Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Breve Historia de la Cooperativa COATLAHL: Al Fin un Poco de Optimismo Estudio de caso elaborado por Filippo Del Gatto con el apoyo de Danilo Dávila , Jens Kanstrup, Sergio Herrera, Cándido López Ramos, André Mildam y Noé Polanco

ITTO, Forest Trends, RRI

1.

Introducción

Este informe, preparado en el ámbito de un estudio sobre empresas forestales comunitarias de Forest Trends para la OIMT,1 analiza la experiencia de la Cooperativa COATLAHL2 en la Costa Norte de Honduras. El documento está compuesto por once partes, incluyendo esta primera sección introductoria. La segunda parte presenta una breve perspectiva histórica de la forestería comunitaria en Honduras. La tercera sección discute el marco legal vigente. La cuarta toca la compleja problemática de la tenencia forestal. La quinta describe algunas características sobresalientes de los bosques y comunidades en el área del estudio de caso. La sexta analiza los principales hitos y tendencias de la historia de la Cooperativa COATLAHL, mientras la séptima delinea sus formas de organización y gestión. La octava parte se enfoca en la economía, pasada y presente, de la cooperativa, mientras la novena considera los beneficios ambientales y sociales. La décima parte analiza algunos aspectos de las interacciones de la cooperativa con las políticas y normativas gubernamentales. La onceava y última sección presenta las conclusiones de este análisis.

2.

Perspectiva histórica del contexto social y político3

La explotación comercial de los bosques hondureños empezó en forma significativa en el siglo XIX (Wells, 1982, citado en Szaraz, 1991). Hasta 1974, sin embargo, la postura gubernamental fue simplemente de laissez-faire. La atención del poder central si limitaba al cobro, en la medida de lo posible, de los pocos impuestos establecidos. Las cosas cambiaron drásticamente con la aprobación en 1974 del Decreto Ley No. 103, o Ley de la COHDEFOR.4 Esta ley estableció como política la estatización de todos los bosques del país, dando a la COHDEFOR, una institución estatal semi-autónoma con personalidad jurídica y patrimonio propio, el monopolio para el aprovechamiento, industrialización y comercialización de los productos forestales. De esta forma el gobierno quería asegurar que los ingresos económicos generados por la exportación de productos forestales quedaran en el país y pudieran ser utilizados para promover la reforma agraria y otros grandes proyectos estatales contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del General Oswaldo López Arellano. Mediante esta ley se creó además el Sistema Social Forestal (SSF), que debía representar el contenido social de la 1

Organización Internacional de las Maderas Tropicales. Cooperativa Regional Agroforestal “Colón, Atlántida, Honduras”, Ltda. 3 Esta sección se basa substancialmente en Utting, 1993. 4 Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal. 2

1

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

nueva política forestal, con la finalidad de incorporar a los campesinos organizados en el manejo sostenido del bosque y en la participación de los beneficios de su aprovechamiento (Lazo, 2001). Estas profundas reformas reflejaban las particulares condiciones sociales y políticas que se estaban desarrollando en la primera mitad de los años 70.5 Sin embargo, en poco tiempo se alteró fundamentalmente la correlación de fuerzas sociales que había dado origen a estas reformas. Un pudiente movimiento anti-reformista, liderado por la AMADHO,6 surgió en la segunda mitad de los años 70. Los medios de comunicación fueron inundados por información denunciando las medidas ‘comunistas’ y pidiendo la reprivatización del sector forestal, en particular de las actividades de exportación. Las políticas reformistas se debilitaron progresivamente y recibieron un golpe decisivo en 1982, cuando el gobierno civil del Presidente Suazo Córdova sustituyó el programa de reforma agraria con una iniciativa de titulación de tierra e inició la reprivatización de empresas forestales que habían sido nacionalizadas.7 El SSF sufrió, naturalmente, los impactos de estos altos y bajos. Entre 1974 y 1977 se organizaron unas 125 cooperativas agroforestales, dedicadas en su mayoría a la producción de resina de pino, pero también a la producción de madera, como en el caso de la Cooperativa COATLAHL. Sin embargo, el fuerte apoyo de estos primeros años se redujo rápidamente, las relaciones entre cooperativas y COHDEFOR se deterioraron, y el SSF perdió progresivamente terreno en la agenda de la COHDEFOR. Aunque permanecía en la retórica institucional, en la práctica ya por el inicio de los años 80 el SSF había sido relegado a un programa secundario. Desde entonces, el apoyo al SSF y sus empresas forestales de base comunitaria ha sido principalmente un compromiso y objetivo de la cooperación internacional.

3.

El marco legal vigente y el nuevo proceso de reforma

La política de estatización iniciada en el 1974 termina definitivamente en 1992, con la aprobación de la Ley para la Modernización y el Desarrollo del Sector Agrícola (Decreto Ley No. 31-92). Aunque el enfoque principal de esta ley fue la regulación de la actividad 5

El proceso de ‘campenisinización’ de ex-trabajadores de las compañías bananeras, muchos de los cuales tenían experiencias sindicales, había contribuido a profundizar el debate sobre la pobreza y la inicua distribución de la tierra. En el país había también un difuso reconocimiento que la explotación forestal desarrollada por empresas, en su mayoría extranjeras, no estaba contribuyendo al desarrollo rural y nacional. La cantidad de organizaciones campesinas creció significativamente en este período. En muchos lugares la Iglesia Católica apoyaba abiertamente estas organizaciones y hacia llamados a favor de la reforma agraria y cambios en la explotación forestal. Paralelamente, se estaban dando también cambios significativos en la estructura militar del país. Las fuerzas armadas gozaron de un enorme apoyo popular después de la guerra de 1969 con El Salvador, al cual respondieron adoptando posiciones sociales más nacionalistas y progresistas. En 1972 el General Oswaldo López Arellano, apoyado por un grupo de jóvenes oficiales, retomó el poder por segunda vez a través un nuevo golpe militar, prometiendo programas de reforma agraria y forestal. 6 Asociación de Madereros de Honduras. 7 Un rol central en este proceso fue jugado por la Administración Reagan de los EEUU, que expuso claramente sus demandas poco después que el Partido Liberal de Suazo Córdova ganó las elecciones políticas en 1981. Si Honduras quería seguir recibiendo ayuda de los EEUU, su gobierno debía, entre otras cosas, favorecer la titulación de tierras en lugar de su redistribución, parar la nacionalización de empresas forestales y reprivatizar las empresas pertenecientes a la COHDEFOR.

2

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

agrícola, incorporó reformas fundamentales al marco legal forestal.8 Quizás el cambio principal fue la devolución de la propiedad del bosque al respectivo propietario del terreno forestal, tanto en el caso de propietarios privados como en el caso de los terrenos ejidales de propiedad de las municipalidades. Esta ley asigna a la AFE-COHDEFOR9 la administración de los bosques nacionales, el control y normatividad de las actividades en los bosques privados y ejidales, y el manejo de las áreas protegidas, pero la separa de las responsabilidades del aprovechamiento directo del bosque y de la industrialización y comercialización de la madera (Lazo, 2001). Por algunos aspectos esta ley constituye también un paso importante para la forestería comunitaria. Retoma el concepto del Sistema Social Forestal y reconoce el derecho de las poblaciones rurales al usufructo de los recursos forestales. Además, establece como mandato de la nueva AFE-COHDEFOR la inclusión del desarrollo integral de las comunidades rurales en los planes de manejo forestal que administre. Sin embargo, el Reglamento al Título VI - Aspectos Forestales de esta ley, fijando un límite máximo al volumen aprovechable por las organizaciones del SSF, estableció también una de las mayores barreras legales a desarrollo de estas organizaciones (ver Cuadro 3). El Decreto Ley No. 31 reformó profundamente el sector forestal, pero no derogó por completo las leyes anteriores. El marco legal es por lo tanto actualmente disperso en numerosas normas de diferente jerarquía. Esto ha llevado en los últimos años al desarrollo de múltiples esfuerzos para la preparación y aprobación de una nueva Ley Forestal, que debería compactar en un solo instrumento jurídico la legislación forestal del país. Este proceso se ha caracterizado por una amplia participación y diversos intentos de concertación, pero no ha sido nada fácil. Es difícil, para no decir imposible, predecir que ley será aprobada, y cuando.

4.

Tenencia forestal: un rompecabezas de difícil solución

Honduras tiene una extensión territorial de 112 492 km², de los cuales el 87% es considerado de vocación forestal. De acuerdo al Mapa Forestal Base de 1995, la cobertura forestal del país es de unas 5,989,600 hectáreas, equivalentes al 53.2% de la superficie del país. La mayoría son bosques latifoliados y pinares, con extensiones menores de bosques mixtos y manglares (Tabla 1). Entre 60,000 y 80,000 hectáreas de estos bosques, especialmente latifoliados, se pierden anualmente (FAO, 2000; Lazo, 2001). Aún así, el bosque constituye uno de los recursos naturales de mayor potencial para el desarrollo económico y social del país.

8

Título VI – Aspectos Forestales (Artículos del 71 al 79). La abreviatura AFE fue agregada después de la aprobación del Decreto Ley No. 31-92, para reflejar el nuevo titulo de ‘Administración Forestal del Estado’ otorgado por dicha ley a la COHDEFOR. 9

3

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Tabla 1. Cobertura forestal en Honduras. Descripción Superficie nacional Tierras con cobertura forestal - Bosque latifoliado - Bosque de pino - Bosque mixto - Manglar

Hectáreas 11,249,200 5,989,600 2,863,500 2,512,700 559,100 54,300

% 100.0 53.2 47.8 42.0 9.3 0.9

Fuente: CIEF/AFE-COHDEFOR (cifras obtenidas del Mapa Forestal Base de 1995).

Se estima que el 62.9% de las 5,989,600 hectáreas con cobertura forestal es de propiedad nacional, el 14.4% es ejidal y el 22.7% es de propiedad privada (Lazo, 2001). Se trata, sin embargo, de estimaciones que deben ser tomadas con cautela. En la extensión territorial cubierta de bosque vive más del 40% de la población10 (Lazo, 2001). La mayor parte de los bosques nacionales y ejidales, en particular en el caso de los pinares, tienen usuarios de facto, frecuentemente con derechos consuetudinarios de ocupación reconocidos localmente desde varias décadas. Además, paralelamente a los programas de titulación de tierra promovidos por el gobierno, en el campo hay un intenso proceso de acaparamiento y titulación de tierras nacionales, impulsado por terratenientes y elites locales utilizando a menudo prácticas fraudulentas. Lo anterior ha generado una situación extremadamente confusa. Es común que un predio forestal sea al mismo tiempo considerado nacional de parte de estado, reclamado como propio de parte de propietarios en base a títulos más o menos validos, y al mismo tiempo ocupado desde décadas de uno o más usuarios locales.

5.

Bosques y comunidades del estudio de caso

Las unidades de manejo de las organizaciones comunitarias afiliadas a la Cooperativa COATLAHL se localizan en la Cordillera Nombre de Dios, una cadena montañosa cercana al Mar Caribe que atraviesa de lado a lado el Departamento de Atlántida, en la Costa Norte de Honduras (Figura 1).

10

En total casi 7 millones de habitantes (CIA, 2005).

4

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Figura 1. Ubicación del bosque latifoliado de la Cordillera Nombre de Dios en el Mapa Nacional Forestal (anillo negro).

Nota: El color rojo indica el bosque latifoliado.

La cobertura forestal de esta cordillera es formada por bosques latifoliados húmedos o muy húmedos, que cubren aproximadamente 120,000 hectáreas.11 La tasa de deforestación anual oscila entre 0.2 y 0.5% (CEAH, 2004). Estos ecosistemas se caracterizan por su alta biodiversidad, con más de 400 especies arbóreas, de los cuales sólo se aprovechan unas 25 especies para fines comerciales. Además de madera, estos bosques proporcionan servicios ambientales básicos para la población de la región. El más importante es la producción de agua. La mayoría de las microcuencas de esta cordillera está dedicada al abastecimiento de este líquido para consumo humano, riego o generación de energía. La conservación de la biodiversidad, la belleza escénica y la recreación son otras funciones importantes, tomando en cuenta que más del 40% de las áreas forestales de la zona está actualmente localizado dentro de áreas protegidas. Aparte de estas macro-funciones, a nivel micro hay muchas familias rurales, a menudo las más pobres, que dependen de estos recursos forestales para el suministro de productos esenciales para sus medios de vida, como leña y carbón vegetal, materiales para productos artesanales y construcción, plantas medicinales y comestibles, carne silvestre, etc. La población asentada en esta cordillera es mestiza y vive en su mayoría en pequeñas comunidades que generalmente no superan los 2,500 habitantes. Muchas de estas comunidades han sido establecidas en los últimos 40-30 años, fruto de un flujo migratorio 11

Este dato se refiere únicamente a la cobertura forestal de aquellas áreas de la Cordillera Nombre de Dios que se encuentran dentro del Departamento de Atlántida, y ha sido estimado a partir de los datos del Anuario Estadístico Forestal 2001 (CIEF/AFE-COHDEFOR, 2002).

5

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

que alcanzó su apogeo entre los años 70 y 90. Durante esta época, muchos habitantes de la zona meridional y occidental, impulsados por la pobreza, la sequía, la falta de tierras y los impactos de los conflictos armados en Nicaragua y El Salvador, tomaron sus escasas pertenencias y se trasladaron a las zonas húmedas y semi-despobladas del nor-este del país (Markopoulos, 1999; COATLAHL, 2004a). El resultado inmediato de este fenómeno fue la destrucción de grandes superficies de bosque para convertirlas en tierras agrícolas y ganaderas (COATLAHL, 2004a). De acuerdo al método de las necesidades básicas insatisfechas (NBI),12 el 54.2% de los habitantes del Departamento de Atlántida es pobre (población en viviendas con al menos una NBI) y el 26.2% es pobre extremo (población en viviendas con 2 y más NBI) (http://www.casapresidencial.hn/erp/atlantida/Pobreza_NBI.xls). Buena parte de estos pobres y pobres extremos vive en las laderas de la Cordillera Nombre de Dios, y todos los socios de la Cooperativa COATLAHL pertenecen a una de estas dos categorías.13

6.

Hitos y tendencias en la historia de la Cooperativa COATLAHL14

La Cooperativa COATLAHL es una de las más de 120 cooperativas promovidas a mitad de los años 70 por el SSF. Se organizó en 1977 y el año siguiente obtuvo su personería jurídica. Los objetivos definidos en sus Estatutos reflejan de cerca la filosofía del SSF de aquellos años: a) mejorar la condición socio-económica y cultural de los cooperativistas y de sus comunidades; b) impulsar el uso racional de los recursos naturales; c) mejorar y fomentar la aplicación de técnicas modernas de aprovechamiento y diversificación de productos forestales y agropecuarios; y d) proteger y velar por la conservación de los bosques y la vida silvestre en las áreas asignadas a la cooperativa (COATLAHL, 1989). La vida de esta organización ha sido todo menos que fácil. Tal vez el reflejo más evidente de ello ha sido el constante declino en su membresía. Al momento de su fundación estaba conformada por aproximadamente 700 socios reunidos en 25 grupos organizados (Markopoulos, 1999). A mitad de los años 90 quedaban 13 grupos con una membresía de 392 socios (Sanchéz y Del Gatto, 1996). Actualmente cuenta con apenas 7 grupos y 105 socios (COATLAHL-Nepenthes, 2005). Comprensiblemente, en paralelo hubo también un acelerado declino de su producción. Mientras en los años 70 y 80 la producción superaba el umbral de 1 millón de pies tablares de madera en bloque por año (más de 5,500 m³ en rollo), a partir del inicio de los años 90 la producción ha tenido una tendencia negativa constante. A mitad de dicha década había bajado a menos de 400,000 pies tablares anuales (menos de 2,200 m³ en rollo) (Markopoulos, 1999). En los últimos dos años, 2003 y 2004, la producción anual ha sido respectivamente de 130,000 y 180,000

12

Método que mide las pobreza de los hogares a partir de la falta que sufren en las necesidades básicas de agua potable, saneamiento, asistencia a la escuela de niños entre 7 y 12 años, número de personas dependientes por persona ocupada, existencia de tres o más personas por pieza, y el estado de la vivienda (INE, 2001). 13 Cabe aclarar que esta última conclusión se basa sobre datos anecdóticos, no sobre un atento estudio de las NBI de los miembros de la cooperativa. 14 Información adicional sobre COATLAHL se puede encontrar en su página web (www.coatlahl.com).

6

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

pies tablares (aprox. 700 y 1,000 m³ en rollo) (AFE-COHDEFOR, 2005).15 La Figura 2 resume estas tendencias en forma esquemática, en realidad fueron obviamente fenómenos mucho más complejos y dinámicos. Figura 2. Tendencias decrecientes en la Cooperativa COATLAHL. > 5,500 m³

Producción anual 700

Número de socios 392 25 13

Años 70 y 80

Años 90

Número de grupos de base 700-1,000 m³ 105 7 Situación actual

Las fuerzas motrices de estas tendencias fueron múltiples y cambiantes: 

En los años 80 el factor principal fue el agotamiento por sobreexplotación de las especies maderables más valiosas (en particular caoba, cedro real y granadillo)16 en los bosques asignados a los grupos de base de la cooperativa. La desaparición de estas especies redujo significativamente, a veces anuló, la rentabilidad del trabajo, llevando a la disolución de varios grupos.



Conflictos internos a las organizaciones de base y entre organizaciones de base y otros habitantes de las comunidades fueron otro factor fundamental. Los primeros fueron a menudo generados por malas políticas y prácticas administrativas tanto en las organizaciones de base como en la sede central de la cooperativa, mientras los segundos encontraron su combustible en las disputas alrededor de la tala ilegal y el acaparamiento de tierras para agricultura y ganadería.



En los años 90 otro factor importante fue la introducción de la obligatoriedad de los planes de manejo de parte de Ley para la Modernización y el Desarrollo del Sector Agrícola. Aunque se trató de una norma justificada y razonable, en la práctica se transformó en una enorme barrera para las comunidades, contribuyendo en forma decisiva a la disgregación de seis grupos de la Cooperativa COATLAHL con menor capital social y natural.

15 Este declino en la producción fue aún más agudo si se toma en cuenta que a partir del 2000 la cooperativa ya no tiene la obligación de comprar la totalidad de la producción de sus grupos. Como se analiza en la Sección 7.1, de los 700 y 1,000 m³ que los grupos de la cooperativa produjeron en 2003 y 2004, la cooperativa compró sólo 230 m³ (33%) en 2003 y 380 m³ (38%) en 2004. 16 Respectivamente Swietenia macrophylla, Cedrela odorata y Dalbergia tucurensis.

7

Estudio de Caso COATLAHL Honduras



A estos factores se debe sumar el impacto asfixiante de la competencia de la madera ilegal, con sus múltiples implicaciones sociales, ambientales y económicas. Por muchos cooperativistas este ha sido el problema principal de la cooperativa a lo largo de su vida, exacerbado a partir de 1998 por la aplicación de un techo máximo de 200 m³ por año a la posibilidad de producción de cada grupo de base (ver Cuadro 3).

No obstante estas tendencias y dificultades, la cooperativa continuó creciendo en otros campos. Al inicio de los años 80, gracias a una donación de la Embajada de Canadá, pudo establecer un aserradero en la ciudad de La Ceiba para ofrecer al mercado madera dimensionada. Diez años más tarde, en los primeros años 90, inició a desarrollar un pequeño taller de ebanistería para la producción de productos acabados o semi-acabados de madera. Con sucesivas aportaciones e inversiones este taller se ha paulatinamente transformado en la actividad económica principal de la sede central de la cooperativa. En 1991 los cinco grupos de la cooperativa localizados dentro de las AMIs17 obtuvieron la certificación forestal de parte del Programa SmartWood.18 En aquella época, fueron los primeros productores forestales certificados en América Central, y solamente la segunda iniciativa comunitaria certificada en el mundo, después de algunos ejidos de México (Markopoulos, 1999). La primera misión de SmartWood en 1991 fue una breve visita llevada a cabo por una sola persona. Dos años después, en 1993, SmartWood realizó otra inspección con un equipo de tres personas y recomendó la re-certificación de los cinco grupos de la cooperativa. Ambas estas inspecciones fueron sin embargo de bajo perfil, desarrollado sin seguir lineamientos específicos, antes que el Programa SmartWood fuera acreditado de parte del FSC.19 En 1996 se realizó una nueva misión de parte de SmartWood, en este caso siguiendo los Principios & Criterios del FSC. En esta ocasión la evaluación se extendió a todos los trece grupos de entonces de la cooperativa, pero sólo ocho fueron al final certificados (Markopoulos, 1999). En Noviembre de 2000 fue certificada la cadena de custodia del taller ebanistería de la cooperativa, permitiendo la comercialización de productos terminados o semi-procesados con el sello del FSC. En Septiembre de 2003 los siete grupos remanentes de la COATLAHL han sido nuevamente re-certificados de parte de SmartWood. En este caso bajo la modalidad de la certificación grupal, en la cual COATLAHL asumió el cargo de Gerente Forestal del grupo de certificación, y por lo tanto la responsabilidad del cumplimiento del contrato de certificación para todo el grupo, incluyendo siete empresas forestales certificadas no afiliadas a la cooperativa (Almendares y Polanco, 2005). El Cuadro 1 resume estas cuatro etapas de certificación.

17

Áreas de Manejo Integrado, promovidas en aquel entonces por el Proyecto de Desarrollo del Bosque Latifoliado (PDBL), fruto de un acuerdo de cooperación técnica y financiera entre los Gobiernos de Honduras y Canadá. 18 Conjuntamente a los cinco grupos de la cooperativa fueron certificados también siete grupos independientes no afiliados a la cooperativa, también localizados en las AMIs del PDBL. 19 Forest Stewardship Council.

8

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Cuadro 1. Hitos de la certificación forestal de la Cooperativa COATLAHL. 1991 

 

1993

Primera  inspección realizada por SmartWood. ‘Certificación’ de cinco grupos de la cooperativa.  Primer caso de certificación en América Central.

7.

Segunda evaluación realizada por un equipo de tres personas de SmartWood. ‘Re-certificación’ de cinco grupos.

1996 



Nueva evaluación de SmartWood, siguiendo los P&C del FSC. Certificación FSC de ochos grupos de la cooperativa (Julio 1997).

2000 

Certificación de la cadena de custodia del taller de la cooperativa.

2003 



Certificación grupal de 14 empresas forestales comunitarias, 7 afiliadas a COATLAHL y 7 no afiliadas. COATLAHL con rol de Gerente Forestal del grupo de certificación.

Organización y gestión de la cooperativa

COATLAHL es una cooperativa regional de segundo nivel, cuyos socios son grupos locales de base comunitaria. Como ya mencionado, está conformada por una sede central localizada en la ciudad de La Ceiba, donde cuenta con oficinas y instalaciones de procesamiento primario y segundario, y por siete grupos locales que en su conjunto manejan un área de aproximadamente 10,336 hectáreas (de las cuales 5,130 de bosque productivo) en la Cordillera Nombre de Dios, Departamento de Atlántida. La estructura organizativa está conformada por tres instancias principales (Figura 3). La Asamblea General, integrada por cuatro delegados de cada grupo de base, representa la autoridad máxima de decisión. Esta elige a la Junta Directiva, responsable para la gestión y administración de la cooperativa, y también a la Junta de Vigilancia, que actúa como órgano de control. Cada organismo de base tiene a su vez una estructura idéntica a la regional. Figura 3. Organigrama simplificado de la Cooperativa COATLAHL.

Asamblea General

Junta Directiva

Junta de Vigilancia

Grupos de Base

9

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Durante los años 90 la Junta Directiva de la cooperativa probó en cuatro ocasiones a contratar los servicios de un Gerente General, más por presión de proyectos de apoyo que por real convicción. En todos los casos los resultados de estas experiencias fueron inferiores a las expectativas y terminaron abruptamente. Probablemente contribuyeron a esto las expectativas más allá de la realidad que habían levantado los proyectos sobre las ventajas de un Gerente General. Las interferencias y en ocasiones obstáculos de la Junta Directiva a las labores de los diversos Gerentes fue otro factor que exacerbó las relaciones. Un tercer factor fue la limitada experiencia empresarial de los cuatro Gerentes, en particular de los primeros dos, que no solo tuvo un peso en la toma de decisiones no acertadas, sino contribuyó a derrumbar la poca confianza de los cooperativistas. Hoy en día la cooperativa es administrada por el mismo Presidente de la Junta Directiva, que en la práctica cumple también la función de Gerente General.

8.

Economía de la cooperativa

8.1

Políticas y problemas de los primeros 25 años

De acuerdo a sus Estatutos, COATLAHL es una cooperativa agroforestal, dedicada a la producción, transformación y comercialización tanto de productos forestales como de productos agropecuarios. En la práctica, sin embargo, su quehacer económico se ha enfocado en la madera, comprando materia prima de sus grupos de base y revendiéndola dimensionada o procesada en productos acabados y semi-acabados en el mercado local, nacional o internacional. Por gran parte de su existencia, la política de compra de la cooperativa a sus grupos de base se basó en un ‘precio de garantía’, preestablecido y diferenciado de acuerdo a la especie y la calidad. Además, los grupos tenían la obligación de vender el 100% de su producción a la cooperativa, la cual a su vez estaba obligada a comprar el 100% de la producción de los grupos, independientemente de su vendibilidad o menos. En los años 90, con el agotamiento de las especies más valiosas y el incremento de los requerimientos legales (y costos) de la producción forestal, esta política inflexible se volvió un típico ejemplo de ‘receta para el fracaso’. La obligación de comprar toda la producción y las pequeñas diferencias en los precios de garantía entre las diferentes clases de calidad crearon un incentivo perverso, empujando a muchos socios a desestimar la importancia de la calidad de la producción. En 1997, el 45% de la madera comprada de parte de la cooperativa era de tercera calidad, y sólo el 20% de primera (Ardón Mejia, 1997, citado en Markopoulos, 1999). Pero mucha de la madera de baja calidad no tenía mercado, en particular en el caso de las especies menos conocidas, deteriorándose en la yarda del aserradero sin generar ningún ingreso. La cooperativa, además, subsidiaba varios costos de producción de los grupos. Brindaba el servicio de transporte en camión de las comunidades al aserradero en La Ceiba a un 10

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

precio por pie tablar menor del costo. Ofrecía adelantos a sus grupos de base (para el pago de impuestos y otros costos) sin cobrar intereses y a veces sin lograr recuperar las sumas adelantadas al momento del pago final. Absorbía gran parte de los costos de transacción de la tramitología con la AFE-COHDEFOR, sin percibir ni un centavo de los grupos. Y a través de proyectos de apoyo subsidiaba la gran mayoría de los costos de manejo forestal. En 1997, un directivo de la cooperativa sintetizó en forma poética esta situación afirmando que “en COATLAHL todo es amor”. Este ‘amor’ se arrastró por años, llevando la cooperativa a la iliquidez financiera, y por lo tanto a la incapacidad de poder pagar la madera de los grupos. Los atrasos en los pagos impulsaron una pérdida de confianza de los grupos de base hacia la cooperativa. Esto incrementó enormemente un problema siempre latente: la venta de madera de parte de los socios a intermediarios locales, que aunque pagaban precios menores de la cooperativa, ofrecían la ventaja de un pago inmediato en efectivo. Todo esto generó un círculo vicioso: la falta de capital financiero impedía la compra de madera, que a su vez estancaba los ingresos por venta, generando más iliquidez. Para tratar de salir de este círculo, en la segunda mitad de los años 90 la cooperativa se endeudó en repetidas ocasiones, con el objetivo principal de adquirir el capital de trabajo para comprar madera. Aunque la cooperativa trató de tomar algunas medidas correctivas,20 hubo un insuficiente análisis y voluntad política para enfrentar los problemas económicos más profundos de la organización. Muy pronto fue incapaz de respetar los planes de pago. En el 2000 la deuda total, absorbida por un solo banco, superaba los 1.2 millones de Lempiras (aprox. US$ 80,000), y era evidente que no podía pagarla. Para salir adelante no le quedó más que vender su principal activo, el solar cerca del centro de La Ceiba donde por más de veinte años habían estado las oficinas y yarda de acopio de la cooperativa. En ese mismo año, se abandonó definitivamente la política de la reciproca obligación entre cooperativa y sus grupos en la compra-venta de madera, reconociendo lo que extraoficialmente ya era práctica común. Hoy en día la cooperativa compra de sus afiliados sólo la madera que necesita, y tampoco tiene la obligación de comprar a sus grupos si en el mercado hay materia prima a mejor precio. Por otro lado, los grupos son libres de vender su producción al mejor oferente. De los 700 y 1,000 m³ que los grupos de la cooperativa produjeron en 2003 y 2004 (Figura 2), la cooperativa compró sólo 230 m³ (33%) en 2003 y 380 m³ (38%) en 2004.

8.2

Nuevos esfuerzos y un poco de optimismo

Dicho escuetamente, COATLAHL al inicio de la presente década era una organización en bancarrota. Había perdido su mayor activo para repagar un banco. La compra de madera a sus grupos estaba paralizada por falta de capital. El aserradero y la ebanistería no tenían madera prima para vender o trabajar. El personal se había reducido a seis 20

Por ejemplo, a partir de 1998 decidió comprar sólo madera de primera calidad, dejando a sus grupos la libertad de comercializar por su cuenta la otra madera.

11

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

empleados, pero aún así el pago de sus sueldos se atrasaba constantemente por falta de fondos. De acuerdo a varios cooperativistas y observadores externos, COATLAHL estaba al final de su camino. Las cosas, sin embargo, han agarrado un nuevo rumbo en los últimos 2-3 años, gracias al esfuerzo conjunto de una nueva Junta Directiva y de un pequeño grupo de asesores, trabajando con el Proyecto Buen Manejo de Bosque y Certificación Forestal, financiado de parte de DANIDA (Agencia Danesa para el Desarrollo Internacional) y ejecutado conjuntamente por COATLAHL y la ONG danesa Nepenthes.21 Para este estudio de caso el aspecto más relevante ha sido el cambio en la estrategia de comercialización de la cooperativa. En lugar de ‘desperdiciar’ los esfuerzos tratando de alcanzar un amplio abanico de potenciales compradores, como esencialmente había hecho COATLAHL por 25 años, el trabajo se ha concentrado en la identificación de unos pocos nichos de mercado y en el ‘operacionalización’ de las relaciones con dichos nichos. El reto ha sido la realización de todos aquellos pasos necesarios para traducir este enfoque en ventas e ingresos concretos:  La re-certificación de la cooperativa.  La identificación de nichos de mercado interesados en comprar productos certificados de la cooperativa.  La definición y diseño en conjunto con el comprador de productos que pudieran ser elaborados en el taller de la cooperativa con especies menos conocidas, con el máximo valor agregado posible y con el mínimo de desperdicios tanto en el bosque como en el proceso de elaboración.  La búsqueda de créditos.  La ‘profesionalización’ de la producción, incluyendo la introducción de la fabricación en serie, el control de calidad durante todo el proceso (del apeo en el bosque al embalaje y expedición final del producto), y la atención al cliente.  El monitoreo de la cadena de custodia. Los resultados han sido halagadores. En 2004, la Cooperativa COATLAHL ha logrado efectuar tres exportaciones de un nuevo producto (limpiabarros o doormats de madera) a Danimarca, por un total de 5,200 piezas (Fotos 1 y 2).22

21

Mayor información sobre este proyecto está disponible en las páginas web de COATLAHL (www.coatlahl.com) y Nepenthes (www.pronepenthes.dk). 22 Con fines promocionales, en el tercer container se enviaron también 100 muestras de cajas de madera para carbón.

12

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Fotos 1 y 2. Elaboración y embalaje final de un limpiabarro en el taller de COATLAHL.

Fotos: Jens Kanstrup/Nepenthes.

Honduras es un país con una industria de exportación de productos forestales muy desarrollada; aún así, estas fueron las primeras experiencias en el país de exportación de un producto 100% certificado, hecho enteramente con especies menos conocidas y totalmente acabado, listo par el consumidor final. La Tabla 2 muestra el balance financiero final para la exportación de 5,200 limpiabarros en el 2004, mientras la Tabla 3 presenta una estimación de los resultados económicos para las seis empresas forestales comunitarias que participaron en el aprovechamiento y venta de la madera necesaria para la producción de dichos limpiabarros. Tabla 2. Balance financiero de las exportaciones de 5,200 limpiabarros en 2004. Ingresos Lempiras US$ Préstamos 996,178.00 54,705.00 Venta limpiabarros 2,060,613.17 113,158.33 3,056,791.17 167,863.33 Total ingresos Egresos Gastos de producción y expedición Pago préstamos + intereses Total egresos Utilidad neta

1,807,033.99 1,035,900.22 2,842,934.21

99,233.06 56,886.34 156,119.40

213,856.96

11,743.93

Fuente: COATLAHL, 2005a. Tasa de cambio: 1 US$ = 18.21 Lempiras (valor promedio 2004). Nota: Los ingresos por venta incluyen también la venta de 100 muestras de cajas para carbón; mientras los gastos de producción y expedición se refieren a todos los gastos incurridos, incluyendo el pago de la madera a las comunidades.

13

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Tabla 3. Estimación de los beneficios del aprovechamiento y venta de 60,840 p.t. de madera certificada utilizada en la elaboración de 5,200 limpiabarros. Valor Unitario Valor Total Valor Total (Lempiras/p.t.) (Lempiras) (US$) Ingresos Pago 60,840 p.t. de madera a EFCs 9.00 547,560.00 30,069.19 547,560.00 30,069.19 Total ingresos Egresos Pago aserradores Pago ayudantes aserradores Pago muleros (dueños de mulas) Carga/descarga camión Total pago de mano de obra local Transporte en camión Gastos administrativos e impuestos Total egresos Utilidad neta estimada

2.00 0.66 2.00 0.10 0.50 1.50

121,680.00 40,154.40 121,680.00 6,084.00 289,598.40 30,420.00 91,260.00 411,278.40

6,682.04 2,205.07 6,682.04 334.10 15,903.26 1,670.51 5,011.53 22,585.30

136,281.60

7,483.89

Fuente: COATLAHL, 2004b. Tasa de cambio: 1 US$ = 18.21 Lempiras (valor promedio 2004). EFC = Empresa forestal comunitaria.

Como indica la Tabla 3, el total del pago para mano de obra local fue de Lps. 289,598.40. Alrededor de 60 personas trabajaron en las operaciones de aprovechamiento y transporte por un período de aproximadamente 35 días (en total 2,100 días de trabajo), que implica un pago diario promedio de aprox. Lps. 138.00 (aprox. US$ 7.58). Aunque considerando que en el caso de aserradores y muleros se tienen que restar los respectivos costos de depreciación, este valor se compara favorablemente con el pago de un día de jornal en la zona, que oscila entre 80 y 100 Lempiras (aprox. US$ 4.40-5.50). Las Tablas 2 y 3 no consideran varios costos. Faltan, por ejemplo, los costos del asesoría de parte del Proyecto Buen Manejo de Bosque y Certificación Forestal, los costos del manejo forestal y los costos de la certificación, mientras el rubro ‘Gastos administrativos e impuestos’ en la Tabla 3 cubre sólo parte de los costos de transacción del proceso (reuniones comunitarias, tramitología con la AFE-COHDEFOR, etc.). Con todo, lo que cuenta es que por la primera vez después de más de una década las perspectivas económicas de la Cooperativa COATLAHL son prometedoras. Para el presente 2005 la cooperativa tiene previsto exportar 5,000 limpiabarros y 500 mesas, a un precio unitario de US$ 23.10 y 130.00 respectivamente. De acuerdo a sus proyecciones, estas exportaciones deberían dejar un margen de ganancia de aprox. US$ 43,800.00 (COATLAHL, 2005b). Los logros (y al mismo tiempo las dificultades) con el mercado internacional han también motivado nuevos esfuerzos para mejorar el posicionamiento de COATLAHL en el mercado local y nacional. La cooperativa tiene previsto elaborar un plan de negocio para incrementar la venta de muebles en La Ceiba y otras ciudades de la Costa Norte del país. Contemporáneamente, la cooperativa con las otras organizaciones involucradas en el grupo de certificación está planificando el establecimiento en La Ceiba de un patio de

14

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

acopio para la venta de madera certificada dimensionada y secada, que sería una novedad muy significativa en el panorama del mercado hondureño de la madera. En resumen, la sostenibilidad financiera tal vez no está atrás de la esquina, pero tampoco parece inalcanzable.

9.

Beneficios ambientales y sociales

Estudios llevados a cabo en los años 90 sugieren que las áreas forestales asignadas en usufructo a empresas forestales comunitarias han sufrido menores tasas de deforestación respecto a áreas forestales colindantes (Sánchez, 1995; Castillo y Roper, 1998). Estos resultados son también confirmados por la evidencia anecdótica actual. En las cuencas de la Costa Norte donde hay empresas forestales comunitarias, es común escuchar habitantes locales afirmar que las áreas boscosas mejor conservadas son exactamente aquellas manejadas con planes de manejo forestal por dichas empresas. Las operaciones de aprovechamiento realizadas por las comunidades en esta parte del país son artesanales, basadas en el aserrío de la madera en el bosque y la subsecuente extracción de los bloques con mulas, a través de ríos o simplemente empleando fuerza humana. No se construyen carreteras en el bosque y no hay utilización de ninguna maquinaria. Los impactos sobre biodiversidad, compactación del suelo, producción de agua, belleza escénica, etc., son mínimos. Paradójicamente, este balance ambiental positivo pudiera tornarse una amenaza para la subsistencia misma de las empresas forestales comunitarias. En los últimos años ha crecido significativamente la valoración social del agua de parte de los habitantes de las comunidades de la Costa Norte, tanto en las partes bajas como en las partes altas de las cuencas. Una tendencia que probablemente seguirá creciendo en futuro. Esto está generando una creciente atención de la opinión pública local hacia las áreas bajo manejo forestal. El argumento emergente es que tiene poco sentido utilizar amplias áreas de bosque para beneficiar unas pocas personas con la producción maderera, cuando de estas mismas áreas se pudieran beneficiar miles de familias y múltiples empresas con la producción de agua. Este potencial conflicto es todavía incipiente, y claramente no debe ser sobreestimado. Sin embargo, es sintomático de un problema más profundo de la experiencia de la Cooperativa COATLAHL: las difíciles relaciones comunitarias. La responsabilidad del manejo forestal está concentrada enteramente en las empresas forestales comunitarias. No existen mecanismos formales para incorporar la participación de la comunidad en las decisiones sobre la producción forestal, y tampoco existen mecanismos legalmente establecidos para canalizar parte de los beneficios de esta producción hacia la comunidad en general. La situación es exacerbada en la actualidad por la baja membresía de los grupos de la cooperativa. Una percepción difusa en las comunidades es que un puñado de personas, a veces menos de diez, tiene derechos (casi) exclusivos a un recurso que en

15

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

realidad pertenece a toda la comunidad. No sorprende que a menudo está situación ha estimulado la tala ilegal o el acaparamiento de tierras en las áreas bajo manejo. Las cosas, sin embargo, no siempre han sido así. En pasado, en períodos de auge de las actividades productivas de los grupos de la cooperativa, hubo momentos de fuerte cohesión social alrededor de estas organizaciones y sus operaciones. Lo que parece indicar que la viabilidad social a nivel local de una empresa forestal de base comunitaria no depende tanto de los arreglos institucionales establecidos, sino de su capacidad de actuar como un motor económico para la comunidad misma, con beneficios para múltiples grupos sociales. Un discurso a parte merece el tema de los beneficios sociales al interno de la cooperativa. El Cuadro 2 analiza brevemente el tema específico de la contribución de la cooperativa al desarrollo político y social de sus socios. Cuadro 2. Desarrollo como libertad. Como descrito en la Sección 2, el SSF nació en el ámbito de un proceso de reformas políticas que reflejaba estrechamente las particulares condiciones sociales y políticas que se estaban desarrollando en la primera mitad de los años 70. La toma de conciencia sobre las privaciones experimentadas por la mayoría de la población del país – pobreza, falta de asistencia sanitaria y educación, inicua distribución de la tierra, violaciones de los derechos humanos, y más – fue la base de este proceso de reformas políticas. Estos temas sociales se reflejaron por años en la estructura misma de la cooperativa. Hasta la mitad de los años 90, un elemento fundamental de su organigrama era el Comité de Educación, conformado por cinco miembros y presidido por el Vice-Presidente de la cooperativa. La capacitación de los socios en aspecto de legislación cooperativista y forestal, organización, normas parlamentarias y administración básica era parte central de su función. Muchos esfuerzos eran también dedicados a la difusión de los principios cooperativistas. En esta labor hubo de parte de numerosos miembros del Comité de Educación, sobre todo en los primeros años, un esfuerzo genuino de compartir con los cooperativistas un análisis integrado de las actividades económicas, sociales y políticas, que tomara en cuenta la multiplicidad de instituciones y centros de acción interactuando entre ellos, y sus implicaciones para el desarrollo de organizaciones de base comunitaria y sus socios. Se podría argumentar que este trabajo representaba un paso inicial importante para la difusión entre los cooperativistas de una visión más amplia del desarrollo, percibido, citando Sen (1999), “como una expansión de las libertades reales que gozan los seres humanos”. Estos esfuerzos, sin embargo, se perdieron con la crisis económica de la cooperativa a partir de la mitad de los años 90. Hasta hace poco la contribución de la cooperativa al desarrollo político y social de sus socios parecía algo que había quedado definitivamente en el pasado. Pero los nuevos procesos de concientización y participación ciudadana a nivel nacional y local (por ejemplo, el amplio debate alrededor de la reducción de la pobreza y la condonación de la deuda externa, la lucha del Movimiento Ambientalista de Olancho, etc.), combinados con las recientes señales económicas positivas de la cooperativa, abren según algunos de sus directivos la perspectiva de un regreso a un nuevo trabajo de fortalecimiento social de sus grupos de base.

16

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

10.

Un sector forestal en (permanente) transición

El sector forestal de Honduras está en transición. Una nueva ley marco, en discusión desde varios años, debería ser aprobada pronto. En el mientras sigue vigente un marco legal conformado por numerosas normas de diferente jerarquía, que ha terminado para favorecer mucha discrecionalidad en su aplicación de parte de las diversas administraciones de la AFE-COHDEFOR. Esto ha contribuido a crear incertidumbres y barreras a la legalidad en el sector forestal, que desincentivan la inversión en el manejo forestal y terminan por favorecer y perpetuar la ilegalidad. Un ejemplo evidente es el problema de los derechos de acceso a los recursos forestales. Aunque la Cooperativa COATLAHL tiene casi treinta años de vida, todavía no ha podido asegurar estos derechos. A la mitad de los años 90, la AFE-COHDEFOR otorgó ‘convenios de usufructo’ de áreas forestales nacionales a los cinco grupos de la cooperativa localizados dentro de las AMIs. Estos convenios tenían una duración de treinta años, igual al ciclo de corta de los respectivos planes de manejo. Después de estos primeros cinco convenios, logrados gracias a las gestiones del PDBL,23 la cooperativa empezó a gestionar por su propia cuenta la firma de otros convenios para los grupos localizados afuera de las AMIs. Sin embargo, muy pronto la nueva política de AFECOHDEFOR de entregar dichos convenios chocó con la oposición del sector privado, incluyendo las dos principales asociaciones de industriales de la madera (ANETRAMA24 y AMADHO), que argumentaban que en realidad estos convenios eran como concesiones de bosques nacionales, y por ende ilegales ya que en 1992 la Ley para la Modernización y el Desarrollo del Sector Agrícola había eliminado el sistema de concesiones, establecido la adopción del mecanismo de subasta para la comercialización de madera de bosques nacionales. Esta oposición forzó a la AFE-COHDEFOR a interrumpir el otorgamiento de nuevos convenios, aunque los convenios ya otorgados no fueron derogados. La siguiente administración de la AFE-COHDEFOR, durante el período de gobierno 1998-2002, cambió política, y en lugar de los convenios de usufructo a largo plazo promovió ‘convenios de manejo forestal’ a corto plazo, cuya duración era igual al período de gobierno (cuatro años máximo). Dichos convenios de manejo forestal fueron firmados con numerosas organizaciones pertenecientes al SSF, incluyendo aquellas que antes habían recibido convenios de usufructo a largo plazo (como algunos grupos de la Cooperativa COATLAHL). Pero todos expiraron automáticamente con el inicio del nuevo ciclo político en Enero 2002. Con la justificación, en parte valida, que la nueva Ley Forestal iba a ser aprobada pronto, las tres administraciones de la AFE-COHDEFOR que se han sucedido en el actual período de gobierno no han renovado estos convenios. En la actualidad los grupos de la Cooperativa COATLAHL, así como la mayoría de las otras organizaciones del SSF, no tienen derechos legalmente establecidos sobre las áreas forestales que están manejando. El único documento que de una forma u otra garantiza estos derechos es la posesión de un plan de manejo oficialmente aprobado por la AFECOHDEFOR. 23 24

Ver nota a pie de página # 17. Asociación Nacional de Empresas Transformadoras de Madera.

17

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Además de la falta de derechos de acceso seguros a los recursos forestales, en Honduras hay otras importantes barreras a la legalidad en el sector forestal. El Cuadro 3 describe la barrera que según los cooperativistas de COATLAHL ha tenido el mayor impacto sobre la economía y membresía de su organización. Cuadro 3. Límites al volumen aprovechable. De acuerdo al Art. 10 del Reglamento al Título VI - Aspectos Forestales de la Ley para la Modernización y el Desarrollo del Sector Agrícola, los grupos campesinos organizados bajo el Sistema Social Forestal que están manejando bosques en áreas forestales nacionales no pueden aprovechar el 100% de la corta anual permisible (CAP) establecida en el respectivo plan de manejo forestal, sino solamente 200 metros cúbicos por organización por año en caso del bosque latifoliado, y 1,000 metros cúbicos por organización por año en el caso de los pinares. Mientras el volumen remanente de la CAP debe por ley ser adjudicado mediante subasta (o mediante venta directa en el siguiente año calendario de otra asignación de 200 o 1,000 metros cúbicos). 200 metros cúbicos anuales divididos entre 20 o 30 socios no dejan un margen de ganancia suficiente para justificar el involucramiento en el manejo forestal. Más aun, claramente no hay ningún incentivo en proteger un bosque de la extracción ilegal o presión agropecuaria si uno puede aprovechar sólo una pequeña porción (a menudo menos del 20%) de su producción sostenible. La aplicación de esta norma fue por varios años muy limitada, tanto por sus previsibles impactos negativos como por la falta de compradores interesados en las subastas. Desde 1998, sin embargo, se ha iniciado una aplicación más firme de la misma (aunque sin realizar desde entonces una sola subasta de bosque latifoliado). De acuerdo a los cooperativistas de COATLAHL, en los últimos años este ha sido el factor individual más importante en la caída de su producción, la reducción de su membresía y la vulnerabilidad de sus bosques al aprovechamiento ilegal y cambio de uso del suelo. Afortunadamente la nueva Ley Forestal debería eliminar esta restricción, restableciendo como limite de aprovechamiento la CAP calculada en el plan de manejo.

18

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

11.

Conclusiones

Cambios en el contexto externo COATLAHL tiene casi tres décadas de vida. A una primera impresión pudiera parecer que el proceso ha sido, por lo menos en parte, ‘sostenible’. Pero en realidad es difícil imaginar que la cooperativa existiera todavía sin los significativos apoyos y subsidios recibidos de parte de proyectos de cooperación en los últimos 10-15 años. Las difíciles condiciones contextuales en las cuales la cooperativa desarrolla sus actividades explican buena parte de esta dependencia. Para que COATLAHL pueda autosostenerse por si sola se necesitan importantes cambios en el contexto externo. Tres aspectos prioritarios, sobre los cuales hay un amplio consenso, son los siguientes: 

La solución de los conflictos de tenencia sobre las áreas forestales asignadas a la cooperativa y el reconocimiento de derechos de acceso seguros y a largo plazo sobre estas áreas.



La reducción de la tala ilegal (es simplemente inviable hacer manejo forestal en un contexto donde el 80% de la producción es ilegal).



La reducción de las barreras legales para el manejo forestal, como la restricción injustificada del volumen aprovechable, o la excesiva lentitud de los trámites administrativos. La aprobación de un plan de manejo, por ejemplo, puede tardarse más de dos años. En un intento de evitar la corrupción en sus oficinas periféricas, la AFE-COHDEFOR recientemente re-centralizó los procesos de aprobación de los trámites de aprovechamiento forestal, efectivamente paralizando la toma de decisiones por meses. Todos, incluyendo la AFE-COHDEFOR, reconocen que estas barreras legales deben ser reducidas.

La nueva Ley Forestal, cuando será aprobada, debería ser un paso importante en la dirección justa para solucionar estos problemas. Análogamente, muchos ven en la descentralización de la gestión forestal, algo que ya se está dando y que parece una tendencia irreversible, como una oportunidad única para abordar estos problemas. Sin embargo, la falta de progreso sobre estos temas por tanto años, aún existiendo un amplio consenso sobre ellos, indica claramente que no se puede esperar que las soluciones maduren solas. La escasa voluntad política seguramente tiene su influencia, pero no puede ser la única causa (y no debería ser usada como chivo expiatorio). La experiencia de la Cooperativa COATLAHL en los últimos 2-3 años muestra que para tener resultados exitosos se necesita desarrollar esfuerzos concretos, bien planificados y sobre todo bien enfocados, con objetivos claros y alcanzables, con un horizonte temporal suficiente (varios años), y con un recurso humano comprometido e informado. Esfuerzos parecidos, promovidos por un grupo balanceado de actores y donantes, son necesarios en

19

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

los temas de tenencia de la tierra y derechos de acceso, tala ilegal, y barreras a la legalidad. Desafíos para el futuro de la cooperativa Las perspectivas de mercado de la cooperativa para los próximos años parecen alentadoras, por primera vez después de más de una década. Un reto importante para la concretar y prolongar estas perspectivas es la continuidad del personal de comercialización de la cooperativa, actualmente aportado por un proyecto externo. Si las proyecciones económicas de la cooperativa son acertadas, en teoría es posible que COATLAHL pueda absorber los salarios de este personal. Pero la experiencia en Honduras demuestra que la ‘institucionalización’ de los profesionales más calificados, su pasaje de un proyecto a la respectiva institución local, es más difícil de lo que se pudiera esperar. Los profesionales más experimentados tienden a ser ‘acaparados’ por otros proyectos o por la empresa privada. La mutabilidad de las políticas internas de la cooperativa no ayuda, ya que no ofrece muchas garantías de estabilidad laboral. Por otro lado, la incorporación de técnicos externos, si de da, levanta también una cuestión delicada: el riesgo de su excesiva influencia en la toma de decisiones de la cooperativa, arrinconando el papel de la Junta Directiva. Para ambos casos, falta o excesiva influencia de un cuerpo técnico, es esencial fortalecer las capacidades gerenciales y de monitoreo de los directivos de la cooperativa. El tema de la asistencia técnica apunta también a una problemática más general. En la Costa Norte de Honduras faltan asociaciones como, por ejemplo, FUNDECOR25 en Costa Rica o FORESCOM26 en Guatemala, capaces de ofrecer servicios de asistencia calificados y económicamente viables para los productores forestales. Esto no es para decir que no hay nada o no se han hecho intentos, sino que las iniciativas probadas se han quedado estancadas. Esta debilidad estructural ha incrementado la dependencia de proyectos externos. Lecciones COATLAHL ofrece múltiples lecciones. Buena parte de ellas se refieren a cosas que no se deberían hacer si se quieren promover y fortalecer experiencias de forestería comunitaria. Por ejemplo, no sujetar dichas experiencias a un programa gubernamental planificado desde arriba y liderado por una institución en crisis que, además, no lo toma como prioritario; no dejar irresueltos por décadas aspectos fundamentales como los derechos de acceso a los recursos forestales; no poner límites sin sentido al aprovechamiento forestal de las empresas comunitarias; no cambiar las reglas con cada gobierno; y más. Sin embargo, la experiencia de COATLAHL ofrece también importantes lecciones constructivas para experiencias similares o iniciativas de apoyo: 25 26

Fundación para el Desarrollo de la Cordillera Volcánica Central. Empresa Forestal Comunitaria de Servicios del Bosque, S.A.

20

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

1.

En contra de la opinión de varios analistas, COATLAHL demuestra que la certificación forestal puede ser una herramienta económica útil también en las condiciones sociales y políticas más desfavorables, y en un país que no tiene un mercado interno para productos certificados.

2.

Pero, para que esto se dé se necesitan esfuerzos bien dirigidos de asistencia técnica, específicos y realistas en su alcance (sin tratar de abarcar demasiado al mismo tiempo), prácticos en su ejecución, y llevados a cabo por un personal capacitado y dedicado. La debilidad de este enfoque, sin embargo, es su costo, y por ende la posibilidad de réplica (scaling up).

3.

El otro lado de la medalla de la lección anterior es que apoyos especializados de corto período, listas de ‘recomendaciones’, guías, toolboxes, etc., no producen los efectos esperados, y a menudo quedan en nada, si no son parte integral de un esfuerzo mucho más articulado, en cual caso pueden ayudar mucho en bajar su costo y elevar su replicabilidad.

4.

El desafío, entonces, parece estar en como combinar la asistencia en el campo, de calidad y suficiente duración, con la presencia de herramientas efectivas que puedan reducir los costos de estos esfuerzos y así aumentar su replicabilidad. Se trata, una vez más, de encontrar un balance. Las experiencias de Costa Riva y Guatemala parecen sugerir que las dificultades de la Costa Norte en acercarse a este balance han estado, por lo menos en parte, en la falta de asociaciones o agencias locales con la capacidad de ofrecer servicios efectivos a las organizaciones forestales de base comunitaria o de pequeños productores. En la actualidad hay algunos esfuerzos interesantes en esta dirección. De su éxito o menos depende mucho de la sostenibilidad de la forestería comunitaria en esta región.

5.

Por último, la experiencia de COATLAHL pone el dedo en la llaga de los mercados ilegales: según muchos cooperativistas la mayor barrera para el acceso al mercado de las empresas forestales comunitarias de la Costa Norte de Honduras. Las organizaciones reunidas en el grupo de certificación esperan rebasar este problema promoviendo el desarrollo de un mercado para madera certificada a través de la introducción en el mercado de dicho producto, pero para que sea viable se necesitaran también mayores medidas de monitoreo y denuncia de los mercados ilegales. Si no se empieza a rascar donde pica, todas las otras perspectivas se ponen más gris.

21

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Bibliografía AFE-COHDEFOR, 2005. Datos de Control Volumétrico. AFE-COHDEFOR, La Ceiba, Honduras. Almendares, R. y N. Polanco, 2005. Certificación Forestal: Una Alternativa para el Buen Manejo del Bosque. COATLAHL/NEPENTHES, La Ceiba, Honduras. Ardón Mejía, M. 1997. Rapid Survey of Timber Sawing Groups Operating in the Departments of Olancho, Atlántida, Yoro and Colón. En CUPROFOR, Research Strategy March – April 1997. San Pedro Sula, Honduras. FAO, 2000. Global Forest Resources Assessment 2000. FAO, Rome, Italy. Castillo, M. y J. Roper, 1998. Informe de Evaluación de los Convenios de Usufructo. PAGS, Tegucigalpa, Honduras. CEAH, 2004. Diagnóstico Situacional de los Municipios de la MAMUCA. Informe Final. Centro de Estudios Ambientales de Honduras (CEAH), Tegucigalpa, Honduras. CIA, 2005. The World Factbook. Honduras. www.cia.gov/cia/publications/factbook/geos/ho.html CIEF/AFE-COHDEFOR, 2002. Anuario Estadístico Forestal 2001. AFE-COHDEFOR, Tegucigalpa, Honduras. COATLAHL, 1989. Estatutos de la Cooperativa Regional Agroforestal “Colón, Atlántida, Honduras”, Ltda. COATLAHL, La Ceiba, Honduras. COATLAHL, 2004a. El Proceso de Certificación Forestal en Honduras. El Caso de la Cooperativa COATLAHL. COATLAHL, La Ceiba, Honduras. COATLAHL, 2004b. Impacto Preliminar de la Exportación de Limpiabarros Realizada por la Cooperativa COATLAHL Durante el Año 2004. COATLAHL, La Ceiba, Honduras. COATLAHL, 2005a. Estado Financiero Proyecto de Producción de Limpiabarros. COATLAHL, La Ceiba, Honduras. COATLAHL, 2005b. Información general sobre la Cooperativa COATLAHL y próxima producción de muebles del año 2005. COATLAHL, La Ceiba, Honduras. COATLAHL-Nepenthes, 2005. Diagnósticos Rápidos de los Grupos de la Cooperativa COATLAHL. COATLAHL-Nepenthes, La Ceiba, Honduras. INE, 2001. Necesidades Básicas Insatisfechas Atlántida. INE, Tegucigalpa, Honduras. 22

Estudio de Caso COATLAHL Honduras

Lazo, F. 2001. The Role of Forestry in Poverty Alleviation. Honduras Country Profile. FAO, Rome, Italy. Markopoulos, M. 1999. The Impacts of Certification on Campesino Forestry Groups in Northern Honduras. Oxford Forestry Institute (OFI), Oxford, U.K. Sanchéz, C. y F. Del Gatto, 1996. COATLAHL: Manejando el bosque bajo la perspectiva de forestería comunitaria. Revista Forestal Centroamericana, No. 14, Año 4, Turrialba, Costa Rica. Sanchéz, C. 1995. Evaluación de la Deforestación en las Áreas bajo Convenios de Usufructo. PDBL, La Ceiba, Honduras. Sen, A. 1999. Development as Freedom. Oxford University Press. Szaraz, G. 1991. El Desarrollo de la Política Forestal en Honduras con Referencia al Bosque Latifoliado. Montreal (Québec), Canadá. Utting, P. 1993. Trees, People and Power. Social dimensions of deforestation and forest protection in Central America. Earthscan, London, U.K. Wells, V.W. 1982. Exploraciones y Aventuras en Honduras 1857. Editorial Universitaria Centroamericana, San José, Costa Rica.

23