2. El Principio de Autoridad La clave para entender autoridad es identificar las cuatro áreas de jurisdicción establecidas por Dios: padres, gobierno, líderes de iglesia, y patrones. Al tomar una decisión, debemos preguntarnos: “¿A qué jurisdicción pertenece esto?” Dios da dirección, protección y provisión mediante autoridades humanas. Si nos rebelamos contra ellos, nos exponemos a la destrucción por principados malignos que se apropian de la jurisdicción de lugares y personas específicas. Por esto la rebelión es como pecado de adivinación”. (Véase I Samuel 15:23).

¿Por qué son difíciles algunas autoridades?

La Necesidad de Formación de Carácter A Dios le interesa sobre todo el desarrollo de nuestro carácter, y suele usar personas difíciles para lograrlo. José fue vendido como esclavo y posteriormente fue injustamente encarcelado. No obstante, estas experiencias eran “aulas” de Dios para preparar a José para los propósitos de Dios en su vida. Las lecciones de carácter no aprendidas en la juventud se tienen que repetir más tarde. Por esto muchos conflictos de adultos en realidad son conflictos juveniles que nunca fueron resueltos.

16 Martes

¿POR QUE´ OCURREN LOS CONFLICTOS? En cualquier estructura de autoridad habrá tensiones porque las autoridades esta­ blecen leyes, y los que están bajo autoridad tienden a poner a prueba los límites. Dios les puso a Adán y Eva sólo una restricción, y esa fue la que probaron. Hay conflictos adicionales cuando los líderes no manifiestan sabiduría, madurez o amor.

Promesas Incumplidas Las expectativas dañan las relaciones. Cuando una persona en puesto de liderazgo hace una promesa y no la cumple, los que están bajo autoridad sufren heridas. Y si las heridas no se aclaran de inmediato, se convierten en raíces de amargura, y “por ella muchos son contaminados” (Hebreos 12:15).

Soberbia “Ciertamente la soberbia concebirá contienda . . .” (Proverbios 13:10). Soberbia es construir mi vida alrededor de mí mismo y no interesarme en las necesidades de otros. Soberbia es reservarme el derecho de tomar la última decisión y no someterme a la dirección de la autoridad establecida por Dios. Soberbia es creer que soy mejor que otros y juzgarlos a ellos o menospreciarlos. Soberbia es negarme a pedir perdón a aquellos que sé que he ofendido.

Ira “El que sembrare iniquidad [voluntad propia, especialmente inmoralidad] iniqui­ dad segará, y la vara de su insolencia se quebrará [destruirá]” (Proverbios 22:8). El Quinto Mandamiento ordena a los hijos a honrar a su padre y a su madre. Sin embargo, Dios también ordena a los padres que no provoquen a ira a sus hijos. (Véase Efesios 6:4.) Cuando los padres responden a las desilusiones con ira o disciplinan con ira, hieren el espíritu de sus hijos y los provocan a ira.

Una Evaluación Sabia para un Líder Pudieras asombrarte al saber de las expectativas que has creado al sugerir cosas que te gustaría hacer en el futuro. Pregunta a los que están bajo tu liderazgo: “¿Alguna vez he hecho alguna promesa que aún no he cumplido?” Prepárate para escribir aprisa. No discutas con sus percepciones de lo que dijiste; sólo cumple, si te es posible. Siempre que se les pregunta a los hijos o hijas: “¿Cuáles dos cambios quisieras ver en tu padre?” generalmente dicen: “Si tan sólo no se enojara, y si sólo pidiera perdón cuando hace mal”. Estas dos cualidades evitarán la secuencia trágica que se describe en el siguiente diagrama.



Martes

17

Fastidiar

Obstinado

Limitar

Rebeldía “como”

Investigar

Malas amistades

Condenar Condonar

Defensa de la sensualidad

Defender

Condenar a otros

?

Excitación Depresión

Familia

Ingratitud

Hebreos 12:15

(35)

II Timoteo 3:2

(36)

I Samuel 15:23

(37)

Isaías 14:14

(38)

Filipenses 3:19 Proverbios 14:9

(39)

Gálatas 5:19-21

2.

4. 5. 6. 7.

LECCIONES

(34)

3.

Dios

Comparar

1.

Amigos

Rompimiento de la comunicación

CONFLICTOS INTERNOS DEL ADOLESCENTE

Noviazgo

Justificarse

Ego

SEÑAS VISIBLES DEL ADOLESCENTE

Futuro

RESPUESTA DE LOS PADRES

ÁREAS

DESARROLLO SOCIAL ANORMAL

(40)

8. (41)

Romanos 2:1-3 Proverbios 14:12-13

CUATRO TIPOS DE SUICIDIO 1. MENTAL (Drogas/ Filosofías Falsas) 18 Martes

2. MORAL (Entrega a la Sensualidad)

3. ESPIRITUAL (Ocultismo)

4. FÍ´SICO (Muerte)

CUATRO TIPOS DE SUICIDIO 1. SUICIDIO MENTAL:

Drogas, filosofías falsas

• Drogas: Merman responsabilidad mental—II Corintios 10:5



Tratamiento: Ayuno, Memorización Bíblica

• Filosofías falsas: Excluyen a Cristo—Colosenses 2:8 Tratamiento: Igual al anterior

2. SUICIDIO MORAL :

Entrega a la sensualidad

• Resistencia al mal = Base de la vida • Consecuencia de lascivia = Más lascivia—Gálatas 6:7

3. SUICIDIO ESPIRITUAL:

• Tres Etapas en la Destrucción de una Nación 1. Rechazo de la Palabra de Dios 2. Aceptación de la inmoralidad 3. Culto a Satanás

• Consecuencias 1. Temores irracionales 2. Nerviosismo inexplicable 3. Pensamiento ilógico, fragmentario 4. Incapacidad para responder a Dios

• Solución 1. Confiesa participación específica—I Juan 1:9 2. Invoca la sangre y el nombre del Señor Jesucristo—Apocalipsis 12:11

4. SUICIDIO FÍ´SICO:

Participación en ocultismo

Muerte—Hebreos 9:27

Martes

19

Derribando Fortalezas de Amargura Recuperación de “terreno” cedido trae pureza moral.

1. Practica dibujando y explicando el diagrama sobre amargura. • Dibuja el tablero—Esto representa nuestra alma (mente, voluntad y emociones). • Oscurece uno de los cuadros—Según Efesios 4:26–32, cedemos cierta área de nuestra alma a Satanás cuando nos amargamos contra alguien. Satanás entonces tendrá derecho legal para construir una fortaleza en su propiedad. • Dibuja una fortaleza—Una fortaleza es una mentalidad que es contraria a la voluntad de Dios. Desde su fortaleza, Satanás nos atormenta con temor, ira, ansiedad, afán y otras emociones destructivas. • Dibuja flechas hacia otros cuadros—Dios nos dice en la Escritura que Él nos entregará a los verdugos si no perdonamos a los que nos ofenden. Si tratamos de resistir a los verdugos, Satanás simplemente se refugia en su fortaleza y espera otra oportunidad para atacar. Nunca tendremos verdadera libertad hasta que derribemos la fortaleza; sin embargo, no podemos derribar la fortaleza mientras Dios no recupere el terreno. • Anota los pasos de acción—Explica cada paso y cita el pasaje pertinente. Pregunta a la persona si quisiera conquistar la amargura. • Dirige a la persona en oración por los primeros tres puntos—Luego en otra oración exhorta a la persona a perdonar a su ofensor.

2. Memoriza los versículos claves usados en este diagrama.

M Hebreos 4:12 M Mateo 18:34 M I Juan 1:9 M Efesios 4:31–32

M M M M

Efesios 4:26–27 Efesios 6:12 I Juan 2:9 Apocalipsis 12:11

M M M M

II Corintios 10:1–5 Hebreos 12:15 Salmos 23:3 Colosenses 2:14–15

3. Escribe cómo derribaste una fortaleza de amargura. Anota tu propia experiencia con la aplicación de estos conceptos. Enumera las cualidades de carácter que Dios está desarrollando en tu vida como resultado de la herida.

4. Lleva un registro de las ayudas a otros para conquistar amargura.

Anota y conserva las preguntas y comentarios de aquellos con quienes compartas estos conceptos. Al recordar tus conversaciones, descubrirás muchas lecciones nuevas y aplicaciones de este principio universal del sufrimiento.

5. Anima a las personas a quienes ayudes a que escriban sus testimonios.

Cuando haya pasado el tiempo necesario para confirmar que las personas con las que has hablado realmente son libres de amargura, anímalos a que escriban su testimonio y te den una copia. Estos testimonios escritos no sólo los animarán a ellos, sino que te ayudarán a ti a identificar lecciones adicionales sobre maneras de conquistar la fortaleza de la amargura.

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CAMPO DE BATALLA DEL ALMA Derribando Fortalezas de Amargura Principado Fortaleza

Terreno cedido

Verdugos Temor

Ira Lascivia

ALMA

Alma: Nuestra mente, voluntad y emociones vs. espíritu (griego: psique)—Hebreos 4:12 Terreno: Area jurisdiccional (lugar en nuestra alma)—Efesios 4:27 Fortaleza: Mentalidad y conclusiones contrarias a la Escritura—II Corintios 10:4–5 Verdugos: Males que Dios permite para enseñar misericordia—Mateo 18:34 Principado: Gobernante del mal sobre área jurisdiccional—Efesios 6:12

Pasos de Acción: 1. Confiesa el pecado de amargura—Hebreos 12:15; I Juan 1:9 2. Pide que Dios recupere el terreno cedido—Salmos 23:3 3. Derriba fortalezas con la verdad—II Corintios 10:4–5 4. Muestra misericordia, perdonando a tu ofensor—Mateo 6:14–15

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Puntos Clave para Compartir sobre Cómo Derribar . . .

las Fortalezas de la Amargura Nuestra Alma • EL PROBLEMA M La amargura contamina el alma. En nuestra búsqueda de la “paz con todos los hombres, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”, debemos cuidar diligentemente de que nadie resista la gracia de Dios. De lo contrario, fácilmente puede brotar en nosotros una raíz de amargura. Con esto, “muchos son contaminados”. (Véase Hebreos 12:14–15.) • LA CONSECUENCIA M La amargura debilita nuestra alma. Si seguimos lo que es malo, Dios nos concederá los malos deseos de nuestro corazón, pero “enviará mortandad a nuestra alma”. (Véase Salmos 106:15.) La mortandad disminuye la capacidad de nuestra alma para responder a Dios y seguir sus caminos. ´N • LA SOLUCIÓ M El terreno perdido se puede recuperar. Es muy importante la promesa en Salmos 23:3: “Confortará mi alma”. Como nues­tro Pastor, el Señor nos guía por “sendas de justicia” y “prepara mesa delante de nosotros en presencia de nuestros enemigos”. (Véase Salmos 23:3, 5.)

“Terreno” ´N • LA DEFINICIÓ M Área jurisdiccional de nuestra alma. Se nos advierte que la amargura “. . . dará lugar al diablo” (Efesios 4:27). La palabra “lugar” en griego significa “área de control legal”. En un reino, la jurisdicción lo determina el territorio bajo la autoridad del rey. 22 Martes

• EL PROBLEMA M El terreno cedido acarrea verdugos. Cuando se le entrega a Satanás terreno en el alma de la persona, él tiene derecho legal para levantar fortalezas sobre ese terreno y usarlo como base de operaciones para atormentar otras áreas del alma. ´N • LA SOLUCIÓ M El terreno se recupera paso a paso. Cada vez que permitimos que el sol se ponga sobre nuestro enojo, cedemos más terreno a Satanás, según Efesios 4:26–32. Pudiéramos tener amargura contra muchas personas. En la guerra, el terreno cedido al enemigo debe recuperarse metro por metro.

Fortalezas ´N • LA DEFINICIÓ M Una mentalidad incorrecta. Dios nos advierte que no seamos engañados por filosofías huecas que son “. . . según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”. Creer estas filosofías permitirá a Satanás “despojar” nuestras almas. (Véase Colosenses 2:8.)

• LA CONSECUENCIA M Decisión contraria a la voluntad de Dios. Cuando Satanás construye en nuestra mente un razonamiento que es contrario a la Escritura, influye luego sobre nuestra voluntad para que tomemos decisiones incorrectas. Las decisiones incorrectas producen emociones destructivas como temor, ira, depresión y ansiedad.

´N • LA SOLUCIÓ

M Las fortalezas pueden ser derribadas. Nos han sido dadas armas que son “. . . poderosas en Dios para la destrucción de forta­lezas” (II Corintios 10:4). Estas armas de verdad están diseñadas para derribar toda filosofía falsa y toda imaginación engañosa, y hacer que todo pensamiento se ajuste a la verdad de la enseñanza de Cristo.

EJEMPLOS DE FORTALEZAS

Verdugos ´N • LA DEFINICIÓ M Fuerzas del mal que afligen nuestra alma. Cuando el siervo que había sido perdonado su enorme deuda se negó a perdonar al que le debía muy poco, fue reprendido por su señor y entregado a “. . . los verdugos” (Mateo 18:34; véanse también versículos 23–33). El verbo griego que corresponde a la palabra verdugos en este pasaje significa “torturar”. Su raíz significa “causar dolor y trabajo; producir angustia y fatiga del alma”.

• “El que me ofendió nunca cambiará”. Con base en esta conclusión falsa, Satanás convence a maridos y esposas de que se divorcien, a los hijos que se rebelen contra sus padres, a los empleados que dejen sus empleos y produce divisiones en las iglesias. Pero Dios dice, “He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?” (Jeremías 32:27). Dios dice a las esposas que su espíritu afable y apacible al honrar con sinceridad a sus maridos puede ganar a los maridos que no creen las Escrituras. (Véase I Pedro 3:1–2.) Dios insta al marido a amar a su esposa y no ser áspero con ella. Cuando el marido ama a su esposa con amor ágape, su esposa se convierte en una atesorada ayuda idónea”. (Véase Efesios 5:25–33.)

• “Debo castigar al que me ofendió”. Dios promete castigar a los ofensores si insisten en rechazar las apelaciones amables de los ofendidos. No nos toca a nosotros la venganza. Debemos permitir que la ira de Dios tome su curso. “. . . Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19). Cuando tomamos las cosas en nuestras manos para vengarnos de nuestros ofensores, nos perdemos la bendición especial que Dios da a los que conquistan con amor, y aca­ rreamos destrucción para nuestra propia salud física, actitudes y relaciones.



• EL PROBLEMA M Dios envía verdugos a los amargados. En la parábola del mayordomo injusto, el señor reprendió al siervo que se negó a perdonar a un ofensor: “. . . Yo te perdoné toda aquella deuda . . . ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? “Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía” (Mateo 18:32–34). Una persona amargada se convierte en prisionera de sí misma; es iracundo, desalentado, deprimido, desilusionado e incapaz de concentrarse en sus responsabilidades ni disfrutar las relaciones que Dios diseñó para él. ´N • LA SOLUCIÓ M Entiende el significado de misericordia. En la parábola del mayordomo injusto, el deudor no pidió misericordia; simplemente pidió ampliación del plazo. “. . . Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo” (Mateo 18:26). El señor lo entregó a los verdugos para que pudiera comprender que jamás podría pagar su deuda. Si entonces pidiera misericordia, el señor le perdonaría toda la deuda. Luego, habiendo conocido la misericordia, podría mostrar misericordia a sus ofensores.

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Conoce Tus Armas . . . Para Derribar las Fortalezas de la Amargura ´N • PREPARACIÓ Si cedemos “terreno” a Satanás, estamos expuestos a la influencia de sus principados, poderes del mal y gobernantes de tinieblas. El Libro que nos advierte que “no demos lugar al diablo” mediante la amargura también nos dice que “. . . No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). En el siguiente pasaje tenemos los pasos mediante los cuáles podremos conquistar a Satanás y destruir sus fortalezas. • ELLOS LE HAN VENCIDO POR . . .

“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos . . .” (Apocalipsis 12:11).

las calles, para demostrar que estos enemigos ya no tenían autoridad ni poder alguno sobre el pueblo, porque habían sido conquistados y desarmados. Basado en lo que Cristo hizo en la cruz, la única autoridad que Satanás tiene sobre nosotros hoy es la que nosotros le demos al rechazar lo que Cristo logró, o al desobedecer su Palabra. Estas poderosas verdades se presentan en los siguientes pasajes: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, “Y despojando a los principados y a las potes­ tades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:13–15). “Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tie­ rra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros peca­ dos con su sangre” (Apocalipsis 1:5).

M La sangre del Cordero

M La palabra de su testimonio

Satanás y todas sus huestes estaban presentes en la crucifixión de Cristo. Cuando Cristo fue clavado a la cruz, le arrebató a Satanás el documento legal que tenía en sus manos. Ese documento le había dado a Satanás autoridad sobre cada persona en todo el mundo. Jesús clavó ese documento a la cruz y borró la escritura del documento con su propia sangre. Luego “exhibió” públicamente a Satanás en los cielos. Esta expresión se refiere a la práctica de los generales romanos triunfantes que exhibían a sus enemigos conquistados en

Nos apropiamos de la poderosa obra de Cristo al depositar nuestra fe en Él y arrepentirnos de las obras de la carne que han dominado nuestra vida. (Véase Colosenses 2:6–12.) Nuestra manera de dar testimonio de esta verdad es confesando nuestro pecado de amargura, pidiendo a Dios que recupere el terreno que hemos cedido a Satanás, derri­ bando las fortalezas de ideas antibíblicas y mostrando misericordia para con los que nos ofenden. Perdonamos a otros porque Dios en Cristo nos ha perdonado a nosotros.

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Pasos de Acción:

1. Confiesa el pecado de amargura. Muchos de nosotros justificamos la amargura. Repasamos constantemente el daño que nos hicieron nuestros ofensores, y al hacerlo, justificamos nuestra culpa con acusación. Además redefinimos la amargura diciendo: “No estoy amargado, sólo fui profundamente herido”. El hecho es que hemos roto nuestro afecto por nuestro ofensor, y Dios dice: “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas” (I Juan 2:9). La oscuridad es la esfera de Satanás; así, el que está amargado está viviendo en pecado y está bajo el poder de Satanás. Sin embargo, “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (I Juan 1:9).

2. Pide a Dios que recupere el terreno cedido. Según Efesios 4:26–27, cedemos terreno a Satanás cada vez que permitimos que se ponga el sol sobre nuestro enojo. Por cada una de estas ocasiones, debemos pedir a Dios que recupere el terreno que cedimos a Satanás. Tenemos la certeza de que Dios oirá nuestra oración conforme a la consoladora aseveración del Salmo 23:3, “Confortará mi alma . . . .” La palabra confortará en hebreo significa “volver al punto de inicio”. Debemos pedirle a Dios que reprenda a Satanás en el nombre y por la sangre del Señor Jesucristo, y que recupere el terreno que Cristo ganó por su muerte, sepultura y resurrección.

3. Derriba fortalezas con la verdad. Es responsabilidad de Dios recuperar el terreno que hemos cedido, pero es responsabilidad nuestra derribar las fortalezas que Satanás ha levantado en ese terreno. Dios nos ha dado armas poderosas para lograr esta tarea. “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (II Corintios 10:4). Debemos decidir perseguir y destruir cada idea o conclusión falsa que hemos aceptado de Satanás y levantar “torres de verdad” mediante la lectura, memorización y meditación en la Escritura.

4. Muestra misericordia, perdonando a tu ofensor. Ahora que entendemos la destrucción espiritual que viene con la amargura y cómo el perdón es un aspecto de la misericordia, debemos tener la motivación para perdonar plenamente a nuestros ofensores así como hemos sido perdonados por Cristo. “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31–32).



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