AULA CULTURAL PROYECTO BARRIOS DEL MUNDO: HISTORIAS URBANAS FASE PILOTO

AULA CULTURAL PROYECTO BARRIOS DEL MUNDO: HISTORIAS URBANAS FASE PILOTO Noviembre de 2003 INFORME-DIAGNÓSTICO FASE DE PROYECTO PILOTO “BARRIOS DEL...
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AULA CULTURAL

PROYECTO BARRIOS DEL MUNDO: HISTORIAS URBANAS FASE PILOTO

Noviembre de 2003

INFORME-DIAGNÓSTICO FASE DE PROYECTO PILOTO “BARRIOS DEL MUNDO” EN PALMA (Illes Balears, España)

Índice 0. 1. 2. 3. 4. 5.

Memoria del proceso de iap para el diagnóstico Contexto de la ciudad de Palma hoy Justificación del terreno y población seleccionadas Los ejes de “Barrios del Mundo” y la realidad de nuestros barrios Apuntes sobre el desarrollo metodológico y las perspectivas del proyecto Fuentes y bibliografía

0. Memoria del proceso de investigación-acción para el diagnóstico. Este es el diagnóstico para la ciudad de Palma de Mallorca realizado en la fase piloto del proyecto “Barrios del Mundo: historias urbanas”, que se desarrollará simultaneamente en nueve ciudades del planeta, en tres continentes diferentes1, coordinado internacionalmente por la delegación europea de la ONG Enda Tercer Mundo, con sede en París2. En Palma, es la asociación sin ánimo de lucro Aula Cultural3 la responsable de la implementación del proyecto. En esta fase inicial pretendemos organizar la información obtenida en el trabajo de campo con jóvenes en los barrios sobre los siguientes ejes: poder y conflicto; participación juvenil; territorio y territorialidad; perspectiva de género; justicia comunitaria o alternativa; convergencias y divergencias de los jóvenes a nivel individual y grupal; desarrollos metodológicos del proceso. Para este trabajo de campo, realizado entre julio y noviembre de 2003, nos hemos servido de los siguientes instrumentos y fuentes: -

Fuentes estadísticas y bibliográficas, con el objetivo de construir un análisis sobre las características socioeconómicas de la ciudad y los barrios escogidos y

Las ciudades donde se ejecuta el proyecto son: en América Latina, Bogotá (Colombia), Río de Janeiro (Brasil) y El Alto (Bolivia); en África, Bamako (Mali), Dakar (Senegal) y Rabat (Marruecos); en Europa, Évry (Francia), Barcelona y Palma de Mallorca (España). 2 Más información sobre Enda en www.enda-europe.org y sobre el proyecto “Barrios del Mundo: historias urbanas” en www.quartiersdumonde.org. 3 La Asociación Aula Cultural es una asociación local sin ánimo de lucro dedicada a la Educación de Personas Adultas. Creada en 1989 desde la alfabetización y la formación básica de personas adultas en los barrios, en la actualidad son varios los proyectos de intervención social que lleva a cabo, destacando: formación básica para mujeres en el centro penitenciario de Palma, programas contra la discriminación y para la inserción laboral de las mujeres, programas de Garantía social destinados a jóvenes que han sido excluídos del sistema educativo oficial, formación para el tercer sector, talleres de habilidades comunicativas y sociales para la población inmigrante, etc. La Asociación Aula Cultural ha sido galardonada en 2003 con el 1er. Premio ‘Miquel Hernández’ concedido por el Ministerio de Educación y Cultura a las entidades sin ánimo de lucro que intervienen en el campo de la educación de personas adultas. 1

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profundizar en su realidad. Estas fuentes también nos han servido para analizar las políticas públicas respecto a las jóvenes y los jóvenes y la participación ciudadana. -

Entrevistas individuales e historias de vida, tanto a jóvenes como a agentes sociales del barrio y de la ciudad, autoridades locales y profesionales implicados directa o indirectamente en la realidad de estudio. Para estas entrevistas hemos trabajado a partir de preguntas genéricas4 pero a la vez generadoras, que permitieran reproducir el discurso motivacional de las personas entrevistadas, variando según su rol o responsabilidad social, conocer la percepción de la realidad social de los barrios y la ciudad y las demandas que realizan o reconocen los actores.

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Discusiones en grupo con los jóvenes, con un alto grado de informalidad, en los que hemos podido ampliar las informaciones individuales, además de recoger y constatar la reproducción del discurso ideológico dominante en el barrio, sus valores, expectativas, miedos, …

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Actividades con los jóvenes de los barrios, en los propios barrios escogidos y con las y los jóvenes de los programas de Garantía Social de Aula Cultural; actividades que nos han permitido consolidar nuestra relación como investigadores-educadores con los futuros actores del proyecto, y que nos han proporcionado buena cantidad de información sobre sus visiones, sobre la percepción de los jóvenes respecto al barrio y el mundo, sus perspectivas de futuro (…).

Tanto las diferentes entrevistas como las actividades con los jóvenes nos han permitido dar a conocer el proyecto “Barrios del Mundo” y poder disponer de una valoración de las diferentes motivaciones a participar o colaborar con el mismo. En cualquier caso, hemos tenido que adaptar los ritmos que intervención que pretendíamos al inicio de la investigación, a la realidad de los barrios escogidos, Son Roca y Cala Major, que además son diferentes uno respecto al otro. En este sentido, en Cala Major nuestro trabajo inicial se ha centrado en dos grupos de discusión y una dinámica con un grupo de madres esperanzadas en la mejora del barrio y preocupadas por la realidad de sus hijos en el barrio y su futuro; y en entrevistas individuales a pie de calle, ya que no existe ningún grupo formal ni informalmente organizado de jóvenes. La falta de un espacio público en el que reunir a los jóvenes en este último barrio ha sido un problema añadido que sólo en las últimas semanas hemos podido solventar parcialmente. En todas las actividades planteadas nos hemos servido de la imagen (diapositivas, vídeo, graffitis y pintura) como instrumento motivador, siempre desde el hilo conductor de la temática del barrio y los jóvenes, y la intención, no siempre exitosa, de generar interacción entre los grupos de jóvenes y otros grupos generacionales y agentes sociales del barrio.

Tales como: ¿le gusta el barrio?, ¿qué mejoraría?, ¿qué encuentra a faltar?, ¿cuál cree que es el principal problema o problemas?, ¿qué visión tiene de los jóvenes/como joven?, ¿cómo ve el futuro en el barrio?, ¿se siente más del barrio o ciudadano de Palma?

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1. Contexto de la ciudad de Palma hoy Palma es la capital de la Comunidad Autónoma de les llles Balears, en el Estado Español. Se trata de un archipiélago que ha pasado en pocas décadas prácticamente del aislamiento, fruto de nuestra geografía, a un crecimiento acelerado de la economía y la población, sobre todo a partir de los años 60, con la implantación de un modelo económico de monocultivo turístico. La llegada masiva de mano de obra del continente (sobre todo del sur de España) entre los años 60 y 70 se manifestó en un importante crecimiento de Palma como ciudad, sobre todo hacia los barrios del llamado eixample y la periferia (Cas Capiscol-Camp Redo, Son Gotleu, Polígon de Llevant, Son Cladera, Verge de Lluc…). Por otra parte, la política de vivienda de la última etapa del franquismo provocó, como en tantas otras ciudades del Estado, una concentración importante de los colectivos inmigrantes en estos barrios, siendo en algunos casos más que evidente la voluntad de aislamiento incluso físico de los nuevos barrios respecto al núcleo urbano, más allá de los polígonos industriales. 1.1. Población Si Mallorca, la isla mayor del archipiélago balear, reúne alrededor del 80% de los habitantes del mismo5, Palma tenía en 20026 362.140 habitantes7, aproximadamente la mitad de la población de la misma. El resto de la población de la isla se reparte entre otros 51 municipios, de manera desigual, aunque con una mayor tendencia al crecimiento en aquellos de carácter turístico, situados en la costa. La densidad de población es media, 1.661 habitantes por km2, aunque la tendencia del aumento demográfico es creciente: si en 1950 había en Palma 133.397 habitantes, en 1970 eran 217.525, hasta llegar a los más de 400.000 de la actualidad. La tasa de natalidad balear, aunque ha aumentado ligeramente en los últimos dos años gracias al aporte de las madres inmigrantes del Sur, es de las más bajas de la Unión Europea. La estructura de la población es joven, con una mayor presencia del grupo de edades comprendidas entre los 20 y los 39 años, en correspondencia con la época del boom económico de finales de los 60 y los 70. Ahora, nuevamente, la pirámide de población tiende a ampliarse por la base, también en coincidencia con los últimos años de bonanza económica. Entre la población inmigrada de incorporación reciente, cabe destacar la incipiente presencia, al igual que en otras regiones del sur de la UE, de aquellos ciudadanos procedentes de terceros países, destacando el contingente latinoamericano (5,45% de la población de la ciudad en enero de 2002), el africano (1,6%, en su mayoría del Maghrib), y el procedente de los países de la antigua Unión Soviética (casi un 1%). El colectivo de ciudadanos europeos asentados en Palma representa poco más del 3% de la población, con un poder adquisitivo medio-alto y con un perfil social diferente, por tanto, al de la inmigración por motivos económicos. 1.2. División político-administrativa de la ciudad

Que rozan el millón de habitantes, sin contar los 15 millones de turistas anuales que nos visitan. Datos del padrón municipal de Palma, a 1 de enero de 2002. 7 Aunque en el presente año se han superado ya los 400.000. 5 6

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La evolución de la estructura urbana de la ciudad de Palma ha conformado tres grandes zonas diferenciadas: ciutat antiga (el casco antiguo), el eixample y la periferia. Cada una de estas zonas tiene barrios diferenciados entre ellos, hasta un total de 87. Desde el punto de vista administrativo, la ciudad consta de ocho sectores de población o distritos, aunque la administración se refiera a unas unidades territoriales de población u otras según el departamento correspondiente.

División del término municipal en entidades de población, aprobada por el Ayuntamiento de Palma en 1985 [Fuente: Web del Ajuntament de Palma (www.a-palma.es)]

1.3. Ubicación socioespacial de los “sectores populares” La distribución socioespacial de las clases populares es heterogénea, aunque su presencia es mayor en los barrios de la periferia (construidos a partir de los años 50 y 60) y en los más degradados del eixample. Tanto en unos como en otros, es determinante en esa ubicación el desarrollo de la política de vivienda de la última etapa del franquismo, que tendía a concentrar a las clases populares en bloques de pisos de dimensiones reducidas y bajas calidades de construcción. Es difícil establecer, en función de los datos disponibles (estadísticas de demandas sociales, densidad de población) un patrón de asentamiento de las clases populares en el territorio de la ciudad, aunque sí hay algunos indicadores que pueden darnos “pistas” sobre su localización, como el bajo nivel de estudios (o tasa de analfabetismo alta) y el índice de inmigración, ya que buena parte de la población de estos barrios es de origen foráneo, principalmente peninsular. De hecho, en los últimos cinco años es apreciable un cierto proceso de sustitución, en muchas de estas “manchas” de viviendas sociales de los 70 (bien por adquisición, bien por alquiler) de los sectores que han progresado socialmente por inmigrantes procedentes del Sur.

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1.4. Políticas públicas referidas a los jóvenes Existen diferentes niveles competenciales en el proceso de descentralización de la administración española, que progresivamente va delegando funciones desde la propia administración central, a las autonómicas, de estas a las diputaciones en las provincias (en nuestro caso, consejos insulares), y finalmente los municipios. Estos últimos están viendo incrementadas de manera sustancial sus competencias en diferentes materias, especialmente en aquellas referidas al bienestar social y las políticas dirigidas a sectores concretos de la población más vulnerables, como las mujeres, los mayores y los jóvenes. Aunque efectivamente, nos estamos refiriendo a un proceso, que sigue abierto, podemos afirmar que el peso de las políticas públicas recae sobre los ayuntamientos, es decir, sobre la autoridad local. En nuestro caso, además de las acciones que puedan estos ayuntamientos, existe el Plan Integral de Juventud, aprobado por la Dirección General de Juventud del Govern Balear, que intenta establecer líneas generales de intervención, además de posibilitar desde el punto de vista económico la ejecución de proyectos que no podrían ser asumidos en solitario por algunos ayuntamientos. La división de competencias entre este departamento y el equivalente del Consejo insular no es demasiado clara. No todos los ayuntamientos cuentan con una concejalía o regidoría de juventud, ni mucho menos con un departamento técnico específico, y los recursos que se dedican desde la administración local a los jovenes son escasos: el gasto anual por persona joven en programas específicos es de sólo 28,3 euros8. En el caso de Palma, el Departamento de Juventud es compartido con el Área de Educación y Cultura. Desde ésta se gestiona el Centro de Información Juvenil y cinco “casales de jóvenes” (Casal de Ponent, Llevant, Migjorn, Ciutat antiga y Litoral)9, abiertos a tiempo parcial, donde se realizan, además de orientación e información sobre recursos y actividades externas para gente joven, actividades culturales, lúdicas y educativas, entre otras. Las principales demandas expresadas por los jóvenes a los servicios de información de estos centros son relativas, en este orden, a educación/formación, empleo y tiempo libre. También se desarrollan políticas e iniciativas dirigidas a los jóvenes en otras áreas, como en sanidad y consumo (tratamiento y prevención de drogodependencias), servicios sociales (programas específicos dirigidos a menores y jóvenes en riesgo de exclusión social) o vivienda (promoción de viviendas para facilitar la emancipación de los jóvenes). Los centros culturales de los barrios, que cuentan con la ventaja de la proximidad a buena parte de los barrios de la ciudad, no presentan, salvo ocasionalmente, una oferta específica dirigida a la población juvenil. Los equipamientos deportivos y las actividades que allí se realizan, sin entender que se trate directamente de políticas públicas dirigidas a los jóvenes, son otro foco importante de participación juvenil. Aunque en los casales de jóvenes se constata un aumento creciente de las demandas de información, esto no se traduce en un aumento de las asociaciones de los jóvenes. La mayor parte de estas se dedican a las actividades de ocio y tiempo libre. De hecho, podemos afirmar 8

Sanz, J. y Luque, S.: Polítiques locals de joventut a les Illes Balears, pp. 34-36.

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Ninguno de estos “casales” se encuentra ubicado en los barrios en los que hemos intervenido.

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que el movimiento asociativo juvenil es más bien débil, a pesar de la elevada población juvenil (unos 90.000 jóvenes entre 15 y 29 años en 2002 –más del 25% de la población-). No existe tampoco en la ciudad de Palma, en este sentido, un Consejo municipal de jóvenes, que articule la participación de los jóvenes, como puente entre la administración y las asociaciones juveniles locales. Sí existe sin embargo, un Consejo de la Juventud de les Illes Balears, que aglutina a los grupos juveniles organizados de las tres islas. En este existe una comisión de trabajo preocupada por el escaso nivel de participación de la gente joven en la vida pública y asociatva en el conjunto de la región. En este apartado cabe destacar, aunque sea en referencia al vacío de las políticas públicas frente a las tendencias dominantes del mercado de trabajo, el alto índice de fracaso escolar y abandono de la educación obligatoria incluso antes de finalizarla (del 25% al 40% según la promoción), de jóvenes que no consiguen superar la Educación Obligatoria. Balears es la región española con un índice más bajo de estudios secundarios, después de Castilla La Mancha. En cuanto a estudios universitarios, también se trata de la región con un porcentaje menor tanto de estudiantes, como de titulados superiores. La causa de esta situación reside en la elevada actividad económica local y el fácil acceso al empleo (aunque siempre a empleos ligados a los servicios o la construcción que no requieren una alta cualificación). Balears es, de hecho, la región española con la tasa de actividad laboral juvenil más alta10. 1.5. Políticas públicas referidas a la participación ciudadana En el año 2001 se realizó en Balears un Congreso sobre Participación Social y voluntariado en el que participó buena parte del movimiento asociativo de la región. En este evento se señaló la falta de estímulos y facilidades para la participación ciudadana, más allá de lo establecido por la propia Constitución española, que establece, en su artículo 9.2, que es a los poderes públicos a quienes corresponde promover la participación ciudadana en todos los ámbitos. Sin embargo, el propio Congreso también reconoció que la falta de cultura participativa también afecta a las propias entidades sociales11.Como pasaba con el asociacionismo juvenil, el movimiento ciudadano en general es débil en Palma. En 1984, gracias a la presión del movimiento de asociaciones de vecinos, el Ayuntamiento de Palma aprobó un reglamento municipal de participación ciudadana, que establece la posibilidad de intervenir en las sesiones de debate del consistorio e incluso elevar propuestas desde la sociedad civil, a la institución. En su día fue considerada en todo el Estado español como una normativa pionera en la articulación de la participación ciudadana para la intervención pública. Sin embargo, hoy en día es poco efectivo, tanto por la transformación de la administración municipal en todos estos años (que goza hoy de muchas más competencias), como por la debilidad del propio movimiento vecinal, dividido además en dos Federaciones con intereses divergentes. La mayoría de los barrios cuentan con su propia asociación de vecinos, adscrita a una u otra federación, aunque en demasiadas ocasiones el grado de participación de los afectados es escaso. Un indicador de esa baja participación –y también de la pérdida de identidad “barrial”- es 10 11

Íbid. Govern de les Illes Balears: Congrés de Participació i Voluntariat de les Illes Balears, Eivissa, diciembre 2001.

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la progresiva desaparición de las fiestas populares de los barrios y la homogeneización de la oferta cultural de los centros culturales (valga la redundancia), que tiene poco o nada que ver con el entorno de los mismos. El Ayuntamiento de Palma cuenta con un departamento de Participación ciudadana, que depende directamente del gabinete de alcaldía, ejerciendo las funciones de: relaciones con las entidades ciudadanas, desarrollo del reglamento de participación ciudadana y coordinación y promoción de actividades socioculturales desarrolladas por las propias entidades.

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2.

Justificación del terreno y la población seleccionadas

2.1. Criterio de selección de los barrios Como señalamos en el plan de acción para el inicio del proyecto piloto, uno de nuestros primeros retos fue seleccionar los barrios en los que intervendríamos. Para ello, aprovechamos las primeras reuniones de presentación del proyecto para intercambiar opiniones sobre la concreción, en el espacio de la ciudad de Palma, de “Barrios del Mundo”. Los intereses y visiones de los agentes entrevistados (las presidentas de las dos federaciones de vecinos, el Consell de la Joventut de les Illes Balears y dos profesores de la UIB, de antropología y filosofía política), eran cuando menos, diferentes. Se nos presentaba un abanico demasiado amplio de barrios, tanto del eixample como de la periferia, y en todos ellos había razones para intervenir (barrios populares, multiculturales, con una alto índice de población juvenil, …). La última de estas entrevistas, con el Grupo de Educadores de Calle y Trabajo con Menores (GREC), nos cuestionó con argumentos fundamentados en un contacto diario con la realidad de la calle y la población juvenil de los barrios varias de las posibilidades esgrimidas hasta el momento. Por otra parte, en el Seminario de puesta en común metodológica en la UNESCO se había insistido en aprovechar las sinergias existentes, en no empezar un trabajo “desde cero”. Todo esto, unido al interés de esta entidad por el proyecto, hizo que nos decidiéramos por dos barrios en los que ya de manera efectiva estamos desarrollando, codo a codo con las educadoras de calle del GREC, un trabajo complementario: Son Roca y Cala Major. 2.2. Contexto de los barrios Ambos barrios pertenecen al sector social de Ponent12, al oeste de Palma, que incluye a un total de 26 barrios, con bastantes diferencias entre ellos, tanto a nivel geográfico como socioeconómico, muy condicionado por la proximidad al centro de la ciudad o la cercanía al mar (que en un contexto de predominio de una economía basada en el turismo condiciona también los asentamientos humanos y las relaciones sociales). El propio Ayuntamiento de Palma diferencia en este sector tres subgrupos13, A, B y C, según las diferentes características sociodemográficas. El barrio de Son Roca se incluye así en el subsector A (alta densidad de población, de edad madura, alto grado de analfabetismo, fuerte presencia de inmigración peninsular, nivel moderado de demandas sociales14), mientras que el de Cala Major se incluiría en el subsector B, subgrupo 1 (densidad media-baja de población, alto nivel de envejecimiento), inmigración alta tanto del resto del Estado como extranjera, nivel bajo de demandas sociales).

Criterio de división mantenido en el Diagnóstico social de Palma 1998, realizado por la concejalía de acción social del Ajuntament (1999) 13 AAVV: Dades per a un Diagnòstic Social de Palma, Tomo 5 (Sector Ponent), pp. 5. 14 Tanto en un caso como en otro, hay que tener en cuenta que se refiere a datos de 1998. 12

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2.2.1. Identificación de los barrios en el espacio de la ciudad de Palma15

SON XIMELIS (Son Roca)

CALA MAJOR

Montaje de elaboración propia, a partir de diferentes gráficos obtenidos en el sitio web del Ajuntament de Palma (www.a-palma.es)

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2.2.2. Son Roca Son Roca es un barrio de la periferia de Palma, más allá del polígono industrial de Can Valero, físicamente segregado de la ciudad, limitado al sur por la autopista de Andratx y al norte por el campo. Consta de tres núcleos bastante diferenciados: Son Roca, Son Ximelis y Son Anglada. Desde el equipo local de “Barrios del Mundo” trabajamos, junto con el GREC, en el núcleo de Son Ximelis. Se trata de un conjunto de viviendas de promoción pública, construídas entre 1970 y 1975. En enero de 2002 la población empadronada era de 2.679 personas, con una densidad de población de 577,37 habitantes por hectárea, la concentración humana más importante de la ciudad en el mínimo espacio. La densidad de población de Son Anglada, núcleo de viviendas unifamiliares (“chalés” y casas de campo), de sólo 0,89 habitantes por hectárea, evidencia las diferencias sociales existentes en la zona. El núcleo de Son Ximelis está habitado en su mayoría por inmigrantes procedentes del Sur de España, que bien llegaron a Mallorca en la misma década de los 70, bien fueron realojados desde otras zonas de la ciudad. Las diferencias culturales con respecto a la población autóctona se han mantenido durante todos estos años e incluso las Típica imagen de las viviendas de Son Ximelis. Pasillos característicos que comunican los bloques de pisos entre ellos.

FOTO: Antònia Gual

culturas de origen se han transmitido de padres a hijos de manera natural, ya que la separación geográfica con respecto a la ciudad y la mayoritaria presencia inmigrante en el núcleo ha dificultado cualquier tipo de interacción con la cultura local.

La población es joven: el 17% de 0 a 14 años y más del 20% de 15 a 24 años, según los datos del padrón de 1997. El 35% de la población mayor de 14 años es analfabeta, y los índices de fracaso escolar y abandono de los estudios antes de finalizar la educación obligatoria, también son muy elevados. A partir de 1977 se empezó a dotar al barrio de los actuales servicios públicos e infraestructuras: un parque infantil, una guardería laboral, la biblioteca, el Parque de Son Roca, el campo de fútbol y la pista polideportiva. A pesar de ser un barrio de nueva creación, sin vínculos identitarios previos, entre finales de los 70 y mediados de los 80 hubo una vida asociativa importante, una red social que aglutinaba a la gente tanto de la parte antigua del barrio (Son Roca), como a la nueva (Son Ximelis). La crisis económica que se manifestó a mediados de los años 80 afectó gravemente a la cohesión social del barrio: el desempleo supuso un revés tanto para las familias, como para el barrio en su conjunto, y la segregación espacial del barrio con respecto a la ciudad contribuyó aún más a la marginalización del mismo. La droga empezó también entonces a penetrar con más facilidad en la vida de Son Roca, en paralelo a la fragmentación del movimiento asociativo y la estabilidad de las estructuras familares.

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Una parte importante de la población, tras la superación de la crisis, pasó de ser “gente del barrio” a ser “gente en el barrio”. En esos años se produjo algún movimiento de población, sobre todo de retorno “al pueblo”, a la península. Pero en general, la población de Son Ximelis no es una población demasiado caracterizada por la movilidad, y se ha mantenido bastante estable incluso hasta ahora: mientras otras zonas de la ciudad están recibiendo nuevos moradores procedentes de países del Sur, la población de “las viviendas” sigue siendo prácticamente la misma. El movimiento asociativo ha quedado bastante mermado: la Asociación de Vecinos, la de la Tercera Edad (mayores), y el club de fútbol y el de petanca. Sólo podemos valorar como red social la establecida en torno a la parroquia de Son Roca, que aglutina, además de a los fieles, el proyecto socioeducativo Naüm, que realiza un programa de garantía social con jóvenes del barrio y actividades de tiempo libre dirigidas a los más pequeños; el Mijac, movimiento de tiempo libre vinculado a la parroquia, la educadora de calle del GREC y una trabajadora social de Cáritas. En la calle central de las viviendas se encuentra el colegio público (sólo de educación primaria), y un pequeño centro comercial en el que hay varias cafeterías y negocios, así como los locales de la Asociación de Vecinos y de la Tercera Edad. La parroquia de Son Roca, regentada por el padre Bartomeu Bennàssar FOTO: Antònia Gual

En el recinto del parque, una guardería y un centro cultural y biblioteca, ubicados en el barrio pero más frecuentados por usuarios procedentes de otros barrios de Palma que por los vecinos del lugar.

2.2.3. Cala Major Cala Major es un núcleo costero, delimitado por la Autopista de Andratx, el mar y el Palacio Real de Marivent, que en el contínuo urbano hacia el oeste da paso al barrio de Sant Agustí. Se trata, en ambos casos, de barrios turísticos, nacidos al albor del primer momento de turismo en Mallorca, hacia los años 50. La mayor parte de las construcciones son hoteles u otro tipo de alojamiento turístico, destacando en la zona de Sant Agustí los usos residenciales. La población de Cala Major, de 4.652 habitantes en enero de 2002, es heterogénea en su origen, con más de un 50% de población proviniente de otros países, tanto de la propia Unión Europea como de terceros, y heterogénea también en cuanto a grupos de edades, con menor presencia infantil y juvenil que en Son Roca. La densidad de población es baja: 39,21 habitantes por hectárea, pero este dato puede dar lugar a una falsa percepción por nuestra parte, ya que para nuestro trabajo vamos a centrarnos en una zona del barrio, en la calle Joan de Saridakis, que concentra a la mayor parte de la población del núcleo en sólo unos pocos edificios, resultando así una densidad de población tal vez mayor a la de Son Ximelis.

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Volcada hacia el turismo, esta zona sufrió también, aunque de manera diferente, la crisis económica de mediados de los 80. La bajada del turismo obligó a una reconversión del sector, y varios edificios de apartamentos, destacando los Pullman, Panam y Torremayor, con capacidad para siete u ocho mil plazas, fueron reconvertidos (automáticamente) en viviendas para familias humildes, muchas de ellas inmigradas de la península, o ciudadanos europeos que trabajaban en alguna actividad turística. Más recientemente, se ha incorporado un importante contingente de inmigrantes latinoamericanos, subsaharianos y de Europa del Este.

Arriba, imagen de los conocidos apartamentos “Pullman”,; abajo, es evidente la degradación de muchos de estos apartamentos.

Las mejoras urbanísticas promovidas por el Ayuntamiento a lo largo de los años 90 se centraron en la fachada marítima, mientras que estos edificios han ido sufriendo un proceso continuo de degradación. Además, estos edificios vienen albergando desde hace años, en habitáculos de un solo espacio compartido, de entre 26 y 40 metros cuadrados, a familias enteras.

La rotación de la población residente es importante, de hecho la mayor parte de los apartamentos se alquilan a precios astronómicos para lo que son, pero asequibles en una ciudad en la que alguilar una vivienda de unos 60 m2 puede sobrepasar con facilidad los 600 euros al mes. Esta rotación y la falta de vivencias compartidas hace casi imposible entender Cala Major como un barrio. Hace dos años que dejaron de celebrarse las fiestas de Santa Brígida, la “patrona” de la parroquia. A nivel asociativo, sólo coexisten en Cala Major una Asociación de Vecinos (por lo menos, fomalmente), la parroquia de Santa Brígida y la Asociación Hotelera de Cala Major-Sant Agustí, que tampoco podemos considerar una entidad “del barrio”, ya que sus intereses se concentran en la primera línea de costa y en la actividad económica que genera, lejos del espacio y preocupaciones cotidianas de los habitantes de los bloques de apartamentos en cuestión. La educadora del GREC, apoyada por el Ayuntamiento de Palma, desarrolla una importante labor, principalmente con menores, de prevención y solución de conflictos, seguimiento de la escolarización efectiva de los niños (el nivel de absentismo es muy alto) y de actividades de tiempo libre. También existe un pequeño grupo de Acción Social organizado alrededor de la parroquia, y una trabajadora social de Cáritas que atiende las demandas sociales de atención primaria. La proximidad de este servicio, como en Son Roca, provoca que se registren muchas más demandas e intervenciones en reación a los propios Servicios Sociales del Ayuntamiento. No existe ni un solo espacio público en el barrio, esto es, ni una sola plaza pública (no ya espacios cerrados). El espacio de Cala Major, ocupado en el cénit de la balearización16, no tiene espacios de encuentro ciudadano, salvo la calzada o la acera. Lo más parecido a un espacio Nombre que recibe el primer ciclo de expansión turística balear, caracterizado por un crecimiento desorbitado y la falta de planificación.

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público del barrio era la terraza inferior del edificio Pullmann 1, que fue cerrada hace tiempo por el administrador de la finca “para que los jóvenes no molesten”. A la entrada de la calle Joan de Saridakis encontramos el Palacio de Marivent17; en la cuesta hacia arriba, la Fundación Pilar i Joan Miró, residencia y taller del pintor catalán en Mallorca, en la última etapa de su vida. El acceso al primero está terminantemente prohibido; en cuanto a la Fundación, es difícil acceder a la utilización de alguno de sus espacios, si las actividades a realizar no tienen que ver con las artes plásticas o más concretamente con la obra de Miró; aunque en esta primera fase del proyecto piloto hemos podido, finalmente, desarrollar una de nuestras actividades allí. En las últimas semanas, el Ayuntamiento ha empezado las obras de mejora del local de la antigua guardería de uno de los bloques para poder utilizarla a modo de centro social del barrio. Esto ha provocado que el Grupo de Acción Social ligado a la parroquia se haya desplazado –al parecer, temporalmente- al barrio colindante de Sant Agustí. Arriba, espacio de la Fundació Pilar i Joan Miró, frente a los apartamentos “Pullmann”; abajo, entrada al Palacio real de Marivent.

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Residencia de verano de la familia real.

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3.

Los ejes de “Barrios del Mundo” y la realidad de nuestros barrios “Para nosotros, la cultura es la que vivimos en el parque con los amigos, hablando, fumando, la del fútbol, la de los graffitis…” “…de todas formas cada barrio es un mundo”

A partir de las actividades y dinámicas desarrolladas, en los barrios y en los programas de Garantía social de Aula Cultural, hemos podido analizar la realidad de los jóvenes y sus barrios, en torno a los diferentes ejes planteados. 3.1. Identidad, identidades Partimos del hecho que echar raíces en un lugar y sentirlo como propio es necesario. El territorio y la cultura del grupo de jóvenes de Son Roca con el que trabajamos afectan a su forma de sentir, se cree necesario dejar que se impregnen por las emociones que pueden derivarse de la vinculación a su barrio y a su grupo, esta es la razón por la que valoramos muy positivamente las actividades llevadas a cabo hasta este momento con este grupo. Estas emociones generadas contribuirán a desarrollar todavía más su espíritu de pertenencia, lo que entendemos como una necesidad humana básica.

En el taller de graffitis sobre el barrio, la mayoría de los participantes insistieron en afirmar su identidad, mediante “tags” con su propio nombre. Es una afirmación personal y una afirmación l /b i En la mayoría de los casos hemos constatado, en el trabajo con los diferentes grupos de jóvenes, que el barrio y el grupo son el motor y el último motivo de sus acciones cotidianas y de sus aspiraciones; esto implica que la identidad personal de cada una y cada uno de los jóvenes se diluye en la colectiva y puede acabar perdiéndose. Valoramos también que el grupo debería fomentar la autoestima y la seguridad del individuo para que a partir de aquí fuera posible el apoyo mútuo y potenciarse tod@s individual y colectivamente. Pero a veces, en lugar de extraer del grupo la seguridad que da el reconocimiento y la estimación, se puede extraer la pérdida de la identidad personal y la seguridad por el hecho de menospreciar al que no es del grupo. Esto se ha comprobado claramente y de forma manifiesta en algunas actividades en referencia a las relaciones de género en el grupo.

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En este apartado es necesario también recoger las sensaciones de dos alumnas de los programas de Garantía Social18 que se desarrollan en Aula Cultural. Ellas son immigrantes recientes, de terceros países, y a la hora de hablar de los barrios donde residen se expresaron así: “realmente, no tengo barrio”, Casimira, que hace poco llegó a la isla desde su país, Bulgaria; Gladis, de Ecuador lleva un año en la isla: “no me siento integrada”. Estas impresiones confirman la idea que estamos hablando de barrios herméticos donde a veces resulta difícil la integración para alguien que no es de allí. Otra de las alumnas, que siempre ha vivido en Son Roca, expresa el orgullo que siente por su barrio: “me gusta crecer allí y conocer a todo el mundo”. Descubrimos que para el grupo de Son Roca con el que estamos trabajando hay un expresado y claro sentimiento de pertenencia al barrio que a veces les lleva a denunciar abiertamente aquello que no les gusta del barrio con comentarios como “antes era un bosque, ahora un desierto”. En las actividades realizadas las chicas y chicos mostraron una actitud positiva y participativa, quizás por el hecho de sentirse escuchados y notar que sus opiniones eran valoradas. En definitiva y a diferencia de lo que puede parecer, l@s jóvenes con quienes se está trabajando en Son Roca tienen una idea muy formada de lo que es su barrio, tienen muy claro cuales son los referentes que definen a su barrio, qué es lo que no les gusta de su barrio, cuales son las fronteras físicas del barrio… No es así con los jóvenes de Cala Major, donde la situación es heterogénea, y donde se expresa desde el amor al odio al barrio, en las diferentes entrevistas, pero sobre todo y de forma mayoritaria (y esto sirve para otros grupos de edad), la práctica ausencia de identidad como barrio. Estas son las identidades que hemos identificado y que modulan la vida en el barrio: -

la identidad cultural de origen de las madres y padres (en su mayoría inmigrantes) es transferida a los jóvenes, y la escuela aparece como el único espacio de socialización en el que éstos entran en contacto con la cultura autóctona, que se supone debiera ser la hegemónica;

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la identidad como ciudadanos, como habitantes de la ciudad, está en crisis: la apelación a “ser del barrio” está por encima de ser de Palma; la segregación espacial acrecenta ese distanciamiento identitario con respecto a la ciudad. En el mismo sentido, la identidad de “clase popular” también pasa a un segundo plano frente a la identidad barrial, aunque en determinados casos se equipare la situación social a la pertenencia a un determinado barrio;

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la identidad como grupo de jóvenes del barrio condiciona, como mencionábamos, toda su existencia; dentro del barrio, se trata de jóvenes estigmatizados: “los jóvenes no son problema nuestro, son cosa de la educadora de calle y el centro cultural”, declara un dirigente vecinal, como si los jóvenes ni tan siquiera formaran parte del barrio. Fuera del barrio, ser de Son Roca o ser de Cala Major los situa lejos de la igualdad de oportunidades que se le supone a una sociedad avanzada como la nuestra; una responsable educativa nos lo planteaba así: “…¿Qué si conozco algún triunfador? ¿Qué sea de Cala Major?... De hecho, no conozco a ninguno que haya acabado la educación

18 Desde Aula Cultural se gestionan programas de Garantía Social, dirigidos a jóvenes que no han superado los ciclos de Educación Secundaria Obligatoria y que necesitan otra oportunidad para asumir los objetivos de esta etapa. Se pensó que estos grupos de jóvenes, residentes en diferentes barrios periféricos (algunos también de Son Roca y Cala Major) constituían una oportunidad única para detectar percepciones entorno a los conceptos clave de “Barrios del mundo”, y sobre para disponer de un punto de partida para el análisis comparativo y el trabajo de la perspectiva de género, que con frecuencia la dinámica de “la calle” dificulta.

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obligatoria…”. Esta estigmatización contribuye a reducir sus aspiraciones a la resignación, a las fronteras del propio barrio que acaban convirtiéndose en trincheras. 3.2. Territorio y territorialidad El rincón del parque donde habitualmente se reúne el grupo de Son Roca es vivido como un espacio privado, como algo “suyo”, y que difícilmente será ocupado por otras personas que no son parte del grupo, puede decirse que parecen existir fronteras invisibles. Este espacio, bien delimitado por las rejas y por uno de los caminos centrales, no es un lugar de tránsito para las y los visitantes del parque sino que es un espacio apartado y que queda libre de las miradas de la otra gente. Nadie parece controlarles, nadie parece pretender invadir su espacio. Es preciso señalar que se da una circunstancia parecida con otros grupos más o menos “fijos” que se reunen en el parque: así, un grupo de hombres jubilados (casi nunca hay presencia femenina) que ocupa un espacio céntrico en el barrio, o un grupo de madres que se sientan en uno de los

El rincón habitual de encuentro del grupo de jóvenes, en las “pirámides”, uno de los espacios del parque de Son Roca. Representación de Nuria.

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bordes del parque. Entre estos tres grupos se podria trazar un triangulo imaginario que es respetado por todas y todos los presentes, sin aparentes pretensiones de control social de ningún tipo, más bien de mutuo consentimiento. Se puede considerar que estamos ante un grupo poco permeable, con filtros y mecanismos de defensa cuando perciben que su espacio es invadido. El hecho de realizar la actividad del taller de graffitis en el parque permitió un acercamiento a las y los jóvenes desde otro punto de vista, y desde otro rol del equipo de “Barrios”19. La actividad se inició en el rincón de reunión habitual de las y los jóvenes en el parque, un espacio que les confiere seguridad, protección; donde dificilmente se aprueba el acercamiento de otras personas (en los contactos iniciales del equipo de “Barrios” con el grupo, a veces se tuvo la sensación de estar invadiendo su espacio), en definitiva un espacio que consideran como propio. Una vez presentado el taller que se iba a realizar y vista la buena predisposición de los partipantes, por cuestiones meteorológicas se tuvo que cambiar de emplazamiento. Para sorpresa nuestra, ninguno de los integrantes del grupo se opuso a este cambio de lugar. No sólo no dificultó la participación, sino que en la práctica, ocupamos un espacio público en desuso, las instalaciones del bar del parque, de propiedad municipal, abandonadas desde hace años. Es de remarcar el comentario de uno de l@s El taller de graffitis se desarrolló en un espacio que no les era propio… jóvenes ante uno de los flashes de la película Barrio, en la que aparecen un grupo de personas que parecen estar discutiendo: “es como las discusiones habituales que tenemos, como ayer, que vinieron 3 chavales y se metieron en el recuadro”. El “recuadro” es uno de “sus” espacios más simbólicos en el parque y que aunque haya cambiado y ya no sea su lugar habitual de reunión también sienten como propio.

El “recuadro”

Otra de las actividades con el grupo de jóvenes de Son Roca consistió en la visualización de imágenes de espacios del barrio y de cómo perciben y sienten estos lugares. Al inicio de esta actividad, el equipo de “Barrios” desconocía cuales podrían ser las reacciones de las y los participantes ante este tipo de actividad y tampoco se conocía el nivel de participación e implicación que podría suponer. De esta forma, las expectativas en torno a la actividad eran diversas, y nos temíamos que se mostraran

reacios a participar y a dar sus opiniones, o que simplemente se limitaran a responder sin implicarse de forma efectiva. Contrariamente a lo que podía haberse esperado del grupo, 19

Ante la falta de madurez del grupo para enfrentarse aún a la cartografía social, hemos intentado en esta primera fase, mediante los graffitis y la pintura libre, ir trabajando su expresividad sobre el barrio como territorio.

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participaron muy activamente, nos sorprendió ver cómo fluían muchas historias comunes y compartidas entre ellas y ellos a partir de la proyección de las imágenes de espacios significativos de un barrio que no era el suyo (la película se refiere al barrio de Vallecas, en Madrid), demostrando muy buena predisposición para la expresión de sus opiniones y para el diálogo. Consideramos que esto es positivo para la cohesión del grupo y también para reforzar todavía más el sentimiento de pertenencia al grupo. La actividad resultó productiva tanto para nosotros como también inconscientemente para ellas y ellos, ya que se generó un clima en el que se dieron cuenta de que compartían muchas historias y muchos momentos y de que juntos ya han vivido cambios en su barrio y más concretamente en el parque, “su parque”. Nos señalan, ante una diapositiva del “recuadro”: “demuestra cómo está el parque, no tiene nada que ver con cómo era, había un montón de cosas”. Los jóvenes reivindican que este espacio sea reconvertido en una piscina como se propuso en un proyecto del ayuntamiento, o en una soñada pista de skate-board para el grupo de los que practican el monopatín. Como también demostraron que tienen otras cosas que reivindicar y lo hicieron a través de la expresión gráfica en un taller de graffitis, se mostraron motivados a expresar aquello que creían en falta o no les gustaba de Son Roca. Algunos simplemente representaron sus nombres, pero de ahí ya se puede extraer una conclusión muy significativa, la de la necesidad de reafirmación personal y de dar señales de que ellas y ellos también existen, otros se quejaron de cómo está el parque y plasmaron la imagen de su parque idílico, otros simplemente reivindicaron la legalización de las drogas, este grupo justificando su creación comentó: “por la mafia que hay en Son Roca, yo creo que sólo hay porros”.

… Hacia la cartografía social… En esta representación del barrio de Son Roca, de Juanjo y Ferdi (ambos de 15 años), el barrio es el propio parque, su espacio. En la esquina superior derecha, “los muros de las ‘pirámides’, donde nos fumamos los porros”. Las firmas reiteradas de ambos, la alusión al skate-board y en el centro de la imagen, “las estrellas que vemos cuando vamos ‘colocados’, por la noche”. En el centro de la parte superior, la marca de su “banda”, en rojo.

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Del análisis en profundidad teniendo en cuenta los conceptos o palabras clave que más se repiten en sus comentarios a partir de las imágenes de su barrio destacan: “Juntarse”: el hecho de reunirse con su “peña” sin necesidad de especificar con quién, ya que se sobreentiende dado que hay un sentimiento de pertenencia. Es una acción que les aporta seguridad. Es evidente que esa es una acción exclusiva y para un momento especial, que no se juntan con cualquier persona sino con quien ellas y ellos consideran parte integrante de su grupo: “muchos años de juntarme ahí”, “me juntaba con los gitanillos”… Fiestas/juerga, casi siempre acompañadas de drogas que para algun@s es algo que se ha experimentado y que puede dar un cierto “prestigio” e incluso poder en el grupo. Durante las propecciones en el parque20, pudimos observar cómo el consumo de marihuana o “chocolate” forma parte ya de su dinámica cotidiana cuando están en grupo. En otras ocasiones se comenta como algo presente en el barrio, ell@s saben que hay tráfico de drogas en el barrio y lo denuncian, al visualizar por ejemplo una imagen de uno de los repetidos pasadizos de los grandes y herméticos bloques de viviendas: “hay tráfico de drogas”, “la peor imagen de Son Roca”, “droga, mierda”. Parque: sin necesidad de especificar, porque se sobreentiende que es “su parque”, sólo especifican cuando se refieren al parque viejo, que ya no es “su parque” porque ahora no les gusta: “no me gusta, lo he conocido con columpios y más cosas” y porque “es de la chusma, ahora no me gusta nada”. En “su parque” se reunen incondicionalmente cada día, aunque haga frío, aunque llueva, allí encuentran cobijo, en las pirámides donde “ahí también nos juntamos” “si llueve nos ponemos debajo del árbol”. Fútbol: es sobretodo una actividad de referencia para los chicos, no para las chicas; es una de las pocas pistas que intuyen una participación (muy parcial) en actividades del barrio. En Cala Major, partiendo del hecho de que no hay un espacio público, difícilmente se generarán procesos de participación social y sobretodo redes sociales entre los jóvenes del barrio. A través de unos cuestionarios de opinión sobre su barrio, una chica reivindicó “un parque para fumar tranquilamente, para que no me echen”, un chico añadió: “un parque para que jueguen los niños porque ahora juegan en la carretera y es peligroso porque les pueden atropellar”. Como lugar de reunión habitual, son coincidentes: “en la calle”, “en cualquier sitio, estamos por todo”. Es mucho más difícil que en otros barrios encontrar un punto de encuentro en el “territorio” del barrio. Los grupos informales en Cala Major se conforman, en el mejor de los casos, en la playa. En el grupo de madres nos confirmaban que a pesar de que ellas mismas comprendían la situación de los jóvenes “es molesto que se junten un grupo de jóvenes en tu portal”. En un barrio en el que la extremada reducción de dimensiones del propio espacio doméstico conlleva la negación de la propia autonomía y por ende numerosos conflictos familiares, la calle y el bar son la única salida. Las fronteras, en uno y otro barrio, influyen esa construcción de territorialidad que mencionábamos antes, en la conformación de la identidad, a veces excluyente, de quien vive en el barrio. 3.3. Los barrios y el mundo

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En ocasiones el mundo se intuye como algo lejano, y que poco tiene que ver con los herméticos barrios, ya que con frecuencia incluso la propia ciudad u otros barrios de la misma se entienden de esa manera. Al analizar el concepto de mundo a través de una lluvia de ideas, las chicas y chicos expresaron ideas como: “Paso del mundo”, “no tengo ni idea, muchos sitios por conocer”, “Mucha gente, muchos sitios”, “Algo por conocer”, “Hay de todo, malo y bueno, muchas injusticias”. Estas ideas contrastan con las relacionadas con el concepto de barrio: “Se conoce casi todo el mundo”, “No sé, depende del barrio, mal rollo”, “Una zona, un lugar concreto”, “Problemas, historias, rollos”, “Mucha gente, muchas peleas, mucho tráfico, gitanos, payos, negros, moros”, “Gente, problemas, conocidos, una película”. En general, l@s participantes expresaron opiniones negativas en torno a su barrio (salvo cuando se refieren a su grupo de iguales), y se intuye como algo estático y difícil de cambiar. A veces en conexión con la idea de control social: “hay muchas ‘alcahuetas’”, “las personas que son cotillas, que saben todo lo que hago. Sólo voy a dormir”, “todo el mundo se conoce y son chafarderos”. En general pues, cabe destacar la idea muy acotada que la mayoría tienen de su realidad, realidad que parece limitarse a su barrio. Al expresarse entorno a la idea de mundo, sus intervenciones se limitan a ideas muy difusas y que en último término aludieron de nuevo a su realidad immediata: es fácil posicionarse ante lo conocido, difícil ante lo desconocido. A otros, el concepto de mundo les despertó sentimientos más positivos y como algo desconocido, desconectado de su realidad, pero que se percibe como algo que hay que descubrir, a pesar de que muchos de los participantes, chicos y chicas, son inmigrantes de reciente incorporación que han llegado a Palma en los últimos años, desde otros continentes. El hecho de poder mantener comunicación con otros grupos de jóvenes en el mundo constituye un estímulo muy oportuno para el grupo de Son Roca y los de Garantía Social. Sugirieron variadas preguntas para que los grupos de “Barrios” de otros paises contestaran y a partir de ahí se generara un contacto e intercambio que esperan que sea continuado. Los mayores y agentes sociales contactados –al meno aquellos que han expresado con más intensidad su preocupación por la mejora de los barrios- también expresan, como mínimo, curiosidad, ante la posibilidad de aprender de otras experiencias de desarrollo comunitario. Por lo que respecta a las expectativas que puedan tener del proyecto, al final de la primera actividad una chica comentaba: “Mi padre dice que siempre pasa lo mismo: hablan, hablan y al final no hacen nada…”. Sin embargo creemos que el haber iniciado ya una dinámica de contacto directo con ell@s y el hecho de haber organizado actividades es algo positivo por el hecho de permitir que descubran que es posible hacer algo diferente a lo que hacen cada día en el parque (estar sentad@s, fumar y hablar). 3.4. Poder En cuanto a la idea de poder, se sugirió como algo lejano, difícil de alcanzar y en manos de gente que está en otro nivel superior. La idea de poder es intuida también cuando l@s participantes se manifiestan en relación a la idea de qué es ser joven. Las conclusiones se organizan en dos grandes bloques: una relacionada con la falta de libertad y de poder de decisión sobre uno mismo, “vida muy jodida, no puedes hacer lo que quieres”, “parte buena y parte mala, no tienes voz. No te hacen caso”. Y otro relacionado con la idea de ocio y de pasarlo

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bien: “vivir la vida, sexo”, “curiosidad, probar cosas”, “fiesta, borrachera”, “salir”, “moda, novios”, ligado también a la idea de la imagen, a cuestiones que podriamos considerar como “superficiales” y que no parecen llevar implícitas ideas de interés por el descubrimiento o de necesidad de implicación en la realidad más cercana, se da así una idea de nuevo inmovilista hacia la realidad.

Arriba, uno de los jóvenes del grupo haciendo gala de una “china” de hachís para repartir ese día. Abajo, traficantes pasando droga en coches de lujo, fotografiados por las chicas del grupo de “Barrios” de Son Roca.

La idea de poder comentada por l@s alumn@s de Garantía Social va unida al tema de las drogas: “quien tiene el poder es el que más reparte”. O a estratos sociales que no son al que ell@s consideran que pertenecen: “a más chusma, más poder, el que más respetan, el que pasa las drogas”, “los gitanos son los que tienen el poder”, o a actitudes que pueden generar miedo o represión: “el más fuerte, el que más manda, el más chulo es el que tiene el poder”, “hay gente que nos tiene miedo a nosotras tres, siempre vamos juntas”. Se da una clara diferencia entre las intervenciones del grupo constituido integramente por chicas, en ningún momento hablaron de política o sugirieron que el poder vaya unido a ésta. Por su parte, el grupo mixto, constituido por chicas y chicos, comentaron: “políticos”, “poder siempre es sobre los demás, como el rey, los políticos”, “los superiores, los que pueden hacer más cosas”.

En el barrio, efectivamente, las relaciones de poder fuera y dentro del grupo vienen marcadas por la droga, por el control de su reparto y su consumo. Si en la historia reciente, eran los traficantes (de mayor edad, entre 20 y 30 años) los “jefes” del barrio, hemos observado con preocupación un fenómeno incipiente, que tiene que ver con la realidad de nuestro contexto regional: al ser relativamente fácil para los chicos encontrar un trabajo remunerado a una edad temprana (15 o 16 años), éstos empiezan a afianzar su liderazgo en el grupo repartiendo droga (y no necesariamente vendiéndola). No tienen otras aspiraciones que las que han tenido siempre: estar en el parque, con la “peña”, en su mundo; y en eso se gastan el sueldo. Y si además reparten, pueden ser ¡los líderes! En cuanto a las alusiones a la autoridad local como poder institucional, o a las asociaciones de vecinos, han sido casi siempre negativas, cargadas de reproche. Para quienes ostentan ese rango, puede suponer algo de prestigio, aunque la gente del barrio no se siente representada ni por unos, ni por otros (...). En el caso de Cala Major, ante la inexistencia de espacios públicos, destaca el poder del administrador de fincas, que controla, al fin y al cabo, las posibilidades de vida de los habitantes de los apartamentos. 3.5. Perspectiva de género

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El taller de graffitis ofreció la oportunidad de generar una opinión bastante gráfica de cuáles y cómo son las relaciones de género en los grupos. Partiendo del hecho de que sólo participaron tres chicas y que además trabajaron en un mismo panel, es decir, no se mezclaron con los chicos, esto ya de por sí da una información que no necesita comentarios. Durante el taller las reacciones de sus compañeros fueron a veces discriminatorias y desvalorativas de su trabajo. En cierta forma podemos afirmar que sus compañeros las “anularon”. Su manera de sentir y representar el espacio, además, también refleja cuál es su rol como mujeres en casa y en el barrio: las representaciones no fueron afirmaciones personales de liderazgo o alusiones a la droga (como en el caso de los chicos), sino propuestas de mejora de un espacio público en el que ellas desarrollan funciones de extensión del espacio doméstico: cuidar niños, hacer la compra, ... Todo esto deja entrever un cierto sentimiento de baja autoestima y a veces poca confianza en sus propias capacidades: “Hay papeles que son para chicas y otros para chicos”, “la chusma es masculina porque tiene más poder: somos más débiles porque ellos nos hacen más débiles”, En otro contexto una chica afirmó: “niñas que con 12 años ya van Las chicas representaron un espacio público en un sentido pijoteando, van provocando. Las comunitario y al mismo tiempo que reflejaba su rol de género en casa y en el barrio. niñas están muy avanzadas, con esa edad y ya con pastillas, tiradas en una esquina”, “los niños se han quedado atrás, los niños no maduran. Antes era lo contrario”. Las jóvenes, en diferentes ocasiones, en unos y otros barrios, se refirieron a la igualdad de oportunidades: “Ellos se meten en una obra, ganan dinero y pueden salir, en cambio nosotras, no ganamos nada, nos explotan”. “No nos queda más remedio que estudiar, porque para nosotras no es lo mismo, no encontramos trabajo sin tener estudios, y aún esforzándonos, es mucho difícil que para ellos, que no tienen ni la edad ya están trabajando en la construcción cobrando un montón de dinero”. Todas estan respuestas nos sugieren, entre otras muchas cosas, que la diferencia entre sexos está muy interiorizada: “hay papeles que son para chicas y otros para chicos” y que las chicas ya tienen asumido que su papel casi siempre está subordinado al de los chicos, sobretodo al hablar de posibilidades y oportunidades profesionales: “las chicas no tienen las mismas oportunidades que los chicos”. Se percibe un cierto sentimiento de resignación por parte de las chicas entorno a esta cuestión, se demuestra que las chicas tienen una idea clara de que su posición no es de igualdad respecto a los chicos pero sin embargo, resignadamente, no proponen en ningún momento otro tipo de relaciones de género para superar esta injusticia que algunas de ellas proclaman.

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Muchas manifestaron posturas que demuestran la reproducción de situaciones en las que se repite el esquema de “novio” dominador, que gana mucho dinero y las saca a pasear con el coche, demostrando de esta forma que en cierta forma ellas asumen un papel de resignación. Su lugar en el espacio del barrio, como en la vida, es de meras acompañantes de los hombreslíderes. Dentro de esa lógica, sus aspiraciones de poder se ven recompensadas en función del grado de liderazgo del acompañante. Adriana Bisquert expresa perfectamente el papel de la mujer en el espacio de los barrios bajo el perfil escogido21: “… La mujer que vive (o sobrevive) en estos suburbios vuelve a sentirse expulsada de la ciudad y recluida en su hogar, que no tiene visos de serlo, pues el escaso tamaño, la mala construcció, la falta de aislamiento, tanto térmico como acústico, no le proporcionan ni la mínima comodidad ni la mínima intimidad. Y estos espacios miserables, que por lo general cumplen las normativas, las ordenanzas y los planes redactados por arquitectos al servicio del “orden” los sufren también los demás miembros de la familia”. Cabe señalar, más allá de las actividades realizadas, que en ambos barrios las mujeres adultas llevan el peso de la dimensión comunitaria, tanto en lo que respecta a la militancia social (movimiento vecinal y otras asociaciones) como a las diferentes profesionales que intervienen en los barrios (educadoras de calle, trabajadoras sociales, etc.). Las mujeres, en este sentido, son mujeres “del barrio”, frente a unos hombres que, generalmente por cuestiones laborales, son hombres “en el barrio”, cada vez con menos vínculos comunitarios, salvo en espacios semipúblicos como los bares. En relación al espacio, son también estas mujeres las que están empezando a cuestionar, justamente desde esa praxis comunitaria, del desarrollo de su actividad cotidiana en el barrio, otra ordenación de este. 3.6. Violencia y racismo Hemos recogido también otro tipo de comentarios de las y los, que aluden a personas o grupos no aceptados por ellos y que creemos que no necesitan comentarios: “hay gitanos que te roban y pueden venir con toda su peña”, “Es de la chusma, ahora no me gusta”, “dónde las gitanas rancias”, “dos moros de mierda”, “los negros de la furgoneta roja que siempre chillan”. Siendo en su mayoría jóvenes –aunque nacidos en Palma- hijos de inmigrantes de la península, expresan hacia los nuevos inmigrantes rechazo, y salvo en el ámbito educativo formal, son extraños los espacios de comunicación entre jóvenes de diferentes culturas o etnias. En otros momentos se habló también de la violencia, para ellos no existe violencia entre ellas y ellos mismos, sólo tienen los problemas que “puedan surgir entre nosotros, por alguna discusión: las drogas, fiar dinero, que a veces no nos fian”. Creen que sólo para la gente que es de fuera del barrio puede hablarse de violencia: “Algunos creemos que sí es violento pero sobretodo para la gente que no es del barrio, no para los que vivimos aquí” . Contrasta con las ideas surgidas al hablar del mundo: “ha cambiado mucho, se ha vuelto loco”, “sí, hay más mierda, más violencia”, “sí, porque antes de hablar se actúa. Se pegan sin hablar”. En este sentido, la violencia física no es demasiado frecuente, por lo menos en el espacio público. No es así en el espacio doméstico, ya que los conflictos familiares y el maltrato del hombre a la mujer, y de uno u otro a los niños y jóvenes en casa sí lo es, como fruto de las 21

Bisquert, A.: “La mujer y la ciudad”, en El futuro de la ciudad: entre la miseria y la utopía, Ed. FIM, Madrid, 1995.

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tensiones por motivos económicos (falta de empleo y recursos; horarios incompatibles que causan incomunicación entre los diferentes miembros de la familia, etc.). Sí es extremada la violencia verbal y cultural entre los grupos de jóvenes, y hacia las chicas (y entre ellas), que expresan una manera de entender las relaciones personales y sociales desde la dominación de unos sobre otros, aunque esta dominación, en ocasiones, adquiera forma de “reparto”, como cuando nos referíamos a las drogas y el poder. 4.7. Justicia comunitaria o alternativa No hemos podido constatar la existencia de reglas comunitarias al margen de la ley, o en paralelo a esta. Más bien existe, tanto en Son Roca como en Cala Major, una ausencia de autoridad. Ante esta ausencia de la autoridad pública (evidenciada en la falta de presencia efectiva, física, de la administración municipal en los barrios22 ), tampoco hay una respuesta comunitaria, ya que no existe algo que podamos considerar como una “red” comunitaria, el asociacionismo es escaso, y las respuestas de la sociedad civil ante situaciones concretas, espontáneas en el mejor de los casos, como en el caso de Cala Major cuando un grupo de vecinas y vecinos se manifestó reclamando la mejora del transporte público23, hace dos años, o más recientemente en Son Roca cuando los vecinos se opusieron, ahora hace un año, a la ubicación en las proximidades del barrio de un “reformatorio” de adolescentes24. Esta falta de presencia de las administariones públicas en los barrios genera recelos entre la población en general, hacia las instituciones, cuando no menosprecio y lo que es peor, desmotivación ante las posibilidades de cambio social, ya que se considera que el poder para cambiar las cosas está en manos del poder político.

La biblioteca y el centro cultural de Son Roca serían la excepción, pero tampoco son sentidos como un servicio de proximidad hacia los ciudadanos; de hecho, en el caso del centro cultural la mayoría de sus usuarios son externos al barrio; en el caso de la biblioteca, más allá de la infraestructura, ¿qué puede suponer para una comunidad en la que las tasas de fracaso escolar y abandono de la escuela son tan altas? 23 Los habitantes del barrio se veían obligados a tomar dos autobuses de líneas diferentes para llegar, por ejemplo, a su correspondiente centro sanitario. 24 “Ningún barrio de Palma quiere acoger el “reformatorio” del Consell – Un centenar de vecinos de Son Roca y Son Anglada reciben a la consellera con gritos de ‘sinvergüenza’, ‘ladrona’ y ‘mentirosa’”, en el diario El Mundo, 27/11/2002. 22

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4. Apuntes sobre el desarrollo metodológico y las perspectivas del proyecto Disponenemos ahora de una primera fotografía de los barrios y las y los jóvenes que los integran. Insistimos en el hecho de no existe una identidad homogénea, y de que es prioritario tomar consciencia del propio entorno. Consideramos necesario encontrar vías y estrategias adaptadas que sirvan para descubrir cómo sienten y viven su barrio, abriendo al mismo tiempo espacios que traduzcan estas vivencias en propuestas que deberán ser canalizadas adecuadamente, no exclusivas para los grupos de jóvenes, sino para otras generaciones y grupos organizados. Nuestra metodología de IAP y de cartografía social deberá adaptarse al ritmo de los grupos, evitando imponer excesivas responsabilidades, que fácilmente pueden desmotivar y acentuar todavía más la falta de autoconfianza de los jóvenes. Deberán plantearse actividades de intercambio entre los dos barrios en la ciudad y el resto de barrios en el mundo. Se trabajará desde una perspectiva socioafectiva, generadora de espacios de intercambio de diferentes visiones del barrio/barrios y la realidad más inmediata, donde cada participante se sienta parte integrante del grupo que pretende un objetivo compartido. Animaremos, pues, a la expresión de emociones y opiniones personales que conduzcan al debate grupal y generen propuestas y acciones. Todo esto en un proceso que genere una atmósfera de confianza y respeto entre ellos. Se plantearán actividades que contemplen una perspectiva intergeneracional, esto es, que directa o indirectamente abran espacios de comunicación e intercambio de diferentes visiones e impresiones sobre el barrio. Esto permitirá, además, obtener por parte del grupo reconocimiento social y credibilidad ante la comunidad. Creemos que deberían plantearse actividades específicas que implícitamente traten temas como los estereotipos y prejuicios hacia la población inmigrante o personas de otros grupos étnicos, las relaciones de género y la sostenibilidad. Como señala Tomás Rodríguez Villasante, profesor de sociología urbana, al referirse a los procesos de creatividad social, “el que no esté todo programado o que no sepamos fácilmente cuál es el grado de complejidad puede ser una angustia paralizante o puede ser un reto maravilloso en el que jugar las bazas como en una fiesta. Es decir, que podemos convertir lo imposible pero necesario en una tarea apasionante pero muy creativa”. De eso se trata.

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5. Fuentes y bibliografía 5.1. Entrevistas realizadas 5.1.1. Académicas - Universitat de les Illes Balears: profesores Bernat Riutort (Filosofía Política) y Alexandre Miquel (Antropología social). 5.1.2. Institucionales - Ajuntament de Palma (regidoría de educación y servicios sociales) - Presidente y gerente del Consell de la Joventut de les Illes Balears (CJIB) - Equipo de Servicios sociales del distrito de Ponent (jefe de servicio y otros profesionales) - Presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma - Presidenta de la Federación Palmesana de Entidades (FEPAE) - Coordinadora de actividades de la Fundació Pilar i Joan Miró (Cala Major) 5.1.3. Profesionales - Educadoras de calle del GREC - Trabajadoras sociales de Cáritas de los barrios - Servei educatiu de Caixa Fòrum – Projecte Districte 3 (BCN) - Secretaria y jefa de estudios del colegio público de Génova (Palma) - Coordinadora de los programas de garantía social de Aula Cultural 5.1.4. Agentes sociales - Presidente de la Asociación de Vecinos de Son Roca - Presidenta de la Asociación de Vecinos de Cala Major-Son Matet-Marivent - Párrocos (Tomeu Bennàssar en la parroquia de Son Roca y Gaspar Aguiló en la de Santa Brígida (Cala Major)) - Directora del Projecte Sòcioeducatiu Naüm (Son Roca) - Coordinador del Mijac (Son Roca) - Componentes de la Asociación para la Unidad del Barrio de Cala Major (AUBA) - Presidenta de la Asociación de la Tercera Edad de Son Roca - Asociación de jóvenes “Barri” (Son Rapinya) 5.1.5. Jóvenes del barrio de Cala Major (8 entrevistas) 5.2. Bibliografía 5.2.1. Bibliografía específica -

GREC: Memòria del Grup d´Educadors de Carrer i Treball amb Menors 2002, Ed. GREC, 2002. Naüm: Memòria Naüm (2002) Càritas Diocesana de Mallorca: Memòria 2002 Ajuntament de Palma: “Estudi del barri de Cala Major”, 2002 (estudio sociológico, mecanografiado) AAVV: “Sant Agustí i Cala Major”, a Els barris de Palma, Núm. 20, Ed. Grup Serra, 1995

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AAVV: “Son Roca, Son Ximelis i Son Anglada”, a Els barris de Palma, Núm. 25, Ed. Grup Serra, 1995 AAVV: Son Roca, a la col·lecció “Coneguem la nostra ciutat”, Núm. 2, Ed. Ajuntament de Palma, 1988 Ajuntament de Palma: Memòria de Secretaria 2002 Ajuntament de Palma: Palma, ciutat educativa (curs 2003-2004), Ed. Regidoria d´Educació de l´Ajuntament de Palma, 2003 Quintana, A.: “La ciutat actual de Palma”, a Recursos de Geografía i Història de les Illes Balears, en format digital al web de la Conselleria d´Educació i Cultura del Govern Balear (weib.caib.es) AAVV: El nostre barri, Ed. Sindicat de Treballadors de l´Ensenyament de les Illes Balears, 1994 AAVV: Dades per a un Diagnòstic Social de Palma, Toms 0 (Fitxa tècnica) i 5 (Districte Ponent), Ed. Regidoria de Serveis Socials de l´Ajuntament de Palma, 1999 Sanz, J. y Luque, S.: Polítiques locals de joventut a les Illes Balears, Ed. Direcció General de Joventut del Govern Balear i Institut d´Anàlisi Social i Polítiques Públiques (Fundació Francesc Ferrer i Guàrdia), Palma, 2002 AAVV: Informe econòmic i Social 2001, Ed. “Sa Nostra”, 2002 Ajuntament de Palma: Instruments de política sociocultural, Ed. Ajuntament de Palma, 1987 AAVV: Informe de seguiment i avaluació de la implementació del programa de prevenció i abordatge del conflicte juvenil 2000, Direcció General de Menors, Govern Balear, 2001.

5.2.2. Bibliografía general - AAVV y Rodríguez Villasante, A. (coord.): La investigación social participativa, Ed. El Viejo Topo, col. Construyendo ciudadanía, 2001 - Bisquert, A.: “La ciudad y la mujer”, a Miquel, L. (coord.): El futuro de la ciudad entre la miseria y la utopía, FIM, Madrid, 1995 - López de Ceballos, P.: Un método para la investigación-acción participativa, Ed. Popular, Madrid, 1999 - Rodríguez Villasante, A.: “Procesos para la creatividad social”, colección ‘Tomamos la Palabra’, Ed. Acsur-Las Segovias, Madrid, (disponible en www.acsur.org)

Palma, noviembre de 2003

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