán sus culturas, sus leyes, sus estructuras y que deportarán a gran número de israelitas fuera de sus tierras. La más importante fue la Deportación de Babilonia. El Pueblo sufrió mucho por la opresión de estos pueblos. El último imperio que invadió la zona y oprimió al Pueblo fue el Imperio Romano, con quien los judíos entablaron duras luchas, sin lograr apenas nada. Así se llegó a la situación en que nacería Jesús: el pueblo aún dividido en dos “bandos”, todos ellos sometidos a la autoridad de un pueblo extranjero, y esperando con todo el corazón la llegada del Mesías que Dios había prometido para que le libere de toda opresión. Ellos esperaban un Mesías simplemente político, y se encontraron con algo mucho más que eso, pero no le reconocieron. De esto hablaremos ya el próximo día. (Se puede acabar haciendo algunas preguntas sobre la historia de Israel, o sobre los personajes que se han propuesto)

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5. La Sagrada Biblia (y III): El Nuevo Testamento Objetivo: Saber dar razón de por qué el Nuevo Testamento es más importante que el Antiguo Testamento, dar a conocer a los personajes más importantes: Jesús, María, José, los Apóstoles, san Pablo,... Esquema: El Nuevo Testamento es la segunda gran parte de la Biblia, está formado por 27 libros todos ellos escritos después de Cristo. Ya dijimos cómo el A.T. era la revelación de Dios que se daba a conocer a un pueblo, el Pueblo de Israel. Esa palabra que Dios dirigía al Pueblo de Israel estaba encaminada para preparar al Pueblo para recibir la gran noticia que se dará en el Nuevo Testamento, por eso es más importante el Nuevo que el Antiguo Testamento. El N.T. está formado por distintos tipos de libros. En él encontramos muchas cartas escritas por los apóstoles (dos cartas de san Pedro, una de Santiago, otra de san Judas, tres de san Juan, y catorce escritas por san Pablo), también tenemos un libro en que se cuenta la historia de los primeros años transcurridos después de que Jesús subiera al Cielo (los Hechos de los Apóstoles), y un libro escrito con un lenguaje muy simbólico que es el Apocalipsis; pero sin duda los cuatro libros más importantes del Nuevo Testamento (y de toda la Biblia, por tanto) son los cuatro Evangelios, escritos por dos apóstoles (San Mateo y San Juan) y dos discípulos (San Marcos y San Lucas). “Evangelio” es una palabra griega que significa “Buena Nueva”, “Buena Noticia”. Se llaman así porque son los libros que anuncian la “Buena Noticia” del nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesús, el Hijo de Dios, el Mesías prometido desde antiguo y anunciado por los profetas. Se llaman “Buena Noticia” porque realmente ésta es la mejor noticia que los hombres podíamos recibir, pues era el comienzo de la obra de nuestra Redención, que realizaría Cristo para librarnos del dominio del pecado y de la muerte. Otra razón para ver que los Evangelios es la parte más importante es que, mientras en todos los demás escritos de la Biblia alguien nos habla de Dios, en estos cuatro libros es el mismo Cristo el que habla y actúa, pues los evangelios nos cuentan con total fidelidad las cosas que Jesús hacía y decía. Si el tema central del A.T. era la preparación de la venida del Mesías, del Hijo de Dios, el tema central del N.T. es Cristo mismo y su mensaje de salvación para todos los hombres de todo el mundo. Como los Evangelios son más importantes que el resto de la Biblia, cuando se leen en la Misa, todos nos ponemos de pie, y no sentados como al leer las lecturas del A.T. o de los demás libros del N.T. En los Evangelios encontramos muchas cosas que Jesús hizo y dijo. Fijándonos en esas cosas podemos saber muchas cosas de cómo era Jesús y de qué nos enseña. Así cuando vemos a Jesús curando muchos enfermos o multiplicando unos panes y unos peces para que coman los que le seguían, etc, podemos pensar en la gran caridad que Jesús tenía con todos (especialmente los necesitados), y cómo nos enseña a nosotros a ser también caritativos con todos. O cuando vemos a Jesús perdonando los pecados de mucha gente y perdonando a los que le estaban matando, nosotros vemos qué grande es su misericordia y nos enseña a perdonar siempre. Otras veces vemos a Jesús que sale en defensa de una pecadora y, aunque Él sabía que era pecadora, no la juzga, sino que la deja marchar libre de sus acusadores habiéndole transformado el corazón; esto nos muestra cómo es Jesús de compasivo y nos enseña a no juzgar nunca a nadie. Hay otras

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º veces en las que vemos a Jesús que pasa largas horas y noches enteras rezando, lo cual nos enseña cómo está totalmente unido al Padre y cómo hemos de rezar continuamente. Así podríamos ir sacando enseñanzas sobre Jesús para nosotros en cada página de los Evangelios (igual podríamos hacer con la caridad con que corregía los fallos de los apóstoles, o con los padecimientos que sufrió por nosotros, o viendo la humildad de Jesús desechando toda honra hasta cuando le querían hacer rey, o...). Un papel relevante también lo ocupa la Virgen María, que es la mujer escogida por Dios para ser la Madre de Jesús. En Ella brillaron todas las virtudes en grado sumo y es ejemplo para todos nosotros. Pero no nos vamos a extender aquí porque sobre Ella hablaremos un día en concreto. También destacan los Apóstoles, que fueron aquella gente humilde, sencilla (pescadores la mayoría), que Jesús escogió como amigos íntimos y a los que encargó la misión más importante de toda la historia: llevar el Evangelio a todo el mundo. Ellos realizaron su misión a la perfección, llevando el Evangelio hasta los confines del mundo conocido. Ahora nos toca a nosotros seguir su tarea. Si 12 hombres consiguieron llevar el Evangelio a todo el mundo conocido, nosotros, que somos muchísimos más de 12, ¿cómo estamos trabajando por dar a conocer esta Buena Noticia a todos los hombres?

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6. El Adviento Objetivo: Que los niños sepan el sentido de este tiempo litúrgico y los gestos que en él se realizan, y se preparen bien para la Navidad. Esquema: El adviento es el tiempo de preparación y esperanza de la Navidad. Dura cuatro semanas (cuatro domingosÎcuatro velas de la corona de adviento). Es tiempo de preparación para el nacimiento del Hijo de Dios, del Redentor, de Jesús, el Salvador. Preparación interior mediante la oración, la confesión, los sacrificios y especialmente la Santa Misa; vivir esto más intensamente que el resto del año (Ejemplo: cuando va a nacer un niño en una familia, se crea un ambiente de expectativa, de alegría, pero también de sacrificio). Pero también preparación exterior, es decir, que se vea en nuestros actos que estamos más alegres y serviciales porque se acerca el Señor. Es también tiempo de esperanza ante la venida de Aquél que librará al hombre del pecado y abrirá las puertas del Cielo. Hay que esperar como le esperaría María, aceptando la voluntad de Dios, portándonos como sus verdaderos siervos, para que Jesús pueda nacer también en nuestros corazones. Esperar también como san Juan Bautista, que fue el “Precursor”, es decir, el que preparó al pueblo para la venida del Señor; así también nosotros debemos prepararnos nosotros y preparar a los demás para este gran acontecimiento. La Primera Venida de Cristo a la Tierra era un acontecimiento tan grande que Dios quiso prepararlo durante muchos siglos. Esto es lo que se ve en el Antiguo Testamento: todos los profetas anunciaron “con pelos y señales” el nacimiento del Mesías. La Segunda y Definitiva Venida será al final de los tiempos (parusía). En el Adviento recordamos la primera venida y nos preparamos para la segunda.

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7. Dios envía a su Hijo para salvarnos (la Navidad) Objetivo: Profundizar en el sentido de la Navidad, animar a vivir una Navidad cristiana desechando todos los tópicos que pretenden paganizar esta fiesta, y, por tanto, proponer y explicar las prácticas que tienen verdadero sentido cristiano. Esquema: Ya se acercan las fiestas de Navidad. Son las fiestas más entrañables, donde se juntan las familias, todo el mundo habla de paz, de amor, se cantan villancicos, etc. Todo esto está muy bien, pero sólo si no se pierde el originario sentido cristiano de estas fiestas. Por eso vamos a ver primero cuál es el origen de la Navidad, qué celebramos, y qué espera Dios de cada uno de nosotros esta Navidad; y luego hablaremos un poco del modo como hay que vivir la Navidad y el modo como no hay que vivirla. Ciertamente la Navidad es una fiesta que debe estar muy dentro del corazón de un cristiano, porque en ella se celebra el Nacimiento (esto es lo que significa “navidad” o “natividad”) de Nuestro Señor Jesucristo, y por tanto celebramos el comienzo de la obra redentora de Cristo, el principio de nuestra salvación. Es un gran misterio. Si preguntáramos a un hombre de antes de Cristo cuál se imaginaba que sería el medio que Dios podía usar para librarnos del pecado, nos contestaría: “Dios debería mandar un castigo muy fuerte para que nos arrepintamos de nuestros pecados”; o “ya podía Dios mandar a la tierra una legión de ángeles que con una inteligencia muy superior a la nuestra nos convencieran para que nos convirtiéramos”. Sin embargo, Dios decidió algo que el hombre nunca se habría imaginado: ¡¡se iba a encarnar, Dios se iba a hacer hombre!! Y si siguiéramos hablando con este hombre, después de que se repusiera de la gran noticia, le podríamos preguntar dónde se imaginaba él que nacería este DiosHombre; a lo cual, seguro que nos contestaba: “está bien claro, en Roma, capital del Imperio (la ciudad más importante del mundo entonces); o si no, en Atenas, la ciudad de los grandes sabios, de los grandes personajes, de la gente importante; o si no en Jerusalén, capital de la religión, donde están los grandes sacerdotes y los letrados; o en un Palacio grandísimo rodeado de todos los bienes que se pueda imaginar, porque al fin y al cabo es Dios el que va a venir y Él es dueño de todas las cosas”. Pero otra vez tendríamos que decirle que no, que se equivoca de parte a parte: Dios va a hacerse Hombre y a nacer en Belén, una pequeña aldea que ni siquiera aparece en los mapas, y que no va a tener siquiera una cuna, ni siquiera una casa, sino que va a nacer en una cueva, acompañado sólo de dos personas (su Madre y su padre adoptivo) y de dos animales. Después de esto seguro que aquel hombre nos llamaría locos y no seguiría hablando con nosotros; y es que por una parte es lógico: ¿quién se podía imaginar que fuera a suceder así? Y sin embargo así fue. Ya Dios lo había anunciado con mucho tiempo por boca de los profetas, que dijeron hasta los detalles más pequeños sobre el nacimiento del Mesías. Esto es pues lo que celebramos en la Navidad, que Dios nos ha querido salvar del pecado, y para esto Él mismo ha bajado a la Tierra haciéndose Hombre para salvar al hombre. Por tanto en Navidad no se celebra que estemos de vacaciones, ni que vengan los Reyes Magos, ni que las calles estén llenas de luces de colores, ni que veas a tus amigos y familiares, ni... Todo eso es en función de que lo que celebramos es el Cumpleaños de Jesús, y por eso nos dan vacaciones, y por eso se adornan las calles, y por eso vemos a nuestros familiares,... para que la fiesta la celebremos todos juntos.

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º Pero todas estas cosas no tendrían ningún sentido si no se celebrara la noticia más importante del mundo: que Dios nace Niño por nosotros. Por todo esto estas fiestas de Navidad hay que vivirlas con profundo espíritu cristiano, intensificando nuestras oraciones, aumentando nuestras virtudes, preparando bien nuestro corazón para que el Niño Jesús pueda nacer en ellos y encuentre en ellos el calor y el cobijo que le faltaron en Belén. Para vivir bien la Navidad hay algunas prácticas muy recomendables: en primer lugar asistir a Misa todos los domingos, por supuesto, pero también los días grandes de estas fiestas: la noche del 24 de Diciembre (Misa del Gallo), el día 25, el día 1 de Enero (dando gracias a Dios por el nuevo año), el día 6 de Enero,...). También es muy recomendable confesar a menudo, sobre todo unos días antes del 24, para que Jesús encuentre totalmente limpio nuestro corazón. Por las mañanas y antes de acostarnos, ir unos instantes delante del “nacimiento” o belén que tengamos puesto en casa, y hacer allí las oraciones de la mañana y de la noche. También cantar en familia alrededor del belén los hermosos villancicos populares que tanto agradan a Jesús. Por último hay que huir totalmente de vivir la Navidad paganamente, es decir, sin tener en cuenta qué es lo que se celebra; sino tener siempre presente esto. Viven paganamente la Navidad aquellos que sólo piensan en los regalos que les van a traer los Reyes Magos, o los que sólo piensan en que no tienen que ir al colegio, o los que no rezan, no van a Misa,..., o aquellos que viven desentendidos de los más pobres y necesitados. Navidad es un tiempo para “cargar las pilas” y llenarnos de aquello que tenemos que dar a los demás durante el año, es decir, es un tiempo para llenarnos de amor a Dios y a los demás (que se debe manifestar en obras de caridad hechas a lo largo de todo el año), llenarnos de alegría, llenarnos de ilusión por la vida,... en una palabra: llenarnos de Dios. Los que no viven así, no viven “la Navidad”, sino “las navidades”, o sea, las vacaciones sin más. Nosotros, sin embargo sacamos mucho más fruto, aprovechamos mejor las vacaciones si las vivimos como Dios manda.

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8. La Iglesia y el Papa Objetivo: Que los niños sepan por qué la Iglesia Católica es la verdadera y las otras no, por qué no da lo mismo estar en una que en otra, sepan diferenciarlas, y, sobre todo, lleguen a amar de corazón los “tres amores del católico”: la Eucaristía, la Virgen María y el Papa. Es un tema muy denso; no conviene dar a los niños todos los datos, sino basarnos sobre todo en los ejemplos, y tratar de hacerlo lo más ameno posible. Si se ve que es demasiado largo, suprimir la parte de las razones de la Divinidad de Cristo. Esquema: 1. La Iglesia Católica es la Verdadera Iglesia: Jesús, fundó su Iglesia sobre la Roca de Pedro (“Tú eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia”). Él fundó una sola Iglesia, no varias, por lo tanto si hay muchas iglesias (católica, evangélica o protestante, anglicana, ortodoxa,...) no pueden ser verdaderas todas, sino sólo una. ¿Cuál será la Iglesia verdadera? Aquella que permanezca tal cual la fundó Cristo. Y esa es la Iglesia Católica, como vamos a ver a continuación. Desde el primer momento en que Cristo fundó su Iglesia, lo hizo poniendo a un hombre como cabeza de la Iglesia; ese hombre fue san Pedro, primer Papa. Por lo tanto Jesús fundó su Iglesia sobre el Papa. Cuando san Pedro murió, los Apóstoles y sus sucesores, escogieron a otro papa, que sucediera a san Pedro; se llamaba Lino; cuando Lino murió, se escogió a otro, y así fue siguiéndose la sucesión de Pedro hasta nuestros días, hasta el Papa Juan Pablo II (y cuando éste muera vendrá otro papa, y así hasta el final del tiempo). Y así la Iglesia sigue siendo la misma hoy que el primer día que existió, no ha cambiado prácticamente nada. Luego si la Iglesia Católica de hoy es la misma que la Iglesia que fundó Cristo hace 2000 años, esto quiere decir que es la Iglesia verdadera. 2. Las Otras Iglesias: A través de los siglos han ido surgiendo otras iglesias que nacieron de la misma Iglesia Católica, pero que se separaron por diversos motivos. Así, las iglesias protestantes se separaron del Papa, y por tanto de la Iglesia que fundó Cristo, porque un monje llamado Lutero no estaba de acuerdo con lo que decía el Papa, y así fundó él su propia iglesia. Los protestantes no creen que Jesús esté realmente en la Eucaristía, no creen en la autoridad del Papa concedida por el mismo Cristo, y no creen que la Virgen María sea la Madre de Dios. ¿Cómo va a ser la verdadera Iglesia una que ha surgido varios siglos después de Cristo, que no cree algunas de las cosas que Cristo dijo, y que ha sido fundada por un monje que no aceptaba la doctrina del Papa? Otro ejemplo es la iglesia anglicana, fundada por el rey Enrique VIII de Inglaterra. Este rey quería divorciarse de su legítima mujer para casarse con otra mujer, pero sabía que la Iglesia (y Dios) no lo permitían; por eso él decidió separarse del Papa y de la Iglesia que fundó Cristo, para crear su propia iglesia, y nombrarse a sí mismo jefe de la iglesia. ¿Cómo va a ser la verdadera Iglesia una que ha sido fundada por un rey adúltero que sólo pretendía divorciarse de su mujer y que se nombra así mismo jefe espiritual? Del mismo modo los ortodoxos, los coptos, y otras iglesias se han ido separando del Papa y de la Iglesia tal como la fundó Cristo, por un motivo o por otro; pero la única que sigue siendo la misma a través de los siglos desde que la fundara Cristo es la Iglesia Católica.

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º Viendo esto se entenderá que no da lo mismo estar en una iglesia o en otra, pues mientras en una está la plenitud de la verdad, en las otras no está toda la verdad y lleva a grandes errores. Algo aún peor son las sectas. Las sectas son grupos más bien pequeños que se han separado de la Iglesia, y que lo único que les interesa es engañar y sacar dinero a los pobres que les siguen engañados. Hay algunas sectas muy conocidos y que tienen muchos seguidores, por ejemplo los Testigos de Jehová, los Mormones,... Veamos la diferencia que hay entre los fundadores de otras iglesia o sectas y Jesús: a) Jesús es el único que se ha llamado “Dios”. Mientras otros fundadores sólo se veían como unos “reformadores” de la misma iglesia, o como un enviado especial de Dios, o como un profeta nuevo, etc., Jesús es el único que abiertamente se ha llamado Dios (porque lo es ), y ha muerto por eso. ¿Cómo sabemos que Jesús es Dios? Lo sabemos principalmente por tres cosas: 1. Todas las profecías que hay en el A.T. sobre el Mesías se cumplen en Jesús, sin excepción. Profecías que habían sido reveladas por Dios muchísimos años antes de que naciera Jesús (algunas mil años antes de que naciera, otras menos,...) y que se cumplen con exactitud (por ejemplo, que nacería de una virgen; que nacería en Belén, un pequeñísimo pueblo de Palestina, que ni siquiera salía en los mapas; que se llamaría Jesús; que moriría en una Cruz injustamente condenado; que su corazón sería traspasado por una lanza;...) 2. Los milagros que hacía Jesús. Los milagros sólo los puede hacer Dios, aunque a veces se sirva de algún hombre como instrumento; sin embargo Jesús hacía Él los milagros, porque es Dios. El milagro más importante que hizo Jesús fue Resucitar después de llevar tres días muerto. 3. La santidad de vida que llevó Jesús. Sólo de Él se puede decir que “todo lo ha hecho bien” (Mc 7, 37); nunca nadie pudo acusarle de haber hecho algo mal, algo imperfecto; no pudieron acusarle y tuvieron que buscar testigos falsos para condenarle, pero ni siquiera esos testigos se ponían de acuerdo. Sin embargo los otros fundadores se caracterizan porque no sólo no dicen que sean Dios, si no que en ellos no se ha cumplido ninguna profecía (ni siquiera las que ellos mismos intentaban hacer: como el fundador de los Testigos de Jehová, que anunció tres veces el fin del mundo y las tres veces se equivocó), ni han hecho milagros (si de alguno se pensó que hiciera algún milagro, luego se demostró que era un fraude), y mucho menos llevaban una vida santa (como se verá a continuación). b) Jesús vivió rodeado de virginidad, de pureza. Él fue puro, su Madre también, san José, san Juan Bautista (su precursor), san Juan Evangelista (su predilecto), ... también fueron puros, vírgenes. Sin embargo los otros fundadores no se han caracterizado precisamente por esta cualidad; por lo menos algunos, como el fundador de los mormones, que murió linchado por sus vecinos, que ya estaban cansados de que sus hijas fueran a parar a su harén. c) Jesús fue pobre: nació pobre, vivió pobre, murió pobre y fue enterrado en un sepulcro que no era suyo. Sin embargo, los otros fundadores (especialmente los fundadores de sectas) se han enriquecido a fuerza de engañar a sus seguidores, por ejemplo el jefe de los Testigos de Jehová que construyó un enorme palacio de oro con el dinero de sus

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º seguidores engañados para cuando vuelva Cristo a la Tierra, y como aún no ha vuelto, allí está él viviendo. d) Sólo en la Iglesia católica se mantiene todo tal cual lo dejó Cristo. Sin embargo en muchas otras iglesias y sectas han tenido que cambiar hasta las cosas que creían, y tienen divisiones entre ellos porque no tienen la verdad, y cada uno pretende que lo que él dice sea la verdad. 3. Los Amores del Católico: Un católico, por tanto, debe tener tres amores, que no puede nunca olvidar, sino que debe tener muy en cuenta siempre. Estos tres amores del católico son: La Eucaristía, donde está Jesús realmente presente; La Virgen María, que es la Madre de Dios y Nuestra Madre; El Papa, que es el Vicario de Cristo, el “dulce Cristo en la Tierra” (que decía santa Catalina de Siena).

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9. El Sacramento del Bautismo Objetivo: Saber por qué este sacramento es el primero de todos y saber qué efectos produce en el alma. Esquema: ¿Por qué es el primero y más importante de los Sacramentos? Es el primero porque da la Gracia Santificante por primera vez, de manera que no se puede recibir ningún otro sacramento si no se está bautizado; y es el más importante porque es imprescindible para ir al Cielo. Por el Bautismo, todos los pecados son perdonados: el Pecado Original con el que nacemos todos, y los pecados personales que se hayan cometido (si el que se bautiza es una persona con uso de razón). El Bautismo perdona los pecados, pero no borra las consecuencias que estos tienen en el alma: la concupiscencia, la enfermedad, la muerte,... Además el Bautismo nos hace “hijos adoptivos de Dios” pasando de ser “criatura de Dios” a ser “hijo de Dios”. Por eso mismo nos incorpora al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia. Uno se empieza a llamar cristiano desde el momento en que es bautizado, porque la Iglesia es el Pueblo de los hijos de Dios. Para poder bautizar correctamente son necesarias tres cosas: - Derramar agua tres veces sobre la cabeza de la persona. - Decir las palabras de la fórmula: “N, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. - Tener la intención de hacer lo que hace la Iglesia al bautizar. ¿Quién puede bautizar y quién puede ser bautizado? Puede ser bautizado toda persona que no haya sido bautizada antes. Normalmente el que bautiza debe ser el sacerdote; pero puede ocurrir que haya un caso de emergencia (por peligro de muerte,...) en que haga falta bautizar y no se encuentre presente ningún sacerdote, entonces puede bautizar cualquier persona (incluso no cristiana) con tal de que cumpla las tres condiciones que hemos dicho. Tipos de Bautismo: Bautismo Sacramental: es el que se hace casi siempre, el que todos hemos visto, como hemos sido bautizados nosotros,... Bautismo de Deseo: cuando una persona desea bautizarse, pero muere antes de haberse podido bautizar, se dice que recibe el Bautismo de Deseo, que tiene las mismas consecuencias y efectos que el Sacramental. Bautismo de Sangre: es el que reciben aquellas personas que mueren mártires por defender la fe cristiana, aunque aún no estuvieran bautizadas (por ejemplo, los santos inocentes, y muchos mártires que han sido asesinados precisamente por estar preparándose para ser bautizados). Este sacramento sólo se puede recibir una vez, porque imprime en el alma un sello imborrable (carácter) que no se pierde nunca, de manera que a pesar de que tengamos muchos y horribles pecados, no hace falta volver a bautizarse, sino que basta con hacer una buena confesión. (Se puede acabar contando algún caso concreto que se conozca de bautismo de sangre o de deseo, o de casos de personas bautizadas en caso de peligro, por ejemplo la historia titulada “regalo de reyes”, del libro Éstos dan con alegría, pp. 120-123).

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10. El Sacramento de la Confirmación Objetivo: Que los niños conozcan en qué consiste este Sacramento, cuándo se recibe, quién lo administra, etc... Esquema: Cuando Jesús se estaba despidiendo de sus amigos, que estaban muy tristes porque Jesús iba al Cielo y ya no le iban a ver, les dijo unas palabras que les animaron mucho; les dijo: “Os conviene que Yo me vaya, porque si no me voy no vendrá a vosotros el Consolador, pero si me voy, os lo enviaré” (Jn 16, 7). En efecto, a los 50 días después de haber resucitado el Señor, estando los discípulos rezando en la casa con María, sintieron un viento impetuoso y unas llamas como lenguas de fuego se posaron sobre sus cabezas; era el Espíritu Santo que venía a llenarles de sus dones. Este Espíritu Santo era Aquél Consolador que les prometió Jesús. (Hch 2, 1ss) Ellos, llenos del Espíritu Santo, salieron a la calle, ya sin miedo a los judíos, y empezaron a hablar de Jesús por todas partes. Eso mismo que ocurrió el día de Pentecostés es lo que ocurre cuando recibimos el sacramento de la confirmación: recibimos el Espíritu Santo, que nos llena de sus dones y nos da la fuerza necesaria para ser testigos de Cristo por todo el mundo, sin tener miedo a nada. Nos hace soldados de Cristo. Si hay algo que caracterice a un soldado es su bravura; ¿quién ha visto a un soldado que sea un cobarde y tenga miedo a algo? Un soldado se enfrenta a cualquier enemigo, a cualquier peligro, con valentía, con fuerza, sin vacilar. Así, nosotros, al recibir la Confirmación, quedamos llenos del Espíritu Santo, que nos da su fuerza (fuerza de Dios) para enfrentarnos con nuestro mayor enemigo, el pecado, y salir victorioso de cualquier tentación. Además, una vez que recibimos este sacramento, una vez que pertenecemos a este “ejército”, no lo abandonamos nunca, por eso no recibimos varias veces este sacramento, sino sólo una. Este sacramento lo administra el Señor Obispo (o un sacerdote a quien él le dé permiso), y lo hace ungiendo la frente del que se va a confirmar con un poco de aceite (Sagrado Crisma). Los que aún no hayáis recibido este sacramento, porque aún no tengáis edad, preparaos bien para que cuando llegue el momento estéis ya bien entrenados. Que cuando llegue el Espíritu Santo a vuestra alma con todos sus dones, Él se encuentre bien a gusto, y así nunca os abandonará.

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11. El Sacramento de la Unción de los Enfermos Objetivo: Los niños no suelen saber nada acerca de este sacramento, y si alguno lo ha oído alguna vez, lo suele identificar con la muerte. El objetivo de este tema es presentar este sacramento en su realidad (muy distinta de la que nos imaginamos normalmente). Esquema: Jesús “pasó haciendo el bien” (Hch. 10, 38), curando a los enfermos, dando vista a los ciegos, abriendo los oídos de los sordos..., pero el mayor bien que hacía Jesús era perdonar los pecados. Ese bien que Jesús hacía a la gente lo quiere seguir haciendo también ahora, y por eso dijo a los discípulos cuando les envió a evangelizar: “En la ciudad en la que entréis (...) curad a los enfermos, expulsad demonios,...” (Lc 10, 9). Jesús dio a sus discípulos el poder de curar los cuerpos y también el alma. Eso es lo que hacen hoy los sacerdotes, que pueden curar las almas enfermas o muertas por el pecado con la confesión, y también, a veces, curar incluso los cuerpos enfermos con este sacramento. Este sacramento, que se llama Unción de los Enfermos, tiene por tanto tres fines principales: En primer lugar aumenta la gracia santificante, pues perdona los pecados veniales siempre, y también los mortales cuando no hay posibilidad de confesar. En segundo lugar da fuerzas para vencer las tentaciones y soportar con espíritu cristiano los sufrimientos de la enfermedad. En tercer lugar, a veces, Dios concede también la curación corporal, si eso conviene para el mayor bien espiritual del enfermo. Por eso, este sacramento no se refiere sólo a enfermos que estén en peligro de muerte inminente; sino que este sacramento puede recibirlo cualquier cristiano con uso de razón que por enfermedad o vejez tenga un mayor riesgo de mortalidad. Pero hay que tener bien claras dos cosas: que el fin principal que se busca con este sacramento es el bien espiritual del enfermo (que es más importante que el bien corporal); y también que un sacramento no es algo mágico. Podría ocurrir (y ocurre) que alguien reciba este sacramento al estar enfermo, y no se cure de su enfermedad, pero lo más probable es que esa persona si ha recibido el sacramento con buenas disposiciones, haya recibido gracias espirituales abundantísimas, por ejemplo, un mayor acercamiento a Dios, la aceptación del dolor y de la muerte, el ofrecimiento de sus sufrimientos en reparación,... La enfermedad puede ser, en muchos casos, el camino que Dios ha elegido para hablar al corazón de un hombre que se encontrara alejado de Él. En 1996 moría en Madrid Nicolás S. R. tras una penosa enfermedad. Cuando Nicolás era joven siempre había estado cerca de su parroquia, en un grupo de jóvenes de Acción Católica, trabajando apostólicamente, etc. Cuando se fue haciendo mayor, se fue alejando de Dios: su trabajo como prestigioso ingeniero le absorbía, no tenía tiempo para Dios,... Poco a poco se iba alejando más y más. Se había casado y tenía dos hijos. De repente empezó a sentirse mal, a tener problemas serios y decidió ir al médico para hacerse una revisión. El resultado de esta consulta no pudo ser más desalentador: tenía cáncer de intestino, había ya metástasis por varias zonas del cuerpo y apenas ya se podía hacer nada por su vida; era cuestión de tiempo: unos meses, quizá un año, dos,... Él recordó sus tiempos de joven. Cuando uno se encara a la muerte, recuerda muy bien cosas importantes de su vida. Se acordó de su fe, de las cosas que le habían enseñado en el catecismo, de las cosas que él mismo había enseñado a sus hijos,... Durante su

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º enfermedad tuvo que dejar el trabajo y así tuvo tiempo para pensar; para pensar en su vida, qué había hecho de ella, qué podía hacer aún, qué debía hacer,... Se dio cuenta de que su vida había perdido mucho desde que él había perdido a Dios y decidió encontrarse de nuevo con Él. Pidió a un sacerdote que le confesara y así fue. Así volvió a encontrarse con Dios. Desde que le descubrieron el cáncer acudía frecuentemente a la confesión y recibía la comunión que le llevaba a casa un sacerdote amigo de la familia. Cuando él sabía que era la hora de que llegara el sacerdote pedía que le arreglaran bien, que le peinaran, que le sentaran correctamente (pues apenas podía moverse) para que así estuviera bien presentable cuando llegara el Señor para meterse en su corazón. Incluso pidió recibir la unción de los enfermos, y la recibió con una fe admirable, consciente de que ese sacramento le servía para aumentar su unión con Dios y, si Dios lo permitía, para curarle. Había recobrado la fe que tenía cuando era joven; volvía a ser el mismo Nicolás amigo de Jesús y de María. A los pocos días de recibir la unción de los enfermos, Nicolás moría totalmente consciente de que iba a encontrarse definitivamente con Dios, moría con calma, con serenidad, con paz; la paz que se tiene al saberse amigo de Dios. Ahora surge la pregunta ¿por qué no le concedió Dios la salud corporal? Pero a esto contestamos con otra pregunta ¿Qué es más importante salvar el cuerpo o salvar el alma? Los que tuvimos la suerte de conocerle, de seguir paso a paso su enfermedad, sabemos que Dios hizo lo mejor que podía hacer: se llevó a Nicolás junto a Él en el mejor momento que podía. Quizá si Dios le hubiera concedido también la salud corporal él hubiera vuelto de nuevo a su vida anterior. Dios lo hace todo bien. (Este caso real puede servir como ejemplo, pero se pueden buscar miles de ejemplos parecidos).

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12. Y después de la muerte ¿qué? Objetivo: Dar a conocer esta realidad a los niños. Dejar claro que nuestro lugar no es la tierra, sino que esto es sólo un camino; nuestro lugar, para el que hemos sido creados, es el Cielo. Animar a llevar una vida tal que nos podamos encontrar con Jesús y con María en el Cielo siendo felices para siempre. Es un tema muy extenso por eso es conveniente pasar rápidamente por cada punto (para no dejarse nada por decir), y extenderse más en Cielo, Infierno y Purgatorio. Esquema: “Acuérdate de tus postrimerías y no pecarás” (Eclo. 7, 40) No pensar que uno es aún muy joven para hablar de estos temas, porque nadie sabe cuándo se va a morir; muchos han vivido muchos años, pero también los hay que mueren a nuestras edades, o más pequeños aún. 1- La Muerte: - Es cierta, es decir, sabemos que nos va a llegar a todos sin excepción. - Es incierto el momento en que nos llegará; por eso debemos estar bien preparados en todo momento. - Sólo se muere una vez, de ahí la importancia de que estemos preparados para morir bien, porque si morimos mal no podremos dar marcha atrás. - La muerte no es un fastidio, sino una gracia, por varias razones: ƒ Nuestro destino final es el Cielo, que es infinitamente mejor que la Tierra ƒ Si viviéramos eternamente en la Tierra nos volveríamos locos porque tendríamos que soportar eternamente trabajos, enfermedades, injusticias, incomodidades,... ƒ Si vivimos como Dios manda, moriremos contentos porque iremos a heredar una mansión eterna en el Cielo. - Nuestra actitud ante la muerte debe ser siempre de esperanza y de buena preparación (es decir, huyendo del pecado, poniendo nuestro corazón en el Cielo,...) 2- El Juicio Particular: - Cuándo: en el instante posterior a la muerte. - Cómo será: nuestra alma irá a ponerse en la presencia del Señor para ser juzgada por Él en relación a nuestra vida terrena. Se presentará toda nuestra vida como si fuera un video (pero mejor, porque también aparecerían nuestros pensamientos, nuestros deseos,...). - Quién está presente: Varias personas, con distintos papeles: ƒ Dios: que será el Juez que juzgará con infinita Misericordia e infinita Justicia. ƒ Nuestra alma: confiada y contenta si ha hecho el bien en vida; triste y aterrada si ha muerto en pecado mortal. ƒ Nuestro ángel de la guarda: será como la voz de nuestra conciencia mostrando todo lo que hay en nuestro interior, destacando las cosas buenas (es nuestro abogado defensor) ƒ La Virgen María: presentará a Dios nuestras buenas obras engalanadas (Ella también es Abogada nuestra). ƒ El demonio: mostrará nuestras malas acciones pero aumentándolas, porque sólo quiere nuestra condenación (es el fiscal)

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º - Sentencias posibles: Cielo, infierno o Purgatorio. 3- El Juicio Universal: - Cuándo: El último día, el día que venga Jesús de nuevo y se acabe esta Tierra. - Razón: Este juicio no cambiará la sentencia (sólo en un aspecto, que los que estén en el purgatorio saldrán de allí para ir al Cielo). Lo que quiere Dios con este juicio es mostrar a todo el mundo que en cada caso ha sido infinitamente Justo e infinitamente Misericordioso. - Resurrección: Ese día resucitarán nuestros cuerpos y así iremos a nuestro destino final (Cielo o Infierno) todo nuestro ser (alma y cuerpo). 4- El Infierno: - Qué es: Es el lugar al que van los que mueren en pecado mortal. Es la unión de todos los males sin mezcla de bien alguno. Es eterno, para siempre. Allí todo es sucio, feo, desagradable, incómodo,... - Penas: Las penas del infierno son eternas, duran para siempre. Hay dos tipos de penas: ƒ Pena de Sentido: cada alma en el infierno sufre muchísimas más penas corporales (dolores de cabeza, de muelas, sed, heridas, enfermedades terribles,...) y espirituales (enfados, disgustos, pena por separarse de alguien querido,...) que las que pudieran sufrir juntos todos los hombres de la historia. ƒ Pena de Daño: es la mayor pena que se sufre en el infierno y es que el alma, que ha sido creada por Dios, tiende naturalmente hacia Dios, pero a la vez se encuentra impedida de ir a Él (como el que tiene mucha sed, y tiene delante un gran vaso de agua, pero tiene la boca cosida y no puede beber). 5- El Purgatorio: - Qué es: Un niño le preguntó a su padre que era el purgatorio y el padre le dio una tabla y varios clavos, y le dijo que cada vez que cometiera un pecado clavara un clavo, y cada vez que lo confesara lo quitara. Al cabo de un tiempo, el niño se acercó al padre y le mostró la tabla toda llena de agujeros. El padre le dijo que para que la tabla quedara como nueva no bastaba quitar los clavos, sino que hacía falta una cera que cubriera los agujeros. El niño lo comprendió muy bien: los pecados afean nuestra alma, y no basta con confesarlos, pues así se nos quitan los pecados, pero no la marca que dejan en nuestra alma; para quitar esa marca es necesario el purgatorio. - Por qué: Es una gracia que Dios nos concede. Como en el Cielo no puede pasar nada impuro, si morimos con alguna imperfección (pecado venial) no podemos pasar al Cielo, entonces necesitamos meternos en esa “lavadora” que es el purgatorio, para salir totalmente limpios y así poder entrar en esa gran fiesta que es el Cielo, donde todos van muy limpios y muy bien vestidos. - Hasta cuándo: allí está el alma de los que mueren con pecados veniales hasta que quedan totalmente limpios; por lo tanto no es eterno, sino sólo temporal. - Penas: las penas del purgatorio son las mismas que las del infierno, pero con una diferencia grandísima: estas no duran eternamente y las otras sí. - A las almas del purgatorio se les puede ayudar rezando por ellas (sobre todo ofreciendo la misa por ellas) para que salgan cuanto antes de allí y vayan al Cielo (pues ellas están sufriendo mucho allí y desean que se acabe el tiempo que tienen que pasar allí antes de llegar al cielo).

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º 6- El Cielo: - Qué es: Es el lugar donde van las almas de los que mueren en gracia de Dios (y de los que han purgado en el purgatorio). Es el conjunto de todos los vienes sin mezcla de mal alguno. Es gozar para siempre de la compañía de Dios y de los santos, siendo eternamente feliz. - Cómo explicarlo: Cuando comulgamos recibimos a Jesús realmente, pero lo recibimos en forma de pan; en el Cielo será la plena unión con Él, sin apariencias ni nada. San Pedro, San Juan y Santiago, cuando subieron al monte Tabor con Jesús vieron durante unos instantes la Gloria de Dios (es decir, lo que será el Cielo), y ya no querían bajar de aquel monte. Nosotros en el Cielo tampoco nos cansaremos nunca, ni querremos abandonarlo nunca.

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13. La Cuaresma Objetivo: Presentar a los niños la Cuaresma como otro de los tiempos fuertes del año, tiempo de preparación para la Semana Santa. Esquema: ¿Qué es? Es el tiempo de 40 días transcurridos desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos. Tiempo para prepararnos para vivir como Dios quiere la Semana Santa. ¿Por qué 40 días? 40 años pasó el Pueblo de Israel en el desierto en camino hacia la Tierra Prometida, y 40 días pasó el Señor en el desierto ayunando y en oración antes de comenzar su vida pública y su predicación. ¿Para qué? Para convertirnos y así llegar con un corazón limpio a la Semana Santa, en que recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús para librarnos del pecado y de la muerte, y abrirnos las puertas del Cielo. El mejor consuelo que podemos dar a Jesús en su Pasión es presentarle nuestro corazón limpio y agradecido. ¿Cómo? La Iglesia nos propone tres medios para prepararnos correctamente: Limosna (agrada a Dios y ayuda a nuestros hermanos), Oración (que es la vida del alma; para darle gracias por lo que padeció por nosotros, pedirle perdón por nuestros pecados y pedirle fuerzas para no pecar más) y Ayuno: Miércoles de Ceniza y Viernes SantoÎ ayuno y abstinencia (niños mayores de 7 años con uso de razón, y adulto menores de 65); Todos los Viernes de CuaresmaÎ Abstinencia insustituible de comer carne; Todos los Viernes del AñoÎ Abstinencia de comer carne, sustituible por una oración o sacrificio. ¿Cuál es el objetivo de la Cuaresma? El objetivo de la Cuaresma es nuestra conversión. Jesús dio toda su vida en su Pasión y Muerte por mí; sufrió todo eso para darnos ejemplo, para librarnos del pecado y para abrirnos las puertas del cielo. Nosotros debemos también dar toda nuestra vida a Jesús, proponiéndonos no ofenderle nunca más y cumplir sus mandamientos; es decir, hemos de cambiar todo lo que esté mal en nuestra vida, hemos de ser mejores. (Se puede acabar poniendo el ejemplo de la conversión de algunos santos, como por ejemplo san Agustín, san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier,...) Se puede completar el tema proponiendo a los niños la práctica de la “escalera espiritual”:

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º + Æ Orac. Mañana + Æ Orac. Noche ++++ Æ Santa Misa ++++ Æ Comunión +++ Æ Confesión +++ Æ Lect. Espiritual +++ Æ Visita al Stmo. ++ Æ Sacrificio + Æ Rosario.

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14. El Sacramento del Matrimonio Objetivo: Dar a conocer a los niños la importancia de este sacramento, así como la tremenda responsabilidad que conlleva. Dependiendo de la edad de los niños el tema se puede orientar de muchas maneras: la responsabilidad del matrimonio, la importancia del noviazgo, la virtud de la castidad,... Es también un tema muy propicio para hablar de la familia como célula básica de la sociedad, iglesia doméstica, escuela de amor cristiano. Esquema: Cuando Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, le creó hombre y mujer, y mandó “Creced y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla” (Gn 1, 27). Dios ha querido que el hombre se una a la mujer y formen una familia, “una sola carne” (Gn 2, 24). Dios desde el principio de la creación ha querido al hombre formando una familia. Por tanto la familia es algo querido explícitamente por Dios. Ya en el Nuevo Testamento, Jesús santifica la familia y el matrimonio naciendo en una familia (la Sagrada Familia de Nazaret), asistiendo a la boda de unos jóvenes en Caná, hablando del matrimonio en varias ocasiones. El Matrimonio es, pues, el sacramento que santifica la unión del hombre y la mujer y les da la gracia para que vivan en paz y críen hijos para el Cielo; es el sacramento que configura la familia, que crea la familia; por tanto no puede haber familia si no hay matrimonio. Hoy en día se habla de muchos tipos de matrimonio y de muchos tipos de familia, pero en realidad sólo hay un tipo de familia, un matrimonio. Se habla de un hombre y una mujer que viven juntos sin casarse (concubinato), lo cual no es lo que Dios quiere, pues es necesario el sacramento que santifique esa unión. O se habla de “casados por lo civil”, lo cual es simplemente igualar el matrimonio a un contrato comercial, que por tanto se puede romper cuando las dos partes estén de acuerdo; pero esto rebajar muchísimo el matrimonio. Lejos de esto, el matrimonio es el ideal de una vida entregada por amor a otra persona, compartiendo los momentos buenos y los malos, cooperando con Dios en su tarea de dar vida al mundo, y ayudándose mutuamente para ir al Cielo. Esta “vida entregada por amor a otro” es indisoluble, es decir, es un lazo de amor tan fuertemente sellado que nada ni nadie puede romperlo, sólo la muerte (en cierto sentido). Por eso el divorcio en realidad no es nada, no afecta al matrimonio realmente; es un mero trámite civil, con meros efectos civiles, pero en realidad no puede romper estos lazos, por lo que el hombre y la mujer que se han casado, aunque civilmente se divorcien, siguen estando casados delante de Dios. Así de claro lo dijo el Señor cuando le preguntaron sobre el divorcio: “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” (Mt 19, 6). El matrimonio tiene, además, muchas responsabilidades muy graves, como son la educación de los hijos; no sólo educación cívica, sino más aún educación en la fe (que comporta, por supuesto, la anterior). Otra gran responsabilidad es el mantenimiento de la familia (no se vive del aire). Otra responsabilidad es mantener la estabilidad de la familia. Para todo esto, por tanto, es imprescindible tener una madurez humana, afectiva y religiosa. No se puede casar cualquiera. El matrimonio es algo lo suficientemente serio como para tomárselo a la ligera. No se pueden tomar decisiones “a tontas y a locas”, no se puede jugar con algo tan serio y de tanta importancia. Más vale

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º esperar unos años, hasta haber adquirido esa madurez, que no formar una familia que a los cuatro días va a estar rota. Aquí se ve la importancia del noviazgo, de un noviazgo serio, responsable, cristiano. El noviazgo es necesario para conocerse bien y para así saber si lo que Dios quiere de ti es que formes una familia con esa persona o no. Por tanto no hay que intentar ir deprisa en el noviazgo; todo tiene su tiempo y todo llegará. El noviazgo, pues, está orientado al matrimonio, y no se puede tomar a broma, por eso no es conveniente empezar a “jugar” con este tema. Si quieres demostrar que de verdad eres maduro, espera tranquilamente que llegue el momento adecuado, no te apresures. El amor es un tesoro que no se puede dar a cualquiera que lo venga pidiendo, pues corres el peligro de perder ese tesoro y que tus manos se queden vacías cuando llegue la persona adecuada para recibirlo. Una cosa importante que hay que tener en cuenta es que en este sacramento, los ministros (es decir, los que hacen eficaz el sacramento) son mismos esposos, y el sacerdote es sólo un testigo cualificado, aunque necesario. Y es un sacramento que tiene dos pilares, dos puntos de apoyo, que no pueden faltar nunca: uno es el amor a Dios sobre todas las cosas (lo que implica una vida de fe intensa, profundamente unida en todo a la voluntad de Dios) y el otro es el amor a la otra persona (que implica el respeto total y absoluto del otro y la entrega generosa a esa persona). Para acabar, recalcar cómo el fin de este sacramento es doble: por una parte la unión de los esposos (que es también expresión y camino de unión de ellos con Dios) y la colaboración con Dios en la obra de la creación (dando al mundo la vida, los hijos que Dios les enviare)

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15. El Sacramento del Orden Sacerdotal Objetivo: Hay dos sacramentos que se llaman “de servicio a la comunidad”; uno de ellos es el matrimonio, el otro es el orden sacerdotal. Este tema se orienta a dar a conocer a los niños qué es este sacramento, en qué consiste el sacerdocio,... Pero para ello vamos a hacer una introducción sobre la vocación en general (ya que no hay un tema propiamente destinado a este asunto). Esquema: 1. La Vocación: Cuando Jesús vivió en la Tierra, mucha gente le seguía, pero Él llamaba particularmente a algunos escogidos para que dejaran todo y le siguieran más de cerca y estuvieran con Él siempre, viviendo en la misma casa, comiendo a la misma mesa, oyendo siempre sus enseñanzas, y más aún gozando de su intimidad, de su amistad profundísima. Todos los que seguían a Jesús eran queridos por Él, incluso aquellos que le perseguían también eran queridos por Él; pero con un amor de mayor intimidad amaba a aquellos que Él había escogido personalmente para seguirle más de cerca. Sería triste si Jesús, una vez que subió al Cielo, ya no llamara a ninguno a participar de esa intimidad. Lejos de esto, Jesús sigue llamando a muchos a dejarlo todo y seguirle a Él. Sigue llamando hoy. Lo puede hacer de muchos modos: hablando al corazón de la persona, hablando por medio de otras personas, manifestándose de alguna manera especial,... Eso es la vocación: la llamada que Jesús sigue dirigiendo a algunos en especial, para que dejándolo todo le sigan y dediquen toda su vida para amar a Dios y para que se salven las almas y vayan al cielo. Eso es lo que hicieron los apóstoles; eso es lo que han hecho tantos y tantos santos, eso es lo que siguen haciendo los que deciden consagra su vida a Dios. Es por eso un regalo muy grande que Dios hace a esa persona en concreto y a todo el mundo. ¿Por qué? Porque el que sigue la vocación se entrega totalmente a Dios y se hace íntimo amigo suyo (si una mujer se casa con el rey, se convierte en la reina; si un jugador de balonmano se casa con la infanta, se convierte en príncipe,... pues si una persona se entrega totalmente a Dios, se convierte en un predilecto suyo). Además el que se consagra a Dios se entrega también totalmente a los demás y así consigue el mayor bien que puede hacer por la humanidad, acercando a todos a Dios (pensemos por ejemplo en la madre Teresa de Calcuta, en el Papa Juan Pablo II,... cuánto bien están haciendo). Además es el camino más seguro para ir al cielo, y los que se han consagrado a Dios han encontrado la felicidad más grande. Por todas estas razones conviene estar muy atento a la voz de Dios que puede estar llamando a muchos de entre nosotros. Y si Él nos llama debemos responder con generosidad, con alegría, con prontitud, sabiendo que Él no nos dejará nunca de la mano. Si alguna vez has pensado que Dios te pudiera llamar a dejarlo todo y seguirle, no lo dudes y lánzate confiadamente en sus brazos; si nunca lo has pensado, párate durante unos instantes y piensa si Dios te pudiera llamar. Hay varias maneras de seguir esta llamada de Dios: por un lado están los religiosos y religiosas (es decir, monjes y monjas), que abandonan todo por seguir a Jesús apartándose del mundo; por otro lado están los institutos seculares, que son gente que se consagra a Dios totalmente, pero no se aparta del mundo, sino que sigue con su profesión de médico o futbolista o barrendero; y por último están los sacerdotes, de quienes vamos a hablar un poco más despacio.

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º 2. El Sacerdocio. El sacramento del Orden Sacerdotal. Este sacramento es el que consagra y ordena dignos ministros para Dios y para la Iglesia, que son los diáconos, los sacerdotes y los obispos. Fue el mismo Jesús quien instituyó este sacramento el día de la Última Cena con sus discípulos cuando les mandó y les dio el poder de repetir lo que Él acababa de hacer: repartirles su Cuerpo y su Sangre; les dijo: “haced esto en conmemoración mía”. Es el mismo Jesús quien escoge a unos cuantos para que sean sus ministros, para que sean los sucesores de los apóstoles, para que sean “otros cristos” continuadores de su obra. Son los sacerdotes las únicas personas en el mundo que tienen el poder de perdonar los pecados, es decir, de resucitar almas que estaban muertas a la vida de la gracia; y los únicos capaces de convertir un trozo de pan y una copa de vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Por eso la dignidad de los sacerdotes es la más alta en toda la tierra, más alta que la de un rey, más alta que la de un emperador, más alta que la de la persona más importante del mundo; ¿por qué? porque los sacerdotes, celebrando una misa hacen más bien al mundo entero que cualquier otra cosa, ya que están haciendo el mismo sacrificio de Cristo en la Cruz, de valor infinito. Por eso también debemos mucho respeto a los sacerdotes, porque ellos representan al mismo Cristo, pues son sus ministros, y además ellos actúan en su nombre, en nombre de Cristo. También tenemos que rezar mucho para que haya muchas vocaciones y muchos sacerdotes, para que muchos jóvenes sean valientes y respondan a esta llamada del Señor. Porque ¿qué pasaría si no hubiera sacerdotes? si no hubiera sacerdotes, no podríamos acudir a confesarnos y tampoco se podría celebrar la misa y, por tanto, no podríamos recibir al Señor en nuestro pecho. En una reunión que tuvo el Papa con los obispos de Latinoamérica, les hizo esta pregunta: “¿Cuál creen ustedes que es el problema más urgente de la Iglesia en sus países?” A esta pregunta algunos dijeron que el problema más importante eran las sectas, porque había muchas y unos ocho mil católicos se pasaban todos los días a las sectas. Otro contestó que el mayor problema era la diferencia en el reparto de las riquezas, pues había unos pocos ricos muy ricos y muchísimos pobres muy pobres. Al Papa ninguna de estas respuestas le convenció, y finalmente les dijo cuál era la necesidad más grande: la falta de vocaciones sacerdotales; y no porque Dios no esté llamando a muchos, sino porque no responden a la llamada que Dios hace. Por eso el Papa siempre que tiene un encuentro con los jóvenes, sea donde sea, nunca deja de hablar de la vocación y de animar a los jóvenes, a los niños incluso, a que respondan con generosidad.

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16. Jesús se entrega a la muerte para salvar a los hombres (la Semana Santa) Objetivo: Explicar qué recordamos en la Semana Santa, por qué padeció Jesús, quienes fueron (son) los autores de la Pasión,... Esquema: “...Creo en Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y nació de Santa María Virgen; PADECIÓ bajo el poder de Poncio Pilato, FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO... y al tercer día RESUCITÓ de entre los muerto y subió al Cielo...” Estas frases del Credo son el Centro del Evangelio. Los autores de la Pasión del Señor no fueron sólo los judíos, ni los romanos, sino que los causantes de la Pasión del Señor son nuestros pecados, y por tanto nosotros somos responsables de la Muerte de Jesús. La Pasión de Jesús estaba ya anunciada muchos siglos antes de que sucediera por los profetas. Jesús acepta voluntariamente la Pasión, aunque como también es hombre, el padecer le horroriza,; pero quiere ir voluntariamente a la Pasión porque sabe que va a dar su vida en rescate por nosotros, para librarnos del pecado y de la muerte. A la desobediencia del hombre (que es el pecado), Cristo responde con obediencia hasta la muerte más cruel: la Cruz. Pero todo esto ya lo anunció el mismo Cristo en la Última Cena en que dijo a sus discípulos que aquel pan era “su Cuerpo entregado por muchos” y aquella copa de vino era su “Sangre derramada para el perdón de los pecados”. Conviene recordar qué sucede cada día de la Semana Santa: • Domingo de Ramos: Jesús entra triunfalmente en Jerusalén aclamado por la gente. • Jueves Santo: Jesús celebra la Última Cena con los Apóstoles e instituye el sacramento de la Eucaristía y el Sacerdocio. • Viernes Santo: Jesús muere en la Cruz por nosotros. • Sábado Santo: Jesús permanece enterrado en el Sepulcro. • Domingo de Resurrección: Jesús sale del sepulcro vencedor de su muerte y de la nuestra, y nos abre las puertas del Cielo. María al pie de la Cruz es ejemplo de fortaleza ante las adversidades, sufre con Cristo al verle morir de esa manera (tanto sufrió que es llamada “Corredentora”, porque ofreció con Cristo sus sufrimientos por la redención de los pecadores), y se convierte por donación del mismo Jesús en Nuestra Madre.

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17. El Sepulcro vacío (La Resurrección) Objetivo: Dar a conocer el dato fundamental de nuestra fe, y dar algunos argumentos de la veracidad de los hechos. Esquema: 1.- Verdad Fundamental de Nuestra Fe: Dice san Pablo que “si Cristo no hubiera resucitado vana sería nuestra fe”. Es inútil creer en alguien que nos habla de vida eterna, de vencer a la muerte, si luego él no es capaz de vencer a la muerte; sin embargo Cristo venció a la muerte y salió victorioso del sepulcro. Si alguien nos preguntara cuál es el acontecimiento más importante que ha ocurrido en el mundo en todo la historia debemos responder que ese acontecimiento es la Resurrección de Jesús. 2.- Es un Hecho Real e Histórico: No es una fábula, un cuento que se inventaran los apóstoles; y esto lo sabemos por: A) El Sepulcro Vacío: • Las mujeres suben a embalsamar el cuerpo de Jesús (costumbre judía), encuentran la piedra corrida, y unos ángeles les dicen “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado”. • San Juan y san Pedro van también al sepulcro y lo encuentran tal como habían dicho las mujeres. Vieron la sábana que debía cubrir el cuerpo de Jesús, pero Jesús no estaba allí. San Juan se acordó entonces de lo que había dicho Jesús: “destruid este Templo y lo reedificaré en tres días (se refería al Templo de su Cuerpo)”. • La Piedra Corrida: No la corrieron las mujeres, pues era muy pesada. No la corrieron los apóstoles, pues estaban muertos de miedo y no creían que Jesús fuera a resucitar (santo Tomás). No la corrieron los soldados, que fueron sobornados por los enemigos de Jesús para que dijeran que se la habían llevado los apóstoles. (Mt 28, 11-16) B) Apariciones de Cristo Resucitado: • Jesús se aparece a María Magdalena, a Pedro, a los apóstoles sin Tomás, a los apóstoles con Tomás, a los de Emaús, a más de 500 hermanos juntos (1Cor 15, 5-8). Todos no pueden estar equivocados. Además era imposible inventarse un hecho así en una cultura (la griega) que no creía en la resurrección de los cuerpos, y en una religión (la judía) que estaba dividida al respecto, y que de ningún modo se refería a resurrección antes del Juicio Final. • Jesús resucita con su mismo Cuerpo, Glorioso, pero su Cuerpo, y así le pide algo de comer a los apóstoles para demostrarles que es Él y no un fantasma. • Ejemplo: Durante la Revolución Francesa, un hombre quiso inventar una nueva religión y preguntó a un amigo qué podía hacer para que su nueva religión tuviera muchos seguidores; este amigo le dijo que si quería tener muchos seguidores, se muriera un viernes y resucitara un domingo. Al final de los tiempos también nuestros cuerpos resucitarán para que así vayamos en cuerpo y alma al Cielo (o al infierno)

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º C) Martirio de los Apóstoles: • Todos los apóstoles murieron mártires confesando la resurrección de Jesús. Nadie da la vida por una mentira; si la resurrección de Jesús no fuera cierta, los apóstoles, al verse delante de la muerte, habrían confesado que todo era falso, pero no fue así: ellos fueron capaces de morir antes de negar una realidad en la que ellos llevaban su vida: que Jesús resucitó de entre los muertos. (El único apóstol que no murió mártir fue san Juan, que murió con más de 100 años, en la isla de Patmos donde fue desterrado por el emperador; pero s le considera también mártir por el “martirio de amor” que sufrió junto con María al pie de la cruz viendo morir al Señor).

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18. La Santísima Trinidad Objetivo: Que los niños conozcan qué es el Misterio de la Santísima Trinidad, que lo sepan enunciar correctamente, y, sobre todo, inculcarles un gran amor a las tres Divinas Personas. Esquema: El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la vida y de la fe del cristiano. Decimos que es un misterio porque supera nuestras capacidades, de manera que nunca podremos llegar a comprenderlo totalmente. De hecho sólo conocemos de este Misterio, aquellas cosas que Dios se ha dignado revelarnos, y que son, por tanto, necesarias para nuestra salvación. San Agustín se encontraba un día paseando por la orilla del mar, muy concentrado pensando en este Misterio. Levantando l vista vio a un niño que había hecho un agujero en la arena y estaba llenando el agujero con el agua del mar que traía en una concha. San Agustín se le acercó y le preguntó al niño qué estaba haciendo. El niño le contestó que pretendía meter toda el agua del mar en ese agujero. Él que era muy inteligente le explicó que eso era imposible. Pero el niño le volvió a contestar: “Más fácil me sería a mí meter todo el mar en este agujero que a ti comprender el Misterio de la Santísima Trinidad”, y dicho esto desapareció el niño. Ese “niño” era en realidad un ángel que Dios había enviado para dar a entender a san Agustín que este Misterio no lo puede comprender la inteligencia humana. Pero que algo no lo podamos comprender no significa que sea algo falso o que sea contrario a la razón. Quizá nosotros no sepamos cómo funciona un cohete, y eso no quiere decir que el cohete no pueda volar. ¿En qué consiste el Misterio de la Santísima Trinidad? El Misterio de la Santísima Trinidad es el Misterio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que son tres Personas Divinas y un solo Dios verdadero. El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, pero no hay tres dioses, sino tres Personas en un solo Dios. Y las tres personas son iguales en dignidad, poder, sabiduría, bondad, perfección,... Las tres Personas Divinas son igualmente eternas, de modo que no existe una antes que otra, y como son eternas nunca han nacido y nunca morirán, sino que existen desde siempre. En el Evangelio según san Marcos encontramos relatado el Bautismo de Jesús en el Jordán. En él se ve claramente a las tres Divinas Personas: Dios Padre que aparece en forma de Voz, Dios Hijo que es Jesús, y Dios Espíritu Santo, que aparece en forma de Paloma (Aun que Dios Padre no es una “voz”, ni Dios Espíritu Santo es una “paloma”; sino que Dios es espíritu puro, es decir que no tiene cuerpo como nosotros). Sabiendo que no lo entenderemos totalmente, ¿cómo podemos acercarnos un poco a lo que significa este Misterio? Lo vamos a hacer con dos ejemplos: El Padre es una Persona que se mira en un espejo; al mirarse ve su propio reflejo, que es el Hijo; y entre el Padre y el Hijo hay un amor tan intenso, que ese amor se hace Persona, y es el Espíritu Santo. Se dice también que Dios es semejante al Sol, puesto que el sol da de sí resplandor, alumbra con los rayos que de él proceden, y además clienta, permaneciendo siempre un sol único; en Dios, el Padre da resplandor; del Padre es engendrado el Hijo, que es su rayo; de uno y del otro proviene el fuego del Espíritu Santo que calienta, y los tres son un solo Dios.

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º Y Dios es Todopoderoso, es decir que lo puede todo, puede hacer todo lo que quiera. Y también es Omnipresente, es decir, que está en todas partes llenándolo todo. Y además es Omnisciente, es decir, que lo sabe todo, lo conoce todo, hasta los más ocultos pensamientos. Pero lo más importante de Dios es que Dios es infinitamente bueno y misericordioso y justo.

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19. «Hijo, ahí tienes a tu Madre» Objetivo: Este tema es un repaso de los temas 19 y 20 del Curso 1º (La Virgen María I y II: Dogmas y Devociones). El objetivo principal no es dar una serie de contenidos, sino infundir en los niños un tierno amor a la Virgen María, para acudan a Ella con confianza, con respeto, con amor,... como se acude a una Madre. Esquema: Sobre la Virgen María sabemos muchas cosas (sabemos cómo se llama, cómo se llamaban sus padres, dónde vivía,...), pero esas cosas no son algo absolutamente necesario para nuestra fe, sin embargo hay cuatro cosas que sí es necesario que sepamos muy bien, y que lo creamos. Esas cuatro cosas son los dogmas marianos, y son: 1. María es Madre de Dios y Madre Nuestra: La Virgen María es la Madre de Dios porque es la madre de Jesús, y Jesús es Dios. Y Ella es la Madre de Dios desde el momento de la concepción, desde el momento en que el ángel Gabriel le preguntó, de parte de Dios, si quería ser su madre. Pero también es Nuestra Madre, porque estando Jesús en la cruz, apunto de morir, nos dejó en testamento a María, para que fuera también Madre Nuestra porque Jesús pensó en todos nosotros cuando estaba en la cruz y vio a san Juan junto a su Madre, y le dijo: “Ahí tienes a tu Madre”). Además los cristianos formamos un gran Cuerpo Místico (la Iglesia) cuya Cabeza es Jesús; y si María es la Madre de la Cabeza que es Jesús, también lo tiene que ser del resto del Cuerpo, nosotros. 2. Inmaculada Concepción de María: María es la única persona humana que nació sin pecado original. Ella fue librada del pecado original antes de que naciera incluso, para que fuese totalmente limpia. La razón es clara: ¿cómo iba a estar sucia la mujer de quien había de nacer el Señor?. Dios la preservó de todo pecado, incluso del pecado original. 3. Virginidad Perpetua: María fue virgen antes, durante y después del parto; es decir que Jesús pasó a través de Ella sin menoscabar para nada su integridad, su virginidad, igual que un rayo de luz pasa a través de un cristal sin romperlo ni ensuciarlo. 4. La Asunción de María en Cuerpo y Alma al Cielo: La que fue librada de la corrupción del pecado no iba a mancharse por la corrupción de la tumba, por eso Dios la quiso llevar enseguida al Cielo en cuerpo y alma. Acerca de las Advocaciones: Todos hablamos de la Virgen de la Consolación o de la Virgen del Pilar, o de la Virgen de la Almudena,... pero también debemos saber que todos esos nombres se refieren a una única persona: la Virgen María. Los distintos nombres que se dan a María se llaman “advocaciones”; hay muchas advocaciones, pero una sola Virgen María. Uno de los títulos que posee María es el de “Corredentora”, que quiere decir que colaboró de manera especial a la obra de la Redención por los sufrimientos que padeció al pie de la Cruz.

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º Además María es el canal por el que Dios nos hace llegar toda las gracias, todos los bienes que nos quiere dar, por eso se dice también que María es “Medianera Universal de todas las Gracias”. Ella que es Madre de Dios puede alcanzarnos de Él todo lo que le pidamos, por lo que debemos acudir a Ella confiadamente, que no desatenderá nuestras peticiones. ¿Cuáles son las principales devociones marianas? 1. Las Tres “Ave Marías”: A santa Matilde la Virgen María le prometió que quien rezara todas los noches tres Avemarías, contarían con su especial ayuda a la hora de la muerte. 2. El Santo Rosario: La práctica del Rosario ha sido muy recomendada por la propia Virgen María en sus últimas apariciones (Lourdes y Fátima). Es la oración que más agrada a María, por la excelencia de las oraciones que en él se rezan: el Padrenuestro (enseñado por el mismo Jesús), el Avemaría (palabras que el ángel dijo a María en la Anunciación, y que la Iglesia reza desde muy antiguo) y el Gloria (oración con que se da gloria a la Santísima Trinidad). Esta práctica surgió cuando santo Domingo de Guzmán, gran amador de la Virgen, caminaba rezando avemarías, y cada avemaría le parecía una rosa que él recogía y ofrecía a la Virgen; ella se le apareció y le enseñó a rezar el Rosario. Cada día se rezan cinco misterios del Rosario (misterios gozosos los lunes y jueves; misterios dolorosos los martes y viernes; misterios gloriosos los viernes, sábados y domingos). En cada misterio (1 Padrenuestro, 10 avemarías y 1 gloria) se contempla un pasaje de la vida del Señor. 3. El Ángelus: es saludar a la Virgen María recordando la escena de la Anunciación del Ángel y la Encarnación del Niño Jesús en su seno. 4. El Mes de las Flores: El mes de mayo es el mes más bonito, pues está la naturaleza en su máximo esplendor: los campos están verdes, llenos de flores,... En este mes cada día se ofrece a la Virgen María una flor. Esa flor que se le ofrece es una flor espiritual, que consiste en tener un detalle de amor a María (hacer un sacrificio, una oración especial, una obra buena,...), y que puede ir acompañada por una flor auténtica. Todo esto son oportunidades que nos da María para que le demostremos que la queremos, y para que sean instrumentos para nuestra salvación. Así nos quiere María, Nuestra Madre del Cielo, que no quiere que ninguno de sus hijos se pierda.

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20. Educación en valores (criterios para ver la TV, etc) Objetivo: Este tema pretende ser un acicate para que los niños tengan ciertos criterios a la hora de moverse por la vida, de manera que no se dejen influenciar por los malos criterios que pueden imponer las modas, etc., sino que tengan siempre una base con la que puedan comparar y discernir si algo es o no correcto o conveniente. Se trata de que tengan una escala de valores donde los valores de arriba sean los valores del cristianismo (que son los valores del hombre en plenitud) y no los valores del mundo de las modas. Esquema: Dice un refrán popular que “todo se pega menos la hermosura”, y es cierto, muchas veces lo hemos experimentado nosotros mismos. Como dijimos el curso pasado (cfr. “Ambientes y Amistades”), muchas veces tenemos que nadar contra corriente para no dejarnos arrastrar por una moda o unos hábitos que sabemos que son los que Dios quiere. Esto supone esfuerzo por nuestra parte, pero merece la pena porque el premio es grande: la felicidad verdadera en esta vida y luego la Vida Eterna. Pero ¿cómo podemos luchar nosotros por mantenernos firmes? Muchas veces habréis oído hablar de “escala de valores”; si no lo habéis oído nunca no os preocupéis, que ahora lo vamos a explicar. Vamos a hacerlo por partes: ¿Qué es una escala, una escalera? Una escalera es un instrumento cuya finalidad es ayudarnos a alcanzar una altura que necesitamos. Vamos a verlo con un ejemplo: Estás jugando en la calle con tu balón de fútbol nuevecito, y en un lance del juego, cuando más apasionante está el partido...¡zás! el balón se coló en el tejado de la casa y no baja ni a pedradas. ¿Qué tienes que hacer? No lo dudas ni un momento, vas a casa, coges la escalera, la apoyas sobre el alero del tejado y subes a por el balón; y a seguir jugando. Pues, bien, ya sabes para qué sirve una escalera. Y ¿cómo está hecha una escalera? Una escalera tiene dos partes: una son las barras cortitas transversales, que se llaman “peldaños” y que son donde tú te apoyas para ir subiendo; y otras son las barras largas que van longitudinalmente y que sujetan los peldaños. Cuanto más larga sean las barras longitudinales, más alta será la escalera y más alto se podrá subir. Pero no hacemos nada si a esas barras longitudinales no van unidos los peldaños (una escalera sin peldaños no es escalera ni es nada). En una escalera hay muchos peldaños, pero no son todos iguales. Normalmente, las escaleras buenas suelen ser más anchas por abajo y más estrechas por arriba, porque es necesario tener una base muy firme que no tiemble ni se balancee cuando yo esté subiendo por ella. Por eso los escalones primeros son más fuertes, más recios, más importantes; y los de arriba, sin dejar de ser importantes, lo son menos, son menos fuertes, más finos,... Bueno, ya sabes qué es una escalera y para qué sirve. Vamos ahora con eso de “los valores”: ¿Qué es un valor? La cosas valen, tienen valor, esto lo sabemos bien todos, ¿no? (Por cierto, no hay que confundir valor y precio. Hay cosas que tiene un precio muy alto pero no valen para nada; y hay otras cosas que aunque tienen un precio bajo, su valor es grandísimo, porque te lo ha dado una persona muy importante para ti,...). Por tanto las cosas “valen”, tienen un “valor”, nosotros les damos “valor”. Es decir, que nosotros damos valor a las cosas que más nos importan. A aquello que nos importa mucho le damos mucho valor; a aquello que no nos importa le damos poco

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º valor. Así podemos hablar de que en nuestra vida hay muchos "valores”, es decir, muchas cosas que valoramos mucho. Una persona es mayor de edad no cuando ha cumplido los 18 años: se ven tantos casos de muchachos y muchachas con más de 18 años que aún siguen siendo niños y niñas...; pero también es cierto que hay muchos que realmente son mayores de edad, aunque aún no hayan cumplido los 18, porque su comportamiento es tan bueno que dice mucho de ellos. ¿Qué es, por tanto, lo que nos hace ser mayores de edad? La madurez, es decir, la capacidad para dar valor a unas cosas sí y a otras no; la capacidad para discernir a qué cosas hay que darles más valor y a qué cosas menos. Eso es lo que nos hace ser mayores de edad, es decir, lo que nos hace maduros. Para decirlo en tres palabras: la mayoría de edad, la madurez se mide según la “escala de valores”. Si ya sabemos lo que es una escala y la que son los valores, ya estamos en disposición de entender lo que es la “escala de valores”. En efecto, la escala de valores es aquella jerarquía de cosas según la cual damos más importancia a unas cosas y a otras menos, y con esa regla dirigimos nuestra vida entera. ¿Qué ocurre si la escala está bien construida con peldaños fuertes, anchos y recios abajo y con peldaños pequeños y finos arriba? Que podremos subir muy alto, podremos llegar muy arriba, porque la escala tiene una buena base que no tiembla con peldaños gruesos que no se parten. Pero ¿qué ocurrirá si nuestra escala de valores está mal construida, está invertida, con peldaños muy débiles y finos abajo y peldaños pesados y anchos arriba? Pues la conclusión es bien clara: al tener mucho peso arriba y una base muy pequeña abajo, la escalera no es resistente ni estable, y si intentas subir por ella te caerás y el “batacazo” será tremendo. Es, por tanto, muy necesario saber construir bien nuestra escala de valores para que no nos demos es batacazo, sino que subamos muy alto. Y con esa escala bien construida tenemos que dirigir toda muestra vida. ¿Cómo saber qué valores son los que deben ir en la base de la escala y cuales son menos importantes? No hay más que hacer una cosa: mirar el Evangelio, mirar a Jesús, mirar a los santos, y así aprender de ellos a saber valorar las cosas en su justa medida. Así ¿qué valor será más importante: el dormir más de la cuenta o el ser diligente y levantarse cuando se debe? y ¿qué tendrá más valor: ser puro de corazón o dejarte llevar por un momento de gozo que luego te deja vacío? Y ¿qué es más valioso la generosidad o la avaricia y el egoísmo? ¿A qué le das más valor al fútbol o a la Misa? ¿a la televisión o a la oración? ¿a los “amigotes” o a los amigos? ¿a la pérdida de tiempo o al estudio? ¿...? Así podríamos seguir con un montón de cosas que debemos aprender a valorar en su justa medida. También lo podemos aplicar a la hora de decidir cuando se trata de una cosa en concreto; por ejemplo, a la hora de ponerse a ver la televisión hay que usar esta escala de valores que hemos construido. Así nos preguntaremos primero si es el momento de ver la tele o si es el momento de estudiar; o si voy a ver un programa u otro; o si no debería estar alguna persona adulta conmigo cuando veo la tele; ... En todas estas cosas somos nosotros los que decidimos, y lo tenemos que hacer responsablemente, usando nuestra escala de valores. Antes de acabar vamos a ver dos ejemplos que nos proporciona un gran santo de 14 años: santo Domingo Savio. Él tenía una buena escala de valores y usaba muy bien de ella, por eso llegó a una altura muy grande en la santidad: en una ocasión le invitaron a ir abañarse a un río con unos compañeros de clase. Él sabía que yendo a ese lugar y con esos compañeros (que no eran los mejores precisamente) ponía en peligro la vida corporal y espiritual, y sabía que su madre nunca le dejaría ir allí. Él reaccionó poniendo el valor de la vida espiritual y de la obediencia por encima del valor del disfrute. En otra

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º ocasión, él con mucho valor y buen criterio arrebató a un chico mayor que él una revista que contenía fotos malas que estaba mostrando a sus compañeros, y la hizo pedazos delante de ese chico mayor sin miedo, porque puso el valor de la castidad y de la caridad hacia sus amigos por encima de la curiosidad y de la impureza. (Se puede acabar el tema construyendo con los niños una escala de valores bien formada, y ver qué pasaría si le diéramos la vuelta).

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21. Las Virtudes Teologales (Fe, Esperanza y Caridad) Objetivo: Que los niños tengan un conocimiento, al menos inicial, de qué son las tres virtudes teologales, porqué son las virtudes más importantes, cuál es la principal, qué implicaciones tienen,... Esquema: ¿Qué son las virtudes? Las virtudes son aquellos buenos hábitos que se adquieren por repetición de actos concretos buenos. Se entiende mejor con un ejemplo: Roberto Carlos, jugador de fútbol del Real Madrid, tiene la “virtud” de lanzar muy bien las faltas cercanas al área contraria (por eso es uno de los mejores jugadores del mundo). Él ha alcanzado esa “virtud” porque se ha entrenado mucho, y a fuerza de hacerlo bien una y otra vez, ahora le sale bien siempre; pero le ha costado su esfuerzo, ha tenido que entrenar muchas horas. Se entiende ahora un poco mejor qué es una virtud, ¿no? Pues, bien, los hombres debemos tener muchas virtudes, debemos ser muy virtuosos para ser así buenos ciudadanos y buenos cristianos. Algunas virtudes son la puntualidad, la educación, la seriedad cuando la situación lo requiere, la generosidad, la alegría, la servicialidad,.... Pero para que todas esas virtudes arraiguen bien dentro de cada hombre, los cristianos contamos con la ayuda y la base de tres virtudes especiales: las virtudes teologales. Las virtudes teologales se llaman así porque hacen referencia a Dios, y disponen a los cristianos a vivir en relación con Dios, de manera que animan y conforman el obrar correcto del cristiano. Estas virtudes tan importantes son regaladas por Dios al hombre, son dones que Dios nos da; pero son también algo que hay que ejercitar para que crezcan y se desarrollen y no se queden mortecinas. Con otro ejemplo un poco malo: Dios nos ha dado los músculos, pero si yo no los ejercito se van quedar sin desarrollarse y no van a servir para nada; sin embargo, si yo hago ejercicio, mis músculos se irán desarrollando correctamente y entonces estaré muy fuerte. Y ¿cuáles son la virtudes teologales? Son tres: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Vamos a ver cada una con detenimiento. 1. La Fe: Vivimos en un mundo en el que continuamente estamos haciendo actos de fe; así nos acercamos a una cafetería y pedimos un café, nadie sospecha que nos vayan a dar un café envenenado; tampoco nadie sospecha que la noticia que ha oído en el telediario es una mentira; ni sospechamos de que el coche que está parado en el semáforo va a echar a andar cuando nosotros estemos cruzando la calle;... En una palabra, nos fiamos de los demás, creemos en lo que nos dicen los demás, vivimos de fe. Pero cuando hablamos de la Fe como virtud teologal, nos referimos a que la Fe es la virtud teologal por la cual creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado. Es esa actitud de confianza en Dios. Esta es la primera obligación del cristiano: nuestro deber es creer en Él, fiarnos de Él y dar testimonio de Él en todas partes. Pero uno no puede decir que tiene Fe si esa Fe no se muestra en hechos concretos. Así lo dice el Apóstol Santiago en su carta: “Muéstrame tu Fe sin obras y yo por mis obras te mostraré mi Fe” (St 2, 18). Hay que mostrar a los demás la Fe que tenemos, y esto implica mucho en nuestra vida: ¿cómo podemos decir que tenemos Fe (es decir que somos cristianos), si nos da vergüenza de que nos vean ir a misa? ¿cómo

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º podemos decir que tenemos Fe, si luego no rezamos? ¿cómo vamos a decir que tenemos Fe, si no somos capaces de compartir con un necesitado? ... La Fe crece ejercitándola con actos públicos de Fe (como los que hemos dicho arriba) o con actos privados, es decir, haciendo un acto de Fe con el pensamiento. Por ejemplo, para ir a comulgar es necesario hacer un acto de Fe en que eso que parece pan, en realidad no es pan sino el Cuerpo de Cristo (pero como parece pan hay que hacer un acto de Fe). 2. La Esperanza: La Esperanza es la virtud teologal por la cual aspiramos al Reino de los Cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo. La Esperanza responde a nuestro deseo de felicidad puesto por Dios en el corazón humano. Así lo decía san Agustín: “Porque nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”. En efecto, el corazón del hombre tiene un deseo infinito de felicidad, que nada en la tierra puede llenar, sino que sólo Dios en el Cielo puede colmar. Así pues la Esperanza es esa virtud por la que pensamos alcanzar ese Cielo que colme nuestros deseos. La Esperanza se aviva y se expresa principalmente en la oración, y de modo más claro en la oración del Padre Nuestro, oración en la cual expresamos cuales son nuestras esperanzas: que el Nombre de Dios sea santificado, que venga a nosotros su Reino, que se haga su Voluntad, que nos dé el alimento cotidiano, que nos perdone nuestros pecados, que no nos deje caer en la tentación y que nos libre de todo mal. 3. La Caridad: La Caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Jesús hace de la Caridad el mandamiento nuevo: “Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado” (Jn 15, 12) y “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor” (Jn 15, 9) y también: “Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor” (Jn 15, 9-10). La Caridad es por tanto el mismo amor de Cristo que nosotros tenemos que tener hacia Dios y hacia los demás. Cristo murió por nosotros siendo nosotros aún enemigos (pues estábamos bajo el dominio del pecado); y así Él nos pide que amemos como él hasta a nuestros enemigos. Pero para hablar bien acerca de la Caridad, es mejor que oigamos lo que dice el Apóstol san Pablo sobre ella: “Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles (...) ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aún dejarme quemar vivo; si no tengo amor, no me sirve de nada. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.” (1Cor 13, 1-5) Y dice también el Apóstol san Pablo que el amor, la caridad, es la virtud más grande porque no se acaba: “En una palabra: quedan la Fe, la Esperanza, el Amor: estas tres. La más grande es el Amor” (1Cor 13,13). La Caridad es la más grande porque no se acaba, “no pasa nunca”. La Fe, cuando ya estemos en el Cielo, no existirá, porque lo que se ve no se cree, simplemente se ve (yo no creo que vosotros estéis aquí ahora, sino que lo sé, lo estoy comprobando y estoy absolutamente seguro de que estáis aquí ahora); la Fe, por tanto, se acabará. La Esperanza tampoco existe en el Cielo, porque nadie espera lo que ya tiene (el día de mi cumpleaños me van a hacer un regalo, y yo lo espero ansioso, pero cuando llegue el día de mi cumpleaños y me den el regalo,

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º ya no lo esperaré, porque ya lo tendré); por lo tanto, la Esperanza también se acabará. Pero el amor, la Caridad no acaba nunca, si no todo lo contrario, el Cielo es estar siempre amando, siempre creciendo en el Amor del Señor.

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22. La Infancia Espiritual (Predilección de Jesús por los niños) Objetivo: Mostrar a los niños por qué razón son ellos los predilectos de Jesús. En ellos mora una virtud importantísima que es la virtud de la sencillez, de la humildad, de la inocencia. El objetivo de ese tema es intentar dar razones a los niños para que conserven esa inocencia, esa pureza de corazón, esa sencillez, para que no caigan en el error de creerse mayores porque fumen o porque vean películas malas o porque hagan lo que hacen otros niños. Dice el Padre Gobbi que cuando los niños alcanzan el uso de la razón nacen al pecado, porque eso es lo que se le está dando de comer en los medio de comunicación, en la calle,... En una palabra: se trata de instar a los niños a seguir siendo niños para entrar así en el Reino de los Cielos que pertenece a los que son como ellos (cfr. Mt 19, 14). Material: Partimos de la lectura evangélica de Mc 10, 13-16: “En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a Mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.” (Mc 10, 13-16) Se podría representar brevemente por los niños, o mejor (para no alargarse demasiado) relatarlo quizá con algún dibujo, etc. Esquema: 1. Amor de predilección de Jesús por los Niños: Jesús tenía un amor de predilección por los niños que le hacía andar bendiciéndoles y acercándose a ellos. De este amor tenemos muchas pruebas en al evangelio. El primer ejemplo lo encontramos en el mismo hecho de su nacimiento: tanto amó Dios al mundo que se hizo niño por nosotros. Además eligió para que fuera su madre a una jovencita, aún casi una niña de unos trece años. Otros ejemplos los encontramos durante la vida pública de Jesús, pues Él pasó haciendo el bien a todos, especialmente a los necesitados y a los niños; así le vemos resucitando a la hija de Jairo de unos doce años (Lc 8, 41), o al hijo de la viuda de Naím (Lc 7, 11), o curando a la hija de la mujer cananea (Mt 15, 22ss) o expulsando al demonio que tenía un niño y que le tiraba al fuego y al agua,... También vemos este amor de Jesús a los más pequeños en la predilección que tenía por san Juan, que era el más joven de los apóstoles, aún un muchacho. También en sus palabras descubrimos este amor especial, pues le oímos decir cosas como: “Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de Dios” (Mt 18, 3), o “el que acoge a un niño como éste en mi Nombre, a mí me acoge” (Mt 18, 5), y más claro aún: “dejad que los niños se acerquen a Mí, no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño no entrará en el” (Mc 10, 13-16). ¿A qué se debe esta predilección de Jesús por los niños? En primer lugar a su pureza de corazón, a su inocencia y candor. Los niños tiene el corazón limpio del pecado de los mayores y lo tienen lleno de amor, porque aún no se han ido detrás de otros dioses, detrás de los ídolos; por eso su corazón rebosa de amor puro que manifiestan con sencillez.

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º Y también por la confianza y la fe que tienen en Dios. Dios escucha de una manera especial la oración de los niños, porque está llena de amor y de confianza. Una cosa que caracteriza a los niños es la Confianza: un niño en brazos de su padre se siente invencible, nadie le podrá derrotar porque “su padre es el más fuerte del mundo”. Por todo esto la oración de los niños tiene un valor especial (Se podrían poner muchos casos, uno es la historia titulada “Se abrió la mano cerrada” del libro Éstos dan con alegría, o alguna otra). Estas son las razones por las que Dios anima a los hombres a ser como niños, “porque de los que son como ellos es el Reino de Dios”. Así pues, nos está diciendo Jesús que el medio más fácil y seguro para salvarnos es permanecer siempre con ese corazón de niño, con esa confianza, con esa sencillez, con esa pureza, con esa humildad. Así llegaremos al Cielo, y de otro modo, no. 2. Cómo conjugar seguir siendo niños con el crecimiento: Es una cosa natural que según va pasando el tiempo vayamos creciendo, madurando, haciéndonos mayores,... Pero el desarrollo de las personas tiene unas normas, un proceso que seguir, y ese proceso es más bien lento y debe ser así. No debemos querer crecer antes de tiempo; todo llegará cuando deba ser. Pero, por desgracia, muchas veces según vamos creciendo, vamos perdiendo esa inocencia, esa pureza de corazón, esa sencillez. Cuántos ejemplos podríamos poner de niños que siendo muy buenos cuando pequeños, al hacerse mayores han llenado su corazón de cosas que no son Dios. Debemos luchar, pues, por guardar nuestro corazón con esa pureza que a Dios tanto le agrada. Y ¿cómo conseguiremos conservar esa inocencia? ¿cómo conseguiremos mantener nuestro corazón como el de un niño? Hay cuatro medios principalmente: a) En primer lugar tenemos que rezar mucho para que el Señor nos conceda tener un corazón limpio en el que lo único que quepa sea Él. Es importantísima la oración. b) La oración debe ir acompañada de los sacramentos, es decir, de la comunión y de la confesión frecuentes. c) María ha de ser a quien recurramos como protectora especial de los niños. Ella fue quien cuidó de Jesús cuando era niño, y nos podemos imaginar lo bien que lo haría. Pues tenemos que pedirle que haga con nosotros lo que hizo con Él. d) Por último tener siempre una gran confianza en Dios. Cuando un niño está en brazos de su padre, no teme a nada, porque su padre “es el más fuerte del mundo”. Pues así debemos nosotros ponernos en brazos de Dios, con infinita confianza. Así nos lo han enseñado los santos. 3. Ejemplos y conclusión final: Por lo tanto, no debemos creernos muy mayores porque imitemos lo que hacen otros muchachos. Todo lo contrario, yo demostraré que soy mayor de verdad, si soy capaz de decidir por mí mismo lo que es bueno y conforme a lo que Dios quiere que yo haga a mi edad. Por ejemplo: ¿quién demuestra ser mayor, más maduro: el que empieza a fumar a temprana edad porque otros también lo hacen, o el que decide no fumar porque un niño no debe malgastar el dinero y además es perjudicial para la salud? O ¿quién resulta ser más maduro: el que con 12 años va diciendo por ahí que ya tiene novia, o el que no tontea con eso que es muy serio y se espera a tener la edad suficiente? O ¿quién es mayor: el que dice muchas palabrotas porque así se impone por la fuerza, o

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Cuaderno deTemas de formación de Juveniles Curso 2º el que demuestra ser educado y respetuoso con la gente? Así podríamos seguir poniendo muchos ejemplos. Por último os voy a hacer una pregunta: ¿quién sabe quién es Peter Pan? Peter Pan es un personaje de un cuento, no es real; pero lo que me interesa es que Peter Pan era un niño que por muchos años que pasaran, seguía siendo niño. Y no crecía porque no quería hacerse mayor; quería ser siempre niño, y así él conservaba la inocencia de los niños y no podía hacer mal a nadie. Y ese deseo suyo se cumplió, y se cumplió con creces, porque él, al ser así, tenía poder para volar todo el tiempo que quisiera. Bueno, nos puede servir esta historia para ver cómo nosotros debemos tener ese mismo deseo de Peter Pan de querer ser siempre niños, de tener siempre esa inocencia que impide hacer mal a nadie. Y si conseguimos eso vamos a conseguir poder volar muy rápido hacia el Cielo. Así nos quiere Dios. Además tened en cuenta que vosotros, los niños, sois el futuro del mundo, el futuro de la Iglesia, el futuro de la sociedad, y de vosotros depende cómo será el mundo, la Iglesia, la sociedad del futuro; el futuro está en vuestras manos. Construid un mundo, una sociedad y una Iglesia de las cuales podáis estar contentos, podáis estar orgullosos, y podáis decir: “esto lo hice yo”. No construyáis un mundo y una sociedad de la que os tengáis que avergonzar. Sois el futuro. Así le dice el Papa a los niños y a los jóvenes: “Vosotros sois la esperanza de la Iglesia y mi esperanza”. No defraudéis a Dios, no defraudéis a Cristo, no defraudéis al mundo y a vosotros mismos. Sólo hay un camino: ser santos, ser niños, y así entrar en el Reino de Dios.

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23. También en vacaciones somos testigos de Jesús Objetivo: Dejar en los niños unos criterios básicos para el tiempo de vacaciones, con el fin de que durante este tiempo no den vacaciones a su relación con Dios. Dejarles indicaciones prácticas acerca de lugares, actividades, etc que no sean convenientes,... Material: Nos basamos sobre todo en la tarjeta “Consejos para vacaciones” Esquema: A causa del pecado original, el hombre tiene que ganarse el pan con el sudor de su frente. Esto lo leemos en el primer libro de la Biblia, el Génesis, y se refiere no sólo al trabajo manual, sino también al intelectual. Es decir, el que tengamos que trabajar y estudiar es consecuencia del pecado original. Pero todo el que trabaja o estudia tiene también derecho a un tiempo de descanso, a unas vacaciones, en las que frena el curso normal de su actividad. Pero estar de vacaciones no implica dejar de hacer todo aquello que se suele hacer durante el curso. Por ejemplo, porque uno esté de vacaciones no deja de comer, ni deja de dormir, ni deja de jugar, ni deja de hablar, ni deja de respirar. ¿Os imagináis a uno que dijera: “Llegaron las vacaciones, por fin voy a poder dejar de respirar”? ¿o que dijera: “como estoy de vacaciones voy a dejar de comer, que ya estoy cansado de comer durante todo el curso”? Yo creo que nadie hablaría de este modo, y si encontráramos a uno que dijera eso , pensaríamos que está rematadamente loco. Pues bien, hay algo que debemos hacer durante el curso y que no debemos de dejar de hacer en vacaciones, sino todo lo contrario, dedicarnos más a esto si cabe. Se trata de nuestra relación con Dios, que durante el curso debe ser muy buena y constante, pero que no debe cortarse al llegar las vacaciones. Dijo el Papa en una ocasión, hablando de las vacaciones, que son un momento ideal precisamente para “ponerse a tono” en nuestra relación con Dios. Puesto que en vacaciones tenemos más tiempo libre, es lógico que podamos dedicarle al Señor más tiempo. Además, suele ocurrir que en vacaciones uno se aburra mucho, que no sepa qué hacer, que al final acabe haciendo lo mismo de siempre: sentarse delante de la tele y tragar todo lo que pongan. Este no es el modo de pasar las vacaciones un cristiano. Un cristiano debe ser cristiano todo el año, también en vacaciones, dando ejemplo con su comportamiento, yendo a Misa (por supuesto que todos los domingos, pero también algunos días de diario), leyendo algún libro que nos cuente las vidas de los santos, rezando el rosario a la Virgen, recibiendo los sacramentos frecuentemente (por ejemplo, si vas a salir de viaje conviene confesar el día de antes,...), etc...

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