CONSIDERACIONES SOBRE LOS BENEFICIOS DEL CONTACTO CON LA NATURALEZA

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SOBRE LOS BENEFICIOS DEL CONTACTO CON LA NATURALEZA

CONSIDERACIONES SOBRE LOS BENEFICIOS DEL CONTACTO CON LA NATURALEZA Belinda Perdomo Martínez

Dra. en Ciencias Biológicas Email: [email protected] 439

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Y NATURALEZA

Resumen El presente artículo pretende, mediante la revisión y análisis de la literatura, exponer algunas consideraciones sobre los beneficios que aporta el contacto con la naturaleza. La tranquilidad, el sentido de paz, la naturaleza en sí son cualidades altamente valoradas por quienes se recrean al aire libre, algo que puede apreciarse en un hecho tan simple como caminar entre árboles. Las actividades de ocio y las condiciones que el entorno natural proyecta se ven reflejadas en los beneficios que las personas pretenden. Por ejemplo, diversos estudios documentan la predisposición en los individuos hacia la vegetación y el agua debido a sus efectos tranquilizadores. Tales aportes benéficos son significativos para los que viven en ciudades donde el estrés constituye un aspecto común de la vida diaria. Es así, que la adquisición de respuestas positivas, bien sea por las experiencias al aire libre en general como por los espacios naturales, contribuyen a la mejora de la calidad de vida y el estado de bienestar de los individuos. Estos aspectos han permitido enfocar a los beneficios como punto de partida para un modelo de gestión, tanto de los recursos recreativos como de los espacios naturales, denominado Benefits-based Management – BBM.

Keywords Ciudad, paisaje, actividades al aire libre, beneficios, gestión basada en los beneficios, BBM.

Introducción A través de la historia, la ciudad ha desempeñado un apreciable papel de crisol de la sociedad por sus funciones de carácter educador, humanista y socializador. No obstante en las últimas décadas, este rol se ha ido modificando hasta llegar a una especialización definida por la segregación espacial de las clases socioeconómicas, con un empobrecimiento de las relaciones sociales (Fernández, 1993). En este sentido, la multiplicidad de aspectos que influyen en este fenómeno, como el incumplimiento de la función lúdica, deja sin cubrir las necesidades de ocio y recreo de los habitantes (Sánchez, 1983). Parte del problema deriva de la propia expansión urbanística, con la transformación de aspectos naturales deteriorados en los núcleos de población, la falta de planificación, del control en las actividades industriales, la basura, los ruidos, etc, (Valenzuela, 1987; Orive y Gómez, 1991; Dubé, 1995). 440

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Como respuesta a este hecho, un amplio sector de la población organiza un éxodo semanal y vacacional hacia zonas de montañas, bosques, ríos o playas (Benayas, 1994,) algo que ocurre tanto en países desarrollados como del tercer mundo, implicando que las expectativas, demandas y necesidades relacionadas con estos entornos conformen parte de la cotidianidad de las poblaciones (Gulez, 1992). Entendiendo que “ciudad y naturaleza se plantean como conceptos opuestos” (Sukkop, Kunick y Schneider, citados en Sukkop y Werner, 1989), diversos estudios suponen que este comportamiento reiterativo es una necesidad para preservar la salud (De Terán, 1982), independientemente del nivel profesional o económico.

Paisaje, Actividades al aire libre, Beneficios. Conceptos Al hablar de entornos naturales, invariablemente aparece la idea de paisaje. Son diversas las definiciones contenidas en la literatura, no obstante consideraremos para este artículo, el concepto dado por González Bernáldez (citado en Díaz Pineda y otros, 1973) donde paisaje es “la percepción multisensorial de un sistema de relaciones ecológicas” y el de Palka (1994) “… la unión de los fenómenos humano y natural contenidos dentro de un campo al aire libre”. En este sentido, son diferentes los grados de atracción o preferencias que las personas experimentan cuando comparan un paisaje con otro (Schroeder, 1991). Varias investigaciones han constatado, en la apreciación paisajística, que existe un consenso generalizado hacia los ambientes naturales, destacando de forma relevante la presencia de vegetación, los cursos de agua limpia y en algunos casos la topografía montañosa (Glenn, 1974; Kaplan y Hebert, 1987 y López, 1994). El gusto por un determinado escenario se encuentra íntimamente ligado a un tipo de actividad al aire libre (Kaplan, 1977), por lo cual es necesario un grado de compatibilidad entre la alternativa de ocio a desarrollar y el lugar. De acuerdo con Young (1983); Loomis (1993), las actividades al aire libre pueden ser agrupadas en tres tipos: • Consumistas: se refieren a las que hacen uso extractivo de los recursos, por lo cual reflejan una orientación utilitarista del entorno. Por ejemplo tenemos la pesca, la caza, la recolección de frutos. En la actualidad la aplicación de regulaciones contempla en el caso de la pesca, solo la captura y liberación del ejemplar. • No consumista o apreciativas: involucra las que no toman nada del ambiente, implicando contemplación de la naturaleza. Son más compatibles con una orientación conservacionista del medio. Pertenecen a este grupo la observación, el senderismo, la fotografía. • Mecanizadas: se desarrollan mediante el uso de vehículos como el todo terreno, bicicletas de montaña, de nieve. En determinadas áreas requieren autorización. 441

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Otra forma de clasificación de las actividades corresponde con: las tradicionales y las de aventura. Esta ultima caracterizada por altos niveles de riesgo (Schuett, 1994). A su vez las actividades y las condiciones que el paisaje proyecta, están relacionadas con el o los beneficios que las personas pretenden lograr (Hammitt, 1988; Stein y Lee, 1995). El beneficio o respuesta positiva, según Driver (1992) es la forma en la cual una acción previene o mejora el estado de un individuo o grupo. Al respecto se han realizado comprobaciones médicas experimentales, tal es el caso de los estudios de Ulrich (1979; 1981), quien basándose en mediciones fisiológicas y psicológicas como la actividad eléctrica del cerebro, el ritmo cardiaco, el temor, la tristeza, el afecto positivo, etc; ha demostrado que las escenas con elementos como árboles y cursos de agua tienen influencias positivas, en comparación con las de tipo urbanas, produciendo un marcado estado de bienestar en el individuo. Los beneficios procedentes de la actividad y disfrute en un entorno natural son diversos y han podido ser clasificados inicialmente en las siguientes categorías (Driver, 1992; Perdomo 1997): • Fisiológicos: a estos corresponden los de tipo cardiovascular, reducción de problemas de la columna, aumento de la masa muscular, resistencia física, etc. • Psicofisiológicos: como la disminución de los estados de ansiedad y tensión nerviosa, relajación física y mental, cambios positivos en el ánimo. Estos implican a su vez mejorías en el rendimiento laboral, en las relaciones sociales y sentido de bienestar. • Económicos: con la generación de ingresos y la creación de oportunidades de empleo. • Ambientales: las opciones recreativas pueden orientarse hacia la protección de ambientes naturales, culturales e históricos, desarrollo de aspectos estéticos, entre otros. • Educativos: por el logro de conocimientos sobre el entorno natural, histórico, arqueológico, etc. • Psicológicos: tales como el sentido de libertad e independencia, mejora de la autoestima, expresión de valores espirituales. • Socioculturales: se promueve la integración social, en especial la familiar, incremento del círculo de amistades. También contribuye a reducir resentimientos sociales, el abuso.

Estas respuestas positivas no son de carácter únicas dándose el solapamiento entre las mismas o la obtención de múltiples beneficios a partir de una simple actividad (Stein y Lee, 1995) por ejemplo en el caso de los fisiológicos como el aumento de la resistencia física se reconoce una estrecha relación con los de tipo psicológicos, tal es el caso de una actitud más positiva hacia la cotidianidad o el aumento de la autoestima (Perdomo, 1997). 442

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Gestión basada en los beneficios (Benefits-based Management – BBM) La importancia de los beneficios derivados del contacto con la naturaleza, mediante las actividades o el entorno, ha sido plasmada en un modelo conocido como gestión basada en los beneficios, Benefits-based Management o BBM en inglés (Driver, 1996). Este enfoque reagrupa las categorías de beneficios en 4 niveles de producción o dominios primarios:

Niveles de producción

Experiencias (Ejemplos)

Individual / personal

Aumentar la autoestima Reducir la depresión Mejorar la actividad cardiovascular

Social

Reducir la violencia escolar Estrechar lazos familiares

Económico

Bajar el absentismo laboral Desarrollar pequeños negocios

Ambiental

Proteger especies en peligro Disminuir caminos erosionados

Es un modelo que permite articular de forma simultánea los tipos de actividades que se realizan al aire libre, el entorno en sí mismo, las necesidades de actividades de los individuos o grupos, las propuestas de planificación y manejo del entorno, con los 4 dominios primarios de beneficios (Knopf y otros, 2004). Asimismo, dichos autores señalan que a la luz del modelo las propuestas de gestión, con el fin de producir los beneficios, han de considerar el manejo en tres ámbitos de influencia, a saber: • las actividades que se ofrecen (acampada, picnic, senderismo, etc) • la experiencia (reducción del estrés, exploración, etc) • el entorno (ambiente libre de ruidos, con programas de interpretación, etc). Por lo tanto, esta visión globalizada destaca el papel de los gestores al permitir una mayor comprensión de su papel como generadores de oportunidades beneficiosas, ya sea en el manejo de parques nacionales, naturales o recreativos, así como de otros entornos de carácter natural bajo su competencia, cercanos o no a las áreas urbanas (Stein y Lee, 1995; Shin y otros, 2001). 443

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Para concluir, los beneficios son vistos como una “… medida de la salud y bienestar de las personas, las comunidades y el ambiente”, lo que viene a significar la planificación del entorno para y con el visitante, la población, integrando valores locales, facilitando las relaciones de entendimiento y el sentirse bien en general (Anderson, 2006; Stein y Anderson, 2002).

Referencias bibliográficas Anderson, D. (2006). Managing parks: visitor and community benefits. 4-5 de Abril 2006, de http//www.bestpracticesm.org/pdf/summit/ Benayas, J. (1994). “La percepción del paisaje”. Naturopa,75, 11. De Terán, F. (1982). El problema urbano. Aula Abierta Salvat. Colección temas claves, 82. Barcelona: Salvat Editores. Díaz Pineda, F; García, F; y Bernáldez, F.G. (1973). Terrestrial ecosystem adjancent to larger reservoirs. Ecological survey and impact diagnosis. (Resumen). International Commission on Large Dams XI Congress. Madrid: Centros de Estudios Hidrográficos. Driver, B. (1992). “The benefits of leisure”. Parks and recreation, 27 (11), 16-25,75. Driver, B. (1996). “Benefits-driven management of natural areas”. Natural Areas Journal, 16, (2), 94-99, Dubé, P. (1995). “Land use and human health”. Naturopa, 78, 24-25 Fernández, R. (1993). La explosión del desorden. La metrópoli como espacio de la crisis global. Madrid: Fundamentos. Glenn, E. (1974). “The effects of people and man-induced conditions on preferences for outdoor recreation landscapes”. Journal of Leisure Research, 6 (1), 113-124. Gulez, S. (1992). “Effect on public opinion on National Park planning in Turkey”. Environmental Management, 16 (3), 355-362. Hammitt, W.(1988). “Visual and management preferences of sightseers”. En F. Noe y W Hammitt (comps). Visual preferences of travellers along the Blue Ridge Parkway (11-36), Washington:US.Goverment Printing Office. Kaplan, R. (1977). “Patterns of environmental preference”. Environmental and Behavior,15, 341-343. Kaplan, R; y Hebert, E. (1987). “Cultural and sub-cultural comparisons preferences for natural settings”. Lanscape and Urban Planning, 14, 281-293. Knopf, R; Andereck, K; Tucker, K; Bottomly, B; y Virden, R. (2004). Building connetions among lands, people and comnunities: A case study of Benefits-Based Management Plan Development for the Gunnison Gorge National Conservation Area. Sesión 6 de Febrero, 2004, de http://www.fs.fed.us/psw/programs/recreation Loomis, J. (1993). “Integrated public lands management”. New York: Columbia University Press.

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