AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD EN LAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS

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OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD EN LAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS

GINEBRA 1962

ESTUDIOS Y DOCUMENTOS Nueva serie, núm. 38 Primera edición: Julio de 1954 Segunda edición: Junio de 1961 Tercera edición: Diciembre de 1962

IMPRENTA ATAR GINEBRA (SUIZA")

ÍNDICE GENEEAL Páginas INTRODUCCIÓN

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PARTE PRIMERA FACTORES EXTERNOS QUE INFLUYEN SOBRE LA PRODUCTIVIDAD CAPÍTULO PRIMERO : Significación e importancia de la productividad Significación del vocablo « productividad » Productividad y bienestar social '

. . .

7 7 12

CAPÍTULO II : Actitud de las empresas y de los trabajadores Medio ambiente psicológico Las relaciones de trabajo y la cooperación para aumentar la productividad Distribución de los beneficios que resultan del aumento de la productividad Productividad y seguridad económica Medidas para mantener un alto nivel de empleo Medidas para reducir el desplazamiento de la mano de obra y facilitar nuevo empleo a los trabajadores desplazados Medidas para proteger el nivel de vida de los trabajadores desempleados La productividad y la satisfacción en el trabajo

16 16 25 27 35 42 43 46 47

CAPÍTULO III : Factores de orden económico e institucional Importancia del mercado Nivel de la actividad económica Movilidad de los recursos Grado de la libertad de competencia Calidad y disponibilidad de los materiales Disponibilidades de capital y de crédito Régimen tributario Instrucción y formación profesionales Investigación industrial e intercambio de informaciones

49 49 51 54 56 58 60 61 62 67

PARTE SEGUNDA LA PRODUCTIVIDAD E N EL SENO D E LA E M P R E S A CAPÍTULO IV : La fábrica y sus instalaciones Cantidad de capital disponible por trabajador Manipulación de los materiales Herramientas mecánicas de mano Conservación del material Disposición de los locales

75 75 83 86 87 88

IV

AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD Páginas

CAPÍTULO V : Organización y control de la producción Dirección y administración Planeamiento y control de la producción Control financiero y contabilidad de los precios de costo Simplificación, normalización y especialización Diseño industrial Estudio del trabajo Política de precios y sentido comercial CAPÍTULO VI : Cuestiones de personal

Cooperación obreropatronal Política de empleo Selección y colocación Formación profesional Personal de dirección Personal científico, ingenieros y técnicos Personal dirigente Trabajadores calificados Peones y trabajadores semicalificados Cursos de iniciación Programas especiales de formación profesional Adelantamiento y promoción obrera Personal dirigente Estudio del trabajo, simplificación de las tareas y satisfacción en el empleo Auxiliares del trabajador calificado Política de salarios Remuneración por rendimiento La estructura de los salarios Horas de trabajo Número de turnos de trabajo Condiciones materiales de trabajo y servicios sociales Seguridad e higiene en el trabajo Absentismo e inestabilidad de la mano de obra

91 92 93 96 99 106 107 111 115

116 129 136 139 140 143 144 145 149 151 152 155 157 160 169 171 171 179 180 182 186 192 197

PARTE TERCERA MÉTODOS PRÁCTICOS PARA AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD CAPÍTULO VII : Conclusiones de la reunión de expertos en materia de productividad en las industrias manufactureras 205 Introducción 206 Consideraciones generales 208 Medidas destinadas a fomentar el aumento de la productividad dentro de la empresa 212 Organización y control de la producción 212 Personal 215 Equipo e instalaciones 220 ÍNDICE ALFABÉTICO

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INTKODUCCIOÏT

En una reunión de expertos celebrada en diciembre de 1952, bajo los auspicios de la O.I.T., se discutieron los métodos prácticos para intensificar la productividad en las industrias manufactureras. Los expertos x asistieron a la reunión a título de técnicos y no como representantes de grupos o intereses particulares ; pero, a fin de lograr la presencia de hombres perfectamente familiarizados con los puntos de vista de los gobiernos, de los empleadores y de los trabajadores, dichos expertos fueron seleccionados de entre los medios gubernamentales, independientes, patronales y obreros de países en que la industria manufacturera se halla altamente desarrollada o en proceso de rápido desenvolvimiento. La reunión adoptó por unanimidad un conjunto de conclusiones que ha sido estudiado desde entonces por el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo. A fin de que estas conclusiones se difundan lo más ampliamente posible entre aquellos cuya iniciativa y cooperación puede contribuir a elevar la productividad, el Consejo de Administración autorizó su transmisión a los gobiernos, acompañada de la solicitud de que se pongan en conocimiento de las organizaciones de empleadores y de trabajadores, de los centros de producción y de otros organismos interesados, y aprobó asimismo su comunicación a la trigésima sexta reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en junio de 1953, a las organizaciones intergubernamentales interesadas en el aumento de la productividad y al Comité Internacional de Organización Científica del Trabajo. Las mencionadas conclusiones figuran en la parte I I I del presente estudio. Para facilitar las deliberaciones en el seno de la reunión de expertos, la Oficina Internacional del Trabajo había preparado un informe titulado Métodos prácticos para aumentar la pro1

La lista de participantes figura en el capitulo VII.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

ductividad en las industrias manufactureras, que no ha sido publicado. También pudieron consultar los expertos un informe publicado por la O.I.T. intitulado Factors Affecting Productivity in the Metal Trades, preparado por la Comisión de Industrias Mecánicas de la O.I.T. 1 . Las partes primera y segunda del presente estudio están basadas principalmente en el informe inédito preparado para la reunión de expertos, a las que se ha añadido gran cantidad de material reciente y, al revisar el texto original, la Oficina ha podido aprovechar los puntos de vista y observaciones de los expertos sobre los dos informes que se les había sometido. Desea la Oficina en esta ocasión expresar su agradecimiento a los mencionados expertos, sin atribuirles, sin embargo, la responsabilidad personal de ninguno de los conceptos que figuran en dichas partes primera y segunda. La obra se ha ordenado como sigue : La parte primera trata de las condiciones generales que influyen sobre la productividad ; en el capítulo I se expone brevemente el concepto de la productividad y su relación con el bienestar, y en los capítulos I I y I I I se exponen algunos factores psicológicos, económicos e institucionales que influyen en el ambiente general en que la industria ejerce sus actividades. Aunque es importante hacer todo lo posible para lograr y mantener un ambiente psicológico y económico favorable al rápido incremento de la productividad, es, en realidad, en las propias fábricas donde este proceso debe tener lugar. En consecuencia, la parte segunda trata de las medidas que pueden tomarse para elevar la productividad dentro de cada una de las fábricas, y se dedica una atención particular a las cuestiones que interesan y preocupan especialmente a los trabajadores y a la O.I.T. El capítulo IV se ocupa de la fábrica y sus instalaciones ; el capítulo V de la organización y control de la producción, y el capítulo VI de las cuestiones de personal. Así, pues, en el informe se enumeran y describen un gran número de factores que parecen ejercer, todos ellos, alguna influencia sobre la productividad industrial ; pero es poco lo que se dice acerca de la importancia relativa de estos diversos factores, que pueden cambiar de un país a otro y de una a otra industria. Por otra parte, trátase de una cuestión sobre la que es peligroso generalizar. Como indicación somera de los factores que han demostrado desempeñar un papel importante, puede Comisión de Industrias Mecánicas, cuarta reunión, Ginebra, 1952, Informe III.

INTRODUCCIÓN

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observarse que los enumerados a continuación se mencionan como factores que condicionan la alta productividad en los Estados Unidos de América en más de la mitad de los informes de las 58 misiones de productividad enviadas por el Consejo Anglo-Americano de Productividad : espíritu de competencia (33) ; uso intensivo de elementos mecánicos (43) ; manejo económico de los materiales (33) ; disposición acertada de las fábricas, oficinas y almacenes (30) ; métodos modernos de cálculo de los costos de la producción (36) ; planeamiento y control de la producción (36) ; estudio del trabajo (33) ; actitud progresista de la dirección de la empresa (30), y reconocimiento por parte de los trabajadores de la necesidad de aumentar la productividad (43). La situación preeminente de los Estados Unidos de América en el campo de la productividad 1 y la posibilidad de que la experiencia adquirida en este país pueda aplicarse con éxito en otras partes — habida cuenta de las diferencias de las condiciones básicas — explican por qué se ha dedicado más atención en este estudio a los Estados Unidos, de la que se dedicaría normalmente en un estudio internacional a cualquier otro país. La distinción entre los factores expuestos en las partes primera y segunda corresponde a la existente entre factores « externos » e « internos » que influyen sobre la productividad, establecida por Graham HUTTON en su reciente libro We Too Can Prosper 2. Como señala este autor, las dos series de factores reaccionan los unos sobre los otros ; así, por ejemplo, la respuesta de una compañía ante los factores externos se manifestará por reacciones internas. Además, la acción interna eficaz producirá un efecto vigoroso, por su ejemplo y consecuencias, sobre el medio ambiente exterior. Aun cuando la presente obra se ocupa especialmente de los problemas inherentes a la elevación de la productividad en las industrias manufactureras, y a pesar de que todos sus ejemplos se refieren a esta rama industrial, gran parte del estudio puede aplicarse asimismo a otras esferas de actividad económica. Tal es el caso especialmente de la parte primera, y en menor grado por lo que se refiere a lo expuesto en la 1 La productividad de la mano de obra en las industrias manufactureras de los Estados Unidos es generalmente de dos a cinco veces mas elevada que en Europa y muchas veces superior a la de los países insuficientemente desarrollados. * Londres, Alien and Unwin, 1953, pág. 8.

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AUMENTO DE LA PBODTJCTTVIDAD

parte segunda. Todas las ramas de la actividad económica — diversos sectores de la industria, agricultura, trabajos de oficina, e incluso el trabajo doméstico — pueden incrementar su rendimiento mediante la aplicación de algunos principios básicos comunes a todas ellas. Sólo vale la pena hablar o escribir acerca de la productividad si ello conduce a una acción práctica ; pero este tipo de acción, concerniente a cuestiones relativas a tantos intereses diferentes, requiere generalmente el establecimiento de un acuerdo previo. La significación principal de la reunión de expertos, cuyas conclusiones se reproducen en la parte tercera, estriba quizás en la demostración del hecho de que hombres de vastos conocimientos y buena voluntad, procedentes de diversos países, que ejercen diferentes actividades y que poseen variadas experiencias y distintas concepciones acerca de la forma de enfocar los problemas, pudieran llegar a las mismas conclusiones sobre problemas que se prestan a tantas controversias. Hay que cifrar la esperanza en que la publicación de este estudio contribuya a lograr la conclusión del acuerdo necesario a la adopción de medidas tendientes a elevar la productividad en las industrias manufactureras, así como en otras ramas de la economía.

PARTE PRIMERA

FACTORES EXTERNOS QUE INFLUYEN SOBRE LA PRODUCTIVIDAD

CAPÍTULO PEIMEEO

SIGNIFICACIÓN E IMPORTANCIA DE LA PRODUCTIVIDAD

SIGNIFICACIÓN DEL VOCABLO « PBODTJCTIVIDAD »

De pocas palabras se exige hoy tanto como de la palabra « productividad ». Puede definirse lógicamente este término como la relación entre los bienes y servicios producidos y el valor de los recursos utilizados en el proceso de producción. Pero esta definición, puramente formal, carece de contenido mientras no se hayan definido previamente los términos « producto » y « factor de producción », cada uno de los cuales puede definirse de muchas maneras diferentes, sin que ninguna de ellas sea absoluta. Algunas de estas definiciones pueden admitirse, y son incluso necesarias según el fin que se persiga; pero esto puede dar lugar al inconveniente de que dos personas empleen el término productividad para designar nociones en extremo diferentes. Podría decirse, en el sentido más amplio de la palabra, que el problema de aumentar la productividad consiste en utilizar más eficazmente todos los medios de la producción, de manera que pueda producirse la mayor cantidad posible de bienes y servicios al costo real más bajo. Esto implica evidentemente una amplia definición de los conceptos de producto y de factores de la producción. La noción de producto abarcará así todos los bienes y servicios que satisfagan las necesidades existentes ; es decir, no sólo los productos industriales y agrícolas, sino los servicios que prestan los médicos, maestros, comerciantes, empleados de oficina, agentes de transportes y otros « productores de servicios ». Cuando la palabra productividad se emplea en este sentido amplio, los factores representarán los esfuerzos y sacrificios de todos aquellos que contribuyan a la producción.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

Sin embargo, el concepto en cuestión es algo abstracto y no puede reducirse a cifras estadísticas, puesto que los esfuerzos y sacrificios que la producción entraña son muy variados e imposibles de calcular l. Si se establece una relación entre el producto (en el amplio sentido señalado anteriormente) y la cantidad de un factor determinado de producción — mano de obra, tierra o capital — es posible obtener un concepto que, si se está dispuesto a aceptar algunas hipótesis un tanto arbitrarias, puede calcularse estadísticamente y denominarse productividad de ese factor de producción. Aun cuando los conceptos de productividad de la tierra y de bienes de producción son muy importantes para ciertos fines, el concepto de productividad de la mano de obra ha sido objeto de la máxima atención en estos últimos tiempos, tanto así que se dice que « cuando se habla de productividad, sin dar precisión alguna, se sobreentiende la productividad de la mano de obra » 2. En el conjunto de una economía, la productividad de la mano de obra es la relación entre la producción total y el total de la mano de obra 1 Aunque, en último término, todos los esfuerzos y sacrificios requeridos por la producción pueden reducirse a los términos de mano de obra y « espera » (alguien ha de « esperar », o diferir el consumo, siempre que la mano de obra que habría podido emplearse en producir bienes de consumo se halle dedicada a la constitución de capital), subsiste el problema de sumar unidades de mano de obra a unidades de « espera ». Evidentemente, surgen también grandes dificultades para sumar los bienes y servicios heterogéneos que constituyen el total del producto ; pero ello puede hacerse, aunque sólo sea en forma aproximada, sumando su valor en moneda, previamente corregido, en la medida de lo posible, para tener en cuenta las alteraciones de los precios (véase O.I.T. : Métodos para las estadísticas de la productividad del trabajo, Estudios y documentos, nueva serie, núm. 18, Ginebra, 1951, especialmente las págs. 82-84). Podría aconsejarse un procedimiento análogo para la suma de los factores utilizados. En este ultimo caso, se plantea además el problema de cómo deben tratarse las utilidades. Por cuanto éstas constituyen una recompensa a la iniciativa o a los riesgos aceptados, que no se correrían sin la esperanza de obtener una ganancia, representan un costo tan necesario para la producción como los salarios o los intereses del capital. No obstante, dado su carácter residual, no puede considerarse el total de utilidades obtenidas en cualquier período como medida del factor de iniciativa con que se ha contribuido durante dicho período. Si se engloban todas las utilidades en el renglón de costos, el valor total de los factores utilizados será igual, por definición, al valor total de la producción. Si, por el contrario, se excluyen de los costos todas las utilidades, el valor total de los factores empleados será inferior al valor total de la producción en el importe de las utilidades logradas, y la relación producto/factores constituirá no un índice real de la productividad, sino de la potencialidad de ganancia. Por otra parte, no existe medio de determinar qué proporción de las utilidades realmente logradas debe considerarse como costo. Otra dificultad que se opone al cálculo del importe total de los factores utilizados consiste en que el tipo de interés, influido por la política monetaria y bancaria, es un « precio » absolutamente artificial de la utilización del capital o de la « espera » efectuada. 2

OBQANISATION FOE EUBOPEAN

Productivity (París, 1950), pág. 4.

ECONOMIC CO-OPEBATION : Terminology

of

SIGNIFICACIÓN E IMPORTANCIA DE LA PRODUCTIVIDAD

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empleada, mientras que la productividad del trabajo en una industria o fábrica determinadas es la proporción entre la producción de dicha industria o fábrica y el trabajo utilizado en las mismas. Huelga decir que hablar de la productividad de la mano de obra no implica que se insista sobre los esfuerzos que los trabajadores hayan de realizar, sino que se pone de relieve la importancia de utilizar eficazmente este factor de la producción. En la relación Producción de bienes Factor trabajo es el numerador lo que se desea aumentar y no el denominador. Los empleadores, trabajadores y poderes públicos pueden igualmente contribuir al aumento de la producción ; hablar de la productividad del trabajo no significa en modo alguno que el papel de los trabajadores en el aumento de la producción sea más importante que el que puedan desempeñar los empleadores y gobiernos y mucho menos aun que esto revele un deseo de explotar al trabajador. Todo lo contrario : no se trata de incrementar la producción a toda costa, sino de aumentarla en relación con la cantidad de trabajo suministrada. Este concepto de la productividad del trabajo — aunque, en cierto modo, tenga menor significación fundamental que el de la relación entre la producción y los factores utilizados en general — es relativamente simple, porque la dificultad de sumar elementos heterogéneos disminuye, si sólo se relaciona la producción a la cantidad de trabajo suministrada 1 . Además, presenta este concepto un interés especial, si se piensa en la economía en su conjunto y en la contribución que una productividad más alta puede aportar al progreso social 2 . A condición de que los trabajadores que gozan de empleo sigan constituyendo una proporción constante del total de la población, el aumento de la productividad de la mano de obra 1 Aun así, quedan por expresar las diferentes formas de trabajo en unidades homogéneas. 2 Si bien no se debe olvidar que los métodos de producción que más economizan la mano de obra no son necesariamente los mas económicos, ni aun para una economía en su conjunto, cuando esos métodos exigen grandes inversiones de capital, es decir, gran « espera ». £1 trabajo dedicado a la formación de capital queda desde luego incluido en la cantidad de trabajo utilizada, si se considera la productividad de éste en el conjunto de una economía ; pero los diferentes métodos de obtener la misma producción utilizan diferentes cantidades de capital y, por lo tanto, exigen diferentes cantidades de a espera ».

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

significa, en el conjunto de una economia, una elevación de la cantidad de riqueza producida por habitante 1 . El concepto de la productividad del trabajo reviste asimismo considerable importancia en relación con la política de salarios. Aunque la cantidad de trabajo utilizada es un concepto más simple que el de la cantidad de factores de la producción en general, puede concebirse, sin embargo, en formas diferentes. Si se formula como el volumen de esfuerzo aportado por los trabajadores, se deducirá de ello que un aumento de la producción obtenida a costa de mayores esfuerzos no se podrá considerar como un aumento de la productividad del trabajo. La cantidad de esfuerzos aportados es, sin embargo, un concepto sumamente difícil de medir. A este respecto, para fines estadísticos, es preciso recurrir generalmente a las horas-hombre, los días-hombre, las semanas-hombre o los años-hombre. Para otros propósitos, puede ser también conveniente considerar la cantidad de trabajo suministrada en función del tiempo empleado en lugar de cantidad de esfuerzo dedicado al trabajo. Por ejemplo, la producción por hora-hombre o semana-hombre en el conjunto de la economía está estrechamente relacionada con el problema de determinar hasta dónde pueden elevarse los salarios medios por hora o por semana sin provocar la inflación de los costos. Pero, aunque la productividad del trabajo (independientemente de la forma en que se defina o evalúe la cantidad de trabajo empleada) tiene considerable importancia para la economía, tiene menor significación, e incluso podría inducir a grave error, el relacionar la producción de una empresa, industria o sector de la economía determinados con la cantidad de trabajo empleada en la unidad industrial en cuestión. En efecto, la productividad del trabajo en cualquiera de estas unidades puede aumentarse mediante la adquisición de piezas o materiales semielaborados, en lugar de materias primas, o por la instalación de máquinas, que puede considerarse que « contienen » trabajo procedente de otro sector de la economía (en igual forma que un agricultor puede aumentar su producción mediante el empleo de un tractor). Quiere esto decir que, 1

Si no se considera el mundo en su conjunto, sino un solo país, el volumen de bienes producidos en cualquier año (volumen que, dados los efectivos de mano de obra, dependerá del promedio de productividad del trabajo) habrá de ajustarse, sin embargo, para tener en cuenta los pagos efectuados a otros países o recibidos de ellos, antes de poderlo identificar con el volumen de bienes disponibles para su utilización en ese año.

SIGNIFICACIÓN B IMPORTANCIA DE LA PRODUCTIVIDAD

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de hecho, no se puede tener en cuenta todo el trabajo que en realidad ha contribuido a la producción de determinada empresa, industria o sector de la economía. En principio, puede vencerse esta dificultad relacionando el trabajo utilizado con la producción neta de una empresa o industria y no con la producción bruta, es decir, con el valor agregado (a precios constantes) a los materiales, piezas y productos semiacabados adquiridos en el exterior, pero teniendo en cuenta también la amortización de los bienes de producción 1 . No obstante, las dificultades prácticas para evaluar la producción neta son generalmente mayores que las que surgen al calcular la producción bruta, y, por otra parte, los márgenes en concepto de amortización de los bienes de producción pueden ser arbitrarios. Aunque, para algunos fines, importe a veces concentrar la atención sobre la productividad del trabajo, ello no deja de tener algunos peligros : no sólo el de crear equívocos al respecto y de dar a entender que se concede excesiva importancia a lo que los trabajadores pueden hacer para aumentar la producción, sino, además, el de no tener suficientemente en cuenta lo que puede hacerse para aumentar la producción mediante el uso más eficaz de otros factores de la producción. En las industrias donde el costo de la mano de obra es bajo en comparación con los costos de materiales y capital puede ocurrir que sea necesario prestar atención, ante todo, a la economía de materiales o de energía, o a la utilización más eficaz de las máquinas. Especialmente en los países insuficientemente desarrollados, la escasez de capital y de tierras y la abundancia de mano de obra son de índole tal que llega a ser más importante la elevación de la producción por máquina o por hectárea de terreno que por trabajador. Así, pues, para los fines del presente estudio, se considerará el problema de la productividad en su sentido más amplio : como el problema que entraña el uso más eficaz de todos los medios de la producción empleados. Para los lectores que han adquirido la costumbre de concebir la « productividad » en términos de productividad del trabajo exclusivamente, el propósito de este estudio quizá podría obedecer más apropiadamente al título « rendimiento de la producción en las industrias manufactureras ». 1

Véase Jean DAYKE : Productivité, mesure du progrès (Paría, Société auxiliaire de diffusion des éditions de productivité, 1952), especialmente el capítulo VIII.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

PRODUCTIVIDAD Y BIENESTAR SOCIAL

La productividad más elevada no constituye por sí misma un fin, sino un medio de fomentar el progreso social y de consolidar los fundamentos económicos del bienestar social. Los recursos necesarios para elevar los niveles de vida de los sectores menos favorecidos de la sociedad pueden obtenerse en cualquier país : 1) dedicando a este fin — y especialmente a los salarios y servicios sociales — una proporción más alta de la renta nacional ; 2) incrementando la renta nacional : a) elevando el nivel del empleo (cuando no se ha alcanzado el pleno empleo) ; y b) aumentando la productividad o el rendimiento por unidad de recursos ya empleados en la producción. Existen razones actualmente que justifican se dedique una atención especial a la forma en que una productividad más alta puede contribuir al bienestar económico y social. En la mayoría de los países, la nivelación de las fortunas y de los estados de pobreza extremados constituye ya un objetivo de la política social. Pero no siempre se persigue este objetivo plena y sinceramente, y son numerosos los países en que probablemente podría hacerse aún mucho para conseguir una distribución más justa de la riqueza. El grado en que pueda acrecentarse el bienestar, cortando la « torta » de la renta nacional en trozos más equitativos, está limitado, tanto por el tamaño de la propia « torta » (que en algunos países es excesivamente reducido) como, quizá, por la necesidad de mantener incentivos adecuados para el trabajo, el ahorro y los préstamos, así como para aceptar los riesgos que en sí lleva toda empresa comercial. En muchos de los países económicamente desarrollados, son escasas actualmente las perspectivas de aumentar la producción elevando el nivel de empleo ; pero en algunos de ellos, y en muchos países insuficientemente desarrollados, los presentes niveles de empleo y subempieo brindan una gran ocasión para expandir la producción si se recurre a los recursos sin explotar o escasamente utilizados. Las posibilidades para acrecentar el bienestar económico por una redistribución de la renta y por el logro de más altos

SIGNIFICACIÓN E IMPORTANCIA DE LA PRODUCTIVIDAD

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niveles de empleo, a pesar de su importancia, están más restringidas en algunos países que en otros ; pero lo que puede conseguirse mediante el aumento de la productividad no está limitado en igual forma. Aunque es probable que una mayor productividad sólo produzca un efecto gradual sobre la producción total de bienes y, sin duda, no sea una panacea, las presentes perspectivas parecen indicar que las oportunidades de mejorar los métodos de producción se sucederán indefinidamente. Una productividad más elevada es esencial en toda circunstancia, y, dada la situación actual de muchos países, constituye el mejor medio, aunque no el único, para alcanzar más altos niveles de vida. Pero la elevación de la productividad, esencial como es para el bienestar económico y social, no basta. Una productividad más elevada crea los medios y la ocasión de mejorar tanto el nivel de vida de los trabajadores como el de todos los demás sectores de la población ; no obstante, no es un fenómeno que se produzca automática y fatalmente, al menos a corto plazo. Existen pruebas evidentes de que, en general y a la larga, el nivel de vida de los trabajadores se halla muy íntimamente ligado al nivel e incremento de la producción. En los países en que se observa la más alta productividad es donde los trabajadores gozan de más elevado nivel de vida. Al parecer, no existe tendencia a que, a largo plazo, suba el nivel de desempleo en los países donde el progreso tecnológico ha aportado los más rápidos aumentos de la productividad. Sin embargo, cualquier programa de elevación de la productividad deberá tener en cuenta los temores de los obreros a perder su empleo, a causa de su propio celo profesional, y de que los empleadores se lleven todos los beneficios que procura el aumento de la productividad. El hacer caso omiso de estos temores podría acarrear un fracaso. Al principio, las mejoras tecnológicas pueden conducir al desempleo en determinadas fábricas o industrias, aunque, en general, creará simultáneamente nuevas posibilidades de empleo en otras partes ; y aunque, a la larga, los salarios reales aumenten a la par que se incrementa la productividad, a corto plazo no parece observarse que los movimientos de los salarios reales o nominales coincidan con los de la productividad de un año a otro. Temen también muchos trabajadores que se trate de lograr una mayor productividad por métodos que impliquen el aceleramiento en el ritmo del trabajo, el aumento de las tareas o 2

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AUMENTO DE LA PBODUCTCVIDAD

por otros medios que perjudiquen las condiciones de trabajo o que reduzcan la satisfacción que los obreros deriven de su labor. En consecuencia, es de suma importancia que las medidas para elevar la productividad vayan acompañadas de una acertada política en materia de empleo, de normas apropiadas para garantizar que los beneficios de la mayor productividad se distribuyan equitativamente en forma de salarios más altos o precios más bajos, o ambas cosas a la vez, así como de disposiciones que garanticen condiciones de trabajo satisfactorias. Son esenciales estas medidas para asegurar que los aumentos de la productividad se traduzcan rápidamente en mejoras del bienestar económico y social, pero deberán considerarse no tanto como medidas que hayan de acompañar a un plan para elevar la productividad, sino más bien como elementos integrantes de los programas de aumento de la productividad ; porque, a menos que se tranquilice a los trabajadores respecto de estas cuestiones, no podrá contarse con su indispensable colaboración. No menos importantes son las cuestiones relativas a las relaciones humanas y de trabajo 1 — especialmente la del papel de la mano de obra en el plano nacional, industrial y de la fábrica — cuando se apliquen programas para elevar la productividad. No puede contarse con la cooperación de los trabajadores si no se les consulta y permite, de ser posible, que realmente participen, en una u otra forma, en esos programas. Las consultas paritarias son importantes por la contribución que pueden aportar a la disipación de temores y recelos que, acerca de la elevación de la productividad, se acaban de mencionar. Son también importantes porque constituyen en sí mismas el reconocimiento de lo que a los trabajadores se debe en su calidad de seres humanos, y por ser un medio de despertar en ellos mayor interés por la empresa en que trabajan y de alentarles a que cooperen con la dirección en la aplicación de 1 Subrayar la importancia de las buenas « relaciones humanas » en la industria no implica que los empleadores deban manifestar una actitud paternal o caritativa, sino (aparte de los organismos establecidos de cooperación obreropatronal que sugiere el término « relaciones de trabajo ») insistencia sobre la importancia de las buenas relaciones diarias entre todas las personas (trabajadores, personal dirigente y miembros de la alta dirección) que trabajan juntas en una misma empresa. Véanse O.I.T. : Human Relations in Metal Working Plants, Informe II, Comisión de Industrias Mecánicas, cuarta reunión (Ginebra, 1952), y la resolución relativa a las relaciones humanas, adoptada por la cuarta reunión de la Comisión de Industrias Mecánicas de la O.I.T. (Informaciones Sociales, vol. VIII, num. 6, 15 de septiembre de 1952, pág. 299).

SIGNIFICACIÓN E IMPORTANCIA DE LA PBODTTCTrVTDAD

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medidas encaminadas a elevar la productividad. Sin embargo, es preciso insistir no sólo sobre la importancia de las consultas y de la cooperación con la mano de obra, sino, además, sobre el hecho de que la dirección es la responsable de la marcha de la empresa y de las decisiones que entraña el desempeño de esa función. Los problemas de política social y económica y de relaciones humanas y de trabajo que han de resolverse, si ha de lograrse un rápido aumento de la productividad y si esto ha de traducirse en breve plazo en una mejora de las condiciones sociales, son con toda probabilidad de mayor envergadura que los problemas de organización industrial, o, por lo menos, se prestan a mayores controversias. Además, muchos problemas que, a primera vista, parecen esencialmente técnicos o económicos, poseen en realidad un importantísimo carácter psicológico 1. No obstante, aun en estas cuestiones polémicas parece existir una amplia base común de entendimiento entre empleadores, trabajadores y gobiernos conscientes de sus intereses a largo plazo. Interesa por igual a los empleadores, trabajadores y gobiernos el tratar de definir y extender esta base común de acuerdo y hallar soluciones justas y viables de estos problemas, soluciones que, desde luego, no han de ser necesariamente las mismas en todos los casos y en todas las empresas. Mientras no se hallen estas soluciones, los obstáculos psicológicos seguirán entorpeciendo el progreso técnico, que podría ser sumamente rápido si pudieran vencerse la apatía, la desconfianza y el recelo. En consecuencia, el siguiente capítulo está dedicado a un examen más a fondo de estos problemas. En el presente estudio se presta en conjunto mucho más atención a lo que puede denominarse factores humanos que influyen sobre la productividad que a los factores de orden técnico.

1 Véase el siguiente pasaje de « The Times », de 23 de junio de 1952 : « Casi está permitido decir que, actualmente, la nueva dotación de equipo y la mejora del material no son en esencia problemas técnicos : dependen, en primer lugar, del aprendizaje de métodos apropiados de estudio del trabajo ; en segundo, de la aplicación de esos métodos en forma tal que se elimine la aversión psicológica que el trabajador siente por el hombre con el cronómetro en la mano, y, finalmente, del trámite de la redistribución de los trabajadores, que puede oscilar entre la asignación de una máquina más por hombre y la implantación de un nuevo turno de trabajo... En todos los planos, el éxito o el fracaso en lograr la confianza de la mano de obra son cuestiones primordiales, y cuyos resultados varían al parecer ampliamente. » (Citado por Graham HUTTON, op. cit., pág. 216.)

CAPÍTULO I I

ACTITUD DE LAS EMPRESAS Y DE LOS TRABAJADORES

MEDIO AMBIENTE PSICOLÓGICO

Difieren las opiniones sobre la importancia que debe concederse a los factores psicológicos que influyen en la productividad. El criterio que considera la productividad como dependiente casi por completo del volumen del capital invertido y de las técnicas de producción aplicadas suele presuponer la buena voluntad para aceptar cambios y adoptar nuevas y mejores técnicas, circunstancia que no se da ciertamente en todas las sociedades humanas. En muchas sociedades humanas, las modalidades del trabajo no han sufrido cambio alguno durante siglos y las desviaciones de los procedimientos establecidos o están prohibidas por la ley o vedadas por un arraigo supersticioso a las costumbres. Para lograr el progreso, es requisito previo y esencial la existencia de una actitud que acepte la posibilidad y conveniencia de un cambio tecnológico1. Es mucho lo que puede hacerse para mejorar el medio ambiente psicológico de determinadas empresas, aun cuando la opinión pública que reine generalmente en un país no sea favorable. ETo obstante, los esfuerzos encaminados a este fin podrán alcanzar mayor éxito si las actitudes que en general prevalezcan son favorables a las innovaciones y si la dirección y los trabajadores se sienten orgullosos no sólo de la calidad y ejecución de sus productos, sino, además, de la producción lograda. Esta actitud parece estar más extendida en los Estados Unidos de América que en la mayoría de los demás países. 1

NATIONAL ASSOCIATION OF MANUFACTURERS : Productivity—(¡huge of Economic

Performance, Economic Policy Division Series, num. 53 (Nueva York, 1952), pag. 6.

ACTITUD DE LAS EMPRESAS Y DE LOS TRABAJADORES

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El factor que, más que ningún otro, ha contribuido a la alta productividad de los EE.UU. es la actitud de sus habitantes hacia el trabajo. Empleadores y trabajadores ponen un gran interés en la producción y en el rendimiento1. Podría haberse tomado esta cita del informe de, prácticamente, cualquiera de las misiones de productividad que, procedentes de países europeos, han visitado recientemente los Estados Unidos. La misión británica de productividad en la fundición de acero, por ejemplo, estimó que « las causas fundamentales que favorecen la elevada productividad ... son principalmente psicológicas » 2, y consideró que los factores técnicos y de organización constituyen los medios por los cuales este profundo impulso psicológico en favor de la alta productividad halla su expresión. Según el informe de dicha misión : En todo momento y circunstancia, las empresas están animadas por la convicción de que las altas cifras de la productividad son esenciales para el éxito individual y colectivo. En todo momento y circunstancia, los obreros, en su banco de trabajo, en las máquinas o en las oficinas, sustentan la misma creencia8. Estas actitudes favorables a la productividad en los Estados Unidos de América se deben indudablemente en gran parte a lo mucho que se insiste sobre la competencia en la vida del país, y a la potencia de sus organizaciones sindicales, las que confían generalmente en su poder para lograr que los trabajadores obtengan una participación razonable en los beneficios que produce el aumento de la productividad. El sentido de la productividad mencionado en los informes de las antedichas misiones se refleja asimismo en las cláusulas de los contratos colectivos de un gran número de industrias estadounidenses 4, y, evidentemente, es uno de los principales factores que con1

ANGLO-AMERICAN COUNCIL ON PRODUCTIVITY : Letterpress Printing

(Londres,

1951), pág. 6. (En las notas subsiguientes se designará el Consejo por medio de sus iniciales : Á.A.C.P.) 2 A.A.C.P. : Steel Founding (Londres, 1949), pág. 1. s Ibid., pág. 29. Entre muchos otros informes que ponen de relieve el favorable ambiente psicológico que prevalece en los Estados Unidos de América como factor que contribuye a la elevada productividad, pueden citarse los de las misiones de la industria francesa de máquinas-herramientas y de la industria litogràfica de los Países Bajos. Véanse ASSOCIATION

FRANÇAISE FOUR L'ACCROISSEMENT

D E LA

PRODUCTIVITÉ : Mission aux Etats-Unis de l'industrie de la machine-outil (Paris, 1951), págs. 28-29 ; CONTACTOROEP OTVOERTNG PRODUCTTVITEIT : Nederlandse Lithografen in Amerika (con un sumario en inglés), pág. 99. * Véase UNITED STATES DEPARTMENT OF LABOR, Bureau of Labor Statistics :

Collective Bargaining Provisions : Union-Management Cooperation, Plant Efficiency and Technological Change, Bulletin N o . 908-10 (Washington, 1949). Se dan a continuación algunos de los numerosos ejemplos de cláusulas de contratos colectivos que reflejan un alto sentido de la productividad : « El sindicato reconoce la necesidad de perfeccionar los métodos y de lograr

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AUMENTO DE LA PBODUCTIVIDAD

tribuyen a la elevada productividad de los Estados Unidos de América 1 . Muchas de las ventajas más importantes que en el campo de la productividad posee este país (tales como la amplitud de los mercados y el grado en que la producción se ha mecanizado) no pueden igualarse en otros países, al menos no antes de muchos años. Sin embargo, no existe razón de orden material que impida que en otros países, en donde un aumento de la productividad es una necesidad de hecho mucho más urgente, no pueda crearse una corriente de opinión tan favorable a la productividad como la que prevalece en los Estados Unidos de América. El primer paso hacia la creación de un ambiente psicológico favorable a la productividad consiste en llegar a comprender la importancia de una productividad más intensa en el interés común de empleadores, trabajadores y consumidores, lo que requiere, a su vez, poseer la confianza en que los beneficios de una productividad más alta se distribuirán equitativamente. En todas las capas de la sociedad de los Estados Unidos parece reconocerse, en general, que sólo gracias al alto nivel de la productividad pueden gozar los estadounidenses de tan alto nivel de vida. En los últimos años se han realizado grandes esfuerzos en muchos países para fomentar el sentido de la productividad, mayor producción, para que los productos puedan obtenerse a costos más bajos, y conviene en cooperar con la empresa para proponer y aplicar métodos tendientes al aumento de la producción e instruir a sus miembros acerca de la necesidad de dichos métodos, cambios y mejoras » (pág. 5). « Tanto el sindicato como la empresa reconocen que los salarios más altos deben quedar compensados por un aumento de la productividad, a fin de que la empresa pueda mantenerse, ante la competencia comercial, en situación que le permita abonar altos salarios a sus empleados y facilitarles así mejor nivel de vida » (pág. 7). « La empresa tiene derecho a determinar los procedimientos y métodos de trabajo y a introducir mejoras técnicas, y el sindicato cooperará en cualquier plan tendiente a mejorar el funcionamiento de la fábrica » (pág. 36). « El sindicato se obliga a estimular un trabajo eficaz para mantener la producción a su más alto nivel, y a no obstaculizar ni oponerse a la introducción de maquinaria y métodos modernos » (pág. 36). 1 No cabe duda de que, aun en los Estados Unidos de América, la energía y cualidades de la dirección varían grandemente de una empresa a otra, y es dudoso que el sentido de la productividad y el espíritu de cooperación entusiasta por parte de los trabajadores, al introducirse nuevos métodos y máquinas, sean tan universales como pudiera suponer un lector algo superficial de la serie de informes de las misiones de productividad. Como testimonio de tendencias menos favorables hacia la productividad, véase W. CAMPBELL BALFOUB : « Productivity and the Worker», British Journal of Sociology, vol. IV, num. 3, septiembre de 1953, paga. 257 y siguientes. También existen cláusulas de contratos colectivos que prohiben, restringen o reglamentan el empleo de determinadas herramientas o aparatos, o la introducción de nuevos procedimientos, aparatos o maquinaria UNITED STATES DEPABTMENT OF LABOB, Bureau of Labor Statistics, Bulletin

No. 908-10, págs. 36 y siguientes).

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esfuerzos que comprenden el envío de misiones de productividad a otros países, especialmente a los Estados Unidos de América, la publicación de informes de esas misiones, campañas de publicidad emprendidas por los miembros de las mismas al regresar a sus propios países, la organización de cursos y conferencias especiales de formación profesional, el establecimiento de centros nacionales de productividad y la publicación de periódicos dedicados a esta materia. En algunos países de la Europa oriental se han organizado movimientos « socialistas de emulación en el trabajo » con objeto de fomentar el espíritu de competencia individual o colectiva entre los trabajadores y estimular en ellos la idea del importante papel que pueden desempeñar en el progreso de la industria en que trabajan y en la edificación de la economía nacional. Las organizaciones sindicales en los diferentes países respaldan plenamente estos concursos de trabajo y desempeñan un papel importante al respecto. El logro más o menos completo de una situación de pleno empleo en muchos países, así como la escasez de mano de obra en numerosas industrias importantes y las dificultades de equilibrar la balanza comercial de pagos, han contribuido en los últimos años a la mejor comprensión del hecho fundamental de que los niveles de vida dependen de los de la productividad. Pero a pesar de que el conocimiento de este hecho está hoy más extendido que en el pasado, quizás no ha entrado aún a formar parte de las nociones admitidas corrientemente por la opinión pública de la mayoría de los países. Tampoco basta el estar persuadidos de que una productividad más alta es un bien en sí. Es también necesario estar convencidos de que es más conveniente que algunas otras cosas que pueden desearse y que habrán de sacrificarse en aras de dicha productividad. En el informe sobre la productividad en las fundiciones de acero, citado anteriormente, se formularon algunas preguntas muy pertinentes (deberían formularse y contestarse preguntas análogas respecto de industrias diferentes de la de fundición del acero y de otros países distintos del Eeino Unido). Estas preguntas fueron las siguientes : 4 Se desea verdaderamente elevar la productividad en la industria Î 4 Sobre qué aspectos ... del sistema industrial se da preferencia al deseo de una productividad más alta 1 i Es el aumento de la productividad más importante que la organización y tradiciones de la asociación profesional f

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i Habrá de sacrificarse el aumento de la productividad para conservar intactos los métodos actuales de las organizaciones de empleadores T i Deberán mantenerse inalteradas, a expensas de la mayor productividad, las prácticas sindicales establecidas durante los años anteriores a los actuales peligros económicos f 1 La renuencia a abandonar las modalidades de trabajo ya aceptadas, y la consiguiente resistencia a los cambios, es una de las características humanas más extendidas, y la acción para fomentar la productividad no puede ser efectiva a menos que esté basada en la comprensión de las razones de la inercia o de la resistencia que tan a menudo se encuentran entre las empresas, los trabajadores y otros sectores de la sociedad. La energía y la buena disposición a aceptar nuevas ideas, por parte de la dirección, son de importancia capital. De no ser así, es poco lo que los trabajadores pueden hacer por sí mismos para elevar la productividad. Si las empresas carecen de estas cualidades, puede ello deberse a que la dirección de tales empresas no está ni debidamente formada ni familiarizada con métodos perfeccionados. Puede también existir el temor, por parte de la dirección, de que la cooperación con los trabajadores o con los gobiernos en programas encaminados a elevar la productividad menoscabe su libertad de acción en la administración de la empresa ; o de que la estructura administrativa en el seno de la empresa puede ser tal que anule todo espíritu de iniciativa. Algunas de las misiones de productividad han llamado la atención sobre la importancia que en la administración industrial estadounidense se concede a la clara delimitación de las responsabilidades y a la delegación de poderes. Como todo director, sea cual fuere el puesto que ocupe, conoce su responsabilidad y el límite de sus poderes, experimenta un sentimiento de libertad y de confianza que le permiten cumplir mejor con su misión. He aquí una de las principales razones del vigor que posee la dirección de las empresas estadounidenses3. Por otra parte, ciertas empresas pueden mostrarse reacias a abandonar la paz y tranquilidad que procuran métodos y procedimientos consagrados por el tiempo, o los acuerdos comerciales que suavizan la competencia. Así, frecuentemente se mantienen alejadas las nuevas inversiones y empresas de sectores en que podrían producir abundante fruto, cerrán1

Steel Founding, op. cü., pág. 35. * A.A.C.P. : Management Accounting (Londres), I960, pág. 8.

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doles la puerta mediante sistemas monopolizadores y medidas restrictivas, francas o encubiertas, a las que recurren las empresas ya establecidas. Excluir a nuevos hombres, nuevos métodos y nuevas ideas para salvaguardar los intereses de los productores ya establecidos en determinada rama de la industria es poner trabas al progreso y frenar el crecimiento de la productividad. La actitud de la dirección de las empresas puede modificarse grandemente por la adopción de una política gubernamental apropiada respecto de los suministros de materias primas, la disponibilidad de capital, impuestos, comercio exterior y la reglamentación y control de los sistemas monopolizadores, es decir, una política que estimule y recompense el espíritu de iniciativa. Aunque esa política puede influir en gran medida sobre el medio ambiente, es, en sí misma, una cuestión económica, más bien que psicológica, que podrá exponerse más adecuadamente en el capítulo siguiente. Grande es asimismo el ejemplo que pueden dar las empresas más emprendedoras en cualquier industria. Las prácticas comerciales restrictivas no pueden contrarrestarse siempre exclusivamente por las medidas gubernamentales, puesto que su éxito depende de la buena voluntad de los empleadores y de sus organizaciones para adoptar normas progresivas. Unas pocas empresas emprendedoras, en cualquier industria, pueden contribuir notablemente en la mejora de la calidad de la dirección en toda la industria, no sólo obligando a sus competidores a ser más eficientes, so pena de perder la clientela, sino por su ejemplo, al estimular los estudios industriales en común, por el intercambio de información entre las diversas empresas, así como en otras formas 1. La energía de la dirección de la empresa y la acogida favorable que dé a las nuevas ideas han de ir necesariamente acompañadas, por parte de los trabajadores, de buena voluntad para aceptar nuevos métodos de producción, aunque éstos conduzcan a algunos desplazamientos de la mano de obra, y del abandono de cualesquiera prácticas restrictivas que hubieran tratado de mantener en el pasado. En determinados países se ha acusado reiteradamente a algunos sindicatos de entorpecer la productividad, por la restricción de las mejoras tecnológicas en los procedimientos y la maquinaria industriales ; por la insistencia en la aplicación de normas que 1

Véase capítulo III, págs. 67 y siguientes.

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ATJMENTO DB LA PKODUCTXVrDAD

exigen la ejecución de trabajos innecesarios o la contratación de mano de obra superflua ; por la imposición de restricciones en la definición, los sistemas de primas, las medidas disciplinarias, la distribución del trabajo, la utilización de productos o piezas prefabricados, la contratación y el despido, y, a veces, la promoción profesional. Estas acusaciones son frecuentemente injustificadas y a veces tendenciosas. Se ha atribuido con frecuencia a los sindicatos la responsabilidad de prácticas restrictivas, prácticas que se hallan muy arraigadas en la naturaleza humana, y que existen desde mucho antes de que los trabajadores se organizaran en sindicatos. De todos modos, ningún observador imparcial podrá sostener que las acusaciones de este tipo carecen siempre de fundamento. En los casos en que exista alguna base para proceder a estas acusaciones, es importante examinar y comprender los motivos que originan la actitud y conducta censuradas. La actitud y conducta de los sindicatos respecto de las medidas encaminadas a elevar la productividad varían enormemente, no sólo de un país a otro, sino entre los diversos sindicatos de un mismo país, y entre los factores que influyen a este respecto se cuentan : 1) Los antecedentes históricos del propio sindicato. En términos generales, la experiencia de la lucha contra las empresas no engendra en el sindicato un espíritu de cooperación, porque, siempre que se intenta una acción conciliatoria, alguien levantará la voz para recordar los amargos recuerdos del pasado. Por esta misma razón, las viejas industrias tradicionales se encuentran en situación más desventajosa que las nuevas. Es esto particularmente cierto en el caso de antiguas industrias que han reducido sus actividades y que arrastran un largo pasado de fases de desempleo y de pago de salarios bajos1. 2) La actitud y conducta de los empleadores. 3) El grado en que los miembros del sindicato se hallen satisfechos con los salarios que devenguen y con las condiciones de trabajo en la empresa o industria, ya que un sentimiento de injusticia se traduce fácilmente en una serie de actitudes restrictivas. 4) La naturaleza e importancia del sindicato, especialmente si se trata de un sindicato de artesanía o industrial. Un pequeño sindicato local que defienda a un reducido sector de obreros 1

P . ZWEIG : Productivity and Trade Unions (Oxford, Basil Blackwell, 1951), page. 26-27.

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especializados tiende a ser más restrictivo en cuanto a sus puntos de vista y prácticas que un gran sindicato mixto nacional. En los Estados Unidos de América: ... los sindicatos industriales han aceptado el principio de que los cambios en la industria son inevitables. Desde su creación han mostrado una marcada simpatía por las reformas, e incluso, después de 1930, en pleno desempleo generalizado, los dirigentes sindicales expresaron su convicción de que el progreso industrial era inevitable y podría aportar ventajas generales a la colectividad si se evitaba que los trabajadores tuvieran que soportar el costo de tales cambios y si se les daba una participación en los beneficios1. 5) Las relaciones con otros sindicatos. Algunas de las prácticas restrictivas, que conciernen especialmente a la delimitación de funciones y a la promoción profesional, no van dirigidas contra los empleadores, sino contra otros sindicatos. 6) La situación del mercado del empleo. El recuerdo y temor al desempleo es quizás una de las causas más importantes de prácticas restrictivas. Los sindicatos se dan perfecta cuenta de que el progreso técnico y el aumento de la productividad pueden acarrear, simultáneamente, ventajas y desventajas, entre las cuales cabe mencionar : a) el olvido del oficio y de la experiencia en el trabajo ; b) la necesidad de que algunos obreros cambien de trabajo y hasta de lugar de residencia, y c) el hecho de que algunos trabajadores no serán nunca capaces de adaptarse a las nuevas condiciones. Sin embargo, los sindicatos van comprendiendo progresivamente que el enemigo no es el progreso técnico en sí, sino el peligro de una injusta distribución de las ventajas e inconvenientes de este progreso. En lugar de utilizar como pretexto el temor al progreso tecnológico y a los inconvenientes que esto implica para oponerse a los cambios tendientes a elevar la productividad, los obreros van aceptando gradualmente la necesidad de lograr una productividad más alta, al reconocer las oportunidades que esto brinda de mejorar los niveles de vida y negociar con los empleadores la institución de garantías razonables que protejan los intereses de los trabajadores 2 . 1 S . BABKIN : a Trade Union Attitudes and their Effect upon Productivity », Industrial Productivity (Madison, Wisconsin, Industrial Relations Research Association, 1951), pág. 115. 1 Aunque estas aseveraciones parecen ser ciertas con referencia a la mayoría de los sindicatos, ha de recordarse, sin embargo, que las organizaciones sindicales comunistas — bien potentes en algunos países de la Europa occidental — se oponen, en principio, a la cooperación con los empleadores encaminada a aumentar la

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AUMENTO DB LA PRODUCTIVIDAD

Una declaración sobre la cuestión de precios, salarios y productividad adoptada por el Consejo General de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, en junio de 1952, contiene el párrafo que sigue : En vista de las favorables condiciones que crea el alza de la productividad para la mejora del standard de vida, los sindicatos deben aceptar y aun fomentar la introducción de métodos de perfeccionamiento, con tal que los salarios y las probabilidades de empleo de los trabajadores se vean adecuadamente protegidos. Si tienen la seguridad de que los trabajadores participan en los beneficios de una productividad más alta, los sindicatos deben cooperar en los trabajos de perfeccionamiento técnico y de organización. El profundo conocimiento de los procesos de producción, consecuencia de la experiencia práctica de cada día, constituye una fuente de ideas útiles para el aumento de la productividad. En esa fuente de ideas útiles para el aumento de la productividad pueden inspirarse los comités mixtos de producción y de organismos similares, pero ello sólo será posible cuando exista una atmósfera de buenas relaciones industriales. Como se ha expuesto en el capítulo primero, si los trabajadores han de cooperar en un movimiento tendiente a elevar la productividad y si han de abandonar cualesquiera prácticas restrictivas que hubieran considerado en otros tiempos como garantía de protección de sus intereses, querrán, en primer lugar, que se les den explicaciones, que se les consulte y que se les brinde la ocasión, en alguna forma, de participar en la aplicación de las medidas tendientes a elevar la productividad ; en segundo, una participación razonable en los beneficios que resulten del aumento de la productividad ; en tercer lugar, garantías de protección, en la medida de lo posible, de su productividad en países no comunistas. Algunos sindicatos no comunistas, estimando que hasta ahora los trabajadores han recibido poco o nada a cambio de su cooperación, han adoptado también, desde hace cierto tiempo, una actitud bastante menos favorable al esfuerzo conjunto para elevar la productividad. Así, por ejemplo, el tercer congreso de la Confederación General del Trabajo-Fuerza Obrera, de Francia, celebrado en París en noviembre de 1952, decidió retirar sus representantes del Centro Intersindical de Estudios y de Investigaciones sobre la Productividad (véase capítulo VI, pág. 162), así como de otros organismos ajenos a la Confederación que se abstuvieran de dar determinadas garantías. A pesar de ello, este acto no reflejaba oposición, enprincipio, al esfuerzo conjunto para fomentar una productividad mas elevada. Una resolución adoptada por el congreso declaraba que la mayor productividad — factor decisivo que entrañaba mejora de salarios, horas y condiciones de trabajo — debería beneficiar tanto a los trabajadores como a los consumidores ; que las normas para permitir la participación de los trabajadores en los beneficios de la mayor productividad deberían ser establecidas de común acuerdo entre las organizaciones de empleadores y de trabajadores, y que, en cada empresa, las modalidades de la concesión de primas de productividad deberían ser objeto de una cláusula especial del contrato colectivo aplicable a la empresa, en la forma que determinaran las organizaciones de empleadores y de trabajadores interesadas (véase Informaciones Sociales, vol. IX, num. 3, I.» de febrero de 1953, pág. 119).

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seguridad económica, y, por ultimo, garantías respecto al volumen y métodos de trabajo. Como quiera que estas cuestiones han de resolverse en el seno de las diversas empresas, se estudiarán en los capítulos siguientes del presente estudio. No obstante, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones generales relativas a estos problemas, así como ciertas medidas que pueden tomarse en las esferas superiores, puntos que se examinarán en las siguientes subdivisiones de este capítulo. LAS RELACIONES DE TRABAJO Y LA COOPERACIÓN PARA AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD

En el seno de las propias empresas es donde existen más posibilidades para proceder a las consultas paritarias y a la cooperación eficaz en cuestiones relacionadas con la productividad. Pero en los casos en que ello sea posible y adecuado, conviene discutir en el plano de la industria, y a veces en el regional, problemas tales como los sistemas de participación en los beneficios que procura la productividad más elevada y las garantías que deben instituirse para el bienestar de los trabajadores, así como para mantener el rendimiento de la empresa que sea del caso, dado que estas discusiones pueden hacer posible aplicar con cierto grado de uniformidad en toda una industria las medidas tendientes a elevar la productividad. Las consultas en el plano de la industria, y aun en el nacional, son particularmente importantes con relación a los problemas de establecer nuevas industrias y al planear y llevar a cabo la modernización o dotación de nuevo equipo en las industrias existentes, ya que las posibilidades de empleo y la seguridad en el mismo de los obreros de determinadas empresas y otros lugares de trabajo pueden depender en alto grado de los acuerdos tomados en el curso de la planificación efectuada en las esferas superiores. Es también importante que los gobiernos consulten a los representantes de los empleadores y de los trabajadores acerca de las medidas de política nacional que influyan sobre la productividad. Los centros nacionales de productividad, dotados de personal experimentado y dirigido por los consejos de administración o comités de dirección, en que los empleadores, trabajadores y gobiernos están representados, desempeñan un papel de creciente importancia en los programas de elevación

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

de la productividad. Han sido establecidos estos centros en un buen número de países europeos, así como en otros. Algunos de estos centros son dirigidos por el Estado, pero también suelen funcionar como organismos independientes o semiindependientes, libres de las trabas usualmente impuestas a los organismos del Estado. Sus secretarías están constituidas por expertos cuidadosamente seleccionados en diferentes ramas de actividad industrial y laboral, y los efectivos de personal oscilan entre diez y sesenta personas, excluidos los miembros de los comités asesores. Se ha recomendado tomar las medidas necesarias para establecer centros de productividad y fomento económico en cuantos países insuficientemente desarrollados sea ello viable K Los gobiernos también se preocupan de estimular la cooperación, dentro de cada empresa, entre la mano de obra y la dirección. En unos veinte países, la legislación actual dispone el establecimiento de comités de empresa o de organismos similares para fomentar dicha colaboración en todas las empresas industriales que den empleo a más de un determinado número de trabajadores 2. Varían las opiniones sobre el acierto de intentar imponer, mediante la legislación, una cooperación puramente formal en los casos en que no exista un espíritu cooperativo básico 3. Pero, sea cual fuere el valor de una legislación que obligue en esta materia, se reconoce generalmente que el asesoramiento y asistencia de los funcionarios del Estado experimentados en las técnicas de colaboración pueden ser de gran valor para las empresas que deseen crear un organismo de consulta paritaria y de colaboración y que carezcan de experiencia en esta materia.

1 NACIONES UNIDAS : Métodos para aumentar la productividad en el mundo, Documento de trabajo preparado por. el Secretario General (documento muítigrafiado E/2265, 24 de junio de 1952), y la resolución sobre los métodos para aumentar la productividad en el mundo adoptada por el Consejo Económico y Social en su 14.° período de sesiones, 10 de julio de 1952 (documento multigrafiado E/2301). El Gobierno de la India ha solicitado asistencia técnica de la O.I.T. para proceder al establecimiento de un centro nacional de productividad, y el Gobierno de Egipto también ha solicitado una asistencia análoga para crear un centro nacional de productividad y de formación profesional. Consecuentemente, se están tomando las disposiciones pertinentes para llevar a cabo estos proyectos. 1 Véase O.I.T. : La colaboración en la industria, Estudios y documentos, nueva serie, num. 26 (Ginebra, 1951), págs. 55 y siguientes. * Véase capitulo VI, págs. 118 y siguientes.

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DISTRIBUCIÓN D E LOS BENEFICIOS QUE RESULTAN DEL AUMENTO D E LA PRODUCTIVIDAD 1

La actitud de los trabajadores respecto del aumento de la productividad, así como la del resto de las personas interesadas, depende en gran parte de lo que esperen obtener de tal aumento. Todo el mundo está de acuerdo en que los trabajadores, en su conjunto, deben participar en los beneficios de una productividad más alta, y es evidente, al menos en los países más intensamente desarrollados, que esta participación ha sido efectivamente un hecho ; pero la importancia y forma de esta participación son cuestiones bastante controvertidas. Lo que constituya una participación equitativa de los trabajadores en los beneficios del aumento de la productividad depende de circunstancias especiales. Las reglas de la equidad son subjetivas y es poco lo que en términos generales pueda opinarse con provecho a este propósito. No obstante, es probable que casi todo el mundo esté de acuerdo con los siguientes principios : a) En general, los trabajadores deberían ser compensados por cualquier esfuerzo adicional o sacrificio (más rapidez en el trabajo o turnos nocturnos, por ejemplo) que puedan realizar para lograr un aumento de la productividad. b) Sin embargo, exigir de los trabajadores que realicen mayores esfuerzos no es el principal medio de aumentar la productividad, y, a condición de que los trabajadores queden compensados por cualquier esfuerzo adicional o sacrificio que a veces pueda exigírseles, no parece que, aparte de esto, tengan derecho en justicia a recibir una participación en los beneficios de la mayor productividad que sea superior a la de los demás trabajadores pertenecientes a la misma categoría. c) Como la renta nacional aumenta con el incremento de la productividad, es de justicia no solamente aumentar el porcentaje del ingreso total, sino también el importe absoluto de los ingresos que perciben los sectores menos prósperos de la población, ya se trate de trabajadores, pequeños productores independientes, empleados o pensionistas. 1 Véase O.I.T. : Memoria del Director General (Los problemas del trabajo en el mundo, 1953) (Ginebra, 1953), págs. 84-90.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

Aparte de las consideraciones de equidad, existen otras, relativas a la eficacia y estabilidad del sistema económico, que también deben tenerse en cuenta. En beneficio de una producción eficiente, en interés de los trabajadores y otros grupos sociales, es necesario que la renta del capital invertido alcance un tipo de rédito suficiente para estimular la necesaria formación de capital. Es esto especialmente importante para los trabajadores de países — incluidos los insuficientemente desarrollados — en que una escasez de capital limita las posibilidades de empleo. En cuanto a la estabilidad del sistema económico, debe reconocerse que, generalmente, el suplemento de ingresos resultante del aumento de la productividad, en el curso de cualquier año, sólo representa una pequeña proporción del total de la renta disponible para su distribución en ese año. Por consiguiente, es posible que la estabilidad del sistema económico en su conjunto no quede muy influida por la forma en que este aumento de ingresos se distribuya, excepto en casos en que el incremento de la productividad sea rápido y constante. Puede indicarse, sin embargo, que las personas con ingresos inferiores al promedio, al experimentar más necesidades y deseos insatisfechos, tienden a gastar una proporción de sus ingresos superior al promedio, es decir, su propensión a consumir es relativamente alta. Dado que la mayoría de los trabajadores pertenecen a esta categoría, el distribuirles una parte más elevada de los beneficios de una productividad más alta contribuirá a aumentar los gastos en bienes de consumo y servicios en el conjunto de la economía. Siempre que es necesario estimular la demanda total para dar salida a todos los bienes y servicios producidos, es probable que esto ejerza un efecto saludable en la estabilidad del sistema económico ; pero, por el contrario, cuando exista una demanda nominal excesiva de bienes demasiado escasos, puede ocurrir que se origine una tendencia inflacionista peligrosa. Aun cuando no exista amenaza de inflación, es posible que la situación de la economía requiera una expansión de las inversiones más bien que del consumo. Si se estima justo que los trabajadores reciban mayor participación en los beneficios de una productividad más elevada que la que puede distribuírseles inmediatamente, sin reducir indebidamente las inversiones o dar lugar a una tendencia inflacionista peligrosa, deberá tomarse en consideración la posibilidad de concederles ventajas que no impliquen una

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disminución inmediata de recursos, por ejemplo, en forma de « ahorro forzoso » o de acciones en nuevos bienes de producción 1 . No menos sujeta a controversias que la importancia de la participación de los trabajadores en los beneficios de un incremento de la productividad es la cuestión relativa a la forma que esta participación deba tomar. No se trata únicamente del problema de elegir entre un alza de salarios nominales, por una parte, y una baja de los precios de los bienes de consumo, por otra. En muchos casos será conveniente que una parte de las riquezas obtenidas gracias al aumento de la productividad se transforme en servicios sociales y mejores condiciones de trabajo ; en tanto que otra parte de las ganancias puede también, en determinados casos, adoptar la forma de una reducción de las horas normales de trabajo. Es un hecho bien conocido que, en los países más altamente desarrollados, las horas de trabajo han tendido a disminuir a medida que aumentaba la productividad. Es cuestión de especial interés saber hasta qué punto debe tomar la participación de los trabajadores en los beneficios la forma de un alza de salarios nominales y en qué medida una baja de los precios de los bienes de consumo. Las reivindicaciones de los grupos llamados de « ingresos fijos » para participar en los mencionados beneficios constituyen una razón bien fundada en favor de que las ganancias derivadas de la productividad se distribuyan, por lo menos parcialmente, en forma de precios más bajos, a menos que se tomen medidas especiales para garantizar que los salarios y pensiones, cuando menos en las categorías inferiores, se eleven aproximadamente al mismo ritmo que los salarios nominales. A este argumento, de pura justicia social, se le agrega otro relativo a la eficiencia económica. Se arguye que si el aumento de la productividad se traduce en costos y precios de venta más bajos, la situación de la empresa, la industria o el país interesado quedará fortalecida ante la competencia. Esto es particularmente importante en cualquier país cuya situación respecto de la balanza de pagos sea tal que necesite exportar más a fin de poder hacer frente al valor de sus importaciones. Aunque, en determinadas circunstancias, no cabe negar la fuerza de estos razonamientos, pueden emplearse otros para apoyar la tesis de que, en una economía de iniciativa libre y 1 Véase A. VEBMBULKN : « La participación colectiva en los beneficios », Revista Internacional del Trabajo, vol. XLVII, num. 6, junio de 1953, pag. 553.

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en condiciones normales, la estabilidad de precios y la elevación de los salarios nominales son preferibles a una baja de precios y a la estabilidad de los salarios nominales x. Entre los argumentos en apoyo de este punto de vista se cuentan los siguientes : 1. La baja de precios aumenta la carga de deudas, es decir, aumenta la cantidad real de riqueza contenida en cualquier unidad monetaria pagada en concepto de intereses a los obligacionistas. Esta consideración es de importancia tanto para los gobiernos como para las empresas. 2. Si la mayor productividad se traduce principalmente en la baja de precios y si, como es de esperar, la productividad aumenta más rápidamente en algunos países que en otros, los niveles de precios nacionales tenderán a desequilibrarse ; mientras que en aquellos otros en que la productividad aumente en menor escala las monedas pueden encarecer. Como los diversos incrementos de la productividad se traducen en diferentes tipos de aumento de los ingresos nominales, una política tendiente a lograr una estabilidad aproximada de los niveles nacionales de precios podrá facilitar el mantenimiento de un estado de equilibrio en los pagos internacionales 2. 3. En cualquier momento existen industrias que se desarrollan y necesitan más mano de obra, mientras que otras disminuyen su producción y necesitan menos obreros. Las diferencias de salarios de una industria a otra desempeñan un importante papel en la atracción de la mano de obra hacia aquellas industrias donde puede utilizarse más eficazmente, dado que las empresas que se desarrollan ofrecen mejores 1 Véase, por ejemplo, John C. DAVIS y Thomas K. HITCH : « Wages and Productivity », The Review of Economica and Statistics (Cambridge, Mass., EE.UU.), vol. XXXI, num. 4, nov. de 1949, págs. 292-298. 2 No significa esto que una politica de salarios adecuada pueda evitar o resolver todas las dificultades de la balanza de pagos, puesto que estas dificultades son « reales » y no « monetarias », es decir, que podrán surgir sean cuales fueren los reajustes que se hagan en los ingresos nominales y en los salarios. Consideran algunos autores que la disparidad entre el volumen de aumento de la productividad conseguido en Estados Unidos y el que se ha logrado en la mayoría de los demás países es la causa fundamental de la escasez de dólares a largo plazo ; pero según este criterio, esta situación no podría explicarse sino por la sucesión de fenómenos, mas o menos transitorios, con que se ha confundido : las deudas de guerra después de 1920 ; la crisis mundial y la huida de capitales por la subida de Hitler al poder ; los daños de guerra, nuevas deudas de guerra y la guerra fría durante los años anteriores y posteriores a 1950. Un notable análisis de este problema lo constituye el artículo de J. R. HICKS : « An Inaugural Lecture », publicado en Oxford Economic Papers (Oxford, Clarendon Press), vol. 5, num. 2, junio de 1953, págs. 121 y siguientes.

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salarios que las que declinan. El promedio de salarios nominales en el conjunto de la economía sólo puede ser estable si el aumento de los que se pagan en algunas industrias queda equilibrado por la reducción que sufran en otras. Pero la reducción de salarios, aunque los precios desciendan, es una medida muy delicada que puede dar lugar a graves conflictos y ejercer perniciosos efectos sobre la productividad de los trabajadores interesados. Si, por otra parte, el objetivo de la política es el logro de precios estables y la elevación de los salarios nominales, las necesarias diferencias entre los salarios pueden establecerse principalmente elevando éstos en unas industrias más que en otras, con lo que puede eliminarse una importante fuente de desacuerdos. 4. A menos que los obreros se beneficien periódicamente de algunos aumentos de sus salarios nominales, será difícil convencerles de que participan de hecho en los beneficios de un aumento de la productividad. Las cifras del índice del costo de vida no siempre inspiran confianza y un aumento de los ingresos reales es mucho más tangible si toma la forma de un incremento de las ganancias en efectivo. Además, si los dirigentes sindicales han de seguir mereciendo la confianza de los afiliados, habrán de ofrecer algunas ventajas materiales. A tales dirigentes se les concede el mérito de obtener aumentos de salarios, pero no por las reducciones del costo de vida. Además, si se mantiene la estabilidad de las ganancias en efectivo, ningún empleador ni grupo de empleadores de una industria dada pueden garantizar que los trabajadores se beneficiarán de los efectos de un descenso del costo de vida. Todo lo más que un empleador puede garantizar es la reducción de los precios de sus propios productos, lo que será una ventaja insignificante para sus trabajadores, a menos que otros empleadores obren en igual forma, y, por otra parte, es escaso el conocimiento o la garantía que los trabajadores puedan tener de las intenciones de otros industriales. De ello se deduce que, aun cuando los trabajadores en su conjunto se encuentren en reaüdad en situación igualmente favorable en virtud de una política de estabilidad de salarios nominales, cada grupo de trabajadores se sentirá mucho más seguro de recibir una participación adecuada en los beneficios del aumento de la productividad, y probablemente se halle más dispuesto a cooperar en los esfuerzos para acrecentarla si la política aplicada es la de elevar los salarios nominales a medida que la productividad aumente.

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5. Los argumentos mencionados contra una política de baja de precios y de estabilidad de salarios nominales parten de la idea de que si los salarios nominales se mantienen estables, los precios bajarán de hecho. No obstante, uno de los principales razonamientos en favor de una política que estimule la elevación de los salarios nominales en consonancia con la productividad es el de que, aunque los salarios nominales no se eleven, pueden no bajar los precios, o no bajar lo suficiente para proporcionar a los trabajadores una participación justa en los beneficios del aumento de la productividad. La competencia parece a menudo insuficiente para aportar rápidas reducciones (o graduales, en algunos casos) de los precios cuando baja el costo de la producción. Por otra parte, los sindicatos constituyen un poderoso instrumento para elevar, en primer lugar, los salarios nominales de sus propios afiliados y hacer subir por este medio el nivel general de los salarios y sueldos. Como quiera que los consumidores no están organizados en su mayor parte como lo están los trabajadores, se afirma que es más seguro confiar en la elevación de los salarios que en la baja de precios para aumentar el verdadero poder adquisitivo de los consumidores y garantizar una amplia distribución de los beneficios del incremento de la productividad. De acuerdo con este criterio, el problema no consistirá en una elección entre precios más bajos y salarios más altos. En los casos en que se considere conveniente que los salarios nominales se eleven más o menos al mismo ritmo que la productividad, sería más conveniente que los aumentos de salarios se refirieran más bien a las cifras de aumento de la productividad del trabajo en el conjunto de la economía que a ese mismo aumento en industrias determinadas \ La razón de ello es que el campo para aumentar la productividad es muchísimo más amplio en algunas ramas de la producción que en otras, y el grado en que la productividad aumenta en diferentes industrias, en un período de tiempo determinado, tiene a veces poca relación, o ninguna, con los esfuerzos y sacrificios realizados por los trabajadores en dichas industrias. Por ejemplo, en el Eeino Unido, entre mediados de 1948 y mediados de 1950, mientras que la productividad del trabajo en el conjunto de 1 No quiere esto decir que los salarios en algunas industrias y ocupaciones no deban elevarse bastante más rápidamente que el promedio, y más lentamente en otras, a condición de que estas divergencias contribuyan a establecer una estructura coherente de salarios para el conjunto de la economía.

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la industria parece haber aumentado a razón de un 6 por ciento por año, se estima que la productividad en la industria del automóvil ha aumentado al ritmo de casi 20 por ciento por año. Aunque los esfuerzos de los trabajadores en esta industria contribuyeron sin duda a obtener ese resultado, la expücación estriba principalmente en la producción en serie obtenida y en el aprovisionamiento regular de materiales y de piezas sueltas. Durante este período, la industria recogió los frutos de su transformación de postguerra, y poca necesidad tuvo de introducir grandes cambios en sus planes. Se calcula que en el Japón, entre 1950 y 1951, la productividad ha aumentado un 22 por ciento en la industria del hierro y el acero, mientras que en la producción de hilados de algodón ha descendido 5 por ciento. En los Estados Unidos de América, entre 1939 y 1947, el rendimiento por hora-hombre en la industria del rayón se elevó casi en un 100 por ciento, en tanto que en las minas de antracita descendió 10 por ciento, aproximadamente. Si los salarios en cada industria aumentaran en proporción al aumento de la productividad en esa misma industria, aparecerían disparidades graves en las diferentes industrias y el resultado de ello sería sumamente injusto. Estos razonamientos, aunque pueden contribuir a plantear los problemas en una perspectiva justa, no contestan a la pregunta de cuál debe ser la participación razonable de los trabajadores en los beneficios de un aumento de la productividad en cualquier caso determinado, ni resuelven la cuestión de la forma que esta participación deba tomar. Trátase de problemas para los que, evidentemente, no existen simples soluciones universales. Ha de resolverse cada caso según sus circunstancias particulares, prestando la debida atención a consideraciones generales como las expuestas anteriormente. El problema de garantizar que los trabajadores reciban una participación justa en los beneficios del incremento de la productividad (en forma de salarios más elevados o de precios más bajos) presenta ciertas características especiales en los países insuficientemente desarrollados. En éstos, donde la pobreza tan extendida, la ignorancia, las enfermedades y la subakmentación menoscaban la capacidad de los trabajadores, es en los que mayor importancia tiene introducir mejoras en el nivel de vida de los trabajadores, como un fin por sí mismo, ante todo, y además, como medio de constituir una mano de

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obra productiva y estable. Pero es en estos países precisamente, en que la mano de obra abunda, el capital escasea y es caro, y los movimientos sindicales se hallan en sus primeras fases de desarrollo, donde resulta menos probable que las mejoras del nivel de vida de los trabajadores surjan espontáneamente gracias a la competencia o a los contratos colectivos. No es de creer que en estas condiciones, a menos que se adopten medidas especiales, puedan participar plenamente los trabajadores en los beneficios de una productividad más elevada. Cabe pensar que, en semejantes circunstancias, los gobiernos tienen el deber especial de : a) tomar las disposiciones que parezcan apropiadas, mediante una legislación sobre salarios mínimos, medidas de control de precios, etc., para asegurar que los trabajadores reciban una participación justa en tales beneficios, y b) hacer cuanto puedan, incluida la promulgación de una legislación adecuada, para crear condiciones favorables al desarrollo y fortalecimiento de movimientos sindicales. Para realizar esta labor, los gobiernos de los países insuficientemente desarrollados se hallan en situación de inferioridad por cierto número de factores, entre los que se cuentan principalmente su imposibilidad de sufragar los gastos de una organización administrativa adecuada, y, en algunos casos, una penuria de personal competente y con experiencia administrativa para hacer observar las leyes y los reglamentos. Es fenómeno característico de muchos de los países insuficientemente desarrollados el que los deseos del gobierno sobrepasen los medios de que dispone para dar efecto a sus buenas intenciones. Una legislación del trabajo avanzada, pero que no se aplique eficazmente, representa una victoria carente de sentido para los trabajadores y puede producir más daño que bien, al despertar falsas esperanzas y la consecuente desilusión y descontento. Nunca se insistirá demasiado sobre la importancia de medidas enérgicas para aplicar la legislación y reglamentos que hayan sido adoptados. La asistencia técnica puede desempeñar un papel de gran valor en la formación de personal administrativo y en el desarrollo de servicios de inspección eficaces. La creación de condiciones favorables al desarrollo del sindicalismo no es sólo importante en sí, sino también como un medio auxiliar en el trabajo de inspección y de aplicación de las disposiciones. Un sindicato es un medio indispensable para que las quejas de los trabajadores puedan llevarse a conocimiento de las personas encargadas de dar una solución.

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Es preciso reiterar la importancia de la instrucción de los trabajadores como medio de ampliar su conocimiento de los problemas sociales y de reforzar la acción de los sindicatos. E n muchos países insuficientemente desarrollados son los propios gobiernos los principales empleadores. En otros, los más importantes son las compañías privadas que mantienen relaciones especiales con los gobiernos, como, por ejemplo, compañías petrolíferas que han negociado concesiones con los gobiernos. Estas circunstancias brindan la oportunidad de establecer y aplicar en los establecimientos interesados ciertas normas de trabajo que podrían ser muy difíciles de aplicar en el conjunto de la economía 1 . Cuando el propio gobierno es el empleador o cuando los organismos del Estado están asociados con los empleadores privados, las dificultades de inspección y aplicación de normas son generalmente mucho menores, y es importante que los salarios y condiciones de empleo en las grandes empresas propiedad del Estado, dirigidas por éste o que mantienen una relación especial con él, constituyan un instrumento para elevar las normas de trabajo en toda la economía nacional. Esta labor puede realizarse tanto mediante el vigoroso impulso de la competencia como dando el ejemplo a otros empleadores. PRODUCTIVIDAD Y SEGURIDAD ECONÓMICA

Tanto desde el punto de vista de asegurar que los aumentos de la productividad conducirán positiva y rápidamente a un mejoramiento del bienestar social y económico, como del de lograr el apoyo de los trabajadores en los programas de productividad, es de suma importancia hacer cuanto sea posible para combatir el desempleo que, en algunos casos, puede ser resultado del acrecentamiento de la productividad. Es inevitable que los trabajadores que crecieron o pasaron largos años de sus vidas bajo el yugo de la gran crisis económica continúen abrigando fundados temores ante el desempleo y miren con desconfianza cualquier cosa que parezca poner en peligro la seguridad de su trabajo. 1

En el Convenio sobre las cláusulas de trabajo (contratos celebrados por las autoridades públicas), 1949, y en la Recomendación sobre la misma materia, 1949, se hallarán normas internacionales sobre esta cuestión. Véase CONFERENCIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO : Convenios y recomendaciones, 1919-1951 (Ginebra, 1951, págs. 838 y 844).

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El desempleo es un fenómeno complejo cuyas causas son múltiples y que puede clasificarse en diferentes formas. Es frecuente establecer distinciones entre, por ejemplo, el desempleo cíclico, estacional, temporal y tecnológico o estructural. Nada permite suponer que las medidas destinadas a fomentar un aumento de la productividad tiendan por sí mismas a agravar el desempleo cíclico o general, que puede atribuirse a una deficiencia crónica o periódica de la demanda total. Desde que acabó la última guerra mundial ha sido relativamente escaso el desempleo de esta clase, y casi todo el mundo estará de acuerdo en que este tipo de desempleo, en caso de que amenace nuevamente, no será una consecuencia de las medidas tomadas para elevar la productividad, sino de otros factores que determinan las crisis económicas y que serán tan difíciles, por no decir más, de combatir en una economía de baja productividad como en otra cuya productividad sea más alta. No existe tampoco razón alguna para suponer que el aumento de la productividad tienda en general a aumentar el desempleo estacional o temporal. Pero si bien es una falsedad suponer que el aumento de la productividad tiende siempre a provocar el desempleo, no puede negarse que el progreso técnico cambia el carácter de las posibilidades de empleo y que, de cuando en cuando, hace superfluos algunos grupos de trabajadores en determinados lugares y ocupaciones. Los esfuerzos para acelerar el ritmo del progreso técnico pueden conducir a que surja con mayor frecuencia el desempleo tecnológico de este tipo. Sin embargo, es necesario distinguir entre los efectos de las mejoras tecnológicas sobre el empleo en las industrias en que se aplican y las que ejercen sobre el empleo en general. Los cambios técnicos en una industria pueden posiblemente tener tres efectos desfavorables sobre el empleo en la industria en cuestión : a) puede haber una disminución de las plazas disponibles en el conjunto de la industria ; b) puede existir una disminución del número de plazas disponibles en lugares determinados, y c) puede haber una disminución de las posibilidades de empleo para ciertas categorías de trabajadores en la industria. El mero hecho de que la disminución de las posibilidades de empleo para ciertos trabajadores o en lugares determinados pueda quedar compensado, en lo que se refiere al conjunto de la industria, por un aumento de las posibilidades de trabajo en otras partes, o para otras categorías de obreros, no evitará

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que determinados trabajadores sufran las consecuencias en algunos casos, a menos que se tomen medidas especiales a tal efecto. El diferenciar estas tres fuentes de posibles dificultades para los trabajadores no quiere decir, desde luego, que la politica de una industria, sean cuales fueren las circunstancias, deba ser la de evitar cualquier disminución del empleo, ya sea en el conjunto de la industria o en lugares determinados, o para determinadas categorías especiales de trabajadores. A veces, estos cambios pueden ser incidentes necesarios en el progreso de una industria y en el desarrollo de la economía de un país, y pretender que jamás ocurran supondría frenar en seco el desarrollo económico del país, sea cual fuere el punto en que se halle, lo que sería igualmente fatal para el progreso económico y el bienestar social. Lo importante es garantizar que, cuando los cambios tecnológicos conduzcan a una reducción de las posibilidades de empleo enumeradas anteriormente, se tomen medidas para reducir al mínimo cualesquiera dificultades para los interesados que ello pueda acarrear. Cualquier cambio tecnológico para economizar mano de obra podrá entrañar una disminución del volumen de empleo en la industria en que ese cambio se efectúe — en la industria del acero, por ejemplo —1,& menos que la demanda del producto aumente lo suficiente para facilitar un empleo de sustitución a trabajadores de cuyos servicios se hubiera prescindido en otra forma. Existen, sin embargo, determinadas razones para que la demanda pueda aumentar lo suficiente para evitar una disminución en el número de trabajadores empleados en la industria. Considérese, por ejemplo, el caso de un cambio tecnológico para economizar mano de obra en la industria del acero. En primer lugar, la demanda de acero puede aumentar independientemente de este cambio particular. Suele ocurrir esto, a breve plazo, durante la fase ascendente del ciclo de desarrollo de una industria. De ahí que los cambios tecnológicos introducidos en ese momento causen menos dificultades a los interesados que las que hubieran provocado de haberse instituido en un momento de crisis. A la larga, es posible también que la demanda de acero aumente, considerando el promedio de años favorables y desfavorables, si el conjunto de la 1 No debe concederse especial importancia a la elección de este ejemplo. En lugar de « acero », siempre que aparezca este término en el curso de esta exposición, debe leerse « el producto de la industria en que se ha aplicado la mejora tecnológica >.

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economía se expande, es decir, si la población y los ingresos aumentan. En segundo lugar, puede aumentar la demanda del producto, como consecuencia directa de una mejora técnica, si ésta permite venderlo a más bajo precio y ampliar así sus posibilidades en el mercado. Las posibilidades de empleo dependen, aunque mucho más en unas industrias que en otras, de la política de precios de la industria en cuestión. Aun en el caso de una industria como la del acero, en que la demanda de sus productos no se haya amoldado sensiblemente a las oscilaciones de los precios, y haya sufrido una influencia mucho más fuerte por la situación económica (prosperidad o crisis económica), no cabe duda de que, en igualdad de circunstancias, podrá venderse más acero a precios más bajos, durante un largo período de tiempo, que a precios más altos. Además, una industria de cualquier país se halla generalmente expuesta, en los mercados de exportación por lo menos, a la competencia que le hagan las de otros países, lo que puede conducir al desempleo si sus precios no pueden competir con los de las industrias extranjeras. Aun cuando la demanda no aumente lo suficiente para evitar una disminución del número de horas-hombre de trabajo necesario en la industria del acero, no se desprende de ello que el desempleo sea su consecuencia fatal. En primer término, podría ser posible mantener el nivel de empleo trabajando menos horas. Evidentemente, el trabajo irregular, durante pocas horas, no es satisfactorio para los empleadores y mucho menos para los trabajadores ; pero la reducción de la semana normal de trabajo puede ser en ciertos casos una forma razonable y satisfactoria de amortiguar los efectos que sobre el empleo ejerza el progreso tecnológico. Fué principalmente de esta manera como se mitigaron los efectos del extraordinario progreso técnico que, entre 1929 y 1939, realizó la industria del acero en los Estados Unidos de América (especialmente con la introducción de un gran número de laminadores continuos de bandas de acero, que permitió prescindir de un gran volumen de mano de obra). En caso de una reducción de las horas normales de trabajo, han de tenerse en cuenta sus efectos sobre los costos de producción, así como su situación en el mercado desde el punto de vista de la competencia. Una prolongación del período de vacaciones pagadas puede producir un efecto análogo al de la reducción de las

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horas normales de trabajo al distribuir un volumen determinado de trabajo entre mayor número de trabajadores. En segundo lugar, aunque se produzca una disminución en el número de trabajadores empleados en la industria del acero, no es inevitable el desempleo en esta industria, siempre y cuando tal reducción en el empleo no sea superior al número de trabajadores que pueda absorberse en el movimiento normal de la mano de obra. El considerable número de plazas vacantes que se produce todos los años en todas las ramas de la industria, a causa de fallecimientos, jubilaciones y abandono voluntario del trabajo, facilita grandemente el problema de hallar ocupación para trabajadores desplazados por las mejoras técnicas. Sólo hemos estudiado hasta ahora los efectos que el progreso tecnológico ejerce sobre el empleo en la industria en que dicho progreso se ha producido. Aun produciéndose, como en nuestro ejemplo, cierta reducción del empleo en la industria del acero, no es ello motivo de un aumento del desempleo en general, si las posibilidades de empleo en otras industrias aumentan suficientemente. Puede también ser éste el caso, por razones totalmente ajenas a las mejoras tecnológicas en la industria del acero, si la situación general del comercio mejora o si el conjunto de la economía se encuentra en vías de expansión ; pero puede suceder también, como consecuencia directa del progreso tecnológico en la industria del acero, si tal progreso permite vender este producto a precios más bajos. Dado que el número de plazas vacantes en cualquier industria depende en parte de los precios y de la disponibilidad de materiales y equipo indispensables para dar trabajo a la mano de obra, es probable que la baja de los precios del acero estimule el empleo en las industrias que utilizan este producto. Podría decirse en términos más generales, particularmente con referencia a los países insuficientemente desarrollados, donde el desempleo y el subempieo de la mano de obra pueden atribuirse en gran medida a la falta o a los precios altos de los elementos materiales de la producción, que la mayor productividad en industrias productoras de ciertos tipos de bienes de producción debería contribuir al aumento de las posibilidades de empleo. Pero el mayor volumen de empleo no queda limitado a las industrias que utilizan el acero. Si bien los consumidores pueden satisfacer hoy sus necesidades de acero a mejores precios que antes, tendrán que destinar más capital para otros

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fines y los efectos sobre el empleo de la baja de precio del acero repercutirán ampliamente en toda la economía. Al examinar los efectos que sobre el empleo ejerce una mejora técnica, es, pues, un error limitar la atención a la industria en que se aplica tal mejora. No quiere decir todo esto que no puedan surgir muy graves problemas para adaptar la oferta de mano de obra a los cambios de la demanda de trabajadores resultante de las mejoras tecnológicas. La existencia de nuevas posibilidades de empleo en otros sectores es de escaso valor para los trabajadores desplazados de un empleo determinado, si no pueden trasladarse o si carecen de la formación y aptitudes profesionales requeridas para desempeñar nuevas ocupaciones. El progreso tecnológico, especialmente cuando se produce rápidamente, puede conducir a un grave desequilibrio de estructura en el mercado del empleo. El problema que plantean los efectos del aumento de la productividad sobre la seguridad en el trabajo presenta dificultades especiales en países donde el volumen del desempleo y subempieo es considerable, entre los cuales figuran muchos de los países insuficientemente desarrollados. Cuando existe un exceso de mano de obra, los trabajadores licenciados son más difíciles de absorber y, al parecer, la política de los países que se encuentran en esta situación debería tender más bien a aumentar la producción y el volumen del empleo que a lograr un aumento de la productividad. Ciertamente, las medidas tomadas en esos países para fomentar la productividad deberían formar parte de un programa coordinado de desarrollo económico, concebido para aumentar las posibilidades de empleo y para elevar la producción. Es cierto también que, en países donde la mano de obra es abundante y barata, y el capital escaso y caro, no sería acertado pretender adoptar métodos de producción que implican la inversión de grandes capitales y economía de mano de obra, métodos que se adaptan perfectamente a países tales como los Estados Unidos de América y el Canadá. Los sistemas para economizar mano de obra no tienen gran valor para una economía superpoblada. En estos casos, los trabajos deben concentrarse sobre técnicas que aumenten la producción por hectárea de tierra, o que permitan, mediante pequeñas inversiones, dar empleo a un gran número de personas en industrias secundarias1. 1 NACIONES UNIDAS, Departamento de Asuntos Económicos : Medidas para fomentar el desarrollo económico de los países insuficientemente desarrollados. Documento 1951.H.B.2 (Nueva York, 1951), pág. 7.

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Los estudios acerca de la relación que hay entre el capital y la mano de obra empleada en las industrias existentes ayudarán a determinar aquellas en que puede esperarse que una inversión suplementaria cree más posibilidades de empleo por unidad de capital invertido, a condición de que exista un mercado suficientemente amplio 1. La mayoría de los países donde el desempleo o el subempleo están muy generalizados se encuentran ante la necesidad de reducir los costos de producción y de mejorar sus productos, a fin de ampliar los mercados nacionales y extranjeros y obtener así mayores ingresos y crear más posibilidades de empleo ; todos estos países pueden mejorar su situación haciendo uso más eficaz de su equipo industrial y mano de obra disponibles. Por consiguiente, el aumento de la productividad debe marchar de concierto con las medidas para acrecentar las posibilidades de empleo. En la Memoria del Director General de la O.I.T. presentada a la trigésima tercera reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo se formula la pregunta: «¿Hasta qué punto es compatible la seguridad con la máxima productividad ? », y a ella se contesta como sigue : Si se interpreta el término « seguridad » en el sentido de que ningún trabajador perderá nunca su actual empleo, los dos conceptos son evidentemente en absoluto incompatibles. Una economía altamente productiva será la que responda con prontitud y eficacia a todo cambio de las necesidades y de las condiciones de suministro y producción, en la que los recursos se transfieran de las industrias y ocupaciones en que son menos productivos a aquellas en que puedan rendir más, que asimila y aplica las nuevas técnicas mejoradas de producción y de dirección en cuanto se conocen y pueden implantarse. En una palabra, una economía altamente productiva será esencialmente una economía dinámica ; la economía que ofrezca seguridad de empleo constante a todos los trabajadores en sus actuales empleos será una economía estática en el mayor grado. Ahora bien, si el término « seguridad » se interpreta en el sentido de confianza en el hecho de que la sociedad continuará necesitando y pagando los servicios de todos cuantos puedan contribuir a la producción, y que se esforzará en garantizar a los trabajadores que no sean aptos para proseguir en sus actuales empleos medios de readaptación para poder ocuparse de otro modo, entonces productividad elevada y seguridad no son solamente compatibles, sino que seguridad, 1 Véase G. E. CUMPEB : t Labour Productivity and Capital-Labour Ratios in Jamaican Manufacturing Industry : Their Relation to the Problem of Selective Industrialization », Social and Economic Studies (Jamaica, Institute of Social and Economic Research, The University College of the West Indies), vol. I, num. 1, febrero de 1953, pags. 61-86.

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en eßte 1sentido, será una condición ineludible de la máxima productividad . Este concepto de la seguridad depende de tres factores : a) medidas eficaces para mantener un alto nivel general del empleo. Se está generalmente de acuerdo en que la adopción de estas medidas es, ante todo, de la competencia de los gobiernos ; b) medidas para reducir al mínimo el número de trabajadores que puedan quedar desempleados y para facilitar la nueva colocación de los trabajadores licenciados. Es ésta una cuestión que, en gran parte, compete a los directores de empresas, en consulta con los representantes de los trabajadores, pero en la que los gobiernos tienen también un papel importante que desempeñar ; c) medidas para proteger los niveles de vida de los trabajadores que puedan perder sus empleos. Este problema deben resolverlo principalmente los gobiernos, pero las diversas empresas o industrias podrán contribuir a mantener el nivel de vida de los trabajadores desempleados concediéndoles indemnizaciones de despido o por otros medios. Medidas para mantener un alto nivel de empleo ÏTo es éste lugar adecuado para exponer lo que debe ser una política de pleno empleo ni las dificultades que plantea. Estos problemas han sido examinados en numerosos informes de la O.I.T. a, así como en otras publicaciones. Bastará con poner aquí de relieve, primeramente, que una política tendiente a mantener un alto nivel general de empleo no es suficiente para garantizar la ausencia de desempleo en determinadas industrias, a consecuencia de un aumento de la productividad o por las fluctuaciones de la demanda, que pueden sobrevenir aun coincidiendo con un alto nivel general de actividad económica. Esta política tiende a procurar una cifra global suficiente de empleos ; pero no puede garantizar que se disponga de nuevas plazas vacantes precisamente en las ocu1 O.I.T. : Memoria del Director General, Informe I, Conferencia Internacional del Trabajo, 33.» reunión (Ginebra, 1950), pág. 129. ' El último informe de la O.I.T. que trata de estos problemas en términos generales es La campaiia contra el desempleo, Estudios y documentos, nueva serie, num. 20 (Ginebra, 1950).

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paciones y lugares en donde los trabajadores corran el riesgo de ser licenciados. En segundo lugar, las medidas eficaces para evitar el desempleo general podrán facilitar enormemente el problema de reabsorber en un empleo productivo a cualesquiera trabajadores que puedan perder sus empleos en determinadas industrias. Mientras existan bastantes plazas vacantes, y a condición de que se disponga de servicios adecuados de formación y readaptación profesionales y para transferirlos a otros lugares, no existe razón para que un trabajador desempleado que acepte instruirse profesionalmente y, de ser necesario, cambiar de lugar de residencia, permanezca sin trabajo durante largo tiempo. Medidas para reducir el desplazamiento de la mano de obra y facilitar nuevo empleo a los trabajadores desplazados Las medidas que con este fin pueden tomar las direcciones de las empresas son de suma importancia y se expondrán más adelante 1 . Sin embargo, la intervención en esferas superiores es también importante y puede adoptar formas diferentes. Selección de las industrias en que debe estimularse el aumento de la productividad. El número de trabajadores a quienes habrá que facilitar nuevos empleos, si ha de evitarse el desempleo, dependerá, en parte, de la situación de las industrias en que se lleven a cabo las mejoras tecnológicas. En la medida en que, mediante programas de fomento económico nacional, asignaciones de capital, distribución de materias primas o en otras formas, influya el Estado sobre las cifras relativas de aumento de la productividad de ciertas industrias, es necesario, teniendo en cuenta la necesidad de introducir cambios estructurales inevitables, que el Estado utilice esta influencia para acordar una preferencia al aumento de la productividad en las industrias en donde tal medida no implique un licénciamiento de la mano de obra. Al seleccionar estas industrias es preciso prestar atención tanto a los mercados como a los abastecimientos de materias primas. En efecto, en momentos en que exista una escasez de tales materias, el incremento de la productividad en las industrias que utilicen éstas podrá limitar especial1

Véase capitulo VI, págs. 126 y siguientes.

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mente las posibilidades de empleo. Así, la productividad elevada en la industria del automóvil, por ejemplo, en una época en que no se puedan obtener partidas suplementarias de acero, puede provocar, indudablemente, el desempleo en esta industria, mientras que el incremento de la productividad en la del acero puede no sólo no causar desempleo en esta industria, sino estimular el empleo en las industrias consumidoras de este producto. En los países en que las industrias de artesanía y a domicilio emplean a un crecido número de personas, el aumento de la productividad en industrias modernas, que produzcan artículos similares, puede conducir a un importante desempleo. Esta importante consideración será tenida en cuenta sin duda por los encargados de elegir las industrias a las que deba darse una preferencia en los programas nacionales de desarrollo económico o en las campañas tendientes a lograr una elevación de la productividad. Generalmente, las industrias en que una productividad más alta rinde los mayores beneficios, desde el punto de vista del desarrollo económico en su conjunto, serán aquellas en que un aumento de la producción o una reducción de los costos, o ambas cosas simultáneamente, faciliten los recursos necesarios para desarrollar la producción y el empleo en otras industrias. Medios de formación y readaptación profesionales. Esta cuestión se trata en otra parte del presente estudio. Nos limitaremos, por tanto, a añadir aquí que la movilidad profesional de los trabajadores y su adaptabilidad a los cambios en el mercado del empleo pueden acrecentarse en alto grado mediante el establecimiento de medios adecuados de formación y readaptación profesionales, misión que corresponde tanto al Estado como a la industria interesada. Fomento de la movilidad geográfica de la mano de obra. Puede suceder que los trabajadores necesiten cambiar, a veces, no sólo de empleo, sino también de lugar de residencia. Las dificultades con que se tropieza a este respecto comprenden: a) la natural aversión de muchos trabajadores a desarraigarse y romper lazos sociales y de familia ; b) el desconocimiento de las condiciones de vida y posibilidades de empleo que existan en otras partes ;

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c) los gastos que entraña el traslado ; y d) la escasez de viviendas 1 . Entre los medios para hacer frente a estas dificultades se cuentan : 1) el', suministro a los trabajadores desplazados de tantos datos como sea posible, con relación a las posibilidades de empleo y condiciones de vida en otros lugares. No es necesario subrayar a este respecto la importancia del desarrollo de los servicios nacionales del empleo; 2) la concesión por los gobiernos de subsidios de traslado a los trabajadores que se desplacen para emplearse en otras localidades ; y 3) la adopción de medidas enérgicas para remediar la escasez de viviendas. En algunos países, la racionalización del control de alquileres puede ser también una ayuda. En ciertos casos podrá ser conveniente organizar la migración internacional de los trabajadores, acompañados, de ser posible, por sus familiares. Todas las dificultades con que se tropiece al fomentar la movilidad geográfica de la mano de obra dentro de un país aumentarán en sumo grado en los casos de traslados internacionales, pero los problemas que la migración plantea no pueden exponerse en el presente estudio. Medidas para crear nuevas posibilidades de empleo. Esta cuestión se ha tratado en términos generales, hasta cierto punto, en los párrafos en donde se insiste sobre la importancia de mantener una situación de pleno empleo. Si una industria o grupo de industrias, en que el desempleo tecnológico exista, o amenace con surgir, están concentrados casi por completo en una zona o región, en lugar de confiar enteramente en el desplazamiento de los trabajadores hacia industrias situadas en otras partes, puede ser conveniente la adopción de medidas especiales para atraer nuevas industrias a dicha 1 En la actualidad, a la escasez de viviendas se añade en algunos países un obstáculo mas que se opone al traslado, y que consiste en las medidas de intervención de los alquileres. Es caso frecuente que el inquilino de una casa o piso de preguerra pague solamente una parte mínima del alquiler que se exige actualmente por una nueva vivienda del mismo tipo. Todo recién llegado a una ciudad extraña es más probable que encuentre una vivienda nueva y cara, en lugar de una vieja y barata, y, por consiguiente, el costo del traslado es con frecuencia más alto de lo que sería si los alquileres fueran más uniformes.

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zona o región. En el Beino Unido, por ejemplo, se han seleccionado algunos lugares para convertirlos en zonas de fomento económico y se conceden facilidades a los industriales que en ellas establezcan fábricas. Medidas para proteger el nivel de vida de los trabajadores desempleados Cuanto mayor sea el éxito de las medidas para mantener un alto nivel general de empleo y para reducir el número de trabajadores desplazados y encontrarles nueva colocación, menor será la necesidad de recurrir a otras medidas para proteger el nivel de vida de trabajadores temporalmente desempleados entre una y otra ocupación. Sin embargo, son estas medidas parte integrante esencial de las que hasta ahora se han estudiado, si ha de aumentarse la productividad causando un mínimo de dificultades a los trabajadores. Seguro de desempleo y asistencia material. Un amplio sistema de seguro de desempleo o de asistencia en caso de paro obrero puede aliviar en gran medida las dificultades que sufran los trabajadores. Las prestaciones en efectivo a que se tiene derecho en virtud de un sistema de seguro de desempleo facilitan a los desempleados un ingreso parcial que les permite resolver sus problemas entre una y otra ocupación, ayudándoles así a hacer más fácil su necesaria adaptación a los cambios en la demanda de mano de obra. A causa de los limitados recursos económicos de que dispone, el seguro de desempleo debe ir dirigido principalmente al desempleo temporal o de corta duración, más bien que al paro generalizado en gran escala. Aunque concebida para ser aplicada a todos los tipos de desempleo, sin tener en cuenta la causa, esta rama del seguro social puede ser particularmente efectiva para combatir los efectos del desempleo tecnológico. La administración del seguro de desempleo deberá estar, y generalmente lo está, estrechamente vinculada a la organización del servicio del empleo. En general, las oficinas de colocación sirven de agencias locales del seguro de desempleo, lo que permite, antes de conceder la prestación, ofrecer a los desempleados las posibilidades de trabajo adecuado que puedan existir. Guando no se dispone de un sistema nacional de seguro

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de desempleo, o para complementar este sistema y ocuparse de los casos que no sean de su competencia, es de suma importancia el establecimiento de un sistema nacional de asistencia o ayuda material en caso de desempleo. Aunque este tipo de asistencia, como el seguro de desempleo, es cuestión que compete principalmente al Estado, toda industria que experimente un rápido progreso tecnológico, que lleve en sí un considerable desplazamiento de mano de obra, podrá contribuir en algunos casos a los fondos utilizados para mitigar, en determinadas ocasiones, las dificultades de los trabajadores. Paga de despido. Podrán tomarse disposiciones para abonar a los trabajadores desplazados la paga de despido o prestaciones en caso de licénciamiento. Normalmente, esta cuestión debe ser objeto de negociación colectiva sobre la base de la industria en su conjunto o con los empleadores individualmente, y el importe de la indemnización por despido, en caso de abonarse, será generalmente proporcional a la antigüedad en el empleo. Este tipo de disposiciones parecen ser más corrientes en los Estados Unidos de América que en otras partes, aunque no son excepcionales en otros países. En el Beino Unido, por ejemplo, la Junta Nacional del Carbón abona por su cuenta durante seis meses la paga de desempleo de los trabajadores excedentes a causa de la reorganización de las minas. En el reglamento general de modernización de la industria textil en México, que entró en vigor en febrero de 1951, se estipula una escala de indemnizaciones para los trabajadores despedidos. Es mucho lo que puede decirse en favor de la paga de despido, aun cuando pueda constituir un perjuicio para la flexibilidad y productividad de una economía, si las obligaciones que la industria contraiga a este respecto llegan a ser tan onerosas que induzcan a conservar en sus puestos a los trabajadores excedentes 1. LA PBODTJCTrVIDAD Y LA SATISFACCIÓN EN EL TBABAJO

Las consultas entre gobiernos, empleadores y trabajadores, una distribución equitativa de los beneficios que procura el aumento de la productividad y las medidas eficaces contra el 1

Véase capítulo VI, pág. 134.

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desempleo son factores que contribuirán a que concurran la mayor parte de las condiciones necesarias para que la elevación de la productividad conduzca efectivamente a mayor bienestar social y económico y, al mismo tiempo, facilitarán un medio ambiente psicológico favorable a dicho aumento de la productividad. Pero este medio ambiente psicológico no podrá lograrse si se trata de aumentar la productividad, o si los trabajadores temen que así sea, por métodos que reduzcan la satisfacción que deriva la mano de obra de su trabajo : es decir, por métodos que exijan especialmente de los trabajadores más velocidad o trabajo más intenso del que pueden realizar sin esforzarse, sin que constituya un peligro para la salud o se provoque una fatiga excesiva, o que simplifiquen y descompongan los oficios que antes requerían competencia y responsabilidad, convirtiéndolos en una serie de operaciones rutinarias sin interés ni significado para los trabajadores. La protección de los intereses de los trabajadores a este respecto es un problema esencialmente de colaboración obreropatronal en el seno de cada empresa *. Pero, como se sugiere anteriormente, puede convenir algunas veces resolver estas cuestiones en esferas más elevadas, con miras a lograr un acuerdo sobre los principios generales que deben aplicarse en cada empresa.

Véanse paga. 160 y siguientes.

CAPITULO I I I

FACTORES DE ORDEN ECONÓMICO E INSTITUCIONAL

La lista de los factores de orden económico e institucional que influyen en la productividad podría prolongarse casi indefinidamente. En el presente capítulo sólo nos limitaremos a exponer algunas observaciones sobre algunos de los más importantes de entre estos factores. IMPORTANCIA DEL MERCADO

La importancia del mercado de un producto influye en formas múltiples y variadas sobre la productividad de los factores de la producción empleados para fabricarlo. Influye, por ejemplo, en el volumen de bienes de producción que pueden instalarse con provecho ; en la importancia de las fábricas ; en la medida con que pueden aprovecharse las posibilidades de simplificación, normalización y especialización, así como en el grado de utilización de la capacidad de producción de las fábricas. Cierto es que un mercado nacional relativamente pequeño, que se distribuyen un número relativamente reducido de empresas, puede ofrecer, bajo muchos aspectos, tantas posibilidades para una empresa como un mereado nacional más vasto, en el que se hacen la competencia un gran número de empresas. Sin embargo, existen al respecto dos excepciones : En primer término, cuando el mercado nacional es reducido, es probable que los productores tengan menos posibilidades de especializarse en la producción eficiente de un número relativamente pequeño de artículos de serie de un renglón determinado. En segundo lugar, los mismos productores constituyen un mercado limitado para los servicios de especialistas o de empresas especializadas del exterior. Además, tendrán que fabricar para ellos mismos un número de objetos que podrían

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manufacturar otros más económica y eficientemente si su producción se destinase a un mercado más amplio y formaran, por lo tanto, parte de una industria más importante. Como el señor Graham Hutton ha indicado : La adquisición de piezas sueltas e incluso de servicios especializados, como transportes locales, conservación (por lo menos parcial) de maquinaria e instalaciones, así como la investigación científica y formación profesional del personal de dirección, son prácticas bastante corrientes en Estados Unidos, porque la magnitud y alcance de las operaciones industriales en aquel vasto mercado hacen que esos servicios especializados independientes sean ventajosos. Es muy dudoso que semejantes servicios auxiliares pudieran jamás rendir fruto en Suiza, Dinamarca, Suecia o Bélgica... En Europa occidental, lo que más se aproxima a los servicios auxiliares estadounidenses, que utilizan las industrias en general, es un gran número de departamentos especiales (probablemente costosos) que poseen y dirigen las empresas más importantes. Así, pues, en los países europeos existe hasta cierto punto una duplicación de funciones a este respecto y el sostenimiento innecesario de servicios parcialmente ociosos 1. En los informes del Consejo Anglo-Americano de Productividad, así como en otros estudios, se mencionan repetidamente las grandes proporciones del mercado estadounidense entre los factores que contribuyen al alto nivel de productividad de los Estados Unidos de América. Son pocas las fundiciones británicas, por ejemplo, que reciben los importantes pedidos que permiten a las de los Estados Unidos, abastecedoras de un mercado diez veces más vasto, mecanizar incluso la producción de las grandes piezas. Es probable que el reducido tamaño del mercado nacional, en el caso, por ejemplo, de los países del Benelux o de Austria, haya hecho más difícil para esos países el desarrollo eficiente de las industrias pesadas 2. La mayor libertad del comercio internacional amplía los mercados nacionales. La esperanza de que los productores europeos puedan finalmente conseguir ventajas comparables a aquellas de que gozan los productores de los Estados Unidos de América es uno de los principales motivos de estímulo de los esfuerzos realizados para integrar más estrechamente las economías de 1

We Too Can Prosper, op. cit., págs. 89-90. Véanse, por ejemplo, las exposiciones de las misiones belgas de productividad en la fundición, forja y estampado, que visitaron los Estados Unidos de América, en Bulletin hebdomadaire d'information et de liaison, publicado por la Fédération des entreprises de l'industrie de fabrications métalliques (FABBIMÉTAL), num. 260, 9 de abril de 1961, pág. 271, y núm. 255, 14 de mayo de 1951, pag. 389. 2

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los países de Europa occidental. Asimismo en la Europa oriental, el Consejo de Asistencia Económica Mutua está tomando medidas para armonizar los planes económicos de los diferentes países. Es cierto que, en un mundo angustiado por las dificultades que plantea el desequilibrio de la balanza de pagos y que está dividido en zonas de divisas de alta y de baja cotización, resulta particularmente difícil evolucionar hacia la mayor libertad de comercio. Pero la necesidad de aumentar la productividad requiere examinar con suma atención cualquier movimiento tendiente al establecimiento de una mayor autarquía económica, es decir, de cualquier decisión que reduzca la especialización y la división del trabajo en la esfera internacional. La conveniencia de ampliar y estabilizar el comercio internacional, si han de aprovecharse plenamente las ocasiones de elevar la productividad, fué uno de los temas sobre el que más se insistió en el curso de un debate sobre la productividad que tuvo lugar durante la trigésima sexta reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en 1953. NIVEL DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA

La productividad se halla influida no sólo por la importancia de los mercados, sino también por la estabilidad de éstos. Salvo en la medida en que sea posible producir para almacenar existencias, un mercado de gran inestabilidad provoca cambios continuos en el ritmo de la producción. Comparado con un período en que el nivel de actividad es « normal », en el sentido de que los recursos se utilizan casi tan plenamente como sea factible sin provocar un desequilibrio o desorganización de la producción, un período de crisis no solamente es un período de baja producción, sino de productividad reducida de los recursos en general, debido a que el volumen de factores de la producción utilizados no puede reducirse fácilmente en relación a los productos, al menos a corto plazo. Muchas de las instalaciones industriales, concebidas para producir económicamente a un ritmo determinado de producción, no pueden explotarse eficazmente si han de utilizarse a un ritmo considerablemente inferior al de su capacidad, ritmo que no permite distribuir los costos fijados en una producción suficientemente grande. La industria del acero ofrece un ejemplo muy ilustrativo a este respecto.

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Aun en un período como el de los últimos ocho años, caracterizado por un nivel generalmente alto en la demanda, se han podido observar muchos ejemplos de los perjudiciales efectos que sobre la productividad ejerce la utilización disminuida de la capacidad de producción en diferentes ramas de la industria. Durante el período de crisis pasajera que afectó a algunos países en 1949 y la primera parte de 1950, algunas industrias, especialmente las industrias pesadas, sufrieron de un exceso de capacidad de producción. En 1951 y 1952, muchas industrias productoras de bienes de consumo experimentaron, un descenso de la demanda y la imposibilidad de utilizar plenamente su capacidad de producción. Este estado de cosas no fué perjudicial solamente para la productividad en sí misma, sino que, además, debilitó el entusiasmo por las medidas encaminadas a elevarla, medidas que, en general, se acogen menos favorablemente en momentos en que es difícil dar salida a la producción existente 1. El perjuicio que sobre la productividad ejerce un nivel bajo de actividad, ya sea en el conjunto de la economía o en industrias determinadas, queda hasta cierto punto compensado por las posibilidades que existan de sustraer algunos recursos de la producción, es decir, de reducir el volumen de recursos empleados, paralelamente a la reducción de la producción. Es probable, además, que una fábrica cerrada temporal o permanentemente no esté dotada sino de una instalación relativamente anticuada o ineficiente en su mayor parte, y que entre los trabajadores que se licencien se cuente una proporción elevada de obreros menos calificados. Sin embargo, si los recursos que se sustraen de la producción en una industria no son absorbidos por otras, el despilfarro debido al desempleo equivaldrá al despilfarro causado por una disminución de la productividad. Otro factor de compensación consiste en que, en período de crisis, resulta difícil obtener beneficios y, en consecuencia, surge la amenaza de quiebra. En esas circunstancias las direcciones podrán verse obligadas a estudiar las posibi1 Véanse, por ejemplo, BRITISH PRODUCTIVITY COUNCIL : Review of Productivity in the Clothing Industry, y Review of Productivity in the Hosiery Industry (Londres, 1953). La primera publicación señala que, en la industria británica del vestido, se había observado una tendencia a simplificar la producción durante los años anteriores a la crisis del mercado en los últimos meses de 1951, período en el que se perdió algo del terreno ganado precedentemente, aunque quizás sólo temporalmente. E n ese período los pedidos habían de obtenerse donde fuera posible, y, consecuentemente, quedó limitado el período de producción de u n mismo artículo (pág. 12).

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lidades de aumentar la producción, de las que anteriormente hacían caso omiso. A medida que el nivel de actividad se aproxima a la normalidad y vuelve la prosperidad, las pérdidas resultantes de la utilización insuficiente de la capacidad de producción quedan progresivamente eliminadas. No obstante, la ganancia en productividad puede quedar contrarrestada parcialmente por la utilización de instalaciones de rendimiento inferior al promedio y, quizás también, por el empleo de trabajadores cuya capacidad de rendimiento sea asimismo baja. Si la economía evoluciona de un estado de prosperidad normal a un período de producción forzada — como fué el caso en muchos países durante las dos guerras mundiales —, pueden predominar los factores que tienden a reducir la eficiencia. Las instalaciones ya muy anticuadas vuelven a ponerse en servicio. Se aumenta el volumen de la mano de obra a base de colegiales y amas de casa sin preparación. La precipitación y la confusión imperan en la industria en la que hay que sustituir las piezas y materiales empleados por otros defectuosos. La escasez de metales impide que las empresas modernicen sus fábricas e instalaciones al ritmo normal. En los mercados dominan los vendedores, y los productores poco eficientes son protegidos en parte de las consecuencias de su escaso rendimiento 1. Todo cuanto los productores puedan hacer para suavizar las fluctuaciones de la demanda de sus productos les ayudará sin duda a mantener un alto nivel de productividad. Pero como quiera que esas fluctuaciones poseen un carácter cíclico, es al Estado a quien corresponde mantener en primer lugar un nivel de ingresos y empleo alto y estable. Los gobiernos de la mayoría de los países asignan y gastan actualmente una proporción considerablemente mayor de la renta nacional que la de antes de la guerra. Los poderes públicos se han convertido en los compradores más importantes de los productos de varios sectores de la economía, y, por lo tanto, como parte de una política más general destinada a mantener el pleno empleo y la utilización total de la capacidad productiva, es de la mayor importancia que dichos poderes eviten toda irregularidad innecesaria en el cálculo y envío oportuno de sus pedidos.

Productivity- Gauge of Economic Performance, op. cit., pág. 11.

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MOVILIDAD D E LOS EECTJESOS

No basta con garantizar que los recursos se utilizan plenamente y que esta utilización es técnicamente eficaz. Es necesario asegurarse asimismo de que se emplean para producir artículos indispensables, es decir, que se les destina a industrias y ocupaciones en que su productividad sea la más alta. Aunque no exista mejora de técnica en ninguna industria determinada, la productividad, en el conjunto de una economia, puede aumentar en gran medida si se transfieren los recursos de las industrias y ocupaciones en que producen menos a otras en que sean más productivos K Este hecho constituye uno de los argumentos en favor de la máxima libertad de comercio internacional, puesto que este régimen permite a los países utilizar sus recursos en la producción de artículos que les son fáciles de fabricar, a cambio de los cuales podrán importar aquellos para los cuales tropiezan con mayores dificultades de fabricación. Se está generalmente de acuerdo sobre las ventajas que proporciona una especialización internacional más intensa, pero éstas sólo pueden obtenerse si cada país está dispuesto a fomentar el desplazamiento de mano de obra, empresas y materiales de las industrias que se adapten relativamente mal a tal país a otras para las cuales esté mejor dotado. Estos desplazamientos, que entrañan una pérdida de beneficios para algunos empleadores y un cambio de ocupación para determinados trabajadores, encuentran cierta resistencia en razón de sus penosas consecuencias para personas e intereses determinados que entran en juego. Al parecer, estas consecuencias son el precio que necesariamente ha de pagarse por el aumento de la productividad que puede aportar la mayor libertad de comercio. La máxima productividad, como ha quedado ampliamente reconocido, puede exigir también considerables transferencias 1 Se establece a veces una distinción entre el aumento « técnico » y « económico » de la productividad. Significa el primero un aumento de la productividad resultante de la utilización técnica mas eficaz de los recursos, dada la existente distribución de éstos entre las mdustrias y las ocupaciones, y el segundo, un aumento del promedio de productividad en el conjunto de la economía, resultante de un desplazamiento de los recursos de la producción de industrias y ocupaciones en que son menos productivos a las que lo son más ; por ejemplo, una transferencia de recursos de la agricultura a la industria en una economía en que los recursos son mas productivos en la segunda que en la primera. (Véase Productivity- Gauge of Economic Performance, op. cit., pág. 3.)

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de recursos entre diferentes industrias o servicios que producen para el consumo nacional. Por ejemplo, puede haber demasiados trabajadores en los servicios de distribución o en la industria de espectáculos y muy pocos en las minas de carbón u otras industrias básicas. También en este caso los cambios necesarios pueden causar dificultades a algunos trabajadores y tropezar consecuentemente con una oposición. Cuando, en beneficio de la productividad, deba disminuir su actividad una industria determinada, sólo podrán reducirse a un mínimo los inconvenientes inherentes a esta medida si se facilita el desplazamiento de los recursos a otros sectores más productivos. La actitud de los empleadores y de los trabajadores ya establecidos en esos sectores tiene una gran importancia. Las empresas que ya existan en determinados sectores pueden confabularse entre ellas para tratar de eliminar la competencia de los recién llegados. A veces puede oponerse una resistencia a la admisión de nuevos trabajadores si los sindicatos adoptan una actitud intransigente en cuestiones relacionadas, por ejemplo, con la duración de la formación profesional o con la definición de las profesiones. Es necesario convenir en que durante la guerra, al menos en algunos países, el potencial económico no habría podido movilizarse tan plenamente, ni la producción de guerra habría podido llegar al nivel a que llegó, si los sindicatos no se hubieran avenido a ceder en relación con algunos acuerdos y disposiciones en vigor. La flexibilidad necesaria de que hubo que hacer muestra para ganar la guerra podrá ser también indispensable para ganar la batalla de la productividad. Además, habrá que velar por que las medidas encaminadas a afianzar la seguridad de los obreros no se apliquen en forma que entorpezca el aflujo de mano de obra hacia sectores más productivos, porque, en tal caso, dichas medidas irían contra sus propios fines. Una misión sindical británica que visitó los Estados Unidos en 1949 insistió particularmente sobre la necesidad de estimular la movilidad y la flexibilidad de la mano de obra para satisfacer las necesidades de la economía británica 1. Aparte de lo que los empleadores, trabajadores y sus organizaciones puedan realizar, los gobiernos pueden contribuir 1

TRADES UNION CONGRESS : Trade Unions and Productivity (Londres, sin

fecha), pág. 59.

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en gran medida al fomento de la movilidad de los recursos, económicamente deseable 1 , resistiendo, por ejemplo, a las intervenciones tendientes al mantenimiento o imposición de restricciones a la übertad de comercio que no sean beneficiosas para el conjunto del país, perfeccionando los servicios nacionales del empleo, acelerando los programas de viviendas para obreros, mejorando los medios de formación y readaptación profesionales de trabajadores desplazados o amenazados de licénciamiento y pagando indemnizaciones de traslado, cuando sea oportuno. GRADO DE LA LIBERTAD DE COMPETENCIA

Como se ha visto, íntimamente ligado a la movilidad de los recursos figura el grado de libertad de competencia que prevalezca. La « competencia perfecta », en el sentido que actualmente dan a este término los economistas, ni existe ni puede instituirse en las industrias manufactureras. En razón de las ventajas y economías que adquieren con la experiencia las empresas establecidas en una industria, puede decirse que no existe realmente una libertad para introducirse en el terreno de una industria establecida, por lo menos en el caso de la producción en serie. A medida que crecen, muchas industrias manufactureras tienden a concentrarse en manos de unas cuantas grandes empresas, aunque un buen número de otras, más pequeñas, puedan eventualmente mantenerse en esas industrias. La competencia entre unas cuantas grandes empresas, aunque adquiera diferentes formas y surta efectos distintos de los de la perfecta competencia descrita en los libros de texto, puede ser tan intensa como la existente entre muchas empresas de menor importancia. No es seguro en modo alguno que esta forma de competencia, aunque no fomente la reducción de precios de diversos tipos de productos existentes, no favorezca las innovaciones técnicas, las cuales, además, implican a menudo el perfeccionamiento de los modelos y la creación de 1 Claro está que decir que la « movilidad » de recursos es deseable no significa que éstos deban hallarse en perpetuo movimiento de un lugar a otro o de un empleo a otro, sino solamente que deben poder desplazarse libremente de lugares o trabajos en que sean menos productivos a otros en que puedan serlo mas. El alto grado de movilidad de los recursos en los Estados Unidos de América parece ser otra de las ventajas de que aquel pais goza en materia de productividad.

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nuevas variedades de productos, que con frecuencia se venden a precios más bajos. Existe, sin embargo, el peligro de la creación de monopolios o de la conclusión de otros acuerdos para repartirse un mercado entre las empresas de una industria, lo que puede representar un factor de ineficiencia en detrimento de los consumidores. La fijación colusoria de precios puede producir el mismo resultado, por cuya razón la política de los poderes públicos respecto de prácticas comerciales restrictivas presenta especial importancia. Podrán tomarse disposiciones para evitar el establecimiento de monopolios o de acuerdos de carácter monopolista declarando ilegales las prácticas que puedan emplearse para expulsar del mercado a los competidores o para mantenerlos alejados de él una vez establecido un monopolio. Sin embargo, estas prácticas son tan difíciles de descubrir como de eliminar. Pueden declararse también ilegales las diversas formas de combinaciones monopolistas, tales como consorcios financieros, etc. ; pero subsistirán los medios para burlar la legislación adoptando nuevas formas de organización conformes a la ley 1 . Las medidas tendientes a evitar los monopolios son ineficaces cuando las economías debidas a la producción en gran escala son de tal magnitud que las grandes empresas pueden hacer quebrar a las pequeñas y la competencia cede el paso a los monopolios o a una situación de carácter monopolista. Entre los posibles métodos de control de los monopolios se cuentan la divulgación sistemática del contenido de los convenios monopolistas y de las cuestiones relativas a los precios, costos y utilidades ; control de precios y utilidades, y transferencia de un monopolio de la gestión privada a la pública, aunque esto no constituya en sí mismo una garantía suficiente de explotación en el interés público. Los medios de que dispone la sociedad para protegerse contra la explotación monopolista implican una intervención del Estado. Pero, aparte de éste, otras instituciones, como, por ejemplo, el movimiento de cooperativas de consumo y otras grandes organizaciones de compra al por menor, podrán 1 a En la pugna de ingenio entre el abogado de una compañía y un tribunal de justicia, el primero siempre lleva una baza de ventaja, y, aparentemente, tiene en todo momento un triunfo de reserva para rematar la jugada del contrario. » (E. A. G. ROBINSON : Monopoly (Londres, Nisbet and Co., Ltd., 1947), pag. 179.)

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desempeñar un importante papel a este respecto J . El arma que, en ùltima instancia, puede emplear el consumidor contra el monopolio es la posibilidad que tiene de cambiar de proveedor, y la existencia de otro proveedor no depende necesariamente de la intervención del Estado. CALIDAD T DISPONIBILIDAD DE LOS MATERIALES

La calidad de los materiales ejerce gran influjo sobre la productividad, hecho que fué subrayado, por ejemplo, por la misión francesa de productividad en las construcciones eléctricas, al declarar en su informe que las piezas de fundición adquiridas por las empresas estadounidenses de la industria de construcciones eléctricas eran muy superiores a las que podían obtenerse en Francia. Según también dicho informe, con frecuencia, los defectos de las piezas francesas sólo aparecían en el curso de la fabricación, de suerte que los industriales franceses se veían a menudo obligados a rechazar un trabajo casi terminado. Los casos de este tipo eran desconocidos en los Estados Unidos de América. También manifestó la misión que las láminas magnéticas francesas eran de calidad tan inferior que probablemente serían rechazadas en los Estados Unidos. Las dificultades con que tropiezan los industriales franceses, por lo que se refiere a la calidad de los materiales, se atribuían al hecho de que las normas de calidad exigidas en Francia eran más severas para el producto terminado que para las materias primas, es decir — según se dijo —, lo contrario de lo que ocurre en los Estados Unidos 2. Actualmente, el Sindicato General de la Construcción Eléctrica de Francia ha tomado medidas para mejorar los materiales empleados en esta industria. La misión de productividad de la industria francesa de máquinas-herramientas señaló también la excelente calidad de los materiales estadounidenses. En la industria británica del vestido: 1 J . K. GALBRAITH : American Capitalism : The Concept of Countervailing Power (Boston, Massachusetts, Houghton Miflin, 1952). El autor tiende a atribuir al poder que han adquirido las organizaciones de consumidores, comparable al de las grandes empresas, la explicación de que el capitalismo estadounidense haya mostrado en los últimos años mucho mayor estabilidad de la que muchos esperaban. 1

COMMISSARIAT GÉNÉRAL DU FLAN : Recueil de documenta relatifs à la produc-

tivité (Paris, 1949), paga. 34 y 35. Véase también Première mission aux Etats-Unis de la construction électrique (matériel d'équipement), août-septembre 1949 (Paris, sin fecha), paga. 65-68.

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las fábricas de tejidos siguen enviando telas mal encogidas. En casi todos los talleres de corte se pierde mucho tiempo y tela a causa de los numerosos defectos de cada pieza de tejido... ; las piezas de tela recibidas siguen siendo de anchos diferentes, y, a veces, en algunas de ellas varíal el ancho en varios centímetros de un extremo a otro de la pieza . Aparte del problema de la calidad, también se plantea el relativo al abastecimiento de materias primas. La escasez de éstas, que ocasiona interrupción en el curso del trabajo u obliga a recurrir a productos de sustitución menos satisfactorios, puede, como la experiencia de la postguerra ha demostrado claramente en muchos países, ejercer los efectos más desastrosos sobre la productividad. En una encuesta sobre la productividad en Francia, efectuada por la Administración de la Cooperación Económica, se llegó a la conclusión de que la escasez de materiales y la entrega irregular de suministros en muchos de los establecimientos visitados contribuían, en muchas formas, a la disminución del rendimiento de las fábricas. El abastecimiento irregular e inadecuado de materiales ha sido, desde que acabó la guerra, una causa importante de la baja productividad registrada en la industria de construcciones mecánicas de Italia 2. Se ha señalado que la falta de materias primas entre 1947 y 1949 fué una de las causas de un descenso de 15 por ciento en la productividad de los astilleros daneses, en 1947-1949, respecto de los niveles de productividad de preguerra 3. Se debe con frecuencia esa escasez a causas ajenas a la voluntad de la dirección de las empresas, y se reconoce la necesidad de establecer la más estrecha cooperación entre los gobiernos y la industria para reducir al mínimo sus perjudiciales efectos. Otro de los factores es el precio de las materias primas. Los altos precios de éstas obligan a fijar precios también altos de venta de los productos, lo cual hace disminuir los pedidos, y, consecuentemente, ello puede impedir la aplicación de métodos de producción continua o la plena utilización de la capacidad de producción de las fábricas. La industria pesada italiana, al carecer de un suministro nacional de materias básicas, vende a precios que oscilan entre el 30 y el 60 por ciento por encima 1

Review of Productivity in the Clothing Industry, op. cit., pag. 13. A. JACOBONI : L'Industria Meccanica Italiana (Roma, Centro di Studio e Piani Tecnico-Economici, 1049), pág. 08. * « Round Table Conference of the Danish Shipbuilding Industry », Bulletin of the International Metalworkers' Federation, vol. III. num. 1, marzo de 1051, paga. 4-5. 1

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de los precios mundiales los productos que suministra a las industrias mecánicas italianas, circunstancia que menoscaba la productividad de estas últimas. DISPONIBILIDADES D E CAPITAL Y DE CRÉDITO

Las condiciones en que las empresas disponen de capital a largo plazo y créditos a plazo más corto desempeñan un importante papel en la determinación del ritmo posible de aumento de la productividad mediante ampliaciones de capital, trabajos de modernización e instalación de nuevos equipos industriales. En tanto que los altos tipos de interés y las condiciones onerosas de crédito son consecuencia de una verdadera escasez de capital, los obstáculos que se oponen al progreso provienen de factores fundamentalmente económicos más bien que institucionales. No obstante, estas condiciones pueden ser debidas también, en parte, al desarrollo insuficiente del mercado financiero de un país, lo que hace que no se utilice el ahorro de que pudiera disponerse. E n los países insuficientemente desarrollados, en particular, tanto los factores económicos como los institucionales que limitan la aportación de capitales son escollos importantes que retrasan el progreso. Cuanto más puedan hacer los países exportadores de capital y las instituciones tales como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento para poner capitales a disposición de los países insuficientemente desarrollados, y cuanto más puedan hacer éstos por sí mismos para utilizar productivamente su propio ahorro y crear condiciones que atraigan capitales extranjeros, más rápidamente podrá aumentar su productividad. Entre los países más desarrollados económicamente, el estado del mercado financiero y monetario varía considerablemente de una nación a otra. El señor Maurice Olivier, presidente de la Asociación Nacional de Fundidores de Francia, al hacer uso de la palabra en una conferencia organizada por la industria francesa de modelos de fundición, celebrada después del regreso de la misión de esta industria que visitó los Estados Unidos de América, insistió sobre el hecho de que en ese país se beneficiaba la industria de créditos a largo plazo a un tipo de interés bajo, mientras que en Francia esta clase de créditos eran raros y difíciles de obtener x . También en las industrias 1

L'Usine nouvelle. (París), año VI, núm. 15, 13 de abril de 1950, pag. 5.

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mecánicas italianas, en las que la renovación de las instalaciones y equipos industriales es especialmente urgente, la falta de capital y los altos tipos de interés son graves obstáculos que se oponen al desarrollo de la productividad. EÉGIMEN

TRIBUTARIO

Son varias las formas en que los impuestos pueden ejercer una influencia desfavorable sobre la productividad. Primero, los tipos de contribución de las empresas pueden ser tan gravosos que quedan sin medios suficientes o pierden todo aliciente para emprender nuevas inversiones de capital. Especialmente puede ser éste el caso si el costo de los equipos industriales se eleva rápidamente y si las fórmulas que rigen las deducciones permitidas en concepto de depreciación no tienen suficientemente en cuenta el hecho de que la sustitución o renovación de los bienes de producción cuesta mucho más que su adquisición inicial. Segundo, aunque no sean excesivamente gravosas, las contribuciones pueden calcularse en forma tal que desalienten todo propósito de elevar la productividad. El impuesto por caballo de fuerza, percibido en otros tiempos sobre los automóviles en el Reino Unido, condujo a que la producción se concentrara sobre motores de baja potencia, lo que, según la opinión general, ejerció efectos muy desfavorables sobre la situación de la industria británica del automóvil para competir en los mercados de exportación. Por último, si los impuestos sobre los salarios de los trabajadores son tan altos que reducen considerablemente el aumento de ingresos que puedan lograr redoblando sus esfuerzos, considerarán que tales sacrificios son inútiles, y los sistemas de remuneración por rendimiento tendrán escasa influencia sobre el incremento de la productividad. Éste será el caso, particularmente, si existe penuria de mercancías en que gastar el suplemento en los ingresos. Los observadores competentes estiman que el alto nivel de impuestos en el Eeino Unido, por ejemplo, ha perjudicado la productividad, por lo menos en algunas ramas de la industria x . Así, se ha sugerido que « una refundición total del sistema de impuestos, a fin de que éstos no aminoren ni el deseo de 1 Véanse A. A.C.P. : Drop Forging ; Internal Combustion ; Engines, y Qrey Ironfounding (Londres, 1950), paga. 7, 49 y 17, respectivamente.

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ahorrar y trabajar activamente ni el de hacer inversiones y correr riesgos »1, es una de las labores más urgentes con que se enfrenta el Gobierno británico. La misión británica de productividad de metales no ferrosos relacionó el « sentido de la productividad » que pudo observar en toda la industria estadounidense con los «sistemas de primas que son más eficaces en los Estados Unidos en razón de un régimen tributario más benigno y de la existencia de disponibilidades suficientes en bienes de consumo »2. Un informe del Comisariado General del Plan de Modernización y Dotación de Equipo de Francia menciona «los graves defectos en nuestro sistema fiscal (en Francia), que es complicado, costoso e ineficaz. Numerosos impuestos constituyen verdaderas aduanas internas que representan un gravamen para la producción » 3. INSTRUCCIÓN T FORMACIÓN PROFESIONALES

Entre los factores institucionales que influyen en la productividad, pocos son tan importantes como la medida en que los medios de instrucción y formación profesionales de que disponga un país se ajusten a las necesidades de la industria. Trátase en este caso de los medios de formación de personal de toda clase, desde los altos cargos de dirección hasta los puestos más subalternos. Sin embargo, quizá sea respecto de la formación de personal de dirección y científico, ingenieros y técnicos, en donde la industria dependa más de las instituciones del exterior. En muchos países, la preparación sistemática para desempeñar altos puestos directivos es relativamente reciente a pesar de su importancia. La experiencia ha demostrado, como era de esperar, lo improbable de que tengan éxito los esfuerzos encaminados a elevar la productividad efectuados por los obreros y empleados si no se cuenta con la comprensión, apoyo y estímulo de la alta dirección. Es importante que ésta conozca a fondo y comprenda no sólo los mejores métodos para organizar la producción, sino también las repercusiones que ejercen tales métodos sobre el obrero que trabaja en su banco de taller. 1 2 3

The Economist (Londres), 23 de mayo de 1953. A.A.C.P. : Non-Ferroua Metala (Londres, 1951), pag. 4. COMMISSARIAT GÉNÉRAL DU FLAN : Programme français 'pour Vaccroissement de

la productivité (Paris, 1949), pag. 14.

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Parece estar demostrado que el conocimiento, habilidad y entusiasmo de que hace muestra la alta dirección de las empresas de Estados Unidos son importantes factores que han contribuido a la alta productividad registrada en este país. Aun cuando estas cualidades de la alta dirección de estas empresas se deben en parte al medio y forma de vida en dicho país, parece, sin embargo, que pueden también imputarse a la importancia que se concede en los Estados Unidos de América a la formación de personal de dirección. Tanto en las universidades y escuelas técnicas como dentro de la propia industria se plantean los problemas relacionados con la formación de dicho personal de dirección. Mientras que en muchos países los estudiantes que terminan sus estudios siguen dedicándose en gran parte a las profesiones liberales, existe, por otra parte, una creciente tendencia, especialmente en los Estados Unidos de América, a emplear personas universitarias en la industria. Parece indudable que este método procura valiosos servicios a la industria estadounidense y que su ejemplo debería seguirse en otros países. Sin embargo, celosas de sus prerrogativas académicas y conscientes de la diferencia que separa a los estudios superiores de la enseñanza profesional, muchas de las más antiguas universidades han vacilado largo tiempo en organizar una instrucción encaminada específicamente a preparar estudiantes para las carreras comerciales. No obstante, esta actitud está modificándose poco a poco debido a la creciente complejidad de los problemas comerciales y administrativos, considerados como materias de enseñanza, a medida que se van comprendiendo mejor las posibilidades de enseñarlas no meramente como especialidades profesionales, sino también como disciplinas científicas. Es esto particularmente cierto en los Estados Unidos de América, donde en 1950 se contaban más de 600 instituciones de enseñanza que organizaban cursos superiores de índole industrial y comercial y donde se concedieron más diplomas de estudio de estas materias que para cualquiera otra 1 . Además, los estudios administrativos figuran en muchos programas de estudios tecnológicos y de artes liberales, y, por otra parte, casi todos los cursos comerciales dedican una parte considerable a los estudios de humanidades. Un gran número de estudiantes que cursan estudios de ciencias y de ingeniería también hacen carrera en la industria. 1

A.A.C.P. : Education for Management (Londres, 1951), pág. 19.

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La posibilidad que tienen las universidades y escuelas superiores de Estados Unidos para organizar cursos reconocidos por los medios industriales como valiosos medios de formación de personal de dirección se debe en gran parte a las estrechas relaciones que existen entre las universidades y la industria 1 , al apoyo financiero que las universidades reciben de la industria y al hecho de no sólo permitir, sino estimular también, que el personal docente dedique parte de sus actividades a los negocios, lo que reduce la desigualdad entre las escalas de remuneración académica y comercial. Además, un profesor mercantil será mejor pedagogo y estará más al día si se mantiene en estrecho contacto con la práctica de las actividades comerciales. El personal científico, los ingenieros y técnicos desempeñan un papel fundamental en el aumento de la productividad. Si bien es cierto que la alta dirección dispone, no es menos verdad que son ellos, en gran medida, quienes proponen. La alta dirección puede esforzarse, en términos generales, por crear condiciones favorables al aumento de la productividad, y puede también dar normas, estímulo y apoyo a aquellos cuya labor consiste en introducir y apUcar las técnicas necesarias para elevar la productividad, pero son los hombres de ciencia e ingenieros que forman parte del personal de una empresa, o los expertos del exterior, cuyos servicios pueden contratarse temporalmente, quienes poseen los conocimientos y técnicas necesarios para hallar el medio, en cualquier situación concreta, de elevar la productividad, para formular propuestas precisas y para planear en detalle lo que deba hacerse. Por consiguiente, la productividad depende en gran parte de la iniciativa, de la ingeniosidad y de la inventiva de los hombres de ciencia, ingenieros y técnicos industriales. Es importante en todos los países que la industria emplee una considerable proporción de hombres de formación cientí1 o El mundo de las actividades comerciales y las universidades trabajan en estrecha colaboración y es éste uno de los principales factores del éxito de la formación de personal de dirección. Son muchos los puntos de contacto y por todas partes se observan testimonios de comprensión y ayuda mutuas. Existe también estrecha colaboración entre los sindicatos y las universidades que organizan cursos para los dirigentes sindicales. » (Education for Management, op. cit., págs. 19-20.) Un grupo de estudios holandés que consagró su atención a los métodos de formación de personal de dirección en los Estados Unidos de América quedó igualmente impresionado por el papel que desempeñan las universidades norteamericanas en dicha

formación. Véase CONTACTGROEP OPVOERING PRODUCTTVITBIT : Wie Voigt Ons

Op ? (La Haya, 1952), capítulo IV, págs. 35-44, y resumen en inglés, págs. 51-56.

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fica. Sin embargo, los estudios de ciencia e ingeniería no están concebidos exclusivamente para preparar a quienes los cursen a hacer carrera en la industria manufacturera. Se estima que, si los conocimientos científicos se han de utilizar y aplicar eficazmente en la producción industrial, es necesario intensificar en muchos países el estudio de las ciencias aplicadas. Es especialmente importante desarrollar los medios de formación de ingenieros industriales y de la producción. Desde hace muchos años, la técnica industrial figura en los programas de algunas escuelas superiores de Estados Unidos, pero en estos últimos ha despertado gran interés, y ha aumentado rápidamente el número de cursos dedicados a esta especialidad. Existen considerables variaciones entre los programas de técnica industrial, pero, generalmente, suelen sustituirse el diseño industrial y la teoría superior por materias tales como economía industrial, análisis del trabajo, estadísticas industriales y relaciones de trabajo 1 . En 1950 se concedieron más de 4.000 títulos de técnica industrial, entre los que se contaban unos 900 diplomas de altos estudios. Aparte de los Estados Unidos de América, otros países demuestran también creciente interés por este tipo de formación. La formación de técnicos de estudio del trabajo es asimismo de primordial importancia. En un reciente informe británico se recomienda señaladamente a este respecto que : 1) Todo jefe de empresa industrial se considere obligado a estudiar más a fondo los resultados que puedan lograrse mediante la generalización del estudio del trabajo y, en particular, los beneficios que pueden lograrse por medio de una formación más intensa en esta materia. 3) La industria dé a conocer a las instituciones docentes locales los cursos necesarios sobre el estudio del trabajo, de suerte que el número de cursos organizados en cada región sea suficiente para satisfacer las necesidades de la industria. á) Las escuelas técnicas locales y otras instituciones docentes y de formación profesional, en conjunción con los establecimientos profesionales interesados, garanticen que los cursos organizados son del tipo que la industria requiere. 7) La industria debe procurar que todos los especialistas en el estudio del trabajo sigan satisfactoriamente un curso que, por lo menos, sea tan completo como el del programa recomendado por los autores. 1

A.A.C.P. : Universities and Industry (Londres, 1951), pág. 8.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

8) El nivel de conocimientos exigidos a la terminación de estos cursos deberá fijarse de común acuerdo por las instituciones profesionales interesadas y la industria. 12) Una vez fijado el programa y aceptado por las instituciones interesadas deberán éstas someterlo,1para su reconocimiento oficial, al Ministerio de Instrucción Pública . Los autores han concebido y recomendado un programa bastante detallado 2, que comprende el estudio de métodos y movimientos, la medida del trabajo, la aplicación de las normas de tiempo, la organización y administración de los servicios de estudio del trabajo, los aspectos humanos de este estudio, así como las primas por rendimiento y evaluación de las tareas. No quiere ello decir que este programa deba considerarse como un modelo rígido, dado que se conviene sobre la necesidad de adaptaciones y modificaciones para ajustarse a determinadas circunstancias ; pero se estima, sin embargo, que, a menos de aplicar el programa en sus líneas generales y de interpretarlo liberalmente, acompañándolo de suficientes trabajos prácticos, la formación no proporcionará una base adecuada para asumir responsabilidades. Un curso basado en este programa necesitará probablemente unas 100 horas de curso teórico, 100 horas de trabajos prácticos y otro número considerable de horas dedicadas al estudio del trabajo en las condiciones normales de actividad. El curso deberá durar tres meses por lo menos, a horario completo, o dos años a horario parcial. No sólo respecto de la formación de personal de dirección, especialistas científicos y técnicos necesita la industria la cooperación de instituciones exteriores. Los aprendices y otras personas que adquieran una formación para desempeñar ciertas ocupaciones especializadas deberán asistir previamente a cursos organizados en escuelas técnicas, y, aparte de los medios que facilitan estas instituciones docentes, se necesita recurrir con frecuencia a otros medios de formación, especialmente en el caso de empresas de poca importancia, y que sólo pueden proveerse eficazmente en el ámbito del conjunto de la industria. La formación profesional de las diferentes categorías de trabajadores, aunque plantea problemas que exigen la 1 JOINT COMMITTEE OF THE INSTITUTE OF COST AND WORKS ACCOUNTANTS AND THE INSTITUTION OF PRODUCTION ENGINEERS : Measurements of Productivity—

Work Study, Application 2 Ibid., págB. 38-45.

and Training (Londres, 1952), págs. 52-53.

FACTORES DE ORDEN ECONÓMICO E INSTITUCIONAL

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adopción de medidas tanto fuera como en el seno de las empresas, será estudiada más apropiadamente en otro capítulo 1. Existe, sin embargo, una observación de carácter general que debe tratarse aquí. La formación profesional deberá estar encaminada a satisfacer no sólo las necesidades presentes, sino también las futuras, lo que requiere un don de previsión para calcular las necesidades futuras de diferentes categorías de trabajadores y de diferentes tipos de especialidades profesionales. Es conveniente que los servicios nacionales del empleo se hallen en estrecha relación con la industria, por una parte, y con los establecimientos de formación profesional, por otra, para que se encuentren en situación de recopilar y analizar los datos estadísticos y de otras clases que hagan posible un estudio fidedigno de las tendencias del mercado del empleo, en el que puedan basarse los cálculos de las necesidades futuras en las diversas especialidades profesionales. INVESTIGACIÓN INDUSTRIAL E INTERCAMBIO DE INFORMACIONES

Entre los factores importantes que influyen en la productividad industrial pueden citarse la investigación industrial, la difusión utilizable de los resultados obtenidos y su aplicación en la práctica. Muchas misiones de productividad han llamado la atención sobre el importante papel que desempeña la investigación industrial para incrementar la productividad en los Estados Unidos de América. No está demostrado que los conocimientos científicos y técnicos se hallen más avanzados en este país que en Europa, pero sí es evidente que, en general, esos conocimientos se utilizan y aplican con más eficacia a la producción industrial. No hay duda, sin embargo, de que los industriales europeos se van dando cuenta actualmente de la importancia de dicha investigación. En el Beino Unido existen hoy unas 40 organizaciones subvencionadas de investigación industrial, algunas de las cuales han sido fundadas recientemente, en tanto que otras han dado gran impulso a sus actividades en el curso de los últimos años. En Francia ha sido creado, a comienzos de 1952, un centro de investigación para elevar la productividad Véase capítulo VI, paga. 139 y siguientes.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

en la industria de la confección masculina (Centre d'études pour Vaccroissement de la productivité de la confection masculine). Su principal objeto es prestar a esta industria asistencia técnica y en materia de organización de la producción, mantener un servicio de estudios estadísticos y económicos, estudiar los mercados y facilitar una documentación general sobre los diversos tipos de máquinas existentes y calidad de los tejidos. Este centro ha publicado un estudio detallado sobre los tipos de máquinas disponibles para ejecutar diferentes trabajos. Todos los países deben esforzarse por estimular esta clase de investigaciones, tanto teóricas como aplicadas, emprendidas por las empresas, las asociaciones de investigación industrial, las instituciones de investigación independientes, las administraciones públicas o las universidades. Las investigaciones patrocinadas por el Estado pueden ser de especial importancia para ayudar a hacer frente a las necesidades de las pequeñas empresas y de la mayoría de los establecimientos industriales de los países insuficientemente desarrollados. Las organizaciones de trabajadores, así como las de empleadores, han demostrado en estos últimos años un creciente interés por el fomento de la investigación industrial. En el Keino Unido, por ejemplo, algunos sindicatos contribuyen a los fondos de las asociaciones de investigación industrial, en algunas de las cuales existe una representación sindical, especialmente en las dedicadas al ramo del calzado, artes gráficas e industria del algodón 1 . También ha de dedicarse atención al problema de difundir los resultados de la investigación. Se dice en un estudio efectuado por el mencionado Comisariado General del Plan de Modernización y Dotación de Equipo de Francia que la falta de enlace entre la investigación científica y la industria constituye un perjuicio tanto para la investigación como para la aplicación práctica de nuevos procedimientos y técnicas. La carencia de centros técnicos — se añade en el informe — en un país donde predominan los establecimientos de pequeña y mediana importancia hace difícil el intercambio de documentación técnica y la difusión de nuevos procedimientos 2. 1 « Workers' Attitude to Productivity », The Times Review of Industry, mayo de 1952, pág. 10. 2 Programme français pour l'accroissement de la productivité, op. cit., pág. 13.

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La extensión y rapidez con que la industria utilice prácticamente los resultados de la investigación pueden depender en gran medida del número de personas dotadas de formación científica empleadas en la industria 1 . Cuanto menor sea el número de estas personas, más importante será que el significado de los resultados de la investigación, así como su divulgación, se expliquen en un lenguaje que no sea excesivamente técnico. En el Eeino Unido, la misión de productividad de la fundición de acero declaró en su informe lo siguiente : Se reconoce hoy plenamente la urgente necesidad de una investigación eficaz de los problemas de la fundición de acero que se plantean en la Gran Bretaña, necesidad que no es preciso subrayar aquí. Sobre lo que sí debe insistirse es sobre la primordial importancia de asegurarse los servicios de hombres capaces de comunicar los conocimientos adquiridos a los propios fundidores de acero, así como los resultados de las investigaciones, 2y de formular recomendaciones precisas para su aplicación práctica . Esta observación se repite en algunos informes de otras misiones de productividad. La mencionada misión informó también que la Sociedad de Fundidores de Acero de América, por iniciativa de la cual se lleva a cabo la mayor parte de las investigaciones en Estados Unidos acerca de los problemas relacionados con la fundición de acero, tiene por principio describir en lenguaje sencillo los resultados de las investigaciones efectuadas y darlos a conocer a los trabajadores de esa industria. La prensa técnica y relativa a la profesión tiene un importante papel que desempeñar en esta labor. No son solamente los resultados recientemente obtenidos los que han de divulgarse más ampliamente. En cualquier industria existe generalmente una gran diferencia entre el nivel de productividad de los establecimientos de mayor rendimiento y el de los que producen menos. En general, esto puede observarse en un mismo país, y sobre todo entre los diversos países. Un aumento de la productividad de los establecimientos más atrasados, para que llegue al nivel alcanzado en los más adelantados, elevaría en sumo grado el promedio de productividad 1 En un estudio sobre la investigación industrial en Suiza se expone : « La competencia y rapidez con que los nuevos conocimientos científicos y técnicos, ya hayan sido adquiridos en Suiza o en el extranjero, se ponen al servicio de su industria se deben sin duda alguna, y en gran medida, al considerable número de especialistas científicos y técnicos, formados en las universidades, que forman parte de empresas suizas o que colaboran con ellas. » (Ronald S. EDWARDS y Charles LA ROCHE : Industrial Research in Switzerland. Its Institutional and Economic Background, Londres, Pitman and Sons, 1950, págs. 72-73.) s Steel Founding, op. cit., pag. 40.

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en el conjunto de una industria. La ignorancia por parte de las empresas de menor rendimiento de incluso los métodos y técnicas bien conocidos y que ya han demostrado su valor en las más adelantadas explica, al menos en parte, las grandes diferencias de productividad que existen en la industria. Entre las formas y medios de resolver esta dificultad y estimular el intercambio y la divulgación satisfactorios de las informaciones se cuenta la organización de visitas a otras fábricas y establecimientos, ya sea dentro del mismo país o en otros. Las numerosas visitas de las misiones de productividad patrocinadas por la Administración de Cooperación Económica y por los organismos que la han sucedido han sido el medio más conocido, aunque no el único, de aplicar prácticamente esta idea durante los últimos años. Conviene incluir a los trabajadores, así como al personal de dirección y técnico, en esas misiones, de suerte que los trabajadores puedan participar en la formulación de recomendaciones y en las labores de divulgación y formación profesional que deben seguir a dichas visitas si éstas han de rendir todo su fruto. Una dificultad con que se tropieza a veces al organizar esas visitas, así como con relación a otros métodos para fomentar el intercambio de datos informativos, es la resistencia de los industriales a revelar sus secretos de fabricación. Muchas de las misiones de productividad que visitaron recientemente los Estados Unidos de América quedaron impresionadas por la libertad con que se comunican generalmente los conocimientos técnicos, aun entre empresas competidoras, en la industria estadounidense, libertad que contrasta con el gran secreto que usualmente prevalece en sus propios países 1. Sin embargo, la actitud de muchos industriales europeos, respecto al intercambio de informaciones, parece estar experimentando una lenta transformación. Por ejemplo, el Gobierno de los Países Bajos ha expuesto que no sólo se está haciendo hoy mejor uso en la industria holandesa de los conocimientos técnicos y experiencia de otros países, sino que, además, se está logrando mejor coordinación de los conocimientos, experiencia e iniciativa del propio país. Las empresas industriales 1 Véase, por ejemplo, A.A.C.P. : Simplification in Industry (Londres, 1949), pág. 10 : « Hallamos mucho más dispuestos a los industríales estadounidenses a compartir sus conocimientos técnicos y a discutir los métodos de producción con otros fabricantes, competidores o no, que lo que generalmente se observa en el Reino Unido. Están convencidos de que todos obtienen mayores beneficios de este intercambio y de que nadie pierde con ello. »

FACTOBES DE OEDEN ECONÓMICO E INSTITUCIONAL

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que en otros tiempos guardaban celosamente el secreto de sus métodos de producción parecen comprender poco a poco los beneficios de intercambiar y mancomunar las técnicas y van resistiéndose menos a cooperar con otras en este sentido l . Un fabricante francés de motores eléctricos, que estaba vendiendo sus productos a un precio 17 por ciento más bajo que el de sus competidores, invitó a éstos recientemente a que visitaran su fábrica y observasen sus métodos de trabajo. La organización de programas de demostración, conferencias y reuniones nacionales e internacionales constituyen otros métodos para divulgar más ampliamente el conocimiento de técnicas industriales más racionales. Varias misiones de productividad se han referido al importante papel desempeñado por publicaciones periódicas técnicas y profesionales en los Estados Unidos de América para divulgar informaciones acerca de la productividad. Pero en algunos países, al parecer, las publicaciones técnicas no aprovechan plenamente las posibilidades que se les ofrecen. En un reciente estudio sobre la productividad efectuado en Francia por la Administración de Cooperación Económica se expuso que las existentes publicaciones profesionales y técnicas estaban destinadas al ingeniero muy especiauzado y que su circulación era demasiado limitada para que ejercieran una influencia general. Los autores del estudio estiman que una nueva orientación e impulso a los periódicos industriales sería de gran utilidad para imprimir un vigoroso esfuerzo en favor de la productividad. Asimismo, es mucho lo que puede hacerse para fomentar un valioso intercambio de informaciones por conducto de los centros nacionales de productividad, los que, además de actuar como organismos de intercambio de informaciones, como consejeros y expertos cerca de las empresas, pueden también desempeñar un papel importante en la coordinación de las investigaciones en el campo de la productividad y en la organización de contactos internacionales. Gomo se ha indicado, se han instalado ya estos centros en buen número de países europeos, así como en algunos de otros continentes, y se ha propuesto que se estudie la posibilidad de establecer centros análogos en los países insuficientemente desarrollados, los que podrían muy bien combinar el trabajo sobre los problemas generales 1

De ProdtutivUe.it in Nederland (Overdrvk van een Nota) (La Haya, Staatsdrukkerij- en Uitgeverijbedrijf, 1951), pags. 33 y siguientes.

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AUMENTO DE LA PaODUCTCVTDAD

de desarrollo económico con las labores destinadas específicamente a fomentar un aumento de la productividad. El problema que presentan muchos países insuficientemente desarrollados relativo a la penuria de personal competente para dotar del mismo a estos centros podría resolverse, en parte al menos, por medio de asistencia técnica, de expertos que instruyeran al personal local para proseguir su trabajo una vez terminada su misión 1, y mediante concesión de becas de estudio al personal local para que adquiriese los conocimientos necesarios en países industrialmente avanzados.

1 Por ejemplo, los expertos de la asistencia técnica de la O.I.T. han trabajado en estrecha colaboración con el personal del Instituto de Productividad de Israel, al que han ayudado, al mismo tiempo, a ejecutar sus programas, dedicando gran parte de su tiempo a los seminarios técnicos, así como a otras formas de formación del personal.

PARTE II

LA PRODUCTIVIDAD EN EL SENO DE LA EMPRESA

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CAPÍTULO IV

LA FÁBRICA Y SUS INSTALACIONES

Si bien es importante hacer cuanto sea posible para crear y mantener un medio ambiente que, psicológica y económicamente, favorezca el incremento de la productividad en las industrias manufactureras, es, sin embargo, en el seno de cada empresa donde en realidad ha de aumentarse la productividad. Se admite generalmente que las medidas para elevar la productividad en cada establecimiento incumben fundamentalmente a la dirección de las empresas ; no obstante, la cooperación activa de los trabajadores y sus representantes es indispensable. El hecho de lograr la cooperación de los trabajadores en las medidas destinadas a elevar la productividad, a pesar de depender de los líderes sindicales, es por sí mismo una prueba de las cualidades de la dirección. El aumento de la productividad en los establecimientos industriales exige una acción en diversos planos, entre los que pueden distinguirse tres principales, no sin cierta superposición entre ellos, bajo los siguientes encabezamientos : La fábrica y sus instalaciones ; organización y control de la producción, y la dirección del personal. El presente capítulo se ocupa de la primera de estas cuestiones, y al estudio de las otras dos se dedican los capítulos siguientes. CANTIDAD D E CAPITAL DISPONIBLE POB TRABAJAD OB

Probablemente ningún factor aislado ejerce sobre la productividad de la mano de obra una influencia tan grande como la cantidad de capital invertido en conjunción con la mano de obra. « Para conseguir progresos materiales auténticos y apreciables, el capital es el elemento a que ha de darse preferencia absoluta. He aquí una idea igualmente aceptada ...

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

en Moscú, Belgrado, Chicago, Londres, Delhi y Pekín » 1 . La utilización de métodos de producción recurriendo a más fuertes inversiones de capital, adoptados por los países industrialmente desarrollados, explica en gran parte la enorme diferencia entre la productividad de la mano de obra en esos países y los insuficientemente desarrollados. El alto grado de mecanización de la industria de Estados Unidos es una de las principales razones de la más elevada productividad de la mano de obra en ese país respecto de la europea. La fuerza motriz por trabajador, expresada en términos de caballos de fuerza o en kilovatios, constituye un índice, aunque muy imperfecto, de la cantidad de capital por habitante utilizado en la producción 2. En los Estados Unidos : ... la mejora del rendimiento por hora-hombre en las industrias manufactureras desde 1899 parece tener una relación bastante estrecha con el creciente volumen de fuerza motriz utilizada por cada trabajador... La producción industrial ha correspondido, grosso modo, al producto de un índice de la fuerza motriz instalada por la duración de la semana de trabajo 8. El Dr. Bostas ha demostrado que : ... la relación entre la fuerza motriz utilizada por trabajador en los Estados Unidos y en el Reino Unido es la misma que la de la producción por trabajador en ambos países ; es decir, que, en términos generales, la producción por trabajador es doble en los Estados Unidos y doble también la fuerza motriz empleada por trabajador. Igualmente, el aumento de consumo de fuerza motriz por trabajador en los Estados Unidos evoluciona paralelamente al aumento del rendimiento por obrero... 4. El artículo publicado en Economie Bulletin for Europe, citado anteriormente, confirma la importancia de la cantidad 1

2

Graham HUTTON, op. cit., pág. 26.

Respecto de un análisis del valor de este indice, véanse « Motive Power in European Industry », Economie Bulletin for Europe, vol. 3, núm. 1, primer trimestre de 1951, paga. 24-40, y L. ROSTAS : Comparative Productivity in British and American Industry, National Institute of Economic and Social Research, Occasional Papers, No. XIII (Cambridge University Press, 1948), págs. 15-16. 3 C. E. YOUNG : « Application and Problems of Productivity Data », Journal of the American Statistical Association (Washington), vol. XLI, num. 236, diciembre de 1946, pág. 421. 4 L. ROSTAS, op. cit., pág. 52. Las comparaciones del Dr. Rostas están basadas en cifras de preguerra, pero los estudios relativos al período de la postguerra, emprendidos por el Consejo Anglo-Americano de Productividad, confirman que la cantidad de energía eléctrica por trabajador industrial y de caballos de fuerza por operario es dos o tres veces más alta en los Estados Unidos que en el Reino Unido. Véase A.A.C.P. : Report of the Second Session (Londres, marzo-abril de 1949), pág. 6.

LA FÁBRICA T SUS INSTALACIONES

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de capital por persona como factor que influye en la productividad de la mano de obra. Un estudio de las estadísticas de la producción (respecto de los años anteriores a la guerra, en su mayor parte) en dieciocho países europeos y en los Estados Unidos ha demostrado la existencia de una estrecha relación entre el consumo de fuerza motriz por trabajador y el valor de la producción neta por trabajador en las industrias manufactureras ; así, en los países donde el consumo de fuerza motriz por trabajador es alto, la producción neta y global por trabajador tiende a ser igualmente alta 1. Las conclusiones de este género plantean la cuestión de saber si la cantidad de capital por persona empleada no es en sí misma un factor casi suficiente para explicar las diferencias observadas en la productividad de la mano de obra, y si los demás factores son a este respecto casi insignificantes. No obstante, no confirman los hechos la tesis de que las diferencias en la cantidad de capital por persona empleada, a pesar de su indudable significación, sean los únicos factores importantes que influyan en la productividad de la mano de obra. Las conclusiones citadas se refieren a las industrias manufactureras en general y están basadas en promedios generales de fuerza motriz y de producción por trabajador en un considerable número de industrias diferentes. Al establecer estos promedios, los casos en que una producción relativamente alta por trabajador es obtenida mediante un consumo proporcionalmente bajo de fuerza motriz tienden a compensar más o menos aquellos en que se logra una producción por trabajador relativamente baja mediante una utilización relativamente alta de fuerza motriz. Un estudio de la relación existente entre producción por trabajador y energía motriz por trabajador, en distintas industrias, permite establecer un cuadro muy diferenciado. El Dr. Eostas ha llegado a la conclusión de que, de veintiocho industrias en que computó el índice de la relación entre la fuerza motriz por trabajador en los Estados Unidos respecto al del Eeino Unido y el índice de producción por trabajador en ambos países, existían seis en que parecía haber una estrecha interrelación entre los dos índices, en el sentido de que, en los Estados Unidos, a un determinado múltiplo de la fuerza motriz por trabajador correspondía en Gran Bretaña el mismo múltiplo de la producción británica por trabajador. Por otra 1

c Motive Power in European Industry », op. eü., pag. 24. 6

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AUMENTO DB LA PRODUCTIVIDAD

parte, en catorce industrias de los Estados Unidos se empleaba una cantidad suplementaria y desproporcionada de fuerza motriz por trabajador a fin de lograr una producción individual más alta 1 , mientras que en ocho industrias el adelanto en materia de productividad de los Estados Unidos era desproporcionalmente mayor que su superioridad en el empleo de fuerza motriz por trabajador 2 . Insiste, por consiguiente, el Dr. Rostas en que « no debe concederse gran importancia al hecho de que, por lo que se refiere al conjunto de la industria en el Beino Unido y en los Estados Unidos, la relación de productividad corresponda a la energía motriz empleada por trabajador » 3 . En el estudio publicado en el Economie Bulletin for Europe no se indican la relación entre producción y energía motriz por trabajador en las diversas industrias. Aunque las comparaciones generales confirman que una alta producción por trabajador corresponde generalmente a un elevado nivel de fuerza motriz por trabajador, dejan aún muchos fenómenos sin explicar acerca de la influencia de otros factores. Así, se ha observado que el valor de la producción neta por persona en Irlanda era de alrededor del doble que en Finlandia, aunque el consumo de fuerza motriz por habitante en el primero de estos países sólo era de aproximadamente la mitad que en el segundo, a pesar del hecho de que las cantidades reales de fuerza motriz en unidades físicas fueron sustituidas por « promedios de ponderación uniforme », a fin de eliminar los efectos de las diferencias de estructura industrial de los diversos países, es decir, de las diferencias en la proporción de trabajadores empleados en las industrias que utilizan mucho y escaso capital, respectivamente 4. Los estudios de la relación entre la producción por trabajador y fuerza motriz por trabajador parecen, pues, confirmar la verdad fundamental de que, con el auxilio de máquinas, un trabajador puede producir normalmente más que otro que sólo disponga de un herramental limitado o inexistente ; que la cantidad de capital por trabajador es uno de los factores 1 En dos de estas industrias — cemento y salazón de pescados — la producción por trabajador era de hecho más alta en el Reino Unido, aunque era muy superior el empleo de fuerza motriz por trabajador en los Estados Unidos. 2 L. ROSTAS, op. cit., págs. 53-54 y 69-70. 3

ÍDEM, op. cit., pág.

4

« Motive Power in European Industry », op. cit., pigs. 29-31.

53.

LA FÁBBICA Y SUS INSTALACIONES

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esenciales que determinan el nivel de la productividad de la mano de obra, pero que las diferencias en la cantidad de capital por trabajador no bastan para explicar las diferencias observadas en la productividad del trabajo, y que hay otros factores que también ejercen una importante influencia sobre esa productividad. La importancia de los métodos para aumentar la productividad sin inversión de capital suplementario es muchísimo mayor si se piensa en que no hay nada especialmente significativo o meritorio en elevar al máximo la productividad de la mano de obra en una empresa o industria determinadas — ya que esto puede hacerse por métodos que, desde el punto de vista del conjunto de la economía, implican un aumento desproporcionado y excesivo del valor de otros factores utilizados en la producción — y que lo fundamental es llegar a la utilización más eficaz de la totalidad de todos los recursos. Significa esto que el capital y el trabajo deben combinarse en distintas proporciones en los diferentes países, de suerte que se tengan en cuenta las diferencias en el coeficiente de escasez de estos dos factores. Puede convenirse, sin embargo, en que, aun desde el punto de vista de este objetivo fundamental (utilización más racional de los recursos en general, en lugar de intensificar al máximo la productividad de la mano de obra en particular), la inversión de capitales no es a veces todo lo importante que podría ser. Las diferencias de calidad, volumen, tipo y rendimiento de los bienes de producción entre una y otra fábrica son sin duda tan importantes en sus efectos sobre la productividad como las diferencias entre las cantidades reales de bienes de producción por trabajador. En efecto, dado que los bienes de producción no pueden medirse en términos de unidades físicamente homogéneas, es difícil hacer una distinción entre la noción de cantidad y la de calidad. Entre las dificultades con que se tropieza respecto a la instalación de herramental o material moderno pueden citarse : 1) La carencia de los necesarios bienes de producción. No sólo se refiere esto a las grandes máquinas, sino también al herramental de menor importancia, tal como herramientas manuales accionadas mecánicamente. La alta productividad es tanto causa como consecuencia de la disponibilidad de energía mecánica. Sólo una nación cuya productividad sea

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AUMENTO DB LA PBODTJCTTVIDAD

ya alta puede rápidamente aumentar sus existencias de maquinaria. Es éste un problema con el que quizás se enfrenten en particular las empresas que han de importar la maquinaria y herramental que necesiten. En algunos casos, es probable que dentro del mismo país puedan hacer muestra de mayor iniciativa los posibles fabricantes de equipos industriales, iniciativa que podría estimularse mediante estudios de las necesidades que registra el mercado nacional respecto de esos bienes de producción. Los industriales de los países insuficientemente desarrollados tropiezan con ciertas dificultades en razón de que la mayor parte de los equipos industriales proceden de los grandes países industrializados y suelen responder a las condiciones de la producción que normalmente existen en esos países. La importancia de los mercados, las materias primas utilizadas, el tamaño de las fábricas, las condiciones de explotación y de conservación del material pueden ser radicalmente diferentes en los países insuficientemente desarrollados de las que existen en los países para los que ha sido concebido el material generalmente disponible. La experiencia adquirida en varios países insuficientemente desarrollados ha revelado con frecuencia que las condiciones locales no permiten que la maquinaria dé su rendimiento óptimo, y a menudo se ha subrayado que era preciso ajustar los planos de las fábricas y equipo para que se adaptasen a las condiciones especiales de esos países. Es más, en algunos casos ha ocurrido que los recursos naturales no se explotaban porque era necesario proyectar nuevos tipos de instalaciones industriales. Como la mayoría de los países pequeños no pueden sufragar los gastos de los trabajos iniciales de desarrollo económico y no poseen el personal técnico ni el volumen de producción requeridos para fabricar productos de sustitución satisfactorios, la xcooperación internacional puede ser sumamente útil en este aspecto . 2) El mercado no siempre es lo bastante vasto para permitir la distribución de las cargas financieras y la amortización de un número suficiente de unidades de producción que justifique costosas inversiones. A este particular han de distinguirse dos eventualidades : a) el mercado nacional, complementado por cualesquiera otros mercados accesibles, puede ser demasiado reducido para que pueda desarrollarse ni siquiera una empresa de dimen1 NACIONES UNIDAS : Métodos para aumentar la productividad en el mundo, op. cit., paga. 9-10.

LA FABRICA Y SUS INSTALACIONES

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8Íones técnicamente óptimas. Puede ser éste el caso, por ejemplo, de un pequeño país de escasos recursos que proceda a la instalación de una fundición completa de acero ; no obstante, este caso se presenta rara vez ; b) el mercado puede ser lo suficientemente importante para que puedan desarrollarse una o más empresas de dimensiones técnicamente óptimas, pero está dividido, de hecho, entre un considerable número de empresas más pequeñas, cuya participación en el mercado no es lo suficientemente importante para justificar costosas inversiones suplementarias. En el primer caso, dado el nivel actual de la técnica, no habrá solución posible, a menos que la demanda aumente. Respecto del segundo caso, la propia existencia de tal situación prueba con creces que la competencia es imperfecta, ya que de otro modo las empresas más dinámicas venderían a precios más bajos que las otras, suplantarían a éstas en el mercado, y se asegurarían así el volumen suplementario de ventas que necesitan. De ahí que en este caso sea posible fomentar el rendimiento, eliminando las barreras que entorpecen la competencia, tales como acuerdos para mantener los precios, sobre contingentes, convenios monopolistas, etc. Es ésta una iniciativa que pueden tomar las empresas más emprendedoras o los gobiernos. En ninguno de estos casos debe necesariamente aceptarse el mercado tal cual es. Pueden tomarse medidas para aumentar la demanda mediante la reducción de precios e intensificación de las técnicas comerciales de ventas. 3) Los métodos de producción pueden no haber experimentado la suficiente normalización para justificar las inversiones suplementarias de instalaciones industriales. Aunque la importancia del mercado limite las posibilidades de especialización y de normalización, pueden, sin embargo, aprovecharse en gran parte tales posibilidades. 4) Una mayor asignación de créditos en concepto de depreciación y desuso del utillaje, así como una reducción de los impuestos sobre las utilidades, especialmente cuando tales contribuciones son altas, simplificaría el problema de los industriales para quienes los bienes de producción están materialmente disponibles, pero que no pueden procurárselos por falta de capital ; también lo simplificarían cualesquiera medidas encaminadas a reducir el tipo de interés de los prés-

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AUMENTO D E LA PRODUCTIVIDAD

tamos o para obtener capitales más fácilmente mediante la emisión de acciones o de obligaciones. 5) Aun cuando se disponga del equipo industrial necesario y pueda adquirirse, no sabrán siempre los industriales cuáles son los mejores tipos de utillaje y cuáles responden mejor a sus necesidades. Éste es el caso que se presenta particularmente en los países insuficientemente desarrollados. Actualmente se fabrican rápidamente tipos perfeccionados de utillaje. Por desgracia, la información referente a estos tipos nuevos y más modernos de herramental se difunde lentamente por el mundo, y, en muchos casos, se adquieren tipos o modelos anticuados por carecer de conocimientos suficientes en esta materia. Además, en otros casos, debido a la práctica inveterada y a la costumbre de utilizar herramientas de un solo uso o manejadas a mano lentamente, una empresa industrial que construye una nueva fábrica evita deliberadamente el uso de una maquinaria más eficaz. Esta tendencia generalizada es muy costosa, por la pérdida de posibñidades de aumentar la productividad que representa ; en efecto, la adquisición de maquinaria de escaso rendimiento puede bloquear la producción a un determinado nivel durante varios años 1. Sin ignorar la fund amentación o importancia de esta observación, vale la pena repetir que, dada la relación extremadamente variable entre el costo del capital y el de la mano de obra en los países altamente industrializados y en los que lo están insuficientemente, los métodos de producción que impUcan el aumento de capital y el ahorro de mano de obra, que se prestan a ser apücados en los países más desarrollados económicamente, no se adaptarían necesariamente a los países insuficientemente desarrollados. Nunca se podrá insistir bastante sobre la importancia que tiene la adaptación de los equipos industriales y técnicas a las condiciones locales, a fin de conseguir la plena utüización de los recursos del país. 6) Puede tropezarse con dificultades para persuadir a los trabajadores a que acepten nuevo utillaje o la reducción de la mano de obra encargada de su manejo. Dado que toda la superioridad de una máquina sobre otra puede estribar precisamente en el hecho de que, por reducir el volumen de trabajo que ha de realizarse, permite que un obrero se ocupe de ella con menos ayuda o que pueda encargarse del manejo de mayor número de máquinas, el éxito o fracaso en el logro de la cooperación de la mano de obra es de importancia capital. Este problema de relaciones de trabajo será examinado en el capí1

Métodos para aumentar la productividad era el mundo, op. cit., pág. 11.

LA FÁBRICA T SUS INSTALACIONES

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tulo VI. Es de suma importancia consultar ampliamente a los trabajadores e informarles por anticipado de los desplazamientos previstos de la mano de obra y de las disposiciones, convenidas de común acuerdo, para ocuparse de la mano de obra licenciada. No se lograrán todos los beneficios que la mecanización permite obtener, especialmente en un país cuyo desarrollo industrial no haya rebasado las primeras fases y en donde las instalaciones industriales sean escasas, a menos de implantarla como parte de un plan realista de inversiones destinadas al fomento del conjunto de la economía. Sucede con demasiada frecuencia que la modernización de las instalaciones se emprenda sin planes a largo plazo y se compre el nuevo equipo procediendo « a la buena de Dios », para satisfacer las necesidades del momento. A menudo se adquieren piezas de utillaje que no tienen ninguna relación entre sí y que no pueden utilizarse eficazmente más tarde con otros equipos. Un método más eficaz consistiría en estudiar minuciosamente las limitaciones del equipo actual y efectuar las nuevas adquisiciones en forma que, durante un plazo determinado, se acelere la adopción de medios de producción perfectamente coordinados. La necesidad de disponer de un asesoramiento técnico en este importante sector de las inversiones se observa más especialmente en los países insuficientemente desarrollados, necesidad que se podría satisfacer, al menos en parte, recurriendo a los servicios de técnicos que participen en los trabajos de un centro nacional de productividad y fomento económico 1. El problema de integrar las posibilidades que ofrecen los diferentes tipos de equipos no sólo se plantea en el plano nacional o en el de la industria, sino también en el déla fábrica. Al instalar nuevos equipos ha de prestarse cuidadosa atención al establecimiento y mantenimiento de un equilibrio justo entre la capacidad productiva de los diferentes servicios a fin de evitar « embotellamientos » en la producción. MANIPULACIÓN D E LOS MATERIALES

En muchas fábricas se levantan, desplazan, cargan, descargan, se vuelven a cargar, etc., cincuenta toneladas de materiales por cada una de productos acabados 2. Los gastos de 1

Métodos para aumentar la •productividad en el mundo, op. cit., pág. 13. La misión de productividad de la industria francesa de fundición de modelos señaló la cifra de cien toneladas de materiales manipulados por cada tonelada de piezas fundidas aprovechables y manifestó que en los Estados Unidos los miembros de la misión habían visto fundiciones en que sólo se necesitaba la quinta parte de la mano de obra utilizada en Francia para recibir y almacenar los materiales (Recueil de documents relatifs à la productivité, op. cit., pág. 41). 2

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manipulación pueden elevarse a una suma que oscila entre el 15 y el 85 por ciento del precio de costo total de la producción. He aquí, por tanto, las grandes posibilidades que existen para efectuar economías mediante : a) una disposición de las instalaciones cuidadosamente planeada, que garantice la concatenación adecuada de las operaciones, y b) la mecanización 1. Parece, pues, que en la modernización de los equipos de muchas industrias se debería comenzar frecuentemente por la mecanización del manejo de materiales. El informe de la misión de productividad del Consejo Anglo-Americano de Productividad, que estudió este problema, señala los cuatro principios siguientes para la manipulación adecuada de los materiales : 1) eliminar el manejo manual siempre que sea posible ; 2) evitar las manipulaciones repetidas ; 3) servirse de un equipo que permita un ritmo uniforme de trabajo, y 4) servirse de sistemas de palas, con cargas uniformes8. En algunos casos, la instalación del equipo necesario para dar efecto a estos principios puede exigir una reorganización completa y grandes inversiones de capital y ser, por consiguiente, imposible a corto plazo; en otros, tal vez sea posible aumentar la productividad considerablemente mediante la utilización más eficaz del equipo de que se disponga o del que pueda adquirirse a precio relativamente bajo. La misión británica de productividad en el manejo de materiales estima que « sirviéndose bien de los equipos mecánicos de producción existentes podrá asegurarse para cada obrero la llegada y partida regular e ininterrumpida de materiales, lo que elevará la productividad, por término medio, al menos en un 15 por ciento » 3. Esta misión comprobó que el mejor equipo mecánico de manejo de materiales observado en Estados Unidos consistía principalmente en variantes de montacargas, grúas y transportadores bien conocidos en Europa. Lo notable era la ingeniosidad con que estos elementos se habían integrado al sistema de manipulación de materiales. Se hallan observaciones simi1 Un estudio de la productividad de la mano de obra en la producción de lingotes de hierro en el Japón expone como una de las principales razones del número relativamente alto de horas-hombre por tonelada necesario en el Japón, en comparación con los Estados Unidos de América y el Reino Unido, el hecho de que el transporte interno de combustible y materias primas sólo está parcialmente mecanizado (Asahi Shimbun, Tokio, 27 de mayo de 1953). * A.A.C.P. : Materials Handling in Industry (Londres, 1950), pag. 6. » Ibid., pag. 5.

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lares en los informes de varias misiones de productividad que efectuaron encuestas en determinadas ramas de las industrias mecánicas. La misión británica de productividad en la fundición de acero, por ejemplo, manifiesta que eu las fundiciones estadounidenses la carretilla de mano ha desaparecido casi por completo. La mayor parte del trabajo que se hacía con carretillas se efectúa hoy con camiones elevadores ; los transportadores de rodillos se usaban no sólo para el acarreo de cajas y piezas fundidas, como en el Beino Unido, sino también para trasladar vagonetas muy cargadas que se hallaban fuera del alcance de la grúa. Los transportadores de rodillos podían sustituirse por el patín de ruedas, en el que podían colocarse varios moldes. La característica más sobresaliente observada en el empleo de grúas móviles de pórtico era la velocidad con que trabajaban. Para izar y para el movimiento de traslación lateral y transversal, estas grúas se desplazan mucho más rápidamente que lo que es el caso generalmente en el Beino Unido. Las grúas de imán se utilizan mucho más y una técnica sumamente eficaz para ganar tiempo es la de « agarrar » la pieza de fundición con el imán. Unas sirenas estridentes aseguran a la grúa un trayecto Ubre de obstáculos, mientras que la ausencia de todo operario para guiar el imán hacia las piezas fundidas elimina todo riesgo de accidente cuando esas piezas se desprenden por la fuerza centrífuga a la primera atracción del imán. También se emplean en algunas fundiciones las grúas murales móviles, y las de brazos giratorios son de uso mucho más frecuente que en las fundiciones británicas 1. En la industria estadounidense de la forja mecánica : ... la manipulación mecánica es un factor importante en el aumento de la productividad. La consigna en los Estados Unidos es la de no colocar nada en el suelo, ya que habrá que pagar a alguien para que lo recoja. En las grandes fábricas se usan transportadores bastante complejos, pero aun en los más pequeños talleres, donde no se ve mucha manipulación mecánica, la utilización inteligente de carretillas ahorra mucho tiempo y gastos considerables '. La misión belga de productividad en la forja y estampado de metales, que visitó recientemente los Estados Unidos, quedó igualmente impresionada por la importante contribución que la buena organización de los sistemas de manipulación de 1

Steel Founding, op. cit., págs. 15-16. * A.A.C.P. : Drop Forging (Londres, 1950), pág. 8.

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materiales presta a la productividad en las fraguas de Estados Unidos, y señaló esta observación a la atención de los industriales belgas 1. La misión británica de productividad en la industria de válvulas metálicas estima que su recomendación más importante es la relativa a la « mecanización más generalizada de la manipulación de válvulas y de piezas » 2 y declaró que la fabricación de válvulas en los Estados Unidos estaba mucho más adelantada que en Gran Bretaña en lo referente a la manipulación de los materiales. En el curso de los últimos años se ha prestado bastante atención en Europa al manejo de materiales y al transporte dentro de las fábricas. Así, en un informe holandés, al examinar los progresos efectuados recientemente en los Países Bajos para lograr un incremento de la productividad, se expone que « en el terreno del transporte interno es donde se han introducido la mayoría de las mejoras » 3 . HERRAMIENTAS MECÁNICAS D E MANO

A veces es posible aumentar la productividad considerablemente mediante el empleo de herramental poco costoso, tal como herramientas mecánicas de mano, que tienen la doble ventaja de ahorrar tiempo y disminuir la fatiga del trabajador. La misión británica de productividad en la manipulación de materiales manifiesta en su informe : Se hicieron encuestas acerca del ahorro de tiempo obtenido por el uso de herramientas mecánicas, y todos los directores de fábricas convinieron en que la economía era considerable. De los muchos ejemplos señalados citaremos tres : a) en una cadena de montaje 3 donde anteriormente se atornillaban a mano siete tornillos de /16 de pulgada de diámetro con un destornillador tipo « Yankee », la introducción de un destornillador eléctrico ha logrado un ahorro de tiempo de 48 por ciento ; b) el operario de una máquina estaba encargado de apretar cuatro pernos de media pulgada de diámetro sobre un dispositivo para sujetar una pieza trabajada y de aflojarlos al terminar la operación. Mediante el empleo de una llave neumática de percusión 1

FABRMÉTAL : Bulletin hebdomadaire d'information et de liaison (Bruselas), num. 255, 14 de mayo de 1951, pág. 388. 2 A.A.C.P. : Steel, Iron and Non-ferrous Valves (Londres, 1951), pág. 3. 8 CONTACTGROEP OFVOERTOO PRODUCTiviTEn' : C.O.P. Bulletin (La Haya), núms. 14 y 15, pág. 1.

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se ha logrado un ahorro de tiempo de 45 por ciento y una disminución de la fatiga del operano ; e) en otra cadena de montaje de conexiones eléctricas se instalaban los contactos en los enchufes con un pequeño martillo neumático provisto de un dispositivo que permitía la inserción fácil y rápida de las conexiones y de la toma de corriente. Esta operación, que anteriormente se hacía a mano, era lenta y difícil, pero con el martillo neumático el trabajo es 65 por ciento más rápido y el cansancio del trabajador ha sido prácticamente eliminado... Estamos convencidos de que un empleo más generalizado e intensivo en las fábricas británicas de herramientas eléctricas y neumáticas contribuiría a aumentar la productividad y a reducir al mínimo el esfuerzo físico. Se mejorarían también los servicios de conservación de herramientas,1 instalaciones y locales y se reducirían también los precios de costo . La misión francesa de productividad de la industria de construcciones eléctricas quedó sorprendida por el papel que desempeñan las pequeñas herramientas mecánicas, especialmente en la fabricación de piezas pequeñas, en la industria de construcciones eléctricas de los Estados Unidos de América. Estas pequeñas herramientas no son costosas en ese país y su utilización es tanto más ventajosa dado el alto costo de la mano de obra estadounidense. Añadió la misión que sería muy difícil obtener esas herramientas en Francia, pues, o bien no se fabrican o son demasiado caras 2. La misión francesa de la industria de fundición de modelos confirmó igualmente que el uso generab'zado de pequeñas herramientas eléctricas es uno de los factores que permiten elevar la productividad en las fundiciones de Estados Unidos. CONSERVACIÓN DEL MATERIAL

La importancia de una conservación cuidadosa, especialmente la de tipo preventivo, ha sido puesta de relieve en muchos de los informes del Consejo Anglo-Americano de Productividad, así como en los de las misiones de otros países, v. gr., las de las industrias francesas de construcciones eléctricas y de máquinas-herramientas. Bastará a este efecto citar un ejemplo del informe de la misión británica sobre la forja mecánica : En Estados Unidos la conservación está organizada según el proverbio de que « una puntada a tiempo evita un remiendo ». Las máquinas se revisan a fondo a intervalos regulares, y aunque algunas 1 2

Materials Handling in Industry, op. cit., págs. 33-37. Recueil de documents relatifs à la productivité, op. cit., paga. 35 y 41.

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de las instalaciones visitadas tenían más de veinte años, su estado era satisfactorio. Las averías se consideran como cosa inevitable, pero lo extraordinario del sistema estadounidense es que cuando se producen tales averías, un personal competente, provisto de grandes reservas de piezas de repuesto, las repara rápidamente. Se recomienda la mejora de los servicios de conservación en la Gran Bretaña, así como el aumento de las existencias de piezas de repuesto, dondequiera que haya necesidad de frecuentes reparaciones 1. Los programas de conservación racionales y la especialización en las funciones de conservación revisten una gran importancia. Sin embargo, si el trabajo de conservación se efectúa exclusivamente bajo las órdenes de ingenieros o de personal dirigente encargado de este servicio, pueden producirse demoras innecesarias en la reparación o prevención de las averías. En algunas empresas importantes se han obtenido buenos resultados mediante la descentralización del personal de conservación y distribuyéndolo en los servicios de producción, de suerte que sólo esté sometido a las directivas de los ingenieros encargados de la conservación respecto de las cuestiones técnicas exclusivamente. En los países insuficientemente desarrollados pueden plantearse problemas de conservación de carácter especial, debido a la escasez de trabajadores calificados y a que la mano de obra en general tiene poca experiencia en el manejo de las máquinas. En las pequeñas empresas, la conservación puede a veces llevarse a cabo, al menos en parte, por los obreros encargados de la producción. E n estos casos, es sumamente importante que esos trabajadores reciban una formación adecuada y que se les vigile durante la ejecución de esas operaciones. En algunos países e industrias, los fabricantes de máquinasherramientas podrían aportar una considerable contribución al aumento de la productividad mediante la organización de servicios de conservación destinados especialmente a las pequeñas empresas, para las que no es fácil conservar sus máquinas en debida forma. DISPOSICIÓN DE LOS LOCALES

Se ha insistido ya, a propósito de la manipulación económica de los materiales, sobre la importancia de la disposición adecuada de los locales. Una buena disposición puede no sólo 1

Drop Forging, op. di., pág. 8.

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eliminar los transportes y manipulaciones inútiles, cuando el trabajo pasa de un servicio a otro, sino facilitar también, dentro de cada servicio, el establecimiento de una corriente sincronizada de materiales o piezas sueltas, de suerte que cada máquina y cada trabajador estén sin cesar ocupados y que cada fase del trabajo se concatene con la siguiente. Aunque una disposición ideal requiera generalmente construcciones apropiadas y, por lo tanto, sea inasequible sin amplias modificaciones o la edificación de nuevos locales, se puede frecuentemente, sin embargo, racionalizar en gran medida la corriente de materiales y productos semiacabados. Así, en las fábricas estadounidenses de locomotoras Diesel : ... no se vacila en reagrupar máquinas, instalaciones o puestos de trabajo, a fin de reducir al mínimo los movimientos y de concentrar al máximo los esfuerzos. Se ha observado que, en general, las máquinas-herramientas y las instalaciones se instalan rara vez en forma permanente, es decir, excepcionalmente se fijan al suelo o se acoplan a la fuente de fuerza motriz. Este procedimiento no es, evidentemente, desconocido en el Beino Unido *. A título de ejemplo de los obstáculos que provoca una disposición mal concebida de los locales y de las medidas que pueden tomarse para evitarlas, citaremos el siguiente pasaje del informe de la misión británica de productividad en la fundición de acero : Muchas de las fundiciones de acero en la Gran Bretaña se han desarrollado al azar en un embrollo de edificios en los que es difícil seguir la concatenación de las operaciones, y, mucho menos, establecer un ritmo uniforme de trabajo. Eeconstruir esos locales es obra larga y de gran envergadura, pero la elección no es dudosa : o bien se mejora su rendimiento o correrán la suerte reservada a los locales industriales ineficientes. Que el establecimiento de una nueva disposición de los locales sea tarea larga es una razón más para comenzarla cuanto antes ; el aplazamiento no facilita evidentemente la solución del problema. Una política a largo plazo a este respecto no dará resultados suficientemente rápidos. Aun en los talleres existentes, una reorganización del trabajo simplificará los métodos de producción de piezas de acero fundido. En las fundiciones de piezas de encargo es costumbre corriente permitir que el fundidor trabaje en una determinada superficie. Este obrero se desplaza para cada trabajo que tiene que realizar, con la consecuencia de que cada uno de sus movimientos exige el traslado de todos los elementos que necesita. El método estadounidense y los mejores sistemas británicos consisten en colocar incluso el trabajo de encargo en la cadena de montaje, a pesar de que se asigna al fundidor y a sus materiales y herramientas un 1

A.A.C.P. : Diesel Locomotives (Londres, 1950), p4g. 39.

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lugar ñjo, adonde llega el trabajo para ser terminado y seguir su camino al puesto siguiente. (Esto se reñere únicamente, desde luego, a los trabajos pequeños y de medianas dimensiones.) En igual forma, en los demás servicios de la fundición, una nueva disposición de las máquinas y bancos de trabajo puede reducir el volumen de la manipulación necesaria de materiales y permitir el establecimiento de medios sencillos para disminuir la manipulación inútil de piezas fundidas, que por haber sido apiladas en el suelo hay que cargar después en vagonetas para colocarlas en otro punto de la cadena de producción 1.

1

8teel Founding, op. cit., pág. 37.

CAPÍTULO V ORGANIZACIÓN Y CONTROL DE LA PRODUCCIÓN La mayor parte de las medidas estudiadas en este capítulo y en el siguiente permiten elevar la productividad con poco o ningún aumento del capital invertido. Para quienes creen que el aumento de la productividad es principalmente una cuestión de instalar más y mejores máquinas, estas medidas podrán parecer de importancia secundaria. Si sólo se piensa en la productividad de la mano de obra, el aumento del volumen de capital por trabajador es sin duda una de las formas importantes de elevar la productividad, pero, aun desde este punto de vista, sería un error descuidar lo que pueda lograrse por otros medios. En primer término, la escasez de capital en muchos países (incluidos algunos que no pueden considerarse como insuficientemente desarrollados) es tan aguda, que el problema de recurrir a otros medios para elevar la productividad sin capital suplementario adquiere especial importancia práctica. En segundo lugar, las perspectivas para elevar la productividad de la mano de obra por esos medios parecen ser mucho más vastas de lo que con frecuencia se cree, quizás especialmente en los países insuficientemente desarrollados. Un reciente estudio sobre la productividad de la mano de obra en la industria algodonera de cinco países latinoamericanos — Brasil, Chile, Ecuador, México y el Perú — divide las causas de la baja productividad de la mano de obra en dos grupos principales : a) causas que sólo pueden eliminarse mediante la modernización de la maquinaria y la ampliación de las fábricas, y b) causas que pueden remediarse por medio de una reorganización administrativa, es decir, haciendo un uso más eficaz de los equipos existentes. Los autores llegan a la conclusión de que, para el conjunto de los cincos países, los dos grupos de causas son de importancia comparable, y que para dos de ellos (el Brasil y el Ecuador) el último grupo es el más importante.

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Esta conclusión, afirman los autores, es interesante porque indica que lo que se ha llamado atraso de la industria textil latinoamericana, y que en general se ha atribuido exclusivamente al equipo, se debe en gran parte a la falta de organización y administración de las fábricas, aunque estas condiciones no dependen únicamente de la voluntad o de la capacidad administrativa de los industriales 1. Sin embargo, el Profesor I. B. W. Berenschot, quien establece una distinción análoga entre las medidas técnicas (que usualmente requieren una importante inversión de capital) y las de tipo administrativo, cree que, en general, las primeras son casi tres veces más importantes que las segundas para incrementar la productividad 2 . Es mayor la importancia de los métodos para aumentar la productividad, sin inversiones adicionales, si son concebidos no solamente en función de la productividad del trabajo, sino con vistas a la utilización más eficaz de todos los recursos. Especialmente en los países insuficientemente desarrollados, la escasez de capital y la abundancia de mano de obra son con frecuencia tales que es más importante incrementar la producción por máquina o por unidad de capital que por trabajador. DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN

Las cualidades de la dirección influyen en la productividad en formas muy diferentes. Así, ha podido afirmarse que « aun cuando el progreso material esté supeditado a numerosas circunstancias, son los recursos del ingenio, de la imaginación y del espíritu de iniciativa los factores determinantes » 3. Una dirección progresista tratará constantemente de introducir mejoras, sin limitarse meramente a imitar las técnicas e instalaciones empleadas en otras partes. En casi todos los informes del Consejo Anglo-Americano de Productividad se rinde tributo a las cualidades, competencia y entusiasmo del personal de dirección de los Estados Unidos, y se hacen observaciones sobre sus conocimientos técnicos, su gran conocimiento de los problemas de producción y la llaneza de que hacen muestra las personas que ocupan puestos de 1 NACIONES UNIDAS, Departamento de Asuntos Económicos : Productividad de la mano de obra en la industria textil algodonera de cinco países latinoamericanos, documento 1051. II. G. 2. (Nueva York, 1951), pag. 6. En la Revista Internacional del Trabajo, vol. XLVI, núm. 2, agosto de 1952, pag. 164, se examina este informe. * Prae-Adviezen voor de Vereniging voor de Staathuishoudhmde (La Haya, Martinas Nujhoff, 1951), pag. 9. * G. C. ALLEN : « Economic Progress, Retrospect and Prospect », Economic Journal (Londres), vol. LX, num. 239, septiembre de 1950, pag. 469.

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mayor responsabilidad; se estima en esos informes que todo ello contribuye a un mejor espíritu de equipo en las fábricas, y explica, además, el gran respeto que los trabajadores manuales sienten por la dirección. « El factor más significativo que conduce en Norteamérica a la alta producción a bajo costo », a juicio de la misión de contabilidad administrativa, « es la competencia de la dirección » l . Un grupo de dirigentes sindicales británicos llegó a la conclusión de que « la competencia de la dirección es el factor que marca el ritmo de la productividad en la industria estadounidense, no a causa de una creencia altruista en el progreso social, sino por necesidad » 2 . Todos y cada uno de los aspectos del trabajo en una empresa se hallan evidentemente bajo el control de la dirección (o del consejo de administración, cuando existe una separación entre la dirección técnica y la dirección general). Baste decir aquí que, entre las características de la dirección en los Estados Unidos que han atraído la especial atención de las misiones de productividad que han visitado aquel país, y que han recomendado a la consideración de las direcciones de sus propios países, como factores que contribuyen al aumento de la productividad, figuran el afán de la industria estadounidense por instruir y formar personal dirigente de todas categorías ; la delegación de la autoridad y de las responsabilidades ; el hecho de considerar generalmente a capataces y contramaestres como miembros de la dirección y de remunerarlos en consecuencia ; la clara delimitación de los trabajos y las responsabilidades ; la buena voluntad que prevalece generalmente para el intercambio de información y conocimientos técnicos, aun entre compañías competidoras ; el entusiasmo para desarrollar nuevas ideas ; la atención prestada al establecimiento de programas de producción ; la forma eficaz en que la dirección utiliza los servicios de contables e interventores de cuentas ; la importancia que se concede a las técnicas de venta y a las estrechas relaciones entre el departamento de ventas, los servicios de planificación y de producción. PLANEAMIENTO Y CONTEOL D E LA PRODUCCIÓN

El planeamiento y control de la producción son desde luego esenciales para el cumplimiento de las fechas de entrega de 1 2

Management Accounting, op. cit., pá.g. 14. Trade Unions and Productivity, op. cit., pág. 51. 7

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los pedidos, para asegurar el aprovisionamiento de materiales y piezas sueltas, cuando y donde sean necesarios, y si se quiere que las máquinas y los trabajadores no se hallen ni sobrecargados ni inactivos. Entre otras ventajas, el perfeccionamiento de los programas de producción ofrece la de contribuir a reducir los altibajos de la producción y del empleo, provocados por las fluctuaciones de la demanda, ya sean estacionales o de otros tipos. El mejoramiento del control de la producción puede servir también para eliminar las imperfecciones de las materias primas, piezas y máquinas, que pueden ejercer efectos perjudiciales sobre la productividad, que no están en proporción con su importancia intrínseca l. Las técnicas de planeamiento y control de la producción que se adopten deben estar en armonía con la importancia de la empresa y el tipo de trabajo que en ella se efectúe. Algunas misiones de productividad han comentado el cuidado y esfuerzos que normalmente se dedican a los planes de producción en la industria de Estados Unidos y han recomendado que se preste más atención a esta cuestión en sus respectivos países. Por ejemplo, la misión británica de litograbado expuso que : Un sistema para planificar la producción y controlar el desenvolvimiento del trabajo es una innovación que se traduce en una mejor utilización de la mano de obra y del material, simplificación del trabajo del personal dirigente, mejor comprensión del trabajo por parte de los obreros, supresión de la práctica de que la dotación de obreros que atiende las máquinas sea excesiva, reducción de las hora3 extraordinarias y del trabajo de urgencia. Es imposible elaborar un sistema en forma abstracta, dado que han de tenerse en cuenta las condiciones de funcionamiento en cada una de las fábricas, y una vez establecido exigirá continuas modificaciones ... La misión ha recomendado que se estudien y establezcan sistemas de control de la producción teniendo en cuenta que : a) las técnicas de control deben rendir, al aumentar la producción, más de lo que cuesten su establecimiento y funcionamiento ; b) los sistemas de control rígidos no serán generalmente eficaces. El personal encargado de aplicarlos deberá hallarse dispuesto a efectuar las modificaciones2 necesarias para hacer frente a la evolución cotidiana de la situación . Los métodos de planificación empleados en algunos sectores de la industria de la fabricación de aparatos eléctricos en los Estados Unidos se describen como sigue en el informe de otra misión británica : 1 a

Véase capítulo VI, p4g. 168. A.A.C.P. : Lithographic Priming

(Londres, 1951), pag. 20.

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A fin de planear en líneas generales su programa de fabricación con algunos meses de anticipación, la mayoría de las empresas visitadas se inspiran en estadísticas basadas en las previsiones de venta de cada una de las numerosas clases de productos que puedan fabricar. Las divisiones de ventas preparan las previsiones en relación con la experiencia adquirida en el pasado y la capacidad productiva de los servicios encargados de la fabricación. Los niveles de producción planeados para cada clase de producto, para el período futuro considerado, se comparan con los correspondientes niveles del período que acaba de terminarse y se expresan en forma de proporciones, de acuerdo con las cuales se modifica el volumen de nuevos pedidos de piezas, de los montajes parciales y de los productos acabados. Sirven también estos niveles para indicar la política adecuada que ha de seguirse sobre el reclutamiento, transferencia y licénciamiento de mano de obra. En cuanto a los programas de producción más detallados, es costumbre corriente mantener un registro al día del volumen del trabajo pendiente en cada sección de montaje, con objeto de revisar las fechas límite fijadas, así como la distribución del utillaje y de la mano de obra... 1. Pero, pese a la importancia de planear y controlar la producción, algunos sistemas empleados parecen ser innecesariamente complicados y costosos. Así, conviene reducir al mínimo el número de formularios y registros y exigir de los capataces el menor trabajo de oficina que sea posible, a fin de que éstos puedan concentrar sus esfuerzos sobre la producción. Cuando existe un servicio de planificación de la producción, sus relaciones con los contramaestres y capataces de las cadenas de montaje dan lugar a veces a ciertos rozamientos. Pueden reducirse estas dificultades mediante una clara delimitación de las funciones y asegurándose de que el personal encargado de dicha planificación de la producción posea no sólo conocimientos técnicos adecuados, sino también una vasta experiencia de los problemas prácticos que plantea el funcionamiento diario de una fábrica. Si los capataces y contramaestres no participan en absoluto en la planificación y no tienen otra función que la de vigilar la ejecución de los planes establecidos para ellos, no sólo pueden resultar tales planes de producción demasiado rígidos para hacer frente a circunstancias imprevistas, sino que la autoridad de este personal dirigente puede quedar menoscabada y es posible que tropiece con dificultades para obtener el mejor rendimiento posible de sus subordinados. El Instituto Británico de Organización del Trabajo h a recomendado que « el capataz ... debe poder elegir los métodos de 1

A.A.C.P. : Electric Motor Control Gear (Londres, 1950), pág. 34.

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trabajo, a fin de lograr el mejor rendimiento posible en su taller » 1 . Aunque debe existir un control adecuado para que quienes ocupan puestos de responsabilidad sepan lo que ocurre en la fábrica, existe un peligro general relacionado con la confianza indebida en reglamentos y controles, no sólo por lo que se refiere a la planificación de la producción, sino también en materia de dirección y administración, peligro que W. F . Whyte describe con las siguientes palabras : Parece existir una tendencia en algunas organizaciones a tratar de obtener resultados mediante el establecimiento de un sistema perfeccionado de control. Los servicios de organización elaboran normas detalladas y sistemas de comunicación de datos, en tanto que se emplea a funcionarios especializados para comprobar el rendimiento y hacer que se observen los reglamentos. Esta insistencia en los controles y reglamentos hace que los empleados subalternos dediquen gran parte de su tiempo a dar la impresión de que observan tales reglas y normas para evitar las censuras de sus superiores, lo cual desvía la atención de los problemas de producción con los que los jefes responsables han de enfrentarse en su esfera de trabajo. El director que pueda desviar la atención sobre los controles y la oriente hacia medios de desarrollar un espíritu de cooperación permitirá 2 que sus subalternos realicen un trabajo de producción más eficaz . CONTROL FINANCIERO Y CONTABILIDAD DE LOS PRECIOS DE COSTO

Algunas misiones de productividad han puesto de relieve la importancia que la contribución de la contabilidad de los costos de la producción puede aportar a la eficacia de la dirección, especialmente si se comparan dichos costos a intervalos regulares no simplemente con los anteriores, sino también con las previsiones financieras basadas en normas de rendimiento. Estas comparaciones muestran los errores y deficiencias, indican las medidas para corregirlos y facilitan una importante orientación para la planificación de actividades futuras. La misión británica de contabilidad administrativa de la productividad recomendó que « la dirección, al considerar las perspectivas futuras y preparar los programas, deberá servirse plenamente de las previsiones financieras y 1 BRITISH INSTITUTE OF MANAGEMENT : Production Control in the Small Factory (Londres, 1951), pag. 8. 2 W. F. WHYTE : « Organisation and Motivation of Management », Industrial Productivity, op. cit., pag. 108.

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económicas basadas en los datos de contabilidad y en los precios de los costos » 1 . El control financiero y la contabilidad de los precios de costo pueden también facilitar la delegación de poderes y responsabilidades. Si se pueden fijar objetivos respecto al trabajo a cargo de miembros subalternos del personal dirigente y si el rendimiento de éstos puede compararse regularmente con los objetivos previstos, la alta dirección podrá confiar ciertas cuestiones administrativas a sus subordinados, interviniendo personalmente sólo en caso de necesidad. Así, como recomendaba la misma misión británica : ... La alta dirección deberá servirse de las normas de trabajo y de las técnicas de control de la contabilidad para descentralizar la autoridad, y... todas las normas de trabajo deberán establecerse de acuerdo con quienes hayan de aplicarlas *. El cálculo de costos puede servir asimismo para desarrollar la preocupación acerca de los mismos en todos los planos de la empresa. En las fábricas de los Estados Unidos visitadas por la misión británica de productividad en la forja mecánica : . . . el obrero estaba con frecuencia informado de los precios de las herramientas que usaba y de los costos fijos de explotación de su máquina, de suerte que se interesaba en las ideas nuevas que permiten reducir los costos. Se daba cuenta, además, de que la diferencia entre la remuneración que percibía por pieza y el precio de venta de cada uno de los objetos forjados no representaba exclusivamente una utilidad para la compañía 2. La contabilidad exacta de los precios de costo, si se refleja en los de venta, puede servir también para desalentar los pedidos de productos especiales, cuando se disponga de otros muy parecidos, y para concentrar la demanda en una gama más reducida de tipos y variedades del producto. Otra ventaja, si bien indirecta, de la contabilidad de los precios de costo es la de poder facilitar frecuentemente, con escaso gasto, una medida de la productividad del trabajo. Las cifras de producción necesarias para establecer estadísticas de productividad pueden lograrse automáticamente en muchos casos mediante fórmulas adecuadas de los cálculos de los precios de costo. Las cifras por horas-hombre se obtienen mediante el análisis de la nómina de salarios que se establece para calcular los precios de costo 3. 1

Management Accounting, op. cit., pág. 16. * Drop-Forging, op. cit., pág. 46. s Véase A.A.C.P. : Productivity Measurement in British Industry (Londres, 1950), pág. 25.

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E n la industria de los Estados Unidos, la contabilidad financiera y la contabilidad de los precios de costo son funciones ejercidas por personal de la alta dirección : La principal diferencia a este respecto entre Estados Unidos y Europa no estriba en las técnicas de contabilidad, sino en la forma de utilizar los cálculos de los costos, el grado en que se utilizan las normas y los presupuestos, así como en la importancia que conceda la dirección a los servicios 1de contabilidad de precios de costo para satisfacer sus necesidades . Tanto las direcciones como los contables saben perfectamente que el propósito principal de la contabilidad y del cálculo de los precios de costo debe ser el de orientar a la dirección al formular planes para el futuro. En consecuencia, la función interpretativa de la contabilidad se ha intensificado notablemente, mientras que el simple establecimiento de archivos de contabilidad es una función de importancia secundaria 2. Queda esto reflejado en la evolución — característica en la industria estadounidense, pero no aún en la europea — del cargo de interventor, a quien está subordinado el jefe de contabilidad, y que está encargado no sólo de la rápida y exacta preparación de informes sobre los costos y estados de cuentas, sino también de la interpretación de estas cifras. El servicio de intervención de cuentas está considerado como un servicio esencial para la producción ... Desde la alta dirección, pasando por el capataz, hasta llegar al peón, nadie teme a las cifras, observándose por el contrario una marcada facultad de asimilar datos en forma de cuadros o de gráficos... ; se espera que cada cual realice su trabajo y se ajuste a su presupuesto, y que de no ser así dé una explicación satisfactoria ... Las técnicas empleadas para obtener datos de contabilidad y de cálculo de precios de costo no son nuevas, pero la aplicación de los principos técnicos y la rapidez y seguridad con que el interventor 3actúa al servicio de la dirección son excepcionales e impresionantes . En el informe de la O.E.E.C., ya citado, se recomendaba que debería estimularse en Europa la noción del papel que desempeña el interventor de cuentas. El cálculo de los precios de costo, como todas las demás técaicas tendientes a facilitar el trabajo de la dirección, es un buen servidor, pero un mal patrono. Un exceso de formularios 1 O.E.E.C. : Cost Accounting and Productivity. The Use and Practice of Cost Accounting in the U.S.A. (Paris, 1952), pag. 77. a

ASSOCIATION FRANÇAISE POUB L'ACCROISSEMENT DE LA PRODUCTIVITÉ : La

comptabilité, mesure et facteur de productivité, informe de una misión francesa de expertos contables en los Estados Unidos de América (París, 1952). * Management Accounting, op. cit., págs. 10, 11 y 15.

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y de papeles da por resultado el establecimiento de cifras de costo demasiado detalladas para asimilarlas y utilizarlas fácilmente, lo que puede ser tan contraproducente como la carencia de una contabilidad de costos. Es éste un peligro sobre el que algunas misiones de productividad han llamado la atención 1. Un número relativamente reducido de informes regulares y concisos sobre los costos, complementado de cuando en cuando, según exijan las circunstancias, por encuestas especiales de otros aspectos de los precios de costo, podrán satisfacer mejor las necesidades de la dirección que estados voluminosos y detallados renovados sin cesar. Las necesidades, de las diferentes secciones de la dirección son lógicamente diferentes : la alta dirección se interesa más en el establecimiento de previsiones, la planificación de actividades futuras y la fijación de objetivos, mientras que las demás secciones se interesan más por las actividades diarias. Al establecer informes para las diferentes secciones de la dirección es preferible expresar los datos sobre los costos en unidades, lo que proporciona una noción más exacta para los interesados. En los informes destinados a los capataces, por ejemplo, los datos podrán expresarse en unidades de tiempo o de cantidad, más bien que en unidades monetarias. SIMPLIFICACIÓN, NORMALIZACIÓN Y ESPECIALIZACIÓN

Con frecuencia pueden lograrse muy importantes economías de explotación disminuyendo la gama y variedad de los artículos producidos. El interés que presentan estas economías dependerá en gran parte, como ha quedado dicho, de la importancia y naturaleza del mercado, de suerte que todas las medidas que permitan ampliar el mercado y reducir la variedad de modelos ejercerán un efecto muy útil. Pero, si se considera cualquier mercado, es muy probable que no se exploten plenamente las posibilidades de simplificación, normalización y especialización. Los términos « simplificación », « normalización » y « especialización » se emplean a menudo para expresar nociones similares. Aunque distintos, los tres conceptos se hallan en realidad íntimamente ligados. Pueden definirse como sigue : La simplificación es una reducción deliberada de la diversidad del producto, ya se trate de piezas sueltas o de productos acabados. Véase, por ejemplo, Diesel Locomotives, op. cit., pág. 31.

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La especialización indica la concentración del trabajo de una fábrica o unidad de producción en una gama muy reducida de productos, es decir, la consecuencia de la simplificación llevada al extremo. La normalización, término empleado frecuentemente con preferencia al de simplificación, significa un acuerdo general sobre las características, calidad, composición, dimensiones, método de fabricación o de experimentación de un producto y la definición de estas nociones. Por ejemplo, si un fabricante de automóviles decidiera reducir la serie de modelos de 10 a 3, se trataría de una simplificación. La decisión de fabricar algunas piezas comunes e intercambiables constituye una medida de normalización. Por el contrario, en el caso del proveedor de bujías de encendido que sólo fabrique ese producto, se trataría de especialización x. Así, pues, el proceso de simplificación entrañará necesariamente mayor especialización de la producción, en el sentido de concentrar ésta en una gama de productos más reducida, y podrá acompañarse o no de la definición y de la aplicación de normas válidas para toda una industria. Pero, una vez llevada a cabo la simplificación, es frecuentemente posible normalizar los productos seleccionados. Por el contrario, cuando se estudie la posibilidad de normalizar determinados productos, podrá quizás ser necesario establecer cierto grado de simplificación. Las ventajas que pueden derivarse de la reducción de la variedad de artículos producidos han sido resumidas en la forma siguiente 2 : Para el productor : 1. Períodos de producción más prolongados con menos cambios en la cadena de producción. 2. Eeducción del tiempo dedicado al ensamblaje de las herramientas y a su montaje. 3. Posibilidad de incrementar la mecanización y de crear instalaciones especiales. 4. Formación profesional más fácil de operarios. 5. Simplificación y precio menos elevado de la inspección. 6. Disminución del capital invertido en instalaciones, herramientas y espacio inutilizados. 7. Seducción de las existencias de materiales, piezas sueltas y productos acabados. 8. Menor utilización de los departamentos de dibujo industrial y de los delineantes, para satisfacer pedidos especiales, lo que permite dedicar este personal al diseño de nuevos modelos o perfeccionamiento de los existentes. 1 The Economist, 29 de diciembre de 1951, pags. 1593-1594. Estas definiciones son fundamentalmente idénticas a las empleadas en el informe Simplification in Industry, op. cit., pág. 2. 2 Simplification in Industry, op. cit., pág. I. Véase también MUTUAL SECUBTTY AGENCY (anteriormente E.C.A.), Productivity and Technical Assistance Division : Increasing Productivity thru Simplification, Standardization, Specialization (Washington, 25, D.C., edición revisada en noviembre de 1951).

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9. Simplificación del trabajo de oficina y del trabajo administrativo. 10. Servicio de más fácil reparación y conservación del material. 11. Concentración más intensa de las campañas de venta y de publicidad. 12. En consecuencia, aumento de la productividad, lo que da lugar a una reducción de costos y precios y a un aumento del volumen de ventas. Para el usuario : 1. Precios más bajos y calidad igual. 2. Eeducción de la variedad y del volumen de las existencias en todos los puntos de distribución. 3. Suministros más rápidos. 4. Mejoramiento de las instalaciones del servicio de reparación y de conservación del material. La misión británica de productividad que estudió la simplificación en la industria de Estados Unidos llegó a las siguientes conclusiones : Como resultado de nuestra visita a los Estados Unidos, estamos convencidos de que una de las razones principales de la alta productividad y bajo costo, característicos de la industria de aquel país, es la eliminación radical de toda variedad innecesaria de productos y concentración de los recursos de la producción resultantes. La simplificación y normalización ban sido fomentadas en algunos sectores de la industria y en determinadas empresas del Reino Unido. Creemos que quienes han avanzado más en este sentido serán los primeros en afirmar que puede y debe hacerse más aún. Existen sin duda unas cuantas industrias en las que las posibilidades de simplificación y uniformación son limitadas, pero estamos convencidos de que son excepciones que confirman la regla. Estamos también persuadidos de que, en el conjunto de la industria británica, existen grandes posibilidades para elevar la productividad y hacer descender los precios de costo mediante la aplicación más generalizada de los principios1 que tanto éxito han logrado en los Estados Unidos de América . En otro informe manifiesta la misma misión que las conversaciones ulteriores con representantes de la industria británica habían reforzado su convencimiento de que « la simplificación es uno de los principales medios de elevar la productividad y reducir los precios de costo » 2 . Los siguientes ejemplos de acrecentamiento de la productividad, obtenidos en diferentes sectores de las industrias mecánicas estadounidense y británica reduciendo la variedad de productos, figuran en los informes del Consejo Anglo-Americano de Productividad : 1

Simplification in Industry, op. cit., pág. 11. * Á.A.C.P. : Simplification in British Industry (Londres, 1950), pág. 1.

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Antes de la última guerra, una gran fábrica de receptores de radio ofrecía una lista de 160 modelos, algunos de los cuales sólo se producían en escasa cantidad (unos 2.000 en un período de seis meses), y un pedido de 50.000 de ellos se consideraba entonces como muy importante. Consecuentemente, era necesario cambiar constantemente la disposición de las instalaciones de la fábrica y las normas de trabajo, lo que implicaba repetidas modificaciones de los procedimientos de formación profesional e inevitables complicaciones administrativas. La política seguida en la postguerra ha consistido en concentrar la producción en unos 15 modelos, en 5 de los cuales se emplea el mismo chasis, instalado en muebles diferentes, lo que ha hecho posible la fabricación de un receptor de mejor calidad a un precio similar al de preguerra, a pesar de los grandes aumentos registrados en precios de los materiales y en el costo de la mano de obra. La producción ininterrumpida de una serie de 250.000 unidades de un solo tipo es corriente actualmente... En una de las más importantes fábricas de locomotoras Diesel de transmisión eléctrica nos demostraron, una vez más, las ventajas que lleva consigo la simplificación radical de diseños y tipos. De 1939 a 1945, los precios de las materias primas habían aumentado en un 41 por ciento y el costo de la mano de obra en un 111 por ciento ; pero las economías obtenidas en la producción habían compensado esos aumentos, de suerte que el costo del producto acabado no había sufrido alza. En 1949, los precios de las materias primas eran alrededor de 110 por ciento superiores a lo que eran diez años antes, mientras que el precio pagado por el consumidor escasamente había aumentado un 25 por ciento. La dirección expresó el convencimiento de que la simplificación había sido un factor fundamental para evitar el alza de los precios del artículo acabado... Antes de la segunda guerra mundial, una fábrica de planchas eléctricas producía 19 modelos, algunos de los cuales sólo se fabricaban para hacer la competencia a un modelo análogo producido por otra empresa. En el programa de fabricación de postguerra sólo se preveían cuatro modelos en los que se utilizaban únicamente dos tipos de placa de soporte, de termostato y de caja. Esta iniciativa ha logrado mantener el precio de postguerra en una cifra que sólo es un 14 por ciento superior al precio de preguerra, a pesar de haber doblado los precios de las materias primas y de que las tasas de salarios han aumentado en dos tercios. Consecuentemente, el total de ventas ha doblado y el período de producción de los mismos modelos ha aumentado considerablemente. Muchas operaciones que anteriormente se ejecutaban a mano han podido mecanizarse hoy en razón del aumento de la producción. El número de modelos de ventiladores eléctricos ha sido reducido de 250 en 1940 a unos 50 en 1948, y se proyectaba reducir este número mucho más aún. Además, se estimaba que la aplicación completa del programa de simplificación habría de reducir a la mitad el precio del trabajo directo y en dos tercios el precio del trabajo indirecto 1 . Los ejemplos precedentes son de los Estados Unidos, si bien en el Beino Unido se han logrado también ventajas análogas, como lo muestra el notable ejemplo que se expone a continuación : 1

Simplification in Industry, op. cit., paga. 6-8.

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Uno de los más importantes fabricantes de hornillos de gas ha procedido recientemente a una radical simplificación de los modelos fabricados, medida que ha ejercido grandes repercusiones sobre los precios de costo y los salarios. Los 33 modelos — de tipos, tamaños y presentación diferentes — que se fabricaban han quedado reducidos a un modelo nada más, con un solo acabado y cuatro disposiciones diferentes de los mecheros, como únicas variantes. Esta notable concentración tuvo gran influencia sobre los precios de costo y precios de venta, hasta el punto de que la compañía puede fabricar y vender hoy este modelo a un precio 32 por ciento más bajo que el del hornillo de tamaño y acabado análogos al de la serie precedente. Esto se ha logrado pese a la tendencia general al alza de precios... Al mismo tiempo, el promedio de los ingresos de los trabajadores ha llegado a aumentar hasta en un 15 por ciento, debido en gran parte a la mejor concentración de los esfuerzos y a la reducción del número de cambios de trabajo... La producción total de hornillos se ha elevado en un 165 por ciento, mientras que el aumento1 del número de empleados escasamente ha llegado al 32 por ciento . Según otro informe : ... Siempre que las compañías británicas de confección de ropas se han concentrado en una serie limitada de modelos ha aumentado la producción. Como resultado de la simplificación, los métodos e instalaciones previstos2 para la producción en serie han podido utilizarse ventajosamente . El Comité ejecutivo de la Federación de Sindicatos Alemanes considera que la reducción radical de la variedad de bienes de consumo producidos constituye la medida más importante de racionalización que se ha adoptado en la Alemania occidental 3 . En los países de la Europa oriental — por ejemplo, en la industria mecánica de Checoslovaquia 4 —parece haberse empleado en gran escala la normalización de productos para mejorar la productividad del trabajo. En un informe holandés se dan los siguientes ejemplos de economías que pueden realizarse gracias a la simplificación y a la normalización. En los Países Bajos y en algunos otros países se vende la pintura al peso. Dado que el peso específico de diversas clases de pintura es diferente, han de fabricarse los botes de tamaños muy variados. Si se pudiera llegar a un acuerdo para vender el producto al volumen, se podrían realizar considerables economías tanto en la producción como en el almacenamiento de los botes. También podrían hacerse impor1 Simplification in British Industry, op. cit., paga. 11-12. * A Review of Productivity in the Clothing Industry, op. cit., pág. 12. 3 Hans VOM HOFF : Die gewerkschaftlichen Aufgaben in der Wirtschaß, document» para el segundo Congreso ordinario de la Federación de Sindicatos Alemanes (1952), pág. 16. 4 Véase NACIONES UNIDAS, Comisión Económica para Europa : Economie Survey of Europe since the War, documento 1953.H.E.4 (Ginebra, 1953), pág. 202.

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tantes economías si se normalizaran los sistemas de medidas para las ropas confeccionadas de suerte que no fuesen necesarios los retoques finales en el grado en que se efectúan actualmente. En el sector público se podrían realizar economías si las compañías de transporte de varios municipios utilizaran un tipo uniforme de autobús y si se normalizaran las latas de la basura. La normalización tiene gran importancia en la construcción de viviendas. Se declara en dicho informe que el Gobierno está tratando de fomentar la normalización en todos estos casos, así como en otros 1. La industria del automóvil en los Estados Unidos ofrece excelentes ejemplos de economías obtenidas gracias a la simplificación, a la normalización y a la especialización. También en la industria europea del automóvil se han realizado grandes progresos desde antes de la guerra, tanto en la simplificación y normalización de las piezas sueltas como en la reducción del número de modelos. No obstante, se ha planteado asimismo la cuestión de si la industria europea del automóvil está suficientemente especializada, dado el gran adelanto de los Estados Unidos desde hace tiempo en esta industria y que se precisa cada día más : Parece probable que, a la larga, Europa no podrá hacer frente a la competencia que hacen los Estados Unidos de América respecto de la fabricación en serie de grandes coches, ni que tampoco podrá competir con éxito en el terreno de su propia especialidad, es decir, el de los coches pequeños y los coches de potencia media, si continúa produciendo tantos tipos, esto es, si no se llega a una mayor especialización entre los fabricantes y también entre los países 2. En un estudio más reciente se sugiere que pueden esperarse grandes economías en la producción y un gran aumento en la demanda de vehículos automóviles europeos si se aplica una política de concentración de la producción, principalmente en tres tipos de coches de turismo : primero, un coche verdaderamente popular, pequeño y barato ; segundo, un vehículo mayor y más resistente, pero también simple y económico, que pueda rodar bien por carreteras difíciles, y tercero, un coche grande, fabricado en serie, para competir directamente con modelos norteamericanos normales de la categoría del Chevrolet o incluso la del Buick. El plan no implica limitar la 1

De Productiviteit in Nederland, op. cit., paga. 39-40. NACIONES UNIDAS, Comisión Económica para Europa : A General Survey of the European Engineering Industry, documento multigrafiado E/ECE/125, E/ECE/ IM/56 (Ginebra, 1951), pág. 106. 2

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producción a estos tres modelos sacrificando toda la gama existente de modelos europeos ; no obstante, esa política sólo podría tener éxito si se efectuara una reducción radical en el número de los demás modelos fabricados 1. El grado en que pueden y deben aprovecharse las economías resultantes de la simplificación y normalización, que hacen posibles los métodos de producción en serie, varía lógicamente de un país a otro y de una a otra rama de la industria. Estos métodos son probablemente menos aplicables en las circunstancias de un país como Suiza, que, estando relativamente poco poblado y disponiendo de escasos recursos naturales, se ve obligado a producir en gran parte para la exportación para satisfacer las necesidades individuales de un gran número de diferentes mercados de exportación. La industria mecánica suiza, por ejemplo, ha logrado y mantenido una reputación que no cede la plaza a ninguna otra, y sigue haciendo frente a la competencia de industrias situadas mucho más favorablemente concentrándose en el mejoramiento de la calidad en lugar de hacerlo sobre la disminución de los costos, y tratando de fabricar productos preferidos por su clientela en razón de sus características y ventajas particulares. Asimismo, en otros países existen empresas que continúan explotando con éxito la demanda de bienes de alta calidad y características especiales. Sin embargo, la demanda de productos de este tipo es limitada. La mayoría de las dificultades que presenta el aprovechamiento de las economías resultantes de la simplificación, normalización y especialización se deben al hecho de que los consumidores exigen — o al menos así se cree — una variedad de productos, lo que puede hacer peligroso el « echar toda la carne en el asador ». Una empresa que se concentre en la fabricación de un producto o de una reducida serie de productos, con exclusión de todos los demás, y cuyas instalaciones estén concebidas exclusivamente para este fin, puede adquirir eficiencia técnica a costa de una pérdida de flexibilidad y de capacidad de adaptación a los caprichos de la moda o a las condiciones del mercado. Una política de producción que pudiera dar los mejores resultados en un mercado perfectamente estable y seguro puede no darlos en las condiciones de incertidumbre que prevalecen efectivamente. 1 NACIONES UNIDAS, Comisión Económica para Europa : The European Steel Industry and the Wide-Strip Miü, documento 1953.II.E.6 (Ginebra, 1953), pag. 59.

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La situación depende en gran parte de la naturaleza del producto y de la demanda de que es objeto. Para muchos productos, especialmente respecto de los bienes de consumo, se justifica plenamente una gran variedad. Sin embargo, debe recordarse que, especialmente si se trata de un vasto mercado nacional, la especialización y normalización de la producción no son incompatibles con la oferta variada de productos a los consumidores, ya que las diversas fábricas pueden especializarse en la producción de diferentes variedades. En segundo lugar, una sola empresa puede, sin reducir la gama de sus productos acabados, intensificar notablemente la simplificación y normalización de las piezas sueltas, utillaje y procedimientos de fabricación, y tercero, los productores pueden hallar a menudo que vale la pena dedicar esfuerzos especiales a persuadir a los clientes, no sencillamente a que compren más, sino, además, a que concentren su demanda en una serie de productos más limitada 1 . DISEÑO INDUSTRIAL

Los problemas técnicos de la ejecución de diseños, que varían enormemente de una rama a otra de las industrias mecánicas, no pueden exponerse en el presente informe, pero huelga decir que las medidas que se adopten en este terreno pueden aportar una gran contribución al aumento de la productividad. La simplificación de los diseños figura entre las medidas recientemente tomadas por determinadas empresas en algunas industrias para aumentar la productividad. No menos importantes que las cuestiones puramente técnicas son los problemas administrativos que plantea una estrecha colaboración entre los departamentos encargados respectivamente de las ventas, del diseño industrial y de la producción. Corresponde al departamento de ventas establecer el inventario de necesidades de los consumidores en el terreno en que la empresa compita o trate de competir, incumbiendo, por otra parte, a los proyectistas, en estrecha colaboración con el departamento de producción, el satisfacer tales necesidades utilizando el menor número posible de modelos. Dado que las dificultades de producción pueden reducirse sustancialmente con frecuencia si en la ejecución de los diseños se tienen pre1

Véanse págs. 113 y siguientes.

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sentes desde el principio los problemas del taller, parece conveniente, siempre que ello sea posible, destinar un ingeniero de la producción al servicio de diseño industrial en calidad de asesor o agente de enlace. Es fundamental concentrarse, sin hacer concesiones, en las cosas esenciales, pero también se ha de estar dispuesto a sacrificar todo elemento de los diseños1 que no sea absolutamente necesario a fin de ajustarse a las normas . Es también importante que el personal encargado de la ejecución de diseños industriales y del establecimiento de programas esté informado del costo de los diferentes equipos y materiales empleados, a fin de que pueda concebir los métodos y los modelos de herramientas más económicos. Puede presentarse a veces la oportunidad de una cooperación más estrecha con los consumidores cuando se proyectan los productos, cooperación que puede a menudo conducir a una modificación de los diseños que reduzca los costos y los precios. La cooperación estrecha con la clientela puede ser especialmente importante al proyectar máquinas-herramientas, y en algunos países parece conveniente que los proyectistas de máquinas-herramientas visiten las fábricas que las utilizan para informarse sobre el terreno de los problemas que surgen al hacerlas funcionar. Finalmente, así como en una fábrica bien dirigida se fijan fechas límite para cada fase de la producción, igualmente deben fijarse para los proyectos y las etapas que preceden a la producción. ESTUDIO DEL TRABAJO

El estudio del trabajo, tal como se ha desarrollado en algunos países, comprende dos técnicas complementarias entre sí : a) estudio de los métodos de la producción (análisis detallado de los métodos de la producción aplicados o en proyecto), y bj medida del trabajo (evaluación detallada del contenido de trabajo requerido para una labor definida). Ambas técnicas pueden aportar importantes contribuciones al aumento de la productividad 2 . El estudio de los métodos puede permitir 1

Steel Founding, op. cit., pág. 39. En un reciente informe sobre los progresos de la industria de hilados y torzales de algodón en el Reino Unido se expone que la Junta del Algodón y las escuelas técnicas han prestado un servicio inapreciable al enseñar la aplicación de los métodos de estudio del trabajo. El número de fábricas que aplican estos métodos se ha s

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la mejora de la disposición de las fábricas y lugares de trabajo, del diseño del utillaje, del ambiente de trabajo, la simplificación de las tareas y la disminución del cansancio ; asimismo, dicbo estudio puede dar por resultado la utilización más racional de los materiales, instalaciones y mano de obra. La medida del trabajo puede también facilitar la planificación y control de la producción y la dotación óptima de trabajadores en la fábrica, así como la obtención de índices sobre el rendimiento de los trabajadores y servir de base para el control de los costos de la mano de obra y, en condiciones adecuadas, para la implantación de sistemas de remuneración por rendimiento. El procedimiento fundamental de estudio de los métodos ha sido analizado en la forma siguiente x : Seleccionar el trabajo que ha de estudiarse ; registrar todos los datos pertinentes del método empleado (o proyectado) ; examinar esos datos por orden y hacer un análisis crítico ; establecer el método más práctico, económico y eficaz, teniendo en cuenta todas las eventualidades ; generalizar ese método como norma práctica ; hacer observar esa norma mediante verificaciones regulares. La medida del trabajo se desprende del estudio de los métodos. Es evidentemente una pérdida de tiempo calcular el contenido de trabajo de una tarea antes de estar seguro de que el método es satisfactorio, a menos que dicho contenido sea un importante factor para determinar el método. Es lamentable que muchos hayan llegado a creer que el único objeto de la medida del trabajo es el de procurar una base para establecer sistemas de primas por rendimiento. Es cierto que la medida del trabajo constituye la mejor base conocida para establecer sistemas para fomentar la productividad, pero el objetivo primordial es el de determinar la dotación óptima de trabajadores de la fábrica elevado de 84 en 1949 a 141 en 1952, número que representa hoy alrededor del 30 por ciento del total de fábricas. Según dicho informe, en una fábrica, el estudio del trabajo ha conducido a un aumento del 30 por ciento de la productividad en los talleres de carda y torcido, y a un descenso del 14 por ciento en el costo del cardado y del 10 por ciento en el del hilado (A.A.C.P. : Cotton Faces the Fviure, Londres, 1952). También la industria británica del vestido está aplicando en forma creciente las técnicas de estudio del trabajo. El Consejo de Fomento de la Industria de la Confección ha organizado con gran éxito un curso de estudio del trabajo para dar una formación intensiva a los jefes de taller y directores de fábrica de esta industria. (Véase A Review of Productivity in the Clothing Industry, op. cit., pág. 9.) 1

BRITISH INSTITUTE OF MANAGEMENT : Work Study, Production Management

Series, No. 2 (Londres, 1951), pág. 13.

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y el de mejorar la planificación y el control, práctica que se extiende cada día más en los Estados Unidos 1. U n a u t o r alemán indica, en el pasaje que sigue, las formas en que la medida del t r a b a j o puede contribuir a a u m e n t a r la productividad : El análisis del contenido de trabajo, utilizado con objeto de evaluar una tarea, puede también conducir a la racionalización más intensificada de la producción. Los trabajos que necesiten un gran esfuerzo físico pueden simplificarse o modificarse ligeramente, de suerte que requieran menos esfuerzo y pueda lograrse mayor rendimiento. Los trabajos que exijan una elevada competencia y una larga experiencia profesional podrán igualmente mecanizarse y simplificarse en determinadas condiciones, a fin de 2poder disponer para otras tareas de una mano de obra competente . L a técnica fundamental de la medida del t r a b a j o es el estudio de los tiempos : Si se sigue estrictamente el procedimiento adecuado para el estudio de los tiempos, serán pocas las dificultades que surjan al aplicarlo al trabajo de repetición. Desgraciadamente, una técnica es una cosa, y otra su aplicación. En consecuencia, el estudio de los tiempos ha adquirido una mala reputación, debido por completo a la forma descuidada, incluso poco honrada, en que a veces se ha aplicado. Los estudios de los tiempos no pueden nacerse precipitadamente... Minuciosidad, paciencia y probidad son los factores indispensables para lograr estudios satisfactorios de los tiempos : minuciosidad al tener en cuenta todos los factores, paciencia para efectuar largos estudios y probidad para interpretar los resultados 3. E l estudio de los tiempos se circunscribe principalmente al t r a b a j o que implica u n a repetición de u n a misma serie de movimientos, pero h a de recurrirse a otros medios p a r a d e t e r m i n a r el contenido de trabajo de u n a t a r e a que no sea de repetición. E n t r e tales medios figuran las técnicas de « síntesis obtenida de datos elementales » y de « evaluación analítica ». H a n quedado 1 Work Study, op. cit., pág. 11. Véase también Internal Combustion Engines, op. cit., pág. 10 : « El principio de la medida de las normas del trabajo es uno de los instrumentos más eficaces de la dirección de las empresas estadounidenses. El rendimiento de cada trabajador, ya sea por pieza o por jornada, y tanto si trabaja solo como en grupo, se compara a diario con el tiempo normal previsto para la tarea. E l no realizar el trabajo en el tiempo fijado indica inmediatamente la existencia de herramientas inadecuadas, desviación de los métodos adecuados, materiales defectuosos, etc. Algunas fábricas dividen estas causas en tres categorías : mano de obra, máquinas y materias primas. » 2 Josef W I B B E : Entwicklung, Verfahren und Probleme der Arbeitsbewertung (Munich, 1953), pág. 120. 3 Work Study, op. cit., pág. 17. Respecto de una buena exposición de los tipos de perjuicios que con más frecuencia provoca el uso inadecuado de técnicas de medida del trabajo, véase Samuel G. YULKE : « Incentive and Work Standard Grievances », Production Policies for Increased Output, Production Series, No. 169 (Nueva York, American Management Association, 1947), págs. 27-36.

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descritas estas técnicas en la publicación del Instituto Británico de Organización Científica del Trabajo de la que se han tomado las citas anteriores. Las dificultades que se oponen a la utilización de las técnicas de estudio del trabajo en la industria son de orden económico, técnico y psicológico. En primer término, si el estudio a fondo del trabajo resulta costoso, es posible que los industriales juzguen que los resultados no justifican los gastos. Otra dificultad económica, al menos en parte, es que en la mayoría de los países, especialmente en los insuficientemente desarrollados, no se dispone en número suficiente de personas con los conocimientos necesarios para emprender el estudio del trabajo. La asistencia técnica otorgada a los países insuficientemente desarrollados y los programas especiales de formación profesional pueden allanar en parte esta dificultad 1 . En segundo lugar, no puede pretenderse que todos los problemas técnicos que plantea el estudio del trabajo, especialmente el relativo a la medida del trabajo, han quedado satisfactoriamente resueltos 2. El estudio de los tiempos, siendo de todos los métodos el más adecuado para proceder a la medida del trabajo, no es en modo alguno una técnica perfectamente objetiva para calcular el contenido de trabajo de una tarea determinada. Intervienen elementos subjetivos al enjuiciar la labor de cada trabajador, así como al evaluar el margen de tiempo correspondiente a la fatiga y otros elementos incluidos en las normas de tiempo. Dos especialistas del estudio de los tiempos podrán llegar a distintos resultados sobre la base de la observación de los mismos trabajadores en idénticas condiciones. Los resultados pueden diferir aun más si se basan en la observación de diferentes trabajadores. Se estima, sin embargo, que una formación apropiada de los especialistas dedicados al estudio de los tiempos permite reducir esas diferencias a un pequeño margen. Para juzgar convenientemente las limitaciones y la utilidad de la medida del trabajo se necesita proceder a otras investigaciones y efectuar una comparación y verificación muy amplias de las normas establecidas por diferentes especialistas, que 1

Véanse págs. 152-155. Véase, por ejemplo, T. A. RYAN : « La fatiga y el esfuerzo en sus relaciones con las normas de rendimiento », publicado en Revista Internacional del Trabajo, vol. XLV, num. 1, enero de 1952, pág. 44. 2

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hayan empleado procedimientos distintos. Estas investigaciones se realizan en forma continuada y es de esperar que, aun cuando nunca se logre dar con técnicas perfectamente objetivas para calcular el contenido de trabajo de una tarea determinada, se hagan nuevos progresos para vencer otras dificultades técnicas. A condición de efectuarlo teniendo bien presentes sus limitaciones, el estudio del trabajo es ya una técnica extraordinariamente útil cuya importancia irá aumentando en lo futuro. Aun más importantes que las dificultades económicas y técnicas con que se tropieza para utilizar eficazmente el estudio del trabajo son las dificultades psicológicas. No obstante, el estudio de estas dificultades figurará más apropiadamente en el capítulo siguiente. POLÍTICA DE PRECIOS Y SENTIDO COMERCIAL

Se ha afirmado que muchos de los factores que influyen sobre la productividad industrial, tales como el volumen de capital por trabajador, el tamaño de las fábricas, las posibilidades de simplificación y normalización y el grado de utilización de la capacidad de producción, están condicionados a su vez por la importancia y naturaleza del mercado. ÏTo quiere esto decir, sin embargo, que dichos factores estén exclusivamente determinados por los relativos al mercado. Aun en las presentes condiciones de este último, puede con frecuencia aumentarse la productividad mediante la instalación de bienes de producción suplementarios, la ampliación de las operaciones, la aplicación de programas de trabajo más regulares o reduciendo la variedad de los productos. Más importante es quizás el hecho de que ningún industrial emprendedor se contenta con aceptar el mercado tal y como es. La importancia de un mercado depende en parte de los precios de venta practicados. Sería interesante determinar hasta qué punto el grado de mecanización y especialización que ha alcanzado la industria estadounidense es la consecuencia o la causa de la importancia del mercado de los Estados Unidos. La historia de la industria del automóvil en este país ofrece un ejemplo característico de cómo explotar nuevas fuentes de demanda ofreciendo en el mercado productos a más bajo precio, hecho que, a su vez, permite que la producción alcance mayor volumen, con las consiguientes economías, como resul-

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tado de una utilización más intensa de las máquinas, de períodos más largos de fabricación de un mismo modelo y de un empleo más racional de la mano de obra. Al parecer, se ha estudiado menos la forma en que se ha desarrollado la especialización en los Estados Unidos que el modo como esta especializaron se aplica. La importancia del mercado para una empresa o para una industria no depende solamente de los precios, sino, además, del sentido comercial de dicha empresa o industria ; el arte de presentar los productos y las técnicas comerciales representan sin duda un papel muy importante en el aumento de la productividad. Es posible a menudo, como ya se ha dicho, persuadir a los clientes no simplemente de que compren más, sino de que concentren sus pedidos en una serie más restringida de productos. Los autores del informe, ya citado, sobre la simplificación en la industria, presentado por el Consejo Anglo-Americano de Productividad, insisten en la importancia de los estudios acerca del mercado para ayudar a los productores a reducir la variedad sin desalentar a la clientela. No creen que la simplificación signifique para el consumidor posibilidades insuficientes de elección, y señalan que la mayor concentración por parte de un productor determinado en una serie de modelos más reducida no significa en sí necesariamente una disminución en la variedad del conjunto de artículos ofrecidos. Cada productor tiene plena libertad para decidir acerca de los productos que quiera fabricar, y la existencia de una demanda suficiente de un artículo determinado garantizará la oferta. No hemos hallado razón alguna para suponer que el consumidor estadounidense se oponga a la política de simplificación. Al contrario, estamos persuadidos de que el consumidor aprecia y espera las ventajas que de ello se derivan, es decir, precios más bajos y mayores cantidades disponibles \ Tampoco hallaron dichos autores ninguna justificación de la opinión según la cual la producción en serie hace bajar la calidad, siendo más bien lo contrario lo que ocurre. En el informe sobre simplificación en la industria británica, presentado por el Consejo Anglo-Americano de Productividad, se hace referencia al hecho de que los vendedores insisten con frecuencia en que se produzcan artículos suplementarios, como Simplification

in Industry,

op. cit., pág. 9.

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medio de aumentar las ventas, a pesar de que el servicio de ventas y el de producción no coincidan a este respecto. Esta dificultad real y efectiva sólo podrá resolverse si la alta dirección se interesa más en la coordinación de las políticas de venta y de producción. Los autores de dicho informe añaden que la inexactitud en los cálculos de los precios de costo da lugar a gran parte de la innecesaria variedad de productos. Mayor exactitud a este respecto, que se reflejará en los precios de venta, sería un factor determinante en la eliminación de toda variedad superflua. Los autores son favorables al principio, en apariencia más común en los Estados Unidos que en el Beino Unido, de desalentar los pedidos especiales mediante aumentos en los precios. Otras misiones de productividad estimaron también que podrían rebajarse más los precios para estimular los pedidos de importancia 1. Además de las diferencias de precios, pueden ofrecerse otros incentivos, tales como entregas rápidas, servicio eficaz de conservación y aprovisionamiento fácil de piezas de repuesto, para inducir a los clientes a que acepten modelos-tipo. La labor de persuadir a los consumidores a que renuncien a preferencias irracionales por la variedad y a que concentren su demanda en una serie uniforme de productos es desde luego más difícil para una empresa o industria que produzca en gran parte para la exportación que para otras que lo hagan primordialmente para el consumo nacional, y puede probablemente ser imposible simplificar y normalizar la producción en el mismo grado en el caso de las primeras que en el de las segundas. La importancia relativamente más grande de la producción para la exportación en el Reino Unido, Suiza y muchos otros países europeos es indudablemente una de las razones por las que el proceso de simplificación en muchas actividades ha progresado menos que en los Estados Unidos. Aun cuando al producir para la exportación se deben tener en cuenta las necesidades variables de los diferentes mercados extranjeros, existen posibilidades para persuadir decisivamente a los compradores extranjeros a que acepten los productos de la fabricación normalizada y para orientar el arte de la venta hacia tal fin. Educar al consumidor para que acepte una serie limitada de productos es una labor que, aun siendo muy difícil, bien vale la pena 1

Véase, por ejemplo, Steel Founding, op. cit., pág. 39.

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AUMENTO DE LA PBODUCTIvTDAD

de emprender. Se admite generalmente que en muchas esferas de actividad existen posibilidades de hacer mayores progresos en este sentido 1. Es quizás también posible aumentar la productividad si se persuade al consumidor, por medio de habilidad comercial y de incentivos financieros, a que suavice las fluctuaciones estacionales de la demanda que impiden la utilización máxima de la capacidad de producción.

1 Simplification in British Industry, op. cit., pág. 7. El Sr. James Silberman. de la Oficina de Estadísticas del Trabajo de los EE.UU., después de visitar 120 establecimientos industriales franceses ha manifestado que « la solución del problema de educar a la clientela está aún por resolverse en Francia. En Europa no se sabe lo que es ' educar al cliente '. En los Estados Unidos se realiza esta labor, difícil en sí, pero los resultados ya obtenidos justifican el esfuerzo necesario ». (Citado en L'Usine nouvelle, año 6, núm. 46, 16 de noviembre de 1950, pág. 21.)

CAPÍTULO VI

CUESTIONES DE PERSONAL

E n el presente capítulo se estudian varias cuestiones concernientes a la mano de obra, a saber : cooperación obreropatronal, política de empleo, selección y colocación, formación profesional, reclasificación y ascensos, inspección, estudio y simplificación del trabajo, auxiliares de los trabajadores calificados, política de salarios, horas de trabajo, número de turnos, condiciones de trabajo y servicios sociales, seguridad industrial e higiene en el trabajo, absentismo y movimiento de la mano de obra. El éxito de la aplicación en una empresa de medidas relativas a estas cuestiones, tendientes a lograr los más altos niveles posibles de productividad, no sólo depende del « medio ambiente psicológico », es decir, de la actitud general de los trabajadores y de los empleadores, sino, además, y más específicamente, de los servicios encargados de las cuestiones de personal y de las relaciones con los trabajadores. En un pequeño taller, el empleador puede tratar directamente con sus empleados ; pero en las grandes empresas, dada la creciente complejidad de la organización industrial, los servicios o departamentos de personal resultan indispensables para resolver problemas de todas clases que dependen de la política general adoptada por la dirección. En muchos países existe una necesidad evidente de personas calificadas, por su formación y experiencia profesionales, para que actúen como asesores en la formulación de la política de personal de una empresa, para hacer comprender y aplicar esta política en todos los planos de la organización y para encargarse de las medidas necesarias de ejecución. En las grandes empresas, la organización de un servicio o departamento de personal, confiada a empleados que le dediquen la jornada completa de trabajo y que estén especializados en

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AUMENTO DE I 4 PRODUCTIVIDAD

estas cuestiones, es un problema complejo que merece estudiarse con atención. Los problemas específicos de la administración del personal se estudiarán más adelante a propósito de las diferentes cuestiones que se tratan en este capítulo. Bastará, por el momento, sentar un principio general : La clara definición de las funciones y estatuto del servicio de personal adquiere toda su importancia en lo que se refiere a las relaciones de este servicio con los demás departamentos de la empresa. Estas funciones y las relaciones diarias de trabajo con otros departamentos deben ser tales que permitan al servicio de personal cumplir plenamente con su misión respecto de las condiciones de trabajo, las normas de contratación, servicios sociales y otras cuestiones de la misma naturaleza. COOPERACIÓN OBKEKOPATKONAL X

Se reconoce generalmente que los esfuerzos tendientes a aumentar la productividad en una empresa no darán grandes resultados si no se cuenta con la cooperación de los trabajadores. Existen varias formas de lograr este apoyo, y la menos radical de entre ellas consiste en dar a los trabajadores y a sus representantes una información adecuada acerca de la marcha de la empresa, especialmente sobre cualesquiera cambios que la dirección se proponga introducir, explicándoles las razones de tales innovaciones. Son varios los medios de que se dispone para este fin, contándose entre ellos los contactos personales de tipo oficioso, reuniones, gráficos, carteles, boletines de información de la empresa, folletos y circulares. Muchas compañías consideran que los capataces y representantes sindicales son el más eficaz medio de comunicación en la mayoría de los casos ; son, en efecto, los intermediarios menos convencionales y oficiales los más personales. Sin embargo, esta comunicación en un solo sentido presenta diversos defectos : primero, porque no siempre se comprende la información facilitada, a menos de discutirla y de eliminar las malas interpretaciones, y, segundo, porque se informa simplemente a los trabajadores de lo que ocurre sin darles 1 Véase La colaboración en la industria, op. cit., que contiene una extensa bibliografía. Véanse también Relaciones humanas en las empresas de las industrias mecánicas, op. cit., y E. DAYA : « Relaciones humanas en la industria », publicado en la Revista Internacional del Trabajo, vol. XLV, num. 5, mayo de 1952, paga. 604-626.

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ocasión alguna de que expresen sus opiniones y observaciones. Se va comprendiendo cada día más que los medios de comunicación, si han de cumplir su cometido eficazmente, deben funcionar en ambos sentidos. Así, mientras las órdenes y explicaciones se comunican a todos, la dirección recibe a su vez las informaciones, quejas y opiniones mediante algún procedimiento convenido de antemano. Sólo en esta forma tendrá el trabajador la impresión de que participa efectivamente en la vida de la empresa. Cada empresa debe determinar por sí misma los medios de establecer una comunicación eficaz en ambos sentidos, según sus circunstancias particulares. Con frecuencia, no será necesario crear para tal objeto un nuevo sistema. Los organismos especiales de cooperación obreropatronal no están muy extendidos en los Estados Unidos de América 1, pero, según los informes de las diferentes misiones de productividad, existen en la mayoría de las ramas de la industria norteamericana sistemas eficaces de comunicación en los dos sentidos, así como una gran libertad de expresión, tanto por conducto de los sindicatos como mediante contactos personales de tipo oficioso en todos los planos de la empresa. Por ejemplo, la misión británica de hilados de algodón observó que : Se admite generalmente el principio de que todo asalariado tiene derecho a saber lo que la empresa hace, por qué lo hace y cómo lo hace... Se emplean varios medios a tales efectos... üío obstante, en casi todas las fábricas visitadas, un sistema especial permitía satisfacer el natural deseo de los trabajadores de mantenerse al corriente. La dirección está convencida de que esto contribuye a mejorar la calidad del trabajo y a desarrollar el sentido de la responsabilidad 2. Se pueden procurar a los trabajadores otros medios para que expresen sus opiniones y participen en las decisiones. Los sistemas de sugestiones, en virtud de los cuales se anima a los trabajadores a que presenten sugestiones y se les recompensa por las propuestas útiles, se han adoptado extensamente en las industrias estadounidenses. Su aplicación va generalizándose en otros países, y así desempeñan un importante papel en los programas actuales para elevar la productividad en las 1 Véanse E. DALE : Greater Productivity through Labor-Management Co-operation (Nueva York, American Management Association, 1949), y P. WAHNE : Les syndicats aux Etats-Unis, Cahiers de la Fondation nationale des sciences politiques, núm. 22 (Paris, Armand Colin, 1951), pags. 144-145. 2 A.A.C.P. : Cotton Spinning (Londres, 1950), pág. 16.

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fundiciones francesas, y han sido adoptados en la mayoría de las empresas de la industria francesa de construcciones eléctricas, donde, al parecer, han conducido, en algunos casos, a soluciones muy originales 1 . Estos sistemas están también muy extendidos en Alemania y Suiza 2. Un autor alemán 3 aconseja la aplicación de los siguientes para lograr resultados satisfactorios a este respecto : mostrar ejemplos de progresos significativos de la productividad obtenidos por la adopción de mejores métodos de trabajo ; recordar la importancia que el trabajador concede a sus propias propuestas y contestarle inmediatamente después de que las haya enviado ; constituir un comité mixto para que juzgue las sugestiones y fije la recompensa cuando las considere aceptables ; entrega de la recompensa al autor de la proposición, acompañada de cierta ceremonia, y dar amplia publicidad a las sugestiones aceptadas. Cuando las relaciones de trabajo son malas, los obreros suelen abstenerse de formular sugestiones, para que no se piense que tratan de adular a la dirección ; o puede haber escasas respuestas como resultado de una apatía general, mientras que los buzones destinados a depositar las sugestiones se convierten en receptáculos de quejas más o menos triviales. Al igual que otros medios para lograr la cooperación obreropatronal, los sistemas de sugestiones dan buenos resultados cuando el medio ambiente es bueno, y malos en uno poco favorable. Las recompensas por las sugestiones que permitan hacer economías considerables deben ser de cuantía importante, y cuando dichas sugestiones son rechazadas, la dirección debe darse el trabajo de explicar por qué no se pueden aceptar. Se ha indicado que algunas fundiciones francesas han convenido en conceder pequeñas primas por cualquier sugestión de valor, aunque ésta no pueda adoptarse. Otra forma de participación de los trabajadores, a la que se ha concedido creciente atención en los últimos años, es la 1

ASSOCIATION FRANÇAISE POUR L'ACCROISSEMENT D E LA PRODUCTIVITÉ :

La

productivité en action dans la construction électrique (Paris, 1951), pâgs. 9, 11 y siguientes. 2 Respecto de la descripción de un experimento realizado en la fábrica Robert Bosch, véase « Mitdenken lohnt sich », Bosch-Zünder (publicación de Robert Bosch GmbH), marzo de 1950, pâgs. 37 y siguientes. Véase también Werner P E T E R : Das Vorschlagswesen (Berna, 1946). Estas dos obras son citadas por L. H . Adolph G E C K : Soziale Betriebsführung (Essen, W. Girardet, 2.a edición, 1952), pág. 224. 3 Heinz O. H E Y E R : Arbeitsvereinfachung. Methoden zur Produktivitätssteigerung durch innerbetriebliche Zusammenarbeit (Heidelberg, Quelle und Meyer, 1952), paga. 73 y siguientes.

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de dar la posibilidad a los representantes de los trabajadores para que participen en las operaciones técnicas de estudio de los tiempos y de los movimientos y de evaluación de las tasas de salarios 1 . Los tipos de cooperación expuestos hasta ahora no requieren necesariamente la creación de organismos paritarios de carácter oficial. Sin embargo, el establecimiento de tales organismos puede ser la forma más adecuada para lograr una comunicación regular en ambos sentidos, para aplicar los sistemas de sugestiones y para fomentar otras formas de cooperación. En estos últimos años se ha observado en muchos países un notable desarrollo de organismos especiales — comités o consejos de empresa, comités mixtos de producción, comités obreropatronales, etc. — de consulta y cooperación entre los trabajadores y la dirección de las empresas. El propósito fundamental de estos organismos es lograr el pleno reconocimiento de la importancia del elemento humano en la industria, que los trabajadores tengan la impresión de que se les tiene en cuenta en su calidad de hombres y despertar en ellos mayor interés por el funcionamiento general de la empresa a que pertenecen. Otro de los objetivos perseguidos es el de incrementar la productividad. Estos dos objetivos se hallan íntimamente relacionados, ya que uno de los factores más importantes que influyen sobre la productividad es el medio ambiente que reine en la empresa. En 1952, la Conferencia Internacional del Trabajo declaró en una resolución que « ... la consulta y la colaboración fundadas sobre una base de mutua confianza aportan una contribución esencial a la eficiencia y a la productividad de la empresa » 2 . Estos organismos facilitan la ocasión de discutir cuestiones relativas a la mejora de los métodos de producción, la seguridad industrial, la higiene en el trabajo, los servicios sociales, la utilización más eficaz del tiempo de trabajo, la reducción del absentismo, la economía de materias primas, etc. A veces, como ocurre en Suecia y Noruega, se han creado comités con objeto de asociar a los representantes de los trabajadores a la racionalización de la producción y al estudio de los tiempos y de los movimientos. 1

Véanse págs. 161-163. Resolución sobre la consulta y la cooperación entre empleadores y trabajadores en el ámbito de la empresa, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 35.» reunión, Ginebra, 1952 (O.I.T. : Boletín Oficial, vol. XXXV, num. 2, 15 de agosto de 1952, págs. 97-98). 2

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AUMENTO DB LA PEODUCTIVIDAD

Es prematuro todavía emitir un juicio general sobre los resultados de los comités de empresa y otros organismos similares 1 . Efectivamente, los resultados obtenidos varían considerablemente, no tanto de un país a otro como de una a otra empresa 2. En los países en donde los comités de empresa han sido instituidos obligatoriamente en virtud de disposiciones legislativas, los deseos del legislador quedan a veces defraudados por la pasividad u oposición de las personas directamente interesadas. Una cosa es que la ley prescriba este género de colaboración y otra que si los empleadores y los trabajadores sustentan opiniones diferentes sobre la forma que ha de darse a su colaboración o respecto del principio de la misma es evidente que cualquier organismo consultivo correrá el riesgo de ser casi totalmente ineficaz. En Francia, por ejemplo, se reconoce en general 3 que si algunos comités se han mostrado menos activos de lo que pudieron haber sido, dados los poderes que la ley les confiere, ha de hallarse la explicación, en algunos casos, en la actitud de ciertos empleadores que, no deseando en modo alguno el establecimiento de comités de empresa, han aceptado simplemente esta iniciativa porque no podían eludirla. Pero ha de reconocerse también que esta actitud habría sido probablemente menos frecuente entre los empleadores si los trabajadores no hubieran intentado algunas veces servirse de los comités de empresa para fines políticos. Así, la discusión está predestinada a ser inútil, o incluso peligrosa, cuando básicamente se carece de confianza y de un acuerdo de principio. Aunque algunos comités hayan logrado poco y, en algunos casos, absolutamente nada, sería erróneo por completo llegar a la conclusión de que la creación de los comités de empresa 1 En las páginas siguientes, el término « comité de empresa » se utiliza en sentido amplio para describir cualquier comité o consejo paritario cuyo objeto principal sea el fomento de la cooperación entre empleadores y trabajadores dentro de la empresa. 2 Por ejemplo, de las 40 empresas belgas que habían establecido comités de empresa (conseils d'entreprise) antes de que la ley obligara a hacerlo, 12 de ellas indicaron, en respuesta a un cuestionario de la Federación de Industrias Belgas, que estos comités habían logrado un aumento de la productividad ; 17 contestaron que habían mejorado el medio ambiente ; 19, que habían dado lugar a la cooperación en forma de sugestiones, y 18, que el fruto de esos comités había sido la mejora de las relaciones entre la dirección y los trabajadores (véase FÉDÉRATION DES INDUSTRIES BELGES : Béalisations sociales dans l'industrie belge, Bruselas, 1950, pág. 50). 3 Véase « L'expérience des comités d'entreprises », Droit social (París), año 15, núm. 1, enero de 1952, págs. 14-33; núm. 2, febrero de 1952, págs. 92-104, y núm. 3, marzo de 1952, págs. 163-179.

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ha sido un fracaso en Francia. Los datos informativos compilados por los inspectores del trabajo, especialmente en las regiones más altamente industrializadas, han permitido llegar a la conclusión de que : Los resultados obtenidos se hallan lejos de ser insignificantes y son susceptibles de ampliación. En efecto, puede basarse razonablemente una opinión optimista sobre el hecho de la eficacia ya lograda por algunos comités y el valor de conjunto de las realizaciones efectuadas 1. El Ministerio del Trabajo de Francia ha hallado que muchos comités « que no ejercen plenamente sus prerrogativas legales, hacen muestra, sin embargo, de considerable actividad », y que algunos otros « están asumiendo plenamente y en forma satisfactoria sus funciones, proceden al estudio de importantes problemas técnicos y contribuyen así a un espíritu de cooperación » 2. Puede decirse, en consecuencia, que ya se han obtenido resultados positivos. Por el hecho de que la legislación no sea por completo satisfactoria no deben subestimarse los resultados que ha permitido alcanzar. Al parecer, estos resultados positivos se han logrado siempre que los empleadores y trabajadores han respetado fielmente los propósitos perseguidos en la legislación, y cuando los comités de empresa han podido actuar animados del espíritu con que se previo que funcionaran. En la mayoría de los casos, su éxito ha dependido de la buena voluntad de ambas partes. Al parecer, también en otros países — en Israel, por ejemplo, donde existen comités paritarios de productividad desde 1951 en las empresas que emplean más de 50 trabajadores — estos comités han ejercido una influencia estimuladora en el aumento de la productividad. En los países escandinavos, aunque las opiniones personales varían, se admite generalmente que los comités de empresa constituyen un excelente medio para garantizar dicha cooperación y para mejorar la producción y que mediante este sistema se han conseguido resultados decisivos 3 . Lo que importa 1 a L'activité des comités d'entreprises depuis 1950 », Revue française du travail (París), año 6, núms. 10-12, octubre-noviembre de 1951, pág. 523. 2 Ibid., págs. 521-522. 3 Tal fué la opinión de una asamblea de empleadores, trabajadores manuales y empleados daneses, finlandeses, noruegos y suecos, celebrada en Estocolmo en noviembre de 1950 (véase La colaboración en la industria, op. cit., págs. 48-55). Véase también Företagsnämndema, núm. 2, agosto de 1953, págs. 1-13, respecto de un estudio efectuado, desde el punto de vista sindical, de las actividades de los comités de empresa en Suecia en 1952, y en el que figuran estadísticas del número

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en estos casos es que las empresas observen la obligación de suministrar a los comités de empresa datos relativos a los problemas económicos y técnicos que se plantean a las empresas. En Noruega y Suecia, de conformidad con los acuerdos sobre el estudio de los tiempos, los representantes de los trabajadores participan en la adopción de medidas para racionalizar la producción. En el Reino Unido, en el informe anual correspondiente a 1952 del Ministerio del Trabajo y Servicio Nacional 1 se indica que, aun cuando durante el año de referencia el Ministerio siguió estimulando el desarrollo de las consultas paritarias, fueron pocos los nuevos comités mixtos creados ; otros, que habían existido durante cierto tiempo, cesaron de funcionar y un buen número de ellos « funcionaban aparentemente en forma algo inconstante ». A juicio del Ministerio, esta evolución no es signo de estancamiento, sino más bien de cambio de orientación. Son muchas las empresas que prestan hoy día una atención creciente a métodos de consulta menos formalistas, sirviéndose para ello de grupos de discusión, de reuniones regulares del personal de dirección en las que participa el personal dirigente de talleres, y de conferencias en las que toma parte todo el personal. Asimismo, en la Alemania occidental y en los Países Bajos se ha prestado recientemente gran atención a los medios de crear y mantener un medio ambiente psicológico favorable en las empresas. Así, en Alemania se está estudiando extensamente la llamada sociología de la fábrica, con objeto de reformar las relaciones entre el trabajador y la dirección, partiendo de la idea de que ambos son miembros de la misma comunidad de producción y no antagonistas, o incluso socios, que tienen intereses económicos distintos 2. Heyer recomienda los siguientes principios respecto de las relaciones con el personal de la empresa : Permanezca dueño de sí mismo y no se altere jamás. Dé a sus empleados la ocasión de que merezcan elogios y consideración. Si de comités en existencia en varias industrias, de la periodicidad de las reuniones y del número de comités en cada industria que los miembros trabajadores consideran que han tramitado satisfactoriamente asuntos tales como el suministro de información adecuada a los trabajadores, los sistemas de sugestiones y los problemas de mano de obra excedente. 1 Londres, H.M. Stationery Office, Cmd. 8893, 1953, pág. 123. 2 Véanse, por ejemplo, GECK, op. cit., y Ernst MICHEL : Sozialgeschichte der industriellen Arbeitswelt, ihrer Krisenformen und Oestaltungsversuche (Francfort del Meno, Josef Knecht, 3.a edición, 1953).

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las censuras son necesarias, formúlelas con tacto y mencione también los aspectos positivos. El buen humor crea un ambiente más flexible. Escuche atentamente a sus empleados para comprender exactamente lo que desean. Explique el trabajo que ha de hacerse en forma tal que todos puedan entenderle. Considere los intereses de sus empleados exactamente igual que los suyos propios 1. La experiencia adquirida en algunos países confirma el criterio de que el medio ambiente en que se desarrollan las relaciones de trabajo en la empresa es más importante que cualquier medio, procedimiento o técnica para fomentar la cooperación entre los trabajadores y la dirección. Si existe un deseo fundamental de cooperar, se crearán organismos apropiados para satisfacer las necesidades expresadas. Cuando, por el contrario, el sentimiento básico es de desconfianza, el organismo de cooperación más cuidadosamente concebido no dará resultado alguno e incluso podrá dar lugar a nuevos conflictos. El que un sistema u organismo determinado dé buenos resultados en una empresa no quiere decir que puede aplicarse satisfactoriamente si se introduce en otra parte en donde no existan quizás las condiciones necesarias para su éxito. Como un empleador ha escrito : La primera condición de éxito depende de la actitud de la alta dirección. A menos que la dirección respete a sus empleados como a seres humanos y desee sinceramente atraer su entusiasmo, las instituciones y procedimientos empleados resultarán estériles. Los sistemas de consulta no deberán considerarse como concesiones, sino como medios para averiguar lo que los trabajadores piensan y para hacerles comprender los problemas y puntos de vista de la dirección. Si el espíritu que reina es bueno, el resto es sólo un problema de organización y de método 2. No es sólo importante la actitud de la dirección ; no existirá el espíritu de colaboración a menos que los trabajadores que participan en los organismos paritarios tengan tanto un profundo sentido de la responsabilidad respecto de las personas que representan como un interés en la empresa en que trabajan. Decir que el espíritu de cooperación es más importante que los métodos y sistemas no significa, sin embargo, que sólo se necesiten vagos sentimientos de buena voluntad, ya que un espíritu de cooperación que no halle expresión en actividades prácticas no es probable que dure. 1

HEYER, op. cit., pags. 25-26. C. G. RBNOLD : Joint Consultation over Thirty Years. A Case Study (Londres, Allen and Unwin, 1950), pag. 120. s

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Aun cuando exista un sincero deseo por parte de los empleadores y trabajadores de colaborar por medio de los comités de empresa, y aun en el caso de que éstos hayan sido establecidos como resultado de acuerdos voluntarios o de conformidad con disposiciones legislativas, aceptadas sin reserva alguna, el trabajo de estos comités plantea una serie de problemas, por lo cual debe tenerse buen cuidado de evitar ciertos errores. De esta suerte se tendrán presentes los puntos siguientes : 1) En el pasado, las organizaciones sindicales se han opuesto con frecuencia al establecimiento de comités de empresa, temiendo que éstos, aunque no son independientes del empleador, competirían, sin embargo, con los .sindicatos en ganarse la voluntad de los trabajadores. Por consiguiente, es importante definir claramente la competencia respectiva de los comités de empresa, por una parte, y de los sindicatos, por otra, y lograr que éstos apoyen a los comités de empresa, de suerte que los sindicatos no crean que se intenta suplantarlos. 2) Es igualmente importante que el comité de empresa cuente con el apoyo de los trabajadores y demás personal de la empresa. Frecuentemente, los trabajadores muestran cierta indiferencia hacia estos comités ; así, por ejemplo, es frecuente que muchos obreros no se tomen la molestia de participar en la elección de miembros del comité. Puede haber varias razones que expliquen esta falta de interés : muchos trabajadores, por no haber comprendido claramente el papel y funciones del comité de empresa, pueden haber concebido esperanzas excesivas en el momento de su establecimiento, desinteresándose después rápidamente de un organismo que, a su parecer, no ha logrado ninguna mejora notable de los salarios o de las condiciones de trabajo ; los comités de empresa tropiezan a veces con grandes dificultades para mantener informado al personal acerca de la labor que realizan ; si bien los reglamentos acuerdan a los sindicatos no solamente un derecho, sino también un monopolio de representación de candidatos en las elecciones, puede suceder que el personal no sindicado experimente escaso interés por los comités. Pueden eliminarse en parte esas dificultades asignando al comité de empresa un papel auténtico, y esforzándose por que todo el personal comprenda claramente en qué consiste ese trabajo y manteniéndole al corriente, tan plenamente como sea posible, de lo que el comité esté haciendo.

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Una forma de despertar el interés por los comités de empresa consiste en disponer de una «galería abierta al público», a la que se invite un número limitado de personas que no pertenezcan al comité, pero sin que éstas tomen parte en los debates. Este procedimiento puede servir también de medio útil de formación para los futuros miembros del comité, al darles una idea del procedimiento y trámite de las reuniones. 3) Tanto los empleadores como los trabajadores pueden carecer de experiencia en materia de consultas paritarias. Además, el desconocimiento y falta de comprensión de los problemas de producción por parte de los representantes de los trabajadores pueden ser tales que las consultas y discusiones paritarias resulten estériles. Indudablemente, estas dificultades son particularmente graves en los países insuficientemente desarrollados, dificultades que podrían resolverse, al menos en parte, mediante una formación profesional adecuada. La solución de la última dificultad mencionada exigirá también franqueza por parte de la dirección para explicar la naturaleza de sus problemas y para dar suficientes detalles, a fin de que los representantes de los trabajadores se forjen una opinión objetiva a este respecto. En 1949 se formularon quejas en el Eeino Unido en el sentido de que las consultas no sólo no eran plenamente eficaces en las industrias nacionalizadas, sino que, a veces, eran simplemente un medio de transmitir informaciones e instrucciones procedentes de la dirección. El Congreso de Organizaciones Sindicales (Trades Union Congress) decidió insistir en que se diera más amplia formación en materia de consultas paritarias a empleadores y trabajadores. El Ministerio del Trabajo hizo un esfuerzo de propaganda en este sentido y el Instituto Británico de Organización del Trabajo proporcionó informes sobre cuestiones relativas a la producción a los representantes de los trabajadores. En general, los sindicatos han comprendido rápidamente la importancia de la formación de los delegados de los trabajadores y han adoptado una serie de medidas con este fin, entre las que se cuentan la publicación de revistas y folletos especializados y la organización de cursos, reuniones y grupos de estudio para los delegados. Se ha indicado que en Francia : La necesidad de esta acción por parte de las organizaciones de trabajadores ha sido tan bien comprendida en algunos casos que se tiene en cuenta en los convenios colectivos. Se dispone en éstos que el tiempo dedicado a los cursos o a los grupos de estudio organizados 9

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por los sindicatos o federaciones locales se considerará como tiempo dedicado al ejercicio de las funciones de miembro del comité de empresa y se remunerará a igual título. Se organizan esos cursos una vez al mes y los interesados tienen libertad para asistir a ellos durante las horas de trabajo, presentando a su regreso una atestación de la organización sindical en la que se certifica que han participado efectivamente en el curso de formación profesional organizado para ellos. Se hallan en vigor estos acuerdos desde hace varios aüos, especialmente en la industria textil de Eoubaix y Tourcoing y para los empleados de banca de Lille. Su aplicación no da lugar a dificultad alguna 1. En 1952, la Federación de Sindicatos Noruegos decidió instituir un programa de formación con miras a aclarar los objetivos del movimiento sindical, explicar las razones de su apoyo a los esfuerzos para elevar la productividad y capacitar a sus miembros para que participen más eficazmente en los trabajos de los comités de producción. A tales efectos, se han utilizado los métodos de formación dentro de la empresa (T.W.I.) y once instructores especializados empleados a jornada completa organizaron durante nueve meses cursos para los delegados de taller y miembros de comités de producción. Sin embargo, prácticamente en todos los países queda mucho por hacer respecto de la formación de delegados de los trabajadores para que integren los comités de empresa ; consecuentemente, los esfuerzos encaminados a este fin deben proseguirse vigorosamente. Desgraciadamente, los reglamentos disponen a veces la celebración de elecciones demasiado frecuentes y no siempre se reelige a los mismos delegados. 4) Es importante prestar atención especial a la situación de los capataces y contramaestres. Si se establece el contacto entre la alta dirección y el grueso de los trabajadores, y las reuniones son efectivamente reuniones entre la alta dirección, por una parte, y los representantes sindicales, delegados de taller u otros dirigentes obreros, por otra, los superiores inmediatos del personal representado en el comité podrán sentirse relegados. Además, puede ocurrir que los miembros del comité de empresa se dirijan directamente a la dirección sin contar con los contramaestres e incluso que éstos se enteren de algunas decisiones de la dirección por boca del personal a sus órdenes, antes de que sean informados por conducto oficial. La manera de resolver esas dificultades depende de la naturaleza y estructura de cada empresa. Es importante que los capataces y contramaestres estén adecuadamente repre1

« L'expérience des comités d'entreprises », op. cit., pág. 103.

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sentados en el comité de empresa. Asimismo, sería de utilidad la reglamentación de los métodos de consulta 1. Si los derechos y privilegios de los delegados de los trabajadores en los comités quedan definidos mediante acuerdos, y si las idas y venidas y consultas se circunscriben a determinadas personas, ocasiones, lugares y métodos, los capataces y contramaestres sabrán mejor cuál es su situación y cuáles sus deberes relativos a la disciplina. Si las reuniones se celebran regularmente según un programa previsto y conforme a órdenes del día ya preparados, quedarán eliminadas las situaciones imprevistas o críticas, y así podrán celebrarse consultas previas con los capataces y otras categorías de personal dirigente interesados. Los reglamentos podrán disponer, por ejemplo, que, respecto de cualquier cuestión que deba someterse a la dirección en relación con un servicio determinado, sea el contramaestre de dicho servicio la primera persona a quien haya que dirigirse. Si, al tratarse de una cuestión que se refiera a más de un servicio, o al conjunto de la empresa, el cuerpo de capataces y contramaestres es demasiado numeroso para que la dirección pueda consultarle por anticipado, la reorganización de la jerarquía puede ser una solución, agrupando, por ejemplo, los capataces bajo la autoridad de un número limitado de contramaestres, intermediarios entre la dirección, que puede consultarles, y el personal dirigente subalterno, al que quedarán encargados de tener al corriente. 5) Dado que las negociaciones sobre salarios, duración y condiciones de trabajo incumben normalmente a los sindicatos y no a los comités de empresa, se tropezará con ciertas dificultades para dar a éstos la impresión de que asumen una importante función y desempeñan un papel imprescindible. Una vez más, la franqueza por parte de la dirección al facilitar informes al comité, unida a su deseo sincero de referirle verdaderos problemas para su resolución, parece ser la solución de esta dificultad. Eespecto de una empresa británica que cuenta con más de treinta años de cooperación entre los trabajadores y la dirección, se cita el siguiente ejemplo : En forma anticipada se exponía a la reunión paritaria el programa de producción para las cuatro semanas siguientes, con una declaración sobre sus efectos en el empleo y, cuando ello se relacionaba con el programa, se daban algunos datos informativos sobre las perspectivas del mercado. Se exponían los resultados 1

Véase RENOLD, op. cit., pág.

102.

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obtenidos en comparación con los programas anteriores y se explicaban y discutían las causas de las discrepancias observadas. La dirección daba indicaciones sobre nuevos procedimientos y la reorganización de algunos servicios, insistiendo especialmente sobre la repercusión de estas medidas en el número y categorías de trabajadores empleados. La introducción de nuevas máquinas se notificaba con bastante anticipación, de suerte que pudiera estudiarse cualquier repercusión, como, por ejemplo, la categoría de operarios que habría de emplearse. También se notificaban con todo detalle los acontecimientos generales, tales como cambios de estructura en la organización central, la ejecución de nuevos trabajos o la adquisición de nuevos establecimientos. Asimismo, se comunicaban la creación de nuevos cargos, los nombramientos y ascensos en los puestos de dirección, y no se ocultaba información alguna que tuviera una influencia directa en la vida diaria de la empresa 1. E l a u t o r añadía q u e : No ofrecen duda para la dirección los beneficiosos efectos de transmitir este tipo de información, pero la verdadera naturaleza del beneficio quizás no se ponga de manifiesto, ya que no estriba tanto en la creación de un interés activo y de cooperación positiva en el trabajador como en la generación de un sentimiento general de confianza y estabilidad, debido al hecho de que cada uno sabe cuál es su situación y cuáles son sus derechos y deberes, unido a la certeza de que ningún cambio le sorprenderá desprevenido. Desde luego, los cambios son la inevitable consecuencia del progreso, pero, por buena que una innovación pueda ser en sí misma, es siempre penosa para las personas a que afecta. No obstante, si se advierte a los interesados con anticipación — con el tiempo suficiente para permitir su estudio en un ambiente de calma —, el cambio, si es razonable, quedará aceptado... La norma ideal para que las consultas paritarias tengan éxito es la de discutir cualquier cuestión mientras la situación 2 es aún fluida y antes de que se hayan tomado posiciones categóricas . 6) P u e d e evitarse que los comités de empresa se conviertan en simples medios p a r a ventilar quejas m á s o menos insignificantes si se prevé otro organismo p a r a t r a m i t a r l a s rápida y eficazmente ; el fácil acceso, a título oficial u oficioso, al servicio de personal o del empleo es u n a cuestión i m p o r t a n t e a este respecto. Sean cuales fueren las dificultades con que se tropiece, no cabe d u d a de que en muchos países es necesario fomentar las consultas y la cooperación, oficial u oficiosa, entre los empleadores y los trabajadores, así como la participación de los t r a b a j a d o r e s en los programas de elevación de la productividad, si se quiere sacar todo el partido posible a las posibilidades que ofrece el a u m e n t o de la productividad. Lo que G r a h a m H u t t o n 1

RENOLD, op. cit., pág.

•Ibid., págs. 116-117.

116.

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h a dicho respecto al Eeino Unido puede aplicarse t a m b i é n a muchos otros países : Las reformas, mejoras y modificaciones necesarias — en los principios y prácticas, en el comportamiento y métodos, en las actividades y actitudes — son muy profundas y representan una ruptura con la rigidez y las trabas acumuladas durante muchos decenios. Probablemente por esta razón, estos cambios no parece que puedan introducirse en la escala necesaria a menos que se conciban y apliquen en forma concertada por parte de los empleadores y de los trabajadores 1 . Indica el conocimiento de la naturaleza h u m a n a , y lo h a n confirmado algunos estudios teóricos, que p r e s e n t a r hechos consumados, sermonear, persuadir y lisonjear es m u c h o menos eficaz — como medio de cambiar la a c t i t u d y c o n d u c t a h u m a nas — que colocar a las personas en situación t a l que se v e a n obligadas a t o m a r decisiones colectivas y a aceptar la responsabilidad. POLÍTICA DE EMPLEO

Si los trabajadores h a n de cooperar en las medidas encaminadas a elevar la productividad, es esencial que t e n g a n el convencimiento de que se está haciendo todo lo posible p a r a evitar que las mejoras tecnológicas sean u n a causa de desempleo. Las medidas encaminadas a este fin son, por lo t a n t o , uno de los objetivos más i m p o r t a n t e s de la consulta entre los t r a b a j a d o r e s y los empleadores, t a n t o en el á m b i t o de la empresa como en otros m á s elevados. Las medidas que h a y a n d e adoptarse serán n o r m a l m e n t e de la competencia de los sindicatos, a u n q u e los problemas planteados p o d r á n ser t a m b i é n estudiados por los comités de empresa. E n el capítulo I I se h a establecido u n a distinción entre : a) medidas p a r a m a n t e n e r u n alto nivel general de empleo ; b) medidas p a r a reducir el desplazamiento de la m a n o de obra y facilitar la readaptación de los trabajadores desempleados, y c) medidas p a r a proteger el nivel de vida de los trabajadores sin empleo. Las medidas p a r a m a n t e n e r u n alto nivel general de empleo i n c u m b e n principalmente a los gobiernos, y son t a m b i é n de su competencia, en su m a y o r p a r t e , medidas tales como el seguro o socorro de desempleo, que son a d o p t a d a s p a r a proteger el nivel de vida de los trabajadores mientras son colocados nueva1

HTTTTON, op.

cit.,

pAg.

181.

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mente, si bien es cierto que la concesión de pagas de despido por parte de las empresas puede aportar una importante contribución a este fin, y que en algunas industrias se han creado fondos para socorrer a los trabajadores que pueden perder su empleo como resultado de las mejoras tecnológicas. Fondos de este género se han creado, por ejemplo, en algunas ramas de la industria británica del acero 1, y han sido también recomendados en Francia en una reunión convocada por el Centro Intersindical de Estudios e Investigaciones sobre la Productividad 2. No obstante, las medidas para reducir el desplazamiento de la mano de obra y facilitar la nueva colocación de los trabajadores desempleados constituyen para las direcciones de las empresas el medio más eficaz para conciliar una productividad elevada con el mantenimiento de la seguridad económica de los trabajadores 3. El problema de mantener el nivel de empleo en una empresa donde el aumento de la productividad del trabajo permite reducir el número de trabajadores sin perjudicar la producción no es sencillamente una cuestión de política de personal, sino que exige los esfuerzos aunados de parte o de todos los servicios de la empresa. Si ha de mantenerse el nivel de empleo hay que ampliar el volumen de ventas y, por lo tanto, el departamento de ventas habrá de desempeñar un importante papel. Además, podrá ser necesario reducir los precios de suerte que los servicios de diseño industrial, producción y otros habrán de procurar una disminución en los costos. Dada la necesidad de combinar los esfuerzos de un determinado número de servicios, es esencial que la alta dirección garantice que este problema recibe la atención que merece. En tres compañías estadounidenses bien conocidas por la 1

O.I.T. : Technological Improvements in Oie Iron and Steel Industry and Their Effects on Employment, Informe III, Comisión del Hierro y del Acero, 3. a reunión (Ginebra, 1949), pág. 101. 2

CENTRE INTERSYNDICAL D'ÉTUDES ET DE E E C H E B C H E S DE PRODUCTIVITE :

Productivité, mais... -plein emploi et niveau de vie (París, sin fecha), pág. 168. Las conclusiones a que llegó esta reunión se han resumido en Informaciones Sociales, vol. IX, núms. 11-12, 1.° y 15 de junio de 1953, págs. 384-386. 3 A este respecto, véanse las conclusiones relativas a las medidas prácticas que permiten a las empresas contrarrestar los efectos sociales inmediatos de los despidos de personal a que llegó la Comisión Consultiva de la Organización Científica del Trabajo, de la O.I.T., en su tercera reunión (Ginebra, 1938), en O.I.T. : The International Labour Code, 1951, vol. TL: Appendices (Ginebra, 1952), págs. 164-170. Con referencia a los empleados y técnicos, véase la resolución adoptada por la Comisión Consultiva de los Empleados en su cuarta reunión (Ginebra, 1936), ibid., págs. 230-231.

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estabilidad del empleo de su personal — Proctor and Gamble Company, Nunn-Bush Shoe Company y Geo. A. Hormel and Co. — el programa de estabilización del empleo fué patrocinado con fervor casi apostólico por los jefes de empresa. « Sólo pueden realizarse verdaderos progresos en la estabilización del empleo si la dirección consagra a este problema el mismo empeño e ingeniosidad que aplica a otros problemas comerciales » x . Es conveniente, sin embargo, que algún funcionario, que tenga menor número de responsabilidades que el jefe de empresa, asuma, bajo el control de la dirección, la responsabilidad de formular un programa para la compañía destinado a mantener el nivel del empleo ; en muchas empresas será el jefe de personal el más calificado para hacerlo, el cual deberá ocuparse personalmente de cualquier despido necesario de trabajadores, y, con frecuencia, será más consciente que cualquier otro miembro de la dirección de la necesidad de tomar medidas para estabilizar el empleo. Dicho jefe de personal podrá señalar a sus colegas la magnitud del problema, mantenerlos informados de lo que otras compañías han hecho para tratar la cuestión, organizar reuniones de jefes de servicio en las que pueden discutirse estas cuestiones, y, en general, esforzarse por lograr la cooperación más completa entre todos los servicios, a fin de establecer un programa satisfactorio. Una cuestión importante, respecto de la cual puede necesitar este funcionario la cooperación del departamento de producción y de otros servicios, es la relativa al período de aviso previo que ha de darse a los trabajadores y a sus representantes en caso de desplazamientos de mano de obra previstos de antemano. El problema de colocar a los trabajadores desplazados puede quedar a menudo muy simplificado si se da un aviso previo de este género, pero sólo será esto posible si los cambios resultantes del desplazamiento de mano de obra se han previsto a su vez con cierta anticipación. Puede ser difícil prever los movimientos desordenados de la demanda y tomar medidas para contrarrestarlos, pero los cambios en las técnicas de producción y en el material de producción deberán preverse normalmente por anticipado. El aviso previo de licénciamiento permite que los trabajadores afectados establezcan sus planes 1 Charles C. GIBBONS, Stabilization of Employment is Good Management (Kalamazoo, Michigan, The W. E. Upjohn Institute for Community Research, 1953), págs. 2-3.

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para el futuro ; que los sindicatos aprecien el efecto de los nuevos procedimientos o de las máquinas sobre sus miembros, no sólo desde el punto de vista del empleo, sino en cuanto al volumen de trabajo, remuneración, medidas de seguridad, condiciones materiales del trabajo, etc., y, finalmente, también permite a los organismos del Estado interesados, especialmente al servicio del empleo, tomar medidas para contrarrestar el desempleo individual. Otra cuestión que exige la cooperación entre diversos servicios es la del ritmo y rapidez de los cambios introducidos. Si una serie de innovaciones tendientes al ahorro de mano de obra pueden escalonarse en cierto período de tiempo, en lugar de establecerlas de golpe, sus efectos sobre el empleo podrán ser más fácilmente aceptables. Los movimientos normales de la mano de obra y cualquier expansión que pueda tener lugar, ya sea en el conjunto de la economía como en otros servicios de la empresa, podrán facilitar el problema de mantener el nivel de empleo. El nivel de empleo establecido en una empresa después de la introducción de mejoras técnicas dependerá principalmente de circunstancias exteriores y de la intervención de otros servicios, aparte del de personal. Pero, aun cuando haya de efectuarse una reducción en el número de empleados de algunos servicios, o incluso en el conjunto de la empresa, no siempre será necesario licenciar a los trabajadores, y una de las misiones del departamento de personal consistirá en lograr que sólo en última instancia se prescinda de mano de obra a causa de las medidas adoptadas para elevar la productividad. Las posibilidades de reabsorción de trabajadores desplazados dentro de la empresa podrán ampliarse, en primer lugar, interrumpiendo o disminuyendo el reclutamiento normal durante el período que precede a la introducción de un cambio que provoque el desplazamiento de un número de trabajadores, y, en segundo lugar, aprovechando plenamente las posibilidades que existan, o eventuales, para transferir trabajadores de un servicio a otro. Ha demostrado la experiencia que, si un programa de transferencias de trabajadores ha de tener éxito, habrán de cumplirse las siguientes condiciones : 1) Los empleados deben poder adaptarse fácilmente en el sentido de que sean capaces de realizar varios trabajos diferentes o de poder adquirir fácilmente los conocimientos necesarios. 2) Deberá realizarse un estudio de los trabajos en la fábrica y

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determinar cuáles son bastante similares entre sí para que la transferencia de trabajadores sea factible. 3) Los trabajadores deberán aceptar la transferencia de buen grado y hacer muestra de buena voluntad para aprender su nuevo trabajo. 4) Para cada trabajo debe disponerse de un programa de formación apropiado. 5) Las cláusulas sobre ascensos por antigüedad en el servicio que figuren en los contratos colectivos deberán ser bastante flexibles para permitir la transferencia de un trabajo a otro y de un servicio a otro. 6) Deberán elaborarse normas relativas a la remuneración de los trabajadores transferidos, normas que éstos deberán aceptar. Pese a las dificultades que han de vencerse al elaborar un programa de transferencias, los esfuerzos realizados por muchas compañías se han visto coronados por el éxito 1. En algunos casos, es posible que los empleadores vayan aun más adelante y garanticen que ningún trabajador quedará despedido como resultado de las medidas especiales tomadas para elevar la productividad 2. Esta garantía dependerá en gran parte de circunstancias ajenas a la voluntad de los empleadores — naturaleza e importancia del mercado, aprovisionamiento de materias primas, movimientos de la mano de obra, etc. — ; pero también dependerá en parte de factores tales como los esfuerzos de la empresa para dar salida a sus productos, del plazo en que la empresa organice de antemano sus actividades y de las medidas que se tomen para suspender el reclutamiento normal, efectuar las transferencias y establecer medios de formación y readaptación profesionales. Siempre que pueda otorgarse, esa garantía constituirá, evidentemente, un factor de la mayor importancia para influir en la actitud de los trabajadores respecto de una campaña para incrementar la productividad 3. Finalmente, si a pesar de todos los esfuerzos es necesario licenciar a cierto número de trabajadores, la dirección debe 1

2

GIBBONS, op. cit., pags. 7-8.

Esta garantía fué concedida por las fundiciones francesas que participaron en el experimento descrito en págs. 152-153. Las empresas participantes en un experimento análogo en la industria francesa de la confección masculina han dado la garantía de que no será despedido ningún miembro del personal, como resultado del aumento de la productividad, durante un período inicial de prueba de doce meses. 8 Véase HEYEB, op. cit., pág. 30 : « La seguridad de que nadie quedará despedido como resultado del programa es de particular importancia. Desde el principio debe aclararse la suerte que van a correr los trabajadores excedentes, quienes en ningún caso deberán permanecer en su departamento reorganizado. Al buscar nueva ocupación para estos hombres, debemos pensar primero en las labores y problemas que hayan quedado en suspenso. »

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hacer todo lo posible para hallarles otro empleo, de preferencia en la misma región 1 . Esto es especialmente importante en los países o regiones en donde el servicio oficial del empleo no esté muy desarrollado o no se utilice plenamente. La importancia de un estudio y planeamiento cuidadosos de los mejores métodos para resolver los problemas de excedencia de trabajadores, y de comunicar a éstos los resultados de esos estudios y de los planes previstos, fué puesta de relieve en una reunión convocada en mayo de 1952 por el Centro Intersindical de Estudios e Investigaciones sobre la Productividad 2. Además de las medidas hasta ahora estudiadas, existen otras que pueden considerarse en general como medios secundarios para tratar el problema del desempleo tecnológico, pero que, a veces, pueden ser útiles en casos especiales o como medidas provisionales o de urgencia. Se cuentan entre tales medidas, en primer lugar, la reducción del horario de trabajo y la distribución de las tareas entre varios trabajadores. En tanto que, como ya se ha indicado, la reducción de la semana normal de trabajo puede constituir — en circunstancias apropiadas y dentro de ciertos límites — un medio razonable y satisfactorio de amortiguar los efectos del progreso técnico sobre el empleo, la utilización sin discernimiento de procedimientos de este género no es satisfactoria para los empleadores y mucho menos para los trabajadores. No obstante, si se cuenta con posibilidades de empleo inmediatas, estas medidas pueden ser una solución preferible al despido de una parte de los efectivos de mano de obra empleada. En segundo lugar, los empleadores pueden estar obligados, ya sea por la ley o en virtud de convenios colectivos, a conservar en su empleo, durante cierto tiempo al menos, a los trabajadores que de otro modo habrían despedido ; los empleadores también pueden actuar en forma voluntaria. Como quedó señalado en páginas anteriores, es de la mayor importancia que los empleadores hagan cuanto esté a su alcance — estableciendo programas a largo plazo, suspendiendo el reclutamiento normal, etc. — a fin de hallar otros empleos para 1 Ha sido recomendado esto, entre otros, por el presidente del Consejo Nacional de Patronos de Francia (véase Georges VIIXIEBS : « Les exigences de la productivité », Bulletin du C.N.P.E., París, año 6, núm. 87,5 de noviembre de 1952, pâg. 2). 'Productivité, mais..., op. cit., pâg. 168.

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los trabajadores licenciados, y que, cuando existan perspectivas razonables de poder colocar útilmente a todos los trabajadores desplazados, los empleadores den garantías de que ningún trabajador quedará despedido como resultado de medidas específicas para elevar la productividad. Pero las medidas para evitar la excedencia de trabajadores son una cosa y la conservación en la nómina de trabajadores en realidad excedentes es otra. En Italia, la facultad de los empleadores para licenciar a los trabajadores quedó limitada durante los años que siguieron inmediatamente a la guerra, mediante un sistema de bloqueo de los despidos, que entró en vigor, como medida de urgencia, en febrero de 1945 ; sin embargo, este sistema no se aplica actualmente. En los Estados Unidos y en otros países, las cláusulas que prohiben el despido de empleados permanentes o regulares, como resultado de la mecanización, figuran en los contratos colectivos de algunas industrias 1 . No obstante, dado que todo el beneficio social que una mejora técnica puede aportar estriba precisamente en el hecho de que permite obtener un volumen determinado de producción con menos trabajadores, una prohibición de este género puede suprimir todo interés en las mejoras técnicas ; es decir, u n a disposición de este tipo en materia de despido equivaldría en realidad a una prohibición impuesta al progreso tecnológico. Además, el efecto que sobre el ánimo de todos los trabajadores ejerza el hecho de conservar en el empleo a obreros que saben, por una parte, que no son necesarios y, por otra, que no puede despedírseles, puede ser muy desmoralizador para todo el personal 2 . Si se toman otras medidas para proteger los intereses de los trabajadores licenciados, no sería razonable pedir el apoyo de los empleadores para arreglos de ese tipo. En tercer lugar — punto relacionado más bien con la mitigación de las consecuencias del desempleo que con la prevención de éste —, se arguye a veces que la industria debería tomar medidas especiales para complementar la remuneración de los trabajadores desplazados que hayan tenido que aceptar ocupaciones de remuneración más baja en lugar de permanecer en paro. En los ferrocarriles británicos, por ejemplo, se han adoptado medidas para colocar nuevamente a los empleados privados de trabajo con motivo de programas para aumentar i Véase, por ejemplo, UNITED STATES DEPARTMENT OF LABOR : Collective

Bargaining Provisions..., op. cit., pag. 48. s Véase A. JACOBONI, op. cit., pag. 103.

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el rendimiento ; esos empleados siguen percibiendo sus antiguos salarios, por un período de hasta un año, si se han visto obligados a aceptar trabajo de categoría inferior. Los sistemas de indemnización han sido también introducidos con cierto éxito por algunas empresas de espíritu progresista de las industrias mecánicas*. No deja de presentar ventajas este sistema, durante un tiempo limitado, especialmente si existen perspectivas razonables de que los trabajadores interesados puedan ascender rápidamente en sus nuevas ocupaciones a puestos no inferiores a aquellos de que fueron desplazados. La anomalía de pagar salarios diferentes para el mismo trabajo puede dar lugar a dificultades, y cuanto más se prolonguen estas subvenciones especiales más difícil resultará, desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto, justificar el costo adicional de producción que implican. SELECCIÓN Y COLOCACIÓN

Si se desea que un obrero proporcione el mejor trabajo posible y obtenga la máxima satisfacción de su actividad, resulta evidente la importancia de emplearlo en una labor que le convenga física y psicológicamente y de que se adapte al grupo de obreros con que trabaje. El cuidado que se aporte a la selección y colocación de personal de toda categoría, especialmente en los puestos superiores, podrá dar resultados óptimos. En la orientación y los consejos profesionales se enfoca este problema desde el punto de vista del trabajador, determinando para qué ocupaciones está éste más capacitado. La Recomendación sobre la orientación profesional, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en 1949, enuncia un número de principios relativos a la organización de los servicios de dicha orientación 2. Aunque la responsabilidad de la organización de esos servicios incumbe principalmente a los poderes públicos, las organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores pueden aportar una importante contribución a su buen funcionamiento. Los Países Bajos y el Eeino Unido se cuentan entre los países que actualmente dedican una atención especial al problema de ampliar y mejorar los servicios de orientación profesional. 1 2

Véase « Workers' Attitude to Productivity », op. cit., pag. 11. Convenios y recomendaciones, 1919-1951, op. cit., pags. 8Ô7-906.

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Las técnicas perfeccionadas de selección y colocación de trabajadores abordan este problema desde el punto de vista de la labor que ha de efectuarse, con objeto de hallar personas que respondan a las exigencias del trabajo. Esas técnicas no sólo permiten economizar a los empleadores, al evitar que se coloquen obreros en un trabajo para el que no son competentes, sino que pueden completar también los servicios de orientación personal descubriendo aptitudes y talentos en los trabajadores que, de otra manera, no se habrían puesto de manifiesto. La técnica de la entrevista preparada, destinada a evaluar la capacidad de un candidato y a prepararle satisfactoriamente su entrada en la empresa, ha demostrado ya su valor y gana terreno en la industria de muchos países, aunque, especialmente entre las pequeñas empresas, no parece que se aprecie aún suficientemente toda su importancia. En las empresas en donde existe un servicio de personal es costumbre corriente que sea éste siempre el encargado de la entrevista inicial. Más controvertida y menos generalizada es la costumbre de examinar al personal mediante pruebas para determinar sus aptitudes manuales y respuestas de carácter. Esta práctica también se va extendiendo 1 , y con excelentes resultados en algunos casos, aunque se considere aún con cierto escepticismo en algunos sectores respecto de su utilidad. Evidentemente, queda mucho por aprender acerca de las características de las pruebas que más convenga aplicar y de las conclusiones a que legítimamente pueda llegarse a base de los resultados obtenidos. Puede decirse, en general, que la dirección acepta cada día de mejor grado el empleo de técnicas perfeccionadas para la selección y la colocación. Las dificultades con que la dirección tropieza parecen ser debidas, en gran parte, a la falta de personal competente y de servicios para llevar a cabo las pruebas, dificultades que, naturalmente, son mayores en las empresas de menor importancia. No obstante, los servicios consultivos 1 Por ejemplo, se dice que en la selección de contramaestres y capataces en los Estados Unidos de América « se aplican extensamente las pruebas psicológicas, especialmente para determinar la capacidad mental y aptitudes intelectuales, pero las demás pruebas se hallan aún en una fase experimental » (A.A.C.P. : Training of Supervisors, Londres, 1951, pág. 1). Se recomienda en el mismo informe que en el Reino Unido The Economist, 21 de abril de 1951, pag. 913.

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Una misión belga de productividad ha informado que en las fundiciones de los Estados Unidos de América existe una diferencia más marcada que en Bélgica entre los salarios pagados a la mano de obra calificada y a la no calificada, y que, sin duda, esto explica el deseo de instruirse que puede observarse en los trabajadores estadounidenses y en sus hijos 1. La evaluación del trabajo, aplicada con la cooperación y asentimiento de los trabajadores interesados, ha desempeñado en muchos casos un importante papel en el establecimiento de un sistema de salarios equitativo y que estimula a los trabajadores a perfeccionar sus conocimientos. Esta evaluación tiene por objeto : a) describir todos los trabajos efectuados en una fábrica y determinar su valor mediante procedimientos científicos y conforme a normas precisas, y b) evitar así, en la medida de lo posible, las anomalías en los salarios de las diferentes categorías de trabajadores 2. Una reciente encuesta efectuada por la Dartnell Corporation de Chicago reveló que, en la mayoría de los casos estudiados, la evaluación del trabajo había mejorado, entre otras cosas, las relaciones de trabajo, reducido los costos por unidad y elevado la productividad s . HOBAS DE TRABAJO

Los aumentos moderados de la duración del trabajo normalmente aplicada en tiempos de paz (al menos en los países altamente industrializados, donde el número de horas de trabajo es en general mucho menor que en los países insuficientemente desarrollados) deberían traducirse en un aumento de la producción. Sin embargo, salvo en los casos en que la mano de obra ha trabajado a un ritmo muy inferior a sus posibilidades reales, el rendimiento por hora-hombre tenderá a descender con frecuencia *. Medida en términos de producción por años-hombre, la productividad aumentaría en estos casos, pero si se mide según el rendimiento por hora-hombre, sería más baja. 'FABRIMÉTAL: Productivité des U.S.A. dans l'industrie de la fonderie de fer (Bruselas, 1952), pag. 64. * Para más detalles sobre la evaluación del trabajo, véase La remuneración por rendimiento, op. cit., pags. 46-60, así como las obras allí citadas. 3 THE DARTNELL, CORPORATION : Job Evaluation Methods and Procedures, Report No. 605 (Chicago, 1951), págs. 5-8 y 96-100. * Véase UNITED STATES DEPARTMENT OF LABOR, Bureau of Labor Statistics :

Hours of Work and Output, Bulletin No. 917 (Washington, D.C., 1948).

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Aunque se ponga principalmente un interés en el rendimiento por año-hombre, es dudoso que el aumento de las horas de trabajo ofrezca ventaja alguna en circunstancias normales. El provecho que aporte el mayor rendimiento semanal quedará contrarrestado por la pérdida de satisfacción resultante de la disminución de las horas de descanso. La salud de los trabajadores puede quebrantarse por un cansancio y una tensión nerviosa más grandes, y se corre el riesgo de que el absentismo y los accidentes del trabajo aumenten 1. Si la prolongación de la duración del trabajo toma la forma de un aumento del número normal de horas semanales, ello acarreará un empeoramiento de las condiciones de trabajo de los obreros, que los sindicatos no podrán aceptar normalmente, aunque en algunos casos sea posible negociar para combinar un aumento moderado de las horas normales de trabajo con una elevación de las tasas de remuneración de base. En el caso más corriente de que la prolongación de la duración del trabajo tome la forma de mayor número de horas extraordinarias, los costos por unidad de mano de obra aumentan. Es cierto que las ventajas de la utilización más completa de la capacidad de producción y la repartición de los gastos generales a base de una producción más elevada pueden evitar el alza de los precios de costo totales por unidad ; no obstante, muchas de las ventajas económicas, si no todas, que presenta la prolongación de la duración del trabajo corren el riesgo de perderse. E n general, excepto en casos excepcionales en que los horarios de trabajo son, por una o otra razón, especialmente cortos, y en otros de urgencia, en que es necesario elevar la producción a toda costa, parece que el aumento del número de horas de trabajo, como medio de fomentar la mayor productividad, estará rara vez justificado. La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres ha expresado la opinión de que «las horas extraordinarias... sólo son admisibles, a reserva de la aprobación del sindicato interesado, cuando se hayan agotado todos los demás medios prácticos » 2. Aunque en los países industrialmente adelantados es muy raro que actualmente los horarios de trabajo en las industrias 1

La experiencia adquirida durante la guerra en algunos países, entre los que se cuentan el Keino Unido y los Estados Unidos de América, demuestra que los horarios excesivamente largos van frecuentemente acompañados de un aumento de accidentes del trabajo y del absentismo. Esos horarios pueden aumentar el rendimiento durante cortos períodos de urgencia, pero si éstos son largos, la naturaleza humana paga las consecuencias. * Labor Productivity, Manpower, Priées and Wagtê, op. cit., pág. 5.

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manufactureras rebasen la duración de trabajo correspondiente al máximo de rendimiento semanal, no es éste siempre el caso en los países insuficientemente desarrollados, en donde una reducción de la jornada o de la semana efectivas de trabajo puede a veces aumentar no sólo el rendimiento por hora, sino también por semana. La mejor organización de los horarios de trabajo y de períodos de descanso puede contribuir a veces a mejorar la productividad sin necesidad de modificar la duración total de la jornada o de la semana de trabajo. N Ú M E R O D E TURNOS D E

TRABAJO

La maquinaria y el herramental son cada día más importantes en el proceso de la producción, y, en muchas ramas de la industria, los perfeccionamientos, así como los gustos del consumidor, se suceden con tal rapidez que algunas instalaciones, por muy costosas que sean, pueden caer rápidamente en desuso. E n estas circunstancias es importante reducir los gastos generales correspondientes al desuso y a la depreciación de las instalaciones fijas, para lograr el costo mínimo por unidad de producción, aumentando todo lo posible el rendimiento de cada máquina. Una de las ventajas de los horarios de trabajo más prolongados es la de permitir la utilización más completa de la maquinaria y del herramental. Pero esta ventaja puede incrementarse a veces sin prolongar la duración del trabajo, es decir, instituyendo dos o tres turnos de trabajo en lugar de uno solo. Así, concentrando el trabajo en las instalaciones más modernas de que dispongan las fábricas existentes, podrían los empleadores inutilizar en muchos casos las máquinas anticuadas sin tener que hacer frente al problema de reemplazarlas por otras nuevas o más modernas, difíciles de obtener, en muchos países, desde que acabó la última guerra. En consecuencia, se dispondría de más espacio en las fábricas existentes, lo que facilitaría su nueva disposición de acuerdo con planes más racionales ; se reduciría también la necesidad de construir nuevos edificios, lo que facilitaría el financiamiento de nuevas instalaciones, hoy tan difícil en muchos países, en razón de los precios elevados de la maquinaria y de los gravámenes fiscales. Otra ventaja importante, desde' el punto de vista nacional, es que el trabajo por turnos permitiría una distribución más razonable del consumo de energía eléc-

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trica. Por otra parte, las economías realizadas gracias a una utilización más eficaz de los bienes de producción permitirían en muchos casos ofrecer a los trabajadores aumentos de salarios o una reducción de la duración del trabajo o ambas cosas a la vez l . Al parecer, el trabajo en los Estados Unidos utilizando dos o tres equipos, a pesar de la relativa abundancia de bienes de producción que allí existe, está más extendido que en otros países. Entre las industrias estadounidenses en que, según informes de algunas misiones de productividad, el empleo de dos o tres equipos constituye la regla, o por lo menos la práctica corriente a la que se recurre en caso de necesidad, sin que provoque oposición por parte de los trabajadores o de los sindicatos, se cuentan las de estampado de metales, construcciones eléctricas, motores de combustión interna, trabajo de metales no ferrosos, fabricación de cepillos, pastelería y galletas, hilados, tejidos y torzales de algodón, géneros de punto, artes gráficas, litografía, conservas alimenticias, productos farmacéuticos y la fabricación de envases de cartón. Algunas de las misiones de productividad recomendaron que se generalice más el trabajo por turnos en sus propios países 2. En el Eeino Unido, una comisión de encuesta reconoció recientemente las diversas ventajas que ofrece el sistema de trabajo con dos turnos diarios y concluyó que « los hechos aducidos como pruebas que se nos han sometido..., demuestran, a nuestro juicio, que la práctica más generalizada en la industria de dos turnos diarios de trabajo puede aportar sin duda alguna una importante contribución al bienestar del país » 3. Graham Hutton atribuye al limitado uso que en Gran Bretaña se hace del trabajo por turnos « una de las principales razones del gran retraso de la productividad británica durante los últimos 25 o 30 años » 4 . El Consejo Consultivo Paritario Nacional está estudiando la conveniencia de aplicar más 1

Véanse P. Sargant FLORENCE : Labour (Londres, Hutchinson's University

library, sin fecha), págs. 62 y siguientes, y MINISTRY OF LABOUR AND NATIONAL

SERVICE : Report of the Committee on Double Day-Shift Working (Londres, H.M. Stationery Office, Cmd. 7147, 1947). * Véanse, por ejemplo, Letterpress Printing, op. cit., pag. 22, y Lithographic Printing, op. cit., p&g. 19. Se ha señalado ulteriormente la generalización del trabajo con dos turnos especialmente en los talleres de litografia del Beino Unido, y que por lo menos una compañía ha podido deshacerse de sus viejas máquinas y concentrar el trabajo en otras modernas (A Review of Productivity in the Printing Industry, op. cit., pag. 15). 8 Report of the Committee on Double Day-Shift Working, op. cit., pag. 26. 4 We Too Can Prosper, op. cit., pag. 108.

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ampliamente en la industria el trabajo de dos turnos diarios como medio práctico de contribuir al aumento de la producción y a la reducción de sus costos. En ese sentido, ha invitado al Ministro del Trabajo y Servicio Nacional a que intervenga cerca de los empleadores y de los trabajadores de determinadas industrias en las que cabe aplicar con mayor amplitud este sistema 1. Los obstáculos con que se puede tropezar, si se intenta aumentar el número de turnos de trabajo, comprenden, por parte de los empleadores, algunas dificultades relativas a la organización y al personal dirigente. Por ejemplo, pueden hallarse dificultades al determinar la responsabilidad del cuidado de las máquinas o del trabajo defectuoso, etc. Pero estos inconvenientes parecen haber sido satisfactoriamente resueltos en gran número de industrias estadounidenses, y no deben ser insuperables en otros países. Asimismo, desde el punto de vista de los trabajadores, el compartir la responsabilidad del cuidado de una máquina o de un trabajo determinado puede plantear problemas, especialmente cuando se aplican sistemas de remuneración por rendimiento y cuando dos equipos de trabajadores se dividen la ejecución de una tarea. Más graves, por lo que a los trabajadores se refiere, son las dificultades de orden psicológico y fisiológico que implica la adaptación de su forma de vivir — horas de las comidas, de sueño, de recreo y de trabajo — a un nuevo horario. El trabajo nocturno no sólo es incómodo y desagradable, sino también peligroso para la salud, a causa especialmente del insomnio y fatiga que puede provocar. Eara vez hallan los trabajadores ocasión propicia para poder recuperarse de las fatigas del trabajo nocturno. El hacinamiento de las viviendas obreras, el ambiente ruidoso y las exigencias de los quehaceres domésticos son graves inconvenientes para quienes deben descansar de día. Además, el cambio de las horas habituales de las comidas puede causar trastornos digestivos. Finalmente, la limitación de las relaciones con amigos y conocidos, la dificultad de hallar distracciones a horas inusitadas, la imposibilidad de participar en actividades culturales tales como clases nocturnas, por ejemplo, son factores nocivos que provocan descontento y 1 Véase Ministry of Labour Gazette (Londres), vol. LXI, núm. 8, agosto de 1953, págs. 266-267.

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desasosiego y que, a su vez, agravan aun más los trastornos físicos y nerviosos. Bespecto del trabajo con equipos nocturnos difieren las opiniones sobre si dichos equipos deben cambiar de puesto frecuentemente o a intervalos prolongados. Según unos, es mejor evitar las repetidas perturbaciones que causan los frecuentes cambios y mantener a los equipos de turnos de noche durante un período de algunas semanas o meses, con la esperanza de que puedan adaptarse satisfactoriamente a esta clase de trabajo. De acuerdo con otros, son tantos los factores que se oponen a una adaptación satisfactoria, que un largo período de trabajo nocturno puede acumular el cansancio. Demuestra la experiencia que cada trabajador reacciona en forma diferente, por lo cual esta cuestión debería investigarse más a fondo para determinar el régimen que mejor convenga a la mayoría de los trabajadores. En las industrias en que el trabajo continuo no es indispensable, pueden lograrse las ventajas del trabajo por equipos sin recurrir al trabajo nocturno, es decir, aplicando el sistema de dos turnos de día que trabajen 7 u 8 horas entre las 6 de la mañana y las 11 de la noche. Este sistema puede evitar gran parte, pero no todos, de los más graves inconvenientes y desventajas para los trabajadores. Es cierto que tanto el comienzo prematuro del turno de la mañana como la tardía terminación del de la tarde pueden acarrear una falta de sueño ; pero la posibilidad de trabajar menos horas, de gozar de más tiempo libre durante el día y de más ocasiones de respirar aire puro y hacer ejercicio, y de un descanso más prolongado al final de la semana son factores favorables para la salud. En el Beino Unido, los datos estadísticos de que se dispone, aunque no son concluyentes, no demuestran que el sistema de dos turnos diarios acarree más absentismo en concepto de enfermedad que el de trabajo normal de día K Los trabajadores habituados únicamente al trabajo normal de día se resistirán con frecuencia a aceptar el trabajo por turnos, incluso en la forma de dos equipos de día. Sin embargo, se sabe de casos en que la oposición de los trabajadores a este sistema se refería más bien a los cambios iniciales en los hábitos de vida necesarios para adoptar el sistema de dos equipos que a las características permanentes del sistema en sí una vez que los obreros se han acostumbrado a él. La Comisión Britá1

Report of the Committee on Double Day-Shift Working, op. cit., pág. 15.

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nica de Doble Turno de Trabajo de Día afirma que, según varios testimonios, los obreros que trabajan de acuerdo con este sistema no se hallaban de hecho dispuestos a volver al trabajo normal de día 1, y en los Estados Unidos de América, donde el sistema está mucho más extendido, parece formar parte de la vida normal de la comunidad industrial. Si se establece un sistema de turnos contra la voluntad de los trabajadores, no cabe duda de que se perderán muchas de sus posibles ventajas. Si se solicita de los trabajadores que cooperen en la introducción o ampliación de ese sistema, conviene, en primer lugar, explicarles detalladamente las razones que justifican su establecimiento y exponerles francamente sus ventajas e inconvenientes ; en segundo, que los trabajadores participen de las ventajas que procura mediante salarios más altos o reduciendo las horas de trabajo, o concediendo ambas cosas ; y en tercer término, que, con miras a reducir al mínimo los inconvenientes del sistema, se dedique especial atención a los servicios sociales y a la organización de los transportes de los trabajadores. La colectividad en su conjunto, y no el empleador, puede tomar ciertas medidas para facilitar la adopción del trabajo por turnos. La adaptación es más fácil en una comunidad en que este sistema de trabajo sea corriente que en otra en que no lo sea. En algunos países podrá facilitarse mediante cambios adecuados de las horas de apertura de tiendas, cines y restaurantes y del horario de funcionamiento de los servicios públicos de transporte. CONDICIONES MATERIALES D E TRABAJO Y SERVICIOS SOCIALES

Las buenas condiciones de trabajo y los servicios sociales satisfactorios no son solamente apreciables por sí mismos, sino que, además, pueden favorecer la productividad gracias a sus efectos sobre el bienestar físico y sobre la actitud psicológica de los trabajadores. Se repite sin cesar que la satisfacción en el trabajo estimula el aumento de la productividad, pero no siempre se tiene en cuenta que también permite que la dirección introduzca más fácilmente cambios para lograr una productividad aun más elevada. Los especialistas de estas cuestiones han descubierto — y es ésta la clave de todo el problema — que los obreros, los delegados de taller y dirigentes de los sindicatos locales aceptarán todos ellos el estudio de 1

Report of the Committee, on Double. Day-Ship, Working, op. cit., p&g. 15.

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los tiempos y de los movimientos, suavizarán las reglas que limitan el número de máquinas asignadas por trabajador, permitirán la redistribución de personal, acogerán favorablemente la mecanización, aceptarán la promoción de peones para que ejecuten trabajos semiespecializados... siempre que se encuentren en una « buena » fábrica o en un « buen » taller. Pero, en una « mala » empresa, su actitud puede ser exactamente la contraria y, a las prácticas restrictivas corrientes, respaldadas por los sindicatos, se añadirán, de cuando en cuando, en caso de quejas, las tácticas de freno del ritmo de trabajo y otras trabas que entorpezcan la producción 1. Un taller « bueno » o « malo », en el sentido que se le da en la transcripción precedente, es bueno o malo no sólo respecto de las condiciones materiales de trabajo y de los servicios sociales, sino también desde el punto de vista de las relaciones de trabajo. Las buenas condiciones de trabajo y de los servicios sociales, que reflejen verdadero interés de la dirección por las necesidades de los trabajadores en su calidad de seres humanos, pueden contribuir notablemente a crear buenas relaciones de trabajo. El primer deber de la dirección en materia de condiciones de trabajo y de medidas de orden social es garantizar la plena observancia de las leyes relativas al trabajo en las fábricas, de la legislación sobre el seguro nacional y de otras disposiciones reglamentarias que tengan relación con las condiciones de trabajo. Pero, dado que la legislación sólo puede imponer condiciones mínimas, incumbe también a la dirección el suministro de los servicios de higiene necesarios en una empresa para proteger en forma adecuada la salud y el bienestar de los trabajadores. En algunos países, particularmente en los insuficientemente desarrollados, puede considerarse que las condiciones mínimas prescritas por la ley no son suficientemente rigurosas o que su ámbito de aplicación no es bastante amplio. Siempre que se intenta hacer más estrictas las condiciones mínimas o de extender su campo de aplicación se tropieza en muchos países con dificultades debidas a la ausencia de servicios adecuados para la inspección del trabajo, por falta de fondos y de personal especializado en número suficiente. La asistencia técnica puede ayudar a esos países a vencer esta última dificultad. No puede intentarse en este estudio el examen detallado de todas las cuestiones comprendidas bajo la rúbrica de las condiciones de trabajo y de los servicios sociales. Por lo que a las condiciones materiales de trabajo se refiere, la limpieza, 1

« Workers' Attitude to Productivity », op. dt., pág. 11.

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calefacción, alumbrado, ventilación, supresión de ruidos excesivos y la disposición de espacios suficientemente grandes son elementos importantes, como también lo son los lavabos y los guardarropas. Es cierto que muchos seres humanos, por no decir la mayoría, parecen capaces de adaptarse o habituarse a condiciones físicas que al principio hallan desagradables o penosas (y así es como, por ejemplo, un fundidor experimentado no se queja del calor excesivo y un troquelador está habituado al ruido intenso). No quiere esto decir en modo alguno que las condiciones materiales desfavorables carezcan de importancia desde el punto de vista de la satisfacción en el trabajo o de la productividad. Bien sabido es, por ejemplo, que los índices de inestabilidad de la mano de obra son más elevados — especialmente cuando se trata de obreros recién reclutados — en los servicios en donde el ambiente que reina es desagradable 1. Dado que los trabajadores industriales pasan casi la mitad de su jornada en las fábricas, bien vale la pena procurarles un ambiente de trabajo tan atrayente como sea posible. Es difícil imaginar un contraste más sorprendente que el existente entre la fábrica típica del siglo xix, sombría, oscura, ahumada, y la fábrica modelo del siglo xx, clara y ventilada, decorada interiormente con colores agradables, situada en medio de terrenos cubiertos de césped, árboles y macizos de flores. La fábrica modelo no es aún la fábrica típica, pero fija normas a las que se van acercando cada vez mayor número de fábricas. Demuestran numerosos estudios que un ambiente de trabajo agradable produce, como es de esperar, más satisfacción y, en algunos casos, una productividad más elevada que un medio ambiente deprimente. Los servicios sociales y las medidas e instalaciones de bienestar : pausas, habitaciones de descanso, expendio de bebidas frescas y cantinas, servicios médicos, servicios de aprovisionamiento, actividades culturales y recreativas, viviendas, cajas de pensiones y prestaciones de todo género, pueden desempeñar un papel determinante para elevar el espíritu de equipo en la empresa y crear una mano de obra estable, satisfecha y productiva. Desde luego, no todos estos servicios son necesarios en todas las empresas ; esto depende en gran 1 Véase W. BALDAMUS : op. cit., pags. 18-21, así como las fuentes allí citadas. Opina, sin embargo, el Dr. Baldamus que la capacidad de adaptación del hombre es tal que los efectos de las condiciones materiales de trabajo sobre el deseo de realizar un esfuerzo son relativamente pequeños. El autor no se ocupa de los efectos de esas condiciones sobre la capacidad de trabajo del personal.

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parte de la importancia de los servicios que facilite la colectividad. En los países insuficientemente desarrollados, o en las regiones remotas de los más adelantados, incumbe especialmente a la industria el suministro de servicios que en otras partes facilita la colectividad. Debe mencionarse especialmente la importancia de las cantinas de fábricas de los países en los que los niveles generales de nutrición son bajos. Es probable que el desequilibrio alimenticio sea una causa importante de la baja productividad de la mano de obra en los países insuficientemente desarrollados y en algunos sectores de la población de los más industrializados. En una encuesta sobre la alimentación, efectuada en 1947 entre los trabajadores africanos de sexo masculino de una fábrica sudafricana de caucho, se llega a la conclusión de que : La gran frecuencia de las afecciones causadas por la nutrición defectuosa indica que la mayoría de los trabajadores se halla en un estado de salud precario, que, como es lógico, ejercerá un efecto nocivo sobre la eficiencia general en la fábrica. Según su sintomatologia, muchas de las enfermedades son crónicas y datan probablemente de la infancia. Las causas del desequilibrio nutritivo no pueden definirse claramente, a pesar de la frecuencia de tales desequilibrios que revelan los estudios hechos en las familias de los trabajadores. Puede decirse que, desde su infancia, estos hombres han seguido un régimen alimenticio inadecuado..., que éste no ha mejorado casi posteriormente y que esos trabajadores siguen padeciendo las secuelas de esa mala alimentación *. Las dificultades con que se tropieza para organizar servicios sociales son en parte de carácter técnico, económico y financiero y administrativo. Como demuestra la enumeración de los servicios y disposiciones indicados anteriormente, los problemas técnicos que pueden plantearse para adaptar los principios que rigen las buenas condiciones de trabajo y los servicios sociales a las necesidades y posibilidades de cada empresa son demasiado numerosos para examinarlos dentro de los límites del presente estudio. Trátase de una cuestión en que la asistencia técnica puede ser de incalculable valor para los países insuficientemente desarrollados, y respecto de la cual, en los países industrializados, las conferencias y los intercambios de opinión y de datos entre las empresas pueden permitir que algunas de éstas se beneficien de los conocimientos adquiridos por otras. 1

UNIVERSITY OF NATAL, Department of Economics : The African Factory

Worker (Ciudad del Cabo, Oxford University Press, 1950), pág. 176. 13

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Por lo que se refiere a las dificultades económicas y financieras, basta con señalar que la relación entre el bienestar en la industria y la productividad es una relación indirecta ; y que muchos, por no decir todos, de estos servicios son onerosos x, y no puede esperarse que cubran gastos a corto plazo, y a veces ni siquiera a largo plazo, gracias al aumento de la productividad. Por consiguiente, se plantea el problema relativo al grado de preferencia que deba acordarse a las mejoras de las condiciones de trabajo y de los servicios sociales, en relación especialmente a los aumentos de salarios, a la baja de precios de los bienes producidos, al mayor volumen de inversiones destinadas a instalaciones productivas o al aumento de las utilidades distribuidas o a las reservas. Sólo pueden determinarse esas preferencias en función de la situación particular de cada empresa. Es justo y razonable que una parte de los beneficios que aporta a la comunidad el aumento de la productividad se traduzca en mejores condiciones de trabajo en las industrias y empresas en donde la productividad aumente. Si las sumas consagradas a la mejora de las condiciones de trabajo y de los servicios sociales facilita la labor de los obreros o procura al grupo una vida social más satisfactoria, estos desembolsos presentan una gran importancia. No obstante, pasados ciertos límites, tales gastos pueden llegar a ser superfraos, y es probable que entonces los trabajadores prefieran salarios más elevados 2. Una vez fijado el importe de los gastos para los servicios sociales, surgen también problemas de preferencia entre los diferentes tipos de esos servicios, problemas que quizás se resuelvan en forma aceptable para los trabajadores si sus representantes asumen cierta responsabilidad en la administración de los fondos destinados a tales servicios. Conduce esto al problema de las dificultades administrativas. Al organizar servicios sociales no se ha creído siempre conveniente asociar a los trabajadores a la administración de dichos servicios. En realidad, el término « servicio social » evoca en algunas personas el paternalismo. Sin embargo, la 1

Existen, sin embargo, servicios importantes en los que no es éste el caso : por ejemplo, una cantina puede cubrir sus gastos por sí misma, abstracción hecha de la inversión inicial de capital ; y un fondo de vacaciones, al que loa trabajadores aportan su cotización, puede dar buenos resultados aunque la empresa no contribuya a él financieramente. * Una lamentable consecuencia del bloqueo de salarios es que puede conducir a que la competencia entre los empleadores se desvíe hacia practicas tales como, por ejemplo, la construcción de instalaciones sanitarias cada día mas lujosas.

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participación de los representantes de los trabajadores en la gestión de los servicios sociales, como miembros de comités competentes, no sólo da a los trabajadores voz y voto en cuestiones que les conciernen directamente, sino que puede servir además de formación valiosa para que estos delegados adquieran conocimientos acerca de los problemas administrativos y para que adopten una actitud realista y comprendan, de rechazo, el punto de vista de la dirección y cooperen eficazmente con ésta en otras cuestiones más directamente relacionadas con el incremento de la productividad. La legislación francesa sobre los comités de empresa trata en detalle de sus atribuciones en lo que concierne a los servicios sociales. En un folleto publicado por el Instituto Británico de Organización Científica del Trabajo se indica que: Puede establecerse el principio fundamental de que los empleados deberían tener derecho a elegir representantes que compartiesen con la dirección la responsabilidad de la gestión de los servicios a ellos destinados... Tanto en la administración de fondos como en servicios de carácter social o recreativo, la dirección debería tratar de reconocer los intereses de los trabajadores, a ñn de que las decisiones adoptadas emanen de la representación paritaria en el seno del comité x. Esta cuestión es esencial no sólo en los países industrializados, sino también en los insuficientemente desarrollados, en donde es indispensable y urgente aumentar el número de trabajadores que posean el tipo de formación y las cualidades que pueden adquirir mediante esa participación. En la resolución relativa a los medios que han de preverse para mejorar el bienestar de los trabajadores de los países de Asia, adoptada por unanimidad en la Conferencia Eegional Asiática de la O.I.T., celebrada en Ceilán en 1950, se reconoce que : Los trabajadores deberían tener derecho a colaborar en la administración de los servicios sociales establecidos en la empresa o dependientes de ella ; con este objeto, deberían estar representados en las comisiones para el bienestar o en cualquier otro organismo competente 2. Las dificultades de carácter administrativo pueden subsanarse con frecuencia mediante el nombramiento de asistentes 1 B. J. COHEN y M. M. TOWY-EVANS : Working Conditions and Employées' Services (Londres, 1950), paga. 6 y 7. La importancia de administrar los servicios sociales en cooperación con los representantes de los trabajadores interesados quedó reconocida en la resolución sobre la organización de servicios sociales para losa trabajadores, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 30. reunión, de 1947 (O.I.T. : Actas de las Sesiones, 30.* reunión, Ginebra, 1947, publicadas en 1948, pag. 573). * Informaciones Sociales, vol. HI, num. 7, 1.° de abril 1950, pag. 268.

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sociales, cuya atribuciones abarquen desde la inspección y coordinación de la mayoría de los servicios sociales de las empresas hasta la resolución de problemas puramente familiares y personales. El nombramiento de un asistente social puede procurar no sólo un vínculo muy útil entre la dirección y los trabajadores, para todas las cuestiones relativas de orden social, sino también introducir además una nota personal que puede tener a veces mayor importancia que los sistemas oficiales, por bien organizados y administrados que estén. Ha quedado demostrada la utilidad de las revistas publicadas por la empresa y los boletines de noticias, aparte de cualesquiera otros medios de comunicación que puedan utilizarse, como medio de informar a los trabajadores de los progresos y acontecimientos en la empresa, para estimular su interés por todo lo que ocurra, para dar a conocer las realizaciones sociales y las ventajas existentes, y fomentar la participación en las actividades sociales y recreativas. SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO

El fomento de la seguridad e higiene en el trabajo es un fin por sí mismo, pero, al mismo tiempo, es un medio valioso de lograr una productividad más alta. Los accidentes del trabajo no son meramente causa de lesiones corporales, sino que también entorpecen la producción. Muchos accidentes causan toda una vida de padecimientos y ejercen efectos desastrosos sobre la producción. En la industria moderna, con sus costosas instalaciones y su funcionamiento cuidadosamente organizado, un accidente grave es sumamente costoso : estropea el material, interrumpe el trabajo y puede incapacitar a los obreros durante largo tiempo, si no para siempre. Además, algunos accidentes que sólo producen lesiones corporales leves, o solamente pérdidas materiales, pueden ser muy perjudiciales para la producción. El total de lesiones personales, daños causados a los bienes materiales y los perjuicios de orden económico a la colectividad que provocan los accidentes del trabajo son enormes. Sin embargo, todos estos daños podrían evitarse en gran parte. La protección del trabajador contra los accidentes del trabajo no es, sin embargo, cosa fácil. En tanto que los principios generales de prevención de accidentes son los mismos

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para todas las industrias y todos los países, su aplicación práctica varía enormemente de una industria a otra y de un país a otro. En la gran industria, las fábricas de acero, los aserraderos o las fábricas textiles y de productos químicos, para no dar más que algunos ejemplos, se plantean problemas que les son exclusivamente propios. Las diferentes condiciones de vida y de trabajo de los diversos países complican aun más el desarrollo de la prevención de accidentes en las diferentes industrias. Las técnicas de prevención han de adaptarse a la mentalidad, cuma, nivel de instrucción, etc. ; las medidas oportunas en algunos casos pueden no serlo en otros. Incluso en una sola industria, el volumen y complejidad de las instalaciones que deben protegerse pueden ser muy considerables. Se han publicado reglamentos muy detallados de seguridad relativos, por ejemplo, a las máquinas de vapor, instalaciones eléctricas y maquinaria para el trabajo de la madera. La prevención de incendios, las máquinas-herramientas, las grúas y los elevadores, las botellas de gas comprimido y las substancias explosivas e inflamables son también objeto de muchos reglamentos detallados l. En los últimos años se ha dedicado una creciente atención al elemento humano como causa de accidentes y se ha comprobado que este factor es más complejo y, quizás, más importante que ningún otro. Los medios para tratar esta cuestión pueden hallarse en el sinnúmero de organizaciones que hoy existen para la seguridad en las fábricas, en los servicios médicos de las empresas, los institutos de investigación psicológica, las instituciones y cursos para la formación e instrucción en materia de seguridad, las actividades de propaganda en favor de la seguridad, etc. Los problemas de la prevención de accidentes en la industria se dividen en tres grandes categorías : problemas de orden técnico, psicológico y médico. Los primeros son, por ejemplo, los que plantean la disposición y construcción de los locales de la fábrica, la protección de la maquinaria y otras instalaciones, las medidas de precaución contra gases y polvos nocivos, y la protección de las instalaciones eléctricas. Los problemas psicológicos que recientemente han pasado a primer plano son los directamente relacionados con el elemento humano en la provocación de accidentes, e incluyen la 1 Véase a este respecto O.I.T. : Reglamento-tipo de seguridad en los establecimientos industriales, para guia de los gobiernos y de la industria (Ginebra, 1950).

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instrucción acerca de métodos de seguridad en el trabajo, así como la intervención del personal dirigente y de dirección; los métodos psicológicos de formación profesional y selección de los trabajadores, y medios para tratar los trastornos mentales y emotivos de los trabajadores. Indudablemente, en apariencia no existe relación alguna entre la protección contra las poleas de transmisión y el tratamiento de las neurosis ; sin embargo, la relación entre éstas y los accidentes no es ni imaginaria ni insignificante. Hace algunos años, el Consejo de Investigaciones Médicas del Beino Unido llegó a la inquietante conclusión de que alrededor del 10 por ciento de los trabajadores de fábricas padecían de psicosis definidas que causaban una incapacidad para el trabajo, y que otro 20 por ciento sufría formas de neurosis más benignas 1. Como es sabido, las personas enfermas están más expuestas a los accidentes que las que gozan de buena salud. Los métodos médicos de prevención de accidentes tienden, entre otras cosas, a eliminar a los trabajadores físicamente incapacitados para determinadas ocupaciones que no Jes convienen y que, por consiguiente, son particularmente peligrosas para ellos y para sus compañeros de trabajo. Los medios empleados en diferentes países para resolver estos tres tipos de problemas2 pueden clasificarse como sigue : 1) Legislación: fijación de reglas obligatorias relativas a los planos, construcción, conservación, inspección, verificación y funcionamiento de las instalaciones industriales ; obligaciones de los empleadores y de los trabajadores, formación profesional, primeros auxilios en caso de accidente, etc. 2) Normalización: establecimiento de reglas (oficiales, no oficiales o voluntarias) para la construcción de instalaciones industriales, de aparatos de protección individual, etc., según condiciones conformes con las exigencias de la seguridad. 3) Inspección : medios para velar por la aplicación de las reglas oficiales. 4) Investigaciones técnicas : estudio de las propiedades de los productos pebgrosos, estudio de los dispositivos de pro1 MEDICAL RESEARCH COUNCIL, Industrial Health Research Board : The Incidence of Neurosis among Factory Workers, Report No. 90 (Londres, H.M. Stationery Office, 1947). : Respecto de la forma en que varios de los países más industrializados conciben la prevención de accidentes en la industria, véase O.I.T. : The Law and Practice Relating to Safety in Factories (Montreal, 194 9).

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tección de las máquinas, verificación de las máscaras respiratorias de protección, estudio de los materiales y sistemas más apropiados para los cables, grúas y elevadores, etc. 5) Investigaciones médicas : estudio de las anomalías físicas que pueden conducir a accidentes, etc. 6) Investigaciones psicológicas : estudio de los estados psicológicos que pueden exponer a los trabajadores a los accidentes, etc. 7) Investigaciones estadísticas : estudio de los tipos de accidentes, su frecuencia, categorías de trabajadores accidentados, causas de estos accidentes, etc. 8) Instrucción : enseñanza de métodos de seguridad en escuelas de ingenieros, profesionales y de aprendizaje, etc. 9) Formación profesional : instrucción de los trabajadores, especialmente de los recién contratados, acerca de las prácticas de seguridad, etc. 10) Propaganda : forma de instrucción más bien de orden imaginativo que de enseñanza sistemática. 11) Seguros : creación de estímulos de orden económico, para fomentar la prevención de accidentes. El mecanismo utilizado para aplicar estas técnicas es complejo : comprende generalmente la acción de organismos gubernamentales y privados ; establece vínculos verticales entre la empresa y la organización nacional establecida para cada industria, y vínculos horizontales entre las diferentes empresas de la misma región y las diversas industrias en la esfera nacional o regional. El espacio concedido a las cuestiones de seguridad en prácticamente todos los informes del Consejo Anglo-Americano de Productividad demuestra su importancia en relación con la productividad. Las misiones de productividad han comprobado que, si bien los reglamentos oficiales de seguridad (relativos, por ejemplo, a la protección de las máquinas) son más avanzados en el Beino Unido que en los Estados Unidos, este último país se esfuerza más por desarrollar el sentido de la seguridad, por instruir a los trabajadores acerca de los riesgos especiales de sus ocupaciones y lograr así que acepten su responsabilidad cuando se trate de evitar los accidentes. Esta diferencia entre los métodos de Estados Unidos y los del Beino Unido ha sido puesta de relieve en el pasaje siguiente

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del informe de la misión de productividad en la industria de metales estampados : La actitud en los Estados Unidos respecto de la seguridad de los estampadores es fundamentalmente diferente de la nuestra. La idea primordial es la de lograr que el trabajador tenga conciencia de la seguridad, y su formación está casi por entero orientada hacia este fin. Existen reglamentos de seguridad que varían de un Estado a otro, pero en ningún caso son tan precisos o severos en sus disposiciones como en Gran Bretaña... En muchas fábricas se cuenta con un comité de seguridad que se reúne regularmente para desarrollar la seguridad en la fábrica y, en particular, para asegurar el manejo de materiales sin peligro de las mercancías y las instalaciones. Se hacen grandes campañas de propaganda acerca de la seguridad y, generalmente, se instruye a los nuevos trabajadores en los rudimentos de la seguridad, antes de permitirles que trabajen en condiciones normales... Todas estas actividades de instrucción y de propaganda son eficaces. Por ejemplo, en una de las grandes fábricas visitadas por la misión, el tablero de anuncios mostraba 273 jornadas consecutivas de trabajo, que representaban 2.300.000 horas-hombre, sin una sola pérdida de tiempo por accidente 1. Es sin duda conveniente que las enérgicas medidas para fomentar la seguridad se consideren como parte esencial de cualquier programa de elevación de la productividad. Ha demostrado la experiencia que la actitud de la dirección respecto de la prevención de accidentes es de suma importancia y que no pueden esperarse resultados efectivos y duraderos a menos que la dirección conceda a este problema un interés verdaderamente activo y constante. A fin de coordinar y concentrar la responsabilidad en materia de seguridad en el trabajo, las empresas de suficiente importancia han juzgado oportuno nombrar un responsable encargado exclusivamente de la seguridad, mientras que las pequeñas empresas confían esta misión a un empleado para que dedique regularmente una parte de su tiempo al desempeño de esta función. Una gran parte de las actividades de esos empleados consiste en fomentar la « preocupación de la seguridad » en la empresa por todos los medios posibles. Los representantes de los trabajadores, adhiriéndose a los comités de seguridad constituidos en las empresas, así como en otras formas, pueden desempeñar un papel sumamente importante en esta labor. La organización de concursos de seguridad entre los servicios y entre las empresas ha demostrado ser un valioso medio para estimular y mantener el interés de los trabajadores en las precauciones de seguridad que deben tomarse. 1 Pressed Metal, op. cit., page. 48-49. Véase igualmente A.A.C.P. : The British Pressed Metal Industry (Londres, 1953), paga. 21-22.

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La mala salud, como los accidentes del trabajo, es otro de los factores que contribuye a que descienda la productividad por debajo de niveles normales ; es también causa de absentismo y, además, reduce el rendimiento de muchos obreros que no están lo suficientemente enfermos como para no acudir al trabajo. La salud de los trabajadores industriales, como la de otros sectores de la población, depende en gran parte de los niveles generales de nutrición y de la eficacia de los servicios de sanidad pública, pero también depende de sus condiciones de trabajo. La cuestión relativa a la protección de la salud de los trabajadores en los lugares de trabajo fué discutida en la 36. a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en 1953. La Conferencia adoptó una recomendación sobre este problema en la que se insta a que, entre otras cosas, las legislaciones nacionales contengan disposiciones especiales relativas al examen médico de los trabajadores empleados en ocupaciones que entrañen riesgos especiales o amenacen su salud, y se exige la notificación de casos reconocidos o presuntos de enfermedades profesionales. Se recomendó asimismo que en los lugares de trabajo se disponga de medios de socorro y de primeros auxilios en caso de accidente, enfermedad profesional, intoxicación o indisposición, y que las autoridades competentes o los empleadores tomen todas las medidas apropiadas, de suerte que las condiciones generales en los lugares de trabajo constituyan una garantía de protección adecuada contra esos riesgos. ABSENTISMO E INESTABILIDAD D E LA MANO D E OBRA

Las altas cifras de absentismo e inestabilidad de la mano de obra son muy onerosas para la industria y, en algunas fábricas, una de las principales causas de la baja productividad. Es cierto que cuando no se abona salario alguno a los ausentes, la pérdida de su rendimiento parece quedar compensada. Pero esta apariencia es ilusoria, dado que, en la industria moderna, los gastos generales de las instalaciones inutilizadas y de los servicios de los empleados son muy elevados. Por otra parte, se trastorna el trabajo de equipo, lo que en las industrias en donde se emplean cadenas de montaje puede ocasionar una reducción de la producción superior a la contribución normal del trabajador ausente x. 1

Véase Sargant FLORENCE, op. cit., pág. 38.

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Si no se reemplaza inmediatamente a los obreros que abandonan su trabajo, su partida acarrea pérdidas similares a las del absentismo. Aun reemplazándoles rápidamente, la empresa habrá de soportar el costo de la formación de los recién llegados y quizás también el de una producción reducida de materiales estropeados y de una participación deficiente en el trabajo de equipo durante el período de adaptación x. Las medidas necesarias para limitar el absentismo y el movimiento de la mano de obra comprenden tres fases : en la primera, con objeto de determinar la magnitud de los problemas, ha de establecerse una distinción entre el absentismo y el movimiento de la mano de obra, voluntarios e involuntarios ; en la segunda, deben investigarse las causas del absentismo y del movimiento de la mano de obra voluntarios, y, en la tercera, se plantea el problema de las medidas que deben adoptarse para eliminar esas causas. A fin de determinar la magnitud de los problemas, es esencial que en los registros se haga una distinción entre las razones del absentismo y las causas del movimiento de la mano de obra. El valor de estos datos sería mucho mayor si se llegara a un acuerdo para establecer definiciones y procedimientos uniformes que permitiesen las comparaciones exactas entre empresas, industrias y países 2. Las causas del absentismo (término que, en su acepción corriente, sólo significa la ausencia en un momento en que el trabajador debe hallarse normalmente presente y que, por consiguiente, no abarca las vacaciones o ausencias debidas a 1 Hasta cierto punto, el movimiento de la mano de obra indica la « movilidad » entre los diversos lugares de trabajo y entre los diferentes empleos, tan esencial para una economía eficiente ; pero el movimiento puede elevarse muy por encima de ese punto. Que esto puede ocurrir, tanto en una economía dirigida por el Estado como en otra privada, queda demostrado por el hecho de que en la U.R.S.S., cuando el desempleo quedó anulado, surgió un excesivo movimiento de mano de obra, que hubo que controlar e imponer sanciones. Véase A. BAYKOV : The Development of the Soviet Economic System, National Institute of Economic and Social Research, Economic and Social Studies V (Cambridge University Press, I960, pags. 361 y siguientes). En Checoslovaquia también ha sido denunciado, en declaraciones oficiales, el alto nivel de inestabilidad de la mano de obra. 2 Una dificultad de carácter técnico con que se tropieza con frecuencia al comparar las estadísticas es la relativa a las variaciones del número de días en que un trabajador puede estar ausente, sin presentar una justificación, antes de darle de baja. En las empresas en donde el período en cuestión es prolongado, los índices de absentismo aparente aumentan. Según el profesor Sargant Florence, « una semana podría ser el límite a partir del cual se puede considerar normalmente que los trabajadores que no hayan presentado una justificación satisfactoria de su ausencia — enfermedad, por ejemplo — han abandonado su empleo, y que constituyen, en consecuencia, un caso de movimiento de mano de obra> (op. cit., pag. 38).

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accidentes en la fábrica o a otros motivos que dependan de la empresa) pueden dividirse de la siguiente forma : enfermedad debidamente comprobada1 ; enfermedad no comprobada 1 ; razones de carácter familiar ; retraso involuntario y absentismo voluntario. En cuanto al movimiento de la mano de obra, las causas pueden ser los fallecimientos, jubilaciones, despidos a causa de reducción del personal, licénciamientos por otros motivos y abandono voluntario del empleo. Si bien pueden tomarse a veces medidas para reducir la frecuencia o extensión del absentismo y del movimiento de la mano de obra involuntarios (la mejora de las condiciones materiales de trabajo y de los servicios médicos, por ejemplo, podría reducir los índices de morbilidad), el absentismo voluntario y el abandono espontáneo del empleo son los aspectos esenciales del problema estudiado en este capítulo. El examen de las razones de estos fenómenos quedaría simplificado si se mantuviera un registro en forma que permitiese la repartición, sin demasiada dificultad, de las cifras totales del absentismo voluntario y de los abandonos espontáneos del empleo, según la edad, sexo, estado civil, antigüedad en el servicio, departamento, ocupación y salarios de los trabajadores. La comparación de los índices de absentismo voluntario y de abandonos espontáneos que se observan entre los trabajadores que se agrupan bajo los epígrafes precedentes será con frecuencia muy significativa. Cuando los índices de absentismo voluntario y de abandonos espontáneos son elevados, ello puede deberse a razones económicas (por ejemplo, descontento a causa del nivel de los salarios) institucionales (descontento debido a las relaciones de trabajo o humanas en la fábrica o a los métodos aplicados por el personal dirigente) o profesionales (descontento por la clase de trabajo). En tanto que las medidas para mejorar las relaciones humanas en la empresa y lograr la cooperación de los trabajadores para reducir los índices elevados de absentismo y de inestabilidad de la mano de obra han dado con frecuencia buenos resultados, en tres estudios recientes efectuados por la Facultad de Comercio y Ciencias Sociales de la Universidad de Birmingham se indica que los factores profe1 Especialmente las ausencias debidas a accidentes ocurridos fuera de la empresa. La ausencia debida a un accidente que ha tenido lugar en la empresa se considera también a veces como una forma de absentismo. Es decir, no existe en este terreno una terminología bien definida.

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AUMENTO DE LA PBODUCTrVTDAD

sionales son mucho más importantes de lo que corrientemente se cree *. Las verdaderas razones de la ausencia y de los abandonos voluntarios son a menudo difíciles de determinar ; pero podría aclararse en mayor medida la extensión y motivos del absentismo voluntario, comparando las cifras de las ausencias en los diferentes días de la semana..En dos empresas británicas, ha mostrado esta comparación un tipo de variaciones muy notable, caracterizado por gran número de ausencias los lunes, que va decreciendo en el curso de la semana hasta el viernes. El mismo fenómeno se observa a lo largo del año, salvo en la época de vacaciones 2. Se ha estimado que, cuando se produce una variación de este tipo, el número de ausencias en el día de mayor asistencia — cifras que pueden representar algunas voluntarias — constituye un medio bastante objetivo para determinar el índice mínimo de ausencias realizable en la práctica 3. En el estudio en que se expone la conclusión precedente se ha calculado un índice de « lunes de huelga » en dos empresas, que muestra la diferencia entre el número de ausencias el lunes y el viernes. La variación de la asistencia semanal y el índice del « lunes de huelga » varía considerablemente según las tareas, servicios y fábricas. El autor del estudio añadió : La ausencia de los lunes parece ser un fenómeno debido a las particularidades sociales que reinan en muchas fábricas británicas, caracterizado no sólo por el comportamiento individual, sino del grupo. En muchos servicios, el « lunes de huelga » era observado en más del 25 por ciento de los trabajadores, y en ningún caso se debía un elevado índice de este tipo a una o dos personas solamente 4. No ha podido hallarse una relación estrecha entre el índice del « lunes de huelga » y las condiciones de trabajo, la importancia de los servicios, el esfuerzo físico requerido, los salarios o la edad. Al parecer, el papel desempeñado por los contramaestres es sólo un factor secundario, en tanto que la clase de trabajo es elemento determinante. Observa el autor que este índice « parece variar con la tensión psicológica que exige la 1 W. BALDAMUS, op. cit. ; J. Lova : Labour Turnover under Full Employment, y H. BEKBEND : Absence under Full Employment (Estos tres estudios fueron publicados en 1951). 2 H. BEHKKND, op. cit., págs. 42 y siguientes, y 127. Durante el período objeto de estudio, no existía prácticamente el desempleo. Los datos sobre dos fábricas alemanas, donde existía desempleo, no indicaban absentismo los lunes. » Ibid., pág. 46. i Ibid., pág. 129.

CUESTIONES D E PERSONAL

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tarea y que se eleva a medida que esta tensión crece » *-. No obstante, es necesario investigar más a fondo los métodos de medir la tensión psicológica que provocan las diferentes tareas. La fuerza o la debilidad del « impulso » que sienta el trabajador 2 parece ser uno de los importantes factores que influyen en el grado de tensión psicológica. Sin embargo, no existe razón para poner de relieve este elemento, con exclusión de los demás. En términos más generales, indica Behrend que « si el absentismo de los lunes es signo característico de una actitud frente al trabajo, puede decirse que la actitud de los trabajadores que observan la práctica del « lunes de huelga » es mala respecto del trabajo, y que una entrevista con ellos podría descubrir los motivos del descontento » 3 . El índice elevado de los movimientos voluntarios de la mano de obra ha sido considerado con frecuencia como prueba de la calidad deficiente de la dirección. Los estudios de Birmingham muestran que esta explicación es incompleta. Los estudios efectuados en dos empresas señalan la existencia de una relación entre la tensión psicológica que provocan las diferentes clases de trabajo y el índice, no sólo de absentismo voluntario, sino también del movimiento de mano de obra observado entre diferentes categorías de trabajadores 4. Las pruebas obtenidas hasta ahora nos permiten afirmar que el tipo de trabajo ejecutado tiene mayor importancia en el estudio del factor humano en la industria de lo que hasta hoy se ha creído. Por lo que al movimiento de la mano de obra se refiere especialmente, es evidente que cualquier estudio que no preste atención a las diferencias entre las diversas tareas continuará siendo un estudio esencialmente incompleto. No significa esto, sin embargo, que la hipótesis convencional sobre la eficiencia deba desecharse por completo. Es incluso posible, y hasta probable, que un factor residual de « competencia de la dirección del personal » siga siendo uno de los elementos aislados que determinan los movimientos de la mano de obra. Sin embargo, si este factor ha de evaluarse exactamente, será necesario comparar algunas series de tareas idénticas o similares por lo que respecta al movimiento de trabajadores en diferentes fábricas y diversos servicios 5. Hasta el momento en que se descubran las razones de la existencia de índices elevados de absentismo o de movimientos 1

BEHREND, op. cit., pág. 129.

2

Es decir, la sensación de sentirse atraído o arrastrado por la fuerza de inercia inherente a una actividad determinada. (Véase pág. 168.) 8 4 5

BEHREND, op. cit., pág. 129. W. BALDAMTJS, op. cit., págs. 59 y siguientes. BEHREND, op. cit., pág. 69.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

de mano de obra voluntarios, las medidas tendientes a reducir tales índices serán necesariamente tomadas al azar. Descubiertas las causas, las disposiciones a adoptar se impondrán por sí mismas. Evidentemente, las razones no serán las mismas en todos los casos, pero si se aceptan las conclusiones de los estudios de Birmingham, parece que las empresas tendrían con frecuencia gran interés en esforzarse por determinar cuáles son las características del trabajo efectuado en la empresa que más desagraden a los obreros y en introducir aquellos cambios que, en la medida de lo posible, las eliminen o modifiquen.

PARTE III

MÉTODOS PRÁCTICOS PARA AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD

CAPÍTULO VII CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE EXPERTOS EN MATERIA DE PRODUCTIVIDAD EN LAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS La reunión de expertos en materia de productividad en las industrias manufactureras, a la que se hizo alusión en el presente estudio, se celebró en Ginebra en diciembre de 1952. Esta reunión congregó a dieciséis expertos de trece países 1 y asimismo asistieron a ella representantes del Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, un representante de las Naciones Unidas y observadores de la Organización Europea de Cooperación Económica, del Comité Internacional de Organización Científica, de la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos, de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres y de la Federación Internacional de Mujeres de Profesiones Liberales y Comerciales. La reunión adoptó unánimemente las conclusiones que figuran a continuación. 1 Los expertos participantes en la reunión fueron los siguientes : Sr. Erik BEHGTSON (Suecia) : Ex director administrativo de la Compañía Minera Boliden. Dr. J. A. BEBOEB (Países Bajos) : Presidente de la Comisión Nacional sobre Métodos de Aumento de la Productividad ; presidente de la Junta de Conciliación. Sr. Emile BOURSIER (Francia) : Secretario general de la Unión de Industrias Metalúrgicas y Mineras. Sr. W. F. BRAZEKER (Reino Unido) : Director administrativo de la Compañía s The Mint», Birmingham, Ltd. Dr. P. H. COOK (Australia) : Subsecretario (Empleo), Departamento del Trabajo y Servicio Nacional ; autor de The Productivity Team Technique (Tavistock Institute of Human Relations) ; profesor de Administración industrial en la Universidad de Melbourne. Sr. J. CRAWFORD (Reino Unido) : Presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Calzado. Sr. C P. DAVE (Pakistán) : Subsecretario general de la Confederación PanPakistana del Trabajo. Sr. R. PAUPL (Estados Unidos) : Representante internacional de la Asociación Internacional de Mecánicos ; miembro trabajador del Comité especial encar-

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

INTRODUCCIÓN

1. En su más amplio sentido, el problema del aumento de la productividad consiste en utilizar el conjunto de los recursos de manera más eficiente, a fin de producir las mayores riquezas posibles al menor costo real posible. 2. Una mayor productividad ofrece posibilidades de elevar el nivel general de vida, principalmente mediante : a) mayores cantidades, tanto de bienes de consumo como de bienes de producción, a un costo menor y a un precio menor ; b) mayores ingresos reales ; c) mejoras de las condiciones de vida y trabajo, con inclusión de una menor duración del trabajo ; d) en general, un refuerzo de las bases económicas del bienestar humano. 3. Con el fin de asegurar que el aumento de la productividad acarreará un nivel de vida más elevado, es de importancia capital : a) que los beneficios resultantes de una mayor productividad sean distribuidos equitativamente entre el capital, el trabajo y los consumidores ; y gado de estudiar los reglamentos destinados a aumentar la productividad ; miembro trabajador suplente de la Comisión de revisión y apelación de la Junta de estabilización de salarios. Sr. John C. GEBHART (Estados Unidos) : Director de investigaciones de la Asociación Nacional Manufacturera ; presidente de la Comisión consultiva de estudios comerciales de la Oficina de Estadísticas del Trabajo en elDepartamento del Trabajo de los Estados Unidos. Sr. George V. HAYTHORNE (Canadá) : Director de la Sección Económica y de Investigación del Departamento del Trabajo ; presidente de la Comisión interministerial sobre medida y análisis de la productividad. Dr. H. KNOLLE (República Federal de Alemania) : Ministerio del Trabajo. Sr. Werner RASMUSSEN (Dinamarca) : Comisión danesa de la productividad ; representante danés ante la Comisión de Productividad e Investigación aplicada de la O.E.C.E. Sr. René RICHARD (Francia) : Miembro del Consejo Económico ; director del Comité nacional francés de productividad y de la Asociación francesa para aumentar la productividad ; presidente fundador del Centro Sindical de Estudios e Investigaciones de Productividad ; secretario general de la Federación Nacional de Ingenieros y Personal Dirigente de la C.G.T.-Fuerza Obrera (F.N.I.C.-F.O.). Sr. S. SFORSIN (Brasil) : Presidente del Sindicato de Maestros y Contramaestres de la Industria del Hilado del Estado de Sao Paulo ; profesor y director de la Escuela de perfeccionamiento técnico para hilanderos de dicho sindicato. Sr. R. M. SHAH (India) : Contralor de materiales de la empresa de electricidad y transportes de Bombay ; exlaconsejero El Dr. HAYTHORNE presidió reunión. industrial y comercial. Sr. Alfred WALTHER (Suiza) : Ingeniero ; profesor de economía comercial de la Universidad de Berna.

CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE EXPERTOS

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b) que la demanda de bienes y servicios sea mantenida a un nivel suficientemente elevado y que se tomen medidas adecuadas para evitar que el aumento de la productividad ocasione desempleo. En países donde las posibilidades de empleo están limitadas debido a la escasez de capital, debe dedicarse especial atención al problema consistente en asegurar una tasa apropiada de formación de capital. Estos asuntos están relacionados tanto con la justicia social como con las necesidades económicas ; el hecho de no repartir ampliamente los beneficios de una mayor productividad y de no mantener la demanda y el empleo significaría el incumplimiento de las condiciones destinadas a asegurar un aumento continuo de la productividad. 4. También es sumamente importante que exista un movimiento sindical libre y poderoso dentro de un régimen que le asegure plena libertad para ejercer el derecho de negociación colectiva en un pie de igualdad con los empleadores o sus organizaciones. 5. Para lograr un aumento de la productividad es necesario que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores tomen medidas al respecto. Los gobiernos tienen la responsabilidad de crear condiciones favorables a una mayor productividad mediante el fomento de un programa equilibrado de desarrollo económico y la adopción de medidas económicas y sociales apropiadas en campos tales como el comercio exterior, la formación de capital, prácticas restrictivas, garantía de un suministro apropiado de materias primas, condiciones monetarias y fiscales, desarrollo de servicios eficaces de empleo, sanidad, vivienda, investigación científica y educación. Si bien a las empresas incumbe esencialmente la tarea de tomar medidas para aumentar la productividad, es indispensable contar con la colaboración activa de los trabajadores y de sus representantes. Una vez lograda esta cooperación, ella constituye en sí misma una prueba de la caüdad de la dirección, pero depende también de la actitud de los jefes sindicales. 6. Las medidas destinadas a aumentar la productividad pueden encontrar una resistencia al cambio de parte de algunos o de todos los diversos grupos que trabajan en la empresa. Tal resistencia es uno de los mayores problemas en el campo de la productividad y las medidas para superarla deben basarse en un examen cuidadoso de la situación determinada, así como en una comprensión de las razones que la motivaron. 7. Para los fines de estas conclusiones, el término « productividad » se utiliza en el informe para designar la relación entre la cantidad producida y los factores utilizados en su producción, dentro de una empresa, una industria o el conjunto de la economía. Esta relación puede expresarse en términos

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

de diferentes factores de la producción, tales como el trabajo, el capital o las materias primas. Por diversas razones y sobre todo por el hecho de que se dispone de mayores datos estadísticos relativos a la mano de obra, el factor « trabajo » (horashombre, días-hombre, años-hombre) se emplea frecuentemente como denominador en esta relación. Si bien tiene sus limitaciones, esta relación presenta un gran interés práctico, pero las modificaciones de productividad que implica pueden tener, y a menudo así sucede, la influencia acarreada por las modificaciones operadas en las instalaciones, el equipo, la organización de la empresa y las materias primas, así como por las modificaciones producidas en la cantidad y calidad de la'mano de obra. En el análisis de las modificaciones de productividad es sumamente importante tener en cuenta todos estos factores, ya que todos ellos ejercen influencia sobre las cifras del costo final. 8. Las medidas estadísticas y las comparaciones de productividad pueden ser de gran valor para indicar las medidas que deberán tomarse para aumentar la productividad en ciertas empresas o industrias determinadas ; se llama la atención hacia la conveniencia de desarrollar y utilizar técnicas uniformes para medir la productividad. 9. Las condiciones varían de una manera considerable de un país a otro, de una industria a otra y de una empresa a otra. Por consiguiente, si bien las conclusiones que se indican a continuación pueden aplicarse en condiciones distintas y en grados diferentes, es importante que en todos los casos se tomen todas las medidas posibles a fin de aumentar la productividad.

CONSIDERACIONES GENERALES

10. Una mayor productividad exige un esfuerzo concertado por parte de los miembros de todos los grupos que contribuyen directa o indirectamente a la producción. En algunos casos, tal esfuerzo puede exigir modificaciones profundas en la actitud de todos los interesados. La plena colaboración de todos los grupos sólo puede lograrse en una sociedad que acepte los principios de justicia social y reconozca que el objetivo esencial de la industria es satisfacer las necesidades de la sociedad en su conjunto. 11. Cuando exista un mecanismo de colaboración entre empleadores y trabajadores deberá utilizarse en la mayor medida posible con el fin de fomentar una mayor productividad. Si tal mecanismo no existe en una industria determinada, sería conveniente disponer su creación en el plano nacional, regional o de la empresa.

CONCLUSIONES DE LA BEUNIÔN DE EXPERTOS

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12. Cuando sea posible y oportuno, sería ventajoso examinar en el plano de la industria o de la región cuestiones tales como disposiciones relativas a la repartición de los resultados del aumento de la productividad y a las garantías que deban aplicarse para lograr el bienestar de los trabajadores y el rendimiento permanente de las empresas de la industria, ya que tales discusiones pueden permitir lograr un mayor grado de uniformidad en la aplicación general, por una industria, de técnicas destinadas a aumentar la productividad. 13. Cuando sea posible, y a fin de que las medidas tomadas para fomentar una mayor productividad cuenten con el apoyo y comprensión de los trabajadores y sus representantes, deberían tomarse disposiciones apropiadas en el plano de la empresa a fin de permitir : a) si se han examinado los principios generales en el plano de la empresa o de la región, como se estipula en el párrafo 12 anterior, que se estudie su aplicación en la empresa interesada y que se dé la posibilidad de presentar explicaciones, comentarios o sugestiones detallados ; b) cuando no exista ningún mecanismo de esta índole en el plano regional o de la industria, que se examinen, expliquen y discutan en el plano de la empresa asuntos tales como los mencionados en el párrafo 12 anterior. 14. Los representantes de los empleadores y de los trabajadores y de sus organizaciones deberían ser consultados por los gobiernos en lo relativo a las cuestiones de política nacional destinadas a fomentar una mayor productividad. Debería estudiarse la posibilidad de crear, si aún no existen, centros nacionales de productividad u organismos similares, que sirvan de centros de información y de estudio y, en ciertas circunstancias, coordinen los esfuerzos nacionales tendientes a fomentar el aumento de la productividad ; dichos organismos deberían estar bajo la fiscalización de juntas o comisiones en las cuales las organizaciones de empleadores y de trabajadores estén equitativamente representadas. Debería también alentarse la cooperación entre los centros o comisiones nacionales de productividad en lo relativo a cuestiones de interés común. Cuando sea conveniente, debería estudiarse la posibihdad de establecer comisiones mixtas o centros de estudio y de información encargados de fomentar la productividad en determinadas industrias. 15. La participación de los trabajadores en los beneficios resultantes de una mayor productividad puede tomar la forma en parte de mayores salarios, en parte de precios más bajos de los productos, y, en parte, de mejores condiciones de trabajo, con inclusión de una reducción en las horas de trabajo, servicios sociales y viviendas obreras. El aumento de los salarios y el mejoramiento de las condiciones de trabajo posibilitados por

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AtFMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

una mayor productividad deberían determinarse, cuando sea posible, mediante contratos colectivos. La manera en que bajo estas diferentes formas puede repartirse el aumento de las riquezas provenientes de una mayor productividad dependerá de las diferentes condiciones prevalecientes en cada país. No solamente deberán beneficiarse los trabajadores directamente interesados en el aumento de la productividad, sino que también deberán tomarse en cuenta los trabajadores pertenecientes a otras industrias en las cuales no sea posible, por el momento, lograr un aumento de la productividad en el mismo grado. La equidad social exige también la consideración de grupos profesionales y sociales que, por razones diversas, pueden no estar en situación de luchar por sus reivindicaciones, entre los cuales pueden contarse el personal dirigente, los técnicos y otro personal. 16. Los empleadores deben tener en cuenta, en toda la medida de lo posible, los problemas humanos que resulten de las modificaciones técnicas efectuadas para aumentar la productividad en la empresa. 17. Es conveniente que los servicios gubernamentales de empleo e investigación establezcan relaciones estrechas, tanto con la industria como con los establecimientos de formación profesional, y que estén en situación de compilar y anaKzar los datos estadísticos u otros que permitan la preparación de serios estudios relativos a las tendencias de la situación del empleo, sobre los cuales puedan basarse los cálculos sobre disponibilidad de mano de obra, necesidades futuras relativas a las diferentes especialidades de trabajo y necesaria movilidad de la mano de obra. 18. El perfeccionamiento del equipo y de las técnicas modifica la naturaleza de las oportunidades de empleo y puede obligar a ciertos trabajadores a cambiar de ocupación. Las medidas tendientes a aumentar la productividad deberían, pues, estar acompañadas de medidas destinadas a proteger los intereses de todos los trabajadores que pudieran perder su empleo o verse amenazados de ello. Especialmente : a) los gobiernos deberían aceptar la responsabilidad continua de la aplicación de medidas destinadas a mantener el empleo a un nivel elevado y estable ; b) deberían tomarse medidas, de conformidad con procedimientos adoptados de común acuerdo, cuando ello fuere posible, destinadas a reducir a un mínimo el número de trabajadores que puedan perder sus empleos, así como a contribuir al reempleo de los trabajadores desplazados. Tales medidas deberían comprender : i) la planificación anticipada, por parte de los empleadores, de las modificaciones de los procesos de fabricación o del equipo y la notificación previa de los

CONCLUSIONES DB LA REUNIÓN DE EXPERTOS

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desplazamientos a que dichas modificaciones pudieran dar lugar ; también debería estudiarse la posibilidad de reducir o suspender nuevos reclutamientos, con el fin de retener el excedente de trabajadores hasta disponer de un número suficiente de empleos para ellos a raíz de los movimientos normales de la mano de obra ; ii) la asignación, por los empleadores, de prioridades a los trabajadores desplazados para llenar puestos vacantes, tomando debidamente en cuenta la eficiencia, buena conducta y años de servicio de los interesados ; iii) la concesión, en caso necesario, de orientación profesional. así como de formación y readaptación profesionales ; iv) el perfeccionamiento, en caso necesario, de la organización del servicio del empleo con el fin de lograr que las informaciones relativas a puestos vacantes apropiados sean comunicadas rápidamente a todos los interesados ; v) medidas destinadas a fomentar la movilidad geográfica de la mano de obra, tales como pago de asignaciones de mudanza y programas para la construcción de viviendas obreras, cuando ello sea oportuno ; c) deberían tomarse medidas a través de los sistemas de seguro de desempleo, o mediante otro procedimiento, con el fin de proteger el nivel de vida de los trabajadores que puedan perder sus empleos. 19. Si bien se ha realizado un considerable progreso durante los últimos años, es urgente proceder a nuevos ensayos, investigaciones y estudios sobre la influencia ejercida por los diversos factores sobre la productividad. Esta tarea podría emprenderse, según las circunstancias, en el plano internacional, nacional, de la industria o de la empresa, y podría exigir una estrecha colaboración de personas que tengan una educación y una formación científica diferentes. Cualesquiera que sean los auspicios bajo los cuales se efectúen tales investigaciones, los programas al respecto deberían determinarse con la amplia cooperación de los representantes de las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Dicha cooperación facilitaría la aceptación y aplicación de los resultados de tales investigaciones. 20. A fin de difundir ampliamente los medios más eficaces de aumentar la productividad y fomentar su aplicación siempre que sea posible, es esencial la existencia de un libre intercambio de informaciones entre los países, industrias y empresas. Además de acudir a los medios acostumbrados de comunicación (periódicos, revistas y otras publicaciones, películas, etc.), sería conveniente fomentar la práctica, cada día más utilizada, de intercambiar informaciones a través de contactos personales. Se llama sobre todo la atención hacia el valor de las visitas de

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

estudio en grupos o equipos representativos de la empresa, la industria o el país interesado. 21. En los países poco desarrollados desde el punto de vista económico o de las relaciones de trabajo, la Organización Internacional del Trabajo, otros organismos especializados y las Naciones Unidas podrían otorgar, de acuerdo con el Programa ampliado de asistencia técnica, una considerable ayuda para la implantación de técnicas destinadas a aumentar la productividad, incluyendo muchas de las mencionadas en el presente documento. Por consiguiente, se recomienda que los países recurran a esta asistencia para complementar sus esfuerzos destinados a aumentar la productividad en sus industrias manufactureras. MEDIDAS DESTINADAS A FOMENTAR EL AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD DENTRO DE LA EMPRESA

22. Tomando en cuenta las observaciones formuladas anteriormente respecto a la acción de los gobiernos o de las industrias, el aumento de la productividad depende esencialmente de las medidas tomadas en el plano de la empresa. 23. La responsabilidad principal de las medidas para aumentar la productividad en cada empresa incumbe a los empleadores. 24. Ningún esfuerzo tendiente a aumentar la productividad puede tener éxito si no existen buenas relaciones entre los empleadores y los trabajadores interesados y sus representantes, y éstos deben tomar medidas con el fin de fomentar tales relaciones. 25. Una mayor productividad en la empresa exige medidas en tres campos principales : organización y control de la producción ; personal ; instalaciones y equipo. La acción que pueda emprenderse en estos diferentes campos variará de acuerdo con la situación económica de la empresa. Aun cuando no sea posible modificar considerablemente el equipo, siempre será posible utilizar amplia y eficientemente los medios de que se disponga, por una parte, para mejorar continuamente la organización y los métodos y, por otra, para lograr una participación activa de todo el personal en los esfuerzos destinados a aumentar la productividad. Organización y control de la producción 26. Deberían desplegarse todos los esfuerzos posibles para lograr un mayor grado de :

CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE EXPERTOS

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a) simplificación, que consiste en disminuir el número de tipos y variedades del producto ; b) uniformidad, que consiste en lograr : 1) una norma para un producto determinado, una serie de productos o un procedimiento especial, y 2) la aplicación de dicha norma. Una norma es una definición relacionada con las características, calidad, composición, dimensiones o método de fabricación o de ensayo ; c) especialización, que consiste en dedicar exclusivamente determinados recursos productivos a la fabricación de una serie limitada de productos *. 27. El aumento de la productividad requiere un examen de la organización general de la empresa, así como una clara definición de las autoridades y responsabilidades. En las grandes empresas y organizaciones se reconocen cada día más las ventajas logradas gracias a la adopción de una forma de organización que permita la especiaüzación de las funciones, a reserva de una coordinación adecuada. 28. Debería prestarse atención a las técnicas de estudio del trabajo, incluyendo el estudio de métodos y la medida del trabajo tanto como medio para mejorar la organización del trabajo y simplificar los métodos como para servir de base a sistemas de remuneración por rendimiento, en los casos en que ello sea indicado. Debería observarse cierta prudencia en la interpretación de los resultados obtenidos por dichas técnicas. El acuerdo y la participación de los trabajadores constituyen una condición esencial para el éxito de la aplicación de tales técnicas. 29. Sería conveniente dedicar especial atención a la preparación del trabajo y al control de la producción, con el fin de : a) asegurar la disponibilidad de materias primas y de elementos de fabricación en el momento oportuno y en el lugar requerido ; b) reducir, en la medida de lo posible, los períodos muertos de las máquinas ; y o) asegurar que los trabajadores no trabajen en exceso ni estén inactivos. 30. Al aplicar el sistema de estudio del trabajo y control de la producción deben desplegarse todos los esfuerzos posibles para simplificar los métodos del trabajo y, mediante ello, realizar economías de mano de obra, equipo y material. 31. El personal encargado de los estudios técnicos y de la preparación del trabajo debería estar informado del costo y de las características de los diferentes elementos del equipo y diversas materias primas utilizadas, a fin de estar en mejor 1

Véase Simplification in Industry, op. cit., pág. 2.

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

situación para determinar los más económicos métodos y diseños del herramental. A menudo podría lograrse, en el momento de la concepción y fabricación de los productos, una colaboración más estrecha por parte de los que los utilizan. 32. Debería existir la más estrecha cooperación e intercambio de informaciones entre los departamentos encargados de la preparación del trabajo y de la fabricación, a fin de utilizar la mano de obra y las instalaciones de la empresa con el máximo de resultados. 33. En muchas empresas será sumamente ventajoso establecer servicios destinados a mejorar las técnicas. Dichos servicios deberían tratar de mejorar constantemente la organización y el funcionamiento de la empresa y coordinar las sugestiones y las ideas presentadas para perfeccionar los métodos de trabajo, especialmente en lo relativo al control de la utikzación de las máquinas y del empleo de las materias utilizadas en toda la empresa. 34. Debería dedicarse especial atención al control de los precios de costo y del presupuesto, con el fin de facilitar a la dirección : a) informaciones exactas relativas a los costos por unidad; b) medios destinados a controlar los gastos, corregir los errores y superar las deficiencias, mediante la comparación de los resultados obtenidos y las previsiones presupuestarias, y c) orientación para el futuro. 35. Especial atención debería prestarse a las materias primas y a la política de ventas ; sobre todo, podrían requerirse una reorganización de los métodos de distribución y un estudio de los mercados, con el fin de dar salida a una mayor producción. 36. La óptima eficiencia de las empresas sólo podrá lograrse mediante programas regulares de producción. Los siguientes puntos merecen una atención especial : a) las políticas gubernamentales destinadas a mantener niveles elevados y estables de ingresos y de empleo pueden desempeñar un papel importante en el fomento de una mayor utilización de la capacidad de producción ; b) es indispensable que las autoridades públicas eviten irregularidades inútiles en la colocación y fechas de entrega de sus órdenes de compra ; c) algunas veces, mediante políticas de venta, diferenciales de precio o algún otro medio, los productores podrán estar en situación de reducir las fluctuaciones de temporada y otras en la demanda de sus productos ; d) una mejor planificación de los programas de producción puede igualmente contribuir a reducir las irregularidades de producción resultantes de las fluctuaciones de temporada u otras.

CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE EXPERTOS

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37. Cuando existan mercados adecuados, cuando la provisión de materias primas y de mano de obra sea suficiente y cuando los gastos generales representen una proporción apreciable del costo total de producción, deberían estudiarse las posibilidades de aumentar la producción mediante un aumento en el número de equipos de trabajo. 38. Al establecer nuevas empresas o sucursales, sería útil examinar cuidadosamente las ventajas relativas que, desde el punto de vista de la productividad, presentarían las diferentes situaciones geográficas posibles. A este respecto, los factores a los cuales debería darse importancia comprenden la disponibilidad de diferentes tipos de mano de obra, de transporte, energía y materias primas. En algunos países, la planificación regional o nacional contribuye en forma importante a la solución del problema de la situación geográfica racional de la industria. Personal 39. A fin de mejorar la aplicación, por parte de los miembros de la dirección general y por el personal dirigente, de una política bien concebida relativa al personal, la dirección debería considerar el nombramiento de jefes calificados de personal y, cuando la importancia de la empresa lo permita, la creación de secciones o servicios de personal. 40. Con el fin de asegurar la mejor utilización posible de los servicios de todo el personal dentro de la empresa y la designación de trabajadores para empleos que puedan desempeñar eficazmente y con satisfacción para ellos mismos, la dirección debería dedicar especial importancia al perfeccionamiento de los métodos empleados en la selección y colocación de los miembros de la empresa, así como a los sistemas de examen periódico del progreso logrado en la adaptación al trabajo. 41. La práctica consistente en ofrecer, dentro de la empresa, cursos breves de iniciación u orientación a los nuevos trabajadores, con el fin de impartirles nociones sobre la empresa en que trabajan, así como sobre el lugar que en ella ocupen, se está extendiendo cada día más y es muy recomendable. 42. El personal dirigente y los contramaestres pueden prestar una contribución especialmente importante al aumento de la productividad. Constituyen el enlace principal entre la dirección general, los técnicos e ingenieros, por una parte, y los trabajadores manuales, por otra. Es de importancia fundamental que este personal sea informado regularmente respecto a la política y programas de la dirección general, los comprenda plenamente y sea capaz de exphcarlos. Deberían tomarse medidas para asegurar la selección cuidadosa de dicho

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AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

personal y su representación, sea directamente o a través de sus organizaciones, en todo mecanismo establecido en la empresa. 43. A fin de evitar que los trabajadores calificados estén obligados a consagrar una parte considerable de su tiempo a trabajos que no requieran sus capacidades especiales, debería prestarse atención a la posibilidad de facilitar más efectivamente a dichos trabajadores los medios mecánicos necesarios o el concurso de un mayor número de ayudantes no calificados. 44. Guando exista escasez de mano de obra calificada, debería prestarse atención a la formación apropiada de trabajadores calificados mediante programas de aprendizaje u otros programas de formación completos y sistemáticos, así como a la posibilidad de simplificar los métodos de trabajo, con el fin de aumentar la producción de operaciones que pueden realizar los obreros semicalificados. En forma similar, debería brindarse la oportunidad a los trabajadores no calificados de adquirir las calificaciones necesarias para ejecutar dichos trabajos. 45. La educación y formación profesionales pueden contribuir considerablemente a aumentar la productividad. Se llama especialmente la atención hacia los siguientes puntos : a) La organización de las actividades de educación y formación profesionales requiere un cálculo de las tendencias tanto presentes como futuras de las necesidades relativas a las diferentes categorías de trabajadores y a las diversas especialidades. b) Puede incrementarse la capacidad de la dirección para cumplir sus responsabilidades tendientes a aumentar la productividad, mediante una formación apropiada destinada a suscitar « el espíritu de productividad », basado en una amplia comprensión de los principios básicos y de los objetivos e implicaciones sociales de las técnicas aplicadas para aumentar la productividad. c) Gran parte de la iniciativa en la presentación de proposiciones específicas y aplicación de medidas determinadas para aumentar la productividad debe provenir de técnicos, ingenieros, expertos y personal encargado de las relaciones con el personal de la industria. Existe una aguda escasez de personal calificado en materia de principios y técnicas de organización general y organización del trabajo, así como una gran necesidad de extender las facilidades para su formación. A este respecto las universidades y escuelas técnicas podrían aportar una importante colaboración, y, en caso necesario, deberían organizar o extender los cursos de organización y explotación racional de la empresa, a fin de responder a esa necesidad. d) Cada día se reconoce más la importancia capital que tiene la formación apropiada de capataces y contramaestres, no

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f)

g)

h)

i)

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sólo en las tareas de orden técnico y administrativo, sino también y especialmente en los principios de las relaciones humanas, ya que es muy importante la existencia de una confianza recíproca y relaciones amistosas entre el personal dirigente y los trabajadores. Los sistemas de formación básica para los trabajadores calificados no deberían ser exageradamente especializados. Deberían tener por objeto facilitar informaciones generales y desarrollar los intereses generales y las capacidades que puedan ser valiosas en una variedad de condiciones reales de trabajo. Los sistemas de formación básica deberían completarse con otros tipos de formación destinados a desarrollar las capacidades especiales y facilitar el ascenso de los trabajadores a puestos de mayor responsabilidad y capacidad. Se reconoce cada día más la necesidad de formar obreros semicalificados, distintos de los trabajadores calificados. La experiencia ha demostrado que a menudo puede acortarse el tiempo necesario para enseñar un trabajo, reducirse el número de fracasos y convertirse el proceso de enseñanza en una experiencia más satisfactoria, si se proporciona una formación adecuada a los trabajadores semicalificados. E n empresas o industrias que están aplicando medidas para aumentar la productividad pueden ser necesarios programas de formación especiales, a fin de permitir a los trabajadores adaptar sus capacidades especiales a las modificaciones de las técnicas de producción o de equipo, o para facilitar el reempleo de los trabajadores desplazados o amenazados de desplazamiento. Puede ser conveniente, especialmente en empresas no familiarizadas con las técnicas modernas para aumentar la productividad, poner en aplicación programas para dicho fin que requieran, en primer lugar, la formación del personal dirigente en dichas técnicas y, subsiguientemente, la de todo el personal. Para este propósito, será necesario impartir una enseñanza especial a un cierto número de personal dirigente, el cual tendrá la responsabilidad del programa. Es importante que la acción emprendida por los responsables de tales programas cuente con el firme apoyo de la dirección general. Se recomienda que dichos programas se coordinen en el plano industrial o regional. A este respecto, cuando existan, podrían utilizarse los centros u otros organismos análogos mencionados en el párrafo 14. Cuando una empresa disponga de los servicios de ingenieros-consejeros para la preparación de estudios de trabajo, o de principios de organización del trabajo, o cuando tales técnicas deban ser implantadas por el servicio de preparación del trabajo de la empresa, sería conveniente considerar en la forma más favorable posible las ventajas que presentaría la formación de un representante de los trabajadores

218

AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

desde la iniciación del estudio de las tareas, a manera de garantía suplementaria para la protección de los intereses de los trabajadores. Esta práctica es común en ciertos países y en ciertas industrias y la empresa interesada se hace cargo de las ganancias normales del representante de los trabajadores. 46. La formación dentro de la industria, generalmente conocida por las iniciales T.W.I., ha demostrado ser de gran utilidad práctica en numerosas empresas. Se recomienda que todas las empresas adopten un sistema de esta naturaleza, adaptado a las condiciones de cada país y dando especial importancia a una mayor simplificación de los métodos de trabajo. 47. La implantación y desarrollo de técnicas de organización industrial no se consideran como un substituto del procedimiento normal de negociación de salarios entre los sindicatos y la dirección, sea en el plano de la empresa, de la región o de la industria. Por consiguiente, es necesario que los sindicatos dispongan, en la medida de lo posible, de un personal plenamente calificado y capacitado para ejercer las funciones de negociación, en calidad de expertos independientes de la dirección. 48. Los procedimientos y prácticas relativos a ascensos y adelantamiento deberían ser tales que ofrezcan a cada trabajador la oportumdad de ascender a grados superiores, y tiendan a fomentar en ellos el despliegue de sus mejores esfuerzos. Todos los trabajadores deben conocer dichos procedimientos y prácticas, a través tanto de ejemplos como de instrucción adecuada. Vacantes tales como las de jefe de equipo, contramaestre ayudante y contramaestre deberían anunciarse dentro de la empresa antes de proceder al reclutamiento externo. Algunas empresas han comprendido que es conveniente organizar concursos para estos y otros puestos. Al examinar las calificaciones requeridas para un ascenso, deberían considerarse las aptitudes de los interesados para apreciar los factores humanos y mantener buenas relaciones con los compañeros de trabajo. 49. Como en todas las industrias los métodos y sistemas de remuneración ejercen una influencia considerable sobre el rendimiento y la productividad, convendría prestar atención especial a dichos sistemas y métodos. La reunión no examinó en detalle la cuestión de la remuneración por rendimiento, ya que esta materia fué tratada por la reunión de expertos sobre sistemas de remuneración por rendimiento, convocada por la Organización Internacional del Trabajo en abril do 1951. Se llama la atención hacia la declaración de principios generales relativos a la utilización de la remuneración por rendimiento,

CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE EXPERTOS

219

adoptada en dicha reunión y cuyo texto figura en anexo al presente documento 1. 50. En la determinación de los salarios debería tomarse en consideración, a reserva del pago de una remuneración adecuada a los trabajadores menos retribuidos, la conveniencia de mantener diferencias suficientes entre los salarios del personal dirigente, los trabajadores calificados, los trabajadores semicalificados y los no calificados, a fin de estimular a los interesados a mejorar sus calificaciones profesionales. 51. Debería prestarse atención a la conveniencia de establecer un sistema de remuneración lo más sencillo posible y de explicarlo claramente ; en interés de una mayor productividad, es importante que los trabajadores comprendan el sistema aplicado y estén en situación de verificar su propia producción y sus salarios. 52. Además de otros estímulos que puedan aplicarse para fomentar una mayor productividad, puede ser oportuno conceder primas especiales por economía de materias primas. 53. El conocimiento y la experiencia que los trabajadores tienen de las condiciones efectivas de trabajo, así como de las materias primas y del equipo, son de gran utilidad. Convendría utilizar plenamente este conocimiento y experiencia. Debería considerarse favorablemente el establecimiento de sistemas de sugestiones, por los cuales se otorgaran pagos adecuados, relacionados razonablemente con el beneficio resultante para la empresa de la aplicación de las sugestiones presentadas. Se han obtenido valiosos resultados mediante la asociación de los sistemas de sugestiones con los programas de formación de trabajadores en métodos destinados a aumentar la productividad, así como alentándolos a formular sugestiones sobre determinados puntos. 54. Debería prestarse atención a la importancia de las buenas condiciones materiales de trabajo (plano general de la empresa, limpieza, orden, luz, calefacción, ventilación, etc.) y de los servicios de bienestar otorgados en la empresa para mantener una fuerza de trabajo satisfecha, estable y efectiva. Cuando no existan disposiciones adecuadas para la consulta y cooperación entre empleadores y trabajadores en materia de bienestar, sea por vía legislativa o mediante convenios colectivos, deberían tomarse medidas para establecer tal consulta y cooperación. 55. Medidas enérgicas para fomentar la seguridad y la higiene en el trabajo deberían considerarse como un elemento 1 No se ha reproducido este texto aquí, pero figura en La remuneración por rendimiento, op. cit., capítulo V I I I , así como en Informaciones Sociales, vol. V I , núm. 7, I.» de oct. de 1951, págs. 292-298.

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AUMENTO DE LA PBODUCTXVIDAD

esencial de todo programa para aumentar la productividad. Las empresas importantes deberían contar con un ingeniero encargado únicamente de la seguridad. En empresas más pequeñas debería contarse con un funcionario que, entre sus atribuciones normales, asuma la responsabilidad de las tareas relativas a la seguridad y consagre regularmente una parte de su tiempo al desempeño de dicha responsabilidad. Deberían desplegarse esfuerzos para fomentar « el espíritu de seguridad », así como los métodos de seguridad en el trabajo, a través de toda la empresa y mediante todos los medios disponibles ; los representantes de los trabajadores deberían participar en tales esfuerzos. 56. Si bien las sugestiones anteriores se aplican tanto a los trabajadores masculinos como a los femeninos, deberían considerarse especialmente los problemas específicos relativos a las trabajadoras, a fin de fomentar una distribución eficiente de la mano de obra y otorgar : a) a todas las trabajadoras, la posibilidad de prestar servicios eficientes, apropiados a sus aptitudes y capacidades ; b) a las trabajadoras que tengan responsabilidades familiares, condiciones de empleo que les permitan cumplir fácilmente sus obligaciones domésticas. En algunos casos podrán requerirse ciertas medidas especiales en campos tales como el servicio social, higiene, bienestar, selección y formación profesional. Equipo e instalaciones 57. La dirección debería examinar constantemente la cuestión de la necesidad de instalar nuevas máquinas o de perfeccionar satisfactoriamente los métodos de trabajo mediante la modificación de las actuales instalaciones. 58. En las empresas con equipo inadecuado o anticuado sería conveniente dar una alta prioridad a la expansión y modernización de las instalaciones mecánicas. Debería ponerse gran cuidado en seleccionar el material del tipo más apropiado a las necesidades, así como en adaptar el material y las técnicas a las condiciones locales, con el fin de lograr una mejor utilización del capital disponible y el pleno empleo de los demás recursos. A este respecto, la relación entre las personas que utilizan los bienes de producción y las que los fabrican ofrece amplias perspectivas para lograr una mayor productividad. 59. El empleo eficiente de los materiales es un factor importante en el aumento de la productividad. En este campo pueden lograrse economías mediante : a) una disposición cuidadosamente estudiada de las instalaciones, que asegure una sucesión apropiada de operaciones, y b) la mecanización al grado

CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE EXPERTOS

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máximo posible. Existen muchas posibilidades para utilizar el equipo disponible en la mejor forma posible ; la modernización del material debería comenzar en muchos casos en este campo. 60. Muchas veces existen grandes posibilidades de economizar mano de obra mediante una inversión relativamente pequeña para mecanizar el equipo auxiliar, por ejemplo, utilizando herramientas portátiles mecánicas. 61. Debe dedicarse especial atención a la conservación del material prestando importancia a las medidas preventivas. Debería establecerse un programa eficiente de conservación del equipo y procederse a la especialización de las tareas respectivas. En ciertas empresas importantes se han obtenido buenos resultados mediante la descentralización del personal de conservación y su integración en los servicios de producción, colocándolo bajo la dependencia técnica solamente de los ingenieros de conservación. 62. Una mayor productividad requiere el establecimiento y conservación de un buen equilibrio entre las actividades productivas de los diferentes departamentos de la empresa, con el fin de evitar interrupciones en el trabajo.

ÍNDICE ALFABÉTICO A Absentismo, 197-202 Accidentes, prevención de, 193-197 Administración de Cooperación Económica, 59, 70, 71, 100 Administración y coordinación, 94, 96, 107, 113 Alemania : Cooperación obreropatronal, 118, 122 Federación de Sindicatos Alemanes, 103 Alien, G. C , 92 Amortización, 11, 81 Andrews, P. W. S., 174 Anglo-American Council on Productivity (véase Consejo Anglo-Americano de Productividad) Aprendizaje (véase Formación profesional : Trabajadores calificados) Asistencia técnica (véase Organización Internacional del Trabajo) Austria, 50 Auxiliares de la mano de obra calificada, 169-171, 216 B Balanza de pagos, 51 Baldamus, W., 168, 188, 200 Balfour, W. C , 18 Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, 60 BarMn, S., 23 Baykov, A., 198 Behrend, H., 200-201 Bélgica : Federación de Industrias Belgas, 120 Fédération des entreprises de l'industrie des fabrications métalliques (FABRiMÉTAr), 50, 86, 180 Beneficios resultantes del aumento de la productividad (véase Productividad) Benelux, 50 Berenschot, B . W., 92 Bienestar (véase también Servicios sociales), 12-13, 35-37, 187

Bosch-Zünder, 118 Brasil, 91 Brunner, E., 174 C Capataces, 126-127, 151, 159, 216 Capital : Disponibilidad de, 60, 81-82 Equipo, 75-82, 91, 111, 182, 213-214 Escasez de, 91 Cohen, B. J., 191 Colocación, 131, 136-139 Comité Internacional de Organización Científica del Trabajo, 1, 205 Comités de empresa, 26, 119-122, 126-129 Competencia, 3, 17, 56-58, 81 Condiciones de trabajo, 13-14, 24, 187-189, 209, 219 Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, 24, 162, 182, 205 Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos, 205 Consejo Anglo-Americano de Productividad, 3, 17, 20, 50, 61-63, 65, 70, 76, 84-87, 89, 92, 94-95, 97, 101, 112, 117, 137, 145, 150, 158, 170, 196 Conservación del material, 87-88, 221 Consultas paritarias, 14, 25, 119, 125, 127-129 Contabilidad, 96-99 Contactgroep Opvoering Productiviteit, 17, 64, 86 Contenido de trabajo de las tareas, 167-168 Contramaestres (véase Capataces), 141 Control analítico del personal, 141 Control financiero, 96-99, 214 Convenios colectivos (véase Negociación colectiva) Cooperación obreropatronal, 14, 25-26, 116-129, 178-179, 189-192, 207 Cooperativas de consumo, 58 Costo de vida, 29-33 Costos, 7, 32, 206, 214 Crisis económica, 52-53 Cumper, G. E., 41

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ÍNDICE ALFABÉTICO CH

Checoslovaquia, 103 Chile, 91 Christa, R., 151 D Dale, G., 117 Dartnell Corporation, 180 Davis, J. C , 30 Daya, E., 116 Dayre, J., 11 Debatin, O., 178 Depreciación, 81 Desarrollo económico, 37, 207 Desempleo : Diversas clases de, 36, 129 Seguro de, 46-47, 129, 211 Tecnológico, 13, 36, 210 Dinamarca, 59, 123 Dirección de la empresa, 20-22, 92-93, 121-123, 130, 138-139, 140-143, 207, 217 Drucker, P., 167 E Economist, The, 62, 100, 179 Ecuador, 91 Edwards, E. S., 69 Egipto, Centro nacional de productividad y formación profesional, 27 Empleo : Nivel del, 19, 23, 42-43, 53, 129-132, 210, 214 Política de, en el seno de la empresa, 129-136 Seguridad en el, 13-14,42-47,133-135 Especializaron, 49-51, 99-100, 104, 112, 213 Estabilidad económica, 28, 51-52 Estadísticas, 7, 208, 210 Estado, intervención del, 21, 26, 55, 56-58, 68, 129, 138, 207 Estados Unidos : Conservación del equipo, 87-88 Convenios colectivos, 17-18, 135 Cooperación obreropatronal en los, 117, 152 Department of Labor, Bureau of Labor Statistics, 17-18, 135, 172, 180 Formación profesional y educación, 63-65, 140-161 Fundiciones, 60

Industria de la forja mecánica, 85, 87 Industria del automóvil, 104, 112 Investigación industrial, 67 Manipulación del equipo, 85 Materiales, 58 Métodos de producción tendientes a economizar mano de obra, 40 National Association of Manufacturers, 16, 53-54 National Industrial Conference Board, 141 Paga de despido, 47 Progreso técnico, 39 Servicio del empleo, 138 Sindicatos, 17, 18, 23, 162 Sociedad de Fundidores de Acero de América, 69 Estudio del trabajo, 65-66, 107-111, 160-163, 213, 217-218 Estudio de los tiempos, 109-110, 162 Estudio de métodos de trabajo, 107, 151, 213 Evaluación analítica del trabajo, 119 Formación de técnicos, 65-66, 110, 217-218 Medida del trabajo, 107-111, 160161, 213 Síntesis obtenida de datos elementales, 109 Europa oriental, integración de programas económicos nacionales en, 50 Evaluación del trabajo, 180 F Factores de producción, 7-11 Federación Internacional de Mujeres de Profesiones Liberales y Comerciales, 205 Finlandia, 78 Florence, P . S., 183,197-198 Formación prof esional, 62-67,139-155, 216-218 Duración de la, 55, 147 Formación dentro de la industria, 140-141, 147, 218 Ingenieros y técnicos, 64-67, 143, 216 Personal de dirección, 62-63, 140143, 216 Personal dirigente, 144-145, 216-217 Programas de readaptación profesional, 56, 139-140, 155 Programas especiales, 152-155, 217

ÍNDICE AJJFABÉTICO

Peones y trabajadores semicalificados, 149-151, 217 Trabajadores especializados, 145149, 217 Francia : Asociación Nacional de Fundidores de, 60, 152 Association française pour l'accroissement de la productivité, 17, 98, 118 Centre d'études pour l'accroissement de la productivité dans la confection masculine, 67 Centro Intersindical de Estudios e Investigaciones sobre la Productividad (Centre intersyndical d'études et de recherches de productivité), 24, 131, 134, 162 Comisariado General del Plan de Modernización y Dotación de Equipo de, 58, 63, 68 Comités de empresa en, 120-121, 126 Confederación General del TrabajoFuerza Obrera, 24 Cooperación obreropatronal en, 117-120 Industria de la construcción eléctrica, 58, 87, 118 Industria de máquinas-herramientas, 58 Industria de modelos de fundición, 60, 83, 133 Ministerio del Trabajo, 121 Productividad en, 58-59, 71 Sindicatos franceses, 125-126 Tributación, 62 Fraser, J. A., 164

6 Galbraith, J. K., 58 Geck, L. H . A . , 118, 122 Gibbons, C. C , 131, 133 H Heyer, H. 0., 118, 123, 133 Hicks, J . E., 30 Hitch, T. K., 30 Hoff, H. vom, 103 Holanda, 64, 71, 103, 122, 136, 141 Horas de trabajo (véase Jornada de trabajo) Hutton, G., 3, 15, 50, 76, 129, 176, 183 I India : Asistencia técnica de la O.I.T. en, 26, 154

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Centro nacional de productividad, 26 Instituto nacional de organización del trabajo, 142 Industria pesada, 52, 59 Iniciación, curso de, 151, 216 Instituciones docentes (cooperación con la industria), 62-67, 142-143, 210 Intercambio de información, 67, 70-71, 82, 211 Interventor de cuentas, 99 Investigación industrial, 21, 67-72, 211 Irlanda, 78 Israel : Asistencia técnica de la O.I.T. en, 72, 153-155 Comités paritarios de productividad, 121 Instituto Israelita de Productividad, 72, 153-155 Italia, 59, 60, 135 3 Jacoboni, A., 59, 135 Japón, 33, 84 Jenny, H., 178 Jornada de trabajo, 29, 38-39, 180-182 E Kahn, E., 157, 159 Katz, D., 157-159, 166 I La Eoche, C , 70 Licénciamiento, aviso previo de, 131 Long, J., 199 « Lunes de huelga », 199-201 Luxemburgo, 50 M Manipulación de los materiales, 83-86, 220 Mano de obra : Inestabilidad de la, 197-201 Movilidad delà, 44-45,139-140,156, 211 Previsión de las necesidades de, 67, 216 Materiales, 58-60, 213

226

ÍNDICE ALFABÉTICO

Mecanización, 50, 83-86, 169, 220-221 Medio ambiente psicológico, 16-25, 48, 118-123, 128, 136, 138-139, ' 178-179, 186-187 Mercado : Estudio del, 112, 214 Importancia del, 49-50, 80-81, 104, 112 Métodos de producción tendientes a economizar la mano de obra, 10-11, 40, 82 México, 47, 91 Michel, E., 122 Migraciones, 45 Monopolio (véase Prácticas restrictivas comerciales) Cooperativas de consumo, 58 Movimiento socialista de emulación en el trabajo, 19 Mutual Security Agency, 101

P

Naciones Unidas, 26, 80-82, 92, 205 Comisión Económica para Europa, 76-78, 103-105 Consejo Económico y Social, 26, 162 Narasimhan, P . S., 178 Negociación colectiva, 17-18, 34, 207, 218 Niveles de vida, 13, 19, 23-24, 46-47, 129-130, 206, 211 Normalización, 81, 99-100, 103-106, 213 Noruega, 119, 122, 126 Federación de Sindicatos Noruegos, 126

Paga de despido, 47 Países insuficientemente desarrollados, 11-12, 26, 34-35, 39-40, 80, 88, 91-92, 110, 154, 187, 189, 212 Participación en las utilidades, 178179 Personal, servicio de, 115, 131-132, 215 Perú, 91 Peter, W., 118 Planeamiento (véase también Administración y coordinación), 93-96, 127-128, 134, 210, 214 Planty, E. G., 141 Pleno empleo (véase Empleo, nivel del) Política de precios, 111-114 Prácticas restrictivas, 21, 22, 56-57 Precios de costo (véase Control financiero) Primas por rendimiento, 24, 172, 173, 217 Productividad : Centros nacionales de, 26, 71-72, 130, 134, 209 Definición y medida de la, 7-11, 207208 Del trabajo, 8-11, 180 Programas para elevar la, 14, 15, 21, 43, 129, 152-154, 196, 216, 217 Progreso técnico, 13, 23, 36-40, 210 Promoción obrera, 155-157, 218 Pruebas de capacidad, 137-138, 166 Psicológico, medio ambiente (véase Medio ambiente) Repartición de los beneficios resaltantes del aumento de la, 14, 18, 24, 27-35, 161, 190, 206-207

O Olivier, M., 60 Organización Europea de Cooperación Económica (O.E.C.E.), 8, 98, 205 Organización industrial, 15, 75, 92-93, 216-218 Organización Internacional del Trabajo : Asistencia técnica para elevar la productividad, 26, 72, 110, 153155, 212 Convenios, recomendaciones y resoluciones, 35, 119, 136, 197 Memorias del Director General de la O.I.T., 27, 41-42, 169 Orientación profesional, 136-139

E Recursos : Movilidad de los, 54-56 Utilización racional de los, 79, 92 Reino Unido : Aprendizaje, 147, 149 Asociación de Tejedores Unidos, 163 British Productivity Council, 62, 178 Consejo de Investigaciones Médicas (Medical Research Council), 194 Cooperación obreropatronal, 122125 Formación y orientación profesionales, 65-66, 137

N

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ÍNDICE ALFABÉTICO Fundiciones de acero, 17, 19, 50, 69, 89 Industria del automóvil, 61 Industria del vestido, 58-59, 108 Industria litogràfica, 94 Instituto Británico de Organización del Trabajo (British Institute of Management), 96, 108, 163 Instituto Nacional de Psicología Industrial,. 138 Investigación industrial, 67 Joint Committee of the Institute of Cost and Works Accountants and the Institution of Production Engineers, 65 Ministerio de Trabajo y Servicio Nacional (Ministry of Labour and National Service), 122, 183-184 Paga de despido, 47 Sindicato Nacional de Obreros del Calzado, 163 Trades Union Congress, 55, 93, 125, 162-163 Tributación, 61 Zonas de fomento económico, 46 Relaciones humanas en la industria, 14-15, 82-83, 116-129, 161-152, 161-162 Remuneración por rendimiento (véase Salarios) Renold, C. G., 123,127-128 Repartición de los beneficios resultantes del aumento de la productividad (véase Productividad) Resistencia a las reformas, 20 Responsabilidad, delegación de la, 20, 93, 169-160 Richard, R., 151 Robinson, E. A. G., 57 Rostas, L., 76-78 Ryan, T. A., 110 S Salarios, 30-32, 35, 171-180, 206, 218-219 Estructura de los, 179-180 Remuneración por rendimiento, 171-179 Salud de los trabajadores, 181, 184, 192-197, 219-220 Seguridad, medidas de, 192-197, 219220 Seguro de desempleo, 46-47 Servicios del empleo, 46, 67, 210, 211 Servicios sociales (véase también Bienestar), 29, 186-192, 209-210 Simplificación, 49, 99-106, 111-114, 149, 163-167, 213, 216

Sindicatos, 17-19, 21-25, 55, 117, 124127, 147-148, 162-163, 178, 183, 186, 207, 218 Stewart, A. F., 176, 178 Suecia, 119, 122 Sugestiones de sistemas, 117-118, 219 Suiza, 69, 105, 118

T Towy-Evans, M. M., 191 Trabajadores desplazados, 37, 43-46, 129-130, 210-211 Trabajo : Condiciones de (véase Condiciones de trabajo) Horas de (véase Jornada de trabajo) Nocturno, 185 Reducción del horario de trabajo y distribución de tareas entre varios trabajadores, 134 Rutinario, 48, 109, 164, 166-168 Satisfacción en el, 14, 48, 158, 164-169, 181, 184-188, 215 Tributación, 61 Tuchtfeldt, E., 178 Turnos de trabajo, número de, 182186, 215 U Uhrbrock, R., 165 Unión Sudafricana, 137, 189 V Ventas, política de, 111-114, 214 Vermeiden, A., 29 Villiers, G., 134 Vivienda, 45, 210 W Waline, P., 117 Walker, C. R., 166-169 Whyte, W. F., 96, 165 Wibbe, J., 109 Wyatt, S., 164 Y Young, C. E., 76 Yulke, S. G., 109 Z Zweig, F., 22

PUBLICACIONES DE LA OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

Poblaciones indígenas Estudios y documentos, nueva serie, núm. 35 Estudio m u y completo sobre los trabajadores indígenas de los países independientes de América del Norte, América del Sur, Asia, Australia y Nueva Zelandia. Describe sus condiciones de vida (alimentación, vestido, vivienda, problemas sanitarios y educación, oficios y ocupaciones) y demuestra claramente que, salvo pocas excepciones, su nivel de vida es sumamente bajo. Expone las medidas que se están adoptando por los gobiernos interesados, las misiones religiosas y otras organizaciones privadas, y por las organizaciones internacionales, con el fin de facilitar la integración económica y social de esas poblaciones en la comunidad nacional y mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. La obra está completada con cuadros, mapas y fotografías. INDICE Parte I : Definiciones y datos preliminares CAPÍTULO I » II

La definición de « indígena ». Datos demográficos y geográficos.

CAPÍTULO III

Alimentación.

Parte H : Condiciones de vida » » » »

IV V VI VII

Vivienda. Problemas sanitarios. Alcoholismo y masticación de coca en Sudamérica. Analfabetismo y educación.

Parte DU i Posición del indígena en la economia CAPÍTULO VIII Ocupaciones. » IX El régimen de la tierra y las condiciones de trabajo. » X La formación profesional y la protección de la artesanía. Parte IV s Acción nacional e internacional CAPÍTULO XI » XII XVm + 670 páginas

Política social y económica de los gobiernos. La acción internacional, Precio t 4 dólares

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