ALUMNOS DE CONDUCTAS DISRUPTIVAS EN LAS AULAS DE LA ESO Los problemas de conducta en los institutos de ESO es una cuestión que está en la calle, infinidad de veces me hacen la pregunta, ¿Cómo te va?, porque los niños de hoy tienen tarea. Está en los medios de comunicación mas o menos próximos a las cuestiones educativas, y ocupa gran parte de los debates en los claustros, consejos escolares y conversaciones entre docentes. Pero ese “tienen tarea”, de la calle, ¿Qué significa dentro de los institutos? Significa dos cosas: mal comportamiento y bajo nivel de trabajo. 1. El mal comportamiento se puede concretar en las siguientes actitudes 1.1. Una actitud desafiante y de falta de respeto hacia los profesores. Les niegan el principio de autoridad e incluso les insultan en los casos más graves. El lenguaje que utilizan es un lenguaje carente de sensibilidad hacia personas que incluso podrían ser sus abuelos. Como contrapunto a estas actitudes son elocuentes estas palabras de recuerdo de una alumna que cursaba octavo de EGB en 1988 y que están recogidas en el número 71 de la revista de la SAEM THALES. “Mi profesora, Doña Maruja, continua con la enseñanza en mi pueblo y es una alegría para mi que de clases a uno de mis sobrinos. Es curioso que cuando yo estudiaba, a todos los profesores les decíamos don/doña, ahora al parecer no se lleva esto, de hecho, mi sobrino la llama Maruja a secas.” De otro pasaje cuenta: …De ese acto no se me olvidará el trato cercano, con nosotros los participantes, de D. Gonzalo Sánchez Vázquez entonces presidente de la SAEM Thales. Para mí en aquellos momentos parecía un abuelo entrañable. Hoy estas palabras suenan a poesía frente a los exabruptos que con demasiada cotidianeidad se escuchan en las aulas. 1.2. Se meten con los compañeros que no son de su cuerda y con más ahínco si tienen una personalidad débil o son buenos estudiantes. Sacar buenas notas no es un valor cotizado, se cotiza bastante más el montar un “pollo” en la clase con el profesor que se puede y se hace ostentación de no aprobar ninguna asignatura. 1.3. Estropean el material. Son los servicios el campo donde mejor pactan y digo pactan porque allí gustan de comerse el bocadillo e intentan fumarse su pitillo, atrancan los inodoros, rompen las puertas y en el buen tiempo riegan el suelo. La

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superficie de la mesa es un lugar estupendo para hacer graffiti con el tipex que le cogen descaradamente al compañero de al lado haciendo gala de su “buena educación”. Interruptores, enchufes y persianas son un buen atractivo para ellos. 1.4. No traen al instituto el material para trabajar, los utensilios de su mochila suelen ser un buen bocadillo y un zumo; algún reproductor de música, con sus auriculares, que utilizan para provocar al profesor y así comenzar la fiesta. 1.5. No respetan las normas de convivencia y si reclaman con prontitud sus derechos. Pueden haber “reventado” la clase doscientas veces, privando al resto de sus compañeros del derecho a trabajar de manera digna relajada y productiva, llevan al profesor al límite de su resistencia pero si se les castiga sin recreo automáticamente reclaman su derecho a salir y comerse el bocadillo; mira que si se desmaya la criatura y el padre demanda al profesor. No les importa mentir con descaro y poner en boca del profesor cosas que él no ha dicho si con ello pueden sacar beneficio. Mal casa esta situación con el siguiente párrafo extraído del preámbulo de la LOE: …Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discriminación, con el objetivo fundamental de lograr la necesaria cohesión social. Además, la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos.

2 ¿Cuál es la extensión del problema? Por el ruido que produce parecería que estamos ante un problema masivo de mala educación en nuestras aulas, pero nada más lejos de la realidad. Estos alumnos se concentran en los tres primeros niveles de la ESO con desigual distribución: En 3º suelen crear problemas durante el primer trimestre, a partir de aquí van cumpliendo los 16 años y abandonando el sistema educativo dejando de ser una fuente de conflictos en los centros de enseñanza. El abandono tampoco concuerda bien con el espíritu de la LOE: ...En los comienzos del siglo XXI, la sociedad española tiene la convicción de que es necesario mejorar la calidad de la educación, pero también de que ese beneficio debe llegar a todos los jóvenes, sin exclusiones… ...Tras haber conseguido que todos los jóvenes estén escolarizados hasta los dieciséis años de edad, el objetivo consiste ahora en mejorar los resultados generales y en reducir las todavía elevadas tasas de terminación de la educación básica sin titulación y de abandono temprano de los estudios Si bien la marcha de las aulas de estos alumnos deja de ser un problema escolar, pasa a convertirse en un problema social no solo por su capacidad desestabilizadora sino también por su bajo nivel de formación y su difícil acceso al mundo del trabajo. Tampoco aquí estamos muy en la línea de la norma citada:

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...Ningún país puede desperdiciar la reserva de talento que poseen todos y cada uno de sus ciudadanos, sobre todo en una sociedad que se caracteriza por el valor creciente que adquieren la información y el conocimiento para el desarrollo económico y social. Y del reconocimiento de ese desafío deriva la necesidad de proponerse la meta de conseguir el éxito escolar de todos los jóvenes. …También ocupa un lugar relevante, en la relación de principios de la educación, la transmisión de aquellos valores que favorecen la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, que constituyen la base de la vida en común. El bajo nivel de formación da lugar a problemas colaterales como el racismo: No pueden admitir que personas extranjeras les hagan la competencia en el mercado laboral. No es raro encontrar opiniones e incluso pintadas como esta en la pared de un instituto En los niveles de primero y segundo, por cada grupo de 25 o 30 alumnos suele haber entre uno y tres con conductas disruptivas, ¡menos del diez por ciento!; pero su actitud es tan nociva que han conseguido acaparar la atención de la sociedad y copar el discurso sobre la escuela. Cuando un profesor llega por vez primera a un instituto las conversaciones con los compañeros no giran entorno al qué o como enseñar sino a comentar el comportamiento desajustado de tal o cual alumno. ¿Tienen mal comportamiento con todo el profesorado?, la respuesta es no: con algunos profesores su comportamiento es relativamente correcto e incluso trabajan, con otros no hacen nada pero no molestan y con otros ni trabajan ni dejan trabajar. 3 ¿Qué efectos tiene este fenómeno? 3.1. Baja autoestima del profesorado y alto nivel de ansiedad y actitud pasiva. El docente tiene que enfrentarse continuamente a situaciones que nada tienen que ver con la docencia: que enseñar, como enseñar, adaptando el que y el como, junto con los recursos disponibles, a un grupo de personas que se supone han de cumplir con su papel de trabajar para aprender. Pero nada de eso, lo que requiere su esfuerzo es mantener a raya a esos elementos perturbadores que su único trabajo consiste en intentar reventar la clase y que se sienten tanto mas satisfechos cuando mayor es el grado de consecución de su objetivo. Al final llega a plantearse, ¿para esto he hecho una carrera y unas oposiciones?. En estas circunstancias es difícil que el profesorado responda a la demanda de la ley: ... la responsabilidad del éxito escolar de todo el alumnado no sólo recae sobre el alumnado individualmente considerado, sino también sobre sus familias, el

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profesorado, los centros docentes, las Administraciones educativas y, en última instancia, sobre la sociedad en su conjunto, responsable última de la calidad del sistema educativo. 3.2 Consumen ingente cantidad de recursos para obtener unos bajos rendimientos. Aulas especiales de convivencia, u otra denominación, con atención específica de profesorado; entrevistas y cuestionarios en el departamento de orientación; firma de pactos con el tutor y la jefatura de estudios, reuniones del consejo escolar y el equipo directivo para tomar decisiones, llamadas a los padres, materiales especiales, etc., forman parte del elenco de actuaciones que cotidianamente hay que llevar a cavo para atenderlos. 3.3 Hacen que caiga considerablemente el nivel de la clase. Intentar ponerse los auriculares, abrir y cerrar persianas y ventanas, levantarse a tirar un papel y de paso dar la “colleja” a los compañeros que les toca en suerte. Son muchas las tretas que hacen de la clase una jaula de grillos con un profesor “guardián” que difícilmente puede mantener la calma, pero la mas original es la de, cuando mejor está la clase suena la voz impertinente, ¡alguien tiene un pañuelo!. Y lo hacen sin rubor, con todo el derecho del mundo. ¡Cuánto tiempo perdido! 3.4. El profesor dedica ingente cantidad de tiempo en buscar actividades que les puedan interesar, nada que objetar en ello porque forma parte de su trabajo, pero cuando se sienta a su lado para animarle, la respuesta que suele recibir es que le deje en paz o que no le da la gana de hacer nada. 3.5. Reclaman constantemente la atención, no solo del profesor, sino de todo el alumnado, haciendo muy difícil el trabajo en la clase. 3.6. Influyen en aquellos compañeros más vulnerables que pudiendo tener un rendimiento adecuado y que sin causar problemas, se dejan ir por el camino fácil de la pereza. No son un buen ejemplo. 4 ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? El 4 de octubre de 1990 se publica en el BOE la LOGSE (Ley de Ordenación general del Sistema Educativo) que sustituyó a la Ley General de Educación de 1970 y que ha sido derogada en el 2006 por la LOE. La LOGSE intenta solventar, según reza en su preámbulo, algunos problemas a los que no da respuesta la ley anterior, y que en el tema que nos ocupa vendrían a ser los siguientes: 1. El desfase entre la conclusión de la escolaridad obligatoria y la edad mínima laboral 2. La existencia de una doble titulación al final de la Educación General Básica que, además de resultar discriminatoria, posibilita el acceso a la Formación Profesional a quienes no concluyen positivamente aquélla, la configuración de esta Formación Profesional como una vía secundaria pero, al tiempo, demasiado académica y excesivamente desvinculada y alejada del mundo productivo. Para ello establece dos medidas: Ampliar la escolaridad obligatoria de los 14 a los 16 años y así se recogía en el Artículo 5 1. La educación primaria y la educación secundaria obligatoria constituyen la enseñanza básica. La enseñanza básica comprenderá diez años de escolaridad, iniciándose a los seis años de edad y extendiéndose hasta los dieciséis.

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Una misma educación para todos los alumnos durante el periodo obligatorio. Lo que significa posponer hasta los 16 años la doble vía de la formación profesional o el bachillerato. Articulo 6 1. A lo largo de la enseñanza básica se garantiza una educación común para los alumnos. No obstante, se establecerá una adecuada diversificación de los contenidos en sus últimos años. Además establece en el preámbulo que la formación ha de ser comprensiva …Este período formativo común a todos los españoles se organizará de manera comprensiva, compatible con una progresiva diversificación. En la Enseñanza Secundaria Obligatoria, tal diversificación será creciente, lo que permitirá acoger mejor los intereses diferenciados de los alumnos, adaptándose al mismo tiempo a la pluralidad de sus necesidades y aptitudes, con el fin de posibilitarles que alcancen los objetivos comunes de esta etapa Hago estas referencias a la LOGSE porque ha recibido las culpas de todos los males que aquejan al sistema educativo y alguna tiene. Pero vayamos por partes: En cuanto a la extensión hasta los 16 años, nada que objetar. A pesar de las voces que han clamado para sacar de los centros a esos adolescentes conflictivos que antes estaban en la calle, creo que debemos sentirnos orgullosos de poder ofrecer más tiempo de formación a nuestros jóvenes. Tampoco está mal la decisión de posponer la doble vía hasta los 16 años, con buen criterio aunque discutible, se argumenta que con 14 es demasiado pronto par tener que elegir. Sin embargo a la comprensividad si hay que echarle bastantes culpas, porque llevado el término a las aulas significa, ni mas ni menos, que todos los alumnos han de aprender lo mismo, conseguir los mismos objetivos, en el mismo lugar y al mismo tiempo. Se ha pretendido un falso igualitarismo imposible de conseguir más por la diversidad de intereses y actitudes del alumnado que por las diferencias en aptitudes. No es un problema de capacidades lo que hace difícil el buen trabajo en las clases, es un problema de objeción a la escuela. La solución está en tres pilares: Discriminación positiva para atender mejor, principio de autoridad y exigencia de trabajo.

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