Exposición temporal Basaldua, el traje de novia // 13 de mayo – 4 de septiembre 2011 DEPARTAMENTO DE CONSERVACIÓN DEL MUSEO DEL TRAJE

Detrás de cada exposición temporal que organiza el Museo de Traje está el trabajo de numerosos profesionales de sus diferentes departamentos. En concreto, la participación del Departamento de Conservación es fundamental tanto en la preparación de las piezas para su exhibición, diseñando los soportes más adecuados para cada una de ellas, como durante el tiempo que dure la muestra, garantizando que se mantienen unas condiciones medioambientales y de iluminación compatibles con la correcta conservación de las obras.

En la elaboración de los soportes de estos 23 trajes se ha recurrido, como es ya habitual en el Museo del Traje, a la idea de maniquíes invisibles hechos a la medida de cada una de las piezas. Este tipo de soporte garantiza mejor que ningún otro la conservación de los trajes, ya que se adapta a la perfección a los mismos evitando las tensiones que pudieran derivar de su exhibición en un maniquí convencional. Por otro lado, entendemos que es el soporte que mejor permite apreciar las cualidades volumétricas, técnicas y materiales de las piezas, eliminando todo tipo de elemento de distracción en la contemplación. El traje así expuesto cobra una entidad de obra de arte casi escultórica, que es como deben de ser contemplados estos 23 diseños únicos. La elaboración de los maniquíes El proceso de fabricación de los soportes guarda un significativo paralelismo con el proceso mismo de confección de los trajes. Si el traje se diseñó como envoltorio ideal para un cuerpo concreto, el maniquí que hemos confeccionado en el Museo pretende seguir una trayectoria inversa para elaborar el interior ideal para cada traje concreto. Este laborioso trabajo comienza en el momento en el que al Departamento llega el listado de las piezas que participarán en el evento.

Dpto de Conservación- exposiciones temporales

En el caso de la exposición Basaldua, el traje de novia, que recoge diseños de Chus Basaldúa realizados durante las últimas cuatro décadas, puede ser especialmente destacable el trabajo realizado por el equipo de Costura y Volumen del Departamento de Conservación del Museo del Traje.

1

Fig. 1. Vestidos de novia en sus propias fundas, identificados con ficha de estado de conservación, en el momento de su llegada.

El primer paso del trabajo es el análisis de las características de cada una de las piezas, principalmente su fecha de elaboración y su estructura. También se tendrá en cuenta el estado de conservación y características más reseñables de cada uno. Estos son datos muy relevantes ya que nos va a orientar sobre la silueta y los volúmenes que debemos lograr reproducir con el soporte. De este análisis va a depender que consigamos una lectura veraz de cada pieza y del conjunto que debe mostrar la evolución creativa de la diseñadora desde los años 70 hasta la actualidad.

Fig. 2. Plantillas de identificación de silueta, y matrices del taller de Volumen del Museo del Traje.

En este momento se valoran además la necesidad de elaborar brazos, faldonajes u otros elementos que sean necesarios para reproducir la morfología del vestido. Una vez anticipado cuál es el resultado que queremos conseguir y los medios que necesitamos para alcanzarlo, comienza el trabajo de elaboración. La matriz elegida se envuelve en plástico, para protegerla y así poder reutilizarla tantas veces como necesitemos, y se forra con tiras de papel secante adherido con cola de almidón. Se aplican múltiples capas de papel en vertical y horizontal hasta obtener la forma deseada, tras lo que se seca en un horno para que se endurezca.

Dpto de Conservación- exposiciones temporales

Con los datos inferidos de este primer análisis y con las medidas de, básicamente, pecho, cintura y cadera, se decide cuál de las matrices de entre las que cuenta el Museo se ajusta mejor a cada una de las piezas. Esta matriz es la estructura fundamental del futuro maniquí.

2

Figs. 3 y 4. Preparación de la matriz y adhesión del papel.

Fig. 5. Introducción del maniquí en el horno.

Fig. 6. Desmoldado del nuevo maniquí.

El nuevo maniquí se forra entonces con un material de acolchado (guata) y se enfunda en una malla que evite enganches (ventulón). Es el momento de colocar los brazos, faldonaje y aquellos otros elementos que pueda necesitar cada traje y que se han ido elaborando simultáneamente.

Dpto de Conservación- exposiciones temporales

Ya seco, se desmolda el maniquí mediante un corte lateral, que se unirá posteriormente.

3

Fig. 7. Colocación de ventulón sobre la guata.

Comienzan ahora las pruebas del vestido para ir consiguiendo un ajuste perfecto a base de rellenos. Es éste también el momento de recortar el maniquí para adaptarlo a la forma del traje, normalmente en el escote, hasta conseguir que sea invisible.

Figs. 9 y 10. Aspecto de las distintas capas de envoltura del maniquí, y cosido de los bordes.

Los bordes del cartón son lijados y protegidos con una cinta y las diferentes capas, repuestas y cosidas. El trabajo de hacer desaparecer el soporte se completa con el forrado de las zonas

Dpto de Conservación- exposiciones temporales

Fig. 8. Ajustado del maniquí a la pieza.

4

perimétricas del maniquí con seda entonada al color del traje y la pintura de la parte interior en los mismos tonos.

Fig. 11. Maniquí vestido.

Agradecimientos: A Práxedes García (Volumen), Irene López (Costura) y Marta Torres (alumna en prácticas) por su colaboración para la elaboración de este texto. A Munio Rodil, por facilitar la fotografía final del maniquí vestido (Fig. 11).

Dpto de Conservación- exposiciones temporales

Completado el trabajo de elaboración del maniquí, se viste con la pieza, que ahora ya cuenta con un soporte perfectamente ajustado a ella, acomodado a sus formas y volúmenes, y que debe permitir que se aprecien en las mejores condiciones posibles sus características técnicas y estéticas al tiempo que garantiza que durante la exhibición no sufrirá ningún deterioro.

5