"DARÍA CUALQUIER COSA POR VER A MI MAMÁ CON EL DESAYUNO"

"DARÍA CUALQUIER COSA POR VER A MI MAMÁ CON EL DESAYUNO" Fernando Otero [email protected] | Nicolás Montala [email protected] | Hernando Maderna Hma...
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"DARÍA CUALQUIER COSA POR VER A MI MAMÁ CON EL DESAYUNO" Fernando Otero [email protected] | Nicolás Montala [email protected] | Hernando Maderna [email protected] Olé 06/09/2012 Era una de las grandes promesas de las Inferiores de Racing, llegó a Primera con 16 años y estuvo en el Sub 17. Pero la vida de Brian Risso Patrón cambió de golpe: desde hace un año está preso acusado de homicidio. En un mano a mano con Olé en el penal de Florencio Varela, el goleador que le escribe cartas al pibe Centurión cuenta su dura historia. Los metros y metros de paredón angustian. La ruta que acompaña a la Unidad Penitenciaria 54 de Florencio Varela está desolada. No hay ruidos. Apenas un perro con una pata coja cruza el camino y una vaca muerta se distingue entre tanto descampado. Dentro del fuerte está alojado Brian Risso Patrón, jugador profesional de Racing -con contrato suspendido- acusado de homicidio. En un cuartito de 2x3 metros, con una ventana enrejada, se da la entrevista exclusiva de Olé con el juvenil de 19 años, una de las joyas de Inferiores. -¿Cómo es estar acá? -Es un lugar tranquilo, pero los días se me hacen cada vez más largos. No veo la hora de salir y seguir con mi vida. Hace un año que estoy encerrado (3 de septiembre). Es muy difícil. -¿Cómo es un día de tu vida en el penal? -Me levanto a las 7.30, no porque sea obligatorio, sino porque quiero: estoy acostumbrado desde que entrenaba. Me levanto, me baño y hago un poco de gimnasia. Estoy en un pabellón cristiano y cada mañana tenemos que orar. Aparte de hacer gimnasia, me la paso casi todo el día pensando y hablando de Dios. Es lo único que me ayuda para aguantar todo esto. -¿Qué cosas aguantás? -El encierro... Yo iba de mi casa al club y del club a mi casa, pero estaba acostumbrado a manejarme libremente. El encierro, el estar lejos de mi familia y de mi vida normal... Los días pasan y yo sigo acá adentro. -¿Te imaginás en un futuro jugando en Racing? -Todos los días me levanto y me acuesto pensando en el fútbol. No hago otra cosa que no sea pensar en eso. Porque es la única vida que yo tuve. Desde los cuatro años juego al fútbol. Sé que estoy lejos de esa vida. Pero pienso en salir y seguir viviendo del fútbol. No quiero otra cosa. -¿Qué recordás de tu etapa como jugador? -Y... cuando empecé a jugar, de mi mamá que me llevaba a entrenar cuando recién empezaba en Racing. De cuando tenía 14 años y jugué mi primer partido en Reserva. Era muy chico. También me acuerdo de cuando jugué en la Selección, estuve en el Sub 17 con el Tata Brown. Después de mi primer partido en Racing, el Chocho Llop me subió a Primera cuando tenía 16 años. -¿Qué fue lo que más te impactó al entrar acá? -Cuando me trasladaron de la comisaría al penal. Me bajaron del camión, vi el muro alto, se

abrieron las puertas y entré. Miraba a mi alrededor y no caía dónde estaba. Quería entender el lugar y en la situación en la que me encontraba, pero no encontraba una respuesta. -¿Cómo la pasaste ahí? -En los primeros dos meses me tuvieron encerrado en una celda. Estaba solo. A veces tenía luz, a veces agua, a veces comía. Otras no. Como en esos primeros días no dejaban que mi familia me trajera comida, tenía que comer lo que me daban acá: fideos y polenta. Todo el tiempo eso. Si no, tenía que vivir tomando mate para engañar el estómago. Esos días se me hicieron meses. Con el tiempo empecé a rodearme de gente, a charlar, a moverme más libremente. Pero ya va casi un año y todavía no me puedo adaptar. -¿Cuál fue el momento más duro? -Gracias a Dios, nunca me maltrataron ni me lastimaron físicamente. Pero en esos dos meses, cuando me acostaba a la noche, sentía tanto nerviosismo que escuchaba lo fuerte que me latía el corazón. -¿Acá sabían que vos eras un futbolista? -Mucho no me conocían. Pero después se empezó a decir que había entrado un jugador de Racing. Ya me empezaban a reconocer por eso. Muchos hinchas de Racing que hay acá me paraban y me preguntaban del club. Algunos me decían que se acordaban de mí. Incluso un hombre que trabaja en el lavadero me contó que su hijo se sacó una foto conmigo en el estadio, me mostró esa foto y me pidió que se la firmara. Cuando ingresé en el primer pabellón me hicieron un escudo de Racing tallado en una madera grande y lo colocaron en el medio. Fue como un homenaje. Es así, en el pabellón se respira mucho Racing. -¿Podés mirar partidos? -Sí, me la paso todo el día enfrente del televisor. -¿Tenés amigos? -Pese a que este es un lugar malo, hay muchas buenas personas. Por diferentes cosas llegaron a este lugar, pero hice muchos amigos. Sé que cuando salga los seguiré viendo. Me gustaría darles una mano. -¿Te visita o llama toda la gente que esperás? -Los que más se acercaron fueron los compañeros con los que empecé en Inferiores. Nano Silva (practica en Primera), Leandro Herrera y dos o tres amigos que ya se fueron de Racing. Pero no fueron muchos los que llamaron. No tengo enojo ni nada, pero sentí que me dejaron un poco de lado. -¿Te defraudaron? -Por mis condiciones, había gente que se me acercaba, interesados que me golpeaban la espalda. Hoy no está nadie. Los únicos que están siempre son mi papá y mi mamá. Cuando salga sólo me importarán ellos y mi novia. -La psicóloga de Racing te visita con bastante frecuencia. ¿Eso te ayuda?

-Mucho. A veces le digo que estoy triste porque me gustaría saber más cosas del club. A ella (Cecilia Contarino) la tengo más como una amiga porque me conoce desde chico, sabe todo de mi vida. Mis viejos y yo estamos muy agradecidos por todo lo que hace. Es una forma de sentir que alguien del club se preocupa. Me anima siempre. -¿Qué es lo primero que harías si salís? -Estaría todo el día con mi papá y mi mamá. Extraño mucho a mi hermano más chico, porque lo veo y se refleja mi infancia. Está todo el día con la pelota bajo el brazo, vestido para jugar. Si saliese iría a agradecerle a Dios y luego a entrenarme en Racing. -¿Te dejó algún aprendizaje estar preso? -Sí... Desperdicié tiempo en no estar con mis padres y me arrepiento mucho de no aconsejar a mis hermanos como el mayor que soy. Hoy daría cualquier cosa por ver a mi mamá con el desayuno, que me lo traía antes de ir a entrenar. -¿Jugás acá adentro? -Sí. Se juega bastante fuerte. Se parece a como se jugaba en mi barrio, ja. En el pabellón que estoy ahora son más tranquilos. -¿Siempre vas arriba? -Sí, pero como la cancha es chica, para poder correr un poco, me muevo por todos lados. Si me quedo parado arriba no agarro una. -¿Y ahora cómo sigue? -Todo sirve para crecer. Sigo pensando en mi casa, no puedo pensar en otra cosa que no sea retornar a mi vida en libertad, en jugar al fútbol que es lo que más amo. Todo me pasó muy rápido, pero todo esto me sirvió para cambiar mi cabeza: no hay nada más importante en el mundo que estar con tu familia. "LE DIJE A CENTURIÓN QUE SÓLO PENSARA EN SU FAMILIA" ¿Pensás que haber llegado a Primera tan joven te mareó? -Yo jugaba porque me gustaba el fútbol, no pensaba en la plata. Un día mi papá me dijo que había gente de Inglaterra que quería hablar conmigo. De ahí mi vida cambió: con 14 ó 15 años entrenaba con la Cuarta, salté a Reserva, jugué tres partidos y me subieron a Primera. Firmé mi primer contrato. Fue todo de golpe y me mareó. En vez de dejar que me manejaran mis viejos, me quise manejar solo con 15 años. Cobraba lo mismo o más que mi papá. De tanta gente que tenía alrededor golpeándome la espalda, me la empecé a creer. -¿Por eso le mandaste una carta a Centurión? -Sí. Yo hablo mucho con la psicóloga del club. Le pregunto cómo están los pibes que salieron desde el mismo lugar que yo, que la vienen peleando desde barrios humildes. Ella me había contado que Centurión estaba jugando bien. Yo lo conozco de chico y sé dónde vive. Conozco lo que es como persona. Lo primero que le pregunté a la psicóloga fue si Centurión había sacado a su familia del

barrio ( NdeR: hace unos días se mudó al centro de Avellaneda). Ella me había dicho que no. Entonces, le mandé una carta. -¿Y qué le escribiste? -Lo felicité por lo que estaba haciendo, por cómo se estaba esforzando. Antes de que me pasara esto, él me decía: ‘¿Sabés las ganas que tengo de jugar en Primera?’. Yo le aseguraba que iba a llegar. El pibe es un crack. Pero hay muchas cosas que no ayudan en la vida de un jugador. Lo digo en general. -¿Qué cosas? -Le aconsejé que sacara a su familia de esa zona, que le dé una mejor vida, que abra bien los ojos y piense sólo en ellos. Si sigue por este camino, él va a durar muy poco en el fútbol argentino porque está claro que tiene muchas virtudes. A mí me perjudicó bastante el entorno. Seguramente habrá mucha gente que se acercará a Centurión por interés, sin importarle cómo y cuánto luchó, de dónde salió, cómo es su familia... Se le van a acercar para sacar provecho de él, para pellizcar algo. -Pero a veces es complicado decir que no a los que se acercan. -Por eso es necesario salir del entorno donde uno se crió para respirar otro clima. A veces, cuando volvía a mi barrio después de entrenar en la Selección, bajaba del colectivo y sentía los tiros. Es difícil aprender cosas buenas ahí. -¿En qué zona vivías? -En el barrio La Paz, San Francisco Solano, Quilmes Oeste. Ojo, los problemas no se daban solamente ahí. En general está complicado. Por eso, cuando tenés la oportunidad de vivir una vida mejor hay que aprovecharla. Podés mejorar vos y los tuyos, podés crecer. -¿Cuando lo ves a Centurion qué pensás? -Me pongo muy feliz porque entrenamos juntos. Salió bien de abajo como yo. Y eso me da ánimo. Si yo una vez pude, voy a poder dos veces. Tengo 19 años y me quedan dos años de contrato. Voy a poder. ESPERAN EL JUICIO El abogado de Risso Patrón aguarda que esto se resuelva pronto. Y pedirá un arresto domiciliario. El caso de Risso Patrón está elevado a juicio. El deseo del abogado del jugador, Gustavo Della Maggiore, es que se resuelva rápido: “Hay muchas contradicciones. La víctima murió en los brazos de una señora que, en la rueda de reconocimiento, señaló a otra persona como el autor del hecho. Vamos a pedir arresto domiciliario con salidas laborales para que Brian pueda entrenarse”. ¿Qué ocurrió el 13 de agosto de 2011? A la salida de un boliche de Quilmes hubo una pelea entre bandas que terminó con la vida de Samuel Quiles, de 18 años. Según testigos, el punta de Racing efectuó los disparos mortales. Risso Patrón da otra versión: “Esa noche estuve en mi casa. Siete testigos declararon a mi favor. Yo sé que soy inocente”. -¿Y por qué estás acá?

-Por envidia. Cuando llegaba a mi barrio sentía esa envidia. Por mis malas amistades de chico. Las amistades que me culparon me vienen a ver al penal. Me veían con un auto, sabían que yo ganaba plata y trataron de aprovecharse. Decían que lo iban a culpar a mi hermano, y él no hizo nada tampoco. -¿Fue en un boliche? -No, hubo un problema entre muchos, afuera. La chica testigo principal, no sé si es la novia del chico que falleció, fue a la rueda de reconocimiento y dijo que yo era muy flaco, alto y blanco, que el que tiró era mucho más bajo, con pelo largo y rulos. Sé que voy a salir, el tema es que acá a veces me hago la cabeza.