5to Foro Mundial del Agua

5to Foro Mundial del Agua Pacto de Estambul para el Agua Declaración de las Autoridades Locales y Regionales Los alcaldes y los representantes electos...
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5to Foro Mundial del Agua Pacto de Estambul para el Agua Declaración de las Autoridades Locales y Regionales Los alcaldes y los representantes electos locales y regionales de diferentes países reunidos en Estambul en marzo de 2009, adherimos al PACTA DE ESTAMBUL PARA EL AGUA con el fin de desarrollar estrategias para la gestión del agua que permitan responder a los retos globales. La Declaración de Gobiernos Locales sobre el Agua, adoptada el 21 de marzo de 2006 en el IV Foro Mundial del Agua celebrado en México, destacó el rol los gobiernos locales y regionales en la gestión del agua y del saneamiento e invitó a los gobiernos nacionales a desarrollar una colaboración más eficaz. Reafirmamos aquí los compromisos anteriores y nuestra voluntad de adoptar estrategias integradas para la gestión del agua con el fin de «tender un puente sobre las brechas del agua», fortalecer las capacidades de nuestras ciudades y regiones para preservar este recurso y contribuir al desarrollo sostenible. PART I – Declaración de los Gobiernos Locales y Regionales y acciones propuestas En este Pacto, reconocemos que: •

El acceso al agua de calidad y al saneamiento es un derecho básico para todos los seres humanos, esencial para la preservación de la salud de la población y para prevenir conflictos:



Las transformaciones mundiales a las que el mundo se confronta como resultado del aumento de la población, del desarrollo económico, de la migración y de la urbanización; cuando más de la mitad de la población vive hoy en ciudades; están acrecentando la presión sobre los recursos hídricos y sobre los sistemas de abastecimiento de los servicios del agua y saneamiento. Estos cambios mundiales amplían las dificultades

para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio en relación al agua y al saneamiento1; •

La gestión del agua debe también considerarse en los niveles regionales para garantizar que el suministro de agua llegue a las poblaciones marginadas de las zonas rurales a fin de combatir la desertificación;



La gestión de los recursos hídricos es también una herramienta para favorecer la adaptación a estos cambios globales;



El cambio climático impactará sobre todos los aspectos del ciclo del agua, los cuales afectarán a los ciudadanos y a la biodiversidad, incrementando la escasez del agua, los fenómenos extremos tales como las inundaciones y las sequías, disminuyendo la renovación de las fuentes de agua subterráneas, acrecentando la elevación del nivel del mar, la temperatura, haciendo más aleatorios los ciclos de precipitación y los regímenes de los ríos;



La naturaleza, el alcance, y la dinámica de los problemas del agua difieren entre países desarrollados y en desarrollo. Aunque el financiamiento, el fortalecimiento de las capacidades y el mejoramiento del marco legal son una preocupación central en los países en desarrollo, un creciente número de gobiernos locales y regionales en los países desarrollados se enfrentan a problemas de infraestructuras que ya no responden a las necesidades de su población y a la creciente contaminación;



Necesitamos nuevas medidas para responder a la demanda de agua a nivel local y regional, para favorecer la adaptación a las transformaciones globales. Una gestión más justa, eficaz y sostenible de los recursos hídricos y de los servicios requiere de un enfoque integrado, una acción coordinada y de una responsabilidad compartida entre los diferentes niveles de gobernanza.

En apoyo de nuestro compromiso como alcaldes y representantes electos locales y regionales, pedimos a nuestros gobiernos nacionales y a las instituciones internacionales:

1



Hacer de la seguridad del agua una prioridad política nacional e internacional, apoyándose en el principio que los recursos hídricos deben ser distribuidos entre todos de una forma razonable y equitable;



Acelerar la implementación de los compromisos asumidos sobre el acceso al agua y al saneamiento, así como en la lucha contra la pobreza, en particular en los países en desarrollo, con el fin de alcanzar las metas definidas en el Plan de Acción de Johannesburgo y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio;



Garantizar que las autoridades locales y regionales dispongan de un marco legal, de los recursos financieros y de la capacidad institucional necesarias para gestionar el abastecimiento de agua y el saneamiento a nivel local; basándose en el principio de

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, que proponen reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable y al saneamiento en el 2015, conciernen directamente a los gobiernos locales y regionales.

subsidiaridad y en consulta con los diferentes actores, los gobiernos locales deberían tener la responsabilidad de elegir entre los diferentes modelos de gestión; •

Permitir y facilitar a los gobiernos locales y regionales el acceso directo al financiamiento y aumentar los recursos para las infraestructuras de agua y saneamiento para responder a las necesidades de poblaciones más pobres y para apoyar las políticas de mitigación y adaptación a las transformaciones globales;



Incluir las inversiones en el sector del agua en las operaciones de reducción de deuda, como podría ser el intercambio de deuda por inversión en materia hídrica;



Compartir y asociar a las autoridades locales y regionales en los procesos de definición e implementación de estrategias políticas elaboradas en los niveles regionales y nacionales para mejorar el acceso al agua y para prepararse para el cambio climático y otros riesgos. Estos desafíos pueden necesitar de nuevos proyectos de infraestructuras para anticipar su impacto sobre el agua, el saneamiento, las aguas pluviales y otras infraestructuras urbanas;



Desarrollar el análisis y las previsiones climatológicas, sobre los cambios demográficos y otros acontecimientos que afecten el ciclo del agua y los sistemas de gestión a escala nacional y regional y compartir sus conocimientos con los gobiernos locales para ayudarles a interpretar esos acontecimientos y su impacto sobre el nivel local;



Crear mecanismos eficaces para asociar a los gobiernos locales y regionales en la gestión de cuencas hidrográficas;



Tomar en consideración el impacto de las decisiones políticas sectoriales sobre el ciclo del agua que afecten en particular a las a zonas habitadas y urbanas, así como a los ecosistemas.



Apoyar la cooperación descentralizada de las autoridades regionales y locales, sobre todo entre gobiernos locales y regionales de los país desarrollados y en desarrollo y favorecer, donde sea posible, la movilización de una parte de los ingresos de los usuarios de los servicios de agua y saneamiento para emprender proyectos de cooperación con países en desarrollo.

[La segunda parte está aún en desarrollo] PARTE II – Compromiso de los gobiernos locales y regionales Reconocemos la urgente necesidad de desarrollar estrategias eficaces en las ciudades y regiones. Pero, como se argumenta en la sección precedente, estas estrategias necesitan a su vez de la adecuación de los marcos legales, de los recursos financieros y de la capacidad institucional. Los impactos del cambio climático, de la urbanización, del crecimiento económico entre otros factores, sobre los recursos y sistemas hídricos locales son más rápidos que la respuesta que pueden darse desde los sistemas políticos y sociales. Por estas razones, nosotros, en nuestra calidad de alcaldes y representantes electos locales y regionales, firmamos el Pacto de Estambul sobre el Agua en nombre de nuestros gobiernos locales y regionales, para expresar claramente nuestra voluntad política de realizar ahora todo lo que esté al alcance de nuestras competencias y recursos para enfrentar estos retos, comprometiéndonos a orientar en esa dirección nuestra política local y en particular nuestro enfoque sobre la gestión del agua. Pero también esperamos que los gobiernos nacionales reconozcan el papel esencial de los gobiernos locales y regionales en el mejoramiento del acceso al agua y en la implementación de medidas de adaptación exitosas para el sector; y que inicien, en un futuro próximo, las reformas políticas necesarias para hacer que los esfuerzos de los gobiernos locales sean factibles, financiables y eficaces. Para concretizar nuestro compromiso, utilizaremos nuestro peso político para realizar las siguientes acciones en nuestra ciudad/región: •

un inventario de las presiones internas y externas que pesan sobre los recursos hídricos locales, la biodiversidad acuática y los sistemas y para identificar las principales dificultades y desafíos (véase en anexo: Directivas para un plan de acción local y regional- diagnóstico);



el desarrollo de un diálogo con todos los actores (incluida la sociedad civil) a nivel local/regional para promover una visión común entre los principales actores (gobiernos locales y nacionales, proveedores, usuarios, científicos) y definir las prioridades locales así como un plan de acción para el sector del agua (véase en anexo: Directivas para un plan de acción local y regional - Metas);



una reforma de las políticas de las gobiernos locales y regionales, de las estrategias y de los planes para reforzar su adecuación a medio y largo plazo, tomando en cuenta los futuros acontecimientos que se identificaron como amenazas potenciales sobre los recursos hídricos locales y sobre los sistemas;



el mejoramiento de la gobernanza del agua para una mejor gestión del agua a nivel local / regional, [puesto que el agua es un bien público y debería estar bajo control público, aun cuando la gestión pueda estar parcial o totalmente en manos de una compañía privada];



la implementación de acciones rápidas que permitan mejoramientos significativos o que eviten costos futuros importantes con inversiones iniciales relativamente reducidas dando mayor prioridad al agua y a la realización de acciones tangibles, que aumenten la resistencia de los recursos y sistemas locales de agua.

Nos comprometemos también a informar y compartir el progreso de nuestros gobiernos locales y regionales hacia el logro de las mencionadas acciones en el próximo Foro Mundial del Agua en 2012.

ANEXO Directivas para desarrollar planes de acción locales y regionales Diagnóstico El gobierno local o regional desarrollará una evaluación de los desafíos que tendrán un mayor impacto sobre los recursos hídricos y sobre el servicio, incluyendo los siguientes, según sea el caso: • • • • • • • •

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Llevar a cabo una evaluación prospectiva de la evolución de la población y el uso de suelo. Identificar la población que carece de acceso al agua potable y al saneamiento. Identificar la población más vulnerable a los problemas de salud de origen hídrico. Llevar a cabo un estudio sobre las necesidades en infraestructura para el sector agua y su adecuado financiamiento. Identificar infraestructuras obsoletas. Analizar los obstáculos para una gestión más integrada, incluyendo presiones sectoriales. Recopilar los mejores pronósticos climáticos aplicables a la situación hidrológica que afectan a la ciudad / autoridad local – tanto de fuentes fluviales como marítima. Evaluar la capacidad de los recursos hídricos de la ciudad/territorio para prestar servicios frente a diferentes escenarios generados por cambios climáticos y globales. Determinar otros riesgos relacionados con el clima, los beneficios potenciales y las incertidumbres con respecto a la gestión del agua. Realizar una evaluación de la vulnerabilidad por los desastres originados por la contaminación y por los fenómenos hídricos. Evaluar el marco legal regulatorio y la capacidad institucional.

Metas: Adaptándose a las diferentes realidades locales, en conformidad con sus competencias y sobre una base voluntaria, los gobiernos locales y regionales impulsarán, en la medida de lo posible, las siguientes medidas para alcanzar sus metas2:

2

Ejemplos de tipos de metas: • • • • • • • •

Reducir la tasa de pérdida de agua de x% por año. Incrementar el abastecimiento de agua para uso humano en x% por año. Ahorrar x% del consumo doméstico anual por habitante. Alcanzar estándares de calidad de agua reconocidos a nivel internacional en x años. Lograra x% de recolección y x% de tratamiento de aguas negras en x años. Realizar una inspección de x% de aguas servidas industriales por año. Asegurar un monto apropiado de agua para las necesidades de los ecosistemas en x años. Limitar las destrucciones producidas por desastres de origen hídrico del x% del PIB nacional (o regional) a menos del 5%.





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Diversificar las fuentes de abastecimiento de agua a través de nuevas instalaciones de almacenamiento; la extracción sustentable de aguas subterráneas, la transferencia de agua entre cuencas; la conservación del agua, el reciclaje del agua y la desalación para asegurar una mayor flexibilidad en el abastecimiento futuro; Mejorar la gobernanza del agua mediante la creación de un marco regulatorio que promueva la participación pública en la toma de decisiones relacionadas con la gestión del agua a nivel local / de cuenca / de la región; Invertir en infraestructuras rediseñadas y más sostenibles; Reducir los impactos sanitarios negativos relacionados con el agua entre la población urbana. Proteger el medio ambiente, y en particular el medio acuático, contra los efectos acumulados del desarrollo urbano y el cambio climático; Mejorar el uso del suelo para proteger los recursos hídricos y la biodiversidad. Colaborar con la industria y el sector empresarial para optimizar la eficiencia del agua y los procesos de reciclaje y limitar la contaminación. Desarrollar planes o medidas estructurales y no estructurales para el manejo de riesgos y reducir los daños causados por desastres relacionados con el agua. Elaborar planes para el control de las inundaciones, mejorar el drenaje, la respuesta a los desastres y la preparación para la elevación de los niveles del mar. Rediseñar los equipamientos, según sea necesario para resistir los fenómenos extremos o para asegurar su desempeño ante las nuevas situaciones; Buscar mecanismos financieros adecuados, mejorar la gestión y adaptar innovaciones tecnológicas; Impulsar la educación, la formación y el intercambio de tecnología para garantizar una gestión del agua sostenible y el desarrollo económico.