Ayuntamiento de La Lastrilla
4º Concurso de Cuentos de Navidad. Ayuntamiento de La Lastrilla
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Ya es Nochebuena y las niñas y niños están muy emocionados.
Todos piden muchos regalos a Papá Noel. A los que son buenos les traen más y a los que son malos muy pocos.
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Yo como soy regular, me trae de regalos regular, pero yo estoy muy contenta con Papá Noel.
Lo más importante de todos es que todos los niños del mundo tengan, por lo menos, un regalo en Navidad.
Celia Bertolo
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Un día me fui a pasar con mi perra por el campo. Había muchos árboles y vi uno que me gustó.
Mi perra y yo le regamos todos los días y un pájaro hizo un nido y nacieron pollitos.
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Cuando llegó Navidad le pusimos unas bolas de colores y cintas que brillan.
Y Papá Noel me dejo muchos regalos debajo de mi árbol de Navidad.
Fin Jimena Monroy
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Ana era niña a la que no le gustaba la Navidad porque no creía en Papá Noel.
El día de Nochebuena, cenando con su familia, se la rompió un diente mientras comía turrón.
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Ana se fue a la cama llorando. Además había quedado con sus amigas por la tarde y no la apetecía ir sin su diente.
Esa noche Ana escuchó un ruido, al irse a la cama, se miró al espejo y vio que tenía un diente nuevo y luego escuchó una voz que decía: “Oh, oh, oh….”
Alonso Conde
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Era un día de clase normal pero para Jorge no, él sentía que no era así. Tenía que despedirse de sus amigos de clase cuando terminaran las clases y dieran las vacaciones de Navidad. Él pensó que aquellas navidades serían tristes. Llego a clase y no sabía cómo decirles a sus compañeros que esos serían los últimos días que estarían con él. Tomó aire y cuando la clase estaba en silencio se levantó y dijo: -
Chicos, cuando terminen las clases y nos den las vacaciones de Navidad yo no vendré a clase, iré a otro colegio.
Sus compañeros se quedaron muy tristes y pensativos. Pasaron los días y los chicos decidieron hacerle una fiesta sorpresa de Navidad a Jorge. Él no sabía nada, y mientras Jorge les fue dando a sus mejores amigos algunos regalos para que siempre le recordasen. -
Alex-dijo Jorge- como a ti te gusta un Pokemon que yo
tengo te lo voy a regalar. -
A ti, Alejandro, te voy a regalar el videojuego que
tanto te gusta.
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Llegó el final de las clases y Jorge entró como todos los días, pero no encontró a nadie. Se puso a pensar y dijo: “¿Cómo no habrán venido a clase?” Se fue a buscarlos y cuando se daba por vencido y se disponía a entrar de nuevo en clase, se le iluminaron los ojos: ¡CHICOS ESTÁIS AQUÍ! Los compañeros cantaron villancicos y uno por uno se
fueron
despidiendo de Jorge. -
Estas navidades he tenido el mejor regalo de Navidad.
Serán unas fiestas inolvidables para mí. Me voy con el recuerdo de todos y cada uno de vosotros. Estos años con vosotros han sido geniales. Jorge pensó: ¡En Navidad siempre pasan cosas maravillosas! ¡GRACIAS COLE!
José María Jiménez
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Érase una vez un científico malvado que estaba enfadado con Papá Noel porque nunca en su vida había recibido un regalo por Navidad y deseaba vengarse. Decidió que si él no tenía un regalo, no lo tendría nadie en el mundo y planeo secuestrarlo la noche de Navidad y quedarse con todos los regalos. Pensó:
“Todos
recibido en
esos
regalos
me
compensarán
los
que no
he
mi vida”.
Para atrapar a Papá Noel, el científico loco construyó tres trampas: 1- Cohete teledirigido con red: el cohete se dirige desde la guarida del malvado científico para atrapar a Papá Noel con una red desde la salida del Polo Norte. 2- Niño robot electrocutante: es un robot con forma de niño que aparenta estar dormido, pero que cuando viene
Papá
Noel, abre los ojos y lanza los brazos dando un calambre inmovilizante.
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3- Cebo para renos y tanque con pinzas gigantes: consiste en un cebo hecho con las cosas más deliciosas para renos. Cuando
los
renos
lo
olfatean,
no
pueden
resistirse
y
se
tienen que detener a comerlo. En ese momento un tanque escondido con pinzas gigantes atrapa a Papá Noel. La primera trampa falló porque el trineo era más rápido que
el
cohete
y
solo
consiguió
atrapar
a
un
grupo
de
pingüinos.
La segunda trampa falló porque Papá Noel se dio cuenta de que no era un niño de verdad y se electrocutó a él mismo. La
tercera
trampa
por
fin
dio
resultado.
Los
renos
no
pudieron resistirse al cebo y llevaron el trineo justo donde estaba el malvado científico con el tanque y las pinzas gigantes atraparon a Papá Noel. Pero en ese momento un niño se cayó al río que estaba al lado. El científico
liberó a
Papá Noel para rescatar al niño que se iba ahogar en el río.
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No sabía porque lo había hecho, pero lo cierto es que Papá Noel se le había escapado completamente y volvió a su guarida refunfuñando. Cuando llegó a su cueva vio un regalo que le había dejado Papá Noel: ¡EL PRIEMERO DE SU VIDA!...y se puso a saltar de alegría pensando: ”A LO MEJOR NO ES MALO SER BUENO”
Alba Conde.
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Un día Santa Claus escribió una carta desde el Polo porque necesitaba ayuda para sus renos que estaban débiles y no tenían
comida
suficiente
para
aguantar
los
vientos
y
tormentas del Polo y poder repartir regalos por todo el mundo. Cuando terminó la carta se la dio al mejor de
sus renos y le
dijo: -Busca alguien amable y con ganas de ayudarte en esta misión. El reno salió a gran velocidad y tras un día de viaje duro encontró
a
unos
niños
silencioso descendió,
jugando
en
un
parque.
El
reno
se escondió con cuidado detrás de un
arbusto y se desenganchó del trineo. De repente José, uno de los cinco niños, tiró una bola de nieve hacia el arbusto donde se
escondía
descubrieron.
el
reno.
Los
El
niños:
reno José,
salió
del
Andrea,
escondite
Alex,
y
le
Alvarito
y
Alejandro se quedaron sorprendidos y no sabían que hacer. Andrea,
como
veía
documentales
de
animales,
con
unas
caricias le tranquilizó. Entonces observó una pequeña bolsa que le colgaba del cuello. La abrió y dentro había una carta! Entonces abrió la carta y la leyó en voz alta a sus amigos. Al terminar vio la firma y se quedó paralítica: ¡La firmaba Santa Claus! Los
chicos
estaban
sorprendidos
y
no
se
lo
podían
creer.
Entonces, después de un rato decidieron entre todos coger 4º Concurso de Cuentos de Navidad. Ayuntamiento de La Lastrilla
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todas
las
galletas
Engancharon el
y
la
leche
posible
y
ponerlas
en
bolsas.
trineo al reno, cargaron las bolsas y junto a
él fueron deslizándose por la nieve hasta llegar a un lugar alto. El reno cogió fuerzas y se preparó para volar. Los niños subieron
al
trineo
y
cerraron
los
ojos.
Después
de
unos
segundos abrieron los ojos y… ¡Estaban volando! Después de un viaje largo y gélido pararon para acampar porque estaban cansados y hambrientos. Cuando terminaron de hacer el fuego aparecieron unos elfos que conocían al reno y venían de parte de Santa Claus. Entonces todos fueron a casa de Santa en el Polo Norte. Allí les esperaba Santa que se puso muy contento de ver al reno y a los
chicos.
Los
chicos
le
entregaron
las
bolsas
con
leche
y
galletas. Entonces Alex exclamó: -¡Vamos a llegar tarde a casa! Entonces Santa les dijo que cerraran los ojos y pensaran en sus casas. Cuando los abrieron, cada uno estaba en su casa.
Alejandro Reviejo.
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-¡Hola!, Os voy a contar una historia que me pasó hace un año, pero primero me voy a presentar. Yo soy Álvaro, tengo diez años , mi El
clase es 5ºA y me encanta la Navidad.
veintitrés
de
diciembre
de
dos
mil
quince
ya
estaba
disfrutando de las vacaciones y tenía tiempo para revisar mi correo…
y
al
abrir
el
buzón
veo
una
carta
que
me
dejó
paralizado: ¡Era el mismísimos Papá Noel! La carta decía así: “Querido
Álvaro:
problema están
muy
Tengo
gordo.
enfermos
Los
por
lo
un renos que
mañana no pueden llevarme a repartir
regalos
a
los
niños.
Necesito que me ayudes junto a los cuarenta y nueve niños más a los que he avisado. Te he elegido porque eres uno de los niños que más cree en mí
y tienes perro. Si
quieres ayudarme ve esta noche al Alcázar”. Yo me quedé alucinado y me limité a decir “OK”!! Cuando llegó la noche, fui con Sacha al Alcázar. Allí pude ver a un montón de niños de todo el mundo con sus perros. Como 4º Concurso de Cuentos de Navidad. Ayuntamiento de La Lastrilla
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Sacha es un poco loca con los perros, tiró mucho de la correa y casi me caigo al suelo. Papá Noel se dio cuenta y la susurró al oído
que
debía
portarse
bien
con
los
otros
perros
porque
tenían una importante misión y parece que la convenció porque no se peleó con ninguno. El
resto
de
los
niños
y
yo
estábamos
ilusionados
y
algo
nerviosos. Papá Noel nos explicó nuestra importante labor: ¡Teníamos que llegar a todas las casas sin ser vistos! Los renos son mágicos y lo pueden hacer en una noche pero los perros no son mágicos, por eso necesita nuestra ayuda. A Papá Noel le acompañaban tres elfos llamados Timy, Timo y Timoteo que echan unos polvos mágicos sobre los perros que les hacían
volar
y
les
enseñaban
aterrizar. Papá Noel nos enseñó a
a
controlar
el
vuelo
y
a
los niños a colarnos en las
casas para repartir regalos. Papá Noel desplegó un mapamundi para decirnos a donde teníamos que ir. Saldríamos en grupos de tres con un elfo y sus perros. En mi grupo estábamos: José , de Málaga, con su perro San Bernardo llamado Roque; Fernando, que era de Palencia, con su perro Mamut , un gran danés y el elfo Timy. Tendríamos que repartir regalos a toda España y Portugal. Todo esto tenía que ser SECRETO, por lo que después de la cena de Nochebuena tendríamos que escaparnos de casa sin que nos vieran nuestros padres. El punto de reunión era en Laponia y como me dieron polvos mágicos, pude ir volando con Sacha. Allí nos dieron trineos y los regalos que debíamos repartir y empezamos nuestra misión muy alegres y nerviosos por si nos 4º Concurso de Cuentos de Navidad. Ayuntamiento de La Lastrilla
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descubrían. Fue genial entrar en las casas, dejar regalos y comer galletas. Tras terminar el reparto estabamos cansados pero satisfechos: ¡Habíamos hecho felices a tanta gente! Mandé un mensaje a Papá Noel. El nos dio las gracias y nos dijo que fuésemos a casa y disfrutáramos de la Navidad. José y Fernando se fueron también pero seguíamos en contacto. Me di cuenta de que ME GUSTA MÁS REPARTIR LOS REGALOS QUE RECIBIRLOS.
Álvaro Olmos
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David y Celia eran dos niños de 10 y 6 años, vivían con sus padres y su abuelita en lo alto de una montaña en una casa de madera muy pequeña.
Todos los días iban andando al colegio a un pueblo cercano. Jugaban
juntos
al
escondite
entre
los
árboles,
cuidaban
animales, pero a veces se aburrían un poco porque no había más niños con quien jugar.
Legó
el
día
de
Navidad,
cuando
se
despertaron
fueron
corriendo a abrir los regalos de Papá Noel. El regalo de David era un balón de fútbol y a Celia le habían traído una comba para saltar.
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El problema es que a Celia no le gustaba jugar al fútbol y a David no le gustaba saltar a la comba. De repente les dice su abuelita: “¡QUÉ ESTÁ NEVANDO!” Los niños salieron rápidamente de la casa y se pusieron a hacer muñecos de nieve. Hicieron SEIS y les pusieron nombre. David eligió tres nombres: Mateo, Simón y Gastón; y Celia eligió otros tres: María, Sara y Carla. Cuando terminaron fueron a la casa a calentarse en la estufa y a beber un vaso de leche calentita que les había preparado su mamá. Miraron por la ventana y vieron que los muñecos de nieve se estaban transformando en niños y niñas de verdad. Entonces David cogió su balón de fútbol y Celia su comba de saltar y salieron corriendo de la casa. Jugaron, jugaron y jugaron. De
repente
se
oyó:”
¡DESPERTAD,
DESPERTAD,
DESPERTAD,
QUE
LLEGÁIS TARDE AL COLE!”
Sofía García
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Era martes, 24 de diciembre de este mismo año. Max y Ana estaban muy emocionados. Esa misma noche, les iba a visitar Papá Noel o eso creían. Caía la noche, y Hans, el abuelo de los dos niños, esperaba pacientemente a los invitados. Había organizado una cena de Nochebuena en su casa e iban a acudir todos los miembros de la familia. -
Los
presentes
en
esta
cena,
¿Votáis
pollo
o
pavo?-
preguntó Hans. La gente sin ninguna duda respondió que pavo, a lo que Hans contestó: “¡Menos mal, porque no tenía pollo!” Después de varias carcajadas, todos se sentaron en la mesa. Los alimentos servidos tenían una pinta deliciosa: ensalada, pavo, bacalao, distintas botellas de vino. Sólo Max y Ana se decidieron por la carne, pues los vegetales no
les
gustaban
mucho.
Sin
embargo,
sus
padres,
al
ser
vegetarianos, se tomaron más de la mitad de la ensalada. Sin duda, aquellos eran unos alimentos deliciosos. Más tarde llegaba la hora de la verdad. Todos se iban a
sus
casas, emocionados por ver qué les traería Papá Noel. Max y Ana se acostaron pronto, no podían esperar más. No paraban de pensar en sus regalos, aunque a la mitad de la 4º Concurso de Cuentos de Navidad. Ayuntamiento de La Lastrilla
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noche, cerca de las dos de la madrugada, oyeron
un extraño
ruido. Era como si se abriese un saco o algo así. Poco después, escucharon un raro “¡PUM!”, como si hubiesen metido algo muy muy grande en él. Ellos, sin duda, bajaron a investigar. Paso a paso, bajaron la escalera. Lo que vieron les sorprendió. Una extraña sombra negra les estaba poniendo los regalos mientras
que,
en
el
saco,
había algo intentado salir. -¡Tú¡
¿Quién
eres?,
¿Qué
haces aquí?- gritó Max. La sombra les miró, cogió el saco
y
salió
dos,
sin
corriendo.
pensarlo,
Los
fueron
detrás de él. Al ver que la sombra corría muy rápido, cogieron sus bicicletas y, a toda velocidad, le persiguieron. Les llevó muy lejos, a unos 5 Km. de su pueblo. Se paró cerca de un bar y se metió. Ellos,
al
entrar,
no
vieron
a
nadie.
Estaba
todo
oscuro.
Empezaron a investigar por todos los lugares y rincones. No vieron nada. -Habrá sido una alucinación- dijo Ana. -De eso nada.
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La sombra les cogió por detrás y les metió en el saco. Allí encontraron a la última persona que esperaban encontrarse: PAPÁ NOEL!! Los
dos
muy
sorprendidos,
le
preguntaron
que qué
estaba
pasando. -Más os vale estar callados. Él se llama Bill y es mi enemigo desde hace más de cien años. Odia la paz,
la amistad e
incluso la Navidad. Quiere estropear la fiesta, está llevando regalos malos a la gente y, lo peor: quiere raptar a muchas personas, y entre ellas, estáis vosotros. -Pero, ¿Por qué a nosotros?- exclamó Ana. -Bien, os lo explicaré. Como supongo que sabréis yo suelo tener una lista de buenos y malos. -¿Y nosotros estamos en la de buenos?- interrumpió Max. -No precisamente, pero bueno, ¿Me dejáis continuar? Los dos asintieron. -Entonces, ha escogido a algún niño de cada lista y ha decidido raptarles? -¿Por qué?-pregunto Ana. -No lo sé, aunque-contestó Noel. Entonces solución.
a
Max
Recordó
se que
le
ocurrió
hace
poco
una
fue
su
cumpleaños, y que le habían regalado… -¡Una navaja! ¡Lo tengo!- exclamó.
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-¿De qué hablas, Max?-preguntó Ana. -¿No te acuerdas?-dijo Max-¡La que me regalaron! Max sacó la navaja y cortó el saco. Los tres cayeron y seguidamente, atraparon a la sombra. Antes de poder verle la cara despertaron. Sííí, despertaron. Todo fue un sueño. Bajaron y allí estaban los regalos. Dos para cada uno. Ambos sonrieron.
Alberto Montarelo.
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Felicidades a los ganadores y gracias a todos los participantes. ¡Nunca os canséis de leer y escribir! “A escribir se aprende escribiendo. Es un trabajo, se aprende haciéndolo como cualquier otro!”(Hebe Uhart)
¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!
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