ACA DEl\fIA ARGENTINA

BOLETIN DE LA ACA·DEl\fIA ARGENTINA DE LETRAS TOMO XXI. - No 81 .TI1Uo-.eptiembre de 1956· BUENOS AIRES 19 56 BOI,KrÍN DE IlA ACADEMIA ARGENl'I~A...
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BOLETIN DE LA

ACA·DEl\fIA ARGENTINA DE LETRAS TOMO XXI. - No 81 .TI1Uo-.eptiembre de 1956·

BUENOS AIRES

19 56

BOI,KrÍN DE IlA ACADEMIA ARGENl'I~A DE I,ETRAS , Director: Académico ARTURO lIARASSÓ

SUMAlUO Cómo se cOl'rig< IIna nlluela.. • • • .• .. Calón de Úlica en la " Diuilla Comedia ". . •• . RAGoCCl, S. D. B., ROOOLFO, M., Neologismos d. mis l.cluras.. •• • MALARET, AJ:~\JSTO, Bu.le/·ías del idioma ••.. •:................. MENÉ.OEZ PIDAL, R",.ó., Nuet'o ualor de la 'palab"a "ablada r ,la unidad del idioma .• •••.. '•.•..•. : ...................... ", LAGUAROA TRíAS, ROLA.o!), A., lIislol'ia de la palabra camalolc .. WHlTEHOUSE, ROBERTO STANLEY, La naluraleza en las ,nouelas de 8ugo Wasl........................................... M.U'TíftEZ Z"VIRí.., GUSTAVO, PAGANO, JOSÉ LEÓ',

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-429 'H5

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Acuerdos. • . . . • . • • . . . • • • • . • • . . . . • • . . • • • . • . • • . • . • . • . . . . • 481 Noticias •..••..•.••••.•......••. : . • • . . . . . . . . . • . . . . • • . ..

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BOLETÍN BE LA

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS Toyo X.XI

JULlO-SEPTISIIBRE DB

1956

CÓMO SE CORRIGE UNA NOVELA

El título que hemos imaginado para esta charla t .. va a producir una decepción, porque lo que se diga no corresponderá a lo que se anuncia. El tema es demasiado extenso para que pueda ser explicado en los veinte o treinta minutos de que puedo disponer sin abusar de la paciencia de ustedes. y comienzo pidién,doles disculpa porque deberé forzosamente citarme a mí mismo varias veces. La forma en las obras d~ arie tiene una importancia tan capital, que Menéndez y Pelayo, en su obra Calderón y su Teatro, se anima a presentarla como más importante que el fondo, Dice así: « No bastan por sí solas las grandes ideas para. hacer con ellas grandes dramas. En el arte, aunque esto parezca una herejía, las cosas valen por la ejecución más que por lo que son en sí ll. El artista, - y debemos considerar como artista no solamente al pintor, al músico, al poeta, sino atodo escritor, aunque no escriba novelas o dramas o poemas. Podemos • V. pág. 481. 22

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GUSTAVO ~hníNI::.z ZIJ\"IRiA.

BAAL, XXI. '0'&

decir que el Código Ch,i[ argentino es una obra de arte, no por el tema, sino por la forma ajustada, pulcra, prodigiosamente sintética y a veces hasta elegante con que ha sido escrito. El al'lista encuentra que la idea de su obra ya ha sido creada por Dios. Verdad, justicia, belleza' existen antes que el artista, lo mismo que el mármol de una estatua, el oro de una joya, las notas de una melodía, los sentimientos. humanos, amor, odio, soberbia. La cuestión es apoderarse .de eso.s elementos y darles forma y hacer con ellos la obra de arte. Dios ha querido hacer del hombre su colaborador en la obra de la creación entregándole a su inteligencia, a su inspiración, a su voluntad, el mundo infinito de las formas. El fondo de una obra de arte, por ejemplo la idea de una novela, el artista la encuentra en un minuto: es una aventura qne le relatan, es un conflicto de pasiones que descubre, o un idilio que imagina. La cuestión es darle forma, en un plan equilibrado, imaginar los personajes que ;ctuarán y los hechos que ocurrirán. El fondo de una obra que no sea ficción, por ejemplo una historia, un trabajo de erudición o de filosofía, es más fácil de modificar que el de una novela o de un drama. El novelista que ha avanzado un buen trecho en la redacción de su novela se encuentra prisionero de su propio argumento. Pnede agregar nn diálogo, puede suprimir un capítulo, puede hasta' introducir u~ personaje inferior; pero no puede cambiar ni el sexo, ni el caráctel', ni el número de los personajes que son lo que se llama protagonilótas, ni dar al relato un rumbo distinto del que primeramente 'concibii> como un desarrollo lógico de la idea fundamental.:·

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CÓlIo SE CORRmE UNA NO'"EI.A.

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De manera que al decir cómo se corrige una novela, queremos decir cómo se corrige la forma de una novela. Esta forma está a veces tan pegada al fondo mismo de la obra, que al tocarla o modificarla a ella, pareciera que estamos lastimando la concepción fundamental de la obra. Tal sería el caso de un novelista que va llegando al final de su relato y se encuentra con que el desenlace puede ser triste o feliz y después de vacilar un tiempo, se resuel.ve a hacerlo feliz, porque su editor le ha dicho que los libros que terminan alegremente se venden mejor. Pero reflexionando después sobre esta decisión, halla que un final feliz en esa obra, aunque parezca lógico, carece de originalidad. ElleCfor dobla la última hoja y no vuelve a pensar en el libro. En cambio si el final hubiera sido un sacrificio, una abne. gación, se abre a la imaginación del lector una especie de panorama donde se pintan muchas situaciones que podrían ocurrirles a los protagonistas cuyo sacrificio puede, andando el tiempo; originar nuevas novelas, dentro de la lógica de los sentimientos humanos. El autor vuelve a poner su obra en el crisol y funde de nuevo el.líltimo capitulo para que no resulte feliz y adocenado, sino heroico y triste, a fin de que sus lectores sigan pensando en los tipos que él creó, y discutiendo imagina. riamente con ellos. Aquí hemos cambiado algo más que la forma del libro: hemos tocado una parte principal del fondo. Pero estos casos se presentan rara vez. La forma de un libro posee diversas capas, estratos más o menos p·rofundos. La superficie que son las palabras, la estructura II ordenamiento del material, escenas, descrip-

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GUSTo\VO M"RTí"EZ ZU\'IRí"

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ciQnes, sucesión de lDS capítulDs, para que no. esté un epiSDdiD antes de ID que lógicamente debe estar. MuchDs autDres hay que se encarnizan cepillando. y bar nizandD la superficie de sus páginas CDmQ si ID más impDrtante fuera pulir y sacar chispas de las 'palabras y de las frases. Eso. es impDrtante, pero. no. tanto. CDmD la fQrma interna, la armazón .. la estructura interiDr que se ha dado. al libro.. Hay librDs muy bien escritDs, pero. que son ilegibles, pDrque están interiDrmente desDrdenadDs y IDS episDdiDS se atrDpellan y se enredan sin necesidad. Esta es la forma interna que hay que cuidar más que la puramente superficial. Es también la más difícil yen ella estriba lo. que lIamamDS la ejecución de la Dbra de arte. Ella es la que da claridad y vida y pDr ID tanto. interés a la Dbra. La batalla pDr la forma suele ser larga y a veces dura más que la redacción misma del libro.. El autDr no. es perfecta'mente dueño. de él, hasta que después de haber cDrregidD prDlijamente el Driginal (manuscrito. o a máquina) y las sucesivas pruebas que l~ mandaran de la imprenta, no. ve su poema, o su drama o su novela impresa y tal como saldrá al público. Se arrojará de bruces sDbre aquellas hojas frescas, impolutas, y CDmo si las estuviera leyeAdo con anteojDs nuevos, descubrirá en cada página erratas o motivos de cnmi'enda, unos nimios, casi insignificantes, otros graves, que no sabe cómo no. vió y que ID desesperan, porque ya es tarde. CQrrige sobre el libro impreso, con vistas a una nueva edición que algún día pDdría hacerse ... Esta batalla~por la' cOfl'ección exige muchísima paciencia y perspic bailará, como se pueda. Don Zenón, que es buen guitarrero y hasta vel'sificador, asistirá como todos los aiios y cantará. );lero esa vez, sabiendo que "ella 1) va a ir, resuelve expresar algo de lo que lo tortura en secreto, en forma tal que nadie, ni siquiera el ángel de la guarda de ella, llegue a comprenderlo. Se pasa tres días fabricando esa oscura confesión de un amor, que no quiere confesarse. Le resultan los siguientes versos: EL LLANTO DE LAS COSAS

Sol del estío que alumbró mi otofio, Durazno en flor que perfumó mi ,'ega, Hojita verde del postrer retoño De esta ilusión que tnn deshoras llega.

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GUSTAVO MAI\TÍrU:Z ZUVIRíA

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Gacela montaraz, caperucita De risa aleg"e y de mirada tristl', Yo no esperaba tu fugaz visita, ePor qué tan tarde a mi heredad viniste ~ Yo era un pastor que abandonó el rebaño, Yo era un furtivo cazador de estrellas, Un pe.regrino en un país extraño, Que erró el camino y confundió las huellas. Pasaste sin mirarme; otras visiones Llenaban con sus músicas tranquilas 'fu pecho de canciones, y de luz tus pupilas. Te vi cruzar el río por el vado, Cerca del sauce de melena lacia, 'fu pie en ,el arenal quedó marcado y el aire electrizado con tu gracia. La maleza estival borró la senda. Otoño, invi~rno. Nunca más la extraña Radiante aparición. Alcé mi tienda y volví a la montaña. Jamás I\C abrió mi corazón cobarde, Pero en mis noches límpidas y lentas Sueño que llegas al caer la tarde, Me das la mano y en mi umbral te sientas. ,Y yo, porque adivinas mi secreto, Lleno tu falda de tardías rosas, Donde tus labios hallan el discreto ~ perfumado llanto de las cosas.

Una vez terminados y leídos en alta voz, sin más testigo que él mismo, descubre, con espanto, que ha trabajado inútilmente. Todo eso no sirve para nada. ePor qué? Porque no está en su lugar. '

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Es inverosímil que un cantor campesino, un p.ayador guitarrero, cante en verso endecasílabo, esmeradamente c3rpinteado, metro de lujo que no es adecuado sino para otros temas. Si él ha de cantar algo, tiene que ser sencillo en octosílabo asonantado. Se ha equivocado, pues, y aunque le duela perder su trabajo tiene que hacer otra cosa. Ya no hay tiempo. Acudirá sin ningún (lreparativo ~ lo que salga, si lo obligan a payar. Efectivamente: ese día va al sitio donde sabe que lo esperan ella y todo~ sus pobr~s amigos campesinos, y en cuanto él aparece, le pasan la guitarra. La afina nn poco e'ntrece¡'rando los ojos, para pensar mejor, y canta cualquier cosa, y lo que canta es así:

y

Noches, tormentas, abismos, Voz que en secreto nos llama ... i Todo me parece claro Frente al misterio de mi alma! El gaucho más pobre sabe Dónde lo empuja su suerte, A él lo guían las estrellas, A mí una e~trella me pierde. Creyeron que el viejo sauce Estaba seco y lo hacharon; Y en la nueva primavera Lleno de hojitas lo hallaron. Ella, solicitada a su vez por el paisanaje, toma la guitarra y en el mismo estilo, pero con más picardía., le contesta: Si el sol. la luna, el lucero Son cosas lindas de ver Más hermosa es todavía El alma de una mujer.

GUSTA,\'O M.\RTíNEZ ZIJ\"IRi.4.

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La peperina silvpstl'e Se seca "i la trasplanlan ; He visto nna tOl'lolila Muriéndose en tu venlana. Si se engaña con pala bras, Tambi"n se engaña callando; Se hace cl'eel' una cosa y en otra se está pensando. El Il'ng~aje de los ojos Yo no lo puedo enlen~er i Dime una sola palabra Más fácil de comprender!

También suele suceder que al corregir un capítulo descnbrimos que hemos estado impacientes por concluirlo yalgún pasaje, por haberlo escrito precipitadamente, nos há salido demasiado corto. Con vistas siempre a una probable nueva edición hay que refundirlo, agregando más melal y no es cosa de poco empr· fio, porque tenemos ,que volver a pdñernos en la situaciún espiritllal que teníamos cuando escribíamos aquel pasaje. Lo que dice Horacio, en su tantas veces recordado verso: ti 'Si {lis me jlel'e oo. si qu~eres hacerme sentir o herirme, primero tienes que sentirlo tú mismo n. V uelvo a citarme pues se trata de nuevo de don Zenón y de Carolina . . Ésta se ha casado, con Ull primo lejano, que su tía, la hermana ,de don Zenón le ha metido por los ojos. Es un bala perdida, qne como snele acontecer, tiene « muy buen fondo n, lo que no impide que a los dos o tres años de matrimonio. andando en Europa, se divorcie de Carolina y se case COIl una artista de cine. Don Zenón, celoso de su querido secreto, 'nada ha dicho;

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CÓM.O SI': r:ORR1GF. UNA. l'IiO\'EU.

pero cierto día, su hermana recibe cartas de (\ allá », en. que una ·persona que los quiere bien, le cuenta malas cosas, entre ellas q).le Carolina tiene un hijito y se ha vuelto.a casar. Doña Inés, la hermana, corre desolada a buscar a su hermano y le arroja en la cara la noticia, como si él tuviera la culpa de que Carolina no hubiera sido capaz de despertar en aquel bala perdida de su marido, un amor frenético. Don Zenón sufre el horrible lanzazo, ¿ Cómo es posible que Carolina se haya divorciado? Él hubiera preferido cualquiera otra cosa menos criminal para su conciencia y lo dice con pl'ofunda amargura: "Habría preferido que hubiese tirado la zapatilla», ~s decir, que se hubiera vuelto "loca Esta durísima respuesta llega a conocimiento de Carolina, que en cinco años no le ha escrito ni una sola vez. Escribe a su tío una ca·rta, aparentemente expresión de furia, pero en el fondo desesperada queja de amor. Don Zenón después de pensarlo mucho le contesta. En la primera edición de Estrella de la Tarde, su carta es demasiado breve y desabrida. Hace falta algo más. He aquí las dos cartas. la de "lla y la de él, tales como han quedado para la nueva edición: II Me escriben que al hablarle de mi nuevo marido usted respondió que le habría parecido mejor que yo hubiese (1 tirado la zapatilla », en vez de casarme. ".Estoy segura: usted no ha podido emplear una frase tan chabacana; pero si ha dicho eso o se lo han hecho decir, alégrese; mi querido tío: no me he casado, he tirado la zapatilla. ¿Qué culpa tengo~ Me sentía abandonada y condenada por los de mi sangre. Tuve asco de la gente sin mise· ricordia. Hasta el cielo me parecía cerrado para mí. No me eché al mar porque tengo un ángel de·la guarda, que me 1) •••

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C;¡;STAl'O :\1A.RTi!lrEl ZliVlftiA

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habría recogido en sus alas IIlmensa~. No quise darle f'se trabajo. (1 Habría podido casarme, mejor dicho: (1 recasar,me 11. i Quién lo duda! Pero yo sé que el casamiento con una persona divorciada, el II recasamiento 11 ~s una prisión. Yo no quiero ser carcelera de nadie. (1 Como ve, empleo la misma expresión que le oí a usted \Jna noche en la mesa. A proposito de no sé qué amigo suyo que se casaba, dijo usted: el casamiento de un viejo con una jovencita es una prision, y nos pintó-con colores horrorosos cómo era esa prisión. « Yo he aprendido esta enseñanza, que me entró en el corazón como un balazó. Ya me he cJIradode una enfermedad que tenía entonces. Ahora soy sana y quiero ser libre. (1 HEl mandado al infierno todos mis escrúpulos. Ninguno de ustedes puede tirarme la primera piedra. '( Pero no tema perderme para siempre. Un día volveré, cuando mi hijito sea grande. Y llamaré a la puerta de su ca~a.

t( Usted será veinte años más viejo que hoy: no sé si me recihirá. Pero si no me abre su puerta, rnesentaréenelumbr.al y' allí mé moriré de hambl'e y de sed, como aquella palorrita montal'az qtleun día se murib en su ventana. t Se acuerda? (1 Y cuando ya mi nombre no sea más que uoa armonía que pasa enel'vieoto de la noche. usted, que ounca dejará de oírlo dirá a su piadosa hermana: (i ePor qué la hemos dejado morir de hambre y de sed: en el umbral de nuestra casa? ... Ninguno de nosotros podía acusarla 11. Pero ya será infinitamente tarde ... ') Don Zenon le contesta así: (,Despoués de leer tu carta me siento veinte años más viejo.

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ClIMO SE CORRIGE UNA NO\'ELA

(( Como un manantial se va desaguando :mi vida en la eternidad. Quiero canalizar hacia Dios las gotas que todavía me quedan. Pero hí, como un rundún ... (si vieras qlié precioso picaflor volaba hoy arriba de tus rosales; el otoño e'" aquí la estación de las mejores rosas). Tú como un rundún puedes mojar tu piquito en esas últimas gotas, porque lo que bebas me será c~ntado y devuelto con creces, conforme, a la promesa evangélica: el que diera de beber un vas,o,de agua a un sediento recibirá ciento por uno. (( y tú estás sedienta de catiño. No hablemos de perdón porque sólo a Dios le correspond'e perdonar. ti Yo no sé nada de ti. eQuieres tú saber un poco de mi ,-ida? ePero es verdad que vivimos todavía, tú y yo? (( Mi alma ha sido siempre una contradiccion, prodigio de luz y de sombra. Nadie tenía la clave de su misterio y me moriré sin haberme conocido. " Tú eras para mí la sola claridad que llegaba a ella. ti Todos aquí te echan de menos: el cura, el capataz, don Canuto, los peones, tus caballos, tus perros ... Y yo más que todos ellos. u Yo jugaba con el tiempo. Me parecía ser su dueño y tenerlo a, mi disposición como un niño tiene un juguete en el hueco de la mano. No lo sentía pasar, tan buena era mi salud y·tan llena mi vida. Yo vivía lleno de esperanzas, sin saber qué es lo que esperaba. , " Desde que te fuiste he ido engolfándome en un mar de horizonte vacío. Pienso que eso esla vejez: Aunque estemos sauos. si no tenemos esperanzas, somos viejos. i Qu.é eterno soy ahora! u A. veces monto en Yatagún y me voy hacia las gargantas sin caminos de mi qUf'rida montaña' y penetI"O, lastimán-

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GUSTA.VO MAftTínz ZUVIRío\

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dome con sus ramas espinosas, bajo los árboles sin edad. Mucho al azar, pensalldo y soñando con los ojos abiertos. Una hoja que cae, un pájaro q~e canta, una flor que se mueve en el viento me e.xtasían. Detengo mi caballo ... 1: Por qué digo IC mi caballo 1) si es el tuyo ~ ... Aunq';1e tú lo has abandonado él será siempre tUJa. Todas las cosas de que fuisle dueña serán siempre tuyas. IC I! Sabes que yo te he olvidado? Ya no recuerdo sino tus ojos. Tns ojos y tu risa. Tu risa alegre y tu mirada trisle. I! Nunca he sabido si eras hermosa o no. Al menos nunca me lo he pregunlado. Y cuando quiero recordarte me acuerdo de tu modo especial de mirar. Si tus ojos caían sobre mí y tu mirada duraba dos o tres segundos, ~ o sentía en mi corazón como la punta levísima de una espada. j Qué insondable mirar era el tuyo! (1 j Quién me diera. de nuevo, Carolina, la exquisita 10/tura de esa espada! Si notas una mancha de agua en el papel, 110 hagas caso. ES.que te escribo bajo el parral de mi venlana y ha caído una gota ... Me he vuelto viejo, irremediablemente. é Puedo decirte una cosa? j Que vuelvas! IC Ninguno de nosotros puede tirarte la primera piedra. Tú misma lo dices en tu carta, por eso lo digo yo. Hemos aprendido mucho. j Vuelve! Yo me sentaré a esperarte a la orilla del camino. Todavía hay un pOi:O de luz en el borde del manto de esta noche en que vivimos desde que te fuiste. Vuelve, pues, antes de que sea todo noche para mí. (( j No tardes mucho! )) (l

Muchas veces, durante la redaéción de una larga novela un autor se ve en la aprt'tura de tener que sacrificar largos

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CÓMO SE CORRIGE UNA. JiOVEU

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pasajes, porque después de haberlos trabajado con intenso amor de artista, su avezado sentido crítico le dice al oído que ése no corresponde al lugar a donde lo destina. Es una pena eliminarlo y hacer cosa distinta, pero no queda otro. remedio. Y también, como acaba de verse, de agregar otros, que a su juicio hacen falta. Aconsejo a los autores no destruir nunca las páginas eliminadas, sino conservarlas y hasta encuadernarlas des.pués. Se encontrará con un buen tomo, a veces tan voluminoso como la obra concluida, y les será muy agradable echarle un vistazo y comprobar que tuvieron razón de amputar todo aquello, aunque no fuera del todo malo . . Naturalmente e¡'inanuscrito original sobre el cual se hará la copia que ha de ir a la imprenta, debe ser preservado. en toda su integridad y conservado con esmero. Andando el tiempo, el autor se felicitará de haber tenido esta prolijidad, por muchos motivos que ahora no imagina. \! Qué sabe éf de la trascendencia futura de su libro ~ Hay que tener humildad en lo presente y fe en lo porveOlr. GUSTAVO MARTÍNEZ ZUVIRÍA.

CATÓN DE ÚTICA EN LA

« DIVINA

COMEDIA»

A José

.~.

Oda.

El castigo impuesto por Dante a los suicidas estremece al menos sensible. Los h~llamos convertidos en troncos vivientes en el séptimo círculo, segundo recinto,del canto décimotercio .dellnjierno. Son Jos violento.~ contra sí miwlOs. Allí están, en un bosq}le intrincado. El aspecto de los suicidas es horrible. Son troncos, y son ramas sus piernas y brazos, ramas entrelazadas, con espinas venenosas. Las hojas, de color sombrío, sin verdor pOI' tanto. En esos árboles vivientes, anidan las arpías. Tienen ellas amplias alas, cuello y rostro hnmanos, pies con garras, cubierto de plumas el vientre. Las arpías lanzan ql,lejidos sobre tan extraños árboles: Fannú lame'nti in

Sil

gli alberi strani '.

Los suicidas de la transfiguracian horrenda gimen y sangran si alguien fjlllta de los troncos uná rama, así sea la más perlueiíita. y Dante lo experimenta. Catón de Útica filé suicida, pero no lo h311arnos en el canto décimotercio del lnjierno. Dante lo exceptúa de tan pavoroso castigo. Hace más: lo redime y crea con ello un ingente problema teológico. Veamos esto. Tras el largo y penoso. peregri~ar a través del reino de la vida - primera cántiga - llegan Dante y , Ye.so XV.

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Virgilio, al remo de los muertos - segunda cántiga-. Allí, a ta entl'8da del Purgatorio, está Calón, elevado a la categoría de cllstollio. i Y cómo lo presenta! Dejan por fin Dante y Virgilio el reino de las sombras. Tres días duró el viaje a Lt'avés de los círculos inrernales. i Cuán lar~os los hizo parecer el cosmorama de pasiones agitadas en ellos! Percibieron allí lo inenarrable. lo pllesto más allá de todo lo previsto o previsible, Antes de penetrar en la negrura de sus ámbitos, la imaginación parecía estar a30tada; pel'o tras la puerta del elerno dolur, el máximo florentino nos descubre y nos revela nuevos continentes sólo explorados por él, y nos los presenta poblados con IIDa progenie forjada a golpes de endecasílabos, Creación prodigiosa, entre las más altas debidas al genio del hombre, Salen ambos poetas del reino de los ilTp.dimibles y vuelven a contemplar, maravillados, las armonías estelares. Se alejaron, por igual, del· abismo telúrico y del' abismo de las almas, En esa profu~didad, privada de luz, quedan en la perduración de IIn castigo sin término, i Cómo respira Dante al ilegar al reino de la' penitencia esperanzada! Pal'a surcar mejores aguas iza las velas la navecilla de Sil ingenio, pues deja tras de sí un mar tan cruel. Cantará de aquel segundo reino donde Se purifica, el espíritu humano. y se hace digno de subir al cielo: Per correr migliol'i arque alza le vele omai la lIavicella del mio illgegllo. che lascia die/ro a sé lIIar si crudele ; . e can/en> di '1uel secondo regno, dove rumallo spil'i/o si purga e di sali,.e al ciel di/-en la degno • 1. Canto

1°,

"'ersos 1-6.

I

HAAL, XXI, 1056

C"Til~

DE ÚTIC,\ Kl'I U. (

DI\'I~'\

COMEDIA.))

A cstos tercetos hace Dante seguir el siguiente endecasílabo :

J/a IJ/I¡ la morta poesia ,·esurga. Muerta no porque la poesía muriesl', sino porque al cantar el Infierno cantó "la segunda muertc. Resurja ahora y se remollte hacia la vida en la salvación de la bienaventurauza. La palabra vida adCJ:uiere aquí un significado profundo, insustituible, imperativo, porque va ella consubstanciada con el sentido intrínseco de las cosas en su acepción de' ¡n ti": midad y de esencias. Gran paisajista siempre. Dante inicia el Purgatorio con la tónica más delicada y los registros más sutiles de su escala emotiva. En otra ocasión"hablé del sentido y del concepto de la naturaleza de Dante. En el Purgatorio la sensibilidad del poeta se agudiza, y alcanza expresiones inéditas hasta entonces y no igualadas después. El paisaje estado de alma, el espíritll de quien mora en él, siquiera sea de modo transitorio;

el alma de los seres como una resonancia del alma de las cosas -de las cosas vivientes como cread~s por el Sumo Hacedor - ese sentirse penetrado por el influjo de su divino misterio. se hace ritmo en el verso, y música en la estrofa, y anobo en sugestión fascinadora por la presencia dt'quien le da vida, lo mueve y lo rige; todo. eso transporta al lector y lo hace convivir con el Poeta, porque lo siente vivo y presente a su vez en los'versos del Poema Sacro. Allí están Dante y Virgilio, ante la inmensidad del espacio. La noche es alta. Luce en el ciclo el planeta Venus. y las estrellas tienen palpitaciones de cosas ,·iva.s.. El vasto panorama solitario está sumergido en la quietlld. El azul noctlll'IIO decl·ece. Hay vida en torno .. Una presencia activa pone en el ámbito la majestad de tan solemne .preludio espiritual.

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José

LEÓN P"G4JlO

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Cuando se anuncia el día, y despunta la aurom, y todo parece despertar al beso de la luz, una fl'esca y leve aura matutina pasa rozando el mar, y la superficie irisada se estremece como respondiendo a una caricia. Los versos -los de su poesía- no tienen un sentido solo. Tienen cuatro;a saber: el literal, el alegórico, el m01"01 yel anagógico. Esto es propio de toda obra doclrinal. La ,Divina Comedia lo es según la definición expresa de su·autor. A tl'avés del ritmo - Dante llama así a los tercetos del Poema Sacro - es .menester penetrar sus reconditeces, ,ir a los alcances, como decimos hoy; En el ConvilJio (libro primero, primera parte) nos da, con el cuádruple sentido de referencia, un c')mentario explicativo de cada'uno, muy en conformidad con el carácter apodíctico de todo el tratado. Pero Dante vuelve sobre el.asúnto en la Divina Comedia. Téngase presente esta exhortación, válida, en general, para todo el popma : Los que tenéis el intelecto sano observad la doctrina que se oculta bajo el velamen de los versos raros .

O voi ch'avele g/i'inlellelli sani mira ie /a dotlrina che s'asconde sollo' il ve/ame delli versi.~ slrani '. Mas nada de esto es aplicable a Catón de Útica. Dante le profesa un culto sin límites, rayano en la sublimidad. Cuando quiere expresarlo, los medios verbales se le tornan insuficientes. El poeta del cielo y de la tierra, cuyo verbo descubre las más extensas voces comunicativas y, dentro de 1

Infiel"llQ, Canto IX, ver.os 61-3.

R\AL,

xxr,

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CA1'ÓN DE

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ellas, los matices más penetrados de honduras emotivas, ese mismo poeta resuelve callar, como el apústol, porque encuentra el decir corto, ante la magnitud de la persona a quien va dirigida la reverencia de Sil alma enfervorizada. Ante tales testimonios calla la exégesis del verso y de la prosa dantesca. Sólo debe atender el lector a un sentido de los cuatro precitados: el literal. La expresión es clara; la idea, más, como si trajera un subrayado para darle l,Ilayor realce. No estamos ante textos necesitados de elllcidaciofles interpretativas. En el Convivio Catón está divinizado. En dos ocasiones. En el tratado IV:. capítulo V, Dante promete decir cosas mayores. Puede hacerlo, y así lo asegura, porque va a hablar por boca de Salomón, quien, en nombre de la sabidurífl dice en sus Proverbios: (( Oid porque debo hablar de grflntles cosas >l. El discurso de Dante vei'sa, en efecto, sobre cosas grandes. Habla de Dios. de la Trini'dad, de la Divina Providencia, de María, del Hijo de Dios, de David, de Lucas Evangelista. y del origen divino de Roma. Luego muda el tono y desciende a las cosas humanas. Discu\'I'e de los fundado~es de la Ciudad centro del mundo. Menéiolla a los reyes, cita los fastos de la historia, hace desfilar a lus 'hombres representativos. así a los legendal'ios como a los de acciun documentada. En breves rasgos sinúpticos se Sil ceden las cronologías con sus personajes más salientes. Por momentos emplea esta forma: Quién dirá de éste o de aquél, y de todos dice lo suficiente para individualizarlos" pero cuando llega a Catón ... Sigue un alto y prorrumpe encste interrogante: ¡ Oh, sacratísimo pecho dt: Calón! ¿ Quién presumirá haMar de ti? De ti no se puede hablar mejor que callando. úguiendo el ejemplo de Jerónimo, cuando en el pruélllil. CiLo por la edición comenLada por PieLro Jo'raLicclli e d'alLri. Firenze, G. Barbera,

Ig08, 262-3. • « Ii: quale nnme lel"l'o"o pi" degno cit. di significare lddio che Calonol Ce/'I,; II/lllo "" Página 3tio. de la edición ci LaJa.

H.'\.AL, XXI, 1956

CATÓN

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Ú1'lf:A EN 1. .4.

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Dn'IN:\. CO!WEUIA "

ninguna dificultad, tan clara y dil'ecla es su IOGlIción. Escu· chemos a Dante: IC j Oh sven~lIrati e mal nati, che iDnami volete partirvi d'esta vita soLto il titolo d'OI'tensio che di Ca tone ! >l. cVa implícita en ella una exhortación"al snicidio ~ El problema planteado es delicadísimo, tanto como puede ser temeraria la pregunta. Pero el tema se agndiza en la reiteración, puesta al rojo vivo. En el tralado De .l{onarchia I Dante dice del liberarlor de sl mismo: « Catón ¡'né hacedor y ejemplo de la libertad en el mundo, puesto que prefirió partir libre de la vida antes que permanecer en"ella no libre 11. Pe~o Dante quería elevar 11 su héroe a un plano de máxima altlll'a, y fué recto" a sus designios. No reparó en obstácul,,~ ni temió dificultades. Tampoco lo contnvo el mayor de los riesgos, por ser de esencia, conforme ha tle verse. El retorno a la luz inspira a Dante algunos de los versos más prodigiosos de la lírica universal, entre los más bellr,s de la Divina Comedia. Los espectáculos de la naturaleza constituyen para él descubrimientos, porque los pel'(:ibe con ()j().~ nltevo.~, como vistos por primera vez, y lo expresa también con voces y formas no usadas, Escúchese este terceto: L'alba vincea l'ora matutina che fuggia innanzi, .~i che lontano conobbi il tremolar della marina '.

El fenómeno físico se trueca en un" motivo espiritual. Lo exterior se hace interioridad enla intuición lírica del poeta. El dinamismo de su verso transfigura la naturaleza, concebida siempre como nn proceso regido por s~ "propia al'monía. • Libro 11, capítulo V . • Purgatorio, Canto 1, versos

1 15-11 i.

3(;'

IIA.\I., XXI, •95f,

Dante no engaña ni se engaña. Si todo está ordenado a un fin - como lo está en efecto - el fin de la vida informlt todas las cosas creadas. Y Dante no puede concebir nada privado de un sentido vital, ya siga a Aristóteles, ya a Platón, o se muestre dócil al Doctor Angé.lico. Pero DanLe poeta. Dante en el libre vuelo de su inspiración individualiza el dinamismo de cada fenómeno, sea óptico o auditivo, meteorológicoo anímico. Por esa causa no nos da nunca hechos físicos sino cosas del alma y con alma. No únicamente cuando cunoce - descubre - el tremolar de la marina, sino también, y sobre todo, cuando intensifica el espíritu de la letra y logran sus adjetivos verdaderos hallazgos. El predicado no sólo define, también describe, pero describe mientras com.unica la emoción y la extiende vibrante en cuanto hay en él de sorpresa evocadora. eQuién ~izo antes, o después, de la luz tan prodigiosa presencia ~ En el Paraíso de la sacra trilogía, la luz es una irradiación viviente; tiene voz, canta y eleva sus notas con más sostenidos acentos según crece la fulguración de sus rayos. En el Infierno - i tefrible contraste! - las tinieblas tornan la luz ciega y muda. Los condenados allí, tienen en comlÍn estar privados de luz. En el Purgatorio - nuestro tema - con la luz de la aurora reslll"ge y revive la poesía. Dante hará de ésta y aquélla, un tributo a Catón de Útica . . Ya conocemos el paisaje. Allí está el suicida enemigo de César. Está rodeado de soledad y de silencio. El mantuano y el florentino se hallan de pronto junto al anciano venerable. Luenga la barba entrecana, y el cabello' tan cI'ecido hasta caerle sobre el pecho en dos mechones. Su aspecto inspira tal veneración, como no puede inspirarlo maJor un padre al hijo. Con s.el' esto mucho, es poco para e¡¡presar los senti-

363

mientos del poeta - de ambos poelas. De nul. " Se había detenido en un anchur6n cruzado por bifurcaciones de carriles ... 1) (CONCHA ESPIl'iA. El lile/al de lo.~ "{uerlos, EdtRen, 4" ('d., s. a., p. 38).

Anchurosidad. Derivado de anchlu·oso. " A él le bastaba co·n que fu('se un lugar de la llanura manchega, tiena apta para criar hombres amigos de cngrandecer ... la vida ... espaciándola por la anchurosidad de los campos ... 11 (FRANCISCO NAVAIIIIO y LEDESMA, El ¡"genioso Hidalgo Jl/iguel de Cerl'anles Saal'ed/'a, EdtECA. '944, p. :145).

Anda. Singular, por andas. Lo registra el Dic. como de uso en Chile, Guatemala y PenÍ. Lo admite R. Hcsl,·epo, aunque prdlrre el plural.

38~

RuoUl,m M. RAGUcm. S. D. H.

81\:\L, XXI, '956

« Muestra el grabado el anda, conducida por seminaris"las ... ,) (, El Pueblo', 14/'.\./947, p. 8).

Andalus.

POI"

Andalucía.

« Los príncipes y art'aeces de todo el'Andalus enviaron sus embajadores al Emperador ... J) (RUIÓ~ ME~~NDEZ PIDA/., La España del Cid, EdtECA, [939, p. 223). (( Motámid era el mayor rey del Andalus ... J) (ÍD., ib., p.224),

Andalusí y andalusís. ePor andaluz? « Mamún había llevado el reino a su ,mayor prosperidad, favoreciendo al partido andalusís español... >l (R. l\bNÉNDI",. pl.rei.r~lia. NYlllpl."", ne/umoo y [Jollted.ria cras.ipes. Para Marcos Saslrp (Temp., Argella'm) y Miguel de Toro y Gi.b~rt (L'Év','u!ÍuR de la 1-ongue F;sP"9"u/t' en A "9fmline, p. 90) ctJmalule es nn nenúfar. Como !Oe ,'l~ hay para lodo. 10< guslos. • I'ara Bcrnardino José de Souza (/)i~cionario da Terra, " da Gente do BI'osil, Sao I'aulo, 193!J ••• v. cama/ate), es término del Sur del Brasil, eopecialm,,"te de Mallo Gro.so 'J sólo se emplea para designar la. masa, IloLañ¡,., .Ie plantns ac.uHica.; a las planta. se les llama aguapé.

su

448

11\.\1., XXI, , .• 6

La tercera acepción ,C()lTrSpOJllle ~ IIl1a plunLa que, "',,;,'111 el Léxico oficial, abllllda en las costas de México J CII.' o Lall .. contiene una médula con la cual se hacen flores y li,~II""s para- aUornar cajas de dlllctl. Se Lmta (le una poligomí"C'1l acuática, el PoIY9onum !/lIrll/"um Willcl., 'lIJe tarnhiÚl,nhll'lI'n en Cuba ~. que segrín los láic,'.¡;ral"os de ese pnís " 1""," ,'. ciona mal pasto pero de Cll~'OS Lallus se sacan ""us lihras color de perla que. se utilil.an en la conl"ección dé call1lsLillos, mal'co~ de cuad.ros, etc. " '. La Academia Espaliola omitió, en la tercera .at.:l'l'ci.1r, consignar la familia die' la plallta (,Ii t.:onsLe qlle súlo habla· mos de familia ta'(onólllica y 110 de especie botánica 1'''1'11''1', como es sabido, dicha corpol"8ción proscribií. de Sil I.éxico 111 flOmenclaLnra binaria); a dicho ohlido tul VCl.·se dehií. C¡IlC pasara inadvertida' para la Academia la exisLenrin el" lIi,a cnarla 'acepción: precisnmenlp, lu I'ri.lIlili\u y'e1,' liSO nllís extenso. Esta olvidada acepción corresponde ti IIlIa gmnrill"lI 1'''1'1";'jerra, acuática o qlle crece·en lugares pnnLallosos.' s,' f'IICII('IItra en 11S0 en las provincii's a,~enLinas el,·) ;\Iorl!' ('J'IICIIIÚiíll, Salta y Jujuy), Honduras, México' J, SI'¿ÚII CUI"'II'I'III1~, 1'11 • Según Corominas (ob. cit. ) la \l·"clc~mia E"pai,ol .. lomó 1,,',II·liniriún de García leazbalcela. En Cuba .c ela a e.la pla"ia el lIombr. ,"I8'.r de camelolt·. enoque' segt'ln Constantino Suárcz (lJic,.·¡ ,'1(1,.;'1) (le """es ':"/'11Rf'S, s. v. camelul(') otro¡ dicen (·lImalull'. Picharclo (Dir('iolfu,.¡" PI'fJl'i·.f·".l de J'oc~s Clibunas. s. v. cUllu'¡',lt') le,da taml))~JI ('1 nombre de f""II!/·./(' )" no mencion~ para nada a c"m"i"I,'. . . • Sego"ia (ob. cit.) indica 1]11(' cmnalult· ,I(,~iglla la gramíllca p;",i,·u", pn.niza, muy abundanll' E'tI TIIl'lIlOán. 5alt¡, y Jllj1lY. MernLrcllo (H .",Iureñismos, s. v. cama/ole) s(!liala 'l"c esa acl. De todas las citas que acabamos de reproducir, las dos primeras -la de Morga y la de Cobo - pertenecen a la cuarta acepción (gramínea forrajera) qu~ resulta históricamente, seóún se dijo, la a;('pción primitiva del vocablo y las últimas corresponden a las acepciones primera y segunda; si se presci;¡de del prefiJo inexpresivo de la variante de Cobo, todas confirman que la primitiva forma documentada de la pahbra es cam1lole, ReSp3cto al origen de la voz, Cor·ominas está en lo cierto al afirmar·que la terminación ole parece sllgerir nn orig('1l náhuatl, pero no constituye ulln p·,'ueba suficiente, En efecto, ole en castellano es slIlijo despectivo con valor' aumentativo o diminutivo, Laprimcra aparición en Filipinas sería favorable a.la hipótesis n:ihuatl- argumenta COI'ominaspero conchye diciendo que tampoco constituye una prlleba. Si este dato se considera aisladamenle tiene razón COI'ominas, pero obsérvese que las palabras,' cuando no sori originarias tlel IlIgar en que se las encuentra es porqne han sidú .,. Oh,

,';t.,

Bueno_ Aire_.

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llevadas a el: en este caso, se ha lIlol!lI'at.lo que canwlull!, pOI' no sel' filipinismo, fué llevado a esas islas desde México (1l11l1(I'Je ello no' imlllique origen mexicano) y como Lam poco es vocablo origillllrio de la cueDca del Plata, !lUbo de ser tl'"ido a "sIOl! sitio~, Pero. como la palabra e,¡ illllsitadn CJI ElIllaí\n. el centro de .Iifusión de la llIisma hay que bus.:ado tln el Nucm Mundo y .'n él ha tle hallarse el lugAr dc origen de 111 VOl.. llecol'llelDos que los primel'os empleos documenllldo~ aun(lul1 d.~ '\pOC8!\ muy diferentes - I'evelan sli uso en Filipinas-Mhico, eil el Pel'li y en la Argentina (cuenca del Pal'ami). Ello signilica '1ue la palabl'R hubo de rec.oner, siguiendo la hahitual mLa .te los arne,'icallismos IIsados exc1usivamenle r.n el Nuevo Mundo -la ¡'nta de la conquistaIOlln i\mtÍriell .1" NOI,te n 8111' y, en efecto, su llegada al Plilta (, ¡¡),) s\.. produce lIlucho después de I'cgist"R"se su tl¡lIIrición en Fili¡linlls-México (1609) y en el Pe 1'1', (IUÓ:}), Tojo obligll a suponer 'lue cn México (estados del SIII') y en "IIon.llll'II8 ' .~ehe hullarsc el centl'o de difusión del vocablo , Coroll1i" •• : "'g",,, -c oIij .. 0'11 nola J ,Jo l. I"íl!' ~38, al;rlll8 '1"0 c.'um'll,,'" no tni YOI. tic lI~O t~OItIl'1l1 en MÓ\il'O. ()"1"4.1 olras aUlnrillad,·" par~r,~n ,ll'''Dtllorilarlu, Cl"l'iliu A, Uohcln r ...~is­ Ira el 10I,'",inll> cmn""";' (.\"lIlRhrr~ (Irrog'·dJie". IÍslndu de "'·'·lIrl'll:. Cuerna •• ,·., • !)"i, 'l'. 3!)) An"'",;" l;e,'ali,·1 (.\'''m....c/ol'''·1I G,'o!Jl'dJica dt AltJ.r.iCfI, M,hal'n, IHUi) .Iil''': u CUIRu/"'fl, CUlfttl/ul,,', C'omnlc)h' do ori ..

J.,

l

gen IJu'lit'u.nu : r",Ru/ulll (!S ,·1 I1lJlUhr" do una planta ,J. l'~. J, Sanlamaria un ,.11 P",'I'illt;"Ii..mn rtlbu.s,¡ur.fttJ, l. 11.Ml~l.iro, N, a" ,., ,', ctl"'alol,', ,Ji.,c: u ~i"lltll) la.; I'oo¡la", m~t.ic811." en 'JI le CNlo. planta

alll""I. 1,,0 I,r;ml'.as 'Iue I,isaron J. .. con'I";.'a,lor05 "'p"nole•• probabll' "O '1"" a'I"; hR~.1I ol.Jo por l"iUll'ra \'CI el. nombro. y que dc aqul hlya ,i,lo lrau'porlad .. R la l\mér;ca ,1 camelol.e > gamelute. Arona, To.bar y Cuervo, que iguoraron dicha evolución morfológica, creyewn que la palabra primitiva era g/'Umalole, derivada a su vez de grama " Pero las cosas ocu ... iel'on a la in\'ersa y!/ramalote, como sostiene acertadamente COl'Ominas, -lie formó de ga~n(/lole por etimología popular~ es decir, pOI' el Hllgo flue creyó que la forma correcla Y. originaria de gamalole era gramalole. palabra a su. \'ez deri\'ada de grama. En el mismo proceso de elimología popular debe buscarse el Ol:igen de comelole, que SI gún se ha vislo, es indu· bit"blemenle posterior a camalole. ePor qutÍ, en la 'cuenca del Plala; se aplicó a planlas de la familia de las pontederiáceas el nombre de camalule, ulili ',11 do inicialmente co:no nombre de gramíneas;1 Si se liene en cuenta que las gramíneas llamadas camalule eran plantas forrajeras que cn'cian a ori lIas de los ríos, arrúJOs y en lugues tllÍmedos y se recuerda que, seglm el p, Gumilla, el gamalote de las orillas d(·1 Orinoco eonslituía el ~Iimento preferido del anla o lapil', es verosímil que en el Plata, donde 110 exisliaa esas gramíucul,ucumbe según sea capaz de luchar contra los dementos, De ahí I'elulta para el lector la oportunidad excepcional de ob~enal' dllno se portará un ser mortal nacido y criado en este escenario mOlllaiiés en presencia de In niev!', de las escal'chas y del frío, En este ambiente H~ll?o Wast es p,.jl/llt,~ el pintor de la naturaleza y seClIlldltS el narmdol' de una acción, El Camillo de las Llamas da al leclol' un pl'omedio de dos referencias a la naturaleza en cada página leída, Una lisia aun sin cOIII!'ntario y completamente estadística, no carece de illLcrl's, De enlt-e las plantas, las lIIatas, y los ¡írboles lIotamos los siguientes vocablos : cardones, gramilla, hierbabuena, laíJl'(~I, llareta, maleza, manzano, musgo, sauces y )'U)'05, En la categoría de cerro, 111011 taiía, \alle y, llanura 1m," unas cincuenta alllsiones, siendo las de nHI,) 01' Cll8111ia :

6i/'

ROIn:RTO STANI,ll:t

WIII'fHnOVfll-:

H.HL, XXI,

,~;;6

abismos, alturas, barrancas, cerros, collados, el desierto, el monte, la p.-adel'a, pl'ecipicios, sierras y vertientes. ~ás de treinta veces se notan mencionados el cielo, el sol, la luna, y las estrellas, todos más o menos igualmente distribuidos en las páginas. Hay muchas menciones de la nieve, del hielo y de la escarcha para mostral' que estoselementos se hacen sentir en el invierno de aquella región qne tanto nos fascina a nosotros que vivimos en la lejanía de la América del Norte o bien en la parte septentrional de la América del Su·r. Las rererencias de los animales llegan a la tercera parte del total contado. Como sería de esperar; el mejor amigo del hombre, el caballo; no va en zaga a los demás. Algunos ml'ncionan su caballo impaciente, otros su caballo l,igoru.w o diestro. En el campo de la iitilidad los de a cabullo persrguían de cerca la manada. Luego se da con este comentario Itícido: ... marcharon .un ratito en tal silencio que se oía el resoplar de los caballos, IIpunados por el enrarecimiento del aire en aquellas alturas. El fin de muchas jornadas en el monte consistía en efectuarse el rodeó de lós caballos salvajes, o sean los nacidos allí y por lo tanto criados en su propio ambiente . ... los castraría, los marcaría con la marca del gobierno. y los señalaría despuntándoles la oreja. Así serían reconocidos como caballos patrios. En la novela hay también gatos y pl'rros, miÍs perros que gatos. Se diría que el gato recibe poca atención del autor. y. h~sta los desprecia cuando dice: ... - ~o creo en los maullidos de los galos ('11 ('1'10 • .. , - Quiere que yo le ponga ,,1 cascab('! al ;.:aln.

Los pelTos aparecen mencionados veinticinco veces en veinte páginas. Ulla veZVf'mos /lna cáJila de perros de todo.~ lamaños y luego itna l!IIbe de pl!l"'OS amaestrados, y otra .vez sólo sentimos su ladr·ido. Descriptivos de su naturaleza v ienen estos pasajes: ... los perros se incorporaban al rumor ·de las espuelas . ... el perro enderez6 las orejas . ... ladr'ó y preLendi" salir . ... el p,,.-ro volvió a gruñir . ... al oír ladrar sus perros, salió a ver qui~n llegaba . .•. - Corra.,. qul' ya sus perros me están comiendo las patas.

Un hombre sale con sus perros aliado, y de la vida v8l"iada de 108 pelTos sabemos lo siguiente: unos eran flacos y llelJaban el pelo el·izado. Otros eran l'i.qO,.oso.~ y ágiles y nno tiene el oído lino. Alguo¿s se iban' de noche a la Quebrada Negra pam comer las sobras delligre, 'lile había descltarlizado un potrilla o un g/tanaco. Si los penos necesitaball qne se Il's diera ánimo para el trabajo, los vemos a::llzado.~ por los jinetes. En \lila ocasión el alllor se refiere a la sombra del ama y la de SIl perro. Para dar a entender íl/limamente dice como duerme SIL' perro. Otra ve;¡:. con un sentimiento filiO, dice de su pen'o: ... le olfateó en las orejas y lo arrancó al sabroso sueño.

Alguien pregllnta :

." - eNo han ladrado los perros';\ ... - No. no: es ('( viento.

IIAAL. 'XI, I~;¡;

En su capacidad de proporcionar IIlIa palte ue la alimentación de la familia, hall de recihir atención las cabl'3s. las chivas y las ,'acas : ,,' - mañana, anl~s d~l sol, lile ha de hallar ccrral orde,iando una ('abra, me v,oy a ol'd('iia,' las cl,ivas pllra él. ,

('11

el

Oo'

'Oo

-

Las vacas lecheras mantiem'n pOI' dondequiera su natura-lela humilde, dejándose ,retratar' a"í en su ambiente ordinario: _ Oo

'iban congregándosé las "acas slleltas qlle venían de ¡os monles a se" oo'd('iiadas,

~ Qu~ viajero'por los Ande" no se ha Illaravillado anle una est:ena semejanle a la siguiente ~

._. divisal'On unas vacas en la abrnlla ladel'8,

El valor intrínseco ,de una muchacha india'Se elpre"a muy brcveinente : Oo'

Sil padr(' se la una mula,

Ioubi~ra elll .. !>"do

por una vaca o por

y qué asociación de ideas Cl'l/zal'ulllu,~

SI' evoca 5610 000 leel' que Andes condllciéndo vaca.~ u millas, A los terneros,

jlObl'lls animalitos, no se les concede mayor don que el de balal': balaban lus tel'nel'os, Las yeguas servían para ec¡'al'se a COl'l'e/', no. más. Pocas veces le cOl'l'espondc al autor el departir joco"am('nll·. CIISOS sale 1111 lanlilo filo,,:)fico, como lo lIluestra ('sta IlIegllnta retórica:

y si lo hace, bien es lIolarlo, porque en tales

Oo'

-

ePara

qué melel'Ía el viejl) Noé en (·1 :'I"ra IIlIa

pareja d(' piojos ~

BAAL, XXI, 1956

LA "TORAU" •• LAS

'OVEL'. DE BUGO

WUT

477

En su vista amplia del c.ampo que durante tantos años ha ido atravesando y observando, nota el autor· estos detalles, los que incluye ¡m la descripción de la fauna del lugar: ... era abundante en presa inofensiva, guanacos y llamas, y tímidos becerritos de las vacas salvajes. Antes se ha aludido al estado honorable de la mula. He aquí el conjunto de las refecencias sobre esta- humiLde híbrida: ... las mulas marcharon adelante, y los bueyes tuvieron que seg~¡rlas, hostigados por los crueles arreadores de los troperos y por los colmillos de los mastines. El día de marcar como propiq ~l ganado extraviad~ trae c 1nsigo oportunidades excelentes para lucirse los interesados, inclusive el autor en sus observaCiones: ... habían dejado la mula y montaban caballo, pues las mulas (por ser de menor alzada) resisten mal 10& tirones de un potro grande y vigoroso . ... los que montaban mulas eran lentos en los llanos, seguros y rápidos en las cuestas rocallosas ... cosa que el autor explica así: ... su tranco seguro es apropiado para aquellos senderos, que a veces corren por el filo de los precipicios. A.un así pued~ haber peligros y accidentes; como po.r ejemplo: .. , la mula se resbaló y cayó el jinete en el despeñadero. Se expresa en la forma siguiente el cariño del dueño por su mula y la devoción d~ é~ta : 31

l'i S

ROBERTO STAIILEY WUITEHODSR

BAAL, XXI, 1956

... su mula castaña corría entre los caballos, se defuvo, enderezó las orejas y se vino a buscarlo. Él.la regaló con un puñado de sal. Ignal que en el caso de los caballos, también las. mulas se distinguen por sus colores en vez de nombres. Apareció UD jinete en· nna milla blanca. Otro venía en mula tordilla y un tel'cero se apeó de su mula zaina. En el cam po de la pura uti lidadcaben varias observaciones: el aclo de ensillar las mulas; la necesidad de llevar mulas de refresco; la Ilegada.de las primeras mulas de una tropa, así como la advertencia del jinete escarmentado, que dice: por las dudas gnardo mi mula ensillada. H día del rodeo en el campo, hablaron de los novillos que tanto resistían a. sus enlazadores: ". el novillo pegó un bote por librarse, ... dió una voltereta y rodó en el pastizal. Para el filólogo es interesante la mención del perico de la tierra argentina. El autor aclara el significado así: el perico ligero,anim.al de la especie d'el lirón,' rarísimo', tiene una piel extraordinariamente gruesa y suave. Los bueyes y los baguales muestran i~ antítesi~ de su ser en la manera de tratarlos el autor. ;";.' '. .. :, ". los bagual es relincharon 'de inquietud al ver los enla.zadores ".105 buejlls" ~uscaban el musgo nacido al abrigo de las peñas . ... el bagual fué eólazadCl y lo Uevaron en triunfo. Sus bueyes son mansos. ,,;·Ios baguales sintieron el llamado de su quebrada natal... büeyes y mulas estaban guardados pn un corral, entre las rocas enormes. ,

~

Las características del potro asemejan a los del bagual. comportaban en Sil ambiente nat~ralmente salvaje? Prjm~ro se ve en el rodeo un potro viejo y robusto, que era su jefe ... Sin contar las hembras, había más de treinta potros ..• Empezó el rodeo, o más bien se dice, empezaron a campear. El viejo potro (de marras) ~ió un resoplido ... y abriÓ8e camino. Bajo esta inllueDcia un potro saltó la pilca, pero en vano trataron de competir con la astucia del hombre, en vano sacudían con fiera arrogancia sus crines enmarañadas y larguísimas. No es de dudai- el resultado y leemos lo inevitable: le echó el lazo al potro viejo, que disparó siguiendo el contorno de la pilcR, sin hito alguno. Los participantes se jacta.·on de Sil proeza, si eran de entre los vencedores, se humillaron a más no poder si eran de los vencidos potros de la Quebrada Negra. / Con esto se pone fin a la agradable tarea de presentar a Hugo Wast como descriptor de los fenómenos de la naturaleza en una de sus novelas. En caso de mengua de alguna clase o falta de haber hallado ejemplos convincentes, el autor de este ensayo se echará la culpa a sí mismo, claro está, y no al escritor estudiado.

eCómo se

ROBERTO STANLEY WHITEHOl"SE.

ACUERDOS

Elección de Presidente de la Academia Argentina .re Letras.Vacante la Presidencia de la Academia Ar~entina de Letras por fallecimiento de don Carlos Ibarguren, la Corporación celebró una junta el 2 de agosto, durante la cual eligió Presidente titular al señor académico de número don Mariano de Vedia y Mitre. De inmediato se resolvió comunicar el resultado de la elección al señor Presidente electo, quien se presentó poco después en el salón de sesiones y fué puesto en posesión del cargo por el señor académico don José León Pagano, que hasta ese momento había presidido la junta. En tal ocasión el señor académico Pagano manifestó que se complacía en presentar ~l señor Presidente, con el saludo de la Academia y el suyo propio, los augurios por el mejor éxito, el que, dada la personalidad d~ don Mariano de Vedia y Mitre, estaba asegurado. "El nu('vo Presidente expresó su agradecimiento por la distinción recibida y agregó que la Academia podía estar segura de que valoraba aquélla en todo su alcance, pues la consideraba la más alta posición a que puede llegar un hombre de letras en nuestro país. En esa misma junta, la Corporación resolvió otorgar un voto de aplauso al señor académico don José León Pagano, como reconocimiento por su gestión inteligente y desinteresada durante el tiempo que presidió la Academia. " Renuncia del señor Secretario. - En la junta del 23 de agosto la Academia resolvió aceptar la renuncia presentada nuevamente por el señor académico don Arturo Marasso a su cargo de Secretari?.' dado la insistencia del renunciante y las razones de trabajo.

48.

AI1UERDOIi

BA.\L, XXI. '9;ij

invocadas. Por unanimidad el Cuerpd académico dispuso dar un voto de aplauso al señor académico don Arturo Marasso por su eficaz desempeño en el cargo de Secretario: Elección de nuevo Seoretario. - En la misma sesión del 23 de agosto, la Academia eligi!l por unanimidad Secretario de ella al señor académico de número don Lui~ Alronso, quien rué puesto en posesión del cargo por el señor Presidente don Mariano de Vedia y I\litre. El nuevo Secretario expresó que agradecía a los señores académicos tan honrosa designación y que trataría de ser útil a la Academia en lo que ~e él dependiera. Consulta acerca del nombre propio René. - La Corporación consideró, en la junta del 23 de agQsto, una consulta judicialacerca de (( si el nombre René se encuentra comprendido dentro de las prohibiciones estatuí das en el artículo segundo del decreto 11.6°9/43 n, y acordó ·contestar en los siguientes té-;'minos: (( René no pertenece a nuestro idioma, ni por origen ni por incorporación posterior~ Su equivalente español es Renato, del latín Renatus, que significa 'nacido una segunda vez', y rué muy usado; en los primeros siglos del cristianismo, como nombre de ~autismo, por los fieles que deseaban evitar los nombres paganos. »

Relaéiones con la Asociación de Academias y el Insti~uto Internacional de Lexicografía Hispánica. - ·En la sesión celebrada el 23 . de agosto, la Academia resol.vió designar al señor Secretario don Luis Atronso, para que en nombre de la Corporación se mantenga en contacto con el Instituto Internacional de LexicograFía Hispánica. creado durante el Segundo Congreso de las Academias de la Lengua, y cuya función es la de coordinar todas las innovaciones de carácter lingüístico que apar('zcan en ('1 espaliol, a fin de mantener la unidad del idioma.

Consult~ acerca de varias expresiones. - La Academia consideró, en la sesión celebrada el 23 de agosto, una consulta acerca de los siguient('s puntos:

B.\AL. XXI. 1956

ACUSBDOS

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u a) Referellte a nombres de gritos de animales. - Así como el nombre del gl'ito del gato se llama maullido o' mayido ecómo se nombra el glito del pato que parpa, de la rana que croa.> del elefante que barrita, del cuervo que crascita o crocita, del jabalí que arrúa o rebudia ~ b) Referente a nombres de plantaciones frutales. - Así. como una plantación de frutillas se llama frutillar .c cómo debe nombl'arse a una plantación de chirimoyos, de albaricoqueros, de gl'anados, de sandías, de ananás ~

c) Referente al uso correcto de un vocablo. - Para significar el colOl' parecido al de la rosa ecuál es el más correclo, rosado o rosáceo ~ 1). .. La Corporación resolvió 'contestar en los siguientes términos: u a) No todos los gritos de animales se designan con un substantivo. Cllando éste falta se lo reemplaza con el verbo substantÍ\'ado, como en el siguiente ejemplo: u Oíase la !"xtensa estridulación de los grillos en el valle y' el croar numeroso de las ranas y sapos hacia el Adaja J) (Enrique Larreta, La Gloria de DOII Ramil'O, cap. 17)' Análogamente se habla del arruar o el rebudiar del jabalí. Estas dos últimas voces nO'son sinónimas: el arruar es un gl'llñido que da el jabalí cuando huye al verse perseguido y el. ,.ebudial' es un ronquido que el jabalí emite cuando siente la pr!"sencia de seres humanos. El grito del cuervo se llama grazllido, pero también se dice el ~rascitar o el' crocital' del cuervo. A veces puede emplearse indistintamente una u otra forma: a¡'/'ullo y arrullar, canto y cantar, silbo y silbar, etc., v. gr., u Pues sólo de la viuda tortolilla / Se oye tal vez el lastimero arrullo 1) (Gaspar Melchor de Jovellanos,. E/listola de Fabio ti Allfriso. Descripci6n d81 Paular) ; « Y el eco de ~u voz, dulce al oído. / Más que el tierno arrullar de la paloma. I Por el'monte y el valle ~epetido. / Tristes, confusas, vibraciones toma 1) (José Selgas, El estío). Barrito es el grito del elefant;y parpar el del' pato: u La voz del ganso llaman gaznido, y la de los patos parpár 1), .escribe Alonso Marlínez de Espinar, en su Arte de Ballestería (lib. 3, cap. 31), citado po)' el Diccionario de AulO/'idades.

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b)Los nombres de plantaciones frutales suelen formarse con los su6jos -al (por disimilación, -ar) y -edo, femenino -eda, solos o .combinados: acebucha/, a.lgodonal, caJetal, naranjal, etc.; aliagar, avellanar, malvar, frutillar, etc.; robledo, alameda, etc.; /aureda/, nocedal, saucedal, etc. De chirimoyo se hace 'chirimoya/, .de granado, granadal y de sandía, sandial'. No suelen emplearse los colectivos de albaricoquero y de ananá, pero, a ejemplo de los anteriores, no se incurriría en una incorrección si se usaran albaricoqueral y anana/. c) Rosado y rosáceo no tienen igual acepción. Rosado signi6ca 'del color de la rosa' y rosáceo, 'de color parecido al de 'la rosa'.

Consulta acerca de las sílabas bron y frin. - Consul tada la Academia acerca de (( si las sílabas frin y bron evocan sonido de timbre o de campana en las marcas Aseptobrón y Aseptofrin )), resolvió conte~tar : (( En las ma~cas aseptobrón y aseplofrin, las sílabas bron y frin no evocan el sonido de .timbre o de campana. Bron, asociada a asepto, que se vincula con asepsia, sugiere la idea de bronquios. Frin, unida a asepto, carece de valor expresivo)).

Consulta acerca del temen in" de juez. - Consultada la Academia Argentina de Letras acerca de si la palabra juez (( es de género ambiguo')) y (( por lo tanto, pued!' decirse el juez y la juez ll, rcsol vió contestar en los siguientes términos: • « En el estado actual del español se observa indecisión en el

modo de formar el femenino de los nombres de cargos, o6cios, profesiones, etc., que hasta ahora eran desempeñados exclusivamente por h'ombres y empiezan a ser ejercidos por muj!'res. La tendencia general en nuestro idioma es la de distinguir los géneros masculino y femenino mediante distintos su6jos. Así se I Según ~rancisco' J. Sanlamaría le Sandiar, que da el Diccionario, es puramente literario o culto. Sandillal, que para lo~ mejicanos da Rubio, es vulgarismo regional" (Diccionario General de Americanismos, s.u.

sandial).

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están imponiendo, por ejemplo, abogada, catedrática, ingeniera, médica, minutra, etc., en los que el cambio de la' -o final por -a se ajusta al procedimiento comúnmente empleado para la for' mación del femenino. Los nombres terminados en consonante suelen añadir -a : capitán, capitana; general, generala; mariscal, mariscala; pastor, Pastora; zagal, zagala, etc. En lo que respecta a juez el ,uso s,e divide: unos prefieren considerarlo común de dos: el Juez, la juez. Otros lo incluyen en.la norma general: juez, jueza, como aprendiz, aprendiza; capataz, capataza. Jueza es lo corriente en Cuba, (( así las llamamos sin ambages ,), afirma Esteban Rodríguez Herrera (Obser.vaciones acerca del Género de los Nombres, l/, 712). Se opone a este femenino el que, para muchas oídos, carezca de armonía. No puede aducirse como argumento la denominación de la Monja Alférez, que se aplicó a Catalina de Erauso, por cuanto ésta se hizo pasar por hombre y, en consecuencia, el género del substantivo con que se designaba el grado concordaba con el presunto sexo de quien lo usaba. Con el objeto de conservar la unidad del idioma, se resolvió en el Segundo Congreso de Academias de la Lengua Espaiiola, recientemente efectuado, que las decisiones lingüísticas de importancia fueran sometidas a la considera~ión de la Asociación de Academias. Tratándose de una cuestión de uso y no habiéndose decidido éste por uno u otro procedimiento, corresponde que se eleve el problema planteado a la Asociación de Academias, para que ellas puedan adoptar una resolución uniforme 11.

Consulta acerca de la división ortográfica de enamorar. - Consultada la Academia acerca de la división o'rtográfica de enamorar, resolvi9 contestar en los siguientes términos: « Enamorar puede dividirse en-amarar o ena-morar. Lo que debe L evitarse es dividir e-na-morar, porque en este caso se destruiría el prefijo en con que está formado el verbo, compuesto de en amor el sufijo -aro

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Consulta acerca de la formación del plural de algunas palabras. _ En la junta del 27 de septiembre, la Academia consideró una consulta sobre los plurales de las palabras zinc, ómnibus, troleybtÍs, memorándum, déficit, superávit y carey, y resolvió contestar en los términos siguientes: « 1', El plural de zillc es zilles, La c final de zinc no se pronuncia y el plural se forma correctamente añadi'endo el sufijo -es al singular. 2'. Ómniblls no varía en el plural, como ocurre .con todas las palabras de más de una sílaba acabadas en s y no acentuadas en su última vocal (Real Academia Española, Gramática, § 30 g).

3'. Trole,vblÍs no existe en español. En inglés se emplea trolIeyblls, voz compuesta de trolley y bus, forma abreviada de omnibllS. Antes se escribía tro/leyblls, pero ahora predomina tro/ley bus. Se mantienen los acentos de los dos vocablos que entran en la composición, Quizá por esta causa, en vez de predominar trólebus, por analogía con ómllibus y, como esta palabra, sin variante en el plural, se ha illlpuesto la acentuación aguda: trolebús, yel plural trolebuses. 4°. ·En la sesión del 15 de abril de Ig3í, la Academia Argentina de Letras, consultada acerca del plural de memorándum, resol vió contestar que « como no existe forma plural, los escritores usan la forma latina memo/'allda)) (Acuerdos acerca del/dio/11.1, I. 52). Conviene rever esta decisión para determinar si el uso de la forma latina es recomendable o no en el español común, pues alguilOs tratadistas autorizados, por ejemplo el señor académico R. P. Rodolfo M. Ragucci, S. D. B., se oponen resueltamente a ella, considerando que memorallda es un plural tan b,írbaro como memorálldums (Cartas a Eulogio, pág. 230). Dos objeciones pueden hacerse a memorallda: su formación es contraria a la índole del español y, además. se corre el riesgo de qlle se I.a tome por un femenino singular y que. sobre éste. se cree lIn plural memoralldas. En latín, el nominativo-vocativo -acllsativo del plural neutro se formó sobre un antiguo- colectivo ncntro terminado en -a, "ocal esta última representad,a cn

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latín por ií,. El español no conoce este procedimiento: el plural se forma generalmente añadiendo -s al singular, si acaba en vocal no acentua~a. y -es si termina en vocal acentuada (1 el1 consonante. Memorándum puede entrar en la norma cornün, bi(,11 mediante la adición del su6jo -es: memorándumes, bien españolizando el vocabo latino: memorando. en singular, y mel/lo/"alldos, en plural. De todas maneras, para m'antener la uni~