Con los ordenadores, buena vista

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FICHA TÉCNICA AUTOR: ANTICH, Jordi. TÍTULO: Con los ordenadores, buena vista. FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos Laborales, nº 45, pág. 36, enero 2008. RESUMEN: Los trabajadores de oficinas están expuestos a problemas en los ojos derivados de la utilización de pantallas de visualización de datos. El elevado número de horas que se pasan frente al ordenador o la distancia a la que se sitúa el monitor pueden provocar cansancio, dolor de cabeza, lagrimeo o visión borrosa, entre otras cosas. Las medidas de higiene visual –hacer pausas cada una o dos horas, utilizar una resolución de pantalla adecuada, etc.– ayudarán a prevenir la aparición de lo que muchos conocen como el síndrome del ordenador. DESCRIPTORES: • Salud laboral. • Pantallas de visualización de datos. • Condiciones de iluminación. • Actividad visual. • Higiene visual.

Con los ordenadores, buena vista

El síndrome del ordenador o la fatiga visual son expresiones que se utilizan habitualmente, muchas veces sin saber exactamente a qué hacen referencia. Y es que no se trata de enfermedades, como hacen pensar estos nombres, sino de síntomas con causas muy variadas que casi siempre tienen que ver con un mal uso o disposición de las pantallas de visualización de datos. En este artículo se ofrecen algunas recomendaciones para utilizarlas correctamente.

Jordi Antich, director de Optometría de USP Instituto Oftalmológico de Barcelona.

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l llamado síndrome del ordenador o, de forma más amplia, síndrome de las pantallas de visualización, se da por el trabajo continuado frente a una pantalla de televisión o de ordenador. Estas denominaciones, que apenas usan los oftamólogos, no son un síndrome como tal; lo que sí existe es la fatiga visual, que no es una enfermedad sino un síntoma que puede deberse a diferentes causas.

producirse por varias causas a la vez. Por otra parte, estos síntomas son enormemente subjetivos, individuales y varían según la intensidad y la naturaleza. Por eso lo normal es que cuando dos personas hablan de fatiga visual, aunque lo identifican como el mismo cuadro, cada uno puede tener algo diferente.

En los libros de oftalmología no hay una enfermedad llamada fatiga visual; lo más parecido es la vista cansada, y no siempre es lo mismo. Mucha gente acepta como normal que los ojos se cansen de ver, tras utilizarlos durante muchas horas. Lo mismo que el esfuerzo físico fatiga a los músculos, el visual fatiga a los ojos.

Molestias subjetivas en los ojos y la cabeza. El sujeto nota diversas sensaciones en los ojos y/o el área circundante, como percibir los ojos o los párpados cargados o pesados, o notar una presión, calor o hinchazón. Más que una inflamación que se detecte al mirarse al espejo, es una percepción interna y puede llegar a surgir incluso la necesidad de frotarse los ojos.

E

Sin embargo, esto no es así. Para que un ojo se fatigue tienen que darse unas situaciones concretas, algo que diferencie su funcionamiento del normal (desde el punto de vista de evolución de la especie humana, el ojo sano no debe cansarse por su normal funcionamiento). Otros órganos del cuerpo humano (el hígado, el corazón, por citar algunos) trabajan incansablemente las 24 horas del día y casi nunca muestran signos de fatiga en un individuo sano. Otra expresión que se usa mucho es la de forzar la vista. Y una creencia normal es pensar que el uso continuado de los ojos, aparte de fatigarlos, puede hacer perder visión. Como ocurre con frecuencia, se establece una confusa identificación entre conceptos muy diferentes como la cantidad de visión, las dioptrías y el esfuerzo visual. El ojo está diseñado para estar funcionando siempre que se está despierto, y sólo se produce un sobreesfuerzo en determinadas circunstancias, momento en el que incluso se puede percibir visión borrosa. Pero en ningún caso ésta es permanente, ni se amenaza realmente la capacidad visual.

Los síntomas se pueden dividir en:

Otro síntoma que se puede presentar es el dolor de cabeza. Están bien definidos los cuadros de cefaleas (dolores de cabeza) de causa ocular, ya que son muy característicos de una razón concreta de fatiga visual, el factor acomodativo, que se explicará más tarde. Son dolores de cabeza que claramente se relacionan con el esfuerzo visual, suelen provenir de la zona de los ojos o la frente e irradiarse hacia atrás, y raramente se dan en un sólo lado de la cabeza. No todos se deben al esfuerzo visual, ni mucho menos. Están las conocidas migrañas o jaquecas, las cefaleas tensionales, y un largo etcétera. De hecho, existen cuadros de migrañas que se desencadenan por el esfuerzo visual, pero siguen siendo migrañas.

Síntomas de la fatiga visual Hay muchos síntomas diferentes, con matices también distintos, o sea, que la fatiga visual puede

Puede acompañarse, en ocasiones, de una acumulación de agua en el tejido de los párpados,

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Síntomas visuales. Muchas veces no hay síntoma visual alguno, sólo son molestias subjetivas y enrojecimiento de los ojos. Cuando sí hay síntomas en la visión, suelen presentarse como una borrosidad transitoria de la imagen, una pérdida de nitidez, a veces fluctuante. Lo normal es que remita rápidamente con el reposo.

Causas Esta sensación de carga puede referirse a la zona que rodea al globo ocular o al puente de la nariz (también puede aliviarse un poco con un masaje en esa zona y se puede notar consuelo al cerrar los ojos). A veces, la sensación es más intensa, y puede manifestarse en forma de pinchazos o dolor moderado.

Enrojecimiento del ojo y párpados hinchados. El enrojecimiento de los ojos se encuentra con frecuencia en los casos de fatiga visual, ocurre en los dos, y se suele acompañar de sensación de calor y ojos hinchados. Aunque el sujeto se pueda sentir alarmado, son enrojecimientos moderados en comparación con otros cuadros (como las conjuntivitis). A veces, también hay algo de lagrimeo.

Por último, y también muy importante, el esfuerzo visual no produce dioptrías. Sí que puede descompensar una graduación previa, es decir, sacar a la luz unas dioptrías que el paciente ya tenía previamente pero que el ojo iba compensando.

con lo que da la imagen de que están hinchados. Lo mismo que antes, se trata de una hinchazón leve e indolora (aunque el paciente lo acuse como un cambio grande). No se puede comparar con cuadros infecciosos del párpado donde sí hay una inflamación dolorosa e intensa. También es posible que aumenten las ojeras y las bolsas bajo el párpado inferior.

No hay una única para la fatiga visual, un síntoma que dan multitud de cuadros, que se pueden dividir en: Esfuerzo acomodativo. Normalmente, la fatiga visual aparece durante el esfuerzo que se hace de cerca. El ojo normal, que no tiene defectos de graduación, está enfocado para lejos en reposo. Cuando enfoca un objeto cercano, necesita que un músculo de dentro del ojo (el ciliar) esté trabajando activamente. El esfuerzo de mantener el enfoque de cerca durante mucho tiempo puede dar lugar a lo que se llama astenopia (fatiga visual) acomodativa (término que hace referencia a la acomodación, que es el proceso de enfocar de cerca). A pesar de lo que pueda parecer, este problema no suele darse en ojos sanos y jóvenes. Hay dos causas principales para que aparezca: > Presbicia o vista cansada. A partir de los 40-45 años, el mecanismo de la acomodación comienza a ser insuficiente, y aparecen los síntomas de fatiga visual, que aquí se identifican directamente con un cuadro bien definido, la vista cansada. > Defecto refractivo: muy frecuente en jóvenes. Cuando aparecen signos de astenopia (visión borrosa, dolor de cabeza y de ojos, etc.) en menores de 40 años, es lo primero que hay que pensar. De los tres defectos de refracción, la miopía es la que da mala visión (de lejos) desde el principio. Para el astigmatismo y, sobre todo, para la hipermetropía, Gestión Práctica de • 37 Riesgos Laborales

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cuando el defecto es leve, el ojo es capaz de compensarlo. Es decir, que el paciente ve bien a todas las distancias y no necesita gafas. En la mayoría de los casos, ni se entera de que tiene el defecto de refracción. Las hipermetropías leves se pueden corregir solas, sin gafas (aunque también hay personas que llevan gafas con menos graduación), pero esta compensación de la graduación es realizada activamente por el musculo ciliar. Si, además de compensar la graduación, se le somete a un enfoque cercano mantenido, se produce el sobreesfuerzo, y es éste el que puede producir los síntomas. En los astigmatismos sucede algo muy parecido. Aunque la miopía es más agradecida en este sentido, su mala corrección también puede afectar a la visión de cerca. Por encima de tres dioptrías también afectan a la distancia normal de lectura (si se habla de un enfoque no tan cercano, como el monitor de un ordenador, el límite es más bajo). Y cuando la miopía no es totalmente simétrica, el esfuerzo de acomodación es desigual y también puede producir cansancio.

Sequedad ocular. Una vez concentrados en una tarea visual (lectura, ordenador, etc.) ocurre un suceso que pasa desapercibido pero que altera mucho la dinámica del ojo: se parpadea menos. Al disminuir esta acción, se produce un cuadro de ojo seco, a veces llamado funcional, debido a que lo desencadena el déficit de parpadeo. Hay que tener en cuenta, que el déficit de parpadeo puede ser un factor más en el contexto de una sequedad de origen multifactorial. Un ejemplo práctico: en personas jóvenes y sanas, en las que en principio quedan descartadas las causas degenerativas, hormonales y las secundarias a enfermedades, es bastante frecuente encontrar blefaritis (inflamación de los párpados) en gente que no tiene síntomas en circunstancias normales. Sólo cuando se someten a un esfuerzo visual mantenido es el déficit del parpadeo el que, junto con la blefaritis, produce un ojo seco sintomático.

El síndrome de las pantallas de visualización Se trata de un caso muy concreto de fatiga visual: el llamado síndrome del ordenador o, de forma más amplia, de las pantallas de visualización, que es el que ocurre por el trabajo continuado frente a una pantalla televisión o de ordenador. Como ya se decía anteriormente, la fatiga visual no es una enfermedad, es un síntoma, también cuando se está frente a una pantalla, que puede deberse a diferentes causas.

Signos y síntomas Los síntomas subjetivos en la zona de alrededor son pesadez en párpados y ojos, ganas de parpadear y de tener los ojos cerrados, quemazón y, a veces, pinchazos. También se manifiesta

También la luz aumenta el contraste de lo que se está mirando (por ejemplo, incrementa el contraste entre el fondo blanco y las letras negras cuando se lee). Una disminución de contraste induce al ojo a que trabaje más la acomodación, en un vano esfuerzo de ofrecer la imagen con mayor calidad. Por tanto, la oscuridad, en sí misma, no es mala, pero para realizar esfuerzos mantenidos en visión cercana conviene una buena iluminación.

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Tanto si hay vista cansada como si hay un defecto de graduación no corregido, las condiciones empeoran con la mala iluminación. No es que el ojo se canse más en la oscuridad: dar un paseo de noche mirando a las estrellas es de lo más relajante, incluso para los ojos. Pero en condiciones de buena iluminación la pupila se cierra, y cuando se enfoca de cerca, el cierre pupilar aumenta lo que se denomina profundidad de foco (al igual que ocurre en las cámaras fotográficas cuando se reduce la apertura del diafragma). Este aumento en la profundidad de foco facilita el enfoque de cerca, por lo que es esfuerzo del músculo ciliar es menor.

En circunstancias de gran oscuridad, el iris se abre, la pupila se hace muy grande y la poca luz que puede llegar al ojo se aprovecha para ver.

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a través de alteraciones de la visión, como pérdida de nitidez (a veces fluctuante), visión borrosa, o de nube. En raras ocasiones se notan cambios extraños a la hora de percibir la intensidad de los colores. Los signos objetivos son enrojecimiento de los ojos, leve aumento de tamaño de los párpados y lagrimeo. Todo esto se suele presentar de forma bilateral, pero tampoco es excepcional que sea tan asimétrico que el sujeto lo perciba en un solo ojo.

Causas Defecto de graduación. Aparte de la vista cansada, que es esperable a partir de los 40-45 años, existe un grupo de personas que no van a atribuir sus síntomas frente al ordenador a un problema de dioptrías. Hay bastante gente joven con buena visión espontánea, que no necesita gafas y que tiene una gran agudeza visual casi del 100% (o muy próxima). Incluso es habitual que nunca haya ido al oftalmólogo o al optometrista, por lo que no van a sospechar que la causa de estos síntomas esté en su ojo, y le echarán la culpa a otros factores, como la calidad de la pantalla, por ejemplo. El ojo perfecto no existe, no hay ninguno con un cero absoluto de dioptrías o de otras aberraciones visuales. Los pequeños astigmatismos son bastante frecuentes, y hasta media dioptría se considera incluso normal. El astigmatismo es algo complejo porque, además de las dioptrías, tienen un eje y varios subtipos; pero en circunstancias óptimas, un astígmata de poca graduación no necesita gafas para ver el 100%. Con los hipermétropes pasa algo parecido: si la graduación no es alta se alcanza buena visión (de hecho, soportan más graduación sin corregir). Pero se consigue esta buena visión a costa de un sobreesfuerzo a la hora de enfocar la imagen. Así, las diferencias de graduación de un ojo y el otro (aunque sean por miopía) también implican un sobreesfuerzo. La principal actividad que se hace frente al ordenador es leer. Según la resolución de la pantalla, las letras son más pequeñas o más grandes. Obviamente, cuanto más pequeñas sean, más nitidez se le pide a los ojos y, si tienen un pequeño defec-

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to de graduación, más se fuerza el mecanismo de enfoque. La tendencia generalizada es poner la máxima resolución posible que permita el monitor, y eso implica que la letra será más pequeña, por tanto, más esfuerzo para leer y, a veces, acercarse más a la pantalla (lo que tampoco es positivo).

El gesto inconsciente de acercarse al monitor cuando la letra es muy pequeña a veces es contraproducente: cuanto más cerca se enfoca, más se esfuerza el ojo

Hay otro detalle a tener en cuenta: el mecanismo de enfoque tiene que estar trabajando activamente en la visión de cerca. La pantalla de ordenador se sitúa cerca de los ojos, con lo que ya hay un esfuerzo de base. A esto hay que añadir el sobreesfuerzo de una pequeña graduación no corregida. Por eso, el gesto inconsciente de acercarse al monitor cuando la letra es muy pequeña a veces es contraproducente: cuanto más cerca se enfoca, más se esfuerza el ojo. Condiciones de iluminación. No es bueno ver una pantalla en una habitación sin luz, aunque la televisión a oscuras no deja ciego, ni tampoco produce lesiones pemanentes ni pérdidas visuales irreversibles. El ojo es un órgano bien diseñado, y existen mecanismos muy eficaces para adaptarse a la luz y a la oscuridad. Los dos principales son: > El iris. Lo que da el color de los ojos es, en realidad, un diafragma que regula la cantidad de luz que entra en la sensible retina. En circunstancias de gran oscuridad, el iris se abre, la pupila se hace muy grande y la poca luz que puede llegar al ojo se aprovecha para ver. > La retina. Es la parte más sensible y delicada del ojo. En medios con mucha luz, los receptores bajan su sensibilidad porque el exceso de luminosidad puede ser perjudicial. Ante situaciones de penumbra, los receptores de la retina cambian su metabolismo para aumentar esta sensibilidad. En cuanto se apaga la luz, comienza la adaptación al medio escotópico, es decir, a la oscuridad. Si en ese momento alguien se pone frente a una televisión o un monitor, recibe unos rayos de luz en el centro de visión que atenuan su adaptación a ella. Pero aquí está el truco: este proceso, tanto a la luz como a la oscuridad, depende, sobre todo, de la cantidad del campo visual que esté iluminado. Así, es menos importante por dónde venga la luz (el centro o los lados) o que sea más o menos intensa (las pantallas dan luces intensas). Es decir, Gestión Práctica de • 39 Riesgos Laborales

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aunque se esté concentrado en el centro de visión, donde está la tele o el monitor, y se vea muy iluminado, todo el resto del campo de visión está a oscuras. Y hay más campo de visión del que se cree, unos 180 grados, y la televisión puede ocupar no más de 20-30 grados. Por lo tanto, el cerebro cree que está casi a oscuras, aunque una persona esté concentrada en la pantalla y se ve muy iluminada. Y al tener esta sensación, el cerebro manda a los ojos que se adapten a la oscuridad: se dilata la pupila y la retina comienza a aumentar la sensibilidad. Así, la parte central de la retina, la que se usa realmente para ver, está recibiendo mucha luz de la pantalla, y por esta errónea adaptación a la oscuridad recibe más luminosidad todavía. Esta parte central, que se llama mácula, es, precisamente, la más sensible y delicada, y al recibir demasiada luz se fatiga. Eso es lo que, en definitiva, se produce: fatiga visual, cansancio, y en algunos casos síntomas del tipo de dolor de cabeza, lagrimeo y visión borrosa. ¿Cómo se soluciona? Sencillo, basta con encender una pequeña luz, una iluminación indirecta, aunque sea tenue. Prácticamente pasa desapercibida, pero ilumina suavemente todo el campo de visión periférico, se cierra la pupila y la retina se adapta nuevamente a la luz. No se percibe porque se ve igual, pero posiblemente canse menos. El caso más habitual del síndrome del ordenador suele ser más moderado: los monitores modernos no ofrecen la misma intensidad que las televisiones. Y, por otra parte, se suelen respetar las condiciones adecuadas de iluminación para no estar en penumbra frente al ordenador (por lo menos en el medio laboral). A pesar de eso, hay varios factores en contra:

lo que favorecería tanto por el tema de la acomodación (enfoque de cerca), como por alejar la fuente de luz.

Siempre se aconseja que el monitor esté a la altura de los ojos, o mejor, un poco por debajo, pero no por encima

A pesar de las mejoras en cuanto a pantallas de baja radiación, sigue siendo una fuente de luz directa hacia el ojo, a la que la mayoría se somete durante muchas horas. Y se le pide al ojo que obtenga un grado de nitidez que permita ver letras pequeñas. Esta circunstancia, en sí misma, raramente produce síntomas de fatiga visual, pero al unirse con otros factores (un defecto de graduación no corregido o un ojo seco, por ejemplo) termina por producir los síntomas de cansancio visual. Ojo seco. En este caso, hay que destacar lo que se ha venido a llamar ojo seco funcional, en el que más que alteraciones estructurales del ojo, es un problema en la dinámica ocular frente a la pantalla. Se debe a dos circunstancias: la disminución del parpadeo y la apertura de los párpados. > Disminución del parpadeo. Es una reacción inconsciente; cuando se fija la vista, se parpadea menos. Si en circunstancias normales se hace de 12 a 18 veces por minuto, al prestar atención a un objeto cercano se reduce a en torno 4-6 veces por minuto. Y la lectura, los videojuegos, etc, requieren mucha atención. A veces, decimos a los pacientes que cuando estén trabajando, se acuerden de parpadear. O sea, que se fijen voluntariamente en realizar este movimiento.

• El número de horas que se pasan frente al ordenador es muy alto.

> Apertura de los párpados. La lágrima se reparte en forma de capa sobre la superficie ocular. La parte de ésta expuesta al aire está sometida al proceso de evaporación, y cuanta más evaporación haya, más posibilidades hay de ojo seco. Cuando se lee sobre papel, éste se sostiene sobre las manos o sobre una mesa, de forma que hay que mirar hacia abajo para leer.

• Distancia: el monitor del ordenador suele estar a 50-60 centímetros. Al estar la pantalla más cerca, la radiación luminosa afecta más al ojo. El que sea un monitor mayor (por ejemplo, uno de 19 pulgadas en vez de uno de 15) no ayuda mucho en este sentido, porque implica más área de iluminación directa sobre el ojo. Si se pusiera en el monitor de 19 pulgadas la misma resolución que en el de 15, la letra sería más grande y se podría alejar la pantalla,

El párpado superior acompaña al ojo cuando éste mira hacia abajo, por lo que en esta posición la superficie ocular expuesta es poca: algo favorable en la lectura, porque ya de por sí se parpadea poco. Pero la pantalla de ordenador está enfrente, no debajo. Y pequeños cambios en la apertura de los párpados suponen grandes alteraciones en la evaporación de la lágrima. Por eso, siempre se aconseja que el monitor esté a la altura de los ojos, o mejor, un poco por debajo, pero no por encima.

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Posibles soluciones > Pausas cada una o dos horas. Con cinco minutos puede ser suficiente, pero conviene apartar la mirada de la pantalla durante un rato, a ser posible enfocando de lejos. Así se deja al músculo del ojo moverse y relajarse, para que no esté tantas horas fijo en la misma posición. Además, con estas pausas se parpadea más, lo que permite que esas pequeñas sequedades del ojo que no se perciben, se solventen.

Recomendaciones para los que trabajan con ordenadores • En primer lugar, conviene recibir educación técnica acerca del uso saludable de los ordenadores. • Se debe visitar periódicamente al profesional de la salud visual, médico oftalmólogo u optometrista, para hacer un estudio completo de la función visual a lo largo del tiempo de vida. De este análisis surgirá, en cada caso, la prescripción de los lentes adecuados y la recomendación de medidas higiénicas que disminuyan la tensión sobre el sistema visual. • En el trabajo: se debe realizar siempre la actividad visual en buenas condiciones de iluminación. Al leer, hay que utilizar una luz adecuada y evitar hacerlo en situaciones de baja luminosidad; se ha de procurar que la lámpara esté donde produzca la menor cantidad de reflejos posibles.

> Utilizar una resolución de pantalla adecuada. Si las letras no están muy pequeñas, no hay ni que esforzarse tanto, ni que acercarse tanto al monitor.

• Cuando se usa el monitor, hay que procurar que éste se encuentre frente al usuario, con una pequeña inclinación; elegir una pantalla cuya superficie no produzca reflejos y no precise la colocación de un filtro delantero.

> Colocar la pantalla en la posición correcta. Ni muy cerca, para no tener que acomodar demasiado (y que no fatigue tanto la fuente de luz), ni muy lejos y que no se vean bien las letras. La tendencia natural es acercarse mucho el monitor así que, en general, habrá que alejarlo un poco. Y en cuanto a la altura, sí es muy importante: un poco por debajo de los ojos.

• Se debe tratar que los objetos que se tengan que mirar (teclado, hojas de copia) se encuentren todos a una misma distancia: 50 centímetros.

Sólo queda aclarar que estas pautas (pausas, distancia correcta, iluminación, etc.) se pueden aplicar al trabajo con ordenador y al trabajo de cerca, en general, y se denominan medidas de higiene visual.

• Si se usan gafas, conviene hacerles un tratamiento antirreflejo sólo para que las luces ambientes no se reflejen en ellos.

• Casi nunca se debe realizar la actividad visual muy cerca. • Al elegir la mesa y la silla, hay que intentar adaptarlas a una postura cómoda, y que tengan la cualidad de ser móviles y ajustables. Se debe tener una postura correcta, tratando de mantener recta la espalda y bien apoyados los pies. Los hombros deben estar relajados y las manos lo más bajo posible, con el teclado cerca de las piernas. No prolongue excesivamente la actividad, realice pausas regulares. Se sugiere levantarse, caminar, estirarse, dirigirse a una ventana y mirar objetos lo más lejos posible, algunos minutos. • Es importante apartar la mirada de la pantalla a menudo. Varias veces por hora se recomienda enfocar la vista sobre un objeto situado a una distancia aproximada de seis metros e inspirar por la nariz y expirar por la boca. • Coloque las fuentes de luz en posición perpendicular al monitor de manera que el brillo no apunte a sus ojos o se refleje en la pantalla. Utilice fuentes grandes mientras trabaja en la pantalla y experimente con los colores de fondo para determinar cuál facilita más la lectura. Si está transcribiendo un texto, procure colocarlo lo más cerca posible del monitor, de manera que no tenga que esforzarse demasiado al mover la vista del papel a la pantalla.

Higiene visual Sea cual sea la causa o causas que originen la fatiga visual, hay unas medidas generales que siempre ayudan a disminuir el problema. Tienen como ventaja que son remedios al alcance, no se necesita un diagnóstico más concreto ni la colaboración del médico para llevarlos a cabo. Como inconveniente, es eficaz sólo en los casos leves o cuando se utilizan junto a medidas más enfocadas a la causa.

> Realizar pausas. Haciendo descansos periódicos (cada una o dos horas), apartando la vista y llevándola a la lejanía.

Medidas concretas

> Iluminación correcta. Tiene que haber buena luz en el ambiente, evitando reflejos (sobre el papel o sobre la pantalla).

Dependiendo de la causa hay un tratamiento específico. Son remedios muy eficaces, el problema es que hace falta que un profesional lo diagnostique y normalmente se necesita, además, que él facilite la solución.

> Postura adecuada. A veces el cansancio visual está en relación con una fatiga general derivada de una mala postura.

> Sequedad ocular: el tratamiento básico son las lágrimas artificiales. No hay que olvidarse de otras medidas, como acciones ambienta-

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les (poner un humidificador), y algo tan sencillo como acordarse de parpadear. También hay que volver a recordar una causa poco conocida de sequedad ocular producida por el ordenador: la altura de éste con respecto a los ojos. > Defectos de refracción: en casos de fatiga visual, hay que llevar bien corregida la graduación que se tenga. Aquí las gafas cumplen la función, no sólo de permitir ver bien, sino de prevenir el cansancio de los ojos. El problema que algunos astígmatas leves y de algunos hipermétropes es que normalmente cuentan con buena visión y no saben que tienen algo de graduación. Gestión Práctica de • 41 Riesgos Laborales