CAPITULO 7 ESTRUCTURA Y RESULTADOS DE LA INDUSTRIA OLEICOLA

CAPITULO 7 ESTRUCTURA Y RESULTADOS DE LA INDUSTRIA OLEICOLA 7.1. CONSIDERACIONES METODOLOGICAS PRELINIINARES El desarrollo de este análisis no ha es...
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CAPITULO 7 ESTRUCTURA Y RESULTADOS DE LA INDUSTRIA OLEICOLA

7.1. CONSIDERACIONES METODOLOGICAS PRELINIINARES El desarrollo de este análisis no ha estado exento de dificultades. Aparte de los problemas relacionados con la información estadística, que hemos señalado en el primer capítulo de este trabajo, existen otras dificultades de tipo conceptual que se originan al utilizar dicha información'. El primer problema deriva de la definición de la unidad d.e análisis. Abordar la medición de ciertas magnitudes industriale ^ -tales como el tamaño, la concentración o el crecimiento- en diferentes escenarios económicos, requiere previamente una delimitación conceptual de los operadores implicados. Hay que diferenciar entre conceptos aparentemente similares como empresa o sociedad, establecimiento 0 planta y explotación, cuya utilización conduce a interpretaciones dispares. EI concepto de empresa no corresponde en sentido estricto con ninguno de los restantes términos citados, puesto que una empresa puede componerse de varias unidades físicas y jurídicas, siendo la unidad de dirección y de decisión la ligazón que hace que esas unidades se integren en una unidad económica mayor denominada empresa. La noción de explotación se refiere, en cambio, a una unidad técnica no decisoria. Integra a uno o más establecimientos fabriles, y no coincide necesariamente con la unidad jurídica representada por el concepto de sociedad mercantil, susceptible de englobar diversas categorías de explotaciones. ' Las consideraciones efectuadas en este apartado conciernen tanto al presente capítulo como al siguiente.

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Los análisis empíricos suelen utilizar como unidad de análisis las variables establecimiento o sociedad mercantil en función de los objetivos de la investigación. Considerar la variable establecimiento permite debatir las teorías relativas al tamaño óptimo y a las economías de escala, de acuerdo con las propiedades tecnológicas y las correspondientes al vector de costes de la función de producción. Así, puede explicarse la coexistencia de establecimientos de distinto tamaño, así como el grado de ineficiencia derivada de la existencia de unidades no óptimas y sus repercusiones tanto en términos empresariales como desde el punto de vista del bienestar social empleo, externalidades relacionadas con el medioambiente...En cambio, surge una diferencia cualitativa cuando la unidad de análisis es la empresa, grupo o sociedad. El enfoque por empresa responde al imperativo de medir la dimensión empresarial global, así como al de evaluar el poder de mercado ostentado por las grandes empresas y grupos de un sector, poder que puede medirse a través del grado de concentración. En nuestro caso, hemos seguido este enfoque sin distinguir entre unidades jurídicas y unidades de decisión. Otro problema instrumental corresponde al tipo de variables utilizadas para medir el tamaño empresarial, dado que no existe un único método de estimación. Los trabajos con un enfoque de Organización Sectorial utilizan una amplia variedad de criterios, entre los que destacan, por su alta frecuencia de aparición, las siguientes variables: volumen de ventas, número de empleados, recursos propios, valor añadido y cash flow. Optar por un único criterio puede conducir a resultados poco fiables: se pierde información al no considerar otras variables o se originan alteraciones en la clasificación de empresas según que emplea un criterio u otro -puede suceder que la variable utilizada tome un valor igual o semejante en dos o más empresas consideradas de dimensiones diferentes-. Por ello, se recomienda la utilización de una combinación de criterios. La idea es encontrar una medida que permita comparar dimensiones correspondientes a unidades económicas que presentan entre sí significativas diferencias de carácter estratégico, directivo, tecnológico 0 organizativo, sobre todo cuando las empresas desarrollan actividades en diversos sectores a través de la diversificación conglomeral. Existen varios intentos relativamente formali-

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zados para proporcionar un método multicriterio que permita clasificar las empresas en pequeñas, medianas y grandesZ. En el ámbito de la CE, se recomienda la utilización de los criterios de ordenación establecidos por la Cuarta Directiva de Sociedades de la CE, según la cual el tamaño empresarial se determina en base a tres criterios: número de trabajadores, importe de los activos netos y volumen de ventas (Cuadro 7.1). La dimensión de la empresa queda definida al cumplirse al menos dos de esas tres condiciones. CUADRO 7.1. CRITERIOS DE CLASIFICACION DE EMPRESAS ESTABLECIDOS POR LA CUARTA DIRECTIVA DE SOCIEDADES DE LA CE Clase de empresa

Número de

Activos netos

Volumen de ventas

trabajadores

(millones de ptas.)

(millones de ptas.)

Menos de 250 Entre 250 y 500 Más de 500

Menos de 900 Entre 900 y 1.900 Más de 1.900

Empresa pequeña ....... Menos de 50 Empresa mediana ....... Entre 50 y 250 Empresa grande.......... Más de 250

Fuente: BUENO CAMPOS y MORCILLO ORTEGA ( 1994).

Por otra parte, en el caso de las grandes empresas o grupos, resulta enormemente problemático descomponer la red de interrelaciones industriales que se establecen dentro del grupo o con empresas externas, lo que dificulta conocer los límites exactos de estos agregados empresariales. Dichas interrelaciones pueden revestir diversas formas, siendo las más relevantes para nuestro análisis: el control del capital transnacional, las participaciones accionariales entre empresas del propio subsector o entre estas últimas y otras pertenecientes a otros sectores, los acuerdos exclusivos entre empresas y la creación de filiales en el caso de las sociedades holding'.

z Véanse, por ejemplo, BUENO, LAMOTHE y VILLALBA (1981) y BUENO y LAMOTHE (1984). ' Esta tipología no es estática, puesto que la práctica empresarial es dinámica, dando lugar a todo tipo de combinaciones de relaciones, lo que dificulta aún más su análisis.

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Asimismo, hay que destacar la problemática derivada de la concentración vertical de actividades. Algunas grandes empresas están integradas de alguna forma hacia atrás, para facilitar y abaratar su abastecimiento de materias primas y otros inputs intermedios -bien directamente o a través de sus filiales-, al tiempo que establecen acuerdos de comercialización con las entidades distributivas. Esta situación dificulta la imputación correcta de los resultados económicos a una actividad o a otra, ya que sólo se dispone de los datos agregados de la empresa. Por último, señalamos la dificultad encontrada al intentar aislar la información correspondiente estrictamente a la elaboración de aceite oliva. Ello se deriva de las estrategias de diversificación de la oferta, desarrolladas sobre todo por las grandes empresas del subsector con el fin de ampliar su gama de pro-.. ductos =fundamentalmente hacia otros tipos de aceites y:margarinas-. De modo que las estadísticas disponibles van pe.rdiendo significación a medida que se exigen mayores grados de desagregación°.

7.2. EL MERCADO DE ACETTES: FACTORES CONDICIONANTES DE LA INDUSTRIA OLEICOLA Desde el punto de vista de la producción, los aceites más importantes en España corresponden al de oliva y ál de girasol, debido a su procedencia de dos cultivos esenciales desde el punto de vista de la agricultura española: el olivar y el girasol. En el caso del aceite de soja, la cantidad procedente de las semillas autóctonas es bastante reducida, si bien el volumen total produ-

° Aunque el análisis específico correspondiente al subsector de aceite de oliva requiere un considerable grado de desagregación de la información y es el que más nos interesa en este trabajo, no debe infravalorarse la utilidad del diagnóstico en su conjunto de las distintas líneas productivas de aceites, debido a las relaciones de sustitución a nivel de la demanda, así como a las interrelaciones de tipo tecnológico y promocional existentes entre los productos finales.

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cido en España es mucho más elevado debido a las importantes cantidades de semillas de soja importadas y molturadas en España. La participación de los aceites de los demás cultivos oleaginosos en la producción total de aceites es muy escasa, siendo en algunos casos meramente testimonial. Estas afirmaciones quedan claramente reflejadas en el Cuadro 7.2. De acuerdo con los datos incluidos en dicho cuadro, las ventas de aceite de oliva y de girasol han supuesto, en el período comprendido entre 1980 y 1992, entre el 80% y el 90% de las ventas totales de aceites envasados con marca. Observamos cómo dicha proporción ha venido incrementándose durante los primeros años del período considerado para estabilizarse en torno al 90% a partir del año 1985, aunque en el año 1992 ha descendido al 83,3% como consecuencia del incremento del consumo de otros aceites. Ello pone de manifiestó el gráii peso espe ^ ífico de ambos acéites en el mercado español de aceites comés^ibles, si bien fue el aceite de girasol el que más ha incrementado su participación, pasando del 32,8% en 1980 al 43,6% en 1991, mientras que la cuota correspondiente al aceite de oliva oscila entre el 42% y el 49%. Las perspectivas relativas a la evolución futura de este mercado apuntan a que no se producirán grandes alteraciones de estas proporciones. A continuación, examinamos la evolución reciente de las principales características estructurales del conjunto del sector de aceites y grasas, mediante los balances de autoabastecimiento de los principales productos que lo componen. Separamos a este efecto el aceite de oliva de los aceites de semillas, dados los rasgos diferenciales existentes entre ambos tipos, tanto a nivel agrario como en lo referente a los procesos de transformación industrial. Para el aceite de oliva, durante las campañas oleícolas 1985/86-1990/91, la producción total ha aumentado notablemente, aunque pueden observarse importantes fluctuaciones entre una campaña y otra debido a la vecería del olivo (Cuadro 7.3). Esta evolución positiva de la producción, puesta de manifiesto con una tasa de variación anual de16,70%, es la consecuencia del incremento de la productividad derivado, a su vez, de tres

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factores esenciales: los resultados favorables de los programas nacionales de reconversión y reestructuración del olivar existentes anteriormente a la incorporación a la CE; las mejoras en las técnicas de cultivo y en la tecnología utilizada; la entrada en producción comercial de las nuevas plantaciones realizadas en vistas de las buenas perspectivas que la Adhesión a la CE suponía para el olivar español. CUADRO 7.2. EVOLUCION DE LAS VENTAS DE LOS ACEITES DE OLIVA Y DE GIRASOL RESPECTO AL TOTAL DE LOS ACETI'ES VEGETALES COMERCIALIZADOS EN EL MERCADO ESPAÑOL DURANTE EL PERIODO 1980-1992

Año

Ventas de aceite (miles de litros) Oliva

1980...338.508 1981...342.785 1982...326.073 1983...332.080 1984...290.215 1985...308.259 1986...293.714 1987...327.107 1988...358.993 1989...329.892 1990...332.233 1991...376.129 1992...354.669

Girasol

246.216 237.868 256.065 266.743 286.397 292.584 267.644 263.123 290.335 301.238 283.576 362.058 348.715

Total

751.055 727.997 705.702 714.333 653.884 673.380 629.571 670.850 719.189 720.109 709.210 830.211 844.575

Relación oliva/girasol

1,38 1,44 1,27 1,25 1,01 1,05 1,10 1,24 1,23 1,10 1,17 1,04 1,02

Relación oliva/total

a aceites ( /o)

Relación girasoUtotal aceites (%)

45,1 47,1 46,2 46,5 44,4 45,8 46,7 48,8 49,9 45,8 46,9 45,3 42,0

32,8 32,7 36,3 37,3 43,8 43,4 42,5 39,2 40,4 41,8 40,0 43,6 41,3

Relación oliva más girasoU total aceites ( %)

77,9 79,8 82,5 83,8 88,2 89,2 89,2 88,0 90,3 87,6 86,9 88,9 83,3

Nota: No se incluyen las ventas del aceite de orujo de aceituna y el autoconsumo. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de ANiF_RAC.

EI grado de autoabastecimiento del mercado español de aceite de oliva, calculado en base a la producción obtenida y a los usos interiores, indica que el consumo interior está totalmente cubierto por la producción nacional. Durante las campañas analizadas, el grado de autoabastecimiento ha venido aumentándose, revelando de esta forma el fuerte y creciente

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desequilibrio entre la oferta total y la demanda interior. Esta situación manifiesta asimismo que el mercado exterior, si bien se está ampliando sensiblemente como hemos señalado anteriormente, no ha conseguido absorber la sobreproducción. Como consecuencia, siguen existiendo considerables stocks de fin de campaña cuyo comportamiento ha sido, en general, similar al de la producción. CUADRO 7.3. BALANCE DE AUTOAPROVISIONAMIENTO DE ACEITE DE OLIVA. CAMPAÑAS 1985/86-1990/91

Campañas

Supefiicie

Producción

Variación

Utilización

total

de aceite

de stocks

interior

(000 Ha)

(000 Tm)

(000 Tm)

(000 Tm)

Grado de Importaciones Exportaciones autoabas(000 Tm)

(000 Tm)

tecimiento (%)

1985/86....1.929,1 1986/87....1.935,1 1987/88....1.945,8 1988/89....1.899,7 1989/90....1.908,9 1990191.... nd TVA (%) 85/86-90/91

-0,26

428,8 538,7 810,2 810,4 604,2 593,0

-95,9 -129,1 194,2 79,3 48,8 -129,4

407,3 408,0 444,0 446,0 395,3 397,5

1,7 5,4 2,4 4,5 8,7 50,8

119,1 265,2 174,4 289,4 168,8 375,7

105 132 182 181 153 149

6,70

-

-0,48

97,27

25,83

7,25

Notas 1) Las cifras relativas a la producción de aceite de oliva incluyen los aceites de oliva vírgenes y el aceite de orujo de aceituna. 2) La utilización interior incluye el consumo humano y los usos industriales. 3) Variación de Stocks = Producción Total -(Utilización interior + Saldo del comercio exterior). Producción Total 4) Grado de autoabastecimiento =

100 Utilización in[erior

Fuentes: Elaboración propia a partir de los datos del MAPA: Anuario de Estadística Agraria y Boletín Mensua[ de Estadística (varios números).

En el caso de los aceites de semillas oleaginosas, la producción española procede esencialmente del cultivo del girasol, con una producción media de 981.620 Tm de pipa de girasol durante el período comprendido entre las campañas 1985/86 y 1989/91, incrementándose dicha producción en un 8,30% anual entre

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ambas fechas (Cuadro 7.4). Para el resto de los cultivos oleaginosos de cierta relevancia en España -la soja y la colza-, su participación tanto en la superficie cultivada como en la producción total de semillas es relativamente reducida. A título indicativo, en la campaña 1991/92, la superficie ocupada por lós cultivos de soja y de colza han alcanzado 4.400 Ha y 11.200 Ha respectivamente, cuando la superficie sembrada de girasol ha superado el millón de hectáreas. CUADRO 7.4. BALANCE DE AUTOAPROVISIONAMIENTO DE ACETI'E DE GIRASOL. CAMPAÑAS 1985/86-1990/91

Campañas

Producción Producción de semillas de aceite (000 Tm) (000 Tm)

1985/86.... 872,0 1986/87....1.005,7 1987/88....1.135,6 1988/89.... 968,0 1989/90.... 929,8 1990/91....1.299,3 TVA (%) 85/86-90/91

8,30

Grado de Variación Utilización Imporlaciones Exporlaciones autoabasinterior de stocks ( 000 Tm) tecimiento (000 Tm) (a^o) (000 Tm) (000 Tm)

363,7 300,4 348,7 416,3 395,8 545,7

-9,0 24,6 -70,3 -23,6 19,0 179,2

380,1 300,0 298,0 330,0 325,9 348,5

7,7 0,3 0,1 0,7 6,7 8,2

0,3 16,1 121,1 110,6 57,6 26,2

96 100 117 126 121 157

8,45

-

- 1,72

1,27

144,48

10,34

Notas 1) Las cifras relativas a la producción de aceite de girasol corresponden a la producción procedente de las semillas autóctonas y de las importadas, aunque hya que tener en cuenta que la balanza comercial exterior de semillas de girasol está bastante equilibrada. 2) Los datos de la producción de semillas se refieren a los años ^iviles 1986-91 y no a las campañas. Fuentex Elaboración propia a partir de los datos del MAPA: Anuario de Estadística Agraria, Bo[etín Mensual de Estadística y La Agricu[tura, la Pesca y la Alimentación Españolas (varios números).

La producción de aceite de girasol durante el citado período ha experimentado una tendencia alcista similar a la observada en la producción de semillas, aumentando en un 8,45% anual. Mientras, la utilización interiór total se ha mantenido prácticamente constante en términos absolutos, aunque ha registrado un leve

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descenso en términos relativos (-1,72% anual), provocado sobre todo por una ligera disminución del consumo industrial. Como consecuencia, se ha incrementado sensiblemente el grado de autoabastecimiento de este producto (un 10,34% anual). España ha pasado de ser algo deficitaria en 1985/86 (96%) a una situación significativamente excedentaria en 1990/91 (157%). Respecto al comercio exterior del aceite de girasol, se observa un incremento vertiginoso de las exportaciones desde la Adhesión a la CE (144,48% anual), sobre todo durante las campañas 1987/88 y 1988/89. En cambio, las importaciones se han mantenido prácticamente constantes. Sin embargo, a partir de la campaña 1989/90, las cantidades exportadas se han reducido notablemente a pesar del elevado nivel de la producción, lo que ha originado una acumulación de importantes stocks de fin de campaña. La generación de excedentes de producción de aceite de girasol ha motivado una política de incremento de las exportaciones, con el fin de no alterar el equilibrio existente entre los distintos aceites vegetales disponibles en el mercado interior, tal como estaba contemplado por el régimen de control de precios y cantidades. Para facilitar la salida de dichos excedentes a los mercados exteriores, la Comunidad ha adjudicado ayudas compensatorias cuyo importe cubre el diferencial de precios que separa los mercados español e internacional. De acuerdo con las estimaciones del MAPA, en el período de stand still, se ha exportado anualmente el equivalente en aceite de 244.000 Tm de semillas, con una ayuda institucional aproximada de 10.000 millones de Pts por año. En el ámbito europeo (CE), la producción comunitaria de aceite de oliva en el período comprendido entre 1987-88 y 199091, se ha elevado a 1,317 millones de Tm, lo que supone el 78% de la producción mundial. Los principales países productores son España (45% de la producción comunitaria), seguida por Italia (36%) y Grecia (21%). La importancia de la CE en el consumo de aceite de oliva es también muy relevante, ya que en la campaña 1990-91 se han consumido 1,210 millones de Tm, lo que representa más del 70% del consumo mundial. Los mayores consumidores son Italia (45% del consumo total de la Comunidad en 1990-91) y España (33%).

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La CE es un exportador neto de aceite de oliva, siendo Italia y España los principales exportadores y EE.UU., Canadá y Australia los principales países de destino de las exportaciones. Entre las campañas 1988-89 y 1991-92, la tasa de cobertura en volumen de la CE ha sido de1212%. La industria de aceite de oliva en la CE se caracteriza por un elevado grado de concentración empresarial. Las multinacionales de aceites como FERRUZZI, UNILEVER y NESTLE controlan una considerable cuota de mercado en la mayor parte de los países comunitarios, aunque en mercados importantes como el italiano o el español existen también pequeñas y medianas que operan en mercados regionales o locales. En lo referente a los aceites de semillas y frutos oleaginosos, la producción mundial en 1989-90 fue de 52,830 millones de Tm, de los cuales 6,264 millones de Tm (12%) correspondían a la CE. Los principales países productores de la Comunidad en 1991 han sido Alemania (27%), Francia (14%) y Holanda (13%). En el período 1988-92, el consumo mundial medio fue de 59,554 millones de Tm, correspondiendo el 14,1% del mismo a la CE. El aceite más consumido en la CE es el girasol (23% del consumo total en 1991). Le siguen el aceite de soja (19%), el aceite de palma (18%) y el aceite de colza (17%). En la CE se han importado 2,473 millones de Tm de aceites vegetales en 1991. Los aceites de copra y palmiste representaron el 33% del total de las importaciones. En cambio, las exportaciones se situaron en dicho año en 1,474 millones de Tm. El 95% de las mismas fueron aceites líquidos, fundamentalmente aceites de colza (50%) y de soja (37%). Desde la perspectiva empresarial, el subsector de aceites de semillas está controlado a nivel europeo por grandes grupos multinacionales, que han realizado en los últiinos años un importante proceso de concentración a través de una intensa dinámica de fusiones, adquisiciones y participaciones accionariales cruzadas. Los mayores productores mundiales son: UNILEVER, PHILIP MORRIS, BUNGE, BSN y NESTLE.

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7.3. DISTRIBUCION ESPACIAL DE LAS INSTALACIONES FABRILES El factor que más influye en la ubicación geográfica de las plantas de primera transformación de aceites corresponde a la proximidad con las zonas a aprovisionamiento de materias primas, aunque existen otros factores decisivos como son la existencia de un cierto desarrollo de infraestructuras industriales y de sectores de conexión. Así, la localización de las almazaras se sitúa en las proximidades de las explotaciones olivareras, lo que constituye un factor determinante para que la materia prima no se altere y el producto final no pierda calidad. EI 76% de las almazaras se concentra en cuatro Comunidades Autónomas: Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña y Comunidad Valenciana (Cuadro 7.5). Sucede lo mismo con las industrias extractoras de aceite de orujo de aceituna, ubicándose mayoritariamente en aquellas regiones donde existe una elevada concentración de almazaras. En el caso de las industrias extractoras de aceites de semillas oleaginosas, la distribución geográfica varía en función del canal de abastecimiento de materias primas. Para la soja, la práctica totalidad de la materia prima es importada y transportada por vía marítima, por lo que las 12 plantas extractoras existentes en España se localizan en las importantes zonas portuarias del país. Para el girasol, los establecimientos fabriles desarrollan su actividad transformadora en las grandes regiones productoras de semillas de g^asol, principalmente Andalucía. A diferencia de las almazaras y extractoras, la localización geográfica de las industrias de segunda transformación -refinerías y envasadoras, que operan con todo tipo de aceites vegetales-, no guarda siempre relación directa con las áreas de producción de materias primas, sobre todo en el caso de las envasadoras. Las refinerías se ubican tanto en las zonas proveedoras de materias primas como en las regiones industriales. De las 79 refinerías existentes en España, 35 están instaladas en Andalucía y 20 en Cataluña. El grado de desarrollo industrial de la región, constituye un factor de mayor peso para el asenta-

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miento de las industrias de envasado, junto con la proximidad a las refinerías. De todas formas, las industrias de refino presentan un mayor grado de dispersión que las almazaras, extractoras y envasadoras, que se encuentran más concentradas geográficamente. Desde la perspectiva de la organización empresarial de los establecimientos fabriles, destacamos la existencia de un elevado grado de integración y complementaridad entre envasadoras, refinerías y extractoras, que se realiza principalmente por propiedad - pertenecen a la misma empresa o razón social. Estas figuras están organizadas mayoritariamente en sociedades mercantiles individuales o en grupos empresariales en forma de holdings, dominados por capital privado, extranjero o público. Por otra parte, en el caso concreto del aceite de oliva, la mayor parte del aceite producido en las almazaras -85% del total- se destina a refinadoras y/o directamente a envasadorass. Son estas dos figuras las que, junto con la distribución, organizan y controlan todo el proceso posterior de manipulación y comercialización. Por tanto, son las que supuestamente marcan las pautas de organización y funcionamiento de este mercado, manteniéndose reducido el poder de negociación de agricultores y almazaras, sobre todo si se tiene en cuenta la escasa integración vertical existente entre ambas clases de operadores.

7.4. INCIDENCIA DE LOS FACTORES DE PRODUCCION EXOGENOS EN LA POSICION COMPETITIVA DE LA INDUSTRIA OLEICOLA De acuerdo con los resultados de la Encuesta Industrial, los costes variables totales de la producción industrial de aceites y grasas son elevados y han tendido a crecer: representaron el 88,6% del valor de la producción bruta en 1986 y e190,7% en 1991 (Cua-

5 Véase el esquema de flujos comerciales estimados para el aceite de oliva reflejado en la Figura 5.2.

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dro 7.6). Los dos grandes agregados de costes -inputs intermedios y empleo-, han mantenido una tendencia estable durante el período considerado, situándose en torno a195% y a15% del coste variable total, respectivamente. Las materias primas representan, con amplia diferencia, el capítulo más relevante del vector de costes -86,7% del total en 1986 y e186,0% en 1991-. El apartado de servicios adquiridos fue el que más ha incrementado su participación: ha aumentado en términos reales (Pts de 1986) en un 68% entre ambos años, a pesar de que todavía se sitúa en niveles reducidos -4,5% del coste variable total en •1991-. La estructura de costes se determina por elementos endógenos o estratégicos de las industrias implicadas, así como por factores exógenos que establece el contexto socio-económico general del país. Existen diversos condicionantes del entorno relacionados con el coste de los factores productivos, que se revelan esenciales en la configuración de la posición competitiva de la industria. En este caso, las principales variables exógenas serían la disponibilidad de materias primas -sobre todo-, los costes laborales y el precio del dinero -factor vital en la consecución de créditos rentables, teniendo en cuenta que se trata de una industria con altas necesidades de financiación-. Estas variables habría que considerarlas en un marco comparativo con otros países del espacio comunitario, donde los operadores españoles desarrollan cada vez más libremente su actuación empresarial, sobre todo desde la entrada en vigor del Mercado Unico.

7.4.1. Disponibilidad de materias primas En el caso de la industria de aceites de semillas oleaginosas, se utiliza una amplia gama de materias primas, siendo las semillas de girasol y de soja las más relevantes, aunque tienen una problemática distinta. La semilla de girasol proviene de la producción interior. España se ha convertido en un gran productor de semilla de girasol en Europa y llega incluso a abastecer a las industrias molturadoras de otros países -como Francia y Portugal-, dado que las necesidades del mercado español no superan e135-40% de la producción total nacional.

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En cambio, la soja transformada se importa en su práctica totalidad del mercado internacional, ya que la producción nacional es muy reducida ^2.184 Tm en la campaña 1990-91 frente a una cantidad molturada de más de 2,5 millones de Tm-. A pesar de que se requieren grandes cantidades de semillas de soja para su transformación, su cultivo estaba restringido hasta la reciente reforma de la OCM del sector de oleaginosas, por la normativa comunitaria, al tener la CE una cantidad máxima garantizada de 1,3 millones de Tm, acaparada en gran parte por Italiab. Los precios percibidos por los productores .de girasol estaban intervenidos hasta el año 1991, al existir ayudas canalizadas a través de la industria de transformación y de un precio de compra por parte del SENPA, situado para dicho año en torno a 55-60 Pts. por Kg. A partir de 1992, se ha eliminado el precio de intervención y el precio de compra se fija por la libre confrontación entre oferta y demanda. A lo largo de dicho año, los precios de pipa de girasol fluctuaron entre 15 y 25 Pts. por Kg. Por otra parte, la industria de transformación trata con un elevado número de proveedores con bajo grado de asociacionismo en cuanto a la concentración de la oferta y cuya integración vertical hacia delante es prácticamente inexistente. Es difícil cuantificar el número preciso de proveedores, aunque,

fi Las Cantidades Málcimas Garantizadas (CMG) derivadas del Régimen de Estabilizadores Presupuestarios se venían aplicando hasta la campaña 1991-92. Se establecían a nivel comunitario CMG para las producciones de girasol, soja y colza. La reforma de la OCM y los acuerdos alcanzados entre la CE y los EE.UU. en el seno del GATT sobre el régimen de oleaginosas, cambiaron la regulación del sector. La nueva normativa contempla a partir de la campaña 1993-94 un nuevo régimen de ayudas a los productores de oleaginosas, que establece la concesión de pagos compensatorios por hectárea cultivada, modulados con los rendimientos regionales fijados en los respectivos Planes Nacionales de Regionalización. Asimismo, el nuevo sistema implica la correspondiente retirada de tierras contemplada en la reforma de la PAC. Para la campaña de transición 1992-93, se implementó un sistema de Superficies Máximas Garantizadas, aunque no se precisaba la retirada de tierras. En el caso del subsector de girasol español, esta superficie se fijó en 1.411.000 Ha.

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de acuerdo con el SENPA, durante la campaña 1991-92 se presentaron 81.500 solicitudes de ayudas para los cultivos de oleaginosas. Más de la mitad de estas explotaciones están localizadas en Andalucía, con una superficie media de 18 Ha por explotación, muy por encima del tamaño medio de las explotaciones olivareras -en torno a 3 Ha según el último Censo Agrario-. Esta situación favorece a los industriales, ya que incrementa su poder de negociación frente a sus proveedores. El sistema de compra aplicado es a través de agentes locales contratados por la industria extractora, que realizan la compra de la materia prima a los productores a cambio de una comisión. En el caso de la industria de aceite de oliva, la totalidad de la materia prima procede de la producción nacional. Como ya habíamos señalado en páginas anteriores, a nivel de las almazaras, el modo de abastecimiento de materia prima varía según se trate de almazaras cooperativas o industriales'. Para las industrias refinadoras, el coste de materia prima -aceite de oliva refinablesupone el 90% aproximadamente de los costes totales y en torno al 60% del precio final del producto. Para contrarrestar el elevado precio de la materia prima, se comenzó a pagar la ayuda pública al consumo a los envasadores a partir del 1 de diciembre de 1990. Como consecuencia, los precios han evolucionado a la baja. Los precios de aceite oliva en origen han pasado de 215,6 Pts. por litro en 1988 a 310,1 Pts. en 1991 para situarse en 283,7 Pts. por litro en 1992. El grado de integración vertical entre almazaras e industrias refinadoras y envasadores es bajo: sólo el 20% de la capacidad envasadora se encuentra integrada en almazaras, el resto corre a cargo de empresas envasadoras independientes o asociadas con refinerías o extractoras. El bajo grado de integración hacia adelante junto con la excesiva atomización pone a agricultores y almazaras en situación de baja capacidad negociadora frente a los operadores de segunda transformación.

' Véase el apartado 5.1.3.1. del capítulo 5.

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7.4.2. Costes laborales Aunque la incidencia relativa del coste del trabajo en los costes productivos totales es baja para esta industria, el factor laboral, como elemento externo del entorno empresarial, adquiere una especial importancia cualitativa, dadas la sensibilidad social y el comportamiento empresarial respecto al mismo. En general, la industria española suele mejorar su competitividad a través de la consecución de una ventaja de costes, derivada de bajas remuneraciones salariales que han ido dejando de serlo con el tiempo, en lugar de hacerlo mediante la obtención de tamaños capaces de generar economías de escala, la promoción de la Investigación y Desarrollo que permita perfeccionar los sistemas productivos instalados, así como mediante el fomento de la formación de los trabajadores. Por otra parte, el creciente grado de globalización de los negocios - provocado por el incremento de la inversión extranjera y del intercambio interempresarial- facilita el acceso de las empresas a los mercados laborales internacionales, posibilitando la contratación en un mercado laboral más amplio y más competitivo. Además, la globalización favorece la movilidad en la localización de las actividades empresariales, que depende, entre otros factores, del diferencial de costes laborales existente entre países. Esto tiene especial relevancia para España dentro del contexto de la CE, sobre todo desde la creación del Mercado Unico con el fin de impulsar la integración de las economías comunitarias, a través de la liberalización de la circulación de bienes, servicios, capitales y personas. La estadística económica más relevante en cuanto a costes del trabajo corresponde al coste laboral unitario (CLU), que mide el crecimiento nominal de los costes salariales por unidad de producto acabado. En una situación de ausencia de fronteras -como teóricamente es el caso del Mercado Unico Europeo-, la posición competitiva -y el consiguiente desplazamiento del mercado- de un sector industrial de cualquier país comunitario disminuye a medida que el crecimiento de sus CLUs sea superior al de sus competidores.

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La evolución de los CLUs en los países de la CE durante las dos últimas décadas manifiesta una tendencia cíclica, que varía en función de la posición en la que se encuentran las economías comunitarias dentro del ciclo económico global. Así, los CLUs han crecido en las épocas de fuerte crecimiento económico -1974/84- y han experimentado una sensible reducción en los tiempos de recesión -1992/94- (Cuadro 7.7). Entre 1986 y 1993, el CLU nominal de España ha aumentado un 13% por encima de la media de la CE, lo que, en términos de CLU corregido del efecto del tipo de cambio de la peseta respecto al ECU, implica una pérdida de competitividad de la industria española frente a la CE de127%R. Sin embargo, los indicadores laborales en la industria española muestran una considerable caída tanto del empleo como de los salarios desde el inicio de 1993. Ello demuestra un ajuste de los costes laborales a través de la reducción de empleo, en línea con la concurrencia exterior.

7.4.3. Precio del dinero Teniendo en cuenta la considerable intensidad del uso del factor capital en esta industria y, por consiguiente, las grandes necesidades de inversión, la consecución de financiación externa con rendimiento favorable se revela vital para la rentabilidad empresarial. Las condiciones de obtención de créditos no han sido precisamente favorables para la industria en España durante los últimos años, sobre todo si se compara con la situación en otros países de la CE. Los tipos de interés aplicados en España son unos de los más elevados en el ámbito de la Comunidad. Los tipos nominales interbancarios a corto plazo en España fluctuaron entre el 11,7% en 1986 y el 13,3% en 1992, mientras que en la mayoría de los países comunitarios estaban situados en torno al 10%

B En concreto, para la industria de aceites y grasas a nivel del conjunto de la CE, los costes laborales unitarios a precios corrientes han experimentado un incremento de147,4% entre 1985 y 1992, según EUROSTAT (1994).

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(Cuadro 7.8)9. EI alza de tipos en España fue la consecuencia de una política monetaria restrictiva para controlar la inflación que ha provocado la entrada masiva de capital foráneo, aunque ha supuesto un freno para la inversión productiva interior. Esta era necesaria para incrementar la productividad real del trabajo ratio entre el valor añadido bruto real y el empleo total-, y contrarrestar, de esta manera, la presión de los salarios sobre los costes. T,os tipos interbancarios constituyen sólo el punto de referencia para las transacciones entre prestatarios y prestamistas, ya que la base de los contratos de créditos para empresas corresponde al tipo preferencial, que las entidades bancarias -bancos y cajas de ahorro- ofrecen a sus clientes más solventes10. Durante el período 1988-93, los tipos preferenciales medios oscilaron entre un mínimo.de 12,5% en 1988 y un máximo de 14,6% en 1990, aunque hari experimentado un significativo descenso a finales de 1993 y principos de 1994, situándose en torno a un promedio del 9,25%". Ello fue la consecuencia de una política macroeconómica orientada hacia el fomento de la competitividad de los sectores industriales a través, entre otras medidas, del incremento de la inversión productiva. Por otra parte, en el caso de las empresas exportadoras, además de las condiciones de obtención de préstamos, el tipo de

' El mercado interbancario es el eje de los mercados monetarios donde los diferentes bancos negocian sus reservas obligatorias ---controladas por el tipo de intervención del banco central- y establecen los tipos para financiar préstamos e inversiones. Los tipos de interés interbancarios se determinan en función de las disponibilidades y necesidades de préstamos. t0 Cabe señalar que la creciente liberalización y apertura al exterior de la economía española durante los íiltimos años, ha aumentado la influencia de los condicionantes externos en el comportamiento de los tipos de interés internos. La evolución de los tipos en España depende cada vez menos de los precios in[ernos, la fiscalidad nacional y las decisiones sobre ahorro e inversión de los operadores residentes. Asimismo, la pertenencia de España al Sistema Monetario Europeo ha reducido la capacidad de la autoridad monetaria nacional para influir en los tipos de interés vigentes en los mercados financieros, aunque el compromiso de estabilidad cambiaria derivado de esa pertenencia ha contribuido a reducir la volatilidad de los tipos durante los últimos años. " Véase BANCO DE ESPAÑA (1994).

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