3. El equilibrio del mercado de dinero: dinero y bancos

3. El equilibrio del mercado de dinero: dinero y bancos 3.1. El dinero: origen y tipología El dinero juega un papel muy importante dentro de las econo...
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3. El equilibrio del mercado de dinero: dinero y bancos 3.1. El dinero: origen y tipología El dinero juega un papel muy importante dentro de las economías modernas. Hasta ahora en nuestro análisis hemos ignorado la presencia del dinero; vamos a incorporarlo a partir de aquí y para ello necesitamos definirlo. Es difícil precisar una definición definitiva de dinero. El dinero, es, en principio, un conjunto de activos financieros con características particulares, que lo diferencian de otros títulos financieros. Al igual que todos los activos financieros confiere poder sobre los recursos, pero a diferencia de los otros activos financieros, tiene una característica especial y es que puede usarse para realizar transacciones. Puede decirse que ésta es la característica esencial del dinero, es decir, la de ser un medio de cambio aceptado por todos. En general la moneda nacional es un medio legal de pago. Esto significa que todas las obligaciones pueden liquidarse en dinero por ley. Nadie puede negarse a aceptar dinero como pago de una obligación. Si el dinero no existiera la gente tendría que realizar sus transacciones a través del trueque. Una economía de trueque exige la reciprocidad de necesidades para que puedan llevarse a cabo las transacciones. Es decir sería necesario que cuando una persona quisiera un bien, el que produce dicho bien quiera lo que produce el primero, y además, aún si esto fuera posible, queda el tema de establecer una relación entre los dos bienes a intercambiar. El dinero facilita esta operación ya que todos los precios se fijan en términos de la moneda. El dinero juega tres papeles fundamentales: a) es un medio de cambio b) sirve como unidad de cuenta c) sirve como reserva de valor Como se ve, la definición no es sencilla, es claro que los billetes y monedas son dinero, pero hay otros activos como las cuentas corrientes, las cuentas de ahorro, etc. ¿Cuál es el límite entre el dinero y otras formas de activos financieros? Existen diferentes clasificaciones o definiciones del dinero, una de ellas clasifica al dinero y al ‘cuasidinero’, dependiendo del grado en el que los distintos tipos de activos cumplen con las principales funciones del dinero, es decir, como medio de cambio, como unidad de cuenta y como reserva de valor.

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El principal criterio para definir dinero es la facilidad con que éste se utiliza para hacer transacciones y la liquidez del activo. La liquidez es la capacidad de un activo para convertirse en efectivo sin perder valor, es decir de la manera menos costosa. El dinero en efectivo es el activo más líquido. Los billetes y monedas y las reservas que los bancos tienen en el banco central, tienen la más alta liquidez y se denominan base monetaria o dinero de alta potencia. Si sumamos los billetes y monedas así como los saldos que pueden convertirse inmediatamente en dinero o que pueden utilizarse para pagos que no se hacen en efectivo, como los depósitos a la vista obtenemos un primer agregado monetario llamado M1. Por su parte, el agregado denominado M2 incluye los activos incluidos en M1 y, además, los depósitos a plazo hasta dos años y los depósitos disponibles con preaviso hasta tres meses. Finalmente, el agregado M3 comprende M2 y valores negociables emitidos por el sector de intermediarios financieros residentes, es decir, cesiones temporales, participaciones en fondos del mercado monetario e instrumentos del mercado monetario y valores distintos de acciones hasta dos años los cuales, debido a su alto grado de liquidez y certidumbre en cuanto a sus precios, son sustitutos próximos de los depósitos. Como resultado de la inclusión de estos instrumentos en M3, el agregado monetario amplio se ve menos afectado por la sustitución entre las distintas categorías de activos líquidos que las definiciones más estrechas del dinero, resultando ser muy estable, por lo que se trata de un indicador muy fiable para estimar la masa monetaria en circulación, motivo por el cual es seguido muy de cerca por los bancos centrales. En otras épocas la mayoría de las clases de dinero eran mercancías que se usaban para hacer intercambios (ganado o monedas de oro, por ejemplo). Los gobiernos fueron introduciendo el papel moneda en el siglo XIX. Sin embargo, en general los billetes de papel eran convertibles en metales preciosos en el sentido de que el gobierno estaba dispuesto a cambiar cada billete por un número fijo de oro o plata. El dinero que puede convertirse en un metal precioso o en otra mercancía a un valor establecido se conoce como dinero respaldado o dinero fiduciario. En la actualidad el derecho a emitir dinero de alta potencia es siempre monopolio legal del gobierno. Este monopolio otorga al gobierno una importante fuente de ingresos. La regla general es que cada país tiene uno y sólo un tipo de dinero, que sirve como moneda de curso legal, aunque hay países que usan más de una.

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3.2. La demanda del dinero. La explicación normal de la teoría de la demanda manifiesta que el consumidor individual obtiene una satisfacción con el consumo de determinados bienes, y de esta satisfacción normalmente llamada utilidad, procede su demanda de bienes y servicios en el mercado. En el caso de los bienes duraderos hay una etapa intermedia, por la que la demanda de un stock de bienes duraderos procede de la utilidad que el consumidor obtiene del flujo de servicios que le proporcionan dichos bienes. Ahora bien, no parece que el dinero se ajuste muy bien a este esquema. No es algo que se consuma físicamente, ni tampoco parece que produzca un flujo de servicios que satisfaga psicológicamente al individuo. Las acciones y los bonos están dentro de la misma categoría aunque proporcionan a sus poseedores ingresos monetarios que se pueden gastar en bienes de consumo lo cual, en general, no ocurre con el dinero. Así pues parece que la teoría de la utilidad no sirve para explicar la tenencia de dinero, y por ello, su demanda debe ser considerada como algo especial. Las teorías que tratan el dinero aparte de los demás bienes, destacan dos de sus características peculiares, que están interrelacionadas. La primera es que el dinero es aceptado como medio de pago de bienes y servicios y, la segunda, es que se puede predecir, en gran medida, su valor de mercado. Estas dos características, que se suelen denominar conjuntamente la liquidez, no son propiedad exclusiva del dinero. También las poseen otros activos en diversos grados. A pesar de todo, y a diferencia de otros activos, el dinero es universalmente aceptado como medio de cambio y, normalmente su valor es más predecible que el de los demás activos. El dinero es el activo más líquido y se afirma que hay dos razones por las cuales es demandado. Cuando se realiza una compra es obvio que hay que tener dinero para poder pagarla, pero este único factor no explica de manera suficiente el por qué de mantener dinero. También se poseerá dinero debido al coste de la compra y venta de activos que producen renta, debido a que el precio de tales activos es incierto, siendo el dinero un medio de pago inmediatamente aceptado en cualquier transacción. Estas ideas están en todas las teorías sobre la demanda de dinero. Irving Fisher fue uno de los primeros en desarrollar una teoría de la demanda de dinero. Según esta teoría, en las economías hay vendedores y compradores, por lo tanto a nivel de la economía agregada es razonable suponer que las ventas agregadas deben ser iguales al valor de las compras. El valor de las ventas debe ser igual al valor de las transacciones realizadas durante un tiempo multiplicado por el precio medio al que se han efectuado. Por otro lado el valor de las compras debe ser igual a la cantidad de dinero en circulación en la economía multiplicada por la cantidad media de veces que éste cambia de mano durante el mismo período de tiempo.

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Por lo tanto se puede escribir una identidad en la que: MxV = PxT M: cantidad de dinero V: número de veces que cambia de mano o su velocidad de transacciones P: nivel de precios T: volumen de transacciones

Veamos qué determina el nivel de las variables anteriores. La cantidad de dinero, M, se determina independientemente del valor de las otras tres y se puede considerar como dada. El volumen de transacciones T también se puede considerar como dado, pues es razonable suponer que, en una economía que sólo está en equilibrio en niveles de renta de pleno empleo (y Fisher partía de este supuesto), debería haber una relación fija entre el volumen de transacciones y el nivel de producción. Considera también que V, la velocidad de circulación, es una variable independiente de las demás y que se puede tratar como constante en todo momento, por lo cual la única variable que queda es P que ha de ser determinada por la interacción de las otras tres. Más específicamente, si se considera que V y T son constantes, nos encontramos con la proposición de que el nivel de precios es determinado únicamente por la cantidad de dinero, y es proporcional a ella. Estos últimos supuestos nos permiten pasar de nuestra identidad, la ecuación de transacciones, a la llamada teoría cuantitativa del dinero que básicamente es una teoría de la determinación del nivel de precios. Aunque Fisher no lo desarrolló así, esto es equivalente a la siguiente teoría: la demanda de dinero depende del valor de las transacciones realizadas en una economía y es igual a una fracción constante (k) de dichas transacciones. Por otra parte, la oferta de dinero está dada y en una situación de equilibrio, la demanda de dinero debe ser igual a su oferta. Esto se puede escribir así: Md = k PT Md = Mo El enfoque de Fisher de la economía monetaria destaca en que, al postular que la demanda de dinero surge como resultado de la necesidad que los individuos tienen de comerciar unos con otros, relaciona la demanda de dinero con el volumen de comercio existente en una economía en un momento dado y, por lo tanto, conduce directamente a una teoría macroeconómica de la demanda de dinero; asimismo, conduce a predicciones muy precisas acerca de la naturaleza de la función de demanda de dinero, por lo que es eminentemente comprobable.

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Los economistas de Cambridge no se preguntaron, como hizo Fisher, qué es lo que determina la cantidad de dinero que una economía necesita para realizar un volumen dado de transacciones sino que se preguntaron qué es lo que determinaría la cantidad de dinero que un individuo quisiera poseer, dado que su deseo de realizar transacciones hace que la posesión de dinero sea realmente deseable. La pregunta se planteó en términos microeconómicos y se parece más a una extensión de la teoría de la demanda que a una teoría en particular para el dinero. Si el problema se plantea en estos términos, el tipo de variables que un economista debe contemplar tiende a ser distinto de las señaladas en el enfoque de Fisher. Los factores serán las restricciones y el coste de oportunidad. Cuantas más transacciones tenga que realizar un individuo, más dinero deseará tener; hasta aquí el enfoque es más o menos parecido al de Fisher: la diferencia estriba en el hecho de que el enfoque de Cambridge hace hincapié en el deseo, más que en el deber aunque, claro está, el límite está en la riqueza total. La demanda de dinero total, variará con el nivel de su riqueza y con el coste de oportunidad de mantener dinero, es decir, el ingreso al que se renuncia por el hecho de no poseer otros activos. Si hablamos de dinero en términos nominales también variará con el nivel de precios. El enfoque de Cambridge de la teoría de la demanda de dinero significa que, considerando el problema de la tenencia de dinero en una economía desde el punto de vista del comportamiento del individuo a la hora de tomar decisiones, se ha de tener en cuenta que la conveniencia que el individuo puede obtener de la posesión de dinero para realizar transacciones, su riqueza, el tipo de interés, sus expectativas acerca de la evolución futura de los acontecimientos, son factores potencialmente influyentes en la demanda de dinero. Cuando este grupo de economistas, en especial Pigou, formalizó el modelo, lo simplificó suponiendo que para un individuo la riqueza, el volumen de transacciones y el nivel de renta se mantienen constantes, entonces la demanda de dinero en términos nominales es proporcional al nivel de renta nominal de cada individuo y, por ello, también de la economía agregada. Así escribieron la ecuación de la demanda de dinero: Md = k x P x Y Que, combinada con la ecuación de equilibrio del mercado de dinero, conduce a: Md = Mo O lo que es lo mismo: Mo = k x P x Y Y de aquí: Mo/k = Mo x V = P x Y

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Planteado así, queda muy parecido al enfoque de Fisher sólo que V no representa la velocidad de circulación del dinero sino la velocidad renta, es decir la tasa de circulación con respecto a la tasa de producción de la renta real. De todas maneras es claro que ambos enfoques plantean diferencias claras: el enfoque de Cambridge pretende profundizar en el análisis de las variables implicadas más que establecer una teoría formal del mercado de dinero; Fisher propuso que el tipo de interés no tiene una importancia significativa en la demanda de dinero, mientras que del análisis de Cambridge se deriva que variables como el tipo de interés pueden ser determinantes importantes de la demanda de dinero. Un análisis más profundo del enfoque de Cambridge fue el realizado por J. M. Keynes. Analizó con más detalle que sus antecesores los motivos que inducen a la gente a mantener dinero y, por tanto, fue más exacto que ellos respecto a la naturaleza de la conveniencia que se puede lograr poseyéndolo. Es obvio que el tema de que el dinero es el único activo aceptado universalmente como medio de cambio es imposible de rechazar. Esto indujo a Keynes a ubicar al motivo transacciones en primer lugar, lo que no quiere decir que sea el único; respecto a los demás, afirmó que son subyacentes a la demanda de dinero. Lo que Keynes clarificó, sin duda más que sus antecesores, es el hecho de que el nivel de transacciones realizadas por un individuo y también por el agregado de individuos tendría una relación estable con el nivel de renta, por lo cual, la llamada demanda para transacciones de dinero sería proporcional al nivel de renta o ingreso. La cuestión es que el motivo transacciones se confirma como la descripción de la necesidad de conservar disponibilidades en efectivo con el fin de cubrir la brecha existente entre los ingresos y los gastos regulares planeados. También sugiere que la gente consideraría prudente mantener dinero en efectivo para atender a aquella clase de pagos que no se pueden considerar como regulares y planeados. A este motivo lo llamó precaución y sugirió que la demanda de dinero provocada por este motivo también dependería del nivel de renta. Ambos motivos están influenciados por el tipo de interés, pero no insistió mucho en este aspecto ya que la importancia principal del tipo de interés estaría jugando en la determinación en la demanda especulativa de dinero. La forma más sencilla de la función keynesiana total de la demanda de dinero hace que los saldos de transacciones y de precaución sean función del nivel de renta y los saldos especulativos (k·Y), función del tipo de interés corriente (l(r)) y del nivel de riqueza (W); esta última variable se incluye debido a que el razonamiento acerca de la demanda especulativa de dinero se ha planteado en términos de qué proporción de los activos totales de la economía se procuran mantener en dinero. Entonces:

Md =

(k ·Y + l ( r )·W ) P

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El análisis keynesiano llega a conclusiones opuestas al análisis de Fisher. Este último consideraba que la demanda de dinero era insensible al tipo de interés, que a corto plazo estaba relacionada establemente con el volumen de transacciones, y que esta relación solamente cambiaría de un modo lento a largo plazo, conjuntamente con el marco institucional que acompaña los cambios del mercado. Keynes, aunque aceptaba la estabilidad de la demanda de dinero para transacciones, consideró que era más razonable creer que la demanda total de dinero estaría dominada por el comportamiento especulativo hasta el punto de que cualquier predicción que se basara solamente en el motivo transacciones sería totalmente inadecuada. El trabajo de Keynes acerca de la demanda de dinero representa un desarrollo de un aspecto de la primitiva teoría de Cambridge, en el sentido de que se basa en el análisis de los motivos que inducen a la gente a poseer dinero en mayor medida que lo hacen los análisis de Marshall y Pigou. No obstante, el punto de vista de que la demanda de dinero no se debe tratar como un tema especial sino como una aplicación particular de la teoría general de la demanda, nunca fue ajeno a la tradición de Cambridge, este aspecto de la obra de Marshall y Pigou ha sido puesto en primera línea por otra corriente de pensamiento, que se suele conocer con el nombre de Teoría Cuantitativa Moderna, que toma explícitamente como punto de partida de su análisis la teoría general de la demanda y que encuentra su exposición más completa en la obra de Milton Friedman. La contribución de Friedman a la teoría monetaria consiste, precisamente, en apartar la atención de los motivos que inducen a la gente a mantener dinero, y dando por supuesto el hecho de que la gente mantiene dinero, centra la atención en los factores que determinan la cantidad de dinero que la gente desea mantener en distintas situaciones. Es decir, trata a la demanda de dinero como si fuera un caso particular de la teoría de la demanda, y formula una función de la demanda cuya forma está pensada con la idea de que sea posible contrastar sus predicciones con la evidencia empírica. Friedman comienza postulando que el dinero, igual que cualquier otro activo, proporciona un flujo de servicios a la persona que lo posee. Aparte de advertir que estos servicios provienen del hecho de que el dinero es una fuente fácilmente disponible de poder de compra, no analiza detalladamente cuáles son las necesidades que satisface. Todo lo que se postula acerca de estos servicios es que cuanto más dinero se mantiene, tanto menos valiosos serán los servicios prestados por el dinero respecto a los servicios prestados por los demás activos. Esto no es más que una aplicación particular del principio general de que la tasa marginal de sustitución entre los bienes de consumo es decreciente. El esfuerzo principal se pone en el análisis detallado de la naturaleza de la restricción presupuestaria y en la elección de las variables relevantes para medir el coste de oportunidad de mantener dinero. Es evidente que la riqueza es el límite es la restricción adecuada de la posesión de activos y, por lo tanto, de la demanda de dinero; también lo es el hecho de que la tasa de rendimiento que se puede obtener poseyendo activos distintos del dinero es el coste de oportunidad adecuado en este caso.

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3.3. Los intermediarios financieros. Se denominan intermediarios financieros a las instituciones que efectúan labores de mediación entre los prestamistas y los prestatarios últimos. La principal característica de estas instituciones es que crean dinero y actúan concediendo créditos, frente a la actuación de los mediadores que actúan en los distintos mercados financieros sin crear dinero, es decir, sin posibilidad de conceder créditos. Constituyen, por tanto, uno de los pilares fundamentales del sistema financiero de un país. Su función económica fundamental es posibilitar el trasvase de recursos de ahorradores a inversores-productores, y la adecuación de la estructura de la cartera de activos financieros de ahorradores a las exigencias financieras de las empresas. La actuación de los intermediarios financieros es por lo tanto la canalización de los inputs que reciben, generalmente en pequeños volúmenes, con vencimientos a corto plazo o incluso a la vista y proporcionan a las inversores-productores (que pueden ser tanto empresas como familias, o el Estado) dinero y otros activos financieros en un volumen mayor y con vencimientos a medio y largo plazo. Los intermediarios financieros pueden clasificarse, atendiendo a las directrices de la UE en: − Instituciones de Depósito tales como bancos comerciales, cajas de ahorro, asociaciones de carácter mutualista. − Instituciones de carácter contractual, tales como compañías de seguros, fondos de pensiones e incluso la seguridad social. − Instituciones de Inversión Colectiva, tales como las sociedades y fondos de inversión, bancos hipotecarios o bien fondos mutuos. El ejemplo más claro de intermediario financiero es la banca comercial, ya que presta y pide prestado fondos de forma habitual y como actividad principal de su negocio.

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3.4. Los Bancos Centrales y la Política Monetaria El banco central, como regla general puede determinar la base monetaria, esto es los billetes y monedas que circulan en la economía, junto con las reservas que mantienen los bancos en el banco central. Recordemos, sin embargo que la base monetaria es sólo uno de los componentes del dinero y que existen agregados más amplios como M1, M2, etc. La manera en que el banco central modifica la cantidad de la base monetaria es básicamente a través de compra o venta de activos, por ejemplo valores, reservas de moneda extranjera u otorgando préstamos. El banco central utiliza tres tipos principales de operaciones para modificar el stock de dinero de alta potencia o base monetaria: a) las operaciones de mercado abierto b) las operaciones de descuento c) operaciones en moneda extranjera

a) Las operaciones de mercado abierto Las transacciones que realizan los bancos centrales cuando compran y venden bonos en el mercado abierto, se llaman, operaciones de mercado abierto. Una compra de instrumentos financieros por parte del banco central, en su calidad de autoridad monetaria, provoca un incremento de la oferta de dinero de alta potencia en manos del público. La razón por la que esto sucede es inmediata: el banco compra los activos financieros con dinero, y el dinero con el que paga esta compra entra en circulación. A la inversa, una venta de valores por parte del banco central provoca una disminución de la base monetaria. Las operaciones de mercado abierto son las operaciones más importantes que realizan los bancos centrales para afectar la base monetaria.

b) Las operaciones de descuento Otra forma que tiene el banco central para afectar la base monetaria es prestando dinero al sector privado. Cuando les presta a los bancos a través de las operaciones de redescuento, la tasa que cobra por estos préstamos se llama tasa de descuento. Los bancos usan esta opción de crédito con dos objetivos: 1) para ajustar sus reservas de efectivo con el fin de alcanzar cierto nivel de reservas deseado, o para mantener el nivel de reservas exigidas por la autoridad monetaria y 2) para obtener fondos que luego prestarán a sus clientes si las condiciones de mercado son atractivas. En cualquier caso los bancos compraran las condiciones de los préstamos que pueden obtener a través de las operaciones de redescuento con las de otros fondos provenientes de fuentes

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alternativas. Las operaciones de descuento provocan cambios en la base monetaria. Un préstamo otorgado a través de este tipo de operaciones produce un incremento en la base monetaria igual al monto del préstamo. Los bancos centrales poseen una poderosa herramienta que les permite modificar la base monetaria y el monto de créditos disponibles para el sector privado: pueden aumentar o disminuir la tasa de descuento. Si la reducen, aumenta el atractivo para los bancos privados de endeudarse, provocando un aumento de la base monetaria y de la disponibilidad de crédito en la economía. Además si el banco central relaja las condiciones cuantitativas que impone a los préstamos que otorga a los bancos comerciales, también puede aumentar la base monetaria y la disponibilidad de crédito. Por el contrario, un aumento de la tasa de descuento reduce el atractivo para el sector financiero privado de endeudarse con el banco central. Una tasa mayor incluso podría motivarlos para adelantar el pago de obligaciones contraídas con anterioridad. c) Las operaciones en moneda extranjera El banco central también afecta la base monetaria al comprar o vender activos denominados en monedad extranjera. En el caso más simple el banco central compra o vende moneda extranjera a cambio de moneda local. Hay otros casos en los que el banco central compra o vende activos que devengan intereses en moneda extranjera. Estos activos por lo general son bonos del Tesoro de algún gobierno extranjero. Las operaciones de mercado abierto en moneda extranjera tienen el mismo efecto en la base monetaria independientemente de si el tipo de cambio es fijo o flotante. Si bien los bancos centrales que operan con tipo de cambio de flotación limpia no realizan este tipo de operaciones, en la práctica casi todos los regímenes de tipo de cambio son de flotación sucia, es decir, que el banco central participa activamente en el mercado. El banco central puede influir sobra la oferta monetaria de muchas maneras, pero no puede determinarla en forma absoluta. Como ya dijimos puede ejercer un control bastante efectivo sobre la base monetaria a través de las operaciones de mercado abierto. Con estas operaciones, puede esterilizar las variaciones de la base provenientes de otras fuentes, tales como los créditos a través de la operación de redescuento o las operaciones en moneda extranjera (téngase en cuenta que este tipo de operaciones tiene sus límites, ya que si el tipo de cambio es fijo y no hay control en el mercado de capitales estas esterilizaciones son muy limitadas). Sin embargo el banco central puede ejercer un control mayor sobre la base monetaria que sobre el multiplicador monetario que a continuación veremos. Un aspecto importante para el banco central tiene que ver con los instrumentos y los objetivos de la política monetaria. La cuestión de cuáles son los objetivos de la autoridad monetaria no es fácil. En última instancia el interés de la política monetaria consiste en promover la estabilidad y el crecimiento de la economía con poca inflación. Con este fin, las tasas de interés y los agregados monetarios, no son sino objetivos intermedios que la autoridad trata de mantener bajo control para influir sobre los objetivos finales, que son el producto, el empleo y la inflación.

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3.4.1. La base monetaria, la oferta monetaria y el multiplicador del dinero La forma en que se determina la oferta monetaria ha variado de manera significativa durante el último siglo. Hasta hace relativamente poco tiempo el dinero fiduciario no era de uso generalizado. Por el contrario se utilizaba mercancías, como los metales preciosos, oro y plata. El papel moneda, cuando se usaba, era convertible en el metal precioso seleccionado a un precio fijo. En tales sistemas la producción de los bienes que funcionaban como dinero eran los determinantes de la oferta monetaria. En un sistema fiduciario, por lo tanto, la mayoría de los aumentos de la oferta monetaria tenía poco que ver con políticas estatales. Con un sistema de dinero fiduciario como el que se utiliza actualmente en gran parte del mundo, la política del gobierno es la principal, aunque no la única determinante de la oferta monetaria. La mayoría de los países tienen una autoridad monetaria, el Banco Central, que posee la autoridad legal de emitir dinero. Como regla principal el banco central de cada país puede determinar la oferta de dinero de alta potencia o Base Monetaria (BM), esto es, los billetes y monedas que circulan en la economía, junto con las reservas que mantienen los bancos comerciales en el banco central también llamadas encaje bancario. Téngase en cuenta que la base monetaria es sólo uno de los componentes del dinero y que existen categorías más amplias como M1, M2, M3 definidas anteriormente. Ahora, si consideramos que el nivel de la base monetaria está dado, analizaremos la forma en la que se determina M1, lo que nos lleva al análisis del sistema bancario y de los agentes económicos privados como determinantes de la oferta monetaria Dijimos que la Base Monetaria es la suma de los billetes y monedas en poder del público más las reservas que los bancos tienen en el banco central, esto lo podemos expresar de la siguiente forma: BM = ByM + Re Ahora, los bancos reciben depósitos y otorgan préstamos al público. Una fracción de los depósitos que recibe el banco se mantiene en forma de reservas bancarias. A este porcentaje se le denomina coeficiente de reservas: rd = R/D.

Esto significa que R = rd x D

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Esta relación entre reservas y depósitos está determinada principalmente por el banco central, que es quien establece el nivel de reservas exigidas que todo banco debe mantener. Además de esto, los bancos pueden optar por mantener reservas adicionales como medida de precaución en el caso de que el banco sufra una caída en sus depósitos. La oferta monetaria es la suma de los billetes y monedas en poder del público más los depósitos a la vista en el sistema bancario. Se puede expresar como sigue: M1 = B y M + D La diferencia entre la base monetaria o dinero de alta potencia y la oferta monetaria radica en la segunda parte de la ecuación. Ambas incluyen los billetes y monedas, la base monetaria incluye las reservas de la banca privada, en tanto que M1 incluye los depósitos bancarios del público en todo el sistema bancario.

¿Entonces cuál es la relación entre la base y la oferta monetaria? ¿Cómo puede un stock determinado de dinero (BM), generar una cantidad mucho mayor M1? En casi todos los países M1 es mayor que la base monetaria. La explicación de este fenómeno radica en el proceso de creación de dinero que es característico del sistema bancario. Se dice que los bancos comerciales multiplican la base monetaria, también la elección que hacen los particulares de los distintos activos financieros desempeñan un papel importante en este proceso.

El multiplicador monetario Vamos a suponer, por razones de simplicidad, que sólo hay dos formas de mantener el dinero, en billetes y monedas o en depósitos. Vamos a denotar la razón billetes y monedas/depósitos como cd: cd = B y M/D Esta relación, también llamada preferencia por la liquidez, dependerá de las preferencias del público al elegir entre los billetes y los depósitos. Además ya dijimos que los bancos mantienen un porcentaje de los depósitos en forma de reservas y ese porcentaje está dado por: rd = R/D

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Recordemos que las reservas se mantienen tanto por una cuestión legal como para hacer frente a las necesidades de la clientela. Si M1 = ByM + D y BM = ByM + R y dividimos miembro a miembro: M1 = ByM + D BM = ByM + R Dividiendo todo por D ByM/D + D/D ByM/D + R/D Entonces:

cd + 1 =k cd + rd M1 =

cd + 1 BM cd + rd

La ecuación anterior nos dice que la oferta monetaria es un múltiplo de la base monetaria. El factor de proporcionalidad está dado por el multiplicador monetario (k). Por lo tanto para entender el proceso que determina M1 hace falta examinar los componentes de dicho proceso, es decir para determinar M1, debemos conocer tanto la base monetaria (BM) como el multiplicador (k) El multiplicador monetario depende de dos variables, el coeficiente de reservas y la proporción Billetes y Monedas/Depósitos. El multiplicador es siempre mayor que uno, ya que los bancos mantienen sólo una fracción de sus depósitos en forma de reservas (rd es necesariamente inferior a 1) de tal manera que el numerador en la ecuación que determina el multiplicador es mayor que el denominador. Para entender por qué un aumento en la base monetaria da como resultado un incremento mayor de la oferta monetaria veamos un ejemplo con una operación de mercado abierto: Supongamos que el banco central compra bonos en el mercado por un valor de 10 millones de euros, que el coeficiente de reservas es igual a 10% (0,1) y que la proporción entre billetes - monedas y depósitos es igual al 20% (0.20). Del producto de la operación inicial en el mercado abierto, el público conservará 2 millones y depositará 8 millones en el sistema bancario. Por su parte los bancos deberán mantener en forma de reservas el 10% de lo que reciben como depósitos, es decir 800.000 euros y podrán prestar los restantes 7,2 millones a sus clientes. Una parte de los 7,2 millones que se reciben como préstamos, será conservada en efectivo (el 25%, 1,44 millones) y el resto volverá al sistema bancario en forma de nuevos depósitos. De estos nuevos depósitos, los bancos mantendrán el 10% en reservas y volverán a prestar el resto. Este proceso continuará aparentemente hasta el infinito. En cada vuelta, una parte de los préstamos bancarios se quedará en manos del público como efectivo y una parte será depositada otra vez. A su vez, los bancos mantienen

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una parte de los depósitos recibidos en forma de reservas y el resto vuelven a prestarlo al público. En principio el proceso sigue hasta el infinito, pero en la práctica, después de unas cuantas vueltas, las variaciones se hacen mínimas y el proceso termina. Si nos proponemos calcular el total del proceso, tendremos: M1 = [(cd + 1)/(cd + rd)]* BM = (1.25 / 0.35) * 10.000.000 = 35.71 millones Una vez que averiguamos que el multiplicador es 3’571 podemos saber que el incremento de la oferta monetaria (M1) generado por un aumento de 10 millones de euros en el stock de dinero de alta potencia es igual a 35.71 millones de euros. 3.4.2. El equilibrio del mercado monetario y la política monetaria El mercado monetario está formado por la demanda y la oferta de dinero. Hemos visto que la demanda de dinero depende principalmente de la necesidad de efectuar transacciones. Las economías domésticas, las empresas y el Estado tienen dinero para comprar bienes, servicios y otros artículos. Parte de la demanda de dinero se deriva, además de la necesidad de tener un activo seguro y sumamente líquido. La oferta y la demanda de dinero determinan conjuntamente los tipos de interés de mercado. El siguiente gráfico muestra la cantidad total de dinero (M) en el eje de abscisas y el tipo de interés nominal (i) en el eje de ordenadas. La curva de oferta monetaria es vertical porque se parte del supuesto de que el banco central manipula los instrumentos a los que puede recurrir de manera que mantendrá la oferta en un determinado nivel. Representamos la demanda de dinero con pendiente negativa ya que las tenencias de dinero disminuyen cuando suben los tipos de interés. Cuando éstos suben, los individuos y las empresas transfieren una cantidad mayor de sus activos en dinero a activos más rentables. La intersección entre las curvas de demanda y de oferta de dinero determina el tipo de interés de mercado.

i

Mo

ie Md M Gráfico 3.a: Mercado monetario.

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Recuérdese que el tipo de interés es el precio que se paga por la utilización del dinero. Se determina en el mercado de dinero o mercado monetario, que es donde se prestan fondos a corto plazo. El tipo de interés de equilibrio es, en este caso, ie. Si el tipo de interés fuera más alto, habría saldos monetarios excesivos y la gente no estaría dispuesta a mantener todo en efectivo. Se desharía de sus tenencias de dinero excesivas comprando bonos u otros instrumentos financieros, reduciendo así los tipos de interés de mercado hasta situarlos en ie, que es el tipo de interés de equilibrio. En el caso que el tipo de interés fuera más bajo que ie, los saldos monetarios resultarían insuficientes y la gente desearía adquirir una cantidad mayor, lo que haría subir el tipo de interés hasta situarlo en el nivel de equilibrio.

3.5. El mercado de dinero: la curva LM Habíamos analizado que la relación entre el tipo de interés y el dinero determina el tipo de interés de equilibrio que vacía el mercado de dinero. La oferta monetaria estaba representada por una línea vertical correspondiente al nivel M y la demanda de dinero por una curva con pendiente negativa indicada por Md. Si consideramos que la demanda de dinero podemos formalizarla de la siguiente manera: Md = YL(i) € Esta expresión formaliza la idea de que la demanda de dinero depende positivamente de la renta y negativamente del tipo de interés. El signo € indica que la renta está expresada en términos nominales. Si tenemos en cuenta que analizamos el equilibrio en el mercado de dinero, la oferta de dinero, debe ser igual a la demanda, entonces: Mo = Y L (i) € Si lo expresamos en términos reales: Mo/P = Y L (i) Así queda expresado el equilibrio en el mercado de dinero.

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Si consideramos ahora un incremento de la renta desde Y a Y’, este incremento lleva a los individuos a elevar su demanda de dinero para realizar transacciones, cualquiera que sea el tipo de interés. La demanda de dinero se desplaza hacia la derecha a Md’. Partiendo de una situación inicial de equilibrio en A, con un tipo de interés i, el nuevo equilibrio se traslada al punto A’, con un tipo de interés i’, más alto que el anterior. Tipo de interés

Mo i’

A’

i

A Md’ Md M/P Gráfico 3.b. Desplazamientos en la demanda de dinero. Obsérvese que la cantidad de dinero está expresada en términos reales.

Esto nos demuestra que un aumento de la renta provoca un aumento del tipo de interés. ¿Por qué? Porque cuando aumenta la renta, aumenta la demanda de dinero. Pero la oferta de dinero está fijada; por lo tanto, el tipo de interés debe subir hasta que se anulen los dos efectos contrarios producidos en la demanda de dinero: el incremento de la renta que lleva a los individuos a querer tener más dinero y la subida del tipo de interés que los lleva a querer tener menos. En ese momento, la demanda de dinero es igual a la oferta monetaria fija, por lo que los mercados se encuentran de nuevo en equilibrio. Utilizando el siguiente gráfico podemos encontrar el valor del tipo de interés para cualquier nivel de renta, dada la oferta monetaria.

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i

i

LM A′ i’ i

i’ A

i

A′ A

Md’ Md Mo

M/P

Y

Y’

Y

Gráfico 3.c: Derivación de la curva LM Cuando la renta o ingreso es igual a Y, la demanda de dinero es igual a Md, el tipo de interés es igual a i. El gráfico anterior representa la relación que existe entre el tipo de interés de equilibrio i, representado en el eje de ordenadas, y la renta, representada en el eje de abscisas. Los puntos A y A’ de la primer parte del gráfico se corresponden con los puntos A y A’ del gráfico de la derecha respectivamente. En términos generales, el equilibrio de los mercados financieros implica que cuanto más alto es el nivel de producto, mayor es la demanda de dinero y, por lo tanto, más alto es el tipo de interés de equilibrio. La relación que acabamos de describir entre el tipo de interés y el volumen de producto o renta indica las combinaciones de tipo de interés y renta o ingreso que equilibran el mercado de dinero y se la denomina relación LM. Desplazamientos de la curva LM. Ya hemos obtenido la curva LM, considerados dados tanto la cantidad nominal de dinero, M, como el nivel de precios P, y, por lo tanto, la cantidad real de dinero, M/P. Las variaciones de M/P, independientemente de que se deban a variaciones de la cantidad nominal de dinero, M o las variaciones del nivel de precios P, desplazan la curva LM.

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Para analizarlo examinemos el siguiente gráfico:

i LM

i

LM′

i′

Y Y Gráfico 3.d. Desplazamiento de la LM La curva LM representa el tipo de interés en función del nivel de renta. Se ha trazado suponiendo el valor dado de M/P. Consideremos ahora un aumento de la oferta monetaria nominal de M a M’, de tal manera, que, dado el nivel de precios, la oferta monetaria real aumenta de M/P a M’/P. Con un nivel dado de renta, Y, este aumento del dinero provoca un descenso del tipo de interés, de i a i’. Es decir que la curva LM se desplaza hacia abajo, a cualquier nivel de renta, un incremento del dinero provoca un descenso del tipo de interés de equilibrio. Según el mismo razonamiento, a cualquier nivel de renta, una reducción del dinero provoca una subida del tipo de interés. Por lo tanto, una reducción del dinero da lugar a un desplazamiento hacia arriba de la curva LM. El equilibrio de los mercados financieros implica que el tipo de interés es una función creciente del nivel de renta. Esta relación se representa por medio de la curva LM. Los aumentos del dinero desplazan la curva hacia abajo y las contracciones del dinero la desplazan hacia arriba.

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APÉNDICE. La política monetaria de la Unión Europea: el Banco Central Europeo El Tratado de Roma (1957) declaraba que un objetivo prioritario para Europa era el establecimiento de un mercado común con el fin de aumentar la prosperidad económica y contribuir a "una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos". El Acta Única Europea (1986) y el Tratado de la Unión Europea (1992) han contribuido a ello, creando la Unión Económica y Monetaria y sentando los cimientos de nuestra moneda única. La tercera fase de la UEM comenzó el 1 de enero de 1999, cuando se fijaron los tipos de cambio irrevocables. Los Estados miembros que forman parte de la zona del euro empezaron a ejecutar una política monetaria común, se adoptó el euro como moneda de curso legal y las once monedas de los Estados miembros participantes se convirtieron en subdivisiones del euro. La posterior adhesión de Grecia, el 1 de enero de 2001, eleva a doce el número de Estados miembros que han introducido los billetes y monedas en euros. La buena realización del euro resulta crucial para la libre circulación de personas, servicios, capitales y mercancías en Europa. Éstos son los doce Estados miembros de la Unión Europea que participan en la moneda común: Bélgica, Alemania, Grecia, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia. Dinamarca, Suecia y el Reino Unido forman parte de la Unión Europea, si bien no participan aún en la moneda única. Dinamarca forma parte del Mecanismo de Tipos de Cambio II (MTC II), mediante el cual la corona danesa está vinculada al euro, aunque su tipo de cambio no es fijo. Los gobiernos de los Estados miembros acordaron conjuntamente la creación de la nueva moneda, a la que se dio el nombre de "euro" en el Consejo Europeo celebrado en Madrid en diciembre de 1995. El BCE y los bancos centrales de los países que han adoptado el euro han constituido una nueva entidad llamada «Eurosistema». Mientras existan Estados miembros de la Unión Europea que no hayan adoptado el euro, será necesario hacer la distinción entre el Eurosistema, que agrupa a doce países, y el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), que incluye a quince. El Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) está compuesto por el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales nacionales (BCN) de los quince Estados miembros de la Unión Europea. El término "Euro sistema" se emplea para hacer referencia al BCE y a los BCN de los Estados miembros que han adoptado el euro. Los BCN de los Estados miembros que no pertenecen a la zona del euro, no obstante, forman parte del SEBC con un estatuto especial que les permite dirigir sus respectivas políticas monetarias nacionales,

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aunque no pueden intervenir en la adopción de decisiones relativas a la política monetaria única de la zona del euro, ni en la ejecución de dichas decisiones. El Banco Central Europeo (BCE) fue creado el 1 de junio de 1998 y sucedió al Instituto Monetario Europeo (IME), el cual había desempeñado anteriormente un papel crucial en la preparación del lanzamiento del euro, que tuvo lugar el 1 de enero de 1999. El BCE goza de total independencia para la realización de su política, de hecho, ni el BCE, ni los bancos centrales nacionales del Eurosistema, ni ningún miembro de sus órganos de decisión pueden solicitar o aceptar instrucciones procedentes de cualquier otro órgano. Las instituciones europeas y los Gobiernos de los Estados miembros deben respetar este principio y no pueden influir en el BCE o en los bancos centrales nacionales. El BCE trabaja en estrecha colaboración con sus homólogos, los bancos centrales nacionales, para preparar y aplicar las decisiones adoptadas por sus órganos rectores, que son: el Consejo de Gobierno, el Comité Ejecutivo y el Consejo General. El Presidente del BCE así como los otros cinco miembros del Comité Ejecutivo son nombrados por los Estados miembros para un mandato no renovable de ocho años. De conformidad con lo dispuesto en el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y en los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales y del Banco Central Europeo el objetivo primordial del Euro sistema es mantener la estabilidad de precios. Sin perjuicio de este objetivo, el Euro sistema apoyará las políticas económicas generales en la Comunidad y actuará según el principio de una economía de mercado abierta. Las funciones básicas que debe llevar a cabo el BCE son: − definir y ejecutar la política monetaria de la zona del euro, − realizar operaciones de cambio de divisas, y posee y gestiona las reservas oficiales en moneda extranjera de los países de la zona del euro, − emitir billetes de banco en la zona del euro y − promover el buen funcionamiento del sistema de pagos. Además, el Euro sistema contribuye a la buena gestión de las políticas que llevan a cabo las autoridades competentes en el ámbito de la supervisión prudencial de las entidades de crédito y de la estabilidad del sistema financiero. El BCE ejerce una función consultiva con respecto a las autoridades comunitarias y nacionales en cuestiones relativas al ámbito de sus competencias, en particular, en lo que concierne a la legislación comunitaria o nacional. Por último, a fin de cumplir las funciones del SEBC, el BCE, asistido por los BCN, recopila la información estadística necesaria obteniéndola de las autoridades nacionales competentes o directamente de los agentes económicos.

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El proceso de adopción de decisiones del Euro sistema está centralizado en los órganos rectores del BCE, es decir, el Consejo de Gobierno y el Comité Ejecutivo. Puesto que hay Estados miembros que todavía no han adoptado el euro, es necesaria la existencia un tercer órgano rector: el Consejo General. (Miembros actuales de los órganos rectores del BCE). Independencia del Euro sistema. Ni el BCE, ni los bancos centrales nacionales, ni ningún otro miembro de sus órganos rectores recabarán ni aceptarán instrucciones procedentes de ningún organismo externo cuando desempeñen funciones relacionadas con el Euro sistema. Las instituciones y organismos comunitarios, así como los Gobiernos de los Estados miembros, no influyen sobre los miembros de los órganos rectores del BCE o de los bancos centrales nacionales en el ejercicio de sus funciones. Los Estatutos prevén las siguientes medidas para garantizar la estabilidad de los cargos de los gobernadores de los BCN y de los miembros del Comité Ejecutivo: − Un mandato mínimo de cinco años, renovable, para los gobernadores. − Un mandato mínimo de ocho años, no renovable, para los miembros del Comité Ejecutivo (cabe señalar que se empleó un sistema de nombramientos escalonados para los miembros del primer Comité Ejecutivo, a excepción del presidente, con el fin de garantizar la continuidad). − La separación del cargo sólo será posible en caso de incapacidad o de haber incurrido en falta grave; el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas será el órgano competente para dirimir cualquier conflicto que se plantee a este respecto.

El Consejo de Gobierno El Consejo de Gobierno es el máximo órgano decisorio del Banco Central Europeo. Está compuesto por los seis miembros del Comité Ejecutivo y los gobernadores de los doce bancos centrales de la zona del euro. Está presidido por el Presidente del BCE. La principal función del Consejo de Gobierno consiste en formular la política monetaria de la zona del euro. En concreto, tiene la facultad de decidir los tipos de interés a los que los bancos comerciales pueden obtener liquidez (es decir, dinero) del Banco Central.

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El Comité Ejecutivo El Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo está compuesto por el Presidente del BCE, el Vicepresidente y otros cuatro miembros. Los Jefes de Estado o de Gobierno de los países que constituyen la zona del euro los nombran de común acuerdo.

El Comité Ejecutivo pone en práctica la política monetaria formulada por el Consejo de Gobierno y, en este marco, imparte las instrucciones necesarias a los bancos centrales nacionales. Además, prepara las reuniones del Consejo de Gobierno y es responsable de la gestión ordinaria del BCE.

El Consejo General El Consejo General es el tercer órgano rector del Banco Central Europeo. Está compuesto por el Presidente y el Vicepresidente del BCE así como por los gobernadores de los quince bancos centrales nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea. El Consejo General participa en las funciones consultivas y de coordinación del BCE así como en los preparativos de la posible ampliación de la zona del euro. El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ("BCE") hizo pública el 13 de octubre de 1998 su estrategia de política monetaria orientada a la estabilidad, que rige la adopción de sus decisiones a este respecto en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM). Esta estrategia consta de tres elementos principales, una definición cuantitativa de la estabilidad de precios y "dos pilares" para conseguir el referido objetivo, que consisten en: •

Asignación de un papel destacado al dinero. Este papel queda subrayado por el anuncio de fijar un valor de referencia para el crecimiento de la masa monetaria en sentido amplio, dado que la inflación se considera la consecuencia de que la disponibilidad de dinero es excesiva con relación a la oferta de bienes y servicios.



Una valoración basada en un amplio conjunto de información de las perspectivas sobre la evolución de los precios y de los riesgos que amenazan la estabilidad de estos en la zona del euro (salarios, tipo de cambio, tipos de interés a largo plazo, diversos parámetros de la actividad económica, etc.).

A fin de permitir al público evaluar el éxito de la política monetaria única, el BCE anunció una definición precisa de su objetivo principal. La estabilidad de los precios se definió como un incremento interanual de los precios de consumo. El BCE fija un objetivo de inflación anual -el 2% para el año 1999- y a continuación utiliza fundamentalmente el tipo de interés a corto plazo para alcanzar o mantener este objetivo, que ha de entenderse en el ámbito de la UE y no para todos y cada uno de los países.

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Para ello, una de las variables que más se tiene en cuenta es la oferta monetaria medida por la denominada "M3". Este agregado monetario incluye la circulación fiduciaria, los depósitos convencionales a plazo y también las participaciones de los fondos del mercado monetario y los valores de renta fija emitidos por las instituciones monetarias y financieras. Para alcanzar el objetivo de una inflación del 2%, el BCE consideró que el crecimiento de la M3 para 1999 debía ser del 4,5% anual. De ese modo, este primer pilar de la política monetaria es de gran importancia, aunque el propio BCE insista en que no debe considerarse mecánicamente y que se utilizan una batería amplia de indicadores para finalmente tomar decisiones específicas. Éstas se han concretado especialmente en la variación del tipo de interés de las denominadas operaciones principales de refinanciación y que rigen las relaciones entre el BCE y el propio Eurosistema. Las funciones de Banco de bancos se han articulado mediante el correspondiente soporte informático y de telecomunicaciones entre los componentes del Eurosistema, el llamado sistema TARGET (Trans-European Automated Real-Time Gross Settlement Express Transfer System). También con una panoplia de operaciones de mercado abierto para la provisión o detracción de liquidez, con facilidades permanentes de crédito marginal y de depósitos, y con la imposición, desde el 1 de enero de 1999, de un coeficiente de caja equivalente a un 2% de los componentes relevantes de la base de pasivos, con una franquicia de 100.000 euros que se deduce de los activos de caja exigidos a cada entidad. Finalmente, la supervisión prudencial del sistema financiero, aunque fundamentalmente está en manos de los bancos centrales nacionales, puede reforzarse y coordinarse con la actuación del BCE.

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4. El equilibrio conjunto en los Mercados. 4.1. Modelo IS - LM Ahora podemos unir las relaciones IS – LM. En cualquier momento del tiempo, la oferta y la demanda de bienes deben ser iguales. Y lo mismo ocurre con la oferta y la demanda de dinero. Por lo tanto deben cumplirse tanto la relación IS como la relación LM. Relación IS: Y = C (Y – T) + I (Y, i) + G Relación LM: M/P = Y L (i) El siguiente gráfico une las curvas IS y la LM, el producto, o lo que es lo mismo la renta, se mide en el eje de abscisas y el tipo de interés en el de ordenadas. i LM

A

ia

IS

Ya

Y

Gráfico 4.a. las curvas IS y LM Cualquier punto de la curva IS, de pendiente negativa corresponde al equilibrio del mercado de bienes, o sea que nos indica que tasa de interés se debe corresponder con cada nivel de ingreso para que exista equilibrio en el mercado de bienes. Del mismo modo, cualquier punto de la curva LM de pendiente positiva, corresponde al equilibrio de los mercados financieros, indicándonos qué nivel de ingreso se debe corresponder con cada tasa de interés para que exista equilibrio en el mercado de dinero. El punto A, con los correspondientes niveles de producción, Ya, y tipos de interés, ia, es el equilibrio global, el punto en el que hay equilibrio tanto en el mercado de bienes como en los mercados financieros.

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Las relaciones IS y LM que subyacen en el gráfico anterior contienen abundante información sobre el consumo, la inversión, la demanda de dinero y las condiciones de equilibrio. Utilizando debidamente este modelo, es posible analizar qué ocurre con el producto y con el tipo de interés cuando, por ejemplo, la autoridad monetaria decide aumentar la cantidad de dinero, cuando el gobierno decide subir los impuestos, cuando los consumidores se muestran más pesimistas sobre el futuro, etc.

4.2. Impactos de las Políticas Monetaria y Fiscal Dado que el análisis IS-LM revela las condiciones bajo las cuales una variación de la política fiscal y monetaria podría afectar al nivel global de producto en la economía, este análisis puede utilizarse, por ejemplo, para sugerir qué tipo de políticas debería usar el gobierno para lograr objetivos de producto o empleo. Los partidarios de las políticas activas de manejo de la demanda sostienen que el gobierno debería usar el esquema IS-LM, en alguna forma numérica refinada, contenida en un modelo econométrico, para escoger las políticas macroeconómicas que le permitan lograr objetivos específicos. La idea básica tras este enfoque es que impactos económicos provenientes del sector privado, como podrían ser los impactos de demanda de inversión o de demanda de dinero, se manifiestan como fluctuaciones del producto y de los precios. Si la política macroeconómica no se modifica cuando se presentan tales impactos y la oferta agregada es sensible a aquellos cambios, las consiguientes fluctuaciones de la demanda se traducirán en fluctuaciones del producto y el empleo. Los partidarios de las políticas activas sostienen que el gobierno tendría que contrarrestar estos impactos. Una caída de la demanda de inversión privada, por ejemplo, podría contrarrestarse con un incremento de G, un recorte de impuestos o una expansión de la oferta monetaria. De la misma forma, un aumento de la demanda de dinero, que se manifestaría como un desplazamiento de la LM hacia la izquierda, también podría ser compensado con un aumento de G, una reducción de impuestos, o un aumento de la oferta monetaria.

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La política fiscal, la actividad económica y el tipo de interés Supongamos que el gobierno llega a la conclusión de que el déficit presupuestario es demasiado elevado. Se toma la decisión de subir los impuestos y mantener constante el gasto público. Esta medida, destinada a reducir el déficit presupuestario, suele denominarse contracción fiscal, en cambio, un aumento del déficit, provocado por un incremento en el gasto o por una reducción de los impuestos, se denomina expansión fiscal. ¿Cómo afecta esa contracción fiscal al producto, a sus componentes y al tipo de interés? Para responder a esta pregunta o a cualquier otra sobre los efectos de los cambios de política, deben seguirse siempre estos tres pasos: -

Paso I: preguntarse cómo afecta este cambio a las relaciones de equilibrio de los mercados de bienes y financiero, es decir, cómo desplaza la curva IS y/o la curva LM.

-

Paso II: identificar los efectos que producen estos desplazamientos en el equilibrio.

-

Paso III: describir verbalmente los efectos

Lo primero que hay que resolver es cómo afecta la subida de los impuestos al equilibrio del mercado de bienes, es decir, cómo afecta a la curva IS. Representemos en el siguiente gráfico la curva IS correspondiente al equilibrio en el mercado de bienes antes de la subida de los impuestos. Si tomamos un punto cualquiera, por ejemplo A, de esta curva IS. Teniendo en cuenta la forma en que se construye la curva IS, el producto Ya y el correspondiente tipo de interés ia son tales que la oferta de bienes es igual a la demanda de bienes. i LM

A

ia ib

B

IS IS*

Yb Ya

Y

Gráfico 4.b. Efectos de una subida de impuestos sobre la curva IS junto con la LM

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Ahora preguntémonos qué ocurre con el producto al tipo de interés ia, si suben los impuestos de T a T’. Como los individuos tienen menos renta disponible, la subida de los impuestos reduce el consumo y, a través del multiplicador, el producto. Por lo tanto, al tipo de interés ib, el producto disminuye de Ya a Yb. En términos más generales, a cualquier tipo de interés, una subida de los impuestos provoca una reducción del producto: la curva IS se desplaza hacia la izquierda de IS a IS* Veamos ahora qué le ocurre a la curva LM. El gráfico anterior representa la curva LM correspondiente al equilibrio de los mercados financieros antes de la subida de los impuestos. Supongamos un punto arbitrario D, de esta curva LM. Teniendo en cuenta la forma en que se construye la curva LM, el tipo de interés id y la renta Yd son tales que la oferta monetaria es igual a la demanda de dinero. Entonces ¿qué le ocurre a la curva LM cuando suben los impuestos? Nada. Dado el nivel de renta YD, el tipo de interés al que la oferta monetaria es igual a la demanda de dinero es el mismo que antes, a saber, id. En otras palabras, como los impuestos no aparecen en la relación LM, no afectan a la condición de equilibrio. Téngase en cuenta el principio general: una curva se desplaza en respuesta a una variación de una variable exógena únicamente si ésta aparece directamente en la ecuación representada por esa curva. Los impuestos entran en la relación IS, por lo que la curva IS se desplaza. Pero no entran en la relación LM, por lo que dicha curva no se desplaza. Consideremos ahora el segundo paso, que es la determinación del equilibrio. Supongamos que el equilibrio se encuentra inicialmente en el punto A del gráfico anterior, es decir en la intersección de la curva IS inicial y la LM. Tras la subida de los impuestos, la curva IS se desplaza hacia la izquierda y el nuevo equilibrio se encuentra en la intersección de la nueva curva IS y la LM que no ha variado, es decir el punto B. El producto disminuye de Ya a Yb. El tipo de interés baja de ia a ib. Por lo tanto, cuando la curva IS se desplaza, la economía se mueve a lo largo de la curva LM de A a B. La razón por la que se hace hincapié en estas palabras se encuentra en que siempre es importante distinguir entre los desplazamientos de las curvas (en este caso de la curva IS) y los movimientos a lo largo de una curva (en este caso de la LM). El tercer y último paso es describir verbalmente el proceso: la subida de los impuestos provoca una reducción de la renta disponible, lo que lleva a los individuos a consumir menos. El resultado a través del efecto multiplicador es una disminución del producto y de la renta, la cual reduce la demanda de dinero y provoca un descenso del tipo de interés. Este descenso atenúa, pero no anula totalmente, el efecto que produce la subida de los impuestos en la demanda de bienes. Pero como consecuencia del descenso del tipo de interés, que fomenta la inversión, la reducción de la actividad se detiene en el punto B. ¿Qué ocurre con los componentes de la demanda? Por hipótesis el gasto público no varía, hemos supuesto que la consolidación fiscal se produce por medio de una subida de los impuestos. No cabe duda que el consumo disminuye, tanto porque suben los impuestos como porque disminuye la renta.

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Pero ¿qué ocurre con la inversión? Por una parte, la reducción del producto significa una reducción de las ventas y de la inversión. Por otra, el descenso del tipo de interés provoca un aumento de la inversión. Sin disponer de más información sobre la forma exacta de la relación de inversión, la ecuación que describe su comportamiento no puede decirnos qué efecto predomina. Si la inversión depende sólo del tipo de interés estamos seguros de que aumentará, pero si también fuera sensible a la renta entonces el efecto positivo se verá contrarrestado. Una reducción del déficit presupuestario no provoca necesariamente un aumento de la inversión, quedando así indeterminado el efecto sobre la inversión. Un caso especial, el aumento del gasto del gobierno y el efecto desplazamiento Supongamos que el gobierno se propone un programa de obras públicas que exige un aumento importante del gasto. Con una tasa de interés dada, la demanda en el mercado de bienes aumenta, lo que desplaza la curva IS hacia la derecha. Si quisiéramos medir cuantitativamente el aumento en el ingreso provocado por el incremento en el gasto público, a éste último deberíamos multiplicarlo por el multiplicador: k=1/(1-c1) Si esto fuera todo, el nuevo equilibrio estaría en el punto B, con un incremento en la demanda agregada dado por la variación del gasto del gobierno multiplicado por k.

Gráfico 4.c. El modelo IS-LM con un aumento en el gasto.

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Según el gráfico el punto B no es un punto de equilibrio, ya que en ese punto hay un exceso de demanda por saldos monetarios reales. En otras palabras, con una cantidad real de dinero constante (M/P), un aumento del producto debe ir acompañado de un alza del tipo de interés. De lo contrario, las unidades domésticas se encontrarán con que sus saldos monetarios reales les resultarán insuficientes. En particular, al considerar un mayor nivel de producto en el punto B, las familias tratarán de convertir sus tenencias de bonos en saldos monetarios reales, porque desearán dinero para respaldar un mayor nivel de transacciones. Sin embargo, a medida que las unidades domésticas intenten vender bonos y aumentar sus saldos monetarios reales, el precio de los bonos bajará y, por lo tanto, el tipo de interés sube (recuerde la relación inversa establecida entre el precio de los bonos y el tipo de interés). El aumento del tipo de interés ayuda a eliminar el exceso de demanda de saldos monetarios reales a través de dos vías: primero por medio de una reducción de la demanda familiar de dinero, esto es, disuade a las familias de mantener su riqueza en forma de dinero; y segundo, bajando la demanda agregada desde el nivel que alcanzó en el punto B. En efecto, el tipo de interés sigue subiendo hasta que se agota el exceso de demanda de dinero, lo que termina ocurriendo en el punto C del gráfico, en la intersección de la nueva curva IS y de la LM. Como conclusión el aumento de G ha generado un aumento en la demanda agregada global, pero de magnitud menor que la que determinaría el multiplicador keynesiano simple. Uno de los efectos del aumento del gasto fiscal es el alza del tipo de interés, que tiene a reducir la inversión y el consumo privado. Al efecto amortiguador de los mayores tipos de interés sobre el consumo y la inversión que es provocado por el incremento del gasto de gobierno se lo conoce como efecto desplazamiento (crowding out) porque el aumento de G, en definitiva, ‘desplaza’ al gasto privado. Sin embargo, el efecto es sólo parcial dado que la demanda agregada total aumenta a pesar del efecto negativo que constituye el alza del tipo de interés sobre el gasto privado. La política monetaria, la actividad económica y el tipo de interés Un aumento de la oferta monetaria se denomina expansión monetaria y una reducción, se denomina contracción o restricción monetaria. Tomemos el caso de una expansión monetaria. Supongamos que la autoridad monetaria eleva la cantidad nominal de dinero, M, por medio de una operación de mercado abierto. Dado nuestro supuesto de que el nivel de precios es fijo, este aumento provoca un aumento de la cantidad real de dinero, M/P, de la misma cuantía (en términos porcentuales). Representemos la oferta monetaria real inicial por medio de M/P y la nueva, más alta, por medio de M’/P y veamos cómo afecta el aumento de la oferta monetaria al producto y al tipo de interés.

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El primer paso consiste, de nuevo, en ver si se desplazan, y cómo, las curvas IS y LM. Veamos primero la curva IS. La oferta monetaria no afecta directamente ni a la oferta ni a la demanda de bienes. En otras palabras, M no aparece en la relación IS. Por lo tanto, una variación de M no desplaza la IS. Sin embargo, el dinero entra en la relación LM, por lo que la curva LM se desplaza cuando varía la oferta monetaria. Como hemos analizado un aumento del dinero desplaza la curva LM hacia la derecha: dado el nivel de renta, un aumento del dinero provoca una baja en la tasa de interés.

i LM LM* A

ia ib

B IS

Ya

Yb

Y

Gráfico 4.d. Una expansión monetaria en el modelo IS-LM

Una expansión del dinero desplaza la LM hacia la derecha y no afecta al a IS, en términos del gráfico hay un movimiento a lo largo de la curva IS y el equilibrio se traslada del punto A al B. El producto aumenta de Ya a Yb y el tipo de interés desciende de ia a ib. El aumento del dinero provoca una reducción del tipo de interés, la cual da lugar a un aumento de la inversión y, a través del multiplicador, a un incremento de la demanda y del producto. Veamos qué ocurre exactamente con los distintos componentes de la demanda: al aumentar la renta y no variar los impuestos, el consumo aumenta; al aumentar las ventas y bajar el tipo de interés, la inversión también aumenta inequívocamente. Por lo tanto una expansión monetaria es más favorable para la inversión que una expansión fiscal, pero no debemos olvidar que estamos trabajando bajo el supuesto simplificador de que los precios son constantes. En capítulos posteriores veremos qué sucede si los precios no son constantes.

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Combinación de políticas económicas Hemos analizado las políticas monetaria y fiscal por separado. En la práctica suele aplicarse una combinación de ambas, es decir se aplican conjuntamente. La combinación de medidas monetarias y fiscales se denomina combinación de políticas monetaria y fiscal o combinación de políticas.

4.3. Supuestos clásico y keynesiano para la demanda de dinero Hay casos especiales que son famosos dentro del análisis IS-LM por su importante influencia en el debate de la doctrina macroeconómica. Son los denominados como “caso clásico” y “trampa de la liquidez”. El Caso Clásico En el caso clásico, partimos de una curva LM perfectamente vertical. Éste es el caso en el que la demanda de dinero es insensible a la tasa de interés, es decir, la velocidad de circulación del dinero es constante. El caso clásico está desarrollado sobre la base de la Teoría Cuantitativa del Dinero, por la cual, según lo dicho anteriormente, la demanda de saldos monetarios depende solamente de las transacciones. En este caso, una expansión fiscal no tiene ningún efecto en la demanda agregada. Por el contrario, un movimiento hacia la derecha de la IS sólo provoca un aumento de la tasa de interés, sin ningún efecto sobre la demanda de productos. En otras palabras, existe sólo un nivel de demanda agregada coherente con el equilibrio del mercado monetario.

i

LM

i1

io IS* IS Yo Y Gráfico 4.e. LM vertical o Caso Clásico

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Una expansión fiscal en presencia de una LM vertical, produce un efecto desplazamiento total o pleno, en contraposición con el efecto desplazamiento parcial que ocurre cuando la función LM tiene la forma ‘normal’ con pendiente positiva. Si bien el nivel total de la demanda agregada no cambia en este caso, la composición de la demanda agregada varía de manera fundamental. El incremento del gasto de gobierno es ahora de la misma magnitud que las reducciones combinadas del consumo privado y la inversión privada. Obsérvese también que cuando la curva LM es vertical, la política monetaria es muy eficaz para desplazar la demanda agregada. Un aumento de la oferta monetaria, representado por un desplazamiento hacia la derecha de la curva LM, tiene un importante efecto, ya que reduce los tipos de interés y provoca un aumento de la demanda de dinero. Se suele asociar la creencia de que la curva LM es vertical con una forma cruda de la corriente monetarista, la cual subraya la enorme importancia de la oferta monetaria nominal en la determinación del nivel de demanda agregada nominal. Si la velocidad de circulación es constante, la ecuación de demanda de dinero: M·V= P·T donde: M: Oferta monetaria V: velocidad de circulación del dinero P: nivel de precios T: Nivel de transacciones o nivel de producto. La anterior expresión puede interpretarse como si la oferta monetaria M fuera el único determinante de la demanda agregada nominal PT Si la velocidad y el nivel de precios están fijos, entonces el saldo monetario nominal M determina el nivel de producto real de acuerdo con la ecuación simple de la demanda de dinero: M/P . V = T

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La Trampa de Liquidez El segundo caso extremo, sugerido por J.M. Keynes, es el caso de una función LM horizontal. En esta situación, la demanda de dinero es infinitamente sensible o elástica con respecto al tipo de interés que es coherente con el mercado monetario. En esta situación, la política fiscal tiene un poderoso efecto sobre la demanda agregada. Por otro lado la política monetaria no tiene ningún efecto sobre la economía porque el tipo de interés está fijo y una expansión monetaria no puede reducirlo. Podría existir una LM plana cuando las tasas de interés fueran muy bajas. En esas circunstancias, las personas pueden sentir que el coste de oportunidad de mantener dinero es muy bajo y podrían optar por mantener su dinero en forma de billetes y monedas ante cualquier incremento de la oferta monetaria, esto es, mantener sus recursos en forma ‘líquida’. Los economistas describimos esa situación, en donde la curva LM es horizontal, como la trampa de la liquidez, este caso se ilustra en el siguiente gráfico:

i

io

LM IS Yo

IS* Y1

Y

Gráfico 4.d. La trampa de la liquidez La trampa de la liquidez que acabamos de analizar fue una construcción de John Maynard Keynes para argumentar por qué la política monetaria por sí sola no podía haber sacado al mundo de la Gran Depresión, dado que las tasas de interés de la época eran muy bajas y las personas simplemente se quedarían con el dinero extra. Por eso ante las circunstancias antes descritas, Keynes fue partidario de una política fiscal activa.

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A través del tiempo se siguió enseñando la trampa de la liquidez, pero llegó a verse como una curiosidad intelectual. Sin embargo, esto cambió durante la crisis asiática de los años noventa: durante 1998 y 1999 las tasas de interés de Japón bajaron una y otra vez hasta llegar cerca del 0%, mientras la economía atravesaba por una recesión. Paul Krugman, economista del MIT (Massachussets Institute of Technology), en una serie de artículos argumentó que Japón estaba viviendo algo similar a una trampa de la liquidez. Las políticas que se aplicarían para sacar al país de la recesión dependerían de manera crucial del diagnóstico de la enfermedad y la recuperación japonesa era importante para la salud económica de todo el mundo. En apariencia, Japón efectivamente parecía estar atrapado en la trampa de la liquidez: con tasas de interés nominales cercanas a cero, la política monetaria parecía haber perdido su eficacia para lograr que la economía se expandiera. Sin embargo, Krugman y otros seguían pidiendo aumentos de la oferta monetaria en Japón. Según ellos, aunque la tasa de interés nominal era casi cero, la tasa de interés real (la tasa de interés nominal menos la tasa de inflación) era positiva y bastante alta, puesto que el nivel de precios del país estaba cayendo. El problema no era, estrictamente, que la política monetaria hubiera perdido su eficacia, sino que la política monetaria era en realidad demasiado restrictiva, y esto provocaba una deflación (caída de los precios) en la economía japonesa. Aun con tasas de interés casi nulas, una expansión monetaria provocaría una depreciación del yen y aumentaría la inflación, con lo que reduciría la tasa de interés real y estimularía la demanda agregada. La recomendación de política, entonces, fue un aumento concertado de la oferta monetaria con el objeto de incrementar la tasa de inflación o al menos para detener la caída de los precios, reducir la tasa de interés real, aumentando así la demanda agregada y el producto.

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5. La Macroeconomía de una economía abierta 5.1. Las razones económicas del comercio internacional. La ventaja comparativa El análisis del comercio internacional se diferencia de las economías autosuficientes en dos aspectos. Como primer punto el comercio internacional implica la realización de intercambio entre los países. El segundo punto que introduce es el análisis del tipo de cambio. En el fondo de las cuestiones económicas internacionales de hoy se encuentran el proteccionismo y la diversidad de monedas nacionales. Una economía que participa en el comercio internacional se denomina economía abierta. A los países en general, les resulta beneficioso participar del comercio internacional por una diversidad de razones, a saber: •

Por las diferencias regionales respecto a las condiciones de producción.



Por los costes decrecientes de producción.



Por las diferencias de gustos.

Así, una de las razones por las que existe el comercio son las diferencias que existen entre los países respecto a sus posibilidades productivas. En segundo lugar, existe comercio cuando hay rendimientos crecientes a escala en la producción de gran escala. Muchos procesos industriales disfrutan de economías de escala, es decir, tienden a tener menores costes medios de producción conforme aumenta la cantidad producida. Los ejemplos de costes decrecientes ayudan a explicar el abundante comercio intraindustrial que existe entre algunos países desarrollados en áreas como automóviles, computadoras, acero, y otros productos manufacturados. Finalmente, la tercera causa del comercio se encuentra en las preferencias. Incluso aunque las condiciones de producción fueran idénticas en todas las regiones, los países se dedicarían al comercio si tuviesen gustos distintos. Estas son algunas razones que explican el comercio internacional, que están ligadas sobre todo al sentido común, pero hay un principio que subyace a todo el comercio, es el principio de la ventaja comparativa: un país puede comerciar incluso aunque sea, en términos absolutos, más eficiente (o más ineficiente) en la producción de todos los bienes.

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El principio de la ventaja comparativa establece que cada país se especializará en la producción y la exportación de los bienes que puede producir con un coste relativa o comparativamente bajo (en los cuales es relativamente más eficiente que los demás) e importará los bienes que produzcan con un coste relativamente elevado (en los cuales es relativamente menos eficiente que los demás). Este principio constituye la base del comercio internacional. Este principio explica por qué se especializan los países en determinadas mercancías. El patrón más eficiente y productivo de especialización es que los individuos o los países se especialicen en las actividades en las que sean en términos relativos o comparativos más eficientes que otros, este patrón eficiente de especialización puede suponer que los individuos o los países se especialicen en áreas en las que sean en términos absolutos menos eficientes que otros; e incluso aunque los individuos o los países sean en términos absolutos menos o más eficientes que otros, todas y cada una de las personas y de los países tendrán una clara ventaja comparativa en unos bienes y una clara desventaja comparativa en otros. Podemos ejemplificar los principios fundamentales del comercio internacional examinando el caso de América y Europa hace cien años. Si el trabajo (o los recursos en términos generales) es en términos absolutos más productivo en América que en Europa, significa que América no importará nada? Será lógico suponer que Europa tendrá que proteger sus mercados con aranceles y contingentes? Este análisis fue desarrollado por primera vez por el economista inglés David Ricardo, quien en 1817 ofreció una prueba en el sentido que la especialización internacional beneficiaba a los países, y llamó al resultado ley de la ventaja comparativa. Ricardo utilizó dos países y dos bienes y decidió medir todos los costes en horas de trabajo. Veremos un ejemplo respecto de dos bienes alimentos y vestido en dos países EE.UU. y Alemania. El siguiente cuadro muestra el principio de la ventaja comparativa: Cantidad de trabajo necesario para producir alimento y vestido en EE.UU. y Alemania (en horas de trabajo) Bien EE.UU. Alemania 1 unidad de alimento 1 hora 3 horas 1 unidad de vestido

2 horas

4 horas

Cuadro 5.a. Las ventajas comparativas

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En EE.UU. se necesita 1 hora de trabajo para producir una unidad de alimentos, mientras que una de vestido cuesta 2 horas de trabajo. En Alemania, el coste es de 3 horas de trabajo en el caso de los alimentos y de 4 en el de vestido. Vemos que EE.UU. tiene una ventaja absoluta en ambos bienes, pues puede producirlos con una diferencia absoluta mayor que Alemania. Sin embargo, tiene una ventaja comparativa en los alimentos, mientras que Alemania tiene una ventaja comparativa en el vestido, ya que los alimentos son relativamente baratos en EE.UU. y el vestido es relativamente menos caro en Alemania. Partiendo de estos hechos, Ricardo demostró que ambos países se beneficiaban del comercio si se especializaban en las áreas en las que tenían una ventaja comparativa, es decir, si EE.UU. se especializaba en la producción de alimentos y Alemania en la de vestido. En esta situación, EE.UU. exportaría alimentos para pagar el vestido alemán y Alemania exportaría vestido para pagar los alimentos norteamericanos. Para analizar los efectos del comercio y las ventajas de especializarse en las áreas de ventaja comparativa, debemos medir las cantidades de alimentos y de vestido que se producirían y consumirían en cada país: a) Si no hubiera comercio internacional b) Si hubiera libre comercio y cada país se especializara en el área en la que tuviera una ventaja comparativa. ¿Qué pasaría si no hubiera comercio internacional? Según el cuadro anterior vemos que el salario real del trabajador norteamericano por una hora de trabajo es una unidad de alimentos o ½ de vestido. El trabajador alemán se encuentra en una situación peor ya que, sin comercio, sólo obtiene ? de unidad de alimentos o ¼ de unidad de vestido por hora de trabajo. Si hubiera competencia perfecta en cada región aislada, los precios de los alimentos y del vestido serían diferentes en los dos lugares debido a la diferencia entre sus costes de producción. En EE.UU, el vestido sería dos veces más caro que los alimentos, ya que su producción costaría el doble de trabajo. En Alemania el vestido sólo costaría 4/3 de lo que costarían los alimentos. Supongamos ahora que el comercio puede desarrollarse sin trabas y supongamos que no hay costes de transporte. En este caso, los bienes fluirían de la región de precios bajos a la de precios altos. De hecho, al no haber costes de transporte, deberían igualarse todos los precios en las dos regiones, por lo tanto los alimentos se venderían al mismo precio en todas partes y lo mismo ocurriría con el vestido. ¿Cuál es el flujo de bienes cuando se abre el comercio?. El vestido es relativamente más caro en EE.UU. y los alimentos en Alemania. Dados estos precios relativos, al no haber ni aranceles ni costes de transporte, se envían alimentos de EE.UU. a Alemania y vestido de Alemania a EE.UU.

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Al entrar vestido alemán en el mercado norteamericano, los fabricantes americanos de vestido observan que bajan los precios y disminuyen los benéficos, por lo que comienzan a cerrar sus fábricas. En Alemania ocurre lo contrario: los agricultores alemanes observan que los precios de los alimentos comienzan a bajar cuando los productos norteamericanos entran en el mercado alemán, sufren pérdidas, algunos quiebran y se retiran recursos de la agricultura. Una vez producidos todos los ajustes para adaptarse al comercio internacional, observamos que los precios del vestido y de los alimentos se igualan en Alemania y en EE.UU. Sin una mayor información no podemos saber en qué nivel se igualan, pero sí sabemos que los precios relativos de los alimentos y el vestido deben encontrase entre la relación de precios alemana (que es de ¾ si consideramos el cociente entre el precio de los alimentos y el del vestido) y la norteamericana (que es de ½) Supongamos que la relación final de precios es de 2/3, por lo que se intercambian 2 unidades de vestido por 3 de alimentos. Para facilitar el análisis, medimos los precios en euros y suponemos que en condiciones de libre comercio el precio de los alimentos es de 2 € por unidad y el del vestido es de 3 €. Por otra parte las regiones modifican sus actividades productivas, EE.UU. desvía recursos del vestido e invierte en alimentos, mientras que Alemania reduce su sector agrícola y expande su fabricación de vestido. En condiciones de libre comercio, los países encauzan su producción hacia las áreas en las que tienen ventaja comparativa. Ahora bien, ¿cómo afecta a las dos regiones su incorporación al comercio internacional? EE.UU. en su conjunto sale ganando por el hecho de que el vestido importado cueste menos que el producido en el país. Del mismo modo, Alemania sale ganando si se especializa en la producción de vestido y obtiene alimentos más baratos importándolos que produciéndolos en el país. La manera más fácil de averiguar las ganancias derivadas del comercio internacional es calcular la influencia de éste en el salario real de los trabajadores. Los salarios reales se miden en la cantidad de bienes y servicios que puede comprar un trabajador con la remuneración que percibe por hora de trabajo. A partir de los datos del cuadro anterior, vemos que los salarios reales son mayores después del comercio, tanto para Alemania como para EE.UU. Supongamos que cada trabajador compra una unidad de vestido y una de alimentos. Antes del comercio, este conjunto de bienes le costaba a un trabajador norteamericano 3 horas de trabajo y a uno alemán 7 horas. Una vez establecido el comercio (recuérdese que el precio del vestido era de 3 € por unidad y el de los alimentos 2 €). Un trabajador norteamericano debe seguir trabajando una hora para comprar una unidad de alimentos pero a la relación de precios de 2 a 3, el trabajador norteamericano sólo necesita trabajar 1 ½ horas para producir suficiente para comprar una unidad de vestido europeo. Por lo tanto, la combinación de bienes le cuesta la trabajador estadounidense 2 ½ horas de trabajo cuando se permite el comercio, lo que representa un aumento del salario real del trabajador norteamericano.

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En lo que respecta al trabajador alemán una unidad de vestido cuesta cuatro horas de trabajo en condiciones de libre comercio, pues el vestido se produce en el interior. Sin embargo, para obtener una unidad de alimentos el trabajador alemán sólo necesita producir 2/3 de una unidad de vestido (lo que requiere 2/3 x 4 horas de trabajo) e intercambiarlos por una unidad de alimentos norteamericanos. El trabajo alemán total necesario para obtener la combinación de bienes de consumo es entonces, 4 + 2 2/3 = 6 2/3, lo que representa un aumento de los salarios reales de un 5% aproximadamente en relación con la situación en la que no hay comercio. En síntesis, cuando se abre el comercio y cada país se concentra en el área en la que tiene una ventaja comparativa, mejora la situación de todo el mundo. Los trabajadores de todas las regiones pueden obtener una cantidad mayor de bienes de consumo a cambio de la misma cantidad de trabajo cuando la población se especializa en las áreas en las que tiene una ventaja comparativa e intercambia su propia producción por bienes en los que tiene una desventaja relativa. Cuando se abren las fronteras al comercio aumenta la renta nacional de todos y cada uno de los países que intervienen. Las conclusiones de la teoría de la ventaja comparativa se hacen extensivas a cualquier número de países y de mercancías. También puede generalizarse para abordar los casos en que hay muchos factores, en que varían las proporciones de factores y hay rendimientos decrecientes. Pero la ventaja comparativa tiene sus limitaciones. Su principal defecto se encuentra en sus supuestos clásicos, pues supone que la economía funciona fluidamente, que los precios y los salarios son flexibles y que no hay desempleo involuntario. Si estos supuesto no se cumplieran, seguiría siendo válida la teoría de la ventaja comparativa. En estos casos el comercio podría muy bien desplazar a un país a puntos situados por debajo de sus posibilidades de producción, al aumentar el desempleo y disminuir su producto nacional, desaparecerían las ganancias derivadas del comercio y fracasaría la teoría de la ventaja comparativa. Teniendo en cuenta esta consideración, es lógico que la teoría de la ventaja comparativa pierda vigencia en períodos de grandes perturbaciones económicas. Durante la Gran Depresión de finales de los años veinte, al aumentar el desempleo y disminuir la producción real, los países levantaron grandes muros arancelarios en sus fronteras, por lo que el volumen de comercio exterior disminuyó notablemente. La ventaja comparativa recuperó su prestigio en el período posterior a la 2ª Guerra Mundial, debido a que la integración económica de los países industriales modernos condujo a un período de crecimiento económico sin precedentes. Pero en todas las recesiones, el trabajo y el capital subutilizados presionan para que se protejan sus mercados de la competencia extranjera. Estas épocas de la Historia nos recuerdan que la teoría clásica de la ventaja comparativa sólo es estrictamente válida cuando los tipos de cambio, los precios y los salarios son adecuados y cuando la política macroeconómica elimina los grandes ciclos económicos o las perturbaciones comerciales del panorama económico.

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La teoría de la ventaja comparativa, a pesar de sus limitaciones, encierra una importante parte de verdad: el país que no tiene en cuenta la ventaja comparativa corre el riesgo de pagar alto precio en nivel de vida y crecimiento económico.

5.2. Los aranceles y otros obstáculos al libre comercio Hasta aquí hemos analizado los efectos del libre comercio y lo hemos comparado con la ausencia de comercio; ahora veremos con más detalle cuáles son los efectos de los aranceles, que son los impuestos que se recaudan sobre las importaciones y los contingentes, que son las restricciones cuantitativas a las importaciones. Uno de los efectos de las restricciones al comercio internacional se deduce de lo expuesto hasta ahora. Sabemos que el comercio exterior beneficia a un país en relación con la situación en la que no hay comercio. Por lo tanto, un arancel o un contingente prohibitivo, es decir un arancel o un contingente que sea suficientemente riguroso como para impedir todo el comercio exterior, perjudicaría inequívocamente a un país. Un arancel o un contingente muy riguroso, lejos de ayudar a los consumidores de un país reducen su renta real al encarecer las importaciones y hacer que el mundo en su conjunto sea menos productivo. El proteccionismo perjudica a los países porque la reducción del comercio internacional elimina la eficiencia inherente a la especialización y la división del trabajo. El comercio internacional está formado por más de dos países y dos mercancías pero los principios que hemos enunciado se pueden extender a situaciones más reales. Cuando los países producen una variedad de mercancías con costes constantes, éstas pueden ordenarse de acuerdo con la ventaja o coste comparativo de cada una.

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5.3. La Balanza de Pagos Hasta ahora hemos hablado del intercambio internacional como si los países comerciaran bienes por bienes, pero en realidad, el intercambio tanto nacional como internacional se realiza por medio de dinero y los flujos monetarios de entrada y salida de un país se miden por medio de su balanza de pagos. La balanza de pagos es el registro sistemático de todas las transacciones económicas entre un país y el resto del mundo, constituye el indicador global de los flujos de bienes, servicios y capital entre un país y el resto del mundo.

5.3.1 Estructura de la Balanza de Pagos La balanza de pagos se divide en la balanza por cuenta corriente y la balanza por cuenta capital y financiera como se puede apreciar en el cuadro 5.B. La balanza por cuenta corriente registra las compras y las ventas de bienes y servicios, y las transferencias unilaterales corrientes. Incluyen aquellas transacciones que dan lugar a una generación de renta en nuestro país, como las exportaciones, o en el exterior, las importaciones, y también aquellas transacciones que sin generar rentas dan lugar a una mayor o menor disponibilidad de renta para el gasto, esto es, las transferencias corrientes. La balanza por cuenta corriente comprende la cuenta de mercancías, la cuenta servicios, renta de los factores y la balanza de transferencias corrientes. La cuenta mercancías incluye los ingresos y pagos generados por los movimientos internacionales de mercancías. Son ingresos las exportaciones de bienes intermedios y finales, mientras que son pagos las importaciones de los mismos bienes. La cuenta servicios registra los monetarios debidos a servicios realizados por el país al resto del mundo, como los ingresos o exportaciones, o del resto del mundo al país en cuestión, pagos o importaciones. La cuenta renta de los factores (trabajo y capital) incluye las ganancias generadas por los activos poseídos en el extranjero menos los pagos realizados a otros países por los activos que poseen en el nuestro. La balanza de transferencias recoge los ingresos y pagos que se realizan sin contrapartidas (por ejemplo, donaciones, jubilaciones, etc.). La cuenta corriente mide el valor de los ingresos netos de un país derivados de las transacciones internacionales de bienes y servicios, con y sin contrapartida, y su saldo viene dado por la suma de sus ingresos netos con la suma de sus pagos. Dicho saldo refleja los desequilibrios existentes entre el valor de los bienes y servicios adquiridos del resto del mundo y los vendidos al exterior, más las transferencias corrientes netas.

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Cuando la cuenta corriente registra un déficit, sus gastos, derivados de la compra de bienes y servicios y de las transferencias superan a los ingresos. El saldo de la balanza por cuenta corriente, debe ser igual, pero de signo contrario, al saldo de la balanza por cuenta capital. ESTIMACIÓN DE LA BALANZA DE PAGOS Balanza por Cuenta corriente Mercancías Exportaciones FOB Importaciones FOB Servicios Exportaciones de servicios Importaciones de servicios Renta de los factores Renta de la inversión Intereses Ganados Pagados Utilidades y Dividendos Ganados Pagados Otras Rentas Transferencias corrientes Balanza por Cuenta de Capital Cuenta capital Activos no financieros no producidos Cuenta financiera Sector Bancario Banco Central Otras entidades financieras Sector Público no Financiero Gobierno Nacional Gobiernos Locales Empresas y otros Sector Privado No Financiero Errores y Omisiones Netos Variación de Reservas Internacionales Reservas Internacionales del Bco. Central Ajuste por tipo de pase Asignación de DEGs Cuadro 5.B: Balance de Pagos

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Todas las transacciones internacionales incluidas en la balanza por cuenta corriente se liquidan y no tienen ningún tipo de implicación posterior. Las operaciones que tienen consecuencias en períodos posteriores que un país realiza con el resto del mundo se registran en la balanza por cuenta capital. La cuenta capital y financiera registra todos los movimientos de capitales públicos o privados reflejados en la balanza de pagos, ya sean movimientos a largo plazo, corto plazo o variaciones de reservas netas. La balanza por cuenta capital incluye las donaciones de bienes de capital. La cuenta financiera registra todos los movimientos de capital, real (Inversión Extranjera Directa) o financiero que son los créditos concedidos o recibidos por los particulares o los gobiernos de otros particulares u otros gobiernos extranjeros. Las reservas son las posesiones que tiene un país en divisas y otros activos que pueden utilizarse para satisfacer las demandas de divisas, y que sitúan al país como acreedor frente al exterior, ya que éstas representan activos frente al resto del mundo.

5.3.2. Equilibrio y desequilibrio entre la Cuenta Corriente y la Cuenta Capital Cuando un país tiene déficit o superávit varía su propiedad de activos exteriores. Los activos exteriores netos son la diferencia entre los activos exteriores que poseen los residentes nacionales y los activos nacionales que poseen los extranjeros. Por ejemplo, si la economía registra un déficit por cuenta corriente, para financiarlo cabe recurrir a alguna de las siguientes operaciones: -

Vender activos nacionales a residentes extranjeros, tales como acciones, propiedades, sociedades, etc.

-

Pedir prestado a bancos extranjeros

-

Vender activos exteriores que se posean en el extranjero

-

Perder reservas internacionales

Cualquiera de estas operaciones representa una caída en la posesión de activos exteriores netos y es la consecuencia de un déficit por cuenta corriente. Por el contrario si el país presenta un superávit por cuenta corriente significa que está pagando más en el extranjero de lo que compra y, por lo tanto, está experimentando un aumento de los activos exteriores netos.

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En el caso de la cuenta capital, ésta registra un superávit cuando el país obtiene más ingresos por la venta de activos al resto del mundo de los que se gasta comprando activos en el exterior. En este caso hay una entrada neta de capital. Por el contrario, cuando hay un déficit por cuenta capital tiene lugar una salida de capital y se da cuando se compran más activos al extranjero de los que los extranjeros adquieren. Por lo tanto la entrada neta de capital mide la magnitud del superávit de su cuenta capital y la salida de capitales es la magnitud de su déficit. Resulta útil analizar el saldo de la balanza de pagos como sigue: Saldo de la balanza de pagos = Saldo de la cuenta corriente + Saldo de la balanza por cuenta corriente = Variación de reservas internacionales. La variación neta de reservas es, pues, el saldo de la balanza de pagos. La balanza de pagos tiene un superávit cuando la cuenta corriente más la de capital y financiera presentan en conjunto un superávit y las divisas están aumentando, por lo que mejora la posición acreedora del país con relación al resto del mundo. El saldo positivo indica que el resto del mundo se ha endeudado con el país en ese período de tiempo en la misma cantidad que las reservas de oro y divisas del país han aumentado. Este aumento se anota en el lado de los pagos por necesidades de equilibrio contable. En el caso de un déficit, las divisas procedentes de las transacciones por cuenta corriente y por cuenta de capital y financiera están disminuyendo. Esta disminución de reservas refleja que el país se ha endeudado con el resto del mundo por la cantidad del déficit. La disminución de reservas se apunta en el lado de los ingresos también por necesidades de equilibrio contable. El banco central reduce sus reservas de divisas cuando la balanza de pagos tiene un déficit y las incrementa cuando éste presenta un superávit.

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5.4. El mercado de divisas y la determinación del tipo de cambio El tipo de cambio indica el precio de la moneda extranjera en términos de la nacional. Con el tipo de cambio se hace posible que el residente de un país compre un bien de origen extranjero y lo pague en moneda local, y cuando el productor reciba el pago, éste sea en moneda de su país. Los tipos de cambio nominales entre las monedas se expresan de dos formas: el número de unidades monetarias extranjeras que recibimos a cambio de una moneda nacional o el número de unidades de la moneda nacional que podemos obtener a cambio de una unidad de la moneda extranjera. El tipo de cambio nominal es el número de unidades de la moneda nacional que podemos obtener por una unidad de la moneda extranjera o en otras palabras, el precio de la moneda extranjera expresado en la moneda nacional y lo representamos por medio de E. Para entender cómo se determinan los tipos de cambio es necesario analizar el funcionamiento del mercado de divisas, que es aquel en el que se intercambian las monedas de los diferentes países y en el que se determinan los tipos de cambio. Las divisas se intercambian en muchos bancos y empresas especializadas en esa actividad. Haremos uso de las curvas de oferta y demanda para analizar cómo se determina el tipo de cambio en el mercado de divisas.

5.4.1 La determinación del tipo de cambio: la oferta y la demanda de divisas Si analizáramos, por ejemplo, la relación entre el dólar y el euro, esto nos determinará el tipo de cambio entre ambas monedas. Analizaremos en primer lugar la demanda de la moneda extranjera, en nuestro ejemplo el dólar. La demanda de dólares surge cuando los españoles necesitan dólares para comprar cualquier mercancía de origen americano, para pasar sus vacaciones en Estados Unidos, para contratar servicios de seguros de ese país. También pueden necesitar dólares aquellas empresas españolas que quieran adquirir activos norteamericanos o acciones de empresas del mismo origen. En síntesis se demandan divisas cuando se compran bienes, servicios y activos extranjeros.

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Euros/US $ (Tc)

Oferta de US $

Tc

Demanda de US $ Cantidad de divisas Gráfico 5.a: Mercado de dólares en Europa La curva de demanda, tiene pendiente negativa, cuyo eje de ordenadas representa el precio del dólar. La curva de demanda generalmente tiene pendiente negativa para indicar que conforme baja el precio del dólar, los españoles tienden a querer comprar más bienes estadounidenses. ¿Qué hay detrás de la oferta de divisas? Los norteamericanos ofrecen dólares cuando importan bienes, servicios y activos. Es decir que los estadounidenses ofrecen dólares para pagar sus compras de bienes, servicios y activos financieros extranjeros. La curva de oferta del gráfico tiene pendiente positiva para indicar que cuando sube el valor del dólar, los residentes americanos desean comprar más bienes, servicios e inversiones extranjeras y, por tanto, ofrecen una mayor cantidad de dólares en el mercado de divisas. El equilibrio de la oferta y la demanda de divisas determina el tipo de cambio de una moneda. La oferta y la dema nda de dólares se interrelacionan en el mercado de divisas. Las fuerzas del mercado suben o bajan el tipo de cambio para equilibrar las entradas y salidas dólares, el precio se detiene en el tipo de cambio de equilibrio al que los dólares comprados voluntariamente son exactamente iguales a los vendidos de la misma manera. La variación de la oferta y la demanda de divisas provocaría, claro está, una modificación del tipo de cambio. Por ejemplo si disminuyeran las importaciones de bienes norteamericanos en Europa, entonces la demanda de dólares se contraería, lo que ocasionaría una disminución del tipo de cambio, es decir una apreciación del euro.

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Euros/US $ (Tc)

O (US $)

Tc Tc′ D (US $) Cantidad de divisas Gráfico 5.b. Desplazamiento de la demanda de divisas hacia la izquierda

Este cambio se representa como un desplazamiento hacia la izquierda de la demanda de divisas cuya consecuencia sería que por cada dólar habría que pagar una menor cantidad de euros, lo que implicaría una apreciación de la moneda europea frente a la estadounidense. Los mercados de divisas tienen un vocabulario especial. Por definición el descenso del valor de una moneda con respecto a otra u otras se denomina depreciación y el aumento de su valor apreciación. Se debe tener en cuenta que cuanta menos cantidad de una moneda haya que pagar para comprar otra, el valor de la misma esta aumentando y por lo tanto se aprecia y cuando esa cantidad es mayor, la moneda en cuestión pierde valor y por lo tanto se deprecia.

Tipo de cambio real Hasta aquí hemos hablado del tipo de cambio nominal, ahora introduciremos el tipo de cambio real, ¿qué es el tipo de cambio real? El tipo de cambio real refleja el precio relativo de todos los bienes producidos en España expresado en función de todos los bienes producidos en Estados Unidos. Si cada una de estas regiones produjera un solo bien, el procedimiento sería sencillo, pero esto no es así, de manera que hay que encontrar una manera de poder llegar a calcular el tipo de cambio real en un sistema donde los países producen una diversidad de mercancías.

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En lugar de analizar el precio de un bien, se utiliza un índice de precios en euros de todos los bienes producidos en España y un índice de precios de todos los bienes producidos en Estados Unidos. Eso es exactamente lo que hacen los deflactores del PIB: estos son por definición, índices de precios del conjunto de bienes y servicios finales que se producen en una economía. Por lo tanto sea P*, el deflactor del PIB de Estados Unidos y P el deflactor del PIB de España, (vamos a representar las variables extranjeras por medio de un asterisco y al tipo de cambio nominal entre el dólar y el euro lo denominaremos E). El precio de los bienes españoles en euros es P. Multiplicándolo por el tipo de cambio E, obtenemos el precio de los bienes españoles en dólares. EP*. El precio de los bienes americanos en dólares es P*. Por lo tanto, el tipo de cambio real, que es el precio de los bienes españoles expresado en bienes americano, que denominaremos ε viene dado por: ε = E P* / P El tipo de cambio real es muy importante ya que si bien la relación nominal entre dos monedas (en nuestro ejemplo el Dólar y el Euro) es una variable muy importante en el comercio internacional, la variación de los precios hace también fluctuar el comercio aunque no haya modificaciones en el tipo de cambio nominal. Veamos un ejemplo. Supongamos que la paridad Euro – Dólar sea de 1 a 1, o sea que por un dólar se pague un euro y viceversa. Imagine usted que es un productor de bicicletas que exporta a EE.UU. sus bicicletas a US$ 100 y a la vez las vende en el mercado europeo a euros 100, recibiendo competencia de las bicicletas norteamericanas que vienen a 100 dólares o sea a 100 euros. Ahora bien, bajo condiciones de ceteris paribus, supongamos que en España hay una inflación de 10% o sea que los precios de todos los bienes se incrementan en esa magnitud en la moneda local (el euro). Esto hará que usted, productor de bicicletas, deba vender la mismas un diez por ciento más caras en euros, o sea que las venderá a euros 110 mientras que la competencia que recibe de EE.UU. continuará vendiéndose a euros 100 y para peor sus bicicletas las ofertará a dólares 110 en Norteamérica, por lo cual usted y todos los productores de bienes de su país perderán capacidad para competir en los dos mercados con la consiguiente caída en las ventas y el nivel de empleo generado. Como se puede apreciar una modificación en el tipo de cambio real tiene un fuerte impacto sobre el comercio internacional y la producción de los países, pero sin que necesariamente se produzcan modificaciones en el tipo de cambio nominal. Se puede afirmar que todo lo que haga subir el valor de ε provoca una depreciación real, si aumentara P* o bajara P será solo real y si aumentara E será nominal y real. Mientras que una baja en el valor de ε implicará una apreciación real, que será también nominal si se produjera por una disminución de E y solo real por las correspondientes modificaciones en P* o P. Las variaciones del tipo de cambio real nos indican si los bienes extranjeros están volviéndose más o menos caros que los interiores.

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5.4.2 Tipos de cambio flexibles fijos y mixtos Una vez hemos analizado los principios que subyacen a la determinación del tipo de cambio en el mercado, examinaremos los distintos sistemas de tipos de cambio, que establece el conjunto de reglas, mecanismos e instituciones con los que se efectúan y se reciben los pagos de las transacciones que traspasan los límites nacionales. ¿Por qué hay un sistema de tipo de cambio? Porque los tipos de cambio influyen en la producción, en la inflación, en el comercio exterior y en muchos otros objetivos económicos fundamentales por lo que es natural que los gobiernos regulen los mercados de divisas en un intento de mejorar los resultados económicos internacionales. Al analizar el mercado de divisas cabe preguntarse cómo se determinan los tipos de cambio. En este sentido una primera consideración consiste en conocer el papel que realiza el Banco Central en el mercado de divisas. Un sistema de tipo de cambio es un conjunto de reglas que describen el papel del banco central en el mercado de divisas. Desde esta perspectiva, se identifican dos sistemas opuestos de tasas de cambio, los sistemas de tipos de cambio libres o flexibles y los sistemas de tipos de cambio fijos. Los tipos de cambio flexibles son aquellos que se determinan sin la intervención del banco central, los tipos de cambio fijos son los determinados rígidamente por el banco central. En la práctica los sistemas de tipos de cambio raramente se encuentran en uno de los dos extremos citados. Debe tenerse en cuenta que el tipo de cambio es el precio clave que relaciona una economía con el resto del mundo, por lo que su determinación es necesariamente un tema complejo en el que no es frecuente adoptar posturas extremas. El sistema de tipo de cambio fijo es aquel en el que la relación entre la moneda local y la extranjera la determina la autoridad monetaria del país en cuestión. ¿Cómo fija un país su tipo de cambio? No puede limitarse a anunciar el tipo de cambio, debe arbitrar los medios que le permitan sostenerlo, los cuales son diversos, según las circunstancias por las que atraviesa un país. Puede fijarse mediante un mecanismo de convertibilidad, en el cual el banco central pasa a cumplir el rol de caja de conversión o mediante la intervención en la liquidación de divisas por parte de los exportadores, etc. El sistema de tipo de cambio flexible es aquel donde el libre juego de la oferta y la demanda de moneda extranjera establece la relación entre las monedas, sin que medie la intervención del banco central.

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Entre estos dos extremos se encuentra el sistema de tipo de cambio flotante. En estos casos el banco central fija un rango dentro del cual el tipo de cambio flota libremente, tal cual si fuera un sistema de tipo de cambio flexible, si las fuerzas del mercado lo llevasen fuera del rango permitido, el banco central interviene, de manera que logra que vuelva a la banda especificada.

5.5. Los efectos de las políticas monetaria y fiscal con cada tipo de cambio Modelo de demanda agregada con economía abierta Hemos trabajado en el análisis del modelo IS-LM y en la aplicación de políticas suponiendo que la economía era cerrada; con la introducción de las relaciones entre las economías se modifican algunas cuestiones relacionadas con el modelo analizado. Hasta el momento no fue necesario distinguir entre la demanda nacional de bienes y la demanda de bienes interiores, eran lo mismo. Ahora la distinción resulta importante. Una parte de la demanda nacional corresponde a bienes extranjeros y una parte de la demanda de bienes interiores tiene su origen el resto del mundo. En una economía abierta la demanda de bienes interiores es: Z≡ C + I + G + X - ε M La suma de los tres primeros términos constituye la demanda nacional de bienes. Si la economía fuera cerrada sería también la demanda de bienes interiores. Ahora es necesario realizar dos ajustes. Debemos restar las importaciones, es decir, la parte de la demanda nacional que recae en los bienes extranjeros. En este caso hay que tener presente que los bienes extranjeros no son iguales a los bienes interiores, por lo que no se puede restar simplemente la cantidad de importaciones M, primero debe expresarse el valor de las importaciones en bienes interiores. Eso es lo que representa ε M en la ecuación anterior. Como ya hemos dicho ε representa el tipo de cambio real, es decir, el precio relativo de los bienes extranjeros expresado en bienes interiores. Por lo tanto ε M es el valor de las importaciones expresado en bienes interiores. A continuación debemos sumar las exportaciones, es decir, la demanda de bienes interiores que procede del resto del mundo y que la denotamos por medio de X. Una vez que hemos enumerado los componentes de la demanda, analizaremos sus determinantes. Si la economía es abierta quizá debamos considerar cambios en las relaciones analizadas con anterioridad respecto del consumo, la inversión y el gasto público. Por un lado ¿cómo se modificarían, en caso de hacerlo, las variables antes mencionadas por el hecho de analizar una apertura de la economía? Lo que decidan gastar

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los consumidores sigue dependiendo del ingreso y de su riqueza. Aunque el tipo de cambio real afecta sin duda a la composición del gasto de consumo de bienes interiores y extranjeros, no tendría por qué afectar el nivel global de consumo. Lo propio ocurre con la inversión, el tipo de cambio real puede influir en la decisión de las empresas de comprar máquinas interiores o extranjeras, pero no tiene por qué afectar la inversión total. Entonces podemos formalizar la relación de acuerdo a lo dicho hasta aquí: C (y – T) + I ( Y, r) + G Suponemos, entonces que el consumo depende de la renta disponible, la inversión depende del ingreso y de la tipo de interés real, y el gasto público sigue siendo exógeno. Ahora bien, ¿de qué depende la cantidad de importaciones M? Fundamentalmente del nivel global de la demanda nacional: cuanto mayor es la demanda nacional, mayor es la demanda de todos los bienes, tanto interiores como extranjeros. M también depende del tipo de cambio real, cuanto más alto es el precio de los bienes extranjeros en relación con los interiores, menor es la demanda relativa de bienes extranjeros y menor la cantidad de importaciones. Entonces:

M = M (Y , ε ) (+) (-)

Las importaciones dependen de la renta, Y, un aumento de la renta provoca un incremento de las importaciones. Las importaciones también dependen del tipo de cambio real. Téngase en cuenta que el tipo de cambio real expresa el precio relativo de los bienes extranjeros expresado en bienes interiores. Una subida del tipo de cambio real encarece relativamente los bienes extranjeros y por lo tanto, provoca una reducción de la cantidad de importaciones M. Las exportaciones de un país son las importaciones de otro. Por lo tanto cuando se analizan las importaciones de un país podemos preguntarnos qué determina las exportaciones del otro país. Teniendo esto en cuenta las exportaciones dependen del ingreso del país que intenta adquirir los bienes y del precio relativo de los bienes del mismo lugar, es decir: X = X (Y* , ε ) (+) (+)

Y* es el nivel de producto o ingreso del resto del mundo. O sea, de la economía que realiza la compra.

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Un incremento del ingreso extranjero provoca un aumento de la demanda extranjera de todos los bienes, parte de la cual recae en los bienes de la economía que analizamos, provocando así un aumento de las exportaciones de dicho país. Respecto del tipo de cambio real, un aumento de ε, implica una subida del precio relativo de los bienes extranjeros expresado en bienes interiores, esto hace que los interiores sean relativamente más atractivos y, por lo tanto provoca un aumento de las exportaciones. Podemos intentar sintetizar lo que hemos explicado hasta aquí en un gráfico, suponiendo que todas las demás variables que influyen en la demanda, permanecen constantes, como por ejemplo: el tipo de interés, los impuestos, el gasto público, el ingreso extranjero y el tipo de cambio real.

DA

D B (X)

A

ε (M)

Ye

Y

Gráfico 5.c: la obtención de a demanda de bienes interiores.

Suponemos que la línea D representa la demanda nacional de una economía cerrada, es decir la suma del consumo, la inversión y el gasto público. Recordemos de nuestro modelo anterior que la pendiente de esta curva es positiva pero menor que la unidad, es decir, un aumento del producto, eleva la demanda, pero en una cuantía inferior a dicha cantidad. Para llegar, a partir de la demanda nacional, a la demanda de bienes interiores, debemos restar las importaciones. Así obtenemos la curva A, la distancia entre D y A es igual al valor de las importaciones, es decir a ε M. Como sabemos que cuanto mayor es el ingreso ma yor será la cantidad de importaciones, la distancia entre las dos curvas será cada vez mayor. Vemos que la curva A es más plana que la curva D, cuando aumenta la renta, parte de la

105

demanda nacional adicional es una demanda de bienes extranjeros y no de bienes interiores. Por lo tanto, cuando aumenta la renta, la demanda nacional de bienes interiores aumenta menos que la demanda nacional total. En segundo lugar, en la medida en que parte de la demanda adicional sea una demanda de bienes interiores, A tiene pendiente positiva, es decir, un incremento de la renta provoca cierto aumento de la demanda de bienes interiores. Por último, debemos sumar las exportaciones. De esa manera se obtiene la curva B, que se encuentra por encima de A. La distancia entre A y B son las exportaciones. Dado que éstas no dependen del ingreso local, la distancia entre ambas es constante, cualquiera sea el nivel de ingreso de la economía analizada. Teniendo en cuenta que A es más plana que D, en consecuencia B también lo es. Si las exportaciones son iguales a las importaciones (X - ε M = 0 el ingreso de equilibrio se mantendrá igual. Ahora analicemos como resulta el equilibrio en el mercado de bienes en nuestra economía abierta: Y ≡ C ( Y – T) + I (Y , r) + G + X (Y* , ε ) - M ( Y , ε ) (+) (+,-) (+,+) ( + , -) El consumo depende positivamente de la renta disponible, la inversión depende positivamente del ingreso y negativamente del tipo de interés real. El gasto público lo consideramos dado. Las exportaciones dependen positivamente del ingreso del resto del mundo y también del tipo de cambio real, y las importaciones dependen positivamente del ingreso local y negativamente del tipo de cambio real. La modificación respecto de nuestra demanda de economía cerrada se centra en el papel del tipo de cambio real. Un incremento del tipo de interés real provoca una reducción de la inversión y por lo tanto de la demanda de bienes interiores, lo cual reduce el producto a través del multiplicador, por otro lado un incremento del tipo de cambio real, una depreciación real, provoca un desplazamiento de la demanda hacia los bienes interiores y, por lo tanto, un aumento de las exportaciones así como también una reducción de las importaciones. Para simplificar el análisis supondremos que además de permanecer fijo el nivel interior de precios, también lo estará el nivel extranjero de precios. Según el anterior supuesto el tipo de cambio real y el nominal variarán de la misma forma, es decir que una depreciación nominal provoca una depreciación real de la misma magnitud. Si además suponemos, que vamos a elegir P y P* de tal forma que P*/P = 1, entonces ε = E. Por otro lado estamos suponiendo que el nivel de precios está dado, por lo tanto no existe inflación, de manera que los tipos de interés real y nominal son iguales por lo cual podemos rescribir la ecuación anterior como: Y ≡ C ( Y – T) + I (Y , i) + G + X (Y* , E) - M ( Y , E ) (+) (+,-) (+,+) ( + , -)

106

Es decir, que el producto depende tanto del tipo de interés nominal como del tipo de cambio nominal. Estas dos simplificaciones nos permitirán analizar con mayor grado de sencillez el mercado de bienes y el de dinero. Pasemos ahora a ver cómo resulta el equilibrio en el mercado de dinero cuando se abre la economía. Cuando analizábamos la economía cerrada suponíamos que la elección de los individuos se realizaba entre dinero y activos locales; ahora que la economía está abierta, la elección se amplía y la misma se realizará entre dinero, activos locales y extranjeros. La condición de equilibrio en el mercado de dinero la expresábamos de la siguiente manera: M/P = Y L (i) La oferta de dinero debe ser igual a la demanda del mismo. La oferta real de dinero la consideramos dada y la demanda depende del nivel de transacciones existente en la economía, que la obtenemos a través del ingreso real y del coste de oportunidad de mantener dinero en lugar del activo financiero que rinde un cierto interés, (tipo de interés nominal, i) (suponemos, para mayor sencillez que el activo local alternativo del dinero es un bono). Si la economía es abierta debemos analizar qué modificaciones introducir en nuestra condición de equilibrio del mercado de dinero. En una economía abierta, la demanda de dinero interior sigue siendo básicamente la misma. Proviene de los residentes interiores. En general no hay muchas razones para los extranjeros de mantener depósitos a la vista en moneda de otro país. No pueden usarlo para realizar transacciones en su país de residencia. Si su intención es mantener activos en moneda de otro país es preferible que tengan activos que rindan un interés, por ejemplo un bono, que pague un tipo de interés positivo. La demanda de dinero por parte de los residentes interiores sigue dependiendo de los mismos factores que antes: su nivel de transacciones, que obtenemos a través del producto interior y del coste de oportunidad de tener dinero, que es el tipo de interés nominal de los bonos. Por lo tanto podemos seguir utilizando la misma ecuación para determinar el tipo de interés nominal en una economía abierta. Este debe ser tal que iguale la oferta y la demanda de dinero. Un aumento de la oferta monetaria provoca una reducción del tipo de interés. Un aume nto de la demanda de dinero debido a, un incremento del producto provoca una subida del tipo de interés. Si es posible elegir entre bonos nacionales y bonos extranjeros es lógico suponer que los individuos se inclinarán a elegir aquellos que rindan la tasa más alta. En condiciones de equilibrio hay que tener tanto bonos nacionales como extranjeros, por lo tanto, ambos deben tener la misma tasa esperada de rendimiento.

107

Esto implica que debe cumplirse la siguiente relación de arbitraje

it = it* + 1 +

E te − E t Et

Esta ecuación que se denomina condición de paridad de los tipos de interés establece que el tipo de interés nacional i t, debe ser igual al extranjero i t* más la tasa esperada de depreciación. Vamos a suponer, por el momento que el tipo de cambio futuro o esperado está dado y suprimiremos los índices temporales, de manera que la condición se transforma en: it = i + 1 + * t

Ee − E E

Operando algebraicamente obtenemos que:

E=

Ee 1 + it − it*

Esta ecuación nos dice que hay una relación negativa entre el tipo de interés nominal local y el tipo de cambio. Dados el tipo de cambio esperado y el tipo de interés extranjero, una subida del tipo de interés local provoca una reducción del tipo de cambio y, por lo tanto, una apreciación. Lo contrario si se produce una reducción del tipo de interés nacional, provocará un incremento del tipo de cambio, es decir una depreciación. i

i′

E′

E

Gráfico 5.d: la relación de paridad de los tipos de interés.

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Bajo este modelo, vamos a ver por qué un aumento en el tipo de interés en EE.UU. provocará una apreciación del dólar: supongamos que tenemos dos países, Estados Unidos y España. Un aumento de la demanda de dólares sin duda provocará una apreciación de dicha moneda, tengan en cuenta que el aumento de dólares proviene de un intento de los inversores de aprovechar el incremento en los tipos de interés de Estados Unidos. Ahora, cuanto más se aprecie hoy el dólar, más esperarán los inversores que se deprecie en el futuro. Manteniéndose todo lo demás constante esto convierte a los bonos españoles en más atractivos, cuando se espera que el dólar se deprecie, una determinada tasa de rendimiento en euros significa una tasa de rendimiento más alta en dólares. Por lo tanto, la apreciación inicial del dólar debe ser tal que la futura depreciación esperada compense la subida del tipo de interés nacional.

Mercado de bienes, mercado de dinero, equilibrio conjunto El equilibrio en el mercado de bienes implica que el producto depende, entre otros factores, del tipo de interés y del tipo de cambio. Y ≡ C ( Y – T) + I (Y , i) + G + X (Y* , E) - M ( Y , E ) El tipo de interés depende a su vez de la igualdad entre la oferta y la demanda de dinero. M/P = Y L (i) La condición de paridad de los tipos de interés implica la existencia de una relación negativa como el tipo de interés nacional y el tipo de cambio.

E=

Ee 1 + it − it*

Estas relaciones determinan conjuntamente el producto, el tipo de interés y el tipo de cambio. Por razones de sencillez vamos a reducir las tres relaciones a dos utilizando la condición de paridad para eliminar el tipo de cambio de la relación de equilibrio en el mercado de bienes.

IS:

Y ≡ C ( Y – T) + I (Y , i) + G + X (Y* ,

Ee 1 + it − it*

)-M(Y,

Ee 1 + it − it*

)

LM: M/P = Y L (i) Ahora analicemos a través de la relación IS cuál es el efecto sobre el producto en una economía abierta de un incremento del tipo de interés.

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Si aumenta el tipo de interés provoca una reducción de la inversión y, por lo tanto, una caída de la demanda de bienes interiores. Este resultado ya estaba presente en el caso de una economía cerrada. El segundo efecto es nuevo y se da a través del tipo de cambio. Un aumento del tipo de interés local provoca una apreciación, ya que a esa tasa de interés superior ingresarán capitales del resto del mundo, incrementando la demanda de la moneda local y de esa manera se produce la apreciación nominal. Ésta a su vez encarece los bienes interiores, provocando una caída de las exportaciones y un aumento de las importaciones, lo cual provoca una caída de la demanda de bienes interiores. Los dos efectos operan en el mismo sentido, una subida del tipo de interés provoca una reducción de la demanda y vía efecto multiplicador una reducción del producto. El multiplicador es más pequeño que en la economía cerrada, debido a que una parte de la demanda se dirige hacia los bienes extranjeros y no solamente a los bienes interiores. Para entender la disminución del multiplicador se puede recordar como disminuye la pendiente de la curva de demanda agregada (Gráfico 5.c) al incluirse el efecto de las importaciones, por lo tanto el mismo efecto se produce al incrementarse la propensión a demandar bienes importados en la economía.

i

i LM

i*

IS Y*

Y

E*

E

Gráfico 5.e: El modelo IS LM, el tipo de interés y el tipo de cambio.

110

Políticas fiscal y expansiva en economía abierta con tipo de cambio flexible ¿Qué sucederá en esta economía abierta si aplicásemos, por ejemplo, una política fiscal expansiva? Supongamos que partimos de un equilibrio presupuestario. El gobierno decide ahora elevar su gasto y en consecuencia provoca un déficit en el presupuesto. ¿Qué es lo que sucederá con el nivel de producto y su composición, con el tipo de interés y con el tipo de cambio? i

i LM

i′

A′

i

A′

A

A IS′ IS

Y

Y

E′

E

E

Gráfico 5.f. Política fiscal expansiva en una economía abierta. La economía se encuentra inicialmente en equilibrio en el punto A. Un incremento del gasto público de G a G′ eleva el producto y por lo tanto desplaza la curva IS hacia la derecha de IS a IS′. Dado que el gasto público no participa en la relación LM, ésta no se ve afectada. El nuevo equilibrio se encuentra en A′, en el cual el nivel de producto es mayor y el tipo de interés es i′ más elevado que i. El incremento en el tipo de interés provoca una reducción en el tipo de cambio, pasando e E a E′ es decir una apreciación. Por lo tanto un incremento del gasto público provoca un aumento del producto, una subida del tipo de interés y una apreciación. ¿Cuáles son las vías por las que se produce? Un incremento en el gasto público provoca un aumento de la demanda, y por lo tanto, un aumento del producto. Al aumentar el producto, también aumenta la demanda de dinero, incrementando el tipo de interés, lo que aumenta el atractivo de los bonos nacionales, también provoca una apreciación de la moneda nacional. El incremento del tipo de interés y la apreciación de la moneda local reducen ambos la demanda de bienes interiores, operando en sentido contrario a lo que lo hizo el aumento del gasto sobre la demanda y el producto.

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¿Cuáles serían los efectos de una política monetaria expansiva? Veamos a continuación cuáles serían los efectos de un aumento de la cantidad de dinero en circulación. Si, dado el nivel de producto, se aumenta la cantidad de dinero desde M/P a M′/P esto provocará una disminución del tipo de interés, lo cual traerá aparejado un desplazamiento de la curva LM hacia abajo, en el gráfico 5.g desde LM hasta LM′. La curva IS no se verá afectada ya que el dinero no participa en la relación IS. El punto de equilibrio, que estaba originalmente en el punto A, se traslada al punto A′ i

i LM A

I i′

A′ IS Y

Y

E

E′

E

Gráfico 5.g. Efectos de una política monetaria expansiva Esta disminución en el tipo de interés provoca una depreciación nominal de la moneda local, pasando el tipo de cambio de E a E′. Es decir que una expansión monetaria provoca una baja del tipo de interés, lo que hace menos atractivos los bonos nacionales y motiva la venta de los mismos y a la vez una mayor demanda de divisas extranjeras para adquirir bonos del resto del mundo y por lo tanto una depreciación de la moneda local. La baja del tipo de interés y la depreciación contribuyen a incrementar la demanda interior y el producto. Al aumentar el producto, sube la demanda de dinero, lo que hace subir el tipo de interés, esto contrarresta en parte, el incremento inicial y parte de la depreciación inicial.

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Políticas fiscal y monetaria con tipo de cambio fijo Veamos finalmente qué sucedería con la aplicación de políticas macroeconómicas en función de si el régimen cambiario es fijo. Para ello, supongamos la misma política fiscal que analizamos en el caso de la economía con tipo de cambio flexible, es decir, un aumento del gasto público. Si la cantidad de dinero no variara, el aumento del gasto público vimos que provoca que la curva IS se desplace hacia la derecha motivando un aumento del producto, una subida del tipo de interés y una reducción del tipo de cambio, es decir una apreciación. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en un sistema de tipo de cambio fijo el banco central no puede permitir que el tipo de cambio se modifique. Si tiene lugar un aumento del producto, esto eleva la demanda de dinero, el banco central debe acomodar esta mayor demanda de dinero incrementando la oferta monetaria. Es decir el banco central debe provocar un aumento en la oferta de dinero (desplazar la LM hacia la derecha), a medida que la IS se vaya desplazando hacia la derecha, de manera que evitará que el tipo de interés y, por lo tanto, el tipo de cambio se modifiquen. i

i LM LM′ A

A′

i

IS

IS′

Y Y′ Y E E Gráfico 5.h. Efectos de una política fiscal expansiva en un tipo de cambio fijo. Como vemos la implementación de políticas fiscales en un sistema de tipo de cambio fijo tiene resultados diferentes que en un sistema de tipo de cambio flexible. En el caso del flexible el resultado es un aumento de la demanda, un aumento del tipo de interés y por lo tanto una apreciación, cuando el sistema de tipo de cambio es fijo, el banco central asume un compromiso de mantener el tipo de cambio, por lo tanto frente a un aumento en la demanda de dinero, no puede mantener la oferta constante. Para impedir que el tipo de interés local aumente, deberá elevar la oferta monetaria, acorde con el aumento de la demanda, con el objeto de que el tipo de interés permanezca igual. Es decir que en un sistema de tipo de cambio fijo, el banco central renuncia a la política monetaria como instrumento de política económica. Un tipo de cambio fijo implica un tipo de interés igual al tipo de interés extranjero (recuérdese la condición de paridad de los tipos de interés).

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6. La Oferta Agregada: el Mercado de Trabajo 6.1 El mercado de trabajo clásico Para la gran mayoría de las personas que habitan este mundo, el salario es la principal fuente de ingresos. Debido a su importancia el mercado de trabajo es un motivo permanente de polémica, conflicto y agitación. El trabajo es uno de los recursos productivos escasos de la sociedad, y la parte que se ocupa de su estudio es un área importante de la economía. Ésta se ocupa de estudiar la organización, el funcionamiento y los resultados de los mercados de trabajo, las decisiones de los participantes en él y las medidas relacionadas con el empleo y las remuneraciones de los recursos de trabajo. Por otro lado, como ya dijimos, la principal fuente de ingresos de la gran mayoría de los individuos proviene de los servicios de trabajo; por lo tanto, desde un punto de vista cuantitativo el trabajo es el recurso más importante con el que cuenta la economía. El mercado donde se compra y vende trabajo tiene características particulares que lo diferencian de los mercados donde se comercian bienes, dichas diferencias ameritan que el mercado de trabajo se analice de forma separada y distintiva del resto de los mercados. La complejidad de los mercados de trabajo nos lleva a redefinir los conceptos de oferta y demanda cuando se aplican a este campo. Por el lado de la oferta, los servicios que se ‘compran’ son inseparables del trabajador. Al trabajador le interesan, dada la cantidad de horas que permanece en su lugar de trabajo otras características además de la remuneración directa, tales como la estabilidad del empleo, la seguridad, las oportunidades de ascenso y capacitación. Estas características no monetarias pueden ser tan importantes como la remuneración. En consecuencia las decisiones de oferta del trabajador son más complejas que la oferta que se maneja para el mercado de productos. Por el lado de la demanda, con respecto a la demanda de un producto, ésta se basa en la satisfacción o la utilidad que le reporta al consumidor el consumo de ese bien, en cambio el trabajo se demanda, por su aporte, su productividad a la creación de bienes y servicios. Las demandas de cada tipo de trabajo se derivan de las demandas de los productos que produce. Por lo tanto la demanda de trabajo es una demanda derivada o indirecta. La economía laboral ha hecho importantes avances en lo relativo al análisis del mercado de trabajo y de los problemas laborales. La economía laboral se ha convertido cada vez más en teoría micro y macroeconómica aplicada. Se emplean teorías de la elección para analizar y predecir la conducta de los que participan en el mercado y las consecuencias económicas de las actividades que se realizan allí.

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En consecuencia, la economía laboral centra la atención en las elecciones, por qué se hacen y cómo generan determinados resultados. La tierra, el trabajo y el capital son escasos. Esta escasez relativa obliga a la sociedad a elegir cómo y para qué asignar estos recursos. De igual forma, los individuos se enfrentan a la elección entre tiempo y renta disponible. Deben decidir cuánto tiempo dedican al trabajo, y por ende al ocio, cómo van a repartir su tiempo disponible, qué bienes van a consumir y por lo tanto a cuáles van a renunciar. La perspectiva económica supone que los individuos comparan los costes con los beneficios esperados. Los trabajadores comparan la utilidad, o en este caso preciso, la renta adicional generado por una hora adicional de trabajo con el valor del ocio perdido. Las empresas comparan el ingreso adicional generado por la contratación de un trabajador con el coste salarial que le produce. Esto supone que tanto los trabajadores, como los empresarios, es decir tanto los oferentes como los demandantes de trabajo se comportan de una forma racional. Esto no quiere decir, necesariamente, que siempre logren aquellos objetivos que se plantean. La información no es perfecta. Se producen acontecimientos que los participantes en el mercado no esperan, en ocasiones otros participantes toman decisiones que afectan directa o indirectamente la situación de otros en el mercado. Teniendo en cuenta las características mencionadas, desarrollaremos aquí el mercado de trabajo desde un punto de vista clásico. 6.1.1. La demanda de trabajo La demanda de trabajo de corto plazo La demanda de trabajo o de cualquier otro recurso productivo es una demanda derivada, es decir, que depende o se deriva de la demanda del producto o servicio que contribuye a producir o suministrar. El hecho de que la demanda de trabajo sea una demanda derivada significa que el nivel de demanda de un determinado tipo de trabajo depende de los productivo que es el trabajo en su contribución a crear un producto o servicio y del valor de mercado de ese producto. De acuerdo a lo dicho, la demanda de trabajo depende o está determinada por la productividad marginal y el valor de su producto. Las curvas de demanda de trabajo tienen pendiente negativa, exactamente igual que las curvas de demanda de los bienes finales resultantes del proceso de producción. Sin embargo, a diferencia de las demandas de bienes y servicios de los consumidores, la demanda de trabajo es una demanda derivada, es decir que dependen o se derivan del nivel de producción de la empresa y de los costes de los factores que intervienen en el proceso de producción, según ya mencionamos más arriba.

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Empezamos suponiendo que una empresa trabaja con dos factores; el capital, K y el trabajo L, que puede comprar a los precios i y w respectivamente. También se supone que la empresa cuenta con su planta y equipo, es decir estamos trabajando en el corto plazo y necesita definir su demanda de trabajo, es decir necesita decidir que cantidad de trabajo va a contratar. Para esto necesitamos definir la función de producción, una función de producción es una relación entre las cantidades de recursos y la producción correspondiente. PTcp = f (L, K) El producto total de corto plazo que genera a empresa, está definido por la función de producción, que cuenta con dos factores uno fijo, el capital (K) y el otro variable, el trabajo (L). Si suponemos que la empresa contrata una determinada cantidad de trabajo, ¿hasta qué punto será rentable contratar a un trabajador más? Será rentable hacerlo en la medida que el ingreso adicional generado por una unidad adicional de trabajo, es decir el ingreso del producto marginal del trabajo IPMgL sea mayor que el coste de dicha unidad. Entonces la empresa contratará siempre que el ingreso del producto marginal del trabajo sea al menos tan elevado como el salario. ¿Cómo se mide el IPMgL? Es la producción adicional generada por la unidad adicional de trabajo multiplicada por le ingreso adicional generado por una unidad adicional de producción. La producción adicional viene dada por el producto marginal del trabajo PMgL y el ingreso adicional por el ingreso marginal Img, por lo tanto IPMgL= Img x PMgL Esta condición se cumple en cualquier mercado de factores competitivo, independientemente de las características del mercado de productos en las que se opere, es decir, sea o no competitivo. Si suponemos que el mercado de factores es perfectamente competitivo y el de productos también lo es; entonces la empresa vende toda su producción al precio de mercado P. El ingreso marginal generado por una unidad adicional de producción es igual a P. En este caso el ingreso del producto marginal del trabajo es igual al producto marginal del trabajo multiplicado por el precio del producto. IPMgL= PMgL x P

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Salario Mercado de productos competitivo

Mercado de productos monopolístico

IPMgL = PMg x P IPMgL = PMgL x IMg Horas de trabajo

Gráfico 6.a. El ingreso del producto marginal, en el mercado de productos competitivo y en el mercado de productos monopolístico. La curva más alta (más elástica) de las dos representa la curva IPMgL de un mercado de productos competitivo. El producto marginal disminuye conforme aumenta el número de horas trabajadas como consecuencia de que el trabajo muestra rendimientos decrecientes. Como resultado de esto la curva del IPMgL tiene pendiente negativa incluso cuando el precio del producto se mantenga constante. La curva menos elástica de las dos es la curva de IPMgL cuando en el mercado de productos la empresa tiene poder de mercado, es decir poder de influir sobre el precio de mercado. Cuando esto ocurre las empresas deben bajar el precio de todas las unidades del producto para vender más. Como consecuencia de esto el ingreso marginal siempre es menor al precio y disminuye a medida que aumenta la producción. Por lo tanto en este caso la curva de ingreso del producto marginal del trabajo tiene pendiente negativa porque tanto la curva de producto marginal como la de ingreso marginal tienen pendiente negativa. Si el ingreso del producto marginal del trabajo es superior al salario la empresa contratará más trabajo, si es menor deberá contratar menos. Habrá contratado la cantidad eficiente de trabajo cuando el ingreso del producto marginal del trabajo iguale al salario. IPMgL = w

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Precio del trabajo

OL

IPMgL= D l

L*

Cantidad de trabajo

Gráfico 6.b. La condición de equilibrio en el mercado de trabajo, cuando el mismo es perfectamente competitivo. La curva de demanda de trabajo Dl es el IPMgL, la cantidad demandada de trabajo aumenta cuando baja el salario. Cuando el mercado de trabajo es perfectamente competitivo la curva de oferta de trabajo Ol, a la que se enfrenta la empresa es horizontal, la cantidad eficiente de trabajo se encuentra donde se interceptan ambas curvas.

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Precio del trabajo

OL0 OL1

IPMgL= D l

L1

L2 Cantidad de trabajo

Gráfico 6.c. Un desplazamiento de la oferta de trabajo hacia abajo y aumento de la cantidad demandada de trabajo. La demanda de trabajo en el largo plazo Cuando la empresa elige simultáneamente el trabajo y otro factor de producción, la decisión es más difícil debido a que la variación en el precio de uno de los factores altera la demanda del otro. Supongamos que la maquinaria y el trabajo son factores variables en la producción de un bien y que deseamos averiguar la demanda de trabajo de la empresa productora. Cuando baja el salario se demanda, más trabajo aún cuando no varíe la inversión en maquinaria de la empresa. Pero a medida que se abarata el trabajo, disminuye el coste marginal de producir el bien, por lo que resulta rentable para la empresa aumentar su producción. En consecuencia es probable que la empresa invierta en maquinaria adicional para aumentar su capacidad de producción. El aumento en la utilización de maquinaria provoca un desplazamiento de la curva de ingreso de producto marginal del trabajo hacia la derecha, lo que provoca a su vez un aumento de la cantidad demandada de trabajo.

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Salario A

W0

B

W1 DL IPMgL1 L0

L1

IPMgL2 Horas de trabajo

Gráfico 6.d. Desplazamientos del IPMgL y curva de Dl de largo plazo Cuando el salario es igual a w0 la cantidad demandada de trabajo es igual a L0, punto (A), cuando desciende el salario a w 1, la cantidad demandada aumenta a L1, como consecuencia de que el IPMgL es mayor que el salario. Pero la curva original muestra la demanda de trabajo cuando el capital es fijo. El descenso del salario incentiva a la empresa a contratar más trabajo y también más maquinaria. Como hay más maquinaria, el producto marginal del trabajo aumenta, debido a que con más maquinaria los trabajadores son más productivos, esto provoca que la curva de ingreso del producto marginal se desplace hacia la derecha. Por lo tanto, cuando baja el salario se utiliza una mayor cantidad de trabajo que lo que muestra la curva de IPMgL original. Los puntos A y C son puntos que muestran la cantidad demandada de trabajo de la empresa DL. Tal como ha resultado la curva de dema nda de trabajo de la empresa en el largo plazo es más elástica que cualquiera de las curvas de demanda de corto plazo que se han trazado. Esto nos muestra que cuando el capital es variable a largo plazo, la elasticidad de la demanda es mayor debido a que las empresas pueden sustituir trabajo por capital en el proceso de producción.

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La curva de demanda del mercado Cuando se agregan las curvas de demanda de los consumidores para alcanzar la curva de demanda del mercado se trata de un mismo bien con características homogéneas, pero cuando se intenta agregar las curvas de demanda de trabajo, hay que tener en cuanta que el trabajo es un factor demandado por muchas empresas distintas y que el mismo tienen diferentes grado de calificación. Para averiguar la curva de demanda de trabajo de la industria, se debe tener en cuenta que el nivel de producción de la empresa y el precio de un producto varían ambos cuando varían los precios de los factores de producción. En el caso que el mercado de productos sea perfectamente competitivo el ingreso del producto marginal del trabajo es el precio del bien multiplicado por el producto marginal del trabajo. Si consideramos el salario en un precio determinado y analizamos qué pasa si éste baja, veremos que la cantidad contratada de trabajo aumenta, considerando que esta acción es llevada a cabo por una sola empresa. Si la misma situación se da para todas las empresas de la industria, ésta en su conjunto demandará más trabajo lo que provocará un aumento de la producción, un desplazamiento de la curva de oferta y una reducción del precio. Salario

Salario

W0

W0

W1

W1 IPMgL2

L0

L1

IPMgL1

Trabajo (horas)

Sumatoria de las curvas de IMg

L0

Curva de demanda de la industria L1 L2

Gráfico 6.e: Las curvas de ingreso del producto marginal y la comparación con la demanda de trabajo de la industria

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La demanda de trabajo de la industria o del mercado es menos elástica que el sumatorio de las demandas de trabajo de las empresas. La primera tiene en cuenta que la reducción del salario provoca una reducción en el precio del producto cuando todas las empresas contratan más trabajo en respuesta a la reducción del salario. En el caso que el mercado de productos no sea competitivo, la curva de demanda de trabajo se obtiene de la misma manera: la única diferencia radica en el hecho de que predecir la variación del precio del producto, resultado de una reducción del salario, es más difícil de prever debido a que las empresas, como consecuencia de operar en un mercado de productos no competitivos, no consideran el precio como dado sino que intentarán fijarlo en un lugar estratégico.

6.1.2. La oferta de trabajo Cuando los trabajadores ofrecen trabajo constituyen un diverso grupo que tiene características muy distintas. Puede haber trabajadores a los que les guste trabajar de sobremanera, puede haber estudiantes que sean remisos a trabajar, incluso hay distintos tipos de trabajo y frente a distintos trabajos, los trabajadores toman actitudes diferentes. ¿Cómo se toman estas decisiones respecto del trabajo? ¿Cómo deciden los trabajadores la cantidad de horas que trabajan y por lo tanto cuántas dedican al ocio? Vamos a desarrollar un modelo básico para determinar la oferta de trabajo de un individuo, que nos va a explicar la elección que realiza el trabajador entre ocio y trabajo que es óptima para él. Luego nos preguntaremos qué alterará la decisión tomada frente a una variación en el salario. A partir de ahí calcularemos la oferta de trabajo individual de corto plazo y después podremos derivar la curva de oferta de trabajo del mercado. La curva de oferta de mercado de un factor suele tener pendiente positiva. La oferta de mercado de un bien vendido en un mercado competitivo tiene pendiente positiva cuando el coste marginal de producción es creciente. Lo mismo ocurre con factores que tienen un coste marginal creciente. Sin embargo cuando el factor es el trabajo, no son las empresas sino las personas las que toman las decisiones de oferta. En ese caso el objetivo no es la maximización de los beneficios sino la maximización de la utilidad. Supongamos que analizamos el caso de una persona que tiene un determinado nivel de estudios y experiencia laboral y, por lo tanto, un determinado nivel de calificación. Esa persona que dispone de una cantidad fija de tiempo debe decidir cómo lo repartirá entre el trabajo, que suponemos es la cantidad de horas que dedica a la actividad en el mercado de trabajo, y el ocio, que son todas las actividades que se llevan a cabo fuera del mencionado mercado. Para averiguar cuál es la distribución que el individuo hace de su tiempo entre estos dos usos alternativos se necesitan dos tipos de información, en primer lugar se

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necesita conocer sus preferencias por el trabajo y el ocio, esta información la vamos a encontrar en las curvas de indiferencia. Y en segundo lugar necesitaremos información que nos dará el mercado, y será sobre su restricción presupuestaria. Las curvas de indiferencia, como se aplican en este caso, muestran las diferentes combinaciones de ocio y renta real que le dan al trabajador el mismo grado de utilidad o satisfacción. Según el siguiente gráfico, el ocio se mide en el eje de abscisas y la renta diaria en el de ordenadas: Ingreso

Renta 1 Renta 2

Oc.2

Oc.1

Ocio

Gráfico 6.f. La curva de indiferencia Se deberá tener en cuenta que el máximo diario de horas disponible de ocio es 24. Todas las combinaciones de renta y ocio que están sobre una misma curva de indiferencia le reportan al individuo el mismo grado de satisfacción. Las curvas de indiferencia tienen pendiente negativa porque la renta real proviene del trabajo, por una parte, y el ocio, por otra. Son ambos fuentes de utilidad o satisfacción. Para que la utilidad total permanezca constante a medida que tenemos menos de uno de los dos bienes, por ejemplo renta, es necesario tener unidades adicionales del otro, de manera de tener el mismo grado de satisfacción. Es decir, que a medida que un individuo obtiene una cantidad mayor de un bien (ocio), debe renunciar a alguna cantidad del otro (renta real) para mantener el mismo grado de utilidad.

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Las curvas de indiferencia son convexas al origen porque los individuos se muestran cada vez más reacios a renunciar a unidades adicionales de un bien que les es relativamente escaso. En términos técnicos la cantidad a la que un individuo está dispuesto a renunciar de un bien (a) para obtener una unidad adicional de otro (b), se denomina tasa marginal de sustitución de a por b. Es posible y resultará útil dibujar un mapa de curvas de indiferencia, este mapa está compuesto por una cantidad de curvas, todas ellas con diferentes grados de satisfacción, aumentando éste a medida que nos alejamos del origen. Ingreso

Gráfico 6.g. El mapa de curvas de indiferencia.

Ocio

Obsérvese que si una curva de indiferencia representa las preferencias de un individuo, cada mapa resultará diferente, ya que es subjetivo. La forma de las curvas dependerá de las preferencias del individuo. Respecto de la información que necesitábamos en segundo lugar, la que nos brinda el mercado, obtendremos allí la restricción presupuestaria. La afirmación de que el individuo intentará alcanzar la curva de indiferencia más alta posible, nos indica que la elección de la curva de indiferencia está sujeta a restricciones. Más precisamente a la cantidad de renta monetaria disponible. Supongamos, por el momento, que la única renta de la que se dispone, proviene del trabajo. Suponemos también que el salario de mercado está dado, en el sentido de que el individuo no puede alterar el salario por hora que percibe por sus servicios modificando el número de horas trabajadas. Entonces, podemos trazar una restricción salarial o presupuestaria, que muestre todas las combinaciones posibles de renta y ocio a las que podría acceder un trabajador, dado el salario.

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W W1

W1>W0

W0

24 hs.

Ocio

Gráfico 6.h. Restricciones presupuestarias. La maximización de la utilidad o posición óptima para el individuo, reúne las preferencias subjetivas, representadas por las curvas de indiferencia y la información aportada por el mercado, representada por la restricción presupuestaria. Se debe tener en cuenta que cuanto más alejada esté la curva de indiferencia del origen, mayor será la satisfacción del individuo en cuestión. Es importante destacar que en la posición óptima, el punto A, el individuo y el mercado están de acuerdo en lo relativo al ocio y a la renta real en el margen.

125

Ingreso

A

24hs. Ocio Gráfico 6.i. La posición óptima entre curvas y restricción. Supongamos ahora que el salario se modifica; frente a este hecho, ¿qué es lo que sucederá con la cantidad de horas trabajadas? ¿ Decidirá el trabajador trabajar más o menos horas? Es posible que suceda una u otra cosa. El siguiente gráfico repite la posición óptima del gráfico anterior pero agrega restricciones presupuestarias adicionales correspondientes, cada una, a un salario mayor.

126

W

W5 W4 U5

W3 W2 W1

U4

U3 U2 U1

Gráfico 6.j (a). Derivación de la curva de oferta individual.

24 hs

Ocio

Salario Curva de oferta individual de trabajo Los puntos U1, U2 y U3, representan la curva de oferta con pendiente positiva U4 y u5 representan la curva de oferta con pendiente negativa.

Gráfico 6.j (b). La curva de oferta de trabajo individual.

Ocio

127

Observemos el caso de un incremento salarial que desplaza la recta presupuestaria de W1 a W2, la posición óptima se mueve también de u1 a u2. En el eje de abscisas, vemos que el trabajador decide trabajar más horas, es decir decide disfrutar de menos horas de ocio. Cuando el salario sigue subiendo y la restricción se desplaza de W2 a W3, la decisión sigue en el mismo sentido, es decir el trabajador decide trabajar más horas. Pero la nueva subida salarial que se representa con la restricción salarial W4, produce un óptimo en u4, que implica más ocio y menos trabajo comprado con la última posición óptima, u3. En el mismo sentido el incremento salarial que desplaza la restricción hasta W5 implica una reducción de las horas de trabajo y un aumento de las horas de ocio. De lo analizado hasta aquí se deduce que en el caso de un individuo, las horas de trabajo pueden aumentar frente a incrementos salariales durante un tiempo, pero a partir de cierto punto, los incrementos salariales provocan una reducción de las horas de trabajo y un aumento de las horas de ocio. Si trasladamos las posiciones óptimos del gráfico de la derecha hacia el de la izquierda, donde en el eje de abscisas medimos las horas de trabajo y en el de ordenadas la renta real, el salario, obtendremos la curva de oferta individual de trabajo. Vemos que tiene un primer tramo con pendiente positiva, luego tiene un segundo tramo con pendiente negativa. ¿Por qué la curva de oferta de trabajo individual se vuelve hacia atrás? La posibilidad puede explicarse a través de los efectos renta y sustitución. Cuando varía el salario, estos dos efectos tienden a alterar la posición maximizadora de la utilidad del trabajador. El efecto renta se refiere a la variación del número deseado de horas de trabajo provocada por una variación de la renta, manteniendo constante el salario. El efecto renta de un aumento del salario se encuentra aislando el aumento de las horas de trabajo provocado únicamente por el aumento de la renta potencial por hora de trabajo, como si el precio del ocio, es decir, el salario, no variara. Una subida salarial significa que puede obtenerse una renta monetaria mayor con un determinado número de horas de trabajo. Sería factible que una persona utilizara una parte de esta mayor renta en comprar bienes y servicios; para poder disfrutarlos necesita tiempo para poder disfrutar de ellos. Si postulamos este supuesto, bastante razonable, de que el ocio es un bien normal, es decir, un bien que se consume más, cuando aumenta la renta, es de esperar que una parte de esa mayor renta se dedique, también a aumentar la cantidad de horas de ocio. Entonces, en consecuencia, cuando aumenta el salario y el ocio es un bien normal, el efecto renta provoca una reducción del número deseado de horas de trabajo. El efecto sustitución indica la variación del número deseado de horas de trabajo provocada por una variación del salario, manteniendo constante la renta. En el caso de una subida salarial, se manifiesta en un aumento del número deseado de horas de trabajo. Cuando sube el salario, varía el precio relativo del ocio. Un aumento del salario eleva el precio o el coste de oportunidad del ocio. Dado el incremento salarial, ahora hay que renunciar a más renta, por cada hora de ocio consumida o no trabajada. La teoría básica de la elección del

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consumidor, implica que una persona comprará una cantidad menor de cualquier bien normal cuando sea relativamente más caro. La subida del precio del ocio, impulsará al trabajador a consumir menos ocio, es decir a trabajar más. El efecto sustitución nos dice que cuando suben los salarios y el ocio se encarece, es razonable sustituir ocio por trabajo. En el caso de un incremento salarial, el efecto sustitución lleva al individuo a desear trabajar más horas. El efecto total que produce un incremento salarial en las horas que el individuo decide trabajar depende de la magnitud de estos dos efectos. Si el efecto sustitución es mayor que el efecto renta, el individuo decidirá trabajar más horas. Si el efecto sustitución resulta menor que el efecto renta, el individuo decidirá trabajar una cantidad menor de horas. Si ambos son iguales, no habrá modificación de las horas trabajadas. Cuando el salario desciende, la situación se invierte. Un descenso del salario reduce la renta del individuo generada por un determinado número de horas de trabajo, y es de esperar que éste compre menos ocio, y por lo tanto, decide trabajar más horas. Si desciende el salario el efecto sustitución se traduce en una disminución del número de horas de trabajo. Una reducción del salario abarata el ocio, induciendo a consumir una cantidad mayor de él. El resultado final depende de la magnitud relativa de los dos efectos.

W1

W0

C B A

12

15

17

24 hs

Ocio

Gráfico 6.k. Los efectos renta y sustitución resultando una curva de oferta que se vuelve hacia atrás. El resultado será una curva de oferta con pendiente negativa.

129

El hecho de que cambie el salario horario de W0 a W1 provoca un cambio en la posición óptima, el paso de A hasta C indica el efecto sustitución, el paso de C a B mide el efecto renta. Como se ve el efecto renta supera al efecto sustitución. En este caso vemos que la curva de oferta de trabajo puede tener pendiente positiva, pero también puede volverse hacia atrás, es decir que un aumento del salario puede reducir o aumentar la cantidad ofrecida de trabajo. Según los gráficos, el primero describe una situación, en la que frente a un incremento salarial, la respuesta del individuo, es decir el paso del punto A al punto B, indica que la cantidad de horas de trabajo se reduce. Es decir el efecto renta supera al efecto sustitución. Esta situación dará por resultado una curva de oferta con pendiente negativa. En el gráfico posterior, vemos que frente a un aumento en el nivel salarial, el efecto sustitución, el paso del punto A al punto C, supera al efecto renta, el paso del punto C al punto B, por lo que el resultado será un aumento en la cantidad de horas de trabajo ofrecida, es decir una curva de oferta con pendiente positiva. De acuerdo al gráfico de la obtención de la curva de oferta de trabajo, hemos visto que durante un tiempo las subidas salariales van acompañadas de un incremento en la cantidad de horas de trabajo. Concretamente el caso de las subidas salariales que desplazan la recta presupuestaria de W1 a W3, el valor absoluto de los efecto sustitución deben ser mayores que los de los efecto renta, dando lugar al tramo de pendiente positiva o ascendente de la curva de oferta de trabajo. Pero las nuevas subidas salariales que desplazan la restricción presupuestaria de W3 a W5, van unidas a la decisión de trabajar menos horas. W1 B W0 C

A

10 12 15 24hs. Ocio Gráfico 6.l. Los efectos renta y sustitución dan por resultado una curva de oferta con pendiente positiva.

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Los efectos renta relacionados con estas subidas salariales son mayores que los efectos sustitución, lo que da lugar al tramo de la curva de oferta de trabajo que se vuelve hacia atrás. ¿Cuáles son las causas de esta inversión? Los puntos u1 y u2 se encuentran en posiciones de la curva de indiferencia en las que la cantidad de ocio es grande en relación con la renta. Es decir, u1 y u2 se encuentras en tramos relativamente planos de la curva de indiferencia, en los que la tasa marginal de sustitución de ocio por trabajo, es pequeña, porque el individuo está dispuesto a renunciar a una cantidad significativa de ocio a cambio de una unidad adicional de renta. Eso significa que el efecto sustitución es grande, tan grande que es superior al efecto renta. La curva de oferta de trabajo del individuo es positiva o ascendente, la subida de los salarios provoca un aumento de las horas de trabajo. Pero los puntos u3, u4 y u5, sólo se alcanzan después de haber intercambiado mucho ocio por renta en el mercado de trabajo. En esto puntos, el individuo tiene una cantidad relativamente grande renta y una relativamente pequeña de ocio, lo que se refleja en la inclinación relativa de las curvas de indiferencia. En otras palabras la tasa marginal de sustitución es grande, lo que indica que el individuo está dispuesto a renunciar solamente a una pequeña cantidad de ocio a cambio de una unidad adicional de renta. Eso significa que el efecto sustitución es pequeño y que en este caso está dominando por el efecto renta. Por consiguiente, la curva de oferta de trabajo del individuo se vuelve hacia atrás. La subida de los salarios va acompañada de una reducción del número de horas de trabajo. Cuando el mercado de trabajo es perfectamente competitivo una empresa puede contratar tanto como desee a un precio dado: la curva de oferta de trabajo a la que se enfrenta la empresa es horizontal. La curva de oferta a la que se enfrenta la empresa es una curva de gasto medio, de la misma manera que la curva de demanda a la que se enfrenta la empresa es una curva de ingreso medio, porque representa el gasto que debe realizar ésta por unidad de trabajo que compra. La curva de gasto marginal, en cambio representa el gasto de la empresa por cada unidad adicional de factor que compra (la curva de gasto marginal de un mercado de trabajo es análoga a la curva de ingreso marginal del mercado de productos). Cuando el mercado de perfectamente competitivo las curvas de gasto medio y gasto marginal son líneas horizontales idénticas, de la misma manera que en el mercado de productos las curvas de ingreso medio y marginal en el mercado de productos perfectamente competitivo. ¿Qué cantidad de trabajo debe comprar una empresa que se enfrenta a un mercado perfectamente competitivo? En la medida que la curva de ingreso del producto marginal se encuentre por encima de la curva de gasto marginal, es posible aumentar los beneficios comprando una cantidad mayor del factor, ya que el beneficio de una unidad adicional IPMg es mayor que el coste GMg. Sin embargo, cuando la curva de ingreso del producto marginal se encuentra por debajo de la curva de gasto marginal, algunas unidades generan ingresos menores que el coste.

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Por lo tanto, para maximizar los beneficios, será necesario contratar menos unidades de trabajo. De tal manera que la condición maximizadora de los beneficios es igualar el ingreso del producto marginal al gasto marginal. IPMgL = GMg Cuando consideramos un mercado de productos perfectamente competitivo vimos que la empresa contrataba trabajo hasta que el ingreso del producto marginal igualaba el precio del factor w. Por lo tanto, en el caso competitivo, la condición para maximizar los beneficios es que el precio del factor sea igual al gasto marginal. GMg = w

P

P Ol

W*

Dl Horas de Trabajo

Gme=GMg Oferta de trabajo la que se enfrenta la empresa Imgl=Dl Horas de Trabajo

Gráfico 6.m. La oferta de trabajo en un mercado de factores competitivo. En el gráfico de la izquierda está representada la curva de oferta y demanda del mercado, en el gráfico de la derecha la curva de oferta que enfrenta la empresa en un mercado de factores perfectamente competitivo.

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6.1.3. El equilibrio en el mercado de trabajo Equilibrio en un mercado de trabajo perfectamente competitivo Un mercado perfectamente competitivo tiene las siguientes características que lo diferencian de otros mercados de trabajo; éstas son las siguientes: a) Un gran número de empresas que compiten entre sí en la contratación de un determinado tipo de trabajador para cubrir puestos de trabajo idénticos. b) Numerosas personas cualificadas que tienen idénticas cualificaciones y que ofrecen independientemente sus servicios de trabajo. c) Una conducta de aceptar el salario, es decir, ni los empresarios ni los trabajadores controlan el salario de mercado. d) La información y la movilidad del trabajo son perfectas y no tienen costes. El mercado de trabajo perfectamente competitivo se encuentra en equilibrio cuando el precio del factor iguala la cantidad demandada y ofrecida. W

W Ol

wc

Ol=GMe vm

A wm

B

VPMgl=PxPMgl

Dl=IPMgL

Dl Lc

Lm

Gráfico 6.n. Equilibrio en el Mercado de Trabajo. En competencia (izq.) y sin competencia (der.)

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En el punto de equilibrio el salario w c iguala la cantidad demandada y ofrecida de equilibrio Lc. Dado que los trabajadores están perfectamente informados todos reciben un salario idéntico y generan un ingreso del producto marginal igual, independientemente de donde trabajen. Si un trabajador ganara un salario inferior a su producto marginal, a una empresa le convendría ofrecerle un salario más alto. Si el mercado de productos también es perfectamente competitivo, la curva de demanda de un factor mide el valor que conceden los consumidores del producto al uso adicional del factor en el proceso de producción. El salario también refleja el coste que tiene para la empresa y para la sociedad la utilización de una unidad adicional de trabajo, así en el punto de equilibrio (A) el beneficio marginal de una hora de trabajo, su ingreso del producto marginal, es igual a su coste marginal, el salario w. Cuando los mercados de productos y de factores, son ambos, perfectamente competitivos, los recursos se utilizan eficientemente porque se maximiza la diferencia entre los beneficios totales y los costes totales. La eficiencia exige que el ingreso adicional que obtiene la empresa empleando una unidad adicional de trabajo, el ingreso del producto marginal, sea igual al beneficio social de la producción adicional, que viene dado por el precio del producto multiplicado por el producto marginal del trabajo. Cuando el mercado de productos no es competitivo deja de cumplir la condición IPMgL = P x PMgl ya que la curva que representa el segundo miembro de la igualdad está por encima de la que representa el ingreso del producto marginal. Obsérvese que el punto B de equilibrio determina el salario de equilibrio y Lm es la cantidad de trabajo de equilibrio. Pero la curva que está determinada por el precio multiplicado por el producto marginal del trabajo es el valor que conceden los consumidores a las cantidades adicionales de trabajo. Por lo tanto, cuando están empleados Lm trabajadores, el coste marginal para la empresa, wm, es menor que el beneficio marginal para la sociedad Vm. La empresa maximiza sus beneficios, pero como su producción es inferior al nivel eficiente, utiliza una cantidad de trabajo inferior a la eficiente. Las curvas de oferta y demanda de trabajo se han dibujado suponiendo que todos los factores que influyen sobre ambas permanecen constantes. Pero puede suceder que puedan variar algunos otros factores, o determinantes de la oferta y la demanda de trabajo y, en lugar de producirse movimientos a lo largo de las curvas, producidas por variaciones salariales, tengan lugar desplazamientos de las curvas hacia la derecha o hacia la izquierda. La distinción entre variaciones de la oferta y variaciones de la cantidad ofrecida y variaciones de la demanda y variaciones de la cantidad demandada son válidas tanto en el mercado de productos como en el mercado de trabajo. Las variaciones de los determinantes de la demanda y la oferta son los que planteamos a continuación. Se debe tener en cuenta que las variaciones salariales son los que producen movimientos a lo largo de las curvas de oferta y demanda.

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Los determinantes de la oferta de trabajo son los siguientes: − Otros salarios, de tal forma que un aumento de los salarios de otras ocupaciones para las que están cualificados los trabajadores de un determinado mercado de trabajo, reduce la oferta de trabajo, es decir desplaza la oferta de mercado hacia la izquierda. − Asimismo, un aumento de la renta no salarial, reduce la oferta de trabajo. − Un aumento neto de las preferencias de los individuos por el trabajo en relación con el ocio, eleva la oferta de trabajo. − Una mejora de los aspectos no salariales del empleo, eleva la oferta de trabajo. − Y finalmente, un aumento del número de oferentes no calificados de un determinado tipo de trabajo, eleva la oferta de trabajo. En cuanto a la demanda de trabajo: − Las variaciones de la demanda del producto que elevan su precio y, por tanto, el ingreso del producto marginal del trabajo, elevan la demanda de trabajo. − Un aumento en la productividad eleva la demanda de trabajo, suponiendo que no provoca una reducción compensatoria en el precio del producto. − En relación con los precios de otros recursos, cuando los recursos son complementarios, un aumento del precio de un sustitutivo de la producción, reduce la demanda de trabajo, cuando los recursos son sustitutos, un aumento del precio de un sustituto en la producción, eleva la demanda de trabajo. − Finalmente, suponiendo que no varía el empleo de otras empresas que contratan un determinado tipo de trabajo, un aumento del número de empresarios eleva la demanda de trabajo. Veamos lo mencionado arriba a través de un sencillo ejemplo: supongamos que partimos de una situación de equilibrio caracterizada por un salario w0 y una cantidad de trabajo L0. A partir de ahí se produce un descenso de la demanda del producto que producen las empresas que caracterizamos en el gráfico, reduciendo el precio del producto en cuestión, y por lo tanto el ingreso del producto marginal del trabajo, este es un factor determinante de la demanda de trabajo, y provoca un desplazamiento hacia la izquierda de la misma. Por otro lado aumenta el atractivo no salarial en esta rama de la industria, motivado por una sensible mejora en las condiciones de trabajo. Esto provoca un desplazamiento de la curva de oferta hacia la derecha, desde O0 hasta O 1.

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W

O0 W0

W1

c

a

O1

b

e L1

L0

D1

D0

L

Gráfico 6.o. Variaciones de la demanda, la oferta y equilibrio en el mercado de trabajo. Al salario inicial w0, el número de trabajadores que buscan empleo en esta ocupación, punto b, es superior al de trabajadores que las empresas desean contratar, punto a, ¿cómo se ajustará el mercado a este excedente? En primer lugar, un descenso de la demanda de trabajo, considerado por sí solo, reduce tanto el salario como la cantidad empleada de trabajo. En segundo lugar, un aumento de la oferta de trabajo, también considerado por sí solo, reduce el salario y aumenta la cantidad de equilibrio. En este caso, el resultado neto de las variaciones simultáneas de la oferta y la demanda es un descenso del salario de w0 a w1 y una reducción de la cantidad ofrecida y empleada de trabajo de L0 a L1 (punto e). Esta última reducción se debía a que la disminución de la demanda es mayor al aumento de la oferta. En w1 no se compensaba suficientemente a los trabajadores L1 L0, que antes trabajaban en este mercado por sus costes de oportunidad, por lo que abandonaron esta ocupación a favor del ocio, la producción doméstica u otro empleo. Para concluir, sabemos que el trabajo es un recurso escaso y que, por tanto, corresponde a la sociedad utilizarlo eficientemente. ¿Cómo se define la asignación eficiente del trabajo? En este mercado que acabamos de analizar, ¿se asigna eficientemente el trabajo? El trabajo se asigna eficientemente cuando los trabajadores se dedican a los fines a los que se concede más valor, es decir, cuando la sociedad obtiene la mayor cantidad posible de producción interior con una determinada cantidad de trabajo. En términos técnicos, el trabajo existente se asigna eficientemente cuando su valor del producto marginal, es decir, el valor monetario que tiene para la sociedad su producto marginal, es el mismo en todos los empleos posibles.

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APÉNDICE. La Encuesta de Población Activa (EPA) Para la comparabilidad internacional de las estadísticas sobre población activa, los Estados miembros y las instituciones de la Unión Europea deben medir el empleo y el desempleo aplicando la definición de empleo y desempleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). ) La Comisión Europea con el propósito de disponer de indicadores comparables sobre el empleo y desempleo, ha regulado los procedimientos estadísticos a seguir por las oficinas estadísticas de los estados miembros en el Reglamento (CE) no 577/98 del Consejo, de 9 de marzo de 1998, relativo a la organización de una encuesta muestral sobre la población activa en la Comunidad, que recientemente ha sido completado por el Reglamento (CE) No 1897/2000 de la Comisión de 7 de septiembre de 2000 por el que se establecen disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) no 577/98 del Consejo relativo a la organización de una encuesta muestral sobre la población activa en la Comunidad por lo que respecta a la definición operativa de desempleo. El desempleo en la UE se mide, por tanto, a través de encuestas muestrales que realizan los Estados miembros, en España dicha encuesta recibe el nombre de Encuesta sobre la Población Activa, si bien su organización (periodicidad, definiciones, cuestionarios, etc.) está armonizada en todos los países miembros a través de dichos reglamentos. Destacar que con el último Reglamento se ha establecido una definición de desempleo común a todos los Estados miembros. La definición de desempleo en la comunidad que incluye el Reglamento (CE) nº 1897/2000 está de acuerdo con las normas aprobadas por la OIT en la decimotercera y decimocuarta Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET). En base a dicha normativa, se considera desempleadas a aquellas personas con edades comprendidas entre los 15 y los 74 años que se hallen: a) sin trabajo durante la semana de referencia, es decir, que no dispongan de un empleo por cuenta ajena o de un empleo por cuenta propia (durante al menos una hora); b) disponibles para trabajar, es decir, disponibles para iniciar una actividad por cuenta ajena o por cuenta propia dentro del plazo de las dos semanas siguientes a la semana de referencia; c) en busca de trabajo activa, es decir, que hayan tomado medidas concretas para buscar un empleo por cuenta ajena o un empleo por cuenta propia en un período de cuatro semanas que se termine al final de la semana de referencia, o que hayan encontrado trabajo y empiecen a trabajar en un período de tres meses como máximo.

137

A estos efectos se considera como medidas concretas de búsqueda trabajo activa, las siguientes: − Estar en contacto con una oficina pública de empleo con el fin de encontrar trabajo, cualquiera que sea la parte que haya tomado la iniciativa (la renovación de la inscripción por razones puramente administrativas no constituye un planteamiento activo). − Estar en contacto con una oficina privada (oficina de empleo temporal, empresa especializada en contratación, etc.) con el fin de encontrar trabajo. − Enviar una candidatura directamente a los empleadores. − Indagar a través de relaciones personales, por mediación de sindicatos, etc. − Anunciarse o responder a anuncios en los periódicos. − Estudiar las ofertas de empleo. − Participar en una prueba, concurso o entrevista, en el marco de un procedimiento de contratación. − Buscar terrenos, locales o material. − Realizar gestiones para obtener permisos, licencias o recursos financieros. La educación y la formación se consideran medios de mejorar la capacidad de empleo, pero no constituyen métodos de búsqueda de empleo. No se consideran por tanto desempleados a las personas sin trabajo que cursen estudios o realicen una formación como desempleadas si no es a condición de estar «disponibles para trabajar» y «en busca de trabajo», de acuerdo con las definiciones de los puntos b) y c). Se considera a las personas despedidas como desempleados si no reciben un sueldo o salario significativo (es decir, = 50 %) y si se hallan «disponibles para trabajar» y «en busca de trabajo». En relación con el trabajo temporal, el reglamento señala que durante la temporada baja, no se puede considerar que un temporero conserva un vínculo formal con su empleo de temporada alta. Un temporero no percibe ningún salario o sueldo de su empleador, aunque reciba garantías de volver a trabajar. Si no trabajan durante la temporada baja, no se les considera desempleados si no es a condición de hallarse «disponibles para trabajar» y «en busca de trabajo».

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Como se puede apreciar la CE establece normas muy precisas para que la medición del desempleo en la UE responda a criterios comunes. A continuación ofrecemos unas sucintas notas acerca de la EPA española, para que el lector pueda obtener una valoración adecuada de la medición del desempleo en nuestro país: La Encuesta de Población Activa (EPA) es la principal fuente estadística sobre la situación laboral de la población española. Esta encuesta la realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) con frecuencia trimestral y proporciona información básica que permite estimar la población activa, el nivel de empleo y el número de parados en España. Se trata de una investigación por muestreo, continua y dirigida a las viviendas familiares, que se realiza desde 1964. En esta encuesta se seleccionan 3.484 secciones censales, de entre las más de 30.000 en que está dividida España. En cada una de ellas se entrevista un promedio de 18 hogares, excepto en las provincias de Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza en donde el número de entrevistas es de 22. Así, el tamaño muestral es de 65.000 viviendas aproximadamente, lo que supone obtener información de unas 200.000 personas. Los datos se recogen por entrevista personal y telefónica, realizada por entrevistadores fijos del Instituto Nacional de Estadística adscritos a las delegaciones provinciales del mismo. La información es cuidadosamente depurada y procesada informá ticamente. Los resultados se obtienen al cabo de un mes y medio de finalizar el trabajo de campo. Las variables y definiciones que utiliza la EPA son las siguientes: a) Activos: personas de 16 o más años que, durante la semana de referencia (la anterior a aquella en que se realiza la entrevista), suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o están disponibles y en condiciones de incorporarse a dicha producción. Se subdividen en ocupados y parados. b) Ocupados: personas de 16 o más años que durante la semana de referencia han estado trabajando durante al menos una hora, a cambio de una retribución (salario, jornal, beneficio empresarial, etcétera) en dinero o especie. También son ocupados quienes teniendo trabajo han estado temporalmente ausentes del mismo por enfermedad, vacaciones, etcétera. Los ocupados se clasifican atendiendo a la situación profesional en no asalariados (empleadores, empresarios sin asalariados y trabajadores independientes, miembros de cooperativas, ayudas familiares) y asalariados (públicos o privados). Atendiendo a la duración de la jornada se clasifican en ocupados a tiempo completo y ocupados a tiempo parcial. La jornada habitual semanal no puede ser inferior a 30 horas en el primer caso ni superior a 35 en el segundo.

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Los asalariados se clasifican en indefinidos y temporales. Estos últimos tienen fijado el fin de su contrato o relación laboral por medio de condiciones objetivas, tales como la expiración de un cierto plazo, la realización de una tarea determinada, etcétera. Una importante categoría dentro de la ocupación es la de subempleo por insuficiencia de horas de trabajo, definida en la XVI Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (Ginebra, 1998). En la EPA se consideran subempleados por insuficiencia de horas a los ocupados que desean trabajar más horas, que están disponibles para hacerlo y cuyas horas efectivas de trabajo en la semana de referencia son inferiores a las horas semanales que habitualmente trabajan los ocupados a tiempo completo en la rama de actividad en la que el subempleado tiene su empleo principal. c) Parados: personas de 16 o más años que durante la semana de referencia han estado sin trabajo, disponibles para trabajar y buscando activamente empleo. Son parados también quienes ya han encontrado un trabajo y están a la espera de incorporarse a él, siempre que verifiquen las dos primeras condiciones. d) Población contada aparte: son quienes hacen el servicio militar o el civil sustitutorio. En España, este colectivo ha dejado de existir en diciembre de 2001. e) Inactivos: población de 16 o más años no incluida en ninguna de las categorías anteriores. Cada trimestre se selecciona una muestra representativa de unos 60.000 hogares a partir del último Censo de Población realizado y se les entrevista a lo largo del trimestre. Cada hogar es entrevistado durante seis trimestres consecutivos, de tal forma que es posible observar los cambios en la situación laboral de los individuos durante dicho periodo. Así pues, cada trimestre se renueva la sexta parte de la muestra. El cuestionario al que responden los hogares es similar todos los trimestres y en el se incluye, además de preguntas sobre características familiares e individuales, un grupo de preguntas sobre la situación laboral de los individuos, y cuyas respuestas servirán posteriormente para clasificar a los individuos como ocupados, parados o inactivos. En particular, se clasifica a los individuos como ocupados si han realizado algún trabajo (remunerado, por su cuenta o como ayuda familiar) en la semana anterior a la de la encuesta, al menos durante una hora en el territorio nacional o en el extranjero; se les clasifica como parados si indican que estaban en otra situación distinta a la anterior (por ejemplo, buscando empleo); finalmente se clasifica a los individuos como inactivos en el resto de casos (no desea trabajar, incapacidad o enfermedad, jubilación, etc.).

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El INE publica los principales resultados y los resultados detallados de la EPA, desglosando la situación laboral de la población española según distintas características (edad, sexo, nivel de estudios, lugar de residencia, ocupación, rama de actividad, etc.). En Economía se utilizan los datos de la encuesta para responder a dos tipos de preguntas: por un lado se desea conocer cuáles son los determinantes de la situación laboral de los individuos (¿existe relación entre el nivel de estudios y la probabilidad de tener empleo? ¿existe relación entre situación familiar y laboral?, etc.); por otro lado, los economistas tratan de averiguar las causas que llevan a los individuos a cambiar de situación laboral (¿afecta el nivel de prestación por desempleo a la probabilidad de salir del paro? ¿la situación laboral de una mujer casada depende de la posición laboral del marido?, etc.).

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