10 ideas para SER, ESTAR y HACER

Los libros de plenaccion.es 10 ideas para SER, ESTAR y HACER. Estrategias para la transformación y el Desarrollo Personal. Juan Carlos Montoya. Tex...
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Los libros de plenaccion.es

10 ideas para SER, ESTAR y HACER. Estrategias para la transformación y el Desarrollo Personal.

Juan Carlos Montoya.

Textos y fotografía.

Sumario.

-A modo de introducción................................3 1. Zonas de confort........................................6 2. Revoluciones.............................................8 3. Directores de tiempo................................10 4. Tiempo al tiempo......................................12 5. La batalla del tiempo................................14 6. Liderazgo Mindfulness.............................16 7. Claves frente a la distracción...................18 8. El Plan de Desarrollo Personal................22 9. El Plan de la felicidad............................. .24 10.Qué hacer cuando estás desempleado..26

A modo de introducción. Plenacción nace de la necesidad de emprender un proyecto de Consultoría para el Desarrollo Personal basado en la práctica de la Atención Plena o Mindfulness. Una práctica que, en palabras de John Kabat Zinn, no es otra cosa que prestar atención de una manera deliberada sobre lo que ocurre en el instante presente. Ayudar a descubrir que, desde el aquí y el ahora, se despliega la vida con fuerza, y que si logramos dejar a un lado tanto viaje al pasado y tanto viaje al futuro, podremos descubrir la verdadera esencia de lo que se despliega ante nuestros ojos. Estamos ante un mundo cambiante, sumidos en una profunda transformación a la que llamamos crisis. En estas páginas no voy a hablar de política ni de economía; sólo de nosotros y nosotras como seres vivientes y sintientes…y pensantes…muy pensantes…extremadamente pensantes. Aquí estamos, en este mundo cambiante pero siempre acompañados, irremediablemente por dos “personajes” que no nos podemos quitar de encima. Ellos son nuestro cuerpo y nuestra mente. Están ahí, acompañándonos a lo largo de nuestros días. De esos, unos días nos da por cuidar “la carrocería” y otros –los menos- por aquietar y serenar nuestro “mono loco” en forma de cabeza. Lo habitual es que nuestro cuerpo vaya por su lado, que no lo escuchemos salvo cuando nos ofrece algún alarido en forma de dolor o molestia y la mente por otro. Una mente abarrotada de ideas, pensamientos, reflexiones, juicios, imágenes y todo tipo de movimientos a los que, normalmente, nos apegamos, nos aferramos y nos encadenamos, siendo constante fuente de estrés, de ansiedad e incluso de malestar corporal. Todos esos síntomas, en una época de crisis como la que vivimos, en una etapa de incertidumbre (¿no es la vida una constante y natural incertidumbre?) deberían servirnos de aviso de que, quizás, haya ya llegado el tiempo de atender como se merece a nuestro cuerpo y de cuidar con esmero ese “mono loco” que es nuestra mente, que no hace otra cosa que saltar de rama en rama. Son dos personajes unidos –nuestro cuerpo y nuestra mente- hacia los que deberíamos prestar especial atención y dedicarles sus merecidos cuidados. Siempre que pienso en ello, cuando por algún motivo no he cuidado mi cuerpo o he dejado que mi mente me atrape en su monumental verborrea, me hago la misma pregunta: ¿le echo lejía a mi moto o aceite quemado y usado? (mi Vespa es para mí un objeto preciado)…Pues con nuestro cuerpo y nuestra mente deberíamos hacer lo mismo. Para ello, prestar atención, llevar a cabo la práctica continuada de Mindfulness (Atención Plena) nos supone llevar a nuestra vida habitual un mayor sentido de serenidad, transformándonos en espectadores de una realidad sin que por ello tengamos que aferrarnos a todos y cada uno de nuestros pensamientos que pasan como nubes, difuminándose a cada paso. Vivimos Aquí y Ahora. Cuando termines de leer este texto será ya otro instante, pero éste es en el que estás ahora mismo. Si pones toda tu atención en él y en todos los instantes que vendrán después, irás dejando de estar atrapado por el pasado y sabrás que tu futuro es eso que estás construyendo desde este preciso instante. Atención Plena también es respirar. Simplemente eso. Mientras leías esto ¿has sido consciente de tu respiración?, ¿es agitada?, ¿tranquila?, ¿abdominal?, ¿torácica?. Si puedes, en este instante, cierra los ojos y dedica un minuto a sentirla. Ella es el principio de la felicidad porque la vida, al fin y al cabo, es eso que pasa mientras estamos en el pasado o con los cinco sentidos puestos en el futuro. En este primer libro, he querido unir algunos de mis post del blog en el que escribo habitualmente, para ofrecerte 10 ideas o reflexiones que creo fervientemente que pueden servirte para una serena

reflexión de cómo poder dirigirte hacia tu desarrollo personal para desde ese instante presente en el que habitamos, conseguir trabajar en pos de tus metas y objetivos. He querido acompañar a cada uno de los textos una fotografía que también es una reflexión sobre esa vida que se nos despliega constantemente y que, la mayoría de las veces, nos obcecamos en no escuchar con atención. Mi trabajo fotográfico es parte también de mi palabra. Escribo a través de la imagen y hago fotografías a partir de palabras. En cuanto a su lectura, el libro puede ser leído en “orden” o practicar también el noble arte del “desorden” saltando a la página o al artículo que te guste. Existen reglas, pero tras conocerlas, también es bueno saltárselas. Al fin y al cabo eso es la vida; un interesante y mágico juego que nos negamos a mirar. ¿Te atreves a viajar al instante presente?. Si vas, estoy seguro que nunca saldrás. Es ahí donde habitas siempre. Juan Carlos Montoya. [email protected]

“Fotografiar, es poner la cabeza, el ojo y el corazón, en el mismo pubnto de mira”. Henri Cartier-Bresson

“El material de que se nutren nuestras narraciones no es tan importante como la forma que tenemos de hacerlo nuestro, es decir, de aplicarle una particular interpretación”. Carmen Martín Gaite

La Espera.

Tu Zona de Confort. La Zona de confort, es ese espacio vital en el que nos sentimos cómodos porque nos hemos “acomodado” y nos produce una sensación de peligro el abandonarla, pero en el fondo sabemos que, quedándonos en ella, nos anclamos a una forma “vieja” de vivir.

S

i miras desde “tu asiento” la vida de la que te has rodeado, pero tienes la sensación de que no te gusta lo que ves ni como lo ves, andas cansado, el mando del televisor se ha adherido a tu mano, te sientes apagado/a y descontento/a sin un objetivo definido a medio/largo plazo y con la pulsión de que no hay otro camino, seguramente es que estés instalado en “tu zona de confort”. Quizás te has convencido de que, a medida que uno va sumando años, las responsabilidades se deben asumir desde la quietud y la no movilidad más allá de las cuatro paredes físicas y mentales en las que ahora puedes sentirte. Puede ser que ya pienses que la época de los sueños se quedó en el armario de los recuerdos, y que volver a enamorarse de los días es cosa de chiquillos, dado que lo que ahora toca es labrarse un futuro y una estabilidad o aceptar que lo que hayas perdido si estás en situación de desempleo, es una herida de por vida y que nada ni nadie te sacará de la zona en la que te encuentras. Es fácil acostumbrarse a lo que uno tiene o aceptar lo que piensas que no llegará, es fácil dejar que las ventanas se llenen de herrumbre para dificultar el paso del aire y auto convencerte de que seguir en la zona de confort es lo mejor para no perderlo todo o asumir que todo ha sido perdido ya. Pero hoy en día, metidos hasta las cejas en la nueva era que va emergiendo cada vez más deprisa, inmersos en una crisis estructural que hará cambiar todo lo que nos rodea, es posible y deseable salir de la zona de confort, se tenga la edad que se tenga, y se tengan las circunstancias personales que se tengan. Fácil puede que no sea, pero imposible no lo es. Salir de la zona de confort, es levantar la cabeza para decidir claramente el camino que quieres trazar para alcanzar tus metas y objetivos, plantarte en el instante presente en el que habitas y comenzar a dar un paso cada día desde la presencia de la conciencia en cada uno de los pasos. Salir de la zona de confort es provocar el juego y la devoción de lo nuevo y el asombro por cada una de las cosas que ocurren a tu alrededor. Salir de la zona de confort es abrir de par en par las ventanas y saber que no te llevarás nada de lo que crees que tienes. Disfruta de un beso, de una sonrisa, de aquel libro que tienes pendiente desde hace tiempo. Dale espacio al juego, a iniciar nuevas amistades, a descubrir el mundo que te está esperando nada más salir del portal. Estás en otro tiempo. Ahora es el momento de aceptar los cambios, de saber que nada ya será como antes, que todo va fluyendo y que, como en el anuncio aquél, debes de ser agua para evitar partirte en pedazos con la próxima piedra que te encuentres en el camino. Coge un cuaderno y apunta tres cosas y un tiempo prudencial para hacerlo: Que quiero ser, que quiero tener y que quiero hacer y escribe con claridad el día en el que quieres comenzar la aventura. Sopla el viento, así que abre bien las velas de tu vida y ponte a navegar sin la preocupación de saber dónde vas a llegar, porque no es en el final del camino donde está tu destino, sino en cada uno de los instantes que pasas vivo cada día.

Abismos.

Revoluciones. Aceptar que estamos ante un nuevo tiempo que nada tiene que ver con el que hemos vivido hasta ahora, es haber ganado muchos pasos de futuro. Aparecen nuevos paradigmas y hemos de construirnos desde ellos, porque ellos no van a cambiar. La revolución está dentro de nosotros. Aquí y Ahora más que nunca.

J

iddu Krishnamurti, es uno de esos grandes maestros espirituales que han sabido integrar filosofía, religión y psicología y al que de vez en cuando vuelvo para releer alguno de sus textos, pasear por el impresionante relato de sus días a través de los dos volúmenes publicados por Kairos, (Diario I y II), o descubrir nuevos textos en la edición que lleva por título “La Revolución Interior. transformar el mundo”, y que también lleva el sello de la editorial Kairos Vivimos tiempos convulsos y de cambios radicales. Esta que atravesamos no es una crisis coyuntural, estamos ante una enorme crisis estructural que determina un cambio de era. No es solo una crisis económica, es una crisis profunda de valores y de formas de vida. Ante esto ya no caben Revoluciones a la manera tradicional, ya no hay lugar para las banderas ni los himnos, ya no dan soluciones el asalto al poder que terminan quedando en un nuevo cambio de élites que terminan reduciendo los gobiernos a modernas comodidades que vuelven a los mismos errores una y otra vez. Ahora es el tiempo de los cambios radicales en cada uno de nosotros y es ahí donde la visión de Krishnamurti se hace más grande para darnos algunas claves de la posibilidad de llevar a cabo un trabajo que nos transforme y, por tanto, transforme el mundo. El camino de la observación, la propia y constante observación de nuestras pautas y nuestro comportamiento tienen la clave. Trabajar en la no dualidad. La diferencia entre el observador y lo observado provoca sufrimiento. Es el pensamiento el que genera el miedo que nos atenaza. La gran pregunta es: “¿Es posible una revolución interior y, por tanto, exterior?”. Porque está claro que no podemos continuar con nuestros viejos hábitos, nuestras viejas tradiciones, nuestra vieja manera de pensar” y por tanto, como expresa Jiddu, otra de las claves ante la que nos tenemos que sentar a reflexionar es “¿Qué podemos hacer para vivir sin conflicto, para llevar una vida verdaderamente sensata, vivida con libertad y penetrante inteligencia, con cordura, con afecto, con un sentimiento de belleza? ¿Cómo hemos de vivir para que en nuestra vida no haya ninguna clase de problema, para que haya tal profundidad en ella que el hecho en sí de vivir adquiera pleno significado?”. Llevo tiempo enrolado en esta búsqueda personal a la que invito a todos y todas y voy adquiriendo la seguridad que es desde el instante presente desde donde es posible la transformación interior tan necesaria para provocar esa revolución pendiente que habrá de transformar el mundo; la revolución interior. Ya no es posible seguir viviendo como hemos venido viviendo hasta ahora. Tiempos apasionantes de cambios y transformaciones. De cada uno de nosotros depende que camino recorrer. Siempre despacio por favor y mirando a los lados, saboreando cada estación de la vida y dejando que las manos y la mirada hagan su juego vital. Observar con plena atención y acariciar cada momento que pasas. Esa es la verdadera transformación. Esto es el arte de Mindfulness o Atención Plena.

Tránsitos.

Directores de tiempo. Tenemos todo el tiempo del mundo. Cada día nos regalan 24 horas de las que, al menos, debemos usar 7 para dormir...el resto podemos hacer con ellas lo que queramos, pero las obligaciones e imposiciones nos dominan. cambiar el sentido de nuestro tiempo es posible; sólo necesitamos voluntad y ganas. Mejoremos nuestra relación con el tiempo. Es nuestro.

E

stá claro que vivimos en un periodo de la historia de la humanidad, en el que la aceleración del tiempo es imparable. Especialmente desde la aparición y universalización de las Nuevas Tecnologías de la comunicación, eso que mal-llamamos el primer mundo, se ha instalado en la autopista de la información para encapsularse en un cohete que no sabemos muy bien a donde nos lleva…pero nosotros seguimos ahí enclaustrados, con las orejeras puestas, persiguiendo una extraña zanahoria a la que, de esa forma, nunca llegamos. Todo parece escaparse a nuestro control, aunque la publicidad que nos rodea y nos inunda, trata siempre de convencernos de lo contrario. El caso es que, cuando eres capaz de detenerte aunque sea unos minutos al día y permanecer en silencio tratando de poner el foco de tu atención en cada una de las cosas que estás haciendo o sintiendo en ese preciso instante, todo empieza a precisar de otro tempo; el “tempo” natural de la vida. Si te comparas con un ciudadano o ciudadana de finales del siglo XIX (por poner un ejemplo) podrás darte cuenta de que dispones de las mismas horas que él o ella, pero sin embargo, puedes tener muchísimas menos horas de las que aquél hombre o mujer, pudiera disponer. ¡¡ohhh!! Si, ¡¡claro!!, vives en un mundo mucho mejor y más civilizado…. La aceleración del tiempo que sufrimos, viene dada por nuestra común ausencia del espacio en el que vivimos, y es que se está donde no se quiere estar y no se está donde realmente se quiere estar, porque estamos siempre mirando la zanahoria del futuro o con la cabeza puesta en la zanahoria que creemos haber dejado atrás, porque nuestro único afán no es estar, sino ser. En esta especie de trabalenguas vital nos movemos constantemente por no educar con el debido respeto y devoción, algo que nos viene “de serie” que es nuestra atención. En nuestro proceso de socialización, desde que somos pequeños, nadie nos cuenta que no sólo es posible, sino necesario, ser dueños de nuestro tiempo, y para ello no es bueno ir adquiriendo “piedras vitales” en nuestra mochila de los días, sino disponer con ellas una nueva relación que nos vaya manteniendo, como en el verso de Antonio Machado, “ligeros de equipaje”, lo que no significa no tener ni hacer nada, sino disponer una nueva relación con lo que nos rodea y sostener una nueva relación con nuestro espacio y nuestro tiempo.



Directores de Tiempo” debería de ser una nueva asignatura desde la escuela infantil, donde se nos enseñase que no debemos tender a dominar nuestras horas, sino más bien, a estar en ellas en el instante presente, pues es desde ahí desde donde arranca la paz, la serenidad, la concordia y esa zanahoria que no tienes que perseguir, porque ya la llevas contigo desde que naces.

Infrahistorias.

Tiempo al tiempo. Si conseguimos manejarnos bien con el dilema del tiempo, dispondremos de las horas necesarias para hacer aquello que más nos gusta. Estar paseando constantemente entre el ayer que ya pasó, y el futuro que inventamos cada día, nos resta presencia en el Aquí y en el Ahora. Hemos de aprender a reinvindicar nuestro tiempo, pues es el principal valor que tenemos. Lo demás es un puño apretando la arena de la playa.

R anímicos.

Ecuerdo una frase: “La vida es corta, pero muy ancha”. Suelo hablar del tiempo, pero no es un tema recurrente que se convierta en repetitivo. Es más bien, algo así como el alma de nuestra vida; un esqueleto silencioso que transcurre veloz y que nos hace cabalgar entre segundos, horas, días y años sintiendo que lo percibimos según nuestros diferentes estados

Cuando vamos acelerados persiguiendo esa meta que nunca llega, cuando nos lanzamos por la cuesta de la inconsciencia, nuestra percepción del tiempo es veloz y queremos contar con disponer de 32 horas en vez de 24, sin darnos cuenta de que si no sabemos gestionar 24 ¿Qué creemos que haríamos con 32?. Si nos salimos de la autopista vital por la que la mayoría parece circular, y nos situamos en el recorrido de las carreteras secundarias; esas que nos dejan vislumbrar amaneceres y nos dejan contemplar lo que hay por encima de nuestras cabezas ultrapensantes, entonces el tiempo nos parece que se detiene, como en esos días de la infancia donde las tardes duraban una eternidad y daba tiempo a casi todo. Pese a nuestras diferentes percepciones de eso que llamamos tiempo, los seres humanos tenemos la capacidad “de serie” de jugar mejor con nuestros relojes para saber y reconocer cuando podemos viajar por la autopista y cuando lo debemos hacer por las líneas secundarias. El problema principal, es que, al estar sumidos en la aceleración que se nos impone, no somos conscientes del instante presente en el que vivimos, del aquí y ahora en el que realmente estamos. Esa dualidad, ese viaje constante entre el mañana y el ayer, además de provocar mucho más malestar emocional del que pensamos, no nos deja instalarnos en ese evocador instante presente desde el que podemos construir ese futuro que pretendemos. Efectivamente, la vida es corta… ¿en relación a qué?...pero es muy ancha. Retomar nuestra posición respecto al tiempo y delimitar muy bien nuestra organización y ser conscientes de nuestro estado anímico y trabajar en nuestra posición de observadores de nuestra propia realidad, son un buen trabajo de reubicación hacia el Aquí y el Ahora del que tantos oímos hablar últimamente. Como decía, disponemos de la capacidad de establecer nuestra posición frente a esos relojes que nos machacan. El reto es enfrentarse a nuestra realidad, para construir la realidad de todo lo que nos rodea. ¿Has pensado, por ejemplo, la cantidad de “piedras” que llevas cargadas en tus espaldas y que no te pertenecen?...quizás son esas las que lastran tu verdadera identidad; ese yo esencial que es quien es real e inmutable.

Naturaleza e historia.

La batalla del tiempo. Ese tiempo que llevamos en los relojes atado, es una mera convención para las ataduras. Está ahí desde que comenzaron a funcionar los sitemas ferroviarios, pero el verdadero tiempo que manejamos es el de “sol a sol”, sin más deseo que ser felices. Persigamos la vida, no los relojes.

N

o es más que una simple convención, una ley más con la que convivir, un acuerdo para no perdernos en el camino de la vida, una atadura en la que creemos sabiendo que la mayoría de las veces nos derrota por no saber permanecer quietos frente a su intempestivo movimiento circular.

cada cierto tiempo...365 días...decimos adiós a un año para dar la bienvenida a otro. Simplemente porque decidimos que un 31 de diciembre a las doce en punto de la noche, el reloj salta hacia una nueva etapa y añadimos un digito más al discurrir de los años. Ahí estamos todas todos y todas, frente a un televisor, en la mayoría de los casos, dispuestos a engullir doce uvas, arrimados a la alegría y con el necesario punto de nostalgia como para soltar el principio de alguna lágrima por los que ya no están. Se llenarán nuestros márgenes de besos y abrazos y seguirá corriendo el cava y las lentejuelas hasta bien entrada la madrugada. Será el tiempo de las nuevas promesas, las ideas de aventuras necesarias, los nuevos planteamientos vitales y el inevitable deseo de dejar de fumar para quienes todavía habitan este mundo disfrazados de chimeneas andantes. Promesas que se irán diluyendo durante los siguientes 15 días para terminar siendo agua allá por los principios de febrero. Nuestro problema no son las convenciones ni las legislaciones vitales, sino más bien nuestra mala relación con el tiempo. Elevo una propuesta para quien quiera aceptarla: No te propongas para cada año que viene grandes sueños, ni aventuras desmedidas, ni deseos que habrán de quedarse olvidados en la galería de los imposibles. Deja a un lado todo eso y proponte aprender a tener una nueva relación con el tiempo. Cada mañana, cuando el despertador inicie su matutina serenata, disponemos de, al menos, 17 horas, (habiéndole restado a las 24 unas cuantas para el sueño). Se consciente de cada una de las horas que pasan. Se consciente de cada una de las acciones que haces en cada una de esas horas. Trata de hacer lo posible por disfrutar de cada una de esas horas como si fuese la última que te queda antes del último suspiro, pero en el equilibrio de saber que te llegará la siguiente. No te metas en grandes proyectos…irán apareciendo solos si eres capaz de sentarte a contemplar el paso de esa hora inevitable que estará allí haga sol, frio, llore o se tenga que sujetar la mandíbula de la risa. Empezará un año nuevo, las bombillas que lo suelen anunciar cuando cuelgan por las calles….Es tiempo para mover los cuartos traseros de la silla de la zona de confort –aquella que nos impide realizar nuestros sueños y utopías-. Empezará siempre un nuevo año mientras estamos por aquí de paso….haz el favor de no cometer más sueños impropios que no cumplirás por culpa de una mala relación con el tiempo. Se consciente de cada una de las horas que irán pasando a tu alrededor y verás cómo, a eso de las 23,45 h del 31 de diciembre próximo, serás consciente de que otros sueños se han hecho mágica realidad sin haber tenido que hacer más esfuerzo que el de vivir con la serenidad de estar vivos en cualquier circunstancia.

Tu ausencia.

Liderazgo Mindfulness Liderar no es ya ser el jefe. Liderar es mirar también nuestro interior. Si no somos capaces de liderar-nos, nunca podremos liderar-les; es decir, ser capaces de mostrar un camino de reconciliación con nostros mismos y con la vida que palpita.

T

odo cambia, apenas nada permanece en estos tiempos que discurren, y nuevos retos, problemas, pero también nuevas posibilidades necesitan de nuevas formas de buscar soluciones a nuevos problemas y a utopías que, aun siendo nuevas, no dejan de tener también un hilo conductor con la capacidad de impulsar el camino hacia el nuevo tiempo.

Liderar. Esa es una de las principales claves para toda organización que conlleve el establecimiento de metas para un grupo humano. La necesidad de nuevos modelos de liderazgos acordes con el momento histórico que vivimos se va imponiendo en este mundo cambiante como la vida misma. Mindfulness, la práctica consciente de la atención plena en el instante presente, tiene mucho que decir ante las nuevas formas de liderazgo. Mejorar la vida de los que nos rodean impulsando el cambio con el ejemplo, el compromiso ético y la fuerza de la serenidad, debe ser la base de todos y todas los que tengan el empeño de “tirar del carro” de sus grupos y organizaciones. La necesidad de una visión amplia, el ser proactivos, la intención clara hacia la que se camina con decisión y motivación, saber dónde se quiere llegar, mirar a donde ir para poder alcanzar metas personales y colectivas. Persistencia, proactividad para no dejarse arrastrar por las emociones del momento, tener visión de conjunto, gran motivación interna y claridad de mente aunque la realidad no acompañe, ser conscientes de lo que se quiere, enraizarse en la realidad mirando las metas desde el momento presente ajustando y reorientando y vivir con sentido y bienestar interior, deben ser pautas de obligado cumplimiento para el nuevo liderazgo del siglo XXI. Se debe tener claro, que no se puede conducir a los demás si no somos capaces de conducir nuestra propia vida y que no podemos dirigir la actividad de un colectivo, de una organización, de un proyecto, si no podemos hacerlo con nuestra propia vida y no podemos escuchar si no somos capaces de escucharnos a nosotros mismos. Es imposible motivar a otros si no somos capaces de automotivarnos, y es que el verdadero liderazgo comienza por liderarse a uno mismo. Como ser frente a cómo hacer. Cuando hablo de liderazgo Mindfulness, lo hago a través de los 4 caminos:

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El camino del espejo. A través del que debemos conocernos a nosotros mismos. Tomar conciencia de cóm somos, de qué queremos ser, de que queremos hacer y de que queremos tener (ser-hacertener). El camino de la responsabilidad. Asumiendo las acciones con decisión comprometida. Asumiendo todos los riesgos inherentes a esas decisiones. Intentar o no intentar…¡¡pero hacerlo!! El camino de la acción. Las crisis son épocas de cambio. Cuando un enfermo entra en crisis es porque sale o se para. Para no detenerse, la acción ha de ser constante y consciente. Por ejemplo, ante la falta de trabajo, hay que ser consciente de que no se está parado…¡¡se está desempleado por cuenta ajena!! Y el matiz es muy diferente e importante. El camino del Aquí y el Ahora. El pasado ya fue y el futuro aún está por escribir. Liderar el instante presente porque la vida es eso que pasa mientras piensas en ayer o te paseas por el mañana.

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4 caminos sobre los que basar las acciones de los nuevos liderazgos para este nuevo siglo. Nuevas formas de ser y hacer para un nuevo liderazgo basado en la presencia en el aquí y en el ahora.

El vuelo de la palabra.

Claves frente a la distracción. Disfrutar de la tecnología no debe llevarnos al camino de la soledad por abarcar demasiado. El espacio de multitarea debe ser perfectamente controlado para que no nos sumerja en el estrés y nos encierre en una burbuja de falsa comodidad. La vida también está ahí afuera.

E

n plena era digital, en esta mezcla de generaciones que han nacido con el bit debajo del brazo y los que vamos aprendiendo a reubicarnos en este maremágnum de tecnología y que pasamos nuestra infancia y juventud pegados al “átomo” de lo físico, asistimos al mundo de la multitarea.

Son tiempos veloces, en los que en menos de 24 horas, pretendemos hacer y deshacer lo máximo posible faltándonos manos para tanta actividad. Pero ¿realmente es necesaria tanta actividad para disponer de una vida sencilla que nos permita realizarnos como personas?, ¿realmente es necesario andar con la lengua fuera persiguiendo un futuro sin estar por completo presentes en el aquí y ahora, que es donde realmente discurre nuestra vida?. Es necesario marcarse objetivos y metas que nos sirvan para desarrollarnos como personas; metas y objetivos que nos completan como individuos felices en una sociedad hiperconectada. El problema es doble. Por una parte tenemos dificultad para encontrar nuestro verdadero yo a través del que disponer de objetivos claros y adecuados a nuestras posibilidades, y por otra, nos dejamos arrastrar demasiado fácilmente por esos distractores que nos rodean y que dificultan el acceso a nuestro bienestar. Es bueno pararse. Dejar a un lado las autopistas para disminuir la velocidad y transcurrir por carreteras secundarias, es un buen ejercicio para constatar que hay otra forma de hacer las cosas que nos lleva al mismo lugar que por la autopista, pero sin jugarnos el tipo en los accidentes del estrés y la ansiedad. Hoy quiero comentaros algunos de esos distractores que nos llevan por el camino de la amargura, al darnos cuenta que, por muchas horas que dejemos en nuestros proyectos, no alcanzamos los objetivos y metas propuestos.

1.

Falta de organización. Si dejas para mañana lo que puedas organizar hoy, te encontrarás con eso que se llama “procastinar” que no es otra cosa que no enfrentarte a tus propios retos. Sólo dispones de las limitaciones que tú mismo o misma te impones.

2.

Falta de objetivos. No clarificar buenos y grandes objetivos para luego poder subdividirlos en tareas confortables que vayan construyendo “mini-pasos de éxito” es otro de los habituales errores de lo que, en general, reconocemos como fracaso…¿fracaso?...¿que es eso?...motivo de reflexión.

3.

Indecisión. Aventurarse es comenzar la salida de la zona de confort que nos paraliza. Si esperamos a “tener todo atado y bien atado”, seguiríamos en el mismo sillón raído de siempre. Hay que pensar en acomodarse en el cambio constante, que es lo que, realmente, crea movimiento.

4.

No eres el Máster del Universo. Tienes que tener claro que no puedes con todo. Que no eres ni Superman ni Superwomen, así que tienes que tener claro que es bueno y obligado delegar.

5.

No descansar. Porque en una sociedad hiperconectada que nos arrastra a la aceleración si no tienes la suficiente fuerza de voluntad como para saber parar, el cansancio físico y el estrés, la ansiedad y la falta de salud, están rondándote más de lo que piensas

6.

Interrupciones. Conviértete en un absoluto o absoluta controlador/a de tus interrupciones. Sé consciente de ellas y aprende a manejarlas porque son las que te hacen perder una buena gestión de tu tiempo.

7.

Teletrabajo mal entendido. Si eres de los que tienes el despacho en casa, entonces estás habituado a tu oficina móvil desde tu Pc, tu Tablet o tu dispositivo móvil del tipo que sea. ¿Sales a la calle en pijama?, ¿pues porque lo haces en casa mientras trabajas?. Crea buenas costumbres. Maneja bien tus horarios. No te digo que te pongas de punta en blanco, pero diferencia tus espacios. Cuando trabajo me divierto trabajando, cuando me tiro en el sofá, me divierto tirándome en el sofá. En un sitio lo hago en vaqueros, en el otro con mis “pantacas” de estar por casa.

8.

Reuniones. Organízalas con antelación, proponte objetivos y temporalízalas bien. Más vale un encuentro corto pero fructífero que uno largo y de diluidas ideas.

9.

Los tapones. No estás para colocar tu mensaje, sino para el diálogo, el compromiso, la reflexión y la escucha atenta. Gana desde el silencio lo que pierdes con el ruido.

10. Crisis. Grábate como un tatuaje que la palabra crisis no tiene porqué ser negativa. Que las crisis generan nuevos movimientos, que de las crisis se sale en el refuerzo o en el abatimiento.

La práctica de Mindfulness o Atención Plena provoca sutiles cambios en tu forma de ver y sentir el mundo en el que habitas. Y ten claro que no por mucho correr vas a llegar antes…la gran pregunta es ¿a dónde vas?.

Memorias.

La Batalla del tiempo.

El Plan de Desarrollo Personal. Ideas. Ideas en lo personal e ideas en lo laboral o pofesional. el caso es estar siempre activo desde la consciencia del instante presente. SER-TENER y HACER son claves de Desarrollo Personal que debemos controlar. Recuerda que todo lo que soñamos o planeamos puede hacerse realidad.

A

hí está, ya lo tienes, Después de grandes quebraderos de cabeza, tras haber manejado cientos de posibilidades y probabilidades, cuando menos te lo esperabas, ha surgido la idea, tu idea de negocio; esa que, sabes y estás seguro o segura, de que te va a sacar de una zona de confort que tiene el peligro de alimentar la desidia y la inacción.

Llega el momento de ponerse en marcha y empezar a construir el proyecto desde la base y es ahí, desde ese movimiento iniciático, en el que me quiero quedar hoy para acompañarte en el proceso. No descubro nada bueno si te indico que vivimos en un mundo demasiado acelerado, en el que todo parece moverse a un ritmo difícil de seguir. Ese no es un tiempo natural ni es el tiempo que te ha de servir como emprendedor. Ahora que tienes la idea, y más allá de la redacción de un plan de empresa necesario en todo proyecto que pueda ser mínimamente viable, yo te propongo hoy detenerte un instante y pensar en otro tipo de Plan: un PDP, un Plan de Desarrollo Personal. A fin de cuentas, tú, como persona, serás el iniciador de tu negocio, pasarás más tiempo del que imaginas cerca de él, y sentirás que viajas en una constante montaña rusa de vivencias, sentimientos y emociones que, tanto en lo positivo como en lo negativo, te afectarán no sólo a ti, sino a quienes tienes a tu alrededor. Puede ser beneficioso plantearte ahora, con lápiz y hoja en blanco, escoger en un razonable marco de tiempo (por ejemplo 3 o 5 años) y pensar que quieres SER, que quieres TENER, y que quieres HACER. Es marcarse un objetivo a medio largo plazo que nos conmueva y que nos guie en nuestra tarea de emprender. Saludando a nuestra vida desde el instante presente en el que estamos, podemos, desde la aceptación de lo que tenemos en estos instantes, ir trabajando en cambiar aquello que no nos gusta de nuestro SER, pensar en el TENER desde el sentido de no provocar sufrimiento a quienes nos rodean ni a lo que nos rodea y HACER aquello que nos conmueva y por lo que nos sentimos cada día vivos al poner el pie en la tierra. Ser emprendedor es crear para vivir un sueño que fue tan sólo una idea. Como personas, desde la conciencia del instante presente, tenemos también la oportunidad de crecer como personas de la mano de nuestros negocios. Ya no es tiempo de “agresiones” y “competencias sin alma”. Ha llegado la hora de la “cooperación”, “la lealtad”, y “el compromiso”. Diseñar un Plan de Desarrollo Personal paralelo a nuestro Plan de Empresa, puede ser una aventura amable que le dé un nuevo sentido a tus días. Al fin y al cabo, como la vida, emprender es también una aventura que tiene corazón.

Tiempo de vida.

El Plan de la felicidad. ¿Que haces?...he perdido las llaves y estoy buscándolas...¿pero porque buscas debajo de la farola si no las has perdido ahí...es que aqui hay luz... pues lo mismo pasa con la felicidad; que solemos salir a buscarla donde no está..fuera de nosotros.

C

ada cierto tiempo, desde hace ya algunos años, utilizo algún día para crear un paréntesis de silencio e introspección que me ayude a, por lo menos, saber, no ya donde voy, sino donde estoy.

Aprovecho para sentarme a escribir acerca de aquello que me gusta, de crear utopías, planes y dedicaciones en una especie de “Arte de vivir en el tiempo” y en el que desarrollo o modifico mi Plan de Desarrollo Personal, con el que puedes hacer un buen análisis de que es aquello que te otorga la felicidad y cuánto tiempo dedicas y debes dedicar a aquellos aspectos de tu vida que te pueda llevar a eso que todos perseguimos, que no es otra cosa que el arte de ser feliz. Felicidad en cuatro niveles: Felicidad sensorial, emocional, intelectual y espiritual. Te invito a que lo hagas. Piensa y escribe las 10 cosas más importantes que te hacen feliz y no lo centres en la felicidad material pues es esta la que te proporcionará, seguro, más insatisfacciones. Escríbelas en orden de importancia siendo la primera la principal y ahora escribe a su lado el tiempo que le dedicas a cada una de las cosas que te otorga la felicidad durante un mes. Es ahí donde comenzarás a ver y a ser consciente de donde y en que gastas tu tiempo. Porque no es que no dispongamos de tiempo, es que la mayoría de las veces lo malgastamos. Un buen trabajo es ser consciente del tiempo presente. Marcarse metas está bien, pero una vez marcadas, simplemente olvídalas y céntrate en el instante cierto y presente en el que te hayas y trabaja desde ahí, porque es lo único que existe y desde ahí podrás ir construyendo tus días hasta alcanzar las metas que te has propuesto y que según has anotado son la base de tu felicidad. Tu propósito es ser feliz y para ello establecerás unas metas, convierte luego esas metas en objetivos cuantificables y luego decide cuanto tiempo vas a dedicarle a cada uno de esos objetivos. Recuerda que el tiempo es un recurso limitado y por lo tanto no dispondrás de tiempo para todo, así que te toca seleccionar y ser más radical para trabajar tu plan. Lo contrario es el estrés, la ansiedad y la desmedida aceleración sin pausa. Y recuerda los cuatro niveles de la felicidad que harán realidad tu propósito de ser feliz y que es posible cuando las necesidades básicas están cubiertas. 1.- Felicidad sensorial. El placer de los sentidos 2.- Felicidad emocional. Trabaja siempre en las emociones positivas 3.- Felicidad Intelectual. Saber y conocer te hará feliz. La ignorancia es sufrimiento 4.- Felicidad espiritual. No dependas de las circunstancias, ni de los objetos, ni de las necesidades ni deseos. Es la felicidad de la consciencia la que no depende de lo material. Te invito a que lo hagas…merece la pena…y como la respiración, es gratis

Ritmo natural.

Qué hacer cuando estás desempleado. Todo lo que hemos visto hasta ahora, puede desvanecerse si estás en eso que se conoce popularmente como “paro” pero que sólo es un tiempo de transición entre un estado y otro. Parado sólo está quien está...ya me entiendes... Tú, en caso de que estés así, sólo estás desempleado por cuenta ajena. La vida continúa su ritmo y tu no puedes faltar al festín de la serenidad.

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o hablo nunca ni de lo que no conozco, ni de lo que no he vivido. En este caso, puedo hablar bien de lo que se vive, se siente, se padece y se sufre cuando estás desempleado o desempleada que no parado o parada. Pero también puedo hablar de lo que se aprende, de los caminos que se abren cuando reconoces nuevas ventanas y de las nuevas vidas que vives desde que te levantas, porque desde la vida de un desempleado o desempelada, los días son enormemente largos, demasiado largos cuando quedan anclados en una zona de confort. Os hablo, porque se lo que es ese espacio que he atravesado varias veces, incluso sabiendo y sufriendo eso que se conoce por moobing y que desembocó en una dura depresión que tantas cosas me enseñó. Casi siempre hablo de crisis, pero no desde un punto de vista negativo, sino desde el ejercicio de situarte como observador de una realidad que ha de superarse desde el instante presente. El pasado ya ha sido y el futuro sólo depende de nuestro aquí y ahora. Salir es difícil, pero no imposible. Hace 12 años, el Catedrático de Sociología Enrique Gil Calvo, al que tuve la oportunidad de tener como profesor, publicada un libro titulado “Nacidos para cambiar. Cómo construimos nuestras biografías” publicado en la Editorial Taurus, donde hablaba de cómo nuestra vida, en un mundo tan cambiante como en el que vivimos, ya no estaba tan caracterizada por seguir una línea recta –juventud, formación, pareja, hijos, trabajo en mismo lugar, misma familia, mismos amigos o relaciones….- que hasta ahora se consideraba “lo normal”, sino que ahora hemos de construir nuestras biografías desde la continua aceptación del cambio. Pasamos de las líneas a los círculos –juventud, formación de por vida en diferentes ámbitos, parejas, hijos incluso de varias parejas, parejas con diferentes familias, amigos y cambios de amigos, nuevas relaciones, nuevos empleos, nuevos lugares donde vivir... Pero una aceptación no lleva a la resignación; son dos cosas bien distintas. No pienso hacer referencia alguna ni política ni económica; solo quiero hablar de la experiencia personal de arrancar de nuevo tu vida cuando crees que todo se ha acabado. Muy importante: Estar desempleado o desempleada no es estar parado o parada..¡¡uno se para cuando se para y ahí ya no hay marcha atrás!!. Aceptar una realidad sin por ello caer en la resignación, es el primer paso para el renacimiento. Porque una crisis, si eres consciente de ella, si te das cuenta del instante presente en el que vives, puede ser el inicio de un nuevo tiempo en el que abrirse a nuevas realidades y posibilidades en un nuevo mundo tan interconectado e interrelacionado como en el que ya estamos (y lo que nos queda por ver). Siéntete, siéntate y respira. Quizás es ahora cuando se abren ventanales que siempre permanecieron

cerrados. Pero para escuchar el viento que sopla tras esos ventanales, nuestra actitud ante los días, ante cada uno de los instantes presentes que conforman nuestra vida, son fundamentales; son claves para nuestra reubicación. Aquí van algunas ideas. Las conozco bien. Yo las puse en marcha. Siempre me sirvieron.

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Madruga. Da la bienvenida a cada día como se merece. Con el respeto y la devoción de saber y “darte cuenta” de que estás vivo o viva y, por tanto, con la fuerza suficiente para seguir caminando, aunque los días a veces pesen, porque como dice ese proverbio indio: “detrás de las nubes siempre sale el sol” y tú nunca vas a agachar la cabeza ante la simplicidad majestuosa de la vida; Del hecho de estar vivo o viva.

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Afronta cada jornada con la decisión de vivir desde el aquí y ahora, por duro que te parezca. También han de ser tiempos de crecimiento y desarrollo personal que ahora quizás no veas, pero que están ahí y son necesarios.

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No compares tu vida con la de antes. Son diferentes vidas…A lo largo de tu vida, vas a tener muchas diferentes vidas. Ya no hay líneas rectas, sino círculos vitales que se abren y se cierran. De cada uno de nosotros y nosotras depende abrir y cerrar esos círculos bien y no arrastrar más “piedras vitales” en otros círculos que las estrictamente necesarias.

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Anota en un cuaderno o en una hoja (yo lo hacía y lo hago incluso cuando trabajo en uno de esos “posit” amarillos) un horario para tu jornada. Llénalo de actividades por muy absurdas que puedan parecerte y síguelo a rajatabla, siendo flexible en lo que te apetezca. Saltarse las normas también es necesario. Incluye tiempo para algún tipo de ejercicio físico por pequeño que sea y dedica tiempo para aprender cosas nuevas…lo que sea.

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Dedica tiempo cada día a tu formación. Asalta internet. No es necesario dinero para aprender. La gran red de redes en la que no se necesita más que ganas de aprender.

No te apegues a tus emociones. Ellas, seguramente ahora intensas y negativas, quieran arrancarte hacia la parálisis y la inmovilización. Trabaja con ellas desde una posición de observador. Ellas no son tú. Tú eres más que ellas. Tú decides donde vas…no ellas.

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No vives de forma independiente, sino interdependiente. Ábrete a nuevos espacios, ofrece tu tiempo para colaborar en proyectos que te gusten, no te quedes en casa más que lo justo y siempre si quieres. No hagas de tu casa tu “zona de confort”. Muévete!!

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Dedica tu tiempo, ahora más que nunca, a cuidar tu cuerpo y tu mente. Son tiempos de cambio y revolución interior y lo que hoy sufras, mañana puedes padecerlo. Practica el silencio, pero no te calles. Levanta tu voz desde la consciencia para reivindicar un mundo más justo, más humilde y solidario. Efecto dominó: Si tú cambias, el mundo cambia.

No te guardes ni lo que vives, ni lo que sientes. Hoy las redes sociales nos permiten hablar alto y claro. Cuenta tu día a día, cuenta tus sueños, escribe un diario o un blog donde crear nuevas redes y encontrar sinergias que te ayudarán a atravesar el desierto que puedes sentir y conocer gente nueva. Habla desde el instante presente porque todos y todas necesitamos de todos y de todas. No vivimos aislados. Tú también eres vida y eres necesario. En definitiva, sé perfectamente de lo que hablo. He pasado ya varias veces por lo mismo y siempre he escrito algo en mi mente que te invito a que grabes bien claro en tu corazón: Tú no eres un parado o parada. Tú eres, en todo caso, un desempleado o desempleada por cuenta ajena, seres humanos repletos de vida aunque quieran hacerte creer que a partir de los 40/50 años no

hay vida. Aunque quieran hacerte creer que como joven “esto es lo que hay”. Querido amigo o amiga: como si fueses un Lázaro te digo “Levántate y anda” y recuerda siempre los versos de Antonio Machado:



Y al reposar sonó con recio golpe, Solemne, en el silencio.

Un golpe de ataúd en tierra es algo Perfectamente serio”. Porque aunque te suene a muy manido; mientras hay vida hay esperanza. Y recuerda siempre que lo extraordinario siempre está en lo cotidiano.

Naturaleza muerta.

10 ideas paras SER, ESTAR Y HACER “Los libros de plenacción” son una invitación a la reflexión, pero también a la acción para el Desarrollo Personal basado en Mindfulness o Atención Plena. Cambio, tansformación y evolución han de ser las nuevas líneas sobre las que sustentar los nuevos paradigmas sobre los que iremos construyendo la nueva realidad en un mundo en constante cambio. Re-ubicación desde el trabajo de focalizarnos en el único espacio que habitamos, que no es otro que en el que ahora mismo estás. Instante presente. Aquí y Ahora.

Consultor en Desarrollo Personal basado en Mindfulness. Cámara al hombro, escribir a mano o galopar sobre un teclado. Abrir bien la mirada en la inmediatez de lo que se despierta a mi alrededor. Cualquier cosa que sostenga con serenidad la fuerza de estar vivo para ser, estar y hacer desde la conciencia del instante presente. Aquí y Ahora.

Los libros de plenaccion.es

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